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FISIOLOGÍA HUMANA-321

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FH4, que es la coenzima necesaria para la conversión de
desoxiuridilato a desoxitimidilato en la síntesis de novo de
ADN.
BIOSÍNTESIS DE LA HEMOGLOBINA
La síntesis de la hemoglobina requiere tres vías meta-
bólicas correspondientes a los tres componentes estructu-
rales de la hemoglobina: proteína (globina) protoporfirina
y hierro.
Síntesis del hem. En la síntesis del hem participan
ocho pasos: 1) unión de la glicina con la succinil CoA para
formar el ácido delta-aminolevulínico (ALA) con la inter-
vención de la enzima ALA sintetasa; 2) unión de 2 molé-
culas de ALA para formar el porfobilinógeno (PBG) por la
acción de la enzima ALA deshidrasa; 3) una PBG desami-
nasa cataliza la condensación de 4 moléculas de PBG para
dar el uroporfirinógeno I; 4) formación de uroporfirinóge-
no III por acción de una cosintetasa del uroporfirinógeno
III; 5) una uroporfirinógeno descarboxilasa cataliza la des-
carboxilación de 4 grupos carboxílicos para formar el
coproporfirinógeno III; 6) formación del protoporfirinóge-
no IX mediante la enzima mitocondrial coproporfirinógeno
oxidasa; 7) el penúltimo paso es la oxidación del proto-
porfirinógeno IX a protoporfirina IX, mediado por la pro-
toporfirinógeno oxidasa; y 9) inserción del hierro en 
la protoporfirina IX para formar el hem, catalizada por la
ferroquelatasa. De los ocho pasos, el primero y los tres
últimos se llevan a cabo en mitocondria, los 4 pasos inter-
medios se realizan en el citosol.
Síntesis de la globina. La síntesis de globina, al igual
que la de otras proteínas, requiere ARNm, ARNt, aminoá-
cidos, enzimas y ribosomas (véase síntesis proteica). Exis-
ten locus genéticos estructurales para cada una de las
cadenas normales de polipéptidos de la hemoglobina. Así
hay genes �, 	, 
, �, � y �. En el ser humano, el locus alfa
está duplicado, por lo que hay cuatro genes � idénticos (2
pares). También se han identificado dos diferentes pares de
genes 
. Aparentemente los genes � y 	 se encuentran
localizados en cromosomas diferentes; el � se localiza en
el cromosoma 16; el gen 	, así como los genes 
, � y �,
en el cromosoma 11. 
El hem es de particular importancia en el control de 
la síntesis de la globina, y ejerce su efecto en el paso de la
cadena de iniciación en la traducción. En ausencia de hem
se acumula un inhibidor de la síntesis de la globina. 
DESTRUCCIÓN DEL ERITROCITO
El eritrocito maduro, al carecer de núcleo y de riboso-
mas, no puede sintetizar proteínas, por lo que es una célu-
la incapaz de autorrepararse. Su semivida es de 100 a 140
días, y puede acortarse cuando el medio ambiente se hace
hostil o cuando existe una alteración intrínseca del eritro-
cito. Se han propuesto varias hipótesis para explicar la
muerte del eritrocito, que incluyen: a) cambios en las
enzimas del eritrocito por edad, b) alteración en el balan-
ce del calcio, c) cambios en los carbohidratos de la mem-
brana y en la carga de la superficie, d) daño oxidativo y e)
desarrollo de autoanticuerpos contra los antígenos de la
membrana.
Aproximadamente el 80 a 90% de la destrucción de
los eritrocitos normales ocurre sin liberación de hemoglo-
bina al plasma, es decir, por destrucción extravascular,
probablemente dentro de los macrófagos del bazo y en un
menor grado en el hígado y la médula ósea. El 10 a 20%
de la destrucción normal ocurre de forma intravascular.
Destrucción extravascular (Fig. 18.11). Se acepta
que, en individuos normales, la eritrofagocitosis constitu-
ye la forma primaria de destrucción extravascular de los
glóbulos rojos senescentes. Esto es apoyado por dos obser-
vaciones: 1) el sistema de hem oxigenasa responsable de la
degradación de la hemoglobina se localiza principalmente
en las células fagocíticas del bazo, el hígado y la médula
ósea y 2) el hierro derivado de la degradación del hem se
almacena en los macrófagos. La importancia relativa del
hígado y del bazo en la destrucción de los eritrocitos está
influenciada por el grado de daño de las células. Los eri-
trocitos muy dañados son fagocitados por todos los órga-
nos que tienen macrófagos, pero en especial por el hígado,
por su gran flujo de sangre. El bazo es más sensible al
daño celular; las células mínimamente dañadas son fago-
citadas por los macrófagos del bazo.
Deben existir señales que permitan al macrófago dis-
tinguir entre un eritrocito joven y uno dañado y viejo. Estas
señales consisten en una disminución de la deformabilidad
o en una alteración de las propiedades de superficie del
eritrocito.
Disminución de la deformabilidad. En esta situa-
ción los eritrocitos no circulan en forma de discos bicón-
cavos, sino en forma muy distorsionada, por el esfuerzo
constante que representa la circulación. Tal distorsión es
necesaria para que el eritrocito pueda atravesar los capila-
res muy estrechos. La deformabilidad es una función del
exceso de membrana intrínseco a la forma de disco bicón-
cavo. A medida que el eritrocito va perdiendo membrana
adopta una forma esférica y pierde su capacidad para
deformarse.
Alteración de las propiedades de superficie. La
superficie de la membrana del eritrocito se puede alterar
por unión de anticuerpos a los antígenos de superficie, por
unión de componentes del complemento y por alteraciones
químicas, particularmente por oxidación de los compo-
nentes de la membrana.
Destrucción intravascular (Fig. 18.12). Cuando los
eritrocitos se destruyen en el compartimiento vascular, la
hemoglobina es liberada directamente en la circulación, de
la cual es eliminada mediante diferentes mecanismos.
Cuando la cantidad de hemoglobina liberada es baja, se
une en su totalidad a las haptoglobinas, familia de las �2-
glucoproteína. La molécula tetramérica se asemeja a la de
las inmunoglobulinas con dos cadenas ligeras y dos cade-
nas pesadas. La haptoglobina une dímeros alfa-beta de la
hemoglobina, por lo que es necesaria la disociación de 
la hemoglobina tetramérica. El complejo hemoglobina-
292 F I S I O L O G Í A D E L A S A N G R E

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