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Diabetes y nutrición

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Diabetes y nutrición
Nora Luz Avilés Morelos Zaragoza
La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de anormali-
dades metabólicas caracterizadas por hiperglucemia oca-
sionada por defectos en la secreción o en la acción de la 
insulina. Se acompaña de alteraciones en el metabolismo 
de carbohidratos, proteínas y grasas. Un mal control cró-
nico produce lesiones en órganos diana. El tratamiento 
nutricional es una de las piedras angulares para lograr un 
adecuado control metabólico.
Con la información generada en el último decenio, 
se puede asegurar que el tratamiento nutricional previe-
ne, o al menos retrasa, el desarrollo de diabetes mellitus 
en pacientes con riesgo, favorece el adecuado control de 
quien ya la padece y retrasa la aparición de las complica-
ciones crónicas de esta patología.
El tratamiento nutricio lo debe elaborar un profe-
sional de la salud con capacitación adecuada, es decir, 
licenciados en nutrición, quienes deben desarrollar el 
programa de alimentación para:
a) Individuos con riesgo de padecer diabetes o predia-
betes:
• Disminuir el riesgo de conversión a diabetes.
• Reducir el riesgo cardiovascular.
• Promover un estilo de alimentación sano que 
permita una pérdida de peso moderada sin que 
exista recuperación del peso perdido.
b) Sujetos con diagnóstico de diabetes:
• Lograr un control metabólico casi normal (cua-
dro 43-1).
• Disminuir el riesgo de descompensaciones agu-
das graves.
• Aliviar los síntomas.
• Conseguir un perfil de lípidos que disminuya el 
riesgo de enfermedad cardiovascular.
• Prevenir y tratar las complicaciones crónicas.
• Mejorar la salud con los cambios alimenticios.
• Elaborar un programa de alimentación indivi-
dual.
c) Personas con situaciones específicas:
• Para pacientes con diabetes tipo 1 (DM1) y tipo 
2 (DM2) jóvenes, proporcionar el aporte calóri-
co que asegure su crecimiento, desarrollo y con-
trol metabólico. Para DM2 facilitar los cambios 
alimenticios que reduzcan la resistencia a la in-
sulina y mejoren su control metabólico.
• Para la mujer embarazada o lactando proporcio-
nar el contenido calórico que asegure un buen 
término.
• Para los adultos en plenitud proporcionar la can-
tidad de energía que cubra sus necesidades se-
gún su edad.
• Para los pacientes que emplean insulina y otros 
antidiabéticos dar la flexibilidad necesaria para 
su estilo de vida.
La Asociación Americana de Diabetes incluye en las 
recomendaciones del programa de alimentación las si-
guientes:
• Cubrir las necesidades individuales de alimentación 
respetando las preferencias personales y culturales 
del individuo, el acceso a alimentos saludables y las 
habilidades necesarias para realizar cambios ambien-
tales y superar las barreras que impiden los cambios.
• Mantener el gusto y el placer por los alimentos dan-
do mensajes positivos sobre las elecciones de los ali-
mentos y limitando sólo aquéllos de los que se dis-
ponga evidencia sólida.
• Proporcionar a los pacientes con diabetes herra-
mientas prácticas para la elección cotidiana de sus 
alimentos.
• Para diseñar un plan o programa de alimentación se 
debe realizar una serie de actividades ordenadas y 
sistematizadas, como evaluación del estado de nutri-
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Diabetes y nutrición 465
ción del paciente, valoración dietética, clínica, antro-
pométrica y bioquímica (cuadro 43-2).
Una vez realizada la evaluación del paciente se debe con-
siderar el tipo de dieta que se administrará (cuadro 43-3).
CÓMO CALCULAR EL PROGRAMA 
DE ALIMENTACIÓN
Una vez realizada la evaluación nutricional se procede 
al cálculo de las calorías y la distribución energética. El 
cálculo calórico se puede realizar de varias maneras, con 
la fórmula de Harris-Benedict (cuadro 43-4) o al estimar 
las calorías por kilogramo de peso ideal. Si bien existen 
procedimientos más exactos, como la calorimetría indi-
recta, su alto costo la hace poco práctica para el uso co-
tidiano.
Además del gasto energético basal (GEB) es impor-
tante considerar el factor de actividad física. El comité 
de expertos de la FAO/OMS/ONU considera que en los 
varones el GEB se debe multiplicar por 1.7 en el caso 
de actividad física leve, 2.7 si se realiza actividad mode-
rada y 3.8 en los casos de actividad física intensa. En las 
mujeres el GEB se multiplica por 1.7, 2.2 y 2.8 respec-
tivamente.
CÁLCULO ENERGÉTICO (CAL/KG)
Parámetros:
• 25 cal/kg de peso ideal en pacientes con sobrepeso.
• 30 cal/kg de peso ideal en pacientes con actividad 
moderada.
• 35 cal/kg de peso ideal en pacientes con actividad 
intensa.
• Embarazo: 30 cal/kg ideal más ajuste trimestral 
(150 cal).
• Disminuir de 500 a 600 Kcal/día sobre los requeri-
mientos calóricos en el paciente obeso.
Con las calorías totales por administrar es fundamental 
efectuar la distribución energética, es decir, qué porcen-
taje de las calorías calculadas se cubrirán con carbohi-
dratos, cuál con lípidos y qué porcentaje con proteínas 
(cuadro 43-5).
NUTRIMENTOS
Los nutrimentos principales son carbohidratos, proteí-
nas, lípidos, vitaminas, nutrimentos inorgánicos, fibra. 
De cada uno de estos grupos se mencionarán los requeri-
mientos necesarios a continuación. 
Cuadro 43-1. Metas de control en el paciente diabético
AACE ADA
 Glucosa en ayuno 80 a 110 mg/dL 90 a 130 mg/dL
Glucosa posprandial 140 mg/dL 180 mg/dL
HbA1c < 6.5% < 7%
Colesterol LDL 100 mg/dL 100 mg/dL
Triglicéridos 150 mg/dL 150 mg/dL
PA 130/85 mm Hg 130/80 mm Hg
Pérdida de peso 5 a 7% 5 a 7%
Cuadro 43-2. Actividades para diseñar 
el plan de alimentación
Evaluar el estado de nutrición del paciente
• Evaluación dietética
Estimar cantidad y calidad de los alimentos
Hábitos de alimentación (recordatorio de 24 h). Frecuencia de 
los alimentos
• Evaluación clínica
Exploración física e interrogatorio de los síntomas relaciona-
dos con el estado de nutrición (diarrea, vómito, estreñi-
miento, gastritis, adoncia parcial o total, entre otros)
• Evaluación antropométrica
Datos de la composición corporal (talla, peso, pliegues cutá-
neos, perímetro cefálico, IMC, relación cintura y cadera, 
entre otros)
• Evaluación bioquímica
Evaluar la reserva de nutrimentos, concentración plasmática y 
excreción por orina y heces fecales (hemoglobina, hemató-
crito, albúmina, transferrina, creatinina, leucocitos, coleste-
rol total, triglicéridos, glucosa, HbA1c, entre otros)
Cuadro 43-3. Tipos de dietas
Dieta de líquidos claros 
Dieta líquida
Dieta en papilla o puré 
Dieta suave
Dieta blanda 
Dieta mecánica 
Dieta normal
Dieta hipoproteínica
Dieta modificada en carbohidratos 
Dieta alta en fibra
Dieta modificada en el contenido de agua 
Dieta modificada en sodio
Dieta modificada en potasio 
Dieta modificada en fósforo 
Dieta modificada en lípidos
Cuadro 43-4. Cálculo de calorías totales
Método de Harris-Benedict
Varones: GEB = 66.47 + (13.76 × P) + (5 × T) - (6.75 E) 
Mujeres: GEB = 655.1 + (9.56 × P) + (1.85 × T) - (4.68 E)
Donde GEB = Gasto energético basal; P = peso en kilogramos; T 
= talla en metros; y E = edad en años
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466  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 43)
Hasta el momento no se ha encontrado una distribu-
ción calórica ideal, la evidencia no es lo suficientemente 
sólida al respecto, por consiguiente estas son algunas re-
comendaciones generales que pueden servir en la prác-
tica cotidiana.
1. Los carbohidratos son la fuente principal de energía. 
Las frutas, como mango, plátano y naranja contienen 
hidratos de carbono simples así como azúcar, miel, 
jaleas y refrescos. Los cereales, como tortilla, pan, 
arroz, elote,avena, tubérculos (papa y camote) y las 
leguminosas (frijol, haba, lenteja y alubia) contienen 
hidratos de carbono complejos, éstas son preferidas a 
las primeras. Los carbohidratos proporcionan 4 cal/g 
y se recomienda que constituyan de 40 a 50% de las 
calorías ingeridas. Sustituir alimentos con alto índi-
ce glucémico por alimentos con bajo índice tiene un 
efecto modesto en el control de la glucosa. El con-
sumo de fructuosa se debe limitar a 12% del total 
de las calorías calculadas. Las personas con diabetes 
deben limitar o evitar la ingesta de bebidas azucara-
das (cualquier edulcorante calórico, incluido jarabe 
de maíz rico en fructuosa).
2. Las proteínas son polímeros de aminoácidos unidos 
por enlaces peptídicos, participan como componen-
tes estructurales en reacciones enzimáticas y como 
sustratos en la gluconeogénesis. Se encuentran en 
carnes rojas, aves, pescados, mariscos, leche, quesos, 
clara de huevo (proteína de origen animal) y en le-
guminosas, como frijol, haba, lenteja y soya (pro-
teína de origen vegetal). Proporcionan 4 cal/g y se 
recomienda que aporten 20% del total de calorías. 
En pacientes con diabetes sin daño renal no existen 
datos que su restricción proporcione alguna ventaja. 
En personas con microalbuminuria o macroalbumi-
nuria tampoco existen datos que sustenten la reduc-
ción proteínica, ya que esto no impacta en el control 
glucémico, riesgo cardiovascular o curso de la enfer-
medad renal. A los pacientes con hemodiálisis o con 
diálisis peritoneal se les debe ajustar la cantidad de 
proteínas de acuerdo con sus requerimientos.
3. Los lípidos están representados por los triglicéridos, 
los ácidos grasos libres y el colesterol, son fuente 
y reservas de energía. El colesterol forma parte es-
tructural de las membranas celulares, es base de las 
hormonas esteroides, sales biliares y factor de ries-
go principal en el desarrollo de aterosclerosis. Las 
grasas de la alimentación son de tres tipos: satura-
das, monoinsaturadas y poliinsaturadas. El excesivo 
consumo de las primeras se asocia a mayor riesgo de 
enfermedades cardiovasculares. Se encuentran sobre 
todo en las grasas de carnes, tocino, lácteos no des-
cremados, manteca, mantequilla, crema, margarina 
hidrogenada y manteca vegetal. Deben preferirse 
las grasas monoinsaturadas que se encuentran en el 
aguacate, aceite de oliva, cacahuates y nueces, y las 
grasas poliinsaturadas de los aceites vegetales, como 
el de girasol, maíz, cártamo, soya y los aceites de pes-
cado. Los ácidos grasos proporcionan 9 cal/g y se re-
comienda que aporten entre 30 y 40% del total de 
calorías (colesterol < 300 mg/día). Los ácidos grasos 
trans se deben evitar y de preferencia eliminar del 
programa de alimentación.
Las vitaminas y los oligoelementos son importantes para 
el crecimiento y la formación celular, ayudan a mante-
ner la piel saludable, a tener buena visión, y dientes y 
huesos fuertes. El cuerpo requiere proporciones bastante 
pequeñas de estos elementos que no aportan energía. Los 
oligoelementos que más abundan en el organismo son: 
calcio, fósforo, sodio, potasio, cloro, azufre y magnesio. 
Las frutas y verduras son ricas en vitaminas y oligoele-
mentos. Estos últimos componentes se encuentran en 
leche, carnes y verduras. Por lo general, quien tiene una 
alimentación equilibrada no necesita complementos de 
vitaminas.
La fibra en la dieta proviene en parte de las plan-
tas que nuestro organismo no digiere y, en consecuencia, 
no absorbe; proporciona volumen y residuo a la dieta, 
pero sin aportar calorías. Esto ayuda a satisfacer el ape-
tito, porque da sensación de saciedad. El tránsito de las 
heces fecales a través del intestino mejora si, además de 
incluir fibra en las comidas, se toma suficiente agua. Se 
recomienda una ingesta de 14 g de fibra por cada 1 000 
calorías, lo que equivale de 25 a 30 g de fibra al día, de la 
cual de 7 a 13 g deben ser de fibra soluble.
PLANES DE ALIMENTACIÓN CON 
DIFERENTE DISTRIBUCIÓN ENERGÉTICA
Se recomienda consumir una dieta balanceada en car-
bohidratos, proteínas, grasas y micronutrimentos (cuadro 
43-6 para ejemplos de menú y colaciones). En las últimas 
décadas se ha sugerido que el porcentaje de carbohidra-
tos, grasas y proteínas de la dieta sea 50-30-20; además, 
se ha dado libertad para distribuir el resto de las calorías 
entre los carbohidratos y las grasas poliinsaturadas y mo-
noinsaturadas, dependiendo de la valoración nutricional 
del paciente y las metas individuales del tratamiento. 
Diversos estudios han comparado dietas altas con bajas 
en carbohidratos (50 a 60 -20 a 30 -20 contra 40-40-20 
respectivamente). Las dietas bajas en carbohidratos favo-
recen una mayor pérdida de peso inicial, sin diferencias 
al año de seguimiento, menor excursión glucémica pos-
prandial, reducción en las cifras de triglicéridos, incre-
mento del colesterol de HDL y discreto incremento del 
colesterol de LDL. No hay datos que apoyen una menor 
morbilidad o mortalidad a largo plazo con alguna u otra 
dieta, lo principal es que el paciente se adhiera a las re-
comendaciones.
Cuadro 43-5. Distribución energética
•	Carbohidratos:	40	a	50%
•	Proteínas:		20%
•	Grasas:	30	a	40%
•	Fibra	más	de	30	g
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Diabetes y nutrición 467
Los programas de alimentación con un exceso de 
carbohidratos (60 a 70% del total de las calorías) pue-
den ser benéficos en algunos pacientes por su bajo apor-
te de grasas, sin embargo, en la mayoría predispondría a 
hipertrigliceridemia, hiperglucemia posprandial y mayor 
demanda de insulina, por lo que, en general, no se reco-
miendan en el personas con diabetes.
Las grasas monoinsaturadas (aceite de oliva, agua-
cate, entre otras de sus fuentes principales), mejoran el 
control glucémico y metabolismo lipídico, reducen la re-
sistencia a la insulina, disfunción endotelial y estado pro-
coagulante característico del paciente con diabetes, razón 
por la que este tipo de grasa podría incrementarse hasta 
15% o más del total de las calorías.
Se recomienda aumentar el consumo de fibra hasta 
35 g/día o más, reducir el consumo de colesterol a menos 
de 300 mg/día y bajar la ingesta de sodio a 1 000 mg por 
cada 1 000 kcal, con un máximo de 3 000 mg al día.
El sistema de equivalentes es una herramienta útil 
para la orientación y el diseño de un programa de ali-
mentación, permite calcular ese programa de una ma-
nera sencilla, sin olvidar que el valor nutricio es una 
aproximación a la media, más o menos dos desviaciones 
estándar del grupo al que el alimento pertenece. Tam-
bién posibilita adaptar el programa de alimentación a los 
usos y costumbres del paciente, así como a la disponibili-
dad de alimentos de la región.
En México se ha desarrollado el Sistema Mexicano 
de Alimentos Equivalentes, que contempla los grupos de 
alimentos siguientes: a) verduras, b) frutas, c) cereales y 
tubérculos, d) leguminosas, e) carne, f) leche, e) aceites y 
f) azúcares. Este último grupo no es recomendable en pa-
cientes con sobrepeso, diabetes, intolerancia a la glucosa 
o hipertrigliceridemia. 
La dieta mediterránea reduce los factores de riesgo 
cardiovascular y mejora el control glucémico de los pa-
cientes con diabetes. Esta alimentación esta constituida 
principalmente por alimentos vegetales (frutas, verduras, 
panes, otras formas de cereales, frijol, nuez y semillas); los 
cuales son frescos y cultivados localmente, no incluye ali-
mentos procesados; las frutas frescas como postre típico 
diario y azúcares o miel concentrados consumidos sólo 
para ocasiones especiales; aceite de oliva es la principal 
fuente de lípidos de la dieta; productos lácteos (princi-
palmente queso y yogur) que se consumen en cantidades 
bajas a moderadas; menos de cuatro huevos a la semana; 
carne roja consumida con poca frecuencia y cantidades; 
y el consumo de vino en cantidades bajas amoderadas en 
general, con las comidas.
Por la frecuencia con que se emplean en los pacien-
tes con diabetes, es necesario mencionar alimentaciones 
con restricción de sodio, potasio, fósforo y lípidos.
DIETA MODIFICADA EN SODIO
La ingesta de sodio en la dieta se controla para mantener 
el estado de hidratación, para impedir retención de líqui-
dos o hipertensión arterial y para facilitar el manejo de 
insuficiencia hepática, renal y cardiaca.
Clasificación
• 3 g de sal: alimentación normal.
• 2 g de sal: restricción leve.
• 1 g de sal: no agregar sal a los alimentos.
• 500 mg de sal: restricción alta.
• 250 mg de sal: restricción estricta.
DIETA MODIFICADA EN POTASIO
Se proporciona con el fin de prevenir hiper o hipopota-
semia. Para determinar el contenido en la dieta se debe 
considerar la concentración de potasio en suero, su ex-
creción en orina y los medicamentos que esté tomando el 
paciente. La cetoacidosis diabética, catabolismo y estrés 
pueden aumentar el potasio sérico.
Clasificación
• Normal: 2.5 a 3.5 g/día.
• Baja: 1.5 a 2.4 g/día.
• Alta: 3.5 g/día.
Alimentos altos en potasio: orejones, durazno, chabaca-
no, higo, manzana, ciruela pasa, plátano, melón, guayaba, 
aguacate, agua de coco, kiwi, mango, papaya y jitomate.
Cuadro 43-6 Ejemplo de Menú 
y ejemplos de colaciones (1 200 cal)
Desayuno:
1 huevo a la mexicana (1 cucharada de aceite)
2 tortillas
1 manzana
Verduras al gusto
Comida:
Consomé sin grasa al gusto
½ taza de frijoles
1 pieza de pollo en mole verde
1 tortilla
Ensalada de lechuga con jitomate
1 durazno
Cena:
1 yogur natural
2 quesadillas con ensalada
1 pera
Ejemplos de colaciones:
4 galletas bajas en calorías o integrales + 30 g de queso panela
1 paquete de galletas de maíz o trigo horneadas + 30 g de queso 
panela
1 rebanada de pan integral + 30 g de jamón con lechuga y jitomate
1 rebanada de pan integral + ¼ de taza de atún
1 quesadilla
1 yogur natural + 6 fresas
1 elote mediano + 30 g de queso fresco
3 tazas de palomitas de maíz sin mantequilla
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468  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 43)
DIETA MODIFICADA EN FÓSFORO
Se indica en pacientes con problemas renales. Alimentos 
altos en fósforo: leche y sus derivados, y leguminosas. Los 
antiácidos precipitan el fósforo en el intestino e impiden 
que se absorba.
Se recomienda dar una alimentación de 800 a 1 800 
mg de fósforo/día.
DIETA MODIFICADA EN LÍPIDOS
Los lípidos constituyen cerca de 30% del valor calóri-
co total del plan de alimentación. Se prefieren las grasas 
mono y poliinsaturadas, así como reducir al máximo las 
grasas trans. El colesterol 300 mg diarios. En caso de es-
teatorrea dar suplementos de vitaminas liposolubles.
Se utiliza para reducir los lípidos séricos en pacien-
tes con dislipidemias y problemas cardiovasculares. Dis-
minuir los síntomas de esteatorrea por mala absorción. 
Problemas hepáticos y pancreáticos.
CUENTA DE CARBOHIDRATOS
Consiste en una nueva clasificación de los alimentos en 
función de la cantidad de hidratos de carbono que con-
tienen, a la que se denomina cuenta o conteo de carbo-
hidratos.
En el estado posprandial inmediato, los únicos ali-
mentos que elevan las cifras de glucosa en sangre son 
aquéllos que contienen azúcares o carbohidratos. Las 
grasas y proteínas, por su parte, tienen contenido calóri-
co importante, pero, por lo general, no elevan la glucosa 
después de las comidas.
Aprender a contar carbohidratos, aunque es sencillo, 
requiere cierta destreza y disciplina, y debe ser una de las 
metas a lograr en el manejo intensivo de todo paciente 
con DM1. En general, se asume que una unidad de insu-
lina de acción rápida o ultra rápida puede cubrir, depen-
diendo de cada paciente en forma individual, entre 10 a 
25 g de carbohidratos (p. ej., una ración de leche tiene 
12 g, una de verduras 5 y las de fruta y pan 15). Con el 
apoyo de este método se puede proponer una dieta mu-
cho más libre (permite comer casi todo tipo de alimen-
to), con ajustes en la insulina, en función de la cantidad 
de carbohidratos que se van a ingerir. Con los nuevos 
métodos de aplicación de insulina utilizando análogos 
de acción ultra rápida y cuando además se utiliza una 
insulina basal, contar carbohidratos se vuelve imprescin-
dible (capítulo 62). En pacientes con bomba de infusión 
continua de insulina también es el sistema que se emplea 
para apoyar el plan de alimentación.
Cuando se utiliza la cuenta de carbohidratos tam-
bién hay un factor de corrección para decidir la dosis 
adicional de insulina que se requiere en función del valor 
de glucosa antes de cada alimento (capítulo 62).
Siempre se debe considerar la vía de alimentación, la 
frecuencia de los alimentos, revisar las interacciones con 
los fármacos, estimar las necesidades energéticas, orientar 
al paciente y a la familia, y evaluar la aceptación y cum-
plimiento del plan alimenticio.
CONSIDERACIONES AL ELABORAR 
UN PROGRAMA DE ALIMENTACIÓN 
a. Alimentos altos en sodio
• Caldos y consomés caseros.
• Productos enlatados (atún, sardina, verduras, en-
tre otros).
• Carnes secas, congeladas o ahumadas.
• Quesos maduros (manchego, suizo, amarillo y 
otros).
• Productos que tengan conservadores.
• Mariscos, pescado seco, congelado o ahumado.
b. Alimentos altos en colesterol
• Huevo: yema.
• Carnes: no magras.
• Leche: entera.
• Mariscos.
• Embutidos.
• Quesos maduros.
• Grasas (manteca, mayonesa, queso crema, cre-
ma, paté, mantequilla).
c. Para bajar los triglicéridos, evitar el consumo de:
• Tubérculos (papa, camote, yuca).
• Frutas (mango, uvas, plátano, naranja).
• Jugos de frutas.
• Alimentos altos en carbohidratos simples (azú-
car, miel, mermeladas, cajeta, dulces y otros).
• Bebidas alcohólicas.
Sustituir los endulzantes calóricos por los no calóricos 
puede reducir la cantidad de calorías y de carbohidratos 
ingeridos, sin embargo, publicaciones recientes encontra-
ron modificación de la microbiota intestinal y alteracio-
nes metabólicas con su consumo.
EFICACIA DEL TRATAMIENTO NUTRICIO
Los estudios clínicos en donde se evalúa la eficacia del 
tratamiento nutricio han demostrado que en pacientes 
con DM1 y DM2 disminuyen la HbA1c 1% y entre 1 
a 2%, respectivamente. En un metaanálisis reciente se 
asentó que el tratamiento nutricio disminuye de 15 a 25 
mg/dL de colesterol LDL.
CONCLUSIONES
El tratamiento médico nutricio es un pilar en la aten-
ción del paciente diabético y debe ser individualizado y 
elaborado por un profesional de la salud capacitado en 
el área. Si bien no existe el programa ideal, su elabora-
ción debe contemplar la cantidad de calorías y su restric-
ción si se necesita, una distribución adecuada de hidratos 
de carbono, proteínas y lípidos, respetar las preferencias 
y costumbres del paciente con el fin de contribuir a lo-
grar las metas de control metabólico, prevenir, retrasar o 
tartar las complicaciones crónicas y permitir un estilo de 
vida saludable y pleno. 
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Diabetes y nutrición 469
FÓRMULAS ÚTILES EN NUTRICIÓN
Conversión de miliequivalentes a miligramos
Dividir los miligramos entre el peso atómico y después 
multiplicar por la valencia:
(Miligramos/peso atómico) valencia = miliequivalentes
GEB método FAO/OMS/ONU
Varones Kcal/día
0 a 3 años (60.9 × P) - 54 =
3 a 10 años (22.7 × P) + 495 =
10 a 18 años (17.5 × P) + 651 =
19 a 30 años (15.3 × P) + 679 =
31 a 60 años (11.6 × P) + 879 =
Más de 60 años (13.5 × P) + 487 =
Mujeres Kcal/día
0 a 3 años (61.0 × P) - 51 =
3 a 10 años (22.5 × P) + 499 =
10 a 18 años (12.2 × P) + 746 =
19 a 30 años (14.7 × P) + 496 =
31 a 60 años (8.7 × P) + 829 =
Más de 60 años (10.5 × P) + 596 =
Método rápido para VET 
(valor energético total)
Para reducirpeso: 20-25 Kcal × kg 
Para mantener peso: 25-30 Kcal × kg
Para aumentar peso: 30-35 Kcal × kg
Peso ideal (PI)
PI = 50 + 0.75 (talla en cm - 150) 
PI Varones = Talla - 40 / 2
PI Mujeres = Talla - 45 / 2
Peso ideal
Mujeres = (Talla) 2 × 21.5 
Varones = (Talla) 2 × 23
% de peso ideal = peso actual/ peso 
ideal 3 100
80-90% = Desnutrición leve
70-79% = Desnutrición moderada
< 69% = Desnutrición grave
90-120% = Normal
Índice de masa corporal o de Quetelet
IMC = Peso (kg)/(Estatura)2 en m
20.0-24.9 Normal
25.0-27.0 Sobrepeso
27.1-29.9 Obesidad I
30.0-39.9 Obesidad II
Más de 40 Obesidad III
Complexión
Complexión = estatura (cm)/circunferencia de muñeca 
(cm)
Pequeña Mediana Grande
Varones
Mujeres
> 10.4
> 10.9
10.4-9.6
10.9-9.9
 < 9.6
 < 9.9
BIBLIOGRAFÍA
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	Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición
	Sección VII.

Diabetes mellitus
	43.
Diabetes y nutrición
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