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ciales de acción o por la activación de canales iónicos dependiente de estiramiento mecánico, pueden dar inicio a la contracción. El músculo liso tiene la propiedad de aumentar su longitud, lo que permite alojar volúmenes pro- gresivamente crecientes sin cambios importantes en la pre- sión transmural; sin embargo, a un determinado umbral de distensión se genera una despolarización que habitualmen- te evoca potenciales de acción y, por ende, la contracción. Se reconoce la existencia de dos tipos de fibras de músculo liso, aun cuando éstas realmente representan los extremos de un espectro continuo de tipos de fibras musculares lisas: 1. Tipo unitario, también denominado visceral o sin- citial, lo cual significa que haces de miles de fibras, rodeadas de tejido conectivo, están dispuestas en capas y unidas mediante uniones estrechas interce- lulares (tight junction), que permiten que la fuerza generada en una célula se transmita a la siguiente. Contienen uniones comunicantes (gap junction) que permiten el acople eléctrico entre células a pesar de que su inervación es escasa. Por estas características estructurales, este músculo se com- porta como un sincitio funcional. En este tipo de tejido se observa una oscilación espontánea, gra- duada y rítmica del potencial de membrana. Las despolarizaciones pueden alcanzar el umbral de disparo de potenciales de acción y provocar con- tracciones denominadas fásicas, que pueden ser moduladas por hormonas (p. ej., catecolaminas, esteroides) o por factores tisulares locales (para- crinos y autocrinos) como falta de O2, exceso de CO2, cambios en osmolaridad, aumento de la tem- peratura, cambios en el pH o en los nutrientes, como por ejemplo la proporción de oligosacári- dos/monosacáridos. Estructuras con este tipo de fibras son: intestino, colon, útero (miometrio), con- ductos biliares, vejiga urinaria, uréteres, vasos lin- fáticos, seno cavernoso del pene y del clítoris y pequeñas arteriolas. 2. Tipo multiunitario, constituido por células muscu- lares que actúan de forma relativamente indepen- diente. En este aspecto las fibras multiunitarias son muy semejantes a las fibras esqueléticas. Presentan pocas uniones comunicantes y pocas uniones estre- chas, por lo que tienden a tener mayores densida- des de inervación. Estas células no presentan oscilaciones de su potencial de membrana, no poseen el mecanismo autogenerador de potenciales de acción y sus contracciones son graduadas, según el nivel de despolarización causado por la actividad de la inervación. A este estado de tensión se le denomina tono. El tono está definido como un nivel constante y estable de contracción cuya intensidad es modulada por los nervios, así como por otros estímulos endocrinos y paracrinos. Estructuras que incluyen estas fibras unitarias son: músculos ciliares del iris y bronquiales de la trá- quea, esfínteres gastrointestinales, vas deferens y grandes vasos sanguíneos. Contracción del músculo liso El mecanismo básico de la contracción es el desliza- miento de los miofilamentos de actina y miosina, y está regulada por el nivel de Ca++ citosólico. La contracción se genera cuando ocurre un aumento de la concentración de Ca++ citosólico, debido a la liberación desde almacenes intracelulares (RS) o a la entrada de Ca++ del espacio extracelular a través de canales iónicos específicos opera- dos por receptor. Agonistas como norepinefrina, angioten- sina II y endotelina, se unen a receptores de membrana acoplados a una proteína G heterotrimérica, que estimula la actividad de la fosfolipasa C (PLC). Esta enzima catali- za la formación de dos potentes segundos mensajeros: inositol trifosfato (IP3) y diacilglicerol (DG). La unión de IP3 a sus receptores en RS permite la salida del Ca++ hacia el citosol. Además el DG junto con Ca++ activan a la pro- teína cinasa C (PKC) la cual fosforila proteínas específi- cas. Existen varias isoformas de PKC en el músculo liso, y cada una desempeña un papel tisular específico. En la mayoría de los casos PKC fosforila canales de calcio tipo L, y en otros regula el reciclamiento de los puentes cruza- dos. Finalmente, los canales de calcio de tipo L, canales operados por voltaje, también se abren por la despolariza- ción de la membrana en respuesta al estiramiento de la fibra muscular (Fig. 2.15). En el músculo liso, la regulación de la contracción está asociada a la miosina y no a la actina, fenómeno con- currente con la carencia de troponina. Al producirse un incremento del Ca++ citosólico, éste se une a calmodulina para formar el complejo Ca++/calmodulina (CaCM); este complejo cambia la ubicación de la tropomiosina en la hendidura helicoidal de la actina-F, y así estimula la acti- vidad de la actomiosina ATPasa. Cuando el Ca++ citosólico disminuye, el complejo CaCM se disocia y consecuente- mente la actividad de la actomiosina ATPasa se inhibe. El músculo liso contiene una subunidad de la cadena ligera de miosina conocida como p-cadena ligera o cadena lige- ra 2 (myosine light chain 2, MLC2) de 20 kD, fosforilable por la cinasa de la cadena ligera de la miosina (MLCK), cuya acción también requiere de la presencia del comple- jo CaCM. Esta proteína cinasa pertenece a la familia de las serina-cinasas y produce modificaciones conformaciona- les en la MLC2 que promueven la formación de filamen- tos gruesos y su interacción con actina. Ésta es una vía alternativa para el control de la contracción. En algunas fibras lisas la fosforilación es mantenida a un bajo nivel en ausencia de un estímulo externo o de una activación mecá- nica; esto proporciona el tono muscular, cuya intensidad puede ser variable. Cuando la cabeza de la miosina se des- fosforila, los filamentos se desensamblan y la miosina se disocia de la actina. En el músculo liso las cabezas de miosina pueden estar “enganchadas” en direcciones opuestas y arrastrar a 32 F I S I O L O G Í A G E N E R A L Y C E L U L A R
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