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Contenido • Fenotipo, genotipo y epigénesis • El DNA, ácido desoxirribonucleico, es el material genético • Dogma central de la biología molecular y polímeros informacionales • Linealidad, direccionalidad y correspondencia de los polímeros informacionales • Las secuencias inscritas en los polímeros informacionales son mutables Conceptos clave 1 El fenotipo es la descripción morfológica o funcional de un organismo en cualquier momento de su desarrollo. 2 El genotipo es el conjunto de genes de un organismo. 3 Los factores epigenéticos son las influencias o eventos que no están escritos en el material genético heredable de los seres vivos, pero que modifican los fenotipos. 4 En 1944, Avery, MacLeod y McCarthy obtuvieron evidencia de que el DNA y no las proteínas portan la información genética. 5 Aunque el DNA está formado por sólo cuatro nucleótidos, porta toda la información que una célula necesita para vivir, ya que esos cuatro nucleótidos se pueden disponer de millones de maneras diferentes a lo largo del DNA. 6 El dogma central de la biología molecular establece que en las células, la información génica fluye de manera unidireccional de DNA a mRNA a proteína. 7 La transcripción del DNA es la síntesis de un RNA utilizando como molde al ADN. 8 La traducción es la síntesis de proteínas a partir de mRNA. 9 El DNA es una macromolécula formada por polímeros de desoxirribonucleótidos. 10 El RNA es una macromolécula formada por polímeros de ribonucleótidos. 11 La correspondencia lineal que guardan entre sí los polímeros informacionales guía los procesos de transcripción y traducción durante la expresión génica. 12 Las mutaciones son cambios en la secuencia de nucleótidos del ADN. 13 La base molecular de la llamada anemia de células falciformes es la sustitución de un nucleótido en la secuencia del gen de la cadena β de la hemoglobina. 14 La importancia de las mutaciones del DNA en la evolución radica en que proporcionan la variabilidad genética necesaria para la 925 https://booksmedicos.org adaptación de las especies a su medio cambiante. Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Gabriel García Márquez, Cien años de soledad La fidelidad de los seres vivos hacia su esquema de desarrollo, su comportamiento bioquímico y su aspecto físico resulta de una intrincada red de controles que los mantiene en una aparente constancia morfológica y funcional. Esta red posee la maleabilidad suficiente para permitirles responder con éxito a las demandas de su entorno cambiante. Parte fundamental de esta red homeostásica de los seres vivos está compuesta por mecanismos genéticos, los cuales no sólo contribuyen a su homeostasia, sino que además les permiten heredarla a sus descendientes, manteniendo con ello la también aparente constancia de las especies biológicas. 926 https://booksmedicos.org Fenotipo, genotipo y epigénesis La descripción morfológica o funcional de un organismo vivo en cualquier momento de su desarrollo es el fenotipo de ese organismo. Cuando el anatomista detalla la forma o posición relativa de los órganos y células que conforman un individuo de una especie biológica, cuando el fisiólogo reseña el funcionamiento eléctrico o químico de esos órganos o cuando el patólogo describe los cambios que esos órganos presentan en una enfermedad, todos ellos están haciendo una descripción fenotípica. Por otra parte, el genotipo se define como el conjunto de instrucciones o genes, contenido en el material genético heredable; es decir, la información contenida en las secuencias del ácido desoxirribonucleico (DNA), que se transmite de generación en generación entre los miembros de una especie. Este conjunto de instrucciones es una amplísima, pero finita, predeterminación de las posibilidades fenotípicas de un organismo. El contenido genotípico de una célula hepática y una neurona de un mismo individuo son equivalentes; no obstante, estas células mantienen una notoria diferencia fenotípica que es atribuible, en gran medida, a la activación de partes del genotipo celular indispensables para mantener esa diferencia. En general, los factores epigenéticos son las influencias o eventos que causan alteraciones en la expresión génica heredables sin modificar la secuencia del ADN. Los fenómenos epigenéticos pueden determinar, en un momento dado, el modo en que se expresan las instrucciones genotípicas y, por lo tanto, el fenotipo del individuo. Aunque en los capítulos siguientes se enfatizarán y discutirán casi en forma predominante los determinantes genotípicos del fenotipo, es importante que el lector no olvide la existencia y la trascendencia de los factores epigenéticos. Por ejemplo, los factores ambientales, entre los cuales se podría mencionar la contaminación atmosférica, son factores epigenéticos que modulan de manera importante el fenotipo. Otro caso ilustrativo de la importancia de los factores epigenéticos es el ejemplo clásico de la asociación del tabaquismo con ciertos tipos de cáncer pulmonar. Sería de poca utilidad debatir si el genotipo o los factores epigenéticos son más importantes para el establecimiento del fenotipo; ambos lo son y de hecho están entrelazados (figura 26-1). 927 https://booksmedicos.org Figura 26-1. Esquema de la herencia mendeliana monogénica. Los organismos diploides contienen dos copias alélicas de cada gen. Estos alelos pueden ser muy variados o polimórficos y presentar dominancia de unos con respecto a otros. En el ejemplo que se ilustra, el alelo A es dominante sobre el alelo a, de modo que tanto un organismo homocigoto AA, como un organismo heterocigoto Aa, tendrán el fenotipo conferido por el alelo A. En cambio, un organismo homocigoto aa tendrá el fenotipo conferido por el alelo a. Los gametos o células reproductoras en estos organismos, tienen un contenido haploide, es decir, sólo una copia alélica. La unión de los gametos restituye el contenido diploide del organismo. Los progenitores homocigotos sólo tienen una variante alélica en sus gametos, en cambio los progenitores heterocigotos tienen dos. En este ejemplo, la descendencia de progenitores heterocigotos Aa siempre tendrá una distribución de frecuencias AA = 25%, aa = 25% y Aa = 50%. La corea de Huntington, una enfermedad incapacitante debida a degeneración del sistema nervioso central, se hereda en forma monogénica dominante y autosómica. El gen responsable de la enfermedad de Huntington se localiza en el brazo corto del cromosoma 4, un cromosoma somático. Se les llama genes autosómicos a los que se localizan en alguno de los 22 cromosomas somáticos. Al no residir en alguno de los cromosomas sexuales XY, se heredan de manera independiente al sexo. La variante alélica del gen que causa la enfermedad de Huntington se hereda siguiendo el patrón mendeliano ilustrado aquí para el alelo A. Debido a ello, el estudiante podrá inferir porqué los descendientes de un padre heterocigoto (Aa) y una madre homocigota (aa) tienen una probabilidad del 50% de padecer la enfermedad de Huntington. 928 https://booksmedicos.org El DNA, ácido desoxirribonucleico, es el material genético Es notable que el trabajo de Mendel y su postulación de las unidades de la transmisión genética, los genes, se hayan realizado sin necesidad de postular una base química de los genes. Conforme al desarrollo de la bioquímica a principios del siglo XX, se consideraba que sólo moléculas tan versátiles como las proteínas podrían proporcionar la diversidad química que los genes deberían requerir; esto es, se pensaba que los genes eran las proteínas. La gran variedad de los bloques de construcción de las proteínas, 20 aminoácidos en una amplísima gama de combinaciones, da lugar a una diversidad de formas, tamaños y propiedades fisicoquímicas. Todo ello sugería que las proteínas poseían la información suficiente para constituir el material genético. El análisis de lasmacromoléculas celulares no revelaba otros compuestos capaces de tal diversidad informativa. De hecho, el DNA se antojaba como un candidato poco probable por ser una de las macromoléculas más monótonas; sólo cuatro bloques de construcción (A,C,G,T) y muy limitadas propiedades fisicoquímicas. No fue sino hasta 1944, con los experimentos de transformación genética de la bacteria Streptococcus pneumoniae realizados por Avery, MacLeod y McCarthy, cuando el DNA empezó a considerarse el sustrato molecular de los genes. Esa bacteria tiene un fenotipo distinguible claramente; la cepa que causa neumonía en animales de experimentación, la cepa patógena, forma colonias lisas cuando se cultiva en el laboratorio. En cambio, la variante no patógena de esta bacteria forma colonias rugosas. La incubación de la cepa rugosa con DNA purificado de la cepa lisa la “transformaba” en una cepa lisa y patógena, y esa transformación era heredable a la descendencia de las bacterias así transformadas. Sólo el DNA, y ningún otro compuesto bioquímico purificado de la cepa lisa, resultó tener esta capacidad “transformante”. Ésta y otras pruebas experimentales similares demostraron que, a pesar de su “monotonía” bioquímica, el DNA era el sustrato físico de la herencia. La determinación de la estructura tridimensional del DNA por Watson y Crick, en 1953, reveló cómo es que esta macromolécula puede tener esa capacidad. No importa que sólo cuatro bloques de construcción constituyan esta macromolécula polimérica, la clave reside en la secuencia en que están dispuestos los bloques. Si las computadoras, con un alfabeto de sólo dos letras (binario), pueden manejar cantidades inimaginables de información, y ciertos seres humanos se las han arreglado para con sólo 27 letras escribir obras como Cien años de soledad, no es descabellado imaginar que el DNA se las pueda arreglar con sólo cuatro “símbolos” para “escribir” textos genotípicos complejos. 929 https://booksmedicos.org Dogma central de la biología molecular y polímeros informacionales El ya tradicional esquema del dogma central de la biología molecular indica las relaciones funcionales y jerárquicas que existen entre los polímeros informacionales: el DNA, el RNA mensajero (RNAm) y las proteínas (figura 26-2). La designación de “informacionales” se debe al hecho de que estas moléculas contienen la información indispensable para las funciones celulares. Se le considera “jerárquica” porque la información fluye de manera unidireccional a partir del DNA, el portador del genotipo. El dogma resume cómo la célula utiliza la información genotípica. Durante la duplicación del DNA, esta molécula se copia para que, después de cada mitosis, las células hijas se lleven una dotación genotípica completa. Para que esta información genotípica pueda ser utilizada, la célula deberá emprender un proceso de decodificación del genotipo que de- nominamos expresión génica. Esta expresión consiste en los procesos de la transcripción del DNA a mRNA y la traducción de la información contenida en el mRNA utilizando un código o clave, cuyas letras son los nucleótidos en éste, hacia un código o clave cuyas letras son los aminoácidos en las proteínas. Las relaciones funcionales existentes entre DNA, mRNA y proteínas se reflejan en sus propiedades estructurales, las cuales determinan la manera o el mecanismo mediante el cual la información genotípica fluye hacia (o se convierte en) información fenotípica. Por esto, es de esperar que DNA, RNA y proteínas compartan una correspondencia o equivalencia entre ellas definida claramente en sus estructuras. Como se explica a continuación, un requisito esencial para esta equivalencia radica en la linealidad y la direccionalidad de los polímeros informacionales. 930 https://booksmedicos.org Figura 26-2. El dogma central de la biología molecular y los polímeros informacionales. La doble cadena del DNA es la portadora de la información genotípica. Mediante la duplicación del DNA, las células hijas adquieren una copia genotípica completa, que ponen en uso mediante el proceso que llamamos expresión génica. Durante la expresión génica, hay un flujo de información que consiste en la transcripción del DNA en RNA y su traducción en proteínas. Durante este flujo se mantiene una correspondencia entre la linealidad y la direccionalidad de los polímeros informacionales. Aunque sólo hay una dirección en el flujo informativo (flechas continuas), existen virus que tienen cromosomas constituidos por RNA, los cuales, para su propagación y expresión, deben convertirse en DNA mediante un proceso que se ha llamado transcripción reversa (flecha punteada). 931 https://booksmedicos.org Linealidad, direccionalidad y correspondencia de los polímeros informacionales El DNA, sustrato físico y químico de la herencia, es una macromolécula polimérica de nucleótidos dispuestos en una secuencia lineal. En este aspecto estructural, el DNA, RNA y proteínas se asemejan, debido a que los tres son macromoléculas poliméricas lineales que pueden imaginarse como cadenas sin ramificaciones. Como cualquier cadena común y corriente, el DNA, RNA y proteínas están constituidos de eslabones o monómeros (“bloques de construcción”). No obstante, el carácter bioquímico de estos monómeros es distinto. En el caso de los ácidos nucleicos, el DNA y RNA, los monómeros que componen sus cadenas son desoxirribonucleótidos y ribonucleótidos, respectivamente; en el caso de las proteínas, son los poco más de 20 diferentes aminoácidos que se encuentran en la naturaleza. Sólo cuatro nucleótidos distintos componen los ácidos nucleicos, los nucleótidos que contienen adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T), para el DNA; adenina (A), citosina (C), guanina (G) y uracilo (U), para el RNA. La correspondencia lineal que guardan entre sí los polímeros informacionales guía los procesos de transcripción y traducción durante la expresión génica (figura 26-3). Figura 26-3. Colinealidad de los polímeros informacionales. La correspondencia lineal de las secuencias de los polímeros informacionales se ilustra aquí con un fragmento de la secuencia nucleotídica del gen de la cadena β de la hemoglobina humana. El DNA está compuesto por dos hélices o hebras que tienen secuencias complementarias entre sí. Durante la transcripción se sintetiza un RNA que posee una secuencia idéntica (salvo el uso de U en vez de T) a una de las cadenas del DNA transcrito. Durante la traducción del RNA, grupos de tres bases nucleotídicas (tripletes o codones) sirven para codificar cada uno de los aminoácidos de la proteína traducida. Algo en común que tienen los polímeros informacionales es que pueden conceptualizarse como lenguajes. A semejanza del español u otras lenguas, los lenguajes del DNA, el RNA y las proteínas pueden transmitir información al disponer en forma ordenada sus letras (monómeros) en palabras (genes y polipéptidos), que al ser descifradas nos transmiten un contenido que puede ser tan complejo como Cien años de soledad o el fenotipo de algún organismo viviente. Así como son fundamentales el orden y la dirección lineal en que están dispuestas las letras que ahora está leyendo el lector, de 932 https://booksmedicos.org la misma manera son fundamentales el ordenamiento y la direccionalidad de las secuencias monoméricas en los polímeros informacionales. De ello depende la correcta lectura de los textos genotípicos contenidos en el DNA y su correcta traducción fenotípica por medio del lenguaje de las proteínas. En los capítulos que siguen, este concepto fundamental será un tema recurrente. Baste por el momento decir que así como las palabras del español se leen de izquierda a derecha, las “palabras” del DNA y el RNA se leen de un extremo llamado 5’ hacia un extremo llamado 3’, y que las “palabras del lenguaje proteínico” se leen del llamado extremo amino terminal hacia el extremo carboxilo terminal del polipéptido. Esta direccionalidad de las secuencias es fundamental para entendery traducir las palabras escritas en el lenguaje del DNA a las palabras equivalentes en el lenguaje del RNA y de ahí a las palabras correspondientes en el lenguaje de las proteínas. Esta traducción se basa en que las secuencias monoméricas de los polímeros informacionales siguen un ordenamiento preciso y una direccionalidad lineal. Las correspondencias lineales entre estas secuencias se mantienen durante la traducción de estos diferentes lenguajes, donde “de 5’ a 3’” corresponde a “de N- terminal a C-terminal”. Una característica importante de los polímeros informacionales consiste en tener, continuando con la analogía lingüística, reglas de puntuación y sintaxis. Debido a sus diferencias estructurales, estas reglas son particulares para cada uno de dichos lenguajes poliméricos. Por ejemplo, el genotipo completo de Escherichia coli (E. coli), una bacteria que con frecuencia vive en el tubo digestivo de los mamíferos, está contenido en una sola molécula circular de DNA de 4.64 millones de pares de bases (alrededor de 3.0 × 109 Da de peso molecular). En esta gigantesca molécula genómica están escritos los 4435 genes de E. coli. La gran mayoría de estos genes se expresan como cadenas polipeptídicas, que tienen en promedio de 180 a 900 aminoácidos (de 2 × 104 a 105 Da de peso molecular, en promedio). Para cada una de estas proteínas existe un intermediario molecular, el mRNA, que se transcribe a partir del gen correspondiente situado en algún lugar del DNA cromosómico. Estos hechos implican dos cosas: a) que en la molécula de DNA coexisten una multitud de genes, dispuestos uno tras otro en una larga fila, como los párrafos del libro que el lector tiene en sus manos, y b) que en el DNA existen elementos de puntuación que establecen los límites entre un gen y otro, así como las instrucciones que permiten su expresión selectiva, según las necesidades homeostásicas del organismo. Para una correcta y eficiente expresión génica, es decir, para el establecimiento de un adecuado fenotipo, la célula debe reconocer los elementos de puntuación e instrucciones que hay en el DNA. De hecho, podría decirse que los capítulos siguientes se dedican a explicar cómo la célula y los organismos leen estos elementos de puntuación para usar y preservar la direccionalidad y el ordenamiento de las secuencias poliméricas que constituyen sus repertorios genotípicos. 933 https://booksmedicos.org Las secuencias inscritas en los polímeros informacionales son mutables Por el hecho de estar sustentados por lenguajes moleculares basados en un orden secuencial de monómeros dentro de un polímero, los genotipos son susceptibles de modificaciones. Estas últimas pueden consistir en cambios de un monómero por otro, o en la eliminación o repetición de uno o más monómeros. Estos cambios genotípicos pueden reflejarse en alteraciones fenotípicas. Volviendo a la analogía lingüística, es posible imaginar cómo una mutación en la cita de García Márquez al principio de este capítulo puede acarrear, o no, un cambio significativo en lo que se interpreta de ese texto. Por ejemplo, una sustitución de una c por la h en la palabra final “hielo” tiene un tremendo efecto en el significado y la intención del texto, mientras que una sustitución de una z por la s en la palabra inicial “muchos” de seguro ofenderá a la ortografía, pero no impedirá comprender el texto y reconocerlo como parte de Cien años de soledad. De manera semejante, los cambios genotípicos, que se denominan en forma general mutaciones, tienen distintos grados de efecto fenotípico, desde los incompatibles con la vida hasta los más inocuos. Por ejemplo, la mutación consistente en la sustitución de tan sólo un nucleótido en la secuencia del gen de la cadena β de la hemoglobina causa la sustitución correspondiente de un aminoácido del polipéptido. Estos cambios se manifiestan fenotipicamente como la enfermedad llamada anemia de células falciformes (figura 26-4). En cambio, otras mutaciones, que podrían ser de una extensión aún mayor que una sustitución nucleotídica, pueden pasar inadvertidas a nivel fenotípico. A este tipo de mutaciones, que no se manifiestan en el fenotipo, se les conoce como silenciosas. 934 https://booksmedicos.org Figura 26-4. Mutaciones en el genotipo pueden ocasionar graves cambios fenotípicos. Debido a la colinealidad que existe entre DNA y RNA, una mutación en la que se sustituya una A por una T en el gen de la cadena β de la hemoglobina humana origina RNA mutantes, los cuales al ser traducidos pueden ocasionar alteraciones en la secuencia polipeptídica. El caso aquí ilustrado corresponde a la llamada hemoglobina S, en la que un glutámico de la cadena β es reemplazado por una valina en el producto final de la traducción (comparar con la figura 26-3). Este reemplazo causa un grave defecto estructural y funcional en la hemoglobina. Los pacientes que sufren esta mutación presentan anemia de células falciformes, así llamada por la morfología característica que sus eritrocitos adoptan cuando la presión de oxígeno sanguíneo disminuye. Una característica del DNA, resultado de sus propiedades bioquímicas, es su inevitable mutabilidad, como se verá en los siguientes capítulos. Estas mutaciones son parte esencial e inevitable de lo que llamamos vida. Este continuo cambio, que es en principio 935 https://booksmedicos.org azaroso y puede ser silencioso desde el punto de vista fenotípico, proporciona la base para la evolución de las especies, ya que a través de él se origina la variabilidad individual, o polimorfismo genético, en los miembros de las diversas especies. Debe ser clara para el estudiante la tremenda relevancia que tiene la mutabilidad genotípica en la evolución de las especies y la diversidad individual que hay dentro de ellas. Las muta- ciones pueden verse como ensayos de la naturaleza en que se prueban alternativas genotípicas/fenotípicas distintas de las prexistentes de donde provienen. Estas nuevas al- ternativas son puestas a prueba por la selección natural. Si estas nuevas alternativas se reflejan en una mejor adaptación del organismo, dentro de un contexto ambiental en particular, reemplazarán a las originales. Si se reflejan en una peor adaptación, tenderán a desaparecer. En todo caso, contribuyen a la variabilidad de los individuos dentro de una especie. Sin embargo y como se podía esperar, las células y los organismos han desarrollado, gracias a la evolución, un repertorio enzimático que está en continua lucha por mantener los cambios genotípicos en un mínimo, ya que si se producen muchas mutaciones génicas en un organismo, alguna o algunas de ellas podrían dar por resultado una mejor adaptación de éste a su medio, pero también se producirán otras que podrían ser deletéreas, lo cual de seguro dejaría sin efecto las mutaciones que son favorables para el organismo. Si las mutaciones se mantienen en un mínimo, es muy probable que en un organismo se produzca sólo una mutación que resulte en una mejor adaptación y que por tanto sea de manera evolutiva valiosa para la especie, o bien que se produzca sólo una mutación que sea deletérea para el organismo, un error en este ensayo de la naturaleza, que será eliminado con facilidad. Cuadro clínico Los seis decenios transcurridos desde la determinación de la estructura tridimensional del DNA por Watson y Crick han presenciado un vertiginoso avance en el entendimiento de los procesos bioquímicos de las moléculas informacionales, resumido en el “dogma”. Esto ha dado la posibilidad de manipular y descifrar los genes. Hoy en día se conoce el contenido genotípico –o genoma– completo de varias especies, entre ellas la del ser humano. A la fecha se han identificado genes involucrados en enfermedades del ser humano y ya empiezan a desarrollarse métodos para su “terapia génica”, es decir, para revertir las mutaciones que en ellos ocurren y restaurarlos a su estructura y función normales. En la actualidad, la posibilidad de manipulación de los genes ha permitidoel desarrollo de productos elaborados a partir de “DNA recombinante” y ha generado los “milagros” de la biotecnología. Por ejemplo, ha sido posible identificar el gen de la insulina humana y forzar su expresión en una bacteria como E. coli, de la cual pueden obtenerse, para beneficio de los pacientes con diabetes, grandes cantidades de un producto que antes sólo se podía purificar de páncreas de otras especies. Y esto es sólo el comienzo de una etapa en que el conocimiento y el uso de las moléculas informacionales cambiarán de forma radical la calidad de la vida humana, quizás en la misma medida en que lo hizo, hace casi un siglo, la introducción de la energía eléctrica. Para ningún estudiante de cualquier disciplina biológica esta revolución pasará inadvertida. Preguntas de reforzamiento 1 Ejemplos de factores epigenéticos 936 https://booksmedicos.org a) Las mutaciones del DNA. b) Las aberraciones cromosómicas. c) Las modificaciones postranscripcionales. d) Las modificaciones postraduccionales. e) Los factores medioambientales. 2 ¿Qué establece el dogma central de la biología molecular? a) -El DNA porta la información genética de todos los organismos. b) El DNA tiene una estructura de doble hélice. c) La información génica fluye de forma unidireccional de DNA a mRNA a proteína. d) La información génica fluye de DNA a mRNA a proteína y viceversa. e) El código genético es universal. 3 ¿Qué evidencia muestran los experimentos de transformación bacteriana de Avery, McLeod y McCarty del DNA? a) Existe. b) Se replica de manera semiconservativa. c) Tiene una estructura de doble hélice. d) Porta la información génica. e) Es un polímero de nucleótidos. 4 ¿Cómo se manifiesta una mutación silenciosa? a) Ocurre en el RNA. b) No se manifiesta en el fenotipo. c) Ocurre en el DNA, pero se corrige y no pasa al RNAm. d) No se transcribe. e) No se traduce. Respuestas: 1. e, 2. c, 3. d, 4. b. Referencias Bender D: Nutritional Biochemestry of Vitamins, 2nd ed. New York: Cambridge University Press, 2003. Burtis C, Aswood E: Tietz Fundamental of Clinical Chemistry, 5th ed. USA: Saunders, 2001. Dawkins R: El relojero ciego,11a ed. Buenos Aires:Colección Austral, Espasa Calpe, 1990. Devlin T: Bioquímica. Libro de texto con aplicaciones clínicas, 5a ed. Barcelona: Reverté, 2004. García G: Cien años de soledad. New York: W. W. Norton & Co., 1996. Lozano J, Galindo J, García J, MartínezJ: Bioquímica y biología molecular, 3a ed. México: McGraw-Hill Interamericana, 2005. Melo R, Cuamatzi T: Bioquímica de los procesos metabólicos, Barcelona: Reverté, 2004. Nelson D, Cox M: Lehninger.Principios de bioquímica, 4a ed. Barcelona: Omega, 2006. Smith C, Marks A: Bioquímica básica de Marks. Un enfoque clínico, México: McGraw-Hill Interamericana, 2006. Watson J, Tooze J: The DNA story, a documentary history of gene cloning. San Francisco: WH. 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