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791© Ed ito ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 74 Andropausia Hans Leo Porias Cuéllar, Luis Lamm Wiechers Se considera un hombre viejo aquel que es mayor de 65 y menor de 85 años de edad. En EUA se estima que para el año 2030 esta población será de 22%. Se califica a un hombre como muy viejo si es mayor de 85 años. Esta población también se duplicará para el año 2030. Por eso, es indispensable comprender los fenómenos fisiológicos que aparecen con el envejecimiento, y la declinación de la función gonadal masculina, que se abordará en este capítulo, es uno de estos. En la mujer, el proceso fisiológico de cese del fun- cionamiento ovárico llamado menopausia, puede confir- marse por la demostración de disminución en los valores de estrógenos (E2) y la elevación de los valores de hor- mona foliculoestimulante (FSH). No así en el caso del varón, pues los síntomas de un hombre que pudiera estar en andropausia son muy vastos, pero pocas veces claros; y en la mayoría de los casos no es posible efectuar una correlación clínica con los valores circulantes de testoste- rona (T) o testosterona libre (TL). En el hombre en proceso de envejecimiento hay disminución en la capacidad funcional de las células de Leydig, una discreta reducción del volumen testicular, hialinización parcial de los túbulos seminíferos y algu- nos cambios en la espermatogénesis, sin que ocurra en condiciones fisiológicas, pérdida total de las funciones de la gónada, incluso en edades muy avanzadas. A dife- rencia de la mujer, resulta difícil y polémico el término de andropausia en el varón, por lo que muchos expertos han decidido denominar a esta condición PADAM, (del inglés, Partial Androgen Deficiency in the Aging Male); en fechas recientes se le ha denominado también hipogona- dismo de inicio tardío. DEFINICIÓN Se ha definido al hipogonadismo de inicio tardío como un síndrome clínico y bioquímico asociado a la edad avanzada y caracterizado por síntomas de deficiencia en los valores séricos de T que se encuentran por debajo del rango de referencia para el varón adulto sano joven. FISIOPATOLOGÍA El sistema hormonal masculino está compuesto por un eje en donde participan el hipotálamo, la hipófisis y el testículo. La hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) se encarga de regular la secreción pulsátil de las gonadotropinas hipofisarias, es decir de la hormo- na luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH), cuyas acciones se ejercen sobre el testículo. En tanto que la función de la FSH se ejerce sobre las célu- las testiculares de Sertoli y el epitelio germinal para la espermatogénesis, la acción de la LH está dirigida sobre las células testiculares de Leydig, sirviendo de estímu- lo para el inicio de la esteroidogénesis y, por tanto, para la formación y liberación de T. Una vez en el torrente sanguíneo, la T la capta una globulina específica fijadora de hormonas sexuales (SHBG, del inglés, Sex Hormone Binding Globulin) que fija hasta 38% de la T circulante, mientras que alrededor de 60% se encuentra unida con la albúmina, la cual tiene una unión más débil con la T, comparada con la de la SHBG. Sólo 2% de la testostero- na total se encuentra libre circulando en el plasma, y es tan sólo este porcentaje más la unida con la albúmina lo que se considera biodisponible (Tb) para el ejercicio de los efectos propios de la hormona (figura 74-1). Durante la infancia, los valores de andrógenos cir- culantes permanecen muy bajos, pero alrededor de los 10 años de edad, las concentraciones de T se empiezan a detectar, como resultado del incremento funcional del eje hipotálamo-hipófisis-testículos, lo que marca el inicio de la etapa puberal, manifestándose con cambios físicos, psicológicos, sexuales. En algunos varones, entre los 30 y 40 años de edad, inicia de manera muy lenta una dismi- nución, al principio imperceptible, de la frecuencia de los estímulos pulsátiles de la GnRH en el nivel hipota- http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 792 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 74) lámico, y, con el avance de la edad, este defecto en la producción de GnRH es cada vez mayor, generando un hipogonadismo hipogonadotrópico, condición que qui- zás está relacionada con el incremento de grasa corporal, en especial visceral, que acompaña el proceso de enveje- cimiento, ya que los hombres obesos (y los que padecen diabetes mellitus tipo 2), tienen con mayor frecuencia hipogonadismo con valores de LH inapropiadamente ba- jos para los de testosterona. Se ha demostrado por ejem- plo, que la concentración de T sérica en hombres con índice de masa corporal (IMC) > 30 kg/m2 es 30% menor que en pacientes con IMC < 25 kg/m2, a cualquier edad. Además, con el envejecimiento hay alteraciones en la microcirculación testicular, cambios degenerativos en las células de Leydig y disminución en la sensibilidad a LH de las mismas, por lo que en la menor producción de T que ocurre con el envejecimiento también existe una causa testicular. El patrón de disminución de testoste- rona con aumento de LH (hipogonadismo primario) es más común en varones de 80 años de edad o más. En resumen, la disminución de la producción de T que se observa con el avance de la edad puede ser oca- sionada por dos tipos de defectos, uno hipotalámico y otro testicular. Sin embargo, con base en lo que se ha mencionado se puede deducir que, la disminución de la producción de T, debida sólo a envejecimiento biológico, es primaria, ya que la causa hipotalámica es más frecuen- te en personas obesas a cualquier edad. La presencia de una o más comorbilidades, que son frecuentes en los pa- cientes de edad avanzada, como apnea obstructiva del sueño, diabetes, insuficiencia cardiaca, renal o hepática, aumenta también en forma importante la frecuencia de hipogonadismo hipogonadotrópico, en este caso, la causa más que relacionada con el envejecimiento, se asocia con la afectación del estado general de salud causado por la comorbilidad. La SHBG se incrementa conforme avanza la edad, ocasionando mayor capacidad de unión a los andrógenos circulantes y por lo tanto, una menor concentración de TL. De manera independiente, la FSH experimenta una discreta elevación, ocasionada por la disminución en la producción de inhibina. Con el envejecimiento, ocurre reducción en el volumen de la eyaculación, disminuye la cantidad de espermatozoides, y estos poseen menor movilidad. Sin embargo, la mayoría de los hombres pro- duce suficiente esperma para procrear aún en edades avanzadas. EFECTOS DEL DESCENSO ANDROGÉNICO SOBRE DISTINTOS ÓRGANOS Y SISTEMAS La disminución de las concentraciones de testosterona en hombres de edad avanzada se asocia a alteraciones en la composición corporal, anemia, depresión, disminución de la energía, de la fuerza muscular, de la densidad mine- ral ósea y de la función sexual (en especial, disminución del apetito sexual y de erecciones matutinas). Los efectos anabólicos de la T sobre la masa muscu- lar son bien conocidos desde hace algún tiempo. Modula la diferenciación de las células mesenquimatosas pluri- potenciales con preferencia hacia el linaje miogénico con respecto al adipogénico, incrementa la síntesis de proteí- nas y la masa muscular. De igual modo, la T influye de forma positiva en la concentración de mRNA del factor 1 y 2 de crecimiento similar a la insulina (IGF 1 y 2), esenciales para el crecimiento muscular. Los receptores androgénicos están en los adipocitos, la T también puede afectar el metabolismo de las grasas por efecto directo de incremento de la lipólisis. Esto puede explicar por qué la reducción de andrógenos que sobreviene con la edad se asocia a disminución en la fuerza y masa muscular, y a Figura 74-1. Estructura química dela testosterona y sus diferentes porcentajes de unión con proteínas séricas. SHBG = globulina fijadora de hormonas sexuales. Testosterona 2% 60% 38% Libre Ligadura fuerte (SHBG) Ligadura suave (Albúmina) Testosterona biodisponible Biodisponibilidad de la testosterona endógena http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Andropausia 793 incremento en la cantidad de tejido adiposo, en particu- lar el de distribución visceral. En algunos estudios se ha señalado que existe au- mento del riesgo cardiovascular en hombres de edad avanzada con valores bajos de testosterona, sin embargo, estos datos se deben interpretar con gran precaución. La pregunta importante aquí es la causalidad: ¿los valores bajos de testosterona promueven la patología arterial coronaria? o ¿es este padecimiento o las comorbilidades que aumentan el riesgo de la enfermedad arterial coro- naria (diabetes, hipertensión, insuficiencia renal), lo que disminuye las concentraciones de testosterona? Con la evidencia actual, esta pregunta no se puede contestar aún. DIAGNÓSTICO A diferencia de la mujer, el diagnóstico de la andropausia suele ser más complejo debido a que los valores hormo- nales del hombre declinan en forma gradual conforme avanza la edad, y no es un fenómeno rápido de involu- ción funcional, como aparece en la menopausia. Existe controversia con respecto a la concentración de testosterona que se debe considerar bajo en el hombre que envejece; se han reportado diferentes puntos de cor- te, lo que ocasiona no sólo diferencias en las prevalencias reportadas de hipogonadismo de inicio tardío, sino tam- bién representa una dificultad para el diagnóstico. Un problema para definir T baja, es la variación individual de los valores normales de testosterona. Se recomienda por lo menos medir la T dos veces para establecer el diagnós- tico de hipogonadismo de inicio tardío, ya que los varo- nes que tienen la concentración de esta hormona cercana al rango inferior normal en una primera medición, pue- den tener una concentración normal al repetir la prueba. Algunas guías recomiendan medir testosterona libre o testosterona biodisponible, usando un ensayo preciso y confiable en hombres en quienes la concentración de T está cerca del límite inferior del rango normal; el proble- ma con esta recomendación es que una forma sencilla y confiable de cuantificar TL aún no está ampliamente disponible. Como puede deducirse, es difícil establecer la concentración de testosterona que se considera baja en el hombre que envejece, por lo que no se recomienda su determinación en todos los varones de edad avanzada. Un parámetro potencial útil en el diagnóstico de hi- pogonadismo de inicio tardío es la LH, que está elevada en pacientes no obesos, como signo de hipogonadismo dependiente de la edad. La historia clínica debe ser siempre la que guíe las decisiones en la atención de los pacientes. Los varones que se han de estudiar por sospecha de hipogonadismo de inicio tardío, se seleccionarán con base en el cuadro clínico; sin embargo, en ocasiones, los síntomas asociados a andropausia son muchos, muy variados y con frecuen- cia no son específicos de la deficiencia de testosterona. La disminución de la masa ósea, masa y fuerza muscular, función física, fragilidad, cambios metabólicos, incluyen- do obesidad abdominal, anemia son procesos asociados al envejecimiento en sí mismo. Se han diseñado varios cuestionarios a lo largo del tiempo para la vigilancia de los síntomas de hipogonadismo de inicio tardío, sobre todo con la finalidad de valorar la respuesta al trata- miento. Aunque ninguno se puede recomendar para el diagnóstico de esta condición, ya que tienen muy pobre especificidad. En el estudio EMAS (del inglés European Male Age- ing Study, 2012) se evaluaron a más de 3 000 varones europeos entre 40 y 79 años y se analizaron 32 síntomas reportados en la literatura como asociados a valores bajos de testosterona con el envejecimiento; sólo tres síntomas demostraron una correlación significativa con testostero- na total o libre, cuando se empleó un análisis estadístico muy estricto y esos fueron los síntomas sexuales (fre- cuencia de erección matutina total menor a una vez por mes, disminución del apetito sexual y disfunción eréctil). Los otros síntomas pueden apoyar el diagnóstico, pero no son suficientes para establecerlo sin la presencia de los síntomas sexuales. Después de la publicación de este estudio se ha pro- puesto que los criterios diagnósticos para hipogonadismo de inicio tardío sean: pacientes que tengan los tres sínto- mas sexuales más valores de T total, medida en dos oca- siones, por debajo del rango inferior considerado normal (< 8 nmol/L en el estudio EMAS o < 300ng/dL en las guías de la Sociedad de Endocrinología de EUA), o bien pacientes con concentración normal baja de T total (8 a 11 nmol/L en el estudio mencionado) y que tengan una TL baja (< 220 pmol/L en EMAS). Una recomendación para el médico de primer con- tacto, dado lo difícil que puede ser establecer el diagnós- tico de hipogonadismo de inicio tardío, es que ante un paciente con los síntomas sexuales referidos, asociados o no a otros síntomas que sugieran esta condición (fatiga, sensación de pérdida de energía, depresión, limitación en la actividad física, entre otras), se solicite testosterona total y LH (siempre que se cuente con un laboratorio confiable) y se envíe al paciente con un endocrinólogo, quien determinará los estudios adicionales que se requie- ran para confirmar la condición y establecer si es necesa- rio el tratamiento. TRATAMIENTO Después de establecer el diagnóstico de hipogonadismo de inicio tardío, posibles causas de valores bajos de T, como obesidad, síndrome metabólico o patologías cróni- cas se investigarán y tratarán en forma adecuada. A pacientes obesos y con sobrepeso, se deben acon- sejar cambios en el estilo de vida encaminados a conse- guir una pérdida de peso sostenida, como primera línea de tratamiento. La pérdida de peso aumenta los valores de T (el aumento es mayor en los pacientes que pierden más peso). Antes de iniciar tratamiento con T debe informarse al paciente de los posibles beneficios y los posibles ries- gos del tratamiento a largo plazo. Aún no se cuenta con estudios suficientemente grandes y largos, controlados http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 794 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 74) con placebo y aleatorios, sobre el reemplazo con T en hombres mayores de 60 años de edad, por lo que no hay evidencia disponible de los beneficios y riesgos del trata- miento a largo plazo ni tampoco guías específicas para el uso de T en esta población. Contraindicaciones del tratamiento con testosterona Las contraindicaciones absolutas son cáncer de próstata y de mama. A muchos clínicos les puede preocupar el tratamien- to con T y su posible relación con el cáncer de prósta- ta. Si bien no se ha podido demostrar esta asociación, tampoco ha podido descartarse, debido a que los estu- dios con los que se cuenta no son lo bastante grandes ni de larga duración como se requiere para responder este cuestionamiento. De cualquier forma, debido a que la próstata es un tejido que responde a andrógenos, ante cáncer prostático, es posible que la administración de T pudiera acelerar el curso clínico de éste, por lo que está contraindicado. Las contraindicaciones relativas son un valor de antí- geno prostático específico sérico > 4ng/mL, hematocrito > 50%, hiperplasia prostática benigna sintomática, insu- ficiencia cardiaca congestiva no controlada y apnea del sueño no tratada. Efectos benéficos del tratamiento con T en pacientes con hipogonadismo de inicio tardíoEl tratamiento con T mejora en forma moderada la libi- do, las erecciones nocturnas y la satisfacción sexual en comparación con placebo, pero no tiene estos efectos en hombres eugonadales. El beneficio en la función eréctil se observa en pacientes que tienen los valores de T más bajos y es posible que con el tiempo el efecto disminu- ya. La observación inicial de que la administración de T aumenta el efecto de los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 en el tratamiento de disfunción eréctil, no se ha podido reproducir en estudios recientes. La T aumenta la masa corporal magra y disminuye la masa grasa sin cambios en el peso corporal. A pesar del aumento de la masa muscular, los efectos sobre la fuerza muscular en varones mayores son en general pequeños y no parecen relacionarse con una mejoría en la función y el desempeño físico. En pacientes con hipogonadismo de inicio tardío, el tratamiento con T puede tener un efecto benéfico mo- desto en la densidad mineral ósea, aunque no parece te- ner efecto en cuello femoral y aún no se cuenta con evi- dencia que demuestre la reducción del riesgo de fractura. Se han reportado algunos efectos benéficos en el control de la glucosa y adiposidad visceral en estudios pequeños y de corta duración, hallazgos que deberán confirmarse de manera adecuada antes de que pueda re- comendarse el tratamiento con T en esta condición. Es posible que el tratamiento de reemplazo con T en combinación con el convencional de insuficiencia cardia- ca, disminuya los síntomas en pacientes que sufren esta condición; aunque no se recomienda el tratamiento con T en insuficiencia cardiaca sin tratamiento, con pobre es- tado de salud general y múltiples comorbilidades, ya que en ese contexto se ha reportado aumento del riesgo de eventos cardiovasculares. Los efectos en cognición y depresión han dado resul- tados inconsistentes y, con respecto al riesgo de patología arterial coronaria, el efecto es todavía incierto. Efectos adversos El hematocrito puede aumentar con el tratamiento con T, el riesgo de eritrocitosis (hematocrito > 50%) es mayor en adultos de edad avanzada con respecto a los hombres jóvenes. No se ha demostrado que el reemplazo con T au- mente el riesgo de cáncer de próstata, sin embargo, tam- poco se puede descartar esta posibilidad debido a que no se han realizado estudios amplios y largos, como para resolver esta incertidumbre. Se ha reportado en dos metaanálisis la disminución leve en los valores de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) en hombres tratados con testosterona. Otros posibles efectos secundarios son ginecomastia, retención de líquidos y puede empeorar la apnea obs- tructiva del sueño. Preparaciones disponibles Existen diferentes preparaciones de T para uso intramus- cular, gel tópico, tabletas orales, implantes subcutáneos, parches; cada preparación tiene sus ventajas y desventa- jas. El enantato o cipionato de T se aplican por vía intra- muscular (IM) cada dos o tres semanas, tienen la ventaja de su bajo costo, pero las concentraciones iniciales de T son superiores a los valores esperados y antes de la si- guiente aplicación los valores séricos de T ya son insufi- cientes (figura 74-2). El gel de T tiene la ventaja de mantener valores apropiados y constantes, pero su costo es elevado. De los fármacos orales, la mayor parte tiene un radical alqui- lo en el carbono 17 y ese hecho les confiere potencial hepatotóxico, por lo que no se recomiendan, además de que su absorción a partir del intestino se da por el siste- ma venoso para llegar por medio de la vena porta y así otorgarle al hígado la característica de lugar de depósito y distribución. Una opción diferente para utilizar por vía oral es el undecanoato de testosterona (UT), que por sus características de unir la molécula de T con un ácido gra- so, permite la absorción por vía linfática, evitando el flujo directo hacia el hígado (por lo que tiene menos efectos hepáticos), además de que se mantienen valores apropia- dos con dos o tres dosis al día, pero su costo es elevado. Los parches transdérmicos mantienen concentra- ciones séricas estables, sin embargo su costo es elevado, http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Andropausia 795 deben aplicarse diario, ocasionan erupción hasta en 30 de los casos y no se encuentran disponibles en nuestro país. Hace algunos años se desarrolló el undecanoato de testosterona de larga acción para uso IM con aplicaciones cada 10 a 14 semanas; tiene la ventaja de aplicaciones IM menos frecuentes con respecto a los otros preparados de T que utilizan la misma vía de aplicación. Vigilancia del tratamiento Se recomienda valorar la evolución de los síntomas y las concentraciones de T a los tres a seis meses del ini- cio del tratamiento. Si el paciente no informa beneficio, el tratamiento debe suspenderse y se deben investigar otras causas posibles de los síntomas. En quienes segui- rán con el tratamiento a largo plazo deben evaluarse con regularidad los síntomas que originaron la indicación del tratamiento y aquéllos que sugieran posibles efectos secundarios, además de revisar con cierta periodicidad el hematocrito, hemoglobina, antígeno prostático es- pecífico y examen rectal. La duración total del trata- miento no se ha definido, por lo que el especialista, que es quien debe dar seguimiento a estos pacientes, será quien determine la duración del mismo con base en la evolución. IM Transdérmica R A N G O 0 15 días Oral Figura 74-2. Valores séricos de testosterona (T) con diferentes vías de administración. La principal desventaja de la administración IM (enan- tato, cipionato de testosterona) son las concentraciones suprafisiológicas los primeros días que siguen a su administración, con la disminución progresiva subsecuente, de tal forma que a los 15 días el efecto clínico ya no es suficiente. Las presentaciones orales y transdérmicas mantie- nen valores más constantes de testosterona. BIBLIOGRAFÍA Basaria S, Coviello AD, Travison TG: Adverse events associated with testosterone administration. N Engl J Med 2010;363:109-122. Behre HM, Kielsch S, Leifke E et al.: Long term effects of tes- tosterone therapy on bone mineral density in hypogonadal men. 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