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LA LIBERTAD DEL CARÁCTER CONTRA EL OPRESOR ORDEN SOCIAL Por Jheason Osorio

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LA LIBERTAD DEL CARÁCTER CONTRA EL OPRESOR ORDEN SOCIAL 
Por: Jheason Osorio 
 
La costumbre es un fenómeno natural de la sociedad y el carácter un origen del hombre. 
Ahora bien, para que exista el carácter del hombre debe de existir la voluntad sobre sus 
decisiones, la liberta y autonomía de crear ideas, lo que por supuesto resalta el carácter por 
encima de la costumbre. 
 
El hombre tiene la tristeza de perder su carácter cuando es sometido a las elecciones de las 
mayorías o de uno sólo, pues ciertamente existen sociedades y hombres que son un orden 
corrupto. 
 
Efectivamente, la costumbre y la sociedad son la alternativa del Utilitarismo, la cual es la 
doctrina que califica la moralidad de una acción en función de la cantidad de individuos 
para los que es beneficiosa. 
 
En definitiva, una acción es ética cuando beneficia al individuo, y una acción es moral 
cuando favorece a la sociedad. 
 
Rawls, menciona que la justicia determina que los beneficios y las cargas de la sociedad 
sean repartidos entre sus individuos atendiendo al principio de equidad. De esta forma, nace 
a la luz el problema de definir qué es justo o equitativo en una sociedad como la 
contemporánea, que se caracteriza por las desigualdades y las diversas interpretaciones 
acerca de los objetivos de las vidas particulares y no en un sólo objetivo cual es la dignidad 
del individuo. 
 
Rawls sugiere que los principios de justicia y equidad serían aquellos que unánimemente 
aceptarían todos los hombres en una hipotética situación a la que denominó “posición 
original”, en la cual todos los individuos coincidirían a la hora de señalar dos “bienes 
primarios”. En primer lugar, los derechos y libertades básicas; la libertad del individuo se 
debería extender hasta un límite marcado por el disfrute de similares libertades por los 
demás individuos. En segundo lugar, las desigualdades económicas y sociales deberían 
modificarse para proveer mayores beneficios a los menos favorecidos (lo que denomina 
“principio de diferencia”).