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**Convención de Aguascalientes y luchas internas** La Convención de Aguascalientes fue un evento crítico dentro del contexto de la Revolución Mexicana, que tuvo lugar entre octubre de 1914 y enero de 1915 en la ciudad de Aguascalientes. Fue un intento de reconciliar y unificar a las diversas facciones revolucionarias que habían surgido en el país, pero en cambio, exacerbó las luchas internas y divisiones. La convención fue convocada con la intención de resolver las diferencias entre las diferentes facciones y líderes revolucionarios, que incluían a los constitucionalistas de Venustiano Carranza, los villistas de Francisco Villa y los zapatistas de Emiliano Zapata, entre otros. Sin embargo, en lugar de lograr una unificación, la Convención de Aguascalientes evidenció las profundas diferencias ideológicas y políticas entre estos grupos. La convención estuvo marcada por debates y disputas intensas sobre temas como la forma de gobierno, la propiedad de la tierra, los derechos laborales y la distribución de la riqueza. Las facciones revolucionarias tenían visiones divergentes sobre cómo debía ser el México posrevolucionario y no lograron llegar a un acuerdo común. Las luchas internas se intensificaron durante la Convención, y las divisiones se hicieron más evidentes. En última instancia, la convención no logró una verdadera unificación y terminó con la separación de los diferentes grupos en facciones aún más definidas. Carranza y Villa, que habían sido dos de los protagonistas más importantes, se distanciaron aún más y continuaron sus luchas por el poder. A pesar de su fracaso en lograr la unidad, la Convención de Aguascalientes marcó un punto de inflexión en la Revolución Mexicana al destacar la complejidad y las contradicciones de los objetivos revolucionarios. Esta falta de unidad contribuyó a la prolongación y la intensificación del conflicto en los años siguientes, lo que resultó en más derramamiento de sangre y luchas internas que dejaron una profunda huella en la historia de México.
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