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zoológico), sobre todo, si la función que se estudia se puede analizar y explicar en términos más moderados. Reduccionismo, vitalismo y emergentismo Otro aspecto importante relacionado con los seres vivos se puede plantear de este modo: ¿Hay algo particular y específico en la materia viva que la diferencia de la materia inerte (inanimada)? Es una pregunta cuya respuesta no sería unánime entre los fisiólogos contemporáneos, ya que los vitalistas piensan que la materia viva es portadora de pro- piedades no presentes en la materia inanimada. El vitalismo fue ya duramente refutado por los filósofos materialistas del siglo XVIII, y vuelto a contestar por positivistas y marxistas en los siglos XIX y XX. Quizá hoy está en su punto más bajo de aceptación, pero de un modo u otro siempre impregna el pensamiento biológico o se infiltra en él. Un avance importante de las ciencias biológicas de este siglo ha sido la posibilidad de explicar ciertas funciones con apariencias de propósito o finalismo usando para ello méto- dos y concepciones propios de la Física y la Química. Por su parte, teóricos de las ciencias biológicas como L. von Berta- lanffy no han dudado en explicar las diferentes propiedades de la materia animada y de la inerte a partir de conceptos extraídos de la termodinámica de procesos irreversibles apli- cada a los sistemas abiertos. Así por ejemplo, la tendencia a alcanzar un peso determinado en una rata adulta, con cierta independencia de las vicisitudes ambientales, es una propie- dad —que este autor denomina equifinalidad— del estado estable que caracteriza a los seres vivos (Fig. 1.2). Aunque recurrir al vitalismo parece hoy innecesario, sigue rondando la cuestión de que los sistemas complejos manifiestan propiedades no deducibles del análisis reduccio- nista de sus partes. Así, cada nivel de integración de los orga- nismos (biomoléculas, células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas, organismo, sociedades) presenta características que le son propias. Por ejemplo, al igual que no se puede deducir el Código Penal de los conocimientos neuropsicológicos de que disponemos, tampoco es aceptable pensar que la con- ducta maternal se puede reducir a fenómenos descriptibles en los niveles celular y molecular. La clásica afirmación de que el todo es más que las partes, no encierra, pues, ningún mis- terio inasequible al método experimental; indica más bien que los sistemas complejos compuestos de elementos múlti- ples y con enormes posibilidades de interacción muestran posibilidades de funcionamiento no fácilmente deducibles del estudio de sus componentes. Por tanto, cada nivel de inte- gración puede presentar principios funcionales difícilmente predecibles desde los niveles inferiores. Esta interpretación es particularmente válida para el estudio y entendimiento de lo que se ha dado en llamar funciones cerebrales superiores, como el aprendizaje, el pensamiento o las emociones. Descripción frente a explicación En este apartado se insiste de nuevo en la importancia de situar los conocimientos fisiológicos en los niveles de integración en los que se describen o explican. Los diver- sos procesos fisiológicos se pueden describir, es decir, señalar lo que son o en qué consisten. Por ejemplo, es posible describir las acciones de la hormona adrenalina en los distintos tejidos o las características eléctricas del potencial de acción. En el primer caso, la descripción es a nivel tisular, en el segundo a nivel celular. Pero ya se ha señalado que lo que importa desde el punto de vista fisio- lógico es explicar cómo funciona: cómo actúa la adrenali- na sobre las células que forman esos tejidos, o cómo diversos tipos de canales iónicos localizados en la mem- brana plasmática producen el potencial de acción. Nótese que la explicación ocurre según lo dicho en un nivel infe- rior a aquel en que se realiza la descripción. Para la adre- nalina, la descripción es a nivel tisular y la explicación a nivel celular. Para el potencial de acción, la descripción es a nivel celular y la explicación a nivel molecular. Por tanto, existen distintos niveles de explicación. Sin embargo, es muy importante darse cuenta que explicar un mecanismo a nivel celular puede ser muy similar a descri- birlo a nivel molecular; es decir, lo que es explicación a un nivel es descripción en el nivel subyacente. Para cualquier estadio del conocimiento fisiológico, siempre conviene buscar la explicación correspondiente en el nivel inferior al fenómeno que se describe. Cuanto más profundo sea el conocimiento, más básico será el nivel en el que se puede 8 F I S I O L O G Í A G E N E R A L Y C E L U L A R PE SO C O R PO R A L (g ra m os ) 500 400 300 10 30 50 70 TIEMPO (días) a b c 1 2 Figura 1.2. Ilustración del concepto de equifinalidad. La gráfica representa la evolución del peso medio de un grupo de ratas. A partir de la flecha 1, un tercio de los animales se sobrealimentó (a), otro se mantuvo en la dieta normal (b) y otro se mantuvo con una dieta más baja de lo normal. A partir del momento indicado por la flecha 2, se permitió a los tres grupos de animales alimentarse según sus deseos. Nótese que a partir de entonces, los animales sobrealimentados perdieron peso y los infraalimentados lo gana- ron hasta alcanzar en ambos casos los valores medios del grupo control. (Modificado de KEESEY RE y cols.: The role of hypothala- mus in determining the body weight set point. En: Hunger: Basic mechanisms and clinical implications. Novin D, Wyrwicka W, Bray GA (eds.). Nueva York, Raven Press, 1976:243-255).
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