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© E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 566 55 Disfunción eréctil y diabetes mellitus Luis Gabriel Pérez Santos, Carlos Alberto Reyes Utrera La diabetes mellitus (DM) es la principal endocrinopatía en México, su prevalencia continúa en aumento y algu- nos autores la consideran una pandemia. La Federación Internacional de Diabetes (IDF, del inglés International Diabetes Federation) estimó que el número de individuos con diabetes se incrementará a 380 millones en 2025. Dentro de las complicaciones crónicas de la DM está la disfunción eréctil (DE), que si bien no es mortal, es una de las que más ansiedad genera al paciente (y a su pareja). La definición de DE, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, del inglés, National Institutes Health), es la incapacidad para conseguir o mantener una erección firme que permita una relación sexual adecuada (en tiempo y calidad); aparece de manera recurrente, per- sistente y ocurre en cualquier circunstancia. Esta incapa- cidad puede ser de origen psicológico, orgánico o mixto, entre las causas orgánicas, la diabetes es una de las más frecuentes. El término disfunción eréctil ha reemplazado al tra- dicional de impotencia, que es inespecífico y tiende a asociarse con estigmas. El problema eréctil debe ser con- sistente o recurrente con un mínimo de duración de tres meses, excepto si es causado por traumatismo o cirugía, para el que no se establece un tiempo definido. Entre los pacientes diabéticos, más de 50% tiene problemas de DE causados por la misma DM. La disfun- ción sexual (DS) no es exclusiva de los varones, igual que la DM, la DS puede afectar a las pacientes femeninas. Es importante conocer su fisiopatología, ya que puede ser uno de los primeros signos de DM en hombres y muje- res. La prevalencia estimada de DS en personas con DM oscila entre 35 y 70% en pacientes masculinos y entre 20 y 80% en femeninos, en algunos estudios es mayor la prevalencia de DM1 que en DM2 y los porcentajes se incrementan en los sujetos de mayor edad y con más complicaciones de DM. El estudio de envejecimiento de varones de Massachussets (MMAS, del inglés, Massa- chussets Male Againg Study) fue el primer estudio pobla- cional en un número grande de individuos sobre DE en EUA y reveló que la prevalencia combinada de DE leve, moderada o grave fue de 52% en una población con eda- des de 40 a 70 años de edad, la prevalencia en pacientes con DM fue mucho mayor. En la actualidad existen muchos estudios epidemio- lógicos bien controlados sobre DE, usando los datos del MMAS y las proyecciones de población más conservado- ras de la ONU. Aytac et al., calcularon que la incidencia mundial de DE aumentaría hasta 322 millones para el 2025. Una gran proporción de este incremento ocurrirá en países en vías de desarrollo, como, Asia, África y Sud- américa, y se asocia a la edad avanzada y enfermedades que están alcanzando proporciones epidémicas, como obesidad y diabetes. En México, 9.5% de la población adulta padece DE (5.5 millones de personas) y cada año hay 400 000 casos nuevos; la prevalencia de DE entre los 40 y 50 años de edad es de 50%, de los 51 a 60 años es de 54% y en la población de 61 a 70 años es de 80%. La DE afecta a más de 150 millones de varones en el mundo, con impactos psicológico, personal y de ca- lidad de vida bien definidos. Debido a esto, se ha pro- puesto a la DE como un “sensor” de la salud del varón, ya que existe una prevalencia alta de diabetes mellitus, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedades cardio- vasculares, depresión y ansiedad relacionadas. Diversos estudios reportan que hasta 64% de los varones con DE tiene una o más de estas comorbilidades; además, puede ser un predictor del desarrollo de síndrome metabólico (cuadro 55-1). Se calcula que los varones esperan en promedio cin- co años antes de acudir a su médico en busca de trata- miento para síntomas de DE; además, la consulta sobre DE puede ser la única vez que el paciente se acerque a solicitar atención médica, sabiendo esto y que algunas patologías crónicas pueden asociarse a DE, debe inves- tigarse diabetes, hipertensión, dislipidemia, enfermeda- des cardiovasculares, entre otras, en todo individuo que acuda a consulta por DE. Hasta 5% de los sujetos con DE tienen diabetes no diagnosticada y casi 12% tiene glucemia en ayunas alterada. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Disfunción eréctil y diabetes mellitus 567 La DE es un signo centinela de enfermedad cardio- vascular (ECV); esto se debe a que las arterias del pene son las más pequeñas del cuerpo, por lo que pueden ser una de las primeras zonas en dañarse ante un problema circulatorio. La DM y otros componentes del síndrome metabólico (hipertensión, dislipidemia, aterosclerosis y otros) ocasionan trastornos vasculares y sistémicos que cuando no se corrigen a tiempo provocan una disfunción en la respuesta eréctil, ya que esta última depende de un buen estado de los vasos sanguíneos y, sobre todo, de la integridad de la capa interna de las arterias, la cual se llama endotelio y produce óxido nítrico, responsable, en primera instancia, de una serie de eventos bioquímicos que permiten la erección y que también ayudan a mante- ner la presión arterial dentro de límites adecuados. La respuesta eréctil del paciente diabético puede al- terarse por daño del endotelio, que disminuye la produc- ción de óxido nítrico necesario para la erección. Hiper- tensión arterial que dificulta la distensión de las arterias que llevan sangre al pene. Dislipidemia que participa en la arteriosclerosis. Trastornos hormonales que afectan las concentraciones de testosterona y la libido. Ansiedad y depresión ocasionadas por la diabetes y sus complicacio- nes que afectan la capacidad del paciente de disfrutar y, por tanto, de su respuesta. Hipogonadismo es una causa poco frecuente de DE y ocurre con mayor frecuencia en pacientes con DM de edad avanzada que en la población general y se asocia a síndrome metabólico. Este hipogo- nadismo asociado a DM se caracteriza por reducción del deseo sexual, disminución en el número de intentos de relación sexual, alta prevalencia de síntomas depresivos, disminución del tamaño de los testículos y de las con- centraciones de hormona luteinizante. Los sujetos con aumento en el índice de masa corporal (IMC) y circun- ferencia de cintura se correlacionan con alteraciones en los valores de testosterona. Los pacientes diabéticos, en particular los tipo 2 con DE que no tienen buena respuesta a los inhibidores de fosfodiesterasa 5, pueden tener hipogonadismo y su tratamiento puede mejorar el resultado, ya que la tes- tosterona participa en los mecanismos neurogénicos y miógenos de la erección y la deficiencia de ésta ocasiona trastornos en la relajación del músculo liso cavernoso, así como apoptosis de las fibras musculares. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA La generación de una erección es un evento neurovascu- lar complejo que involucra muchos órganos y sistemas diferentes. Los datos sensoriales de los ojos y la piel se envían a ciertas áreas dentro del sistema nervioso central, de donde las señales apropiadas son enviadas a su vez al pene. Se han identificado varias regiones del cerebro como claves para la erección peneana, los impulsos sen- soriales que se reciben en áreas de asociación cortical se envían por relevo de la amígdala al área preóptica medial (APOM) del hipotálamo, el cual es quizá el punto de integración para el control central de las erecciones. Existen varios neurotransmisores involucrados en estas vías, como dopamina, oxitocina, serotonina y nora- drenalina. Otra área del hipotálamo, el núcleo paraven- tricular (NPV), recibe estímulos neurales del APOM y puede tener una acción proeréctil a través de víasdes- cendentes de oxitocina. La sustancia gris periacueductal tiene conexiones neurales entre el APOM y el tallo cerebral, que también pueden tener actividad proeréctil. Se sabe que las neu- ronas del NPV proyectan a núcleos torácicos y lumbosa- cros relacionados con la erección. El pene recibe inervación de los sistemas nerviosos simpático (T11 a L2), parasimpático (S2 a S4) y somá- tico. La inervación simpática proporciona vías inhibito- rias, en tanto que el parasimpático y la inervación so- mática son cruciales para la erección. Al plexo pélvico o hipogástrico inferior llegan fibras tanto simpáticas como parasimpáticas; dicho plexo es un sitio muy importante para la integración de los estímulos aferentes autonómi- cos al pene. Los nervios cavernosos se originan de este plexo. Los nervios cavernosos menores viajan a lo largo del pene para proporcionar inervación al tejido eréctil del cuerpo esponjoso y la uretra peneana; el nervio ca- vernoso mayor inerva a las arterias helicinas y al tejido eréctil. Un aspecto anatómico interesante de los nervios intracavernosos es que están envueltos en tejido fibroso para evitar su compresión durante la erección. El pene también está inervado por los nervios penea- nos dorsales –ramas de los nervios pudendos– y el nervio ilioinguinal, los cuales transmiten impulsos sensoriales del glande, la piel y la raíz del pene. El pene consta de tres columnas de tejido eréctil: el cuerpo esponjoso, que contiene la uretra y dos cuerpos cavernosos, que contienen los senos (trabéculas); los se- nos se llenan de sangre durante la estimulación sexual, dando estructura al pene y facilitando una erección. Los cuerpos cavernosos están compuestos sobre todo por músculo liso trabecular y tejido conjuntivo. El cuerpo esponjoso consta de tejido eréctil, pero no proporcio- na estructura a la erección, de hecho maneja presiones inferiores que los cuerpos cavernosos y se ha postulado que esto puede contribuir a evitar el bloqueo de la uretra durante la eyaculación. La otra estructura en el pene que desempeña una función importante en las erecciones es la gruesa túnica albugínea, compuesta de una capa interna circular y otra externa longitudinal de colágena Cuadro 55-1. Factores de riesgo y asociaciones a disfunción eréctil Edad avanzada Tiempo de evolución de DM Sedentarismo Control glucémico Resistencia a la insulina Albuminuria Síndrome metabólico Hiperlipidemia Hipertensión Obesidad Hiperhomocisteinemia Alteraciones endocrinas Alteraciones psicológicas (depre- sión) Cirugías previas (prostactectomía) Toxicomanías (alcohol, tabaquismo, drogas ilícitas) Fármacos (antihipertensivos, diuré- ticos, etc.) http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 568 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 55) fibrilar (entrelazada con fibras de elastina), que abarca a los dos cuerpos cavernosos. Actúa comprimiendo las ve- nas de los cuerpos cavernosos durante la estimulación se- xual, permitiendo que la erección ocurra y se mantenga. El espesor de la túnica varía desde 1.5 hasta 3 mm, según la posición circular. La capa longitudinal está ausente en la posición de las 6 (de acuerdo a las manecillas el reloj), de nuevo para evitar el bloqueo de la uretra durante la eyaculación. El aporte de sangre arterial al pene ocurre de manera predominante a través de la arteria hipogástrica; una de sus ramas es la arteria pudenda interna, que procede del conducto de Alcock y se convierte en la arteria común del pene. A su vez, ésta se ramifica en las arterias bulbou- retral, dorsal y cavernosa. Las arterias cavernosas que lle- van sangre a los cuerpos cavernosos originan las arterias helicinas de resistencia, mientras que las arterias dorsales del pene proceden de las posiciones de las 11 y la 1 (de acuerdo a las manecillas el reloj), junto con los nervios dorsales, y llevan el aporte sanguíneo a las estructuras su- perficiales del pene. La arteria bulbouretral lleva sangre a la uretra y al glande. El drenaje venoso del pene se puede subdividir en tres niveles: superficial, intermedio y profundo. El siste- ma superficial drena, ante todo, a la piel del pene, mien- tras que el sistema intermedio (que comprende las venas dorsal profunda y circunfleja) lo hace a las trabéculas, las cuales, de inicio, drenan hacia vénulas justo por debajo de la túnica albugínea, mismas que drenan a continua- ción hacia las venas emisarias, que recorren la túnica y luego las venas circunfleja y dorsal profunda. El sistema venoso profundo del pene incluye las venas cavernosas, crurales o ambas, que drenan a los tejidos cavernosos más profundos. Durante una erección, la liberación de óxido nítrico y factores de relajación por las células endoteliales con- duce a la relajación del músculo liso en las arterias, ar- teriolas y trabéculas del pene, lo que permite el llenado rápido de los espacios sinusoidales y el agrandamiento del pene. El aumento de tamaño del espacio sinusoidal también permite la compresión de las venas emisarias entre las trabéculas y la túnica albugínea, esto ocasiona oclusión casi total del flujo de salida venoso (mecanis- mo venocorporo-oclusivo). Esto facilita un aumento en el flujo sanguíneo, de hasta cinco veces, que llena rápido los espacios sinusoidales y agranda el pene. La relajación del músculo liso también permite que los sinusoides au- menten su capacidad, lo que contribuye al proceso de llenado. Este fenómeno de relajación dentro de la célula del músculo liso del pene está mediado por sistemas de segundos mensajeros de nucleótidos cíclicos. El mono- fosfato de guanosina cíclico (cGMP) opera como un se- gundo mensajero en respuesta a los primeros mensajeros extracelulares específicos como óxido nítrico (ON), que es un neurotransmisor. El ON lo produce el endotelio de las arterias del pene y neuronas, utilizan ON endo- telial sintetasa y ON neuronal sintetasa, de esta forma el ON media la relajación del cuerpo cavernoso por au- mento en la síntesis de cGMP que disminuye la concen- tración intracelular de calcio con hiperpolarización y la consecuente relajación del músculo liso, lo que facilita la tumefacción. Las fosfodiesterasas (PDE) son enzimas que regulan la concentración intracelular de nucleótidos cíclicos. El monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) y cGMP en las células de músculo liso del pene las hidroli- zan las PDE que, por tanto, pueden reducir la concentra- ción de estas moléculas, conduciendo en última instancia a contracción del músculo liso. La PDE5 es específica para la vía de ON/cGMP en tejido cavernoso humano (es aquí donde actúan los fármacos como sildenafil, var- denafil y tadalafil, que bloquean esta enzima, aumentan- do el tiempo de relajación de las células del músculo liso del pene:erección); PDE2, PDE3 y PDE4 participan en la hidrólisis del cAMP. La contracción del músculo liso del pene y la re- sultante flacidez (pérdida de tumefacción) que ocurre, dependen del aumento en las concentraciones de calcio intracelular. Esto está mediado por receptores adrenérgi- cos a (subtipos 1 y 2, presentes en el músculo liso tra- becular), la contracción mediada por receptores a-1 de- pende del ingreso de calcio extracelular, mientras que la activación de los receptores a-2 depende de la liberación de calcio intracelular y extracelular. Otros compuestos participan en la flacidez del pene, como endotelina y al- gunos eicosanoides (PGF2-a, tromboxano A2). Endote- lina es un potente constrictor del músculo liso y potencia el efecto de las catecolaminas sobre la contractilidad del músculo liso, mientras que el PGF2-a y el tromboxano A2 han mostrado que causan el tono del músculo tra- becular aislado. FISIOPATOLOGÍA La diabetes es una patología que produce daño neuro- vascular y es una causa común de DE orgánica que co- mienza 15 años antes en los varonescon diabetes. En promedio, la DE se desarrolla en más de 50% de los varo- nes con diabetes, es decir, que uno de cada dos pacientes diabéticos desarrollará DE. El desarrollo de DE en hombres con diabetes es un proceso complejo y multifactorial. El proceso parece ser por causas vasculares, neurogénicas, disfunción endote- lial, estrés oxidativo y cambios en el sistema del ON. Otra forma de agrupar las causas es en factores orgánicos y psicógenos. Los factores orgánicos se clasifican a menudo como vasculares, neurogénicos, endocrinos, anatómicos o inducidos por fármacos. En muchos varones, de edad avanzada sobre todo, suelen ocurrir etiologías múltiples. La asignación de una clase específica de etiología es con frecuencia difícil (cuadro 55-2). En la DM la DE es neu- rógena y vascular en la mayor parte de los casos, causada por alteración de redes neurales periféricas, ya que hay trastornos de los nervios sensoriales involucrados en la erección refleja o de los nervios autónomos que parti- cipan en la dilatación arterial y la relajación de células del músculo liso. También se ha encontrado disminución del flujo sanguíneo (trastornos del endotelio), factores http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Disfunción eréctil y diabetes mellitus 569 psicológicos, disminución de los valores de óxido nítrico, pérdida de músculo liso del pene en el tejido cavernoso extraído de pacientes diabéticos al implantar prótesis y sustitución de colágena tipo III por la tipo I, lo que oca- siona fibrosis de los cuerpos cavernosos que origina un flujo sanguíneo inadecuado y pérdida de la elasticidad. El endotelio tiene una función activa y produce sus- tancias vasoactivas como óxido nítrico, los pacientes con diabetes y DE tienen una alteración en la relajación vas- cular mediada por endotelio en los cuerpos cavernosos. En pacientes con DM, los radicales superóxido están en grandes cantidades en los cuerpos cavernosos donde las concentraciones de ON sintetasa están disminuidos, lo cual ocasiona DE. Además, el estrés oxidativo y los radi- cales libres ocasionados por daño vascular interfiere en la vía del ON y es tóxico para el endotelio, desencade- nando enfermedad cardiovascular y se asocia con daño preclínico. Los pacientes con un pobre control de la glucemia (medido por hemoglobina glucosilada A1c) tienen una mayor prevalencia de disfunción eréctil. El descontrol glucémico puede disminuir la actividad de ON y los fac- tores de relajación dependientes del endotelio resultando en un incremento de DE. Concentraciones de HbA1c mayores a 8.1% han mostrado un incremento en la inci- dencia de DE (RR = 3.0). En los pacientes con DM, la hiperglucemia cróni- ca desencadena la formación de productos avanzados de glucosilación (AGEs, del inglés, Advance Glycation End Products), estos se originan de las reacciones no enzimá- ticas entre glucosa, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Los AGEs se encuentran en mayor cantidad en los cuer- pos cavernosos de los pacientes con DM y DE. Incremen- tan la permeabilidad vascular, procoagulación, liberación de radicales libre, adhesinas moleculares ocasionando un incremento en la patología vascular. Otro factor del que se ha demostrado su asociación con DM y DE es albuminuria, signo de enfermedad renal ocasionada por DM y de mayor riesgo cardiovascular. Se ha demostrado en estudios que la albuminuria es un fac- tor de riesgo independiente para DE (RR = 2.76) y DE grave (RR = 3.79). DIAGNÓSTICO En pacientes con DM la prevalencia de DE y ECV es, en particular, alta. Ambas condiciones comparten fac- tores de riesgo. Montorsi et al., demostraron que la DE apareció antes de que se manifestaran los síntomas car- diovasculares en 70% de los pacientes con cardiopatía comprobada con angiografía. Estudios epidemiológicos han demostrado la fuerte asociación entre DE y futuros eventos cardiovasculares. En todos los casos es importante hacer un estudio diagnóstico apropiado de los pacientes con DE, porque puede ser un síntoma de una condición subyacente gra- ve, como diabetes mellitus, enfermedades cardiovascula- res o depresión. Se debe elaborar la historia clínica completa, hacer el examen físico y luego solicitar pruebas de laboratorio que dependerán de la probable causa de la DE (cuadro 55-3). Al realizar la historia de un paciente con DE es Cuadro 55-2. Causas de disfunción eréctil Vascular Hipertensión arterial Hipercolesterolemia Enfermedad cardiovascular Enfermedad cerebrovascular Enfermedad vascular periféri- ca Traumatismos perineales o pe- neanos Neurógenas Etiología periférica: Diabetes mellitus Alcoholismo Uremia Polineuropatía Etiología central: Esclerosis múltiple, discopa- tías, alteraciones de la médula espinal, tumores, enfermedad cerebrovascular, parkinson, atrofia multisistémica Endocrina Hipogonadismo Hiperprolactinemia Hipotiroidismo e hipertiroidis- mo Hiperestrogenismo Otras enfermedades Fármacos y drogas adictivas o abuso de sustancias Antihipertensivos Antidepresivos Antihistamínicos Antiandrogénicos Adictivas: tabaco, alcohol, co- caína, heroína, metadona Trastorno anatómico-estruc- tural Adquirida: Enfermedad de Peyronie Fractura del pene Congénita: Curvatura Micropene Hipospadias Epispadias Psicógena Tipo generalizado: falta de exci- tación y alteraciones de la intimi- dad sexual Tipo situacional: cuestiones relacionadas con la pareja o el desempeño, o debidas a la in- quietud Cuadro 55-3. Pruebas diagnósticas estratificadas en término de su importancia para evaluar a los pacientes Muy recomendadas Historia sexual, médica y psicosocial completa Examen físico dirigido Recomendadas Glucemia en ayunas, HbA1c y lípidos Análisis de testosterona, LH y FSH para evaluar el eje hipotála- mo-hipófisis-gonadal Opcionales Evaluación psicológica, psiquiátrica o ambas Otros estudios de laboratorio (pruebas de función hepática, función renal; perfil tiroideo, cuantificación de prolactina) Especializadas Tumefacción y rigidez peneana nocturna Estudios diagnósticos vasculares (ultrasonido doppler del pene, arteriografía e infusión dinámica), pruebas farmacológicas (in- yecciones intracavernosas), pruebas endocrinológicas y neuro- fisiológicas http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 570 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 55) esencial un abordaje con mucho tacto, tomando en cuen- ta la sensibilidad del paciente ante el interrogatorio y la exploración física debido a sus antecedentes culturales, étnicos y religiosos. Cuando sea posible, deberá incluirse a la pareja en la evaluación, ya que las necesidades, ex- pectativas y prioridades de ambos son factores esenciales en la evaluación y en las opciones terapéuticas. En la actualidad existen escalas internacionales que ayudan en el interrogatorio para DE y pueden proveer al médico un comienzo o introducción al caso; luego, en las visitas subsecuentes, una buena escala, bien seleccio- nada, puede ayudar en el seguimiento sistematizado del paciente, en particular comparada con las preguntas de evaluación global que son inespecíficas. Para el paciente, estos cuestionarios pueden ser un preámbulo escrito de la consulta que ayudan a disminuir la tensión de la rela- ción médico-paciente, además de que le permitirá enten- der mejor la disfunción sexual. Las principales escalas utilizadas para DE son: IIEF: International Index of Erectile Function, Índice Inter- nacional de la Función eréctil. SHIM: Sexual Health Inventory for Men, Cuestionario de Salud Sexual Masculina. EQS: Erection Quality Scale, Escala de Calidad Eréctil. SEP: Sexual Encounter Profile, Diario de Encuentro Se- xual. GAQ: Global Assessment Question, Cuestionario de Evaluación Global.FSFI: Female Sexual Function Index, Índice de Función Sexual Femenina. El IIEF se ha utilizado mucho como instrumento para evaluar la gravedad de DE y la eficacia del tratamiento, es breve, confiable y se ha aplicado en todos los análisis clínicos de terapia oral para la patología; el inconveniente es que no mide algún aspecto de la respuesta de la pareja ni evalúa de forma adecuada otras disfunciones sexuales masculinas (trastornos eyaculatorios o del deseo). Para lograr una valoración precisa de las pruebas se requiere un buen diálogo entre el paciente y el médico. Es mejor ayudar al paciente a que se sienta cómodo ha- blando primero sobre su historia médica antes de discutir sus problemas sexuales. La evaluación del paciente dia- bético incluye: Patología concomitante (dislipidemia, hipertensión, otras). Fármacos que está tomando: este rubro es importan- te debido a que muchos medicamentos de uso común en pacientes diabéticos ocasionan disfunción eréctil, se menciona sólo como ejemplo los antihipertensivos espi- ronolactona, tiazidas, metildopa, reserpina, propranolol y metoprolol que se asocian a disminución de la libido y disfunción eréctil, y prazosina y terazosina que ocasionan eyaculación retrógrada. La exploración física general y sexual: pene, testícu- los, campos visuales, mamas; función de nervios somáti- cos y autonómicos: reflejos osteotendinosos, sensibilidad, vibración, reflejo bulbocavernoso, datos de disautonomía (ortostatismo, alteraciones de la motilidad intestinal); es- tado vascular (pulsos, claudicación). Los objetivos de realizar una historia médica general y sexual completa al paciente diabético son: caracterizar el problema de aparición, revelar factores de riesgo con- tribuyentes, evaluar la necesidad de pruebas adicionales, referencia a un especialista, así como la participación multidisciplinaria. En individuos de más de 50 años de edad, la DE pue- de anteceder a la aparición de síntomas de diabetes, esto justifica la práctica rutinaria de glucosa sérica y HbA1c. En el paciente diabético se solicita colesterol y triglicé- ridos, creatinina en suero, HbA1c y proteinuria de 24 h; evaluación hormonal con testosterona, prolactina, TSH y T4 libre. La mayoría de los diabéticos con DE tienen una o más alteraciones orgánicas capaces de producir ésta; sin embargo, con frecuencia coexisten factores psicológicos, por tanto, la asesoría psicosexual, como estrategia com- plementaria, es de utilidad. Una vez detectado el paciente con DE, se debe reali- zar una minuciosa historia clínica orientada a determinar cuál es la causa más probable, diferenciando el predomi- nio orgánico o psicógeno (cuadro 55-4). TRATAMIENTO En la actualidad se dispone de una serie de recursos para mejorar o resolver la disfunción eréctil de muchos pa- cientes diabéticos, lo que permite una mejoría notable de su calidad de vida y elevación de la autoestima (figura 55-1). Los pacientes con DE y DM tienen alta prevalencia de ECV. Diferentes estudios epidemiológicos resaltan la asociación entre factores de riesgo cardiovascular, me- tabólico y disfunción sexual en hombres y mujeres. La tercera conferencia del Consenso de Princenton (Prin- centon Consensus) recomienda en los pacientes con DE Cuadro 55-4. Diagnóstico diferencial de disfunción eréctil psicógena y orgánica Características Psicógena Orgánica Edad < 40 años > 50 años Inicio Agudo Gradual Tiempo de evolución < 1 año > 1 año Aparición Situacional Permanente Curso Variable Constante Erección no coital Normal Alterada Problemas psicológicos Previos Secundarios Ansiedad y miedo Previos Secundarios Problemas de pareja Previos Secundarios http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Disfunción eréctil y diabetes mellitus 571 y con o sin ECV conocida, estratificar en riesgo cardio- vascular (SCORE, Framinghan) bajo, intermedio y alto. En los sujetos con riesgo bajo e intermedio se puede ini- ciar tratamiento médico y en pacientes con riesgo alto se sugiere canalizar a un especialista. En los individuos con actividad sexual con pareja estable, una relación pro- longada equivale a un esfuerzo de 3 METS. Es un gasto energético equivalente a caminar 1.5 km en llano en 20 min o a subir con energía dos pisos de escaleras. También equivale a completar un tiempo de 4 min en la prueba de esfuerzo, según el protocolo de Bruce en cinta rodante, sin síntomas, arritmias o caída de la presión arterial sistó- lica. La capacidad para realizar estos esfuerzos indica que la actividad sexual es segura. Se ha sugerido que el tratamiento de DE se puede estratificar como terapia de primera, segunda y tercera línea. Como primera línea se sugiere identificar y tratar las causas curables de DE, cambios en los estilos de vida y modificación de los factores de riesgo, proveer consejos y educación sexual al paciente y su pareja, identificar a las personas que requieren asesoría psicosexual y tratamien- to con inhibidores de fosfodiesterasa (sildenafil, ver- denafil y tadalafil), dispositivos de constricción al vacío y terapia con ondas de choque extracorpórea. Entre las terapias de segunda línea están los fármacos inyectados intracavernosos (alprostadil solo o en combinación con papaverina y fentolamina) y de aplicación intrauretral (alprostadil), que son de uso muy limitado en la actuali- dad. Si lo anterior fracasa, el uso de una prótesis peneana (maleable o hidráulica) y de otras formas de cirugía co- rrectiva se recomienda como terapia de tercera línea. La DE en diabéticos también se asocia al incremento del es- trés provocado por diabetes, pobre control metabólico y aumento de síntomas depresivos, por lo que las interven- ciones psicológicas o la asesoría sexual pueden ayudar a los pacientes a reducir la ansiedad y mejorar la comuni- cación con su pareja, explicando el problema de la DE u otras disfunciones sexuales (p. ej., eyaculación precoz). La asesoría psicológica no es invasora, quizás es cura- tiva y tiene una amplia gama de aplicaciones; sin embar- go, es costosa, de eficacia incierta y depende de la moti- vación tanto de los pacientes como de sus parejas. Los inhibidores de fosfodiesterasa-5 (PDE5) son los fármacos orales más novedosos y han tenido un impacto inmenso en el tratamiento de DE en pacientes diabéti- cos. Sildenafil se estudió a fines del decenio de 1980-89 como agente contra la angina, pero tuvo un efecto cola- teral: una mejoría en la función eréctil. Este fármaco se Figura 55-1. Tratamiento de la disfunción eréctil. Tratamiento de la disfunción eréctil (DE) Identificar y tratar causas “curables” de DE Cambios de estilo de vida y modificación de factores de riesgo Explicación, consejos y orientación al paciente y su pareja Inhibidores de fosfodiesterasa 5 Inyecciones intracavernosas, alprostadil intrauretral, bomba de vacío Reconsiderar nuevo tratamiento Combinación de terapias Prótesis peneana http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 572 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 55) aprobó para su uso en EUA en marzo de 1998. Luego se desarrollaron dos fármacos más, tadalafil y vardenafil, éste último utilizado en pacientes con DM1. Estos fár- macos potencializan la respuesta eréctil fisiológica nor- mal al aumentar la respuesta biológica a la estimulación sexual. No tienen acción directa sobre el músculo liso cavernoso, en consecuencia, cuando se toman antes de la actividad sexual planeada, pueden permitir que un va- rón con DE tenga una vida sexual tan cercana, como sea posible, a la normal. La DE en pacientes con DM es más refractaria al tratamiento con inhibidores de PDE5 que en personas no diabéticas. En estudios recientes se ha de- mostrado que la administración crónicade IPD5 mejora la función endotelial, preserva la vasculatura y disminu- ye los cambios fibroticos. El uso de IPDE5 en pacientes prediabéticos y diabéticos puede ser un factor protector para el sistema cardiovascular, incluyendo mejoría en el sistema vascular de los tejidos del pene. Los eventos adversos más comunes (menos de 2.5%) son cefalea, rubor, dispepsia, congestión nasal, visión anormal, cambio leve y transitorio en el matiz de los colores, sensibilidad a la luz, visión borrosa), diarrea y erupción. La única contraindicación absoluta es el uso conco- mitante de cualquier nitrito, ya que se amplifica la res- puesta hipotensora por la inhibición de la PDE5. Una contraindicación relativa sería el uso de dos o más hi- potensores, por la posibilidad de producir hipotensión. Existe evidencia sobre la seguridad cardiovascular de sil- denafil en los pacientes con síndrome coronario estable. No se ha encontrado aumento en la morbilidad y morta- lidad por la administración de sildenafil en la población general ni por sofocación ni por infarto al miocardio. En resumen, el tratamiento de DE en el paciente diabético incluye: Modificación de algunos factores: tratamiento de de- presión, suspensión de fármacos innecesarios, cambio de factores de riesgo (tabaco, alcohol, sedentarismo, entre otros). Estimulación de la recreación de la intimidad sexual (asesoría sobre métodos de actividad sexual sin coito). Mejorar la erección: esto considera tratamiento far- macológico (inhibidores de PDE5). La administración de PDE5 y el control glucémico mejora la disfunción eréctil y la combinación de estas modificaciones es mejor que la monoterapia. BIBLIOGRAFÍA Aviva E, Weinberg MD, Michael Eisenberg MD: Diabetes se- verity, metabolic syndrome, and the risk of erectile dys- function. J Sex Med 2013;10:3102-3109. Awad Ayta IA, McKinlay JB, Krane RJ: The likely worldwide increase in erectile dysfunction between 1995 and 2025 and some possible policy consequences. BJU Int 1999; 84:50-56. Bal K, Oder M, Sahin AS: Prevalence of metabolic syn- drome and its association with erectile dysfunction among urologic patient: Metabolic background of erec- tile dysfunction. Urology 2007;69:356-360. Braun M, Wassmer G, Klotz T et al.: Epidemiology of erectile dysfunction: Results of the cologne male survey. J Impot Res 2001;12:305-311. Chih-Chen Lu MD, Bang-Ping Jiann MD: Association of gly- cemic control with risk of erectile dysfunction in men with type 2 diabetes. J Sex Med 2009;6:1719-1728. 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