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97 FACTORES INMUNITARIOS EN LA ENFERMEDAD Diseñada para combatir los efectos de invasión por factores ambientales adversos, como los microorganismos y los agentes químicos tóxicos, la respuesta inmunitaria es un mecanismo normal de defensa. De ordinario funciona de manera efi caz, aunque pueden producirse enfermedades como resultado de: • Respuesta inmunitaria inadecuada. • Respuesta inmunitaria excesiva. • Respuesta inmunitaria no deseada o inapropiada. No es la intención en este capítulo el presentar los diver- sos componentes y mecanismos de la respuesta inmunitaria en la enfermedad, puesto que ya están cubiertos en los textos estándar de inmunología, sino más bien proporcio- nar un perfi l breve de la inmunopatología pertinente. RESPUESTAS INMUNITARIAS INADECUADAS Las respuestas inmunitarias inadecuadas pueden ser el resul- tado de estados de inmunodefi ciencia. Hay dos clases de síndrome de inmunodefi ciencia: • La inmunodefi ciencia primaria, que está presente al nacer, es con frecuencia el resultado de un trastorno genético (fi gura 7-1). • La inmunodefi ciencia secundaria se adquiere de forma secundaria a un tratamiento con fármacos o un proceso de enfermedad (fi gura 7-2). La agammaglobulinemia ligada a X (de Bruton) se asocia con células B ausentes o disminuidas, además de bajas concentraciones de IgG Este trastorno se produce en lactantes, y es una panhipog- lobulinemia. Las concentraciones de IgG están de manera considerable reducidas y otras concentraciones de inmuno- globulinas son muy bajas o están ausentes. Aunque los lin- focitos B están reducidos de manera notable o casi no existen, la inmunidad celular está intacta, pues las células T no están implicadas. El lactante se presenta con infecciones piógenas recurrentes, que se inician de manera característica en algún momento después de los seis meses de edad, cuando todos los anticuerpos transplacentarios maternos han desaparecido. Los sitios comunes de infección son los pulmo- nes y los huesos, y las bacterias infectantes más comunes son los estafi lococos, neumococos y Haemophilus infl uenzae. La maduración de las células B se detiene en la etapa de célula pre-B y no pueden formarse células B o células plasmáticas, por lo que hay carencia casi completa de inmunidad humoral. El defecto está en mutaciones de un gen en el cromosoma X (llamado gen BTK (del inglés Bruton tyrosine kinase, tiro- sincinasa de Burton o célula B), ya que la cinasa de tirosina es esencial para las señales de transducción a los receptores de célula pre-B, para su maduración. Se han encontrado más de 300 mutaciones en BTK. En los pacientes con este tras- torno, cerca de 50% tiene una historia familiar y el otro 50% representa nuevas mutaciones. La defi ciencia aislada de IgA es una inmunodefi ciencia primaria muy común, aunque suele ser asintomática En este trastorno hay una reducción muy marcada, en el nivel de IgA en el suero, pero otras inmunoglobulinas son nor- males. Los linfocitos responsables de producir IgA, fallan en madurar a células plasmáticas secretoras de IgA. En la mayo- ría de los casos esta defi ciencia aislada de IgA se detecta por accidente, aunque algunos pacientes tienen una tendencia aumentada a padecer infecciones respiratorias, y de otro tipo. En ocasiones la defi ciencia aislada de IgA está asociada con Inmunopatología básica 7 Figura 7.1 Estados de inmunodefi ciencia primaria Componente anormal del sistema inmunitario Ejemplo Anticuerpos Hipogammaglobulinemia ligada a X (enfermedad de Bruton: recesiva ligada a X Defi ciencia aislada de IgA Células T Aplasia tímica (síndrome de DiGeorge) Células B y T Inmunodefi ciencia combinada grave • Tipo suizo (autosómica recesiva) • Defi ciencia de desaminasa de adenosina (autosómica recesiva) • Recesiva ligada a X Fagocitos Enfermedades granulomatosas crónicas Complemento Defi ciencia de C2, C4 7 PATOLOGÍAPatología clínica 98 una defi ciencia parcial de otras inmunoglobulinas, en particular IgG y esos pacientes tienen una mayor incidencia de infec- ciones recurrentes. La inmunodefi ciencia variable común es una porción pequeña de un saco mezclado Los pacientes con este trastorno tienen predisposición a desa- rrollar infecciones recurrentes. Se presenta de igual manera en varones y mujeres y el comienzo de las infecciones recu- rrentes suele empezar en el segundo y tercer decenio de la vida. Se encuentra que los pacientes tienen niveles bajos de inmunoglobulina y anticuerpos de manera notable. Es posi- ble distinguir de la agammaglobulinemia ligada a X de Bru- ton, por el hecho de que hay presentes números normales de células B, aunque su función parece desordenada, en algunos casos se relaciona con deterioro del señalamiento de célula T. A veces hay un exceso de actividad celular T supre- sora, o actividad inadecuada de célula T colaboradora. Algu- nos casos están asociados con insufi ciencia intrínseca de maduración de células pre-B. Los pacientes con este tras- torno tienen una alta incidencia de trastornos autoinmuni- tarios comunes, incluyendo a la enfermedad de Hashimoto y a la artritis reumatoide. La más importante defi ciencia de células T es el síndrome de DiGeorge En estos lactantes hay una defi ciencia, parcial o completa de formación de células T, junto con hipoplasia del timo. Esta defi ciencia es el resultado de la falta en el desarrollo embrionario de la tercera y cuarta bolsas faríngeas y, por tanto, las glándulas paratiroides están ausentes. Los lactan- tes afectados tienen un aspecto facial característico, con hendiduras faciales en la línea media, en especial paladar hendido, una pequeña mandíbula deprimida e implantación baja de las orejas. Hay una elevada incidencia de malfor- maciones cardiacas congénitas y la ausencia de glándulas paratiroides conduce a hipocalcemia. La iniciación de infecciones recurrentes comienza poco después del nacimiento y el lactante es en particular vulne- rable a padecer infecciones por virus y bacterias intracelula- res. Cuando un niño tiene algunos restos tímicos y sobrevive los primeros años, entonces pueden aumentar en número las células T. La efi ciencia de la inmunidad mediada por células puede ser casi normal, hacia los cinco años de edad. Con frecuencia el pronóstico se asocia más con la gravedad del defecto cardiaco que con el defecto inmunitario. La anoma- lía genética de fondo, es la eliminación (deleción) de parte del cromosoma 22; menos de 10% de los pacientes tiene una eliminación heredada y, por tanto, más de 90% de los casos de enfermedad se debe a una nueva eliminación. La inmunodefi ciencia primaria combinada de la célula B y T más común se denomina ‘defi ciencia inmunitaria combinada grave’ Este trastorno puede heredarse de acuerdo con un patrón autosómico recesivo (tipo suizo), o un patrón recesivo ligado a X. Algunos de los tipos autosómicos recesivos se asocian con defi ciencia de adenosin de aminasa. En el tipo ligado a X, hay una mutación en el gen γ-receptor de inter- leucina-2 (IL2RG). En el tipo autosómico recesivo aso- ciado con defi ciencia de Adenosin Deaminasa, el defecto del gen está en el cromosoma 20; se piensa que la defi ciencia de la enzima conduce a la acumulación de sustrato en células y éste es en particular tóxico para las células linfoides inmaduras del sistema inmunitario en desarrollo. El trastorno se debe a una defi ciencia del desarrollo de los precursores de células B y T de la célula madre primitiva. Como resultado de la defi ciencia de las células B y T el timo es pequeño o está ausente y el tejido linfoide en los ganglios linfáticos y en el intestino, también está muy reducido. Los niños a temprana edad se presentan con infecciones recurrentes, incluyendo candidiasis bucofaríngea, neumo- nía y diarrea. Hay una cuenta muy baja de linfocitos en la sangre y concentración sanguínea de inmunoglobulina muy baja. En ausencia de tratamiento (de manera habitual tras-plante de médula ósea) se produce la muerte durante los primeros dos o tres años de vida. Una de las infecciones mortales más comunes es la neumonía causada por Pneu- mocystis pneumonia, págs. 101 y 124. La ataxia-telangiectasia y el síndrome de Wiskott-Aldrich son formas muy raras de inmunodefi ciencia combinada La ataxia-telangiectasia se hereda como un trastorno autosó- mico recesivo. El síndrome comprende una predisposición a la infección, asociada con concentraciones bajas de IgE e IgA e inmunidad celular deprimidas, degeneración cerebelosa y atrofi a de los fascículos espinocerebelosos, así como áreas peculiares de vasos sanguíneos telangiectásicos en las con- juntivas y caras fl exoras de los antebrazos. El sitio más común de las infecciones recurrentes son las vías respiratorias supe- riores, incluyendo a los senos paranasales y la bronquiectasia intensa es una complicación a largo plazo. Las manifestacio- nes neurológicas se vuelven aparentes cuando el niño empieza a caminar y puede ocurrir un retraso mental progresivo. Es posible que también haya anomalías endocrinas asociadas, incluyendo disgenesia gonadal. El gen responsable (gen ATM) está situado en el cromo- soma 11. Las células son en exceso sensibles a los rayos X, lo que da lugar a rupturas frecuentes de cromosomas y cromátides; los cromosomas 7 y 11 son en especial vulne- rables, en particular en sitios que se conoce que están relacio- nados con función del receptor de célula T, codifi cando para cadenas pesadas de inmunoglobulina y para malignidades hematológicas. Esto puede explicar los defectos inmunita- rios y la alta incidencia de malignidades, en particular lin- fomas, leucemias y tumores encefálicos. El síndrome de Wiskott-Aldrich se presenta desde el punto de vista clínico con eccema, infecciones recurrentes y recuento bajo de plaquetas. Es una enfermedad recesiva ligada a X, que afecta lactantes de sexo masculino. Las mani- festaciones más tempranas suelen deberse al recuento plaque- tario bajo, e incluye episodios hemorrágicos, a menudo de las vías gastrointestinales. Más adelante se desarrollan infec- ciones respiratorias, y los niños que sobreviven a los ocho años de edad, o más, tienen una incidencia muy alta de linfoma maligno y leucemia linfoblástica aguda. Desde el punto de vista inmunológico se presenta una concentración 7Inmunopatología básica 99 baja de IgM, aunque las niveles de IgA e IgE suelen estar aumentados. En el aspecto hematológico estos niños tienen plaquetas pequeñas, y cuando menos parte de la reducción en su número es a causa del aumento de la destrucción de las plaquetas circulantes por el bazo. La esplenectomía puede conducir a un aumento en el número de plaquetas. El trasplante de médula ósea es el tratamiento de elección. El gen responsable se llama proteína del síndrome de Wis- kott-Aldrich (WASp) y está situado en el cromosoma X. Su expresión parece estar confi nada de manera notable a célu- las hematopoyéticas y linfoides y parece estar relacionado con el movimiento de fi lamentos de actina en el citoesque- leto de estas células, en particular las células B y T, células dendríticas, neutrófi los y plaquetas. La anomalía primaria más importante de las células fagocíticas es la llamada ‘enfermedad granulomatosa crónica’ Esta enfermedad ocurre en especial en niños y se debe a un tipo de herencia recesiva ligada a X; una proporción reducida de casos muestra un patrón autosómico recesivo. Los neutrófi los de la sangre y de la médula ósea son defi - cientes en el sistema nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH), y son incapaces de producir peróxido y superóxido de hidrógeno, lo que destruye su capacidad de producir muerte bactericida, conduciendo a la formación de focos de infección persistente, en particular en la piel, huesos, pulmón y ganglios linfáticos. Con frecuencia las bacterias infectantes son microorganismos poco comunes que no suelen ser intensamente patógenos. Los neutrófi los son capaces de responder a la infección migrando al sitio y de poder fagocitar las bacterias, aunque una vez fagocitadas, los neutrófi los son incapaces de matarlas. Como un resul- tado, a menudo se presenta una respuesta macrofágica secundaria en el área de la infección, con producción de granulomas histiocíticos. La inmunodefi ciencia secundaria es mucho más común que la inmunodefi ciencia primaria En general, el sistema inmunitario no funciona bien tanto en la lactancia temprana como en la edad avanzada, aunque los lactantes están en parte protegidos por la presencia de anticuerpos maternos que han cruzado la placenta. A escala mundial, la desnutrición intensa es una causa importante de un deterioro en la respuesta inmunitaria. Una causa cre- ciente habitual e importante de inmunodefi ciencia secundaria, es la terapia con fármacos, ya sea la terapia con corticosteroide para una gama amplia de enfermedades, o la terapia inmuno- depresora específi ca, administrada en trasplantes para prevenir el rechazo, y como parte de un esquema de quimioterapia citotóxica en el tratamiento de enfermedades malignas. SIDA-VIH es una causa importante de inmunodefi ciencia secundaria El SIDA (síndrome de inmunodefi ciencia adquirida) cau- sado por el virus de inmunodefi ciencia humana (VIH), con- duce a un grave deterioro del sistema inmunitario mediado por células. Este trastorno afecta a 40 millones de personas a nivel mundial, con un estimado de 5 000 000 de casos nuevos y 3 000 000 millones de muertes en el mundo en 2004. Dicho de forma breve, la infección por VIH conduce a la destrucción de linfocitos CD4 y a una disminución de la relación célula T supresora/colaboradora en la sangre. El virus logra penetrar a las células T, fi jándose a moléculas de superfi cie de los CD4 por medio de receptores de quimio- cina y causa muerte celular. El virus tiene varios componentes proteínicos clave que se pueden usar en el diagnóstico. Se desarrolla una respuesta inmunitaria a las células infecta- das por virus, con componentes tanto humorales como medidos por células, lo cual contiene al inicio la infección, aunque, no la elimina. Después de varios años, esta res- puesta inmunitaria falla en el control de la infección, a causa de variación genética en las proteínas del virus. (El tiempo medio para que la infección por VIH se desarrolle en SIDA clínico en casos de transfusión, es de 4.5 años; en otros grupos, la escala de tiempo es menos determinada.) Al proliferar el virus hay depleción de células CD4, lo que lleva a producir una grave inmunodepresión. La mayoría de los casos es causada por el retrovirus de ARN VIH-1; sin embargo VIH-2 también causa SIDA, y es más común en África occidental. La transmisión sucede por contacto sexual, transfusión de sangre, drogadicción intravenosa y verticalemente de la madre a los hijos. 1. Infección primaria. El VIH tiene una fuerte afi nidad por linfocitos T efectores de memoria para CCR5+CD4+, macrófagos y células dendríticas del sistema inmunitario, y se fi ja a estas células en las superfi cies mucosas (p. ej., en transmisión sexual) y sangre (transmisión intravenosa y transplacentaria). Los virus ingresan a las células por medio de receptores de quimiocina y se produce replicación vírica. Se desarrolla una viremia general con la � Figura 7.2 Causas principales de inmunodefi ciencia secundaria Edad avanzada Desnutrición crónica Malignidad generalizada Enfermedades metabólicas (diabetes, insufi ciencia crónica del hígado, insufi ciencia renal crónica Terapia medicamentosa (terapia citotóxica, terapia esteroide) Esplenectomía (septicemia neumocócica) SIDA (síndrome de inmunodefi ciencia adquirida) Hay cuatro fases clínicas en la infección por VIH 7 PATOLOGÍAPatología clínica 100 � Figura 7.3 Infección oportunista en SIDA Células CD4+ en la sangre (límite normal inferior 450 a 500 μL) Aumento del riesgo de infección oportunista Menos de 350 μL La tuberculosisy la sífi lis pueden reactivarse. Herpes zoster. Candidiasis bucal Menos de 200 μL Neumonía por Pneumocystis jiroveci Infecciones micóticas sistémicas, incluyendo criptococosis meníngea e histoplasmosis Infestaciones parasitarias del intestino como por Cryptosporidium Menos de 100 μL Toxoplasmosis cerebral Leucoencefalopatía multifocal progresiva a causa de infección por papovavirus en el SNC Infección por citomegalovirus de la retina, SNC e intestino Infecciones por Mycobacterium avium intracellulare detección de ácido nucleico viral y el antígeno p24 de VIH en la sangre, alcanza su nivel máximo en cerca de seis semanas. Hay una pérdida aguda de células CCR5+CD4+ de sitios mucosos. En ese momento comienzan a detectarse anticuerpos contra VIH en la sangre (seroconversión), cerca de 50% de los pacientes desarrolla una enfermedad similar a la infl uenza, exantemas o linfadenopatía, asociada con una caída transitoria de linfocitos CD4 (enfermedad de seroconversión). Las pruebas para VIH se vuelven positivas alrededor de seis semanas después de la infección. 2. Fase asintomática (categoría A de la enfermedad del CDC*). Los individuos tienen anticuerpos contra VIH en la sangre, pero por otra parte son asintomáticos. Son infectantes y pueden transferir la enfermedad. La duración de esta fase es variable; sin embargo, de manera típica es de 5 a 8 años. Cerca de 5% de los pacientes permanece asintomático por varios decenios. Hay una hipergammaglobulinemia y las células CD8 dirigidas contra los antígenos virales están aumentadas en número en la sangre; los números de células CD4 permanecen dentro de límites normales. Los síntomas que se relacionan con la pérdida de la regulación inmunitaria pueden volverse evidentes, como el empeoramiento de psoriasis, foliculitis o eccema existentes, o el desarrollo de trombocitopenia inmunitaria. 3. Complejo relacionado con SIDA (categoría B de la enfermedad del CDC). En esta fase de infección por VIH la proporción de células CD4 infectadas aumenta y su número en la sangre cae a alrededor de 350/μL. Los pacientes desarrollan malestar general, fi ebre que dura más de tres meses, sudoraciones nocturnas, pérdida de peso y diarrea. La linfadenopatía generalizada es común (linfadenopatía generalizada persistente) con evidencia de deterioro de la inmunidad mediada por células y números de células T reducidos. Las infecciones micóticas superfi ciales son frecuentes y las infecciones por microorganismos patógenos, como Salmonella y Haemophilus son graves. La incidencia de neoplasia intraepitelial cervical (pág. 419) está aumentada por causa de la mayor susceptibilidad a la infección por el virus del papiloma genital humano. 4. SIDA (categoría C de la enfermedad del CDC). Al caer la cuenta de CD4 por debajo de 200/μL, hay una inmunodefi ciencia por completo desarrollada, con complicaciones de infecciones oportunistas, el desarrollo de infección del sistema nervioso central por VIH y el desarrollo de enfermedad neoplásica. Además, las infecciones por organismos no oportunistas ocurren con más frecuencia y con mayor gravedad clínica. Las células positivas a CD8 que reaccionan contra VIH se vuelven indetectables en la sangre. El tipo de infecciones oportunistas que se desarrolla puede compararse con el grado de pérdida de células CD4, como se resume en la fi gura 7-3. El desarrollo de enfermedades neoplásicas es una característica común de la infección por VIH tardía. • El sarcoma de Kaposi, causado por el virus-8 de herpes humano, se produce en la piel (pág. 528). • Los linfomas de alto grado son comunes, incluyendo linfomas primarios del sistema nervioso (pág. 484). • Pueden desarrollarse carcinomas invasores del cuello uterino como resultado de infección por el virus del papiloma humano (pág. 418). Desde la introducción de la terapia antirretroviral altamente activa (HAART), se ha producido una reducción de 80% en mortalidad en las poblaciones tratadas. Hay desarrollo de lipodistrofi a en cerca de 25% de los pacientes, con adelgazamiento típico de la cara a causa de la pérdida de grasa subcutánea (lipoatrofi a). Se cree que la causa es multifactorial, con inclusión de efectos de la terapia medicamentosa. Al pie: *CDC = (en inglés, Center for Disease Control). Centro de Control de Enfermedades (EUA) 7Inmunopatología básica 101 Niños con SIDA muestran diferencias clínicas con los adultos Los niños con transmisión vertical de VIH exhiben ciertas diferencias clínicas con los adultos. Cerca de 25% de niños afectados muere durante el primer año de vida, con desa- rrollo rápido de inmunodepresión, de manera habitual por neumonía por Pneumocystis. El 75%, con un curso más prolongado de la enfermedad, desarrolla graves infecciones bacterianas, tanto con organismos patógenos ordinarios, como con una gama de infecciones oportunistas, similares a las que se observan en los adultos. En 50% de los niños afectados se produce neumonía intersticial linfocítica. La infección en el sistema nervioso central (SNC) se manifi esta por retraso en el desarrollo y anomalías motrices progresivas. RESPUESTAS INMUNITARIAS EXCESIVAS Respuestas inmunitarias excesivas pueden causar reacciones de ‘hipersensibilidad’ Aunque los mecanismos inmunitarios desempeñan una función protectora en la eliminación de agentes nocivos, pueden ser acrecentados de forma anormal de tal manera que la respuesta es desfavorable más que benéfi ca. Tal res- puesta inmunitaria excesiva puede ocasionar una reacción grave y perjudicial en una persona expuesta a un antígeno ‘habitual’ que se denomina reacción de hipersensibilidad. Las reacciones de hipersensibilidad se dividen en cuatro tipos I, II, III y IV. Es importante comprender que en una enfermedad simple pueden estar implicados más de un mecanismo. Aunque es posible identifi car una respuesta de hipersensibilidad predominante, en el fondo de una enfer- medad relacionada con la inmunidad, casi siempre están operando otros aspectos de la red de la respuesta inmuni- taria. En los capítulos sobre sistemas de este libro (capítulos 10-25) se presentan ejemplos de enfermedades causadas por respuestas de hipersensibilidad. Reacciones de hipersensibilidad tipo 1 se deben a una respuesta excesiva de IgE a la presencia de un alergeno (antígeno) En este tipo de respuesta (conocida también como hiper- sensibilidad inmediata o anafi láctica), un antígeno en apa- riencia inocuo reacciona con anticuerpos IgE específi cos, situados en los receptores de membrana Fc en las células cebadas (fi gura 7-4). La IgE es al inicio producida por células B específi cas, conducidas por células T cooperadoras estimuladas por exposición al antígeno. La exposición ini- cial también estimula el reclutamiento local de eosinófi los en los tejidos. En la repetición de la exposición, el antígeno se fi ja ahora a la IgE específi ca en las células cebadas, y causa una liberación rápida de mediadores químicos neoforma- dos de estas células (fi gura 7-5). Estos mediadores produ- cen una vasodilatación de grado muy manifi esto, espasmo del músculo liso, aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos pequeños y secreción excesiva en los tejidos epiteliales glandulares. La activación local de eosinófi los y la liberación de mediadores, también contribuyen a la res- puesta. Un grupo de pacientes, que tienen una tendencia particular a desarrollar reacciones de hipersensibilidad tipo 1, son los que producen cantidades excesivas de IgE (ten- dencia atópica) y pueden sufrir una amplia gama de mani- festaciones clínicas. Muchos de estos trastornos se exponen en otros capítulos de este libro. Las más comunes y más importantes son: • Dermatitis atópica (eccema agudo) • Rinitis alérgica (fi ebre de heno), de manera habitual asociada con: • Conjuntivitis atópica. • Asma alérgica intrínseca. • Alergias a los alimentos. primera exposición al alergeno célulaTH2 IL4 IL3-IL5 estimula IgE de célula B recluta eosinófilos célula cebada célula cebada sensibilizada segunda exposición al alergeno entrecruzado de IgE con granulación de célula cebada receptor Fc gránulo IgE Figura 7.4 Respuesta de hipersensibilidad tipo I. 7 PATOLOGÍAPatología clínica 102 Anafi laxia es una manifestación grave de hipersensibilidad tipo I La anafi laxia es una reacción sistémica aguda, mediada por IgE, en una persona que está expuesta a un antígeno al cual ha sido sensibilizada antes. Los antígenos importantes cau- sales incluyen picaduras de insectos, fármacos (en particular antibióticos), productos sanguíneos transfundidos y algu- nos alimentos, por ejemplo cacahuates. La iniciación de los síntomas es rápida, con palpitaciones, sensaciones de hor- migueo, prurito en la piel, y difi cultades en la respiración. Los pacientes desarrollan urticaria en la piel y laringe, y a menudo broncospasmo. Cuando no se tratan puede desa- rrollarse un estado de choque y el colapso cardiovascular, conducir a la muerte. Reacciones de hipersensibilidad tipo II pueden dar lugar a la fi jación de los anticuerpos circulantes a antígenos celulares En esta respuesta, anticuerpos circulantes preformados se fi jan a algún antígeno, como parte de un componente tisular, lo que es seguido por daño o muerte de las células que llevan el epítopo antigénico. Las células recubiertas de anticuer- pos pueden morir, ya sea como un resultado de lisis de la membrana celular por activación del complemento, o por acción de linfocitos citotóxicos dirigidos contra le célula recubierta por anticuerpo. Las células blanco pueden ser fagocitadas por macrófagos. Los ejemplos clínicos impor- tantes incluyen: • Anemia hemolítica inmunitaria. Los ejemplos comunes e importantes incluyen la enfermedad hemolítica del recién nacido, anemia hemolítica autoinmunitaria y transfusión de sangre incompatible. • Púrpura trombocitopénica inducida por anticuerpos y neutropenia. • Pénfi go y penfi goide. En el pénfi go hay un anticuerpo contra un antígeno en el cemento intercelular de los queratinocitos en la epidermis, en especial en la capa de células espinosas. En el penfi goide, el anticuerpo es Figura 7.5 Mediadores liberados de las células cebadas en la hipersensibilidad tipo I Mediador Efectos De células cebadas Histamina Enzimas –proteasas (p. ej., triptasa) e hidrolasas ácidas Permeabilidad vascular aumentada, espasmo de músculo liso, aumento de secreción de glándulas epiteliales Daño tisular directo, producción de cininas, activación de complemento De la vía del ácido araquidónico Leucotrienos C4, D4 y E4 Leucotrieno B4 Prostaglandina D2 Permeabilidad vascular aumentada, espasmo de músculo liso, en particular bronquial Atrayente de neutrófi los y eosinófi los Espasmo de músculo liso, en particular bronquial fagocitosis por macrófagos y neutrófilos complejo de ataque de membrana opsonización célula expresando antígeno célula cubierta de anticuerpo complemento anticuerpo preformado C5-9 C1-3 lisis de la célula Figura 7.6 Respuesta de hipersensibilidad tipo II. 7Inmunopatología básica 103 contra un antígeno situado en la membrana basal epidermodérmica (págs. 227 y 516). • Síndrome de Goodpasture. Este síndrome se debe a una reacción entre un anticuerpo y la membrana basal de los capilares glomerulares en el riñón y los capilares alveolares en el pulmón (págs. 209, 305, 365 y 375). • Rechazo hiperagudo del injerto en un trasplante renal (pág. 385). Las reacciones de hipersensibilidad tipo III son causadas por el depósito de complejos antígeno-anticuerpo solubles circulantes en las paredes vasculares y otros tejidos Después del depósito, los complejos inmunitarios causan daño por activación del complemento (fi gura 7-7). Los complejos pueden fi jarse también a células cebadas y causar su degranulación. La atracción de los neutrófi los al sitio, libera enzimas lisosómicas que median además el daño tisular. La muerte celular puede ser aumentada por agrega- dos oclusivos de plaquetas, dentro de la luz de vasos muy pequeños, causando isquemia. Las reacciones de hipersen- sibilidad tipo III a menudo muestran una vasculitis en los tejidos afectados, incluye necrosis fi brinoide de las paredes de vasos sanguíneos pequeños. Este tipo de respuesta es característico de la llamada enfermedad del suero, se observa en ciertas formas de glomerulonefritis (pág. 375), así como también en la enfermedad autoinmunitaria de lupus eritematosos sistémico (LES). Los principales tejidos implicados son el glomérulo renal, piel y articulaciones. Reacciones de hipersensibilidad tipo IV no implican anticuerpos, pero son mediadas por células y causadas por linfocitos T sensibilizados En las reacciones de tipo IV, las células presentadoras de antígeno pueden conducir a la expansión de linfocitos Th1 y a secreción de citocinas proinfl amatorias (fi gura 7-8). La liberación de citocina infl uye sobre la actividad de los neu- trófi los, macrófagos y linfocitos citotóxicos. Algunas reac- ciones de tipo IV se caracterizan por la presencia de linfocitos y macrófagos abundantes, a veces con acumula- ción de macrófagos con la formación de granulomas. Hay tres tipos principales de hipersensibilidad de tipo IV: • Reacciones estimuladas por microorganismos, en particular ciertas bacterias (tuberculosis y lepra), algunos hongos (histoplasmosis, candidiasis crónica), y algunos virus (págs. 109 y 117). • Dermatitis por contacto a causa de una reacción entre linfocitos T sensibilizados y un complejo de antígenos, producido por una sustancia extraña y una proteína portadora en la piel, como en la hipersensibilidad por contacto al níquel o hiedra venenosa. • Rechazo de injertos de tejidos u órganos, expuesto adicionalmente en la página 106. antígeno soluble complejo inmunitario fijación de célula cebada y liberación de factores derivados anticuerpo complemento daño tisular mediado por complemento activación de neutrófilo mediada por complemento activación del complemento TNF IFNγ reclutamiento de monocito formulación de granuloma reclutamiento de célula T CD8 célula muerta célula CD4+ TH1 célula presentadora de antígeno IL12 IL2 antígeno Figura 7.7 Respuesta de hipersensibilidad tipo III. Figura 7.8 Respuesta de hipersensibilidad tipo IV. 7 PATOLOGÍAPatología clínica 104 RESPUESTAS INMUNITARAS INAPROPIADAS Respuestas inmunitarias inapropiadas más importantes producen enfermedades autoinmunitarias Las enfermedades autoinmunitarias son el resultado de la generación de una respuesta inmunitaria por el propio organismo, contra los propios componentes tisulares indi- viduales. A veces, la respuesta inmunitaria es una respuesta de anticuerpos (autoanticuerpos) y en ocasiones es mediada por células. En muchos casos, el daño celular es a causa de una respuesta citotóxica mediada por células y se forman anticuerpos anormales contra elementos constitutivos que por sí no son lesivos para las células. Estos anticuerpos son útiles en el diagnóstico y tipifi cación de ciertas enfermeda- des mediadas inmunitariamente. En las enfermedades autoinmunitarias se reconoce que se han derrumbado los mecanismos normales que aseguran la tolerancia a los propios antígenos. Se sabe que algunas enfermedades autoinmunitarias tienen un componente genético, por ejemplo, ciertos padecimientos están asocia- dos con tipos de histocompatibilidad HLA particulares. En otras situaciones una enfermedad autoinmunitaria puede desencadenarse por una infección microbiana, aunque los mecanismos de fondo son inciertos. Enfermedades autoinmunitarias pueden ser específi cas a órgano o afectar muchos tejidos En algunos casos, una respuesta autoinmunitaria está diri- gida contra un componente de un tejido simple (enferme- dad autoinmunitaria específi ca a órgano); sin embargo, con más frecuencia es contra un componente tisular presente enmuchos tejidos y órganos por todo el cuerpo (enferme- dad autoinmunitaria no específi ca a órgano) Las enfermedades autoinmunitarias no específi cas a órgano más importantes, se resumen en la fi gura 7-9 y cada una de ellas está expuesta con mayor detalle en otros capítulos. Muchos de estos trastornos son enfermedades autoinmuni- tarias reumáticas; son comunes y, juntas representan una carga considerable de salud. En estos trastornos, la afectación de múltiples órganos con frecuencia es causada por daño secundario, por causa de complejos inmunitarios circulantes. Por ejemplo, en el lupus eritematoso sistémico (LES) hay autoanticuerpos contra componentes de los núcleos celulares, en particular DNA bicatenario que no son, por sí mismos, dañinos para las células. Se forman los complejos inmunita- rios y se depositan en los vasos sanguíneos, capilares glomeru- lares, piel, articulaciones, músculo esquelético y encéfalo, causando daño en los tejidos. Este grupo de trastornos con frecuencia se conoce como ‘enfermedades del tejido conec- tivo’, pues tienen un impacto mayor en los vasos sanguíneos y tejidos de soporte en todo el cuerpo. Las enfermedades autoinmunitarias específi cas a órgano están listadas en la fi gura 7-10 y cada una de ellas se expone con mayor detalle en los capítulos posteriores. Hay tenden- cia a que varios órganos estén implicados en individuos afectados, lo que sugiere que hay una predisposición auto- inmunitaria general para este grupo de enfermedades. Los autoanticuerpos dirigidos contra los tejidos enfermos se encuentran de manera habitual en la sangre (fi gura 7-11). En muchos casos es incierto que los anticuerpos sean patógenos. Se conoce el hecho de que individuos sanos producen canti- dades reducidas de anticuerpos contra ciertos componentes tisulares, pero no se produce daño alguno. Por ejemplo, es posible que muchas personas tengan valores reducidos de anti- cuerpos contra el DNA nuclear; sin embargo, esto no se asocia con daño de los tejidos. Los valores altos de autoanticuerpos están casi siempre asociados con enfermedades. Vasculitis sistémicas, ejemplo de enfermedades autoinmunitarias Una serie de enfermedades infl amatorias de los vasos san- guíneos se agrupan como vasculitis sistémicas. Estos tras- tornos pueden clasifi carse de acuerdo con el tamaño del vaso implicado, en vasculitis de vasos pequeños, medianos y grandes. En este grupo de enfermedades, las respuestas infl amatorias mediadas desde el punto de vista inmunitario son responsables de los daños de los vasos sanguíneos. En algunos de estos trastornos se encuentran autoanticuerpos • Tipo I: liberación de histamina mediada por IgE/célula cebada. Anafi laxia local y sistémica. • Tipo II: anticuerpos fi jos a la superfi cie celular. Daño por activación del complemento o citotoxicidad celular, o puede estimular/bloquear un receptor. • Tipo III: complejos antígeno-anticuerpo, locales o circulantes. Causa daño activando complemento en los tejidos en donde se depositan los complejos inmunes. • Tipo IV: media por célula T: las células CD4 reclutan macrófagos; las células CD8 causan citotoxicidad. Figura 7.9 Enfermedades autoinmunitarias no específi cas a órganos Enfermedad Principales órganos implicados Página de referencia Lupus eritematoso sistémico Piel, riñón, articulaciones, corazón, pulmón ver página 561 Esclerosis sistémica progresiva y variantes Piel, intestino, pulmón ver página 564 Polimiositis y dermatomiositis Músculo esquelético, piel ver página 490 Enfermedad reumatoide Piel, pulmones, vasos sistémicos ver página 566 Puntos clave Reacciones de hipersensibilidad 7Inmunopatología básica 105 específi cos. La patología y clasifi cación de este grupo de enfer- medades autoinmunitarias se presenta en la página 167. Las enfermedades autoinfl amatorias están relacionadas con la respuesta inapropiada a las citocinas Muchas de las respuestas del sistema inmunitario son mediadas por medio de citocinas que actúan a través de receptores de citocina. En la actualidad se reconoce un grupo poco común de trastornos, en los cuales la respuesta a la citocina es anormal, de ordinario por mutación en un gen que codifi ca para un receptor de citocina. Aunque estas enfermedades son poco comunes, ilustran un concepto general de importancia en la comprensión de la patogenia de las enfermedades. Las principales enfermedades que corresponden a esta categoría son las fi ebres periódicas familiares, como la fi ebre del Mediterráneo familiar y el síndrome periódico asociado con el receptor del factor de necrosis tumoral (TNF, del inglés tumor necrosis factor) (TRAPS). Los pacientes mues- tran crisis recurrentes de infl amación y fi ebre, en ausencia de una causa precipitante convencional obvia. La investiga- ción molecular ha mostrado que estas enfermedades están relacionadas con mutación de genes que codifi can para moléculas implicadas con función celular inmunitaria innata. Las vías clave de la citocina que incluyen al TNF, IL-1 y proteínas asociadas con sensación bacteriana, se han asociado con esta clase de enfermedad. Varios trastornos han sido enlazados a mutaciones en las superfamilias de pirina y el receptor del factor de necrosis tumoral. Las vías reguladoras de la infl amación clave se vuelven de manera anormal activas, en forma tal que el señalamiento de cito- cinas se amplía y prolonga de forma inapropiada, dando lugar a daño tisular mediado por infl amación. Los procedimientos iniciales para la terapia de las enfermedades autoinmunitarias incluían la administración de corticosteroides o agentes que suprimían, no de manera específi ca, la respuesta inmunitaria, con efectos adversos signifi cativos. La mejor comprensión de la patogenia y la capacidad para manufacturar fármacos biológicos modifi cados, como los anticuerpos monoclonales que se fi jan de forma específi ca a receptores, ha conducido a un grupo nuevo de fármacos modifi cadores de la enfermedad: Bloqueo de la vía de citocina para enfermedades autoinmunitarias • TRAPS: etanercept. • Espondilitis anquilosante y artritis soriásica: terapias antiTNF Bloqueo de linfocitos B y T para autoinmunidad • LES: micofenolato mofetil, rituximab. Bloqueo de citocinas o respuestas inmunitarias de adaptación • Enfermedad reumatoide: terapia antiTNF y rituximab. • Psoriasis: terapia anti-TNF y efalizumab o alefacept. Figura 7.10 Enfermedades autoinmunitarias específi cas a órganos Órgano Enfermedad Anticuerpo asociado Comentario Piel Vitíligo Anticuerpos antitirosinasa Hipopigmentación Tiroides Enfermedad de Graves Anticuerpos estimulantes del tiroides Anticuerpos estimulantes del crecimiento tiroideo Hipertiroidismo causado por respuesta de hipersensibilidad estimuladora tipo III. La enfermedad de Graves es una hipersensibilidad estimuladora tipo II Tiroides Enfermedad de Hashimoto Anticuerpos antitiroideos específi cos Hipotiroidismo Corteza suprarrenal Enfermedad de Addison Anticuerpos antisuprarrenales Hipoadrenocorticalismo Estómago Gastritis autoinmunitaria (tipo A) Factor antiintrínseco y anticuerpos de célula parietal Anemia perniciosa Células de los islotes pancreáticos (productoras de insulina) Diabetes mellitus tipo I Anticuerpo antiislote de célula β Diabetes mellitus causada por citotoxicidad a células β pancreática mediada por células Músculo esquelético Miastenia grave Anticuerpo contra receptores de acetilcolina Fatiga muscular de respuesta de hipersensibilidad inhibidora tipo III. Miastenia grave es una hipersensibilidad inhibidora tipo II Objetivos terapéuticos 7 PATOLOGÍAPatología clínica 106 Las reacciones inmunitarias previenen el rechazo al transplante de órganos de individuo a otro El trasplante de órganos está siendo usado cada vez más para tratar enfermedades irreversibles del riñón, hígado, corazón, pulmón y médula ósea. Por desgracia, la acción del sistema inmunitariopuede conducir a que el tejido trasplantado se destruya, proceso conocido como rechazo del trasplante. Para lograr la mejor posibilidad de supervivencia, los antí- genos en el injerto y el receptor deben ser semejantes. Después de la identidad de grupo sanguíneo, el conjunto de antígenos más importante son los antígenos de histocom- patibilidad, antígenos asociados con el leucocito humano (antígenos HLA). Las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos del injerto son en particular ricas en antí- genos, tanto HLA como del grupo sanguíneo, por lo cual los vasos sanguíneos son un blanco importante de la res- puesta inmunitaria del huésped al aloinjerto trasplantado. Los efectos del rechazo del trasplante se exponen en relación con el riñón (pág. 385), corazón (pág. 184) médula ósea (pág. 329) trasplantados. Hay tres modelos de rechazo vistos en los órganos trasplantados Los tipos de rechazo vistos en los órganos después del trasplante son: • Hiperagudo -debido de anticuerpos preformados del huésped. • Agudo -asociado con necrosis de vasos en el injerto (rechazo vascular agudo) o una infi ltración de los tejidos del injerto por linfocitos T positivos a CD4 (rechazo celular agudo). • Crónico -destrucción lenta y progresiva de la estructura y función del injerto, en especial como resultado de oclusión vascular, con un infi ltrado de linfocitos, células plasmáticas y eosinófi los El trabajo más detallado, y la mayor experiencia, han sido obtenidos por observación en el trasplante de riñón (pág. 385); sin embargo, los trasplantes de médula ósea, hígado, corazón y pulmón, hoy en día son frecuentes. Los anticuerpos pueden detectarse en la sangre en muchas enfermedades (fi gura 7-11). Aunque no siempre haya certeza de que sean responsables de iniciar el daño tisular, su detección en valores altos, proporciona un indicador útil para el diagnóstico de algunas de estas enfermedades (fi gura 7-11). Los autoanticuerpos listados en la columna derecha de la fi gura 7-11 tienen una alta correlación con las enfermedades indicadas. Sin embargo, no es poco común tener varios autoanticuerpos y, en caso de algunas enfermedades, presentar una superposición clínica y patológica. Figura 7.12 Tiroiditis de Hashimoto. Corte por congelación no fi jo de tiroides humano, teñido con suero fl uorescente marcado de un paciente con Hashimoto. Figura 7.11 Autoanticuerpos usados en el diagnóstico de enfermedades Enfermedad Autoanticuerpo correlacionado con el diagnóstico de la enfermedad Enfermedad de Hashimoto Antitiroglobulina anti-microsómica Enfermedad de Graves Antirreceptor TSH Diabetes mellitus tipo I Anticélula de islote Anemia perniciosa Antifactor intrínseco anti-célula plaquetaria Hepatitis activa crónica Antimúsculo liso Cirrosis biliar primaria Antimitocondrial Trombocitopenia autoinmunitaria Antiplaquetas LES AntiDNA bicatenario Síndrome de Sjögren Antirribonucleoproteína Esclerodermia Anticentrómero Enfermedad reumatoide Factor reumatoide (anti-IgG) Medicina de laboratorio PATOLOGÍA CLÍNICA 7. INMUNOPATOLOGÍA BÁSICA Factores inmunitarios en la enfermedad Respuestas inmunitarias inadecuadas La agammaglobulinemia ligada a X (de Bruton) se asocia con células B ausentes o (...) La deficiencia aislada de IgA es una inmunodeficiencia primaria muy común, (...) La inmunodeficiencia variable común es una porción pequeña de un saco mezclado La más importante deficiencia de células T es el síndrome de DiGeorge La ataxia-telangiectasia y el síndrome de Wiskott-Aldrich son formas muy raras (...) La anomalía primaria más importante de las células fagocíticas es la llamada ‘enfermedad granulomatosa crónica’ La inmunodefi ciencia secundaria es mucho más común que la inmunodeficiencia primaria SIDA-VIH es una causa importante de inmunodeficiencia secundaria Niños con SIDA muestran diferencias clínicas con los adultos Respuestas inmunitarias excesivas Respuestas inmunitarias excesivas pueden causar reacciones de ‘hipersensibilidad’ Reacciones de hipersensibilidad tipo 1 se deben a una respuesta excesiva de IgE a la (...) Anafilaxia es una manifestación grave de hipersensibilidad tipo I Reacciones de hipersensibilidad tipo II pueden dar lugar a la fijación de los anticuerpos Las reacciones de hipersensibilidad tipo III son causadas por el depósito de complejos (...) Reacciones de hipersensibilidad tipo IV no implican anticuerpos, pero son mediadas por (...) Respuestas imunitarias inapropiadas Respuestas inmunitarias inapropiadas más importantes producen enfermedades (...) Vasculitis sistémicas, ejemplo de enfermedades autoinmunitarias Las enfermedades autoinflamatorias están relacionadas con la respuesta inapropiada a (...) Las reacciones inmunitarias previenen el rechazo al transplante de órganos de individuo a otro Hay tres modelos de rechazo vistos en los órganos trasplantados FIGURAS Figura 7.1 Figura 7.2 Figura 7.3 Figura 7.4 Figura 7.5 Figura 7.6 Figura 7.7 Figura 7.8 Figura 7.9 Figura 7.10 Figura 7.11 Figura 7.12
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