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581 La mujer de edad madura TRATAMIENTO HORMONAL: ANTECEDENTES Y CONTROVERSIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 581 PANORAMA ACTUAL DE LA HORMONOTERAPIA . . . . . . 584 Resumen de los riesgos y los beneficios . . . . . . . . 584 Resumen de indicaciones de uso actuales . . . . . . 585 Contraindicaciones del estrógeno . . . . . . . . . . . . . 585 SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 585 Tratamiento de los síntomas vasomotores . . . . . . 585 Tratamiento de la osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . 590 Tratamiento de los problemas sexuales . . . . . . . . 596 Tratamiento de la depresión . . . . . . . . . . . . . . . . . 598 Tratamiento del envejecimiento de la piel . . . . . . 598 CUIDADOS PREVENTIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 598 BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 600 La “mujer madura” típica tiene 40 años o más y ha concluido su vida reproductiva. Al fi nal del cuarto decenio de la vida, la mayoría de las mujeres entra en la transición menopáusica y este periodo de cambios fi siológicos casi siempre concluye entre los 51 y 56 años de edad (cap. 21, pág. 554). La menopausia marca un estado defi nido en esta transición. De manera específi ca, como lo defi ne la Organización Mundial de la Salud, es el punto en el tiempo cuando cesa de manera permanente la menstruación por pérdida de la función ovárica. Desde el punto de vista clínico, el término menopausia se refi ere a la etapa que transcurre un año después de la última menstruación. Después de la senectud ovárica, el descenso en la concentración de estrógenos tiene efectos específi cos sobre numerosos tejidos. Algunos de estos efectos generan manifestaciones clínicas como síntomas vasomotores y sequedad vaginal, mientras que otros son cambios metabólicos y estructurales. Éstos comprenden osteope- nia, osteoporosis, adelgazamiento de la piel, sustitución de la glán- dula mamaria por grasa y atrofi a genitourinaria. De esta manera, las posmenopáusicas tienen diversos trastornos ligados al envejeci- miento y a la falta de estrógenos, lo cual genera efectos negativos en su salud. Durante muchos años, la menopausia se consideró como una “enfermedad por defi ciencia” muy similar al hipotiroidismo. Por esta razón, la sustitución hormonal se ha utilizado de una forma u otra durante más de 100 años. A continuación, se describen con detalle tanto la historia como las controversias que giran alrededor de este tratamiento, así como las recomendaciones actuales para tratar los síntomas menopáusicos. TRATAMIENTO HORMONAL: ANTECEDENTES Y CONTROVERSIAS En el pasado reciente, se prescribía tratamiento hormonal (HT, hormone treatment) de buena fe a las mujeres por muchos bene- fi cios potenciales, basados en los estudios de observación que se tenían en aquella época. Se creía que el HT, además de su contri- bución benefi ciosa para prevenir y tratar la osteoporosis, protegía contra las enfermedades cardiovasculares, la apoplejía y la demen- cia. Sin embargo, los más recientes estudios clínicos con asignación al azar (RCT, randomized clinical trials) prospectivos desafían la validez de los estudios de observación más antiguos. De manera específi ca, para tal crítica son importantes aspectos como tipo de población estudiada, edad y estado de los factores de riesgo de las mujeres participantes y regímenes hormonales por probar. Los médicos deben realizar medicina basada en evidencia para asegurar que la atención de sus pacientes sea de la máxima calidad y no depender de un solo estudio para orientar dicha práctica. En el conocimiento de que existe una jerarquía de datos clínicos, hay que investigar todas las publicaciones para sentar las bases de la práctica médica (Lobo, 2008). De este modo, los médicos deben conocer la historia y las controversias en cuanto a la hormonoterapia y tam- bién las debilidades y las fortalezas de los estudios clínicos, con el propósito de orientar de manera precisa a sus pacientes sobre las complejidades y el uso apropiado del HT. CAPÍTULO 22 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58122_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 581 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 582 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 2003; Prentice, 2006). La desviación ha sido llamada la “desvia- ción de la mujer sana”. Otra fuente de confusión y quizá de desviación de selección es la cronología con que comenzó la hormonoterapia en relación con el estado basal de la vasculatura. Diversos investigadores suponen que los estrógenos retrasan el inicio de las primeras fases de ateroes- clerosis, que se observan en mujeres jóvenes, pero son inefi caces o aun desencadenan alteraciones en presencia de lesiones avanza- das como las que se observan en mujeres mayores (Mendelsohn, 2005). La existencia potencial de un “intervalo de oportunidad” para reducir las enfermedades cardiovasculares se apoya en estudios en animales y de laboratorio (Grodstein, 2003). Las características, las desviaciones y la fecha de comienzo del estudio, en relación con las pacientes, han hecho que en parte se consigan resultados favorables atribuidos al estrógeno en investiga- ciones por observación. Después de eliminar los sesgos y errores de estudios por observación y analizar de nuevo los datos, son muy similares los resultados de los primeros estudios por observación y los de RCT existentes. Como aspecto importante, es necesario no extrapolar en bloque los datos a una población más joven y dife- rente desde el punto de vista cronológico que presenta la meno- pausia temprana o mujeres sin ovarios, antes de las fechas normales de la menopausia. ■ Análisis del Postmenopausal Estrogen/ Progestin Interventions Trial En vista de los resultados disponibles a fi nes del decenio de 1980, se prescribieron estrógenos no sólo para aliviar los síntomas vaso- motores sino también para prevenir otras enfermedades. En 1995, se publicaron los resultados del Postmenopausal Estrogen/Progestin Interventions (PEPI) Trial, que sugieren benefi cios en cuanto a riesgo coronario. En este estudio, las menopáusicas con una edad promedio de 56 años se asignaron al azar a uno de cinco tratamien- tos: 1) placebo; 2) estrógenos solos; 3) estrógenos con acetato de medroxiprogesterona (MPA, medroxyprogesterone acetate) cíclico; 4) estrógenos con progesterona micronizada cíclica o 5) estrógenos con MPA continuo (Th e Writing Group for the PEPI Trial, 1995). Los resultados principales estudiados en las 875 mujeres que fue- ron valoradas durante tres años abarcaron valoración de la presión arterial sistólica, los lípidos séricos, la insulina y el fi brinógeno. En el PEPI, se observó que las lipoproteínas de baja densidad son más reducidas en todos los grupos que recibieron estrógenos que en las que recibieron placebo. Además, las lipoproteínas de alta densidad se elevaron en los cuatro grupos que recibieron estróge- nos. La concentración era mayor en las mujeres que usaron úni- camente estrógenos. Se observó un efecto intermedio en aquellas que utilizaron estrógenos conjugados de origen equino (CEE, con- jugated equine estrogen) y progesterona micronizada, mientras que el menor incremento se observó con la administración de CEE y MPA. El fi brinógeno aumentó en el grupo testigo más que en los grupos que recibieron hormonas. Sin embargo, no se identifi ca- ron diferencias entre los grupos terapéuticos en cuanto a presión arterial sistólica o insulina con estímulo de glucosa. También se publicaron los resultados clínicos y las complicaciones fueron muy pocas. De éstas, todas aparecieron en el grupo que recibió HT y comprendieron un paro cardiaco, dos infartos del miocardio y dos apoplejías (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2004b). ■ Tendencia de la administración temprana de estrógenos El tratamiento con estrógenos (ET, estrogen treatment) para aliviar los síntomas menopáusicosse generalizó en los decenios de 1960 y 1970. El ginecólogo Robert Wilson es el autor del libro Feminine Forever, que se publicó en 1968. En él escribió que “las muje- res que utilizan el fármaco (estrógenos) tendrán una vida mucho más placentera y no se volverán sosas ni indeseables” (Bell, 1990). Wilson era un conferencista prolífi co. Muchas personas leyeron su libro, que fue en parte la causa del entusiasmo por el ET y su “conservación de la juventud” y prevención de enfermedades crónicas. Hacia mediados del decenio de 1970, se elaboraban >30 millo- nes de prescripciones de estrógenos cada año y 50% de las mujeres menopáusicas utilizaba HT durante un promedio de cinco años. Los estrógenos conjugados de equino eran el quinto fármaco más prescrito en el mercado. En 1975, un estudio reveló una conexión entre el cáncer endo- metrial y la sustitución estrogénica. Los investigadores observaron un riesgo 4.5 veces mayor de padecer este cáncer entre las usuarias de estrógenos (Smith, 1975). Como resultado, la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos ordenó incluir en la eti- queta la información sobre este riesgo. ■ Estrógenos como instrumento profiláctico En el decenio de 1980, se añadieron progestágenos a los esquemas terapéuticos para reducir el riesgo de cáncer endometrial. Durante esa misma época, en varios estudios se demostró que los estróge- nos previenen la pérdida ósea (Gambrell, 1983). Asimismo, un número cada vez mayor de publicaciones aportaron datos de peso en cuanto a la efi cacia de la hormonoterapia en la menopausia para reducir síntomas vasomotores, evitar y combatir la atrofi a vulvova- ginal y conservar la densidad de minerales en el hueso (Shulman, 2010). En una serie de estudios de observación, se concluyó que los estrógenos previenen la arteriopatía coronaria y otras enfermedades como la de Alzheimer. Sin embargo, en 1985 se publicaron los resultados del Framingham Heart Study y el Nurses’ Health Study que se contraponían a dicha información. El Framingham Heart Study es una investigación de observación de 1 234 mujeres, en el cual se advirtió que las mujeres que consu- men hormonas tienen un riesgo 50% mayor de padecer cardiopa- tías y un riesgo dos veces más alto de generar enfermedad vascular cerebral (Wilson, 1985). Los críticos del estudio Framingham citan la mayor incidencia de obesidad, tabaquismo y diabetes en la cohorte. En la misma edición del New England Journal of Medicine, en el estudio mucho más grande titulado Nurses’ Health Study que incluyó a 121 964 mujeres, se observó una tasa considerablemente menor de cardiopatía en las posmenopáusicas que reciben estróge- nos en comparación con las posmenopáusicas que no los consu- men (Stampfer, 1985). Más tarde, en varios artículos publicados en revistas médicas, se habló sobre los efectos protectores que tiene el HT combinado contra las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis en la posmenopáusica. Hoy día, se considera que los primeros estudios sin asignación al azar, abiertos, abarcaban a muchas mujeres que no necesaria- mente representaban a la población completa de posmenopáusicas. Estas usuarias de hormonas tendían a usar más los servicios médi- cos, a ser más delgadas, con mayor bienestar y sanas (Grodstein, 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58222_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 582 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 583La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 lancia, el grupo de la WHI en el que se administraron estrógenos y progestágenos, se interrumpió por la recomendación del Data and Safety Monitoring, puesto que los riesgos globales excedieron a los benefi cios. En julio de 2002, los resultados se ofrecieron a los medios de comunicación. Esto fue anterior a la publicación de los resultados en la revista y a la educación oportuna del personal de la atención a la salud. El caos sobrevino cuando los médicos y los pacientes valoraron los hechos de la investigación antes de que se pudieran hacer recomendaciones. En un análisis detallado ulterior de los criterios de valoración cardiovascular, el peligro de muerte cardiovascular o de MI no letal fue de 1.24. Esto se tradujo en 188 casos en el grupo que recibía hormonas y 147 en el grupo que utilizó placebo (Anderson, 2004). Sin embargo, no se observaron diferencias notables en cuanto a revascularización coronaria, hospitalización por angina, angina confi rmada, síndrome coronario agudo o insufi ciencia cardiaca congestiva. En el cuadro 22-1 se listan los fenómenos adversos netos o los benefi cios calculados que se observaron en 10 000 mujeres que recibían hormonas, con base en los datos de la WHI. Con el fi n de explorar el momento en el que se debe iniciar la hormonoterapia y su infl uencia sobre las enfermedades cardiovas- culares, Rossouw et al. (2007) realizaron un análisis secundario de los resultados de la WHI. Observaron de manera específi ca el efecto que tiene la hormonoterapia sobre la CHD y la apoplejía en las diversas categorías de edad y años transcurridos desde la meno- pausia en el estudio combinado. Se encontró que las mujeres que iniciaron la hormonoterapia más cerca de la menopausia tienden a poseer un riesgo más reducido de CHD en comparación con aque- llas que empiezan la hormonoterapia más lejos de la menopausia. ■ Análisis del Heart and Estrogen/Progestin Replacement Study Con los resultados publicados en 1998, el Heart and Estrogen/ Progestin Replacement Study (HERS) describió la morbilidad cardiaca en 2 763 mujeres con cardiopatía preexistente (Hulley, 1998). Estas pacientes recibieron estrógenos como prevención secundaria del avance de sus lesiones cardiacas. Los datos durante el primer año mostraron un incremento de los infartos del mio- cardio (MI, myocardial infarctions) en mujeres que recibieron CEE con MPA continuo. Sin embargo, después de un tratamiento pro- medio de cuatro años, no se observó diferencia en cuanto al riesgo cardiovascular ni de MI no letales entre los grupos que recibieron tratamiento. El HERS fue el primer estudio clínico con asignación al azar que notifi có variaciones con los resultados previos de observación y creó gran confusión tanto para los médicos como para sus pacien- tes. Aún se creía que las hormonas prevenían las cardiopatías, pero el resultado del HERS provocó que numerosos médicos e investi- gadores empezaran a cuestionar los efectos cardioprotectores de las hormonas. En junio del 2002, Grady et al. publicaron los resul- tados del HERS II y también demostraron que el HT carece de benefi cios en cuanto a la prevención secundaria de las cardiopatías incluso 6.8 años más tarde. Al analizar de nuevo los resultados del Nurse’s Health Study, concentrándose en el peligro incipiente de las mujeres que inician su HT durante el periodo de vigilancia, se observó una tendencia similar, con lesión temprana, al igual que en el HERS (Grodstein, 2001). ■ Análisis de la Women´s Health Initiative Después de los esfuerzos frustrados en 1990 por obtener la apro- bación de la FDA para el HT como régimen profi láctico de la coronariopatía, se reconoció la necesidad de realizar estudios clí- nicos con asignación al azar para demostrar los benefi cios de este tratamiento. Como resultado, antes de tener las conclusiones de los estudios PEPI y HERS, los National Institutes of Health (NIH) lanzaron la Women’s Health Initiative (WHI) en 1993. El estudio anterior fue el mayor hecho en mujeres para valorar las causas más comunes de muerte, discapacidad y menor calidad de vida. Se valo- raron puntos fi nales específi cos: coronariopatías, cuadros trombó- ticos venosos, cáncer de mama y de colon y fracturas óseas. El estudio tuvo un componente observacional y una investigación clí- nica comparativa con asignación al azar. Esta última incluyó a pos- menopáusicas de 50 a 79 años, más bien sin que hubieran tenido trastornos cardiovasculares previos. La WHI exploró el efecto de un solo fármaco por combinación de CEEy MPA, en compara- ción con placebo en 16 608 posmenopáusicas sanas en quienes no se había realizado histerectomía (Rossouw, 2002). Al mismo tiempo, se compararon los CEE con placebo en posmenopáusicas sin útero (grupo de tratamiento sólo con estrógenos). Como parte del diseño del estudio de la WHI original, los investigadores predefi nieron los objetivos para las coronariopatías (CHD, coronary heart disease) (benefi cio anticipado) y el cáncer mamario (riesgo anticipado) como principales criterios de valo- ración. Este diseño suponía que si la frecuencia de un criterio de valoración se incrementa de forma notable en un periodo preesta- blecido, el estudio se interrumpe. Además, los criterios de valora- ción combinados fueron ponderados en un “índice global”, que si se superaba en determinado periodo, también provocaría la inte- rrupción del estudio. Después de un promedio de 5.2 años de vigi- CUADRO 22-1. Cuadros patológicos netos en mujeres que reciben tratamiento hormonala Cuadro patológico E + P E solo Riesgos potenciales Coronariopatía Enfermedad cerebrovascular Tromboembolia Cáncer de mama Cáncer de endometrio Índice global Muerte Demencia senil Deficiencia cognitiva leve (MCI, mild cognitive impairment) Demencia senil o MCI +7 +8 +18 +8 −1 +19 −1 +19 +1 +27 −5 +12 +7 −8 NA +2 +3 +9 +18 +35 Beneficios potenciales Cáncer de colon Fractura de cadera −6 −5 −6 +1 a Se señala el número calculado de cuadros patológicos netos que apare- cieron en 10 000 mujeres que recibían tratamiento hormonal (estrógeno y además progestágeno [E + P] o estrógeno solo [E]) en comparación con placebo durante un año, con base en los resultados del estudio Women’s Health Initiative. Los números en negritas reflejan beneficios o riesgos estadísticamente importantes en los grupos que recibieron hormonas, en comparación con el grupo que usó placebo, p <0.05. NA, no aplicable. Con autorización de Lam, 2005. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58322_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 583 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 584 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 ría de los médicos concuerda en que el HT aumenta el riesgo de CHD en las menopáusicas de mayor edad, al igual que el riesgo de cáncer mamario, apoplejía, tromboembolia venosa y colecistitis. El cáncer mamario aparentemente es un factor de riesgo sólo con el tratamiento prolongado (mayor de cinco años). En dos estudios, se ha demostrado mayor riesgo de cáncer ovárico con el uso prolon- gado (>10 años) mas no con la utilización a corto plazo (menor de cinco años) (Danforth, 2007; Lacey, 2006). No obstante, estos riesgos no han sido confi rmados en otros estudios (Noller, 2002). Por el contrario, se han observado varios benefi cios a largo plazo con el HT. Éstos comprenden mayor densidad mineral ósea y menor tasa de fracturas y cáncer colorrectal. Además de anali- zar cada benefi cio del HT, se han estudiado sus efectos sobre las tasas de mortalidad. En el metaanálisis de Salpeter et al. (2004), se incluyeron los resultados de 30 estudios con asignación al azar desde 1966 a abril de 2003. Los cálculos realizados con 26 708 participantes revelaron que la tasa total de mortalidad con el HT es de 0.98. Es importante señalar que el HT redujo la mortalidad en mujeres menores de 60 años, pero no en mayores de esta edad. Estos investigadores sugieren que una vez que existe coronario- patía, la hormonoterapia no invierte el avance de la enfermedad. Además, quizá la frecuencia de episodios cardiovasculares es mayor en los grupos de mayor edad a causa del riesgo de formar coágulos sanguíneos. Asimismo, el grupo de Rossouw (2007) observó una tendencia poco importante en cuanto a los efectos del HT sobre la mortalidad total, que son más favorables en las mujeres jóvenes que en las de edad avanzada. La revisión de la base de datos Cochrane señaló los resulta- dos de 19 estudios doble ciego con asignación al azar en que par- ticiparon 41 904 mujeres durante el año de 2007, en los cuales se compararon HT y placebo (Farquhar, 2009). El HT incluyó estrógenos con progestágenos o sin ellos, por vías oral, transdér- mica o subcutánea. Los investigadores observaron que en mujeres relativamente sanas, el uso continuo y combinado de HT incre- mentó de forma notoria el riesgo de tromboembolia venosa (VTE, venous thromboembolism) o un problema coronario agudo (después de un año de uso), enfermedad cerebrovascular (después de tres años) y cáncer de mama y vesiculopatía. El HT a base de estrógeno solo y por largo tiempo incrementó de modo notable el riesgo de VTE, enfermedad cerebrovascular y vesiculopatía (después de uno a dos años, tres años y siete años de uso, respectivamente), pero no aumentó en grado importante el riesgo de cáncer mamario. Los únicos benefi cios estadísticamente importantes del HT fueron menor incidencia de fracturas y, en el caso de la modalidad com- binada, de cáncer de colon, con el uso a largo plazo. En mujeres mayores de 65 años de edad, relativamente sanas y que recibieron de manera continua HT por combinación, se observó un incre- mento estadísticamente importante en la incidencia de demencia senil. En las que tuvieron enfermedad cardiovascular, el empleo de HT por largo tiempo agravó en grado notable el riesgo de VTE. En la misma revisión de la base de datos, Farquhar et al. iden- tifi caron un estudio en que un subgrupo de 2 839 mujeres relati- vamente sanas de 50 a 59 años de vida que recibían HT y 1 637 que ingerían sólo estrógeno fueron comparados con un grupo de tamaño similar que recibió placebo. El único incremento notable del riesgo señalado fue en lo que se refi rió a VTE en mujeres que utilizaron de forma continua HT por combinación. Sin embargo, su riesgo absoluto siguió siendo pequeño y el nivel menor de un caso por 500; el estudio anterior no tuvo la potencia sufi ciente para detectar diferencias entre grupos de mujeres de menor edad. Se observó que para las mujeres con menos de 10 años desde la menopausia, el índice de riesgo para CHD es de 0.76; con 10 a 20 años después de la menopausia, de 1.10 y con 20 años o más, de 1.28. De manera específi ca, para el grupo de 50 a 59 años de edad, el índice de peligro (HR, hazard ratio) para CHD fue de 0.93 o de dos episodios menos por 10 000 personas-años; para el grupo de 60 a 69 años, de 0.98 o un episodio menos por 10 000 personas- años y para aquellas de 70 a 79 años, de 1.26 o de 19 episodios adicionales por 10 000 personas-años. Rossouw et al. concluyeron que las mujeres que emprenden la hormonoterapia más cerca de la menopausia tienen un riesgo más reducido de padecer CHD que las mujeres que se encuentran más lejos de la menopausia. En su análisis, la hormonoterapia agravó el riesgo de apoplejía. El cociente de riesgos instantáneos fue de 1.32 y el riesgo no varió de manera importante con la edad o el lapso transcurrido desde la menopausia. No se ha esclarecido de forma defi nitiva si los CEE o los CEE con MPA mejoran la salud cardiovascular de mujeres que en fecha reciente presentaron la menopausia. Hoy día, no hay datos sufi - cientes para sugerir que la administración de CEE o de CEE con MPA por largo tiempo debe comenzarse o continuarse para la prevención primaria de CHD. Lo anterior fue la conclusión prin- cipal del estudio, pero los resultados culminaron en la restricción del uso de la hormonoterapia incluso en mujeres sanas con sín- tomas vasomotores molestos en el lapso de la menopausia. Junto con la WHI, comenzó el reclutamiento en 1999 para un estudio estructurado de forma similar, el llamado Women’s International Study of Long Duration Oestrogen after Menopause (WISDOM); el estudio fue terminado de forma prematura, como consecuencia de la publicación de los datos de la WHI. Vickers et al. (2007), des- pués de analizar los datos reunidos en la investigación, observaron que la sustitución hormonal incrementaba el riesgo cardiovascular y tromboembólico,si se comenzaba muchos años después de la menopausia. Los aspectos dudosos en cuanto a la edad más provecta de la cohorte de WHI y el uso ininterrumpido de la combinación CEE/MPA en el estudio de la WHI, hizo que el Kronos Longevity Research Institute auspiciara una investigación en ocho grandes cen- tros médicos. El Kronos Early Estrogen Prevention Study (KEEPS) sometió a prueba el benefi cio de la administración de estradiol (E2) a mujeres que en fecha reciente experimentaron la menopausia y con una edad que varió de 40 a 55 años, cuyo último periodo menstrual tuvo que haber ocurrido seis meses a tres años antes de incorporarse al estudio. Las mujeres continuamente recibieron estrógeno por la boca o transdérmico. Se agregó durante 10 días de cada mes progesterona micronizada para remedar el ciclo mens- trual normal y limitar la exposición sistémica a la progesterona. Se estudiaron también las alteraciones en los marcadores de riesgo subrogados o indirectos de CHD, incluidos el espesor de la íntima de la carótida y el depósito de calcio en coronarias (Miller, 2009). En fecha no lejana, se conocerán los resultados. PANORAMA ACTUAL DE LA HORMONOTERAPIA ■ Resumen de riesgos y beneficios Como resultado de estos y otros estudios, a la fecha los médicos saben más sobre los riesgos y los benefi cios del HT que antes. En las múltiples revisiones y discusiones después de la WHI, la mayo- 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58422_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 584 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 585La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 durante 25 días de cada mes y algún progestágeno durante los últi- mos 10 días. Los fármacos se retiran durante cinco días, después de los cuales se produce descamación y hemorragia endometrial. Otro régimen común incluye la utilización continua de estrógeno con un progestágeno administrados en los primeros 10 días de cada mes; se considera que tales regímenes son una forma de tra- tamiento cíclico. De ellos, el tratamiento cíclico es el más utilizado en personas durante la transición a la menopausia, en tanto que la utilización continua suele elegirse para mujeres que han superado tal etapa. Si es necesario, casi siempre se usan progestágenos orales aunque un dispositivo intrauterino que libera tales sustancias es otra opción promisoria para la administración localizada de pro- gesterona en posmenopáusicas (cap. 5, pág. 137) (Peled, 2007). Además, se cuenta con productos con estrógenos y progestágenos para uso oral o transdérmico. Los anticonceptivos orales combina- dos son efi caces en las perimenopáusicas jóvenes y tienen el bene- fi cio adicional de prevenir el embarazo. ■ Contraindicaciones del estrógeno Como aspecto importante, el uso del estrógeno está contraindicado en mujeres que presentan una o más de las situaciones siguientes: carcinoma mamario diagnosticado o sospechado; neoplasia depen- diente de estrógeno diagnosticada o sospechada; hemorragia anor- mal de genitales de origen desconocido; embarazo confi rmado o sospechado y mujeres con hepatopatía activa (cuadro 22-2). Además, los datos indican un incremento del doble del riesgo de VTE en usuarias de HT. Los estrógenos, en particular los orales, estimulan la producción de factores de coagulación por parte del hígado. Como consecuencia, el HT también está contraindicado en mujeres con el antecedente de VTE. Al fi nal, la decisión de iniciar o no el HT o interrumpirlo es personal y provendrá de la paciente, con orientación del grupo de salud que la atiende. Al suspender el uso de HT no se sabe si es mejor la interrupción repentina o gradual. Cabe esperar la reapari- ción moderada de algunos síntomas vasomotores. SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA Los síntomas tempranos y frecuentes de la menopausia son los cau- sados por la inestabilidad motora e incluyen bochornos, insomnio, irritabilidad y alteraciones del estado de ánimo. Además de tales manifestaciones, entre los cambios físicos están atrofi a vaginal, incontinencia urinaria de esfuerzo y atrofi a cutánea. Se conocen riesgos a largo plazo en la salud atribuidos a los cambios hormo- nales de la menopausia, junto con el envejecimiento natural; com- prenden osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y, en algunos estudios, enfermedad de Alzheimer, degeneración macular y enfer- medad cerebrovascular. ■ Tratamiento de los síntomas vasomotores El síntoma más frecuente de la transición menopáusica es de tipo vasomotor, también conocido como bochornos (cap. 21, pág. 560). Después de la menopausia, los bochornos a menudo continúan y entre 50 y 85% de las posmenopáusicas lo percibe. Alrededor de 25% de las mujeres padece de molestias importantes y las alteraciones del sueño generan letargo y depresión. La fre- cuencia de los bochornos disminuye con el tiempo. En el estudio El empleo a largo plazo del HT se acompaña de mayor riesgo de cáncer de mama (Collaborative Group on Hormonal Factors in Breast Cancer, 1997). Los estudios por observación demostraron un riesgo relativo aproximado de 1.3 con el empleo de HT por largo tiempo, defi nido de manera general como mayor de cinco años. La investigación de la WHI señaló un incremento impor- tante de 26% en el riesgo de cáncer mamario invasor en mujeres asignadas para recibir la combinación de estrógeno y progestágeno después de unos cinco años de uso, aproximadamente. En las usua- rias que recibieron tal esquema por poco tiempo o en el pasado, no hubo incremento del riesgo (Rossouw, 2002). Como se comentó en párrafos anteriores, el estudio de la WHI del estrógeno solo en mujeres a las que se había extirpado el útero, demostró que no se incrementó el riesgo de cáncer mamario después de un promedio de siete años de recibir estrógeno. En las pacientes de ese grupo vigiladas durante 10.7 años después de interrumpir el estudio de WHI, se observó un menor riesgo de cáncer mamario (LaCroix, 2011). En los dos grupos de intervención en la WHI (Stefanick, 2006), aumentó notoriamente la proporción de mujeres que nece- sitaron mamogramas de repetición. Sin embargo, la administración de estrógeno solo se acompañó de un mayor riesgo importante de cáncer mamario después de 15 años de empleo en el presente en el Nurses’ Health Study y para las usuarias actuales del Million Women Observational Study del Reino Unido (Beral, 2003; Chen, 2006). ■ Resumen de indicaciones de uso actuales En el último decenio, se ha insistido en que el uso del HT es complejo y necesita adaptarse a las características de “rentabilidad” (los riesgos comparados con los benefi cios) para cada mujer sin- tomática. Con tal fundamento, hay que valorar con enorme cui- dado las dosis, el tipo y la vía de administración. Con base en las publicaciones actuales, está indicado el uso de HT solamente para tratar síntomas vasomotores y atrofi a vaginal, así como para evitar o tratar la osteoporosis. Hoy día, las normas de atención médica señalan la revaloración de la necesidad de tratamiento a intervalos de 6 a 12 meses. Con tal base, quizá los fármacos osteoespecífi cos sean más adecuados en mujeres que necesitan evitar o tratar la osteoporosis por largo tiempo. Si se elige el régimen con estrógeno contra síntomas vaginales aislados, es recomendable el ET local en dosis pequeñas y es seguro para el tratamiento extendido. Como dato importante, el HT no está indicado como régimen sistemá- tico de otras enfermedades crónicas. El HT debe emplearse con la dosis mínima efi caz y por el lapso más breve (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2008). Los proveedores deben conocer estas directrices, pero en realidad no hay límites cronológicos arbitrarios en cuanto a la duración del HT en el caso de mujeres sintomáticas informadas. Puede utilizarse durante el tiempo que la mujer perciba que los benefi cios son mayores que los riesgos. Los médicos deben recordar a sus pacientes que los riesgos aumentan conforme lo hace la edad y la duración del uso. Es necesario adaptara las necesidades de cada paciente visitas anuales o semestrales para comentar el cuadro sintomático, los efectos adversos y los datos actuales de las publica- ciones científi cas que corroboren los riesgos y los benefi cios. En las mujeres con útero, los progestágenos se combinan con estrógenos para reducir el riesgo de cáncer endometrial. De hecho, se puede prescribir diariamente progestágenos con los estróge- nos, lo cual se denomina tratamiento continuo. Sin embargo, este método genera amenorrea. Otra opción es administrar estrógenos 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58522_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 585 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 586 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 diferencias importantes entre los diversos esquemas hormonales (Greendale, 1998). Estrógenos aprobados para los síntomas vasomotores. Los estrógenos se pueden administrar por vía oral, parenteral, tópica o transdérmica con efectos similares (cuadro 22-3). Dentro de cada grupo, hay diversas presentaciones. Se recomienda el tratamiento continuo con estrógenos, si bien es posible cambiar la dosis y la vía de administración según la preferencia de cada paciente. En Estados Unidos, los más favorecidos son los estrógenos por vía oral. Los parches transdérmicos omiten el efecto de primer paso en el hígado y ofrecen la conveniencia de una administración menos frecuente (una o dos veces por semana). No se conoce la menor dosis y la duración efectiva del tratamiento, pero la mayor parte de las organizaciones dedicadas a la menopausia hace referencia a la frase “mantra” para reafi rmar su seguridad. Progestágenos. Los progestágenos aislados también son efi caces en el tratamiento de los bochornos en las mujeres con alguna con- traindicación para utilizar los estrógenos, como sucede cuando hay antecedentes de tromboembolias venosas o cáncer mamario. Sin embargo, su uso se ve limitado por alguno de sus efectos adversos, como hemorragia vaginal y aumento de peso. Además de reducir ligeramente los bochornos, los progestágenos utilizados en el tratamiento hormonal por combinación ofrecen un solo benefi cio adicional: protegen contra la hiperplasia endometrial y el cáncer causado por los estrógenos en las mujeres con útero. En los estudios clínicos, se ha demostrado que los progestágenos no aumentan los benefi cios de los estrógenos en el hueso. Además, algunas veces los progestágenos atenúan los efectos benefi ciosos de los estrógenos sobre los lípidos y la circulación. Hormonas “bioidénticas” Productos aprobados por la FDA. Algunas mujeres han ter- minado por pensar que el tratamiento hormonal farmacéutico corriente conlleva un peligro neto y actual. La prensa no médica y libros de “autoayuda” sobre hormonoterapia abundan en infor- mación que sugiere que hormonas bioidénticas brindan alivio que necesita la mujer y que conllevan menos riesgo. Por defi nición, el término HT bioidéntico denota un tratamiento cuya composición química es similar a la que elabora el organismo humano y los pre- parados en cuestión incluyen 17β-estradiol, progesterona o ambas hormonas. Se cuenta con productos bioidénticos aprobados por la FDA en varias vías de administración, con los cuales se consiguen concentraciones constantes y bajas de hormonas (cuadro 22-2), productos que son regulados y vigilados por la FDA. Estas sustan- cias han sido efi caces para aliviar síntomas de la menopausia y se han publicado sus características de inocuidad en el endometrio. Productos bioidénticos por combinación no aprobados por la FDA. Éstos se encuentran disponibles por medio de pres- cripción, para mujeres que no toleran productos aprobados por la FDA. Los regímenes tópicos incluyen uno que contiene 80% de estriol, 10% de estrona y 10% de estradiol y otro que se compone de 80% de estriol y 20% de estradiol, en límites de 1.25 a 2.5 mg. Los estrógenos mencionados están mezclados con progesterona micronizada, a razón de 10 a 50 mg al día en cremas o emolientes. Algunas farmacias de productos combinados proclaman la ino- cuidad y efi cacia de las mezclas hormonales y recomiendan tra- tamientos individualizados para mujeres, con base en pruebas de hormonas en saliva. Por desgracia, estas últimas pruebas tienen una PEPI, el porcentaje de mujeres que recibió placebo y experimentó síntomas vasomotores descendió de 56%, al inicio de su participa- ción en el estudio, a 30% en su tercer año (Greendale, 1998). Muy pocas mujeres sienten bochornos 10 años después de la menopau- sia. Quince años posteriores a la menopausia, cerca de 3% de las mujeres manifi esta bochornos frecuentes y 12% refi ere síntomas vasomotores moderados a intensos (Barnabei, 2002; Hays, 2003). Tratamiento hormonal Estrógenos Eficacia del tratamiento. El ET sistémico es el más efi caz para tratar los síntomas vasomotores y el único que en Estados Unidos ha aprobado la FDA para tal indicación (Shifren, 2010). La uti- lidad de este tratamiento ha sido demostrada en numerosos RCT y comparativos (Nelson, 2004). MacLennan et al. (2004) lleva- ron a cabo la revisión sistemática de 24 RCT que comprendían a 3 329 mujeres con bochornos moderados a intensos. Estos investi- gadores observaron que el HT reduce la frecuencia de los bochor- nos alrededor de 18 eventos por semana, esto es casi 75% más que el placebo. También disminuyen de modo considerable la inten- sidad de los síntomas vasomotores. Asimismo, en el estudio PEPI todos los grupos con tratamiento tuvieron mayor efi cacia que el placebo para reducir los síntomas vasomotores. No se observaron CUADRO 22-2. Advertencias y precauciones con la administración de estrógeno El estrógeno no debe utilizarse en mujeres con cualquiera de los trastornos o las situaciones siguientes: Expulsión anormal de sangre por genitales, no diagnosticada Cáncer mamario demostrado, sospechado o antecedente del mismo Neoplasia dependiente de estrógeno demostrada o sospechada Trombosis activa de venas profundas, embolia pulmonar o antecedente de tales padecimientos Enfermedad tromboembólica arterial activa o reciente (en los últimos 12 meses) (p. ej., apoplejía o infarto del miocardio) Disfunción o enfermedad hepática Hipersensibilidad probada a los ingredientes del preparado estrogénico Embarazo corroborado o sospechado. No existe indicación alguna para usar estrógeno en el embarazo. Al parecer, el riesgo de defectos al nacimiento es pequeño o nulo en hijos de madres que utilizaron de manera inadvertida estrógenos y progestágenos de anticonceptivos orales en los comienzos del embarazo El estrógeno debe utilizarse con cautela en mujeres con los trastornos o las situaciones siguientes: Demencia senil Colecistopatía Hipertrigliceridemia Ictericia colestásica previa Hipotiroidismo Retención de líquido y además disfunción cardiaca o renal Hipocalcemia grave Endometriosis previa Hemangiomas hepáticos Resumido con autorización de U.S. Department of Health and Human Services, 2005. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58622_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 586 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 587La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 CUADRO 22-3. Preparados de estrógeno y progestágeno elegidos para tratar los síntomas vasomotores de las menopáusicas Preparado Nombre genérico Presentaciones disponibles Estrógeno Orala CEE 0.3, 0.45, 0.625, 0.9, o 1.25 mg 17β-estradiol 0.5, 1.0 o 2.0 mg Acetato de estradiol 0.45, 0.9 o 1.8 mg 10 estrógenos sintéticos 0.3, 0.45, 0.625, 0.9 o 1.25 mg Parche transdérmico 17β-estradiol 0.25, 0.05, 0.075 o 0.1 mg/día (el parche se aplica 2 veces por semana en el abdomen o el glúteo; cada caja tiene 8 parches) 17β-estradiol 0.025, 0.0375, 0.05, 0.06, 0.075 o 0.1 mg/día (el parche se aplica en el abdomen o los glúteos una vez por semana; caja con 4 parches) 17β-estradiol 14 μg/día (el parche se aplica cada semana en el abdomen; la caja tiene 4 parches) 17β-estradiol 0.025, 0.0375, 0.05 o 0.075, 0.1 mg/día (el parchese aplica 2 veces por semana en el abdomen; la caja tiene 8 parches) Gel transdérmico 17β-estradiol 1 dosis “prefijada” de gel que se aplica cada día en la extremidad superior (el recipiente de 93 g tiene 64 dosis) 17β-estradiol Se aplica a diario en las extremidades inferiores el gel de 2 envases (56 envases/caja de cartón) 17β-estradiol Envases con 0.25, 0.5 o 1 mg Se aplica a diario en el muslo el gel de 1 envase (30 envases/caja de cartón) 17β-estradiol El contenido de gel en dosímetro se aplica a diario en la extremidad superior (30 dosis por recipiente de 35 g) 17β-estradiol 1 a 3 nebulizaciones del dosímetro se aplican a diario en el antebrazo (56 dosis por recipiente) Vía vaginal Acetato de estradiol 0.05 o 0.1 mg/día (se inserta para que dure 90 días) Progestágeno Oral MPA 2.5, 5.0 o 10.0 mg Progesterona micronizada 200 mg (en aceite de maní) (ingestión de 1 píldora diaria durante 12 días cada ciclo de 28 días) Vaginal Progesterona 45 mg Combinaciones Seriada oralb CEE + MPA 0.625 mg de CEE (rojas) y además 0.625 mg de CEE/5.0 mg de MPA (azules) (28 píldoras por caja; 14 rojas y 14 azules)c Oral continuaa CEE + MPA 0.3 mg de CEE/1.5 mg de MPA o 0.45 mg de CEE/15 mg de MPA o 0.625 mg de CEE/2.5 mg de MPA o 0.625 mg de CEE/5 mg de MPA (28 píldoras por caja) 17β-estradiol + drospirenona 1 mg de E2/0.5 mg de drospirenona (28 píldoras por caja) 17β-estradiol + NETA 1 mg de E2/0.5 mg de NETA o 0.5 mg de E2/0.1 mg de NETA (28 píldoras por caja-disco) Etinilestradiol + NETA 2.5 μg de EE/0.5 mg de NETA o 5 μg de EE/1 mg de NETA Transdérmica continua 17β-estradiol + LNG 0.045 mg/día de E2 + 0.015 mg/día de LNG (el parche se aplica cada semana) 17β-estradiol + NETA 0.05 mg/día de E2 + 0.14 mg/día de NETA o 0.05 mg/día de E2/0.25 mg/día de NETA (el parche se aplica 2 veces por semana en el abdomen) LNG, levonorgestrel; MPA, acetato de medroxiprogesterona; NETA (norethindrone acetate), acetato de noretindrona; CEE, estrógenos equinos conjugados. a Una píldora diariamente. b Se considera como un preparado bioidéntico. c Las primeras 14 píldoras contienen estrógeno y las siguientes (15 a 28) contienen estrógeno con progestágeno. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58722_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 587 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 588 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 mujeres que utilizaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI, selective serotonin reuptake inhibitor) advirtieron 1.5 menos episodios vasomotores que las que recibieron placebo. Por último, en un estudio clínico de seis semanas, Stearns et al. (2003) valoraron la administración de 12.5 mg diarios y de 25 mg diarios de paroxetina CR al compararla con placebo. Con ambas dosifi caciones, la paroxetina tuvo como resultado tres bochornos diarios contra 1.8 bochornos diarios con placebo. Por último, las mujeres de grupos a las que se administró desvenlafaxina a razón de 100 o 150 mg/día observaron una disminución aproximada de 65% en la frecuencia de bochornos. Sin embargo, ello equival- dría sólo a uno o dos episodios de bochornos menos al día en comparación con el placebo (Archer, 2008, 2009b). Es importante equiparar los benefi cios de los SSRI con los efectos adversos, que comprenden náusea, diarrea, cefalea, insomnio, nerviosismo, fatiga y disfunción sexual. Clonidina. La clonidina es un agonista de los receptores adre- nérgicos α2 de acción central (Catapres y otros) que ha sido efi caz en varios estudios clínicos. Nagamani et al. (1987) valoraron la administración transdérmica de 0.1 mg diarios de clonidina en un estudio clínico de ocho semanas. Observaron que 12 de las 15 mujeres admitieron cierta reducción de los síntomas vasomotores en comparación con 5 de las 14 que recibieron placebo. No obs- tante, su aplicación es limitada por la presencia de hipotensión, xerostomía, mareo, estreñimiento y sedación. En muchas mujeres, las dosis reducidas de clonidina son poco efi caces y, por tanto, con frecuencia se necesitan dosis mayores que al mismo tiempo incre- mentan sus efectos adversos. Gabapentina. La gabapentina se relaciona estructuralmente con el neurotransmisor ácido aminobutírico γ (GABA, gamma-amino- butyric acid ) pero su mecanismo exacto de acción se desconoce. La gabapentina ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de convulsiones, el dolor neuropático y la neuralgia posherpética (Brown, 2009). No obstante, se utiliza para muchos otros trastor- nos neurológicos. En 2003, Guttuso et al. valoraron la administración de 900 mg diarios de gabapentina para el tratamiento de los síntomas vaso- motores. Ellos observaron una reducción de 45% en la frecuencia de los bochornos en comparación con 29% en las mujeres que recibieron placebo. Los efectos adversos fueron mareo y somno- lencia. Por otro lado, Reddy et al. (2006) realizaron un estudio clínico comparativo, doble ciego y con asignación al azar, en el cual 60 posmenopáusicas recibieron 2 400 mg diarios de gaba- pentina; 0.625 mg diarios de estrógenos conjugados orales o pla- cebo durante 12 semanas. La reducción de los bochornos tanto con estrógenos (72%) como con gabapentina (71%) fue mucho mayor que la del placebo (54%). Sin embargo, 25% de las mujeres que recibió gabapentina padeció cefalea, mareo y desorientación. No se dispone de estudios a largo plazo que hubiesen valorado la gabapentina para el tratamiento de los bochornos (Shifren, 2010). Alfametildopa. Se ha demostrado que el antihipertensivo alfa- metildopa a dosis de 500 a 1 000 mg diarios es efi caz como placebo para el tratamiento de los síntomas vasomotores. No obstante, en los estudios realizados para valorar su efi cacia, los efectos adversos comprenden mareo, náusea, fatiga y xerostomía (Fugate, 2004). En vista de sus efectos adversos considerables y de la mejoría mínima de los síntomas vasomotores, hoy día no se recomienda administrar este fármaco para esta indicación. enorme variabilidad de una persona a otra y en la misma mujer y no se ha detectado correlación con las concentraciones hormonales séricas (Boothby, 2004). Además, los productos mencionados no han sido sometidos a RCT rigurosos en cuanto a su inocuidad o efi cacia. Por todo lo mencionado, se necesita orientación de las pacientes en cuanto a los riesgos y los benefi cios potenciales de tales compuestos. De manera específi ca, en lo que toca a otros tipos o formas de HT, en Estados Unidos la FDA ha proclamado que: “No se estudiaron otras dosis de CEE y MPA ni otras combina- ciones y presentaciones de estrógenos y progestágenos en estudios clínicos de la WHI y al no contar con datos similares o compara- bles habrá que suponer que dichos riesgos son similares”. Por todo lo expresado, es imposible suponer que las mezclas hormonales son más inocuas que los productos farmacéuticos corrientes con estrógeno o progestágeno. Como aspecto importante, se necesita protección endometrial adecuada en caso de prescribir mezclas estrogénicas (Pinkerton, 2009). Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central utilizados para los síntomas vasomotores Hoy día, la FDA no ha aprobado ningún tratamiento no hormonal para los bochornos y tampoco se cuenta con estudios a largo plazo. Sin embargo, se han utilizado diversas sustancias y tratamientos y además se han publicado los resultados de estudios clínicos a corto plazo (cuadro 22-4) Estos productos constituyen una opción para las mujeres que se niegan a recibir HT o en las que están con- traindicados los estrógenos. Sin embargo, en muchas mujeres, los efectos adversos o la inefi cacia de estos fármacos comparados con el HT limitan su uso sistemático para esta indicación. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, selectivos de serotonina y selectivos de la recaptación de noradrenalina. En estudios clínicos comparativos y con asigna- ción al azar con los antidepresivos venlafaxina, fl uoxetina y paroxe- tina, se observó ciertamejoría de los bochornos en las pacientes que recibieron tratamiento en comparación con las que usaron pla- cebo. Loprinzi et al. llevaron a cabo un estudio doble ciego, com- parativo y con asignación al azar (2000) en el cual se observó que la venlafaxina XR reduce los bochornos 37% a una dosis de 37.5 mg diarios, 61% a 75 mg diarios y 61% a 150 mg/día. Las mujeres que recibieron placebo advirtieron una reducción de 27% de los bochornos. En 2002, Loprinzi et al. estudiaron los efectos de 20 mg diarios de fl uoxetina sobre los bochornos. Encontraron que las CUADRO 22-4. Fármacos no hormonales para tratar síntomas vasomotores Fármaco que se obtiene con prescripción Producto que se obtiene sin prescripción SSRI (véase cuadro 13-14, pág. 366) Fluoxetina Paroxetina Venlafaxina SNRI: desvenlafaxina Clonidina Gabapentina Mirtazapina Trazodona Espantachinches (Cimicifuga racemosa) Dong quai Isoflavonas del trébol de los prados Isoflavonas de la soya Vitamina E SNRI, inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina/noradrenalina; SSRI, inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58822_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 588 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 589La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 Fitoestrógenos. Éstos (isofl avonas) son compuestos derivados de plantas que se unen a los receptores estrogénicos y poseen propiedades tanto agonistas como antagonistas de los estrógenos. Tales compuestos se encuentran en los productos de soya y el clavo rojo. En los estudios pequeños en los que se ha valorado su efi cacia en el tratamiento de los síntomas vasomotores, se ha hallado que son efi caces o bien los resultados son mixtos (Krebs, 2004). Productos de soya. Las dos principales isofl avonas de la soya son genisteína y daidzeína. Los mecanismos de acción de la soya y las isofl avonas de la alimentación aún no se conocen en su totalidad, pero éstas al parecer se unen a los receptores estrogénicos. Por esta razón, no se debe suponer que esos complementos alimentarios sean seguros en las mujeres con cáncer dependiente de estrógenos. Para el tratamiento de los bochornos, la información que apoya la efi cacia de la isofl avona es mixta. Albertazzi et al. (1998) pro- porcionaron un complemento puro de soya que contenía 40 mg de proteínas y 76 mg de isofl avonas. En las mujeres que utiliza- ron estos complementos, se observó una reducción de 45% de los síntomas vasomotores en comparación con 30% en aquellas que recibieron placebo. Cheng et al. (2007) administraron 60 mg de isofl avonas o placebo durante tres meses a mujeres sintomáticas. Ellos observaron que el tratamiento con isofl avonas reduce 57% los bochornos. A diferencia de ello, Levis et al. (2011), en un estu- dio clínico doble ciego con mujeres que habían sobrevivido al cán- cer mamario, detectaron tasas mayores de síntomas vasomotores en las mujeres que recibieron comprimidos de soya que contenían 200 mg de isofl avonas al día, en comparación con las que recibie- ron placebo. Los efectos de la proteína de soya encontrada en diversas pre- paraciones alimenticias no son bioequivalentes. Incluso los alimen- tos con soya no constituyen fuentes confi ables de isofl avonas con actividad biológica. Por ejemplo, la preparación con alcohol que a menudo se utiliza en la elaboración del tofu y la leche de soya, elimina las formas con actividad biológica, que son las isofl avonas aglicónicas. Por tanto, los fabricantes de productos con soya ahora anotan en la etiqueta de su producto la cantidad y el tipo de isofl a- vonas encontradas en el alimento. Linaza. La linaza o el aceite de linaza (Linum usitatissimum) es muy rico en ácido linolénico α, variedad del ácido graso omega-3. Se dice que la linaza reduce la infl amación, el recambio óseo, las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la concentración de coleste- rol. Se supone que en la mujer perimenopáusica también protege contra el cáncer mamario, los bochornos y la labilidad emocional. Sin embargo, la información sobre la efi cacia de la linaza en el tratamiento de los bochornos es muy limitada. Lewis et al. (2006) llevaron a cabo un estudio clínico comparativo con asignación al azar y doble ciego en el cual 87 mujeres se dividieron en tres grupos y consumieron diariamente panquecitos con soya, linaza o trigo. En su estudio, no se observaron diferencias importantes en cuanto a los síntomas vasomotores entre los tres grupos. Por el contrario, Lemay et al. (2002) concluyeron que 40 g de linaza son tan efi ca- ces como 0.625 mg de CEE para el tratamiento de los síntomas menopáusicos leves en un estudio cruzado y con asignación al azar que comparó ambos tratamientos. Trébol de los prados. Trifolium pratense (en inglés, red clover) pertenece a la familia de las leguminosas. Contiene por lo menos cuatro isofl avonas estrogénicas y, por consiguiente, se comercia- Belergal. Es un sedante combinado que contiene fenobarbital, tartrato de ergotamina y alcaloides de belladona (Loprinzi, 2005). En diversos estudios con asignación al azar y doble ciego, se ha observado que este fármaco mejora o carece de efectos sobre los síntomas vasomotores. Además, en estos estudios, más de 30% de las pacientes que participaron se retiró por falta de efi cacia o por los efectos adversos del tratamiento. Algunos de tales efectos fueron xerostomía, mareo, eritema cutáneo y sopor. Además, los barbitúricos causan adicción y no se recomiendan para uso prolon- gado. Por su efi cacia limitada y efectos adversos considerables, no se recomienda utilizarlo para esta indicación. Somníferos. Las pacientes que padecen principalmente diaforesis nocturna e interrupción del sueño pueden benefi ciarse de un ciclo con somníferos. El antihistamínico clorhidrato de difenhidramina es un producto de este tipo barato, que se obtiene sin prescripción. También la eszopiclona, fármaco que se obtiene con prescripción, mejoró de modo notable el sueño y ejerció una infl uencia positiva en el estado de ánimo, la calidad de vida, las funciones del día siguiente y los síntomas propios de la menopausia en un estudio doble ciego en perimenopáusicas y posmenopáusicas en que los testigos recibieron placebo (Soares, 2006). En el cuadro 1-24 (pág. 29), se incluye una lista de posibles productos que auxilian en la conciliación del sueño. Medicina alternativa y complementaria Se calcula que en 2005 el gasto por concepto de tratamientos alter- nativos fue cercano a 30 000 millones de dólares, cifra superior a la de los servicios médicos en ese mismo año (Castelo-Branco, 2005). En 2002, 49% de las mujeres en Estados Unidos y Canadá utilizaba la medicina alternativa y complementaria (CAM, com- plementary and alternative medicine) y al parecer la tendencia está aumentando (Newton, 2002). Acupuntura. El tratamiento con CAM mencionado ha sido valo- rado para eliminar los bochornos en estudios multicéntricos, con asignación al azar y con testigos, realizados en perimenopáusicas y posmenopáusicas (Borud, 2009; Kim, 2010). En dos investiga- ciones, en los grupos asignados al tratamiento, se realizaron 10 a 12 sesiones de acupuntura en comparación con un grupo testigo. Se observó disminución notable en la frecuencia y la intensidad de los bochornos. Sin embargo, ambos estudios incluyeron sólo grupos pequeños de personas y mostraron datos únicamente del tratamiento y la vigilancia a corto plazo. A pesar de las limitaciones mencionadas, esta modalidad es promisoria. Adiposidad. Hipótesis antagónicas sugieren la forma en que la adiposidad puede modifi car los bochornos en la menopausia. Una de ellas plantea que la aromatización de andrógenos hasta la forma de estrógenos en la grasa corporal debe disminuir la frecuencia de los bochornos. Por lo contrario, los modelos termorreguladores plantean que la mayor cantidad de grasa corporal debe acompa- ñarse de un incremento en la frecuencia de bochornos, por sus efectos aislantes.Th urston et al. (2008) con un planteamiento similar, observaron que la mayor adiposidad abdominal y en par- ticular la del plano subcutáneo, se acompañaba de mayores pro- babilidades de que aparecieran bochornos. Los autores anteriores sugieren que la pérdida de grasa y los ejercicios aeróbicos pueden mejorar la intensidad de los bochornos. Sin embargo, se necesitan más estudios al respecto. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 58922_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 589 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 590 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 que se vende en las tiendas no suele ser de la variedad que contiene grandes cantidades de dioscorea o diosgenina. Por la falta de biodisponibilidad, las hormonas del camote sil- vestre mexicano no deben ser efi caces. Los extractos de camote silvestre no son estrogénicos ni progestacionales y, aunque muchos productos que contienen extractos de camote carecen de camote en sí, algunos tienen cierta relación con la progesterona o la medroxi- progesterona. Su consumo oral no eleva la concentración sérica. Tampoco existen datos publicados que demuestren la efi cacia de la crema de camote silvestre para los síntomas posmenopáusicos. Vitamina E. En 125 mujeres con antecedente de cáncer mama- rio, la vitamina E redujo 25% los bochornos contra 22% con pla- cebo, lo cual corresponde a reducir un bochorno por persona por día (Barton, 1998). Cambios ambientales y en el estilo de vida Las actividades destinadas a reducir la temperatura corporal central como el uso de un abanico, vestirse en capas y bañarse con agua fría alivian temporalmente la diaforesis nocturna y los bochornos. Asimismo, las técnicas de relajación, como la respiración pausada, disminuyen los síntomas. También la meditación, dejar de fumar y bajar de peso son útiles, al igual que el consumo de alimentos y bebidas fríos. Se ha demostrado que los tratamientos basados en la interac- ción y la relajación de la mente y el cuerpo para el tratamiento de síntomas menopáusicos reducen la frecuencia de los bochornos. Irvin et al. (1996) asignaron al azar a tres grupos de menopáusicas para que se sometieran a relajación, lectura o a un grupo testigo. Las mujeres que participaron en la relajación mostraron una reduc- ción considerable en la intensidad de los bochornos, el estrés, la ansiedad y la depresión en comparación con el grupo testigo, en el cual no se observaron cambios. Freedman y Woodward (1992) valoraron además a varias mujeres con bochornos frecuentes que se sometieron a respiración pausada, relajación muscular y biorre- troalimentación con placebo. En el grupo sometido a respiración pausada, se observó una reducción considerable de la frecuencia de los bochornos, si bien en el grupo de relajación muscular y biorretroalimentación no hubo mejoría. El supuesto mecanismo de acción es la disminución del tono simpático central. Al decidir y seleccionar algunas de las intervenciones disponi- bles contra manifestaciones vasomotoras, en primer lugar habrá que probar las opciones más seguras e inocuas, como cambios en el modo de vida, para seguir con tratamientos con productos que se obtienen mediante prescripción, según sea necesario. En las opciones terapéuticas infl uirán factores, como la preferencia de la paciente, la intensidad de sus síntomas, las reacciones adversas y la presencia de otras entidades patológicas, como la depresión. ■ Tratamiento de la osteoporosis Indicaciones terapéuticas El objetivo principal del tratamiento de la osteoporosis es prevenir las fracturas en las mujeres con una densidad mineral ósea (BMD, bone mineral density) reducida o a las que tienen otros factores de riesgo para sufrir fracturas (fig. 22-1). Así, el tratamiento intenta estabilizar o aumentar la BMD. Las acciones terapéuticas son cam- bios en el estilo de vida y a menudo tratamiento farmacológico. Algunas organizaciones plantean directrices concordantes sobre la farmacoterapia. En particular, la National Osteoporosis Foundation liza como fuente de fi toestrógenos. Sin embargo, en diversos estu- dios ha sido imposible demostrar que tenga algún efecto mayor que el placebo en el tratamiento de los síntomas menopáusicos (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2004; Geller, 2009; Nelson, 2004). Por ejemplo, en un estudio clínico compa- rativo con asignación al azar de 252 mujeres en las que se estudió la frecuencia de los bochornos con la administración de extracto de isofl avona de clavo rojo y placebo durante 12 semanas, no se encontraron cambios importantes en cuanto a la frecuencia de los bochornos entre ambos grupos (Tice, 2003). Dong Quai. También llamado don kwai, dang gui y tang kuei, es un fármaco herbolario chino que se deriva de la raíz de Angelica sinensis y es la hierba china que se prescribe con más frecuencia para los “problemas femeninos”. En la medicina tradicional china (TCM, traditional Chinese medicine), se supone que el dong quai regula y equilibra el ciclo menstrual, refuerza al útero y enriquece la sangre. También se dice que tiene actividad estrogénica. La mayo- ría de los médicos que practican la medicina herbolaria concuerda en que está contraindicada durante el embarazo y la lactancia. En 1997, en el hospital Kaiser Permanente, Hirata et al. lleva- ron a cabo un estudio clínico comparativo, doble ciego, utilizando una dosis diaria de dong quai de 4.5 g en comparación con placebo. Ambos grupos manifestaron reducción de 25% de los bochornos. Los críticos del estudio observaron que la dosis de dong quai era menor que la usada de manera habitual en la TCM y que el dong quai nunca se utiliza de manera aislada. Sin embargo, es imposi- ble comprobar sus efectos benefi ciosos con base en la evidencia disponible. El dong quai es potencialmente nocivo. Contiene numerosos derivados cumarínicos que pueden provocar hemorragia excesiva o interactuar con otros anticoagulantes. Además, contiene psora- lenos y genera fotosensibilidad, lo cual despierta la posibilidad de cáncer cutáneo por la luz solar. Espantachinches. Se cree que la raíz de la hierba Cimicifuga race- mosa (en inglés, black cohosh) también posee propiedades estrogéni- cas, aunque su mecanismo de acción se desconoce. En un estudio clínico comparativo y con asignación al azar de 85 mujeres, no redujo la frecuencia de los síntomas vasomotores comparado con el placebo (Geller, 2009; Krebs, 2004). Se le conocen pocos efectos adversos, pero también se desconoce su seguridad a largo plazo. Fitoprogestágenos. Se dice que los extractos, los óvulos y las cremas que se derivan de tubérculos del tipo de la yuca o la batata son sustitutos de la progesterona y a menudo se comercializan como una fuente natural de dehidroepiandrosterona (DHEA). Los esteroles de la planta se utilizan como precursores en la biosín- tesis de progesterona, DHEA y otros esteroides, pero carecen de actividad biológica inherente. De manera específi ca, se dice que el esterol de la planta dioscorea se convierte en progesterona dentro del cuerpo y alivia el “dominio estrogénico”. También se dice que los extractos de camotes son efi caces para los cólicos uterinos. Sin embargo, no hay una vía bioquímica en el ser humano para con- vertir la dioscorea en progesterona o DHEA in vivo. Por el contrario, el extracto de “camote mexicano” (cabeza de negro) es estrogénico, puesto que contiene abundante diosgenina, sustancia similar a los estrógenos encontrada en las plantas. Esta especie de tubérculo tiene algunos efectos estrogénicos, pero sólo si se consumen grandes cantidades de la planta cruda. El producto 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 59022_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 590 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 591La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 ósea. En fecha reciente, para tratar la osteoporosis se ha aprobado el denosumab, anticuerpo monoclonal contra un activador del desarrollo de los osteoclastos. Tratamiento hormonal Sustituciónde estrógeno y progesterona. Conforme dismi- nuyen las concentraciones de estrógenos, aumentan las tasas de remodelación ósea y es mayor la resorción de hueso que la osteo- génesis. En estudios por observación, el HT disminuye aproxi- madamente 50% la frecuencia de fracturas por osteoporosis si se comienza poco después de la menopausia y se continúa por largo tiempo. El HT también aminora en grado notable las frecuencias de fracturas en mujeres con enfermedad establecida (Tosteson, 2008). Los resultados de más de 50 estudios con asignación al azar, en los cuales las testigos recibieron placebo, indicaron que el HT reduce la rapidez de resorción ósea y hace que aumente la densidad de la masa ósea. Los estudios de la WHI con testigos confi rmaron una disminución importante del 33% en las fracturas coxofemorales en posmenopáusicas sanas que recibían HT después de un promedio de vigilancia de 5.6 años. Como aspecto notable, la disminución en el número de fracturas de cadera no se limitó sólo a mujeres con osteoporosis, como se observó en estudios de otros compuestos farmacológicos (Th e Women’s Health Initiative Steering Committee, 2004). Como aspecto importante, los estudios demuestran que incluso ed ET en dosis muy bajas en combina- ción con calcio y vitamina D aumenta en grado notable la BMD en comparación con el placebo; las dosis en cuestión incluyen la ingestión de E2 a razón de 0.25 mg/día, de estrógeno conjugado a razón de 0.3 mg/día o la aplicación transdérmica de E2 a razón de 0.014 o 0.025 mg/día (Ettinger, 2004; Prestwood, 2003). Por desgracia, el efecto profi láctico comentado se pierde rápi- damente una vez que se interrumpe la hormonoterapia (Barrett- Connor, 2003). Las mujeres que participaron en la valoración nacional del riesgo de osteoporosis (NORA, National Osteoporosis Risk Assessment) de Estados Unidos que tuvieron que interrum- pir el uso de estrógeno en término de cinco años previos al estu- dio, mostraron un riesgo signifi cativamente mayor de fractura de (NOF) (2008). La North American Menopause Society (NAMS) (2010) y la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE) (Watts, 2010) recomiendan comenzar el tratamiento en: 1) todas las posmenopáusicas con califi caciones T totales de cadera o columna vertebral de −2.5 o menores; 2) las mujeres con una fractura osteoporótica de alguna vértebra o articulación coxofemo- ral, y 3) todas las posmenopáusicas con califi caciones T totales de cadera o columna de −2.0 a −2.5 y un riesgo a 10 años de fractura osteoporótica importante de por lo menos 20% del riesgo de frac- tura de cadera de al menos 3%; el riesgo a 10 años mencionado se obtuvo del instrumento de valoración del riesgo de fracturas (FRAX, Fracture Risk Assessment Tool ), que se expone con mayor detalle en el capítulo 21 (pág. 568) y se localiza en: http://www.shef.ac.uk/ FRAX/ Consideraciones farmacológicas El objetivo de los fármacos que se prescriben para prevenir frac- turas es restablecer y equilibrar la remodelación ósea al reducir la resorción o estimular la formación de hueso. Sin embargo, el aumento de la BMD con las acciones terapéuticas varía según la composición del hueso. Por ejemplo, los tratamientos que previe- nen la resorción ósea actúan con mayor rapidez sobre el hueso esponjoso y con un recambio más rápido, como el de las vértebras. Por el contrario, el efecto del tratamiento médico en la cadera es más lento puesto que esta última está formada de aproximada- mente 50% de hueso esponjoso y 50% de hueso cortical (fi g. 21-7, pág. 563). Las opciones terapéuticas incluyen HT para evitar la osteoporo- sis. Para prevención y tratamiento, se dispone de los bisfosfonatos y los moduladores selectivos del receptor de estrógeno (SERM, selective estrogen-receptor modulators) (cuadro 22-5). Además, en Estados Unidos se han aprobado con fi n terapéutico la calcitonina, un anticuerpo monoclonal y la hormona paratiroidea humana (PTH, human parathyroid hormone) inyectable obtenida por bioingeniería. De los productos mencionados, la PTH obtenida por bioingeniería es el primer producto aprobado por la FDA que actúa al estimular la osteogénesis en vez de lentifi car la resorción FIGURA 22-1. Micrografías electrónicas del tejido obtenido de una biopsia de cresta iliaca. La estructura ósea es normal en la biopsia en una mujer con densidad mineral ósea normal (izquierda). En la biopsia de una mujer con osteoporosis, la estructura ósea se ha deteriorado (derecha) (Tomada con autorización de Dempster, 1986.) 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 59122_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 591 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 592 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 en los de las mamas o el útero. El raloxifeno es adecuado para posmenopáusicas, pero no para premenopáusicas. Por ejemplo, en una investigación de fase II de dicho SERM se identifi có una dis- minución de la BMD con su empleo en un grupo de premenopáu- sicas expuestas al riesgo de presentar cáncer de mama (Eng-Wong, 2006). El raloxifeno es más útil para la prevención y el tratamiento de las fracturas vertebrales. Por ejemplo, en la Multiple Outcomes of Raloxifene Evaluation (MORE), en la cual participaron 7 705 posmenopáusicas con osteoporosis, el raloxifeno previno las frac- turas vertebrales. Los efectos benefi ciosos de los 60 mg diarios de raloxifeno aparecieron con rapidez; el riesgo de padecer fracturas vertebrales clínicas disminuyó 68% después del primer año de tra- tamiento. Además, este efecto se mantuvo durante un intervalo prolongado. Cuatro años después del tratamiento, la dosis diaria de 60 mg redujo las fracturas en 36% y con 120 mg diarios la reduc- ción fue de 43% (Delmas, 2002; Ettinger, 1999). Sin embargo, cadera que aquellas que nunca habían recibido ET. Además, las usuarias actuales de hormonoterapia en la NORA mostraron una disminución de 40% en la frecuencia de fracturas de cadera, que se perdió en el caso de las usuarias pasadas. Por esta razón, en mujeres que interrumpen el HT, hay que valorar la posible necesidad de otro tratamiento. Moduladores selectivos del receptor de estrógeno. Los receptores de estrógeno se identifi can en innumerables órganos (fi g. 15-9, pág. 408). Los moduladores selectivos del receptor mencionado son compuestos orales no hormonales que se unen al receptor de estrógeno, pero inducen respuestas estrogénicas dife- rentes en estos tejidos diversos. Raloxifeno. De los SERM, el raloxifeno es el único fármaco apro- bado para evitar y tratar la osteoporosis. Activa los receptores de estrógeno en huesos, pero al parecer no tiene la misma función CUADRO 22-5. Fármacos aprobados en Estados Unidos para el tratamiento de la osteoporosis Fármaco Indicación clínica Profilaxis Tratamiento Bisfosfonatosa Alendronato Píldora de 5 mg una vez al día Píldora de 35 mg una vez por semana Píldora de 10 mg una vez al día Píldora de 70 mg una vez por semana Solución de 70 mg una vez por semana Ibandronato Píldora de 2.5 mg una vez al día Píldora de 150 mg una vez al mes Píldora de 2.5 mg una vez al día Píldora de 150 mg una vez al mes Risedronato Píldora de 5 mg una vez al día Píldora de 35 mg una vez por semana Píldora de 150 mg una vez al mes Píldora de 75 mg en 2 días consecutivos como dosis mensual Píldora de 5 mg una vez al día Píldora de 35 mg una vez por semana Píldora de 150 mg una vez al mes Píldora de 75 mg en 2 días consecutivos como dosis mensual Risedronato (cubierta entérica) Píldora de 35 mg una vez por semana Hormonas CEEa Otros estrógenos Píldora de 0.3 mg/día Anticuerpo monoclonal Denosumab 60 mg SC una vez c/6 meses PTH humana obtenida por bioingeniería Teriparatida 20 μg SC al día 1 pluma de inyección contiene 28 dosis Calcitonina de salmón Nebulización nasal 1 nebulización = 200 UI intranasales al día (hay que alternar las fosas nasales cada día). Un recipiente contiene dosis para 30 días 1 nebulización = 200 UI intranasalesal día (hay que alternar las fosas nasales cada día). Un recipiente contiene dosis para 30 días Inyectable 100 unidades por vía SC o IM cada 48 h. 1 frasco ámpula contiene 4 dosis SERMa Raloxifeno 60 mg una vez al día 60 mg una vez al día a Fármacos orales. CEE, estrógeno equino conjugado; MI, inyección intramuscular; UI, unidades internacionales; SC, inyección subcutánea; PTH, hormona paratiroidea; SERM, modulador selectivo del receptor de estrógeno. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 59222_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 592 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 593La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 están en fase de estudio en seres humanos y ambos limitan las actividades osteoclásticas. Bisfosfonatos. Hoy día, se dispone de tres bisfosfonatos para prevenir y tratar la osteoporosis e incluyen alendronato, risedro- nato e ibandronato (cuadro 22-5) (Lambrinoudaki, 2006). Los bisfosfonatos actúan por su semejanza estructural con el pirofosfato, presente en los huesos (fig. 22-2). Desde el punto de vista químico, los bisfosfonatos se ligan a la hidroxiapatita cálcica en las superfi cies óseas y son captados por los osteoclastos (fig. 22-3). Los fármacos de esta categoría impiden la función y la en el estudio MORE, Ettinger informó que al comparar el trata- miento con raloxifeno no se observó una reducción importante en el riesgo de fracturas no vertebrales a los tres y cuatro años. Además de sus efectos óseos, el raloxifeno protege contra el cán- cer mamario, lo cual se infi ere por las observaciones de diversos estudios clínicos (Barrett-Connor, 2006). En el estudio MORE se utilizó la frecuencia del cáncer mamario como criterio de valora- ción secundario. Los investigadores observaron que el raloxifeno reduce 65% el riesgo relativo de padecer todos los cánceres mama- rios. En cuanto a cada subtipo de cáncer mamario, observaron decremento de 90% para los cánceres con receptores estrogénicos positivos y una disminución de 12% para los tumores mamarios con receptores estrogénicos negativos, así como una reducción de 76% del riesgo relativo de padecer cáncer mamario invasor. Probablemente las características del riesgo cardiovascular del raloxifeno no son tan elevadas como las de los estrógenos. En un análisis ulterior del estudio MORE, el tratamiento con raloxifeno durante cuatro años no generó efectos cardiovasculares adversos en el grupo. Por el contrario, redujo 40% la frecuencia de episodios cardiovasculares en el subgrupo de mujeres con riesgo cardiovascu- lar elevado (Barrett-Connor, 2002). Uno de los efectos adversos del raloxifeno son los bochornos, pero su frecuencia es reducida (Cohen, 2000). Además, la adminis- tración diaria de 60 mg de raloxifeno durante cuatro años aumentó el riesgo de episodios tromboembólicos. En un estudio, el riesgo relativo de cualquier dosis de raloxifeno fue de 2.76 para trombosis venosa profunda, 2.76 para embolia pulmonar y 0.50 para trom- bosis de la vena retiniana (Delmas, 2002). Bazedoxifeno. Además del raloxifeno, fuera de Estados Unidos, se distribuye un nuevo SERM, el bazedoxifeno y hoy día está en fase de revisión por parte de la FDA en dicho país. Este nuevo SERM, a semejanza del raloxifeno, no estimula el tejido mamario o ute- rino y es efi caz para tratar la osteoporosis. Ocasiona tasas similares de trastornos tromboembólicos y vasomotores y no induce pade- cimientos vulvovaginales (Christiansen, 2010; Silverman, 2008, 2011). El bazedoxifeno es efi caz para tratar la osteoporosis, pero se acompaña de las mismas reacciones adversas señaladas con el raloxifeno. Por tal razón, están en fase de investigación combi- naciones de SREM y estrógeno. Las combinaciones en cuestión, llamadas complejos de estrógeno histoselectivos (TSEC, tissue-selective estrogen complexes), intentan lograr características clínicas más favo- rables que cualquiera de los dos fármacos por separado. De tales combinaciones, la de bazedoxifeno y CEE ha sido promisoria en investigaciones en seres humanos (Archer, 2009a; Lindsay, 2009; Lobo, 2009; Pickar, 2009). Fármacos no hormonales contra la resorción Hoy día, se cuenta con dos tipos principales de fármacos no hor- monales: 1) los que actúan básicamente al inhibir la resorción, llamados antirresortivos, y 2) los que actúan al incrementar la for- mación ósea, llamados anabólicos. La mayor parte de los medica- mentos con actividad ósea disponibles a la fecha en Estados Unidos inhibe la resorción ósea. Los estrógenos, los SERM, los bisfosfo- natos, la calcitonina y la vitamina D poseen propiedades contra la resorción. Se ha demostrado que todos ellos detienen la pérdida de hueso y la mayor parte incrementa la BMD. El odanacatib y el saracatinib son dos fármacos adicionales contra la resorción que Bisfosfonatos Pirofosfatos C R1 OH OH R2 P O OH P O OH OOH P O OH OHP O OH FIGURA 22-2. La estructura molecular de los bisfosfonatos con dos cadenas laterales cortas (R1 y R2) ligadas al centro C es similar a la de los pirofosfatos naturales. La cadena lateral R1 es la que rige la afinidad de unión al hueso y la cadena lateral R2 es la que gobierna la potencia contra la resorción. De las variaciones de la estructura de las cadenas laterales depende la fuerza con la cual el bisfosfonato se une al hueso, la distribución a través del tejido óseo y el lapso que permanece dentro del hueso una vez que se interrumpe la administración del fármaco. Bisfosfonatos A B Osteoclasto FIGURA 22-3. Los bisfosfonatos disminuyen la frecuencia de fracturas al suprimir la resorción ósea por parte de los osteoclastos. La estruc- tura molecular de los bisfosfonatos es análoga a la de los pirofosfatos naturales (fig. 22-2). A. En el hueso, la concentración del bisfosfonato aumenta ocho veces en sitios de resorción activa del tejido óseo. B. Los bisfosfonatos penetran en los osteoclastos y disminuyen la resorción al inhibir la farnesilo pirofosfato sintasa. La inhibición de dicha enzima impide la fijación del osteoclasto a la superficie ósea, situación que frena la resorción y estimula la apoptosis temprana de los osteoclastos. 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 59322_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 593 06/09/13 21:2806/09/13 21:28 594 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 su uso mensual es más conveniente y, por tanto, ello facilite su aceptación. Risedronato. Este bisfosfonato es efi caz para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica. Se cuenta con diversos esquemas posológicos para el uso del risedronato (cuadro 22-5). La información que mejor apoya su efi cacia proviene de los estudios con el Vertebral Effi cacy with Risedronate Th erapy (VERT), realizados en varios países, incluido Estados Unidos. En el estudio multinacional VERT, Reginster et al. (2000) demostraron que el risedronato disminuye 61% el riesgo de padecer nuevas fracturas vertebrales a un año y 49% a tres años. Además, en ambos estudios con VERT, se observó un decremento considerable de las fractu- ras vertebrales desde seis meses después de iniciado el tratamiento (Roux, 2004). En dos extensiones de estos estudios, se ha obtenido evidencia de su efi cacia sostenida. La prolongación del tratamiento con risedronato durante otros dos años (cinco años en total) en la investigación multinacional con VERT redujo 59% las fracturas vertebrales nuevas en comparación con placebo. Denosumab. Este fármaco es un anticuerpo monoclonal contra el ligando que se une al activador del receptor del factor nuclear κB (RANK, receptor activator of nuclear factor kappa-B) en los pre- cursores de osteoclastos. Dicho producto que se describe e ilustra en el capítulo 21 (pág. 564) inhibe el desarrollo y la actividad de los osteoclastos, lo cual aminora la resorción ósea e incrementa la densidad del hueso. En la Valoración de la reducción de fractu- ras con el uso de denosumab en la osteoporosis cada seis meses (FREEDOM, Fracture Reduction Evaluation
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