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Inmunopatología basica

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FACTORES INMUNITARIOS 
EN LA ENFERMEDAD
Diseñada para combatir los efectos de invasión por factores 
ambientales adversos, como los microorganismos y los agentes 
químicos tóxicos, la respuesta inmunitaria es un mecanismo 
normal de defensa. De ordinario funciona de manera efi caz, 
aunque pueden producirse enfermedades como resultado de:
• Respuesta inmunitaria inadecuada.
• Respuesta inmunitaria excesiva.
• Respuesta inmunitaria no deseada o inapropiada.
No es la intención en este capítulo el presentar los diver-
sos componentes y mecanismos de la respuesta inmunitaria 
en la enfermedad, puesto que ya están cubiertos en los 
textos estándar de inmunología, sino más bien proporcio-
nar un perfi l breve de la inmunopatología pertinente. 
 RESPUESTAS INMUNITARIAS 
INADECUADAS
Las respuestas inmunitarias inadecuadas pueden ser el resul-
tado de estados de inmunodefi ciencia. Hay dos clases de 
síndrome de inmunodefi ciencia:
• La inmunodefi ciencia primaria, que está presente al 
nacer, es con frecuencia el resultado de un trastorno 
genético (fi gura 7-1).
• La inmunodefi ciencia secundaria se adquiere de forma 
secundaria a un tratamiento con fármacos o un proceso 
de enfermedad (fi gura 7-2).
 La agammaglobulinemia ligada a X (de Bruton) 
se asocia con células B ausentes o disminuidas, 
además de bajas concentraciones de IgG
Este trastorno se produce en lactantes, y es una panhipog-
lobulinemia. Las concentraciones de IgG están de manera 
considerable reducidas y otras concentraciones de inmuno-
globulinas son muy bajas o están ausentes. Aunque los lin-
focitos B están reducidos de manera notable o casi no 
existen, la inmunidad celular está intacta, pues las células T 
no están implicadas. El lactante se presenta con infecciones 
piógenas recurrentes, que se inician de manera característica 
en algún momento después de los seis meses de edad, 
cuando todos los anticuerpos transplacentarios maternos han 
desaparecido. Los sitios comunes de infección son los pulmo-
nes y los huesos, y las bacterias infectantes más comunes son 
los estafi lococos, neumococos y Haemophilus infl uenzae. La 
maduración de las células B se detiene en la etapa de célula 
pre-B y no pueden formarse células B o células plasmáticas, 
por lo que hay carencia casi completa de inmunidad humoral. 
El defecto está en mutaciones de un gen en el cromosoma 
X (llamado gen BTK (del inglés Bruton tyrosine kinase, tiro-
sincinasa de Burton o célula B), ya que la cinasa de tirosina 
es esencial para las señales de transducción a los receptores 
de célula pre-B, para su maduración. Se han encontrado más 
de 300 mutaciones en BTK. En los pacientes con este tras-
torno, cerca de 50% tiene una historia familiar y el otro 50% 
representa nuevas mutaciones. 
 La defi ciencia aislada de IgA es una 
inmunodefi ciencia primaria muy común, 
aunque suele ser asintomática
En este trastorno hay una reducción muy marcada, en el nivel 
de IgA en el suero, pero otras inmunoglobulinas son nor-
males. Los linfocitos responsables de producir IgA, fallan en 
madurar a células plasmáticas secretoras de IgA. En la mayo-
ría de los casos esta defi ciencia aislada de IgA se detecta por 
accidente, aunque algunos pacientes tienen una tendencia 
aumentada a padecer infecciones respiratorias, y de otro tipo. 
En ocasiones la defi ciencia aislada de IgA está asociada con 
Inmunopatología 
básica 7
Figura 7.1 Estados de inmunodefi ciencia primaria
Componente 
anormal del sistema 
inmunitario
Ejemplo
Anticuerpos Hipogammaglobulinemia ligada a X 
(enfermedad de Bruton: recesiva ligada a 
X Defi ciencia aislada de IgA
Células T Aplasia tímica (síndrome de DiGeorge)
Células B y T Inmunodefi ciencia combinada grave
• Tipo suizo (autosómica recesiva)
• Defi ciencia de desaminasa de 
adenosina (autosómica recesiva)
• Recesiva ligada a X
Fagocitos Enfermedades granulomatosas crónicas
Complemento Defi ciencia de C2, C4
7 PATOLOGÍAPatología clínica
98
una defi ciencia parcial de otras inmunoglobulinas, en particular 
IgG y esos pacientes tienen una mayor incidencia de infec-
ciones recurrentes.
 La inmunodefi ciencia variable común es una 
porción pequeña de un saco mezclado
Los pacientes con este trastorno tienen predisposición a desa-
rrollar infecciones recurrentes. Se presenta de igual manera 
en varones y mujeres y el comienzo de las infecciones recu-
rrentes suele empezar en el segundo y tercer decenio de la 
vida. Se encuentra que los pacientes tienen niveles bajos de 
inmunoglobulina y anticuerpos de manera notable. Es posi-
ble distinguir de la agammaglobulinemia ligada a X de Bru-
ton, por el hecho de que hay presentes números normales 
de células B, aunque su función parece desordenada, en 
algunos casos se relaciona con deterioro del señalamiento de 
célula T. A veces hay un exceso de actividad celular T supre-
sora, o actividad inadecuada de célula T colaboradora. Algu-
nos casos están asociados con insufi ciencia intrínseca de 
maduración de células pre-B. Los pacientes con este tras-
torno tienen una alta incidencia de trastornos autoinmuni-
tarios comunes, incluyendo a la enfermedad de Hashimoto 
y a la artritis reumatoide.
 La más importante defi ciencia de células T 
es el síndrome de DiGeorge
En estos lactantes hay una defi ciencia, parcial o completa 
de formación de células T, junto con hipoplasia del timo. 
Esta defi ciencia es el resultado de la falta en el desarrollo 
embrionario de la tercera y cuarta bolsas faríngeas y, por 
tanto, las glándulas paratiroides están ausentes. Los lactan-
tes afectados tienen un aspecto facial característico, con 
hendiduras faciales en la línea media, en especial paladar 
hendido, una pequeña mandíbula deprimida e implantación 
baja de las orejas. Hay una elevada incidencia de malfor-
maciones cardiacas congénitas y la ausencia de glándulas 
paratiroides conduce a hipocalcemia.
La iniciación de infecciones recurrentes comienza poco 
después del nacimiento y el lactante es en particular vulne-
rable a padecer infecciones por virus y bacterias intracelula-
res. Cuando un niño tiene algunos restos tímicos y sobrevive 
los primeros años, entonces pueden aumentar en número las 
células T. La efi ciencia de la inmunidad mediada por células 
puede ser casi normal, hacia los cinco años de edad. Con 
frecuencia el pronóstico se asocia más con la gravedad del 
defecto cardiaco que con el defecto inmunitario. La anoma-
lía genética de fondo, es la eliminación (deleción) de parte 
del cromosoma 22; menos de 10% de los pacientes tiene una 
eliminación heredada y, por tanto, más de 90% de los casos 
de enfermedad se debe a una nueva eliminación.
 La inmunodefi ciencia primaria combinada de la 
célula B y T más común se denomina ‘defi ciencia 
inmunitaria combinada grave’
Este trastorno puede heredarse de acuerdo con un patrón 
autosómico recesivo (tipo suizo), o un patrón recesivo 
ligado a X. Algunos de los tipos autosómicos recesivos se 
asocian con defi ciencia de adenosin de aminasa. En el tipo 
ligado a X, hay una mutación en el gen γ-receptor de inter-
leucina-2 (IL2RG). En el tipo autosómico recesivo aso-
ciado con defi ciencia de Adenosin Deaminasa, el defecto del
gen está en el cromosoma 20; se piensa que la defi ciencia 
de la enzima conduce a la acumulación de sustrato en 
células y éste es en particular tóxico para las células linfoides 
inmaduras del sistema inmunitario en desarrollo.
El trastorno se debe a una defi ciencia del desarrollo de los 
precursores de células B y T de la célula madre primitiva. 
Como resultado de la defi ciencia de las células B y T el timo 
es pequeño o está ausente y el tejido linfoide en los ganglios 
linfáticos y en el intestino, también está muy reducido.
 Los niños a temprana edad se presentan con infecciones 
recurrentes, incluyendo candidiasis bucofaríngea, neumo-
nía y diarrea. Hay una cuenta muy baja de linfocitos en la 
sangre y concentración sanguínea de inmunoglobulina muy 
baja. En ausencia de tratamiento (de manera habitual tras-plante de médula ósea) se produce la muerte durante los 
primeros dos o tres años de vida. Una de las infecciones 
mortales más comunes es la neumonía causada por Pneu-
mocystis pneumonia, págs. 101 y 124.
 La ataxia-telangiectasia y el síndrome de 
Wiskott-Aldrich son formas muy raras 
de inmunodefi ciencia combinada
La ataxia-telangiectasia se hereda como un trastorno autosó-
mico recesivo. El síndrome comprende una predisposición 
a la infección, asociada con concentraciones bajas de IgE e 
IgA e inmunidad celular deprimidas, degeneración cerebelosa
y atrofi a de los fascículos espinocerebelosos, así como áreas 
peculiares de vasos sanguíneos telangiectásicos en las con-
juntivas y caras fl exoras de los antebrazos. El sitio más común 
de las infecciones recurrentes son las vías respiratorias supe-
riores, incluyendo a los senos paranasales y la bronquiectasia 
intensa es una complicación a largo plazo. Las manifestacio-
nes neurológicas se vuelven aparentes cuando el niño empieza 
a caminar y puede ocurrir un retraso mental progresivo. Es 
posible que también haya anomalías endocrinas asociadas, 
incluyendo disgenesia gonadal. 
El gen responsable (gen ATM) está situado en el cromo-
soma 11. Las células son en exceso sensibles a los rayos X, 
lo que da lugar a rupturas frecuentes de cromosomas y 
cromátides; los cromosomas 7 y 11 son en especial vulne-
rables, en particular en sitios que se conoce que están relacio-
nados con función del receptor de célula T, codifi cando para 
cadenas pesadas de inmunoglobulina y para malignidades 
hematológicas. Esto puede explicar los defectos inmunita-
rios y la alta incidencia de malignidades, en particular lin-
fomas, leucemias y tumores encefálicos.
 El síndrome de Wiskott-Aldrich se presenta desde el 
punto de vista clínico con eccema, infecciones recurrentes 
y recuento bajo de plaquetas. Es una enfermedad recesiva 
ligada a X, que afecta lactantes de sexo masculino. Las mani-
festaciones más tempranas suelen deberse al recuento plaque-
tario bajo, e incluye episodios hemorrágicos, a menudo de 
las vías gastrointestinales. Más adelante se desarrollan infec-
ciones respiratorias, y los niños que sobreviven a los ocho 
años de edad, o más, tienen una incidencia muy alta de 
linfoma maligno y leucemia linfoblástica aguda. Desde el 
punto de vista inmunológico se presenta una concentración 
7Inmunopatología básica
99
baja de IgM, aunque las niveles de IgA e IgE suelen estar 
aumentados. En el aspecto hematológico estos niños tienen 
plaquetas pequeñas, y cuando menos parte de la reducción 
en su número es a causa del aumento de la destrucción de 
las plaquetas circulantes por el bazo. La esplenectomía 
puede conducir a un aumento en el número de plaquetas. 
El trasplante de médula ósea es el tratamiento de elección.
El gen responsable se llama proteína del síndrome de Wis-
kott-Aldrich (WASp) y está situado en el cromosoma X. Su 
expresión parece estar confi nada de manera notable a célu-
las hematopoyéticas y linfoides y parece estar relacionado 
con el movimiento de fi lamentos de actina en el citoesque-
leto de estas células, en particular las células B y T, células 
dendríticas, neutrófi los y plaquetas.
 La anomalía primaria más importante de las 
células fagocíticas es la llamada ‘enfermedad 
granulomatosa crónica’
Esta enfermedad ocurre en especial en niños y se debe a 
un tipo de herencia recesiva ligada a X; una proporción 
reducida de casos muestra un patrón autosómico recesivo. 
Los neutrófi los de la sangre y de la médula ósea son defi -
cientes en el sistema nicotinamida adenina dinucleótido 
fosfato (NADPH), y son incapaces de producir peróxido y 
superóxido de hidrógeno, lo que destruye su capacidad de 
producir muerte bactericida, conduciendo a la formación de 
focos de infección persistente, en particular en la piel, huesos, 
pulmón y ganglios linfáticos. Con frecuencia las bacterias 
infectantes son microorganismos poco comunes que no 
suelen ser intensamente patógenos. Los neutrófi los son 
capaces de responder a la infección migrando al sitio y de 
poder fagocitar las bacterias, aunque una vez fagocitadas,
los neutrófi los son incapaces de matarlas. Como un resul-
tado, a menudo se presenta una respuesta macrofágica 
secundaria en el área de la infección, con producción de 
granulomas histiocíticos.
 La inmunodefi ciencia secundaria es mucho 
más común que la inmunodefi ciencia primaria
En general, el sistema inmunitario no funciona bien tanto 
en la lactancia temprana como en la edad avanzada, aunque 
los lactantes están en parte protegidos por la presencia de 
anticuerpos maternos que han cruzado la placenta. A escala 
mundial, la desnutrición intensa es una causa importante 
de un deterioro en la respuesta inmunitaria. Una causa cre-
ciente habitual e importante de inmunodefi ciencia secundaria, 
es la terapia con fármacos, ya sea la terapia con corticosteroide 
para una gama amplia de enfermedades, o la terapia inmuno-
depresora específi ca, administrada en trasplantes para prevenir 
el rechazo, y como parte de un esquema de quimioterapia 
citotóxica en el tratamiento de enfermedades malignas.
 SIDA-VIH es una causa importante 
de inmunodefi ciencia secundaria
El SIDA (síndrome de inmunodefi ciencia adquirida) cau-
sado por el virus de inmunodefi ciencia humana (VIH), con-
duce a un grave deterioro del sistema inmunitario mediado 
por células. Este trastorno afecta a 40 millones de personas 
a nivel mundial, con un estimado de 5 000 000 de casos 
nuevos y 3 000 000 millones de muertes en el mundo en 
2004. Dicho de forma breve, la infección por VIH conduce 
a la destrucción de linfocitos CD4 y a una disminución de 
la relación célula T supresora/colaboradora en la sangre. El 
virus logra penetrar a las células T, fi jándose a moléculas de 
superfi cie de los CD4 por medio de receptores de quimio-
cina y causa muerte celular. El virus tiene varios componentes 
proteínicos clave que se pueden usar en el diagnóstico.
 Se desarrolla una respuesta inmunitaria a las células infecta-
das por virus, con componentes tanto humorales como 
medidos por células, lo cual contiene al inicio la infección, 
aunque, no la elimina. Después de varios años, esta res-
puesta inmunitaria falla en el control de la infección, a causa 
de variación genética en las proteínas del virus. (El tiempo 
medio para que la infección por VIH se desarrolle en SIDA 
clínico en casos de transfusión, es de 4.5 años; en otros 
grupos, la escala de tiempo es menos determinada.) Al 
proliferar el virus hay depleción de células CD4, lo que lleva 
a producir una grave inmunodepresión.
La mayoría de los casos es causada por el retrovirus de 
ARN VIH-1; sin embargo VIH-2 también causa SIDA, y 
es más común en África occidental. La transmisión sucede 
por contacto sexual, transfusión de sangre, drogadicción 
intravenosa y verticalemente de la madre a los hijos. 
1. Infección primaria. El VIH tiene una fuerte afi nidad por 
linfocitos T efectores de memoria para CCR5+CD4+, 
macrófagos y células dendríticas del sistema inmunitario, 
y se fi ja a estas células en las superfi cies mucosas (p. ej., 
en transmisión sexual) y sangre (transmisión intravenosa 
y transplacentaria). Los virus ingresan a las células por 
medio de receptores de quimiocina y se produce 
replicación vírica. Se desarrolla una viremia general con la 
�
Figura 7.2 Causas principales de inmunodefi ciencia 
secundaria
Edad avanzada
Desnutrición crónica
Malignidad generalizada
Enfermedades metabólicas (diabetes, insufi ciencia crónica del 
hígado, insufi ciencia renal crónica
Terapia medicamentosa (terapia citotóxica, terapia esteroide)
Esplenectomía (septicemia neumocócica)
SIDA (síndrome de inmunodefi ciencia adquirida)
Hay cuatro fases clínicas en la infección por VIH
7 PATOLOGÍAPatología clínica
100
�
Figura 7.3 Infección oportunista en SIDA
Células CD4+ en la sangre (límite 
normal inferior 450 a 500 μL)
Aumento del riesgo de infección oportunista 
Menos de 350 μL La tuberculosisy la sífi lis pueden reactivarse. 
Herpes zoster. Candidiasis bucal
Menos de 200 μL Neumonía por Pneumocystis jiroveci 
Infecciones micóticas sistémicas, incluyendo criptococosis meníngea e histoplasmosis 
Infestaciones parasitarias del intestino como por Cryptosporidium
Menos de 100 μL Toxoplasmosis cerebral 
Leucoencefalopatía multifocal progresiva a causa de infección por papovavirus en el SNC 
Infección por citomegalovirus de la retina, SNC e intestino 
Infecciones por Mycobacterium avium intracellulare
detección de ácido nucleico viral y el antígeno p24 de 
VIH en la sangre, alcanza su nivel máximo en cerca de 
seis semanas. Hay una pérdida aguda de células 
CCR5+CD4+ de sitios mucosos. En ese momento 
comienzan a detectarse anticuerpos contra VIH en la 
sangre (seroconversión), cerca de 50% de los pacientes 
desarrolla una enfermedad similar a la infl uenza, 
exantemas o linfadenopatía, asociada con una caída 
transitoria de linfocitos CD4 (enfermedad de 
seroconversión). Las pruebas para VIH se vuelven positivas 
alrededor de seis semanas después de la infección.
2. Fase asintomática (categoría A de la enfermedad del 
CDC*). Los individuos tienen anticuerpos contra VIH en 
la sangre, pero por otra parte son asintomáticos. Son 
infectantes y pueden transferir la enfermedad. La 
duración de esta fase es variable; sin embargo, de 
manera típica es de 5 a 8 años. Cerca de 5% de los 
pacientes permanece asintomático por varios decenios. 
Hay una hipergammaglobulinemia y las células CD8 
dirigidas contra los antígenos virales están aumentadas 
en número en la sangre; los números de células CD4 
permanecen dentro de límites normales. 
 Los síntomas que se relacionan con la pérdida de la 
regulación inmunitaria pueden volverse evidentes, como 
el empeoramiento de psoriasis, foliculitis o eccema 
existentes, o el desarrollo de trombocitopenia 
inmunitaria.
3. Complejo relacionado con SIDA (categoría B de la 
enfermedad del CDC). En esta fase de infección por VIH 
la proporción de células CD4 infectadas aumenta y su 
número en la sangre cae a alrededor de 350/μL. Los 
pacientes desarrollan malestar general, fi ebre que dura 
más de tres meses, sudoraciones nocturnas, pérdida de 
peso y diarrea. La linfadenopatía generalizada es común 
(linfadenopatía generalizada persistente) con evidencia 
de deterioro de la inmunidad mediada por células y 
números de células T reducidos.
 Las infecciones micóticas superfi ciales son frecuentes 
y las infecciones por microorganismos patógenos, como 
Salmonella y Haemophilus son graves. La incidencia de 
neoplasia intraepitelial cervical (pág. 419) está 
aumentada por causa de la mayor susceptibilidad a la 
infección por el virus del papiloma genital humano.
4. SIDA (categoría C de la enfermedad del CDC). Al caer 
la cuenta de CD4 por debajo de 200/μL, hay una 
inmunodefi ciencia por completo desarrollada, con 
complicaciones de infecciones oportunistas, el 
desarrollo de infección del sistema nervioso central por 
VIH y el desarrollo de enfermedad neoplásica. Además, 
las infecciones por organismos no oportunistas ocurren 
con más frecuencia y con mayor gravedad clínica. Las 
células positivas a CD8 que reaccionan contra VIH se 
vuelven indetectables en la sangre. El tipo de 
infecciones oportunistas que se desarrolla puede 
compararse con el grado de pérdida de células CD4, 
como se resume en la fi gura 7-3.
 El desarrollo de enfermedades neoplásicas es una 
característica común de la infección por VIH tardía.
• El sarcoma de Kaposi, causado por el virus-8 de herpes 
humano, se produce en la piel (pág. 528).
• Los linfomas de alto grado son comunes, incluyendo 
linfomas primarios del sistema nervioso (pág. 484).
• Pueden desarrollarse carcinomas invasores del cuello 
uterino como resultado de infección por el virus del 
papiloma humano (pág. 418).
Desde la introducción de la terapia antirretroviral 
altamente activa (HAART), se ha producido una reducción 
de 80% en mortalidad en las poblaciones tratadas. 
Hay desarrollo de lipodistrofi a en cerca de 25% de los 
pacientes, con adelgazamiento típico de la cara a causa de 
la pérdida de grasa subcutánea (lipoatrofi a). Se cree que la 
causa es multifactorial, con inclusión de efectos de la 
terapia medicamentosa. 
Al pie: *CDC = (en inglés, Center for Disease Control). Centro de Control de Enfermedades (EUA) 
7Inmunopatología básica
101
 Niños con SIDA muestran diferencias clínicas 
con los adultos
Los niños con transmisión vertical de VIH exhiben ciertas 
diferencias clínicas con los adultos. Cerca de 25% de niños 
afectados muere durante el primer año de vida, con desa-
rrollo rápido de inmunodepresión, de manera habitual por 
neumonía por Pneumocystis. El 75%, con un curso más 
prolongado de la enfermedad, desarrolla graves infecciones 
bacterianas, tanto con organismos patógenos ordinarios, 
como con una gama de infecciones oportunistas, similares 
a las que se observan en los adultos. 
En 50% de los niños afectados se produce neumonía 
intersticial linfocítica. La infección en el sistema nervioso 
central (SNC) se manifi esta por retraso en el desarrollo y 
anomalías motrices progresivas.
 RESPUESTAS INMUNITARIAS EXCESIVAS
 Respuestas inmunitarias excesivas pueden 
causar reacciones de ‘hipersensibilidad’
Aunque los mecanismos inmunitarios desempeñan una 
función protectora en la eliminación de agentes nocivos, 
pueden ser acrecentados de forma anormal de tal manera 
que la respuesta es desfavorable más que benéfi ca. Tal res-
puesta inmunitaria excesiva puede ocasionar una reacción 
grave y perjudicial en una persona expuesta a un antígeno 
‘habitual’ que se denomina reacción de hipersensibilidad.
Las reacciones de hipersensibilidad se dividen en cuatro 
tipos I, II, III y IV. Es importante comprender que en una 
enfermedad simple pueden estar implicados más de un 
mecanismo. Aunque es posible identifi car una respuesta de 
hipersensibilidad predominante, en el fondo de una enfer-
medad relacionada con la inmunidad, casi siempre están 
operando otros aspectos de la red de la respuesta inmuni-
taria. En los capítulos sobre sistemas de este libro (capítulos 
10-25) se presentan ejemplos de enfermedades causadas 
por respuestas de hipersensibilidad.
 Reacciones de hipersensibilidad tipo 1 se 
deben a una respuesta excesiva de IgE a la 
presencia de un alergeno (antígeno)
En este tipo de respuesta (conocida también como hiper-
sensibilidad inmediata o anafi láctica), un antígeno en apa-
riencia inocuo reacciona con anticuerpos IgE específi cos, 
situados en los receptores de membrana Fc en las células 
cebadas (fi gura 7-4). La IgE es al inicio producida por 
células B específi cas, conducidas por células T cooperadoras 
estimuladas por exposición al antígeno. La exposición ini-
cial también estimula el reclutamiento local de eosinófi los 
en los tejidos. En la repetición de la exposición, el antígeno 
se fi ja ahora a la IgE específi ca en las células cebadas, y causa 
una liberación rápida de mediadores químicos neoforma-
dos de estas células (fi gura 7-5). Estos mediadores produ-
cen una vasodilatación de grado muy manifi esto, espasmo 
del músculo liso, aumento de la permeabilidad de los vasos 
sanguíneos pequeños y secreción excesiva en los tejidos 
epiteliales glandulares. La activación local de eosinófi los y 
la liberación de mediadores, también contribuyen a la res-
puesta. Un grupo de pacientes, que tienen una tendencia 
particular a desarrollar reacciones de hipersensibilidad tipo 
1, son los que producen cantidades excesivas de IgE (ten-
dencia atópica) y pueden sufrir una amplia gama de mani-
festaciones clínicas. Muchos de estos trastornos se exponen 
en otros capítulos de este libro. Las más comunes y más 
importantes son:
• Dermatitis atópica (eccema agudo)
• Rinitis alérgica (fi ebre de heno), de manera habitual 
asociada con:
• Conjuntivitis atópica.
• Asma alérgica intrínseca.
• Alergias a los alimentos.
primera exposición
al alergeno
célulaTH2
IL4 IL3-IL5
estimula IgE 
de célula B
recluta 
eosinófilos
célula cebada
célula cebada
sensibilizada
segunda
exposición
al alergeno
entrecruzado de IgE 
con granulación 
de célula cebada
receptor Fc
gránulo
IgE
Figura 7.4 Respuesta de hipersensibilidad tipo I.
7 PATOLOGÍAPatología clínica
102
 Anafi laxia es una manifestación grave de 
hipersensibilidad tipo I
La anafi laxia es una reacción sistémica aguda, mediada por 
IgE, en una persona que está expuesta a un antígeno al cual 
ha sido sensibilizada antes. Los antígenos importantes cau-
sales incluyen picaduras de insectos, fármacos (en particular 
antibióticos), productos sanguíneos transfundidos y algu-
nos alimentos, por ejemplo cacahuates. La iniciación de los 
síntomas es rápida, con palpitaciones, sensaciones de hor-
migueo, prurito en la piel, y difi cultades en la respiración. 
Los pacientes desarrollan urticaria en la piel y laringe, y a 
menudo broncospasmo. Cuando no se tratan puede desa-
rrollarse un estado de choque y el colapso cardiovascular, 
conducir a la muerte.
 Reacciones de hipersensibilidad tipo II pueden 
dar lugar a la fi jación de los anticuerpos 
circulantes a antígenos celulares
En esta respuesta, anticuerpos circulantes preformados se fi jan 
a algún antígeno, como parte de un componente tisular, lo 
que es seguido por daño o muerte de las células que llevan 
el epítopo antigénico. Las células recubiertas de anticuer-
pos pueden morir, ya sea como un resultado de lisis de la 
membrana celular por activación del complemento, o por 
acción de linfocitos citotóxicos dirigidos contra le célula 
recubierta por anticuerpo. Las células blanco pueden ser 
fagocitadas por macrófagos. Los ejemplos clínicos impor-
tantes incluyen:
• Anemia hemolítica inmunitaria. Los ejemplos comunes 
e importantes incluyen la enfermedad hemolítica del 
recién nacido, anemia hemolítica autoinmunitaria y 
transfusión de sangre incompatible.
• Púrpura trombocitopénica inducida por anticuerpos y 
neutropenia.
• Pénfi go y penfi goide. En el pénfi go hay un anticuerpo 
contra un antígeno en el cemento intercelular de los 
queratinocitos en la epidermis, en especial en la capa 
de células espinosas. En el penfi goide, el anticuerpo es 
Figura 7.5 Mediadores liberados de las células cebadas en la hipersensibilidad tipo I
Mediador Efectos 
De células cebadas
Histamina
Enzimas –proteasas (p. ej., triptasa) 
e hidrolasas ácidas
Permeabilidad vascular aumentada, espasmo de músculo liso, aumento 
de secreción de glándulas epiteliales
Daño tisular directo, producción de cininas, activación de complemento
De la vía del ácido araquidónico
Leucotrienos C4, D4 y E4
Leucotrieno B4
Prostaglandina D2
Permeabilidad vascular aumentada, espasmo de músculo liso,
en particular bronquial
Atrayente de neutrófi los y eosinófi los
Espasmo de músculo liso, en particular bronquial
fagocitosis por
macrófagos
y neutrófilos
complejo
de ataque
de membrana
opsonización
célula expresando 
antígeno
célula cubierta 
de anticuerpo
complemento
anticuerpo
preformado
C5-9 C1-3
lisis de
la célula
Figura 7.6 Respuesta de hipersensibilidad tipo II.
7Inmunopatología básica
103
contra un antígeno situado en la membrana basal 
epidermodérmica (págs. 227 y 516).
• Síndrome de Goodpasture. Este síndrome se debe a 
una reacción entre un anticuerpo y la membrana basal 
de los capilares glomerulares en el riñón y los capilares 
alveolares en el pulmón (págs. 209, 305, 365 y 375).
• Rechazo hiperagudo del injerto en un trasplante renal 
(pág. 385). 
 Las reacciones de hipersensibilidad tipo III 
son causadas por el depósito de complejos 
antígeno-anticuerpo solubles circulantes en 
las paredes vasculares y otros tejidos
Después del depósito, los complejos inmunitarios causan 
daño por activación del complemento (fi gura 7-7). Los 
complejos pueden fi jarse también a células cebadas y causar 
su degranulación. La atracción de los neutrófi los al sitio, 
libera enzimas lisosómicas que median además el daño 
tisular. La muerte celular puede ser aumentada por agrega-
dos oclusivos de plaquetas, dentro de la luz de vasos muy 
pequeños, causando isquemia. Las reacciones de hipersen-
sibilidad tipo III a menudo muestran una vasculitis en los 
tejidos afectados, incluye necrosis fi brinoide de las paredes 
de vasos sanguíneos pequeños. Este tipo de respuesta es 
característico de la llamada enfermedad del suero, se 
observa en ciertas formas de glomerulonefritis (pág. 375), 
así como también en la enfermedad autoinmunitaria de 
lupus eritematosos sistémico (LES). Los principales tejidos 
implicados son el glomérulo renal, piel y articulaciones.
 Reacciones de hipersensibilidad tipo IV no 
implican anticuerpos, pero son mediadas por 
células y causadas por linfocitos T 
sensibilizados
En las reacciones de tipo IV, las células presentadoras de 
antígeno pueden conducir a la expansión de linfocitos Th1 
y a secreción de citocinas proinfl amatorias (fi gura 7-8). La 
liberación de citocina infl uye sobre la actividad de los neu-
trófi los, macrófagos y linfocitos citotóxicos. Algunas reac-
ciones de tipo IV se caracterizan por la presencia de 
linfocitos y macrófagos abundantes, a veces con acumula-
ción de macrófagos con la formación de granulomas. Hay 
tres tipos principales de hipersensibilidad de tipo IV:
• Reacciones estimuladas por microorganismos, en 
particular ciertas bacterias (tuberculosis y lepra), 
algunos hongos (histoplasmosis, candidiasis crónica), y 
algunos virus (págs. 109 y 117).
• Dermatitis por contacto a causa de una reacción entre 
linfocitos T sensibilizados y un complejo de antígenos, 
producido por una sustancia extraña y una proteína 
portadora en la piel, como en la hipersensibilidad por 
contacto al níquel o hiedra venenosa.
• Rechazo de injertos de tejidos u órganos, expuesto 
adicionalmente en la página 106.
antígeno soluble
complejo inmunitario
fijación de célula 
cebada y liberación 
de factores derivados
anticuerpo
complemento
daño tisular 
mediado por
complemento
activación
de neutrófilo 
mediada por 
complemento
activación del
complemento
TNF IFNγ
reclutamiento de monocito formulación de granuloma
reclutamiento de célula T CD8 célula muerta
célula
CD4+ TH1
célula
presentadora
de antígeno
IL12
IL2
antígeno
Figura 7.7 Respuesta de hipersensibilidad tipo III. Figura 7.8 Respuesta de hipersensibilidad tipo IV.
7 PATOLOGÍAPatología clínica
104
 RESPUESTAS INMUNITARAS 
INAPROPIADAS
 Respuestas inmunitarias inapropiadas más 
importantes producen enfermedades 
autoinmunitarias
Las enfermedades autoinmunitarias son el resultado de la 
generación de una respuesta inmunitaria por el propio 
organismo, contra los propios componentes tisulares indi-
viduales. A veces, la respuesta inmunitaria es una respuesta 
de anticuerpos (autoanticuerpos) y en ocasiones es mediada 
por células. En muchos casos, el daño celular es a causa de 
una respuesta citotóxica mediada por células y se forman 
anticuerpos anormales contra elementos constitutivos que 
por sí no son lesivos para las células. Estos anticuerpos son 
útiles en el diagnóstico y tipifi cación de ciertas enfermeda-
des mediadas inmunitariamente.
En las enfermedades autoinmunitarias se reconoce que 
se han derrumbado los mecanismos normales que aseguran 
la tolerancia a los propios antígenos. Se sabe que algunas 
enfermedades autoinmunitarias tienen un componente 
genético, por ejemplo, ciertos padecimientos están asocia-
dos con tipos de histocompatibilidad HLA particulares. En 
otras situaciones una enfermedad autoinmunitaria puede 
desencadenarse por una infección microbiana, aunque los 
mecanismos de fondo son inciertos.
 Enfermedades autoinmunitarias pueden ser 
específi cas a órgano o afectar muchos tejidos 
En algunos casos, una respuesta autoinmunitaria está diri-
gida contra un componente de un tejido simple (enferme-
dad autoinmunitaria específi ca a órgano); sin embargo, 
con más frecuencia es contra un componente tisular presente 
enmuchos tejidos y órganos por todo el cuerpo (enferme-
dad autoinmunitaria no específi ca a órgano)
Las enfermedades autoinmunitarias no específi cas a órgano 
más importantes, se resumen en la fi gura 7-9 y cada una de 
ellas está expuesta con mayor detalle en otros capítulos. 
Muchos de estos trastornos son enfermedades autoinmuni-
tarias reumáticas; son comunes y, juntas representan una 
carga considerable de salud. En estos trastornos, la afectación 
de múltiples órganos con frecuencia es causada por daño 
secundario, por causa de complejos inmunitarios circulantes. 
Por ejemplo, en el lupus eritematoso sistémico (LES) hay 
autoanticuerpos contra componentes de los núcleos celulares, 
en particular DNA bicatenario que no son, por sí mismos, 
dañinos para las células. Se forman los complejos inmunita-
rios y se depositan en los vasos sanguíneos, capilares glomeru-
lares, piel, articulaciones, músculo esquelético y encéfalo, 
causando daño en los tejidos. Este grupo de trastornos con 
frecuencia se conoce como ‘enfermedades del tejido conec-
tivo’, pues tienen un impacto mayor en los vasos sanguíneos 
y tejidos de soporte en todo el cuerpo.
 Las enfermedades autoinmunitarias específi cas a órgano 
están listadas en la fi gura 7-10 y cada una de ellas se expone 
con mayor detalle en los capítulos posteriores. Hay tenden-
cia a que varios órganos estén implicados en individuos 
afectados, lo que sugiere que hay una predisposición auto-
inmunitaria general para este grupo de enfermedades. 
Los autoanticuerpos dirigidos contra los tejidos enfermos se 
encuentran de manera habitual en la sangre (fi gura 7-11). En 
muchos casos es incierto que los anticuerpos sean patógenos. 
Se conoce el hecho de que individuos sanos producen canti-
dades reducidas de anticuerpos contra ciertos componentes 
tisulares, pero no se produce daño alguno. Por ejemplo, es 
posible que muchas personas tengan valores reducidos de anti-
cuerpos contra el DNA nuclear; sin embargo, esto no se asocia 
con daño de los tejidos. Los valores altos de autoanticuerpos 
están casi siempre asociados con enfermedades.
 Vasculitis sistémicas, ejemplo de 
enfermedades autoinmunitarias
Una serie de enfermedades infl amatorias de los vasos san-
guíneos se agrupan como vasculitis sistémicas. Estos tras-
tornos pueden clasifi carse de acuerdo con el tamaño del 
vaso implicado, en vasculitis de vasos pequeños, medianos 
y grandes. En este grupo de enfermedades, las respuestas 
infl amatorias mediadas desde el punto de vista inmunitario 
son responsables de los daños de los vasos sanguíneos. En 
algunos de estos trastornos se encuentran autoanticuerpos 
• Tipo I: liberación de histamina mediada por IgE/célula 
cebada. Anafi laxia local y sistémica.
• Tipo II: anticuerpos fi jos a la superfi cie celular. Daño 
por activación del complemento o citotoxicidad 
celular, o puede estimular/bloquear un receptor.
• Tipo III: complejos antígeno-anticuerpo, locales o 
circulantes. Causa daño activando complemento en los 
tejidos en donde se depositan los complejos inmunes.
• Tipo IV: media por célula T: las células CD4 reclutan 
macrófagos; las células CD8 causan citotoxicidad.
Figura 7.9 Enfermedades autoinmunitarias no específi cas a 
órganos
Enfermedad Principales 
órganos 
implicados
Página de 
referencia
Lupus eritematoso 
sistémico
Piel, riñón, 
articulaciones, 
corazón, pulmón
ver página 
561
Esclerosis sistémica 
progresiva y 
variantes
Piel, intestino, 
pulmón
ver página 
564
Polimiositis y 
dermatomiositis
Músculo 
esquelético, piel
ver página 
490
Enfermedad 
reumatoide
Piel, pulmones, 
vasos sistémicos
ver página 
566
Puntos clave
Reacciones de hipersensibilidad
7Inmunopatología básica
105
específi cos. La patología y clasifi cación de este grupo de enfer-
medades autoinmunitarias se presenta en la página 167.
Las enfermedades autoinfl amatorias están 
relacionadas con la respuesta inapropiada a 
las citocinas
Muchas de las respuestas del sistema inmunitario son 
mediadas por medio de citocinas que actúan a través de 
receptores de citocina. En la actualidad se reconoce un 
grupo poco común de trastornos, en los cuales la respuesta 
a la citocina es anormal, de ordinario por mutación en un 
gen que codifi ca para un receptor de citocina. Aunque estas 
enfermedades son poco comunes, ilustran un concepto 
general de importancia en la comprensión de la patogenia 
de las enfermedades.
Las principales enfermedades que corresponden a esta 
categoría son las fi ebres periódicas familiares, como la fi ebre 
del Mediterráneo familiar y el síndrome periódico asociado 
con el receptor del factor de necrosis tumoral (TNF, del 
inglés tumor necrosis factor) (TRAPS). Los pacientes mues-
tran crisis recurrentes de infl amación y fi ebre, en ausencia 
de una causa precipitante convencional obvia. La investiga-
ción molecular ha mostrado que estas enfermedades están 
relacionadas con mutación de genes que codifi can para 
moléculas implicadas con función celular inmunitaria 
innata. Las vías clave de la citocina que incluyen al TNF, 
IL-1 y proteínas asociadas con sensación bacteriana, se han 
asociado con esta clase de enfermedad. Varios trastornos 
han sido enlazados a mutaciones en las superfamilias de 
pirina y el receptor del factor de necrosis tumoral. Las vías 
reguladoras de la infl amación clave se vuelven de manera 
anormal activas, en forma tal que el señalamiento de cito-
cinas se amplía y prolonga de forma inapropiada, dando 
lugar a daño tisular mediado por infl amación. 
Los procedimientos iniciales para la terapia de las 
enfermedades autoinmunitarias incluían la 
administración de corticosteroides o agentes que 
suprimían, no de manera específi ca, la respuesta 
inmunitaria, con efectos adversos signifi cativos. La mejor 
comprensión de la patogenia y la capacidad para 
manufacturar fármacos biológicos modifi cados, como los 
anticuerpos monoclonales que se fi jan de forma 
específi ca a receptores, ha conducido a un grupo nuevo 
de fármacos modifi cadores de la enfermedad:
Bloqueo de la vía de citocina para enfermedades 
autoinmunitarias
• TRAPS: etanercept.
• Espondilitis anquilosante y artritis soriásica: terapias 
antiTNF
Bloqueo de linfocitos B y T para autoinmunidad
• LES: micofenolato mofetil, rituximab.
Bloqueo de citocinas o respuestas inmunitarias de 
adaptación
• Enfermedad reumatoide: terapia antiTNF y rituximab.
• Psoriasis: terapia anti-TNF y efalizumab o alefacept.
Figura 7.10 Enfermedades autoinmunitarias específi cas a órganos
Órgano Enfermedad Anticuerpo asociado Comentario
Piel Vitíligo
Anticuerpos antitirosinasa
Hipopigmentación
Tiroides Enfermedad de Graves Anticuerpos estimulantes del tiroides
Anticuerpos estimulantes del 
crecimiento tiroideo
Hipertiroidismo causado por 
respuesta de hipersensibilidad 
estimuladora tipo III. La enfermedad 
de Graves es una hipersensibilidad 
estimuladora tipo II
Tiroides Enfermedad de 
Hashimoto
Anticuerpos antitiroideos específi cos Hipotiroidismo
Corteza suprarrenal Enfermedad de 
Addison
Anticuerpos antisuprarrenales Hipoadrenocorticalismo
Estómago Gastritis 
autoinmunitaria 
(tipo A)
Factor antiintrínseco y anticuerpos 
de célula parietal
Anemia perniciosa
Células de los islotes 
pancreáticos 
(productoras de 
insulina)
Diabetes mellitus tipo I Anticuerpo antiislote de célula β Diabetes mellitus causada por 
citotoxicidad a células β pancreática 
mediada por células
Músculo esquelético Miastenia grave Anticuerpo contra receptores 
de acetilcolina
Fatiga muscular de respuesta de 
hipersensibilidad inhibidora tipo III. 
Miastenia grave es una 
hipersensibilidad inhibidora tipo II
Objetivos terapéuticos
7 PATOLOGÍAPatología clínica
106
Las reacciones inmunitarias previenen el 
rechazo al transplante de órganos de 
individuo a otro
El trasplante de órganos está siendo usado cada vez más para 
tratar enfermedades irreversibles del riñón, hígado, corazón, 
pulmón y médula ósea. Por desgracia, la acción del sistema 
inmunitariopuede conducir a que el tejido trasplantado se 
destruya, proceso conocido como rechazo del trasplante.
Para lograr la mejor posibilidad de supervivencia, los antí-
genos en el injerto y el receptor deben ser semejantes.
Después de la identidad de grupo sanguíneo, el conjunto 
de antígenos más importante son los antígenos de histocom-
patibilidad, antígenos asociados con el leucocito humano 
(antígenos HLA). Las células endoteliales que recubren los 
vasos sanguíneos del injerto son en particular ricas en antí-
genos, tanto HLA como del grupo sanguíneo, por lo cual 
los vasos sanguíneos son un blanco importante de la res-
puesta inmunitaria del huésped al aloinjerto trasplantado. 
Los efectos del rechazo del trasplante se exponen en relación 
con el riñón (pág. 385), corazón (pág. 184) médula ósea 
(pág. 329) trasplantados.
 Hay tres modelos de rechazo vistos en los 
órganos trasplantados 
Los tipos de rechazo vistos en los órganos después del 
trasplante son:
• Hiperagudo -debido de anticuerpos preformados del 
huésped.
• Agudo -asociado con necrosis de vasos en el injerto 
(rechazo vascular agudo) o una infi ltración de los 
tejidos del injerto por linfocitos T positivos a CD4 
(rechazo celular agudo).
• Crónico -destrucción lenta y progresiva de la 
estructura y función del injerto, en especial como 
resultado de oclusión vascular, con un infi ltrado de 
linfocitos, células plasmáticas y eosinófi los
El trabajo más detallado, y la mayor experiencia, han sido 
obtenidos por observación en el trasplante de riñón (pág. 
385); sin embargo, los trasplantes de médula ósea, hígado, 
corazón y pulmón, hoy en día son frecuentes.
Los anticuerpos pueden detectarse en la sangre en 
muchas enfermedades (fi gura 7-11). Aunque no siempre 
haya certeza de que sean responsables de iniciar el daño 
tisular, su detección en valores altos, proporciona un 
indicador útil para el diagnóstico de algunas de estas 
enfermedades (fi gura 7-11). Los autoanticuerpos listados 
en la columna derecha de la fi gura 7-11 tienen una alta 
correlación con las enfermedades indicadas. Sin 
embargo, no es poco común tener varios 
autoanticuerpos y, en caso de algunas enfermedades, 
presentar una superposición clínica y patológica.
Figura 7.12 Tiroiditis de Hashimoto. Corte por congelación 
no fi jo de tiroides humano, teñido con suero fl uorescente 
marcado de un paciente con Hashimoto.
Figura 7.11 Autoanticuerpos usados en el diagnóstico de 
enfermedades
Enfermedad Autoanticuerpo 
correlacionado con el 
diagnóstico de la 
enfermedad
Enfermedad de Hashimoto Antitiroglobulina 
anti-microsómica
Enfermedad de Graves Antirreceptor TSH
Diabetes mellitus tipo I Anticélula de islote
Anemia perniciosa Antifactor intrínseco anti-célula 
plaquetaria
Hepatitis activa crónica Antimúsculo liso
Cirrosis biliar primaria Antimitocondrial
Trombocitopenia 
autoinmunitaria
Antiplaquetas
LES AntiDNA bicatenario
Síndrome de Sjögren Antirribonucleoproteína
Esclerodermia Anticentrómero
Enfermedad reumatoide Factor reumatoide (anti-IgG)
Medicina de laboratorio
	PATOLOGÍA CLÍNICA
	7. INMUNOPATOLOGÍA BÁSICA
	Factores inmunitarios en la enfermedad
	Respuestas inmunitarias inadecuadas
	La agammaglobulinemia ligada a X (de Bruton) se asocia con células B ausentes o (...)
	La deficiencia aislada de IgA es una inmunodeficiencia primaria muy común, (...)
	La inmunodeficiencia variable común es una porción pequeña de un saco mezclado
	La más importante deficiencia de células T es el síndrome de DiGeorge
	La ataxia-telangiectasia y el síndrome de Wiskott-Aldrich son formas muy raras (...)
	La anomalía primaria más importante de las células fagocíticas es la llamada ‘enfermedad granulomatosa crónica’
	La inmunodefi ciencia secundaria es mucho más común que la inmunodeficiencia primaria
	SIDA-VIH es una causa importante de inmunodeficiencia secundaria
	Niños con SIDA muestran diferencias clínicas con los adultos
	Respuestas inmunitarias excesivas
	Respuestas inmunitarias excesivas pueden causar reacciones de ‘hipersensibilidad’
	Reacciones de hipersensibilidad tipo 1 se deben a una respuesta excesiva de IgE a la (...)
	Anafilaxia es una manifestación grave de hipersensibilidad tipo I
	Reacciones de hipersensibilidad tipo II pueden dar lugar a la fijación de los anticuerpos
	Las reacciones de hipersensibilidad tipo III son causadas por el depósito de complejos (...)
	Reacciones de hipersensibilidad tipo IV no implican anticuerpos, pero son mediadas por (...)
	Respuestas imunitarias inapropiadas
	Respuestas inmunitarias inapropiadas más importantes producen enfermedades (...)
	Vasculitis sistémicas, ejemplo de enfermedades autoinmunitarias
	Las enfermedades autoinflamatorias están relacionadas con la respuesta inapropiada a (...)
	Las reacciones inmunitarias previenen el rechazo al transplante de órganos de individuo a otro
	Hay tres modelos de rechazo vistos en los órganos trasplantados
	FIGURAS
	Figura 7.1
	Figura 7.2
	Figura 7.3
	Figura 7.4
	Figura 7.5
	Figura 7.6
	Figura 7.7
	Figura 7.8
	Figura 7.9
	Figura 7.10
	Figura 7.11
	Figura 7.12

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