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631© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 69 Fármacos antifúngicos El tratamiento antifúngico ha sufrido una transformaciónradical a lo largo de los últimos años. Durante mucho tiempo este tratamiento ha sido propiedad exclusiva de los fármacos anfotericina B y 5-fluorocitosina (flucitosina, 5-FC), que eran tóxicos y resultaban difíciles de utilizar. En la actualidad el tratamiento de las micosis ha evolucionado gracias a la introducción de nuevos fármacos con actividad sistémica y nuevas formulaciones de compuestos anteriores que aportan una eficacia comparable, si no superior, y una toxicidad significativamente menor. En este capítulo se revisarán los fármacos antifúngicos disponibles, tanto sistémicos como tópicos (tabla 69-1). Se describirán diversos aspectos, como su espectro, su potencia, su modo de acción y sus indicaciones clínicas de utilización como agentes terapéuticos. Asimismo, se explicarán los me- canismos de resistencia y los métodos de determinación in vitro de la sensibilidad y la resistencia de los hongos a los fármacos comercializados. La terminología empleada se resume en el cuadro 69-1 y la figura 69-1. Antifúngicos con ActiVidAd sistémicA La anfotericina B y sus formulaciones lipídicas son antifún- gicos del grupo de los macrólidos poliénicos y se emplean en el tratamiento de las micosis graves potencialmente mortales (v. tabla 69-1). Otro polieno, la nistatina, se emplea como fármaco tópico. Se ha desarrollado una formulación lipídica de nistatina de uso sistémico, aunque se encuentra aún en fase de investigación. La estructura básica de los polienos se compone de un gran anillo lactónico con una cadena lipófila rígida que contiene en- tre tres y siete enlaces dobles, y una porción hidrófila flexible que porta un número variable de grupos hidroxilo (fig. 69-2). La anfotericina B contiene siete enlaces dobles conjugados y se inactiva por el calor, la luz y los pH extremos. Presenta una baja solubilidad en agua y no se absorbe por vía oral ni intramuscular. La formulación convencional de anfotericina B por vía intravenosa es anfotericina B desoxicolato. El desarrollo de formulaciones lipídicas de anfotericina B obedeció al pro- pósito de eludir la nefrotoxicidad asociada a la anfotericina B Tabla 69-1 Fármacos antifúngicos sistémicos y tópicos utilizados actualmente o en fase de desarrollo Antifúngicos Vía Mecanismo de acción Comentarios Alilaminas Naftifina terbinafina tópica Oral, tópica Inhibición de escualeno epoxidasa La terbinafina posee un espectro muy amplio y actúa de forma sinérgica con otros antifúngicos Antimetabolitos Flucitosina Oral Inhibición de la síntesis de ADN y ARN Se emplea en combinación con anfotericina B y fluconazol; su toxicidad y la resistencia secundaria son problemáticas Imidazoles Ketoconazol, bifonazol, clotrimazol, econazol, miconazol, oxiconazol, sulconazol, terconazol, tioconazol Oral, tópica Inhibe enzimas de la 14-a-desmetilasa dependientes del citocromo P450 El ketoconazol tiene un espectro relativamente amplio y se asocia a problemas de toxicidad Triazoles Fluconazol Oral, i.v. Idéntico a los imidazoles, aunque con mayor especificidad de unión a enzima diana Espectro limitado de actividad (levaduras); buena penetración en el sistema nervioso central; buena actividad in vivo; resistencia primaria y secundaria observadas en Candida krusei y Candida glabrata, respectivamente Itraconazol Oral Idéntico a los imidazoles, aunque con mayor especificidad de unión a enzima diana Amplio espectro de actividad; absorción inconstante; su toxicidad y la resistencia secundaria son problemáticas Voriconazol Oral, i.v. Idéntico a los imidazoles, aunque con mayor especificidad de unión a enzima diana Amplio espectro de actividad, incluyendo levaduras y formas miceliales; activo frente a Candida krusei; numerosas interacciones farmacológicas Posaconazol Oral Idéntico a los imidazoles, aunque con mayor especificidad de unión a enzima diana Amplio espectro, con actividad frente a Mucormycetes Ravuconazol Oral, i.v. Idéntico a los imidazoles, aunque con mayor especificidad de unión a enzima diana En investigación; amplio espectro, que incluye levaduras y mohos Albaconazol, isavuconazol Igual que otros azoles En investigación; amplio espectro, que incluye levaduras y mohos (Continúa) 632 MICROBIOLOGÍA MÉDICA convencional, y estas formulaciones han sustituido a la forma desoxicolato en muchos casos. La anfotericina B y sus formulaciones lipídicas llevan a cabo su acción antifúngica por medio de al menos dos mecanismos. El mecanismo primario implica la unión de este compuesto al ergosterol, el principal esterol de membrana de los hongos. La unión produce canales iónicos que des- truyen la integridad osmótica de la membrana de la célula fúngica y provocan la pérdida de constituyentes intracelu- lares y la muerte celular (fig. 69-3). La anfotericina B se une también al colesterol, el principal esterol de membrana de las células de mamíferos, aunque lo hace con menor Espectro antifúngico. Rango de actividad de un compuesto antifúngico frente a los hongos. Un antifúngico de amplio espectro inhibe una amplia variedad de hongos, como hongos levaduriformes y formas miceliales, mientras que un antifúngico de espectro estrecho posee actividad frente a un número limitado de hongos. Actividad fungostática. Nivel de actividad antifúngica que inhibe la proliferación de un microorganismo. Se determina in vitro al estudiar una concentración estándar de microorganismos frente a una serie de diluciones del fármaco antifúngico. La menor concentración del fármaco que inhiba el crecimiento del hongo se denomina concentración mínima inhibitoria (CMI). Actividad fungicida. Capacidad de un antifúngico de destruir un microorganismo in vitro o in vivo. La menor concentración del fármaco que destruye el 99,9% de la población estudiada se conoce como concentración mínima fungicida (CMF). Combinaciones de antifúngicos. Combinaciones de fármacos antifúngicos que pueden emplearse para: 1) potenciar la eficacia del tratamiento de una micosis resistente; 2) ampliar el espectro de un tratamiento antifúngico empírico; 3) prevenir la aparición de microorganismos resistentes, y 4) lograr un efecto sinérgico de destrucción. Sinergia antifúngica. Combinaciones de fármacos antifúngicos que poseen una mayor actividad antifúngica cuando se emplean combinados en comparación con la actividad de cada uno de los fármacos por separado. Antagonismo antifúngico. Combinación de fármacos antifúngicos en la que la actividad de un compuesto interfiere en la actividad del otro. Bombas de eflujo. Familias de transportadores de fármacos que expulsan de forma activa los antifúngicos hacia el exterior de la célula fúngica, con lo que reducen la cantidad de fármaco intracelular disponible para unirse a su diana. CUADRO 69-1 Terminología Antifúngicos Vía Mecanismo de acción Comentarios Equinocandinas Caspofungina, anidulafungina, micafungina i.v. Inhibición de síntesis de glucanos de la pared celular del hongo Se ha aprobado la administración de caspofungina en el tratamiento de la candidiasis invasiva y la aspergilosis; la anidulafungina y la micafungina se han aprobado para el tratamiento de la candidiasis invasiva; actividad fungicida frente a Candida Aminocandina Igual que otras equinocandinas En investigación Polienos Anfotericina B i.v., tópica Se une al ergosterol y provoca daño oxidativo directo en la membrana Fármaco conocido; amplio espectro; tóxico Formulaciones lipídicas (anfotericina B incluida en un complejo lipídico o dispersión coloidal, anfotericina B liposómica) i.v. Idéntico a anfotericina B Amplio espectro; menor toxicidad; caro Nistatina Suspensión oral, tópica Idéntico a anfotericina B Formulación liposómica (i.v.) en fase de investigación Inhibidor de la síntesis de quitina Nikomicina z i.v. Inhibición de la síntesisde quitina de la pared celular del hongo Fármaco en fase de investigación; es posible que sea útil en combinación con otros antifúngicos Derivados de sordarina y azasordarina Inhibición del factor de elongación 3 Fármaco en fase de investigación; amplio espectro de actividad, incluyendo Pneumocystis jirovecii Otros Amorolfina Butenafina HC Ciclopiroxolamina Griseofulvina Haloprogina tolnaftato Undecilenato tópica tópica tópica Oral tópica tópica tópica Otros, variados i.v., intravenosa. Tabla 69-1 Fármacos antifúngicos sistémicos y tópicos utilizados actualmente o en fase de desarrollo (cont.) FÁRMACOS ANtIFÚNGICOS 633 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. afinidad que al ergosterol. La unión de la anfotericina B al colesterol origina la mayor parte de la toxicidad asociada a su administración en el ser humano. Otro mecanismo de acción de la anfotericina B consiste en el daño directo a nivel de membrana producido por una cascada de reacciones oxidativas desencadenada por la oxidación del fármaco. Este proceso podría desempeñar un papel destacado en la rápida actividad antifúngica de la anfotericina B mediada por la generación de radicales libres tóxicos. El espectro de actividad de la anfotericina B es amplio y engloba a la mayoría de las cepas de Candida, Cryptococcus neoformans, género Aspergillus, los Mucormycetes y los patógenos dimórficos endémicos (Blastomyces dermatitidis, Coccidioides immitis, Histoplasma capsulatum, Paracocci dioides brasiliensis y Penicillium marneffei) (tabla 69-2). As pergillus terreus, el género Fusarium, Pseudallescheria boydii, Scedosporium prolificans, el género Trichosporon y varios hongos dematiáceos pueden ser resistentes a este fármaco. De la misma manera, se ha observado una disminución de la sensibilidad a la anfotericina B en algunas cepas de Can dida guilliermondii, Candida glabrata, Candida krusei, Candida lusitaniae y Candida rugosa. La resistencia a este compuesto se ha asociado a alteraciones de los esteroles de membrana, generalmente por reducción de la concentración de ergosterol. La anfotericina B se distribuye ampliamente en diversos tejidos y órganos, como el hígado, el bazo, el riñón, la médula ósea y el pulmón. A pesar de que tan sólo alcanza concen- traciones insignificantes en el líquido cefalorraquídeo, el fármaco suele ser eficaz en el tratamiento de las micosis que afectan al sistema nervioso central. Se considera que posee actividad fungicida frente a casi todos los hongos. Como indicaciones clínicas primarias de la anfotericina B cabe citar la candidiasis, la criptococosis, la aspergilosis, la mucormicosis, la blastomicosis, la coccidioidomicosis, la histoplasmosis, la paracoccidioidomicosis, la peniciliosis por Penicillium marneffei y la esporotricosis. Las formulaciones lipídicas de anfotericina B ofrecen un perfil superior de eficacia/toxicidad y se recomiendan fundamentalmente como tratamiento de micosis documentadas sin respuesta a la anfotericina B convencional o en pacientes con insufi- ciencia renal. Entre los principales efectos secundarios de la anfotericina B se encuentran la nefrotoxicidad y los efectos relacionados con la infusión del fármaco, como fiebre, escalofríos, mialgias, hipotensión y broncoespasmo. La ventaja más importante de las formulaciones lipídicas radica en una significativa re- ducción de los efectos secundarios, en especial en lo que se refiere a la nefrotoxicidad. La eficacia de estas formulaciones no supera la de la anfotericina B convencional y su coste es notablemente mayor. Azoles Los antifúngicos azólicos se dividen en dos grupos estruc- turales: los imidazoles (dos moléculas de nitrógeno en el anillo azólico) y los triazoles (tres moléculas de nitrógeno en el anillo azólico) (v. fig. 69-2). Dentro del grupo de los imidazoles, únicamente el ketoconazol posee actividad sis- témica. Todos los triazoles presentan actividad sistémica; en este grupo se incluyen el fluconazol, el itraconazol, el voriconazol y el posaconazol (v. tabla 69-1). El ravuconazol, el albaconazol y el isavuconazol pertenecen también a es- ta categoría y se encuentran en fase de evaluación clínica (v. tabla 69-1). Tanto los imidazoles como los triazoles actúan inhibiendo la enzima lanosterol 14-a-desmetilasa dependiente del cito- cromo P450 fúngico (fig. 69-4). Esta enzima participa en la conversión de lanosterol en ergosterol, y su inhibición altera la síntesis de la membrana celular del hongo. Dependiendo del microorganismo y el azol administrado, la inhibición de Figura 69-1 Lugares de acción de los antifúngicos. 634 MICROBIOLOGÍA MÉDICA la síntesis de ergosterol comporta la inhibición de la prolife- ración de la célula fúngica (fungostático) o bien la muerte celular (fungicida). En general los azoles presentan actividad fungicida frente a hongos levaduriformes, como las levadu- ras del género Candida y C. neoformans; sin embargo, el itraconazol, el voriconazol, el posaconazol y el ravuconazol parecen ser fungicidas frente a hongos pertenecientes al género Aspergillus. El ketoconazol es un miembro lipófilo de la clase de anti- fúngicos imidazólicos y se absorbe por vía oral. Su espectro de actividad engloba los patógenos dimórficos endémicos, el género Candida, C. neoformans y especies del género Malasse zia, si bien posee generalmente una actividad inferior que los antifúngicos pertenecientes a la clase de los imidazoles (v. tabla 69-2). Este fármaco tiene una actividad variable frente a P. boydii y una actividad escasa o nula frente a los Mucormycetes, el género Aspergillus, S. prolificans y el gé- nero Fusarium. La absorción de ketoconazol por vía oral es inconstante y requiere un pH gástrico ácido. Su lipofilia garantiza su pene- tración y concentración en los tejidos adiposos y los exuda- dos purulentos; no obstante, su elevado grado de asociación a proteínas (>99%) dificulta su penetración en el sistema nervioso central. El ketoconazol puede provocar diversos efectos secunda- rios graves, como gastrotoxicidad, hepatotoxicidad, náuseas, vómitos y exantema. Las dosis elevadas comportan la apari- ción de efectos secundarios endocrinos como consecuencia de la reducción de las concentraciones de testosterona y cortisol. Las indicaciones clínicas de ketoconazol son limitadas debido a la existencia de otros fármacos de mayor potencia y menor toxicidad. En el mejor de los casos es un fármaco de segunda línea en el tratamiento de las formas no meníngeas ni potencialmente mortales de la histoplasmosis, la blas- tomicosis, la coccidioidomicosis y la paracoccidioidomicosis en pacientes inmunocompetentes. Igualmente, puede em- plearse como tratamiento de la candidiasis mucocutánea y la esporotricosis linfocutánea. El fluconazol es un triazol de primera generación ca- racterizado por una excelente biodisponibilidad y una baja toxicidad. Se emplea con frecuencia y posee actividad frente a la mayoría de las especies del género Candida, C. neoformans, los dermatofitos, el género Trichosporon, H. capsulatum, C. immitis y P. brasiliensis (v. tabla 69-2). Den- tro del género Candida, se ha observado una reducción de la Figura 69-2 Estructuras químicas de antifúngicos representativos de cinco clases diferentes. Figura 69-3 Mecanismos de acción de la anfotericina B. FÁRMACOS ANtIFÚNGICOS 635 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. sensibilidad de C. krusei y C. glabrata. La primera especie presenta una resistencia intrínseca al fluconazol, mientras que las infecciones por la segunda se pueden tratar de forma satisfactoria utilizando dosis elevadas de este compuesto (p. ej., 800 mg/día). Puede aparecer resistencia cuando se emplea como tratamiento de la histoplasmosis; el fármaco es poco activo frente a B. dermatitidis. El fluconazol carece de actividad frente a los géneros Aspergillus y Fusarium y losMucormycetes. El fluconazol es una molécula soluble en agua cuya ad- ministración se efectúa por vía oral o intravenosa. Su grado de asociación a proteínas es bajo y se distribuye a todos los órganos y tejidos, entre ellos el sistema nervioso central. Son infrecuentes los efectos secundarios graves, como la dermatitis exfoliativa o la insuficiencia hepática. El fluconazol es importante en el tratamiento de la candidiasis, la criptococosis y la coccidioidomicosis gra- cias a su baja toxicidad, su facilidad de administración y su actividad fungostática frente a la mayoría de los hongos levaduriformes. Se administra como tratamiento primario de la candidemia y la candidiasis mucocutánea, además de como profilaxis en ciertas poblaciones de alto riesgo. Se usa como tratamiento de mantenimiento de la meningitis criptocócica en pacientes con síndrome de inmunodefi- ciencia adquirida (SIDA) y es el fármaco de elección en el tratamiento de la meningitis por C. immitis. Por otra parte, es un fármaco de segunda línea frente a la histoplasmosis, la blastomicosis y la esporotricosis. El itraconazol es un triazol lipófilo que puede administrar- se por vía oral en cápsula o solución. Posee un amplio espec- tro de actividad antifúngica que cubre el género Candida, C. neoformans, el género Aspergillus, los dermatofitos, los hon- gos miceliales dematiáceos, P. boydii, Sporothrix schenckii y los patógenos dimórficos endémicos (v. tabla 69-2). Es activo frente a algunas cepas resistentes a fluconazol de C. glabrata y C. krusei. Se han descrito algunas cepas de Aspergillus fumigatus resistentes a itraconazol, aunque son infrecuentes. Los Mucormycetes, Fusarium y S. prolificans son resisten- tes a este fármaco. Al igual que sucede con el ketoconazol, la absorción oral de itraconazol es inconstante y precisa de un pH gástrico ácido. La absorción se potencia cuando la solución oral se adminis- tra en ayunas. El itraconazol se caracteriza por un alto grado de unión a proteínas; presenta actividad fungostática frente a los hongos levaduriformes y actividad fungicida frente al género Aspergillus. No se ha evaluado adecuadamente la eficacia de este antifúngico en el tratamiento de la candidiasis hematógena, aunque resulta de utilidad en el tratamiento de las formas cutánea y mucosa de la candidiasis. Se ha administrado de manera frecuente en el tratamiento de las infecciones Figura 69-4 Vía metabólica para la síntesis del ergosterol, que muestra los puntos de inhibición por los fármacos antifúngicos de los grupos de las alilaminas, los azoles y los polienos. Ac-CoA, acetil-coenzima A; HMG-CoA, hidroximetilglutaril-coenzima A. Tabla 69-2 Espectro y actividad relativa de antifúngicos con actividad sistémica Microorganismo AMB FC KTZ ITZ FCZ VCZ ECH Género Candida C. albicans ++ + + ++ + + +++ ++ + + ++ + + ++ + + ++ + + C. glabrata +++ ++ + + ++ ++ ++ +++ ++ + + C. parapsilosis ++ + + ++ + + +++ ++ + + ++ + + ++ + + +++ C. tropicalis +++ ++ + + +++ +++ ++ + + ++ + + ++ + + C. krusei ++ + + ++ 0 ++ + + ++ + + Cryptococcus neoformans/gattii ++ + + +++ + ++ +++ ++ + + 0 Género Aspergillus ++ + + 0 + ++ + + 0 ++ + + +++ Género Fusarium +++ 0 0 + 0 +++ 0 Mucormycetes ++ + + 0 0 0 0 0 + Dimórficos endémicos Blastomyces dermatitidis ++ + + 0 ++ ++ + + + ++ + + ++ Coccidioides immitis ++ + + 0 ++ ++ + + ++ + + ++ + + ++ Histoplasma capsulatum ++ + + 0 ++ ++ + + ++ ++ + + ++ Penicillium marneffei ++ + + 0 ++ ++ + + ++ ++ + + Sporothrix schenckii ++ + + 0 ++ ++ + + ++ Hongos miceliales dematiáceos ++ + + + ++ ++ + + + ++ + + 0 AMB, anfotericina B; ECH, equinocandinas (anidulafungina, caspofungina y micafungina); FC, flucitosina; FCZ, fluconazol; ITZ, itraconazol; KTZ, ketoconazol; VCZ, voriconazol. 0, inactivo o no recomendado; +, actividad ocasional; ++, actividad moderada con descripciones de resistencia; +++ actividad fiable con resistencia ocasional; ++++ muy activo, resistencia infrecuente o no descrita. 636 MICROBIOLOGÍA MÉDICA dermatofíticas y es el fármaco de elección frente a la es- porotricosis linfocutánea y las variantes sin afectación meníngea ni potencialmente mortales de la histoplasmosis, la blastomicosis y la paracoccidioidomicosis. Puede ser útil frente a la coccidioidomicosis no meníngea, como trata- miento de mantenimiento de la meningitis criptocócica y frente a algunas formas de feohifomicosis (v. tabla 69-2). Se considera un fármaco de segunda línea frente a la aspergilo- sis invasiva, aunque carece de utilidad como tratamiento de infecciones causadas por el género Fusarium, los Mucormy- cetes o S. prolificans. A diferencia de lo observado en el caso del fluconazol, las interacciones farmacológicas son frecuentes en el caso del itraconazol. La hepatotoxicidad grave es un efecto secundario infrecuente, al igual que otras reacciones adversas, como la intolerancia gastrointestinal, la hipopotasemia, el edema, el exantema y la elevación de las transaminasas. El voriconazol es un nuevo triazol de amplio espectro con actividad frente al género Candida, C. neoformans, el género Trichosporon, el género Aspergillus, el género Fusa rium, los hongos dematiáceos y los patógenos dimórficos endémicos (v. tabla 69-2). En lo que se refiere al género Candida, el voriconazol es activo frente a C. krusei y la mayoría de las cepas de Candida albicans y C. glabrata con menor sensibilidad a fluconazol. A pesar de que carece de actividad frente a los Mucormycetes, es activo frente a los hongos resistentes a anfotericina B, como A. terreus y P. boydii. El voriconazol se comercializa en formulaciones tanto ora- les como intravenosas. Su penetración en el sistema nervioso central y en otros tejidos es excelente. Tiene actividad fungos- tática frente a los hongos levaduriformes y actividad fungicida frente al género Aspergillus. La indicación primaria de este fármaco es el tratamiento de la aspergilosis invasiva. También se ha aprobado su adminis- tración frente a infecciones causadas por P. boydii y el género Fusarium en pacientes con intolerancia a otros antifúngicos o con infecciones resistentes a estos. Se ha demostrado su eficacia como tratamiento de diversas formas de candidiasis, y ha dado resultados satisfactorios como tratamiento de diversas infecciones causadas por patógenos emergentes o resistentes, como los abscesos cerebrales provocados por el género Aspergillus y P. boydii. Aunque alrededor de un tercio de los pacientes sufre alteraciones visuales transitorias, el voriconazol tiene gene- ralmente de una buena tolerancia. Otros efectos secundarios son diversas anomalías de las enzimas hepáticas, reacciones cutáneas y alucinaciones o confusión. Son frecuentes las interacciones con otros fármacos metabolizados por el sistema enzimático hepático P450. El posaconazol es un derivado triazólico con una estruc- tura química similar al itraconazol. El posaconazol es muy activo frente a Candida, Cryptococcus, los hongos dimórficos y los hongos filamentosos, como Aspergillus, además de los Mucormycetes. El posaconazol está disponible sólo en forma de sus- pensión oral de liberación inmediata que contiene polisor- bato 80 como emulsionante. A diferencia del voriconazol, la absorción del posaconazol aumenta con la ingesta de alimentos y es máxima cuando se ingiere simultáneamente una comida grasa. Hay una variabilidad de la concentración plasmática máxima relativamente amplia de unos pacientes a otros, lo que indica que puede ser importante la moni- torización de la concentración terapéutica del posaconazol para optimizar el uso de este fármaco. De manera similar al voriconazol, el posaconazol tiene actividad fungostática frente a hongos levaduriformes y es fungicida frente al género Aspergillus. El posaconazol ha sido autorizado por la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense para la profilaxis de las micosis invasivas en receptores de un trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) con enfermedadinjerto contra huésped (EICH) y en pacientes con neoplasias hemá- ticas y neutropenia prolongada. También ha sido autorizado por la FDA para el tratamiento de la candidiasis orofaríngea. En Europa el posaconazol está autorizado además para las siguientes micosis refractarias a anfotericina B y/o itracona- zol: aspergilosis, fusariosis, cromoblastomicosis, micetoma y coccidioidomicosis. El posaconazol generalmente se tolera bien. Los efec- tos adversos más frecuentes son leves e incluyen síntomas digestivos, exantema, sofocos faciales, sequedad de boca y cefalea. Igual que con otros azoles, se ha descrito toxicidad hepática, y se recomienda el seguimiento de las pruebas funcionales hepáticas antes y durante el tratamiento con posaconazol. Son frecuentes las interacciones con otros fármacos que son metabolizados por el sistema enzimático hepático P450. Equinocandinas Las equinocandinas constituyen una nueva clase muy selec- tiva de lipopéptidos semisintéticos (v. fig. 69-2) que inhiben la síntesis de 1,3-b-glucanos, unos importantes componen- tes de la pared celular del hongo (fig. 69-5; v. tabla 69-1 y fig. 69-1). Dado que las células de mamífero no contienen 1,3-b-glucanos, esta clase de fármacos se asocia a una to- xicidad selectiva para los hongos, en los que los glucanos desempeñan una destacada función en el mantenimiento de la integridad osmótica de la célula. Además, los glucanos son importantes en los procesos de división y proliferación celular. La inhibición de la enzima encargada de la síntesis de estas moléculas tiene una acción fungicida frente a Candida y fungostática frente a Aspergillus. En la actualidad existen tres equinocandinas (anidulafungina, caspofungina y micafungina) Figura 69-5 Mecanismo de acción de las equinocandinas. FÁRMACOS ANtIFÚNGICOS 637 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. aprobadas para el tratamiento o la prevención de distintas micosis (v. tabla 69-1). El espectro de actividad de las equinocandinas se limita a aquellos hongos en los que los 1,3-b-glucanos constituyen el principal componente de la pared celular. Como tales, son activas frente a los géneros Candida y Aspergillus, y tienen una actividad variable frente a los hongos dematiáceos y los patógenos dimórficos endémicos (v. tabla 69-2). Carecen de actividad frente a C. neoformans, el género Trichosporon, el género Fusarium, otros hongos miceliales hialinos y los Mucormycetes. Las equinocandinas presentan una actividad excelente frente a las cepas del género Candida resistentes a fluconazol. La resistencia primaria a este grupo de compues- tos parece ser infrecuente en las cepas clínicas pertenecientes a los géneros Candida y Aspergillus. Las equinocandinas se deben administrar por vía intrave- nosa y se asocian en un grado elevado a proteínas (>95%). Se distribuyen a los principales órganos, aunque alcanzan unas concentraciones bajas en el líquido cefalorraquídeo. Todas las equinocandinas tienen una tolerancia buena y provocan escasas interacciones farmacológicas. El espectro y la potencia frente a los géneros Candida y Aspergillus de las tres equinocandinas son similares. La cas- pofungina está aprobada como tratamiento de la candidiasis invasiva, incluida la candidemia, y también para el trata- miento de pacientes con aspergilosis invasiva que no toleran o que no responden a otros antifúngicos. La anidulafungina está aprobada como tratamiento de la candidiasis esofágica y la candidemia, y la micafungina está aprobada para el tratamiento de la candidiasis esofágica y la candidemia y para la prevención de la candidiasis invasiva. Antimetabolitos La flucitosina (5-fluorocitosina [5-FC]) es el único antifúngi- co comercializado que actúa como antimetabolito. Se trata de un análogo fluorado de la pirimidina que ejerce su actividad antifúngica al interferir en la síntesis del ácido desoxirribonu- cleico (ADN), el ácido ribonucleico (ARN) y las proteínas en la célula fúngica (v. fig. 69-1). El fármaco penetra en la célula fúngica a través de una citosina permeasa y se desamina para transformarse en 5-fluorouracilo (5-FU) en el citoplasma. La molécula de 5-FU se convierte en ácido 5-fluorouridílico, que compite con el uracilo en la síntesis del ARN y da lugar a errores de codificación en el ARN e inhibición de la síntesis de ADN y proteínas. El espectro antifúngico de la flucitosina está limitado al género Candida, C. neoformans, el género Rhodotorula, Saccharomyces cerevisiae y ciertos hongos dematiáceos (v. tabla 69-2). Aunque la resistencia primaria a flucitosina es infrecuente en las cepas del género Candida, durante la monoterapia con flucitosina puede aparecer resistencia tanto en las especies de este género como en C. neoformans. Este fármaco carece de actividad frente al género Aspergi llus, los Mucormycetes y otros hongos miceliales hialinos. La flucitosina es soluble en agua y presenta una excelente biodisponibilidad cuando se administra por vía oral. Puede alcanzar concentraciones elevadas en el plasma, el líquido ce- falorraquídeo y otros líquidos corporales. Se observan efectos tóxicos importantes, como mielosupresión, hepatotoxicidad e intolerancia gastrointestinal, cuando sus concentraciones plasmáticas superan los 100 mg/ml. Para evitar la toxicidad es importante monitorizar las concentraciones plasmáticas de flucitosina. La flucitosina no se administra en monoterapia debido a la tendencia a la aparición de resistencia secundaria. Se ha demostrado que la combinación de flucitosina con an- fotericina B o fluconazol es eficaz en el tratamiento de la criptococosis y la candidiasis. Alilaminas El grupo de antifúngicos formado por las alilaminas incluye a la terbinafina, que posee actividad sistémica, y la naftifina, un compuesto tópico (v. tabla 69-1). Estos fármacos inhiben la enzima escualeno epoxidasa, lo que origina una disminución de la concentración de ergosterol y un aumento de la de escualeno en la membrana celular del hongo (v. figs. 69-1 y 69-4). La terbinafina es un fármaco antifúngico lipófilo que tiene un amplio espectro de actividad que cubre los dermatofitos, Candida spp., Malassezia furfur, C. neoformans, los géneros Trichosporon y Aspergillus, S. schenckii y Penicillium mar neffei (v. tabla 69-2). Se comercializa en dos formulaciones, oral y tópica, y alcanza unas concentraciones elevadas en los tejidos adiposos, la piel, el cabello y las uñas. La terbinafina es un tratamiento eficaz de casi todas las formas de dermatomicosis, como la onicomicosis, y se asocia a pocos efectos secundarios. Se ha demostrado su eficacia clí- nica en el tratamiento de la esporotricosis, la aspergilosis y la cromoblastomicosis; por otra parte, ha dado unos resultados prometedores como tratamiento de infecciones causadas por especies de Candida resistentes a fluconazol cuando se combina con este fármaco. Griseofulvina La griseofulvina es un compuesto oral que se emplea en el tratamiento de infecciones producidas por los dermatofitos. Se cree que inhibe la proliferación del hongo mediante su interacción con los microtúbulos de la célula fúngica, lo que conlleva la inhibición de la mitosis (v. tabla 69-1 y fig. 69-1). Se considera que constituye un fármaco de segunda línea en el tratamiento de las dermatofitosis. Ciertos fármacos nuevos, como el itraconazol y la terbinafina, presentan una acción más rápida y tienen una eficacia superior. Asimismo, la griseofulvina se asocia a diversos efectos secundarios leves, como náuseas, diarrea, cefalea, hepatotoxicidad, exantema y reacciones neurológicas. Antifúngicos tóPicos En la actualidad existe un amplio abanico de preparacio- nes antifúngicas tópicas para el tratamiento de las micosis cutáneas y mucosas (v. tabla 69-1). Se han comercializado preparaciones tópicas de casi todas las clases de antifúngicos, como los polienos (p. ej., anfotericina B, nistatina, pimarici- na), las alilaminas(p. ej., naftifina y terbinafina) y numero- sos imidazoles y fármacos pertenecientes a otros grupos (v. tabla 69-1). Se dispone de cremas, lociones, pomadas, polvos y pulverizadores para el tratamiento de las micosis cutáneas y la onicomicosis, mientras que las infecciones mucosas se tratan mejor con suspensiones, comprimidos, pastillas o supositorios. La elección de un tratamiento tópico o sistémico frente a una micosis cutánea o mucosa suele depender del estado del paciente y del tipo y la extensión de la infección. La mayoría de las infecciones dermatofíticas cutáneas y la candidiasis bu- cal o vaginal responden al tratamiento tópico, mientras que la naturaleza resistente de otras entidades, como la onicomicosis o la tiña del cuero cabelludo, suele precisar de un tratamiento sistémico a largo plazo. 638 MICROBIOLOGÍA MÉDICA Antifúngicos en fAse de inVestigAción Actualmente varios antifúngicos se encuentran en diversas fases de evaluación clínica. Entre estos fármacos en fase de investigación se incluyen algunos con modos de acción conocidos y nuevas clases de antifúngicos, como una formu- lación liposómica de nistatina, nuevos triazoles (albaconazol, isavuconazol y ravuconazol), equinocandinas (aminocandina), un inhibidor de la síntesis de la quitina (nikomicina Z) y derivados de la sordarina y la azasordarina (v. tabla 69-1). Los mecanismos de acción y el espectro de actividad de la nistatina liposómica, los nuevos triazoles y las equino- candinas son prácticamente idénticos a los de los fármacos comercializados pertenecientes a esos grupos (v. tablas 69-1 y 69-2). En cierta medida, los nuevos fármacos de cada clase ofrecen unos perfiles farmacocinético y farmacodinámico posiblemente más favorables, una reducción de la toxicidad o de las interacciones farmacológicas, o una posible mejora de la actividad frente a algunos patógenos resistentes a los com- puestos comercializados hasta ahora. Por el contrario, los fármacos completamente nuevos, como las sordarinas y las azasordarinas, interaccionan con una nueva diana, el factor de elongación 3, que reviste una enorme importancia para la síntesis proteica. La inhibición de la síntesis de la quitina de la pared celular del hongo por la nikomicina Z supone un novedoso abordaje que podría resultar útil en combinación con otros inhibidores de la pared celular o la síntesis de la membrana celular. El desarrollo de fármacos con nuevos mecanismos de acción es una apuesta necesaria, al tiempo que prometedora, para la evolución de los tratamientos antifúngicos. comBinAciones de fármAcos Antifúngicos en el trAtAmiento de lAs micosis La elevada mortalidad asociada a las micosis oportunistas ha impulsado el desarrollo de nuevos antifúngicos, entre los que se encuentran algunos con novedosos mecanismos de acción (v. tabla 69-1). Además de la utilización intensiva de nuevos fármacos antifúngicos, como el voriconazol y la caspofungina, en monoterapia, la administración de combinaciones basadas en azoles, equinocandinas y polienos frente a las micosis de tratamiento más complejo, como las infecciones por hongos miceliales oportunistas, está siendo objeto de un intenso debate. El fundamento teórico del tratamiento combinado es la posibilidad de obtener un desenlace clínico más favorable mediante la administración de combinaciones de antifúngicos en comparación con la monoterapia. El interés en utilizar politerapia antifúngica es especialmente destacado en infec- ciones como la aspergilosis invasiva, cuya mortalidad asociada es excesiva. Al plantear un posible tratamiento combinado, el mé- dico ha de perseguir la sinergia y evitar el antagonismo de los fármacos empleados. La sinergia se alcanza cuando el desenlace obtenido con la combinación de fármacos es significativamente mejor que el correspondiente a cualquiera de ellos por separado. De forma inversa, el antagonismo se da cuando la combinación es menos activa o eficaz que cualquiera de los antifúngicos por separado. En el ámbito del tratamiento antifúngico existen algunos mecanismos que hay que tener en cuenta en el diseño de una estrategia combinada eficaz. 1) Se pueden inhibir distintas fases de la misma ruta metabólica. Se trata de un abordaje clásico para lograr la sinergia entre los fármacos antimicrobianos. Un ejemplo es la combinación de terbinafina y un azol, en la que ambos compuestos actúan sobre la ruta de los esteroles a distintos niveles (v. fig. 69-4) y provocan la inhibición de la síntesis de ergosterol y la alteración de la membrana celular del hongo. 2) Se puede conseguir el aumento de la penetración de un compuesto en la célula gracias a la acción permeabilizadora del otro en la pared o la membrana celular. La combinación de anfotericina B (alteración de la mem- brana celular) y flucitosina (inhibición intracelular de la síntesis de ácidos nucleicos) representa un ejemplo conocido de esta interacción. 3) Puede realizarse la inhibición del transporte de un fármaco al exterior de la célula gracias a la acción del otro compuesto. Muchos hongos emplean bombas de eflujo dependientes de energía para extraer de forma activa los fármacos antifúngicos de la célula, lo que evita sus efectos tóxicos. La inhibición de dichas bombas por compuestos como la reserpina se ha asociado a un aumen- to de la actividad de los azoles frente al género Candida. 4) Puede conseguirse la inhibición simultánea de distintas dianas de la célula fúngica. La inhibición de la síntesis de la pared celular por un fármaco como la caspofungina, aco- plada a la alteración de función de la membrana celular por anfotericina B o azoles, es representativa de este tipo de combinación. Aunque el tratamiento antifúngico combinado resulta atractivo, se asocia a algunas posibles desventajas. El an- tagonismo de distintos antifúngicos cuando forman parte de un tratamiento combinado también constituye una po- sibilidad clara que puede producirse a través de diversos mecanismos: 1) la acción del primer compuesto comporta una disminución de la diana del segundo; la acción de los azoles reduce enormemente la concentración de ergosterol en la membrana celular, el cual es la diana principal de la anfotericina B; 2) la acción de un fármaco modifica la diana del otro compuesto; la inhibición de la síntesis de ergosterol por los azoles conlleva la acumulación de esteroles metilados, a los que la anfotericina B se une con una afinidad menor, y 3) el sitio de la diana de un fármaco puede verse inhibido por el otro compuesto. Las moléculas lipófilas, como el itracona- zol, pueden adsorberse a la pared celular del hongo e inhibir la unión de la anfotericina B a los esteroles de membrana. A pesar de estas posibles ventajas y limitaciones, son pocos los datos que respaldan la obtención de sinergia mediante la administración clínica de diversas combinaciones. De igual modo, aunque el antagonismo puede demostrarse en el laboratorio, no se ha observado un antagonismo significa- tivo en la clínica al emplear combinaciones de antifúngicos. Al considerar todos los datos analíticos y clínicos de estas combinaciones, tan sólo se puede identificar un número limitado de casos en los que el tratamiento combinado haya obtenido resultados beneficiosos frente a las micosis invasivas (tabla 69-3). Los datos más fiables proceden del tratamiento de la criptococosis, en el que la combinación de anfotericina B y flucitosina ha sido beneficiosa frente a la meningitis crip- tocócica. Los datos relativos a la combinación de flucitosina con fluconazol o de anfotericina B con triazoles son menos convincentes, aunque estas combinaciones también parecen ser beneficiosas en el tratamiento de la criptococosis. En general, la candidiasis se trata correctamente con un único fármaco antifúngico, como anfotericina B, caspofungina o fluconazol; sin embargo, el tratamiento combinado puede ser útil en ciertos casos. La combinación de anfotericina B y fluconazoles ventajosa en el tratamiento de la candidemia. Igualmente, la combinación de terbinafina junto con un azol FÁRMACOS ANtIFÚNGICOS 639 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ha dado unos resultados prometedores como tratamiento de la candidiasis bucofaríngea resistente. La flucitosina combina- da con anfotericina B o con un triazol tiene efectos positivos en la supervivencia y la carga hística de la infección en los modelos animales de candidiasis. En la actualidad el trata- miento combinado de esta entidad ha de reservarse a ciertas variantes, como la meningitis, la endocarditis, la infección hepatoesplénica y la candidiasis recurrente o resistente a la monoterapia. Aunque el tratamiento combinado resulta extremada- mente atractivo en el marco de la aspergilosis invasiva, en este momento no existen datos que respalden su utilización. No se ha publicado aún ningún ensayo clínico de evaluación del tratamiento combinado frente a este trastorno. Los es- tudios in vitro y en modelos animales han arrojado unos resultados variables. Las combinaciones de equinocandinas con azoles o anfotericina B han dado resultados favorables. De igual modo, la asociación de anfotericina B a rifampicina parece ser sinérgica. Los trabajos centrados en flucitosina o rifampicina junto con anfotericina B o azoles se han asocia- do a resultados variables. A pesar de la necesidad urgente de mejores alternativas terapéuticas frente a la aspergilosis invasiva, son escasos los indicios sobre la mejora del pronós- tico asociada al tratamiento combinado. Este tratamiento debe administrarse de forma cautelosa hasta la publicación de datos clínicos adicionales. mecAnismos de resistenciA A los fármAcos Antifúngicos A la vista del señalado papel que ocupa el género Candida en la etiología de las micosis invasivas, no resulta sorpren- dente que la mayoría de los datos relativos a los mecanismos de resistencia a los antifúngicos proceda de estudios sobre C. albicans y otras especies de este género. La comprensión de los mecanismos de resistencia en el género Aspergillus y C. neoformans es más deficiente, y apenas se dispone de información sobre estos mecanismos en otros patógenos fúngicos oportunistas. A diferencia de los mecanismos de resistencia a los fár- macos antibacterianos, no hay indicios sobre la aparición de resistencias por destrucción o modificación de los fármacos antifúngicos por parte de los hongos. De la misma manera, los genes de resistencia antifúngica no se trasmiten de una célula a otra de modo semejante a lo que sucede en un gran número de genes de resistencia bacteriana. Se sabe, no obstante, que las bombas de eflujo de múltiples fármacos, las alteraciones de la diana y la restricción del acceso a la diana del fármaco son algunos mecanismos importantes de resistencia a los compuestos antifúngicos, de forma análoga a lo observado en la resistencia a los antibacterianos (tabla 69-4). En contraposición a la rápida aparición y diseminación de multirresistencia de alto nivel registradas en las bacterias patógenas, la resistencia a los fármacos antifúngicos suele desarrollarse de forma progresiva e im- plica la aparición de especies con resistencia intrínseca o una alteración gradual de las estructuras o funciones celulares que se traduce en la adquisición de resistencia frente a un fármaco al que la célula fúngica se ha expuesto previamente. Polienos La resistencia a los polienos, y especialmente a la anfoteri- cina B, continúa siendo infrecuente a pesar de su utilización generalizada durante más de 30 años. Se ha comuni- cado la disminución de la sensibilidad a anfotericina B en cepas de Candida lusitanie, C. glabrata, C. krusei y C. guilliermondii. Aunque puede observarse una resistencia primaria, la mayor parte de la resistencia a anfoterici- na B en el género Candida se debe a la exposición previa al fármaco. Generalmente, el género Aspergillus es sensible a anfotericina B; sin embargo, la especie A. terreus des- taca por su aparente capacidad de resistencia in vitro e in vivo. Se ha descrito la aparición de resistencia secundaria a anfotericina B en C. neoformans, si bien se trata de un hallazgo infrecuente. Los mecanismos de resistencia a la anfotericina B parecen deberse a modificaciones cualitativas y cuantitativas de la célula fúngica. Los mutantes resistentes a anfotericina B del género Candida y la especie C. neoformans poseen un menor contenido en ergosterol, han sustituido los es- teroles de unión a polienos (p. ej., ergosterol) por otros con menor afinidad por estas moléculas (p. ej., fecosterol) o han enmascarado el ergosterol presente en sus membranas celulares, de modo que impiden la unión de los polienos a través de diversos factores estéricos o termodinámicos. Se ignora cuál es el mecanismo molecular de resistencia a anfotericina B; no obstante, el análisis de los esteroles de distintas cepas pertenecientes al género Candida o de C. neoformans indican que presentan defectos en los ge- nes ERG2, ERG3 o ERG6 que codifican las enzimas este- rol C-8 isomerasa, esterol C-5 desaturasa y esterol C-25 metil- transferasa, respectivamente. Azoles La utilización generalizada de los azoles, en especial de fluconazol, como tratamiento y profilaxis de las micosis ha originado la aparición de casos de resistencia a este grupo de Tabla 69-3 Resumen de posibles combinaciones útiles de antifúngicos en el tratamiento de micosis frecuentes Infección Combinación de antifúngicos Comentarios Candidiasis AMB + FCz Buenos resultados clínicos en pacientes con candidemia AMB + FC Resultados clínicos satisfactorios en pacientes con peritonitis Criptococosis AMB + FC Buenos resultados clínicos en pacientes con meningitis criptocócica AMB + FCz Resultados clínicos satisfactorios en pacientes con meningitis criptocócica FC + FCz Resultados clínicos satisfactorios en pacientes con meningitis criptocócica Aspergilosis AMB + FC Efectos beneficiosos in vivo (modelo animal); ningún dato en el ser humano AMB + azoles Ningún efecto beneficioso en modelos animales AMB + equinocandinas Efectos beneficiosos in vivo (modelo animal); ningún dato en el ser humano triazoles + equinocandinas Efectos beneficiosos in vivo (modelo animal); ningún dato en el ser humano AMB, anfotericina B; FC, flucitosina; FCZ, fluconazol. 640 MICROBIOLOGÍA MÉDICA antifúngicos. Por suerte, la resistencia primaria al fluconazol es infrecuente en la mayor parte de las especies de Candida que producen infecciones fúngicas. De las cinco especies de Candida aisladas con una frecuencia mayor de la san- gre de pacientes infectados (a saber, C. albicans, C. glabrata, C. parapsilosis, C. tropicalis y C. krusei), únicamente C. krusei posee resistencia intrínseca al fluconazol. En lo que se refiere a las restantes especies, aproximadamente un 10% de las cepas de C. glabrata presentan resistencia primaria al fluconazol, y menos de un 2% de C. albicans, C. parapsilosis y C. tropicalis son resistentes a este fármaco. Los nuevos triazoles (voriconazol, posaconazol y ravuconazol) son más potentes que el fluconazol frente al género Candida y son activos frente a C. krusei y algunas cepas de Candida resis- tentes a fluconazol; sin embargo, se ha descrito una intensa correlación positiva entre la actividad del fluconazol y la de otros triazoles, lo que apunta a la existencia de un cierto grado de reactividad cruzada de los componentes de este grupo de antifúngicos. Igualmente, la resistencia primaria al fluconazol es infre- cuente en las cepas clínicas de C. neoformans. Se ha descrito resistencia secundaria en cepas procedentes de pacientes con SIDA y meningitis criptocócica recidivante. Aunque se considera que la resistencia del género As pergillus a los azoles es poco frecuente, se ha observado un aumento de la resistencia en varias regiones geográficas desde 1999. Recientes datosde los Países Bajos y Dinamarca indican la posibilidad de que la resistencia de A. fumigatus a los azoles puede ser un efecto secundario del uso de fungicidas en el medio ambiente. La resistencia cruzada entre itraconazol, posaconazol y voriconazol varía dependiendo del mecanismo de resistencia. La resistencia a los azoles del género Candida podría deberse a los siguientes mecanismos: modificación de la cantidad o la estructura de las enzimas diana, reducción del acceso del fármaco a su diana o alguna combinación de ambos mecanismos. Por tanto, las mutaciones puntuales del gen (ERG11) que codifica la enzima diana, lanosterol 14-a-desmetilasa, generan una diana modificada con una menor afinidad por los azoles. La sobreexpresión de ERG11 produce grandes cantidades de la enzima diana, por lo que su inactivación requiere la presencia de más moléculas del fármaco en el interior de la célula. La activación de los genes que codifican bombas de eflujo de múltiples fármacos se traduce en la expulsión activa de los azoles al exterior de la célula fúngica. La activación de los genes que codifican bom- bas de eflujo de tipo facilitador principal (MDR) confiere resistencia al fluconazol, mientras que la activación de los genes que codifican transportadores con cassette de unión a trifosfato de adenosina (ATP) (CDR) originan resistencia a varios azoles. Estos mecanismos pueden actuar de forma independiente, secuencial o simultánea y crear cepas de Candida con niveles cada vez mayores de resistencia a los azoles. Los mecanismos de resistencia a los azoles por parte del género Aspergillus están bien caracterizados actualmente para A. fumigatus, pero no para otras especies de Aspergillus. Al parecer, el aumento de actividad de las bombas de eflujo y diversas alteraciones de la enzima diana 14-a-desmetilasa configuran los mecanismos de resistencia a itraconazol, posa- conazol y voriconazol en aislados de A. fumigatus. Mutaciones específicas del gen CYP51A que codifican la enzima diana pueden producir resistencia a uno, a dos o a los tres triazoles. Además, mecanismos de resistencia todavía no definidos Tabla 69-4 Mecanismos implicados en la aparición de resistencia a antifúngicos en hongos patógenos Hongo Anfotericina B Flucitosina Itraconazol Fluconazol Equinocandinas Aspergillus fumigatus Alteración de la enzima diana, 14-a-desmetilasa Disminución de la acumulación de azoles Candida albicans Disminución de ergosterol Sustitución de esteroles de unión a polienos Enmascaramiento de ergosterol Pérdida de actividad permeasa Desaparición de la actividad citosina desaminasa Pérdida de la actividad uracilo fosforribosiltransferasa Sobreexpresión o mutación de 14-a-desmetilasa Sobreexpresión de bombas de eflujo, genes CDR y MDR Mutación del gen fks1 Candida glabrata Alteración o disminución de contenido en ergosterol Desaparición de actividad permeasa Sobreexpresión de bombas de eflujo (genes CgCDR) Mutación del gen fks1 y/o fks2 Candida krusei Alteración o disminución de contenido en ergosterol Expulsión activa Reducción de la afinidad por la enzima diana, 14-a-desmetilasa Mutación del gen fks1 Candida lusitaniae Alteración o disminución de contenido en ergosterol Producción de esteroles modificados Cryptococcus neoformans Defectos en la síntesis de esteroles Reducción del ergosterol Producción de esteroles modificados Alteraciones en la enzima diana Sobreexpresión de la bomba de eflujo MDR FÁRMACOS ANtIFÚNGICOS 641 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. también pueden contribuir a la resistencia a los azoles en aislados de A. fumigatus de pacientes que han recibido tra- tamiento crónico con azoles. De manera semejante, la resistencia secundaria a fluco- nazol en cepas de C. neoformans se ha asociado a la sobre- expresión de bombas de eflujo MDR y a la modificación de la enzima diana. Asimismo, se ha demostrado que C. neo formans posee una bomba de eflujo CDR. Equinocandinas La caspofungina, la anidulafungina y la micafungina tienen una potente actividad fungicida frente al género Candida, incluyendo las cepas resistentes a los azoles. Las cepas clínicas de este género con una sensibilidad disminuida a las equino- candinas son infrecuentes pero se reconocen con una inci- dencia cada vez mayor en pacientes que reciben tratamiento crónico con estos fármacos. La creación en el laboratorio de cepas mutantes de C. albicans con resistencia a caspofungina ha demostrado que la frecuencia de aparición de estos mu- tantes es muy baja (1 de 108 células) y parece indicar un bajo potencial de aparición de resistencia en el contexto clínico. La resistencia a las equinocandinas también ha sido poco frecuente en aislados clínicos de Aspergillus; sin embargo, se han seleccionado mutantes resistentes a equinocandinas obtenidos en el laboratorio. El mecanismo de resistencia a las equinocandinas que se ha caracterizado en cepas de laboratorio de C. albicans y en cepas clínicas de C. albicans, C. glabrata, C. tropicalis, C. krusei y C. lusitaniae se basa en la alteración del com- plejo enzimático encargado de la síntesis de glucanos, que presenta una sensibilidad notablemente menor a la inhibi- ción por los fármacos de esta clase. Estas cepas contienen mutaciones puntuales en el gen fks1 o fks2 (C. glabrata) que codifica una proteína integral de membrana (Fks1p o Fks2p), que constituye la subunidad catalítica del citado complejo enzimático. La mutación en fks produce cepas resistentes a todas las equinocandinas, aunque continúan siendo sensibles a los polienos y los azoles. El gen fks tam- bién es esencial en el género Aspergillus, y se ha demostrado que cepas de A. fumigatus con mutaciones de fks1 tienen menor sensibilidad a todas las equinocandinas in vitro e in vivo. Se demostró que una cepa de A. fumigatus resistente a las equinocandinas tenía menor capacidad de producir infección que una cepa natural, lo que indica que esto puede explicar la escasez de cepas clínicas que expresan resistencia a las equinocandinas. Flucitosina La resistencia primaria a la flucitosina es infrecuente en las cepas clínicas pertenecientes al género Candida o a C. neo formans. Sin embargo, se ha descrito la aparición de resis- tencia secundaria en especies de Candida y en C. neoformans durante la monoterapia con este fármaco. La resistencia a la flucitosina puede aparecer como conse- cuencia de una disminución de la captación del compuesto (pérdida de actividad permeasa) o de la desaparición de una actividad enzimática necesaria para convertir flucitosina en 5-FU (citosina desaminasa) y ácido 5-fluorouridílico (FUMP pirofosforilasa). La uracilo fosforribosiltransferasa, otra enzi- ma de la ruta de recuperación de pirimidinas, también lleva a cabo una destacada función en la formación de 5-fluorou- racilmonofosfato (FUMP), y la pérdida de su actividad basta para conferir resistencia a flucitosina. Alilaminas Aunque son posibles los fracasos clínicos durante el trata- miento de las micosis con terbinafina y naftifina, no se ha logrado demostrar que estén relacionados con la resistencia a estos fármacos. Se ha observado que la bomba de eflujo de múltiples fármacos CDR1 emplea la terbinafina como sus- trato, por lo que podría existir un mecanismo de resistencia a las alilaminas basado en ella. Factores clínicos que influyen en la aparición de resistencia El tratamiento antifúngico puede fracasar a nivel clínico in- cluso cuando el fármaco empleado disponga de actividad frente al hongo causante de la infección. La compleja inte- racción del hospedador, el fármaco y el patógeno fúngico se ve influida por diversos factores, como el estado inmunitario del hospedador, la localización y la gravedad de la infección, la presencia de un cuerpo extraño (p. ej., catéter, injerto vascular), la actividad del fármaco en el foco de la infección, la dosisy la duración del tratamiento, y el cumplimiento terapéutico. Es preciso recordar que la presencia de neu- trófilos, la administración de fármacos inmunomoduladores, las infecciones concomitantes (p. ej., por virus de la inmu- nodeficiencia humana), las intervenciones quirúrgicas y la edad y el estado nutricional del hospedador pueden revestir una importancia mayor en el desenlace de la infección que la capacidad del antifúngico de inhibir o destruir el microor- ganismo responsable del proceso. Pruebas de sensibilidad a antifúngicos Las pruebas de sensibilidad in vitro a los antifúngicos pretenden determinar la actividad relativa de uno o más fármacos frente al patógeno con el propósito de seleccionar la alternativa terapéutica más adecuada como tratamiento de la infección. Por tanto, las pruebas de sensibilidad a los antifúngicos se llevan a cabo por las mismas razones por las que se realizan pruebas con fármacos antibacterianos. Las pruebas de sensibilidad a antifúngicos permiten: 1) obtener una estimación fiable de la actividad relativa de dos o más antifúngicos frente al microorganismo estudiado; 2) deter- minar la correlación existente con la actividad antifúngica in vivo y predecir el desenlace más probable del tratamien- to; 3) vigilar la aparición de resistencia en una población normalmente sensible de microorganismos, y 4) predecir el potencial terapéutico de los nuevos fármacos en fase de investigación. Los métodos estandarizados de realización de pruebas de sensibilidad a antifúngicos son reproducibles, precisos y posibles para un laboratorio clínico. En la actualidad, estas pruebas se utilizan con una frecuencia cada vez mayor como complemento rutinario al tratamiento de las micosis. Se han elaborado diversas directrices con el fin de regular la utiliza- ción de estas pruebas como complemento de otros estudios analíticos. La aplicación selectiva de las pruebas de sensibi- lidad a antifúngicos, asociada a la identificación del hongo a nivel de especie, es especialmente útil en las infecciones de tratamiento complejo. Sin embargo, es preciso recordar que la sensibilidad in vitro del microorganismo causante de la infección al antimicrobiano representa únicamente uno de los varios factores implicados en la probabilidad de éxito del tratamiento frente a la infección (v. Factores clínicos que influyen en la aparición de resistencia). 642 MICROBIOLOGÍA MÉDICA PREGUNtAS 1. ¿Cuál es el mecanismo de acción de los fármacos antifúngicos del grupo de las equinocandinas? ¿Por qué esto se considera una ventaja en esta clase de compuestos? 2. Describa los mecanismos de resistencia a los azoles por parte de Candida albicans. 3. ¿Por qué es atractivo el tratamiento combinado con fármacos antifúngicos? Cite un ejemplo de un mecanismo que podría producir sinergia. Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Gubbins PO, Anaissie EJ: Antifungal therapy. In Anaissie EJ, McGinnis MR, Pfaller MA, et al, editors: Clinical mycology, ed 2, New York, 2009, Churchill Livingstone. Howard SJ, Arendrup MC: Acquired antifungal drug resistance in As pergillus fumigatus: epidemiology and detection, Med Mycol 49(Suppl 1):S90-S95, 2011. Johnson EM, Espinel-Ingroff AV, Pfaller MA: Susceptibility test methods: yeasts and filamentous fungi. In Versalovic J, et al, editor: Manual of clinical microbiology, ed 10, Washington, DC, 2011, American Society for Microbiology Press. Johnson MD, et al: Combination antifungal therapy, Antimicrob Agents Chemother 48:693-715, 2004. Kanafani ZA, Perfect JR: Resistance to antifungal agents: mechanisms and clinical impact, Clin Infect Dis 46:120-128, 2008. Perlin DS: Resistance to echinocandin-class antifungal drugs, Drug Resist Updates 10:121-130, 2007.
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