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FISIOLOGÍA HUMANA-404

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INTRODUCCIÓN
Los riñones son un órgano par de color pardo rojizo
que se hallan en la parte posterior del peritoneo, a ambos
lados de la columna vertebral. Tienen forma de alubia, con
una superficie lisa que presenta una profunda depresión en
su borde interno denominada hilio renal. El tamaño medio
de un riñón adulto es de 10-12 cm de longitud, 5-7 cm de
ancho y 3 cm de espesor, y su peso aproximado es de 115-
155 g en las mujeres y de 125-170 g en los hombres. El
extremo renal superior se encuentra a nivel de la última
vértebra dorsal, y el inferior se extiende hasta la terce-
ra vértebra lumbar (L3). El riñón derecho se encuentra
ligeramente más bajo que el izquierdo, ya que el hígado
ocupa un gran espacio en el lado derecho. Los riñones
están rodeados por un abundante tejido fibroadiposo. 
LAS FUNCIONES DE LOS RIÑONES
El riñón posee una estructura extremadamente com-
pleja y característica, que le permite realizar numerosas
funciones. Estas funciones son:
1. Regulación del volumen y la osmolaridad de los
líquidos corporales mediante el control del equili-
brio electrolítico e hídrico.
2. Excreción de los productos de desecho producidos
por el metabolismo celular y de las sustancias quí-
micas extrañas al organismo.
3. Regulación de la presión arterial, entre otros meca-
nismos mediante la secreción de factores vasoacti-
vos como la renina, que está implicada en la
formación de la angiotensina II.
4. Regulación del equilibrio ácido-base, principal-
mente mediante la excreción de ácidos. Esta acción
es importante, ya que muchas de las funciones
metabólicas del organismo son sensibles al pH.
5. Regulación de la eritropoyesis, al secretar eritropo-
yetina.
6. Regulación de la vitamina D3, ya que producen su
forma más activa, la 1,25-dihidroxivitamina D3,
que participa en el metabolismo del calcio y el fós-
foro. 
7. Gluconeogénesis, al sintetizar glucosa a partir 
de aminoácidos y otros precursores en situaciones de
ayuno prolongado, por lo que contribuye de manera
importante al mantenimiento de la glucemia..
Una de las principales funciones que ejerce el riñón es
la regulación del volumen y la osmolaridad del líquido
extracelular y, por tanto, la regulación del intercambio
entre el medio interno y el medio externo, ya que el riñón
es el órgano primario responsable del control del equili-
brio hidroelectrolítico. Gracias a esta función homeostáti-
ca, los riñones proporcionan un medio relativamente
constante para que los tejidos y las células puedan llevar a
cabo sus funciones normales.
En condiciones normales, el riñón regula el equilibrio
hidroelectrolítico controlando la cantidad de iones y agua
que se excretan, para así equipararlas a la cantidad de agua y
electrólitos ingerida, que en términos generales está deter-
minada por los hábitos de comer y beber de cada indivi-
duo. A diferencia de los iones, en los que el equilibrio
depende sólo de su ingesta y de su excreción, el equili-
brio del agua dependerá también de mecanismos adicio-
nales de ganancia y de pérdida de agua mediante el
catabolismo celular y la evaporación cutánea o pulmonar,
así como de las pérdidas por las heces. Por tanto, el riñón
se adapta a cambios bruscos (incrementos o reducciones)
en la ingesta de iones y agua modificando su excreción,
aunque necesita un período de adaptación para igualar la
ingesta a la excreción (como se verá en el Capítulo 28).
La eliminación de los productos de desecho del meta-
bolismo es necesaria para mantener un funcionamiento
normal del organismo, y el riñón es el principal medio de
que dispone el organismo para eliminarlos. Entre estos pro-
ductos se encuentran: la urea, formada a partir del metabo-
lismo de proteínas, el ácido úrico, derivado de los ácidos
nucleicos, la bilirrubina, procedente de la degradación de la
hemoglobina, la creatinina, formada en el metabolismo
muscular y los metabolitos de algunas hormonas. Los riño-
nes eliminan estas sustancias a la misma velocidad que se
producen. Asimismo, los riñones eliminan sustancias quí-
micas extrañas que son ingeridas habitualmente, como son
los fármacos, los pesticidas y los aditivos de los alimentos. 
ANATOMÍA FUNCIONAL DEL RIÑÓN
Estructura general del riñón
En una sección sagital de un riñón se distinguen dos
regiones: la más externa o corteza, de color rojo pardusco
y de aspecto granuloso, y la más interna o médula de color
más pálido y de aspecto estriado. La médula, a su vez, se
divide en médula externa, la más próxima a la corteza, y
médula interna, la más alejada de la corteza. 
La corteza renal se sitúa inmediatamente debajo de la
cápsula y no forma una capa longitudinalmente separada
de la médula, sino que surgen proyecciones hacia la médu-
la que se denominan columnas renales o de Bertín (Fig.
25.1). La médula renal está formada por unidades de
aspecto cónico, con la base dirigida hacia la corteza y el
vértice dirigido hacia el hilio, que son las pirámides rena-
les; están separadas por las columnas renales y su número
varía entre 12 y 18. Cada pirámide medular junto con la
corteza renal asociada forma un lóbulo renal; por lo tanto,
el riñón humano es multilobulado. El vértice de cada pirá-
mide forma una papila renal, que se sitúa dentro de un
cáliz menor. La unión de varios cálices menores forma 
un cáliz mayor, y los cálices mayores se reúnen para for-
mar una estructura con forma de embudo, la pelvis renal,
en donde se recoge la orina. La pelvis renal constituye 
la región superior del uréter que transporta la orina hasta la
vejiga urinaria, donde se acumula hasta su vaciamiento. 
A S P E C T O S A N AT O M O F U N C I O N A L E S D E L R I Ñ Ó N 375

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Letícia Sales