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34Capítulo Sylvia Paz Díaz Camacho Contenido ■ Introducción ■ Características generales del parásito ■ Ciclo biológico ■ Mecanismos patogénicos ■ Manifestaciones clínicas ■ Diagnóstico ■ Tratamiento ■ Prevención ■ Caso clínico América (G. turgidum, G. americanum, G.miyazakii, G. pro- cyonis, G. binucleatum y G. lamothei). De estas especies, seis se han relacionado con parasitosis humanas: G. spinigerum, G. hispi dum, G. nipponicum, G. doloresi y G. malaysia en Asia, y en América sólo G. binucleatum. Desde épocas remotas el padecimiento se ha relacionado con el consumo de pescado crudo por parte de las personas que vivían cerca de algunos ríos, como el Yang Tse -kiang. En Tailan dia la enfermedad se conoce desde hace mucho tiempo con el nombre de “Tua-chid” (“tumor doloroso”); en India, China y Japón la llamaban “edema del Chan-chiang”, “reu- matismo de Shangai”, “enfermedad del Consulado de Nang- ching” y “edema de Quincke”. Sin embargo, el primer caso de gnatostomiasis humana fue descrito por Levinsen hasta 1889, al identifi car un parásito a partir de una lesión infl amatoria localizada en el pecho de una mujer tailan desa. En la actuali- dad, los países con mayor prevalencia de gnatostomiasis hu- mana son México, Japón, Tailandia y Vietnam, y a pesar de que la enfermedad no es de registro obligatorio en países como México, se han registrado más de 13 600 casos en publicacio- nes científi cas. En Tailandia es la enfermedad parasitaria más impor- tante, ya que afecta al sistema nervioso central y constituye una de las principales causas de hemorragias intracranea- les, que en ocasiones provocan la muerte. Gnathostoma spi- nigerum es la única especie identifi cada en ese país y se considera que es la más importante desde el punto de vista médico, ya que es el agente causal en la mayoría de los casos en humanos registrados en las publicaciones especializadas. Preguntas de evaluación inicial 1. ¿Qué tipo de huésped es el humano en esta infección? 2 . ¿Dónde se establece este parásito en el huésped defi nitivo? 3 . ¿Cómo se clasifi can las manifestaciones cutáneas más fre- cuentes? 4 . ¿Qué pruebas se emplean para el diagnóstico de la infección? 5 . ¿Cuáles son los medicamentos que más se emplean en el tratamiento? Introducción La gnatostomiasis (gnatostomosis) es una zoonosis parasi- taria causada por diversas especies de nematodos del género Gnathostoma. Las larvas de tercer estadio avanzado (L3A) oca sionan en el humano el síndrome de larva migratoria, cuyas manifestaciones pueden ser cutáneas, oculares, visce- rales y neurológicas, o bien una combinación de ellas. En 1836, Richard Owen describió el género Gnathosto- ma después de encontrar parásitos adultos en el estómago de un tigre de Bengala (Felis tigris), y a la especie se le deno- minó spinigerum. En la actualidad se encuentran bien clasi- fi cadas 12 especies de Gna thostoma, de las cuales seis se han identifi cado en Asia (G. spinigerum, G. hispidum, G. dolore- si, G. nipponicum, G. vietnamicum y G. malaysiae) y seis en Gnatostomiasis En América, Peláez y Pérez Reyes dieron a conocer los primeros casos autóctonos de gnatostomiasis humana en México en 1970, y Ollage-Loaiza en Ecuador en 1984. Más tarde, en México, Martí nez Cruz informó que un número importante de individuos que provenían de Temazcal, Oaxaca; Tierra Blanca, Veracruz, y otras poblaciones de la cuenca del río Papaloapan presentaban edema migratorio intermitente. A partir de 1990 se ha registrado un número creciente de casos de gnatostomiasis cutánea y ocular en los estados de Guerrero, Nayarit, Tamaulipas y Sinaloa. Ade- más de estas áreas endémicas ubicadas en las costas del océano Pacífi co y del Golfo de México, de manera reciente han aparecido nuevos casos en Jalisco, Tabasco, Puebla y el Distrito Federal, tal vez por el consumo de pescado trans- portado de áreas endémicas. Asimismo, como resultado de viajes internacionales, importación o exportación de cos- tumbres culinarias y carne de pescado o migraciones hacia áreas endémicas de América y el sureste de Asia, esta zoo- nosis parasitaria se ha extendido hacia regiones no endémi- cas como Europa y países occidentales. Esta situación pone de manifi esto la necesidad de establecer un programa de vi- gilancia epidemiológica que promueva la capacitación de personal médico para diagnosticar y tratar oportunamente la gnatostomiasis. Características generales del parásito Los parásitos adultos se localizan en estómago o esófago de mamíferos silvestres o domésticos, formando cavidades pa- rasitarias en las que conviven dos o más parásitos. Su cuer- po es cilíndrico y mide 1.5 a 3.3 cm de longitud en el macho y 1.2 a 3.0 cm en la hembra. En el extremo anterior presen- tan un bulbo cefálico con 8 a 10 hileras concéntricas de gan- chos, y en la parte central tienen un par de labios que rodean una cavidad bucal alargada. En la superfi cie del cuerpo presentan hileras de espinas cuticulares que varían en dis- tribución, forma y tama ño según la especie. Los órganos genitales se localizan en la región caudal y están conformados por papilas de diferen te forma y distribución. En el macho esta región se encuentra curvada hacia la parte ventral, y tie- ne dos espículas de dife rente longitud que facilitan el proceso de copulación. El aparato reproductor de la hembra está formado por un útero doble, comunicado con una vagina verdadera en cuyo interior se encuentran huevos en diferen- tes etapas de desarrollo, que son expulsados al exterior a través de la vulva, ubicada en la parte media del cuerpo. Los huevos fertilizados son ovalados, de color amarillo o café claro, miden alrededor de 70 40 mm y muestran una pared gruesa que puede ser lisa o con pequeñas excava- ciones, la cual presenta una o dos cápsulas polares, según la especie de Gnathostoma; son eliminados junto con la mate- ria fecal de los huéspedes defi nitivos. Las larvas L3A que parasitan a huéspedes intermedia- rios, paraténicos y al humano (a quien se considera como huésped accidental) son gusanos de cuerpo cilíndrico y ex- tremos redon deados, cuya longitud es de 3.0 a 4.7 mm. En la porción anterior presentan un bulbo cefálico, del cual so- bresalen 3 o 4 hileras transversales de ganchos; la parte frontal de dicha estructura muestra una boca de forma oblonga rodeada por dos labios voluminosos con un par de papilas cada uno (fi gura 34-1). Al igual que en los parásitos adultos, en el interior del bulbo cefálico se encuentran cuatro cámaras huecas llama- das bayo netas, que se comunican de manera independiente con cuatro sacos cervicales en forma de maza, los cuales cuelgan libre mente en el seudoceloma y contienen un mate- rial líquido. El esófago se comunica con el intestino, el cual termina en un poro anal hacia la región ventral del cuerpo. La superfi cie de las larvas también tiene espinas cuticula- res que se hacen más pequeñas y escasas a medida que se ale- jan del bulbo cefálico. Entre las hileras 12 y 14 de las es pinas cuticulares se ubican las papilas cervicales, y más abajo, en las hileras 30 a 32, se encuentra un poro excretor. Ciclo biológico El ciclo biológico de los nematodos del género Gnathostoma es complejo y requiere diferentes huéspedes defi nitivos (ma- míferos silvestres o domésticos), intermediarios (diversas especies de crustáceos y peces de agua dulce) y paraténicos (aves ictiófagas, reptiles y mamíferos pequeños). Los parásitos adultos se alojan en el estómago o esófa- go de félidos, cánidos, marsupiales, prociónidos y suidos, entre otros. En el caso de G. spinigerum se sitúan en cavida- des formadas por células hiperplásicas infi ltradas por un exudado infl amatorio de la mucosa gástrica de perros, ga- tos, tigres y leopardos, entre otros. Estas cavidades las ocu- pan varios machos y hembras; después de la cópula, dichas Figura 34-1 Larva L3A de Gnathostoma spp localizada en carne de pescado y observada mediante microscopia de luzy electrónica de ba- rrido. (BC, bulbo cefálico; E, esófago; I, intestino; PP, parte posterior del cuerpo.) (Las fotomicrografías de barrido fueron tomadas por José Gua- dalupe Rendón Maldonado, Cinvestav-IPN.) PP BC I E PP 10 μm 10 μm BC Capítulo 34 Gnatostomiasis258 cavidades expulsan huevos fertilizados hacia la luz del estó- mago, de donde salen al exterior junto con las heces del huésped. Cuando los huevos fertilizados quedan depositados en cuerpos de agua dulce, como ríos, lagos, presas, diques, etc., y se encuentran a temperaturas entre 24 y 28 °C, dentro del huevo se desarrolla una forma joven llamada larva de pri- mer estadio (L1), la cual experimenta una muda y se trans- forma en larva de segundo estadio (L2). La larva L2 es rabditoide, eclosiona del hue vo a través de un opérculo y nada activamente en el medio. En este pro- ceso, que dura alrededor de siete días, pequeños crustáceos de los géneros Cyclops, Eucyclops, Mesocyclops, Tropocyclops y Acantocyclops, entre otros, ingieren la larva. En el hemo- cele de estos copépodos, la larva L2 se desarrolla hasta larva L3 temprana (L3T) en un periodo de 7 a 10 días. Diversas especies de peces dulceacuícolas ingieren a los copépodos infectados. Estos peces participan como segundos huéspe- des intermediarios. En el estómago de los peces se li bera la larva L3T, la cual perfora la pared del estómago, mi gra hacia el tejido muscular esquelético, en donde se enquista y trans- forma en larva L3 estadio avanzado (L3A). Ciertos vertebrados ectotérmicos, como ranas y cule- bras, así como aves ictiófagas o mamíferos pequeños, se ali- mentan de los peces infectados con larvas L3A, por lo que fungen como huéspedes paraténicos. El ciclo biológico se completa en casi 100 días, cuando los segundos huéspedes intermediarios o paraténicos son ingeri dos por los huéspedes defi nitivos, donde la larva L3A se transforma en parásito adulto (fi gura 34-2). La larva L3A es la forma infectiva para el humano, a quien se considera como huésped accidental que adquiere la enfermedad cuando consume principalmente carne de pesca do de agua dulce infectada, cruda o cocida de manera insufi ciente en platillos como cebiche, sushi y sashimi, entre otros. En algunos países asiáticos, y a veces en México, la enfermedad también se adquiere al consumir carne prove- niente de hués pedes paraténicos, como aves y reptiles pa- rasitados. Asimis mo, en ciertos estudios de infecciones experimentales se propusieron otros mecanismos de trans- Gusano adulto huésped definitivo L1 L2 L3 Primer huésped intermediario L3A Segundo huésped intermediario L3A huésped paraténico Gnatostomiasis • Cutánea • Ocular • Visceral • Neurológica Gnatostomiasis • Cutánea Figura 34-2 Ciclo biológico de Gnathostoma spp. Ciclo biológico 259 misión, como la pe netración de la larva a través de la piel, consumo de agua contaminada con crustáceos infectados y un mecanismo transplacentario. Mecanismos patogénicos Los mecanismos que participan en la patogenicidad de las larvas L3A de Gnathostoma se desconocen, aun cuando exis- te acuerdo en que una combinación de factores ocasiona el daño; entre estos factores están el efecto mecánico causado por la migración del parásito, la eliminación de sustancias tóxicas similares a acetilcolina, enzimas proteolíticas como la hialuronidasa (una sustancia hemolítica) y la reacción infl ama toria dirigida hacia el parásito. Recientemente se han identifi cado cisteinaproteasas y metaloproteasas en antíge- nos somáticos y de excreción-secreción de larvas L3A, las cuales es posible que participen tanto en mecanismos pato- génicos como inmunológicos. La reacción infl amatoria presenta algunas característi- cas histológi cas de paniculitis eosinófi la, y por ello se ha pro- puesto el nombre de paniculitis nodular migratoria eosinófi la como sinónimo de gnatostomiasis cutánea, aunque otros autores no concuerdan con esta nomenclatura, ya que otras entidades nosológicas, sobre todo de origen parasitario, comparten al gunas de estas características histológicas. En relación con la respuesta inmunitaria humoral, Gna thostoma induce la síntesis de anticuerpos específi cos al me nos de las clases IgG e IgE, y en más de 40% de los casos se observa aumento de la IgE sérica total y eosinofi lia. Con base en estas observacio nes, las larvas L3A de Gnathostoma al parecer inducen una respuesta inmunitaria Th 2. Manifestaciones clínicas Cuando la larva L3A es ingerida en carne mal cocida o cruda de huéspedes intermediarios o paraténicos, se libera en el estómago, perfora la pared y migra hacia el hígado. En esa etapa los pacientes presentan dolor epigástrico, náuseas y vómito. La larva se dirige después a cualquier parte del cuerpo y los síntomas dependen del área afectada. Este proce- so ocasiona un síndrome de larva mi grans, y las manifestacio- nes pueden ser cutáneas, oculares, neurológicas, viscerales, o una combinación de ellas. Las manifestaciones cutáneas son las más frecuentes y se clasifi can en cuatro variedades: infl amatoria, serpigino- sa, seudofurunculosa y mixta (fi gura 34-3). La variedad infl amatoria, también conocida como pro- funda, se caracteriza por la aparición de edemas migratorios intermiten tes, eritematosos, indurados, pruriginosos y con aumento de la temperatura local. El edema inicial desapare- ce por lo gene ral en un periodo de 4 a 6 días, y reaparece casi siempre en un área cercana. Al desaparecer la infl amación, con frecuencia se manifi esta una zona hemorrágica o placa pigmentada que desaparece en alrededor de 2 a 5 semanas. Estas lesiones cutáneas se observan con mayor frecuencia en México, Ecuador y Tailandia. En la variedad serpiginosa o superfi cial se observan surcos poco sinuosos, eritematosos e indurados, los cuales son más anchos en el extremo por donde avanza la larva, ya que en esa área la reacción infl amatoria es más intensa. En Japón esta variedad es la más frecuente, pero el recorrido de la larva es más activo dando lugar a grandes lesiones que muestran surcos más delgados y sinuosos, por lo general lo- calizados en la parte posterior del cuerpo. La forma seudofurunculosa se puede presentar duran- te la evolución natural del padecimiento, o bien después de la administración de antiparasitarios como albendazol o ivermectina. Se manifi esta como pápula roja e indurada que, en ocasiones, muestra un centro de color pardo por el cual la larva puede salir en forma espontá nea. Algunos pa- cientes pueden presentar más de alguna de estas formas dermatológicas. Las lesiones son recurrentes con periodici- dad de una semana a varios años. La fi gura 34-3 muestra algunos tipos de lesiones cutáneas. Cuando la larva L3A migra hacia el ojo causa dolor, equi mosis, uveítis anterior aguda, aumento de la presión intraocu lar y hemorragias en la retina y el vítreo; en ocasio- nes el daño puede conducir a pérdida de la visión. Las afec- ciones neu rológicas del padecimiento se han estudiado principalmente en Tailandia. Boongird y colaboradores analizaron 24 casos neurológicos y encontraron como prin- cipales signos y sínto mas los siguientes: radiculomielitis, radiculomieloencefalitis, hemorragias subaracnoideas, ce- falea intensa, defi ciencias motoras y sensi tivas de las ex- tremidades, disfunción de los nervios craneales, pérdida de la conciencia, estado de coma; en seis de estos pacientes so- brevino la muerte. En los casos de gnatostomiasis visceral, la larva L3A es capaz de migrar hacia pulmones, estómago, intestinos, endo metrio, vías urinarias, etc. Cuando el parásito se en- cuentra en los pulmones, el paciente puede presentar tos, dolor en el pecho, disnea, hemoptisis, neumotórax e hidro- Figura 34-3 Gnatostomiasis cutánea. A y B, lesiones infl amatorias o profundas donde se observan placas eritematosas; C, variedad serpigi- nosa donde se aprecia el trayecto de la larva bajo la piel, y D, forma seudofurunculosa de donde se extrajouna larva L3A de Gnathostoma. Capítulo 34 Gnatostomiasis260 neumotórax. En algunos casos la larva es expulsada durante la expectora ción. Cuando el parásito se encuentra en el apa- rato digestivo, la enfermedad puede ser asintomática, pero hay ocasiones en que se puede formar un granuloma eosi- nofílico, el cual po dría llegar a confundirse con apendicitis o carcinoma de colon. Es importante señalar que a los casos de gnatostomiasis visceral por lo general les antecede un cuadro de gnatostomia- sis aguda. En México, los primeros casos de gnatostomiasis aguda se registraron en cinco individuos de Sinaloa, quienes ingirieron “cebiche” preparado con carne de una especie de pescado denominada Eleotris picta. Los síntomas que se presentaron a los pocos minutos de la ingestión del “cebi- che” fueron vómito, dolor epigástrico, dolor agudo en la garganta y cefalea. Posteriormente, uno de los casos presen- tó dolor agudo en el pecho, difi cultad para respirar, dolor en articulaciones, malestar general y pérdida de peso. Después de unos 13 días, todos los casos desarrollaron gnatostomia- sis cutánea. Diagnóstico La gnatostomiasis humana se confi rma al encontrar la larva L3A en estudios parasitoscópicos, pero su localización es su- mamente difícil debido a la naturaleza migratoria del parási- to. Esto obligó a la creación de métodos inmunológicos para el diag nóstico, como pruebas cutáneas, doble inmunodi- fusión, hemaglutinación indirecta, inmunofl uorescencia, ELISA (Enzyme Linked Immunosorbent Assay) e inmunoelec- tro transferencia (Western blot), principalmente en países como Tailandia y Japón. Actualmente, en México, el diagnós- tico de la enferme dad se lleva a cabo por medio de ELISA, dot-ELISA y Wes tern blot utilizando antígenos de larvas L3A G. binucleatumi recuperadas de huéspedes intermediarios o para ténicos locales, y se realizan trabajos de investigación a fi n de obtener antígenos inmunodominantes para mejorar la sensibilidad y especifi cidad de los métodos de diagnóstico y tener mayor disponibilidad de antígeno en las áreas donde se requiere contar con este servicio. Es importante señalar que para realizar el diagnóstico oportuno de gnatostomiasis, también es necesario conside- rar los antecedentes epidemiológicos del padecimiento. Tratamiento El tratamiento de gnatostomiasis representa a veces cierto grado de difi cultad porque aún no existe un tratamiento efec tivo para todos los casos. En la gnatostomiasis cutánea se recomienda recuperar el parásito mediante procesos quirúrgi cos, lo cual resulta difícil, sobre todo por la natura- leza migra toria de la larva y su localización en órganos y tejidos poco accesibles a una cirugía. Algunos medicamentos, como tiabendazol, dietilcar- bama cina, mebendazol, metronidazol, praziquantel, pred- nisona y quinina, entre otros, ofrecen poca capacidad de curación. En 1992, Kraivichian y colaboradores demostraron que después de la administración de albendazol en dosis de 400 mg, una y dos veces al día, durante 21 días, se obtenían porcentajes de curación de 93.9 y 94.1, respectivamente; además, observaron reducción de los títulos de anticuerpos en un periodo de seis meses. En pacientes de Sinaloa se utilizó albendazol adminis- trado en dosis de 10 mg/kg de peso durante 20 días (sin ex- ceder 1 g), y se observó que las larvas emergían ha cia planos superfi ciales de la piel durante los días 10 a 14 después del tratamiento; además, se formaba una lesión seu dofuruncu- losa, la cual indicaba el momento más oportuno para realizar una biopsia escisional y recuperar al parásito. Se analizaron 20 biopsias de pacientes que se habían sometido a este trata- miento y se recuperaron 17 larvas, de las cuales siete (35%) se encontraban viables, lo que signifi ca que el albendazol no siempre destruye al parásito. Por otra parte, la ivermectina administrada en una do- sis única de 0.2 mg/kg es efectiva contra la gnatostomiasis oca sionada por G. spinigerum en 76 a 86.8% de los casos, y cuando la dosis se repite en los enfermos en quienes no se logra la cu ración, la efectividad aumenta a 100%. En Méxi- co, algunos grupos de trabajo continúan evaluando tanto el uso de la ivermectina como el de albendazol, sin que hasta hoy se obtenga la curación en todos los casos (cuadro 34-1). Prevención Los huéspedes intermediarios de Gnathostoma constituyen la fuente de infección para el humano. En las áreas endémi- cas de México se han identifi cado diversas especies de peces infectadas con larvas L3A de Gnathostoma: Petenia splendi- da (mojarra tenhuayaca), Cichlasoma urophthalmus (casta- rrica), Cichlasoma gadovii (moja rra criolla), Oreochromis spp (mojarra tilapia), Eleotris picta (vieja de río) y Dormita- tor latifrons (puyeque), entre otros. En general, las especies de peces identifi cados como huéspedes naturales de Gna- thostoma pertenecen a las familias Eleotridae, Cichlidae y Antiparasitario Dosis pediátrica Dosis en adultos Albendazol 10 mg/kg de peso por 20 días 10 mg/kg de peso por 20 días Ivermectina 0.2 mg/kg, dosis única 0.2 mg/kg, dosis única • Cuadro 34-1 Fármacos para el tratamiento de la gnatostomiasis Prevención 261 Aridae. En Sinaloa y Nayarit, de donde se distribuye pesca- do hacia otros estados de México, se han detectado espe cies de peces de valor comercial y aves ictiófagas infectadas con larvas L3A de Gnathostoma, lo cual constituye un factor de riesgo para la dispersión de la enfermedad y el parásito ha- cia zonas que en la actualidad no están consideradas como endémicas. Las larvas L3A de G. spinigerum y G. binucleatum son muy resistentes a diversas sustancias que se utilizan en la preparación de plati llos elaborados con carne de pescado crudo, como jugo de limón, salmuera, vinagre y salsa de soya. Por esta razón, la principal medida de prevención y control del padecimiento es evitar el consumo de carne cru- da o insufi cientemente cocida de cualquier especie de pes- cado proveniente de agua dulce. También conviene, en la medida de lo posible, evitar la presencia de perros, gatos, cerdos o mamíferos silvestres en cuerpos de agua dulce, como lagos, presas y diques, puesto que estos mamíferos pueden fungir como huéspedes defi niti- vos de Gnathostoma y contaminar el agua mediante las heces. Por otra parte, también es necesario aplicar medidas que permitan difundir conocimientos acerca de esta parasi- tosis, sobre todo en los lugares donde la población acostum- bra comer carne cruda de pescado. Estas medi das también deben incluir el registro obligatorio de los casos. Caso clínico En la Unidad de Investigaciones en Salud Pública “Louis Pasteur” de la FCQB, UAS, se recibió a un paciente femeni- no LLMG, de 40 años de edad, originaria y residente de Cosalá, Sinaloa, ama de casa, casada y con escolaridad se- cundaria. Había sido hospitalizada en dos ocasiones debido a crisis nerviosas, el resto de sus antecedentes personales patológicos no presentaban datos positivos; niega toxico- manías. Consume carne de cerdo una vez al mes y con una frecuencia de 1 a 2 veces por semana, a partir de los 32 años de edad, consume pescado de agua dulce (lobina, mojarra y bagre) preparado crudo, cocido o frito, proveniente la ma- yoría de las ocasiones de la presa cercana a la localidad de origen. Adicionalmente su dieta incluye camarón de granja una vez al mes, la mayoría de las veces cocido, y relata beber agua de la presa con frecuencia. Niega el consumo de sushi, carne de rana y víbora. Convive con un perro y un gato. Datos clínicos. Inicia el padecimiento con infl ama- ción en región infraescapular izquierda, dolorosa, prurigi- nosa, edematosa, de 15 por 3 cm, indurada, con aumento de temperatura local que resolvió dejando equimosis y cicatriz serpiginosa de carácter migratorio en el siguiente orden: re- gión escapular derecha, supraescapular derecha, supraesca- pular izquierda, mejilla izquierda, párpado izquierdo y tem- poral posterior izquierda; las lesionestenían una duración aproximada de 5 días, con intervalos de dos días entre su desaparición y aparición, además de que variaban en tama- ño y forma. Un mes después de iniciados los síntomas pre- sentó un edema bipalpebral unilateral que impide la visión de la paciente (fi gura 34-4). Durante este tiempo acudió a distintas instituciones de salud, donde le indicaron antiin- fl amatorios (diclofenaco, naproxeno) y diversos antibióticos (dicloxacilina, ciprofl oxacina, penicilina), completando los esquemas con cada uno de ellos sin presentar mejoría. Exámenes de laboratorio. La prueba de detección de anticuerpos IgG anti-Gnathostoma por Western blot resultó positiva y mediante ELISA se obtuvo una seropositividad de 1:1 600 (valor de referencia menor de 1:200). En la biometría hemática se encontró eosinofi lia de 20% y el examen copro- parasitoscópico de tres muestras procesadas por los métodos de concentración de Faust (fl otación) y Ritchie (sedimenta- ción) fueron negativos. Tratamiento. Se inició tratamiento con albendazol a 15 mg/kg/día por 15 días e ivermectina 0.2 mg/kg/día el pri- mer y el tercer días de tratamiento. Figura 34-4 Fotografía de paciente con gnatostomiasis del caso clínico. Bibliografía Adame I, Cohen PR. 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Infl amatoria, serpiginosa, seudofurunculosa y mixta. 4 . ELISA o Western blot. 5 . Albendazol e ivermectina. Respuestas a las preguntas de evaluación inicial Capítulo 34 Gnatostomiasis264 Capítulo 34. Gnatostomiasis
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