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LEGIONELLA

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317© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
34 Legionella
En el verano de 1976, la atención pública se centró en un brote de neumonía grave que causó un gran número de 
muertes entre los miembros de la American Legion que asis-
tieron a una reunión en Filadelfia. Después de varios meses 
de investigaciones exhaustivas se aisló un bacilo gramnegativo 
previamente desconocido. Los trabajos posteriores pusieron 
de manifiesto que este microorganismo, llamado Legione-
lla pneumophila, era responsable de diversas epidemias e 
infecciones esporádicas. Este microorganismo no se había 
identificado anteriormente debido a que se tiñe mal con los 
colorantes convencionales y no crece en los medios de cultivo 
empleados habitualmente. A pesar de los problemas iniciales 
que supuso el aislamiento de la bacteria, en la actualidad se 
sabe que constituye un saprofito acuático ubicuo.
legionellAceAe
La familia Legionellaceae se compone de cuatro géneros: 
Legionella, Fluoribacter, Tatlockia y Sarcobium. El género 
más importante es Legionella que incluye 53 especies y 
3 subespecies. Aproximadamente la mitad de estas especies se 
ha implicado en la enfermedad humana, mientras que las res-
tantes se encuentran en el medio ambiente. L. pneumophila 
es responsable del 90% de todas las infecciones; los serotipos 
1 a 6 son los aislados más a menudo (fig. 34-1). Fluoribacter 
consta de 3 especies, Tatlockia contiene 2 especies y Sarco­
bium tiene 1 especie. Fluoribacter bozemanae y Tatlockia 
micdadei, anteriormente miembros del género Legionella, 
causan una enfermedad similar a la de L. pneumophila y en 
la literatura frecuentemente se les mencionan por sus nom-
bres históricos. En este capítulo se hará hincapié sobre 
L. pneumophila.
Fisiología y estructura
Los miembros del género Legionella son bacilos gramnega-
tivos finos y pleomorfos que tienen un tamaño de entre 0,3 
y 0,9 × 2 mm (cuadro 34-1). Los microorganismos aparecen 
generalmente como cocobacilos cortos en los tejidos, aunque 
son muy pleomorfos (hasta 20 mm de largo) en los medios 
artificiales (fig. 34-2). Las legionelas presentes en mues-
tras clínicas no se tiñen con los reactivos habituales, si bien 
la tinción de plata de Dieterle permite su visualización en 
los tejidos. Una especie, T. micdadei, también se tiñe con 
colorantes ácido-alcohol resistentes, aunque el microorganis-
mo pierde esta propiedad al ser cultivado in vitro.
Las legionelas son bacterias aerobias obligadas y presentan 
unas necesidades nutricionales exigentes. Requieren medios 
de cultivo suplementados con l-cisteína y su crecimiento se 
estimula por el hierro. El crecimiento de estas bacterias en 
medios suplementados, pero no en medio de agar sangre con-
vencional, se ha aprovechado para la identificación preliminar 
de las cepas clínicas. Las bacterias han desarrollado diversas 
estrategias de adquisición de hierro a partir de las células 
hospedadoras o los medios de cultivo in vitro, y la pérdida 
de esta capacidad se asocia a la desaparición de la virulencia. 
Los microorganismos obtienen la energía del metabolismo de 
los aminoácidos pero no de los carbohidratos.
Patogenia e inmunidad
La enfermedad del tracto respiratorio causada por las especies 
de Legionella se desarrolla en sujetos vulnerables que inhalan 
partículas infecciosas. Las legionelas son bacterias intracelulares 
facultativas que en la naturaleza se pueden multiplicar en ame-
bas de vida libre y en los macrófagos alveolares, los monocitos y 
las células epiteliales alveolares de los hospedadores infectados. 
La capacidad de infectar a los macrófagos y replicarse en su inte-
rior resulta fundamental en la patogenia. El ciclo de replicación 
comienza con la unión del componente C3 del complemento 
a una proteína porina de la membrana externa en la superficie 
bacteriana. Esto permite que la bacteria se una entonces a los re-
ceptores CR3 del complemento de los fagocitos mononucleares, 
después de lo cual los microorganismos entran en los mismos 
mediante un proceso de endocitosis. Las bacterias no mueren 
en las células por exposición al superóxido tóxico, al peróxido 
de hidrógeno o a los radicales hidroxilo como consecuencia de 
la inhibición de la unión de los fagolisosomas. Los macrófagos 
infectados liberan quimiocinas y citocinas, que estimulan una 
respuesta inflamatoria importante que es característica de las 
infecciones por Legionella. Los microorganismos proliferan en 
su vacuola intracelular y producen enzimas proteolíticas (fos-
fatasas, lipasas y nucleasas) que matan la célula hospedadora 
cuando se lisa la vacuola. La inmunidad a la enfermedad es 
fundamentalmente de tipo celular, por lo que la relevancia de 
la inmunidad humoral es escasa. Las bacterias no son eliminadas 
hasta que los linfocitos T cooperadores (linfocitos TH1) sen-
sibilizados activan los macrófagos parasitados. La producción 
de interferón g resulta clave para la eliminación de Legionella.
El brote de neumonía grave de 1976 causado por un bacilo gramnegativo previamente desconocido 
ilustró el valor de las observaciones clínicas meticulosa cuando se combinan con investigaciones 
epidemiológicas y de laboratorio detalladas.
1. ¿Por qué Legionella no fue reconocida antes del brote de 1976?
2. Describa las dos formas clínicas de la legionelosis.
3. ¿Qué prueba o pruebas se deben realizar para confirmar el diagnóstico clínico de legionelosis?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es 
318 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
Epidemiología
Las legionelosis esporádica y epidémica tienen una distri-
bución universal. Las bacterias suelen estar presentes en 
reservas naturales de agua, como lagos y corrientes, así como 
en las torres de refrigeración y los condensadores del aire 
acondicionado y en las conducciones de agua (p. ej., duchas, 
bañeras calientes). Las infecciones humanas se suelen asociar 
a la exposición a aerosoles contaminados (p. ej., torres de 
refrigeración de aire acondicionado, saunas de hidromasajes, 
duchas o vaporizadores). Los microorganismos pueden so-
brevivir en ambientes húmedos durante períodos prolon-
gados, a temperaturas relativamente altas y en presencia de 
desinfectantes como el cloro. Una razón para su supervivencia 
es que las bacterias parasitan a las amebas del agua y se re-
plican en este entorno protegido (de forma semejante a su 
replicación en los macrófagos humanos). También son capaces 
de sobrevivir en biopelículas formadas en las cañerías de las 
conducciones de agua.
Se ignora cuál es la incidencia de las infecciones por las 
especies de Legionella debido a la dificultad de documentar 
la enfermedad. El número de casos comunicados ha aumen-
tado de forma constante desde el 2000, con casi 3.500 casos 
comunicados en 2010. Sin embargo, los Centros para el 
Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman 
que se producen entre 10.000 y 20.000 casos anuales de 
la enfermedad de los legionarios en Estados Unidos. Los 
estudios serológicos también han revelado que una propor-
ción significativa de la población presenta una inmunidad 
adquirida a estos microorganismos. Parece razonable concluir 
que el contacto con el microorganismo y la adquisición de 
inmunidad con posterioridad a una infección asintomática 
son frecuentes.
Aunque a lo largo del año se registran brotes esporádicos 
de la enfermedad, la mayoría de las epidemias tiene lugar al 
final del verano y durante el otoño, como consecuencia de la 
proliferación del microorganismo en los embalses durante los 
meses cálidos. Más del 80% de las infecciones confirmadas 
en Estados Unidos han afectado a personas de 40 años en 
adelante, posiblemente porque tienen más riesgo de tener 
disminuida la inmunidad celular y compromiso de la función 
pulmonar. Una proporción significativa de los casos des-
critos se contrae en un centro hospitalario, supuestamente 
debido al predominio de pacientes de alto riesgo. No se ha 
demostrado la diseminación horizontal ni la existenciade un 
reservorio animal.
CUADRO 34-1
Resumen de Legionella
Biología, virulencia y enfermedad
Bacilos gramnegativos finos, pleomorfos y no 
fermentadores
Se tiñe débilmente con los reactivos habituales
Exigente desde el punto de vista nutricional, necesita 
l-cisteína y su crecimiento se favorece con sales de hierro
Capaz de replicarse en los macrófagos alveolares 
(y en las amebas en la naturaleza)
Evita la fusión del fagosoma
Responsable de la enfermedad de los legionarios y la fiebre 
de Pontiac
Epidemiología
Produce infecciones esporádicas, epidémicas y nosocomiales
Se encuentra con frecuencia en las reservas naturales 
de agua, torres de refrigeración, condensadores 
y conducciones de agua (incluidas las hospitalarias)
Se calcula que cada año se producen entre 10.000 
y 20.000 casos de infecciones en Estados Unidos
Los pacientes con alto riesgo de padecer la enfermedad 
sintomática son aquéllos con afectación de la función 
pulmonar o con una disminución de la inmunidad 
celular (especialmente, los receptores de un trasplante)
Diagnóstico
La microscopia carece de sensibilidad
Las pruebas antigénicas son sensibles para detectar 
el serogrupo 1 de L. pneumophila, pero su sensibilidad 
es escasa con relación a otros serogrupos y especies
El cultivo en agar tamponado con carbón activado y extracto 
de levadura es la prueba diagnóstica de elección
Se debe demostrar la seroconversión, que puede necesitar 
hasta 6 meses; los resultados serológicos positivos 
pueden mantenerse durante varios meses
Las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos 
disponen de una sensibilidad y una especificidad 
cercanas a las de los cultivos
Tratamiento, control y prevención
Los macrólidos (p. ej., azitromicina, claritromicina) 
o las fluoroquinolonas (p. ej., ciprofloxacino, 
levofloxacino) constituyen el tratamiento de elección
La disminución de la exposición ambiental comporta 
una reducción del riesgo de infección
El tratamiento de los focos ambientales asociados 
a la enfermedad debe consistir en hipercloración, 
supercalentamiento o ionización con cobre-plata
Figura 34-1 Especies de Legionella asociadas a enfermedad en el ser 
humano.
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Enfermedades clínicas
Las infecciones asintomáticas por Legionella son relativamen-
te frecuentes. Las infecciones sintomáticas afectan principal-
mente a los pulmones y se presentan en una de las siguientes 
formas (tabla 34-1): 1) una enfermedad semejante a la gripe 
(conocida como fiebre de Pontiac) y 2) una forma grave de 
neumonía (es decir, enfermedad de los legionarios).
Fiebre de Pontiac
L. pneumophila originó un cuadro febril de resolución es-
pontánea en un grupo de personas que trabajaban en el Public 
Health Department de Pontiac, Michigan (Estados Unidos), 
en 1968. La enfermedad se caracterizaba por fiebre, es-
calofríos, mialgias, malestar general y cefalea, pero no cursó 
con ninguna evidencia clínica de neumonía. Los síntomas 
se desarrollaron a lo largo de un período de 12 horas, se 
mantuvieron entre 2 y 5 días, y remitieron espontáneamente 
con una morbilidad mínima sin causar ninguna muerte. Se 
han publicado otros brotes de fiebre de Pontiac, asociados o 
no a neumonía por Legionella. Se ignora la patogenia exacta 
de este síndrome, aunque se cree que la enfermedad se pro-
duce por una reacción de hipersensibilidad frente a la toxina 
bacteriana (p. ej., endotoxina).
Enfermedad de los legionarios (caso clínico 34-1)
La enfermedad de los legionarios (legionelosis) es caracterís-
ticamente más grave y, sin tratamiento, es responsable de una 
notable morbilidad, que con frecuencia culmina en la muerte 
del 15% de los individuos sanos y hasta el 75% de los pacientes 
inmunodeprimidos. Los signos sistémicos de una enfermedad 
aguda (como fiebres y escalofríos, tos seca no productiva, 
cefalea) se inician después de un período de incubación de 
2 a 10 días. Es frecuente la enfermedad multiorgánica con 
afectación del tubo digestivo, el sistema nervioso central, el 
hígado y los riñones. La manifestación principal es la neu-
monía, con consolidación de varios lóbulos y presencia de 
inflamación y microabscesos en el tejido pulmonar observados 
en los estudios anatomopatológicos. La función pulmonar se 
deteriora rápidamente en los pacientes vulnerables que no 
reciben tratamiento. La presentación clínica de la neumonía 
por Legionella no es característica, de forma que son nece-
sarias pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico.
Diagnóstico de laboratorio
El diagnóstico de laboratorio de las infecciones causadas por 
Legionella ha sufrido una notable transformación desde el 
aislamiento inicial de este microorganismo. Las pruebas ini-
ciales se basaban en la microscopia, los cultivos y la serología. 
Aunque los cultivos continúan constituyendo el elemento 
clave del diagnóstico, los inmunoensayos de detección de 
antígenos específicos de Legionella en la orina y las pruebas 
de amplificación de ácidos nucleicos han sustituido a la mi-
croscopia y la serología.
Microscopia
Las legionelas se tiñen mal con la tinción de Gram en las mues-
tras clínicas y es raro reconocer las bacterias intracelulares 
Figura 34-2 tinción de Gram de Legionella pneumophila que crece en 
agar tamponado con carbón activado y extracto de levadura. Obsérvense 
las formas pleomorfas características de esta bacteria. (Cortesía de la 
Dra. Janet Stout; Pittsburgh, Pennsylvania.)
Tabla 34-1 Comparación de las enfermedades 
producidas por Legionella
Enfermedad 
de los legionarios
Fiebre 
de Pontiac
Epidemiología
Presentación Epidémica, esporádica Epidémica
tasa de ataque (%) <5 >90
transmisión de 
persona a persona
No No
Enfermedad 
pulmonar de base
Sí No
Momento de inicio Enfermedad epidémica 
a finales del verano o 
en otoño; enfermedad 
endémica durante todo 
el año
todo el año
Manifestaciones clínicas
Período de 
incubación (días)
2-10 1-2
Neumonía Sí No
Evolución Necesita tratamiento 
antibiótico
Resolución 
espontánea
Mortalidad (%) 15-20; más elevada cuando 
existe retraso diagnóstico
<1
CASO CLÍNICO 34-1
Brote de enfermedad de los legionarios
Kirrage y cols. (Respir Med 101:1639-1644, 2007) 
describieron un brote de enfermedad de los legionarios 
(EL) ocurrido en Hereford, Inglaterra. El 24 de octubre 
de 2003 la agencia de salud pública fue avisada 
del fallecimiento de un anciano por EL. A los 3 días 
la agencia recibió la notificación de otro fallecimiento, 
en este caso una mujer anciana. Como parte del proceso 
de investigación activa se encontraron otros dos pacientes 
con pruebas de detección de antígeno de Legionella 
en orina positivas en un hospital local. Los estudios 
complementarios encontraron otros 28 pacientes 
relacionados desde una perspectiva epidemiológica 
y que desarrollaron enfermedad entre el 8 de octubre y 
el 20 de noviembre. Todos ellos tenían antígeno positivo 
en orina, 4 tenían títulos de anticuerpos elevados y en 2 
hubo cultivo positivo. La fuente implicada en el brote fue 
una torre de refrigeración que había empezado a funcionar 
tras un período de inactividad. Tras cerrarla y limpiarla 
de nuevo, se consiguió interrumpir la epidemia. Este brote 
ilustra las dificultades para reconocer el problema cuando 
los individuos afectados consultan en hospitales distintos, 
algo que plantea especiales dificultades cuando la fuente 
se localiza en un hotel o centro de vacaciones.
320 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
pequeñas. Este microorganismo se tiñe con técnicas ines-
pecíficas, como la tinción de plata de Dieterle, pero esta 
tinción se usa en muestras de tejido, no en esputo. La for-
ma más sensible de identificar las legionelas al microscopio 
en muestras clínicas es mediante la prueba de anticuerpos 
fluorescentes directos (AFD). En esta prueba se emplean 
anticuerpos monoclonales o policlonales marcados con fluo-
resceína frente a especies de Legionella. Las pruebas que 
utilizan reactivosmonoclonales son específicas, pero cuando 
se utilizan anticuerpos policlonales son frecuentes las re-
acciones falsamente positivas. Por desgracia, la sensibilidad 
de los estudios con AFD es baja (descrita entre el 25-75%) 
porque 1) los preparados de anticuerpos son específicos para 
el serotipo o la especie y 2) deben estar presentes muchos 
microorganismos para poder detectarlos. Este problema es 
consecuencia del tamaño relativamente pequeño y la loca-
lización principalmente intracelular de la bacteria. Dados 
estos problemas con las pruebas de AFD, la mayor parte de 
los laboratorios actuales han reemplazado la microcopia por 
las pruebas de detección de antígenos.
Prueba de antígeno urinario
Los inmunoanálisis se emplean para detectar antígenos li-
popolisacáridos específicos de Legionella serogrupo 1 ex-
cretados en la orina de los pacientes afectados. La sensibilidad 
de estas pruebas para el serogrupo 1 de L. pneumophila es 
relativamente elevada (intervalo, del 60% al 90%), en es-
pecial en la orina concentrada, si bien no detectan de forma 
fiable otros serogrupos de la especie Legionella. Se trata de 
una distinción importante porque L. pneumophila serogrupo 1 
es responsable del 80-90% de las infecciones adquiridas en 
la comunidad, pero de menos del 50% de las infecciones 
hospitalarias. Los antígenos se mantienen en la orina de los 
pacientes tratados y casi un 50% de ellos siguen siendo positi-
vos tras 1 mes y un 25% después de 2 meses. La persistencia 
es especialmente frecuente en los inmunodeprimidos, en los 
que los antígenos llegan a mantenerse hasta 1 año.
Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos
Las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (AAN) son 
muy específicas y poseen una sensibilidad cercana a la de los 
cultivos para la detección de especies de Legionella en secre-
ciones respiratorias (p. ej., líquido de lavado broncoalveolar). 
Aunque su utilización no se ha generalizado, se espera que es-
tas pruebas se conviertan en el método diagnóstico de elección 
en el futuro. La presencia de inhibidores en las secreciones 
respiratorias podría arrojar resultados falsos negativos, de mo-
do que aún es necesario cultivar todas las muestras. Además, 
se ha demostrado que el cultivo dispone de una sensibilidad 
mayor que las pruebas AAN en las muestras de tejidos.
Cultivo
Aunque inicialmente resultó difícil hacer crecer a las legione-
las, los medios disponibles en la actualidad han facilitado su 
cultivo (prueba de sensibilidad, 80% a >90%). Como se ha 
comentado anteriormente, estas bacterias necesitan l-cisteína 
y su aislamiento se incrementa en presencia de sales de hierro 
(proporcionadas por la hemoglobina o el pirofosfato férrico). 
El medio que se usa más a menudo para el aislamiento de 
las legionelas es el agar BCYE (agar tamponado con carbón 
activado y extracto de levadura), aunque también se han 
empleado otros medios suplementados. Se pueden añadir 
antibióticos para suprimir el crecimiento de las bacterias 
contaminantes que crecen con rapidez. Las legionelas crecen 
en aire o dióxido de carbono al 3% o 5% a 35 °C después de 
3 a 5 días de incubación. Sus pequeñas colonias (1 a 3 mm) 
poseen un aspecto característico de cristal molido.
Identificación
Resulta sencillo identificar una cepa como Legionella por 
su morfología típica y sus necesidades específicas de creci-
miento. Las legionelas aparecen como bacilos gramnegativos 
finos y pleomorfos teñidos de forma débil. Su crecimiento 
en agar BCYE, pero no en medios carentes de l-cisteína, 
es un indicio de sospecha de la presencia de Legionella. La 
tinción específica con anticuerpos marcados con fluoresceína 
confirma la identidad de los microorganismos. Al contrario de 
lo que ocurre con la identificación del género, la clasificación 
de la especie es problemática y generalmente se encomienda 
a los laboratorios de referencia. A pesar de que los análisis 
bioquímicos resultan de utilidad para diferenciar las dis-
tintas especies, éstas tan sólo se pueden identificar de manera 
definitiva mediante la secuenciación de las dianas génicas 
específicas de cada especie o la determinación de los perfiles 
proteicos utilizando la espectrometría de masas.
Detección de anticuerpos
La legionelosis causada por el serogrupo 1 de L. pneumophila 
se diagnostica habitualmente mediante el empleo de inmu-
noensayos enzimáticos o pruebas de anticuerpos fluores-
centes indirectos para medir una respuesta serológica a la 
infección. Se considera diagnóstico un incremento del título 
de anticuerpos de, al menos, cuatro veces (a un valor de 1:128 
o superior). Sin embargo, estas pruebas son relativamente 
inespecíficas e insensibles, sobre todo cuando se emplean 
reactivos policlonales. La respuesta puede demorarse. Se puede 
detectar un aumento significativo del título en un 25% a un 
40% de los pacientes durante la primera semana de evolución 
de la enfermedad; sin embargo, en los casos restantes han de 
transcurrir hasta 6 meses para demostrar la seroconversión. 
Puesto que los títulos elevados pueden persistir durante 
períodos prolongados, no se puede utilizar un único aumento 
del título para definir la enfermedad activa.
Tratamiento, prevención y control
No se efectúan de forma habitual pruebas de sensibilidad 
in vitro con las legionelas, ya que estos microorganismos 
crecen mal en los medios de cultivo empleados habitual-
mente para estas pruebas. Además, algunos antibióticos que 
parecen disponer de actividad in vitro no son eficaces en el 
tratamiento de las infecciones. Ello podría deberse a que 
los antibióticos no logran penetrar en los macrófagos, en el 
interior de los cuales sobreviven y se multiplican los pató-
genos. La experiencia clínica acumulada indica que deben 
utilizarse macrólidos (como azitromicina y claritromicina) o 
fluoroquinolonas (como ciprofloxacino y levofloxacino) para 
tratar las infecciones causadas por Legionella. Los antibióticos 
b-lactámicos carecen de eficacia debido a que la mayoría de 
las cepas produce b-lactamasas y estos antimicrobióticos 
no pueden pasar al interior de los macrófagos. No suele ser 
necesario un tratamiento específico para la fiebre de Pontiac 
dado que se trata de un cuadro de resolución espontánea.
La prevención de la legionelosis exige la identificación 
del foco ambiental del microorganismo y la reducción de la 
carga microbiana. La hipercloración de las reservas de agua y 
el mantenimiento de una temperatura elevada del agua han 
obtenido resultados moderadamente satisfactorios. Sin em-
bargo, la erradicación de las legionelas de un depósito de 
agua resulta a menudo difícil o incluso imposible. Debido a 
que el microorganismo tiene un bajo potencial para producir 
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enfermedad, la reducción del número de microorganismos 
de las reservas de agua suele constituir una medida de con-
trol adecuada. Los hospitales con pacientes de alto riesgo de 
enfermedad deben vigilar sus reservas de agua de manera 
regular para determinar la presencia de Legionella, así como 
controlar a la población hospitalaria con respecto a la enfer-
medad. Cuando la hipercloración o el supercalentamiento 
del agua no logren erradicar los microorganismos presentes 
en el agua (es probable que no sea posible eliminarlos por 
completo), puede ser necesaria una ionización continua de 
cobre-plata de las reservas de agua.
EStUDIO DE UN CASO y PREGUNtAS
Un hombre de 73 años fue ingresado en el hospital 
por presentar dificultad respiratoria, dolor torácico, 
escalofríos y fiebre de varios días de duración. Se había 
encontrado bien hasta 1 semana antes de su ingreso, cuando 
observó el inicio de una cefalea persistente y tos productiva. 
El paciente fumaba dos paquetes de cigarrillos al día 
desde hacía más de 50 años y bebía seis botellines 
de cerveza al día; también tenía antecedentes de bronquitis. 
Los resultados de la exploración física mostraronun hombre 
mayor con una importante dificultad respiratoria, una temperatura 
de 39 °C, un pulso de 120 latidos/min, una frecuencia 
respiratoria de 36 respiraciones/min y una presión arterial 
de 145/95 mmHg. Una radiografía torácica reveló 
un infiltrado en los lóbulos medio e inferior del pulmón 
derecho. El recuento leucocitario era de 14.000 células/mm3 
(80% de neutrófilos polimorfonucleares). La tinción de Gram 
del esputo mostraba la presencia de neutrófilos, pero no 
de bacterias, y los cultivos bacterianos rutinarios del esputo 
y la sangre fueron negativos para microorganismos. 
Se sospechó una infección por Legionella pneumophila.
1. ¿Qué pruebas de laboratorio se pueden emplear 
para confirmar este diagnóstico? ¿Por qué fueron negativos 
los cultivos habituales y las muestras teñidas con Gram para 
Legionella?
2. ¿Cómo son capaces las especies de Legionella de sobrevivir 
a la fagocitosis de los macrófagos alveolares?
3. ¿Qué factores ambientales participan en la diseminación 
de las infecciones por Legionella? ¿Cómo se puede eliminar 
o reducir este riesgo?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en 
www.StudentConsult.es
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