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FISIOLOGÍA HUMANA-389

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uno a uno con la trombina, lo que produce: a) eliminación
más rápida de la trombina, b) disminución de sus efectos
procoagulantes y c) incremento de la activación de la pro-
teína C. Su efecto es máximo en la microcirculación, en
donde existe una mayor superficie endotelial en contacto
con la circulación.
Proteína C: Es un zimógeno cuya síntesis hepática
depende de la vitamina K y, por lo tanto, tiene residuos
Gla que se unen a los fosfolípidos aniónicos o a su recep-
tor en el endotelio, lo que localiza e incrementa su activi-
dad. En presencia de calcio, es activada mediante
proteólisis por la trombina. Este efecto se incrementa 
20 000 veces al unirse la trombina a la TM. La proteína C
activada (PCA) inactiva a dos cofactores: el factor Va y el
factor VIIIa, por lo que la PCA tiene una importante fun-
ción inhibitoria de la actividad procoagulante. Por otro
lado, la PCA facilita la fibrinólisis, al inhibir la actividad
de la trombina y con ello disminuir la activación del TAFI.
Su concentración plasmática es de 4 �g/mL, con una vida
media de 10 h. Existe al menos un inhibidor de la proteína
C (también llamado PAI-3). 
Proteína S (PS): Se sintetiza en el endotelio, en los
megacariocitos y en el hígado. En éste último requiere
vitamina K. En condiciones fisiológicas, un 60% de la PS
está unida reversiblemente a la proteína de unión de la
fracción 4 del complemento, por lo que solamente el 40%
que queda libre es funcional. No es una proteasa de serina,
sino que actúa como cofactor de la PCA al facilitar su
unión a las membranas fosfolipídicas y favorecer la inhi-
bición de los factores Va y VIIIa. Sin embargo, su función
precisa no ha sido totalmente aclarada. Su concentración
plasmática es de 20 a 25 �g/mL. Por requerir vitamina K
para su síntesis, la actividad de la PCA y de la PS dismi-
nuye con el empleo de cumarínicos.
El sistema de la TM/proteínas C y S es fundamental
en la fisiología de la hemostasia, ya que regula tres impor-
tantes proteínas procoagulantes: trombina, factor Va y fac-
tor VIIIa. La deficiencia de la proteína C o de sus
cofactores (PS o TM), o las alteraciones de sus substratos
(factor Va) favorecen un estado trombofílico.
Inhibidor de la vía del factor tisular (IVFT): Es un pép-
tido que se encuentra unido al endotelio, en el plasma y, en
menor proporción, en las plaquetas. Su estructura es singu-
lar, y tiene tres fragmentos tipo “Kunitz”; con el primero
inactiva al complejo factor tisular/VIIa y, con el segundo, al
factor Xa; de aquí deriva su nombre, ya que todos estos fac-
tores son integrantes de la vía del factor tisular. La función
del tercer fragmento se desconoce. El IVFT inhibe al factor
Xa rápidamente. El complejo factor Xa/IVFT puede inhibir
subsecuentemente al complejo VIIa/FT. La concentración
plasmática varía de 60 a 180 ng/mL y aumenta significati-
vamente tras la administración de heparina.
El IVFT es el principal regulador de la fase de inicia-
ción de la coagulación. Tiene un efecto sinérgico con la AT
III (y el sistema de la proteína C), por lo que es necesaria
una concentración determinada de factor tisular (umbral)
para superar los mecanismos inhibitorios e iniciarse la
generación de trombina.
Proteína Z: es una proteína de 62 kD dependiente de
la vitamina K que funciona como cofactor, aumentando
1000 veces la función de una serpina llamada inhibidor de
proteasas dependiente de proteína Z (ZPI) que inactiva al
factor Xa. 
Anexinas: son una familia de proteínas que se unen a
los fosfolípidos. La anexina 2 funciona como receptor del
plasminógeno/t-PA y regula la generación de plasmina en
la superficie celular. La anexina 5 es un inhibidor de la for-
mación intravascular de trombos.
Alfa-2-macroglobulina: es un inhibidor de proteasas
de “amplio espectro”, pero que generalmente actúa como
reserva cuando otros inhibidores fallan. Puede inhibir a la
trombina, la plasmina y la calicreína, entre otras. Su efec-
to in vivo aún sigue en estudio.
Existen otros inhibidores, como el cofactor II de la
heparina, la �1-antitripsina y el inhibidor de C1, pero son
de menor importancia en la fisiología de la coagulación.
Regulación de la hemostasia por el endotelio
Tanto las reacciones procoagulantes como las antico-
agulantes tienen lugar de forma simultánea, y deben ajus-
tarse tanto en intensidad como en tiempo y en
localización. 
El endotelio tiene un papel fundamental para lograr
este equilibrio, ya que puede tener una función dual; de
esta forma, el endotelio en reposo o no estimulado tiene
una gran actividad antitrombótica, al favorecer la acción
de los diversos mecanismos antiplaquetarios y anticoagu-
lantes ya mencionados: óxido nítrico, prostaciclina,
13-HODE, ecto-ATPasas, sistema de la ATIII/glucosami-
noglucanos, sistema de la TM/PC-PS, IVFT, así como
mediadores de la fibrinólisis (Fig. 23.8).
Por otra parte, en el sitio del daño vascular no sola-
mente se suprimen las reacciones antitrombóticas, sino
que se sustituyen por una intensa actividad procoagulante,
como la liberación plaquetaria de fvW y otras proteínas
adhesivas, la expresión de fosfolípidos aniónicos y factor
tisular que inician y favorecen la activación secuencial de
los factores de coagulación en forma de complejos, que
finaliza con la formación de trombina y la conversión del
fibrinógeno en fibrina, además de ejercer una inhibición de
la fibrinólisis (Fig. 23.8). Posteriormente, la fibrinólisis
elimina el coágulo y permite la reparación vascular.
El resultado de todo lo anterior es, precisamente, limi-
tar la formación del coágulo al sitio del vaso dañado y
mantener la fluidez de la sangre en el resto del territorio
vascular. 
BIBLIOGRAFÍA
Abrams CS, Brass LF. Platelet signal transduction. En: Col-
man RW et al (eds.). Hemostasis and Thrombosis: Basic Princi-
ples and Clinical Practice, 4ª ed. Philadelphia, Lippincott, 2001.
Berndt MC et al. The vascular biology of the glycoprotein
Ib-IX-V complex. Thromb Haemost 2001; 86:178.
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