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Figura 14-46. Cenurosis. Quiste de cenuros con múltiples escólex adheridos a la capa germinal (X5.7). (Cortesía: Pathology of Tropical and Ex- traordinary Diseases. AFIP 70-4295). conrró que se habían descrito cuatro casos. Esta publicació n describió el qu into paciente, una niña con exrenso com promiso del SNC y el sextO caso, e n u n aduleo que te nía cenu ro- sis in tramuscular. En el caso cerebral se usó praz iquantel durante dos semanas, con leve mejoría ; como el paciente pe rsistía con hid ro- cefali¡l se re inició el mismo medicame nto por dos sema nas más, a pesar de lo cual la pacie n- te murió. El caso muscular te nía una masa e n Figura 14-47. Cenurosis. Corte histológico que muestra numerosos escólex envueltos en un quiste de pared delgada. (X17). (Cortesía: Pa- thology of Tropical and Extraordinary Diseases. AFIP 69-4736). PtlNtsifo~'is huma11as la espalda cuya biopsia demostró la presencia de escólex y ganchos correspondiemes a ce- nucos. El paciente recibió una dosis ú nica de 900 mg de pra:ó quante l, la masa se resecó qui- rú rgicame nte y se identificó como quistes de cenuros ele 2 cm por 5 cm.t5t BIBLIOGRAFÍA l . Raper AB, Dockeray GC. Coenurus cysts in man five c:L~es from East Africa. Ann Trop Med Parasito1 t956; 50:121-8. 2. Wilson VCI.C, Wayte DM, Addae RO. Human cocnurosis. 'l'hc first rc.:portcd case from Gha- na . 'l'rans 1( Soc 'l'rop Mcd Hyg J972; 66:611-23. 3. Boase AJ. Cocnurus cyst of thc cyc. BritJ Oph- tha1 t956; 40: 1 ll3-S. 4. Benger A, Rennie RP, Roberts JT, Thomley JH, Scholten T. A human Coenurus infcct ion in Ca nada. Am J Trop Med tt yg t981; 30:638-44. 5. l ng MB, Scbantz PM, 1\trncr JA. Human coc- nurosis in North Amcrica: case rcports and rc- vicw. Clin 1nfcct Dis .1998; 27:519-25. HIDATIDOSIS Es una parasitosis producida por larvas de céstodos del género Ecbt- nococcus, parásitos del intestino de animales carnívoros. Existe n cua tro especies que producen enfermedad huma na: E. granulmms, E. multilocu- larls, E. vogelt y E. oliga rtbrus . La hidatidosis , quiste h idatíd ico o equinococo- sis , es la infección producida e n los an imales y en el hombre , por las formas bu-varias (meta- c~stodos) de varios géneros de J::chinococcus, cuyo ciclo de vida com pre nde dos huéspedes: uno ca rnívoro (huésped de fin itivo) , con los parásitos adultos e n el in testino y uno he r- bívoro u o mnívoro (hu~sped inte rmed iario) , que presenta las formas larvarias en los te ji- dos. F.l ho mbre está de ntro ele csLc último gru- po, como huésped accidental. Los adultos de J:khinococcus viven e n el intesti no delgado de los huéspedes defini tivos, principalmente miembros de las fam ilias Cani- clae y Fel idae , con infeccio nes m(Jitiples, e n ge- ne ral bie n tolerada por estos animales. Tienen 555 • • Parasifosls humanas escúlex con cuatro ventosas, doble corona de ganchos y dos a cinco p roglútides (figura 14- 48). Miden de 2 mm a 10 mm de longimd, y p ueden d ifere nciarse por varias características morfolúgicas . Los huevos so n liberados de l p roglóticle f1nal o grávido e n el intestino y eli- t.n inaclos e n las materi as fecales. Su morfi>logía es igual a los huevos ele Taenia (figura 5-2) .1'1 Existe n cuatro especies ele Ecbinocuccus que produce n enfermedad humana, H. granulo- sus y R. multilocularis son los más comunes en el mundo y causan respectivamente hidatidosis quística e hidatidosis alveo lar. l.as Oll'aS dos es- pecies son lé'. vogeli y JJ. oligartbrus que causan hiclatidosis po liquística en e l tró pico <Ullericano. Clasificación Existen cuatro formas de h idatidosis según los agentes etiológicos. La for- ma quística por E. granulosus que p roduce quistes únicos o multiples independientes. La alveolar o multilo- cular producida por E. tnultilocularis que da origen a quistes en racimos. La poUquística por E. vogeli caracteri- zada por quístes múltiples invasivos a las vísceras. La forma uulquística por E. oligarthrus con quistes únicos. Hidatidosis quística Es producida por larvas de H. granulosus que fo rman quistes de u na so la cavidad que puede ser único o múhi plc , redondo u ovalado , de ra- Figura 14-48. Echinococcus granu/osus. Pa- rásito adulto coloreado obtenido del intestino de un huésped definitivo. 556 maño variable según el tiempo ele evolución. Los qu istes de muchos años pueden med ir 20 cm de diámetro o más (figura 14-49) . Poseen tres membranas: una externa o adventicia, pro- elucida po r el huésped, de tipo granu lomatoso, que permite el despre nd imiento fácil del quiste y dos membranas producidas p or e l parásito, u na mediana o laminada que actúa como so· porte , acelu lar, de pocos milímetros y una in· terna o gcrminativa de 20 ¡;, ele espeso r, que da origen a formas reproductivas asexuadas, llamadas vesículas p rolígeras (figura 14-50). Es tas son in icialmente muy pcqucl'ias, crecen y fo rman en su imerior muchos protoescó lices que miden de lOO ¡;, a 200 ¡;,, tie nen ve ntosas y ganchos, y generalmente están invaginados. Las vesícu las p ro lígeras y proroescóliccs sueltos, fo rman un granulado que puede observarse macroscópica mente en el in terior del quiste, el cual se ha llamado arena hidatíd ica. Los quistes son de crecimiento muy le nto, contiene n líqui- do trasparc nte y muchas pro JOeseólices. Hidatidosis alveola r o multilocular Es producida por E. multilucularis y las fo rmas l;uv;u·ias son quistes múltiples e n racimo, infil- u-ativos, con bo rdes indefi nidos que invaden los tejidos de mane1~1 similar al cáncer. Cada uno ele los quistes tiene una capa lan'linada y otm germi- nal que da orige n a protoesc!>lices que pueden esmr sueltos o adhclidos a la capa. Hidatidosis poUquística Es producida po r larvas de F. llogeli que dan oli- gen a qu istes múlti ples e inJ:l lrrativos, como los multilocu l;u·, con invasión de tipo neoplásico a Figura 14-49. Hidatidosis quística. Membranas y quistes hijos de Echinoccoccus granulosus. Figura 14·50. Hidatldosls quística. Pared del quiste con vesículas prolígeras y protoescólices con ganchos en el interior. las vísceras (figura 14-51). El estudio microscópi- co muestra los ganchos (figura 14-52) , las mem- branas con vesículas prolígeras y proroescólices que hacen parte de la arena hidatídica. Hidatidosis uniquística Este tipo de hiclaticlosis es causada por H. olí· garthrus con quistes ele lámina delgada cubie r- ta por tejido germinal, con protoescólices que son un poco más grandes que los ele H. vogeli. Ciclo de vida Los huéspedes definitivos como pe- rros, zorros, pumas, etc. eliminan los huevos de Ecbinococcus en las mate- rias fecales, estos huevos infectan por vía oral a los huéspedes intermedia- rios, principalmente: ovejas para E. granulosus, roedores para E. multi· locularls, paca o guagua para E. vo- gell, agutí y rata espinosa para E. o/1- gartbrus. Cuando el hombre ingiere huevos, como lo hacen los huéspedes intermediarios actúa como un hués- ped ocasional y desarroUa los quistes. El hombre adquiere la hidaticlosis por la inges- tión ele huevos de Echínococcus presentes en alimentos, agua, manos u otras fuentes conta- minadas con materias fecales ele los huéspedes definitivos, como perro doméstico y pen-o de monte (figura 14-53). En el intestino delgado se liberan las larvas u oncosferas, penetr,tn la pared Pat·asilosis bumauas Figura 14·51. Hldatldosls poliqufstlca. Se ob· servan cavidades múltiples por E. vogeli en pe· ricardio de un paciente colombiano. (Cortesía: Antonio o·Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia) . par.t buscar la circulación porta y localiz;u·se en hígado, pulmón y otros órganos. En e l lugar don- ele se establecen, crecen lentamente hasta formar quistes, que pueden alcanzar gran tmmtño. Para E. granu.losus los huéspedes detlniti· vos son perros domésticos y los intermedia- rios son principalmente ovejas, pero también ganado vacuno, equino o porcino. En la in-fecció n por E. multilocularis los huéspedes definitivos principales son lobos y otros car- nívoros como perro do méstico y gaLo. Tiene Figura 14-52. Ech/nococcus voge/1. Ganchos de 41 ,2 micras de longitud, de las cuales 14,3 corres- ponden a la cogedera o parte corta, y 26,9 para la cuchilla o parte larga. (Cortesía: UG Meneghelli, Universidad de Sao Paulo, Ribeirao Preto, Brasil). 557 a Parasitosls hummws Hidatidosis Figura 14-53. Hidatidosis, Ciclo de vida: 1. Los animales carnívoros, domésticos o salvajes, son los huéspedes definitivos de los céstodos del genero Echinococcus, los que adquieren al comer vísceras de animales con quiste hidatídico. 2. a) Los adultos de Echinococcus están en el intestino de esos car- nívoros, generalmente en gran cantidad, b) los huevos salen en las heces de los animales y son infec- tantes para los huéspedes intermediarios. 3. El hombre puede ser huésped intermediario accidental en cuyo caso sufre la hidatidosis. 4. Los animales que actúan como huéspedes intermediarios de manera natural pueden ser ovejas, guaguas, etc. 5. El quiste hidatídico contienen las formas embrionarias de Echinocz c;cus. 6. Los quistes se desarrollan en varios órganos de los huéspedes intermediarios. como huéspedes intermediario~ a roedo res. Para h'. vogeli los huéspedes defini tivos son el pe rro do méstico y o tros cánidos selváticos como el perro ele mo nte o zon·o gu ache (!>peo- tbus venaticus) (figura 14-54) . Los h uéspedes intermediarios son la paca (Cuniculus paca) , comú nme nte llamada guagua (figura 14-55) y 558 o tros roedores selváticos. Los parásitos ad ul- tos de E oligartbrus tie ne como huéspedes defi n itivos a feli nos salvajes, co mo puma y jagu ar. Los huéspedes inte rmed iarios son roe- dores como agutí (Dasyprocta) (figura 14-56) , rata espinosa (Proecbimys) (figura 14-57) , ade más, la paca. y el conejo. Figura 14-54. Echinococcus vogeli. Perro de monte (Speothos venaticus), huésped definitivo que aloja los parásitos adultos. (Cortesía: Anto- nio D'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia, foto de Los Angeles Zoo). Figura 14-55. Echinococcus voge/i. Paca o guagua (Cuniculus paca), huésped intermedia- rio. (Cortesía: Antonio D'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia, foto de Ignacio Barrero, Univer- sidad del Valle, Colombia). Figura 14-56. Echinococcus oligarthrus. Aguti (Dasyprocta sp), huésped intermediario en varios países de América Latina. (Cortesía: Antonio D'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia). Pttrt ts ilosls hummws Figura 14-57. Echinococcus. Rata espinosa (Proechimys sp. Otro huésped intermediario. (Cortesía: Antonio D'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia). Los huéspedes definitivos se infectan al comer vísceras e ruelas ele los huéspedes in· tc rmcdiarios que contengan los quistes. En las zonas endémicas existen condicio nes apropiadas pa ra estO, como son : en la forma unilocu lar los perros que cuidan las ovejas alimentados con vísceras eruelas ele éstas; en la mulli locular los zorros que comen roedo- res y en la poliquística los perros de mo nte o domt:sticos que comen guaguas y otros roedores. Cuando esto sucede , los protoes- cóliccs se desarrollan a parásitos adu ltos e n el intestino delgado de los hu éspedes defini- tivos, que se ad hie ren a la mucosa intestinal y producen huevos que se e liminan con las materias fecales. La in fecció n con parásitos adu ltos es múltiple , por lo cual la elimina- ción de huevos es muy abundante. Estos hue- vos cuando son ingeridos por los huéspedes inte rmed iarios y por el hombre clan o rigen a la hidat iclosis (figu ra 14-53) . Patología y patogenia Los quistes ocupan espacio y dan le- siones por compresión. En la Infección por E. vogeli se encuentra invasión a los tejidos principalmente en rugado. La bidatidosis puede comprometer cualquier víscera del organismo. En el hombre la localización más frecuente de los quistes es h ígado y pulmón .12•31 O tras localizaciones son: cavidad abd o minal , rii'io- nes, bazo, músculos, huesos, s istema nc rvio- so,IMI etc. La patología que causa el quiste intacm es por compresió n, desp lazamiento 559 • D Parasitosis humanas o por ocupación de espacio, lo cual sucede de manera lenta y progresiva. Se ha estudiado experimentalme nte la patología de E. vogeli y E. oligartbrus en los huéspedes intermedia- rios naturales, paca y rata espinosa. En el hí- gado se presenta la forma poliquística con E. vogeli se observan vesículas múltiples llenas de líquido , envue ltas en una membrana grue- sa con mú ltiples cavidades interconectadas e invasivas dentro del órgano161 (figura 14-51). En E. oligat·tbrus se encontran quistes (mi- cos múltiples en hígado, bazo y pulmón con cápsulas prolígeras y protoescólices.l'l Cuan- do hay ruptura, se presentan complicacio nes severas debidas a reacciones de hipersensibi- lidad o implantaciones d e múltiples quistes. T.os quistes muertos y ele larga evolución, tie nden a calcificarse .r•r Las otras dos variedades se d ife rencian macroscópicamenre así: elunilocular que con- siste en sacos individuales, producidos por H. granulosus y F.. oligartbrus (figura 14-58) ; el multilocular o alveolar, producido por F.. mul- tilocularis que está formado por var ias cav.i- dadcs de mo rfología esponjosa, de apariencia sólida, de tipo rumora! y con invasión a los tejidos. Microscópicamente se identifican tres membranas; la adventicia del huésped y dos del parásito, la laminada y la germinativa. Se obser- van también vesículas prolígeras, protoescóli- ces invaginados o evaginados y ganchos suel- tos. La morfo logía de estos ganchos permite el diagnóstico de especie191 (figura 14-50). Figura 14-58. Quiste hidatídico unilocular. En el quiste de gran tamaño en el hígado, se obser- van abundantes quistes hijos y membranas en su interior. (Cortesía: Pathology of Tropical and Extraordinary Diseases, AFIP N-31977). 560 Manifestaciones clínicas La hldatidosis es nna enfennedad de evolución lenta y el periodo de incuba- ción es muy largo. En la fonna quística la sintomatología es principalmente hepática y pulmonar, con frecuencia hay invasión a otras vísceras. I.a forma alveolar se caracteriza por quistes he- páticos con manifestaciones sísténú- cas, las localizaciones extrahepáticas son raras. La hldatidosis poliquísti· ca, igual que las anteriores, presenta slntomatología hepática y pulmonar variada, que clínicamente es difícil di- ferenciar de otras enfermedades que presentan síntomas semejantes. En la forma uniquística se conocen única- mente tres casos, dos oculares y uno cardíaco. El período de incubación es largo, hasta de 50 años, durante el cual e l paciente puede estar asintomático. Los sínto mas dependen ele la lo- calización de los quistes en cualquie r órgano del cuerpo, princip<Llmente hígado y pulmón, y también del tamaño y de la integridad del quiste, si está roto o no. Hidatidosis quística por E. granulosus La invasión hepática es la más común, con au- melllo del tamaño del hígado , dolor, síntomas digestivos y a veces signos de infección u obs- trucción con ictericia.J21 Le sigue en frecuencia el compromiso pulmonar con signos y sínto- mas de acuerdo al tamai1o y localización, que pueden ser dolor, tos, disnea, hemoptisis, etc.131 Las dos formas, hepática y pulmonar, se asocian en e l 40% de los casos. Los huesos más afectados son las vértebras y la pelvis, con de- formidades y fracturas. Puede tambié n haber invasión ele cerebro, riñones, bazo, peritoneo, músculos, corazón, tejido subcutáneo, etc. De 85% a 90% ele los pacientes tienen afectado únicamente un órgano y más del 70% presen- tan sólo un qu iste.l 10l Hidatidosis alveolar por E. multilocularis La principal localización es e l h ígado con ma- nifestaciones ele dolor, malestar general, pér- diclad de peso, icte ricia obstn.Jctiva e hiperten- sión portal. I.as locaHzaciones extrahcpáticas son raras, pero puede haber invasió n elepul- món, bazo o cerebro. llll En esta fo rma de hida- ticlosis e l pro nóstico es malo, pues el 90% de los pacienres puede n morir dentro de los 10 años del comie nzo de Los síntomas y práctica- mame todos muere n después de 15 años."2 ' Cuando se hace tratamiento con albcndazol, el pronóstico mejora considerablemente y la supervivencia a llegado al 88 %.1131 Hidatidosis poliquís tlca por E. vogeli La intensidad de la enfe rmedad es inte rmedia emrc la quística y La alveolar. En un estudio de la hidatidosis po liquística y uniquísri ca basado en S 1 casos, La prime ra Fue clasificada en cinco tipos:ll41 l. Quistes en hígado y cavidad abdominal37% 11. Quistes e n hígado y cavidad abdominal con insut1ciencia hepática ... ....... ...... ............ 26% III. Quistes en hígado y pulmón o tó rax ..... 14% rv. Quistes en el mesenterio ..................... 16% V. Quistes calcificados en hígado y pulmó n.4% El compromiso hepático se mani fiesta por masas duras palpables que pueden ser dolo- rosas, asociadas a sín tomas digestivos, pérdi- da de peso y fiebre. El diagnóstico in icial es muy variado iocluyendo carcino ma hepático, colecisti tis o cole litiasis. Generalmente se re- conoce su e tiología cuando hay interveción quirúrgica. Cuando se presenta ictericia hay hepatoesplenomcgalia, circulación colateral, hematemesis y ruptu ra de varices esofágicas. Cuando existe compro miso pulmo nar, se pre- senta do lo r to rácico, tos, hemoptisis, gene- ralmente asociados a Los síntomas de o rigen hepático ya mencionados. En los casos locali- zados en mesenterio e imestino, el dolor tiene localizació n cen tral en el abdomen. Cuando los quistes est:ín ca lcificados son detectados por imagino logía y algunos casos son asinto- máticos.l'4· '5' Hidatidosis u;üquística por E. oligarthrus Ji asta e l año 2008 se habían diagnosticado tres casos humanos con qu istes únicos, uno en el corazón y dos en órbita ocular. EL caso cardíaco se p resentó en un adulto brasile ño y f11c un hallazgo ocasional de autopsia. Uno de los pacientes con Localización en la ó rbita, correspondió a u n campesino venezolano que Parasilosls humanas presentó proctosis del ojo izqu ierdo y ptosis palpebral , con una vesícula re troorbital de 2 cm, que fue cle tecLada por T'AC. EL otro caso era un niúo de Surinam con exoft:almos y equ i- mosis, también confi rmada por ' I'AC.' '4' CompUcaciones !.a mptura de un quiste desencadena reaccio- nes irr italivas de hipersensibilidad y aun cho- que anatlláctico q ue puede ser fa tal. Además se producen implantaciones múltiples que dan o rigen a hidatidosis secundarias, princi- palmente en peritoneo, ple ura y pulm6n. En cualquiera de sus localizacio nes, e l quiste se puede in!ect.1r secundariamente y formar un absceso, en cuyo caso La sinto matología se agrava y aparece fiebre y Leucocitosis. Inmunidad El líquido de los quistes tiene una po- tente actividad antigénica, por lo cual si se presenta la ruptura hay sintoma- tología de choque anafiláctico. La res- puesta de inmunidad humoral es alta y la celular puede demostrarse por la prueba cutánea de Casoni. Existe acti· vación de las células 1bl y 1b2. En la hiclatidosis tienen especial importancia los aspectos inmunológicos, debido a que el líquido de los quistes es un potente antíge- no. En las personas infectadas, las pequeñas rupturas producen sensibil ización, lo cual trae como consecuencia la posibilidad ele reaccio- nes anafilácticas severas, o también manifesta- ciones alé rgicas menos graves como urticaria. Cuando se rompe un quiste grande por trau- ma, d urante el acto quirú rgico o por cualquier otra causa, puede presentarse el cuad ro clínico de choque anafi láctico. !.a respuesta inmune del huésped contra los antígenos del parásito, se evidencia po r la detección de anticuerpos y por este motivo las reacciones inmu no lógicas tienen valo r en e l d iagnóstico , sin embargo los anticuerpos no frenan el progreso de la e n- fermedad. Hay también una activa respuesta celular que se evidencia por la prueba cutá- nea positiva (prueba ele Casoni). En la infec- ció n por E. granulosus se ha mostrado que la activación de las células Th1 son importantes 561 • Purnsitosis IJ IIUUIIWS en la inmunidad prmecLOra, mie ntras que la activació n de las Th2 se asocia con la suscep- tibilidad al progreso de la enfermcdacl. l'61 En infecció n por H. multiloculm ·is se reduce la expresió n ele recepto res ele la IL-2 como su producció n, pe ro aume nra la 11.-5 de los ma- cró fagos mo nonudeares de sangre periféri- ca. 1'71 La presencia de HLA-DR13 está relacio- nada con la severidad de la e nfermedad en la equ inococcosis a1veolar.1'81 Existe inmunidad pro tecto r-J. fuerte a las re infccciones, después de habe r sufrido la infecció n primaria. Diagnóstico El diagnóstico clínlco es muy dificil de hacer por la similitud con muchas enfermedades, por lo cual se debe recurrir a estudios imagioológicos y pruebas inmunológicas. El diagnósti· co definitivo se hace por observación de los quistes en cirugía o autopsia y se confirma por el examen microscó- pico que muestra los protoescólices y los ganchos, con los cuales se puede hacer diferenciación de la especie. F.l diagnóstico clínico dife rencial debe hacerse principalmente con las e nfe rmedades inflama- torias o rumoraJes que afectan hígado y pul - món. Secundariamente con lesiones en cual- quier o tro 6rg;mo que produzcan patOlogía por compresión, o que se manifiesten por una masa ele tipo tumoral. De acuerdo a lo anterio r es importante tener una historia clínica que in- duya la procedencia para de terminar si la hida- tidosis es endémica, o se relaciona con la ocu- pación y costumbres (cazadores, pastores, etc) . En los exámenes corrientes ele laborarorio puede obse•·varsc eosinofilia en aproximada- mente 15% a 2 1%, además se puede encontrar leucopenia, trombocito pc nia, anormalidades de las pruebas de funcio namiento hepático e hipergamaglobulinemia.1'4·'91 La observación de los quistes po r laparoscopia, laparotomía u otros proceclimienLOs visuales, permite presu- mir el diagnóstico co n mayor ce rteza. El d iag- nóstico se completa co n exámenes paraelíni- cos: imaginológicos, inmuno lógicos, y p arasi- rológicos. F.s preferible hacer varios mé todos de los citados. 562 Métodos imaginológicos l.a Rx s imple puede demostrar la lesió n y es más utilizada en las localizacio nes pulmonares (figura 14 -59) . La ecografía , la escanografía y la RM son los mejores mé todos diagnósticos. La ecografía tiene una sensibilidad entre 90% y 95%.1 2•20 1 Las caracterís ticas que sugie ren quis- te hidatídico en ecografía son : pared quistica con p liegues, separación de la membrana hi- datídica de la pared del q uiste y ar ena hida- tíd ica .l2 '1 La TAC tiene mayor se nsibilidad que la ecografía, es de 95% a 100%.12 •20 •221 Con la TAC se puede determinar el número, tamaño y localizació n de los quistes y se usa como mé- LOdo de contro l durante el tratamiento1231 (fi- gura 14-60). La RM no tie ne muchas ventajas sobre la TACen las formas abdominales y pul- monares, pe ro sí cuando hay invasió n a o tros ó rganos incluyendo e l cerebro .1241 Las formas po liquísticas se observan como zonas de me- nor densidad, múltiples, de tipo invasivo y co n calcificacio nes (figura 14-61). Pruebas inmunológicas Las pruebas se rológicas so n útiles e n el diagnó stico y en el seguimie nto después d el tratamien to. El métod o d e e lecció n es la de- tecc ió n de anticue rpos po r las técnicas de hemaglutinació n indirecta , inmuno fluores- ce ncia indirecta, agllllinac ió n con látex, in- munoelectro fo resis de d oble difusión , con- trainmunoelectro fo resis , radio inmunoensa- yo , pruebas de ELJ SA, inmunoelectrodifu- sió n , inmu noblo t, e tc .I2' · 2RI En gene ral e ntre Figura 14·59. Quiste hidatídico. Aspecto ra- diológico de hidatidosis poliquística {flechas) en pulmónderecho y pericardio. (Cortesía: Antonio D'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia). Figura 14-60. Hidat idos is poliquística. TAC que muestra múltiples quistes infiltrativos en hígado. (Cortesía: Luz Ele na Flórez, Alejandro Restrepo, Hospital General de Medel lín, Co- lombia). 85% y 95% de los quistes hepáti.cos y 65% de los pulmonares, presenta n pruebas seroló· gicas pos itivas. l2?1 A menudo los quistes en cerebro, bazo y o jo no tienen anticuerpos detectables. La identificación ele antígenos circulantes es menos sensible que la detec- ción ele anticuerpos.f" l Existe la intraclermoreacción ele Casoni que consiste e n la inyección intradérmica de antígeno de líquido de quistes de Echinococ- cus. l.a prueba positiva indica la presencia ele Igl:i específica como una reacción ele hipersen- sibilidad inmediata.l301 Figura 14-61. Hidatidosis pol iquística. TAC de hígado que muestra múltiples quistes infiltrativos y calcificaciones. (Cortesía: UG Meneghelli , Uni- versidad de Sao Paulo, Ribeirao Preto, Brasil). Parasitosis b 'llllla uas Diagnóstico parasito1ógico Se hace al observar cualquie ra ele los compo- nentes del quiste, a simple vista y al microsco- pio. Este diagnóstico se puede hacer de ma- terial eliminado espontáneamente u obtenido en cirugía o autopsia, pero sólo en casos espe- ciales se debe hacer punción o biopsia por el. riesgo de desencadenar reacción anaflláctica y diseminar la enfe rmedad. En caso de hacer es- tos procedimientos se debe guiar con ecogra- fía o TAC.J3'1 El diagnóstico macroscópico de las formas poliquísticas es más di fícil que el ele las uniloculares, debido a que presentan una apariencia m moral. El diagnóstico microscópi- co en preparaciones teí'lidas por hemaroxilina- eosina y PAS, se hace por la morfología del te- jido, la presencia ele protoescólices y las carac- terísticas de los ganchos, en cuanto a forma y proporción ele las distintas partes. Estas medi- das se obtienen mejor de ganchos completos sin colorear, obtenidos de l líquido vesicular o por compresión de l quiste (tlgural4-62) .16•141 Resumen de bases diagnósticas en formas poliquísticas Presencia de masas quísticas al examen fí. sico y comprobación por métodos radio- lógicos. Vivir o haber vivido en zona ru ral seJvática y estar hm1iliarizado con la existencia de pa- cas (roedores, huéspedes intermediarios). Pruebas serológicas positivas. Compro bació n parasito lógica ele membra- nas del quiste y ganchos. Epidemiología, contro] y prevención La forma con distribución geognifi- ca más amplia es la quística, que se presenta en Asia, África, Australia y Suramérica. La alveoJar es más fre- cuente en el norte de Europa y Asia. La poliquística es exclusiva del trópi- co americano. La forma uoiquística es muy escasa y los tres casos conocidos se presentaron en Surnmérica. La pre- vención en zonas endémicas se hace evitando que las vísceras infectadas de los huéspedes intermediarios sean consumidas por los carnívoros que son los huéspedes dcfirutivos. 563 • • "' ·¡¡; 1 Parasllosls bttmcmas Figura 14-62. Ganchos de protoescóllces. Comparación de 3 especies de Echinococcus de acuerdo al tamaño y la forma con el mismo aumento del microscopio. (Cortesía: Antonio D'Aiessandro, Clin Microbio! Rev 2008;21 :380-401 ). La hidatidosis quística por i:J'. granu.losus está presente en zonas de Asia, África, Australia y en América Central y del Sur, principalmente Argentina, Uruguay, Chile, Perú y sur del Bra- sil. En algunas regiones del mundo la preva- le ncia es tan alta como 220 casos p or 100.000 habitantes.l12l En los Andes peruanos la preva- lencia fue de 9,3% en humanos, 46% en ca- ninos y 32% en ovejas.l32l Un estudio en Uru- guay mostró una prevalencia general de 5,6% en humanos.i33i El hombre se infecta al ingerir huevos del parásito eliminados en las heces fecales de los perros infectados. Estos a su vez se han contaminado al ingerir vísceras crudas de ovejas, que son los principales huésp edes intermediarios,l341 Estos an imales, que viven en íntimo contacto con perros pastores, se in- fectan a l ingerir huevos del pasto donde han caído las materias fecales de los pe rros . Los huevos son muy resistentes a las condiciones ambientales y pueden ser trasportados a dis- tancia por el viento. En los países nórdicos del mundo se han e ncontrado cepas silvestres de E. granulosus, que tienen su ciclo entre carní- voros y herbívoros salvajes. La hidatidosis alveolar por 1:.·. multilocu- laris predomina entre los esquimales y al nor :e de Europa y Asia. En esta especie se en- cuentran casos asintomáticos en los cuales se comprobó muertes espontáneas de los pará- sitos.ll'J Los principales huéspedes definitivos son los zorros, aunque también se encuentra en perros y gatos. Los huéspedes intermedia- rios son diferentes roedores. Estos animales se han estudiado en Lituania como huéspedes 564 definitivos e intermediarios y se han descrito numerosos casos humanos.ll61 Las personas más expuestas a la infección son cazadores y aquellas dedicadas al trabajo con pieles de zo- rro.137,38J La hidatidosis poliquística por E. vogeli es propia del trópico americano. Se conocen casos en 12 países latinoamericanos desde Nicaragua hasta Chile . La descripción original en 1979, incluyó 13 casos de cuatro países.1391 Hasta el aii.o 2008 se habian registrado en los países mencionados, un total de 168 casos de E. vogeli y tres de E. oligarthrus.f141 Después de esta recopilació n se publicó un nuevo caso de E. vogeli en un cazador de jaguares e n Gua- yana Francesa que convivía con perros.l401 El país con mayor número de pacientes es Brasil con 99 casos, seguido de Colombia con 29 ca- sos,ll41 en este ültimo país existen más casos no publicados, lo cual indica la falta de regis- tro. Estos datos comprueban que la hidatido· sis poliquística se encuentra más, a medida que los habitantes de la selva reciban servicios de salud y el cuerpo médico conozca la enfer- medad. Los p rincipales huéspedes definitivos E. vogeli y E. oligartbrus son p e rros de monte (Speothos venceticus), en Colombia llamado zorro guache (figura 14-54) y perros domés- ticos ; y los intermediarios son pacas (Cunicu- lus paca) que en Colombia es llamada gua- gua (figura 14-55) y algunas ratas. La pobla- ció n expuesta es principalmente la de caza- dores de pacas y campesinos que habitan en zonas donde existe este roedor. Los perros de los cazado res está n frecue nte me nte infec- tados con los parásitos adu ltos y sus mate rias fecales con huevos, co ntaminan las pacas. !.os perros son a lime ntados con vísceras de paca y los carnívoros salvajes las cazan para s u ali- mentació n. El 29,5% de las pacas capturadas e n zona selvática de Colombia para consumo de su carne , reconocida como de muy bue n sabor, han presentado hidatidosis, principa l- mente e n e l hígado. 'l:unbién se ha e ncontra- do como huéspedes inte rmediarios las ratas espinosas e n 0,5%.t411 En las regiones do nde se ha encontrad o 1:'. ¡;ogeli , se ha identitka- do también LJ. oligarthrus e n gatos salvajes como huésp edes de finitivos y en roedores, incluyendo rata espinosa, paca y agutí, como huéspedes inte rmed iarios. l.a prevenció n se reali za con cuidad os hig iénicos en el hombre, evitando alime nta r los pe rros con vísceras crudas que te ngan hiclatidosis (figura 14-63) y tratándolos con praziquante l para curar la equinococosis intestinal. Pa t·asltosfs humatws Tratamiento La extracción quirúrgica es el proce- dimiento terapéutico más frecuente teniendo cuidado de no romper los quistes para evitar la implantación a otros lugares. Para el tramiento médi- co se usan los benzimidazoles, princi- palmente albendazol, en los casos no operables, aunque es recomendable hacerlo concomitantemente cuando se h ace cirugía, además se utiliza en las recaídas. Este tratamiento con an- tihelmíntico se debe hacer por un mí- nimo de tres a seismeses. Hidatidosis quístiea La extirpació n po r cirugía abie rta ha sido el método m ás eficiente e n la fo rma quísti- ca. Para e llo existe n técnicas especiales que pe rmite n la ex tirpación de l quis te intacto, Figura 14-63. Trasmisión de Echlnococcus voge/1. Sacri ficio de una guagua (paca) y alimentación de un perro con vísceras infectadas. (Cortesía: Antonio D 'Aiessandro, CIDEIM, Cali, Colombia; Rev Pato! Trap 2004;33:125-134). 565 • • Parns ilosls b ll lll liiUI S para evitar su ruptura y por consiguiente las reacciones anafilácticas y siembras d e la hi - datidosis. En la actualid ad se presentan otras modalidades de tratamiento que incluyen cirugía por laparoscopia, aspiración pe rcu- tánca, introducción de antiparasitarios en el quiste con aspiración y quimioterapia, la cual se hace con albcndazol.142·431 La cimgía abierta se reserva cuando los métodos mencio nados no se pueden realizar, e n casos de quistes muy grandes o superficiales e n el hígado, con riesgos de ruptura o infecció n, como tambié n los que causan compresiones y obstruccio nes. Esta cirugía est{t también recomendada cuando e l quiste se localiza en pulmón, riñú n, hueso y cerebro.144l La cirugía está contraindicada en los casos de quistes muertos o calcificados, quistes multiples o con dificultad de acceso, en emba- razo, ancianidad y mal estado general. Se debe administrar albenclazol antes y después ele la cimgía para obtener mejores rcsultados.1451 Se han usado los benzimiclazoles: me- bendazol y albendazol, con mejores resu lta- dos para el último de e llos. De acuerdo a la 0MS1461 el albendazol debe usarse en los si- guientes t:asos: pacientes no operables, los que tengan múltiples quistes en varios órga- nos, aque llos que después de cirugía tengan recaídas y como prevención para la disemina- ció n de la enfermedad cuando el quiste se ha roto. La dosis recomendada es 10 a 15 mg/kg/ día, fraccionada en dos dosis, mínimo tres a seis meses. Algunos autores recomiendan ad- ministrar por cuarro ~emanas , seguidas de dos semanas de dcscanso.l471 O tros esrudios sugie- ren que e l tratamiento cominuo no aumenta los efectos secundarios y que la eficacia puede ser mejor.1481 Los e fectos secundarios de esta medicación son: hepatotoxicidad en 1% a 5%, leuco penia reversible para lo cual se debe ha- cer leucograma cada dos semanas, los mismo con las pmebas de funcio namiento hepático. Pueden presentarse síntomas generales como marco, cefalea, vómito y brote cutáneo. Este trata.niento está contraind icado en enferme- dad hepática grave, depresió n de médula ósea y embarazo. Basado e n imágenes radiológicas se observa respuesta al tratamiento en 75% a 85% de los t:asos.14R·491 Recopilació n de publit:adones sobre la dkacia de este tratamiento, demuestra que es recomendable cuando se da combinado con 566 los procedimient.Os quirúrgicos o e n las casos inoperables.I5M•I El seguimie nto después de l tratamie nto t:on albendazol debe hacerse en lo posible, duran te 10 ai'los o por toda la vida, con lo cual ha demostrado que el número ele recaídas es debido a las limitacio nes del medi- camcnto.l521 La experiencia acumulada ha de- mostrado que con albe ndazol, los quistes de- saparecen en 30%, se reducen de tamaño en 30% a 50% o permanecen sin cambio e n 20% a 40%.112·5' 1 Por el contrario el scguimienlO se- rológico, au nque se observan cambios t:on di- ferentes pruebas, no ha mostrado ser üti l.153.541 Otros medicamentos que se han utilizado son: flubendazol, fcnbendazol, oxfendazol, praziquantcl y nitazoxanicla. Con estos medi- camentos los resu lcados han sido inferiores a los mencionados con albendazoJ.I55·5'1 Hidatidosis alveolar El tratamiento quirürgico para esta forma de la enfermedad es menos efectivo que para la quística, porque las lesiones son múltiples y adheridas al te jido , y por lo tanto son difíciles de eliminar tota lmente. Sin embargo la cirugía está recomendada cuando el sitio de las lesio- nes es act:esiblc , las condiciones de l pacien te sean bue nas y que existan cirujanos con expe- riencia en esta enfermedad . Esta cirugía debe eliminar e l mayor número de quistes posible y acompañarse con quimioterapia utilizando al- bendazol por dos años, a la dosis me ncionada en hidatidosis unilocular.15811.os pacientes ino- perables deben recibir la quimoterapia mcn- t:ionada, la cua l ha demostrado una respues- ta favorable en la mitad de los casos. En un estudio se obtuvo supervivencia por 15 años en 53% de 80 pacientes tratados sin cirugía, en cambio cuando no reciben tratamiento la mortalidad es 1 00%.15?.601 Hidatidos is poUqu ística l.a cirugía en esca forma de hidatidosis es difícil y no tiene un éxito completo por la d ificu ltad de extraer todos los quistes que se ent:ue ntran muy adheridos a los tejidos. Siempre que se haga cimgía se debe asodar el tratamiento con a lbendazol, a las dosis in- dicadas antes. En un estudio de 13 pacientes tratados solamente con albendazol, y segui- dos por 10 a 30 meses se obtuvo éxito parcial o total en seis de ellos.r••.G·•I
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