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El testículo y su alteracion endocrina

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El testículo 
y su alteración endocrina
Cristina Martínez Sibaja, Julio César Roberto Mayorga Camargo
Los testículos tienen dos funciones: la producción de 
células germinales y la producción de testosterona. Los 
componentes del testículo en donde se dan estos pro-
cesos están separados en el nivel estructural, pero inte-
rrelacionados entre sí y requieren de un eje hipotalámi-
co-hipofisario intacto para el inicio y mantenimiento de 
su función.
Las hormonas testiculares son responsables de indu-
cir el desarrollo del sexo masculino durante la etapa fetal 
y de sensibilizar a los tejidos para su adecuada respuesta 
en futuras etapas. En la pubertad, las hormonas testicu-
lares son responsables de los cambios de la maduración 
sexual masculina, manteniendo el efecto trófico a lo lar-
go de la vida. 
En este capítulo se revisará al inicio, la fisiología tes-
ticular y después la patología hormonal más importante 
del testículo, el hipogonadismo.
ANATOMÍA
Los testículos de un adulto son dos estructuras ovoides 
de color blanco lechoso, de consistencia resistente y elás-
tica. Miden cerca de 4 a 5 cm de longitud y 3 cm de 
grosor cada uno. El volumen promedio en un adulto es 
de 18.6 ± 4.8 mililitros. Los testículos se localizan dentro 
del escroto, estructura que sirve de protección y ayuda 
a mantener la temperatura testicular alrededor de 2°C 
por debajo de la temperatura abdominal. Cada testículo 
está rodeado por una envoltura de tres capas que, en con-
junto, forman la cápsula testicular; la capa más externa 
es la vaginal, formada por células mesoteliales; la capa 
media es la albugínea, formada por tejido conjuntivo fi-
broelástico y algunas células musculares lisas, y la capa 
más interna es la vasculosa, formada por redes de vasos 
sanguíneos.
La túnica albugínea se extiende dentro de los testícu-
los formando tabiques fibrosos que delimitan alrededor 
de 250 lóbulos piramidales en los cuales se encuentran 
los túbulos seminíferos enrollados en espiral. En cada 
testículo existen cerca de 200 m de túbulos seminíferos, 
estructuras que en conjunto conforman de 80 a 90% de 
la masa testicular.
Las células de Leydig, productoras de andrógenos 
(cerca de 350 millones), los vasos sanguíneos y linfáticos, 
así como los nervios, entre otros elementos, se encuen-
tran en el intersticio, entre los túbulos seminíferos (figura 
73-1).
El aporte sanguíneo a los testículos llega a través de 
las arterias testiculares, que son ramas de las arterias es-
permáticas internas. En cuanto al retorno venoso, la vena 
espermática derecha drena en forma directa a la vena 
cava y la espermática izquierda, a la vena renal.
HISTOLOGÍA
Los túbulos seminíferos tienen cerca de 0.2 mm de diá-
metro. Están revestidos por un epitelio que contiene dos 
tipos de células: los elementos de nutrición y de sostén 
(células de Sertoli) y las células germinales (espermato-
génicas); estas últimas forman la gran masa del epitelio y 
al proliferar y diferenciarse, de manera compleja, dan ori-
gen a los espermatozoides. El epitelio descansa sobre una 
lámina basal delgada cubierta por una zona especializada 
de tejido fibroso que contiene fibras de tejido conjunti-
vo, fibroblastos y algunas células con características de 
músculo liso, las cuales, al contraerse, modifican el diá-
metro del túbulo seminífero facilitando el movimiento 
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El testículo y su alteración endocrina 777
de los espermatozoides a lo largo del mismo. Estas cé-
lulas mioides peritubulares están en estudio y es posible 
que tengan funciones parácrinas importantes con efectos 
en las células de Leydig, las de Sertoli y en la fertilidad. 
Las células de Sertoli son altas, sus bases descansan 
en la membrana basal (una forma modificada de matriz 
extracelular); el contorno de las células es irregular, el 
núcleo es ovoide y pálido. Tienen una gran área de super-
ficie, lo que les permite sostener a un buen número de 
células germinales en desarrollo. En los sitios donde dos 
de estas células son vecinas, las superficies contiguas for-
man entre sí uniones ocluyentes. Estos sitios de unión de 
membranas sellan los espacios entre las células vecinas y 
constituyen la base morfológica de la barrera hematotes-
ticular. Las uniones tan estrechas entre las células de Ser-
toli definen dos compartimentos en el túbulo seminífe-
ro: el compartimiento basal, el que permite intercambio 
un tanto libre de nutrimentos y otras sustancias entre la 
vasculatura intersticial y las células espermatogénicas si-
tuadas entre los sitios de unión de las células de Sertoli y 
la lámina basal; y el compartimiento adluminal o apical, 
ubicado después del nivel de las uniones entre células de 
Sertoli. Este último se encuentra aislado del intercambio 
directo, y las células espermatogénicas en su interior (que 
se encuentran en etapas más diferenciadas que las del 
compartimiento basal) dependen de las células de Ser-
toli para adquirir nutrimentos y otras sustancias (lactato 
–fuente principal de energía de las células germinales–, 
transferrina, proteína fijadora de andrógenos, factores 
reguladores del crecimiento, hormona antimülleriana e 
inhibina, entre otras). Además, la barrera impide que las 
proteínas de las células germinales en diferenciación lle-
guen a la vasculatura intersticial y produzcan anticuer-
pos.
Las células de Sertoli tienen varias funciones, entre 
ellas: a) proporcionar un medio esencial para la diferen-
ciación de las células germinales (de hecho, el número 
de células de Sertoli determina el número de células ger-
minales que pueden ser sustentadas a través de la esper-
matogénesis y, por lo tanto, influye en la producción de 
esperma); b) participar en el movimiento de las células 
germinales de la base del túbulo a la luz; y c) fagocitar 
células germinales dañadas y cuerpos residuales (porcio-
nes del citoplasma de las células germinales que no se 
utilizaron en la formación de espermatozoides). Además, 
como respuesta a la hormona folículostimulante (FSH) o 
a la testosterona, las células de Sertoli secretan una pro-
teína que tiene alta afinidad por los andrógenos (proteína 
Figura 73-1. Organización estructural del túbulo seminífero. Las uniones oclusivas entre células de Sertoli vecinas definen dos compartimentos 
en el túbulo seminífero: el basal y el luminal.
Célula de Sertoli
Cuerpo residual
Espermátides
Espermatocito
secundario
Espermatocito
primario
Espermatogonia
Células de LeydigIntersticio
Células
peritubulares
Membrana
basal
Uniones
oclusivas
Puentes
intercitoplasmáticos
Espermatozoide
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778  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
fijadora de andrógenos), la cual entra a la luz tubular y 
permite mantener concentraciones elevadas de testoste-
rona, necesarias para el desarrollo de las células germina-
les durante el proceso de espermatogénesis.
Las células espermatogénicas comprenden una capa 
estratificada de epitelio, con 4 a 8 células de altura, que 
tienen distinto grado de diferenciación. De acuerdo a su 
morfología y maduración, estas células se pueden clasi-
ficar en espermatogonias que se multiplican por divisio-
nes mitóticas, espermatocitos primarios y espermatocitos 
secundarios que se dividen por meiosis, espermátides y 
espermatozoides; las dos últimas tienen un número ha-
ploide de cromosomas. La metamorfosis de las espermá-
tides, de cuerpos redondos, a espermatozoides maduros 
alargados, se conoce como espermiogénesis. Las células 
germinales per se no son móviles y para eso dependen de 
la célula de Sertoli. Conformeavanza la diferenciación, 
las células se van desplazando desde áreas próximas a la 
membrana basal hacia la luz del túbulo. Las células más 
cercanas a la luz se transforman en espermatozoides y se 
desprenden del epitelio, quedando libres (figura 73-1). 
El tiempo que transcurre entre el inicio de la esperma-
togénesis y la liberación de espermatozoides maduros es 
de casi 74 días.
Durante el desarrollo de los eventos que transfor-
man a las espermatogonias en espermatozoides, las célu-
las germinales permanecen en contacto estrecho con la 
célula de Sertoli. Muchos de los cambios morfológicos y 
funcionales a los que la célula germinal se somete duran-
te la espermatogénesis son controlados por la célula de 
sostén. Con la evidencia actual queda claro que un gran 
número de las interacciones entre las células de Sertoli 
y las células germinales son de naturaleza paracrina. Las 
células germinales también tienen la capacidad de modu-
lar la actividad de las células de Sertoli, por ejemplo, la 
producción de proteína fijadora de andrógenos puede ser 
afectada por las células germinales. Es importante enfa-
tizar que no sólo el número de células de Sertoli, sino la 
funcionalidad de las mismas es crucial para el desarrollo 
completo y exitoso de la espermatogénesis.
Las células de Leydig se encuentran en grupos com-
pactos, en el intersticio, entre los túbulos seminíferos. 
Son células grandes, el citoplasma suele tener aspecto va-
cuolado, el núcleo contiene gránulos gruesos de cromati-
na y un nucléolo preciso. En el microscopio electrónico, 
el carácter más notable de estas células es el desarrollo 
extenso de retículo endoplasmático liso, que se considera 
es el sitio de la síntesis de hormonas esteroides.
EMBRIOLOGÍA
Los principales tipos celulares implicados en la forma-
ción de los testículos son tres: 1) células germinales que 
se originan en la pared del saco vitelino y migran entre 
la quinta y sexta semana de gestación a las crestas geni-
tales; 2) células de sostén, que derivan del epitelio celó-
mico de las crestas genitales; y 3) células del estroma o 
intersticiales, que derivan del mesénquima de las crestas 
genitales.
Las gónadas, la glándula suprarrenal, el riñón y el 
aparato reproductivo se derivan de las crestas urogenita-
les que tienen su origen en el mesodermo intermedio y 
que se localizan en la cavidad celómica del embrión. Las 
crestas genitales aumentan su grosor en forma bilateral a 
cada lado de la aorta dorsal y están formadas por células 
mesenquimatosas y células del epitelio celómico. Estas 
crestas se fijan a la cavidad peritoneal por el mesenterio 
y comprenden dos tejidos yuxtapuestos: la gónada rudi-
mentaria se localiza medial y el mesonefros, que contiene 
los conductos de Wolff y müllerianos, queda más dorsal. 
El riñón crece del mesonefros caudal y asciende hacia la 
región abdominal. La posición final de las gónadas de-
pende de la diferenciación en ovarios o testículos y de la 
maduración de los conductos específicos de cada sexo: 
müllerianos o de Wolff.
El fenotipo masculino resulta de la actividad del tes-
tículo fetal. La gónada bipotencial temprana se programa 
para transformarse en testículo entre la sexta y séptima 
semanas de gestación, por la acción de la región determi-
nante del sexo del cromosoma Y (SRY, del inglés, Sex-de-
termining Region on the chromosome Y), que se localiza 
en el brazo corto de este cromosoma. Se forman los cor-
dones testiculares (futuros túbulos seminíferos) por la 
coalescencia de células de Sertoli y de células germinales 
que se rodean por una delgada capa de células mioides 
peritubulares. Las células de Sertoli secretan hormona 
antimülleriana (AMH, del inglés Anti-Müllerian Hormo-
ne) que ocasiona regresión de los conductos de Müller. 
Además, se piensa que las células de Sertoli dirigen la 
diferenciación de otros tipos celulares. Por ejemplo, la 
diferenciación de la célula de Leydig fetal depende de 
señales paracrinas secretadas por la célula de Sertoli. 
Las células de Leydig aparecen alrededor del día 60 
de la gestación y son estimuladas para producir testoste-
rona, en un principio, por la gonadotropina coriónica hu-
mana (hGC). La producción temprana de testosterona 
organiza el desarrollo de las estructuras del conducto de 
Wolff, del cual derivarán epidídimo y conductos deferen-
tes, vesículas seminales y conductos eyaculadores. En la 
semana 16 de la gestación aumenta la secreción de testos-
terona en forma transitoria, hasta alcanzar concentracio-
nes semejantes a las del adulto. En ese periodo disminu-
ye la cantidad de hGC y las gonadotropinas hipofisarias 
fetales toman el control de la producción de andrógenos. 
Desde la vida fetal existe producción de 5a-dihidrotes-
tosterona (DHT); ésta se forma en los tejidos diana por la 
acción local de la enzima 5a-reductasa y estimula el de-
sarrollo de los genitales externos masculinos: se presenta 
fusión escrotal, se desarrolla el cuerpo esponjoso y crece 
el pene, entre otros cambios. El descenso de los testículos 
de la ingle al escroto está controlado principalmente por 
la acción de los andrógenos. 
FISIOLOGÍA
Metabolismo de los andrógenos
Desde un punto de vista cuantitativo, el andrógeno más 
importante es la testosterona. Alrededor de 95% de ésta 
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la secreta las células de Leydig de los testículos y 5% de-
riva de las glándulas suprarrenales. Además de la testos-
terona, los testículos secretan pequeñas cantidades del 
potente andrógeno DHT y de los andrógenos débiles 
dehidroepiandrosterona (DHEA) y androstendiona. Las 
células de Leydig producen también pequeñas cantida-
des de estradiol, estrona, pregnenolona, progesterona, 
17a-hidroxipregnenolona y 17a-hidroxiprogesterona. 
Los pasos en la biosíntesis de andrógenos testiculares se 
muestran en la figura 73-2.
La DHT y el estradiol no sólo provienen de la secre-
ción directa de los testículos sino también de biotrans-
formación de andrógenos y estrógenos, secretados por 
los testículos y las glándulas suprarrenales, en los tejidos 
periféricos. Cerca de 80% de las cantidades circulantes 
de estos dos esteroides deriva de dicha conversión peri-
férica.
En la sangre, andrógenos y estrógenos pueden existir 
en forma libre o unidos a proteínas. Cerca de 38% de la 
testosterona la transporta la albúmina y 60% la globuli-
na fijadora de hormonas sexuales (SHBG, del inglés, Sex 
Hormone Binding Globulin). Ésta es una proteína diméri-
ca glicada muy parecida a la proteína fijadora de andróge-
nos secretada por las células de Sertoli. La SHBG la sin-
tetiza el hígado; su concentración en suero aumenta con 
la administración de estrógenos, tamoxifeno y fenitoína, 
así como en el hipertiroidismo y la cirrosis; disminuye 
con la administración de andrógenos, glucocorticoides u 
hormona del crecimiento (GH), y con el hipotiroidismo, 
hiperinsulinemia, acromegalia y obesidad. Alrededor de 
2% de la testosterona circulante se encuentra libre, es 
decir, no está unida con proteínas séricas y puede entrar 
a las células y ejercer sus efectos metabólicos. Además, 
una fracción de la testosterona unida a proteína puede 
disociarse de esta última en los tejidos diana y difundir al 
interior de las células.
La mayor parte de la testosterona circulante (90%) 
se biotransforma en varios metabolitos en el hígado, los 
cuales, después de conjugarse con diferentes sustancias, 
se pueden excretar en la orina como 17-cetosteroides o 
como otros compuestos. También se debe recordar que 
parte de la testosterona se convertirá en DHT y una pe-
queña fracción en estradiol.
Mecanismo de acción 
de los andrógenos
En los tejidos diana, la testosterona sale de la circulación 
y difunde a través de la membrana celular. En la mayor 
parte de las células diana la testosterona se convierte a unandrógeno más potente, la DHT, por la isoenzima micro-
somal 5a-reductasa. La DHT y la testosterona se unen al 
mismo receptor intracelular que es una proteína específi-
ca localizada en el citoplasma. Este receptor de andróge-
nos pertenece a la superfamilia de receptores nucleares 
y funciona como un factor de transcripción activado por 
ligando. El gen que codifica para el receptor de andróge-
nos humano está localizado en el brazo largo del cromo-
soma X, cerca del centrómero, en la posición Xq11-q12. 
La unión de la testosterona o la DHT a la región del car-
boxilo terminal del receptor induce la dimerización de 
este último y su translocación al núcleo. Ya en el núcleo 
el complejo hormona-receptor se une a los elementos de 
respuesta (secuencias de reconocimiento específicas del 
DNA) y recluta proteínas que actúan como corregula-
dores o factores de transcripción para promover la ex-
presión de los genes diana (figura 73-3). Esto dará como 
resultado la síntesis de proteínas y la sucesión de cambios 
que harán manifiesta la acción de los andrógenos.
Cada vez se dispone de más evidencia acerca de la 
existencia de efectos no genómicos de los andrógenos, 
mismos que pueden contribuir a regular la actividad de 
transcripción. Estas acciones no genómicas suelen invo-
lucrar la activación rápida de cascadas de señalización de 
cinasas y la modulación de los valores de calcio intrace-
lular. Los receptores que median tales efectos aún no se 
han identificado del todo.
Las principales funciones de los andrógenos inclu-
yen la diferenciación de los órganos genitales masculinos 
internos y externos durante el desarrollo fetal; durante 
la pubertad inducen el crecimiento de pene, próstata, 
epidídimo y vesículas seminales, órganos que para man-
tener su integridad funcional requerirán andrógenos a lo 
largo de la vida. Los andrógenos estimulan también el 
crecimiento del músculo esquelético, de la laringe (que 
provoca el cambio de voz durante la pubertad), la ac-
tividad de las glándulas sebáceas, el crecimiento de los 
huesos largos, del vello púbico y axilar, así como del vello 
de distribución androide (barba, bigote, vello del tórax, 
espalda y abdomen). Entre otras de sus funciones desta-
can la regulación de la secreción de gonadotropinas por 
el sistema hipotalámo-hipófisis y de la espermatogénesis.
REGULACIÓN 
DE LA FUNCIÓN TESTICULAR
Función hormonal
Con excepción de las primeras semanas de vida fetal, la 
producción de testosterona depende de la secreción hi-
pofisaria de hormona luteinizante (LH), que a su vez es 
regulada por la hormona liberadora de gonadotropinas 
(GnRH); la producción de esta hormona está inhibi-
da durante la niñez y empezará a generarse de manera 
pulsátil durante la pubertad. La GnRH es un péptido 
compuesto por 10 aminoácidos, producido por neuro-
nas situadas en la región basal del hipotálamo y secre-
tado al sistema portal hipotálamo-hipofisario en forma 
de pulsos, cada 90 a 120 min. El patrón de secreción de 
la GnRH está determinado por la interacción de varios 
neurotransmisores y neuromoduladores, como la kiss-
peptina y por los esteroides sexuales. 
En la adenohipófisis, la GnRH estimula al gonado-
tropo para producir LH y FSH.
Las células de Leydig tienen receptores de mem-
brana específicos para LH, los cuales están acoplados a 
proteínas G y contienen siete dominios transmembrana. 
La unión de la LH al receptor estimula la secreción de 
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780  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
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782  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
andrógenos en las células de Leydig. La elevación de an-
drógenos resultante inhibe la secreción de LH a través de 
una acción directa sobre la glándula hipofisaria y tiene un 
efecto inhibitorio en el nivel hipotalámico (figura 73-4). 
Tanto el hipotálamo como la hipófisis tienen receptores 
para andrógenos y estrógenos; los primeros disminuyen 
la frecuencia de los pulsos de LH, y los estrógenos (que 
pueden ser resultado de aromatización local de la testos-
terona) disminuyen la amplitud de dichos pulsos.
Función reproductiva 
La GnRH estimula al gonadotropo para secretar FSH a 
la circulación general; esta hormona se une con recepto-
res específicosen las células de Sertoli; los receptores de 
FSH están acoplados a proteínas G y tienen siete domi-
nios transmembrana. La unión de la FSH a su receptor 
en la célula de Sertoli estimula la producción de la pro-
teína fijadora de andrógenos, la cual permite mantener 
una concentración alta de testosterona intratubular. Esto 
es importante porque la maduración total de los esper-
matozoides requiere testosterona y hormona foliculoes-
timulante. 
El principal sitio de acción de la FSH es la célula de 
Sertoli; esta hormona estimula la mitosis de tales células 
y aumenta su número durante la pubertad, promueve 
la maduración de las células de Sertoli y el desarrollo 
de uniones íntimas entre éstas, las cuales tienen como 
función asegurar las condiciones apropiadas para la pro-
liferación y la maduración de las células germinales.
El control de la secreción de FSH está regulado por 
la GnRH y por péptidos denominados inhibinas y activi-
nas. Las inhibinas, hormonas de las cuales se han identi-
ficado dos formas (denominadas A y B), son producidas 
en el varón sobre todo por las células de Sertoli y tienen 
la capacidad de inhibir en forma selectiva la liberación 
de FSH hipofisaria a través de un mecanismo de retroa-
Figura 73-4. Eje hipotálamo-hipófisis-testículo. El hipotálamo secreta de manera pulsatil GnRH, la cual estimula la síntesis y secreción de LH 
y FSH. La secreción de GnRH es regulada por diferentes neurotransmisores y neuromoduladores como la kisspeptina, producida por células 
localizadas en diversos sitios del hipotálamo. Las gonadotropinas ejercen su efecto a nivel del testículo. En términos generales la LH estimula 
a las células de Leydig para la producción de testosterona, mientras que la FSH regula diversas funciones de las células de Sertoli para el 
soporte de las células germinales. Los productos de las células de Leydig y Sertoli, ejercen un efecto de retroalimentación a nivel hipofisario e 
hipotalámico para la síntesis y secreción de las gonadotropinas.
Neuronas 
productoras
de GnRH
KisspeptinaKisspeptinaKisspeptinaKisspeptina
Leptina Opioides
LH FSH
Testosterona
Estradiol
(–)
Inhibinas (–)
Activinas (+)
CYP11A1
CYP17A1
17βHSD2
KisspeptinaTestosterona
Inhibinas
Activinas
AMH Espermatogénesis
Células de Leydig Células de Sertoli
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El testículo y su alteración endocrina 783
limentación negativa, sin afectar la secreción de LH. Las 
inhibinas son dímeros ligados por puentes disulfuro que 
comparten una subunidad a común y difieren en la su-
bunidad β, denominadas βa en la inhibina A y βb en la 
inhibina B. La inhibina B, que es la forma principal de 
inhibina en el hombre, la produce la célula de Sertoli 
con el estímulo de FSH y, a su vez, funciona como un 
regulador fisiológico de la secreción de la misma, junto 
con la testosterona y sus metabolitos activos: la DHT y 
los estrógenos (figura 73-4). Los valores de inhibina dis-
minuyen en la vejez.
Las activinas estimulan la producción de FSH, se 
producen en la glándula hipófisis y en pequeñas can-
tidades en el testículo y actúan de manera autocrina y 
paracrina. Cada una de las activinas es un dímero confor-
mado por dos subunidades β de la inhibina ligadas por 
puente disulfuro, ya sea como homodímero (activina A: 
βa-βa; activina B: βb-βb) o como un heterodímero (acti-
vina AB: βa-βb).
Se ha aislado otra proteína capaz de suprimir la se-
creción de FSH, la folistatina; ésta no comparte homolo-
gía significativa con las subunidades de la familia inhibi-
na/activina, es una hormona glucoproteínica de una sola 
cadena, producida sobre todo en la hipófisis. Su función 
es modular las acciones locales de la activina sobre la 
secreción de FSH. La folistatina tiene la capacidad de 
unirse con alta afinidad a la activina, lo que neutraliza el 
efecto estimulante que tiene esta última sobre la FSH.
Otras sustancias producidas 
por las células de Leydig y de Sertoli
Las células de Leydig también secretan pequeñas canti-
dades de oxitocina, renina, factor de crecimiento similar 
a la insulina (que aumenta la producción de testosterona 
estimulada por gonadotropinas), factores de transforma-
ción del crecimiento a y β, interleucina 1, lipotrofina, 
β-endorfina, angiotensina y prostaglandinas, que quizá 
tengan algún papel en la regulación paracrina de la fun-
ción testicular.
Las células de Sertoli producen asimismo péptido 
semejante a GnRH, factores de transformación del creci-
miento a y β, interleucina 1 e interleucina 6 (que pueden 
actuar como un factor parácrino fisiológico sobre linfoci-
tos y otras células testiculares y quizá tengan importan-
cia en la función de protección inmunológica del tejido), 
transferrina, activador del plasminógeno, ceruloplasmina, 
componentes de la matriz extracelular como colágeno y 
laminina, además de la ya mencionada hormona antimü-
lleriana
HIPOGONADISMO EN EL VARÓN
Definición 
Deficiencia absoluta o relativa en la acción de los andró-
genos. 
Clasificación 
Hipogonadismo primario o hipergonadotrópico (defecto 
testicular), hipogonadismo hipogonadotrópico (deficien-
cia de LH o GnRH; si el defecto es hipofisario puede 
llamarse también hipogonadismo secundario y terciario 
si es hipotalámico), y la insensibilidad a los andrógenos 
(disminución de la acción de los andrógenos en los teji-
dos diana).
Cuadro clínico
Depende de la edad de inicio del hipogonadismo. La de-
ficiencia de andrógenos durante el segundo o tercer mes 
de vida fetal origina ambigüedad de genitales que puede 
oscilar desde el hipospadias hasta los genitales externos 
con fenotipos femeninos, dependiendo de la magnitud 
del déficit de andrógenos. Si la deficiencia se desarrolla 
durante el tercer trimestre de la gestación se pueden pre-
sentar defectos en el descenso de los testículos y micro-
pene.
La deficiencia prepuberal de andrógenos se mani-
fiesta con desarrollo inadecuado o ausente de los carac-
teres sexuales secundarios y presencia de proporciones 
eunucoides originadas por retraso del cierre de las epí-
fisis de los huesos largos. Si la deficiencia de testostero-
na se presenta después de que transcurrió una pubertad 
normal, el paciente puede manifestar disminución de la 
libido, esterilidad e impotencia sexual. Con el hipogona-
dismo crónico disminuye el crecimiento del vello facial, 
y por ende la frecuencia de rasurado. Pueden presentar-
se también: anemia, osteoporosis, reducción de la masa 
muscular, depresión, aumento de la adiposidad, disminu-
ción del volumen testicular, ginecomastia, aparición de 
arrugas finas en las comisuras de los labios y ojos.
Varios fármacos pueden interferir con la acción de 
la testosterona, ya sea inhibiendo su síntesis o bloquean-
do las acciones periféricas de la hormona. Entre esos se 
encuentran la espironolactona, ciproterona, ketoconazol, 
cimetidina y etanol. Los valores de testosterona pueden 
ser bajos en hombres que ingieren mariguana, heroína 
o metadona, posiblemente por un defecto combinado, 
central y testicular. 
Diagnóstico clínico
Debe realizarse una historia clínica completa, con inte-
rrogatorio minucioso acerca del descenso testicular, la 
aparición de caracteres sexuales secundarios, la frecuen-
cia del afeitado, el estado de la libido, función eréctil y 
fertilidad, así como de antecedentes de infecciones de 
transmisión sexual, cirugía de próstata o testículo, radio-
terapia, orquitis, consumo de fármacos y enfermedades 
sistémicas.
En la exploración física es importante la somatome-
tría: talla, longitud de brazada, de segmento superior y 
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784  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
de segmento inferior. El diagnóstico de hábitus eunu-
coide se establece cuandoexiste relación del segmento 
superior/inferior < 0.9 y diferencia de brazada-estatura > 
5 cm. Se debe evaluar la integridad de la olfación, la pre-
sencia de defectos de la línea media, la distribución del 
vello corporal, el desarrollo muscular y la presencia de 
ginecomastia. En la exploración genital es relevante ve-
rificar si los testículos se encuentran en la bolsa escrotal, 
palpar su consistencia y estimar su volumen mediante el 
orquidómetro de Prader. Asimismo, evaluar la distribu-
ción del vello para definir el grado de maduración sexual 
de acuerdo a la escala de Tanner, medir la longitud y cir-
cunferencia del pene y buscar de forma intencionada si 
existen hipospadias o genitales ambíguos.
Diagnóstico paraclínico
Si existe sospecha clínica de hipogonadismo, debe cuan-
tificarse la testosterona total en suero. Una sola determi-
nación puede distinguir entre individuos normales y los 
que tienen hipogonadismo grave, pero, como consecuen-
cia de que la testosterona se secreta en forma pulsátil es 
posible que no se identifiquen los defectos leves. En caso 
de que el cuadro clínico sea compatible con hipogonadis-
mo y el resultado de la testosterona total no sea conclu-
yente, se puede realizar una segunda determinación para 
confirmar la deficiencia androgénica. 
El hallazgo de un valor bajo de testosterona sin que 
existan manifestaciones clínicas de hipogonadismo su-
giere deficiencia de SHBG, defecto que puede ser congé-
nito o adquirido; si el médico de primer contacto detecta 
a un paciente con estas características debe solicitar la 
valoración por un endocrinólogo, quien determinará si se 
requieren estudios adicionales.
Cuando se ha confirmado que la cantidad de tes-
tosterona en suero es subnormal procede cuantificar las 
gonadotropinas hipofisarias a fin de identificar si el de-
fecto es testicular o central. En la práctica cotidiana es 
recomendable que desde un inicio se solicite, además de 
la de testosterona, la cuantificación de LH y FSH. En 
este punto, es conveniente que el médico general refiera 
al paciente con un especialista para continuar su estudio. 
En los casos en los que la testosterona esté baja y las 
concentraciones de gonadotropinas sean normales (gona-
dotropinas en concentración anormalmente normal) se 
puede realizar una segunda cuantifiación de FSH y LH 
para confirmar el diagnóstico. 
En general, un análisis de semen normal excluye la 
disfunción gonadal; sin embargo, un solo análisis anormal 
no es suficiente para establecer el diagnóstico de tras-
tornos de la función testicular. Cuando se detectan al-
teraciones se deben examinar al menos tres muestras de 
semen con un intervalo de dos a tres meses debido a que 
la fiebre, algunos traumatismos, la exposición a fármacos 
y otros factores pueden dañar de manera temporal la es-
permatogénesis. En el cuadro 73-1 se señalan los princi-
pales parámetros del análisis de semen. 
HIPOGONADISMO HIPOGONADOTRÓPICO
Se caracteriza por concentraciones bajas de testosterona, 
LH y FSH en suero. La secreción disminuida de LH y 
FSH puede deberse a una alteración en la producción 
hipotalámica de GnRH o a un defecto hipofisario. Las 
diferentes causas de hipogonadismo hipogonadotrópico 
se señalan en el cuadro 73-2. 
La distinción entre las causas hipotalámicas e hipofi-
sarias puede ser difícil. Si la deficiencia de andrógenos se 
acompaña de anosmia (síndrome de Kallmann) o de dia-
betes insípida, puede considerarse un déficit de GnRH. 
Los defectos del campo visual, la hiperprolactinemia o 
la presencia de panhipopituitarismo obligan a descartar 
una causa hipofisaria. En estos casos es indispensable 
contar con una resonancia magnética de la región hipo-
tálamo-hipofisaria. 
En caso de que los datos o estudios mencionados an-
tes no sean suficientes para ubicar el sitio de afección 
puede realizarse la prueba de estimulación con GnRH, 
teniendo la precaución de previa sensibilización de la 
hipófisis con dosis repetidas y espaciadas, en forma ade-
cuada, de GnRH. En pacientes con déficit de GnRH la 
administración exógena de esta hormona inducirá incre-
mento de LH, mientras que en aquellos que cursan con 
patología hipofisaria no habrá respuesta. Los defectos hi-
pofisarios que se pueden detectar con esta prueba inclu-
yen alteraciones del receptor para GnRH y de la síntesis 
de las gonadotropinas originadas por mutaciones especí-
ficas de los genes correspondientes (cuadro 73-2).
Cuadro 73-1. Valores de referencia 
en el análisis del semen*
Parámetro Percentila 5 (intervalo 
de confianza 95%)
Volumen, mL 1.5
(1.4 a 1.7)
Concentración de espermatozoides, mi-
llones/mL
15
(12 a 16)
Cuenta total en el eyaculado, millones 39
(33 a 46)
Motilidad
Motilidad total, % > 40
(38 a 42)
Motilidad progresiva (PR+NP), % 32
(31 a 34)
Vitalidad, % espermatozoides vivos 58
(55 a 63)
Morfología normal, % 4
(3.0 a 4.0)
Leucocitos, millones/mL < 1
* Los límites de referencia fueron obtenidos de hombres de parejas que 
habían cursado con un embarazo en los 12 meses previos. Organización 
Mundial de la Salud, 2010 (referencia 6).
PR= espermatozoide se mueve activamente en forma lineal o en grandes 
círculos, independientemente de la velocidad. NP= cualquier movimiento no 
progresivo, por ejemplo movimiento en su lugar en círculos pequeños. 
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El testículo y su alteración endocrina 785
El gen KAL1, localizado en el brazo corto del cromo-
soma X, codifica para una proteína de la matriz extrace-
lular denominada anosmina-1, que está involucrada con 
la migración desde la placa olfatoria hacia el hipotálamo 
de las neuronas que producen GnRH, durante el desa-
rrollo embrionario. En el síndrome de Kallman (SK) el 
hipogonadismo quizá resulta de la falla en esa migración 
neuronal y el defecto del sentido del olfato lo causa la 
hipoplasia o aplasia de los bulbos y tractos olfatorios. Las 
mutaciones del gen KAL1 se describieron inicialmente 
en hombres con SK recesivo ligado a X, al momento ac-
tual se han reportado más de 60 mutaciones diferentes 
para este gen, que son causa de 20% de todos los casos 
de SK. Otros mutaciones que se han reportado afectan 
a los genes FGFR1 (KAL2) y FGFR8 (KAL6), señalados 
en formas autosómicas dominantes y en mutaciones de 
novo del SK; PROK2 (KAL4) y PROKR2 (KAL3) que 
dan cuenta de menos de 10% de los casos de SK y de 
HHI normósmico; CHD7 (KAL5) reportado en 3 a 5% 
de los pacientes con SK o HHI; NELF reportado princi-
palmente en HHI; y mutaciones de GNRH1 y GNRHR, 
entre otras.
Cuadro clínico y diagnóstico
Debe sospecharse este trastorno en niños prepuberales 
con criptorquidia o micropene y cuando estén presentes 
algunas anomalías congénitas asociadas, como defectos 
craneofaciales de la línea media (labio leporino y fisu-
ra palatina), metacarpos cortos, sordera neurosensitiva y 
ataxia. Puede haber mayor frecuencia de trastornos re-
nales. 
La mayoría de los individuos afectados son detecta-
dos porque no presentan desarrollo de caracteres sexua-
les secundarios y tienen proporciones eunucoides, aun-
que puede haber casos leves con solo deficiencia parcial 
en la producción de LH y FSH que pueden ser diagnosti-
cados en la edad adulta por disminución de la libido, falta 
de erección matutina, depresión, fatiga e infertilidad. 
Los valores de testosterona, LH y FSH son bajos, se-
ñalando una causa central de hipogonadismo. Es necesa-
rio evaluar en todos los casos el sentido del olfato (que 
en caso de estar alterado nos apoya el diagnóstico de SK) 
y la función hipofisaria completa, y realizar una resonan-
cia magnética de la región hipotálamo hipofisaria para 
descartar otras causas de alteración central, por ejemplo 
tumores.
Tratamiento
La meta del tratamiento en adolescentes hipogonádicos 
y adultos jóvenes es la inducción y mantenimiento de los 
caracteres sexuales secundarios (lo quese consigue con 
testosterona) y la inducción de la fertilidad. El tratamien-
to para la infertilidad consiste en la administración de 
gonadotropinas de origen natural o sintético, tres veces 
a la semana por un período de por lo menos tres meses, 
para inducir la espermatogénesis. En caso de persistir la 
azoospermia u oligospermia grave a pesar del tratamien-
to con gonadotropinas, puede evaluarse, mediante biop-
Cuadro 73-2. Clasificación del hipogonadismo 
en el varón
Hipogonadismo primario o hipergonadotrópico
Defectos del desarrollo y estructurales
Síndrome de Klinefelter
Síndrome del varón XX
Mutaciones del receptor de LH
Defectos en la biosíntesis de andrógenos
Anorquia bilateral, aplasia de células de Leydig, criptorquidia
Defectos adquiridos 
Orquitis: viral, trauma, radiación
Fármacos: Espironolactona, ketoconazol, agentes citotóxicos
Sustancias tóxicas: Alcohol, opiáceos, insecticidas, metales pe-
sados
Autoinmunidad
Enfermedades neurológicas: distrofia miotónica, paraplejia
Hipogonadismo hipogonadotrópico
Defectos del desarrollo y estructurales
Déficit congénito de GnRH: síndromes de Kallman y otros
Mutaciones	del	receptor	de	GnRH	o	del	gen	de	LH	β	o	del	gen	
de FSH β
Déficit aislado de LH
Defectos adquiridos
Por traumatismo, cirugía o radioterapia
Tumor (adenoma hipofisario, craneofaringioma, otros)
De causa vascular (infarto hipofisario)
Hipofisitis autoinmune
Enfermedades que afectan por infiltración del tejido: tuberculosis, 
sarcoidosis, histiocitosis
Hemocromatosis
Defectos funcionales: desnutrición, enfermedad grave, estrés in-
tenso, obesidad, DM2 
Insuficiencia renal crónica, VIH-SIDA
Fármacos: que ocasionan hiperprolactinemia; esteroides se- 
xuales
Disminución de la acción de andrógenos
Defectos del receptor de andrógenos o de la señalización pos-
receptor
Deficiencia de 5a reductasa
LH: hormona luteinizante. HIV: virus de inmunodeficiencia adquirida. GnRH: 
hormona liberadora de gonadotropinas. DM2: diabetes mellitus tipo 2.
Hipogonadismo hipogonadotrópico congénito
Generalidades
El hipogonadismo hipogonadotrópico (HH) congénito 
es un trastorno raro, causado por una deficiencia aislada 
de GnRH, con una incidencia de 1 en 8 000 mujeres y 1 
en 4 000 varones; 40% de los pacientes tienen un sentido 
del olfato normal (hipogonadismo idiopático normósmi-
co, HHI normósmico) y 60% tienen defectos del olfato 
que van desde hiposmia a anosmia (en estos casos la pa-
tología se denomina síndrome de Kallman). 
Etiología
El 4% de los pacientes con HH muestran un rearreglo 
cromosómico pero la gran mayoría tienen mutaciones de 
uno o más genes como causa del hipogonadismo. Hasta 
el momento se han identificado 24 genes involucrados. 
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786  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
sia testicular, la presencia de células germinales con grado 
de maduración suficiente para realizar inyección intra-
citoplasmática de espermatozoide al óvulo de la pareja, 
con el objetivo de lograr un embarazo. 
Síndrome del eunuco fértil 
(síndrome de Pascualini)
Con este término se describe a los pacientes con déficit 
parcial de GnRH, suficiente para estimular la secreción 
de cantidades normales de FSH pero no de LH, cuyos 
valores permanecen bajos. Los testículos pueden ser de 
tamaño normal pero existe retraso del desarrollo sexual y 
eunucoidismo. En estos casos parece existir una produc-
ción intratesticular suficiente de testosterona para la es-
permatogénesis, pero no suficiente testosterona circulan-
te para virilizar en forma adecuada los tejidos periféricos. 
Son una variante del hipogonadismo hipogonadotrópico 
congénito y a pesar del nombre, con frecuencia los pa-
cientes requieren tratamiento para ser fértiles.
Hipogonadismo hipogonadotrópico funcional
Una pérdida de peso importante en pacientes con en-
fermedades crónicas graves, como caquexia neoplásica, 
insuficiencia renal crónica, síndromes de malabsorción 
y anorexia nerviosa se asocia a hipogonadismo hipogo-
nadotrópico por deficiencia de GnRH. La corrección de 
la enfermedad subyacente y del peso, suelen corregir el 
hipogonadismo.
El estrés y el ejercicio intensos también pueden dis-
minuir la secreción hipotalámica de GnRH.
La asociación de hipogonadismo hipogonadotrópi-
co con diabetes mellitus tipo 2 en varones, se ha con-
firmado en varios estudios y está presente en 25 a 40% 
de estos pacientes. En cambio, esta condición es rara en 
pacientes con diabetes tipo 1, hallazgo que ha llevado a 
plantear que la asociación no depende de la diabetes o la 
hiperglucemia per se. La concentración de testosterona 
total y libre en los hombres está inversamente relacio-
nada al índice de masa corporal, lo que podría señalar a 
la obesidad como la posible causa; sin embargo, 25% de 
los varones diabéticos con hipogonadismo no son obesos, 
y eso sugiere que el mecanismo fisiopatogénico pudiera 
ser la resistencia a la insulina. De hecho, hay estudios 
que han demostrado la asociación entre hipogonadismo 
hipogonadotrópico, adiposidad abdominal, resistencia a 
la insulina y síndrome metabólico, aun en ausencia de 
diabetes. Otros factores señalados como posible causa 
son las citocinas proinflamatorias, por ejemplo TNF-a e 
IL-1β entre otros, que se sabe están aumentados tanto en 
obesidad como en resistencia a la insulina.
En los pacientes obesos, la pérdida de peso se aso-
cia a aumento en las gonadotropinas y en la testosterona 
total y libre, además de una disminución en la concen-
tración de estrógenos. Los efectos benéficos son de una 
magnitud mayor en los pacientes que se acercan más a 
su peso ideal con la pérdida de peso, en los más jóvenes, 
en los no diabéticos y en los sujetos con un mayor grado 
de obesidad, es posible porque son estos grupos los que 
pierden más peso.
Ocurre atrofia testicular en la mitad de los pacien-
tes con cirrosis hepática. Se ha demostrado fibrosis pe-
ritubular y disminución de la espermatogénesis en es-
tos pacientes. Los valores de testosterona están bajos y 
los de estradiol elevados debido a una disminución de 
la producción de testosterona y aumento de la produc-
ción de estradiol. Las concentraciones de gonadotropinas 
también disminuyen conforme avanza la insuficiencia 
hepática. 
No es raro que los pacientes con síndrome de inmu-
nodeficiencia adquirida presenten hipogonadismo que 
puede ser primario o secundario.
Otras causas de hipogonadismo 
hipogonadotrópico central
Puede haber causas hipotalámicas relacionadas con tu-
mores (p. ej., craneofaringiomas), traumatismos crá-
neoencefálicos, enfermedades infiltrantes del hipotálamo 
(p. ej., sarcoidosis, tuberculosis) que ocasionan disminu-
ción de la producción de GnRH. En otros casos, la lesión 
puede ser hipofisaria, causada por tumores (adenomas), 
cirugía o radioterapia a la hipófisis, hipofisitis autoinmu-
nitaria o un infarto pituitario que alteran la respuesta a 
GnRH. Otra causa de hipogonadismo central es la hi-
perprolactinemia que se trata con más amplitud en el 
capítulo 7 (cuadro 73-2).
HIPOGONADISMO PRIMARIO 
O HIPERGONADOTRÓPICO
Como se mencionó, la insuficiencia hormonal es de ori-
gen testicular. Se caracteriza por una concentración baja 
de testosterona y aumento de las concentraciones en 
suero de LH y FSH. Puede ser ocasionado por múltiples 
causas (cuadro 73-2). El déficit de testosterona suele ir 
acompañado de alteración de los túbulos seminíferos, 
con azoospermia y esterilidad como consecuencia.
Síndrome de Klinefelter
Generalidades
Afecta a 0.1 a 0.2% de los neonatos de sexo masculino 
(1 a 2 por 1 000) y es uno de los trastornos cromosómi-
cos congénitos más comunes que dan como resultado hi-
pogonadismo e infertilidad genéticamente determinados. 
Etiología y fisiopatología
La patología la causa la aneuploidia congénita de los cro-
mosomas sexuales. El 80% de los pacientes tiene el ca-
riotipo 47,XXY (forma clásica); el restante 20% puede 
tener un mosaico 47,XXY/46,XY, cromosomas X super-
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El testículo y su alteración endocrina 787
numerarios (48, XXXY, 49, XXXXY) o cromosomas X 
y Y supernumerarios (48XXYY). Estas anomalías en el 
número de cromosomas son el resultado de la no disyun-
ción en la ovogénesis en casi dos tercios de los casos y el 
tercio restante se debe a no disyunción en la espermato-
génesis. 
Es usual que el defecto cromosómico se expresa du-
rante la pubertad. Al aumentar las gonadotropinas, los 
túbulos seminíferos no crecen, sino que presentan fibro-
sis y hialinización, la obliteración de los túbulos seminí-
feros provoca azoospermia. La masa de células de Leydig 
es normal pero la función es anormal, la velocidad de 
producción de testosterona está reducida y ocurre una 
elevación compensadora de la LH sérica que estimula a 
las células de Leydig para secretar cantidades crecientes 
de estradiol y precursores de éste, lo que genera gineco-
mastia y un aumento de la síntesis hepática de SHBG 
que disminuye la testosterona libre.
Cuadro clínico
No suele haber síntomas antes de la pubertad, excepto 
por la aparición de trastornos del lenguaje o del apren-
dizaje en algunas personas afectadas. La pubertad puede 
estar retardada. El pene y el escroto presentan grado va-
riable de desarrollo sexual secundario, alcanzando carac-
terísticas de maduración normal. El 80% de los pacientes 
tiene disminución del crecimiento del vello facial y del 
tórax.
El paciente se presenta con síntomas y signos de de-
ficiencia de testosterona, testículos pequeños y firmes 
e infertilidad. A menudo existe ginecomastia simétrica 
(80% de los casos) y estatura alta con piernas largas y 
tronco corto, aunque la brazada suele ser normal. La de-
ficiencia de testosterona puede variar desde casi eugona-
dismo a hipogonadismo grave. 
Los pacientes con mosaicismo tienen un cuadro clí-
nico leve, pueden tener tamaño testicular normal y ser 
fértiles si sus testículos tienen el genotipo XY. Los casos 
que tienen tres o más cromosomas X, suelen presentar 
un retraso mental grave; la presencia de más de un cro-
mosoma Y tiende a relacionarse con comportamiento 
agresivo antisocial. 
El padecimiento se asocia a una morbilidad signi-
ficativa mayor a la esperada en la población masculina 
total y a una expectativa de vida unos años menor. Los 
principales trastornos asociados son: venas varicosas, 
trombosis, embolismo pulmonar, síndrome metabólico 
y diabetes tipo 2, osteopenia, osteoporosis y trastornos 
neurológicos, como epilepsia, trastornos del lenguaje y 
aprendizaje. Existe aumento en el riesgo de tumores ex-
tragonadales de células germinales y de enfermedades 
autoinmunitarias, así como de cáncer de mama; se estima 
que la incidencia de cáncer mamario es 20 veces superior 
a la observada en hombres sanos. A pesar de que todos 
estos trastornos pueden ser el motivo de consulta médica 
de los pacientes con síndrome de Klinefelter, se sospecha 
que sólo 25% de los casos se diagnostica a lo largo de su 
vida. 
Diagnóstico
Las cifras de testosterona son bajas o normales, la FSH y 
la LH se encuentran elevadas, existe azoospermia. Si la 
FSH está elevada, la afección puede confirmarse median-
te un frotis bucal en el que se detectan corpúsculos de 
Barr (explicado por el cromosoma X extra). El cariotipo 
demuestra alteraciones en el número de los cromosomas 
sexuales confirmando el diagnóstico. 
Tratamiento
La deficiencia de andrógenos debe tratarse con reem-
plazo de testosterona. Si la ginecomastia representa un 
problema estético, puede realizarse mastectomía. Con 
la combinación de técnicas muy avanzadas de reproduc-
ción asistida, que incluyen principalmente la extracción 
de esperma de los testículos mediante biopsia, es posible 
que un paciente con síndrome de Klinefelter pueda tener 
un hijo biológico, sin embargo, estas técnicas son muy 
costosas y el porcentaje de éxito aún es bajo, por lo que la 
pareja no debe tener demasiadas esperanzas de conseguir 
un embarazo.
Síndrome del varón XX
Ocurre en 1 de 20 000 nacimientos de varones. Es muy 
parecido al síndrome de Klinefelter, las diferencias son: 
estatura final promedio menor a la de un hombre nor-
mal y puede haber hipospadias o genitales ambíguos. 
La incidencia de daño cognitivo no está aumentada. 
Por lo demás, las características son las del síndrome de 
Klinefelter: testículos pequeños y firmes, ginecomastia, 
azoospermia, hialinización de los túbulos seminíferos, 
pene de tamaño normal o pequeño.
Se han propuesto cuatro teorías para explicar el 
desarrollo de un varón en ausencia de cromosoma Y. 1. 
Mosaicismo en el que algunas líneas celulares contengan 
cromosoma Y, 2. Una mutación con ganancia de función 
de algunos genes autosómicos, 3. Deleción o inactivación 
de algunos genes que de manera normal suprimen el de-
sarrollo testicular y 4. Intercambio de una porción del 
cromosoma Y con el cromosoma X. Secuencias del cro-
mosoma Y son detectables en casi 80% de los hombres 
46,XX, el grupo que no tiene esta característica es más 
probable que tenga ambigüedad de genitales externos y 
es posible que en ellos la porción trasladada del cromo-
soma Y sea muy pequeña.
El tratamiento es similar al del síndrome de Klin-
efelter.
Anorquia
La anorquia bilateral ocurre en casi 1% de los niños con 
criptorquidia (cerca de 1 de cada 20 000 varones). Al na-
cimiento, los pacientes tienen fenotipo masculino normal 
con criptorquidia bilateral. No ocurre desarrollo de los 
caracteres sexuales secundarios, excepto por escaso vello 
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788  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 73)
púbico y axilar que depende de la presencia de andró-
genos suprarrenales. Si el paciente no recibe andrógenos 
desarrollará apariencia eunucoide. No hay ginecomastia. 
Otras causas de hipogonadismo primario
La orquitis, la criptorquidia y los fármacos citotóxicos 
utilizados en el tratamiento del cáncer pueden causar 
daño de la espermatogénesis y por lo tanto esterilidad, 
pero es poco frecuente que causen hipogonadismo evi-
dente desde el aspecto clínico. 
Puede ocurrir insuficiencia testicular como parte de 
un trastorno autoinmune generalizado, en el que coexis-
ten múltiples deficiencias endocrinas primarias. 
Las patologías granulomatosas sistémicas pueden 
también involucrar al testículo, ocasionando destrucción 
de tejido. 
Es usual que los varones con distrofia miotónica ten-
gan testículos pequeños, valores de testosterona bajos en 
plasma y aumento de LH y FSH. 
El 50% de los pacientes con insuficiencia renal ex-
perimenta disminución de la libido e impotencia asocia-
das a alteración en la biosíntesis de testosterona y en la 
espermatogénesis. Existe en estos casos disminución de 
testosterona y aumento de las concentraciones de LH y 
FSH, lo que indica un defecto en el nivel testicular. El 
trasplante renal exitoso regresa la testosterona al rango 
normal.
TRATAMIENTO
El tratamiento del hipogonadismo debe ajustarse a las 
condiciones del paciente, ya que las necesidades del tra-
tamiento varían, es importante tomar en cuenta la edad, 
el estado de salud o enfermedad y considerar el aspecto 
reproductivo.
Como se mencionó, los pacientes con hipogonadis-
mo hipogonadotrópico deben tratarse con testosterona 
para inducir la virilización o con gonadotropinas si se 
busca restaurar la fertilidad. Los pacientes con hipogo-
nadismo primario por lo general padecen trastornos que 
afectan la fertilidad en forma irreversible, por lo que la 
finalidad del tratamiento es sólo la restitución de andró-
genos. 
Existen varios preparados de testosterona entre los 
que se encuentran formulacionespara uso oral, intra-
muscular, transdérmico (parches o geles) y en implantes. 
Las formulaciones disponibles y con mayor frecuencia 
empleadas en México son las de aplicación intramuscular 
que contienen ésteres de testosterona a dosis de 180 a 
250 mg, para administrar cada dos a tres semanas o de 
1 g para administración cada tres meses. Existe también 
disponibilidad de testosterona en gel a dosis de 50 mg, 
para administrar diario. Los efectos en la mejoría de los 
síntomas atribuibles a la defiencia androgénica son simi-
lares entre las diversas formulaciones. 
Como con cualquier tratamiento, antes de iniciar la 
terapia de reemplazo con testosterona deben analizar-
se los beneficios y los posibles riesgos. Entre los bene-
ficios se pueden señalar: mejoría de la libido, aparición 
o mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios, 
aumento de la masa y la fuerza muscular, reducción de 
la grasa corporal, disminución de la resorción ósea, au-
mento de la formación de hueso y mejoría del estado de 
ánimo.
La terapia con andrógenos está contraindicada en 
pacientes con cáncer de mama y de próstata, y en casos 
de policitemia. Los pacientes con hipertrofia prostática 
benigna se deben tratar con cirugía o tratamiento médico 
antes de indicar la restitución hormonal y los varones de 
40 años de edad o más que ameriten tratamiento deben 
tener un seguimiento adecuado con antígeno prostático 
específico y evaluación de la próstata mediante tacto rec-
tal una vez por año, ante la posibilidad no demostrada, de 
desarrollar o empeorar ese trastorno.
Otros efectos secundarios son incremento de la gra-
vedad de la apnea del sueño, aparición de ginecomastia, 
retención de líquidos, acné y disminución del colesterol 
de alta densidad.
DISMINUCIÓN DE LA ACCIÓN 
DE ANDRÓGENOS 
Las patologías que se deben a defectos en los mecanis-
mos de acción hormonal, por lo general, producen alte-
raciones de la diferenciación sexual normal y se tratan 
de manera específica en otro capítulo de esta obra. Los 
pacientes que portan estos defectos, es común que se de-
tecten en la infancia debido a las anormalidades fenotípi-
cas que presentan, y no porque se asocien a hipogonadis-
mo. Los individuos con fenotipo masculino que portan 
formas leves de estas alteraciones se diagnostican en la 
edad adulta, por lo general por presentar infertilidad. 
La disminución en la acción de los andrógenos pue-
de originarse por mutaciones esporádicas o familiares del 
gen del receptor de andrógenos que causan ausencia o 
defecto del receptor, o bien defectos posreceptor. Los 
pacientes pueden presentar: a) genitales externos feme-
ninos, buen desarrollo mamario y amenorrea primaria, 
con testículos en el canal inguinal (feminización testicu-
lar completa); b) genitales moderados ambíguos que al 
nacimiento permiten identificar al paciente como varón, 
ginecomastia y azoospermia (síndrome de Reifenstein); 
y c) una forma leve con genitales externos masculinos 
y testículos descendidos pero con espermatogénesis de-
fectuosa y oligospermia. La ginecomastia es frecuente en 
estos casos. Los estudios hormonales muestran testoste-
rona y gonadotropinas elevadas.
La deficiencia de 5a reductasa es una causa menos 
frecuente de seudohermafroditismo masculino. Se origi-
na por una mutación del gen de la enzima 5a reductasa 
tipo II, localizado en el cromosoma 2. Como se men-
cionó, esta enzima convierte a la testosterona en DHT. 
Los pacientes desde el aspecto genético son varones, sin 
embargo, por la ausencia de actividad de la enzima, no 
presentan un fenotipo masculino normal; los genitales 
externos pueden tener aspecto ambigüo o femenino y 
los testículos pueden encontrarse en los labios mayores, 
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El testículo y su alteración endocrina 789
el canal inguinal o el abdomen. Los valores de testoste-
rona son altos en estos casos y los de DHT bajos o inde-
tectables.
Otras alteraciones de la diferenciación 
sexual masculina
A continuación se mencionan en forma breve algunos de 
los padecimientos de este grupo. 
La aplasia de células de Leydig, es una causa rara de 
genitales ambíguos en varones. El grado de ambigüedad 
es variable, puede encontrarse escroto bífido, falo con 
apariencia de clítoris, seno urogenital y bolsa vaginal cie-
ga. En otros casos, puede haber aspecto característico fe-
menino y detectarse la alteración en la adolescencia por 
amenorrea primaria. Las gónadas suelen localizarse en el 
canal inguinal. El diagnóstico diferencial debe incluir a 
la anorquia bilateral, defectos en la biosíntesis de testos-
terona, resistencia a los andrógenos y deficiencia de 5a 
reductasa. 
Las mutaciones que afectan las enzimas necesarias 
para la biosíntesis de testosterona también originan gra-
dos variables de ambigüedad genital.
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