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BLOQUE: RECEPTORES Y MOLÉCULAS Interferones de tipo I José Ignacio Saldana, Imperial College London, Reino Unido Traducción: Susana Magadan, Jouy en Josas, France INTERFERONES DE TIPO I Los virus han desarrollado mecanismos para evadir y vencer al sistema inmunitario, y como respuesta, los mamíferos y otros vertebrados han originado un amplio abanico de estrategias para asegurar su completa protección frente a una infección viral. Una de ellas es la producción de citocinas que interfieren en la replicación del virus y frenan la infección y/o diseminación a células vecinas sanas. Reciben el nombre de interferones, debido a su capacidad de interferir con el ciclo vital de los virus. Los interferones se sintetizan en las fases iniciales de la infección, incluso antes de que se activen otras respuestas inmunes. Los dos interferones tipo I mejor caracterizados son: el IFNα, constituído por un conjunto de isoformas sintetizadas a partir de distintos genes, y el IFN, que es el producto de un solo gen. La síntesis de interferón se induce como respuesta a la presencia de ARN viral de simple o doble cadena. Estas moléculas de ARN pueden ser el propio genoma vírico o el producto de su transcripción, pero sólo serán detectadas una vez que sean liberadas tras la degradación de las partículas víricas. Así, para el reconocimiento de estos productos virales, las células expresan unos receptores específicos en los endosomas, lugar de la célula donde podemos encontrar mayor cantidad de virus degradados, siendo los receptores tipo Toll (TLR) 3, 7 y 8 los mejor caracterizados. Una vez reconocido el ARN viral, estos receptores activan una señal que estimula la producción y secreción de interferones (ver Figura 1). Además, hay otros receptores para el ARN en el citoplasma, como el gen inducido por ácido retinoico - 1 (RIG-1) , que es capaz de detectar material vírico fuera de los endosomas e inducir la síntesis de interferón. Los interferones contribuyen a la resistencia frente a la infección viral mediante la unión a receptores de membrana presentes tanto en células infectadas como en células sanas. Esta unión estimula una cascada de señales intracelulares que finaliza en la transcripción y traducción de varias proteínas que inhiben la proliferación viral. Una de ellas es la enzima oligoadenilato sintetasa (OAS) que cataliza la síntesis de oligonucleótidos inusuales (enlaces 2´-5´) que activan ribonucleasas celulares capaces de degradar el ARN extraño. Otras moléculas inducidas por los interferones son la proteína Mx, que promueve la resistencia al virus de la gripe, o la serín-treonín quinasa (PKR), que inhibe la síntesis de proteínas, limitando así su producción a partir del genoma viral (ver esquema de la célula diana, Figura 1). Otra forma en la que el IFNα y β protegen a las células frente a los virus es mediante la estimulación de la respuesta inmune celular frente a estos patógenos. En células no infectadas, el interferón también estimula la presentación antigénica a través del MHC de clase I, lo que favorece el reconocimiento y eliminación específica de las células infectadas por los linfocitos T CD8, así como, la activación de células NK, que van a secretar citoquinas, promover la inflamación y matar células infectadas. © L o s d e re c h o s d e e s te d o c u m e n to c o rre s p o n d e n a s u a u to r. Revisión: Jesús Gil, Würzburg, DE (SEI) Figura 1. El aumento en la expresión de MHC de clase I y la presentación de antígenos virales induce la muerte de células infectadas mediante los linfocitos T CD8. De esta forma, las células sanas sobrevivirán y no serán reconocidas y eliminadas por las células NK. .
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