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transversos, localizadas en los límites entre las bandas A y las bandas I. En fibras de músculo cardiaco y en las fibras musculares esqueléticas de rana, existe un túbulo T por cada sarcómero, situado al nivel de la línea Z. Los túbulos T rodean las miofibrillas y, por lo tanto, interrumpen el RS. En esas zonas, a ambos lados del túbulo T, el RS se dilata para formar las cisternas terminales; al conjunto de estos tres elementos se le conoce como tríada. Las cister- nas vecinas están conectadas entre sí por medio de exten- siones laterales. La microscopía electrónica reveló que las membranas de los túbulos T y de las cisternas son estruc- turas independientes. Los túbulos T están abiertos al espacio extracelular y propagan el potencial de acción desde la membrana celu- lar superficial de la fibra hacia las regiones centrales de la célula. Su interacción con el RS provoca la liberación de Ca++ que difunde una corta distancia para “activar” los filamentos contráctiles. Cuando la excitación eléctrica cesa, los iones de Ca++ son recaptados por el RS por medio de bombas ATPasa para calcio y el músculo se relaja. Proteínas del sarcómero Las proteínas actina y miosina constituyen 85% de los miofilamentos. Se han identificado otras proteínas que tie- nen una función estructural o que pueden afectar a la inter- acción de los filamentos contráctiles. Las cantidades relativas de estas proteínas difieren dependiendo de la téc- nica utilizada para su aislamiento. Los valores reportados más frecuentemente son: titina, 10%; nebulina, 5%; tropo- miosina, 5%; troponina, 3%; �-actinina 7%; proteína M, menos del 1%; proteína C, menos de 1%. Proteínas del filamento grueso Las moléculas de miosina son estructuras de aproxi- madamente 150 nm de largo y 2 nm de grueso; cada mo- lécula posee dos cabezas globulares y una cola. Existen diversas isoformas de miosina asociadas a funciones espe- cíficas del tejido muscular. Todos los tipos de miosina que se han estudiado tienen una masa molecular relativa (Mr) de alrededor de 520 kD y están compuestos por seis subu- nidades: dos cadenas pesadas (cada una con Mr de 220 kD) y dos pares de cadenas ligeras, con Mr que van de 16 kD a 25 kD (Fig. 2.5). Las cadenas ligeras se clasifican en dos clases químicas: las cadenas ligeras alcalinas esenciales (LC1 y LC3) y la cadena ligera reguladora (LC2). Depen- diendo del tipo de músculo del que se trate, ya sea cardia- co, esquelético, embrionario o liso, varía la proporción de las cadenas ligeras LC1 y LC3 en la miosina. Propiedades generales de las cadenas ligeras: a) fijan Ca++ con alta afinidad; b) cuando son fosforiladas (LC2) por la cinasa de la cadena ligera de miosina (MLCK, myo- sin light chain kinase) cambia la conformación de las cabezas de la miosina, aumenta el número de cabezas cer- canas a la actina y se potencia la interacción actina-miosi- na cuando los niveles de Ca++ son bajos; c) regulan la actividad de la miosina ATPasa; y d) participan en la regu- lación del ensamblaje de la miosina para formar los fila- mentos gruesos. 18 F I S I O L O G Í A G E N E R A L Y C E L U L A R Plasmalema Líneas Z Miofibrillas Disco Z Filamentos intermedios (desmina, vimetina, sinemina) Filamentos del citoesqueleto (actina, distrofina, espectrina) Figura 2.3. Esquema de la fijación de las líneas Z por medio de los filamentos intermedios, los últimos se unen también a ele- mentos del citoesqueleto por debajo del plasmalema. (Basado en: McComas, A.J., 1996.)
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