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771 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Síndrome de hipoventilación alveolar REGULACIÓN DE LA RESPIRACIÓN La función principal del aparato respiratorio es el inter- cambio gaseoso, cuyo objetivo es aportar oxígeno (O2) a la sangre arterial y eliminar el anhídrido carbónico (CO2) de la sangre venosa. Para realizar esta función tiene que haber un movimiento de gases, que se produce por la existencia de una diferencia de presiones entre los alvéolos y la atmósfera. Esta diferencia provoca la entrada y la salida del aire de los alvéolos. El gradiente inspiratorio de presiones se origina por un aumento de la presión pleural, que se transmite al espacio alveolar a través del parénquima pulmonar. Los músculos res- piratorios y las propiedades elásticas del pulmón y de la caja torácica son capaces de crear esa diferencia. Para realizar esta función, el aparato respiratorio está regido por un sistema que regula la ventilación y que está constituido, en esencia, por tres componentes: a) el control central, localizado en el encéfalo, que coordina la información; b) los efectores, que ejecutan las órdenes, y c) los sensores, que recogen la información para comprobar la eficacia de la respiración (fig. 91.1). Los centros nerviosos que regulan la ventilación están constituidos por neuronas ubicadas en el bulbo raquídeo, la protuberancia y el tronco del encéfalo, aunque no tienen unos límites anatómicos bien definidos. No obstante, al res- pecto se distinguen varios núcleos de especial importancia (cuadro 91.1), tal y como se expone a continuación: ● Grupo respiratorio dorsal (GRD). Se localiza en la región bulbar, en el área del núcleo ventrolateral del tracto solitario. Está formado por una concentración bilateral de neuronas de predominio inspiratorio. La activación de este grupo neuronal se produce por potenciales crecientes, a modo de rampa, que cesan de manera brusca para volver a empezar. Estos impulsos están modulados por impulsos aferentes procedentes de los nervios vago y glosofaríngeo, que llevan información de los receptores periféricos (mecanorreceptores, barorrecep- tores y receptores pulmonares). Sus impulsos se envían a las motoneuronas frénicas y a las de los músculos intercostales. ● Grupo respiratorio ventral (GRV). Se localiza por delante del GRD y se extiende desde la unión bulbomedular hasta el núcleo retrofacial. Dentro de este grupo pueden distinguirse cuatro zonas: el complejo de Bötzinger, situado en el núcleo retrofacial, responsable de la actividad inhibitoria de la ins- piración durante la espiración; el complejo pre-Bötzinger, responsable de la ritmicidad y que actúa, por tanto, como un marcapasos respiratorio; el grupo rostral, ubicado cerca del núcleo retrofacial, que está compuesto por neuronas con un patrón de descarga inspiratoria, cuyos impulsos se transmiten a través de motoneuronas que inervan el dia- fragma y los músculos intercostales externos; y, finalmente, el grupo caudal, localizado en la unión bulboespinal, que contiene neuronas con un patrón de descarga espiratorio, cuyo impulso se transmite por motoneuronas que inervan los músculos abdominales e intercostales. ● Centro neumotáxico. Se encuentra en la protuberancia, en el núcleo parabraquial y en los núcleos de Kölliker-Fuse. Provoca el cese de la rampa inspiratoria, para regular así la intensidad y, de modo secundario, al acortar el tiempo inspiratorio, la frecuencia respiratoria. ● Centro apnéusico. Se halla en la parte más distal de la pro- tuberancia. Posee actividad excitatoria sobre el GRD, lo que prolonga los potenciales de acción en la rampa. Su inactividad da lugar a la denominada respiración apnéusica, que se caracteriza por una inspiración prolongada con una espiración corta y que alguna vez se ve en los pacientes que padecen una esclerosis múltiple. Adicionalmente, la actividad de estos centros nerviosos se modula de manera voluntaria por el córtex cerebral. Así pueden atenderse las necesidades respiratorias relacionadas con la fonación, la tos o la respiración voluntaria. Se han identificado dos zonas, en la región poscruciata y en el mesocórtex, que reciben aferencias musculares y envían aferencias a los núcleos troncoencefálicos. El impulso neural, que se transmite a los músculos respiratorios por las motoneuronas, activa el dia- fragma, los músculos intercostales, abdominales y accesorios de la respiración, y el esternocleidomastoideo. La intensidad del estímulo depende tanto de la magnitud de este como de las propiedades intrínsecas de la fibra muscular. Para comprobar la eficacia de la respiración, el sistema ventilatorio posee sensores de dos tipos: mecanorreceptores y quimiorreceptores. Los primeros están constituidos por los receptores de estiramiento, que se localizan en el pulmón, los receptores de irritación, ubicados en la vía aérea, y los 91 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIII Alteraciones de la regulación de la ventilación y síndrome de apneas e hipopneas del sueño 772 receptores «J» o yuxtacapilares, que se sitúan en el parénquima pulmonar. Los receptores de estiramiento se encuentran en el músculo liso de la vía aérea y actúan por medio del reflejo de Hering-Breuer, que inhibe la inspiración cuando se produce un aumento excesivo del volumen pulmonar. Los receptores mencionados envían sus señales inhibitorias por el nervio vago al GRD, lo que detiene el tren de estímulos, finalizando así la inspiración. Cuando desaparece la insuflación cesa el impulso, por lo que se transmiten estímulos para que se produzca la siguiente inspiración. Son los denominados recep- tores de adaptación lenta. Los receptores de irritación, también llamados de adaptación rápida, se localizan entre las células epiteliales de la vía aérea y producen una broncoconstricción para evitar la entrada de sustancias tóxicas en los alvéolos. Aumentan, además, la actividad de la musculatura inspiratoria. Los receptores «J» incrementan la frecuencia respiratoria si exis- te alguna reacción inflamatoria en el parénquima pulmonar, por lo que pueden responder tanto a la hiperinsuflación como a los influjos químicos presentes en la circulación pulmonar. Los quimiorreceptores se activan por cambios químicos: modificaciones en el pH, hipercapnia o hipoxemia. El CO 2 y los hidrogeniones pueden estimular directamente los grupos neuronales encefálicos, en la superficie ventral del bulbo raquí- deo y en otra zona más profunda, cercana al núcleo del tracto solitario y al núcleo cerúleo. El O 2, sin embargo, solo puede estimular los receptores situados lejos del sistema nervioso central. Los quimiorreceptores están ubicados en los grandes vasos. Son los cuerpos aórticos, localizados en el arco aórtico, a la salida de los troncos braquiocefálicos, que estimulan el GRD a través del nervio vago, y los cuerpos carotídeos, situados en la unión de la carótida interna y externa, que envían señales a través de los nervios glosofaríngeos. Los cuerpos carotídeos desempeñan una importante función en la regulación de la respiración y son los principales responsables de los cambios que se producen en la ventilación en relación con la hipoxemia. También tienen cierta relevancia en las modificaciones que se originan por la hipercapnia, ya que inducen la liberación de neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, las cuales activan el nervio glosofaríngeo para transmitir la información a los centros respiratorios. Así, en los individuos sanos, los mecanorreceptores y los quimiorreceptores influyen sobre los centros respiratorios, que remiten señales, a través de la médula espinal y el nervio frénico, para que se contraiga el diafragma. De este modo se consiguela fuerza necesaria para que el aire entre en los alvéolos y se lleve a cabo el intercambio gaseoso. A través de los mecanorreceptores se ponen en marcha los mecanismos inhibitorios de la inspiración y se estimulan las neuronas espiratorias de los centros respiratorios, de tal manera que se mantiene la homeostasis de los gases arteriales (fig. 91.2). SÍNDROME DE HIPOVENTILACIÓN ALVEOLAR Concepto Se denomina síndrome de hipoventilación alveolar a la situa- ción que se produce en un individuo en el que, con unos pul- mones sanos, disminuye la cantidad de aire ventilado, es decir, la ventilación minuto. Esta situación se refleja en un descenso de la presión parcial arterial de oxígeno (PaO 2) o hipoxemia y en un aumento de la presión parcial arterial de CO2 (PaCO2) o hipercapnia. Por el contrario, la diferencia alveoloarterial de O2 se mantiene normal (cuadro 91.2). Etiología y patogenia El síndrome de hipoventilación alveolar puede clasificar- se atendiendo a criterios topográficos (cuadro 91.3). Así, FIGURA 91.1 Representación esquemática de los componentes que intervienen en la regulación de la respiración. Cuadro 91.1 ESTRUCTURAS IMPLICADAS EN LA REGULACIÓN DE LA VENTILACIÓN ALVEOLAR Centros respiratorios: ● Bulbares: ● Grupo respiratorio dorsal ● Grupo respiratorio ventral ● Protuberanciales: ● Centro apnéusico ● Centro neumotáxico ● Corticales cerebrales Quimiorreceptores: ● Periféricos: ● Cuerpos carotídeos ● Cuerpos aórticos ● Centrales Receptores pulmonares: ● Receptores J ● Receptores de distensión: ● De adaptación lenta ● De adaptación rápida Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 91 Síndrome de hipoventilación alveolar 773 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. las causas de una hipoventilación alveolar pueden encon- trarse en trastornos que tienen su origen en el propio sis- tema nervioso central, en procesos que afectan a las vías de transmisión del impulso nervioso y en anomalías que se sitúan en los músculos efectores, las vías aéreas o el parén- quima pulmonar. Dentro del primer grupo se encuadran la hipoventilación alveolar primaria, la hipoventilación por fármacos, las apneas centrales que se producen durante el sueño y el síndrome de obesidad-hipoventilación. En los demás grupos destacan la esclerosis lateral amiotrófica o la distrofia muscular de Duchenne. Por último, también son entidades causales frecuentes la enfermedad pulmonar obs- tructiva crónica (EPOC) y el síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS). En estos últimos casos, la hipoventilación alveolar suele presentarse en los estadios avanzados de la enfermedad. Otra forma de clasificación es la que se hace desde un pun- to etiológico, en la que se distinguen los casos que se deben a procesos de naturaleza hereditaria (distrofia muscular de Duchenne) de los de índole adquirida. Entre estos últimos están las alteraciones de la ventilación causadas por enferme- dades infecciosas (encefalitis, abscesos del sistema nervioso central, poliomielitis), traumáticas, obstructivas (edema de glotis, aspiración de un cuerpo extraño), isquémicas o hemorrá- gicas troncoencefálicas, tumorales, farmacológicas, metabólicas (diabetes mellitus grave, mixedema), inmunológicas (miastenia gravis), idiopáticas (epilepsia, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica) o yatrogénicas (endarterectomía, cirugía de resección del parénquima pulmonar, administración de fármacos sedantes). FIGURA 91.2 Integración de las distintas estructuras implicadas en la regulación de la respiración. Cuadro 91.2 ECUACIÓN PARA EL CÁLCULO DEL GRADIENTE ALVEOLOARTERIAL DE OXÍGENO A aPO PAO PaO PAO [(Pb PH O) FIO ] (PaCO /CR) 2 2 2 2 2 2 2 −− −−= = − × − Respirando aire ambiente a nivel del mar y en reposo, la ecuación queda de la siguiente forma: PAO2 = [(760 – 47) × 0,21] – (PaCO2/0,8) A-aPO2, gradiente alveoloarterial de oxígeno; CR, cociente respiratorio; FIO2, fracción inspiratoria de oxígeno; PAO2, presión alveolar de oxígeno; PaO2, presión arterial de oxígeno; Pb, presión barométrica; PH2O, presión parcial del vapor de agua. A-aPO2=PAO2-PaO2PAO2=[(Pb−PH2O)×FIO2]−(PaCO2/CR) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIII Alteraciones de la regulación de la ventilación y síndrome de apneas e hipopneas del sueño 774 Epidemiología Los rasgos epidemiológicos de la hipoventilación alveolar varían en función de cuál sea su causa. Así, si se habla de la hipoventilación alveolar primaria, puede distinguirse entre una forma congénita, sin predominio de sexo, y una forma adquirida, que se observa sobre todo en varones entre 20 y 50 años de edad. Los procesos neuromusculares tienen distintas caracterís- ticas epidemiológicas que dependen de la entidad que se considere. La miopatía más frecuente es la enfermedad de Duchenne, que se transmite con una herencia ligada al sexo. Suele debutar alrededor de los 5 años de edad y desde entonces sus síntomas son progresivos. Las neumopatías que condicionan una hipoventilación, como la EPOC o los trastornos intersticiales, suelen expresarse en la sexta o séptima décadas de la vida, y progresan luego, de manera paulatina, en ocasiones hasta la muerte. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas del síndrome de hipoventilación alveolar son distintas según cuál sea el proceso causal y son más precoces cuando implican al sistema nervioso central o a las vías de eferencia del impulso respiratorio. Por el contrario, son más tardías en los procesos neuromusculares, cuando se afecta la caja torácica, y en los trastornos en los que existe una alteración de la vía aérea o del parénquima pulmonar. HIPOVENTILACIÓN ALVEOLAR PRIMARIA También denominada síndrome o maldición de Ondine, fue descrita por Robert Mellins en 1970. El epónimo surge como una alegoría del hada Ondine, hija de las aguas de la mitología germánica. La enfermedad tiene una forma congénita, que aparece desde el nacimiento, y otra adquirida (maldición de Ondine). La primera se caracteriza por una hipoxemia y una hipercapnia crónicas, en ausencia de trastorno neurológico, muscular o mecánico identificable. Se debe a un defecto apa- rentemente primario en la sensibilidad de los receptores cen- trales ante los cambios que se producen en los niveles arteriales del CO 2, que puede asociarse, asimismo, con un trastorno en los receptores periféricos de la PaO2. Ambas anomalías pueden compensarse durante el día gracias a la influencia cortical voluntaria, pero durante el sueño la situación se agrava al desaparecer el mecanismo vicariante del control consciente de la respiración. Hasta la fecha se han descrito varios cientos de pacientes con la forma congénita, cuya incidencia varía entre uno y dos casos cada 20.000 nacidos vivos y año. Esta variedad se debe a una alteración genética en el gen PHOX2B, que se localiza en el cromosoma 4q12. Casi todos estos casos son heterocigóticos para este gen. Las manifestaciones clínicas pueden incluir los síntomas y signos propios de enfermedades y lesiones que se relacionan, desde un punto de vista ontogénico, con la cresta neural. En un 15-20% de los enfermos se encuentra un megacolon aganglió- nico (enfermedad de Hirschsprung), y en un 2-5%, un tumor derivado de dicha cresta neural (neuroblastoma, ganglioneuro- blastoma o ganglioneuroma). Las anomalías en la ventilación se traducen en una cierta dificultad para la concentración o, Cuadro 91.3 CAUSAS DE HIPOVENTILACIÓN ALVEOLAR Alteracionesdel sistema nervioso central: ● Origen cerebral: ● Encefalitis ● Traumatismos ● Accidente cerebrovascular ● Status epiléptico ● Origen troncoencefálico: ● Hipoventilación alveolar primaria ● Síndrome de obesidad-hipoventilación ● Apnea central del sueño ● Efecto adverso de fármacos ● Consumo de sustancias de abuso ● Tumores ● Accidente vascular cerebral ● Hipotiroidismo ● Enfermedad de Parkinson ● Otras: poliomielitis, tétanos, sarcoidosis, encefalitis bulbar Alteraciones de la transmisión del estímulo nervioso: ● Traumatismo medular alto ● Síndrome de Arnold-Chiari ● Enfermedad de Parkinson ● Mielitis transversa ● Esclerosis múltiple Alteraciones de los receptores periféricos: ● Neuropatía diabética ● Endarterectomía por destrucción de los cuerpos carotídeos Procesos neuromusculares: ● Alteraciones en las astas anteriores de la médula: ● Esclerosis lateral amiotrófica ● Poliomielitis ● Alteraciones en los nervios periféricos: •● Síndrome de Guillain-Barré ● Alteraciones de la unión neuromuscular: •● Miastenia gravis ● Alteraciones propiamente musculares: ● Distrofia muscular de Duchenne ● Polimiositis ● Otras miopatías hereditarias y adquiridas Procesos de la caja torácica: ● Cifoescoliosis ● Espondilitis anquilopoyética ● Toracoplastia Alteraciones en la vía aérea: ● Obstrucción por un cuerpo extraño ● Síndrome de apneas e hipopneas del el sueño ● Parálisis o tumor de las cuerdas vocales Enfermedad parenquimatosa pulmonar: ● Enfermedad pulmonar obstructiva crónica ● Enfermedad pulmonar intersticial Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 91 Síndrome de hipoventilación alveolar 775 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. en los niños, en un retraso en el desarrollo intelectual. En la edad adulta se expresan con hipersomnolencia diurna, tras- tornos del sueño y cefalea matutina. Posteriormente, como consecuencia de la hipoxemia, suele aparecer una cianosis y producirse una poliglobulia secundaria. Pueden surgir, asimis- mo, complicaciones cardiovasculares, como una hipertensión arterial pulmonar o una disfunción ventricular derecha. Los niveles sanguíneos de los gases respiratorios en vigilia pueden ser normales, al existir una hiperventilación voluntaria, que a veces es subconsciente y ser, simplemente, una expresión del mecanismo de adaptación que se pone en marcha. La res- puesta autonómica a mezclas hipercápnicas o hipóxicas no es capaz de normalizar los gases, que ante estos estímulos siguen siendo anómalos. La espirometría forzada y las presiones res- piratorias máximas son normales. ALTERACIONES DE ORIGEN ENCEFÁLICO Tienen su origen en el córtex cerebral o en el tronco del encéfa- lo. Pueden deberse a un daño estructural o a lesiones provoca- das por agentes externos, como consecuencia de traumatismos, accidentes vasculares cerebrales o infecciones. En estos casos se alternan períodos de hipoventilación con fases de ventilación normal o, incluso, hiperventilación. El abuso de sustancias tóxicas y de determinados fármacos depresores del sistema nervioso central (anestésicos, narcóticos, barbitúricos y ben- zodiacepinas) también puede ocasionar una hipoventilación y tener consecuencias graves si existe alguna otra enfermedad concomitante. ALTERACIONES DE ORIGEN MEDULAR Se producen sobre todo por traumatismos directos o por com- presiones de las estructuras circundantes, como ocurre en el síndrome de Arnold-Chiari. Cuando el trastorno afecta a la médula cervical o torácica, se lesionan las vías que unen los centros ventilatorios con los músculos efectores. El nivel de la quinta vértebra cervical marca la aparición de manifestaciones clínicas respiratorias. Si la alteración sucede por encima de ese nivel, se afecta la movilidad diafragmática. Por el con- trario, si está por debajo, la musculatura diafragmática queda preservada, pero sí se modifica la contractilidad de los mús- culos intercostales. ALTERACIONES DE LOS QUIMIORRECEPTORES PERIFÉRICOS Suelen tener su causa en intervenciones quirúrgicas realizadas sobre el sistema circulatorio o en técnicas endovasculares, como la endarterectomía. También pueden encontrarse en las neuropatías autonómicas graves, como la que aparece en la diabetes mellitus. ALTERACIONES DE LA CAJA TORÁCICA Las deformaciones de la columna vertebral, como las que se producen por una cifoescoliosis secundaria a una tuberculosis ósea, una espondilitis anquilopoyética o una toracoplastia, originan a veces graves problemas ventilatorios. El grado de la deformidad es determinante en cuanto a la aparición de una insuficiencia respiratoria. En casi todos los casos las primeras manifestaciones clínicas se observan en las décadas medias de la vida, aunque en otras ocasiones la evolución es mucho más rápida y se evidencian ya desde la adolescencia. ALTERACIONES DE ORIGEN NEUROMUSCULAR Se incluyen aquí diversas enfermedades, que pueden clasificarse en atención a la localización anatómica en la que, primaria- mente, asienta cada una de ellas. Afectación de la motoneurona La principal es la esclerosis lateral amiotrófica. Se debe a una degeneración de las neuronas motoras del sistema nervioso, incluyendo las de las astas anteriores de la médula espinal. Se afectan los músculos inspiratorios y los de las vías aéreas superiores, lo que da lugar a debilidad, atrofia muscular y rigidez. La hipoventilación alveolar aparece al inicio o, a veces, ya avanzada la enfermedad y condiciona el pronóstico vital del paciente. Distrofias musculares La entidad más importante es la distrofia muscular pseudo- hipertrófica o distrofia muscular progresiva de Duchenne. Tiene su origen en una alteración genética de herencia rece- siva ligada al cromosoma X. Esta anomalía se traduce en la falta de expresión de una proteína (distrofina), que tiene capacidad para proteger la estructura muscular durante las contracciones. Como consecuencia el músculo se lesiona y termina transformándose por la fibrosis que se produce. El daño repercute en todos los músculos de la economía, por lo que los respiratorios también se acaban afectando. De este modo se progresa hacia una hipoventilación alveolar, que se acentúa por las deformidades que también aparecen en la caja torácica. Alteraciones de la unión neuromuscular La miastenia gravis se debe a una disminución, de origen autoinmune, en el número de receptores postsinápticos de acetilcolina que se encuentran en las uniones neuromusculares. Estos receptores se alteran, se bloquean o se destruyen por la acción de autoanticuerpos antirreceptor, lo que evita que se produzca la contracción muscular. Los síntomas fluctúan a lo largo del día y se relacionan con la intensidad del ejercicio físico. La debilidad de los músculos de la pared torácica puede llevar al desarrollo de una insuficiencia respiratoria. Alteraciones de los nervios periféricos El síndrome de Guillain-Barré es una polineuropatía ascen- dente y desmielinizante que se caracteriza por cursar con una arreflexia y una parálisis motora. Es una causa frecuente de fracaso ventilatorio y uno de los motivos por los que puede estar indicada la instauración de una ventilación mecánica. Se debe a una debilidad muscular progresiva, que se extiende a distintos territorios entre 1 semana y 1 mes después del inicio de la enfermedad, aunque con posterioridad se consigue, de manera progresiva, una recuperación funcional de los mús- culos afectados. ALTERACIONES DE ORIGEN PULMONAR Se incluyen en este apartado las alteraciones que implican al árbol traqueobronquial y al parénquima pulmonar. Entre ellas destaca la EPOC, que es la causa de hipoventilación alveolar Descargado de ClinicalKey.es desde UniversidadNacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIII Alteraciones de la regulación de la ventilación y síndrome de apneas e hipopneas del sueño 776 más importante. El mecanismo patogénico más importante se encuentra en el aumento de la resistencia al flujo, sobre todo durante la espiración, que se produce en la vía aérea central y periférica. También se debe, en algunos casos (enfisema pul- monar), a la pérdida de los anclajes bronquioloalveolares, lo que favorece el colapso precoz de las vías aéreas más periféricas y potencia la obstrucción al flujo. En esta situación se favorece la hiperinsuflación dinámica y el atrapamiento aéreo. Todos estos cambios modifican el intercambio pulmonar de gases, el cociente entre la ventilación y la perfusión, y la tolerancia al ejercicio. Finalmente aparece un trastorno en la ventilación alveolar y se desarrolla una importante fatiga muscular, que se expresa a través de las sucesivas descompensaciones que expe- rimenta la enfermedad. Diagnóstico Para alcanzar el diagnóstico de una hipoventilación alveo- lar debe empezar por realizarse una buena anamnesis y una correcta exploración física del paciente, que han de seguirse luego de las oportunas pruebas funcionales respiratorias y de una gasometría arterial. Se tienen que efectuar, en todo caso una espirometría forzada y una medición de los volúme- nes pulmonares estáticos y de la ventilación voluntaria máxi- ma. También hay que evaluar la fuerza muscular respiratoria. Deben solicitarse, asimismo, unos análisis de sangre, que han de incluir, además del hemograma y del estudio bioquímico, un ionograma y la determinación de las hormonas tiroideas séricas. La cuantificación de la PaO 2 y de la PaCO2, así como del gradiente alveoloarterial de oxígeno, permite identificar la hipoventilación alveolar existente. Los demás datos clínicos sirven, en la mayoría de las ocasiones, para precisar si esta es de origen central (tabla 91.1). Cuando la anamnesis o la explo- ración física orientan hacia una causa central o neuromuscular, debe estudiarse también el patrón ventilatorio y la presión de oclusión inicial (impulso inspiratorio central). La espirometría y el registro del patrón inspiratorio son útiles para estimar el volumen corriente y la frecuencia res- piratoria. Puede calcularse así el volumen minuto ventilatorio, los tiempos del ciclo respiratorio, el tiempo inspiratorio y el tiempo total del ciclo. La fuerza muscular respiratoria se evalúa mediante la determinación de la presión máxima generada por los músculos respiratorios, que puede medirse en la boca (presiones máximas inspiratoria y espiratoria), en las fosas nasales (sniff nasal inspiratory pressure o SNIP), en el esófago o en la cavidad gástrica. Con estas dos últimas puede valorarse la fuerza generada por el diafragma. Si la historia clínica o las pruebas complementarias sugieren que la causa de la hipoventilación es de predominio nocturno, es recomendable llevar a cabo una polisomnografía. Si la sos- pecha se dirige hacia una posible alteración de los mecanismos reguladores de la ventilación, es aconsejable realizar una prue- ba de estimulación con mezclas de gases hipóxicas e hipercáp- nicas. La estimulación hipercápnica puede efectuarse mediante la técnica de reinhalación del aire espirado (rebreathing) o con el método de la respiración de una mezcla rica en CO 2. La estimulación hipóxica se consigue con un procedimiento muy similar al de la estimulación hipercápnica, pero en este caso con una mezcla pobre en O2. Ante la sospecha de una anomalía en el impulso nervioso es útil analizar los efectos de la estimulación eléctrica del nervio frénico o de la estimulación magnética del diafragma. Una vez generado el estímulo ventilatorio, este debe transmitirse a los efectores musculares. Esta fase puede estudiarse mediante técnicas neurofisiológicas, que evalúen la transmisión nerviosa en sus componentes cualitativos y cuantitativos (tabla 91.2). Tratamiento El tratamiento del síndrome de hipoventilación alveolar debe encaminarse, siempre que sea posible, a eliminar la causa que provoca la hipoventilación, la falta de un volumen corriente adecuado y las consecuencias que esto conlleva. Así, puede recu- rrirse a los antibióticos en los procesos infecciosos, a la quimio y la radioterapia en las neoplasias, al tratamiento farmacológico pertinente en enfermedades como la diabetes mellitus, la mias- tenia gravis o el hipotiroidismo, y a determinados antídotos en las intoxicaciones por medicamentos o por el abuso de drogas. Por otra parte, debe tratarse la propia hipoventilación alveo- lar con la correspondiente ventilación mecánica, ya sea invasiva o no invasiva, siempre que esté indicada. En algunos casos seleccionados pueden implantarse dispositivos de estimulación neuromuscular. En los últimos años se han realizado varios ensayos clínicos con estimulantes de los centros respiratorios. Sin embargo, su uso no puede recomendarse y solo podría considerarse en enfermos muy seleccionados. Por último, para evitar las consecuencias que provoca la hipoventilación, en algunos casos puede emplearse el oxígeno suplementario, manteniendo siempre una vigilancia estrecha de la PaCO 2. TABLA 91.1 Exploraciones complementarias que se precisan para el diagnóstico de las alteraciones de la regulación de la respiración Prueba diagnóstica Necesaria Opcional Gasometría arterial Diurna Nocturna X X Mecánica respiratoria y función muscular Espirometría forzada X Espirometría en decúbito X Medida de la presión inspiratoria máxima X Medida de la presión transdiafragmática X Evaluación de la regulación de la ventilación Patrón ventilatorio basal X Medida de la presión de oclusión inicial X Respuesta a la hipercapnia X Estudios de sueño Registro oximétrico nocturno X Poligrafía respiratoria X Polisomnografía X Capnografía nocturna X Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 91 Síndrome de hipoventilación alveolar 777 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Bibliografía American Thoracic Society. Idiopathic congenital central hypoventila- tion syndrome: diagnosis and management. Am J Respir Crit Care Med 1999;160:368-73. Böing S, Randerath WJ. Chronic hypoventilation syndromes and sleep- related hypoventilation. J Thorac Dis 2015;7:1273-85. Casey K, Ortiz K, Brown L. Sleep-related hypoventilation/hypoxemic syndromes. Chest 2007;131:1936-48. Chebbo A, Tfaili A, Jones SF. Hypoventilation syndromes. Med Clin North Am 2011;95:1189-202. De Lucas Ramos P, Villar Álvarez F, López Martín S. Control de la ventilación y sus alteraciones. En: Tratado de insuficiencia res- piratoria. De Lucas Ramos P, Güell Rous R, Rodríguez González- Moro JM, Antón Albisu A, eds. Madrid: Ediciones Ergon. 2006; 13-24. Eckert D, Jordan S, Merchia P, Malhotra A. Central sleep apnea: pa- thophysiology and treatment. Chest 2007;131:595-607. Gea Guiral J. Síndromes de hiperventilación e hipoventilación. 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TABLA 91.2 Utilización de las pruebas de función respiratoria en el diagnóstico de las alteraciones ventilatorias Alteración en el control voluntario de la respiración Alteración en el control automático de la respiraciónEnfermedad neuromuscular Alteración en el sistema respiratorio Gasometría arterial PaCO2 alterada PaCO2 alterada PaCO2 alterada PaCO2 alterada A-aPO2 normal A-aPO2 normal A-aPO2 normal A-aPO2 elevado Patrón ventilatorio Alterado Alterado Alterado Alterado Espirometría forzada Normal Normal FVC disminuida Alterada Volúmenes pulmonares estáticos Normal Normal Disminuidos Alterados Presiones respiratorias máximas Normales Normales Disminuidas Normales o disminuidas Presión de oclusión inicial Normal Alterada Normal o alterada Normal o alterada Máxima ventilación voluntaria Normal o alterada Normal Disminuida Disminuida Respuesta a la estimulación hipóxica o hipercápnica Normal Disminuida Disminuida Normal o disminuida Ventilación durante el sueño Normal Apneas e hipopneas centrales Apneas e hipopneas centrales Alteraciones posibles, origen variable A-aPO2, gradiente alveoloarterial de oxígeno; FVC, capacidad vital forzada; PaCO2, presión arterial de anhídrido carbónico. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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