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Lengua y literatura TP N7 (1)

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Sabrina Rodriguez
Lengua y literatura – 5to año
Trabajo práctico 7
Acerca de la lectura de la novela “La invensión de Morel” de Adolfo Bioy Casares
1) En cuanto al personaje principal:
a- ¿Quién es el protagonista? Realizá la descripción incorporando citas textuales que
justifiquen la selección de los rasgos salientes que has escogido para su presentación.
2- Sobre la narración:
a. ¿Quién narra la historia? Clasifica el tipo de narrador. ¿Cuál son el motivo y el formato
de su narración? ¿Por qué creen que su narración está armada de esa manera?
b. ¿El tiempo de la narración es simultáneo o posterior al tiempo de la historia? Justificar
con ejemplos.
3) Estructura narrativa:
a. ¿Cuál es la situación inicial de la novela?
b. Desarrolla el conflicto principal que desestabiliza la cotidianeidad del protagonista.
c. Menciona al menos dos hechos o detalles extraños de la isla. ¿Cuál es su explicación
lógica?
4) Los personajes “intrusos”:
a. ¿Qué relación establece el protagonista con Faustine? ¿Cómo responde ella? Detalla
por lo menos tres momentos que quieras destacar de los frustrados encuentros que el
fugitivo desea generar con la mujer.
b. Realiza una diferenciación de las formas y demostraciones de amor hacia Faustine por
parte del fugitivo y de Morel. ¿Cómo reacciona ella en relación a esas demostraciones?
5) Morel y su invento:
a. ¿Qué había motivado a Morel a inventar la máquina? ¿Cómo justifica él mismo eso que
hizo?
d. El protagonista dice que la invención de Morel podría perfeccionarse. ¿De qué modo?
¿Para qué? Busquen en el texto un fragmento que se refiera a esto.
6) Acerca del final de la obra:
a. Tras el desenlace de la historia podemos percibir cómo cambian los roles y lo que
creíamos “real” a partir de la mirada del narrador nos enteramos junto con él que es una
apariencia. Explica en profundidad esta afirmación utilizando citas textuales. ¿Qué
respuesta genera esta nueva situación desde el punto de vista de la lectura?
7) Opinión personal:
a. ¿Te gustó la novela? ¿Por qué?
b. ¿Te identificaste con las actitudes del protagonista? ¿Por qué?
Criterios de evaluación:
Comprobación de lectura de la novela original
Respuestas coherentes desarrolladas en relación al contenido
Justificación con argumentos, citas textuales y ejemplos.
1. Esta historia tiene como protagonista a un preso condenado a cadena perpetua que ha logrado fugarse y llegar a una isla. 
En ningún momento menciona su nombre, por lo tanto es desconocido. Los momentos en los que habla sobre su apariencia física son casi inexistentes, solo menciona que tiene barba y pelo: “Después de bañarme, limpio y más desordenado (por efecto de la humedad en la barba y en el pelo) [...]”
En otras ocasiones menciona que se encuentra enfermo: “Yo estaba enfermo. Tuve la esperanza de que en alguna parte del museo hubiera un mueble con remedios; arriba no había nada; bajé a los sótanos y... esa noche ignoré mi enfermedad, olvidé que los horrores que estaba pasando vienen, solamente, en los sueños.”
2. El mismo prófugo es el narrador y relata en primera persona los acontecimientos que van teniendo lugar en la isla en la que se oculta. 
¿Qué es lo real o qué es real? Es el dilema o el enigma fundamental en el desarrollo de todo el relato. Realidad e imagen-proyección virtual son dos órdenes que se alternan y se entrecruzan en la novela. La espacialización de lo temporal, y la temporalidad de lo espacial, como la simultaneidad propias de las formas del lenguaje cinematográfico adquieren en esta narración una presencia principal en el armado de la trama.
En la visión del narrador protagonista el verano se adelanta, las estaciones se acumulan, se superponen; el tiempo de la naturaleza llega a ser por momentos todos los tiempos. Hay dos soles, hay dos lunas, los habitantes de la isla bailan en medio de una tempestad de agua y de viento. Son dos mundos que coexisten sin tocarse, sólo están presentes en la retina del ojo de quien mira, observa y narra esa percepción de lo que sucede en la isla. 
El tiempo de narración es simultáneo, los acontecimientos suceden en ese momento, el narrador los vive en primera persona.
“Estoy molesto: no tengo las herramientas; la región es malsana, adversa. Pero, hace unos meses, mi vida actual me hubiera parecido un exagerado paraíso.”
3. El texto comienza con el narrador contando cómo lleva su vida en la isla, más bien el como trata de sobrevivir, la convivencia que lleva con la naturaleza. 
El protagonista empieza a mostrar extrañeza y desconfianza por los seres desconocidos que se presentan a lo largo del texto: 
[...] “los veraneantes que habitan el museo. Por su aparición inexplicable podría suponer que son efectos del calor de anoche, en mi cerebro; pero aquí no hay alucinaciones ni imágenes: hay hombres verdaderos, por lo menos tan verdaderos como yo.” [...] “Están vestidos con trajes iguales...” [...] “Bailan entre los pajonales de la colina, ricos en víboras. Son inconscientes enemigos que, para oír Valencia y Té para dos -un fonógrafo poderosísimo los ha impuesto al ruido del viento y del mar- me privan de todo lo que me ha costado tanto trabajo y es indispensable para no morir, me arrinconan contra el mar en pantanos
deletéreos.
En este juego de mirarlos hay peligro;...”
Siente curiosidad de ellos pero a la vez miedo, ya que él es un prófugo y carga con el temor de que puedan entregarlo a la policía.
Al principio de la narración el protagonista menciona un acontecimiento extraño:
“Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. El verano se adelantó.”
En la visión del narrador protagonista el verano se adelanta, las estaciones se acumulan, se superponen; el tiempo de la naturaleza llega a ser por momentos todos los tiempos. Hay dos soles, hay dos lunas, los habitantes de la isla bailan en medio de una tempestad de agua y de viento:
“Sacaron el fonógrafo que está en el cuarto verde, contiguo al salón del acuario, y, mujeres y hombres, sentados en bancos o en el pasto, conversaban, oían música y bailaban en medio de una tempestad de agua y viento que amenazaba arrancar todos los árboles.”
“Tengo un dato, que puede servir a los lectores de este informe para conocer la fecha de la segunda aparición de los intrusos: las dos lunas y los dos soles se vieron al día siguiente.”
Son dos mundos (realidad e imagen-proyección virtual) que coexisten sin tocarse, sólo están presentes en la retina del ojo de quien mira, observa y narra esa percepción de lo que sucede en la isla.
Lo lógico es que estos acontecimientos extraños sean producto de la proyección virtual, que se entrecruza con la realidad.
4. El prófugo conoce a Faustine cuando un día la encuentra sentada en un acantilado contemplando la puesta de sol, con un pañuelo de colores en la cabeza y las manos cruzadas sobre una rodilla. Al principio el prófugo la observa ocultándose detrás de unas rocas, pero luego se deja ver. Sin embargo, aquella mujer no parece darse cuenta de su presencia. En un momento confiesa lo que más le inquieta es que esa mujer:
“... esa mujer me ha dado una esperanza. Debo temer las esperanzas.”
Luego escucha como habla con otro hombre (decidió llamarlo Morel) que la llama con el nombre de Faustine, y comienza a dirigirse hacia ella con este mismo.
Empieza a obsesionarse con ella y a pensarla casi en todo momento, y se percata de que está enamorado:
“Me dije que todo era vulgar: el tipo bohemio de la mujer y mi enamoramiento propio de solitario acumulado.”
“Después de bañarme, limpio y más desordenado (por efecto de la humedad en la
barba y en el pelo), fui a verla. Había trazado este plan: esperarla en las rocas; la mujer, al llegar, me encontraría abstraído en la puesta del sol; la sorpresa, el probable recelo, tendrían tiempo de convertirse en curiosidad; mediaría favorablemente la común devoción a la tarde; ella me preguntaría quién soy; nos haríamos amigos... “
Más adelante intentó acercarse a ella y hablarle, lo hizo, pero ella no se percató de su presencia:
“La prisa: yo me había puesto en la obligación de hablarle hoy mismo.” [...]“Verla: como posando para un fotógrafo invisible, tenía la calma de la tarde, pero más inmensa. Yo iba a interrumpirla.
Decir algo era una expedición alarmante. Ignoraba si tenía voz.
La miré, escondido. Temí que me sorprendiera espiándola; aparecí, tal vez demasiado bruscamente, a su mirada; sin embargo, la paz de su pecho no se interrumpió; la mirada prescindía de mí, como si yo fuera invisible.
No me detuve.
-Señorita, quiero que me oiga -dije con la esperanza de que no accediera a mi ruego, porque estaba tan emocionado que había olvidado lo que tenía que decirle. Me pareció que la palabra señorita sonaba ridículamente en la isla. Además la frase era demasiado imperativa (combinada con la aparición repentina, la hora, la soledad).
Insistí:
-Comprendo que no se digne...
No puedo recordar, con exactitud, lo que dije. Estaba casi inconsciente. Le hablé con
una voz mesurada y baja, con una compostura que sugería obscenidades.” [...]
En otra ocasión lo hizo de nuevo, hasta pasó por su cabeza la idea de tocarla, pero ese pensamiento lo horrorizó, siempre con el miedo de que alguno de los amigos de Faustine lo descubriera:
“Cuando la mujer llegó a las rocas, yo miraba el poniente. Estuvo inmóvil, buscando un sitio para extender la manta. Después caminó hacia mí. Con estirar el brazo, la hubiera tocado. Esta posibilidad me horrorizó (como si hubiera estado en peligro de tocar un fantasma). En su prescindencia de mí había algo espantoso. Sin embargo, al sentarse a mi lado me desafiaba y, en cierto modo, ponía fin a esa prescindencia.
Sacó un libro del bolso y estuvo leyendo. Aproveché la tregua, para serenarme.
Después, cuando la vi dejar el libro, levantar la mirada, pensé: "Prepara una
interpelación". Esta no se produjo. El silencio aumentaba, ineludible. Comprendí la
gravedad de no interrumpirlo; pero, sin obstinación, sin motivo, permanecí callado.
Ninguno de sus compañeros ha venido a buscarme.”
Luego idea un plan para llamar la atención de Faustine utilizando los recursos naturales que le ofrecía la isla, la gran variedad de plantas, específicamente las que tienen flores:
“Escribo esto y se me ocurre una idea que es una esperanza. No creo haber insultado a la mujer, pero tal vez fuera oportuno desagraviarla. ¿Qué hace un hombre en estas ocasiones? Envía flores. Éste es un proyecto ridículo... pero las cursilerías, cuando son humildes, tienen todo el gobierno del corazón. En la isla hay muchas flores. A mi llegada quedaban algunos macizos alrededor de la pileta y del museo. Seguramente, podré hacer un jardincito en el pasto que bordea las rocas. Tal vez sirva la naturaleza para lograr la intimidad de una mujer. Tal vez me sirva para acabar con el silencio y la cautela.”
Luego de su trabajo, llega el momento en que Faustine se asoma por el acantilado y el prófugo espera que pueda ver el jardincito que hizo para ella con tanto esfuerzo, pero de nuevo, es como si fuera transparente: 
“La mujer llegó más temprano que de costumbre. Dejó el bolso (con un libro medio
salido) en una roca, y en otra, más playa, extendió la manta. Tenía un traje de tenis; un pañuelo, casi violeta, en la cabeza. Estuvo un rato mirando el mar, como adormecida; después se levantó y fue a buscar el libro. Se movió con esa libertad que tenemos cuando estamos solos. Pasó, de ida y de vuelta, al lado de mi jardincito, pero simuló no verlo.”
Más adelante expresa su enamoramiento como un odio o repugnancia que siente hacia ella:
“Todavía puedo preguntarme: ¿Qué debo pensar? Ciertamente, es una mujer
detestable.”
Otras veces, hasta el deseo de raptarla o hasta asesinarla:
“Pero, si no... Ya hace tanto tiempo que no me ve... Creo que voy a matarla o
enloquecer, si continúa. Por momentos pienso que la insalubridad extraordinaria de la parte sur de esta isla ha de haberme vuelto invisible. Sería una ventaja: podría raptar a Faustine sin ningún peligro…”
El prófugo, cansado de la inexistente atención que Faustine le dedicó, enojado y frustrado por escucharla hablar con Morel, los confronta gritandoles:
“Estaba a pocos metros de Faustine. Yo salí muy decidido a cualquier cosa, pero a nada en particular. La espontaneidad es fuente de groserías. Señalé al barbudo, como si estuviera presentándolo a Faustine, y dije a gritos:
-La femme á barbe, Madame Faustine!”
5. "Había resuelto no decirles nada (empieza) pero como son amigos tienen derecho a saber. Mi abuso consiste en haberlos fotografiado sin autorización. Es claro que no es una fotografía como todas; es mi último invento. Nosotros viviremos en esa fotografía, siempre. Imagínense un escenario en que se representa completamente nuestra vida en estos siete días. Nosotros representamos. Todos nuestros actos han quedado grabados."
Morel sigue explicando a sus atónitos oyentes lo que en un principio tan sólo fue una idea, un proyecto que más tarde pudo hacerse realidad:
"Cuando completé el invento se me ocurrió, primero como un simple tema para la
imaginación, después como un increíble proyecto, [...]”
Luego, confiesa que lo había hecho para hacer realidad su fantasía de enamorar a una mujer y vivir una vida feliz con ella: 
“dar perpetua realidad a mi fantasía sentimental…”
"Creerme superior y la convicción de que es más fácil enamorar a una mujer que
fabricar cielos, me aconsejaron obrar espontáneamente. Las esperanzas de enamorarla han quedado lejos; ya no tengo su confiada amistad; ya no tengo el sostén, el ánimo para encarar la vida.”
El profugo relee los papeles amarillos de Morel, y encuentra formas de mejorar las proyecciones vivientes que había creado:
“Tuve ilusiones de alcanzar algo yo mismo. Tal vez, de inventar un
sistema para recomponer las presencias de los muertos. Quizá pudiera ser el aparato de Morel con un dispositivo que le impidiera captar las ondas de los emisores vivientes (de mayor relieve, sin duda).”
6. En esta novela la influencia del cine tiene que ver con el cine en tanto fenómeno técnico que implica la creación de un lenguaje y una nueva representación visual para la época, que supera a la pintura, a la fotografía y a la ilusión de realidad de la ficción novelesca. Bioy va más allá del cine, ya que en su obra crea una máquina que alcanza una mayor posibilidad de representación que la del arte cinematográfico. Es una invención más «completa» ya que puede crear una proyección tridimensional que coexiste con lo real, y además produce un efecto que borra la frontera entre lo ficticio y la realidad. 
El narrador crea una dimensión fantástica diferente.
“Dije en voz alta o pensé muy claramente: No podré salir. Estoy en un sitio encantado. Al formular esto sentí vergüenza, como un impostor que ha llevado la simulación demasiado lejos, y comprendí todo:
Estas paredes -como Faustine, Morel, los peces del acuario, uno de los soles y una de las lunas, el Tratado de Belidor- son proyecciones de las máquinas. Coinciden con las paredes hechas por los albañiles (son las mismas paredes tomadas por las máquinas y después reflejadas sobre sí mismas). En donde yo he roto o suprimido la pared primera, queda la reflejada. Como es una proyección, ningún poder es capaz de cruzarla o suprimirla (mientras funcionen los motores).”
Cuando el narrador es capaz de salir de esa fantasía de realidad virtual, utiliza las máquinas para crear otras proyecciones, confirmando todo:
“Primero hice funcionar los receptores y proyectores para exposiciones aisladas. Puse flores, hojas, moscas, ranas. Tuve la emoción de verlas aparecer, reproducidas y las mismas.
Después cometí la imprudencia. 
Puse la mano izquierda ante el receptor; abrí el proyector y apareció la mano,
solamente la mano, haciendo los perezosos movimientos que había hecho cuando la
grabé.”
“Los emisores vegetales -hojas, flores- murieron después de cinco o seis horas; las
ranas, después de quince.
Las copias sobreviven, incorruptibles.
Ignoro cuáles son las moscas verdaderas y las artificiales.
A las flores y a las hojas tal vez les haya faltado agua. No di alimentos a las ranas;
han de haber sufrido, asimismo, por el cambio de ambiente.En cuanto a los efectos sobre la mano, sospecho que vengan de los temores
provocados en mí por la máquina, y no de ella misma. Tengo un ardor continuo, pero
débil. Se me ha caído algo de piel. Anoche estaba inquieto. Presentía horribles
transformaciones en la mano. Soñé que la rascaba, que la deshacía fácilmente. La habré lastimado entonces.”
Si las imágenes de Morel tienen alma, los emisores han de perderla al ser captados por los aparatos. Eso significa que Faustine ha muerto y que él no existe para la imagen de la mujer que ama.
Al fugitivo esta idea le hace intolerable la vida. La única solución será la muerte para la eterna contemplación de Faustine. Abre los receptores y hace su representación:
“Por mi propia muerte.
La verdadera ventaja de mi solución es que hace de la muerte el requisito y la
garantía de la eterna contemplación de Faustine.”
“Casi no he sentido el proceso de mi muerte; empezó en los tejidos de la mano
izquierda; sin embargo, ha prosperado mucho; el aumento del ardor es tan paulatino,
tan continuo, que no lo noto.
Pierdo la vista. El tacto se ha vuelto impracticable; se me cae la piel; las sensaciones
son ambiguas, dolorosas; procuro evitarlas. Frente al biombo de espejos, supe que estoy lampiño, calvo, sin uñas, ligeramente rosado. Las fuerzas disminuyen. En cuanto al dolor, tengo una impresión absurda: me parece que aumenta, pero que lo siento menos.”
"de que toda mi enfermedad sea una vigorosa autosugestión; que las máquinas no hagan daño; que Faustine viva, y dentro de poco yo salga a buscarla; que nos riamos juntos de estas falsas vísperas de la muerte...". El fugitivo rechaza estas ideas y pide al hombre que, basándose en su informe, encuentre la manera de inventar una máquina que reúna las presencias disgregadas: "Búsquenos a Faustine y a mí, hágame entrar en el cielo de la conciencia de Faustine. Será un acto piadoso".
7. La novela me gusto mucho, porque el autor utilizó la influencia que tiene del cine para poder crearla. 
Como sabemos, en esa época algo como la realidad virtual no existía. Lo que plantea la novela va más allá de la pintura, de la fotografía y la realidad de la ficción novelesca. Sin duda leyendo esta novela se aprende mas de una cosa.
Me he sentido identificada con el protagonista solo una vez, cuando está tratando de reparar uno de los motores de la bomba de agua que encuentra en el museo. Luego de eso se llama así mismo inepto porque no ha podido encontrar el destino de uno de los motores:
“Soy tan inepto que todavía no he podido averiguar el destino de unos motores verdes que hay en el mismo cuarto, ni de ese rodillo con aletas que está en los bajos del sur (vinculado con el sótano por un tubo de hierro; si no estuviera tan alejado de la costa le atribuiría alguna relación con las mareas; podría imaginar que sirve para cargar los acumuladores que ha de tener la usina). Por esa ineptitud hago mucha economía; no pongo en marcha los motores sino cuando es indispensable.”
Me hizo gracia y me recordó a situaciones de mi vida cotidiana que se parecen ligeramente.

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