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tribución entre las fibras musculares de factores neurotró- ficos producidos por las motoneuronas. Estructura microscópica del músculo esquelético Las técnicas de microscopía electrónica, cristalografía de rayos X, tinción histoquímica y difracción con láser de helio-neón han revelado que existe un acople mecánico y funcional desde el nivel molecular hasta el músculo com- pleto. Membrana celular La membrana celular de las fibras musculares se caracteriza por sus frecuentes pliegues. En la zona de iner- vación denominada placa motora terminal, estos pliegues son permanentes en comparación con el resto de la super- ficie de la fibra. También existen numerosas pequeñas invaginaciones de membrana, las caveolae, que están conectadas con la superficie de la membrana por cuellos estrechos; su función es incierta, aunque se cree que pue- den actuar como reserva de membrana durante el estira- miento de la fibra. Sarcolema El citoplasma de la fibra muscular o sarcoplasma con- tiene enzimas, lípidos y partículas de glucógeno, y aloja a los núcleos (aproximadamente 250 por milímetro de lon- gitud de la fibra), las mitocondrias, las miofibrillas, los sis- temas tubulares y otros orgánulos especializados. Las miofibrillas son las estructuras más abundantes dentro de la fibra muscular, y son responsables de la con- tracción y la relajación. Se orientan paralelamente a lo lar- go de la fibra y están compuestas por tres tipos de filamentos proteicos: los delgados (principalmente forma- dos por actina), los gruesos (principalmente formados por miosina) y los conectores (de titina). La distribución de estos filamentos da lugar a las estriaciones alternantes cla- ras y oscuras observadas a través del microscopio de luz en cortes longitudinales de músculo estriado (Fig. 2.2). Cada miofibrilla mide de 1 a 2 �m de diámetro. Entre las mio- fibrillas se localizan las mitocondrias y los sistemas tubu- lares: retículo sarcoplásmico y túbulos transversos (túbulos T). Las bandas claras son las bandas I (Isotrópicas) y las bandas oscuras, por su elevado índice de refracción, son las bandas A (Anisotrópicas). La banda I es la región de la fibra donde sólo los filamentos delgados y parte de los fila- mentos conectores están presentes; la banda A correspon- de a la posición de los filamentos gruesos y las otras partes de los filamentos conectores y delgados (Fig. 2.2). Una línea densa corre por toda la mitad de las bandas I; ésta es la línea Z o disco Z (Zwischen = entre). En la parte central de la banda A se localiza la banda H (Hellerscheibe = cla- ra), una región de baja densidad óptica resultado de la ausencia de filamentos de actina. En la mitad de la zona H existe una región oscura, llamada región M (Mittellinie = línea media), que marca el centro del sarcómero. La región M está formada por estructuras proteicas filamentosas que conectan a los filamentos de miosina, mantienen su arre- glo y dan un espaciamiento regular entre ellos. Existen otras líneas transversales menos visibles llamadas N (Nebenscheibe: adyacente, y scheibe: sección), las cuales podrían estar relacionadas con la proteína troponina. La porción de una miofibrilla comprendida entre dos líneas Z sucesivas es denominada sarcómero (Fig. 2.2), que en una fibra relajada tiene una longitud de 2.2-2.5 �m. El sarcómero es la unidad funcional de la fibra muscular, en él los filamentos delgados de actina y los gruesos de miosina se interdigitan. Un filamento grueso de miosina (150 Å de diámetro y 1.5 �m de largo) está rodeado por seis filamentos delgados, cada uno de 50 Å de diámetro y 1 �m de longitud (Fig. 2.2). Así, en una fibra muscular de 50 �m de diámetro existen alrededor de 8000 miofibrillas con 16.2 � 109 filamentos gruesos y 64.8 � 109 filamen- tos delgados. Los sarcómeros están envueltos por una red de filamentos extrasarcoméricos con uniones en los discos Z que se ligan con el citoesqueleto y forman una superes- tructura llamada costámero que mantiene las estructuras intracelulares en su lugar (Fig. 2.3). El costámero refuerza el plasmalema por su cara interna para impedir su ruptura durante la contracción y la relajación. Los microfilamen- tos de actina, espectrina y distrofina son especialmente importantes en este papel. La desmina, la vimentina y la sinemina forman fila- mentos intermedios que rodean a los discos Z, y también los unen con los discos adyacentes manteniéndolos aline- ados en el eje transversal; esto produce el arreglo ordenado de todas las miofibrillas dentro de cada fibra muscular. Por medio de proteínas de unión del plasmalema, los discos Z están finalmente conectados a la membrana basal y al endomisio para que la alineación se propague a las fibras vecinas y se establezca un acople mecánico entre las todas las fibras de cada fascículo muscular. Sistemas tubulares: retículo sarcoplásmico (RS) y túbulos transversos (túbulos T) La Figura 1.4 representa los sistemas tubulares de la fibra muscular. Inmersa en el sarcoplasma existe una extensa red de túbulos interconectados conocida como RS que circunda a las miofibrillas y corre a lo largo de la fibra muscular. En el RS se distinguen dos regiones: los túbulos longitudinales y las vesículas o cisternas terminales. La función del RS es almacenar y liberar Ca++. La contrac- ción muscular se produce cuando se libera el calcio desde las cisternas terminales hacia el citosol. Los túbulos T forman la red que se localiza perpen- dicularmente al eje longitudinal de la fibra muscular y rodea a las miofibrillas con intervalos regulares. En las fibras musculares de mamífero, entre ellas las del ser humano, por cada sarcómero existen dos zonas de túbulos 16 F I S I O L O G Í A G E N E R A L Y C E L U L A R
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