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Los pacientes deprimidos poseen ensueños con las mismas características de depresión, en tanto que los pacientes esquizofrénicos desarrollan ensueños también desorganizados. Estos hechos apuntan hacia una continui- dad entre la actividad psíquica vigil y onírica. Pero existe al menos una diferencia objetivable: durante los ensueños la conciencia está enfocada sólo en una experiencia oníri- ca, en tanto que en la vigilia se pueden mantener múltiples elementos conscientemente y de forma simultánea. Se conocen desde la antigüedad libros sobre relatos de ensueños. Es de destacar el hecho de que, comparando a través de los siglos, los contenidos temáticos de los mis- mos son asombrosamente similares a los contenidos de los ensueños relatados en la actualidad. FISIOLOGÍA GENERAL DEL SUEÑO Y LA VIGILIA En el curso de los tres decenios precedentes se ha puesto de manifiesto que las grandes funciones fisiológi- cas varían, tanto en el paso de la vigilia al sueño como dentro de cada ciclo de sueño. Así, las funciones cardio- vasculares y respiratorias modifican sus controles acom- pañando la secuencia SL-SP. La función endocrina y otras que analizaremos más adelante también se interrelacionan con el ciclo de sueño-vigilia. Más aún, durante el SP la homeostasis deja de ser respetada de forma transitoria. Los nuevos conocimientos aportados por la Fisiología acerca de la vigilia y del sueño nos llevarán a comprender los mecanismos fisiopatológicos y la génesis de los esta- dos patológicos, tanto diurnos como nocturnos, ligados a las repercusiones del ciclo sobre las diversas funciones. Funciones cardiovasculares y circulación cerebral La presión arterial (PA) disminuye durante el sueño. El mayor descenso se registra en las etapas 3-4, es decir, en el SL propiamente dicho. En el hombre, la PA del SP no desciende más que la PA del SL, pero se vuelve varia- ble y presenta incrementos transitorios de hasta 40 mm Hg que se superponen a la hipotensión tónica existente. Estos aumentos de PA coinciden con los acontecimientos fásicos del SP. Al despertar, la PA recupera rápidamente su valor inicial, cualquiera que sea la etapa del sueño en la que se produzca y cualquiera que sea la caída tensio- nal ocurrida durante el sueño. La presión de la arteria pulmonar se mantiene estable durante todas las etapas del sueño. La frecuencia cardíaca se reduce en el SL, particular- mente en las etapas 3-4. Durante el SP se vuelve variable, y muestra incrementos relacionados con los cambios fási- cos, como son movimientos oculares, sacudidas muscula- res, etc. El gasto cardíaco se reduce moderadamente en el SL y el SP, y constituye otro elemento que contribuye al descenso tensional citado. Puede producirse una disminu- ción de la PA de un 10% y una disminución de la frecuen- cia cardíaca de un 6% sin cambios en el gasto cardíaco. En estos casos, la hipotensión del sueño deberá depender de la existencia de una vasodilatación. Existen, además, perío- dos de vasoconstricción en los músculos esqueléticos durante el SP, y ésta puede ser la causa de los incrementos fásicos que ocurren en esta etapa. El flujo sanguíneo cerebral Los resultados de trabajos en seres humanos durante el SL han mostrado con diversas técnicas la existencia de aumentos o disminuciones globales del flujo asociadas a variaciones regionales. Los estudios en seres humanos y animales coinciden en la existencia de un incremento sig- nificativo del flujo cerebral en el SP. Se describen aumen- tos fásicos que se superponen al aumento tónico. Los mecanismos responsables de estos cambios no están clara- mente caracterizados, aunque existen datos que sugieren que serían respuestas a variaciones metabólicas locales. Por lo tanto, debemos pensar que ciertas regiones recibirían más aporte sanguíneo que otras. Las necesidades metabó- licas locales determinarían variaciones locales de flujo. El incremento del flujo cerebral durante el SP estaría al ser- vicio de una redistribución acorde con la función. El regis- tro de la disponibilidad de oxígeno cerebral en gatos estudiados durante el SP muestra una distribución topo- gráfica particular del consumo y el aporte de O2, que se ha denominado “sistema de pO2 del SP” (Velluti, 1985). Estas grandes oscilaciones de la pO2 (Fig. 9.8), postuladas como resultado de una disminución del control homeostático local, han sido interpretadas también como una degrada- ción mayor de la glucosa en condiciones anaeróbicas durante los incrementos de actividad neuronal. F I S I O L O G Í A D E L A V I G I L I A Y E L S U E Ñ O 159 100 65 Modalidades sensoriales presentes en los sueños (%) Afectos presentes en los ensueños (%) Visual Auditiva Vestibular Te mperatura Táctil Olfativa Gustativa Ansiedad Sorpresa Enfado Alegría Tristeza Vergüenza 8 4 1 14 9 7 4.5 1.3 Figura 9.7. Modalidades sensoriales y afectos, porcentualmen- te presentes en los relatos de ensueños. Los ensueños con com- ponentes visuales y auditivos predominan, así como, en otra proporción, la ansiedad y la sorpresa. (Modificado de McCarley y Hoffman, 1990.)
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