Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
728 © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 79Diagnóstico de laboratorio de las parasitosis El diagnóstico de las parasitosis puede ser muy difícil,principalmente en un marco no endémico. Las mani- festaciones clínicas de las parasitosis rara vez son lo sufi- cientemente específicas para que el médico considere la posibilidad de estos procesos y las pruebas habituales de laboratorio pocas veces resultan de utilidad. Aunque la eosinofilia periférica se encuentra ampliamente reconocida como un indicador útil de parasitosis, este fenómeno es únicamente característico de la infección por helmintos e, incluso en estos casos, con frecuencia está ausente. Por estos motivos, el médico debe mantener un elevado índice de sospecha y debe basarse en unos antecedentes detallados de viajes, ingesta de alimentos, transfusiones y caracterís- ticas socioeconómicas para sospechar la posibilidad de una parasitosis. El diagnóstico adecuado requiere que: 1) el médico considere la posibilidad de la parasitosis; 2) se ob- tengan las muestras apropiadas y se trasladen al laboratorio dentro del tiempo adecuado; 3) el laboratorio realice, de forma competente, los procedimientos apropiados para la recuperación e identificación del agente etiológico; 4) los resultados de las pruebas de laboratorio se comuniquen de forma eficaz al médico, y 5) los resultados sean inter- pretados de forma correcta por el médico y aplicados para el tratamiento adecuado del paciente. Además, para la mayoría de las enfermedades parasitarias, la selección de la prueba adecuada y su interpretación se basan en la comprensión del ciclo vital del parásito y de la patogenia del proceso de la enfermedad en el ser humano. Se han descrito numerosos métodos para el diagnóstico de las parasitosis (cuadro 79-1). Algunos de ellos son útiles para detectar una amplia variedad de parásitos y otros son particularmente útiles para únicamente uno o un reduci- do número de parásitos. Aunque el elemento clave de la microbiología clínica diagnóstica corresponde al aislamiento del agente patógeno etiológico en el cultivo, el diagnóstico de las parasitosis se elabora casi exclusivamente a partir de la demostración morfológica (normalmente microscópica) de la presencia de los parásitos en el material clínico. Ocasio- nalmente, la detección de una respuesta humoral específica (diagnóstico serológico) ayuda a establecer el diagnóstico. La detección de los antígenos del parásito en suero, orina o heces proporciona actualmente un rápido y sensible medio de diagnóstico de la infección por ciertos microorganismos. De la misma forma, los nuevos análisis basados en sondas de ácidos nucleicos han demostrado ser unos excelentes medios para detectar e identificar parásitos en muestras biológicas como la sangre, las heces, la orina, el esputo y las biopsias tisulares obtenidas a partir de pacientes infectados. En gene- ral, es más conveniente para el laboratorio ofrecer un número limitado de pruebas efectuadas de forma competente que ofrecer una amplia variedad de pruebas infrecuentes y mal realizadas. Este capítulo contiene una descripción general de los principios de la recogida y el procesamiento de muestras necesarios para el diagnóstico de la mayoría de las parasitosis. Los detalles específicos de éstos y de otras pruebas de utilidad general y limitada pueden encontrarse en diversos textos de referencia incluidos en la Bibliografía. ciclo VitAl del PArásito como AyudA en el diAgnóstico Los parásitos pueden presentar ciclos vitales complejos que afectan a un único o a múltiples hospedadores. La compren- sión de los ciclos vitales de los microorganismos parásitos es clave para entender las importantes características de la distribución geográfica, la transmisión y la patogenia de numerosas enfermedades parasitarias. Los ciclos vitales de los parásitos proporcionan también con frecuencia indicios útiles para el diagnóstico. Por ejemplo, en el ciclo vital de las filarias que infectan al ser humano, ciertas especies, como Wuchereria bancrofti, presentan una «periodicidad noctur- na» en la que se observa un gran número de microfilarias en la sangre periférica durante la noche. Las muestras de sangre en estos pacientes recogidas durante el día pueden no ser capaces de detectar las microfilarias, mientras que las muestras de sangre recogidas entre las 10 p.m. y las 4 a.m. pueden revelar la presencia de numerosas microfilarias. De igual modo, los nematodos intestinales como Ascaris lum bricoides y Ancylostoma duodenale, que residen en la luz intestinal, producen gran cantidad de huevos que pueden ser detectados fácilmente en las heces de los pacientes in- fectados. Por el contrario, otro nematodo intestinal, Strongy loides stercolaris, deposita sus huevos en la pared del intes- tino en lugar de en la luz intestinal. Como consecuencia de esta estrategia, los huevos rara vez son observados en la exploración de las heces; por ello, el parasitólogo debe tratar CUADRO 79-1 Métodos de laboratorio para el diagnóstico de la enfermedad parasitaria Examen macroscópico Examen microscópico En fresco Tinciones permanentes Concentrados de heces Examen serológico Respuesta de anticuerpos Detección de antígenos Hibridación de ácidos nucleicos Sondas y técnicas de amplificación Detección Identificación Cultivo Inoculación a animales Xenodiagnóstico DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS PARASItOSIS 729 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de detectar las larvas con el fin de elaborar este diagnós- tico. Finalmente, los parásitos pueden provocar síntomas clínicos en un momento en el que las formas diagnósticas no se encuentran todavía presentes en el sitio habitual. Por ejemplo, la migración de las larvas a través de los tejidos en ciertas infecciones intestinales por nematodos puede dar lugar a intensos síntomas semanas antes de que los huevos característicos se encuentren presentes en las heces. considerAciones diAgnósticAs generAles No está de más insistir en la importancia de una recogida de muestras adecuada, el número y la cronología de obtención de las muestras, el tiempo necesario para su transporte hasta el laboratorio y el rápido examen por un profesional con experiencia. Debido a que la mayoría de las exploraciones e identificaciones parasitológicas se basan totalmente en el reconocimiento de la morfología característica de los microorganismos, cualquier entidad que pueda ocultar o distorsionar el aspecto morfológico del parásito puede ori- ginar una identificación incorrecta o un diagnóstico erróneo. Como se ha destacado previamente y en el cuadro 79-1, pueden existir alternativas a la microscopia para la identifi- cación y detección de ciertos parásitos. Estas pruebas (p. ej., detección de antígenos, sondas de ácidos nucleicos) cada vez son más utilizadas (especialmente la detección de antí- genos). Es posible que constituyan las pruebas diagnósticas más rápidas, sensibles y específicas para las parasitosis. Estas opciones de pruebas diagnósticas pueden ampliar el número de pruebas realizables en numerosos laboratorios, lo que permite que los laboratorios con una experiencia limitada en parasitología ofrezcan pruebas diagnósticas para ciertas enfermedades parasitarias. En la tabla 79-1 se enumeran los procedimientos diagnósticos frecuentes e infrecuentes y las muestras que deben recogerse en ciertas parasitosis. PArAsitosis de los trActos digestiVo y urogenitAl Los protozoos y los helmintos pueden colonizar o infectar los tractos digestivo y urogenital del ser humano. La mayoría de las veces estos parásitos son amebas, flagelados y nemato- Tabla 79-1 Localizaciones corporales, recogida de muestras y procedimientos diagnósticos en infecciones parasitarias seleccionadas Microorganismo infeccioso Tipos de muestra Métodos de recogida Procedimiento diagnóstico Sangre Género Plasmodium, género Babesia,filaria, géneros Leishmania, Toxoplasma y Trypanosoma Sangre completa, anticoagulada Venopunción Examen microscópico (tinción de Giemsa) o tinción fluorescente con naranja de acridina Extensión fina Extensión gruesa Concentración de sangre (filaria) Serología Anticuerpos Antígenos PCR Médula ósea Género Leishmania, Trypanosoma cruzi Aspirado Estéril Examen microscópico (tinción de Giemsa) Cultivo Suero Venopunción Serología (anticuerpos) PCR Sistema nervioso central Género Acanthamoeba, género Naegleria, tripanosomas, Toxoplasma gondii Líquido cefalorraquídeo Suero Estéril Venopunción Examen microscópico En fresco tinción permanente Cultivo Serología (anticuerpos) PCR Úlceras cutáneas Género Leishmania, género Acanthamoeba Aspirado Biopsia Suero Estéril y frotis Estéril, no estéril para la histología Venopunción Examen microscópico (tinción de Giemsa) Cultivo Serología (anticuerpos) PCR Ojos Género Acanthamoeba, Loa loa Microsporidios Raspados corneales Suero fisiológico estéril, frotis secado al aire Examen microscópico En fresco tinción permanente Biopsia de córnea Suero fisiológico estéril Cultivo Tubo digestivo Entamoeba histolytica Heces en fresco Heces conservadas Material de sigmoidoscopia Contenedor impermeabilizado Formol, PVA En fresco, PVA Frotis de Schaudinn Examen microscópico En fresco tinciones permanentes Suero Venopunción Serología Antígenos (heces) Anticuerpos (suero) Cultivo PCR (Continúa) 730 MICROBIOLOGÍA MÉDICA Microorganismo infeccioso Tipos de muestra Métodos de recogida Procedimiento diagnóstico Género Giardia Heces en fresco Heces conservadas Contenidos duodenales Contenedor impermeabilizado Formol, PVA Prueba del cordón o aspirado Examen microscópico En fresco tinción permanente Antígenos AIF EIA Cultivo Género Cryptosporidium Heces en fresco Heces conservadas Biopsia Contenedor impermeabilizado Formol, PVA Suero fisiológico Examen microscópico (tinción ácido-alcohol resistente) Antígenos AIF EIA Microsporidios Heces en fresco Heces conservadas Contenidos duodenales Biopsia Contenedor impermeabilizado Formol, PVA Aspirado Suero fisiológico Examen microscópico tinción de Giemsa tinción de Gram tinción cromótropa Oxiuros Frotis de huellas anales tira adhesiva de celofán Examen macroscópico Examen microscópico (huevos) Helmintos Heces en fresco Heces conservadas Contenedor impermeabilizado Formol, PVA Examen macroscópico (adultos) Examen microscópico (larvas y huevos) Suero Venopunción Serología (anticuerpos) Cultivo (género Strongyloides) Hígado, bazo E. histolytica, género Leishmania Aspirados Biopsia Suero Estéril, recogido en cuatro alícuotas separadas (hígado) Estéril; no estéril para la histología Venopunción Examen microscópico En fresco tinciones permanentes Serología Antígenos Anticuerpos Cultivo Pulmones De forma infrecuente: amebas (E. histolytica), trematodos (Paragonimus westermani), larvas (Strongyloides stercoralis) o ganchos de cestodos Esputo Lavado Aspirado transbronquial Biopsia por escobillado Biopsia abierta de pulmón Inducido, sin conservantes Sin conservantes Frotis secados al aire Frotis secados al aire Preparación en fresco; no estéril para la histología Examen microscópico tinción de Giemsa tinción de Gram Hematoxilina-eosina Suero Venopunción Serología Antígenos Anticuerpos Músculos Trichinella spiralis T. cruzi Biopsia No estéril para la histología Examen microscópico (tinciones permanentes) Suero Venopunción Serología Anticuerpos Antígenos Piel Onchocerca volvulus, género Leishmania Larva migratoria cutánea Raspados trozos de piel Biopsia Asépticos, frotis o en vial Sin conservantes No estéril para la histología Examen microscópico En fresco tinciones permanentes Suero Venopunción Serología (anticuerpos) Cultivo (género Leishmania) Sistema urogenital Trichomonas vaginalis Flujo vaginal Secreciones prostáticas Flujo uretral torundas empapadas en salino fisiológico, medio de cultivo torundas empapadas en salino fisiológico, medio de cultivo torundas empapadas en salino fisiológico, medio de cultivo Examen microscópico En fresco tinciones permanentes Antígenos (AIF) Cultivo Serología (anticuerpos) Sondas de ácidos nucleicos Schistosoma haematobium Orina Biopsia Muestra única sin conservantes No estéril para la histología Examen microscópico AIF, análisis de inmunofluorescencia; EIA, enzimoinmunoanálisis; PCR, reacción en cadena de la polimerasa; PVA, alcohol polivinílico. Tabla 79-1 Localizaciones corporales, recogida de muestras y procedimientos diagnósticos en infecciones parasitarias seleccionadas (cont.) DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS PARASItOSIS 731 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. dos (tabla 79-2). No obstante, también puede observarse infección por trematodos, cestodos o parásitos ciliados, coc- cidios o microsporidios. En las infecciones intestinales y urogenitales, el sim- ple examen en fresco o la tinción de frotis resultan con frecuencia inadecuados. La recogida repetida de mues- tras y la repetición de pruebas son a menudo necesarias para optimizar la detección de los microorganismos que son diseminados de manera intermitente o en número fluctuante. La concentración de las muestras mediante técnicas de sedimentación o flotación puede ser necesaria para detectar cifras reducidas de huevos (gusanos) o quistes (protozoos) en las muestras fecales. Mientras que la ex- ploración microscópica rutinaria de las heces en busca de huevos y parásitos (H y P) resulta útil para la detección de infecciones causadas por helmintos y amebas, los médicos a menudo favorecen (inapropiadamente) este abordaje como método de detección selectiva para diagnosticar parásitos intestinales e infrautilizan los inmunoanálisis para Giardia y Cryptosporidium a pesar de su superioridad epidemiológica y de rendimiento entre los pacientes con riesgo escaso de sufrir infecciones por otros parásitos (p. ej., helmintos y Entamoeba histolytica). En algunos casos se deben examinar otras muestras di- ferentes a las heces o la orina (v. tabla 79-1). La detección óptima de los patógenos del intestino delgado, como Giardia lamblia (duodenalis) y S. stercoralis, puede implicar la as- piración de los contenidos duodenales o incluso una biopsia intestinal. De igual forma, la detección de parásitos colónicos como E. histolytica y Schistosoma mansoni puede precisar una exploración proctoscópica o sigmoidoscópica con aspiración o una biopsia de las lesiones de la mucosa. La obtención de muestras de la piel perianal es un medio útil para recuperar los huevos de Enterobius vermicularis (oxiuros) o parásitos del género Taenia (tenias). Recogida de muestras fecales Los pacientes, los médicos y el personal de laboratorio deben estar instruidos apropiadamente sobre la recogida y el control de muestras. Las muestras fecales deben recogerse en un contenedor limpio, de boca ancha e impermeable al agua, con una tapa que encaje adecuadamente para asegurar que se mantiene una humedad adecuada. Las muestras no deben contaminarse con agua, tierra u orina, ya que el agua y la tierra pueden contener microorganismos vivos libres que pueden provocar alteraciones en los parásitos humanos y la orina puede destruir los trofozoítos móviles y favorecer la eclosión de los huevos de los helmintos. Las muestras fecales no deben contener bario, bismuto ni medicamentos que contengan aceite mineral, antibióticos, fármacos antipalúdicos u otras sustancias químicas debido a que dichos compuestos influyen en la detección de los parásitos intestinales. La recogida de muestras debe retrasarse entre 5 y 10 días para permitir que desaparezca el bario y, como mínimo, 2 semanas para permitir que los parásitos intestinales se recuperen de los efectos tóxicos (aunque no curativos) de fármacos antibióticos como la tetraciclina. Deben recogerse muestras fecales después deadministrar un purgante cuando no se detectan los microorganismos en muestras fecales normales; sin embargo, únicamente ciertos laxantes (sulfato sódico y bifosfato sódico tamponado) son satisfactorios. Puede examinarse una serie de muestras des- pués de un purgante en lugar de o junto con una serie de muestras recogidas con tránsito normal. Las muestras fecales formadas sin conservantes han de llegar al laboratorio durante las 2 primeras horas siguientes a su evacuación. Si las heces son líquidas y, por tanto, tie- nen una mayor probabilidad de contener trofozoítos, deben remitirse al laboratorio para su examen en 30 minutos. Las heces blandas o de escasa consistencia deben examinarse a lo largo de la hora posterior a su expulsión. Todas las mues- tras fecales en fresco deben introducirse en sustancias con- servantes como formol al 10%, alcohol polivinílico (PVA), formol-mertiolato yodado (MIF) o formol-acetato de sodio (SAF) cuando no sea posible llevar a cabo su análisis dentro de los límites de tiempo recomendados. Las muestras fecales deben almacenarse a 4 °C, pero no deben ser incubadas ni congeladas. La cifra de muestras necesarias para demostrar la pre- sencia de parásitos intestinales varía en función de la cali- dad de la muestra remitida, la exactitud de la exploración realizada, la gravedad de la infección y el objetivo de la exploración. Si el médico únicamente está interesado en determinar la presencia o ausencia de helmintos, una o dos exploraciones pueden bastar, siempre y cuando se empleen métodos de concentración. Se recomienda una serie de tres muestras fecales en cualquier exploración parasitaria habitual. El análisis de tres muestras por medio de diversas técnicas garantiza la detección de más del 99% de las infec- ciones. En un estudio realizado en EE.UU., la exploración de tres muestras detectó el 100% de los pacientes infectados (tabla 79-3). Es inadecuada la recogida de múltiples muestras de un paciente en un mismo día. Tampoco se recomienda remitir las tres muestras una cada día durante 3 días consecutivos. La serie de tres muestras debe recogerse en un período de tiempo no superior a 10 días. Muchos parásitos no aparecen en las muestras fecales en concentraciones suficientes en un día; sin embargo, la recogida de muestras en días alter- nos tiende a mostrar un porcentaje superior de hallazgos positivos. En EE.UU. se ha comprobado que el envío de heces de pacientes con diarrea de origen hospitalario (inicio de más de 3 días después del ingreso) para su examen parasitológico suele ser inadecuado. Esto se debe a que la frecuencia de Tabla 79-2 Parásitos intestinales identificados con mayor frecuencia en los laboratorios de EE.UU. Microorganismo % de muestras totales positivas (n = 2.933) Giardia lamblia 54 Dientamoeba fragilis 25 Entamoeba histolytica/E. dispar 7 Cryptosporidium parvum 5 Ascaris lumbricoides 2 Trichuris trichiura 2 Strongyloides stercoralis 1 Enterobius vermicularis 1 Hymenolepis nana 1 Ancylostoma duodenale <1 Taenia <1 Género Cystoisospora <1 Cyclospora <1 Coccidia <1 Otros helmintos <1 Datos recopilados de Branda JA y cols.: A rational approach to the stool ova and parasite examination, Clin Infect Dis 42:972-978, 2006; y Polage CR y cols.: Physician use of parasite tests in the United States from 1997 to 2006 and in a Utah Cryptosporidium outbreak in 2007, J Clin Microbiol 49:591-596, 2011. 732 MICROBIOLOGÍA MÉDICA adquisición de los parásitos protozoarios o helmínticos en un hospital es infrecuente. Una petición de exploración de heces en busca de H y P en un paciente hospitalizado debe acompañarse de una sólida base clínica y únicamente después de haber descartado las causas más frecuentes de diarrea adquirida en el hospital (p. ej., antibióticos). Técnicas de examen de las heces Las muestras deben examinarse sistemáticamente por un microscopista experto en huevos y larvas de helmintos y en protozoos intestinales. Para una detección óptima de estos agentes infecciosos se precisa la combinación de diversas técnicas de examen. Examen macroscópico Debe examinarse la consistencia de la muestra fecal, así como la presencia de sangre, mucosidad, gusanos y proglótides. Examen en fresco directo Las heces en fresco deben ser examinadas con el microscopio mediante la técnica de examen en fresco con yodo y suero fisiológico para detectar trofozoítos móviles o larvas (Strongy loides). Los exámenes en fresco con yodo y suero fisiológico se utilizan también para detectar huevos de helmintos, quistes protozoarios y células del hospedador como leucocitos y eri- trocitos. Esta técnica también es útil para examinar material procedente de esputo, orina, raspados vaginales, aspirados duodenales, sigmoidoscopia, abscesos y muestras de biopsia tisular. Concentración Todas las muestras fecales deben conservarse en formol al 10% con el fin de mantener la morfología del parásito y deben ser concentradas mediante métodos como sedimentación con formol-acetato de etilo (o formol-éter) o flotación con sulfato de zinc. Estos métodos separan los quistes protozoarios y los huevos de helmintos de la carga de material fecal y, por tanto, potencian la capacidad de detectar concentraciones reducidas de microorganismos que normalmente se obviarían mediante la utilización exclusiva de un frotis directo. Después de la concentración, el material se tiñe con yodo y se examina en el microscopio. Extensiones teñidas permanentemente La detección y la correcta identificación de protozoos intestinales dependen con frecuencia del examen de un frotis teñido permanentemente. Estas extensiones pro- porcionan un registro permanente de los microorganismos protozoarios que se identifican. Los detalles citológicos revelados por uno de los métodos de tinción permanente son esenciales para una identificación fidedigna y la mayoría de las identificaciones deben considerarse provisionales hasta que sean confirmadas mediante una extensión teñida permanentemente. Las tinciones permanentes que suelen utilizarse son el tricromo, la hematoxilina férrica y la hema- toxilina-ácido fosfotungsténico. Las extensiones se elaboran a partir de preparaciones de frotis de material fecal en fresco que se introducen en una solución fijadora de Schauddin o mediante la fijación de una pequeña cantidad de material fecal en fijador PVA. Se debe destacar que los estudios microscópicos rutinarios de heces en búsqueda de H y P no incluyen necesariamente las tinciones especiales necesarias para detectar microorganismos como Cryptosporidium, Cyclospora o microsporidios. Si en el diagnóstico diferencial se consideran estos microorganismos, en la solicitud del es- tudio de heces se debe informar de modo explícito acerca de esta posibilidad para que puedan realizarse las tinciones (ácido-alcohol resistente [Cryptosporidium, Cyclospora], cromótropa [microsporidios]) y los estudios (inmunoanálisis [Cryptosporidium]) necesarios. Recogida y examen de otras muestras diferentes a las heces Con frecuencia, deben recogerse y examinarse muestras diferentes a las heces para diagnosticar infecciones por pa- tógenos intestinales. Entre estas muestras se encuentran las muestras perianales, material de sigmoidoscopia, aspirados de contenidos duodenales y abscesos hepáticos, así como esputo, orina y muestras urogenitales. Muestras perianales La recogida de muestras perianales suele ser necesaria para el diagnóstico de las infecciones por oxiuros (E. ver micularis) y, en ocasiones, por microorganismos incluidos en el género Taenia (tenias). Los métodos incluyen la preparación de una cinta adhesiva o un raspado anal. La preparación de la cinta adhesiva es el método de elección para la detección de los huevos de oxiuros. Las muestras obtenidas por cualquiera de los métodos deben obtenerse por la mañana antes de que el paciente se bañe o acuda al cuarto de baño. El método de la cinta adhesiva precisa que lasuperficie adhesiva de la cinta se encuentre apretada firmemente contra los pliegues perianales derecho e izquierdo y, posteriormente, se extienda en la superficie de un portaobjetos para microscopio. Del mismo modo, la compresa anal debe pasarse suavemente sobre el área perianal y a continuación ser transportada a un laboratorio para su examen microscópico. Con cualquiera de ambos métodos de recogida, las tiras o las compresas se deben mantener a 4 °C cuando el transporte al laboratorio vaya a sufrir algún retraso. Material de sigmoidoscopia El material procedente de la sigmoidoscopia puede ser útil en el diagnóstico de la infección por E. histolytica que no haya sido detectada por las exploraciones fecales habituales. Las muestras se componen de material raspado o aspirado de la superficie de la mucosa. Deben tomarse muestras en al menos seis áreas. Tras la recogida de mues- tras, el material debe introducirse en un tubo con suero fisiológico al 0,85% y debe conservarse templado durante el transporte al laboratorio. Las muestras deben ser exa- minadas inmediatamente para detectar la presencia de trofozoítos móviles. Aspirados duodenales La muestra y el examen de los contenidos duodenales es un medio de recuperación de larvas de Strongyloides, huevos Tabla 79-3 Número de muestras requeridas para detectar los parásitos intestinales Número de muestras por paciente % de pacientes infectados detectados (n = 130) 1 71,5 2 86,9 3 100 Datos recopilados de Branda JA y cols.: A rational approach to the stool ova and parasite examination, Clin Infect Dis 42:972-978, 2006. DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS PARASItOSIS 733 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de Clonorchis, Opisthorchis y Fasciola, y otros parásitos del intestino delgado, como microorganismos incluidos en los géneros Giardia, Cystoisospora y Cryptosporidium. Las muestras se pueden obtener por intubación endoscópica o mediante la utilización de una cápsula entérica o prueba del cordón. La biopsia endoscópica de la mucosa del intes- tino delgado puede revelar microorganismos pertenecientes a Giardia o Cryptosporidium, microsporidios y larvas de Strongyloides. Las muestras deben recogerse en suero fisio- lógico y ser transportadas directamente al laboratorio para su examen microscópico. Aspirado de abscesos hepáticos Las lesiones supurativas del hígado y de los espacios sub- frénicos pueden deberse a la infección por E. histolytica (amebiosis extraintestinal). Este trastorno puede presentarse en ausencia de cualquier antecedente de infección intestinal sintomática. La muestra debe recogerse a partir del borde del absceso hepático en lugar de a partir del centro necróti- co. La primera porción extraída suele presentar un aspecto blanco-amarillento y rara vez contiene amebas. Las últimas porciones, que son de color rojizo, contienen microorganis- mos con una mayor probabilidad. Se deben extraer al menos dos porciones independientes de material exudativo. Tras la aspiración, el colapso del absceso y la ulterior entrada de flujo sanguíneo comportan a menudo la liberación de amebas a partir del tejido. Las siguientes aspiraciones pueden presentar una mayor probabilidad de revelar microorganis- mos. El material aspirado debe ser remitido inmediatamente al laboratorio. Esputo Ocasionalmente, los parásitos intestinales pueden ser detec- tados en el esputo. Éste es el caso de las larvas de algunas especies de Ascaris y Strongyloides y Ancylostoma duodenale; partes ganchosas de cestodos, y protozoos intestinales como E. histolytica y miembros de Cryptosporidium. La muestra se debe obtener a partir de una expectoración profunda, en lugar de saliva, y debe ser transportada de inmediato al laboratorio. El examen microscópico debe incluir prepara- ciones de tinción permanente y examen en fresco con suero fisiológico. Orina El examen de las muestras de orina puede ser útil para el diagnóstico de infecciones por Schistosoma haematobium (así como por otras especies en algunos casos) y por Tri chomonas vaginalis. La detección de huevos presentes en orina puede llevarse a cabo mediante la detección directa o bien mediante la concentración por la técnica de cen- trifugación de sedimentación. Los huevos pueden estar atrapados en la mucosidad o el pus y se encuentran con mayor frecuencia en las últimas gotas de la muestra que en la primera porción de ella. La producción de huevos de Schistosoma es variable, por lo que se deben efectuar exploraciones a lo largo de varios días. Trichomonas vagi nalis se puede detectar en el sedimento urinario tanto de varones como de mujeres. Muestras urogenitales Se obtienen muestras urogenitales cuando se sospecha una infección por T. vaginalis. La identificación se basa en el examen de una preparación fresca de secreciones vaginales o uretrales, secreciones prostáticas o de sedimento urina- rio. La muestra se debe introducir en un recipiente con una pequeña cantidad de suero fisiológico al 0,85% para enviarse de inmediato al laboratorio para su examen. Si no se detectan microorganismos en la preparación, se puede hacer un cultivo. PArAsitosis de sAngre y tejidos Los parásitos localizados en la sangre o en tejidos del hos- pedador son más difíciles de detectar que los parásitos intes- tinales y urogenitales. El examen microscópico de la sangre es un medio directo y útil para la detección de parásitos del paludismo, tripanosomas y microfilarias. No obstante, la con- centración de microorganismos con frecuencia fluctúa, por lo que se precisa la recogida de múltiples muestras durante varios días. La realización tanto de preparaciones en fresco (microfilarias y tripanosomas) como de extensiones finas o gruesas de sangre con tinción permanente constituye el elemento central del diagnóstico. El examen del esputo puede revelar la presencia de huevos de helmintos (trematodos pulmonares) o larvas (géneros Ascaris y Strongyloides) tras someter la muestra a técnicas de concentración adecuadas. La biopsia cutánea (oncocercosis) o muscular (triquinosis) puede ser necesaria para el diagnóstico de algunas infecciones por nematodos (v. tabla 79-1). Extensión de sangre El diagnóstico clínico de parasitosis como el paludismo, la leishmaniasis, la tripanosomiasis y la filariasis se basa am- pliamente en la recogida de muestras de sangre en momen- tos apropiados y el examen microscópico por un experto de extensiones gruesas y finas de sangre adecuadamente preparadas y teñidas. El tiempo óptimo para la obtención de sangre para el examen parasitológico varía según el parásito sospechado. Debido a que el paludismo es una de las pocas pa- rasitosis que pueden amenazar la vida, la recogida de sangre y el examen de las extensiones deben realizarse tan pronto como se sospeche el diagnóstico. Los laboratorios que ofrecen este servicio deben estar preparados para hacerlo 24 horas al día, 7 días a la semana. Puesto que los valores de parasitemia pueden ser bajos o fluctuantes, se recomienda obtener muestras para repetir las extensiones de sangre y examinarlas a las 6, 12 y 24 horas después de la muestra inicial. La detección de tripanosomas en sangre es posible en ocasiones durante la fase aguda precoz de la enfermedad. Trypanosoma cruzi (enfermedad de Chagas) puede detectarse también durante los períodos febriles subsiguientes. Después de un período de varios meses a un año, los tripomastigotes de la tripanosomiasis africana (Trypanosoma brucei rhodesiense y T. b. gambiense) se detectan mejor en el líquido cefalorraquídeo que en la sangre. Las muestras de sangre para la detección de las microfilarias nocturnas (W. bancrofti y Brugia malayi) deben prepararse entre las 10 p.m. y las 4 a.m., mien- tras que las muestras para Loa loa diurno se efectúan al mediodía. Se preparan dos tipos de extensiones de sangre para el diagnóstico de las parasitosis en sangre: extensiones finasy gruesas. Aunque las preparaciones en fresco de las exten- siones de sangre pueden estudiarse en busca de parásitos móviles (microfilarias y tripanosomas), la mayoría de los laboratorios proceden directamente a la preparación de ex- tensiones finas y gruesas para su tinción. En las extensiones fi- nas, la sangre se extiende sobre el portaobjetos en una capa fina (unicelular) y los eritrocitos permanecen intactos después 734 MICROBIOLOGÍA MÉDICA de la fijación y la tinción. En las extensiones gruesas, los eri- trocitos se lisan antes de la tinción y únicamente son visibles los leucocitos, las plaquetas y los parásitos (en caso de estar presentes). Las extensiones gruesas permiten examinar una mayor cantidad de sangre, lo que aumenta la posibilidad de detectar infecciones con parasitemias bajas. No obstante, la mayor distorsión de los parásitos dificulta especialmente la identificación de las especies implicadas mediante estas pre- paraciones. La utilización correcta de esta técnica precisa una gran experiencia y destreza. En algunas ocasiones se pueden utilizar otros métodos de concentración de la sangre para la detección de infeccio- nes con parasitemias bajas. Otros métodos de concentración empleados para la detección de parásitos en sangre son la utilización de la centrifugación del microhematocrito, el examen de las preparaciones de la capa sobrenadante, una técnica de triple centrifugación para la detección de concen- traciones bajas de tripanosomas y una técnica de filtración de membrana para la detección de microfilarias. Una vez preparadas, las extensiones de sangre deben so- meterse a un procedimiento de tinción. La tinción más fiable de los parásitos sanguíneos es la tinción de Giemsa tampo- nada a pH 7,0 a 7,2, aunque algunas veces se pueden utilizar tinciones especiales para identificar especies de microfilarias. La tinción de Giemsa es particularmente útil para la tinción de protozoos (plasmodios y tripanosomas). Sin embargo, la vaina de las microfilarias no siempre se tiñe con Giemsa; en este caso pueden utilizarse tinciones basadas en hematoxilina. Muestras no sanguíneas Según la presentación clínica y las consideraciones epide- miológicas, deben examinarse tejidos o líquidos corporales diferentes a la sangre. Los frotis y los concentrados de líquido cefalorraquídeo son necesarios para detectar los trofozoítos de Naegleria fowleri, los tripanosomas y larvas de Angios trongylus cantonensis en el interior del sistema nervioso central. El líquido cefalorraquídeo debe ser examinado rá- pidamente debido a que las formas trofozoíticas de estos parásitos son muy lábiles (tripanosomas) o tienden a enro- llarse y convertirse en inmóviles (N. fowleri). El examen de las impresiones tisulares de los frotis de los ganglios linfáticos, material de biopsia hepática, bazo o médula ósea teñidos con Giemsa es muy útil para la detección de parásitos in- tracelulares pertenecientes a Leishmania spp. y Toxoplasma gondii. De igual modo, las biopsias de diversos tejidos son medios excelentes para detectar infecciones localizadas o diseminadas provocadas por parásitos protozoarios o hel- mínticos. Las exploraciones en fresco con suero fisiológico de muestras cutáneas superficiales son muy útiles para la detección de las microfilarias de Onchocerca volvulus. El examen del esputo (inducido) está indicado cuando existe la sospecha de paragonimosis pulmonar (trematodo pulmonar) o la formación de abscesos por E. histolytica. Las larvas de Strongyloides pueden detectarse en el esputo de un paciente con síndrome de hiperinfección. AlternAtiVAs A lA microscoPiA En la mayoría de los casos, el diagnóstico de parasitosis se realiza en el laboratorio mediante la detección microscópica y la identificación morfológica del parásito en las mues- tras clínicas. En ciertas ocasiones, el parásito no puede ser detectado a pesar de una minuciosa búsqueda debido a su reducida concentración o a la ausencia de microorganismos en el material clínico disponible. En estos casos, el médico puede verse obligado a emplear otros métodos alternativos basados en la detección de materiales derivados del parásito (antí- genos o ácidos nucleicos) o en la respuesta del hospedador a la invasión parasitaria (anticuerpos). Entre estos métodos adicionales utilizados en infecciones seleccionadas figuran los cultivos, la inoculación a animales y el xenodiagnóstico. Diagnóstico inmunológico Los métodos de diagnóstico inmunológico se han utilizado como apoyo para el diagnóstico de las parasitosis. La mayoría de estas pruebas serológicas se basan en la detección de res- puestas humorales específicas frente a la presencia del pará- sito. Entre los abordajes analíticos se incluyen la utilización de la aglutinación clásica, la fijación del complemento y los métodos de difusión en gel, así como técnicas más modernas como los análisis de inmunofluorescencia (AIF), el enzimoin- munoanálisis (EIA) y la inmunotransferencia tipo Western blot. La detección de anticuerpos es útil y está indicada en el diagnóstico de numerosas enfermedades protozoarias (p. ej., amebiosis extraintestinal, tripanosomiasis sudamericana, leishmaniasis, paludismo y babesiosis adquiridos por trans- fusión, y toxoplasmosis) y helmínticas (p. ej., clonorquiasis, cisticercosis, hidatidosis, filariasis linfática, esquistosomia- sis, triquinosis y toxocariasis). La detección de anticuerpos como método diagnóstico entraña un problema: debido a la persis- tencia de los anticuerpos durante meses a años tras una in- fección aguda, la demostración de anticuerpos rara vez puede diferenciar una infección aguda de una infección crónica. A diferencia de la detección de anticuerpos, la determi- nación de antígenos del parásito circulantes en suero, orina o heces puede constituir un marcador más adecuado de la presencia de una infección activa y puede indicar también la carga de parásitos. De igual forma, las demostraciones de an- tígenos específicos del parásito en líquidos de la lesión, como el material de un absceso amebiano o el líquido de un quiste hidatídico, pueden permitir elaborar un diagnóstico definitivo del microorganismo etiológico. Los estudios más frecuentes de detección de antígenos utilizan un formato de EIA; sin embar- go, los métodos de inmunofluorescencia, radioinmunoanálisis, inmunocromatografía e inmunotransferencia han demostrado también ser útiles. Diversos preparados comerciales para la detección de antígenos parasitarios se encuentran disponibles en la actualidad en forma de equipos de reactivos. Entre ellos figuran el EIA y las pruebas inmunocromatográficas para la detección de Giardia, E. histolytica, Entamoeba dispar y especies de Cryptosporidium en las heces, el EIA para la de- tección de T. vaginalis en muestras urogenitales y los AIF para la detección de microorganismos pertenecientes a Giardia, Cryptosporidium y Trichomonas. Se dispone también de varias pruebas de detección de antígeno para identificar los parásitos de la sangre (paludismo, filariasis), además del estudio micros- cópico de los frotis de sangre en extensiones finas o gruesas. La sensibilidad y la especificidad descritas en la mayoría de estos equipos de reactivos son bastante buenas. Las ventajas de estas técnicas son el menor esfuerzo asociado y un posible aumento de la sensibilidad. De hecho, numerosos estudios han demostrado que los inmunoanálisis son más sensibles que el estudio microscópico a la hora de detectar las infecciones causadas por Giardia y Cryptosporidium. De modo similar, las pruebas diagnósticas rápidas para la detección de antígenos del género Plasmodium pueden ser superiores a la micros- copia en ciertas situaciones y están siendo consideradas para su empleo en este campo, debido especialmente a que el uso de los tratamientos combinados con artemisinina, más caros, hace que el diagnóstico de laboratorio del paludismo sea más rentable que el tratamiento empírico en la épocade resistencia DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS PARASItOSIS 735 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. a la cloroquina. Entre sus inconvenientes se encuentra la pérdida de experiencia en parasitología y el hecho de que, en algunos casos, la prueba disponible evalúa únicamente un microorganismo, mientras que el estudio microscópico convencional ofrece la oportunidad de reconocer numerosos parásitos diferentes. Aunque los estudios de detección de antígenos se han descrito en muchos otros parásitos, no se encuentran ampliamente disponibles. La disponibilidad de un amplio panel de pruebas de detección de antígenos podría hacer que la utilización del cribado antigénico constituyese una alternativa viable frente a la tediosa exploración mediante microscopio. Técnicas de diagnóstico molecular Además de los métodos de diagnóstico inmunológico, el diagnóstico de las parasitosis ha sido potenciado considera- blemente mediante la aplicación de métodos de diagnós- tico molecular basados en la hibridación, amplificación y secuenciación de ácidos nucleicos. Esta técnica es ventajosa debido a que todos los microorganismos contienen secuencias de ácidos nucleicos que pueden utilizarse en el estudio de hibridación para distinguir entre cepas, especies y géneros. De este modo, los parásitos pueden ser detectados e identificados de forma simultánea en el material clínico dependiendo de la especificidad del método molecular utilizado. Otra ventaja de los sistemas de detección basados en los ácidos nucleicos es que sus resultados son independientes del estado inmu- nológico del paciente o de los antecedentes de una infección previa, por lo que son capaces de identificar la infección ac- tiva. Finalmente, el uso de técnicas de amplificación de dianas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), proporciona una exquisita sensibilidad, ya que estas técnicas permiten detectar incluso un solo microorganismo aislado en una muestra biológica (tabla 79-4). Las sondas de ácidos nucleicos se usan para detectar parásitos no sólo en muestras clínicas de sangre, heces o tejidos de pacientes infectados, sino también en su vector natural. La aplicación de métodos de identificación de ácido desoxirribonucleico (ADN) permite la identificación precisa del parásito o vector a nivel de subespecie o cepa y tiene un valor considerable en los estudios epidemiológicos. Las pruebas que utilizan sondas de ácidos nucleicos comprenden desde los métodos de inmunotransferencia tipo dot blot y Southern blot hasta la hibridación in situ en los tejidos, la PCR u otros métodos de amplificación de dianas combinados con la detección y caracterización rápidas de amplicones. La utilización de técnicas no isotópicas de ADN amplía en gran medida la aplicabilidad potencial de estos métodos en todo el mundo. Los equipos de reactivos diagnósticos basados en estos métodos no se encuentran disponibles de manera ge- neralizada; no obstante, varios de ellos se encuentran en fase de desarrollo y podrían estar disponibles para su utilización clínica en un futuro próximo. Sin considerar el método de análisis, las técnicas basadas en sondas de ácidos nucleicos y las técnicas de amplificación se están utilizando en la actualidad en investigación para la identificación y detección de numerosas especies y ce- pas, como los géneros Plasmodium y Leishmania, T. cruzi, E. histolytica, Cryptosporidium, microsporidios y T. gondii (v. tabla 79-4). Es preciso tener en cuenta que la aplicación de los métodos de hibridación de los ácidos nucleicos para el diagnóstico de las parasitosis se encuentra todavía en sus albores. La aplicación generalizada de estas técnicas exige el perfeccionamiento de métodos sencillos de manipulación y preparación de muestras, que deberán someterse a diversas pruebas clínicas y de campo antes de poder emplearse de manera frecuente para facilitar el diagnóstico clínico. Cultivo Aunque el cultivo es la técnica estándar para el diagnóstico de la mayoría de las enfermedades infecciosas, no se utiliza con frecuencia en el laboratorio de parasitología. Algunos parásitos protozoarios como T. vaginalis, E. histolytica, es- pecies de Acanthamoeba, N. fowleri, especies de Leishmania, P. falciparum, T. cruzi y T. gondii pueden ser cultivados con relativa sencillez. Sin embargo, el cultivo de otros parásitos no es tan satisfactorio o resulta excesivamente difícil o engorroso para ser de valor práctico en el diagnóstico. Inoculación a animales La inoculación a animales es un medio sensible para detectar la infección producida por parásitos en sangre y en tejidos como T. b. gambiense, T. b. rhodesiense, T. cruzi, especies de Leishmania y T. gondii. Aunque resulta de utilidad, este método no es práctico para la mayoría de los laboratorios y queda ampliamente confinado al ámbito de la investigación. Xenodiagnóstico La técnica del xenodiagnóstico emplea vectores artrópodos criados en laboratorio para detectar concentraciones reduci- das de parásitos en los individuos infectados. Clásicamente, este método se utilizó para diagnosticar la enfermedad de Chagas al permitir que un insecto redúvido no infectado se alimentase a partir de un individuo con sospecha de esta entidad. Posteriormente se diseccionó el insecto y se examinó mediante microscopio en busca de fases de desarrollo de Tabla 79-4 Ejemplos de técnicas para la detección de infecciones parasitarias basadas en el análisis por PCR Microorganismo Gen Sensibilidad diana (%) Comentario Plasmodium vivax Gen del circumsporozoíto 91-96 Se utilizan discos de papel de fieltro impregnados con sangre seca. Género Leishmania Secuencia ADNk minicircular 87-100 Los resultados se comparan con los resultados del cultivo y de la microscopia de las muestras de biopsia. Trypanosoma cruzi Secuencia ADNk minicircular 100 Los resultados se comparan con los resultados de la serología y el xenodiagnóstico de las muestras de sangre. Toxoplasma gondii Gen repetitivo B1 Antígeno mayor de superficie P30 Secuencias de ADN recombinante 46-99 La PCR de LBA, sangre, líquido cefalorraquídeo y líquido amniótico presenta un gran potencial para el diagnóstico de toxoplasmosis. Entamoeba histolytica Secuencia tándem repetida P145 96 Los resultados se comparan con el diagnóstico microscópico de las muestras de heces. La prueba puede distinguir las cepas patógenas de aquellas que no lo son. SUP ARNr >90 ADNk, ácido desoxirribonucleico del kinetoplasto; LBA, lavado broncoalveolar; PCR, reacción en cadena de la polimerasa; SUP ARNr, subunidad pequeña del ARN ribosómico. 736 MICROBIOLOGÍA MÉDICA T. cruzi. Aunque esta técnica puede ser utilizada en áreas endémicas, obviamente no resulta práctica para la mayoría de los laboratorios de diagnóstico. PREGUNtAS 1. ¿Por qué es importante comprender el ciclo vital de los parásitos para diagnosticar las parasitosis? 2. ¿Qué factores pueden causar confusión en el estudio microscópico en el diagnóstico de las parasitosis? 3. Describa los aspectos importantes en la recogida y envío de una muestra fecal para su examen parasitológico. 4. ¿Qué parásitos pueden detectarse en sangre? 5. ¿Cuáles son los métodos alternativos a la microscopia para el diagnóstico de las parasitosis? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Branda JA, et al: A rational approach to the stool ova and parasite examination, Clin Infect Dis 42:972-978, 2006. Deplazes P, Garcia LS, Shimizu R: Specimen collection, transport, and processing: parasitology. In Murray PR, et al, editor: Manual of clinical microbiology, ed 9, Washington, DC, 2007, American Society for Microbiology Press. Fotedar R, et al: Laboratory diagnostic techniques for Entamoeba species, Clin Microbiol Rev 20:511-532, 2007. Garcia LS, Schimizu RY, Bernard CN: Detection of Giardia lamblia, Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar, andCryptosporidium par vum antigens in human fecal specimens using the Triage Parasite Panel enzyme immunoassay, J Clin Microbiol 38:3337-3340, 2000. Garcia LS, Shimizu RY, Paltridge GP: Algorithms for detection and identification of parasites. In Murray PR, et al, editor: Manual of clinical microbiology, ed 9, Washington, DC, 2007, American Society for Microbiology Press. Jones JL, et al: Survey of clinical laboratory practices for parasitic disea- ses, Clin Infect Dis 38(Suppl 3):S198-S202, 2004. Monis PT, et al: Emerging technologies for the detection and genetic characterization of protozoan parasites, Trends Parasitol 21:340-346, 2005. Murray CK, et al: Update on rapid diagnostic testing for malaria, Clin Microbiol Rev 21:97-110, 2008. Polage CR, et al: Physician use of parasite tests in the United States from 1997 to 2006 and in a Utah Cryptosporidium outbreak in 2007, J Clin Microbiol 49:591-596, 2011. Rosenblatt JE: Laboratory diagnosis of infections due to blood and tissue parasites, Clin Infect Dis 49:1103-1108, 2009. Stensvold CR, et al: The impact of genetic diversity in protozoa on molecular diagnosis, Trends Parasitol 27:53-58, 2011.
Compartir