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H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V 47 FISIOLOGÍA DE LA HOMEOSTASIS DE LA GLUCOSA ■ Regulación de la glucosa en sangre ■ Fisiología de los islotes pancreáticos y secreción de insulina ■ Acción de la insulina ■ El receptor de insulina FISIOPATOLOGÍA Y DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS ■ Homeostasis de la glucosa y diagnóstico de la diabetes ■ Detección de diabetes y categorías del incremento en el riesgo de diabetes ■ Patogénesis de la diabetes tipo 1 ■ Patogénesis de la diabetes tipo 2 ■ Patogénesis de otras formas de diabetes ■ Complicaciones relacionadas con la diabetes TERAPIA DE LA DIABETES ■ Objetivos de la terapia ■ Aspectos no farmacológicos de la terapia de la diabetes ■ Terapia con insulina ■ Manejo de la diabetes en pacientes hospitalizados ■ Secretagogos de insulina y agentes reductores de la glucosa ■ Enfoque farmacológico combinado para la diabetes tipo 2 ■ Terapias emergentes para la diabetes HIPOGLUCEMIA ■ Agentes usados para tratar la hipoglucemia OTRAS HORMONAS O FÁRMACOS RELACIONADOS CON LOS ISLOTES PANCREÁTICOS ■ Diazóxido ■ Somatostatina La diabetes mellitus es un espectro de trastornos metabólicos ocasionados por muchos mecanismos patógenos, que dan como resultado la hiperglu- cemia. Los factores genéticos, así como los ambientales, contribuyen a su patogénesis, que implica la insuficiente secreción de insulina, reducción en la respuesta a la insulina endógena o exógena, aumento de la produc- ción de glucosa y anormalidades en el metabolismo de las grasas y las proteínas. La hiperglucemia resultante puede conducir a síntomas agu- dos de glucosa y anormalidades metabólicas. Las principales fuentes de la morbilidad de la diabetes son las complicaciones crónicas producidas por la hiperglucemia prolongada, incluyendo la retinopatía, neuropatía, nefropatía, y enfermedad cardiovascular. Estas complicaciones crónicas pueden ser mitigadas en muchos pacientes mediante el control sostenido de la glucosa en sangre y el tratamiento de comorbilidades tales como hipertensión y dislipidemia (Nathan, 2014; Orchard et al, 2015). En la ac- tualidad existen muchas opciones para el tratamiento de la hipergluce- mia que están dirigidas a los diferentes procesos que intervienen en la regulación o desregulación de la glucosa (Nathan, 2015). Fisiología de la homeostasis de la glucosa Regulación de la glucosa en sangre El mantenimiento de la homeostasis de la glucosa, denominado tolerancia a la glucosa, es un proceso sistémico muy desarrollado que implica la inte- gración de varios órganos fundamentales (figura 47-1). Aunque las accio- nes de la insulina son de importancia capital, también las redes de comunicación interórganos mediante las hormonas, nervios, factores lo- cales, y sustratos desempeñan un papel primordial. La célula β pancreá- tica es vital en este proceso homeostático al ajustar de modo muy preciso la cantidad de insulina que se segrega para promover la absorción de glucosa después de las comidas, y regular la cantidad de glucosa que sale del hígado durante los ayunos. En el estado de ayuno (figura 47-1A), las demandas de combustible del cuerpo se satisfacen con la oxidación de los ácidos grasos. El cerebro no usa eficazmente los ácidos grasos para satisfacer sus necesidades energéticas y en el estado de ayuno necesita glucosa para el funcionamiento normal. Los requerimientos de glucosa están en el orden de los 2 mg/kg/min en los hu- manos adultos, principalmente para suministrarle al CNS una fuente de energía. Los requerimientos de glucosa en el estado de ayuno son proporcionados principalmente por el hígado. El almacenamiento de glucógeno en el hígado suministra parte de esta glucosa, y el resto mediante la conversión en glu- cosa del lactato, la alanina y el glicerol. La regulación dominante de la glu- cogenolisis y de la gluconeogénesis hepáticas es controlada por las hormonas insulina y glucagón de los islotes pancreáticos. La insulina inhibe la produc- ción de glucosa hepática, y reduce las concentraciones de insulina circulan- tes en el estado de posabsorción de alimentos (ayuno) permitiendo la salida de una cantidad mayor de glucosa. En ausencia de carbohidratos exógenos (por la noche y en el periodo entre las comidas), el glucagón mantiene las concentraciones de glucosa en sangre en niveles fisiológicos, estimulando la gluconeogénesis y glucogenólisis por parte del hígado. La secreción de insulina es estimulada por la ingestión de alimentos, la absor- ción de nutrientes y aumento de la glucosa en sangre; y la insulina promue- ve el anabolismo de los lípidos y las proteínas (figura 47-1B). El papel central de la insulina en el metabolismo de la glucosa se enfatiza por el hecho de que todas las formas de diabetes humanas tienen como raíz cau- sal algún tipo de anormalidad en la secreción o acción de la insulina. La función de la célula β pancreática es controlada fundamentalmente por las concentraciones de glucosa en el plasma. Los aumentos de gluco- sa en sangre son necesarios para la liberación de insulina por encima de los niveles basales, y otros estímulos son relativamente ineficaces cuando la glucosa en plasma está en los niveles de ayuno (4.4-5.5 mmol/L u 80- 100 mg/100 mL). Entre estos otros estímulos se encuentran los sustratos nutritivos, hormonas insulinotrópicas liberadas por el tracto GI, y las vías de reacciones autónomas neurales. Los estímulos neurales inducen algún aumento en la secreción de insulina previo al consumo de alimentos. La estimulación neural de la secreción de insulina tiene lugar durante la in- gestión de las comidas y contribuye de forma significativa a la tolerancia de la glucosa. La llegada del bolo alimenticio al intestino hace que las cé- lulas endocrinas especializadas de la mucosa intestinal liberen péptidos insulinotrópicos. El GIP y el GLP-1 que en conjunto se les conoce como incretinas, son las hormonas intestinales esenciales que contribuyen a la tolerancia a la glucosa. Son secretadas proporcionalmente a la carga de nu- trientes ingeridos y pasan esta información a los grupos de células endo- crinas como parte de un mecanismo de retroalimentación-positiva que permite una respuesta apropiada de insulina al tamaño de la comida. Los índices de secreción de insulina en humanos saludables son más eleva- dos en la primera fase digestiva de las comidas, que precede y limita los picos de glucosa en sangre. Este patrón premonitorio de la secreción de insulina es un aspecto esencial de la tolerancia normal a la glucosa y uno de los principales retos para la terapia exitosa con insulina de los pacien- tes diabéticos es imitar este patrón. Capítulo Páncreas endocrino y farmacoterapia de la diabetes mellitus y la hipoglucemia https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 864 Pán creas en d ocrin o y farm acoterap ia d e la d iab etes m ellitus y la h ip oglucem ia CA PÍTU LO 47 Las concentraciones elevadas de insulina circulante reducen la gluco- sa en sangre inhibiendo la producción de glucosa hepática (HGP) y esti- mulando la captura y metabolismo de la glucosa por los tejidos musculares y adiposos. La producción de glucosa es inhibida a la mitad como máxi- mo con una concentración de insulina de alrededor de 120 pmol/L, mientras que la utilización de glucosa es estimulada también a la mitad como máximo a cerca de 300 pmol/L. Algunos de los efectos de la insuli- na sobre el hígado ocurren de forma rápida, dentro de los primeros 20 minutos posteriores a la ingestión de los alimentos, mientras que la esti- mulación de la captura de glucosa periférica pueden requerir hasta una hora para alcanzar cifras significativas. La insulina tiene efectos potentes para reducir la lipólisis de los adipocitos, principalmente a través de la inhibición de la hormona-lipasa sensible; la insulina también incrementa el almacenamiento de lípidos al promover la síntesis de lipoproteína-lipa- sa y la captura de glucosa en los adipocitos.En músculo y otros tejidos, la insulina estimula la captura de aminoácidos y la síntesis de proteínas e inhibe su degradación. El almacenamiento limitado de glucógeno en el músculo esquelético es movilizado al comienzo de la actividad física, pero la mayor parte de la glucosa de apoyo en el ejercicio proviene de la gluconeogénesis hepática. La EPI y la NE son las responsables de la regulación dominante de la pro- ducción de glucosa hepática durante la realización de ejercicio. Las cate- colaminas estimulan la glucogenólisis y la gluconeogénesis, inhiben la secreción de insulina, y aumentan la liberación de glucagón, todo esto contribuye al aumento de la producción de glucosa hepática. Adicional- mente, las catecolaminas promueven la lipólisis, promoviendo la libera- ción de ácidos grasos para la oxidación en los músculos ejercitados, y de glicerol para la gluconeogénesis hepática. Fisiología de los islotes pancreáticos y secreción de insulina Los islotes pancreáticos abarcan 1-2% del volumen pancreático, y consti- tuyen un miniórgano altamente vascularizado e inervado que contiene cinco tipos de células endocrinas: células α que secretan glucagón, células β que segregan insulina, células δ que secretan SST, células PP que secretan polipéptido pancreático, y células ε que secretan grelina. La insulina es sintetizada inicialmente como una cadena sencilla de polipéptido, preproinsulina (110 aminoácidos), que es procesada primero a proinsulina y después a insulina y péptido C (figura 47-2). Este complejo y altamente regulado proceso involucra al complejo de Golgi, el retículo endoplásmico, y los gránulos secretores de las células β. Los gránulos se- cretores son esenciales para la división y procesamiento de la prohormo- na hasta llegar a los productos finales de la secreción, insulina y péptido C, y para llevar la insulina a la membrana celular para la exocitosis. Can- tidades equimolares de insulina y péptido C (31 aminoácidos) son cose- cretadas. La insulina tiene una t1/2 de 5-6 min debido a su aclaramiento hepático extensivo. En contraste, el péptido C, cuyo receptor o función fisiológica son desconocidos, tiene una t1/2 cercana a 30 min. El péptido C es útil para evaluar la secreción de la célula β y para diferenciar la hi- perinsulinemia endógena y exógena (p. ej., en la evaluación de hipoglu- cemia inducida por insulina). La célula β también sintetiza y secreta IAPP o amilina, un péptido de 37 aminoácidos. El IAPP influencia la motilidad GI y la velocidad de absorción de la glucosa. La pramlintida es un agente utilizado en el tratamiento de la diabetes que imita la acción del IAPP. La secreción de insulina es regulada rigurosamente para proporcionar concentraciones estables de glucosa en la sangre durante el ayuno y la ingestión de alimentos. Esta regulación se logra por la interacción coordi- nada de varios nutrientes, hormonas del GI, hormonas pancreáticas, y neurotransmisores del sistema nervioso autónomo. La secreción de insu- lina es promovida por glucosa, aminoácidos, ácidos grasos, y cuerpos cetónicos. La glucosa es el principal secretagogo de insulina, y la secre- ción de insulina se ajusta rigurosamente a la concentración de glucosa extracelular. La secreción de insulina es mucho mayor cuando la misma cantidad de glucosa es administrada por vía oral comparada con la admi- nistrada por vía intravenosa, respuesta que es conocida como efecto de incretinas, atribuido a los péptidos GI insulinotrópicos. Los islotes pan- creáticos están muy inervados tanto por nervios adrenérgicos como por colinérgicos. La estimulación de los receptores adrenérgicos α2 inhibe la secreción de insulina, mientras que los agonistas de los receptores adre- nérgicos β2 y la estimulación del nervio vago favorecen la liberación. En sentido general, cualquier condición que active el sistema simpático del sistema nervioso autónomo (tales como hipoxia, hipoglucemia, ejercicio, hipotermia, cirugía o quemaduras graves) suprimen la secreción de insu- lina al estimular los receptores adrenérgicos α2. Los eventos moleculares que controlan la secreción de insulina estimu- lada por la glucosa inician con el transporte de glucosa hacia las células β a través de GLUT, un facilitador del transporte de glucosa, principalmente Abreviaturas AC: (adenylyl cyclase) Adenilciclasa A1c: (hemoglobin A1c) Hemoglobina A1c ADA: (American Diabetes Association) Asociación Americana de la Diabetes BP: (blood pressure) Presión sanguínea CHF: (congestive heart failure) Falla cardiaca congestiva CNS: (central nervous system) Sistema nervioso central CSII: (continuous subcutaneous insulin infusion) Infusión subcutánea continua de insulina CV: (cardiovascular) Cardiovascular CVD: (cardiovascular disease) Enfermedad cardiovascular DPP-4: (dipeptidyl peptidase IV) Dipeptidil peptidasa IV EPI: (epinephrine) Epinefrina GDM: (gestational diabetes mellitus) Diabetes mellitus gestacional GEF: (guanine nucleotide exchange factor) Factor de intercambio de nucleótido de guanina GFR: (glomerular filtration rate) Índice de filtración glomerular GIP: (glucose-dependent insulinotropic polypeptide) Polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa GIRK: (G protein-coupled inwardly rectifying K+ channel) Canal de K de rectificación interna unido a proteína G GK: (glucokinase [hexokinase IV]) Glucocinasa GLP: (glucagon-like peptide) Péptido similar al glucagón GLP-1RA: (GLP-1 receptor agonist) Agonista del receptor GLP-1 GLUT: (glucose transporter) Transportador de glucosa G6P: (glucose-6-phosphate) Fosfato de glucosa-6 GPCR: (G protein–coupled receptor) Receptor acoplado a proteína G GRPP: (glicentin-related pancreatic polypeptide) Polipéptido pancreático relacionado con la glicentina Hb: (hemoglobin) Hemoglobina HbA1c: (hemoglobin A1c) Hemoglobina A1c HDL: (high-density lipoprotein) Lipoproteína de alta densidad HGP: (hepatic glucose production) Producción de glucosa hepática HNF: (hepatocyte nuclear transcription factor) Factor de transcripción nuclear de hepatocitos IAPP: (islet amyloid polypeptide) Polipéptido amiloideo de los islotes ICU: (intensive care unit) Unidad de cuidados intensivos IFG: (impaired fasting glucose) Glucosa alterada en ayuno IFN: (interferon) Interferón IGF-1: (insulinlike growth factor 1) Factor de crecimiento tipo insulínico 1 IGT: (impaired glucose tolerance) Tolerancia a la glucosa afectada IL: (interleukin) Interleucina IRS: (insulin receptor substrate) Sustrato del receptor de insulina Kir: (inward rectifying K+ channel) Canal K+ de rectificación interna LDL: (low-density lipoprotein) Lipoproteína de baja densidad MAOI: (monoamine oxidase inhibitor) Inhibidor de monoamino oxidasa MODY: (maturity onset diabetes of the young) Diabetes de inicio en la madurez de los jóvenes mTOR: (mammalian target of rapamycin) Mamíferos blanco de la rapamicina NE: (norepinephrine) Norepinefrina NPH: (neutral protamine Hagedorn) Protamina neutral de Hagedorn NSAID: (nonsteroidal anti-inflammatory drug) Fármaco antiinflamatorio no esteroideo OCT: (organic cation transporter) Transportador de catión orgánico PC: (prohormone convertase) Convertasa de prohormona PI3K: (phosphatidylinositol-3-kinase) Fosfatidilinositol-3-cinasa PIP3: (phosphatidylinositol 3,4,5-trisphosphate) 3,4,5-trifosfato de fosfatidilinositol PLC: (phospholipase) Fosfolipasa PPAR: (peroxisome proliferator-activated receptor) Receptor activado por proliferador peroxisoma SGLT2: (sodium-glucose cotransporter 2) Cotransportador 2 de glucosa de sodio Shc: (src-homology-2-containing [protein]) Proteína que contiene Src-homólogo-2 SST: (somatostatin) Somatostatina SUR: (sulfonylurea receptor) Receptor de sulfonilurea TGF: (transforming growth factor) Factor transformador del crecimiento TNF: (tumor necrosis factor) Factor de necrosis tumoral https://booksmedicos.org 865 H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V A estado de ayuno B estado prandial Insu lina Hígado Cerebro G lucagón InsulinaInsulina Ácidos grasos 400 µM Lípidos de la di eta Incre tinas Hígado Insulina Insulina Ins uli naGlucagón Ácidos grasos <400 µM Cerebro Glucosa <100 mg/dL (5.6 mM) Islote pancreático Islote pancreático Islote pancreático Islote pancreático Islote pancreático Islote pancreático Ca rb oh id ra to s de la d ie ta Glucosa 120-140 mg/dL (6.7-7.8 mM) Músculo esquelético Tracto GI Músculo esquelético Tejido adiposo Tejido adiposo PC1: división de Arg31/Arg32 PC2: división de Lys64/Arg65 –24 1 2 2 86 División SP Formación de enlaces S-S plegables 24 SP Preproinsulina Insulina Proinsulina 30 cadena B 31 péptidos C 21 cadena A S S SS S S S S S S 86 1 A B S S A C B PC1 Péptido C PC2 C Figura 47-2 Síntesis y procesamiento de insulina. El péptido inicial, preproinsu- lina (110 aminoácidos) consiste en un péptido señalizador (SP, signal peptide), cadena B, péptido C, y una cadena A. El SP se escinde y se forman las unio- nes S-S que dan lugar a una estructura en pliegues que forman la proinsulina. Dos convertasas de la prohormona, PC1 y PC2, rompen la proinsulina en insulina, péptido C, y dos dipéptidos. La insulina y el péptido C se almacenan en gránulos y se cosecretan en cantidades equimolares. Figura 47-1 Homeostasis de la insulina, glucagón, y glucosa. A. Estado de ayuno. En humanos saludables, la glucosa plasmática se mantiene en un rango de 4.4 a 5 mM y los ácidos grasos cerca de 400 µM. En ausencia de absorción de nutrientes del tracto GI, la glucosa es suministrada básicamente por el hígado y los ácidos grasos por el tejido adiposo. En ayuno, los niveles de insulina plasmática son bajos y los de glucagón altos contribuyendo a aumentar la glucogenólisis y gluco- neogénesis hepáticas; la insulina en bajas concentraciones libera adipocitos de la inhibición, permitiendo el incremento de la lipogénesis. La mayoría de los tejidos oxida principalmente los ácidos grasos durante el ayuno, reservando glucosa adicional para uso del CNS. B. Estado prandial. Durante la ingestión de alimentos, la absorción de nutrientes origina aumento en la glucosa plasmática, resultando en liberación de incretinas de los intestinos y estímulos neurales que promueven la secreción de insulina. Controlados por la insulina, hígado, músculo esquelético, y tejido adiposo absorben activamente la glucosa. La pro- ducción y lipólisis de la glucosa hepática se inhiben, y aumenta la oxidación de la glucosa corporal total. El cerebro detecta las concentraciones de glucosa plasmática y proporciona estímulos reguladores que contribuyen a la homeostasis del combustible. Las flechas gruesas reflejan intensidad relativa de la acción y las líneas punteadas indican poca o ninguna actividad. el GLUT1 de las células β humanas (figura 47–3). Al penetrar en las células β, la glucosa es fosforilada rápidamente por la GK (hexocinasa IV); esta fosforilación es el paso que limita la velocidad del metabolismo de la glucosa en las células β. La afinidad distintiva de la GK por la glucosa conduce a un marcado aumento en el metabolismo de la glucosa en un rango superior a 5-10 mM de glucosa, en donde la secreción de insulina estimulada por glucosa es la más pronunciada. La G6P producida por la actividad de GK inicia la vía de reacciones glucolíticas, provocando cambios en la NADPH y en los índices de ADP/ATP. La ATP elevada inhibe el canal del K+ sen- sible a la ATP (canal KATP) dando lugar a la despolarización de la membra- na celular. Este canal KATP heteromérico está compuesto por un canal del K+ de rectificación interior (Kir6.2) y una proteína estrechamente asocia- da conocida como SUR. Las mutaciones que se producen en el canal KATP son las causantes de ciertos tipos específicos de diabetes neonatal e hipo- glucemia hiperinsulinémica. La despolarización de la membrana después del cierre de KATP conduce a la apertura de un canal del Ca2+ dependiente del voltaje y a un incremento del Ca2+ intracelular, lo que da como resul- tado la exocitosis de insulina de las vesículas de almacenamiento. Estos eventos intracelulares son modulados por los cambios en la producción de cAMP, el metabolismo de los aminoácidos y el nivel de factores de transcripción. El GPCR para glucagón, GIP, y GLP-1 y otros péptidos re- guladores se unen a Gs para estimular la secreción de adenililciclasa e insulina; los receptores de SST y los agonistas adrenérgicos α2 se acoplan a Gi para reducir la producción y secreción celular de cAMP. La célula pancreática α secreta principalmente glucagón, en respuesta a la hipoglucemia. La biosíntesis del glucagón se inicia con el preprogluca- gón, que es procesado de forma específica en las células para producir varios péptidos biológicamente activos, tales como glucagón, GLP-1, y GLP-2 (véase figura 47-9). En general, la secreción de glucagón e insulina está regulada de manera recíproca; es decir, los agentes o procesos que estimulan la secreción de insulina inhiben la secreción de glucagón. Las excepciones notables son la arginina y la SST: la arginina estimula y la SST inhibe la secreción de ambas hormonas. Acción de la insulina El receptor de insulina se expresa prácticamente en todos los tipos de cé- lulas de los mamíferos. El hígado, el músculo esquelético, la grasa (figura 47-1) y ciertas regiones específicas del cerebro y los islotes pancreáticos son vitales para la regulación de la glucosa en sangre. Las acciones de la insulina son anabólicas, y la señalización de ésta es fundamental para promover la captura, utilización y almacenamiento de los nutrientes principales: glucosa, lípidos, y aminoácidos. La insulina estimula la glu- https://booksmedicos.org 866 Pán creas en d ocrin o y farm acoterap ia d e la d iab etes m ellitus y la h ip oglucem ia CA PÍTU LO 47 Canal del K+ sensible a ATP Sulfonilurea/meglitinida Diazóxido Glucocinasa K+ K+ Ca2+ Na+ SUR1 insulina vesicular ACh PIP2 IP3 Glucosa G-6-P Canales del Ca2+ tipos T y L Nav Kir6.2 GLUT Insulina plasmática Núcleo DAG Ca2+ Conductancia de K+ Despolarización transitoria + ATP PLC Gq M3 Repolarización SST2 SST3 Gi/o AC cAMP Canales del Ca2+ Exocitosis PKA EPAC2 IncretinasAgonistas α2 (EPI) cAMP +– ACα2R Gi Gs GPCR PKC Ca2+ almace- nado Mitocondria Factores de transcripción islote enriquecido Figura 47-3 Regulación de la secreción de insulina por las células β pancreáticas. Las células β pancreáticas están hiperpolarizadas cuando se encuentran en estado de reposo (glucosa sanguínea en ayuno). La glucosa plasmática elevada ingresa a la célula vía GLUT (principalmente GLUT1 en los humanos). El metabolismo de glucosa incrementado resultante eleva la ATP celular, la cual reduce la conductancia de K+ a través del canal KATP. Esta reducción de la conductancia de K+ provoca la despolarización de la membrana local y la activación de los canales del Ca2+ y Na+; el aumento del canal [Ca2+]in estimula la exocitosis de la insulina almacenada, usando los mecanismos básicos descritos para la exocitosis de los neurotransmisores (figuras 8-4 a 8-6). El canal A, actuando por intermedio de los receptores M3, puede activar la vía de señalización Gq-PLC-IP3-Ca2+-PKC; las incretinas, actuando también vía GPCR, pueden activar las secuencias de reacción de Gs-AC-cAMP-PKA/EPAC2; ambas secuencias de reacción activadas por GPCR fortalecen la exocitosis. La AMP elevada también lleva a la inhi- bición del canal KATP, fortaleciendo la despolarización y ampliando la exocitosis. El periodo de despolarización/exocitosis es limitado por el cierre de los canales de iones sensibles al voltaje, mediante la exportación de Ca2+ y Na+, y por la eliminación de Ca2+ dentro de SR por el transportador SERCA. La SST, actuando vía SST2 y SST3 que se suman a Gi/o, pueden ayudar a restablecer el estado hiperpolarizado de las células, tal y como lo pueden hacer los agonistas α2. El canal KATP tiene subunidades SUR1 y Kir 6.2; la ATP se une aKir 6.2 y la inhibe; las sulfonilureas y meglitinidas se unen a la SUR1 y la inhiben; por tanto, estos tres agentes promueven la secreción de insulina. El diazóxido y la ADP-Mg2+ (ATP baja) se unen a SUR1 y la activan, inhibiendo así la secreción de insulina. Las mutaciones mitocondriales y los factores de transcripción islote-enriquecidos pueden contribuir al desarrollo de la diabetes. Este esquema es una simplifica- ción; Rorsman y Braun (2013) han revisado el tema a mayor detalle. G, proteína G con subtipos indicados en subíndice; AC, adenililciclasa; EPAC, intercambio de proteína activada por cAMP; transportador de glucosa GLUT, GLUT1; GPCR, receptor acoplado a proteína G; PKA, proteína cinasa A; PKC, proteína cinasa C; PLC, fosfolipasa C; SST2/3, receptores de somatostatina. cogénesis, lipogénesis, y la síntesis de proteínas; y también inhibe el ca- tabolismo de estos compuestos. A nivel celular, la insulina estimula el transporte de sustratos y iones al interior de las células, promueve la translocación de las proteínas entre los compartimentos celulares, regula la acción de enzimas específicas, y controla la transcripción génica y la traducción de mRNA. Algunos de los efectos de la insulina (p. ej., activa- ción de los sistemas de transporte de glucosa y de iones, fosforilación o desfosforilación de enzimas específicas) ocurren en cuestión de segun- dos o minutos; otros efectos (p. ej., los que promueven la síntesis de pro- teínas y regulan la transcripción de genes y la proliferación celular) se manifiestan en el transcurso de minutos, horas y días. Los efectos de la insulina sobre la proliferación y diferenciación celular ocurren durante periodos más largos. El receptor de insulina La acción de la insulina se transmite a través de un receptor tirosina cina- sa que tiene similitud funcional con el receptor IGF-1 (Samuel y Shulman, 2016). El receptor de insulina está compuesto por un dímero de subuni- dades de α/β que son productos de un solo gen. Los dímeros unidos por enlaces de bisulfuro forman una glucoproteína heterotetramérica trans- membranal compuesta por dos subunidades extracelulares α y dos subuni- dades β que amplían la membrana (figura 47-4). El número de receptores varía de 40/célula en los eritrocitos a 300000/célula en los adipocitos y hepatocitos. Las subunidades α inhiben la inherente actividad tirosina cinasa de las subunidades β. La unión de la insulina con las subunidades α libera esta inhibición y permite la transfosforilación de una subunidad β por la otra y se produce la autofosforilación en sitios específicos que van desde la re- gión de la yuxtamembranal hasta la cola intracelular del receptor. La acti- vación del receptor de insulina da inicio a la señalización mediante la fosforilación de un conjunto de proteínas intracelulares, incluyendo la IRS y la proteína Shc. Estas proteínas interactúan con los efectores que ampli- fican y extienden la cascada de señalización. La acción de la insulina para el transporte de la glucosa depende de la activación de PI3K, la cual es activada e interacciona con proteínas IRS generando PIP3, que regula la localización y actividad de varias cinasas descendentes, incluidas la PKB (Akt), isoformas atípicas de PKC (ς y λ/τ), y mTOR. La isoforma Akt2 parece controlar etapas importantes para la captura de la glucosa en músculo esquelético y tejido adiposo; y regular la producción de glucosa en el hígado. Los sustratos de Akt2 coordinan la translocación de GLUT4 hacia la membrana plasmática mediante proce- sos que implican la remodelación de actina y otros sistemas de tráfico a nivel membranal. Otras proteínas G pequeñas, como Rac y TC10, tam- bién han sido implicadas en la remodelación de la actina que es necesaria para la translocación de GLUT4. https://booksmedicos.org 867 H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V -Y-P Receptor de insulina Vesícula enriquecida con GLUT4 GLUT4 Translocación de GLUT4 Glucosa Glucosa G-6-P Vías metabólicas Hexocinasa Proteínas IRS 1-4 Cinasa P13 Crecimiento celular, diferenciación, supervivencia Síntesis de proteína Síntesis de glicógeno Cinasa MAP Shc Gab1 P-Y- Insulina flotilina Cav APS CbI CrkII C3G TC10 GTP GDP intercambiar PKB (Akt) PDK-1 aPKC Membrana PIP3 Extracelular intracelular Cavéola Insulina a -Y b Y- CAP TABLA 47-1 ■ Criterios para el diagnóstico de la diabetes • �Síntomas�de�diabetes�más�concentración�de�glucosa�en�muestra�de� sangre aleatoria ≥11.1 mM (200 mg/dL)a o • Glucosa�plasmática�en�ayuno�≥7.0�mM�(126�mg/dL)b o • �Glucosa�plasmática�en�dos�horas�≥11.1�mM�(200�mg/dL)�durante�la� prueba de tolerancia a la glucosa oralc • �HBA1c ≥6.5% Nota: En ausencia de hiperglucemia inequívoca y descompensación metabólica aguda, estos criterios deben confirmarse repitiendo la prueba otro día. a Se define como muestra de sangre aleatoria aquella obtenida sin tener en cuenta el tiempo transcurrido desde el último alimento. b Ayuno se define como la ausencia de ingestión calórica durante 8 h como mínimo. c La prueba debe realizarse usando una cantidad de glucosa que contenga el equivalente de 75 g de glucosa anhidra disuelta en agua; no se recomienda esta prueba para uso clínico rutinario. Criterios compilados de Diabetes Care, 2017,40:S11-524. Figura 47-4 Secuencia de reacciones de señalización de insulina. La unión de la insulina a su receptor de la membrana plasmática activa una cascada de eventos de señalización descendente. La unión de la insulina activa la actividad intrínseca de la cinasa de tirosina del dímero del receptor, originando la fosforilación de la tirosina (Y-P indican el residuo de tirosina fosforilada) de las subunidades β del receptor y un número pequeño de sustratos específicos (figuras en amari- llo): las proteínas IRS Gab-1 y Shc; dentro de la membrana, un grupo caveolar de fosforilatos Cav, APS, y Cbl del receptor de insulina. Estas proteínas fosfori- ladas por la tirosina interactúan con la cascada de señalización vía SH2 y SH3 para mediar los efectos de la insulina, con efectos específicos originados en cada secuencia de reacciones. En los tejidos blanco, como el músculo esquelético y los adipocitos, se produce la translocación de GLUT4 desde las vesículas intrace- lulares a la membrana plasmática; esta translocación es estimulada por las secuencias de reacciones tanto caveolares como no caveolares. En la vía no caveolar, la activación de PI3K es de vital importancia, y PKB/Akt (anclado a la membrana por PIP3) o una forma atípica de PKC participa en esto. En la vía caveolar, la proteína caveolar flotilina localiza el complejo de señalización a la cavéola; la secuencia de señalización implica a una serie de interacciones de los dominios SH2 que aportan a la proteína adaptadora CrkII, la proteína C3G de intercambio de nucleótido de guanina, y la proteína TC10 de unión de GTP. Las secuencias de reacciones son inactivadas por fosfatasa de fosfoproteína específicas (p. ej., PTB1B). Además de las acciones mostradas, la insulina estimula el Na+ de la membrana plasmática y la K+-ATP por un mecanismo que todavía está en estudio; el resultado es un aumento en la actividad de la bomba y una acumulación neta de K+ en las células. APS, adaptador de proteína con PH y dominios SH2; CAP, proteína asociada Cbl; CAV, caveolina; CrkII, regulador de la cinasa II de virus de tumor de pollo; elemento de unión asociado Gab-1, Grb-2; GLUT4, transportador de glucosa 4; PDK, cinasa dependiente de fosfoinosítida; Y-P, residuo fosforilado de tirosina. GLUT4 El GLUT4 se expresa en tejidos que responden a la insulina tales como el músculo esquelético y tejido adiposo. En su estado basal, la mayor parte de GLUT4 reside en los espacios intracelulares. Después de la activación de los receptores de insulina, el GLUT4 se mueve rápidamente y en abun- dancia hacia la membrana plasmática (Saltiel, 2016), donde facilita el transporte de la glucosa, desde la circulación haciael interior de la célula. La señalización de insulina reduce también la endocitosis de GLUT4, au- mentando el tiempo de permanencia de la proteína en la membrana plas- mática (Saltiel, 2016). Después de la difusión facilitada siguiendo un gradiente de concentración, hacia el interior de las células la glucosa es fosforilada a G6P por las hexocinasas. La hexocinasa II se encuentra aso- ciada a GLUT4 en los músculos esquelético y cardiaco, y en el tejido adi- poso. Al igual que GLUT4, la hexocinasa II es regulada por la insulina mediante la transcripción. El G6P puede mediante isomerización conver- tirse en G1P y almacenarse como glucógeno (la insulina incrementa la actividad de la sintasa de glucógeno); el G6P puede seguir la vía de reac- ción glicolítica (para la producción de ATP) y también la vía de fosfato- pentosa. Fisiopatología y diagnóstico de la diabetes mellitus Homeostasis de la glucosa y diagnóstico de la diabetes Las diferentes categorías en la homeostasis de la glucemia se definen con base a los niveles de glucosa en sangre en ayuno, o bien los niveles de glucosa obtenidos después de la administración de glucosa por vía oral. Entre éstas se incluyen: •� Homeostasis�normal�de�la�glucosa:�glucosa�plasmática�en�ayuno�<5.6� mmol/L (100 mg/dL). •� Glucosa�alterada�en�ayuno�(IFG):�5.6-6.9�mmol/L�(100-125�mg/dL). •� Intolerancia�a�la�glucosa�(IGT):�nivel�de�glucosa�entre�7.8�y�11.1�mmol/L� (140 y 199 mg/dL) 120 min después de la ingestión de 75 g de solución de glucosa líquida. •� Diabetes�mellitus�(véase�tabla�47-1). La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han adoptado criterios para el diagnóstico de la diabetes basados en la glucosa en sangre en ayuno, valores de la gluco- sa después de la administración oral de glucosa, o el nivel de HbA1c (o https://booksmedicos.org 868 Pán creas en d ocrin o y farm acoterap ia d e la d iab etes m ellitus y la h ip oglucem ia CA PÍTU LO 47 TABLA 47-2 ■ Diferentes formas de diabetes mellitus I. Diabetes tipo 1 por la destrucción de las células β, general- mente conduce a deficiencia absoluta de insulina A. Inmunomediada B. Idiopática II. Diabetes tipo 2 (puede variar en rango; de la resistencia a la insulina con deficiencia relativa de insulina; hasta defectos predominantes en la secreción de insulina con resistencia a la insulina) III. Otros tipos específicos de diabetes A. Trastornos monogénicos de la función de las células β 1. HNF-4α (MODY 1) 2. Glucocinasa (MODY 2) 3. HNF-1α (MODY 3) 4. Otras formas de MODY: factor 1 promotor de insulina, HNF-1β, NeuroD1, y otras 5. Diabetes neonatal permanente del Gen KCNJ11 codifi- cador de la subunidad Kir6.2 del canal KATP de células β, gen de insulina 6. ADN mitocondrial B. Defectos genéticos en la acción de la insulina, incluyendo resistencia a insulina tipo A, leprecaunismo, síndrome de Rabson-Mendenhall, síndromes de lipodistrofia C. Enfermedades del páncreas exocrino —pancreatitis, pan- createctomía, neoplasia, fibrosis quística, hemocromatosis, pancreatopatía fibrocalculosa, mutaciones en la carboxil éster lipasa D. Endocrinopatías: acromegalia, síndrome de Cushing, gluca- gonoma, feocromocitoma, hipertiroidismo, somatostati- noma, aldosteronoma E. Inducida por fármacos o compuestos químicos: Pirinuron (rodenticida que ya no se vende en Estados Unidos); véanse fármacos listados en la tabla 47–3 F. Infecciones: rubéola congénita, citomegalovirus G. Formas no comunes de diabetes inmunomediadas: sín- drome de “persona-rígida”, anticuerpos contra receptores de insulina H. Otros síndromes genéticos que a veces se asocian con la dia- betes: síndromes de Wolfram, Down, Klinefelter, Lauren- ce-Moon-Biedl, Prader-Willi, y Turner; ataxia de Friedreich; enfermedad de Huntington; distrofia miotónica; porfiria IV. Diabetes mellitus gestacional simplemente, A1c; la exposición de las proteínas a la glucosa elevada pro- duce la glicación no enzimática de las proteínas, incluyendo Hb, de ma- nera que el nivel de A1c representa una medida de la concentración promedio de glucosa a la que ha sido expuesta la Hb) (véase tabla 47-1). IFG y la IGT indican un riesgo marcadamente aumentado de que se avan- ce hacia la diabetes tipo 2, y están asociadas al aumento de riesgo de en- fermedades cardiovasculares. Las cuatro categorías de diabetes incluyen diabetes tipo 1, diabetes ti- po 2, otras formas de diabetes, y GDM (tabla 47-2). A pesar de que la hi- perglucemia es común a todas las formas de diabetes, los mecanismos patogénicos que conducen a la diabetes son bastante distintos. Detección de diabetes y categorías del incremento en el riesgo de diabetes Muchos individuos con diabetes tipo 2 son asintomáticos al momento del diagnóstico, y con frecuencia la diabetes se detecta en análisis de sangre rutinarios realizados por otros motivos. La ADA recomienda la amplia detección de diabetes tipo 2 en los adultos, que tengan las características siguientes: •� Edad�superior�a�45�años,�o •� Índice�de�masa�corporal�superior�a�25�kg/m2 (o superior a 23 kg/m2 en personas de origen asiático), e incluyendo uno de estos factores de riesgo adicionales: inactividad física; hipertensión; valor de HDL bajo; antecedentes familiares de diabetes tipo 2; grupo étnico de alto riesgo (afroamericanos, latinos, americanos nativos, americanos de origen asiático, y habitantes de las islas del Pacífico); prueba de glucosa anor- mal (IFG, IGT, A1c de 5.7-6.4%); enfermedad cardiovascular; resisten- cia a la insulina; o mujeres con síndrome de ovario poliquístico, o que han dado a luz un bebé grande anteriormente, o que han tenido GDM. En la detección de diabetes, la glucosa plasmática en ayuno, A1c, y la glucosa plasmática después de realizada una prueba de tolerancia a la glucosa oral son igualmente válidas, pero la glucosa en ayuno y la A1c se usan con mayor frecuencia. El diagnóstico y tratamiento temprano de la diabetes tipo 2 deben retardar la ocurrencia de complicaciones afines a la diabetes y reducir la carga de la enfermedad. Numerosas intervencio- nes, incluyendo los agentes farmacológicos y la modificación del estilo de vida resultan efectivos. En la actualidad no se recomienda la detección de la diabetes tipo 1. Patogénesis de la diabetes tipo 1 La diabetes tipo 1 es responsable de 5-10% de la diabetes y es el resultado de la destrucción autoinmune de las células β en el páncreas, lo que con- duce a la deficiencia total o casi total de insulina (Atkinson et al, 2014). La terminología anterior incluía la diabetes mellitus de la pubertad o diabe- tes mellitus insulinodependiente. La diabetes tipo 1 puede presentarse a cualquier edad. Los individuos con diabetes tipo 1 o sus familias tienen prevalencia alta de enfermedades autoinmunes tales como enfermedades de Addison, Graves, y Hashimoto; anemia perniciosa; vitiligo; y esprue celiaco. La concordancia de la diabetes tipo 1 en gemelos genéticamente idénticos es de 40-60%, lo que indica un componente genético significati- vo. El riesgo genético mayor (40-50%) es conferido por los genes HLA clase II que codifican la HLA-DR y HLA-DQ. Sin embargo, es probable que haya una interacción vital de la genética y los agentes ambientales o infecciosos. La mayor parte de los individuos con diabetes tipo 1 (casi 75%) no tiene ningún miembro de la familia con diabetes tipo 1, y en la población no diabética se han encontrado los genes que confieren la sus- ceptibilidad genética. Se cree que los individuos genéticamente susceptibles tienen un nú- mero o masa de células β normales hasta que se desarrolla la autoinmu- nidad dirigida en contra de las células β iniciando la pérdida de estas células β. Se desconoce el estímulo que inicia o desencadena el proceso autoinmune, pero es favorecido en gran parte por la exposición a virus (enterovirus, etc.) u otros agentes ambientales existentes en todas par- tes. Es probable que la destrucciónde las células β esté mediada por cé- lulas, y también hay evidencia de que las células que se infiltran producen agentes inflamatorios locales tales como TNF-α, IFN-γ, e IL-1, los cuales pueden llevar a la muerte de las células β. La destrucción de las células β se produce en el transcurso de meses o años, periodo en el cual más de 80% de las células β son destruidas, la hiperglucemia aparece y se realiza el diagnóstico clínico de la diabetes tipo 1. La ADA y otras instituciones ahora reconocen tres estadios de la diabetes tipo 1: 1) autoinmunidad más secreción normal de insulina; 2) autoinmunidad con disglucemia; 3) autoinmunidad con hiperglucemia (diabetes). La mayoría de los pacien- tes reporta varias semanas de poliuria y polidipsia, fatiga, y frecuente- mente pérdida de peso abrupta y significativa. Algunos adultos con apariencia fenotípica de diabetes tipo 2 (obesidad, que no necesita insu- lina inicialmente) tienen autoanticuerpos de los islotes pancreáticos, lo que sugiere la destrucción autoinmune de las células β y se les diagnosti- ca diabetes autoinmune latente de los adultos (LADA). Patogénesis de la diabetes tipo 2 La diabetes tipo 2 se entiende mejor como síndrome heterogéneo de ho- meostasis de glucosa desregulada asociada con la secreción y acción alte- radas de insulina. El sobrepeso u obesidad es un correlato común de la diabetes tipo 2 que se presenta en casi 80% de los individuos afectados. En la vasta mayoría de las personas con diabetes tipo 2 no se conoce con cer- teza el incidente que la inicia; más bien, se cree que la condición se desa- rrolla gradualmente durante años, con una progresión a través de una fase prediabética identificable. La diabetes tipo 2 se produce cuando la acción de la insulina no es suficiente para mantener los niveles de glucosa en plasma en los parámetros normales. La acción de la insulina consiste en el efecto combinado de las concentraciones de insulina en el plasma (deter- minado por la función de las células β pancreáticas) y la sensibilidad a la insulina de los tejidos clave a la que está dirigida (hígado, músculo es- quelético, y tejido adiposo). En pacientes con diabetes tipo 2 estos sitios de regulación sufren alteraciones variables en cierto modo (figura 47-5). La etiología de la diabetes tipo 2 tiene un fuerte componente genético. Es una condición heredable con un aumento relativo del riesgo de enfermedad de cuatro veces en personas con un padre o un hijo diabético, incremen- tándose hasta seis veces si ambos padres tienen diabetes tipo 2. Aunque en estudios recientes del genoma se han identificado más de 80 posicio- nes genéticas asociadas claramente con la diabetes tipo 2, la contribución de cada una de ellas es relativamente pequeña (Fuchsberger et al, 2016). https://booksmedicos.org 869 H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V Diabético Hígado Comida Pr od uc ci ón d e gl uc os a he pá tic a 0 Minutos 120 U so d e la g lu co sa Músculo esquelético Insulina plasmática G lu ca gó n pl as m át ic o Comida 0 Minutos 120 Islote pancreático Islote pancreático Islote pancreático Comida In su lin a pl as m át ic a 0 Minutos 120 Tejido adiposo Tejido adiposo Li pó lis is No diabético Figura 47-5 Fisiopatología de la diabetes mellitus tipo 2. Los gráficos muestran los datos de individuos no diabéticos (líneas azules) y de individuos con diabetes (líneas rojas), comparando la secreción posprandial de insulina y glucagón y la producción hepática de insulina. Alteración de la función de las células β En la diabetes tipo 2, se produce alteración de la sensibilidad de las célu- las β a la glucosa, y también aparece una pérdida de capacidad de res- puesta a otros estímulos, tales como hormonas GI insulinotrópicas y la señalización neural. Esto da como resultado una secreción tardía de can- tidades insuficientes de insulina, permitiendo que la glucosa en sangre aumente drásticamente después de las comidas, y que se produzca una falla en la contención de la liberación de glucosa hepática durante el ayu- no. En pacientes con diabetes tipo 2 también se produce una reducción de la masa absoluta de las células β. La reducción progresiva de la masa y función de las células β explica la historia natural de la diabetes tipo 2 en la mayoría de los pacientes que requieren un aumento sostenido de la te- rapia para poder mantener el control de la glucosa. Los pacientes con diabetes tipo 2 a veces presentan niveles elevados de insulina en ayuno, resultado de sus niveles más altos de glucosa en ese momento y la resistencia a la insulina. La presencia de cantidades au- mentadas de proinsulina en los primeros estadios de la enfermedad es otro factor que aparentemente contribuye a los niveles de insulina altos. La proinsulina, el precursor de la insulina, se procesa de forma ineficaz en los islotes pancreáticos diabéticos. Mientras los sujetos sanos tienen solamente 2-4% del total de la insulina circulante en forma de proinsuli- na, los pacientes con diabetes tipo 2 pueden tener 10-20% de la insulina plasmática, evaluada de esta forma. Comparada con la insulina, la proin- sulina ejerce un efecto considerablemente menor en la reducción de la glucosa en sangre. Otro rasgo destacado de la diabetes tipo 2 es la secre- ción excesiva y desregulada de glucagón (D’Alessio, 2011). Resistencia a la insulina La sensibilidad a la insulina se mide como la cantidad de glucosa eliminada de la sangre en respuesta a una dosis fija de insulina. La incapacidad de las cantidades normales de insulina de provocar la respuesta esperada se conoce como resistencia a la insulina. Existe una variabilidad inherente en la sensibilidad a la insulina entre las células, tejidos, e individuos. Mu- chos son los factores que afectan la sensibilidad de la insulina, incluyen- do la edad, peso corporal, niveles de actividad física, padecimientos y medicaciones. No obstante, las personas con diabetes tipo 2 o intoleran- cia a la glucosa responden menos a la insulina y pueden distinguirse de los grupos cuya tolerancia a la insulina es normal (Samuel y Shulman, 2016). El músculo esquelético, el tejido adiposo y el hígado constituyen los tejidos fundamentales que responden a la insulina. La resistencia a la insulina en los músculos y la grasa generalmente se caracteriza por una disminución en el transporte de glucosa desde la circulación. La resistencia hepática a la insulina generalmente se refiere a la habilidad que tiene la insulina de suprimir la producción de glucosa. La resistencia a la insulina en los adi- pocitos aumenta el índice de lipólisis y de liberación de ácidos grasos ha- cia la circulación, lo que puede contribuir a la resistencia a la insulina en el hígado y el músculo, a la esteatosis hepática y las dislipidemias. La sen- sibilidad de los humanos a los efectos de la administración de insulina está inversamente relacionada con la cantidad de grasa almacenada en la cavidad abdominal; una mayor adiposidad visceral conduce a mayor re- sistencia a la insulina. Los lípidos intracelulares y sus subproductos pue- den tener efectos directos que impiden la señalización de la insulina. El aumento acumulativo de tejido adiposo visceral o de otro tipo, frecuente- mente se encuentra infiltrada con macrófagos y puede convertirse en si- tio de inflamación crónica. La resistencia sistémica a la insulina puede ser provocada también por las adipocitocinas, secretadas por los adipoci- tos y las células inmunes, incluyendo el TNF-α, IL-6, resistina, y proteína 4-retinol. Las personas sedentarias son más resistentes a la insulina que las acti- vas, y el entrenamiento físico puede mejorar la sensibilidad a la insulina. La actividad física puede disminuir el riesgo de desarrollo de diabetes y mejorar el control glucémico en personas que padecen diabetes. La resis- tencia a la insulina es más común en los ancianos, y dentro de las pobla- ciones, la sensibilidad a la insulinadisminuye de forma lineal con la edad. A nivel celular, la resistencia a la insulina implica alteración en los pasos en la cascada de señalización desde el receptor tirosina-cinasa de insulina hasta la translocación de los transportadores de GLUT4, sin em- bargo, los mecanismos moleculares aún no están definidos completa- mente. Se han descubierto más de 75 mutaciones distintas en el receptor de insulina, y la mayoría de ellas daña significativamente la acción de la insulina. Estas mutaciones afectan el número de receptores de insulina, la unión del ligando, la fosforilación de los receptores y el transporte. Las mutaciones que involucran a los dominios de la cadena α extracelular de unión de la insulina provocan los síndromes más graves. La sensibilidad a la insulina es controlada genéticamente, pero no está claro si los indivi- duos resistentes a la insulina tienen mutaciones en componentes específi- cos de la cascada de señalización de la insulina, o si tienen complementos de efectores de señalización que operan por debajo de los parámetros normales. Independientemente de esto, es evidente que la resistencia a la insulina tiene predisposición familiar, que es un factor fundamental de riesgo de desarrollo de diabetes. Desregulación del metabolismo hepático de la glucosa En la diabetes tipo 2, la producción de glucosa hepática es excesiva en la fase de ayuno y suprimida de forma inadecuada después de las comidas. La secreción anormal de hormonas en las células pancreáticas —insuficiente insulina y exceso de glucagón— es la responsable de una parte significativa de la desregulación del metabolismo hepático de la glucosa en la diabetes tipo 2. El aumento de las concentraciones de glucagón, especialmente en conjunto con la resistencia a la insulina hepática, puede provocar glucogé- nesis y glucogenólisis hepática excesivas, así como concentraciones de glu- cosa de ayuno anormalmente altas. En la diabetes tipo 2, el hígado es resistente a la acción de la insulina, reduciéndose la capacidad que tiene la insulina de suprimir la HGP y promover la captura de glucosa hepática y la síntesis del glucógeno después de las comidas. A pesar de los efectos in- https://booksmedicos.org 870 Pán creas en d ocrin o y farm acoterap ia d e la d iab etes m ellitus y la h ip oglucem ia CA PÍTU LO 47 TABLA 47-3 ■ Algunos medicamentos que pueden promover la hiperglucemia o hipoglucemia HIPERGLUCEMIA HIPOGLUCEMIA Glucocorticoides; hormona de la tiroides Antagonistas β-adrenérgicos Antipsicóticos (atípicos, otros) Teofilina Inhibidores de proteasa Inhibidores de la ACE Antagonistas β-adrenérgicos; epinefrina Salicilatos, NSAID Diuréticos de tiazida LiCl Hidantoínas (fenitoína y otros) Etanol Opiáceos (fentanilo, morfina, otros) Pentamidina Diazóxido; ácido nicotínico Bromocriptina Interferones; anfotericina B Acamprosato; basiliximab; asparaginasa Para más detalles y discusión de estos temas, véase Murad et al, 2009. Manejo de la diabetes Tratar condiciones asociadas • Dislipidemia • Hipertensión • Obesidad Control glucémico • Dieta/estilo de vida • Ejercicio • Medicación Detección/manejo de las complicaciones de la diabetes • Retinopatía • Neuropatía • Nefropatía • Enfermedad cardiovascular • Otras complicaciones Figura 47-6 Componentes del cuidado integral de la diabetes. eficaces de la insulina sobre el metabolismo de la glucosa hepática, se man- tienen los efectos lipogénicos de la insulina en el hígado, e incluso se acentúan por la hiperinsulinemia en ayuno. Esto contribuye a la esteatosis hepática y el ulterior empeoramiento de la resistencia a la insulina. Patogénesis de otras formas de diabetes Las mutaciones en genes clave que intervienen en la homeostasis de la glucosa provocan diabetes monogénica, que es heredada con un patrón autosómico dominante (Hattersley y Patel, 2017). Éstas caen en dos cate- gorías�amplias:�diabetes�de� inicio�en�el�periodo�neonatal� inmediato� (<6� meses de edad) y la diabetes en niños y adultos. Algunas formas de diabe- tes neonatal son provocadas por mutaciones en el SUR o en sus canales K+ rectificadores de entrada, o mutaciones en el gen de la insulina. La diabe- tes monogénica posterior al primer año de vida puede ser clínicamente similar a las diabetes tipos 1 y 2. En otros casos, los niños, adolescentes, y adultos jóvenes pueden presentar formas monogénicas de diabetes cono- cidas como diabetes MODY (diabetes de inicio en la madurez de los jóve- nes). Desde el punto de vista fenotípico, estos individuos no son obesos ni resistentes a la insulina y al principio pueden tener sólo una hipergluce- mia modesta. Las causas más comunes son mutaciones en los factores de transcripción enriquecidos en los islotes o la GK (tabla 47-2). La mayoría de los individuos con MODY son tratados de forma similar a los que tie- nen diabetes tipo 2, y algunos pueden responder a las sulfonilureas. Las enfermedades crónicas del páncreas, como la pancreatitis o fibro- sis quística, o las endocrinopatías como la acromegalia y la enfermedad de Cushing (véase tabla 47-2) pueden causar diabetes. Numerosos fárma- cos promueven la hiperglucemia o conducen a la diabetes al dañar la se- creción o la acción de la insulina (tabla 47-3). Complicaciones relacionadas con la diabetes La diabetes no tratada puede ocasionar trastornos metabólicos graves ta- les como cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar hiperglucémico, que pueden amenazar la vida seriamente, y que requieren de la hospita- lización para la administración de insulina, rehidratación con líquidos intravenosos y monitoreo cuidadoso de los electrolitos y los parámetros metabólicos. Los efectos crónicos de la diabetes en los órganos termina- les generalmente se dividen en complicaciones microvasculares y macro- vasculares. Las complicaciones microvasculares se presentan solamente en individuos con diabetes e incluyen la retinopatía, nefropatía, y neuro- patía, que son específicas de la diabetes. Las complicaciones macrovascu- lares están relacionadas con la aterosclerosis, tales como infarto de miocardio y derrame cerebral, se presentan con mayor frecuencia en in- dividuos con diabetes, pero no son específicas de la diabetes. En Estados Unidos, la diabetes es la causa principal de la ceguera en los adultos, de la falla renal que requiere de diálisis o trasplante renal, y de las amputa- ciones de las extremidades inferiores no provocadas por trauma. La evi- dencia obtenida en ensayos clínicos revela que la mayoría de estas complicaciones relacionadas con la diabetes pueden prevenirse, retardar- se o reducirse con la disminución eficaz crónica de la glucosa. No se conocen con certeza los mecanismos mediante los cuales la hiper- glucemia largamente establecida provoca complicaciones en los órganos terminales. Existen evidencias experimentales que sugieren el desempe- ño de algún papel por parte de los AGE (productos finales de la glicosila- ción avanzada), incremento del metabolismo de la glucosa a través de la vía de reacciones del sorbitol, aumento en la formación de diacilglicerol que provoca la activación de PKC, e incremento del flujo a través de la vía de la hexosamina. Los factores de crecimiento tales como VEGF-A ([vas- cular endothelial growth factor-A] factor-A de crecimiento endotelial vascu- lar) pueden estar implicados en la retinopatía diabética y el TGF-β en la nefropatía diabética. Terapia de la diabetes Objetivos de la terapia La terapia de la diabetes está dirigida a aliviar los síntomas relacionados con la hiperglucemia (fatiga, poliuria, pérdida de peso) y a prevenir o re- ducir la descompensación metabólica aguda y las complicaciones cróni- cas de los órganos terminales. El control glucémico se evalúa tanto a corto plazo (automonitoreo de glucosa en sangre; monitoreo continuo de la glucosa) como a largo plazo (A1c, fructosamina). Mediante mediciones de la glucosa en sangre capi- lar, los pacientes pueden medir la glucosa ensangre capilar durante los periodos de ayuno y consumo alimentario y reportar estos valores al equipo encargado del manejo de la diabetes. El monitoreo continuo de la glucosa intersticial es una tecnología que evoluciona rápidamente y que permite rastrear casi en tiempo real los niveles de glucosa en sangre y se utiliza cada vez con mayor frecuencia en el manejo de la diabetes tipo 1. A1c refleja el control glucémico durante los 3 meses precedentes, mien- tras que las mediciones de proteínas o albúmina (fructosamina) glicosila- das en suero reflejan el control glucémico durante las 2 semanas previas. El termino atención integral de la diabetes describe la terapia óptima, que involucra no sólo el manejo de la glucosa, sino que incluye, además, el tra- tamiento de anormalidades en la presión sanguínea y los lípidos y la de- tección y manejo de complicaciones relacionadas con la diabetes (figura 47-6). La tabla 47-4 ilustra los objetivos del tratamiento recomendado por ADA para la atención integral de la diabetes y el control de la glucosa, la presión arterial y los lípidos (véanse capítulos 28 y 33). Los objetivos del tratamiento deben individualizarse a cada paciente y tomar en considera- ción factores tales como el riesgo de hipoglucemia, esperanza de vida, edad, otras condiciones médicas, duración de la diabetes, y complicacio- nes macrovasculares/microvasculares de la diabetes en estado avanzado (Cahn et al, 2015) (véase tabla 47-4). También se debe tener en cuenta la actitud del paciente hacia la diabetes, expectativas, recursos, y sistemas de apoyo. La tabla 47-8 ilustra la comparación de los costes de varios agentes. Aspectos no farmacológicos de la terapia de la diabetes Los pacientes con diabetes deben ser educados en relación con la nutri- ción, ejercicios, y fármacos dirigidos a disminuir la glucosa en plasma (Asociación Americana de la Diabetes, 2017). En la diabetes tipo 1, es importante hacer coincidir la aportación calórica con la dosificación de la insulina. En la diabetes tipo 2, la dieta está dirigida a la pérdida de peso y la reducción de la presión arterial y del riesgo aterosclerótico. Existen evidencias importantes de que la cirugía metabólica puede prevenir e in- cluso revertir la diabetes tipo 2, ensayos clínicos muestran que es más eficaz que el manejo médico (Rubino et al, 2016). Terapia con insulina La insulina es la base del tratamiento de prácticamente todos los pacien- tes con diabetes tipo 1 y de muchos con diabetes tipo 2 (Cefalu et al, https://booksmedicos.org 871 H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V TABLA 47-4 ■ Objetivos de la terapia para la diabetes en mujeres adultas no embarazadas ÍNDICE METAa Control glucémicob A1C Glucosa plasmática capilar preprandial Pico máximo de glucosa plasmá- tica capilar posprandial <7.0% 4.4-7.2 mmol/L (80-130 mg/dL) <10.0�mmol/L�(<180�mg/dL)c Presión sanguínea <140/90d Intensidad de la terapia con estatina para los lípidosc Edad <40 años -No factores de riesgo de ASCVD -Factores de riesgo de ASCVD -ASCVD Ninguno Moderado o alto Alto Edad 40-75 años -No factores de riesgo de ASCVD -Factores de riesgo de ASCVD -ASCVD Moderado Alto Alto Edad >75 años -No factores de riesgo de ASCVD -Factores de riesgo de ASCVD -ASCVD Moderado Moderado o alto Alto a Las metas deben individualizarse para cada paciente y pueden ser diferentes para ciertas poblaciones de pacientes (bajas o altas). De acuerdo con la ADA, “Las metas se individualizan en base a la duración de la diabetes, edad/espe- ranza de vida, condiciones comórbidas conocidas como CVD o complicaciones microvasculares avanzadas, desconocimiento de la hipoglucemia y considera- ciones individuales de los pacientes”. b La meta primaria es alcanzar el valor de A1c. c 1-2 h después del inicio de ingestión de alimento. d Para ciertos individuos diabéticos puede ser apropiado poner metas de BP más�bajas�(<130/80). e Para individuos con síndrome coronario agudo y LDL >50 mg/dL (1.3 mmol/L) o que no toleran dosis altas de estatinas, véase el capítulo 33. Pueden encontrarse recomendaciones más detalladas en American Diabetes Associa- tion, 2017. ASCVD (arteriosclerotic cardiovascular disease), enfermedad cardio- vascular aterosclerótica. 2015). Aunque existen preparados específicos de insulina que pueden ser administrados por vía intramuscular, intravenosa y nasal, el tratamiento a largo plazo se lleva a cabo principalmente mediante inyección subcutá- nea. La administración subcutánea de insulina mantiene en la circula- ción periférica una glucemia casi normal, pero difiere de la secreción fisiológica de insulina en dos formas fundamentales: •� La�cinética�de�la�absorción�no�reproduce�el�aumento�y�descenso�rápi- dos de la insulina endógena en respuesta a los cambios de la glucosa en sangre. •� La�insulina�inyectada�llega�a�la�circulación�periférica�en�lugar�de�libe- rarse en la circulación portal. Así pues, la concentración de insulina portal/periférica no es fisiológica, y esto puede alterar la influencia de la insulina sobre el metabolismo hepático. Preparación y química de la insulina La insulina humana, producida con tecnología de ADN recombinante, es soluble en solución acuosa. Las dosis y concentraciones de los prepara- dos de insulina de uso clínico se expresan en unidades internacionales. Una unidad internacional de insulina se define como el bioequivalente de 34.7 μg de insulina cristalina; esto es equivalente a la definición ante- rior de unidad, de la farmacopea estadounidense, como la cantidad re- querida para reducir la concentración de glucosa en sangre a 45 mg/dL (2.5 mM) en un conejo de 2.2 kg, en ayuno por 24 h. La mayor parte de los preparados de insulina se suministran en solución o suspensión, en concentración de 100 unidades/mL, que es alrededor de 3.6 mg de insu- lina por mililitro (0.6 mM) y designada como U-100. También se dispone de preparados de insulina más concentrados (200 [insulina degludec y lispro], 300 [insulina glargina], y 500 [insulina regular] unidades/mL) pa- ra los pacientes resistentes a la hormona y que necesitan dosis mayores. Formulaciones de insulina Los preparados de insulina se clasifican de acuerdo con la duración de su acción en preparados de acción corta y preparados de acción prolongada (tabla 47-5). Dentro de la categoría de acción corta, generalmente se hace una distinción entre las insulinas de acción muy rápida (aspártica, glulisina, lispro) de la insulina regular. Asimismo, algunos establecen diferencias entre las formulaciones con duración de acción más larga (degludec, dete- mir, glargina) de la insulina NPH. Para modificar la absorción y el perfil farmacocinético de la insulina se utilizan dos enfoques: el primer enfoque se basa en formulaciones que reduzcan la absorción después de la inyec- ción subcutánea; el otro consiste en alterar la secuencia de aminoácidos o la estructura proteica de la insulina humana para que retenga la capaci- dad de unirse al receptor de insulina, pero su comportamiento en solu- ción o después de la inyección, se acelere o se prolongue, en comparación con la insulina nativa o regular (figura 47-7). La cinética de la acción de la insulina varía mucho entre los individuos e incluso en un mismo indivi- duo con dosis repetidas. El tiempo para alcanzar el pico del efecto hipo- glucémico y los niveles de insulina pueden variar hasta 50%, en parte debido a las grandes variaciones en el índice de absorción subcutánea. Insulina regular de acción corta. Las moléculas de insulina nativa o regu- lar se asocian como hexámeros en solución acuosa a pH neutro, y esta agregación desacelera la absorción después de la inyección subcutánea. La insulina regular debe inyectarse 30-45 min antes de una comida. La insulina regular, 100-unidades/mL, puede administrarse también por vía intravenosa o intramuscular. No obstante, la insulina regular (500 unida- des/mL), es para inyección subcutánea únicamente y no debe adminis-trarse en inyección intravenosa o intramuscular. Análogos de insulina de acción corta. Los análogos de insulina de acción corta son absorbidos de los sitios subcutáneos más rápidamente que la insulina regular (véanse figuras 47-7 y 47-8, y la tabla 47-5) (Kerr et al, 2013). Los análogos de insulina deben inyectarse 15 min o menos antes de una comida. Estos análogos tienen un perfil de tiempo-acción similar. Cuando se emplean para tratar la glucemia después de las comidas, los análogos de acción corta tienen índices de hipoglucemia más bajos y pro- ducen una mejoría en los niveles de Alc modesta en comparación con la insulina regular. La insulina lispro es idéntica a la insulina humana excepto en las posi- ciones B28 y B29. A diferencia de la insulina regular, la lispro se disocia en monómeros casi instantáneamente después de ser inyectada, y esta propiedad da como resultado la absorción rápida y duración de acción más corta que la caracterizan, en comparación con la insulina regular. La insulina aspártica se forma por sustitución de la prolina en B28 con ácido aspártico, reduciendo la auto-asociación. Al igual que la lispro, la insulina aspártica se disocia rápidamente en su monómero después de inyectarse. La insulina glulisina se forma cuando el ácido glutámico sustituye la li- sina en B29 y la lisina reemplaza la asparagina en B3. Estas sustituciones provocan una reducción de la auto-asociación y la rápida disociación en monómeros activos. Insulinas de acción prolongada. La insulina NPH (isófono de insulina) es una suspensión de insulina nativa como complejo con zinc y protamina en un buffer de fosfato, cuyo resultado es una suspensión turbia o blanque- cina que contrasta con el aspecto claro de otras soluciones de insulina. La insulina NPH se disuelve gradualmente cuando se inyecta por vía subcu- tánea, por tanto, tiene una duración de acción prolongada. La insulina NPH se administra generalmente o bien una vez al día (a la hora de dor- mir) o bien dos veces al día en combinación con insulina de acción corta. La insulina glargina es un análogo de la insulina humana de acción pro- longada, y se obtiene mediante la adición de dos residuos de arginina en el extremo del C términal de la cadena B, y la sustitución con glicina de una molécula de asparagina en la posición 21 de la cadena A. La insulina glar- gina es una solución clara con un pH de 4.0 que estabiliza el hexámero de insulina. Al inyectarse en el pH neutro del espacio subcutáneo se produce la agregación, dando como resultado la absorción prolongada y predecible a partir del sitio de inyección. Dado el pH ácido de la insulina glargina, no puede mezclarse con preparados de insulina de acción corta que son for- mulados con pH neutro. La glargina tiene un perfil de absorción sostenido sin picos y al inyectarse una vez al día proporciona una cobertura de insu- lina de 24 h, más predecible que la insulina NPH. Los datos obtenidos en los ensayos clínicos sugieren que la glargina tiene menos riesgo de hipoglu- cemia, particularmente durante la noche, en comparación con la insulina NPH. La glargina puede administrarse a cualquier hora del día con una eficacia equivalente y no se acumula después de varias inyecciones. Se for- mulan varios preparados con concentraciones distintas: Lantus se formula a 100 unidades/mL y una formulación nueva, Toujeo, a 300 unidades/mL. Toujeo puede tener una duración de acción más prolongada que Lantus. Basiglar es una formulación biosimilar de glargina. https://booksmedicos.org 872 Pán creas en d ocrin o y farm acoterap ia d e la d iab etes m ellitus y la h ip oglucem ia CA PÍTU LO 47 Asn Asp ThrLysPro Lys Glu Lys εN-miristoil ProLys Asp Gly Insulina glargina Insulina Insulina lispro Insulina glulisina Insulina determir Insulina aspart Arg Arg Cadena A Cadena B 211 S S S S S S 313029281 3 32 Insulina degludec Nε-hexadecandioil-γ-Gl Asp LysProdes Thr30 Cadena B A chain 21 29281 1 GluN H C O C O OH OH O C (CH2)14 TABLA 47-5 ■ Perfil tiempo-acción de los preparados de insulina TIPO PREPARACIÓN TIEMPOS INICIO (H) PICO (H) DURACIÓN EFECTIVA (H) Acción corta Aspart Glulisina Lispro Regular <0.25 0.5-1.0 0.5-1.5 2-3 3-4 4-6 Acción prolongada Detemir Glarginab Degludec NPH 1-4 1-4 1-4 1-2 0 0a 0 6-10 12-20 12-24 24-42 10-16 Combinaciones de insulina Mezcla: acción corta (25-50%) y acción prolongada (50-76%) <0.25-1.0 1.5c Hasta 10-16 Insulina inhalada Afrezza <0.25 0.5-1.5 2-3 a Glargina, degludec y detemir tienen una actividad pico mínima en estado estable. b Disponible en preparados de U-100 y U-300. c Algunas mezclas tienen picos dobles, uno a las 2-3 h, el segundo varias horas después. d Discontinuado por el fabricante en Estados Unidos. Figura 47-7 Análogos de la insulina. Las modificaciones de la insulina nativa pueden alterar su perfil farmacocinético. La reversión de los aminoácidos 28 y 29 en la cadena B (lispro) o la sustitución de Asp por Pro28B (aspart) produce análogos con menor tendencia a la auto-asociación molecular que actúan más rápido. La alteración de Asp3B a Lys y de Lys29B a Glu produce una insulina (glulisina) que tiene un comienzo más rápido, y duración de acción más corta. La sustitución de Gly por Asn21A y el alargamiento de la cadena B adi- cionándole Arg31 y Arg32 produce un derivado (glargina) con menor solubili- dad a un pH 7.4 que es, por consiguiente, absorbido más lentamente y actúa durante un tiempo mayor. La eliminación de Thr30B y la adición del grupo miristoil al grupo ε-amino de Lys29B (detemir) aumentan la unión reversible a la albúmina, desacelerando de esa forma el transporte a través de los tejidos del endotelio vascular y propiciando una acción prolongada. La insulina detemir es un análogo de insulina modificado por la adición de un ácido graso saturado al grupo ε amino de la LysB29, produciendo una insulina miristoilada. La insulina detemir inyectada por vía subcutá- nea se une a la albúmina a través de su cadena de ácido graso. En pacien- tes con diabetes tipo 1, la insulina detemir, administrada dos veces al día, tiene un perfil tiempo-acción más suave y la prevalencia de hipoglucemia es menor que con la insulina NPH. Los perfiles de absorción de la glargi- na y el detemir son similares, pero a menudo el detemir requiere admi- nistrarse dos veces al día. La insulina degludec es una insulina modificada con un aminoácido eli- minado (treonina en la posición B30) y está conjugada al ácido hexadeca- nodioico a través del espaciador γ-l-glutamil en la lisina aminoácido en la B29. El degludec, que es activo a un pH fisiológico, forma multihexáme- ros después de ser inyectado por vía subcutánea. Produce hipoglucemia menos intensa que con la glargina. La insulina degludec es la insulina humana LysB29(Nε-hexadecan- dioil-γ-Glu) des(B30). Al inyectarse subcutáneamente forma complejos multihexaméricos que se absorben lentamente; degludec también se une bien a la albúmina, y estas dos características contribuyen a su efecto pro- longado (>24 h en estado estable). Otras formulaciones de insulina. Las combinaciones estables de insulinas de acción corta y prolongada son convenientes porque se reduce el nú- mero de inyecciones diarias. La insulina inhalada (afrezza) se formula para la inhalación utilizando un dispositivo específico del fabricante (Leahy, 2015). Esta formulación debe usarse en combinación con una insulina de acción prolongada y tie- ne un inicio más rápido y una duración más corta que los análogos de insulina inyectables. No se utiliza mucho. Las reacciones adversas inclu- yen tos e irritación de la garganta. No debe ser utilizada en fumadores. Administración de insulina La mayor parte de las insulinas son administradas por inyección subcutá- nea. Los dispositivos tipo bolígrafo prellenados con insulina han demos- trado su popularidad. Hay disponibilidad de sistemas inyectores que permiten a los pacientes recibir inyecciones subcutáneasde insulina sin agujas. Las infusiones intravenosas de insulina son útiles en pacientes con cetoacidosis o cuando los requerimientos de insulina cambian rápi- damente, como es el caso del periodo perioperatorio, durante trabajo de parto y alumbramiento, y en situaciones de cuidados intensivos. La insu- lina de acción prolongada no debe administrarse por vía intravenosa o intramuscular o mediante un dispositivo de infusión. https://booksmedicos.org 873 H orm on as y an tagon istas h orm on ales SECCIÓ N V Análogo de insulina B Mañana Tarde Atardecer Noche Mañana Tarde Atardecer Noche Mañana Tarde Atardecer Noche Bolo Bolo Bolo Infusión basal L S HS B A B C Ef ec to d e la in su lin a B BL S HSE fe ct o de la in su lin a B L S HS BE fe ct o de la in su lin a Glargina, detemir, o degludec Regular NPH Figura 47-8 Regímenes de insulina utilizados comúnmente. El panel A ilustra la administración de una insulina de acción prolongada como la glargina (también puede usarse detemir o degludec; detemir puede requerir administración dos veces al día; degludec se usa una vez al día; para los detalles consúltese el texto) para proporcionar insulina basal y un análogo de insulina de acción corta antes de una comida (véase tabla 47-5). El panel B muestra un régimen de insulina menos intenso con inyección de insulina NPH dos veces al día que brinda insulina basal e insulina regular o un análogo de insulina proporcionando cobertura de insulina a la hora de la comida. Solamente se utilizaría un tipo de insulina de acción corta. El panel C muestra el nivel de insulina alcanzado después de la administración subcutánea de insulina (análogo de insulina de acción corta) mediante una bomba de insulina programada para proveer diferentes índices basales. Con cada comida se entrega un bolo de insulina. Aquí, B indica desayuno, L almuerzo, S cena, y HS hora de dormir. La flecha ascendente indica administración de insulina a la hora de las comidas. (Reimpreso con permiso de Kaufman FR, ed. Medical Management of Type 1 Diabetes, 6th ed. American Diabetes Association, Alexandria, VA; 2012. Copyright © 2012 by the American Diabetes Association). Infusión subcutánea continua de insulina. Las insulinas de acción corta son la única forma de la hormona utilizadas en dispositivos de infusión subcutánea de insulina. Existe disponibilidad de varias bombas para la terapia CSII; esta tecnología está evolucionando aceleradamente con me- joras en los equipos y los programas (McAdams y Rizvi, 2016). Los dispo- sitivos de infusión de insulina proporcionan una infusión basal constante de insulina y tienen la opción de utilizar diferentes ritmos de infusión durante el día y la noche para ayudar a evitar la elevación de la glucosa en sangre que se produce justo antes de despertar (fenómeno del amanecer) y las inyecciones en bolo que se programan de acuerdo con la cantidad y naturaleza de las comidas. Para que la CSII sea exitosa es extremadamen- te importante hacer una selección adecuada de los pacientes. Los dispo- sitivos de infusión de insulina pueden producir un perfil más fisiológico de la sustitución de insulina durante el ejercicio (donde disminuye la pro- ducción de insulina) y por tanto menos hipoglucemia que la proporciona- da por las inyecciones tradicionales de insulina por vía subcutánea. La tecnología para combinar el dispositivo de infusión de insulina y el moni- toreo continuo de la glucosa están evolucionando aceleradamente con algoritmos que alteran el ritmo de la infusión (Thabit y Hovorka, 2016). Factores que afectan la absorción de insulina Entre los factores que determinan el ritmo de absorción de la insulina después de la administración de una inyección subcutánea se encuentran: sitio de inyec- ción, tipo de insulina, flujo sanguíneo subcutáneo, hábito de fumar, actividad muscular regional en el sitio de inyección, volumen y concentración de la insu- lina inyectada, y profundidad de la inyección (la insulina actúa más rápida- mente cuando se administra por la vía intramuscular que por la vía subcutánea). El aumento del flujo sanguíneo subcutáneo (provocado por masaje, baño caliente, o ejercicios) eleva el ritmo de absorción. En la ac- tualidad el abdomen es el sitio preferido para la inyección matutina ya que la insulina se absorbe 20-30% más rápido que en el brazo. Se reco- mienda rotar el sitio de inyección de la insulina para evitar o limitar la formación de cicatrices subcutáneas, la lipohipertrofia, o la lipoatrofia. Posología y regímenes de la insulina En la figura 47-8 se muestran diferentes regímenes de dosificación co- múnmente utilizados que incluyen mezclas de insulina administradas en dos o más inyecciones diarias. Para la mayoría de los pacientes, la terapia sustitutiva de insulina incluye insulina de acción prolongada (basal) e in- sulina de acción corta para las necesidades posprandiales. En una pobla- ción mixta de pacientes con diabetes tipo 1, la dosis promedio de insulina es generalmente 6-0.7 unidades/kg de peso corporal por día, con un ran- go de 0.4-1 unidades/kg/d. Por lo general los pacientes obesos y los ado- lescentes en edad de pubertad pueden necesitar más (alrededor de 1-2 unidades/kg/d) debido a la resistencia de los tejidos periféricos a la insu- lina. Los pacientes que necesitan menos de 0.5 unidades/kg/d de insuli- na pueden tener algún tipo de producción endógena de insulina o pueden ser más sensibles a la hormona debido a una buena condición física. La dosis basal es usualmente 40-50% de la dosis total diaria, y el resto es insulina prandial o precomidas. La dosis de insulina a la hora de las comidas debe reflejar la absorción esperada de carbohidratos. A la do- sis de insulina prandial se le adiciona una escala complementaria de in- sulina de acción corta para permitir la corrección de glucosa en sangre. La insulina administrada como una dosis diaria única de insulina de acción prolongada, sola o combinada con insulina de acción corta, rara vez llega a ser suficiente para alcanzar la euglucemia. Para lograr esta meta, se necesitan regí- menes más complejos que incluyan inyecciones múltiples de insulina de acción prolongada o de acción corta. En todos los pacientes, el monitoreo cuidadoso de los puntos finales rige la dosificación utilizada. El automonitoreo de la glucosa, las mediciones de A1c, y la individualización del régimen terapéutico del pa- ciente facilitan este enfoque (tabla 47-4). En los pacientes que tienen gastro- paresia o pérdida del apetito, la inyección posprandial de un análogo de acción corta, basado en la cantidad de comida realmente consumida, puede proporcionar un control glucémico más suave. Eventos adversos La hipoglucemia constituye el riesgo principal que hay que sopesar con los beneficios de los esfuerzos encaminados a normalizar el control de la glucosa. El tratamiento de las diabetes tipos 1 y 2 está asociado a un mo- desto aumento de peso. Aunque no son comunes, se pueden producir reacciones alérgicas a la insulina humana recombinante como resultado de reacciones a las pequeñas cantidades de insulina agregada o desnatu- ralizada presente en los preparados de insulina, y a contaminantes meno- res, o por sensibilidad a un componente adicionado a la insulina en su formulación (protamina, Zn2+, etc.). La atrofia de la grasa subcutánea en el sitio de la inyección de insulina (lipoatrofia) resultó ser un efecto secun- dario raro de los preparados de insulina más viejos. La lipohipertrofia (ampliación de los depósitos de grasa subcutáneos) se ha atribuido a la acción lipogénica de altas concentraciones locales de insulina. Tratamiento con insulina de la cetoacidosis y otras situaciones especiales La administración intravenosa de insulina es más apropiada para los pa- cientes con cetoacidosis o hiperglucemia grave en estado hiperosmolar (Umpierrez y Korytkowski, 2016). La infusión de insulina inhibe la lipóli- sis y la gluconeogénesis totalmente
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