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ronas se activan algunas centenas de milisegundos antes de la ejecución de movimientos voluntarios, y de manera tal que distintas neuronas se activan precediendo movimien- tos de porciones corporales específicas. Mediante tomo- grafía de emisión de positrones es posible detectar la captación de dopa marcada radioactivamente (18F-levodo- pa) por terminaciones axonales dopaminérgicas en seres humanos. Estos estudios revelaron que la captación de 18F- levodopa se afecta de forma más temprana y profunda en el putamen que en el caudado en la enfermedad de Parkin- son. Coherente también con la segregación funcional den- tro del estriado es la observación de que los déficit cognitivos se presentan en etapas avanzadas de la enfer- medad de Parkinson, cuando la degeneración nigroestria- tal se extendió al núcleo caudado. En cambio, la lesión del núcleo caudado provoca fallos cognitivos parecidos a los que se observan después de la lesión de las cortezas asociativas del lóbulo frontal (déficit de las funciones ejecutivas y la toma de decisio- nes). En años recientes se ha afianzado la idea de que el núcleo caudado está involucrado en el aprendizaje y la memoria de “hábitos conductuales”. La adquisición de hábitos conductuales constituiría un fenómeno diferente de la adquisición de destrezas motoras, que depende pri- mariamente del cerebelo. La memoria de hábitos también difiere de la memoria declarativa (los episodios de nuestra vida que recordamos y otros conocimientos que podemos relatar) que depende del lóbulo temporal. Los hábitos constituyen rutinas conductuales complejas que son “dis- paradas” por contextos ambientales particulares (todos los días, después de tomar una ducha pero antes de desayunar, voy a buscar el diario a la entrada). Se adquieren cuando se establece una asociación, luego de una serie de repeti- ciones, entre un contexto ambiental y una conducta efecti- va en dicho contexto, y se ejecutan de manera automática de modo que el contenido explícito de nuestra conciencia puede no estar relacionado con la conducta ejecutada. La adquisición de hábitos conductuales se ve afectada seria- mente cuando se practican lesiones del núcleo caudado en animales y también en las etapas avanzadas de la enferme- dad de Parkinson (Comentario 7.5). El área límbico estriatal ha sido relacionada con la motivación (del latín motivus, “que mueve”), definida como un estado interno que impulsa al individuo a actuar para satisfacer una necesidad (desde las más primarias, como el hambre, hasta las más hedonísticas). Los experi- mentos de autoestimulación cerebral constituyen un fuerte dato a favor de la existencia de un sustrato neural de la motivación. En este paradigma se implanta a un animal un electrodo a través del cual es posible estimular eléctrica- mente regiones específicas del sistema nervioso central. El animal es colocado en un ambiente en el cual existe una palanca que acciona el dispositivo de estimulación, de modo que si por azar el animal la toca estimulará su pro- pio cerebro. La autoestimulación de vastas regiones del cerebro resulta neutra, pero cuando los electrodos se ubi- can en el área tegmental ventral los animales aprenden a tocar el dispositivo, es decir, lo accionan repetidamente 134 N E U R O F I S I O L O G Í A COMENTARIO 7.5. Aprendizaje de hábitos Puede resultar interesante examinar algunos experi- mentos que aportaron pruebas sobre el rol del núcleo cau- dado en el aprendizaje de hábitos. La prueba más fuerte al respecto proviene de estudios que los neuropsicólogos denominan “de doble disociación”, en los que se emple- an dos pruebas conductuales que poseen atributos moti- vacionales, sensoriales y motores comparables. Uno de esos experimentos requería que las ratas aprendieran a obtener comida en un “laberinto radial con ocho ramas” (ocho pasillos idénticos conectados por un extremo con un plataforma central). La prueba 1 requiere que la rata entre una sola vez en cada rama a buscar la comida; cuan- do entra por segunda vez a la misma rama se computa un error. En la prueba 2 la comida se ubica sólo en cuatro de las ocho ramas, que se eligen al azar en cada sesión y se distinguen de las ramas sin comida porque están ilumina- das; las visitas a ramas no iluminadas se computan como errores. La prueba 1 se resuelve recordando qué ramas fueron visitadas para seleccionar correctamente las que falta visitar, para lo cual se utiliza algún tipo de memoria espacial. La prueba 2, en cambio, requiere que la rata establezca una asociación entre contexto ambiental (rama iluminada) y respuesta conductual (visitar la rama), es decir, un hábito. Las lesiones del “distrito cognitivo” del estriado impiden el aprendizaje de la prueba 2 sin afectar al de la prueba 1. Por el contrario, las lesiones del hipo- campo impiden la adquisición de la prueba 1 sin afectar a la de la prueba 2. Este experimento indica que: i) los défi- cit conductuales observados en los animales no pueden ser secundarios a problemas sensoriales o motores causa- dos por las lesiones (las ratas deberían fallar por igual en las dos pruebas); ii) los fenómenos cognitivos subyacen- tes en la resolución de las dos pruebas son diferentes; iii) el aprendizaje de hábitos y la memoria espacial dependen de sustratos neurales diferentes. Un experimento de igual diseño pero mayor com- plejidad fue realizado en seres humanos. En la pantalla de la computadora el individuo se enfrenta con cuatro naipes. Se le explica que debe aprender a pronosticar el clima: las diversas combinaciones posibles de naipes predicen con cierta probabilidad si va a llover o estará soleado. El individuo debe decidir si determinada com- binación de naipes predice “lluvioso” o “soleado”. Si acierta se le muestra una cara sonriente en la pantalla, si yerra, una cara triste. Inicialmente las personas normales sienten que están adivinando, pero su capacidad para ele- gir la respuesta correcta mejora a medida que se repite la prueba aun cuando no pueden explicitar verbalmente cuales son las combinaciones de naipes que predicen un evento o el otro. Los pacientes que se encuentran en una etapa avanzada de la enfermedad de Parkinson tienen un déficit severo para aprender esta prueba (adquisición de hábitos alterada), pero pueden relatar perfectamente las características del episodio de entrenamiento (la memoria declarativa está conservada). En cambio, los enfermos que padecen amnesia por lesión del lóbulo temporal aprenden la prueba aunque no recuerdan el episodio.
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