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uno a uno con la trombina, lo que produce: a) eliminación más rápida de la trombina, b) disminución de sus efectos procoagulantes y c) incremento de la activación de la pro- teína C. Su efecto es máximo en la microcirculación, en donde existe una mayor superficie endotelial en contacto con la circulación. Proteína C: Es un zimógeno cuya síntesis hepática depende de la vitamina K y, por lo tanto, tiene residuos Gla que se unen a los fosfolípidos aniónicos o a su recep- tor en el endotelio, lo que localiza e incrementa su activi- dad. En presencia de calcio, es activada mediante proteólisis por la trombina. Este efecto se incrementa 20 000 veces al unirse la trombina a la TM. La proteína C activada (PCA) inactiva a dos cofactores: el factor Va y el factor VIIIa, por lo que la PCA tiene una importante fun- ción inhibitoria de la actividad procoagulante. Por otro lado, la PCA facilita la fibrinólisis, al inhibir la actividad de la trombina y con ello disminuir la activación del TAFI. Su concentración plasmática es de 4 �g/mL, con una vida media de 10 h. Existe al menos un inhibidor de la proteína C (también llamado PAI-3). Proteína S (PS): Se sintetiza en el endotelio, en los megacariocitos y en el hígado. En éste último requiere vitamina K. En condiciones fisiológicas, un 60% de la PS está unida reversiblemente a la proteína de unión de la fracción 4 del complemento, por lo que solamente el 40% que queda libre es funcional. No es una proteasa de serina, sino que actúa como cofactor de la PCA al facilitar su unión a las membranas fosfolipídicas y favorecer la inhi- bición de los factores Va y VIIIa. Sin embargo, su función precisa no ha sido totalmente aclarada. Su concentración plasmática es de 20 a 25 �g/mL. Por requerir vitamina K para su síntesis, la actividad de la PCA y de la PS dismi- nuye con el empleo de cumarínicos. El sistema de la TM/proteínas C y S es fundamental en la fisiología de la hemostasia, ya que regula tres impor- tantes proteínas procoagulantes: trombina, factor Va y fac- tor VIIIa. La deficiencia de la proteína C o de sus cofactores (PS o TM), o las alteraciones de sus substratos (factor Va) favorecen un estado trombofílico. Inhibidor de la vía del factor tisular (IVFT): Es un pép- tido que se encuentra unido al endotelio, en el plasma y, en menor proporción, en las plaquetas. Su estructura es singu- lar, y tiene tres fragmentos tipo “Kunitz”; con el primero inactiva al complejo factor tisular/VIIa y, con el segundo, al factor Xa; de aquí deriva su nombre, ya que todos estos fac- tores son integrantes de la vía del factor tisular. La función del tercer fragmento se desconoce. El IVFT inhibe al factor Xa rápidamente. El complejo factor Xa/IVFT puede inhibir subsecuentemente al complejo VIIa/FT. La concentración plasmática varía de 60 a 180 ng/mL y aumenta significati- vamente tras la administración de heparina. El IVFT es el principal regulador de la fase de inicia- ción de la coagulación. Tiene un efecto sinérgico con la AT III (y el sistema de la proteína C), por lo que es necesaria una concentración determinada de factor tisular (umbral) para superar los mecanismos inhibitorios e iniciarse la generación de trombina. Proteína Z: es una proteína de 62 kD dependiente de la vitamina K que funciona como cofactor, aumentando 1000 veces la función de una serpina llamada inhibidor de proteasas dependiente de proteína Z (ZPI) que inactiva al factor Xa. Anexinas: son una familia de proteínas que se unen a los fosfolípidos. La anexina 2 funciona como receptor del plasminógeno/t-PA y regula la generación de plasmina en la superficie celular. La anexina 5 es un inhibidor de la for- mación intravascular de trombos. Alfa-2-macroglobulina: es un inhibidor de proteasas de “amplio espectro”, pero que generalmente actúa como reserva cuando otros inhibidores fallan. Puede inhibir a la trombina, la plasmina y la calicreína, entre otras. Su efec- to in vivo aún sigue en estudio. Existen otros inhibidores, como el cofactor II de la heparina, la �1-antitripsina y el inhibidor de C1, pero son de menor importancia en la fisiología de la coagulación. Regulación de la hemostasia por el endotelio Tanto las reacciones procoagulantes como las antico- agulantes tienen lugar de forma simultánea, y deben ajus- tarse tanto en intensidad como en tiempo y en localización. El endotelio tiene un papel fundamental para lograr este equilibrio, ya que puede tener una función dual; de esta forma, el endotelio en reposo o no estimulado tiene una gran actividad antitrombótica, al favorecer la acción de los diversos mecanismos antiplaquetarios y anticoagu- lantes ya mencionados: óxido nítrico, prostaciclina, 13-HODE, ecto-ATPasas, sistema de la ATIII/glucosami- noglucanos, sistema de la TM/PC-PS, IVFT, así como mediadores de la fibrinólisis (Fig. 23.8). Por otra parte, en el sitio del daño vascular no sola- mente se suprimen las reacciones antitrombóticas, sino que se sustituyen por una intensa actividad procoagulante, como la liberación plaquetaria de fvW y otras proteínas adhesivas, la expresión de fosfolípidos aniónicos y factor tisular que inician y favorecen la activación secuencial de los factores de coagulación en forma de complejos, que finaliza con la formación de trombina y la conversión del fibrinógeno en fibrina, además de ejercer una inhibición de la fibrinólisis (Fig. 23.8). Posteriormente, la fibrinólisis elimina el coágulo y permite la reparación vascular. El resultado de todo lo anterior es, precisamente, limi- tar la formación del coágulo al sitio del vaso dañado y mantener la fluidez de la sangre en el resto del territorio vascular. BIBLIOGRAFÍA Abrams CS, Brass LF. Platelet signal transduction. En: Col- man RW et al (eds.). Hemostasis and Thrombosis: Basic Princi- ples and Clinical Practice, 4ª ed. Philadelphia, Lippincott, 2001. Berndt MC et al. The vascular biology of the glycoprotein Ib-IX-V complex. Thromb Haemost 2001; 86:178. 360 F I S I O L O G Í A D E L A S A N G R E
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