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1185 Cirugías para trastornos del piso pélvico CAPÍTULO 43 43-1: Cistoscopia y uretroscopia diagnósticas y quirúrgicas . . . . . . . 1185 43-2: Colposuspensión de Burch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1189 43-3: Cinta vaginal libre de tensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1191 43-4: Cabestrillo transobturatriz con cinta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1194 43-5: Cabestrillo pubovaginal . . . . 1196 43-6: Inyecciones uretrales para aumento de volumen . . . . . . 1198 43-7: Uretrólisis . . . . . . . . . . . . . . 1200 43-8: Liberación de cabestrillo mediouretral . . . . . . . . . . . . . . . . 1202 43-9: Reparación del divertículo uretral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1203 43-10: Fístula vesicovaginal: técnica de Latzko . . . . . . . . . . . . . 1206 43-11: Colgajo de cojinete adiposo bulbocavernoso de Martius . . . . . . 1210 43-12: Neurorregulación sacra . . . . 1212 43-13: Colporrafia anterior . . . . . . 1214 43-14: Reparación del defecto paravaginal por vía abdominal . . . 1217 43-15: Colporrafia posterior . . . . . . 1219 43-16: Perineorrafia . . . . . . . . . . . 1223 43-17: Sacrocolpopexia abdominal . 1225 43-18: Sacrocolpopexia de mínima invasión . . . . . . . . . . . 1230 43-19: Suspensión en los ligamentos uterosacros por vía abdominal . . . . 1234 43-20: Suspensión en los ligamentos uterosacros por vía vaginal . . . . . . . . . . . . . . . 1236 43-21: Fijación al ligamento sacrociático menor . . . . . . . . . . . . 1238 43-22: Culdoplastia de McCall . . . . 1242 43-23: Procedimientos de culdoplastia por vía abdominal . . . 1244 43-24: Colpocleisis parcial de LeFort . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1246 43-25: Colpocleisis completa . . . . . 1250 43-26: Esfinteroplastia anal . . . . . . 1252 43-27: Reparación de fístula rectovaginal . . . . . . . . . . . . . . . . . 1255 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . 1257 43-1 Cistoscopia y uretroscopia diagnósticas y quirúrgicas Durante las operaciones ginecológicas, la por- ción baja del aparato urinario puede lesionarse. Por tanto, suele estar indicada la cistoscopia diagnóstica después de intervenciones quirúr- gicas donde se han puesto es riesgo la vejiga y los uréteres. Adicionalmente, la cistoscopia permite la introducción de endoprótesis urete- rales, la toma de muestras para biopsia a partir de lesiones y el retiro de cuerpos extraños. De ellos, puede estar indicada la colocación de un cabestrillo en el uréter para determinar la per- meabilidad de la estructura anatómica después de la intervención quirúrgica ginecológica o para delinear su trayectoria en pacientes con anatomía pélvica anormal. Se dispone de cistoscopios rígidos y fl exi- bles, pero en ginecología por lo general se usa un instrumento rígido. El cistoscopio está constituido por una vaina, un puente y un endoscopio. La vaina contiene un orifi cio para inyección de líquido y un segundo para su salida. Para la cistoscopia en el consultorio una vaina de calibre 17F brinda más comodi- dad, en tanto para procedimientos quirúrgicos se prefi ere un cistoscopio de diámetro 21F o más ancho para permitir la inyección rápida de líquidos. El extremo de la vaina es cortante y en algunos casos con un meato uretral estre- cho se coloca un obturador en su interior, que sirve para introducir suavemente la vaina y pueda ser removida al insertar el endoscopio. El puente se une a la vaina proximal y permite el acoplamiento entre el endoscopio y la vaina. Se dispone de varios ángulos de observa- ción que incluyen imágenes ópticas a 0, 30 y 70° (fig. 43-1.1). Los endoscopios de 0° se usan para la uretroscopia. Para la cistoscopia es mejor un endoscopio de 70°, que provee una vista más amplia de las paredes laterales, ante- rior y posterior; el trígono y los orifi cios urete- rales. Para lograr una imagen comparable, un endoscopio con ángulo de 30° requiere mani- pulación adicional. Sin embargo, un endosco- pio de estos ofrece la ventaja de permitir a los 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 118543_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1185 07/09/13 12:5407/09/13 12:54 1186 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 una burbuja de aire en la cúpula, que permite orientarse durante el resto de la exploración cistoscópica. El instrumento se retira en direc- ción del cuello vesical y se angula hacia abajo para proveer una vista del trígono y ambos orifi cios ureterales. Si se pretende identifi car la permeabilidad ureteral, debe observarse un fl ujo claro de indigotindisulfonato sódico desde cada orifi cio. El peristaltismo del orifi - cio uretral solo, sin fl ujo, es insufi ciente para demostrar la permeabilidad. Es más, un fl ujo escaso puede indicar obstrucción ureteral par- cial. Se revisan las paredes vesicales rotando el cistoscopio hasta que se han valorado todas. Durante la inspección es útil la elevación digi- tal de la pared vaginal anterior si hay prolapso de órganos pélvicos. ➏ Cistoscopia quirúrgica. El instrumento quirúrgico (pinzas de biopsia o sujeción, o tije- ras) se introduce a través del acceso quirúrgico hasta que se observa en el extremo del cistos- copio. Antes de la inserción del instrumento se coloca un tapón de hule adaptado sobre el acceso quirúrgico para crear un sello hermético trar la permeabilidad ureteral, se administra media a una ampolleta de indigotindisulfonato sódico antes de la intervención. ➍ Cistoscopia. La pared uretral anterior es muy sensible y el borde cortante biselado de la vaina cuando se dirige hacia adelante puede causar mayor molestia. Por tanto, se inserta un cistoscopio en el meato uretral con el bisel diri- gido hacia atrás. Inmediatamente después de su inserción en el meato, se inicia el fl ujo del medio líquido. Se hace avanzar el cistoscopio hasta la vejiga bajo visión directa. Durante el procedimiento, el cistoscopio se mantiene fi jo, sosteniendo con una mano la porción cercana al meato uretral (fig. 43-1.2). ➎ Inspección vesical. En el interior de la vejiga, el cistoscopio es retirado lentamente hasta que se identifi ca el cuello vesical. A continuación se avanza y rota el cistoscopio 180°. Para mantener la orientación durante la rotación, la cámara se sostiene en la misma posición mientras se rotan el cordón de la luz y el cistoscopio (fig. 43-1.3). Se observará cirujanos mayor fl exibilidad, porque se puede usar tanto para uretroscopia como para cistos- copia en una paciente dada. Para la cistoscopia quirúrgica, donde se introduce el instrumento a través de la vaina, se debe usar un endoscopio de 30°, porque los instrumentos de 0 y 70° se encuentran fuera del campo de observación. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Hay una incidencia signifi cativa de bacteriuria después de la cistoscopia, por lo que se debe descartar una infección urinaria antes de la intervención. ■ Consentimiento informado Cuando se realiza de manera apropiada, las complicaciones de la cistoscopia diagnóstica son poco comunes, de éstas, la infección es la más frecuente. ■ Preparación de la paciente Aunque no hay datos basados en pruebas para su uso, por lo general se administran antibióti- cos profi lácticos en el posoperatorio para cubrir patógenos frecuentes en las vías urinarias. TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. La cistoscopia se lleva a cabo en cualquier posición de litotomía, colocando las piernas en estribos. Para la cistoscopia en el consul- torio, se introduce jalea de lidocaína al 2% en la uretra entre 5 y 10 min antes de introducir el cistoscopio. Para las operaciones, se intro- ducen 50 ml de solución de lidocaína al 4% en la vejiga. Se realiza asepsia y antisepsia del perineo y meato uretral. ➋ Medio de distensión. La vejiga debe distenderse adecuadamente para lograr la visión completa de todas las superfi cies y con fi nes diagnósticos se puede usar solución salina o agua estéril. Para asegurar un fl ujo adecuadodel medio, la bolsa de solución debe elevarse por arriba del nivel de la sínfi sis del pubis. El volumen necesario variará, pero se alcanza cuando las paredes de la vejiga no están colap- sadas. Es importante evitar la distensión exce- siva de la vejiga, puesto que provoca retención urinaria temporal. Si la vejiga se distiende más allá de su capacidad, el exceso de líquido escu- rrirá a través del meato uretral y alrededor del cistoscopio, en lugar de producir una rotura vesical, que es rara. ➌ Indigotindisulfonato sódico. Si se hace histeroscopia transoperatoria para mos- 0 grados 30 grados 70 grados FIGURA 43-1.1 Vistas ópticas por cistoscopia. FIGURA 43-1.2 Cistoscopio sujetado durante el procedimiento. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 118643_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1186 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1187Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 ❿ Endoprótesis ureteral. En pacientes en quienes se requiere una endoprótesis ureteral en el posoperatorio se usa el de doble espiral o cola de cerdo. Las asas proximal y distal de esta endoprótesis impiden la lesión de la pelvis renal y aseguran la colocación intravesical. Para la colocación, primero se introduce un alambre guía al orifi cio ureteral y se hace avanzar hasta la pelvis renal. Se coloca la endoprótesis de espiral o cola de cerdo sobre el alambre guía y se hace avanzar por un dis- positivo de avance hasta que su extremo distal entra a la vejiga. Se retira el alambre guía, lo que permite que los extremos espirales se enro- llen en la pelvis renal y la vejiga. ⓫ Biopsia. Las lesiones de la mucosa pue- den ser objeto de biopsia, con riesgo y moles- tias mínimos para la paciente. Se introduce un instrumento de biopsia por el acceso operato- rio del cistoscopio y se lleva hasta el campo quirúrgico. Con el instrumento directamente en el campo de observación, el cistoscopio se desplaza en forma directa hacia la lesión. Se toma el material para la biopsia y se retiran el cistoscopio y el instrumento juntos a través de la uretra. De esa forma no se impulsa a través de la vaina una pieza de biopsia, con su posible pérdida. La hemorragia suele ser menor y se detendrá sola. Si ocurre una hemorragia brusca, se puede usar coagulación electroquirúrgica si seleccionó una solución no electrolítica como medio de distensión. Como ya se describió en la Sección 42-12 (págs. 1159-1160), no es posible utilizar soluciones electrolíticas como solución fi siológica con la electrocirugía mono- polar. Estas soluciones conducen la corrien- te, disipando de esta manera la energía e inuti- lizando el instrumento. un orifi cio. Una vez que se coloca la endopró- tesis dentro del orifi cio se hace avanzar más allá del nivel de obstrucción que se sospecha. Si la endoprótesis pasa fácilmente, se descarta la obstrucción. En casi todas las operaciones ginecológicas esto no ocurre más allá del borde pélvico. Cuando se introduce un cabestrillo se evita la presión indebida durante su avance para impedir una perforación ureteral. ➒ Para delinear la anatomía. Para este propósito la endoprótesis se hace avanzar hasta que se encuentra resistencia, lo que indica que se ha llegado a la pelvis renal. Se anuda la endoprótesis con seguridad a la sonda trans- uretral y se hace drenar hacia la bolsa de reco- lección de orina. Al concluir la intervención quirúrgica se retira la endoprótesis. con dicho instrumento. Una vez en observa- ción, ambos dispositivos se desplazan juntos hacia la región de interés. ➐ Endoprótesis ureterales. Se pueden colocar endoprótesis ureterales en varias unio- nes durante la intervención quirúrgica. Quizá se coloquen al inicio de la operación y se dejen durante ésta para defi nir la anatomía de la paciente en quien hay riesgo de lesión quirúr- gica del uréter. Se pueden colocar durante el transoperatorio para demostrar la permeabi- lidad del uréter y descartar una lesión del mismo. Por último, las endoprótesis ureterales se pueden colocar y dejar en su sitio al con- cluir la intervención quirúrgica si se sospecha o identifi ca lesión ureteral. La duración de la endoprótesis en el posoperatorio es variable y se basa en las indicaciones clínicas. Se dispone de endoprótesis ureterales en diversos tamaños, y aquellas que van de 5 a 7F son las utilizadas con mayor frecuencia. Las endoprótesis varían en longitud de 12 a 30 cm y es apropiada la de 24 cm para la mayoría de los adultos. En general, se usan endopróte- sis de extremo abierto o punta de silbato para delinear la anatomía de pacientes en quienes el uréter está en riesgo quirúrgico o para des- cartar su obstrucción. Se usan endoprótesis dobles o de una sola espiral o cola de cerdo en situaciones donde se requiere drenaje ureteral prolongado. ➑ Para descartar obstrucción urete- ral. Se introduce una endoprótesis de extremo abierto o punta de silbato a través del conducto quirúrgico de un cistoscopio de 30° hacia el campo de observación. Mediante el avance de la endoprótesis y el cistoscopio a través del ori- fi cio, se hace pasar la endoprótesis por el orifi - cio ureteral. Después de que la endoprótesis ha entrado a través del orifi cio, se le hace avanzar en forma manual. Se puede usar un puente de Albarrán, vaina especializada que permite la defl exión y guía de una endoprótesis hacia FIGURA 43-1.3 La orientación durante la cistoscopia se mantiene sosteniendo la cámara mientras se rotan simultáneamente el cable de la luz y el cistoscopio. FIGURA 43-1.4 Teloscopia suprapúbica. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 118743_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1187 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1188 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 la vejiga para permitir su visualización directa. Al concluir la teloscopia, se retira el cistoscopio y se anuda la sutura en jareta con cierre de la cistotomía. POSOPERATORIO La cistoscopia de consultorio no requiere trata- miento posoperatorio específi co, excepto anti- bióticos profi lácticos. Durante la cistoscopia quirúrgica puede ocurrir hematuria, que en general desaparece en unos cuantos días y se considera signifi cativa sólo cuando se relaciona con anemia sintomática. Con la endoprótesis ureteral a largo plazo las complicaciones adi- cionales pueden incluir espasmo ureteral, que por lo general suele presentarse como dolor dorsal. punto de sutura amplio en jareta con material absorbible 2-0 en la cúpula vesical, con puntos en el interior de la capa muscular de la vejiga (fig. 43-1.4). Los dos extremos del material de sutura se elevan pero se mantienen sin ten- sión. Se hace una pequeña incisión puntiforme en el centro y se introduce el cistoscopio a la vejiga. Para la teloscopia suprapúbica es más efi caz un cistoscopio de 30°. Los dos extremos del material de sutura se elevan y sujetan fuer- temente para prevenir escapes del líquido de distensión. Para permitir la visión del trígono y los orifi cios uretrales se desinfl a el globo de la sonda de Foley, pero se deja en su lugar. Se administra indigotindisulfonato sódico, de ser necesario, para demostrar la salida de líquido por los uréteres. Si aún no se pueden observar los orifi cios ureterales, se amplía la incisión de ⓬ Retiro de cuerpos extraños. Los cuer- pos extraños, como los cálculos, se retiran con el uso de la misma técnica que para la biopsia. Se usa el instrumento para sujetar el cuerpo extraño y después se retira junto con el cis- toscopio. ⓭ Teloscopia suprapúbica. Es una téc- nica que se usa para visualizar la vejiga a través de una vía de acceso abdominal. Los autores consideran que es de utilidad cuando se nece- sita explorar los uréteres durante una cesárea difícil o una laparotomía en que la mujer no se ha colocado de manera adecuada para faci- litar la introducción del cistoscopio a la uretra. Se distiende la vejiga a través de una sonda de Foley transuretral administrando solución hasta que se tensa la pared vesical. Se coloca un 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd118843_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1188 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1189Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 las piernas en estribos de Allen, en posición de litotomía (fi g. 40-6, p. 985). Se lleva a cabo la preparación quirúrgica del abdomen y la vagina y se inserta una sonda de Foley. ➋ Incisión abdominal. Se hace una inci- sión de Pfannenstiel o Cherney baja (Sección 41-2, p. 1022). La operación en el espacio de Retzius es más fácil de lograr si la incisión transversa se coloca en la porción baja del abdomen casi 1 cm por arriba del borde supe- rior de la sínfi sis del pubis. Si se planea hacer histerectomía, culdoplastia u otro procedi- miento intraperitoneal, se penetra a la cavidad peritoneal y se concluye la operación antes de iniciar la colposuspensión. ➌ Acceso al espacio de Retzius. Cuan- do se cierra el peritoneo, debe exponerse el plano avascular entre el pubis y el tejido areo- lar laxo, es decir, el espacio de Retzius. Para entrar a este espacio se diseca con suavidad con los dedos de una mano sobre la superfi - cie cefálica del pubis. También se puede usar disección suave con gasa para abrir este espa- cio (fig. 43-2.1). El tejido areolar laxo que se encuentra por detrás de la sínfi sis del pubis se separa con facilidad del hueso. Sin embargo, si se ingresa en el plano equivocado ocurrirá hemorragia. La exposición directa del dorso del pubis asegura que se tiene acceso al espa- cio correcto. Se separan suavemente la vejiga y uretra hacia abajo, lejos del pubis, y se abre el espacio de Retzius. infección de vías urinarias o de herida qui- rúrgica, disfunción miccional, urgencia uri- naria de novo y prolapso de órganos pélvicos, sobre todo enterocele (Alcalay, 1995; Demirci, 2000, 2001; Norton, 2006). La sobrecorrec- ción del ángulo uretrovesical se ha sugerido como causa de esas complicaciones urinarias y de prolapsos a largo plazo. ■ Preparación de la paciente El American College of Obstetricians and Gynecologists (2009), recomienda administrar profi laxis antimicrobiana antes de la operación uroginecológica y las mejores opciones son si- milares a las que se utilizan en la histrectomía y se presentan en el cuadro 39-6 (p. 959). Bhatia (1989) demostró una morbilidad febril mucho menor en las mujeres que recibían 1 g de cefa- zolina por vía intravenosa antes, durante y ocho horas después de la colposuspensión frente a las mujeres que no recibían profi laxis. También se recomienda administrar tromboprofi laxis en toda mujer sometida a una operación gine- cológica mayor. Tanto la profi laxis mecánica como la heparina son adecuadas, como se resume en el cuadro 39-9 (p. 962). TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. Se coloca a la paciente en decúbito dorsal con 43-2 Colposuspensión de Burch Las operaciones contra la incontinencia urina- ria con acceso abdominal pretenden corregir la incontinencia urinaria de esfuerzo (SUI, stress urinary incontinence) mediante la estabiliza- ción de la pared vaginal anterior y la unión uretrovesical en localización retropúbica. En específi co, en la operación de Burch, también conocida como uretropexia retropúbica, se hace uso de la fortaleza del ligamento iliopectíneo (de Cooper) para estabilizar la pared vaginal anterior y anclarla a la estructura musculoes- quelética de la pelvis (fi g. 38-24, p. 940). La colposuspensión de Burch se hace por lo general a través de una incisión de Pfannenstiel o Cherney. En fechas recientes algunos ciruja- nos introdujeron accesos laparoscópicos donde se hace uso de material de sutura o malla para fi jar los tejidos paravaginales al ligamento de Cooper (Ankardal, 2004; Zullo, 2004). No obstante, en comparación con la colposuspen- sión abierta de Burch, los accesos laparoscópi- cos han mostrado menos efi cacia (el Toukhy, 2001; Moehrer, 2002). PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Antes de la cirugía, las pacientes se someten a valoración uroginecológica completa. Se reco- miendan pruebas urodinámicas para diferen- ciar la incontinencia urinaria de esfuerzo y la de urgencia, así como valorar la capacidad vesical y los patrones miccionales (cap. 23, p. 621). Muchas mujeres con SUI también pueden tener prolapso de órganos pélvicos. Por ese motivo, la colposuspensión de Burch suele rea- lizarse junto con operaciones reconstructivas pélvicas cuando está indicado. En mujeres que requieren histerectomía, ésta no parece mejorar o empeorar las tasas de éxito de la colposuspen- sión de Burch (Bai, 2004; Meltomaa, 2001). ■ Consentimiento informado Para casi todas las mujeres con SUI, la colpo- suspensión de Burch ofrece un tratamiento de la incontinencia seguro y efi caz a largo plazo. Las tasas de éxito varían dependiendo del modo en que se les defi na, pero en general se cree que la operación brinda curación sinto- mática a casi 85% de las pacientes. Los ries- gos quirúrgicos se comparan con los de otras operaciones por SUI (Green, 2005; Lapitan, 2003). Las complicaciones transoperatorias son raras y pueden incluir lesión ureteral, perforación vesical y hemorragia (Galloway, 1987; Ladwig, 2004). No obstante, las complicaciones no son raras en el posoperatorio y quizá incluyan FIGURA 43-2.1 Acceso al espacio de Retzius. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 118943_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1189 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1190 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 un medio para descartar una lesión ureteral transoperatoria. ➑ Sondeo. Al concluir la colposuspensión puede dejarse la sonda de Foley para drenar la vejiga; también se puede colocar una sonda suprapúbica. En los estudios, los investigadores han comparado los dos métodos y no encon- traron diferencias en cuanto a la tasa de éxito de operaciones para la incontinencia, duración de la hospitalización o tasas de infección. El sondeo uretral se vinculó con una duración más breve de su utilización, pero también con mayores molestias para las pacientes (Dunn, 2005; Th eofrastous, 2002). ➒ Cierre de la incisión. La aponeurosis de la pared abdominal se cierra con surgete con- tinuo con material de absorción tardía calibre 0. La piel se cierra mediante sutura subdérmica con material de absorción lenta 4-0 u otro método adecuado de cierre cutáneo (cap. 40, p. 987). POSOPERATORIO En general, la recuperación es similar a la de una laparotomía y varía dependiendo de las operaciones concomitantes y el tamaño de la incisión. En el capítulo 39 se describe un intento de micción (p. 966), que se lleva a cabo antes del alta hospitalaria. doble hebra calibre 2-0 a ambos lados de la uretra. El cirujano eleva su dedo en el interior de la vagina para exponer la región apropiada y dirige la punta de la aguja hacia ese dedo. Se puede usar un dedal para evitar lesiones con la punta de la aguja. Se coloca un primer punto de sutura 2 cm por fuera de la unión uretro- vesical y un segundo punto 2 cm por fuera del tercio proximal de la uretra. Para esta sutura se usa un punto de sutura en 8 para incorporar un borde de tejido con fi nes del sostén (fig. 43-2.2). Se colocan puntos idénticos en el lado opuesto de la uretra. Ambos extremos del material de sutura se colocan a continuación a través del punto más cercano del ligamento iliopectíneo ipsolateral. Se retira la aguja de cada sutura y se anuda por arriba del ligamento. Una vez hecho el nudo, invariablemente se forman puentes con sutura y éstos estabilizan pero no elevan la pared vaginal anterior y la unión uretrovesical. ➐ Cistoscopia. Después de la ligadura del material de sutura, se administra por vía intra- venosa la mitad o una ampolleta completa de indigotindisulfonato sódico y se hace cistosco- pia, lo que permite la identifi cación y el retiro de cualquier punto de sutura que pudiese haber atravesado la mucosa vesical. Es más, permite al cirujano revisar los orifi cios uretera- les y demostrar el fl ujo a travésde ellos como En aquellas pacientes con operaciones pre- vias puede requerirse disección cortante, que se inicia con las puntas curvas de la tijera de Metzenbaum directamente sobre el pubis y se avanza en dirección dorsal hasta exponer el espacio. Se pueden usar grapas y material de sutura para controlar los vasos sangrantes. Durante la disección del espacio de Retzius debe identifi carse el conducto obturador en etapas iniciales del procedimiento para evitar la lesión de los vasos y nervios obturatrices. Conforme se abre este espacio, se identifi ca el ligamento iliopectíneo (o de Cooper). ➍ Exposición de la pared vaginal an- terior. Después del acceso a este espacio, se colocan los dedos índice y medio de la mano no dominante del cirujano dentro de la vagina. Con uno a cada lado, se rodea a la uretra con las yemas de los dedos y se impulsa la vagina en dirección ventral. Esta sola maniobra eli- minará mucha de la grasa ubicada fuera de la pared vaginal anterior. En caso que sea necesario, el cirujano utili- zará una esponja de Kitner (cacahuate), gasa o esponja con barra para mover el tejido conjun- tivo graso hacia los lados de la uretra. La pre- sión ascendente de los dedos en la vagina y la lateral descendente durante la disección roma remueve el tejido grasoso y revela la pared vaginal anterior, de aspecto blanco y brillante. Para proteger la delicada musculatura uretral es importante que esa disección se mantenga a los lados de la uretra. La disección puede causar laceración de los vasos del plexo de Santorini, de venas paravaginales, con riesgo de hemorragia signi- fi cativa (fi g. 38-24, p. 940). Esto se controla fácilmente con compresión ascendente con los dedos colocados en la vagina. Los vasos iden- tifi cados se pueden sellar por coagulación elec- troquirúrgica, ligadura o colocación de grapas vasculares. ➎ Identificación de la unión uretro- vesical. Se identifi ca la unión uretrovesical para ayudar a la colocación correcta del mate- rial de sutura. Este sitio se puede encontrar con el uso de la mano del cirujano en la vagina para ubicar el globo de la sonda de Foley en el cue- llo vesical, lo que debe hacerse sin jalarla. La tensión pudiese llevar la vejiga al campo qui- rúrgico y aumentar el riesgo de que el material de sutura penetre en ella. ➏ Colocación del material de sutura. Se aplica material de sutura no absorbible de FIGURA 43-2.2 Colocación del material de sutura. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119043_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1190 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1191Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 se describe en el cuadro 39-9 (p. 962). La pre- paración intestinal depende de la preferencia de cada cirujano y las operaciones simultáneas que se han planeado. TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. El procedimiento se describió inicialmente como ambulatorio bajo anestesia local; sin embargo, también se puede hacer bajo anes- tesia regional o general. El motivo para reali- zar anestesia local es que se puede hacer una prueba de esfuerzo por tos después de colo- car la cinta para permitir el ajuste apropiado de su tensión. Si se realiza sin otros proce- dimientos, la TVT en casi todos los casos es una operación ambulatoria. El procedimiento se hace en la posición de litotomía (fi g. 40-6, p. 985). Se lleva a cabo la preparación qui- rúrgica de la vagina y se inserta una sonda de Foley 18F para ayudar a la localización de la uretra durante el paso de la aguja. ➋ Incisiones abdominales. Se hacen dos incisiones cutáneas abdominales de medio centímetro, un centímetro por arriba de la sín- fi sis del pubis y por fuera de la línea media. Aunque muchos cirujanos inciden la piel más lateralmente, los autores creen que las incisio- nes en la línea media disminuyen el riesgo de una lesión de un vaso importante y no aumen- tan la posibilidad de perforación vesical. ➌ Incisiones vaginales. Se hace una inci- sión media en el epitelio vaginal comenzando en la región proximal a 1 cm de distancia del meato uretral, que se extiende 2 cm en direc- ción cefálica. Se colocan pinzas de Allis en los bordes de la incisión vaginal para tracción. Con tijeras de Metzenbaum se crean conduc- tos submucosos bilaterales bajo el epitelio vagi- nal a cada lado de la uretra. Esos conductos se extienden varios centímetros en dirección de las ramas púbicas ipsolaterales para permitir la colocación de la aguja de TVT. ➍ Colocación de la guía del catéter. Se coloca una guía rígida a través de la sonda de Foley. Durante el paso de las agujas de TVT, un ayudante utiliza el catéter guía para desviar la uretra hacia el lado contralateral a fi n de no lesionarla. ➎ Colocación de la malla. Se adap- tan la aguja y malla de TVT al introductor. La aguja se introduce a través del conducto submucoso de manera que su punta toque la cara frontal de la rama púbica ipsolateral (fig. 43-3.1). Con una mano colocada en la vagina se guía cuidadosamente la aguja alrede- dor del dorso de las ramas y hacia la incisión dinámica y debe documentarse cualquier fuga de orina con el aumento de la presión intra- abdominal en ausencia de contracciones del detrusor (cap. 23, p. 621). En algunas mujeres, los síntomas no se correlacionan con hallazgos objetivos y en ellas no debe hacerse un proce- dimiento quirúrgico. En tales casos, la inconti- nencia de esfuerzo tal vez no esté presente y la operación fracasaría en cuanto a mejoría de los síntomas y tal vez los agrave. Una excepción es la mujer con prolapso de órganos pélvicos con obstrucción de la uretra. En ella, el prolapso debe eliminarse durante las pruebas urodiná- micas para intentar demostrar la incontinencia de esfuerzo latente o potencial. ■ Consentimiento informado Antes del procedimiento quirúrgico, el proceso de consentimiento informado de TVT debe incluir un análisis amplio de los resultados. En el mejor de los casos, la tasa de curación a cinco años es de 85%, con mejoría notoria en otro 10% de las pacientes. Sin embargo, algunas presentarán incontinencia de urgencia posoperatoria, y otras, una disfunción mic- cional molesta. Además, con el tiempo y el envejecimiento la incontinencia puede recurrir como consecuencia de factores no vinculados con el sostén uretral. Las complicaciones del procedimiento a corto plazo incluyen un vaciamiento vesi- cal incompleto que requiere drenaje con una sonda de Foley o sondeo intermitente rea- lizado por la propia paciente durante varios días. Un pequeño porcentaje de pacientes presentará retención urinaria a largo plazo, que requiere reintervención quirúrgica para el retiro de la cinta (Sección 43-8, p. 1202). En pacientes que requieren el retiro de una parte de la cinta, las tasas de incontinencia disminu- yen. El procedimiento de TVT se vincula con una curva de aprendizaje y las tasas de reten- ción urinaria descienden conforme el médico opera a un mayor número de pacientes. En el posoperatorio, puede ocurrir erosión vaginal por la malla como complicación temprana o tardía, lo cual se trata con el simple retiro del pedazo de la cinta que la causó. Las complicaciones transoperatorias inclu- yen hemorragia, perforación vesical y lesión intestinal. Se lesionan los vasos mayores en menos del 1% de las pacientes. ■ Preparación de la paciente El American College of Obstetricians and Gynecologists (2009) recomienda administrar profi laxis antimicrobiana antes de cualquier procedimiento uroginecológico y las mejores opciones son similares a las que se utilizan en la histerectomía y se presentan en cuadro 39-6 (p. 959). También se recomienda administrar tromboprofi laxis a cualquier paciente sometida a una operación ginecológica mayor. Se puede utilizar profi laxis mecánica o heparina como 43-3 Cinta vaginal libre de tensión La operación de cinta vaginal libre de tensión (TVT) es la intervención quirúrgica más fre- cuente en todo elmundo para la incontinencia urinaria de esfuerzo y es una de las más estu- diadas para ese proceso patológico, con tasas de curación a 10 años de casi 80% (Holmgren, 2005; Nilsson, 2008; Song, 2009). Esta opera- ción también se ha vuelto el prototipo de otras múltiples contra la incontinencia, las cuales incluyen TOT (cinta transobturatriz), TVT-O (cinta vaginal libre de tensión), y otras. Todas se basan en el concepto de que es vital el sostén de la porción media de la uretra para el trata- miento de la incontinencia. La colocación de la cinta vaginal libre de tensión está indicada para la incontinencia urinaria de esfuerzo (SUI) secundaria a hiper- movilidad uretral o defi ciencia intrínseca del esfínter (cap. 23, p. 615). Se usa para casos primarios así como para aquellas pacientes que han sido sometidas antes a operaciones contra la incontinencia. Durante la TVT se coloca material de cabestrillo permanente bajo la porción media de la uretra y se lleva detrás del pubis a través del espacio de Retzius en dirección de la pared abdominal anterior. Una vez en posición, el crecimiento del tejido fi nalmente sostendrá la red en su lugar. Para su colocación, la aguja de TVT se coloca en forma ciega a través del espa- cio de Retzius y puede ocurrir una hemorragia signifi cativa. Una modifi cación de la TVT, la TOT (Sección 43-4, p. 1194), se perfeccionó para evitar la hemorragia en ese espacio. Sin embargo, la TVT sigue siendo la operación estándar primaria para la SUI. El sistema de TVT consta de una malla de polipropileno permanente cubierta con una vaina de plástico que se retira después de colocar la primera. Se cree que la vaina de plástico evita la contaminación bacteriana de la malla a su paso por la vagina y la protege de daños durante ese procedimiento. La malla está unida a una aguja de metal desechable que se conecta con un introductor metálico reutilizable durante la operación. Se usa una guía metálica para desplazar la uretra lejos de la aguja durante el procedimiento. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Antes de hacer una operación de TVT se hace el diagnóstico de SUI. La mujer debe presentar síntomas molestos de fuga de orina con la tos, estornudos, actividad o aumento de la presión intraabdominal. Se hará una valoración uro- 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119143_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1191 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1192 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 y se concluye la inspección en busca de per- foraciones. En general, una perforación será obvia y se observará la aguja de TVT entrando y saliendo de la vejiga. En esos casos, se retira la aguja y se vuelve a colocar. Después de la cistoscopia se desensambla el introductor de la aguja y ésta se pasa a tra- vés de la pared abdominal. Se corta la aguja de la malla y ésta se sujeta con un hemóstato. A continuación, la otra aguja TVT se fi ja al introductor y se coloca en el otro lado de la uretra, igual que en el paso 5. Se repite la cis- toscopia. A continuación la segunda aguja se corta de la malla. ➐ Ajuste de la tensión de la malla. Se coloca un hemóstato y se abre entre la uretra y la malla para actuar como espaciador y lograr una distancia entre ambas (fig. 43-3.4). Ese espaciado evita la elevación excesiva de la ure- tra y aminora el riesgo de retención urinaria posoperatoria. ➑ Retiro de la vaina. Un ayudante retira la cubierta plástica de la malla mientras el ciru- jano la sujeta a la distancia deseada de la ure- tra con un hemóstato. La cubierta de plástico debe retirarse con mínima tensión para evitar distender la malla. Se recorta la malla en el sitio de incisión abdominal (fig. 43-3.5). ➒ Cierre de la herida. La incisión vaginal se cierra con surgete continuo con material absorbible calibre 2-0. Las incisiones abdo- vejiga si se aplica presión excesiva y si la aguja tiene dirección cefálica y no hacia la pared abdominal (fig. 43-3.3). Los pequeños cam- bios de posición de la mano que aplica pre- sión al mango pueden llevar a una perforación vesical. ➏ Cistoscopia. Después de que la aguja perfora la pared abdominal, se retiran la sonda de Foley y la guía de catéter. Se hace cistosco- pia con un instrumento de 70°, para lo cual se distiende la vejiga con 200 a 300 ml de líquido abdominal ipsolateral. La aguja siempre debe dirigirse detrás del pubis. Se aplica presión al mango del introductor con la otra mano, pero la colocada en la vagina siempre controla la dirección de la aguja. El mango del introduc- tor debe mantenerse paralelo al piso en todo momento para evitar el desplazamiento en dirección externa, hacia los vasos sanguíneos (fig. 43-3.2). Después de que se hace pasar la aguja alrededor de las ramas del pubis y detrás de la sínfi sis, su punta siempre debe dirigirse hacia la pared abdominal. Pudiese perforarse la FIGURA 43-3.1 Colocación de la aguja a través del conducto submucoso. A B FIGURA 43-3.2 Posición correcta e incorrecta del introductor. A. Introductor oscuro, posición correcta. La punta se dirige en la línea media a una posición detrás del pubis. El mango se encuentra paralelo al piso. B. Introductor blanco, posición incorrecta. La punta está dirigida a un lado. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119243_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1192 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1193Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 El coito debe retrasarse hasta que cicatrice la incisión vaginal. El tiempo hasta el reinicio del ejercicio y la actividad física extenuante es motivo de controversia. Una recomendación estándar ha sido retrasarla al menos dos meses, aunque no hay datos que respalden ese punto de vista. Sin embargo, la lógica sugiere que ése es un tiempo razonable para permitir la cica- trización adecuada. en esta prueba, se deja colocada la sonda de Foley. Se puede repetir un segundo intento de micción unos cuantos días después o a cri- terio del cirujano. También se puede enseñar a la mujer a efectuar el sondeo, que se continúa hasta que el volumen de orina residual posmic- cional es inferior a 100 ml. Se puede reiniciar la dieta y la actividad normal en los días siguientes a la operación. minales suelen cerrarse con adhesivo cutáneo o puntos separados de material de absorción lenta 4-0 en la piel. POSOPERATORIO Antes de dar de alta a la paciente de la unidad de cirugía ambulatoria, se hace una prueba de micción activa (cap. 39, p. 966). Si se fracasa FIGURA 43-3.3 Posición correcta (introductor oscuro) e incorrecta (introductor blanco) de la mano y el introductor. FIGURA 43-3.4 Ajuste de la tensión de la malla. FIGURA 43-3.5 Retiro de la vaina y recorte de la banda. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119343_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1193 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1194 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. Si se hace sin otras operaciones, un procedi- miento de TOT en casi todos los casos es de tipo ambulatorio. Se realiza en posición de litotomía bajo anestesia general o local. Se lleva a cabo la preparación quirúrgica de la vagina y se coloca una sonda de Foley para ayudar a establecer la localización uretral. ➋ Incisiones vaginales. Se hace una inci- sión media en el epitelio vaginal iniciando en un sitio aproximadamente 1 cm proximal al meato uretral y se extiende de 2 a 3 cm en dirección cefálica. Se colocan pinzas de Allis en los bordes de la incisión vaginal para tracción. Con las tijeras de Metzenbaum y disección digital roma se crean conductos submucosos bilaterales bajo el epitelio vaginal a cada lado de la uretra. Esos conductos se extienden hacia arriba y atrás de las ramas iliopúbicas. ➌ Incisiones en el muslo. Se hace en ambos lados una incisión de 0.5 a 1 cm en la piel del muslo (pliegue genitocrural), en un punto de 4 a 6 cm por fuera del clítoris, y a ambos lados en el punto donde sea posible pal- par la inserción del músculoaductor mediano. ➍ Colocación de la malla. Se sujeta la aguja de TOT y se coloca su punta en una de las incisiones del muslo (fig. 43-4.1). Se inserta en dirección cefálica hasta que se per- fora la membrana obturatriz y se percibe una sensación “crepitante”. Se coloca un dedo den- tro de la vagina en el conducto ipsolateral hasta la rama iliopúbica y detrás de ella. Utilizando la curva de la aguja TOT el cirujano dirige la punta hasta el fi nal de su dedo y la hace pasar hacia la vagina (fig. 43-4.2). A continuación la malla TOT se fi ja al extremo de la aguja, la aguja se introduce una y otra vez por la inci- sión del muslo y de esta manera la malla se coloca en su posición. Posteriormente se retira la malla de la aguja. Este procedimiento se repite en el otro lado (fig. 43-4.3). ➎ Ajuste de la tensión de la malla. Se coloca un hemóstato y se abre entre la uretra y la malla para actuar como espaciador y esta- blecer una distancia entre la malla y la uretra (fig. 43-4.4). Ese espaciamiento evita la elevación exce- siva de la uretra y aminora el riesgo de reten- ción urinaria posoperatoria. ➏ Retiro de la vaina. Un ayudante retira la cubierta de plástico de la malla a través de la incisión del muslo. En forma simultánea, el cirujano sujeta la malla a la distancia deseada desde la uretra con el uso del hemóstato. La cubierta plástica debe retirarse con una trac- ción mínima para evitar distender la malla. Se recorta la malla en las incisiones del muslo. la micción, ya que presentan más bien pujo abdominal que contracción del detrusor y rela- jación uretral. Casi todos los procedimientos para la incontinencia evitan la fuga de orina mediante el cierre de la uretra durante la tos o la maniobra de Valsalva. Por tanto, esas ope- raciones cuando se realizan en mujeres que dependen de la maniobra de Valsalva para lograr la micción a menudo producen disfun- ción miccional. ■ Consentimiento informado Como con otras operaciones para la inconti- nencia, los principales riesgos de este proce- dimiento son la aparición de incontinencia de urgencia, disfunción miccional, retención urinaria y fracaso en la corrección de la incon- tinencia de esfuerzo. El dolor de ingles parece ser otro problema posoperatorio potencial. Las complicaciones a largo plazo pueden vincularse con la malla de sostén e incluyen su erosión. Antes de la operación las pacientes deben tener expectativas reales e información de índi- ces de éxito en las publicaciones así como las del cirujano en particular. Es más, la defi nición de resultado exitoso varía de una mujer a otra. Por ejemplo, en una paciente con incontinen- cia importante y 20 episodios de fuga de orina se considera exitoso un procedimiento cuando presenta una crisis de fuga urinaria cada tercer día. Sin embargo, en una mujer con pérdida ocasional pudiese ser más difícil lograr un resultado que se considere satisfactorio. Por lo tanto, deben analizarse las expectativas de la paciente antes de la intervención quirúrgica. En el transoperatorio hay algún riesgo de perforación vesical aunque se cree que es signi- fi cativamente menor que con TVT. También puede haber riesgo de perforación uretral. Finalmente, la colocación inapropiada de un trócar de TOT puede llevar a hemorragia sig- nifi cativa si se laceran vasos pélvicos mayores. ■ Preparación de la paciente Se administran antibióticos y tromboprofi laxis como se resume en los cuadros 39-6 y 39-9. La preparación intestinal depende de la pre- ferencia de cada cirujano y de las operaciones simultáneas planifi cadas. TRANSOPERATORIO ■ Instrumentos Un equipo de TOT contiene dos agujas y una cinta de malla sintética. La aguja de TOT está diseñada para atravesar la vía desde el punto de ingreso alrededor de las ramas del pubis y hasta el epitelio medio uretral. Una vaina de plástico rodea a la cinta de malla y permite jalarla a su posición con suavidad. Sin embargo, una vez que se retiran las vainas de plástico la malla se mantiene fi ja en su posición. 43-4 Cabestrillo transobturatriz con cinta La operación de cabestrillo transobturatriz con cinta (TOT) es una variación de los procedi- mientos de cabestrillo mediouretrales que se iniciaron con la cinta vaginal libre de tensión (TVT) (Sección 43-3, p. 1191). Esta opera- ción está ganando aceptación, aunque aún no se dispone de datos acerca de su tasa de éxito a largo plazo. El procedimiento tiene varias diferencias importantes respecto de TVT y también hay varias modifi caciones respecto al procedimiento de TOT. En general, la TOT está indicada para la incontinencia urinaria de esfuerzo primaria (SUI) por hipermovilidad uretral (cap. 23, p. 615). En la actualidad no se sabe si la TOT será de utilidad en pacientes con SUI secun- daria a una defi ciencia intrínseca del esfínter. Durante las operaciones de TOT se coloca material no absorbible de cabestrillo a ambos lados a través de la aponeurosis obturatriz y se extiende debajo de la porción media de la uretra. El punto de ingreso cubre al tendón proximal del músculo aductor mediano. Por medio de este acceso, no se ingresa el espacio de Retzius, cuya hemorragia es una de las prin- cipales complicaciones de la TVT, y su evita- ción es una característica atractiva de la TOT. Además, en pacientes que se han sometido a operaciones previas contra la incontinencia, con cicatrización del espacio de Retzius, se puede prevenir la perforación vesical al evitar la disección de ese espacio. Varias compañías producen equipos que contienen la malla y agujas para la colocación de TOT y cada una tiene sus propias modifi - caciones. Los dos principales tipos de opera- ciones de TOT se defi nen porque la aguja se coloca inicialmente dentro de la vagina y se dirige hacia afuera, el llamado acceso de dentro afuera, o se inicie afuera y se dirija hacia el inte- rior, el llamado acceso de fuera adentro. En la actualidad, la técnica de fuera adentro se hace más a menudo y se describe a continuación. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Antes de la intervención quirúrgica se somete a las pacientes a una valoración uroginecológica completa. Se recomiendan pruebas urodiná- micas para diferenciar entre las incontinencias de esfuerzo y de urgencia. Muchas pacientes tienen incontinencia mixta y aquellas en quie- nes predominan los síntomas de esfuerzo son elegibles para el procedimiento. Debe tenerse precaución en pacientes en quienes la maniobra de Valsalva produce 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119443_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1194 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1195Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 Se pueden reiniciar la actividad y dieta nor- males en los primeros días de posoperatorio. El coito debe retrasarse hasta que cicatrice la incisión vaginal. El tiempo transcurrido hasta el reinicio del ejercicio y la actividad física extenuantes es motivo de controversia. Una recomendación estándar ha sido retrasarlo al menos dos meses, si bien no hay datos para respaldar esto. Sin embargo, la lógica sugiere que ese es un tiempo razonable para permitir una cicatrización adecuada. POSOPERATORIO Antes de dar de alta a la paciente de la unidad de cirugía ambulatoria se hace una prueba de micción activa (cap. 39, p. 966). Si la paciente fracasa en esa prueba, se deja colocada la sonda de Foley. Se puede repetir un segundo intento miccional en unos cuantos días a criterio del cirujano. Una alternativa es instruir a la propia paciente para que ella se realice el sondeo, y se continúa hasta que la orina residual desciende por debajo de 100 ml. ➐ Cierre de la herida. La incisión vaginal se cierra con surgete continuo con material de absorción lenta 2-0. Las incisiones del muslo pueden cerrarse sólo con un punto subcutáneo de material absorbible 4-0 u otro método de cierre cutáneo adecuado (cap. 40, p. 987). ➑ Cistoscopia. El procedimiento se comer- cializa como uno en el que nose requiere cis- toscopia. Sin embargo, como pueden ocurrir lesiones vesicales y uretrales, los autores reco- miendan la cistoscopia después de este proce- dimiento. FIGURA 43-4.4 Ajuste de la tensión de la malla. FIGURA 43-4.2 Paso de la aguja. FIGURA 43-4.3 Colocación de la banda. FIGURA 43-4.1 Introducción de la aguja. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119543_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1195 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1196 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 para permitir la obtención de una banda de aponeurosis que mida como mínimo 2 × 6 cm. La incisión se realiza a través del tejido subcutáneo hasta la aponeurosis. La aponeurosis a obtener se marca y des- pués se realiza disección cortante y se retira. Después de su obtención, se retira la grasa y el tejido areolar de la banda. Se coloca después un punto helicoidal con sutura de polipro- pileno de calibre 0 en sentido contrario a las fi bras de la aponeurosis en cada extremo de la banda. No se anudan las suturas. Se cierra la incisión de la aponeurosis con surgete conti- nuo con material de absorción lenta calibre 0. ➌ Incisión vaginal. Se hace una incisión vertical media en la pared vaginal anterior, 2 cm con respecto al meato uretral, de 5 a 6 cm de longitud. Se usa disección cortante y roma para elevar el epitelio vaginal y separarlo de la capa fi bromuscular subyacente. Se entra al espacio de Retzius en forma roma o cortante, a ambos lados, para penetrar la membrana perineal (fi g. 38-27, p. 943) (fig. 43-5.1). El cirujano debe palpar con el dedo el hueso púbico en el espacio de Retzius (fig. 43-5.2). Se puede encontrar hemorragia, que se trata por compresión o sutura. ➍ Colocación de la aponeurosis. Se usa una pinza larga o un portaagujas desde arriba para perforar la vaina del recto anterior del abdomen por debajo de la incisión previa hecha para obtener el injerto. Se coloca el ins- trumento contra el dorso del pubis y se avanza hacia la vagina. En forma simultánea, el ciru- jano guía el instrumento hacia su dedo dentro del espacio de Retzius (fig. 43-5.3). cia intrínseca del esfínter. Además, la SUI a menudo se acompaña del prolapso de órganos pélvicos. Así, debe valorarse la necesidad de reparación concomitante del prolapso vincu- lado antes de la intervención quirúrgica (cap. 24, p. 641). ■ Consentimiento informado Además de los riesgos quirúrgicos generales, debe asesorarse a las pacientes en cuanto al riesgo de incontinencia recurrente y retención urinaria posoperatoria. ■ Preparación de la paciente Se administran antibióticos y tromboprofi laxis como se resume en los cuadros 39-6 (p. 959) y 39-9 (p. 962). La preparación intestinal de- pende de la preferencia de cada cirujano y las operaciones simultáneas que se planea realizar. TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. El cabestrillo pubovaginal se puede colocar bajo anestesia general o regional como pro- cedimiento intrahospitalario. Se coloca a la paciente en posición de litotomía y se sujetan las piernas con estribos. Se lleva a cabo la pre- paración quirúrgica del abdomen y la vagina y se inserta una sonda de Foley. ➋ Obtención del injerto. Se hace una incisión cutánea transversa 2 a 4 cm por arriba de la sínfi sis del pubis, sufi cientemente grande 43-5 Cabestrillo pubovaginal El cabestrillo pubovaginal constituye un pro- cedimiento estándar para la incontinencia uri- naria de esfuerzo (SUI). Por lo general se ha usado para la SUI secundaria a una defi ciencia intrínseca del esfínter. Esta condición especí- fi ca se caracteriza por uretra inmóvil, presión máxima de cierre uretral baja y punto bajo de presión de pérdida urinaria con la maniobra de Valsalva (cap. 23, págs. 616 y 617). Además, esta operación también puede estar indicada para pacientes con fracaso previo de operaciones contra la incontinencia. En gene- ral no se emplea en una mujer como primera operación contra la incontinencia. Anteriormente se habían usado diferentes materiales para el cabestrillo. Sin embargo, en la actualidad se prefi ere la aponeurosis autó- loga. En general, ésta se obtiene de la vaina de los rectos anteriores, aunque se pueda usar la fascia lata del muslo. En esta operación se coloca una banda de aponeurosis en el cuello vesical a través del espacio de Retzius, cuyos extremos se anudan por arriba del músculo recto anterior del abdomen. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Como con otras operaciones contra la incon- tinencia, las pacientes requieren valoración uroginecológica que incluya pruebas urodi- námicas para confi rmar SUI y la defi cien- FIGURA 43-5.1 Ingreso al espacio de Retzius. FIGURA 43-5.2 Palpación del pubis. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119643_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1196 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1197Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 tensión de cabestrillo, el riesgo de retención urinaria prolongada disminuye y, por tanto, ya no suele requerirse el drenaje suprapúbico. ➑ Incisión abdominal. El resto de la inci- sión abdominal se cierra como se describe en la Sección 41-2 (p. 1023). POSOPERATORIO En general, la recuperación es similar a la de la laparotomía y depende sobre todo del tamaño de la incisión. Se hace una prueba miccional como la descrita en el capítulo 39 (p. 966) antes del alta hospitalaria. el anudado se deja un espacio de cuatro a seis centímetros entre el nudo y la aponeurosis para evitar la obstrucción del cuello vesical y una retención urinaria. Después de que se aprieta el nudo, no debe haber angulación ascendente de la uretra o del cuello vesical ➏ Cistoscopia. Se realiza cistoscopia para descartar una perforación vesical u obstruc- ción uretral. ➐ Incisión vaginal. La incisión vaginal se cierra con material de absorción lenta 2-0 con surgete continuo. Se deja colocada una sonda de Foley. Anteriormente era práctica común insertar una sonda suprapúbica. Sin embargo, con una tendencia hacia la disminución de la El material de sutura en un extremo de la banda de aponeurosis se sujeta con las pinzas perforadoras y se introduce por la incisión abdominal en un lado de la uretra. Se hace un procedimiento similar en el lado opuesto de la uretra con el otro extremo del cabestrillo. Como resultado, el cabestrillo aponeurótico se ubica debajo del cuello vesical (fig. 43-5.4). Se usan tres o cuatro puntos de sutura de material de absorción lenta 2-0 para fi jar el cabestrillo detrás del cuello vesical a fi n de evitar su des- plazamiento. ➎ Ajuste de la tensión del cabestrillo. El material de sutura colocado en los extremos del cabestrillo se anuda por arriba de la vaina de los rectos anteriores del abdomen. Durante FIGURA 43-5.4 Sutura del cabestrillo de aponeurosis en su sitio. FIGURA 43-5.3 Colocación de la banda de aponeurosis. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119743_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1197 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1198 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. Se puede hacer la inyección uretral en la mayo- ría de las pacientes en el consultorio con recur- sos para cistoscopia. Se coloca a la paciente en posición de litotomía, se lleva a cabo la pre- paración quirúrgica de la vulva y se vacía la vejiga. Se inyecta jalea de lidocaína al 2% en la uretra 10 min antes de la operación. De ser necesario, se usa benzocaína tópica al 20% como analgésico en la vulva y se pueden inyec- tar 4 ml de lidocaína al 1% en dosis divididas en las posiciones de las 3 y 9 del cuadrante del reloj correspondiente con las zonas de la uretra. ➋ Acceso transuretral: colocación de la aguja. Se coloca un cistoscopio dentro de la uretra distal, de manera que se observen simultáneamente la porción media de la ure- tra, la uretra proximal y el cuello vesical. Se introduce aguja raquídea de calibre 22 adap- tada a una jeringa con el agente de aumento de volumena través de la vaina del cistoscopio. La aguja se dirige en un ángulo de 45° con respecto a la luz uretral y se inserta en la posi- ción de las 9 del cuadrante correspondiente a la carátula del reloj en la pared de la parte media de la uretra. Después de que la punta de la aguja pene- tra la pared uretral y ya no se observa el bisel, se hace avanzar de 1 a 2 cm en forma paralela a la luz uretral. Esto ubica a la aguja en el nivel de la uretra proximal. ➌ Inyección. Se inyecta el agente de aumento de volumen bajo presión constante y empieza a elevarse el revestimiento submucoso (fig. 43-6.1). Se retira la aguja lentamente para aumentar el volumen de la uretra en sus par- tes proximal y media. Se administra el agente de aumento de volumen hasta que se presenta coaptación de la mucosa (fig. 43-6.2). En general se utilizan una o dos jeringas de colágena (2.5 a 5 ml) por procedimiento. Estos pasos se repiten después en la posición de las 3 correspondiente al cuadrante de la carátula del reloj. En forma ideal, el número de punciones realizadas en la pared uretral por aguja debe disminuirse al mínimo para evitar el escurri- miento de los agentes de aumento de volumen a través de ellas. Por tanto, si se requiere una segunda jeringa de agente para lograr la coap- tación, se mantiene en su lugar la aguja ori- ginalmente colocada y se adapta una segunda jeringa con el agente. ➍ Retiro del cistoscopio. Una vez que se logra la coaptación de la mucosa, a medida que movilidad uretral con una prueba de hisopo o una similar (fi g. 23-13, p. 618). ■ Consentimiento informado Se informa a las pacientes de la efi cacia del procedimiento. Si bien las tasas de éxito son en general menores que las de las interven- ciones quirúrgicas, las de curación o mejoría de SUI a un año van de 60 a 80% (Bent, 2001; Corcos, 2005; Lightner, 2002; Monga, 1995). Las tasas de continencia disminuyen con el tiempo, lo que se puede intuir por la degradación de colágena y grasa. Sin embargo, Chrouser (2004) encontró tasas similares de declinación con el tiempo, incluso cuando se comparó el material sintético con la colágena. En consecuencia, estas inyecciones deben con- siderarse un tratamiento no permanente de la SUI, con observación de continencia sostenida en sólo 25% de las pacientes después de cinco años de la inyección (Gorton, 1999). Una ventaja importante de la inyección uretral es su bajo riesgo de complicaciones. Los efectos secundarios de la inyección de colágena en general son transitorios y pueden incluir vaginitis, cistitis aguda y síntomas de disfunción miccional. De ellas, la retención urinaria durante unos cuantos días después de la operación es la más frecuente. La retención a largo plazo no constituye un riesgo signifi ca- tivo. Una complicación más grave es la urgen- cia persistente o nueva, que pudiese aparecer en incluso 10% de las mujeres después de la inyección (Corcos, 1999, 2005). ■ Preparación de la paciente Puede haber una infección de vías urinarias después de la inyección uretral, por lo que se administra un antibiótico adecuado por vía oral después de concluir el procedimiento. No suele ser necesario administrar tromboprofi - laxis para este procedimiento de consultorio. TRANSOPERATORIO ■ Selección del agente de aumento de volumen En Estados Unidos se dispone en la actualidad de varios agentes para inyección uretral: grasa autóloga, microesferas sintéticas cubiertas por carbón, partículas de hidroxiapatita cálcica, copolímero de alcohol etilenvinílico y polidi- metilsiloxano. De éstos, la grasa autóloga tiene un éxito limitado en el tratamiento de la SUI por su degradación tan rápida y reabsorción. Por lo tanto, no se utiliza mucho para este fi n (Haab, 1997; Lee, 2001). Existen sustancias sintéticas que son efectivas, pero necesitan estudios comparativos a largo plazo. 43-6 Inyecciones uretrales para aumento de volumen Las inyecciones de agentes de aumento de volumen en la submucosa uretral constituyen un método disponible para tratar la inconti- nencia urinaria de esfuerzo (SUI) que depende de la defi ciencia intrínseca del esfínter (ISD, intrinsic sphincter defi ciency) (cap. 23, p. 616). Aunque los mecanismos no son por completo claros, puede haber efi cacia por la expan- sión de las paredes uretrales, que les permite aproximarse mejor o coaptarse (Kershen, 2002). Como resultado, aumenta la resis- tencia intraluminal al fl ujo y se restablece la continencia (Winters, 1995). Otra opción es aplicar inyecciones que son efectivas al alargar la uretra funcional. De esta manera se permite una distribución más uniforme de la presión abdominal a través del tercio proximal de la uretra para evitar que se abra al aplicar tensión (Monga, 1997). Los agentes de aumento de volumen por lo general son recomendados sólo para tra- tamiento de la SUI por ISD. Sin embargo, algunas pruebas sugieren que pueden también usarse para tratar la SUI resultante de una combinación de ISD e hipermovilidad uretral (Bent, 2001; Herschorn, 1997; Steele, 2000). La inyección uretral ofrece un tratamiento de la SUI con mínima invasión, asistido por cistoscopia. Se puede hacer en el consultorio bajo anestesia local y se acompaña de un bajo riesgo de complicaciones. Por esos motivos, a menudo se elige para mujeres que desean evitar la intervención quirúrgica o que no son elegibles por otros motivos de salud. Las inyec- ciones uretrales se pueden hacer alrededor de la uretra o atravesándola. El acceso transuretral se usa más a menudo y permite una coloca- ción más adecuada del agente de aumento de volumen (Faerber, 1998; Schulz, 2004). Los agentes disponibles en la actualidad en Estados Unidos y que se han aprobado para uso inclu- yen colágena bovina, grasa autóloga y varios agentes sintéticos. Hasta hace poco tiempo, en Estados Unidos existía un producto a base de colágena de bovino que era el más utilizado. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Deben hacerse pruebas urodinámicas comple- jas con valoración de la estructura y función uretrales. Se valora específi camente la presión máxima de cierre uretral o punto de pérdida urinaria (cap. 23, p. 623). Debe valorarse la 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119843_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1198 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1199Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 se retira el cistoscopio debe tenerse cuidado de no hacerla avanzar en ubicación proximal al sitio de inyección. Esto evita la compresión forza- da del agente depositado y pérdida de coap- tación. POSOPERATORIO Se da el alta después de su primera micción consecutiva a la inyección y se recomienda la profi laxis con antibióticos orales. Las pacientes deben abstenerse del coito durante 10 días des- pués de la inyección, pero reanudarán sus otras actividades usuales. Si aparece retención urinaria se inicia el sondeo por la propia paciente (ISC) y se con- tinúa hasta que se resuelve la retención. Si una mujer no puede realizar un ISC, se coloca una sonda de Foley en forma temporal. Sin embargo, la aplicación de la sonda puede com- primir la colágena de aumento de volumen y disminuir la coaptación uretral. Dos semanas después de la inyección, es práctica de los autores valorar el éxito del tra- tamiento. Si las pacientes no pueden alcanzar grados deseables de continencia, se planean inyecciones adicionales para mejorar la coap- tación de la uretra. FIGURA 43-6.2 Imágenes cistoscópicas correspondientes de la coaptación uretral conforme se inyecta el agente de aumento de volumen, como se muestra en la figura 43-6.1. FIGURA 43-6.1 Inyección del agente de aumento de volumen. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 119943_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1199 06/09/13 22:2306/09/13 22:23 1200 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 ral o regional. La paciente se coloca en posi- ción de litotomía alta con estribos. Se lleva a cabo la preparación quirúrgica dela vagina y se inserta una sonda de Foley con globo de 30 ml en la vejiga. ➋ Incisión vaginal. Se hace tracción sobre la sonda de Foley para identifi car el cuello vesical y valorar el grado de cicatrización. Se hace una incisión media vertical o en forma de U en la pared vaginal anterior, al nivel de la uretra proximal y la vejiga (fig. 43-7.1). Se usa disección cortante para separar el epitelio vaginal de los tejidos subyacentes y se extiende a ambos lados, hacia el borde inferior de cada rama púbica. La disección libera la uretra al cortar el tejido cicatricial o el material de cabestrillo previo entre ésta y las ramas del pubis (fig. 43-7.2). Si se identifi ca material de cabestri- llo previo, puede cortarse o extirparse, según se requiera. Se encuentra hemorragia a menudo y se puede controlar por compresión directa o liga- dura vascular. Después de esa disección lateral, la mem- brana perineal es perforada, como se describe en la Sección 43-5, paso 3 (p. 1196), y se entra al espacio de Retzius. La disección roma cui- dadosa dentro de este espacio y en el dorso de la sínfi sis del pubis ayudará adicionalmente a movilizar la uretra proximal. ➌ Cierre de la incisión. Después de la movilización adecuada de la uretra, la incisión vaginal se cierra con material de absorción lenta 2-0 con surgete continuo. trucción. La obstrucción puede ser producto de oclusión del cuello vesical o prolapso de órga- nos pélvicos. Así, deberá incluirse una explora- ción exhaustiva en busca de posibles prolapsos. ■ Consentimiento informado Además de los riesgos quirúrgicos habituales, la hemorragia puede ser una complicación signifi cativa por la vascularidad del espacio de Retzius. La disección de cicatrices densas alre- dedor de la uretra y la vejiga puede ubicar a esas estructuras en riesgo de laceración. Debido a la nueva formación de tejido cicatricial la uretrólisis tal vez no alivie los síntomas. Por el contrario, se puede presentar incontinencia posoperatoria por la eliminación de un sostén previo contra la incontinencia. ■ Preparación de la paciente Se individualiza la preparación intestinal antes de la uretrólisis. Se administra profi laxis con antibióticos antes de la intervención quirúrgica para disminuir el riesgo de infección posopera- toria de la herida quirúrgica y de vías urinarias (cuadro 39-6, p. 959). La tromboprofi laxis se administra según se indica en el cuadro 39-9 (p. 962). TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS: ACCESO VAGINAL ➊ Anestesia y posición de la paciente. Se puede hacer uretrólisis bajo anestesia gene- 43-7 Uretrólisis La uretrólisis es la liberación de una repara- ción de suspensión uretral previa, que se usa en mujeres con síntomas de obstrucción uretral que incluyen retención urinaria y disfunción miccional después de una suspensión. Se puede hacer por vía abdominal o vaginal. Se utiliza predominantemente la vía vaginal y así puede desplazarse la uretra y el cuello vesical. Un acceso abdominal pudiese dar una mejor opor- tunidad de desplazar la vejiga de la sínfi sis del pubis y también se puede elegir en casos donde la operación inicial se hizo por laparotomía. Hay controversia en cuanto a la necesi- dad de una operación concomitante contra la incontinencia para compensar la pérdida del sostén uretral por la uretrólisis. Sin embargo, en muchos casos la cicatrización residual impide la incontinencia de esfuerzo y a criterio de los autores se evita repetir un procedimiento potencialmente obstructivo. En consecuencia, esta decisión debe ser individualizada. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente En mujeres con obstrucción del cuello vesical hay una relación temporal entre la intervención quirúrgica y los síntomas. Se hace valoración objetiva con pruebas urodinámicas para deter- minar la causa de la disfunción miccional y diferenciar entre una vejiga hipotónica y la obs- FIGURA 43-7.1 Incisión vaginal. FIGURA 43-7.2 Disección uretral. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 120043_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1200 06/09/13 22:2406/09/13 22:24 1201Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 ➎ Cierre abdominal. El abdomen se cie- rra de forma acostumbrada (Sección 41-2, p. 1023). POSOPERATORIO Se hace una prueba vesical activa después del retiro de la sonda. Si se encuentra un gran volumen residual, se requiere sondeo inter- mitente por la propia paciente o la colocación de la sonda de Foley. Si se hizo cistotomía, la duración del sondeo depende del tamaño de la cistotomía y la ubicación. Por ejemplo, las cis- totomías pequeñas en la cúpula vaginal requie- ren drenaje durante siete días o menos. Sin embargo, para una cistostomía más grande en la base de la vejiga, se necesita drenaje durante varias semanas. No es necesario suprimir los antibióticos al utilizar este catéter. La paciente reanuda su alimentación y actividad normal durante los primeros días del posoperatorio. Sin embargo, el coito se pos- pone hasta que cicatrice la incisión vaginal. tamente detrás del pubis. Si se ingresa el plano correcto, este espacio virtual se abre fácil- mente. Sin embargo, las mujeres que requieren uretrólisis por lo general han sido intervenidas quirúrgicamente antes en ese espacio. Como resultado, puede haber tejido muy adherido y quizás se requiera disección cortante descen- dente sobre el borde posterior de la sínfi sis del pubis (fig. 43-7.3). ➍ Disección vesical y uretrólisis. La vejiga también por lo general está densamente adherida al dorso de la sínfi sis. La disección curva con la superfi cie cóncava de las tijeras frente a la sínfi sis se dirige hacia ella para disminuir el riesgo de laceración vesical al mínimo. En ocasiones se puede requerir una cistotomía intencional para que se coloque un dedo dentro de la vejiga y ayude a la disección (fig. 43-7.4). Se continúa la disección cortante hacia abajo y a los lados hasta la cara interna de la sínfi sis para liberar la vejiga, y en un momento dado, también la uretra proximal. La hemorra- gia es frecuente durante la disección y se puede controlar con material de sutura o grapas. ETAPAS QUIRÚRGICAS: ACCESO ABDOMINAL ➊ Anestesia y posición de la paciente. Como con el acceso vaginal, se puede concluir la uretrólisis bajo anestesia general o regional. Para un acceso abdominal se prefi ere usar la posición de litotomía estándar y estribos de Allen, lo que permite el acceso vaginal a los cirujanos durante la disección. Se lleva a cabo la preparación quirúrgica del abdomen y la vagina y se inserta una sonda de Foley con globo de 30 ml en la vejiga. ➋ Incisión abdominal. Se prefi ere una in- cisión transversa baja para este procedimiento a fi n de permitir el fácil acceso al espacio de Retzius. Por lo general se elige la incisión de Pfannenstiel o una Cherney (Secciones 41-2 [p. 1022] y 41-3, p. 1024). ➌ Ingreso al espacio de Retzius. El plano correcto de disección para entrar al espacio de Retzius yace directamente detrás del pubis. Se diseca suavemente el tejido areolar laxo hacia abajo y en dirección medial a lateral con los dedos o una gasa, iniciando inmedia- FIGURA 43-7.4 Cistotomía intencional para ayudar a la disección de vejiga y uretra. FIGURA 43-7.3 Disección en el espacio de Retzius. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 120143_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1201 06/09/13 22:2406/09/13 22:24 1202 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 material del cabestrillo. En general, la incisión causa la retracción inmediata de los extremos del cabestrillo (fig. 43-8.1, parte superior). Si no ocurre retracción, debe extirparse un seg- mento de 1 cm del material (fi g. 43-8.1, parte inferior). ➍ Cierre de la incisión. Después de una irrigación vigorosa, se cierra el epitelio vaginal con surgete continuo con material de sutura de absorción lenta 2-0. POSOPERATORIO Antes del alta se hace una prueba miccional activa. Si se tiene que dejar la sonda de Foley se puede repetirun segundo intento de mic- ción unos cuantos días después, o a criterio del cirujano. Si el sondeo lo realiza la propia paciente, éste se continúa hasta que el volu- men de orina residual se encuentre por debajo de 100 ml. La paciente reanuda su alimenta- ción y actividad normal durante los primeros días del posoperatorio. Sin embargo, el coito se debe posponer hasta que cicatriza totalmente la incisión vaginal. local, regional o general, en forma externa. Se coloca a la paciente en posición de litotomía alta con estribos simples o de Allen. Se lleva a cabo la preparación quirúrgica de la vagina y se inserta una sonda de Foley. ➋ Incisión vaginal e identificación de la cinta. Se hace un corte suburetral en la línea media que sigue la incisión quirúrgica primaria previa. Se usa disección cuidadosa para exponer el material del cabestrillo y defi - nir los bordes de la uretra. A menudo, por la mayor tensión del cabes- trillo, el material se estira y mide sólo la mitad del ancho esperado. Adicionalmente, suele haber crecimiento extenso de tejidos hacia el material del cabestrillo y eso difi culta la iden- tifi cación y disección. En ocasiones un cabes- trillo puede migrar a la uretra proximal, y en esos casos, la incisión vaginal requiere una extensión más cefálica. ➌ Incisión del material del cabestrillo. Después de la liberación del material, se abre un hemóstato entre el cabestrillo y la uretra. Se usan tijeras de Metzenbaum para cortar el 43-8 Liberación de cabestrillo mediouretral Pueden aparecer síntomas de obstrucción después de las operaciones de colocación de cabestrillo uretral, específi camente la de cinta vaginal libre de tensión (TVT) y la del cabes- trillo transobturatriz con cinta (TOT). Esta complicación aparece en 4 a 6% de las pacien- tes después de TVT y, en general, se identi- fi ca días a semanas después de la intervención. Cuando se diagnostica obstrucción está indi- cada la liberación quirúrgica e implica el sim- ple corte del material del cabestrillo. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente La imposibilidad de vaciar por completo la vejiga puede deberse a obstrucción uretral o una vejiga hipotónica. La retención urinaria de reciente inicio después de una operación de cabestrillo mediouretral (TVT o TOT) por lo general se debe a lo apretado del cabestrillo. Sin embargo, puede haber otros factores invo- lucrados, como una hipotonía vesical previa o reciente. Por tanto, antes de la uretrólisis de una TVT es prudente hacer pruebas urodi- námicas para comprobar que los síntomas se deben a obstrucción y no a una hipotonía vesi- cal. Además, la cinta puede erosionar la vejiga o la uretra en casos de obstrucción y la cistos- copia permite descartar esa complicación. ■ Consentimiento informado En el consentimiento informado deben consi- derarse el riesgo de recurrencia de la inconti- nencia, fracaso para remediar adecuadamente la retención y la lesión vesical o uretral trans- operatoria relacionados con la liberación de cabestrillo mediouretral. ■ Preparación de la paciente Este es un procedimiento quirúrgico menor y no se requiere preparación específi ca. TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. Esta operación se puede hacer bajo anestesia FIGURA 43-8.1 Corte transversal de la malla a través de una incisión vaginal. Parte superior: corte de la malla y retracción. Parte inferior: escisión de la malla. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 120243_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1202 06/09/13 22:2406/09/13 22:24 1203Cirugías para trastornos del piso pélvico CA P ÍTU LO 4 3 los como procedimiento intrahospitalario bajo anestesia general o regional. Se coloca a la paciente en posición de litotomía alta con estribos para dar una máxima exposición ope- ratoria. Se lleva a cabo la preparación quirúr- gica de la vagina y se inserta en la vejiga una sonda de Foley con globo de 10 ml para ayu- dar a identifi car el cuello vesical. ➋ Cistouretroscopia. Este procedimiento se hace al inicio para localizar la abertura diver- ticular y descartar otras anomalías. ➌ Incisión vaginal. Se hace una incisión en la línea media sobre la pared vaginal ante- rior que cubre al divertículo y se diseca en forma cortante el epitelio de la vagina sepa- rándolo de la capa fi bromuscular vaginal (fig. 43-9.1). Se libera un amplio margen de epite- lio para permitir la exposición adecuada y la unión de los tejidos sin tensión excesiva. ➍ Exposición del divertículo. Se hace una incisión longitudinal a través de la capa fi bromuscular hasta alcanzar el saco del divertí- culo. A continuación se usa disección cortante para separar y exponer por completo el saco diverticular y el cuello vesical (fig. 43-9.2). Durante la disección se puede ingresar inad- vertidamente o de manera intencional al saco del divertículo. Si esto ocurre, se sujetan las paredes del divertículo con pinzas de Allis y se continúa la disección. Es indispensable la pre- caución y el conocimiento de la localización de la uretra para evitar lesionarla. pia es útil para localizar aberturas saculares a lo largo de la uretra (fi g. 26-7, p. 687). ■ Consentimiento informado En la reparación de divertículos el daño a los mecanismos de la continencia uretral puede lle- var a una incontinencia posoperatoria. Puede ocurrir estrechez o estenosis uretral o retención urinaria, dependiendo de la extensión y locali- zación de la intervención quirúrgica. Además tal vez ocurran fístulas uretrovaginales y lesio- nes vesicales. Si se elige el procedimiento de Spence, por lo general se altera la anatomía del meato uretral y puede presentarse un patrón de dispersión en la micción. ■ Preparación de la paciente Los antibióticos y la tromboprofi laxis se admi- nistran según se indica en los cuadros 39-6 y 39-9. En la institución de los autores, se reco- mienda la preparación intestinal antes de la reparación del divertículo para descomprimir el rectosigmoides, aunque no es obligatoria. TRANSOPERATORIO ETAPAS QUIRÚRGICAS: DIVERTICULECTOMÍA ➊ Anestesia y posición de la paciente. Por lo general, se hace ablación de divertícu- 43-9 Reparación del divertículo uretral El acceso para la reparación del divertículo uretral varía y depende de la localización, el tamaño y la confi guración del saco del diver- tículo. Para aquellos cercanos al cuello vesical se elige a menudo la ablación parcial a fi n de evitar el daño del cuello vesical y el meca- nismo de la continencia. Para el divertículo uretral medio por lo general está indicada la diverticulectomía simple. Para aquellos loca- lizados en el meato uretral se puede elegir el procedimiento de Spence, técnica en la que se abren un divertículo distal y el meato uretral juntos para formar un solo meato. Finalmente, en aquellas personas con divertículo complejo que tal vez rodee a la uretra se puede requerir una combinación de técnicas. PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Es indispensable la información precisa acerca de la anatomía del divertículo para la pla- neación quirúrgica y el asesoramiento de la paciente. Las imágenes por resonancia mag- nética (MR) constituyen un estudio superior en la delineación de la confi guración del diver- tículo (fi g. 26-6, p. 685). Además, la cistosco- Epitelio vaginal Capa fibromuscular FIGURA 43-9.2 Disección del saco diverticular.FIGURA 43-9.1 Incisión vaginal. 43_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 120343_Chapter_43_Hoffman_4R.indd 1203 06/09/13 22:2406/09/13 22:24 1204 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 imbricado utilizando la muscular vaginal con una sutura similar. Se extirpa el epitelio vagi- nal excesivo que antes cubría al divertículo. Se cierra el epitelio vaginal con surgete continuo con material 2-0 de absorción lenta. ETAPAS QUIRÚRGICAS: MARSUPIALIZACIÓN DE SPENCE ➊ Incisión del meato. Se insertan las pun- tas de unas tijeras de Metzenbaum en el meato se identifi ca su comunicación con la uretra.
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