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483 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Carcinoma broncogénico: factores pronósticos y evolución CLASIFICACIÓN DE LOS FACTORES PRONÓSTICOS El carcinoma broncogénico es la causa de muerte por cán- cer más frecuente en España. Produjo más de 20.000 falle- cimientos en el año 2007 y 22.000 en 2014. Tiene una gran heterogeneidad en cuanto a su forma de presentación y a su pronóstico, características que pueden variar bastante de unos casos a otros. En este sentido es muy importante conocer el pronóstico de cada enfermo, al objeto de establecer así el mejor tratamiento posible. Los factores pronósticos que se relacionan con el cáncer de pulmón han sido objeto de estudio desde hace muchos años, y siempre se ha considerado que el elemento fundamental al respecto es la extensión anatómica del tumor. La clásica estadificación del carcinoma broncogénico según el sistema TNM (tumor-nódulos-metástasis) ha sido, con sus sucesivas actualizaciones periódicas, la piedra angular para cualquier evaluación pronóstica que se quiera hacer de las neo- plasias pulmonares. Sin embargo, a pesar de ser la extensión un dato consistente, reproductible y sencillo, es evidente que no es el único factor pronóstico válido. Se sabe que la clasificación TNM de 2010 tiene un coeficiente de determinación (r2) inferior a 0,3, lo que supone que deja sin explicar gran parte del sentido pronóstico de la enfermedad tumoral. En los últimos 20 años se ha producido un incremento significativo en el número de publicaciones dedicadas a analizar los factores pronósticos del cáncer de pulmón, especialmente las que han se han centrado en valorar los indicadores que tienen que ver con la biología molecular de la neoplasia. No obstante, muchos de estos tra- bajos sufren, en general, de limitaciones importantes, dada su escasa reproductibilidad y el reducido número de marcadores que consideran. Los factores pronósticos del carcinoma broncogénico se han clasificado, en una revisión reciente, en cuatro categorías: a) los que se relacionan con el tumor; b) los que se relacionan con el enfermo; c) los que se relacionan con circunstancias ambientales, y d) los que se relacionan con el tratamiento. Estos factores se han estudiado tanto de manera individual como en conjunto. De este modo, también ha sido posible establecer en algunos casos índices pronósticos integrados, que comprenden variables de distintas categorías y que ofrecen, al menos teóricamente, una mejor valoración individual de cada enfermo. El objetivo de este capítulo se cifra en revisar los datos existentes sobre los factores pronósticos del cáncer de pulmón, atendiendo para ello a las diferentes categorías de variables mencionadas. FACTORES PRONÓSTICOS RELACIONADOS CON EL TUMOR Estadificación El sistema de clasificación anatómica (TNM) que se utiliza desde hace años recurre a tres elementos para describir la ex- tensión tumoral: la extensión del propio tumor primario (T), la ausencia o presencia de metástasis ganglionares regiona- les (N) y la ausencia o presencia de metástasis a distancia (M). La clasificación de la neoplasia basada en este sistema puede hacerse en distintos momentos evolutivos de la enfermedad tumoral. Así, se denomina clasificación clínica (TNMc) la que se realiza antes del tratamiento. Su objetivo se dirige a adjudicar el mejor tratamiento posible para cada enfermo en atención al estadio en el que se encuentra. Se denomina clasificación pato- lógica (TNMp) la que se establece tras el acto quirúrgico. Se estima que es más precisa que la clínica, pero tiene la limitación de que solo del 15 al 20% de los casos se someten, finalmente, a una intervención quirúrgica. Numerosos estudios han corro- borado que el estadio neoplásico que se desprende de la clasi- ficación TNM es el factor pronóstico individual más relevante en los pacientes que padecen un carcinoma broncogénico no microcítico (CBNM). La extensión de la enfermedad reflejada en el estadio es, por tanto, el elemento con mayor capacidad para determinar el pro- nóstico de cada caso. En trabajos publicados hace ya varias déca- das (tabla 58.1) y en artículos más recientes (tablas 58.2 y 58.3) se evidencia que tanto el estadio clínico como el patológico se correlacionan con la supervivencia, excepto en los estadios más avanzados, como son el IIIB y el IV. La última clasificación TNM se realizó en el año 2009 y empezó a tener vigencia el 1 de enero de 2010. En esa clasificación se introdujeron cambios 58 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 484 TABLA 58.1 Supervivencia de los enfermos según el estadio en el carcinoma broncogénico no microcítico Meses después del tratamiento (% de supervivencia acumulada) 12 meses 24 meses 36 meses 48 meses 60 meses Estadio clínico I 65,3 45,0 36,4 33,3 30,1 II 53,1 34,5 26,2 18,7 18,0 IIIA 37,7 12,7 9,2 7,2 6,1 IIIB 31,8 10,8 6,5 4,8 3,9 IV 19,8 5,4 2,6 1,7 1,3 Estadio quirúrgico I 85,1 72,3 63,8 59,3 55,0 II 72,1 48,9 35,6 31,0 29,0 IIA 66,9 41,4 21,6 28,8 26,2 Tomado de Mountain, 1989. TABLA 58.2 Tasas de supervivencia a los 5 años del carcinoma broncogénico microcítico específicas para cada estadio, según los contextos clínico y anatomopatológico Estadio Contexto de estadio IA IB IIA IIB IIIA IIIB IV Estadio clínico [n (%)] 161 (41,3) 77 (19,7) 17 (4,4) 38 (9,7) 61 (15,6) 19 (4,9) 12 (3,1) Tasa de supervivencia a los 5 años (%) 58,8 58 47,1 25,3 29,0 36,3 27,8 Diferencia en cuanto a la supervivencia (valor de p)* 0,5627 0,4110 0,1577 0,9807 0,7045 0,7265 — Estadio anatomopatológico [n (%)] 127 (32,6) 79 (20,3) 29 (7,4) 29 (7,4) 60 (15,4) 40 (10,3) 13 (3,3) Tasa de supervivencia a los 5 años (%) 58,3 60,2 40,6 41,1 28,3 34,6 30,8 Diferencia en cuanto a la supervivencia (valor de p)* 0,9331 0,0415 0,8289 0,2300 0,5217 0,6115 — *Significación de la diferencia de supervivencia en estadios contiguos (en orden del estadio más bajo al siguiente superior). Tomado de Asamura et al., 2008. TABLA 58.3 Tasas de supervivencia a los 5 años del carcinoma broncogénico no microcítico específicas para cada estadio, según los contextos clínico y anatomopatológico Estadio Contexto de estadio IA IB IIA IIB IIIA IIIB IV Estadio clínico [n (%)] 5,642 (44,7) 77 (19,7) 17 (4,4) 38 (9,7) 61 (15,6) 19 (4,9) 12 (3,1) Tasa de supervivencia a los 5 años (%) 77,3 59,8 54,1 43,9 38,3 32,6 26,5 Diferencia en cuanto a la supervivencia (valor de p)* 0 0,1444 0,0022 0,0013 0,0755 0,0111 — Estadio anatomopatológico [n (%)] 4.772 (37,8) 2.629 (20,8) 361 (2,9) 1.330 (10,5) 1.862 (14,8) 1.108 (8,8) 375 (3,0) Tasa de supervivencia a los 5 años (%) 83,9 66,3 61,0 47,4 32,8 29,6 23,1 Diferencia en cuanto a la supervivencia (valor de p)* 0 0,0367 0 0 0,0054 0,0001 — *Significación de la diferencia de supervivencia en estadios contiguos (en orden del estadio más bajo al siguiente superior). Tomado de Asamura et al., 2008. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 58 Carcinoma broncogénico: factores pronósticos y evolución 485 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. significativos en relación con las clasificaciones previas. En efecto, su estructura se estableció considerando la evolución proporcionada por las bases de datos de multitud de pacientes con un cáncer de pulmón provenientes de más de 19 países de todo el mundo, pacientes en diferentes estadios y que se habían sometido a diversas modalidades terapéuticas. La nueva clasificaciónaporta una información adicional sobre la ofrecida por las versiones anteriores, tanto en lo que se refiere al elemento T como al factor M. Desde hace tiempo se sabe que las nuevas técnicas de estadificación, sobre todo la tomografía por emisión de positrones (PET) y la ecografía endobronquial (EBUS, endoscopic bronchial ultrasonography), han conseguido que muchos enfermos que hasta fechas recientes se habrían clasificado en un estadio determinado hayan migrado a otro distinto. Ello ha tenido importantes implicaciones pronós- ticas, ya que ahora el estadio de los individuos que se incluyen en cada grupo clasificatorio se ajusta más a la realidad. Las diferencias de supervivencia encontradas entre los esta- dios IA y IB y IIA y IIB siguen justificando la subdivisión de estos dos estadios, si bien en el momento actual se fijan nuevos puntos de corte en cuanto al tamaño tumoral. Así se distingue entre el T1a (tumores menores de 2 cm) y el T1b (tumores de 2-3 cm). También ocurre lo mismo entre el T2a (tumores de 3-5 cm) y el T2b (tumores de 5-7 cm). Los tumores mayo- res de 7 cm se consideran como T3, puesto que se ha visto que tienen un pronóstico peor que el resto. Por otra parte, se ha modificado la clasificación de los casos que tienen un nódulo en el mismo lóbulo que el tumor primario (T4 a T3), los nódulos que se localizan en el mismo pulmón (M1 a T4) y los nódulos ubicados en el pulmón contralateral (reclasi- ficados como M1a) y a los que se les otorga la misma sig- nificación pronóstica que al derrame pleural o al derrame pericárdico malignos (reclasificados también como M1a). En cada uno de los estadios de la clasificación TNM, la supervivencia propia de un determinado estadio patológico es siempre inferior a la que se observa para el correspondiente estadio clínico. Esta discrepancia se explica fácilmente por el habitual fenómeno de infraestadificación (Will-Rogers) que se aprecia cuando se compara el estadio clínico con el quirúrgico- patológico. Por otra parte, parece claro que el comportamiento biológico de los tumores T3N1M0 es mucho más benigno que el de cualquier tumor N2, especialmente cuando la afectación N2 es ya macroscópica. De este modo, el beneficio de una determinada opción terapéutica en el estadio IIIA es proba- blemente mayor en el subgrupo T3N1M0 que en el subgrupo T1-3N2M0. Cuando existe una afectación N2, los resultados también varían según cuáles son las peculiaridades del N2 (enfermedad microscópica frente a enfermedad clínicamente evidente, multiplicidad de niveles, presencia de afectación subcarinal o mediastínica alta), así como según cuáles son las características de la T asociada (T1 a T3) y del tipo his- topatológico que se ha identificado. Los diferentes pronósticos que se constatan en los estadios iniciales I y II, hallazgos que se repiten en casi todos los estu- dios que se han efectuado por los distintos grupos de trabajo, no se identifican de manera tan clara cuando se analizan los estadios avanzados de la enfermedad. De esta manera, el Grupo Cooperativo de Carcinoma Broncogénico de la Sociedad Espa- ñola de Neumología y Cirugía Torácica (GCCB-SEPAR) no ha encontrado en su serie diferencia alguna entre los estadios IIIA y IIIB, ni tampoco entre los estadios IIIB y IV. La clasificación TNM sigue siendo, sin duda alguna, el mejor instrumento utilizable para predecir el pronóstico de los pacientes que padecen un cáncer de pulmón. No obstan- te, se sabe que este sistema deja sin explicar gran parte de la variabilidad existente en bastantes casos. En consecuencia, es claro que hacen falta nuevos factores pronósticos, sobre todo clínicos, y nuevos marcadores celulares y moleculares que sirvan para predecir la evolución de los individuos que pertenecen a un mismo estadio TNM. Y es necesario, asimismo, que permitan crear índices pronósticos multidimensionales para las neoplasias pulmonares, como por ejemplo el cons- truido por el GCCB-SEPAR. Estirpe histopatológica Desde hace tiempo se sabe que la estirpe histopatológica del tumor es un importante factor pronóstico en el carcinoma broncogénico, como ya pudo evidenciarse con claridad con ocasión de la clasificación de la World Health Organization (WHO) del año 2004. Este hecho se ha refrendado luego en multitud de publicaciones, en las que repetidamente ha podido comprobarse que el pronóstico es mejor en los tumores esca- mosos que en los adenocarcinomas (supervivencia a los 5 años de un 65 frente a un 55%), con la excepción de la categoría antes conocida como carcinoma bronquioloalveolar. La estirpe como dato pronóstico no solo se refleja en térmi- nos globales, sino que también, dentro de la estirpe adenocarci- noma, los tumores con un patrón sólido o papilar tienen peor pronóstico y una probabilidad mayor de afectar a la pleura y a los ganglios linfáticos. La importancia de este factor se ha reco- gido en la reciente clasificación internacional multidisciplinaria del adenocarcinoma pulmonar, que describe algunos subtipos nuevos de esta variedad, como el in situ o el mínimamente inva- sivo. El pronóstico de estos subtipos es excelente si se resecan, en cuyo caso llegan a tener supervivencias cercanas al 100% a los 5 años. Además, desde un punto de vista evolutivo no solo es esencial considerar el estadio en el que se halla cada tumor, sino que cada vez es mayor la evidencia que apoya la relación del pronóstico con la expresión de determinados marcadores moleculares para una misma variedad histopatológica. Esto es así, en especial, para el adenocarcinoma y, en concreto, para los marcadores denominados EGFR (epidermal growth factor receptor) y ALK (anaplastic lymphoma kinase), cuya presencia conlleva una mejor respuesta a los tratamientos oncológicos específicos. También para el carcinoma broncogénico de células grandes, que si expresa un componente neuroendocrino tiene un pronóstico peor que el resto. Captación tumoral valorada por una tomografía por emisión de positrones La PET se ha convertido en una herramienta fundamental para poder establecer correctamente el estadio clínico de un carcino- ma broncogénico. Sin embargo, en los últimos años diferentes estudios han demostrado que la PET también tiene un sentido pronóstico, si bien discutido, si se tiene en cuenta el valor de la captación de la glucosa marcada en unidades SUV (standardized Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 486 uptake value). En un análisis univariante de un reciente metaa- nálisis ha podido comprobarse que una mayor captación del tumor (en unidades SUV) se asocia con un peor pronóstico. El problema de los trabajos recogidos en este metaanálisis deriva de que el punto de corte del SUV escogido en cada caso había sido muy variable, ya que oscilaba entre 4 y 15 unidades, lo que sin duda limita la reproductibilidad de los resultados. Por el contrario, investigaciones recientes efectuadas en enfer- mos en los que se había llevado a cabo la resección de un carcinoma bronquial no microcítico no han sido capaces de encontrar un punto de corte del SUV que tuviera significado pronóstico. La conclusión de estos trabajos, al igual que la del único análisis prospectivo realizado hasta la fecha, es que el SUV no es un factor pronóstico independiente (tabla 58.4). Otra cosa diferente, aplicable a los estadios avanzados del cán- cer de pulmón (estadios III y IV), es que el descenso del SUV, medido tras completar una quimioterapia o una quimiorradio- terapia, sí parece ser un buen índice de cuál va a ser la respuesta al tratamiento y del pronóstico en estos casos. Variables analíticas Los datos analíticos también se han valorado minuciosamente. Así, en una reciente revisión se ha señaladoque son indicadores de mala evolución la hipercalcemia, la elevación de la lactato deshidrogenasa (LDH) sérica, la anemia, la leucocitosis y la hipoalbuminemia. Otras circunstancias, como algunas proteí- nas de la coagulación y la proteinuria, se han catalogado como elementos prometedores en este sentido y, por tanto, como merecedores de futuros estudio. A fecha de hoy, no obs- tante, el dato analítico más consistentemente relacionado con un mal pronóstico es el aumento de la LDH sérica. Factores biológicos y moleculares MARCADORES TUMORALES SÉRICOS Entre las diferentes sustancias séricas (marcadores) que, con intencionalidad diagnóstica o pronóstica, se han investigado en las neoplasias pulmonares destacan el antígeno carcinoem- brionario (CEA), el fragmento 19 de la citoqueratina (CYFRA 21-1), el antígeno carbohidratado 125 (CA-125) y la enolasa neuroespecífica, que en algunos trabajos se han considerado como elementos con un valor pronóstico independiente. El problema de estos estudios estriba en su baja reproductibilidad y en la heterogeneidad de las poblaciones incluidas, lo que limita la validez de los resultados. En algunas ocasiones solo constan los datos analíticos de los estadios iniciales (CEA, CYFRA 21-1), mientras que en otros únicamente los de los estadios avanzados. MARCADORES MOLECULARES TISULARES En las últimas décadas se han producido grandes avances en el conocimiento de la biología molecular del cáncer de pulmón. Baste señalar al respecto que entre los años 1960 y 2005 apa- recieron más de 1.500 artículos sobre este tema. Uno de los aspectos más estudiados ha sido el del significado de algunas moléculas tisulares en el pronóstico de la enfermedad. Así, por ejemplo, en un artículo reciente, en el que se valoraron 32 proteínas distintas en piezas de tumores no microcíticos que habían sido resecados, se encontró que 3 de ellas tenían interés en este sentido. Concretamente fueron la proteína del retinoblastoma (RB), que se asociaba con un mejor pronóstico (fig. 58.1), y las proteínas p27 y Ki67, que se relacionaban con un peor pronóstico (figs. 58.2 y 58.3). No obstante, a pesar de los numerosos trabajos que se han dedicado a investigar la expresión y el valor de diversos mar- cadores como índices pronósticos en el carcinoma pulmonar no microcítico, los resultados obtenidos hasta la fecha son poco concluyentes, cuando no contradictorios en algunos casos. Las diferencias existentes entre los estudios realizados podrían explicarse por varios motivos, por ejemplo, el reducido número de individuos incluidos en las series evaluadas, el corto seguimiento de los enfermos en cuanto a su supervivencia, los criterios de selección elegidos para las covariables en los análisis multivariantes y, finalmente, la heterogeneidad de las técnicas y de los valores considerados en la determinación de TABLA 58.4 Influencia del SUV en la supervivencia del cáncer de pulmón no microcítico Estudio Fecha de publicación Número de pacientes ISS Estadio Estirpe histopatológica SUV alto como factor de supervivencia Ahuja et al. 1998 155 1997 I-IV CPNMC Desfavorable Sugawara et al. 1999 38 1986 I-IV CPNMC Indeterminado Vansteenkiste et al. 1999 125 1997 I-IIIB CPNMC Desfavorable Dhital et al. 2000 77 1986 < IIIA Todos Desfavorable Higashi et al. 2002 57 1997 I-IIIB CPNMC Desfavorable Jeong et al. 2002 73 1997 I-IV CPNMC Desfavorable Downey et al. 2004 100 1997 < IV CPNMC Desfavorable Port et al. 2005 64 ¿1997? ¿? CPNMC Indeterminado Sasaki et al. 2005 162 1997 I-IIIB CPNMC Desfavorable Prevost et al. 2006 120 1997 I-IV CPNMC Desfavorable Eschmann et al. 2006 137 ¿1997? III CPNMC Desfavorable Borst et al. 2005 51 ¿? I-III CPNMC Desfavorable Cerfolio et al. 2005 315 1997 I-IV CPNMC Desfavorable CPNMC, cáncer de pulmón no microcítico; ISS, año de la clasificación del International Staging System que se aplicó en la estadificación del cáncer de pulmón; SUV, standardised uptake value obtenido en la tomografía por emisión de positrones. Tomado de Berghmans et al., 2008. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 58 Carcinoma broncogénico: factores pronósticos y evolución 487 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. los marcadores moleculares escogidos. En efecto, la hetero- geneidad se ha traducido en algunas ocasiones en una inves- tigación centrada en el ácido ribonucleico (ARN) mensajero, en otras, en el ácido desoxirribonucleico (ADN) y en otras en las proteínas a través de su expresión génica. Por ello, los protocolos futuros deberían ser prospectivos y multicéntricos, para conseguir unos resultados que puedan ser reproducibles y que tengan una clara traducción clínica. Otro aspecto muy importante que debe tenerse en cuenta es el que se refiere a la posible aplicación de los marcadores biológicos en el diseño de tratamientos antitumorales persona- lizados. En este sentido, entre las mutaciones genéticas que se han introducido en los últimos años y que más utilidad clínica parecen tener están las mutaciones del EGFR y las reorganiza- ciones o fusiones genéticas EML4-ALK (echinoderm microtubule- associated protein like 4/anaplastic lymphoma kinase), que dan FIGURA 58.1 Análisis de supervivencia para la expresión de la proteína del retinoblastoma (RB). FIGURA 58.2 Análisis de supervivencia para la expresión de la proteína p27. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 488 lugar a la proteína EML4-ALK (echinoderm microtubule-associated protein like 4/anaplastic lymphoma kinase). Las consecuencias pronósticas de las mutaciones del EGFR aún no están claras. Se sabe, sin embargo, que cuando se expresan el tumor res- ponde mejor a los inhibidores de la tirosina cinasa (erlotinib y gefitinib), aunque en algunos casos se desarrollan resistencias ulteriores. El K-RAS (kirsten rat sarcoma viral oncogene homolog) se asocia con una peor supervivencia y una mala respuesta al tratamiento en los enfermos cuya neoplasia tiene este gen y expresa esa proteína. La expresión del ERCC-1 (excision repair cross-complementation group 1) se relaciona, por el contrario, con un mejor pronóstico. En los últimos años el biomarcador más estudiado es el EML4-ALK, una reorganización genética que determina que la respuesta al crizotinib sea mejor, en especial en el carcinoma broncogénico no microcítico avanzado. En resumen, el análisis de los patrones de expresión génica del cáncer de pulmón es una nueva vía de investigación que parece útil para aumentar la precisión diagnóstica y pronós- tica en las neoplasias pulmonares. Su valor debe ser objeto de futuros trabajos y su interés en la práctica clínica ha de sumarse, en su caso, al de los factores ya conocidos. Todo ello debe llevar al establecimiento de índices pronósticos multidimensionales. Factores pronósticos relacionados con el enfermo Al igual que sucede con los marcadores moleculares, los fac- tores pronósticos relacionados con el enfermo tampoco se recogen, actualmente, en el sistema de estadificación TNM. Sin embargo, en los últimos años muchas publicaciones han insistido en su importancia en el cáncer de pulmón, tanto en los estadios iniciales como en los avanzados. A continuación se describen los aspectos más significativos a este respecto. Comorbilidad En el cáncer de pulmón la existencia de otras enfermedades puede modificar algunas decisiones terapéuticas y, por tanto, influir en la evolución del enfermo. Según el GCCB-SEPAR, la comorbilidad,única o múltiple, se observa hasta en un 73% de los individuos que se consideran tributarios de un tratamien- to quirúrgico. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), presente en un 50% de los casos, es la comorbilidad más común. En el momento actual existen diversas escalas para valorar esta comorbilidad. También se han publicado varios índices multifactoriales para estimar el riesgo global operatorio en las intervenciones quirúrgicas torácicas. El más aceptado, aunque ninguno lo es universalmente, es el de Charlson (tabla 58.5). Este índice reconoce distintas variables, a las que puntúa de diferente forma, y se ha empleado para establecer una clasificación pronóstica del carcinoma broncogénico. La supervivencia de los enfermos que padecen una neoplasia pulmonar y que se someten a una resección quirúrgica dis- minuye si la comorbilidad es grave, pero no solo en el período operatorio, sino también en cuanto a la morbimortalidad que se produce a largo plazo. El índice de Charlson se relaciona mejor con la comorbilidad que cada uno de los factores pronósticos de manera aislada. De este modo, el riesgo relativo de reducción de la supervivencia es 1,4 veces mayor en los sujetos con un índice de grado 1-2 y llega a ser 2,2 veces mayor si el índice es de 3 o superior, en comparación con los enfermos que no tienen comorbilidad alguna. Otros índices que miden el estado clínico general de los pacientes, como la escala ECOG (Eastern Co- operative Oncology Group) o el Karnofsky performance status index, se emplean en muchos protocolos en relación con los criterios de operabilidad de cada caso (tabla 58.6). A continuación se analizan las enfermedades que con más frecuencia se asocian con el cáncer de pulmón y condicionan su pronóstico. FIGURA 58.3 Análisis de supervivencia para la expresión de la proteína Ki67. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 58 Carcinoma broncogénico: factores pronósticos y evolución 489 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ENFERMEDADES PULMONARES La EPOC es, por su elevada prevalencia en las personas que tienen un cáncer de pulmón, la circunstancia que más habi- tualmente limita la indicación y la extensión tanto de la inter- vención quirúrgica como de la radioterapia que se efectúa con intención curativa. Debe tenerse en cuenta que hasta en un 13% de los pacientes la resección pulmonar que finalmente se lleva a cabo supera a la prevista, casi siempre por la necesidad sobrevenida de hacer una neumectomía cuando, en principio, se consideraba suficiente con una lobectomía. En este subgrupo de enfermos se modifica así el pronóstico que inicialmente se había establecido. La EPOC aumenta la morbimortalidad operatoria del cán- cer de pulmón y tanto más, en proporción directa, cuanto mayor es el grado de obstrucción al flujo aéreo existente. Lo que no es tan evidente es la importancia de la EPOC como factor pronóstico a largo plazo en los individuos que tienen un carcinoma broncogénico no microcítico, ya que en este aspecto los datos son contradictorios. Por un lado, en algunos trabajos se señala que la EPOC es un elemento pronóstico negativo en la supervivencia global a partir de los 2 años de la resección quirúrgica y se insiste en que existe una correlación directa entre dicho pronóstico y la disminución del cociente entre el volumen espiratorio forzado en el primer segundo y la capacidad vital forzada (FEV 1/FVC). Por el contrario, en otros estudios se indica que no hay diferencias significativas en la supervivencia a los 5 años en los pacientes con un carcinoma broncogénico en atención a si padecen o no una EPOC. No obstante, sí se encuentra que el riesgo de complicaciones post- operatorias y de muerte por cualquier causa, sobre todo la insuficiencia respiratoria, es siempre mayor. Por último, cabe señalar que el FEV1 es uno de los principa- les indicadores pronósticos en la EPOC y que muchos trabajos han demostrado que existe una relación entre el grado de obs- trucción al flujo aéreo, tanto con los valores absolutos como con el porcentaje sobre el valor teórico, y la morbimortalidad perioperatoria. Sin embargo, son escasos los estudios que han relacionado la obstrucción con la supervivencia a largo plazo en los enfermos con una neoplasia pulmonar no microcítica. En algunas investigaciones se ha demostrado que el cociente FEV 1/FVC postoperatorio es un factor pronóstico independien- te en cuanto a la supervivencia posquirúrgica a largo plazo. TABAQUISMO La importancia pronóstica del tabaquismo en la supervivencia de los pacientes con un carcinoma broncogénico no microcítico parece clara. En varios análisis se ha puesto de manifiesto que el consumo de tabaco es un índice de mal pronóstico, de tal manera que los individuos fumadores tienen peor pronóstico que los sujetos exfumadores y que las personas no fumadoras, tanto en cuanto a la supervivencia global como al tiempo libre de enfermedad. No obstante, en algunas publicaciones se ha referido que, aunque la mediana de supervivencia es mayor en los enfermos fumadores que en los no fumadores, esta diferencia no llega a tener significación estadística. Por tanto, en el momento actual hay evidencia suficiente como para precisar cuál es el tiempo necesario que ha de trans- currir, desde que se abandona el consumo de tabaco, para igualar el pronóstico con los pacientes exfumadores y los no fumadores. Algunos trabajos recientes parecen sugerir que los enfermos que dejan de fumar a edades más tempranas tienen una supervivencia a largo plazo mayor que la de los que continúan fumando. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Los individuos con un cáncer de pulmón que tienen que sufrir una resección pulmonar son a veces cardiópatas conocidos o bien padecen una cardiopatía silente no diagnosticada. La exéresis pulmonar se considera hoy en día como una interven- ción quirúrgica de riesgo intermedio en cuanto a la aparición TABLA 58.6 Valoración clínica del estado general de un enfermo* Valoración Estado 0 Normal 1 Tiene manifestaciones clínicas, pero está en régimen ambulatorio y es capaz de vivir en su casa con manifestaciones del tumor que resultan tolerables 2 Tiene manifestaciones incapacitantes por el tumor y permanece menos del 50% del tiempo en cama 3 Está gravemente incapacitado, permanece más del 50% del tiempo en cama y es capaz de levantarse 4 Muy enfermo, está el 100% del día postrado en su cama 5 Muerte *Según la escala del Eastern Cooperative Oncology Group (ECOG). TABLA 58.5 Índice de comorbilidad de Charlson Puntuación Condición 1 Enfermedad arterial coronaria Insuficiencia cardíaca congestiva Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Enfermedad ulcerosa péptica Enfermedad vascular periférica Enfermedad hepática leve Enfermedad cerebrovascular Enfermedad del tejido conectivo Diabetes mellitus Demencia 2 Hemiplejía Enfermedad renal moderada o grave Diabetes mellitus con lesión de algún órgano Cualquier tumor previo (en los 5 años anteriores) Leucemia Linfoma 3 Enfermedad hepática moderada o grave 6 Tumor sólido metastásico Síndrome de inmunodeficiencia adquirida Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 490 de un infarto de miocardio o una muerte súbita (menos del 5%). En realidad, la cardiopatía isquémica es una circunstancia determinante de la mortalidad y la morbilidad en cualquier intervención. Es más, un infarto de miocardio reciente aumenta el riesgo relativo depadecer un nuevo síndrome coronario agudo tras la operación. A este respecto, diversos estudios han subrayado la impor- tancia de la prueba de esfuerzo (ergometría respiratoria) en la valoración del riesgo quirúrgico de los enfermos con una cardiopatía isquémica. Una baja capacidad para realizar ejercicio es un factor de riesgo independiente para sufrir una complicación cardíaca, lo cual no ocurre con los cambios elec- trocardiográficos que pueden aparecer durante la prueba de esfuerzo. Un consumo máximo de oxígeno bajo también es un buen marcador de la existencia de un riesgo quirúrgico alto. La resección pulmonar incrementa la frecuencia de las taquiarritmias supraventriculares. El tratamiento profiláctico con amiodarona o sotalol reduce la incidencia de la fibrilación auricular, pero siempre debe tenerse en cuenta la contrain- dicación relativa que supone la administración de fármacos bloqueantes β-adrenérgicos en los sujetos que tienen una hipe- rreactividad bronquial. El diltiazem es útil, en comparación con la digoxina, en la prevención de las arritmias supraventricula- res, en particular de la fibrilación auricular, en los enfermos que van a ser sometidos a una neumectomía. También se ha referido que los pacientes que tienen esta complicación son los de edad más avanzada. En todos los casos, el mantenimiento de una oxigenación óptima es el principio básico para evitar los diversos tipos de arritmias cardíacas posibles. La quimioterapia que se emplea en el cáncer de pulmón no tiene una cardiotoxicidad especial, ya que habitualmente no se recurre a la familia de las antraciclinas, la más nociva en este sentido. No obstante, en los pacientes que tienen una cardiopatía previa debe prestarse especial atención a la toxi- cidad cardíaca atípica que pueden ocasionar algunos agentes farmacológicos. Este es el caso, por ejemplo, de la retención hídrica que se observa en las personas tratadas con docetaxel de manera prolongada. También se ha sugerido que la amiodaro- na, empleada como tratamiento antiarrítmico en los individuos que se someten a una quimioterapia, podría incrementar el riesgo de una toxicidad pulmonar medicamentosa en algunas ocasiones. HEPATOPATÍAS El hallazgo de alteraciones en las pruebas de función hepá- tica en un enfermo asintomático o con una hepatitis crónica leve no debiera influir significativamente en las decisiones terapéuticas que hayan de tomarse en el tratamiento de un cáncer de pulmón. El docetaxel, la vincristina, el paclitaxel, el etopósido, la ifosfamida y la vinorrelbina tienen cierta capa- cidad hepatotóxica, por lo que es necesario vigilar las pruebas hepáticas y ajustar las dosis según la evolución que se observe. Los individuos que padecen una hepatopatía tienen una mayor morbimortalidad perioperatoria, un mayor riesgo de infección posquirúrgica y una mayor frecuencia de hemorragias debidas a alguna coagulopatía. La cirugía pulmonar electiva mayor está contraindicada, por su elevada morbimortalidad, en los sujetos que tienen una hepatitis aguda ictérica, una hepatitis alcohólica o una hepatitis fulminante. En estos casos, las tasas de mortalidad alcanzan el 13, el 50 y hasta el 100%, respectivamente. INSUFICIENCIA RENAL La insuficiencia renal también se asocia con una mayor mor- bimortalidad perioperatoria en el cáncer de pulmón, sobre todo cuando se acompaña de otras alteraciones o trastornos. El aumento del nitrógeno ureico sérico se ha descrito como un factor de riesgo para la insuficiencia respiratoria posquirúrgica. También debe recordarse que en los pacientes que tienen una insuficiencia renal la quimioterapia puede incrementar aún más la lesión renal a través de mecanismos distintos, como la hipovolemia, la administración concomitante de medicación nefrotóxica (antiinflamatorios no esteroideos, aminoglucósi- dos, medios de contraste, etc.) o la uropatía obstructiva. Por ello, la dosis del agente quimioterápico que se va a utilizar debe ajustarse con precisión cuando se recurre a sustancias que se metabolizan o excretan por vía renal. Asimismo, han de tratarse adecuadamente las enfermedades asociadas (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia, etc.), debe limitarse el uso de fármacos nefrotóxicos, tiene que mejorarse el estado nutricional del individuo y conviene evitar las situaciones que cursan con una depleción de volumen. DIABETES MELLITUS La diabetes mellitus es otro factor de riesgo perioperatorio en el cáncer de pulmón, entre otras cosas por la frecuencia con la que se asocia con alteraciones vasculares, incluida la cardio- patía isquémica, y con trastornos del equilibrio ácido-base e hidroelectrolítico. También conviene saber que la hiperglucemia puede oca- sionar una menor captación tumoral de la flúor-2-desoxiglu- cosa (FDG) si se hace una PET por cualquier motivo. Algunos trabajos recientes no han encontrado, sin embargo, que las diferencias al estudiar una neoplasia pulmonar en un enfermo que, además, tiene una diabetes mellitus sean muy significativas, en cuanto a lo que se observa en un individuo no diabético. INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA En los últimos años han mejorado las expectativas clínicas de las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) gracias a la introducción del llamado trata- miento antirretroviral de alta eficacia (HAART). Consideran- do el buen pronóstico actual de la infección por el VIH, el tratamiento del cáncer de pulmón en estos casos no debe ser diferente, en principio, del que se plantea normalmente en la población general. Los procedimientos quirúrgicos empleados de forma habitual no tienen mayor riesgo en los pacientes VIH positivos que en los negativos. Conviene recordar, no obstante, que la infección por el VIH se asocia con frecuencia a trombo- penia, leucopenia o anemia, por lo que la quimioterapia debe ajustarse, en cada caso, teniendo en cuenta estas circunstancias. La neutropenia es el factor que más condiciona las compli- caciones infecciosas que aparecen en los sujetos que tienen un carcinoma broncogénico y que son VIH positivos. En ocasio- nes, además, estos enfermos están coinfectados por el virus de la hepatitis C, lo que ocurre prácticamente siempre en los casos Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 58 Carcinoma broncogénico: factores pronósticos y evolución 491 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. en los que el VIH se adquirió por el consumo de drogas por vía parenteral. En estos individuos, la hepatopatía puede ser otro factor limitante para el uso de ciertos agentes citotóxicos. A la toxicidad de la quimioterapia del cáncer de pulmón hay que añadir, asimismo, la que se deriva del tratamiento de la infección por el VIH y de la interacción farmacológica múltiple que puede producirse. Finalmente, debe insistirse en que la adherencia terapéutica es también otro elemento que debe considerarse y que ha de vigilarse siempre muy estrechamente. Durante la quimioterapia no debe suspenderse el trata- miento antirretroviral, salvo que aparezcan efectos adversos relevantes. OTRAS COMORBILIDADES Las alteraciones nutricionales, sobre todo las que se traducen en una hipoalbuminemia, aumentan el riesgo de complicaciones y la mortalidad en cualquiera de las modalidades terapéuticas actuales del cáncer de pulmón. También la obesidad mórbida incrementa la morbilidad de la intervención quirúrgica en relación, por ejemplo, con la anestesia o durante el postope- ratorio. En las enfermedades neuromusculares primarias y en las neuromiopatías secundarias a la quimioterapia de otras neoplasias existentes previamente, debe tenerse en cuenta la posibilidad de una afectación neuromuscularinducida por los citostáticos, ya que esto puede aumentar el riesgo operatorio y las complicaciones posquirúrgicas. La valoración de la fuerza muscular respiratoria puede conocerse si se determinan las presiones respiratorias máximas (presión inspiratoria máxima y presión espiratoria máxima). Edad El papel que tiene la edad en la supervivencia a largo plazo en el cáncer de pulmón no microcítico resecado se ha analizado mucho, si bien los datos existentes son contradictorios. Varios trabajos recientes no han encontrado diferencias significativas, en la supervivencia a los 5 años, en los individuos que tienen más o menos de 70 años, siempre que la función pulmonar sea buena. Quizá este hecho tiene relación con la cuidadosa selec- ción que se hace cuando un enfermo tiene una edad avanzada. Suelen usarse entonces criterios de indicación quirúrgica muy restrictivos y normalmente se excluye a los pacientes en los que la función pulmonar es peor o que muestran alguna comorbi- lidad asociada importante. No obstante, en otros artículos se ha señalado que la edad desempeña un papel adverso e indepen- diente en el pronóstico a largo plazo de los sujetos que tienen una neoplasia pulmonar no microcítica en estadios quirúrgicos. Calidad de vida Es una circunstancia que claramente refleja una situación multidimensional, ya que incluye diversidad de elementos (personales, familiares, funcionales, sociales, etc.). La calidad de vida se ha estudiado sobre todo en los pacientes que tienen un carcinoma broncogénico no microcítico. Por el momento, aunque los hallazgos no son concluyentes, parece que en los estadios avanzados (IV) de la enfermedad tumoral los indivi- duos con una puntuación más alta en las escalas de calidad de vida tienen una supervivencia algo mayor. OTROS FACTORES PRONÓSTICOS Algunas manifestaciones clínicas, normalmente interpretadas como una consecuencia directa del tumor, en particular la pér- dida de peso corporal (superior al 10%) y el mal estado general (performance status), condicionan un pronóstico adverso. En algunos trabajos, en los que se ha efectuado una estrati- ficación por estadios TNM y por otras variables significativas, se ha encontrado que el sexo femenino se relaciona con un curso evolutivo más favorable. En ciertas series norteameri- canas también se ha señalado que la existencia de un nivel socioeconómico bajo se traduce en una peor evolución del tumor. ÍNDICES PRONÓSTICOS MULTIDIMENSIONALES Ante la multitud de factores (clínicos, anatomopatológicos, moleculares, etc.) que pueden influir en el pronóstico del cáncer de pulmón parece lógico pensar que sería conveniente encontrar un índice integrado o multidimensional que brinde un acercamiento lo más fidedigno posible a cada caso concreto. Sin embargo, hasta la fecha muy pocas publicaciones han investigado esta posibilidad o se han referido con rigor a estos índices integradores. Al respecto cabe destacar el análisis del CGGB-SEPAR, en el que se describe un modelo pronóstico basado en cuatro grupos de variables (estadio TNM, hallazgos clínicos, datos molecu- lares y resultados de laboratorio), estableciéndose así un algo- ritmo de clasificación según estas variables. En su modelo se consigue un área bajo la curva de 0,74 (intervalo de confianza al 95%: 0,70-0,79), que es mucho mejor que lo que se obtiene con cada una de las variables por separado y que es menos caro que otros modelos que se basan, exclusivamente, en la expresión génica del tumor. El problema de este análisis estriba, al igual que otros muchos estudios pronósticos referidos a las neoplasias pulmonares, en que se ha recogido la mortalidad global y no la mortalidad concretamente debida al carcinoma broncogénico. Es posible que en el futuro se elaboren nuevos trabajos en los que se considere un mayor número de varia- bles, quizá más específicas, de modo que pueda conocerse de manera ajustada y rigurosa el pronóstico individual en cada enfermo con un cáncer de pulmón. Bibliografía Asamura H, Goya T, Koshiishi Y, Sohara Y, Eguchi K, Mori M, et al. A Japanese lung cancer register study: prognosis of 13.010 resected lung cancers. J Thorac Oncol 2008;3:46-52. Berghmans T, Dusart M, Paesmans M, Hossein-Foucher C, Buvat I, Castaigne C, et al. Primary tumour standardized uptake value (SUVmax) measured on fluorodeoxyglucose emission tomography (PDG-PET) is of prognostic value for survival in non-small cell lung cancer (NSCLC): a systematic review and meta-analysis (MA) by the European Lung Cancer Working Party for the IASLC Lung Cancer Staging Project. J Thorac Oncol 2008;3:6-12. Birim O, Kappetein AP, Bogers JJC. Charlson comorbidity index as a predictor of long term outcome after surgery for non small-cell lung cancer. Eur J Cardiothorac Surgery 2005;28:759-62. Braun DP, Gupta D, Staren ED. Quality of life assessment as a predictor of survival in non-small cell lung cancer. BMC Cancer 2011;11:353. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1: