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Fisiología de la Circulación Sanguínea y el Transporte de Gases La circulación sanguínea es un sistema vital que permite la entrega de oxígeno y nutrientes a los tejidos y la eliminación de productos de desecho metabólico. El sistema cardiovascular, compuesto por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre, trabaja en conjunto para asegurar un flujo constante y equilibrado de sangre a través del cuerpo. El corazón actúa como una bomba que impulsa la sangre oxigenada desde los pulmones hacia el resto del cuerpo a través de las arterias, mientras que las venas devuelven la sangre desoxigenada al corazón. Los capilares, que son vasos sanguíneos microscópicos, permiten el intercambio de oxígeno, nutrientes y productos de desecho entre la sangre y los tejidos. El transporte de gases, como el oxígeno y el dióxido de carbono, es esencial para mantener un equilibrio químico adecuado en el cuerpo. La hemoglobina en los glóbulos rojos se une al oxígeno en los pulmones y lo libera en los tejidos que lo necesitan. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono generado como producto de desecho se transporta de regreso a los pulmones para ser eliminado a través de la exhalación. Los veterinarios evalúan la función cardiovascular en pacientes clínicos utilizando técnicas como la auscultación cardíaca y la medición de la presión arterial. También comprenden cómo las condiciones médicas, como las enfermedades cardíacas y los trastornos sanguíneos, pueden afectar la circulación y el transporte de gases en diferentes especies.
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