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FISIOLOGÍA HUMANA-222

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micas. Las lesiones en los seres humanos llevan al
sujeto afectado a experimentar disgusto ante las
situaciones novedosas. Otros rasgos observados
son reducción de la agresividad, aumento de la
euforia, aumento global de los aspectos emociona-
les, a veces incoherentes o exagerados para el con-
texto social en el que se presentan (p. ej., risas o
llanto fuera de contexto). 
Circuitos del cíngulo anterior y mesiales
Las lesiones en las regiones mesial y anterior del cín-
gulo se asocian con alteraciones en la exploración, la moti-
vación, la atención y la acción. Los pacientes presentan
apatía, abulia e hipocinesia, sin que tengan una alteración
del tipo de la depresión mayor. La corteza anterior del cín-
gulo está involucrada en movimientos de las manos, aun-
que de una manera diferente a la coordinación que tiene la
corteza motora suplementaria. En la zona de la corteza,
por encima de la región callosa anterior, se conecta con la
corteza premotora y con la corteza prefrontal dorsolateral.
Es posible que el movimiento de las manos que controla
tenga que ver con el vínculo de estos movimientos y el
tono del discurso o el énfasis que se hace al estar expre-
sando una emoción. 
Esta zona de la corteza frontal está particularmente
activa en situaciones de gran demanda, que requieren un
control ejecutivo, la división de la atención, la resolución
de conflictos, la detección de los errores, la monitorización
de las respuestas y la iniciación y persistencia de determi-
nadas conductas. 
Áreas motoras suplementarias y premotora
Estas áreas claramente interactúan con el cíngulo ante-
rior y con la corteza motora primaria. Ambas cortezas reci-
ben conexiones del globo pálido. Las regiones premotoras,
las áreas premesiales, la corteza anterior del cíngulo y la
corteza motora primaria envían conexiones a las astas ante-
riores de la médula espinal, con vías que tienen sinapsis
glutamatérgicas. La corteza lateral premotora está particu-
larmente activa durante los movimientos voluntarios. La
corteza suplementaria motora genera movimientos que no
se originan como consecuencia de estímulos externos, sino
por motivaciones o necesidades internas del individuo.
ACCIÓN Y COGNICIÓN
En el proceso de aprendizaje, los estudios de diagnós-
tico por imagen cerebral han podido establecer la secuen-
cia de eventos. Por ejemplo, en una actividad motora
nueva se activan la región premotora lateral, el cíngulo
anterior, la corteza prefrontal dorso lateral y la parietal. El
despliegue de atención aumenta la activación en regiones
tales como el estriado y la corteza cerebelosa, mientras
que la activación de la cabeza del núcleo caudado baja
cuando se establece el aprendizaje. En condiciones de pre-
aprendizaje, la corteza motora suplementaria está activada. 
En situaciones en las que la persona decide interna-
mente iniciar un movimiento voluntario, que él mismo
regula y que él mismo inicia, hay una activación de las
siguientes regiones: la corteza prefrontal dorsolateral, el
cíngulo anterior, el área motora suplementaria, la corteza
parietal inferior, el putamen y el tálamo. 
Por el contrario, cuando el evento es externo y la per-
sona responde a esto e incluso se anticipa, se observa una
activación del área premotora lateral, el cíngulo anterior, la
corteza inferior parietal, el cerebelo y el putamen. De for-
ma particular, como ya se ha comentado, la corteza pre-
motora suplementaria es la que media el inicio de
movimientos autogenerados, que no se activan como
resultado de eventos externos. 
Lenguaje y afasias
El lenguaje es la capacidad de comunicarnos con sig-
nos, los cuales son expresiones codificadas de parte de
nuestros pensamientos. Los pensamientos no son lengua-
je, son la capacidad de tener ideas nuevas e integrarlas con
ideas antiguas. El pensamiento puede tener ausencia de
lenguaje. Se puede tener pensamientos con imágenes, con-
ceptos y proposiciones abstractas. 
Noam Chomsky propuso en 1959 que los niños tienen
un circuito específico para aprender un lenguaje. Sin embar-
go, esto no se ha corroborado, aunque lo que sí parece es
que tienen una capacidad elevada para aprender cualquier
lenguaje al que sean expuestos. Se ha comprobado que los
niños tienen la capacidad de generar lenguajes complejos si
se les suministran los rudimentos de un dialecto. 
Las afasias como modelos naturales para 
el estudio del lenguaje
Al no existir un modelo animal del lenguaje, gran par-
te del conocimiento inicial que se tuvo del lenguaje y las
áreas corticales encargadas de él provino de las enferme-
dades o lesiones en diferentes áreas del cerebro. 
Estos estudios indicaron que en la mayoría de los
seres humanos el lenguaje proviene del hemisferio
izquierdo (aproximadamente el 96 % de las personas). Las
dos áreas corticales relevantes para el habla son las áreas
de Broca y de Wernicke. Esto llevó a los neurólogos a de-
sarrollar un modelo de lenguaje que se conoció con el
nombre de Wernicke-Geschwind. Este modelo contempla
los siguientes supuestos: 1) El área de Wernicke funciona
como un centro de llegada de la información proveniente
del lenguaje, y la región de Broca es el área efectora o
motora. 2) El fascículo longitudinal anterior comunica
estas dos regiones, de manera unidireccional, de tal forma
que lleva información de la región de Wernicke a la de
Broca. 3) Se piensa que ambas áreas interaccionan con
otras multimodales. 4) Los significados no verbales se
transforman en imágenes acústicas en el área de Wernicke
F U N C I O N E S C O G N I T I VA S 193

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