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CESTODOS

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806 © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
85Cestodos
Un varón de 30 años de origen hispano acudió al servicio de urgencias tras una crisis convulsiva 
focal. El paciente había emigrado hacía poco tiempo de México y antes del episodio convulsivo 
gozaba de buena salud. La exploración neurológica no reveló focalidad. Una tomografía 
computarizada (tC) craneal puso de manifiesto la presencia de numerosas lesiones quísticas 
de pequeño tamaño en ambos hemisferios cerebrales. En varias de estas lesiones se observaban 
calcificaciones puntiformes. Una punción lumbar dio como resultado glucorraquia de 65 mg/dl 
(normal) y proteorraquia de 38 mg/dl (normal) en el líquido cefalorraquídeo. El recuento 
de leucocitos fue de 20/ml (anormal) con un recuento diferencial de un 5% de neutrófilos, 
un 90% de linfocitos y un 5% de monocitos. Una prueba cutánea con derivado de proteína 
purificado obtuvo resultados negativos, con controles positivos. El resultado de una prueba 
serológica para el virus de la inmunodeficiencia humana fue negativo.
1. ¿Cuál es el diagnóstico diferencial del proceso neurológico de este paciente?
2. ¿Qué parásito o parásitos pueden haber provocado esta situación clínica?
3. ¿De qué pruebas diagnósticas se dispone para esta infección?
4. ¿Cuáles son las opciones terapéuticas para este paciente?
5. ¿Cómo se infecta un individuo por este parásito?
6. ¿Qué otros tejidos se infectan aparte del sistema nervioso central? ¿Cómo se documentarían 
estos focos adicionales de infección?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es
Los cuerpos de los cestodos, tenias, son planos y tienen aspecto de cinta (fig. 85-1), y sus cabezas están dotadas 
de órganos de fijación. La cabeza, o escólice, del gusano suele 
tener cuatro estructuras succionadoras musculares en forma 
de copa y una corona de ganchos (fig. 85-2). Una excepción 
es Diphyllobothrium latum, el cestodo del pescado, cuyo 
escólice está dotado de un par de largos surcos musculares 
laterales y carece de ganchos.
Los segmentos individuales de los cestodos se llaman pro-
glótides (v. fig. 85-2) y la cadena de proglótides conforma 
el estróbilo (v. fig. 85-1). Conforme se desarrollan nuevas 
proglótides, las existentes maduran a medida que se hacen 
más distales. Las proglótides más distales están grávidas y 
ocupadas casi por completo por un útero repleto de huevos, 
que son traspasados a las heces del portador, bien dentro de 
proglótides completas o bien libres tras la rotura de las mis-
mas. La diferenciación de los distintos cestodos adultos se 
consigue valorando la estructura de las proglótides eliminadas 
(longitud, anchura, número de ramas uterinas) o (con menos 
frecuencia) de los escólices (número y posición de los sis-
temas de succión, presencia o ausencia de ganchos).
Todos los cestodos son hermafroditas. Poseen órganos 
reproductores masculinos y femeninos en cada proglótide 
madura. Los huevos de la mayoría de los cestodos no son 
operculados y contienen un embrión hexacanto con seis gan-
chos; la excepción es D. latum, cuyos huevos no operculados 
son similares a los de los trematodos. Los cestodos carecen 
de aparato digestivo y el alimento se absorbe desde el intes-
tino del hospedador a través de la blanda pared del gusano. 
La mayoría de los cestodos que se encuentran en el intestino 
humano tienen ciclos vitales complejos que implican a un 
hospedador intermediario y, en algunos casos (cisticercosis, 
equinococosis, esparganosis), el hospedador intermediario es 
el ser humano, que alberga los estados larvarios del gusano. 
La presencia de larvas extraintestinales puede revestir más 
importancia que la del gusano adulto confinado al intestino. 
Los cestodos que tienen mayor trascendencia en medicina se 
enumeran en la tabla 85-1.
taenia Solium
Fisiología y estructura
El estadio de larva o cisticerco («gusano vesicular») de las 
especies de Taenia se corresponde con un escólice, que se 
invagina dentro de una vesícula llena de líquido. Los quistes 
de las larvas se desarrollan en los tejidos del hospedador 
intermediario, miden 4-6 mm de largo por 7-11 mm de an-
cho y adoptan un aspecto perlado en los tejidos. Cuando una 
persona ingiere músculo de cerdo con un gusano en fase de 
larva, la unión del escólice (v. fig. 85-2) al hospedador inicia 
la infección en el intestino delgado (fig. 85-3). El gusano 
empieza a producir proglótides hasta desarrollar un estróbilo 
de proglótides, que puede llegar a tener varios metros de 
longitud. Las proglótides sexualmente maduras contienen 
huevos y, al abandonar el hospedador con las heces, pueden 
contaminar el agua y la vegetación ingerida por los cerdos. 
Las proglótides grávidas tienen una longitud y anchura si-
milares (1 cm × 1 cm) y contienen menos ramas uterinas 
laterales (<12) (v. fig. 85-2). En este hospedador, los huevos 
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se transforman en una fase larvaria que posee seis ganchos y 
que recibe el nombre de oncosfera, que penetra en la pared 
intestinal del cerdo, migra a través de la circulación hasta 
los tejidos y se transforma en un cisticerco, completándose 
así el ciclo.
Epidemiología
La infección por T. solium está directamente relacionada con 
la ingesta de carne de cerdo poco cocinada, y su prevalencia es 
elevada en África, India, el sudeste asiático, China, México, 
países de Sudamérica y países eslavos. Rara vez se observa 
en EE.UU.
Enfermedades clínicas
Los microorganismos adultos de T. solium localizados en el 
intestino rara vez producen problemas. El intestino puede 
irritarse allí donde se ha producido la fijación y pueden apa-
recer molestias abdominales, indigestión crónica y diarrea. 
La mayoría de los pacientes únicamente se dan cuenta de 
la infección cuando observan la presencia de proglótides o 
estróbilos de proglótides en las deposiciones.
Diagnóstico de laboratorio
El examen de las heces puede revelar la presencia de proglóti-
des y de huevos, y el tratamiento puede expulsar totalmente 
al gusano, lo que permitirá su identificación. Los huevos son 
esféricos, tienen 30-40 mm de diámetro y poseen una en-
voltura estriada y gruesa que contiene el embrión hexacanto 
con seis ganchos (fig. 85-4). Los huevos son idénticos a los de 
Taenia saginata (tenia del ganado vacuno); así pues, los 
huevos no bastan para la identificación a nivel de especie. La 
exploración detallada de las proglótides revela su estructura 
interna, hecho que resulta importante para distinguir entre 
T. solium y T. saginata. Las proglótides grávidas de T. solium son 
más pequeñas que las de T. saginata y contienen sólo entre 
7 y 12 ramas uterinas laterales, mientras que la tenia del ganado 
vacuno posee entre 15 y 30 (v. fig. 85-2).
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección es la niclosamida; una alternativa 
eficaz es el empleo de prazicuantel, paromomicina o quina-
crina. La prevención de la infección por la tenia del cerdo 
requiere cocinar la carne hasta que adopte un color gris o bien 
congelarla a –20 °C durante al menos 12 horas. La higiene 
es importante; debe dedicarse una gran atención a evitar el 
Figura 85-1 Diphyllobothrium latum adulto intacto. La cadena de 
 proglótides (estróbilo) puede alcanzar una longitud de 10 metros. 
(De Peters W, Pasvol G: Atlas of tropical medicine and parasitology, 6.ª ed., 
Filadelfia, 2007, Elsevier.)
Figura 85-2 Escólices y proglótides de Taenia solium (A y C) y Taenia saginata (B y D). El escólice de T. solium (A) presenta ganchos además de cuatro 
sistemas de succión. T. saginata carece de ganchos (B). Las proglótides grávidas de T. solium (C) contienen un útero central con menos de 12 ramificaciones 
laterales. Los segmentos grávidos de T. saginata (D) contienen un útero central con 15-20 ramificaciones laterales. (De Peters W, Pasvol G: Atlas of tropical 
medicine and parasitology, 6.ª ed., Filadelfia, 2007, Elsevier; C y D, cortesíadel Profesor D. Greenwood.)
808 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
contacto de las heces humanas que contienen huevos de 
T. solium con el agua y la vegetación ingeridas por los cerdos.
cisticercosis
Fisiología y estructura
La cisticercosis es la infección humana producida por el es-
tado larvario de T. solium, los cisticercos, que normalmente 
infectan al cerdo (fig. 85-5). La ingesta por el ser humano 
de agua o vegetación contaminadas por huevos de T. solium 
que proceden de heces humanas da inicio a la infección. La 
autoinfección puede producirse cuando los huevos de un 
individuo infectado por el gusano adulto se transfieren desde 
el área perianal hasta la boca a través de la contaminación 
de los dedos. Una vez ingeridos, los huevos se albergan en 
el estómago del hospedador intermediario y liberan el em-
brión hexacanto u oncosfera. La oncosfera penetra en la 
pared intestinal y migra a través de la circulación hacia los 
tejidos, donde se desarrolla como cisticerco en 3-4 meses. 
Los cisticercos pueden albergarse en el músculo, el tejido 
conjuntivo, el cerebro, los pulmones y los ojos, y mantienen 
su viabilidad hasta 5 años.
Epidemiología
La cisticercosis se registra en áreas con elevada prevalencia de 
T. solium y se correlaciona directamente con la contaminación 
fecal humana. Además de la transmisión fecal-oral, puede 
también producirse la autoinfección cuando una proglótide 
que contiene huevos se regurgita del intestino delgado hacia 
el estómago, lo que permite que el huevo eclosione y libere 
la oncosfera infecciosa.
Enfermedades clínicas
Algunos cisticercos en áreas no vitales (p. ej., tejidos subcu-
táneos) pueden no provocar síntomas; sin embargo, cuando 
se alojan en áreas vitales como el cerebro y los ojos, puede 
desarrollarse una entidad grave. En el cerebro pueden pro-
ducir hidrocefalia, meningitis, daños a los pares craneales, 
convulsiones, hiperreflexia y defectos de la visión (caso 
clínico 85-1). En el ojo puede producirse pérdida de la agu-
deza visual y, si las larvas se alojan en la vía óptica, pueden 
producirse alteraciones del campo visual. La reacción tisular 
a las larvas viables puede ser sólo moderada, lo que minimiza 
los síntomas. Sin embargo, la muerte de las larvas tiene como 
resultado la liberación de material antigénico que estimula 
una acusada reacción inflamatoria; la exacerbación de los 
síntomas puede producir fiebre, mialgias y eosinofilia.
Diagnóstico de laboratorio
La presencia de cisticercos suele establecerse mediante la 
demostración radiológica de cisticercos calcificados en tejidos 
blandos, mediante la eliminación quirúrgica de nódulos sub-
cutáneos y mediante la visualización de quistes en el ojo. Las 
lesiones del sistema nervioso central pueden detectarse por 
Figura 85-3 Ciclo vital de Taenia solium (tenia del cerdo).
Figura 85-4 Huevo de Taenia. Los huevos son esféricos, tienen 
30-40 mm de diámetro y en su interior contienen tres pares de ganchos. 
Los huevos de las diferentes especies de Taenia son indistinguibles.
Tabla 85-1 Cestodos de importancia médica
Cestodo Nombre común Reservorio de las larvas Reservorio de los adultos
Taenia solium tenia del cerdo Cerdos Ser humano
Cisticercosis Ser humano —
Taenia saginata tenia de la vaca Bóvidos Ser humano
Diphyllobothrium latum tenia del pescado Crustáceos y peces de agua dulce Ser humano, perros, gatos, osos
Echinococcus granulosus Quiste hidatídico unilocular Herbívoros, ser humano Cánidos
Echinococcus multilocularis Quiste hidatídico alveolar Herbívoros, ser humano zorros, lobos, perros, gatos
Hymenolepis nana Duela enana Roedores, ser humano Roedores, ser humano
Hymenolepis diminuta Duela enana Insectos Roedores, ser humano
Dipylidium caninum tenia en semillas de calabaza Pulgas Perros, gatos
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tomografía computarizada, gammagrafía isotópica o ecografía. 
Los estudios serológicos pueden resultar de utilidad; en los 
casos de individuos portadores de otras helmintosis pueden 
observarse resultados falsos positivos.
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección para tratar la cisticercosis es el pra-
zicuantel o el albendazol. Para minimizar la respuesta in-
flamatoria desencadenada por las larvas moribundas puede 
ser necesaria la administración concomitante de corticoides. 
Puede ser también necesario eliminar quirúrgicamente los 
quistes cerebrales y oculares. Resulta importante para la 
prevención y el control de la infección humana tratar los 
casos humanos que albergan la forma adulta de T. solium 
(con el fin de reducir la transmisión de huevos) y controlar 
la eliminación de las heces humanas. Estas medidas reducen 
también la posibilidad de infección de los cerdos.
taenia Saginata
Fisiología y estructura
El ciclo vital de T. saginata, la tenia del ganado vacuno, es 
parecido al de T. solium (fig. 85-6), y la infección es el resul-
tado de la ingesta de cisticercos a partir de carne de vacuno 
poco cocinada. Tras salir del quiste, las larvas se desarrollan 
hacia el estado adulto en el intestino delgado e inician la 
producción de huevos en las proglótides maduras. El gusano 
adulto puede parasitar el yeyuno y el intestino delgado del 
ser humano durante un período de hasta 25 años y llegar a 
medir 10 m. A diferencia de las infecciones por T. solium, 
en el ser humano no se produce cisticercosis por T. saginata. 
El gusano adulto de T. saginata difiere también de T. solium 
por la ausencia de la corona de ganchos en el escólice y la 
diferente estructura de las ramas uterinas de las proglótides 
Figura 85-5 Desarrollo de la cisticercosis humana.
CASO CLÍNICO 85-1
Neurocisticercosis
Chatel y cols. (Am J Trop Med Hyg 60:255-256, 1999) 
describieron un caso de neurocisticercosis en un viajero 
italiano a Latinoamérica. El paciente era un varón 
de 49 años con una estancia de 30 días en Latinoamérica 
(Salvador, Colombia y Guatemala) 3 meses antes 
de consultar por fiebre y mialgias. La exploración física 
y las pruebas de laboratorio convencionales fueron 
normales, salvo un aumento de las concentraciones 
de creatina fosfocinasa con ligera eosinofilia. 
Recibió tratamiento antiinflamatorio sintomático, 
mejoró con rapidez y recibió el alta con diagnóstico 
de polimiositis. Dos años después fue ingresado en 
el hospital por cefalea retroocular, con hemianopsia 
derecha de repetición. La exploración neurológica 
puso de manifiesto un reflejo de Babinski izquierdo 
sin disfunción motora o sensitiva. Las pruebas de 
laboratorio no aportaron alteraciones y también fue 
negativo el estudio en heces de huevos y parásitos. 
La resonancia magnética (RM) cerebral reveló 
varios quistes intraparenquimatosos, subaracnoideos 
e intraventriculares (4-15 mm de diámetro) con edema 
focal perilesional y captación anular del contraste. 
Mediante el análisis inmunoadsorción ligada a enzimas 
e inmunotransferencia se demostró una respuesta 
de anticuerpos específicos frente a la cisticercosis. 
El paciente recibió tratamiento con albendazol durante 
dos ciclos de 8 días cada uno. Al año se encontraba 
bien de salud y la RM cerebral mostraba una reducción 
importante del diámetro de las lesiones. Este caso nos 
recuerda que los viajeros tienen un riesgo pequeño, pero 
real, de contraer las infecciones por Taenia solium durante 
sus estancias en el extranjero.
Figura 85-6 Ciclo vital de Taenia saginata (tenia de la vaca).
810 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
(v. fig. 85-2). Las proglótides grávidas son más largas que 
anchas (18-20 mm × 5-7 mm) y contienen 15-30 ramas 
uterinas laterales. Estas características son importantes para 
diferenciar estas dos formas de infestación por cestodos, pero 
no influyen en su tratamiento.
Epidemiología
T. saginata tiene una distribución universal y es una de las 
causas más frecuentes de cestodosis en EE.UU. El ser hu-
mano y el ganado bovino perpetúan el ciclo vital: las heces 
humanas contaminan la vegetación y el agua con huevos,que son ingeridos por el ganado. Los cisticercos del ganado 
producen gusanos adultos en el ser humano cuando consume 
carne cruda o poco cocinada.
Enfermedades clínicas
El síndrome resultante de la infección por T. saginata es 
similar al de la infección intestinal por T. solium. Habitual-
mente los pacientes están asintomáticos o pueden presentar 
síntomas abdominales mal definidos, indigestión crónica y 
dolor abdominal. Pueden expulsarse directamente proglóti-
des por vía rectal.
Diagnóstico de laboratorio
El diagnóstico de infección por T. saginata es similar al de 
la infección por T. solium: recuperación de proglótides y 
huevos o del gusano entero, cuyo escólice carece de ganchos. 
El estudio de las ramas uterinas de las proglótides permite 
distinguir entre T. saginata y T. solium.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento es idéntico al de la fase intestinal de T. so­
lium. El prazicuantel y la niclosamida resultan altamente 
eficaces para eliminar el gusano adulto. Una medida impor-
tante de control es la formación sobre del modo idóneo de 
cocinado de la carne vacuna y el control de la eliminación 
de las deposiciones humanas.
diphylloBothrium latum
Fisiología y estructura
D. latum (tenia del pescado), uno de los gusanos más largos 
(7-10 m de largo) (v. fig. 85-1), tiene un ciclo vital complejo 
que afecta a dos hospedadores intermediarios: los crustáceos y 
los peces de agua dulce (fig. 85-7). El estado larvario cintifor-
me del gusano que se encuentra en los músculos del pescado 
de agua dulce recibe el nombre de espargano. La ingesta de 
este espargano en carne poco cocinada o cruda da inicio a 
la infección. El escólice de D. latum tiene forma de lanza y 
presenta dos hendiduras (botrios) que le sirven de órgano de 
fijación. Las proglótides (fig. 85-8) de D. latum son mucho 
más anchas que largas (∼8 × 4 mm), poseen una estructura 
uterina central en forma de roseta y producen huevos con 
un opérculo (como los huevos de las duelas) y un botón en 
la parte más baja de su envoltura. El gusano adulto puede 
producir huevos durante meses o años. A la corriente fecal se 
libera más de 1 millón de huevos al día. Al llegar al agua dulce, 
los huevos no embrionados operculados necesitan un período 
de 2-4 semanas para desarrollar una forma larvaria ciliada que 
puede nadar libremente y que recibe el nombre de coracidio. 
El coracidio plenamente desarrollado abandona el huevo a 
través del opérculo y es ingerido por pequeños crustáceos 
llamados copépodos (p. ej., especies de Cyclops y Diaptomus); 
el coracidio se transforma en una forma larvaria procercoide. 
El crustáceo que alberga el estado larvario es ingerido por un 
pez y en su musculatura se desarrollan larvas plerocercoides 
o esparganos. Si, a su vez, el pez es ingerido por otro pez, el 
espargano migra simplemente a los músculos de este segundo 
pez. El ser humano se infecta cuando come pescado crudo o 
poco cocinado que contiene las formas larvarias.
Figura 85-7 Ciclo vital de Diphyllobothrium latum (tenia del pescado).
Figura 85-8 Proglótides de Diphyllobothrium latum. Al contrario que en 
el caso de Taenia, las proglótides de D. latum son más anchas que largas 
(De Peters W, Pasvol G: Atlas of tropical medicine and parasitology, 6.ª ed., 
Filadelfia, 2007, Elsevier.)
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Epidemiología
La infección por D. latum puede producirse en cualquier 
parte del mundo, pero es más prevalente en regiones con 
lagos de aguas frías en las que es tradicional comer pescado 
crudo o en salmuera. El cocinado insuficiente en fuegos de 
campamentos o la preparación de pescado «gefilte» son res-
ponsables de muchas de las infecciones. También es fuente de 
infección en el ser humano la infección de animales salvajes, 
como osos, visones, morsas y miembros de las familias de 
cánidos y félidos que se alimentan de pescado. La práctica 
de verter aguas residuales a lagos de agua dulce contribuye a 
la propagación de este cestodo.
Enfermedades clínicas (caso clínico 85-2)
Como sucede con la mayoría de las infecciones por cestodos 
adultos, las infecciones por D. latum son asintomáticas desde 
el punto de vista clínico. Los pacientes refieren en algunas 
ocasiones dolor epigástrico, cólicos abdominales, náuseas, 
vómitos y pérdida de peso. Hasta el 40% de los portadores 
de D. latum tienen concentraciones séricas de vitamina B12 
bajas, supuestamente debido a que el gusano y el hospedador 
compiten por la vitamina B12 de los alimentos. Un pequeño 
porcentaje (0,1-2%) de personas infectadas por D. latum de-
sarrolla síntomas de deficiencia de vitamina B12 como anemia 
megaloblástica y manifestaciones neurológicas como entume-
cimiento, parestesia y pérdida de la sensibilidad vibratoria.
Diagnóstico de laboratorio
El examen de las heces pone de manifiesto la presencia de 
huevos operculados teñidos de bilis con un botón en la parte 
más baja de su envoltura (fig. 85-9). En muestras de heces 
también pueden observarse proglótides características con la 
estructura uterina en roseta. Normalmente no hace falta em-
plear técnicas de concentración, ya que los gusanos generan 
una gran cantidad de huevos.
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección es la niclosamida; el prazicuantel y 
la paromomicina son también alternativas aceptables. En 
individuos con evidencias clínicas de deficiencia de vitami-
na B12 deben administrarse suplementos de dicha vitamina. La 
prevalencia de esta infección se reduce evitando la ingesta 
de pescado poco cocinado, controlando la eliminación de las 
heces de origen humano (especialmente mediante un trata-
miento adecuado de las aguas residuales antes de verterlas a 
los lagos) y tratando las infecciones en una fase precoz.
esPArgAnosis
Fisiología y estructura
Las formas larvarias de varios cestodos íntimamente relacio-
nados con D. latum (la mayoría de las especies Spirometra) 
pueden ser causa de una enfermedad en el ser humano locali-
zada en los tejidos subcutáneos y en los ojos. En estos casos, el 
ser humano actúa como hospedador final del estado larvario o 
espargano. Las infecciones se adquieren principalmente como 
consecuencia del consumo de agua de estanques que contienen 
crustáceos (copépodos) portadores de la larva del gusano. Esta 
forma larvaria penetra en la pared intestinal y migra hacia 
diferentes localizaciones del organismo, donde se desarrolla la 
fase de espargano. Pueden también desarrollarse infecciones si 
se comen renacuajos, ranas o serpientes crudas o si la carne de 
estos animales se aplica sobre la piel herida como cataplasma. 
La larva del gusano abandona la carne relativamente fría del 
animal muerto y migra hacia el músculo humano, más caliente.
Epidemiología
Se han comunicado casos en varias partes del mundo, 
incluyendo EE.UU., pero la infección es más prevalente en 
los países orientales. Cualquiera que sea la localización, la 
ingesta de agua contaminada o de carne de renacuajo, rana o 
serpiente cruda puede desencadenar la infección.
Enfermedades clínicas
En los tejidos subcutáneos, la esparganosis puede producir 
una reacción inflamatoria tisular dolorosa, con formación de 
CASO CLÍNICO 85-2
Difilobotriasis
Lee y cols. (Korean J Parasitol 39:319-321, 2001) 
publicaron un caso de difilobotriasis en una niña 
pequeña. Una niña de 7 años consultó en el ambulatorio 
tras eliminar una cadena de proglótides de un gusano 
plano de 42 cm de longitud. La paciente no refería 
antecedentes de consumo de pescado crudo, salvo una 
vez que comió salmón crudo con el resto de la familia 
unos 7 meses antes. El salmón se había pescado 
en un río local. La paciente no tenía molestias digestivas 
y todas las pruebas bioquímicas y hematológicas fueron 
normales. Las pruebas coprológicas resultaron positivas 
para los huevos de Diphyllobothrium latum. El gusano 
se identificó como D. latum por las características 
biológicas de las proglótides, la morfología externaestrecha ancha y el aspecto acintado del útero, el número 
de giros del útero y la posición de la desembocadura 
genital. Se administró una dosis única de 400 mg 
de prazicuantel, pero el estudio de las heces seguía 
siendo positivo 1 semana después. Se administró otra 
dosis de 600 mg y el estudio repetido de las heces al mes 
fue ya negativo. De los cuatro familiares que comieron 
pescado crudo, dos, la niña y su madre, resultaron 
infectadas. El consumo de salmón crudo, sobre todo 
el criado en piscifactoría, genera riesgo de contraer 
la difilobotriasis humana.
Figura 85-9 Huevo de Diphyllobothrium latum. A diferencia de otros 
huevos de cestodos, los huevos de D. latum son operculados. Miden 
45 × 90 mm.
812 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
nódulos. En el ojo, la reacción tisular es extremadamente 
dolorosa y es frecuente el edema periorbitario. En la afección 
ocular pueden desarrollarse úlceras corneales. La enferme-
dad ocular se suele asociar a la aplicación de cataplasmas de 
carne de rana o serpiente en una herida cercana al ojo.
Diagnóstico de laboratorio
Las secciones de tejido eliminado quirúrgicamente revelan 
la presencia de los rasgos característicos de las tenias, como 
un parénquima muy convolucionado y corpúsculos calcáreos 
que se tiñen de color oscuro.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento habitual consiste en la resección quirúrgica. 
Puede emplearse prazicuantel; sin embargo, no hay datos 
que respalden su eficacia. Es esencial la formación acerca 
de la posible contaminación del agua potable por crustáceos 
portadores de la forma larvaria del gusano; la contaminación 
más frecuente es la de estanques y zanjas. Debe también 
evitarse la ingesta de carne de rana o de serpiente, así como 
su empleo como cataplasma en las heridas.
echinococcuS granuloSuS
Fisiología y estructura
La infección por Echinococcus granulosus es otro ejemplo de 
infección humana accidental, en la que el ser humano actúa 
de hospedador intermediario en un ciclo vital que normal-
mente tiene lugar en otros animales. Los gusanos adultos 
de E. granulosus se encuentran en la naturaleza en el intes-
tino de los cánidos (perros, zorros, lobos, coyotes, chacales, 
dingos); el estado quístico larvario se desarrolla en las vísceras 
de los herbívoros (corderos, vacas, cerdos, ciervos, alces) 
(fig. 85-10). El gusano tiene un escólice similar al de las tenias 
con cuatro discos succionadores y un doble círculo de gan-
chos, así como un estróbilo que contiene tres proglótides: una 
inmadura, una madura y una grávida. Los gusanos adultos que 
están en el intestino de los cánidos producen huevos que se 
eliminan con las heces. Los huevos tienen un aspecto idéntico 
a los de las especies de Taenia. Al ingerir el ser humano estos 
huevos se forma un estado larvario de seis ganchos denomi-
nado oncosfera. La oncosfera penetra en la pared intestinal 
y pasa al torrente sanguíneo para ser transportada a diversas 
localizaciones en el organismo, principalmente el hígado y 
los pulmones, pero también el sistema nervioso central y el 
hueso. En las vísceras de los herbívoros tiene lugar el mismo 
ciclo. Cuando el herbívoro muere como consecuencia del 
ataque de un cánido depredador o alimenta a cánidos con 
sus vísceras, la ingesta de quistes produce gusanos adultos en 
el intestino del depredador, con lo que el ciclo se completa 
y se reinicia la producción de huevos. Los gusanos adultos 
no se desarrollan en el intestino del ser humano ni en el de 
los herbívoros.
En el ser humano, las larvas forman un quiste hidatídico 
unilocular, que es una estructura expansiva de crecimiento 
lento semejante a un tumor envuelta por una membrana 
germinativa laminada. Esta membrana da lugar a estructu-
ras en su pared llamadas vesículas prolíferas, en las que se 
desarrollan las cabezas de los gusanos (protoescólices). En 
la vesícula madre original pueden originarse vesículas hijas, 
que producen también protoescólices y vesículas prolíferas. 
Los quistes progenitores y los quistes formados a partir de 
aquellos acumulan líquido a medida que crecen. Este líquido 
es potencialmente tóxico; si pasa a las cavidades del orga-
nismo puede originar un shock anafiláctico y la muerte. La 
diseminación y el escape de los protoescólices pueden llevar 
al desarrollo de quistes en otras localizaciones, ya que los 
protoescólices tienen el potencial germinativo para formar 
nuevos quistes. Las vesículas prolíferas y las vesículas hijas 
se desintegran finalmente en la vesícula madre, liberando los 
protoescólices acumulados. Se depositan en el fondo del quis-
te en forma de la llamada arena hidatídica. Este tipo de quiste 
de Echinococcus se llama quiste unilocular para distinguirlo 
de otros quistes semejantes pero que crecen de otra forma. 
El quiste unilocular suele medir unos 5 cm de diámetro, pero 
se han descrito quistes de hasta 20 cm que contenían casi 
2 litros de líquido quístico. El quiste puede destruirse y acabar 
calcificado con el tiempo.
Epidemiología
La infección humana por un quiste unilocular de E. granulo­
sus se relaciona directamente con la cría de ganado ovino en 
muchos países de Europa, Sudamérica, Asia, África, Australia 
y Nueva Zelanda. Se observa también en Canadá y EE.UU.; 
se han comunicado casos ocurridos en Alaska, Utah, Nuevo 
México, Arizona, California y el bajo valle del Misisipi. La 
infección humana es consecuencia de la ingesta de agua o ve-
getación contaminada, así como de la transmisión mano-boca 
por heces de cánidos que contienen huevos viables.
Enfermedades clínicas (caso clínico 85-3)
Debido al lento crecimiento del quiste unilocular, pueden 
pasar de 5 a 20 años antes de que se produzcan síntomas. En 
muchos casos, parece que el quiste tiene la misma edad que el 
hospedador. El primer signo de infección suele ser la presión 
que el quiste en expansión origina en un órgano. En la mayoría 
de los afectados, los quistes se localizan en el hígado o en el 
pulmón. En el hígado, el quiste puede comprimir los conduc-
tos biliares y los vasos sanguíneos, provocando dolor y roturas 
en el árbol biliar. En los pulmones, los quistes producen tos, 
disnea y dolor torácico. En el 20% de los casos se produce la 
Figura 85-10 Ciclo vital de Echinococcus granulosus.
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rotura de los quistes, con fiebre, urticaria y, en ocasiones, una 
reacción anafiláctica y la muerte provocadas por la liberación 
del contenido antigénico de los quistes. La rotura del quiste 
puede también condicionar la diseminación de la infección 
por liberación de miles de protoescólices. En el hueso, el 
quiste es responsable de la erosión de la cavidad medular 
y del propio hueso. En el cerebro pueden aparecer lesiones 
graves como consecuencia del crecimiento tumoriforme del 
quiste en el tejido cerebral.
Diagnóstico de laboratorio
El diagnóstico de enfermedad hidatídica es difícil y depende 
principalmente de los hallazgos clínicos, serológicos y radio-
lógicos. Tanto la radiología convencional como la ecografía, la 
TC o los estudios isotópicos tienen gran importancia diagnós-
tica y pueden proporcionar el primer indicio de la presencia 
del quiste. La aspiración del contenido del quiste puede 
poner de manifiesto la presencia de protoescólices (arena 
hidatídica); sin embargo, esta prueba está contraindicada por 
el riesgo de anafilaxia y de diseminación de la infección. Las 
pruebas serológicas pueden ser útiles, pero los resultados son 
negativos en el 10-40% de las infecciones.
Tratamiento, prevención y control
El tratamiento de elección es la resección quirúrgica del quis-
te. En algunos casos, primero se aspira el contenido del quiste 
para eliminar todo el líquido y la arena hidatídica, y pos-
teriormente se inyecta formalina para matar y detoxificar el 
líquido remanente; finalmente, se enrolla formando una bolsa 
marsupial y se sutura. Cuando la localización del quiste haga 
imposible la intervención quirúrgica,puede plantearse el tra-
tamiento médico con altas dosis de albendazol, mebendazol 
o prazicuantel. El factor más importante en la prevención y 
el control de la equinococosis es la formación acerca de la 
transmisión de la infección y el papel de los cánidos en el 
ciclo vital del cestodo. Es importante una higiene personal 
adecuada y el lavado de manos y de los utensilios de cocina 
en ambientes donde haya perros. No debe permitirse la pre-
sencia de perros en las cercanías de un matadero y nunca se 
les debe alimentar con las vísceras de animales sacrificados. 
En algunas áreas, el sacrificio de perros callejeros ha reducido 
la incidencia de infección.
echinococcuS multiloculariS
Fisiología y estructura
Al igual que la infección por E. granulosus, la infección huma-
na por Echinococcus multilocularis es accidental (fig. 85-11). 
El gusano adulto E. multilocularis se encuentra principal-
mente en zorros y lobos, aunque en algunos ambientes rura-
les también lo pueden albergar los perros y los gatos de las 
granjas. Los hospedadores intermediarios que albergan el 
estadio de quiste son los roedores (ratones, ratas de agua y 
musarañas, entre otros). El ser humano se infecta por quistes 
como resultado del contacto con heces de zorros, perros o 
gatos contaminadas con huevos. Los tramperos y las personas 
que trabajan con pieles pueden infectarse al inhalar polvo 
fecal que contenga huevos.
Los huevos infectantes eclosionan en el intestino para li-
berar las oncosferas. Estas formas pasan al torrente sanguíneo 
y residen principalmente en el hígado y los pulmones, pero 
también, posiblemente, en el cerebro.
El quiste hidatídico alveolar se desarrolla como una 
estructura alveolar o en panal que no está recubierta de 
una membrana limitante que forme un quiste madre unilo-
cular. El quiste crece por gemación exógena, por lo que puede 
remedar un carcinoma.
Epidemiología
E. multilocularis se encuentra principalmente en las regio-
nes septentrionales del planeta, como Canadá, la antigua 
CASO CLÍNICO 85-3
Equinococosis
Yeh y cols. (N Engl J Med 357:489-494, 2007) 
describieron el caso de una mujer de 36 años 
embarazada en la 21.ª semana de gestación que consultó 
por una tos seca sin expectoración de 4 semanas 
de duración. La paciente no presentaba síntomas 
constitucionales y no tenía ninguna mascota nueva, 
exposiciones ambientales o contactos con enfermos. 
Se trataba de su primer embarazo y no había tenido 
complicaciones. La paciente no tenía antecedentes 
médicos y no fumaba ni tomaba alcohol. Era asesora 
financiera y le gustaba correr y caminar. Había viajado 
a Australia, Asia central y África subsahariana. Parecía estar 
bien, con un aumento de peso adecuado para el segundo 
trimestre del embarazo. La exploración física, incluida 
la auscultación pulmonar, fue normal. La tos no mejoró 
con un broncodilatador en inhalador. No se realizaron 
estudios radiológicos por el embarazo. A los 4 meses 
la paciente tuvo un parto normal por vía vaginal 
y siguió con tos seca, por lo que consultó con el médico 
a los meses del parto para que valorara este síntoma. 
En aquel momento la exploración física y los datos 
de laboratorio no mostraron alteraciones relevantes. La 
radiografía de tórax mostró una masa de tejidos blandos, 
de 7 cm de diámetro, adyacente al reborde cardíaco 
derecho. La tomografía computarizada (TC) torácica de 
alta resolución confirmó la existencia de una estructura 
homogénea rellena de líquido sin tabiques, que se 
consideró localizada en el mediastino. La ecocardiografía 
confirmó una estructura quística simple con paredes 
finas alrededor de un líquido anecogénico que indentaba 
la aurícula derecha. Ante los hallazgos radiológicos 
y de la ecocardiografía, los clínicos responsables 
de la paciente consideraron que posiblemente se trataba 
de un quiste pericárdico benigno. Como la paciente 
no presentaba disnea, se negó a operarse. Sin embargo, 
la tos empeoró en los meses siguientes y la paciente 
consultó con el cirujano torácico para una posible 
extirpación. Los hallazgos intraoperatorios mostraron 
un quiste pulmonar intraparenquimatoso en el pulmón 
derecho que no se relacionaba con el pericardio ni 
el bronquio. El quiste se extirpó intacto sin que se vertiera 
su contenido microscópicamente. La tinción de la pared 
del quiste con hematoxilina-eosina tras realizar cortes 
seriados transversales mostró una capa laminada acelular. 
El estudio microscópico del contenido del quiste mostró 
protoescólices con ganchos y aparatos de succión sobre 
un fondo de histiocitos y restos eosinófilos, compatibles 
con Echinococcus granulosus. La TC abdominal tras 
la extirpación del quiste torácico no mostró enfermedad 
hepatobiliar. La detección selectiva postoperatoria de 
anticuerpos frente a Echinococcus fue positiva en suero. 
Se administró prazicuantel durante 10 días tras la cirugía 
y albendazol durante 1 mes sin complicaciones. Tras 
este ciclo de tratamiento, la tos se resolvió y la paciente 
recuperó su nivel de actividad normal. No se encontraron 
pruebas de recaída de la enfermedad en una TC de control 
a los 6 meses de la cirugía.
814 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
Unión Soviética, el norte del Japón, Europa central y Alaska, 
Montana, Dakota del Norte y del Sur, Iowa y Minnesota en 
EE.UU. Existen pruebas de que su ciclo vital puede estar 
extendiéndose a otros estados del medio oeste, donde los 
zorros y los ratones transmiten el microorganismo a perros y 
gatos y, finalmente, al ser humano.
Enfermedades clínicas
E. multilocularis, por su crecimiento lento, puede estar 
presente en los tejidos durante años antes de que presente 
síntomas. En el hígado los quistes pueden llegar a remedar un 
carcinoma, con hepatomegalia y obstrucción del árbol biliar 
y portal. La masa metastatiza a menudo a los pulmones y el 
cerebro. La desnutrición, la ascitis y la hipertensión portal 
producidas por E. multilocularis confieren un aspecto de 
cirrosis hepática. De todas las infecciones por gusanos en el 
ser humano, la producida por E. multilocularis es de las más 
letales. En ausencia de tratamiento, la tasa de mortalidad 
asociada a esta parasitosis alcanza aproximadamente el 70%.
Diagnóstico de laboratorio
A diferencia de lo que sucede con E. granulosus, la forma 
tisular de E. multilocularis no presenta protoescólice y el 
material se parece tanto a un carcinoma que incluso los ana-
tomopatólogos llegan a confundirlo. Las pruebas radiológicas 
y las técnicas isotópicas son útiles, y se dispone de métodos 
diagnósticos serológicos.
Tratamiento, prevención y control
Está indicada la eliminación quirúrgica del quiste, especial-
mente cuando existe la posibilidad de resecar el área hepática 
afectada en su totalidad. El mismo abordaje quirúrgico se 
aplica a aquellas lesiones pulmonares en las que pueda re-
secarse un lóbulo. El mebendazol y el albendazol, tal como 
se emplean en el tratamiento de E. granulosus, han produ-
cido curaciones clínicas. Como sucede con la infección por 
E. granulosus, la formación, la higiene personal adecuada 
y la desparasitación de perros y gatos de granja tiene una 
importancia crítica. Es extremadamente importante tratar a 
los animales que tienen contacto con niños.
hymenolepiS nana
Fisiología y estructura
Hymenolepis nana, el cestodo enano, mide solamente de 2 
a 4 cm de longitud, a diferencia de los microorganismos del 
género Taenia, que pueden llegar a medir varios metros. Su 
ciclo vital también es sencillo y no depende de ningún hos-
pedador intermediario (fig. 85-12), aunque pueden infectarse 
ratones y cucarachas, que participarían como consecuencia 
de ello en el ciclo.
La infección se inicia cuando se ingieren los huevos em-
brionados y se desarrollan en las vellosidades intestinales 
hasta el estadio larvario de cisticerco. Esta larva cisticercoide 
se fija al intestino delgado con sus succionadores musculares y 
su corona de ganchos, y el gusano adulto produce un estróbilo 
de proglótides cargadas de huevos. Los huevos quese elimi-
nan por las heces son directa e inmediatamente infectantes, 
con lo cual se inicia otro ciclo. La infección puede también 
adquirirse por la ingesta de insectos infectados, que actúan 
como hospedadores intermediarios.
H. nana puede también producir una autoinfección, con 
lo que la carga parasitaria aumenta. Los huevos pueden al-
bergarse en el intestino, desarrollarse hasta el estadio larvario 
de cisticerco y crecer hasta la forma adulta sin abandonar el 
hospedador. Esto puede provocar una hiperinfección, con 
carga parasitaria muy importante y síntomas clínicos graves.
Epidemiología
La distribución de H. nana es universal en el ser humano y 
es también un parásito habitual del ratón. Es la forma más 
Figura 85-11 Ciclo vital de Echinococcus multilocularis.
Figura 85-12 Ciclo vital de Hymenolepis nana (cestodo enano).
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frecuente de infección por cestodos en EE.UU. y en ocasiones 
se desarrolla en estado de cisticerco en cucarachas; el ratón y 
el ser humano pueden ingerir ocasionalmente estas cucara-
chas en harina o grano contaminados. Los niños presentan 
un riesgo particularmente alto de desarrollar la infección y, 
debido al sencillo ciclo vital del parásito, las familias de niños 
que acuden a centros de día experimentan problemas para 
controlar la transmisión de este microorganismo.
Enfermedades clínicas
Si sólo hay algunos gusanos en el intestino no se experimentan 
síntomas. En las infecciones masivas, especialmente si ha 
habido autoinfección e hiperinfección, los pacientes sufren 
diarrea, dolor abdominal, cefalea, anorexia y otras molestias 
mal definidas.
Diagnóstico de laboratorio
El examen de las heces revela la presencia de los huevos 
característicos de H. nana, con su embrión con seis ganchos 
y filamentos polares (fig. 85-13).
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección es el prazicuantel; una alternativa es 
la niclosamida. El tratamiento de los casos, la mejora de las 
condiciones sanitarias y la higiene personal adecuada, es-
pecialmente en el ambiente familiar e institucional, resultan 
esenciales para controlar la transmisión de H. nana.
hymenolepiS diminuta
Fisiología y estructura
Hymenolepis diminuta, especie íntimamente relacionada con 
H. nana, es un cestodo que afecta principalmente a ratas y 
ratones, pero que también se encuentra en el ser humano. Di-
fiere de H. nana en su longitud, ya que mide de 20 a 60 cm. 
El escólice carece de ganchos y los huevos son de mayor 
tamaño, se tiñen por la bilis y no tienen filamentos polares 
(fig. 85-14). El ciclo vital de H. diminuta es más complejo 
que el de H. nana y requiere insectos en fase larvaria («gusano 
de la harina») para alcanzar la fase infecciosa de cisticerco.
Epidemiología
Se han registrado infecciones en todo el mundo, incluido 
EE.UU. Las larvas de cucaracha o de otros insectos se infec-
tan cuando ingieren heces de rata que transportan huevos 
de H. diminuta. El ser humano se infecta al ingerir insectos 
en fase larvaria (gusano de la harina) en grano contaminado 
(p. ej., harina, cereales).
Enfermedades clínicas
Las infecciones moderadas no producen síntomas, pero una 
carga parasitaria más alta produce náuseas, dolores abdomi-
nales, anorexia y diarrea.
Diagnóstico de laboratorio
El examen de las heces pone de manifiesto la presencia de los 
huevos teñidos de bilis que carecen de los filamentos polares 
característicos.
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección es la niclosamida; el prazicuantel es 
una alternativa. Es esencial el control de roedores en áreas 
donde se produce o almacena cereal. También es importante 
la inspección cuidadosa de los productos derivados de cerea-
les con el fin de detectar la presencia de insectos.
dipylidium caninum
Fisiología y estructura
Dipylidium caninum, un pequeño cestodo que mide unos 
15 cm de longitud, es principalmente un parásito de pe-
rros y gatos, pero también puede infectar al ser humano, 
especialmente a niños cuyos labios son lamidos por animales 
domésticos infectados. El ciclo vital implica el desarrollo de 
larvas del gusano en las pulgas de perros y gatos. Estas pulgas, 
cuando son aplastadas por los dientes del animal infectado, 
se transportan a la lengua del niño cuando besa al animal 
o cuando el animal lame al niño. La deglución de la pulga 
infectada produce una infección intestinal.
Figura 85-13 Huevo de Hymenolepis nana. Los huevos tienen un diá-
metro de 30-45 mm y poseen una delgada cápsula que contiene un em-
brión con seis ganchos.
Figura 85-14 Huevo de Hymenolepis diminuta. Los huevos son grandes 
(70-85 mm × 60-80 mm) y tienen un embrión con seis ganchos rodeado de 
una membrana que está muy separada de la cubierta externa.
816 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
Debido al tamaño y la forma de las proglótides maduras y 
terminales, D. caninum recibe el nombre de tenia «semillas 
de calabaza». Los huevos son muy característicos debido a 
que conforman grupos recubiertos de una membrana clara y 
fuerte. Uno de estos grupos puede llegar a contener hasta 25 hue-
vos y rara vez se visualiza algún huevo fuera de un grupo.
Epidemiología
La distribución de D. caninum es universal, especialmente 
en niños. Su distribución y transmisión están directamen-
te relacionadas con perros y gatos infectados por pulgas.
Enfermedades clínicas
Las infecciones leves son asintomáticas; una mayor carga 
parasitaria produce malestar abdominal, prurito anal y dia-
rrea. El prurito anal es el resultado de la migración activa de 
la proglótide móvil.
Diagnóstico de laboratorio
El examen de heces pone de manifiesto los grupos incoloros 
de huevos (fig. 85-15); también pueden observarse progló-
tides en las heces.
Tratamiento, prevención y control
El fármaco de elección es la niclosamida; el prazicuantel y la 
paromomicina son buenas alternativas. Los perros y los gatos 
deben ser desparasitados y no se debe permitir que laman los 
labios de los niños. Se debe administrar un tratamiento con 
el fin de erradicar las pulgas.
CASO CLÍNICO y PREGUNtAS
Una mujer de Minnesota presenta un cuadro de dolor 
abdominal y pérdida de peso. Las pruebas de laboratorio 
indican que sufre anemia megaloblástica. En su comunidad 
es conocida por sus platos caseros de pescado «gefilte» 
y habitualmente prueba el pescado picado condimentado 
antes de cocinarlo.
1. ¿Cuál de los siguientes parásitos es la causa más probable 
de su enfermedad?
a. E. granulosus.
b. D. latum.
c. D. caninum.
d. t. saginata.
2. ¿Cómo establecería el diagnóstico?
3. ¿Cómo trataría a esta paciente?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en 
www.StudentConsult.es
BIBLIOGRAFÍA
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cystic echinococcosis, Emerg Infect Dis 12:296-303, 2006. 
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Eckert J, Deplazes P: Biological, epidemiological, and clinical aspects of 
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Sorvillo FJ, DeGiorgio C, Waterman SH: Deaths from cysticercosis, 
United States, Emerg Infect Dis 13:230-235, 2007. 
Figura 85-15 Huevos de Dipylidium caninum. Rara vez se observan 
huevos sueltos. Lo quese encuentra con mayor frecuencia en muestras 
de heces son grupos de huevos que contienen de 8 a 15 oncosferas con 
seis ganchos englobadas en una delgada membrana. (De Murray PR y cols.: 
Manual of clinical microbiology, 7.ª ed., Washington, DC, 1999, American 
Society for Microbiology, Press.)

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