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FISIOLOGÍA HUMANA-212

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Lateralidad de los fenómenos emocionales 
Ya se ha indicado que los pacientes con lesiones en
los lóbulos temporales derecho o izquierdo muestran per-
sonalidades, tendencias y aficiones muy distintas.
En general, la lesión del hemisferio derecho produce
déficit en la memoria visual y sensorial, mientras que la
del izquierdo produce déficit en la memoria verbal. La per-
cepción de los fenómenos emocionales está afectada tam-
bién en estos pacientes. Así, se observa un déficit en la
percepción de la expresión emocional por la voz cuando se
lesiona el lóbulo frontal izquierdo. Esta lesión produce
también una reducción significativa en el habla espontá-
nea, lo contrario de lo que ocurre tras la lesión del lóbulo
frontal derecho, tras la que el paciente tiende a hablar de
forma espontánea y continua, con un lenguaje de caracte-
rísticas vulgares. Por último, la percepción de estos
pacientes del estado emocional de otros sujetos a través de
sus expresiones faciales se afecta más por la lesión del
hemisferio cerebral derecho (frontal, temporal o parietal)
que del izquierdo.
Se ha propuesto que, en condiciones fisiológicas, el
hemisferio izquierdo es más de tipo positivo, con tenden-
cia a la aproximación y a la activación de la conducta. Se
ocuparía sobre todo del control de las secuencias de actos
motores, manteniendo un estado atencional de vigilancia.
Por el contrario, el hemisferio derecho sería más de tipo
negativo, induciendo conductas de evitación. Este último
induciría mecanismos de alerta frente a estímulos novedo-
sos del entorno; es decir, mecanismos de tipo orientativo.
Zonas de recompensa y castigo 
En 1954, Olds y Milner describieron que la estimula-
ción eléctrica de determinadas estructuras cerebrales pue-
de actuar como un refuerzo o incentivo para que el animal
experimental, la rata, realice conductas tales como presio-
nar una palanca para obtener dicho estímulo. Puesto en la
alternativa, el animal prefiere incluso autoestimularse
eléctricamente a recibir alimento. Aunque se han referido
numerosas estructuras cerebrales en las que se puede indu-
cir el fenómeno de la autoestimulación, actualmente se
acepta que los puntos de refuerzo positivo se localizan en
el hipotálamo lateral o en el fascículo telencefálico medial,
así como en el área tegmental ventral, núcleo accumbens y
la corteza prefrontal.
También se han descrito puntos de refuerzo negativo,
cuya estimulación induce en el animal la realización de
conductas destinadas a evitar la repetición del estímulo.
Estos puntos de refuerzo negativo se localizan en las zonas
periventriculares del hipotálamo y del tálamo, en la sus-
tancia gris central mesencefálica y en zonas de la amígda-
la y del hipocampo y fórnix.
Se ha tratado de relacionar de diversas maneras la
actividad neuronal de las zonas de refuerzo positivo y
negativo con los fenómenos de recompensa y castigo
característicos del mundo interior. Por ejemplo, reciente-
mente se ha propuesto que la recompensa que obtiene la
rata por la autoestimulación de carácter positivo de su cor-
teza prefrontal medial sería de algún modo equivalente en
términos fisiológicos a la inhibición de las células pirami-
dales de la capa V. Dicha inhibición ocurriría a través de la
vía aferente mesocortical dopaminérgica que procede del
área tegmental. En este circuito también intervendrían las
proyecciones de la corteza prefrontal medial a la corteza
entorrinal y perirrinal y de ésta, como ya se ha comentan-
do, a la formación del hipocampo. Conviene, en cualquier
caso, ser cautos antes de establecer relaciones causales
entre el fenómeno de la autoestimulación cerebral y los
mecanismos de recompensa y castigo.
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