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515 Tiempo de evolución de diabetes. Es el factor que se re laciona en forma más clara con la prevalencia y gravedad de retinopatia diabética en pacientes con DMl o DM2. Ya que la mayor prevalencia ocurre después de varios años de evolución del padecimiento; la retinopatía, al igual que nefropatía y neuropatía diabética, se considera una de las complicaciones tardías. La retinopatia afecta a 2% de los pacientes con DMl y menos de dos años de evolución y hasta 98% de aque llos con 15 años o más de evolución. En estos casos, la retinopatía prolíferatíva, que es la forma más grave, no suele aparecer en los primeros cinco años, pero aparece en 56% de las personas que tienen más de 20 años con diabetes. En DM2, la prevalencia de retinopatía a los dos años es de 20%; a los 15 sube a 58%. Control metabólico. La retinopatía diabética es con secuencia de híperglucemia crónica, por lo que un mal control de diabetes aumenta el riesgo y la gravedad de esa complicación. El riesgo de progresión de retinopatía se incrementa de manera exponencial conforme aumenta la concentración de hemoglobina glucosilada (HbAlc]. Raza. Existen estudios realizados por la American Diabetes Assocíatíon (ADA] que demuestran mayor inci dencia de retinopatía diabética en pacientes mexicoame ricanos comparados con pacientes caucásicos no hispa nos. En la actualidad, ser mexicano se considera un factor de riesgo para desarrollar diabetes y retinopatía. Factores de riesgo siendo la responsable de 12% cada año. Los pacientes con DM tienen 25 veces más riesgo de ceguera que la pobla ción no diabética, es lamentable que la mayoría de estos casos ocurran en personas en edad productiva, ocasio nando un alto costo para las familias y la sociedad. La retinopatía diabética es la primera causa de nuevos casos de ceguera en México y en gran parte del mundo, Epidemiología La retinopatía diabética es la complicación ocular más grave de DM y es el trastorno vascular retiniano más fre cuente. Se manifiesta en diabetes tipo 1 (DMl] y tipo [ 2 (DM2], y se define como el conjunto de alteraciones j anatómicas y fisiológicas que se producen en la retina y u, el vítreo, como consecuencia de la patología. E ~ E 1 ¡¡¡ ] ~ o RETINOPATÍA DIABÉTICA ª o) u e ::, "' " e 'O " co N s :5 "' e vi 1. Retinopatia diabética. 2. Catarata. 3. Glaucoma. Las complicaciones microvasculares, llamadas también microangiopatía, son los padecimientos que afectan a las arterias pequeñas y capilares por diferentes mecanismos. Dentro de estas patologías se reconocen las siguientes: retinopatía, neuropatia y nefropatia. En este capitulo se abordará la retinopatia. La diabetes mellitus es una de las enfermedades cró nicas más comunes en el mundo y la patología sistémica de mayor importancia en la oftalmología por su impacto en las diferentes estructuras del ojo. Es la causa principal de casos nuevos de ceguera en personas de entre los 20 y 74 años de edad, por lo que es muy importante ampliar la comprensión del padecimiento y sus complicaciones para lograr una adecuada prevención, un diagnóstico oportuno y el tratamiento temprano de las alteraciones oculares. Se mencionarán tres de las complicaciones ocu lares más importantes: Jorge César Sáenz Cabrera Oftalmopatía en el paciente con diabetes mellitus 50 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 516 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) Hipertensión arterial. La prevalencia y gravedad de retinopatía diabética se asocia de forma significativa con hipertensión diastólica en pacientes con DM1 e hiper- tensión sistólica en diabetes tipo 2. Nefropatía. La nefropatía y retinopatía diabética tienen una fisiopatología similar, por lo que cuando se manifiesta una de estas complicaciones el riesgo de que la otra también aparezca es alto. Embarazo. Se ha demostrado como factor de ries- go para la aparición y la progresión de retinopatía dia- bética. Tabaquismo. Tiene un efecto adverso en retino- patía, pues al disminuir la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre, favorece hipoxia retiniana. Patogénesis La retinopatía diabética es una complicación micro- vascular, es decir, se trata de una microangiopatía. La hiperglucemia crónica es la causa común a todas las al- teraciones que se desencadenan en diferentes tiempos y que ocasionan el establecimiento del padecimien- to. El sistema vascular retiniano tiene ciertas caracte- rísticas que lo diferencian del resto de la circulación general; sus propiedades de autorregulación del flujo sanguíneo y la impermeabilidad de sus vasos por las uniones estrechas entre sus células endoteliales, que crean una barrera hematorretiniana, son indispensa- bles para la homeostasis de la retina, tejido de muy alta demanda metabólica. Sin embargo, estas mismas características especiales hacen a la vasculatura reti- niana muy susceptible de daño por hiperglucemia sos- tenida. El exceso de glucosa en sangre y dentro de las cé- lulas endoteliales y pericitos (células murales que re- visten a los capilares retinianos y que guardan estrecha relación anatómica y funcional con las células endo- teliales, como intercambio de sustancias vasoactivas y autorregulación de la circulación retiniana) trae como consecuencia disfunción progresiva de las mismas. Las concentraciones altas de glucosa desenca- denan mecanismos alternos para su metabolismo, como la vía de sorbitol con la activación de la en- zima aldosa reductasa, que cataliza la reducción de glucosa a sorbitol. El aumento intracelular de sorbi- tol puede ocasionar cambios osmóticos y alterar las funciones del binomio célula endotelial-pericito de los capilares retinianos. Uno de los cambios histo- patológicos más comunes en diabetes es la pérdida de pericitos. Otro fenómeno bioquímico secundario a estados de hiperglucemia crónica es glucosilación no enzimática de proteínas, que conducen a la for- mación de productos que pueden tener acciones proinflamatorias y proateroesclerosas, como mayor afinidad por la albúmina por las células endoteliales, ocasionando engrosamiento de la membrana basal ca- pilar. A la merma de pericitos y al engrosamiento de la membrana basal le sigue la pérdida de células en- doteliales. La disfunción de la pared vascular retiniana trae consigo varias alteraciones hemodinámicas, como re- ducción en la velocidad del flujo y el aumento en la viscosidad sanguínea. Además, la hiperglucemia pro- voca cambios hematológicos, como menor deformabi- lidad de los eritrocitos, disminución en la liberación de oxígeno y aumento en la agregación plaquetaria con tendencia a estados de hipercoagulabilidad y protrom- bóticos, que aumentan el daño a la pared vascular, ya de por sí comprometida, con lo que se establece un círculo vicioso que favorece la progresión de retino- patía. Al final, todos estos factores producen dos alte- raciones fundamentales de los vasos retinianos: a) oclusiones vasculares que crean zonas cada vez más amplias de retina hipóxica; b) aumento de la permea- bilidad vascular que favorece la formación del edema macular. La hipoxia sostenida estimula la liberación local de factores de crecimiento vascular, como el fac- tor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, del in- glés, Vascular Endothelial Growth Factor), el cual se ha identificado como el factor principal para el desarrollo de retinopatía diabética proliferativa. Cuadro clínico La retinopatía puede mantenerse asintomática duran- te un largo periodo, mientras va progresando desde sus etapas más incipientes hasta el desarrollo de lesio- nes de mayor riesgo para la función visual. El hecho de que esta patología se comporte de una forma tan silenciosa, aun en sus fases avanzadas, es uno de los factores que más influyen en el retraso del diagnós- tico; por eso, es de vital importanciaque todo médi- co responsable del manejo de personas con diabetes tenga siempre en mente la posibilidad latente de esta complicación, aunque los pacientes no refieran ningu- na queja ocular. Hay quien puede comentar a sus médicos tratan- tes molestias oculares vagas o cambios en su capacidad visual debido a otras condiciones ajenas a la retino- patía per se, como pueden ser síntomas de molestia ocular por cuestiones ambientales; síntomas de pres- bicia (disminución de la visión cercana que aparece en la mayoría de las personas, a partir de los 40 años de edad) o visión borrosa por opacidades en el cristalino. En otros casos, la pérdida de la capacidad visual de forma más o menos lenta y progresiva o fluctuaciones en la calidad de la visión, serán síntomas de aparición de alteraciones por retinopatía diabética. En la prácti- ca diaria, la mayoría de los pacientes con retinopatía diabética, acuden a consulta oftalmológica por prime- ra vez refiriendo reducción brusca e importante de la visión de un ojo –cuando no es por la baja visual de ambos ojos–, manifestación que corresponde ya a complicaciones de las etapas más avanzadas de la en- fermedad. Los hallazgos clínicos de retinopatía diabética son el resultado del daño microvascular secundario a los http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Oftalmopatía en el paciente con diabetes. . . 517 factores fisiopatogénicos descritos. Las lesiones visi- bles en el fondo del ojo obedecen a dos causas: • Isquemia retiniana. • Alteraciones de la permeabilidad vascular. Según el tipo de lesiones presentes, su localización y gravedad, la retinopatía diabética se puede clasificar en diferentes etapas. Clasificación A través del tiempo se han empleado diferentes clasi- ficaciones. En la actualidad, la más utilizada es la que recomienda el estudio ETDRS (del inglés, Early Treat- ment Diabetic Retinopathy Study): a) ausencia de reti- nopatía diabética (figura 50-1); b) retinopatía diabéti- ca no proliferativa, la que se subdivide en: leve (figura 50-2), moderada (figura 50-3) grave; muy grave –pre- proliferativa– y c) retinopatía diabética proliferativa que se subdivide en: sin características de alto riesgo, con características de alto riesgo y avanzada. Según el estado clínico del área macular, que es el área especializada de la retina en las funciones de la visión central fina, a las etapas anteriores se les agrega la siguiente clasificación: 1. Sin edema macular. 2. Con edema macular. 3. Con edema macular significativo en la clínica. Hallazgos clínicos oftalmoscópicos de la fase no proliferativa Las principales lesiones del fondo de ojo que se ob- servan en retinopatía diabética no proliferativa son: microaneurismas, hemorragias intrarretinianas, dilata- ción venosa, arrosariamiento venoso, exudados duros, exudados blandos o “algodonosos” y anormalidades microvasculares intrarretinianas (AMIR). Cada una de estas alteraciones se describe a continuación. Microaneurismas. Son los primeros signos oftal- moscópicos de retinopatía diabética. Desde el punto de vista clínico, se observan como pequeños puntos rojos y redondos. En la perspectiva histológica, los mi- croaneurismas son dilataciones saculares de las pare- des capilares con proliferación de células endoteliales. Se sitúan en cualquier nivel del espesor retiniano en- tre las redes capilares superficial y profunda. Hemorragias intrarretinianas. Se producen por ro- tura de microaneurismas, capilares o vénulas. Pue- den ser en forma de puntos o manchas, dependiendo Figura 50-1. Ausencia de retinopatía diabética. Figura 50-3. Retinopatía diabética no proliferativa moderada. Figura 50-2. Retinopatía diabética no proliferativa leve. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 518 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) de su profundidad, es difícil diferenciarlos de microa- neurismas. Exudados duros. Son depósitos extracelulares de lí- pidos y lipoproteínas séricas que escapan a través de la pared lesionada de microaneurismas y de vasos sanguí- neos con permeabilidad aumentada de forma anormal. Al examen clínico aparecen como depósitos blanco-ama- rillentos puntiformes que tienden a agruparse en anillos alrededor de zonas de microaneurismas o formando pla- cas en cualquier parte de la retina, pero con un franco predominio por el área macular, lo que repercute en la agudeza visual. Exudados blandos. Se trata de lesiones algodono- sas. En oftalmoscopía se ven como lesiones blanco-gri- sáceas, de forma redondeada u oval, de tamaño varia- ble que se localizan en la capa de fibras nerviosas de la retina. En cuanto a lo histológico, estas lesiones no son verdaderos exudados sino infartos isquémicos focales de la capa de fibras nerviosas. Su aspecto se debe al cese del flujo axoplasmático por isquemia. Se les ha denominado también “depósitos algodonosos”, por su apariencia y color. La incidencia de exudados blandos aumenta con la progresión del padecimiento, aunque tienden a desaparecer en las etapas proliferativas de la misma. Estas lesiones también pueden encontrarse en otras patologías, como retinopatía hipertensiva, enfer- medades autoinmunitarias (lupus eritematoso), sida y otras retinopatías menos frecuentes. Por tanto, deben tenerse en mente todas estas posibles condiciones en el diagnóstico diferencial, en presencia de exudados blandos. Anormalidades microvasculares intrarretinianas (AMIR). Se observan como pequeñísimas áreas de ca- pilares dilatadas y tortuosas que aparecen en respuesta a isquemia retiniana focal, y se localizan alrededor de zonas de no perfusión arteriolar o capilar. La gravedad de estas lesiones y el número de cuadrantes del fondo afectado ayudan a determinar el grado de retinopatía diabética y a predecir el riesgo de neovascularización, o sea, el paso a las etapas proliferativas del padeci- miento. Otra alteración microvascular que se observan en retinopatía diabética no proliferativa es arrosariamien- to venoso, dado por irregularidades en el calibre de las venas y vénulas retinianas con segmentos sucesi- vos de dilatación y estenosis que les dan la apariencia de salchichas o de rosario. Su presencia en dos o tres cuadrantes indica una fase crítica y si se ven en cua- tro cuadrantes corresponde a retinopatía diabética no proliferativa muy grave. En el nivel arteriolar puede observarse estrechamiento y rectificación de las arte- riolas. En casos avanzados se tornan opacas, a lo cual se le llama envainamiento y semejan oclusiones de la rama arteriolar. El carácter crónico de todas estas lesiones, pero ante todo de microaneurismas y microhemorragias, arrosariamiento venoso y AMIR son los precursores más importantes de neovascularización. También un aumento más o menos agudo del número de exudados blandos puede presagiar un curso más rápido hacia la fase proliferativa. La fase proliferativa es la etapa más avanzada de re- tinopatía diabética y se caracteriza por aparición de neo- vascularización intra y extrarretiniana, hemorragia vítrea, proliferación fibrosa y desprendimiento de retina por tracción. En el aspecto clínico, los neovasos se observan como frondas de vasos capilares que crecen en el plano superficial de la retina, atraviesan la membrana limitante interna y continúan creciendo en el cuerpo vítreo. Son de tamaño variable, las frondas más pequeñas pueden ser difíciles de detectar sin una oftalmoscopía cuidadosa, mientras que en otros casos las proliferaciones son tan abundantes, de neovasos más gruesos y en franca proyec- ción hacia la cavidad vítrea, que se hace muy sencillo su diagnóstico. La formación de neovasos en la retina adulta se pro- duce en respuesta a isquemia. Cuando ha ocurrido un cierre vascularimportante en la retina, se liberan factores angiogénicos, de los cuales se ha identificado el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) como el princi- pal responsable de la proliferación de células endoteliales y neovascularización retiniana. Según su localización, los neovasos se dividen en neovascularización papilar o del disco óptico (NVD) y neovascularización extrapapilar (NVE). La primera define la existencia de neovasos dentro de un diáme- tro papilar del disco óptico y la segunda se trata de la neovascularización situada a más de un diámetro papilar del disco. Dependiendo del tamaño de las frondas neovasculares (figura 50-4) y de la presencia o no de hemorragias prerretinianas o vítreas, la retinopa- tía diabética proliferativa puede dividirse en dos enti- dades: a) sin características de alto riesgo y b) con ca- racterísticas de alto riesgo para la pérdida visual grave. En la evolución de neovascularización aparece también proliferación fibrosa por engrosamiento de la Figura 50-4. Retinopatía diabética proliferativa (frondas neovascu- lares). http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Oftalmopatía en el paciente con diabetes. . . 519 hialoides posterior, que es la parte del cuerpo vítreo en contacto con la retina del polo posterior y por con- versión fibrosa de frondas neovasculares en su etapa de regresión espontánea o después del tratamiento de fotocoagulación con láser, lo que se explicará más ade- lante. Las proliferaciones fibrosas en su interrelación con el cuerpo vítreo ocasionan contracción del último y son la causa fundamental en la génesis de hemorra- gias del vítreo (figuras 50-5 y 50-6) y de los despren- dimientos de retina por tracción (figura 50-7). Estas complicaciones de la fase proliferativa avanzada oca- sionan sensible pérdida de la agudeza visual y son, con frecuencia, las primeras manifestaciones por las que acude el paciente a consulta con el oftalmólogo. Se puede producir neovascularización del iris (rubeosis iridis) o del ángulo de la cámara anterior que, de no tratarse, puede provocar glaucoma neovascular y ojo ciego y doloroso. EDEMA MACULAR DIABÉTICO Se define como el engrosamiento por edema de las ca- pas retinianas en el área macular. Es la principal causa de pérdida visual moderada en la retinopatía diabética y dificulta todas las actividades que requieren de la visión central fina, como lectoescritura, costura, ver televisión, manejar, entre otras. El edema macular se debe al escape de líquido a par- tir de microaneurismas y aumento anormal de la per- meabilidad de vasos retinianos y de la capa del epitelio pigmentario de la retina. De acuerdo a la localización y extensión de exudados duros y del engrosamiento reti- niano, se divide en no significativo y significativo, desde el punto de vista clínico (figura 50-8). Diagnóstico Se debe sospechar en todo paciente con DM la posible existencia de retinopatía, aunque no refiera ninguna anormalidad en la visión. Para el examen de la agudeza visual se utiliza la cartilla de optotipos (letras) conocida como cartilla de Snellen. Se realiza sentando al paciente con la cartilla colocada a unos 6 m de distancia. Examen del fondo de ojo: oftalmoscopía. La explo- ración con el oftalmoscopio directo (monocular) ha sido y es el método de exploración básico y más importante en la detección de la patología (figura 50-9). Sería ideal que la oftalmoscopía la realizara cada médico que atien- de a pacientes con diabetes, por lo que se debe estimular Figura 50-5. Retinopatía diabética proliferativa con hemorragia vítrea (subhialoidea). Figura 50-7. Desprendimiento de retina por tracción fibrosa. Figura 50-6. Hemorragia vítrea difusa y grave. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 520 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) el entrenamiento de esta técnica diagnóstica en las escue- las de medicina, explicando al estudiante que no se trata sino de un ejercicio de observación que le da la oportu- nidad de asomarse al fondo del ojo. Como en cualquier técnica diagnóstica es recomendable llevar un orden de exploración como el que se sugiere a continuación: Transparencia de medios. Al examinar con el oftal- moscopio, el hecho de poder enfocar las imágenes del fondo indica que no hay opacidades en los medios óp- ticos del ojo (córnea, cristalino, humor acuoso y vítreo). Este hecho permite descartar cataratas y hemorragias en vítreo. La oftalmoscopía se facilita mucho si se realiza en la oscuridad, ya que esto provoca cierta midriasis (di- latación de la pupila). Examen de la papila del nervio óptico (disco óp- tico). Permite evaluar la profundidad de su excavación (área central del disco óptico, de color más pálido que el rodete rosado que lo rodea), la cual, al agrandarse pue- de ser un signo sospechoso de glaucoma (se explica en la sección Glaucoma y diabetes mellitus). También per- mite valorar si hay neovasos sobre el disco (NVD). Es importante realizar el examen de la superficie retiniana en la búsqueda de lesiones de retinopatía no proliferativa y proliferativa, como vasos extrapapilares (NVE) y pro- liferaciones fibrosas, fibrovasculares, o ambos, así como análisis del patrón vascular: calibre y trayecto de arterias y venas; relación arteria-vena (asociación con cambios vasculares por hipertensión arterial). Se aconseja explorar la retina dividiéndola en cua- drantes tomando como centro el disco óptico y llevar el oftalmoscopio de la papila hacia las áreas más periféri- cas de la retina, siguiendo el trayecto de los vasos. Estas maniobras se facilitan pidiendo al paciente que vea en dirección al cuadrante que se desea revisar. Examen del área macular. Evaluar su grosor y la aparición de exudados duros y microaneurismas que indican la posibilidad de edema macular. En la consul- ta oftalmológica, además de la oftalmoscopía directa, se utilizan el oftalmoscopio binocular indirecto (figura 50-10) con uso de una lupa condensante y el examen en la lámpara de hendidura con lentes precorneales (figura 50-11). Estas técnicas permiten valorar áreas de mayor amplitud, y el sistema de iluminación inten- sa usado en el oftalmoscopio indirecto hace posible la visión a través de cataratas y opacidades moderadas del vítreo. Figura 50-8. Edema macular clínico significativo. Figura 50-9. Exploración con el oftalmoscopio directo. Figura 50-10. Exploración mediante oftalmoscopía binocular indi- recta. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Oftalmopatía en el paciente con diabetes. . . 521 Fluorangiografía retiniana. Se trata de un estudio fotográfico de las estructuras de la retina y su vascula- tura, con una cámara especial de fondo y la inyección de una sustancia fluorescente (fluoresceína de sodio) en una vena antecubital (figura 50-12), este examen permi- te una valoración más precisa de la etapa en la que se en- cuentra un caso de retinopatía diabética, ya que muestra si hay zonas de hipoperfusión vascular y qué tan amplias son; detecta frondas neovasculares con su característica fuga de colorante y permite ver el acúmulo de coloran- te en zonas importantes, como en los casos de edema macular (figura 50-13). También es una prueba útil para valorar la respuesta al tratamiento de fotocoagulación con láser permitiendo corroborar la desaparición de neo- vasos preexistentes. Tomografía de coherencia óptica (OCT). Es una técnica muy reciente para el diagnóstico. Consiste en un sistema de imagen de alta resolución no invasivo que di- rige un láser de baja coherencia hacia la retina y detecta la luz reflejada, dando una imagen delperfil de las capas de la retina en el área macular. Este estudio es de utili- dad para medir el grosor de la retina, el cual aumenta en proporción directa a la gravedad del edema macular y disminuye en respuesta al tratamiento. Ultrasonografía ocular. Por medio de ultrasonido es posible obtener datos de las condiciones del fondo del ojo en los casos en que por opacidad de los medios no es posible la exploración oftalmoscópica. Se utiliza de manera principal en casos avanzados o con complicacio- nes, como hemorragias vítreas densas. Permite evaluar si la retina se encuentra en la coroides o si existe des- prendimiento de retina, situaciones de las que dependen mucho los planteamientos quirúrgicos y el pronóstico de estos casos. Tratamiento Durante una buena parte del siglo XX no existió un modo de tratamiento de retinopatía diabética. Antes del decenio 1940-49 (antes del uso generalizado de la insu- lina y del descubrimiento de los hipoglucemiantes ora- les), la retinopatía no era un problema tan común, pues la mayoría de los pacientes diabéticos morían antes de desarrollar retinopatía diabética grave. Hacia el decenio de 1950-59 se observó que en pacientes diabéticos con enanismo o atrofia hipofisaria, como en hemorragia pos- parto (síndrome de Sheehan), podía haber regresión de retinopatía diabética. Esto condujo a una hipótesis que hablaba de cierta acción de la hormona del crecimiento en el desarrollo de retinopatía. A partir de 1952, cuan- do se dispuso de corticosteroides, se comenzó a emplear Figura 50-12. Estudio de fluorangiografía retiniana normal. Figura 50-11. Lentes precorneales para exploración del fondo de ojo. Figura 50-13. Estudio de fluorangiografía mostrando frondas neo- vasculares con su característica fuga del colorante. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 522 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) hipofisectomía para tratar los casos graves de retinopatía diabética proliferativa. Sin embargo, la ablación hipofi- saria presentaba importantes complicaciones sistémicas, por lo que dejó de utilizarse. En el decenio 1960-69, y basados en la observación de que en pacientes que tenían cicatrices coriorretinia- nas extensas en un ojo, miopía alta o atrofia óptica, estos ojos a menudo mostraban grados menos avanzados de retinopatía diabética en comparación con el ojo contra- lateral sin dichas características, por lo que se empezó a experimentar sobre las posibilidades de aplicar diver- sas energías luminosas para fotocoagular áreas de neo- vascularización en retinopatía diabética. Así se inició el uso del fotocoagulador con arco de xenón, desarrollado por el profesor Meyer- Schwickerath para el tratamien- to directo de neovasos en la superficie de la retina, en particular, aquéllos que parecían ser el origen de las hemorragias vítreas. A partir de estos primeros experi- mentos múltiples estudios se fueron desarrollando en la búsqueda de métodos para una eficaz fotocoagulación de la retina, que los hicieran accesibles, cómodos y seguros para los pacientes. El desarrollo de equipos láser (del inglés, Ligth Am- plification by Stimulated Emission of Radiation) para uso clínico, y su adaptación en la de hendidura o biomicros- copio, hizo de esta tecnología la manera estándar para el tratamiento de fotocoagulación, desplazando poco a poco el uso del arco de xenón (figura 50-14). El mecanismo de acción de la fotocoagulación en retinopatía diabética no ha quedado bien esclarecido desde su aparición. Se han propuesto diversas hipótesis de cómo la aplicación del láser modifica la evolución na- tural de retinopatía, llevando a la detención de la forma- ción de neovasos y a la involución de los ya existentes. Se ha propuesto que la fotocoagulación de amplias áreas del tejido retiniano disminuye las necesidades metabólicas de la retina y permite una mejor redistribución del flujo vascular, reduciendo las áreas de hipoxia tisular e inhi- biendo, por consecuencia, los estímulos para la liberación de factores angiogénicos. Además, la aplicación del láser permite una mayor difusión de oxígeno hacia la retina, desde la capa coroidea subyacente, que es la capa inter- media del globo ocular y que está muy vascularizada, reduciendo en cierta medida las condiciones de hipoxia tisular. A partir del decenio de 1970-79 se diseñaron los pri- meros estudios multicéntricos con el propósito de deter- minar los beneficios de la fotocoagulación con láser en la preservación de la visión en pacientes con retinopatía diabética. El estudio de retinopatía diabética (DRS, del inglés, Diabetic Retinopathy Study) fue un estudio clínico multi- céntrico prospectivo que entre los años de 1972 a 1975 incluyó a 1 758 pacientes con diagnóstico de retinopatía diabética proliferativa y con lesiones características de alto riesgo, sin tratamiento previo, para evaluar el papel de la fotocoagulación panretiniana en la prevención o minimización de la pérdida visual grave en estos casos. Los resultados demostraron que había de 50 a 60% de reducción del riesgo de pérdida visual grave en los casos tratados con fotocoagulación. El estudio del tratamiento temprano de retinopatía diabética (ETDRS, del inglés, Early Treatment Diabetic Retinopathy Study) es otro estudio clínico multicéntrico, prospectivo, controlado y aleatorio, que se llevó a cabo de 1980 a 1985. Se reclutaron 3 928 pacientes para un seguimiento de 3 a 8 años. Este estudio fue diseña- do para evaluar la eficacia de la fotocoagulación en el tratamiento de edema macular diabético, determinar si había algún beneficio con la aplicación de la panfoto- coagulación en etapas tempranas, es decir, en pacientes sin lesiones de alto riesgo (retinopatía preproliferativa o proliferativa temprana) y para valorar si el uso de áci- do acetilsalicílico tenía algún efecto sobre la retinopatía diabética. El ETDRS mostró que la fotocoagulación focal era un método eficaz para el tratamiento de edema macular con una reducción de 50% o más del riesgo de pérdi- da visual moderada, sobre todo en los casos con edema macular significativo desde el aspecto clínico. Respecto a la aplicación temprana de fotocoagulación panretiniana, se encontró poca diferencia en la evolución de los casos tratados contra los no tratados, con más efectos adversos en los que recibieron tratamiento. Desde entonces, en los casos de retinopatía preproliferativa o proliferativa tem- prana se ha recomendado vigilancia muy estrecha para inicio del tratamiento en cuanto evolucionan a etapas de alto riesgo. Sin embargo, en pacientes en donde no es posible un seguimiento adecuado, sí es recomendable la aplicación temprana de láser, condición que con mu- cha frecuencia ocurre en México. Este estudio demostró también que el uso de ácido acetilsalicílico no tenía efec- tos favorables en la evolución de retinopatía diabética, aunque tampoco su uso por otras indicaciones terapéuti- cas aumentaba el riesgo de hemorragia vítrea. La vitrectomía, técnica desarrollada por el doctor Robert Machemer en 1972, ha sido un gran avance para Figura 50-14. Tratamiento de fotocoagulación con láser. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Oftalmopatía en el paciente con diabetes. . . 523 el manejo de las complicaciones graves de retinopatía diabética. Esta cirugía ha permitido la rehabilitación de muchos ojos que antes eran intratables. Sin embargo, es un procedimiento quirúrgico de alto riesgo y puede ocasionar pérdida total de la visión, por lo que debe se- leccionarse cada caso y valorar en forma individual la relación riesgo-beneficio. Los avances que han llevado a la disposición de herramientas más modernas para rea- lizar vitrectomía, mejores sistemas de visualizaciónin- traocular adaptados a microscopios, el desarrollo de en- dofotocoagulación con láser, la aplicación intravítrea de gases, líquidos pesados y aceite de silicón y el constante perfeccionamiento del instrumental han permitido ex- tender el uso de la cirugía vítreo-retiniana a más pa- cientes con complicaciones de retinopatía diabética, con mejores pronósticos funcionales (figura 50-15). Las principales indicaciones de la vitrectomía en retinopatía diabética son: 1. Hemorragia vítrea densa que ocasiona pérdida visual grave. 2. Desprendimiento de retina con afección del área macular o en casos de desprendimientos de retina mixtos: traccional (por tracción de proliferaciones fi- brosas sobre la retina) y regmatógeno (cuando exis- ten roturas de retina, agujeros o desgarros, a través de los que pasa líquido al espacio subretiniano). 3. Retinopatía diabética proliferativa grave que no res- ponde de forma adecuada al tratamiento de fotocoa- gulación panretiniana. 4. Edema macular crónico por tracción hialoidea pre- macular y engrosamiento fibroso premacular. El tratamiento antiangiogénico es un avance muy impor- tante de la investigación en la patogénesis de retinopatía diabética en los últimos años, se ha identificado el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) como princi- pal responsable de neovascularización en la etapa proli- ferativa de la patología. Son recientes las investigaciones sobre los posibles beneficios del uso de estas tratamientos antiangiogénicos en la evolución de diversas condiciones retinianas, como el tratamiento de membranas neovascu- lares submaculares que se producen por diversas patolo- gías (degeneración macular relacionada con la edad, mio- pía, entre otras) y en casos de retinopatías proliferativas, como oclusiones venosas y retinopatía diabética. Basados en estos nuevos conocimientos se realizan numerosos estudios clínicos para definir las indicacio- nes del uso de los inhibidores de VEGF en pacientes con retinopatía diabética. Los inhibidores de VEGF se aplican en el intravítreo, por lo que se deben ejecutar en quirófano para garantizar las condiciones de asepsia adecuadas. Se han reportado complicaciones por su uso, como hemorragia vítrea, desgarros y desprendimiento de retina y casos de endoftalmitis (infección intraocular por contaminación con gérmenes patógenos de pronóstico muy grave). Existen reportes abundantes de regresión eficaz de neovascularización mediante el uso de estos fármacos en su aplicación intravítrea. Sin embargo, dicha regresión puede ser sólo temporal y suele requerir reaplicación del fármaco. En este momento no hay datos concluyentes que indiquen la sustitución del tratamiento convencional de fotocoagulación con láser por nuevos tratamientos. De lo que no hay duda es que los inhibidores del VEGF son un útil complemento en ciertos casos para el manejo con láser y habrá que esperar los resultados de estudios más grandes para valorar su lugar en el tratamiento de retinopatía diabética y sus complicaciones. El futuro en el manejo de esta entidad, de mane- ra ideal, debería llevar hacia el tratamiento médico. La investigación ha de orientarse hacia la búsqueda de me- jores fármacos para el control crónico de hiperglucemia y prevención de las complicaciones tardías. Además, la mejor educación de los pacientes con diabetes, de sus familiares y de los médicos tratantes, el fomento hacia mejores hábitos de vida y la cultura de la prevención son los caminos más eficaces y sustentables para lograr una disminución en la incidencia de retinopatía diabética, para retardar su manifestación y enfrentar casos en me- jores condiciones generales y de mejor pronóstico visual. Con respecto a la búsqueda de fármacos para un tratamiento médico que prevenga o retrase la evolución de retinopatía diabética, existen estudios recientes sobre efectos benéficos de dos tipos de fármacos, fenofibrato y algunos hipotensores del tipo Ara 2. Fenofibrato es un fármaco utilizado en el trata- miento de hipertrigliceridemia y dislipidemia mixta. En un estudio con diabéticos tipo 2, el uso de fenofi- brato redujo la necesidad de aplicación de tratamiento con láser para edema macular en 31% y para retinopa- tía proliferativa en 30% comparado con el grupo con- trol. Aunque se desconocen los mecanismos de acción Figura 50-15. Vitrectomía. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 524 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) del fenofibrato, es viable su relación con cambios en el transporte intrarretiniano de lípidos, previniendo su depósito, como sucede con frecuencia en los casos de edema macular, así como inhibiendo la expresión de factores como VEGF y, por tanto, angiogénesis. También se ha demostrado inhibición de la apoptosis de las células endoteliales de la retina humana causada por hiperglicemia sostenida, y además, podría haber disminución de la permeabilidad vascular como accio- nes benéficas de fenofibrato en retinopatía diabética. Como se mencionó, la hipertensión arterial es un importante factor de riesgo modificable en retinopatía diabética y hay estudios clínicos que muestran que la re- ducción de la presión arterial reduce el desarrollo y la progresión de retinopatía en pacientes con DM1 y DM2. Se investiga en la actualidad el papel de fármacos antihi- pertensivos, en particular el grupo de los inhibidores del sistema renina-angiotensina (RAS), el cual se expresa, además de en el riñón, en la retina. Prevención A pesar de existir tratamientos muy eficaces para de- tener el avance de retinopatía diabética, esta complica- ción de diabetes mellitus sigue siendo en la actualidad la primera causa de ceguera en el mundo occidental y en México, en donde cada año miles de pacientes pierden la vista. Existen varios factores de tipo social, económico, cultural, incluso de orden político, que influyen de modo negativo en los cuidados de los pacientes con diabetes, lo que los lleva con frecuencia a la ceguera. La ausencia de síntomas oculares y visuales durante gran parte de la evolución de la patología, ocasiona un retraso en la búsqueda de atención oftalmológica por parte del paciente. Se debe recordar que retinopatía diabética es una patología que se desarrolla en el inte- rior del ojo, con lesiones en el fondo sólo detectables mediante oftalmoscopia. Sin un examen de escrutinio de manera periódica, los pacientes no se dan cuen- ta de que cursan con retinopatía y ésta avanza en for- ma sigilosa hasta etapas muy diversas, en donde las probabilidades de pérdida visual grave aumentan en forma importante. Falta educación sobre diabetes en la mayoría de los pacientes y sus familiares, quienes ignoran que un control adecuado de los valores de glucemia significa retardar la aparición de las complicaciones, y que la revisión oftalmológica periódica es fundamental para detectar lesiones tempranas que pueden tratarse para prevenir la ceguera. Existe deficiente información sobre retinopatía diabética entre los médicos tratantes de primer con- tacto, esto hace que con muchísima frecuencia no se cumplan las normas del manejo del paciente diabéti- co, a pesar de ser una responsabilidad médica. A continuación se transcribe un fragmento de la Norma Oficial Mexicana para la prevención, tratamiento y control de la diabetes (NOM-015-SSA2-1994): 1.1.2 Examen de los ojos. 1.1.2.1 En casos de diabetes tipo 2, al momento de es- tablecer el diagnóstico y posteriormente de manera anual, se efectuará el examen de agudeza visual y de la retina. 1.1.2.2 En caso de que el médico al efectuar el examen de los ojos identifique cualquiera de las siguientes anomalías: maculopatía, disminución de la agudeza visual, cambios proliferativos, dificultad para visuali- zar claramente la retina y catarata, referirá al pacien- te al oftalmólogo. 1.1.2.3En caso de que el médico no pueda efectuar el examen de los ojos, referirá al paciente al espe- cialista. Para mejorar la detección oportuna de los casos de reti- nopatía diabética, la Academia Americana de Oftalmo- logía ha recomendado la siguiente guía de frecuencia de exámenes oculares: DM1: revisión anual a partir del quinto año del diag- nóstico de la enfermedad. Es en suma raro encontrar formas graves de reti- nopatía antes de cinco años de evolución en diabetes tipo I. DM2: revisión anual desde la misma fecha en que se hace el diagnóstico de la enfermedad. Diabetes y embarazo: examen inicial antes del em- barazo o en el primer trimestre y revisión cada tres meses hasta la resolución de la gestación. El embarazo es un factor de riesgo para la progresión de la retinopatía. En la práctica, sólo una mínima parte de los pacien- tes con diabetes son revisados del fondo del ojo cada año y vale la pena llamar a la reflexión de cada médico acerca de su conducta a este respecto. CATARATA Y DIABETES MELLITUS Se le llama catarata a las opacidades en el cristali- no que ocasionan disminución en la agudeza visual. Aunque las cataratas en los pacientes diabéticos no tienen rasgos que las diferencien de otras causas de catarata, la diabetes mellitus sí se caracteriza por una propensión mayor al desarrollo de las mismas. A las opacidades del cristalino secundarias a la diabetes se les suele llamar cataratas metabólicas (figura 50-16). Las manifestaciones clínicas de las cataratas son: 1. Disminución progresiva de la agudeza visual. 2. Mayor déficit visual en condiciones de luz intensa. El diagnóstico se realizará con la exploración ocular en la lámpara de hendidura, instrumento que consiste en un biomicroscopio que permite explorar las estruc- turas oculares con gran aumento y definición. El tratamiento de catarata es quirúrgico, consiste en la extracción del material cristalino opacificado y su reemplazo por un lente intraocular (figura 50-17) que por lo general es de un material acrílico no tóxico, para conservar las condiciones ópticas del ojo. Al igual que http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Oftalmopatía en el paciente con diabetes. . . 525 en cataratas por otras causas, en los pacientes diabéticos, la cirugía se considera necesaria cuando la disminución de las destrezas visuales afecta sus actividades cotidianas. Antes de la aparición de las nuevas técnicas quirúrgicas, solía retrasarse la cirugía de catarata en diabéticos por su mayor predisposición a complicaciones, como infec- ciones, daño corneal y retraso de la cicatrización. En la actualidad, con el perfeccionamiento de las técnicas de facoemulsificación ultrasónica, el uso de mini incisiones y mejores lentes intraoculares, el pronóstico posopera- torio en diabéticos no muestra gran diferencia al de los pacientes no diabéticos. Un aspecto importante en las personas diabéticas con cataratas es la valoración de las condiciones de la retina. En ocasiones, la retinopatía diabética y su progre- sión pueden indicar la extracción de la catarata en forma más temprana para permitir la adecuada valoración y el tratamiento oportuno de retinopatía. GLAUCOMA Y DIABETES MELLITUS El glaucoma es un tipo de neuropatía óptica en la cual, con frecuencia (aunque no necesaria), existe una eleva- ción anormal de la presión intraocular que conduce a la pérdida progresiva de las fibras del nervio óptico, con la consecuente reducción del campo visual que puede ocasionar ceguera. El nervio óptico de un paciente con diabetes mellitus puede llegar a ser más susceptible de sufrir daño glaucomatoso (figura 50-18), ya sea por cam- bios microvasculares relacionados a hiperglucemia o por desarrollo de glaucoma neovascular como complicación de retinopatía diabética proliferativa. Glaucoma primario de ángulo abierto Existe una gran variedad de tipos de glaucoma, pero el glaucoma primario de ángulo abierto es el más común y es la segunda causa de ceguera irreversible. El globo ocular, por lo general, mantiene una presión intraocular dentro de límites normales, gracias a un equilibrio entre la producción del humor acuoso en el cuerpo ciliar y la salida del mismo a través de la malla trabecular, en el ángulo de filtración iridocorneal. En glaucoma primario Figura 50-16. Catarata metabólica. Figura 50-17. Lente intraocular. Figura 50-18. Aspecto del nervio óptico con aumento de su excava- ción (área de palidez central) en un caso de glaucoma. LSB http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 526 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 50) de ángulo abierto existe un aumento anormal en la resis- tencia a la salida del humor acuoso de causa desconocida. Los principales factores de riesgo son presión intraocular elevada, antecedentes familiares de glaucoma y edad. La diabetes mellitus se ha considerado otro factor de riesgo para glaucoma primario de ángulo abierto, sin embargo, esta relación es aún controvertida de acuerdo con algu- nos estudios. Este tipo de glaucoma suele ser un proceso silencio- so y de larga evolución. Casi nunca produce síntomas característicos, ya que la visión central fina no se ve afec- tada sino hasta sus etapas terminales, pues la pérdida del campo visual ocurre de la periferia al centro. Sólo con la medición de la presión intraocular y la observación de la papila del nervio óptico con el oftalmoscopio es posi- ble detectar este tipo de glaucoma en sus fases iniciales. Su tratamiento es con fármacos hipotensores ocula- res tópicos como análogos de prostaglandinas, β bloquea- dores e inhibidores de anhidrasa carbónica, fármacos que disminuyen la presión intraocular a través de una reduc- ción en la producción de humor acuoso o facilitando la salida del mismo en el nivel del ángulo o por la vía al- terna uveoescleral. En los casos en los que la condición continúa progresando en forma significativa, a pesar de tratamiento médico máximo, es necesario proceder al tratamiento quirúrgico. Glaucoma neovascular El glaucoma neovascular (figura 50-19) es un tipo de glaucoma secundario. Se trata de un glaucoma de rápida evolución que se origina a partir de la proliferación de neovasos en el tejido iridiano (rubeosis iridis). En retino- patía diabética el daño isquémico de la retina estimula la liberación de factores angiogénicos, entre los que destaca el factor de crecimiento endotelial vascular. Los neova- sos crecen en poco tiempo y progresan hacia el ángulo de filtración del humor acuoso, el ángulo iridocorneal, a continuación ocurre una proliferación fibrovascular que termina por provocar un cierre angular total con lo que la presión intraocular se eleva de forma drástica. En ese momento el paciente llega a la consulta de urgencias manifestando dolor ocular muy intenso que se irradia a la cabeza, con vómitos y una baja visual grave. Este tipo de glaucoma es de difícil control y su pro- nóstico tiende a ser malo para la función y reservado para la conservación del órgano. El tratamiento se dirige a re- ducir la presión intraocular tratando de evitar una mayor pérdida de campo visual por la lesión a las fibras del ner- vio óptico, así como para reducir el dolor insoportable. Es habitual que se trate mediante fotocoagulación panreti- niana con láser para disminuir el estímulo angiogénico y cirugía con el uso de dispositivos valvulares de drenaje del humor acuoso. En casos terminales y con pérdida visual puede realizarse procedimientos destructivos del cuerpo ciliar como ciclocrioterapia. LSB Figura 50-19. Glaucoma neovascular (rubeosis del iris y del ángulo de filtración). BIBLIOGRAFÍA Congdon NG, Friedman DS, Lietman T: Important causes of visual impairment in the world today.JAMA 2003;290: 2057-2060. DIRECT Programme Study Group: Effect of candesartan on prevention (DIRECT-Prevent 1) and progression (DI- RECT- Protect 1) of retinopathy in type I diabetes: Rando- mised, placebo-controlled trials. Lancet 2008;372: 1394- 402. DIRECT Programme Study Group: Effect of candesartan on progression and regression of retinopathy in type II diabe- tes (DIRECT-Protect 2): A randomised, placebo-contro- lled trial. Lancet 2008;372:1385-1393. FIELD Study Investigators: Effect of fenofibrato in the need for laser treatment for diabetic retinopathy (FIELD Study): A randomized control trial. Lancet 2007;370:1687-1697. Kaiser PK: Antivascularendotelial growth factors agents and their development: therapeutic implications in ocular di- seases. Am J Ophthalmol 2006;142:660-668. Leung H, Wang JJ, Rochtchina E et al.: Dyslipidaemia and microvascular disease in the retina. Eye 2005;19:861-868. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición Sección VII. Diabetes mellitus 50. Oftalmopatía en el paciente con diabetes mellitus booksmedicos.org Botón1:
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