Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
174 © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 18Staphylococcus y cocos grampositivos relacionados Los cocos grampositivos son un grupo heterogéneo de bac-terias. Las características que tienen en común son su for- ma esférica, su reacción a la tinción de Gram y la ausencia de endosporas. La presencia o ausencia de actividad catalasa es una prueba sencilla que se utiliza para subdividirlas en varios géneros. Las catalasas son enzimas que convierten peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno gaseoso. Cuando se pone en contacto una gota de solución de peróxido de hidrógeno con una colonia productora de catalasa, aparecen burbujas a medi- da que se forma oxígeno gaseoso. En este capítulo se exponen los géneros aerobios catalasa-positivos (como Staphylococcus, Micrococcus y microorganismos relacionados); mientras que los géneros aerobios catalasa-negativos (Streptococcus, Entero coccus y microorganismos relacionados) se especifican en los dos próximos capítulos, y los cocos anaerobios grampositivos se describen en el capítulo 37. El nombre del género Staphylococcus se refiere a que estos cocos grampositivos se desarrollan en un patrón que recuerda a un racimo de uvas (tabla 18-1; fig. 18-1); sin embargo, los microorganismos presentes en muestras clínicas aparecen como células aisladas, en pares o en cadenas cortas. La mayor parte de los estafilococos tiene un diámetro de entre 0,5 y 1,5 mm, son inmóviles y capaces de crecer en una variedad de condiciones aeróbica y anaeróbicamente en presencia de una elevada concentración de sal (p. ej., cloruro sódico al 10%) y a temperaturas de 18-40°C. Estas bacterias están presentes en la piel y las mucosas del ser humano. En la actualidad, el género comprende 45 especies y 24 subespecies, muchas de las cuales se encuentran en el ser humano. Algunas especies se encuentran comúnmente en nichos muy específicos. Por ejemplo, Staphylococcus aureus coloniza las narinas anterio- res, Staphylococcus capitis crece en regiones con glándulas sebáceas (como la frente) y Staphylococcus haemolyticus y Staphylococcus hominis se hallan en zonas dotadas de glándu- las apocrinas (como la axila). Los estafilococos conforman un importante grupo de patógenos en el ser humano y originan un amplio espectro de enfermedades sistémicas que pueden poner en peligro la vida, infecciones de la piel, los tejidos blandos, los huesos y el aparato genitourinario e infecciones oportunistas (tabla 18-2). Las especies que se asocian con mayor frecuencia a enfermedad en el ser humano son S. aureus (el miembro más virulento y mejor conocido del género), Staphylococcus epidermidis, S. haemolyticus, Staphylococcus lugdunensis y Staphylococcus saprophyti- cus. S. aureus resistente a meticilina (SARM) es importante porque produce graves infecciones en pacientes hospitalizados y también de forma extrahospitalaria en niños y adultos pre- viamente sanos. Las colonias de S. aureus pueden tener un color amarillo o dorado por los pigmentos carotenoides que se forman durante su crecimiento y que dan el nombre a la especie. Es la especie más común presente en las personas que produce la enzima coagulasa y, por consiguiente, esta propiedad es una prueba diagnóstica útil. Cuando se sus- pende una colonia de S. aureus en un tubo con plasma, la coagulasa se une a un factor sérico y el complejo convierte el fibrinógeno en fibrina, lo que da lugar a un coágulo. Dado que las restantes especies estafilocócicas carecen de la capacidad de producir coagulasa, son conocidas colectivamente como estafilococos coagulasa-negativos. El género Micrococcus se ha subdividido en seis géneros, y Micrococcus, Kocuria y Kytococcus son los que colonizan más a menudo la superficie cutánea del ser humano. Estos cocos remedan a los estafilococos y se pueden confundir con los estafilococos coagulasa-negativos. Aunque estas bac- terias pueden producir infecciones oportunistas en algunos pacientes, su aislamiento en las muestras clínicas representa generalmente una contaminación por la microflora cutánea que carece de significación clínica. El resto de este capítulo se centra en la descripción de Staphylococcus y su función en la enfermedad humana. fisiologíA y estructurA (cuadros 18-1 y 18-2) Cápsula y capa de limo (capa de polisacáridos) La capa más externa de la pared celular estafilocócica se puede recubrir de una cápsula de polisacárido. Se han identi- ficado once serotipos capsulares de S. aureus. Los serotipos 1 y 2 se asocian a cápsulas muy gruesas y colonias de aspecto Marinero de 26 años que acude al médico de la base con lesiones grandes llenas de pus rodeadas por eritema en ambas piernas. Se sospecha una infección por Staphylococcus aureus. 1. ¿Qué propiedades estructurales son singulares de esta especie de Staphylococcus? 2. ¿De qué modo las citotoxinas producidas por este microorganismo producen las manifestaciones clínicas observadas en este paciente? 3. Se describen toxinas distintas adicionales en cepas de S. aureus. ¿Qué enfermedades se asocian con estas toxinas? 4. ¿A qué clase de antibióticos importantes es común en la actualidad la resistencia en infecciones adquiridas en la comunidad por S. aureus? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 175 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. mucoide, pero es raro que produzcan enfermedad en las personas. Por el contrario, los serotipos 5 y 8 son responsables de la mayor parte de las infecciones humanas. La cápsula protege a las bacterias al inhibir la fagocitosis de estos mi- croorganismos por los leucocitos polimorfonucleares (PMN). La mayor parte de los estafilococos producen una biopelícula hidrosoluble laxa (capa de limo o biopelícula) formada por monosacáridos, proteínas y pequeños péptidos en una canti- dad que depende de factores genéticos y de las condiciones de crecimiento. Esta sustancia extracelular une las bacterias a tejidos y cuerpos extraños, como catéteres, injertos, prótesis valvulares y articulares y derivaciones. Esta propiedad es particularmente importante para la supervivencia de los es- tafilococos coagulasa-negativos, los cuales son relativamente avirulentos. Peptidoglucano y enzimas asociadas El peptidoglucano representa la mitad de la pared celular en peso, característica que comparten todas las bacterias grampo- sitivas. El peptidoglucano está formado por capas de cadenas de glucanos construidas con 10 o 12 subunidades alternantes de ácido N-acetilmurámico y N-acetilglucosamina. Las cade- nas laterales de oligopéptidos están unidas a las subunidades de ácido N-acetilmurámico y se entrecruzan por medio de puentes peptídicos. Por ejemplo, las cadenas de glucanos de S. aureus se entrecruzan mediante puentes de pentaglici- na unidos a la l-lisina en una cadena oligopeptídica y a la d-alanina en la cadena adyacente. A diferencia de lo que suce- de en las bacterias gramnegativas, la capa de peptidoglucano en los microorganismos grampositivos se compone de numerosas capas entrecruzadas, lo que confiere una mayor rigidez a la pared celular. Las enzimas que catalizan la construcción de la capa de peptidoglucano se llaman proteínas ligadoras de penicilina porque son las dianas para las penicilinas y otros antibióticos b-lactámicos. La resistencia bacteriana frente a la meticilina y las penicilinas relacionadas con ella viene mediada por la adquisición de un gen (mecA) que codifica una nueva proteína ligadora de penicilina, PBP2a, que tie- ne una baja afinidad por la meticilina y las penicilinas y cefalos- porinas relacionadas (consulte más adelante «Tratamiento, prevención y control» si se desean detalles adicionales). El gen mecA se localiza en el cromosoma del casete estafilocóci- co mec (SCCmec) y se describen seis secuencias génicas en este casete (tipos I-VI). Esta información es importante porque lascepas de SARM, que antes se limitaban a infecciones hos- pitalarias, aparecen actualmente en la comunidad y son res- ponsables de la mayor parte de las infecciones estafilocócicas. Estas cepas suelen tener el SCCmec de tipo IV, que en el momento en que esta cepa apareció inicialmente no se hallaba presente, por lo general, en las cepas de SARM hospitalarias. Más recientemente, estas cepas se han trasladado desde la comunidad al hospital. El peptidoglucano posee una actividad de tipo endotoxina, ya que estimula la producción de pirógenos endógenos, la activación del complemento, la formación de interleucina 1 (IL-1) por parte de los monocitos y la agregación de los leu- cocitos PMN (proceso que origina la formación de abscesos). Ácidos teicoicos y ácidos lipoteicoicos Los ácidos teicoicos constituyen otro destacado componente de la pared celular. Los ácidos teicoicos son polímeros fosfata- dos específicos de especie que se unen de manera covalente a residuos de ácido N-acetilmurámico de la capa de peptido- glucano o a través de una unión lipofílica a la membrana cito- plásmica (ácidos lipoteicoicos). Aunque los ácidos teicoicos son poco inmunogénicos, estimulan una respuesta humoral específica cuando se encuentran unidos al peptidoglucano. Proteínas de adhesión a la superficie Se ha identificado una gran colección de proteínas de super- ficie en S. aureus que son importantes para la adherencia a las proteínas de la matriz del hospedador unida a los tejidos del hospedador (p. ej., fibronectina, fibrinógeno, elastina, colágeno). La mayoría de estas proteínas de adhesión a su- perficies están unidas de modo covalente al peptidoglucano de la pared celular en estafilococos y han sido designadas Tabla 18-1 Estafilococos importantes Microorganismo Origen histórico Staphylococcus staphylé, racimo de uvas; coccus, grano o baya (grano en forma de uva) S. aureus aureus, dorado (dorado o amarillo) S. epidermidis epidermidis, porción externa de la piel (de la epidermis o la porción externa de la piel) S. lugdunensis Lugdunum, denominación latina de Lyon, Francia, donde el microorganismo se aisló por primera vez S. saprophyticus sapros, pútrido; phyton, planta (saprófito o que se desarrolla en tejidos muertos) Figura 18-1 tinción de Gram de Staphylococcus en un hemocultivo. Tabla 18-2 Especies frecuentes de Staphylococcus y sus enfermedades Microorganismo Enfermedades S. aureus Mediadas por toxinas (intoxicación alimentaria, síndrome de la piel escaldada, síndrome del shock tóxico); cutáneas (ántrax, foliculitis, forúnculos, impétigo, infección de heridas); otras (bacteriemia, endocarditis, neumonía, osteomielitis, artritis séptica) S. epidermidis Bacteriemia; endocarditis; heridas quirúrgicas; infecciones del tracto urinario; infecciones oportunistas de los catéteres, anastomosis, prótesis y dispositivos de diálisis peritoneal S. saprophyticus Infecciones del tracto urinario; infecciones oportunistas S. lugdunensis Endocarditis, artritis, bacteriemia, infecciones oportunistas e infecciones del aparato genitourinario S. haemolyticus Bacteriemia, endocarditis, infecciones óseas y articulares, infecciones del tracto urinario, infección de heridas e infecciones oportunistas 176 MICROBIOLOGÍA MÉDICA como proteínas MSCRAMM (del inglés microbial surfa- ce components recognizing adhesive matrix molecules, componentes de la superficie microbiana que reconocen moléculas de la matriz adhesivas). La nomenclatura de las proteínas individuales es confusa; por ejemplo, la proteína A estafilocócica se une al receptor Fc de la inmunoglobulina (Ig) G1, IgG2 e IgG4; la proteína A ligadora de fibronectina se une a la fibronectina, como su nombre indica, y la proteína A de superficie de S. aureus posee una función indeterminada. Las proteínas MSCRAMM mejor caracterizadas son la proteína A estafilocócica, las proteínas A y B ligadoras de fibronectina y las proteínas A y B del factor de agregación. Las proteínas del factor de agregación (también denominadas coagulasa) se unen al fibrinógeno y lo convierten en fibrina insoluble, lo que hace que los estafilococos se agreguen o formen grupos. La detección de esta proteína constituye la prueba de iden- tificación principal de S. aureus. Dos proteínas MSCRAMM recientemente descritas, las proteínas de superficie G y H de S. aureus, se han asociado con enfermedad invasiva. Membrana citoplásmica La membrana citoplásmica se compone de un complejo de proteínas, lípidos y una pequeña cantidad de carbohidratos. Actúa de barrera osmótica para la célula y proporciona una sujeción para la biosíntesis celular y las enzimas res- piratorias. PAtogeniA e inmunidAd La patología de las infecciones estafilocócicas depende de la capacidad de las bacterias para evadir la fagocitosis, producir proteínas de superficie que median en la adherencia de las bacterias a los tejidos del hospedador y producir destrucción tisular por medio de la elaboración de toxinas específicas y enzimas hidrolíticas (tabla 18-3). La expresión de factores de virulencia en estafilococos se halla bajo el complejo control de sistemas reguladores, y el más importante es el AGR (del inglés accesory gene regulator, regulador del gen accesorio). Este sistema de control por quorum sensing permite la ex- presión de proteínas de adhesión y promueve la colonización tisular cuando la densidad de bacterias es baja y de enzimas hidrolíticas y toxinas cuando la densidad es alta. Defensas contra la inmunidad innata Los estafilococos encapsulados se ligan a las opsoninas (IgG, factor C3 del complemento) en el suero, pero la cápsula cubre estas opsoninas y protege a las bacterias al inhibir la fagocitosis de los gérmenes por parte de los neutrófilos CUADRO 18-1 Resumen: Staphylococcus aureus Biología, virulencia y enfermedad Cocos grampositivos catalasa-positivos dispuestos en racimos Especie caracterizada por la presencia de coagulasa, proteína A y ácido ribitol teicoico específico de especie con residuos de N-acetilglucosamina («polisacárido A») Los factores de virulencia incluyen componentes estructurales que facilitan la adherencia a los tejidos del hospedador y evitan la fagocitosis, y una variedad de toxinas y de enzimas hidrolíticas (consulte la tabla 18-3) Las enfermedades incluyen las enfermedades mediadas por toxinas (intoxicación alimentaria, SST, síndrome de la piel escaldada), enfermedades piógenas (impétigo, foliculitis, forúnculos, ántrax, infecciones de heridas) y otras enfermedades sistémicas Las infecciones adquiridas en el hospital y en la comunidad por SARM constituyen un problema mundial significativo Epidemiología Flora normal de la piel humana y de las superficies mucosas Los microorganismos pueden sobrevivir sobre superficies secas durante períodos de tiempo prolongados (por la presencia de una gruesa capa de peptidoglucano y ausencia de membrana externa) La diseminación se produce de persona a persona por contacto directo o exposición a fómites contaminados (p. ej., sábanas, ropas) Los factores de riesgo comprenden la presencia de un cuerpo extraño (p. ej., astilla, sutura, prótesis, catéter), un procedimiento quirúrgico previo y el empleo de antibióticos que suprimen la flora microbiana normal Los pacientes en riesgo de enfermedades específicas incluyen lactantes (síndrome de la piel escaldada), niños de corta edad con mala higiene personal (impétigo y otras infecciones cutáneas), mujeres que menstrúan (SST), pacientes con catéteres intravasculares (bacteriemia y endocarditis) o derivaciones (meningitis) y pacientes con función pulmonar comprometida o una infección respiratoria vírica previa (neumonía) Los SARM son en la actualidad la causa más común de infecciones cutáneas y de tejidos blandos adquiridas en la comunidad Diagnóstico La microscopia es útil para el diagnóstico de las infecciones piógenas pero no de las infecciones de la sangre o de infecciones mediadas portoxinas Los estafilococos crecen rápidamente cuando se cultivan en medios no selectivos Se pueden emplear medios selectivos (p. ej., agar manitol-sal) para aislar S. aureus en muestras contaminadas Tratamiento, prevención y control Las infecciones localizadas se tratan con incisión y drenaje; el tratamiento antibiótico está indicado para las infecciones sistémicas El tratamiento empírico debe incluir antibióticos activos frente a cepas de SARM El tratamiento oral puede incluir trimetoprima-sulfametoxazol, doxiciclina o minociclina, clindamicina o linezolid; la vancomicina es el fármaco de elección para el tratamiento intravenoso, y la daptomicina, la tigeciclina o el linezolid son alternativas aceptables El tratamiento es sintomático en los pacientes con intoxicación alimentaria (aunque se debe identificar el origen de la infección de modo que se puedan poner en marcha los procedimientos preventivos apropiados) Una limpieza apropiada de las heridas y el empleo de un desinfectante ayudan a prevenir las infecciones Un concienzudo lavado de manos y cubrir la piel expuesta ayudan al personal médico a prevenir la infección o la diseminación a otros pacientes SARM, S. aureus resistente a meticilina; STT, síndrome del shock tóxico. StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 177 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. polimorfonucleares. En presencia de anticuerpos específicos frente a los estafilococos, el exceso de C3 se liga a las bac- terias, lo que lleva a su fagocitosis. La capa de limo también interfiere con la fagocitosis de las bacterias. La capacidad de la proteína A de ligarse a las inmunoglobulinas evita de forma eficaz la eliminación inmunitaria mediada por anticuerpos de S. aureus. La proteína A extracelular también puede unirse a los anticuerpos, formando inmunocomplejos con el consiguiente consumo del complemento. Toxinas estafilocócicas S. aureus produce un gran número de toxinas, entre las que figuran cinco toxinas citolíticas que dañan la membrana (alfa, beta, delta, gamma y leucocidina de Panton-Valentine [P-V]), dos toxinas exfoliativas (A y B), 18 enterotoxinas (A a R) y la toxina-1 del síndrome del shock tóxico (TSST-1). Las toxinas citolíticas se han descrito también como hemo- lisinas, aunque no constituye un nombre adecuado debido a que las actividades de las cuatro primeras toxinas no se restringen únicamente a los eritrocitos y la leucocidina P-V es incapaz de lisar estas células. Las citotoxinas pueden provocar la lisis de los neutrófilos, lo que da lugar a la liberación de las enzimas lisosomales que posteriormente dañan los tejidos circundantes. Una citotoxina, la leucoci- dina de P-V, se ha relacionado con infecciones pulmonares y cutáneas graves. La toxina exfoliativa A, las enterotoxinas y la TSST-1 pertenecen a una clase de polipéptidos conocidos como superantígenos. Estas toxinas se unen en los macrófagos a moléculas del complejo principal de histocompatibilidad de clase II (MHC II), las cuales interaccionan con las regiones variables de la subunidad b de los receptores específicos de los linfocitos T (VbTCR). Esto determina la liberación masiva de citocinas por los macrófagos (IL-1b y factor de ne- crosis tumoral ([TNF]) a) y los linfocitos T (IL-2, interferón g y TNF-b). La liberación de TNF-a y TNF-b se asocia a hipotensión y shock y la fiebre se asocia a la liberación de IL-1b. Citotoxinas La toxina alfa, que puede estar codificada tanto en el cromo- soma bacteriano como en un plásmido, es un polipéptido de 33.000 D producido por la mayoría de las cepas de S. aureus que causan enfermedad en el ser humano. La toxina altera el músculo liso de los vasos sanguíneos y es tóxica para muchas células, como los eritrocitos, los leucocitos, los hepatocitos y las plaquetas. Se integra en regiones hidrofóbicas de la mem- brana de la célula del hospedador y forma poros de 1 a 2 nm. CUADRO 18-2 Resumen de los estafilococos coagulasa-negativos Biología, virulencia y enfermedades Cocos grampositivos negativos para coagulasa y positivos para catalasa dispuestos en racimos Relativamente avirulentos, aunque la producción de una capa de polisacáridos extracelulares puede facilitar la adherencia a cuerpos extraños (catéteres, injertos, válvulas y articulaciones protésicas, derivaciones) y la protección frente a la fagocitosis y los antibióticos Las infecciones incluyen endocarditis subaguda, infecciones de cuerpos extraños e infecciones urinarias Epidemiología Flora humana normal de la piel y de las superficies mucosas Los microorganismos pueden sobrevivir en las superficies secas durante períodos de tiempo prolongados La transmisión de persona a persona ocurre a través del contacto directo o de la exposición a fómites contaminados, aunque la mayor parte de las infecciones se producen con los propios microorganismos del paciente Los pacientes de riesgo son los que tienen cuerpos extraños Los microorganismos son ubicuos, por lo que no hay restricciones geográficas ni estacionales Diagnóstico Igual que en las infecciones por Staphylococcus aureus Tratamiento, prevención y control Los antibióticos de elección son la oxacilina (u otras penicilinas resistentes a la penicilinasa) o la vancomicina para las cepas resistentes a oxacilina Generalmente es necesario retirar el cuerpo extraño para que el tratamiento tenga éxito El tratamiento precoz de la endocarditis o de las infecciones de derivación es necesario para evitar posterior daño tisular o la formación de inmunocomplejos Tabla 18-3 Factores de virulencia de Staphylococcus aureus Factores de virulencia Efectos biológicos Componentes estructurales Cápsula Inhibe la quimiotaxis y la fagocitosis; inhibe la proliferación de las células mononucleares Capa de limo Facilita la adherencia a los cuerpos extraños; inhibe la fagocitosis Peptidoglucanos Aporta estabilidad osmótica; estimula la producción de pirógeno endógeno (actividad similar a endotoxina); atrae químicamente a los leucocitos (formación de abscesos); inhibe la fagocitosis Ácido teicoico Se une a la fibronectina Proteína A Inhibe la eliminación mediada por anticuerpos al ligarse a los receptores Fc para IgG1, IgG2 e IgG4; atrae químicamente a los leucocitos; anticomplemento Toxinas Citotoxinas tóxicas para muchas células, incluidos los leucocitos, los eritrocitos, los fibroblastos, los macrófagos y las plaquetas toxinas exfoliativas (EtA, EtB) Proteasas de serina que rompen los puentes intercelulares del estrato granuloso de la epidermis Enterotoxinas Superantígenos (estimulan la proliferación de los linfocitos t y la liberación de citocinas); estimulan la liberación de mediadores de la inflamación por los mastocitos, lo que aumenta el peristaltismo intestinal y la pérdida de líquidos e induce náuseas y vómitos toxina 1 del síndrome del shock tóxico Superantígeno (estimula la proliferación de linfocitos t y la liberación de citocinas); condiciona la fuga o destrucción celular en las células endoteliales Enzimas Coagulasa Convierte el fibrinógeno en fibrina Hialuronidasa Hidroliza los ácidos hialurónicos del tejido conjuntivo, induciendo la diseminación de los estafilococos por el tejido Fibrinolisina Disuelve los coágulos de fibrina Lipasas Hidrolizan los lípidos Nucleasas Hidrolizan el ADN 178 MICROBIOLOGÍA MÉDICA El rápido flujo de salida de K+ y de entrada de Na+, Ca2+ y otras moléculas pequeñas conduce a aumento de volumen por ósmosis y a lisis. Se cree que la toxina alfa es un mediador importante del daño tisular en la enfermedad estafilocócica. La toxina beta, conocida también como esfingomielina- sa C, es una proteína termolábil de 35.000 D producida por la mayoría de las cepas de S. aureus que provocan enfermedad en el ser humano y los animales. Esta enzima presenta es- pecificidad para la esfingomielina y la lisofosfatidilcolina, yes tóxica para diversas células, entre las que se encuentran los eritrocitos, los fibroblastos, los leucocitos y los macrófagos. Cataliza la hidrólisis de los fosfolípidos de la membrana en las células susceptibles, y la lisis es proporcional a la concen- tración de esfingomielina expuesta en la superficie celular. Se cree que este mecanismo es responsable de las diferencias de sensibilidad de las distintas especies a la toxina. La toxina delta es un polipéptido de 3.000 D producido por casi todas las cepas de S. aureus y la mayoría de las res- tantes especies estafilocócicas (p. ej., S. epidermidis, S. hae molyticus). La toxina tiene un amplio espectro de actividad citolítica, afecta a los eritrocitos, muchas otras células de los mamíferos y las estructuras de las membranas intracelulares. Esta toxicidad de membrana relativamente inespecífica con- cuerda con la noción que afirma que la toxina actúa como un surfactante que altera las membranas celulares mediante una acción de tipo detergente. La toxina gamma (fabricada por la mayoría de las cepas de S. aureus) y la leucocidina P-V son toxinas formadas por dos componentes que constan de dos cadenas de polipéptidos: el componente S (proteínas de elución lenta) y el componen- te F (proteínas de elución rápida). Se han identificado tres proteínas S (HlgA [hemolisina gamma A], HlgC, LukS-PV) y dos proteínas F (HlgB, LukF-PV). Las bacterias que produ- cen ambas toxinas codifican todas estas proteínas y podrían producir seis toxinas distintas. Estas seis toxinas pueden lisar los neutrófilos y los macrófagos, y la actividad hemolíti- ca más intensa se asocia a HlgA/HlgB, HlgC/HlgB y HlgA/ LukF-PV. La toxina leucocidina P-V (LukS-PV/LukF-PV) es leucotóxica, pero carece de actividad hemolítica. La toxina leu- cocidina P-V ha generado gran interés recientemente porque, aunque se encuentra en menos del 5% de todas las cepas de SARM que circulan por los hospitales, se identifica en prácticamente todas las cepas de SARM asociadas a las infecciones comunitarias. Esta toxina es un importante mar- cador de identificación propio de estas cepas. La lisis celular provocada por estas toxinas está mediada por la formación de poros con aumento de la permeabilidad a los cationes y la inestabilidad osmótica. Toxinas exfoliativas El síndrome de la piel escaldada por estafilococos (SPEE), espectro de enfermedades que se caracteriza por la der- matitis exfoliativa, está mediado por toxinas exfoliativas. La prevalencia de la producción de toxina en las cepas de S. aureus varía en función de la distribución geográfica, pero generalmente es menor del 5%. Se han identificado dos formas distintas de toxina exfoliativa (ETA y ETB), y ambas pueden producir enfermedad. ETA es termoestable y el gen se asocia con un fago, mientras que ETB es termolábil y se localiza en un plásmido. Las toxinas son proteasas de serina que rompen la desmogleína 1, un miembro de la familia de las estructuras de adhesión celular (desmosomas) responsables de formar los puentes intercelulares en el estrato granuloso de la epidermis. Las toxinas no se asocian a procesos de citólisis ni inflama- ción, por lo que en la capa de la epidermis afectada no están presentes estafilococos ni leucocitos (lo cual constituye un importante dato diagnóstico). Después de la exposición de la epidermis a la toxina, se desarrollan anticuerpos neutralizan- tes protectores, lo que lleva a la resolución del proceso tóxico. El SPEE se observa fundamentalmente en niños pequeños, y rara vez se describe en niños mayores o en adultos. Enterotoxinas Se ha identificado 18 enterotoxinas estafilocócicas (A a R), de las que la enterotoxina A es la que con más frecuencia se asocia a las intoxicaciones alimentarias. Las enterotoxinas C y D se encuentran en los productos lácteos contaminados, y la enterotoxina B produce colitis seudomembranosa es- tafilocócica. La prevalencia o la importancia clínica de las res- tantes toxinas se conocen en menor medida. Se ignora cuál es el mecanismo exacto de acción de la toxina. Las enterotoxinas tienen un diseño perfecto para provocar las enfermedades de origen alimentario, ya que son estables aunque se calienten hasta los 100 °C durante 30 minutos y resisten a la hidrólisis por las enzimas gástricas y yeyunales. Por tanto, cuando se contamina un producto alimentario con estafilococos pro- ductores de enterotoxinas y se producen las toxinas, ni un recalentado ligero de la comida ni la exposición a los ácidos gástricos resultarán protectores. Estas toxinas se producen en el 30-50% de las cepas de S. aureus. No se comprende el mecanismo preciso de la actividad de las toxinas. Estas toxinas son superantígenos capaces de inducir la activación de los linfocitos T y la liberación de citocinas. Los cambios histológicos característicos observados en el estómago y el yeyuno consisten en la infiltración de neutrófilos en el epitelio y la lámina propia subyacente, con pérdida de las células en borde de cepillo del yeyuno. Se cree que la estimulación de la liberación de los mediadores inflamatorios por parte de los mastocitos origina la emesis característica de la intoxicación alimentaria por estafilococos. Toxina-1 del síndrome del shock tóxico La TSST-1 es una exotoxina termoestable y resistente a la proteólisis de 22.000 D y codificada por un gen cromosómico. Se estima que el 90% de las cepas de S. aureus causantes del síndrome del shock tóxico (SST) asociado a la mens- truación y la mitad de las cepas causantes de otras formas de SST producen TSST-1. La enterotoxina B y, rara vez, la enterotoxina C, originan la mitad de los casos de SST no asociados a la menstruación. La expresión in vitro de TSST-1 exige una alta concentración de oxígeno y pH neutro. A ello podría deberse la prevalencia baja del SST comparada con las infecciones de herida por S. aureus (una situación en la que el ambiente de un absceso es relativamente anaerobio y ácido). La TSST-1 es un superantígeno que estimula la liberación de citocinas y provoca extravasación de células endoteliales, mientras que a altas concentraciones tiene efecto citotóxico en las células. La capacidad de la TSST-1 para atravesar las barreras mucosas, incluso cuando la infección está localizada en la vagina o la herida, provoca los efectos sistémicos del SST. La muerte de las pacientes aquejadas de SST se produce como consecuencia de un shock hipovolémico que origina insuficiencia multiorgánica. Enzimas estafilocócicas Las cepas de S. aureus poseen dos formas de coagulasa: ligada y libre. La coagulasa que se une a la pared del estafilo- coco puede convertir directamente el fibrinógeno en fibrina insoluble para forzar la agregación de los estafilococos. La coagulasa libre logra el mismo resultado al reaccionar con un factor plasmático de tipo globulina (factor de reacción con la coagulasa) para originar una estafilotrombina, un factor StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 179 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. semejante a la trombina. Este factor cataliza la conversión del fibrinógeno en fibrina insoluble. El papel de la coagulasa en la patogenia de la enfermedad es especulativo, pero la coagulasa puede provocar la formación de una capa de fi- brina alrededor del absceso estafilocócico, de forma que la infección quede localizada y los microorganismos estén protegidos de la fagocitosis. Algunas especies de estafiloco- cos fabrican coagulasa, pero se trata fundamentalmente de patógenos animales que rara vez participan en la infección en el ser humano. Los estafilococos producen otra serie de enzimas que hi- drolizan los componentes tisulares del hospedador y ayudan a la diseminación de las bacterias. La hialuronidasa hidroliza los ácidos hialurónicos, presentes en la matriz acelular del tejido conjuntivo. La fibrinolisina, llamada también estafilocinasa, puede disolver los coágulosde fibrina. Todas las cepas de S. aureus y más del 30% de todas las cepas de Staphylococcus negativos para coagulasa producen varios tipos distintos de lipasas, que hidrolizan los lípidos y garantizan la supervivencia de los estafilococos en las regiones sebáceas del organismo. S. aureus produce también una nucleasa termoestable, que puede hidrolizar el ADN viscoso. ePidemiologíA Los estafilococos son ubicuos. Todas las personas portan es- tafilococos coagulasa-negativos en la piel, y es frecuente la colonización transitoria de los pliegues cutáneos húmedos con S. aureus. En los neonatos se observa con frecuencia la coloni- zación del ombligo, la piel y la región perianal por S. aureus. S. aureus y los estafilococos coagulasa-negativos se encuentran, igualmente, en la bucofaringe, el aparato digestivo y el sistema genitourinario. El estado de portador permanente o temporal de S. aureus en niños mayores y adultos es más frecuente en la nasofaringe que en la bucofaringe. Aproximadamente el 15% de los adultos sanos son portadores permanentes de S. aureus en la nasofaringe, aunque se ha descrito una inciden- cia más elevada en los pacientes hospitalizados, el personal sanitario, los sujetos aquejados de enfermedades eccematosas de la piel y aquellos que utilizan frecuentemente agujas, ya sea de forma ilegal (p. ej., drogodependientes) o por motivos médicos (p. ej., pacientes con diabetes insulino-dependiente, sujetos que se vacunan frente a la alergia o que se someten a hemodiálisis). La adherencia de estos microorganismos al epitelio mucoso está regulada por las adhesinas estafilocócicas de superficie celular. La diseminación de bacterias es frecuente y la responsa- ble de muchas de las infecciones adquiridas en el hospital como consecuencia de la presencia de los estafilococos en la piel y en la nasofaringe. Los estafilococos son sensibles a las temperaturas elevadas, así como a los desinfectantes y las soluciones antisépticas; sin embargo, los microorganismos pueden sobrevivir en las superficies secas durante períodos de tiempo prolongados. Estas bacterias se pueden transferir a una persona vulnerable por contacto directo o a través de fómites (p. ej., ropa contaminada, sábanas). Debido a ello, el personal sanitario debe utilizar técnicas adecuadas de lavado de manos para evitar la transmisión de estafilococos a sus pacientes o entre los propios pacientes. Desde la década de 1980 las cepas de SARM se han extendido con rapidez entre los pacientes hospitalizados susceptibles, lo que ha cambiado de forma muy notable el tratamiento existente para la prevención y el control de las infecciones por estafilococos. Aunque las infecciones por SARM eran relativamente infrecuentes en personas sanas a nivel comunitario, se produjo un cambio muy importante en 2003, momento en el que se describió que unas cepas nuevas de SARM eran responsables de brotes de infecciones cutáneas adquiridas en la comunidad y neumonías graves. Es interesante destacar que estas cepas no se relacionaban con las cepas que circulan por los hospitales y que las cepas ais- ladas en cada país eran únicas a nivel genético. Aunque estas cepas de SARM se originaron de forma independiente en todo el mundo, comparten algunos rasgos comunes: 1) casete SCCmec de tipo IV que codifica la resistencia a la meticilina; 2) toxina leucocidina P-V, y 3) susceptibilidad a la mayor parte de los antibióticos, con excepción de los b-lactámicos. El tipado epidemiológico indica que estas cepas comunitarias de SARM están relacionadas dentro de los países (el genotipo USA300 es la cepa fundamental en EE.UU.), aunque son distintas de uno a otro. enfermedAdes clínicAs (cuadro 18-3) Staphylococcus aureus S. aureus causa enfermedad mediante la producción de to- xinas o a través de la invasión directa y la destrucción del tejido. Las manifestaciones clínicas de algunas enfermedades estafilocócicas se deben casi exclusivamente a la actividad de la toxina (p. ej., SPEE, intoxicación alimentaria por estafilo- cocos y SST), mientras que otras afecciones son consecuencia de la proliferación de los microorganismos, la cual da lugar a la formación de abscesos y la destrucción tisular (p. ej., infecciones cutáneas, endocarditis, neumonía, empiema, osteomielitis y artritis séptica) (fig. 18-2). La producción de enfermedad en presencia de un cuerpo extraño (p. ej., astilla, catéter, anastomosis, prótesis valvular o articular) requiere un número significativamente menor de estafilococos. Del mis- mo modo, los pacientes con alteraciones congénitas asociadas a defectos en la quimiotaxis o la respuesta fagocítica (como el síndrome de Job, el síndrome de Wiskott-Aldrich o la enfermedad granulomatosa crónica) son más vulnerables a las enfermedades estafilocócicas. Síndrome de la piel escaldada por estafilococos (SPEE) En el año 1878, Gottfried Ritter von Rittershain describió 297 lactantes menores de 1 mes que presentaban una en- fermedad exfoliativa ampollosa. La enfermedad descrita por este investigador, conocida ahora como enfermedad de Ritter o SPEE, se caracteriza por el inicio brusco de un eritema peribucal localizado (enrojecimiento e inflamación alrededor de la boca) que se extiende por todo el organismo a lo largo de los 2 días siguientes. Una ligera presión desprende la piel (signo de Nikolsky positivo), y poco después se forman grandes ampollas o vesículas cutáneas que se siguen de des- camación epitelial (fig. 18-3). Las ampollas contienen un líquido claro, pero no microorganismos ni leucocitos, un ha- llazgo compatible con la asociación de la enfermedad con una toxina bacteriana. El epitelio recupera su estructura en un plazo comprendido entre 7 y 10 días, cuando aparecen los anticuerpos protectores. No se forman cicatrices debido a que la necrosis afecta solamente a la capa superior de la epidermis. A pesar de tratarse de una enfermedad fundamentalmente de neonatos y niños pequeños, la tasa de mortalidad es menor del 5%. Cuando se produce, la muerte suele deberse a una infección bacteriana secundaria de las zonas de piel afectadas. Las infecciones en adultos suelen afectar a hospedadores inmunodeprimidos o con nefropatías y la mortalidad puede alcanzar un 60%. El impétigo ampolloso es una forma localizada de SPEE. Las cepas específicas de S. aureus productoras de toxina 180 MICROBIOLOGÍA MÉDICA CUADRO 18-3 Enfermedades estafilocócicas: resúmenes clínicos Staphylococcus aureus Enfermedades mediadas por toxinas Síndrome de la piel escaldada: descamación diseminada del epitelio en lactantes; ampollas carentes de microorganismos o leucocitos Intoxicación alimentaria: después de haber ingerido alimentos contaminados con la toxina termoestable, inicio rápido de vómitos intensos, diarrea y cólicos; resolución en el plazo de 24 horas Shock tóxico: intoxicación multisistémica caracterizada en un primer momento por la presencia de fiebre, hipotensión y un exantema maculoeritematoso; elevada mortalidad en ausencia de tratamiento antibiótico inmediato y eliminación del foco de la infección Infecciones supurativas Impétigo: infección cutánea localizada que se caracteriza por la presencia de vesículas rellenas de pus sobre una base eritematosa Foliculitis: impétigo que afecta a los folículos pilosos Forúnculos: grandes nódulos cutáneos rellenos de pus y dolorosos Ántrax: unión de forúnculos con extensión hacia los tejidos subcutáneos e indicios de enfermedad sistémica (fiebre, escalofríos, bacteriemia) Bacteriemia y endocarditis: diseminación de bacterias hacia la sangre desde un foco de infección; la endocarditis se caracteriza por daños al revestimiento endotelial del corazón Neumonía y empiema: consolidación y formación de abscesos en los pulmones; se observa en sujetos muy jóvenes, ancianos y en pacientes con enfermedad pulmonar de base o reciente; se ha reconocido una forma grave de neumonía necrosante con shock séptico y mortalidadalta Osteomielitis: destrucción de huesos, en especial del área metafisaria de los huesos largos Artritis séptica: articulación eritematosa dolorosa con acumulación de material purulento en el espacio articular Todas las especies de Staphylococcus Infecciones de heridas: caracterizadas por la presencia de eritema y pus en el lugar de una herida traumática o quirúrgica; S. aureus y los estafilococos coagulasa- negativos pueden originar infecciones asociadas a cuerpos extraños Infecciones del aparato genitourinario: disuria y piuria en mujeres jóvenes sexualmente activas (S. saprophyticus), sujetos con catéteres urinarios (otros estafilococos coagulasa-negativos) o tras la inoculación del aparato genitourinario debido a bacteriemia (S. aureus) Infecciones de catéteres y derivaciones: respuesta inflamatoria crónica a bacterias que recubren un catéter o una derivación (más a menudo por estafilococos coagulasa-negativos) Infecciones de prótesis: infección crónica de dispositivo caracterizada por dolor localizado y fallo mecánico del mismo (con mayor frecuencia por estafilococos coagulasa-negativos) Figura 18-3 Síndrome de la piel escaldada por estafilococos. (De Mandell GL y cols.: Principles and practice of infectious disease, 6.ª ed., Filadelfia, 2004, Churchill Livingstone.) Figura 18-2 Enfermedades estafilocócicas. Aislamiento de estafilococos de las zonas de infección. 1+, menos del 10% de cultivos positivos; 2+, del 10% al 50% de cultivos positivos; 3+, del 50% al 90% de cultivos positivos; 4+, más del 90% de cultivos positivos. StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 181 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. (p. ej., el fago tipo 71) se asocian a la formación de ampo- llas cutáneas superficiales (fig. 18-4). A diferencia de lo que ocurre en los sujetos con las manifestaciones diseminadas de SPEE, los pacientes aquejados de impétigo ampolloso mues- tran ampollas localizadas que arrojan resultados positivos en los cultivos. El eritema no se extiende más allá de los límites de la ampolla y no está presente el signo de Nikolsky. La enfermedad se da principalmente en lactantes y niños pequeños y se transmite con facilidad. Intoxicación alimentaria por estafilococos (caso clínico 18-1) La intoxicación alimentaria por estafilococos, una de las enfermedades más frecuentes transmitidas por los alimen- tos, representa una intoxicación en mayor medida que una infección. La enfermedad se debe a la acción de una toxina bacteriana presente en los alimentos más que al efecto directo de los microorganismos en el paciente. Los alimentos que se contaminan con mayor frecuencia son las carnes elabo- radas, como el jamón y el cerdo curados con sal, los bollos rellenos de crema, la ensalada de patatas y los helados. El crecimiento de S. aureus en las carnes curadas con sal se co- rresponde con su capacidad de proliferar en presencia de con- centraciones elevadas de sal. A diferencia de lo que ocurre con muchas otras formas de intoxicación alimentaria, en las que el reservorio animal desempeña una relevante función, la intoxicación alimentaria por estafilococos es consecuencia de la contaminación de los alimentos por un portador humano. Aunque la contaminación se puede evitar al impedir que los sujetos con enfermedades estafilocócicas cutáneas evidentes preparen las comidas, aproximadamente la mitad de las infec- ciones procede de portadores con colonización asintomática de la nasofaringe. Cuando los estafilococos se han introducido en los alimentos (a través de un estornudo o una mano conta- minada), estos deben permanecer a temperatura ambiente o más elevada para que los microorganismos crezcan y liberen la toxina. Los alimentos contaminados no presentan un aspecto ni un sabor desagradables. El calentamiento posterior de los alimentos comporta la destrucción de las bacterias, pero no inactiva las toxinas termoestables. El inicio de la enfermedad es abrupto y rápido, con un período medio de incubación de 4 horas tras la ingestión de la comida, lo que también corresponde a una enfermedad pro- ducida por una toxina preformada. Los estafilococos ingeridos no producen moléculas adicionales de la toxina, por lo que la evolución de la enfermedad es rápida y sus síntomas duran generalmente menos de 24 horas. La intoxicación alimentaria por estafilococos se caracteriza por la aparición de vómitos importantes, diarrea, dolor abdominal y náuseas. Se ha des- crito la presencia de sudoración y cefalea, pero no de fiebre. La diarrea es acuosa y no sanguinolenta, y puede producirse deshidratación como consecuencia de la importante pérdida de líquidos. Los microorganismos productores de toxinas se pueden cultivar a partir de los alimentos contaminados cuando el proceso de preparación de los mismos no haya sido capaz de destruirlos. Las enterotoxinas son termoestables, por lo que los alimentos contaminados se pueden analizar para de- terminar la presencia de toxinas en una institución sanitaria pública, aunque estas pruebas rara vez se llevan a cabo. El tratamiento se centra en el alivio de los espasmos abdominales y la diarrea y en la reposición hídrica. El tra- tamiento antibiótico no está indicado debido a que, como se ha comentado, la enfermedad ha sido causada por una toxina preformada y no por microorganismos en proceso de replicación. Los anticuerpos capaces de neutralizar la toxina pueden conferir protección y existe una limitada reactividad cruzada entre las diferentes enterotoxinas. Sin embargo, la inmunidad es de corta duración, y pueden darse episodios posteriores de intoxicación alimentaria por estafilococos, fundamentalmente por enterotoxinas diferentes desde el punto de vista serológico. Ciertas cepas de S. aureus pueden producir también enterocolitis, la cual se manifiesta clínicamente con diarrea Figura 18-4 Impétigo ampolloso, una forma localizada de síndrome de la piel escaldada por estafilococos. (De Emond RT, Rowland HAK: A color atlas of infectious diseases, Londres, 1987, Wolfe.) CASO CLÍNICO 18-1 Intoxicación alimentaria por estafilococos Un artículo publicado en los CDC, Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR 46:1189-1191, 1997) ilustra algunos aspectos muy importantes de las intoxicaciones alimentarias por estafilococos. Un total de 18 personas que asistieron a una fiesta de jubilación enfermaron unas 3-4 horas después de la comida. Los síntomas más frecuentes fueron náuseas (94%), vómitos (89%) y diarrea (72%). Relativamente pocos individuos tuvieron fiebre o cefalea (11%). La duración media de los síntomas fue de 24 horas. La enfermedad se asoció a la ingesta de jamón cocido en la fiesta. Una muestra del jamón cocido resultó positiva para la enterotoxina de tipo A del estafilococo. Una cocinera había cocido el jamón en su casa, lo había transportado al trabajo, lo había cortado en lonchas mientras seguía caliente y posteriormente lo había refrigerado en un gran contenedor de plástico tapado con papel de plata. El jamón se sirvió frío al día siguiente. Cocer el jamón debería eliminar cualquier S. aureus contaminante, de forma que es probable que la contaminación se produjera en el jamón ya cocido. El retraso en enfriar el jamón y su almacenamiento en un solo contenedor permitieron la proliferación del germen y la producción de la enterotoxina. La toxina de tipo A es la más frecuentemente asociada a enfermedad en las personas. La aparición rápida y la corta duración de las náuseas, los vómitos y la diarrea son típicas de esta enfermedad. Se debe tener cuidado para evitar la contaminación de alimentos salados, como el jamón, porque el recalentamiento posterior de la carne no inactiva la toxina que es termoestable. 182 MICROBIOLOGÍA MÉDICA acuosa, espasmos abdominales y fiebre. La mayoría de las cepas productoras de enfermedad fabrican tanto enterotoxina A como la leucotoxina de dos componentes LukE/LukD.La enterocolitis afecta principalmente a pacientes que han recibido antibióticos de amplio espectro que alteran la mi- croflora normal del colon y permiten la proliferación de S. aureus. El diagnóstico de enterocolitis estafilocócica tan sólo se puede confirmar después de haber descartado otras causas de infección más frecuentes (p. ej., colitis por Clostridium difficile). Por lo general, las heces de los pacientes afectados contienen un número elevado de estafilococos y las bacte- rias normales gramnegativas suelen encontrarse ausentes. Se observa la presencia de leucocitos en las heces y de placas ulceradas en la mucosa del colon. Síndrome del shock tóxico (caso clínico 18-2) El primer brote del síndrome del shock tóxico (SST) se pro- dujo en Australia en el año 1928, donde la enfermedad se desarrolló en 21 niños, 12 de los cuales fallecieron tras haber recibido una vacuna contaminada con S. aureus. Transcurridos 50 años desde este episodio, J. K. Todd describió el llamado síndrome del shock tóxico en 7 niños con enfermedad sis- témica, y en el verano de 1980 se publicaron los primeros casos de SST en mujeres menstruantes. Estos datos se si- guieron de un aumento espectacular de la incidencia de SST, fundamentalmente en mujeres. Posteriormente se descubrió que las cepas de S. aureus productoras de TSST-1 se podían multiplicar rápidamente en los tampones superabsorbentes y liberar la toxina. Después de la retirada de estos tampones, la incidencia de la enfermedad, fundamentalmente en las mujeres menstruantes, descendió rápidamente. En la actua- lidad, se estima que se producen alrededor de 100 casos de SST al año en EE.UU. Aunque en un principio se describió que los estafilococos coagulasa-negativos podían originar este síndrome, en la actualidad se cree que la entidad se restringe a S. aureus. Esta enfermedad se inicia con el crecimiento localizado de las cepas de S. aureus productoras de la toxina en la vagina o la herida, seguida de la liberación de la toxina en la sangre. La producción de la toxina impone una atmósfera aerobia y un pH neutro. Las manifestaciones clínicas aparecen de forma brusca y consisten en fiebre, hipotensión y exantema eritema- toso macular difuso. Se observa una afectación multiorgánica (nervioso central, digestivo, hematológico, hepático, muscular y renal), y toda la piel se descama, incluidas las palmas y las plantas (fig. 18-5). Una forma especialmente virulenta del SST es la púrpura fulminante. Este cuadro se caracteriza por extensas lesiones purpúricas en la piel, con fiebre, hipo- tensión y coagulación intravascular diseminada. La púrpura fulminante se asociaba antes a las infecciones incontrolables por Neisseria meningitidis. La alta tasa inicial de fallecimientos ha disminuido apro- ximadamente al 5% al conocerse mejor la epidemiología y la etiología de esta enfermedad. Sin embargo, el índice de recidiva llega a alcanzar el 65%, a no ser que el paciente se trate específicamente con un antibiótico eficaz. Los estudios serológicos han puesto de manifiesto que más del 90% de los adultos portan anticuerpos frente a TSST-1; sin embargo, más del 50% de los pacientes con SST no son capaces de desarro- llar anticuerpos protectores con posterioridad a la resolución de la enfermedad. Estos pacientes carentes de protección presentan un riesgo significativo de recidiva del síndrome. Infecciones cutáneas Dentro de las infecciones estafilocócicas piógenas localizadas figuran el impétigo, la foliculitis, los forúnculos y el ántrax. El impétigo, una infección superficial que afecta sobre todo a ni- ños pequeños, se produce fundamentalmente en la cara y las extremidades. Inicialmente se observa una pequeña mácula (una mancha roja aplanada), y luego se desarrolla una pústula (vesícula llena de pus) sobre una base eritematosa. Se forma una costra después de la rotura de la pústula. Es frecuente la existencia de múltiples vesículas en distintas fases de desa- rrollo como consecuencia de la extensión secundaria de la infección a zonas adyacentes de la piel (fig. 18-6). El impétigo se debe generalmente a la infección por S. aureus, aunque los estreptococos del grupo A, de manera independiente o en combinación con S. aureus, originan un 20% de los casos. La foliculitis es una infección piógena de los folículos pilosos. La base del folículo está elevada y enrojecida, y hay CASO CLÍNICO 18-2 Síndrome del shock tóxico estafilocócico Todd y cols. (Lancet 2:1116-1118, 1978) fueron los primeros investigadores que describieron un cuadro pediátrico que denominaron «síndrome del shock tóxico». Este paciente ilustra la evolución clínica de la enfermedad. Una chica de 15 años fue ingresada en el hospital con clínica de faringitis y vaginitis asociada a vómitos y diarrea acuosa de 2 días de evolución. Mostraba fiebre e hipotensión al ingreso y tenía un exantema difuso por todo el cuerpo de aspecto eritematoso. Las pruebas de laboratorio indicaron acidosis, oliguria y coagulación intravascular diseminada con un cuadro de trombocitopenia grave. La radiografía de tórax mostró infiltrados pulmonares bilaterales, sugestivos de «pulmón de shock». Fue ingresada en cuidados intensivos del hospital, donde se estabilizó y mejoró de forma gradual en 17 días. Al tercer día la paciente presentó una descamación fina de la cara, el tronco y las extremidades y que progresó hasta la descamación de palmas y plantas el día 14 de ingreso. Todos los cultivos fueron negativos, salvo la faringe y la vagina, en las que se aisló S. aureus. Este caso ilustra la presentación inicial del SST, la toxicidad multiorgánica y la prolongada recuperación. Figura 18-5 Síndrome del shock tóxico. Se muestra un caso de infección mortal con afectación cutánea y de tejidos blandos. StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 183 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. una pequeña acumulación de pus bajo la superficie de la epidermis. Cuando afecta a la base de los párpados se conoce como orzuelo. Los forúnculos, una extensión de la foliculitis, son nódulos elevados, dolorosos y grandes por debajo de los cuales se acumula tejido necrótico. Pueden drenar de forma espontánea o después de una incisión quirúrgica. El ántrax aparece cuando los forúnculos confluyen y se ex- tienden hasta el tejido subcutáneo más profundo (fig. 18-7). Suele estar presente un número elevado de fístulas. A di- ferencia de los pacientes con foliculitis y forúnculos, los pacientes con ántrax presentan escalofríos y fiebre, lo que indica una extensión sistémica a otros tejidos a través de una bacteriemia estafilocócica. Las infecciones de las heridas estafilocócicas pueden tener lugar con posterioridad a una intervención quirúrgica o a un traumatismo como consecuencia de la introducción en la herida de microorganismos que colonizan la piel. Por lo general, los estafilococos no son capaces de producir infección en un individuo inmunocompetente a no ser que exista un cuerpo extraño en la herida (p. ej., grapas, astillas, suciedad). Las infecciones se caracterizan por la presencia de edema, eritema, dolor y acumulación de material purulento. La in- fección se puede controlar fácilmente mediante la apertura de nuevo de la herida, la extracción del cuerpo extraño y el drenaje del material purulento. El tratamiento antibiótico específico frente a S. aureus está indicado cuando se observan signos como fiebre o malestar general, o la herida no mejora después del tratamiento local. Con la diseminación de las cepas de SARM en la comu- nidad, en este momento estos gérmenes son la causa más frecuente de infecciones cutáneas y de tejidos blandos en los pacientes que acuden a las urgencias de los hospitales de EE.UU. Este problema se complica porque la mayor parte de estos pacientes reciben tratamiento inicial con una peni- cilina, cefalosporina u otros antibióticos ineficaces. Bacteriemia yendocarditis (caso clínico 18-3) S. aureus es una causa frecuente de bacteriemia. Aunque las bacteriemias producidas por la mayor parte de los microorga- nismos tienen su origen en un foco identificable de infección, como una infección pulmonar, del aparato genitourinario o el aparato digestivo, no se conoce el foco inicial de la infección en aproximadamente un tercio de los pacientes afectados por una bacteriemia por S. aureus. Lo más probable es que la infección se extienda a la sangre a partir de una infección cutánea de aspecto inocuo. Más del 50% de los casos de bacteriemia por S. aureus se adquieren en el hospital des- pués de una intervención quirúrgica, o como consecuencia del uso continuado de un catéter intravascular contaminado. Las bacteriemias por S. aureus, y en especial los episodios prolongados, se asocian a la diseminación a otras partes del organismo, como el corazón. La endocarditis aguda producida por S. aureus cons- tituye una enfermedad grave con una tasa de mortalidad de aproximadamente el 50%. Aunque los pacientes aquejados de endocarditis por S. aureus pueden mostrar inicialmente síntomas inespecíficos de tipo gripal, su situación se puede deteriorar rápidamente con alteración del gasto cardíaco e indicios de embolizaciones sépticas periféricas. El pronós- tico del paciente es desfavorable a no ser que se instaure un tratamiento médico y quirúrgico adecuado de forma inme- diata. Una excepción a esta afirmación es la endocarditis por S. aureus en los pacientes adictos a drogas por vía parenteral, cuya enfermedad afecta normalmente a las cavidades car- díacas derechas (válvula tricúspide) en mayor medida que a Figura 18-6 Impétigo pustuloso. Se pueden observar las vesículas en distintas fases del desarrollo, incluyendo vesículas llenas de pus sobre una base eritematosa y lesiones secas con costra. (De Emond RT, Rowland HAK: A color atlas of infectious diseases, Londres, 1987, Wolfe.) Figura 18-7 Ántrax producido por Staphylococcus aureus. La lesión se desarrolló en la nalga a lo largo de un período de 7 a 10 días y requirió drenaje quirúrgico junto con antibioterapia. (De Cohen J, Powderly WG: Infectious diseases, 2.ª ed., St. Louis, 2004, Mosby.) CASO CLÍNICO 18-3 Endocarditis por Staphylococcus aureus Chen y Li (N Engl J Med 355:e27, 2006) describieron el caso de una mujer de 21 años con antecedentes de adicción a drogas por vía parenteral, VIH y con un recuento de CD4 de 400 células/mm3, que desarrolló una endocarditis por S. aureus. La paciente tenía antecedentes de 1 semana de fiebre, dolor torácico y hemoptisis. La exploración física mostró un soplo holosistólico 3/6 con roncos en ambos campos pulmonares. La radiografía de tórax mostró múltiples lesiones cavitarias bilaterales y los cultivos de esputo y hemocultivos fueron positivos para S. aureus sensible a meticilina. La paciente recibió tratamiento con oxacilina durante 6 semanas con resolución de la endocarditis y los abscesos pulmonares. Este caso ilustra una endocarditis aguda por S. aureus y la frecuencia de complicaciones secundarias a émbolos sépticos. 184 MICROBIOLOGÍA MÉDICA las izquierdas. Los síntomas pueden ser inicialmente leves, pero por lo general se registran fiebre, escalofríos y dolor torácico pleurítico producido por embolización del territorio pulmonar. Generalmente se logra la curación clínica de la endocarditis, si bien es frecuente que existan complicacio- nes como consecuencia de la diseminación secundaria de la infección a otros órganos. Neumonía y empiema La enfermedad respiratoria por S. aureus se puede producir después de la aspiración de secreciones bucales o la disemina- ción hematógena del microorganismo desde un foco alejado. La neumonía por aspiración se observa fundamentalmen- te en los sujetos muy jóvenes, los ancianos y los pacientes aquejados de fibrosis quística, gripe, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o bronquiectasias. Las presentaciones clínicas y radiológicas de la neumonía no son características. El examen radiológico pone de manifiesto la presencia de infiltrados parcheados con consolidación o abscesos, los cuales se deben a la capacidad de secreción de toxinas y enzimas citotóxicas y de formar abscesos localizados por parte del microorganismo. La neumonía de diseminación hematógena es frecuente en pacientes con bacteriemia o endocarditis. Los SARM adquiridos en la comunidad son responsables de una forma grave de neumonía necrosante con hemoptisis masiva, shock séptico y una elevada mortalidad. A pesar de que esta enfermedad se ha relacionado más a menudo con niños y adultos jóvenes, no se limita a estos grupos de edades. El empiema afecta al 10% de los pacientes con neumonía, y S. aureus es el agente etiológico en un tercio de los casos. En algunos casos resulta difícil llevar a cabo el drenaje del material purulento debido a que los microorganismos se pueden consolidar en áreas loculadas aisladas. Osteomielitis y artritis séptica La osteomielitis por S. aureus puede derivar de la disemina- ción hematógena en el hueso, o puede constituir una infección secundaria como consecuencia de un traumatismo o bien de la extensión de una infección desde una zona adyacente. La diseminación hematógena en los niños procede generalmente de una infección cutánea estafilocócica, y suele afectar a las metáfisis de los huesos largos, una zona de crecimiento óseo muy vascularizada. Esta infección se caracteriza por la presencia de dolor de inicio brusco en la zona ósea afectada y de fiebre elevada. Los hemocultivos son positivos aproxi- madamente en un 50% de los casos. La osteomielitis hematógena que se observa en los adultos aparece habitualmente en forma de osteomielitis vertebral, y rara vez en forma de infección de los huesos largos. El síntoma inicial es un intenso dolor de espalda con fiebre. La evidencia radiológica de osteomielitis en niños y adultos no se observa hasta 2 o 3 semanas después del comienzo de los síntomas. El absceso de Brodie es un foco de osteomielitis estafilocócica que se localiza en la zona metafisaria de los huesos largos y afecta sólo a los adultos. La osteomielitis es- tafilocócica que aparece con posterioridad a un traumatismo o una intervención quirúrgica se acompaña generalmente de inflamación y drenaje purulento de la herida o las fís- tulas subyacentes al hueso infectado. Dado que la infección estafilocócica puede limitarse exclusivamente a la herida, el aislamiento del microorganismo en esta localización no supone un indicio concluyente de la afectación ósea. La tasa de curación de la osteomielitis estafilocócica es excelente con un tratamiento antibiótico y quirúrgico adecuado. S. aureus es la principal causa de artritis séptica en niños pequeños y adultos que reciben inyecciones intraarticulares o portadores de articulaciones con anomalías mecánicas. La afectación secundaria de múltiples articulaciones indica la diseminación hematógena desde un foco localizado. S. aureus se ve sustituido por N. gonorrhoeae como la causa más frecuente de artritis séptica en personas sexualmente activas. La artritis estafilocócica se caracteriza por una arti- culación dolorosa y eritematosa de la que se obtiene material purulento por aspiración. La infección se demuestra en las grandes articulaciones (p. ej., hombro, rodilla, cadera, codo). El pronóstico en niños es excelente, mientras que en adultos depende de la naturaleza de la enfermedad subyacente y de las complicaciones infecciosas secundarias. Staphylococcus epidermidis y otros estafilococos coagulasa-negativos Endocarditis (caso clínico 18-4) S. epidermidis, S. lugdunensis y los estafilococos coagulasa- negativos relacionados con ambas especies pueden infectar las válvulas cardíacas protésicas y, con menor frecuencia, las naturales. Se cree que la infección de las válvulas naturales se debe a la inoculación de los microorganismos en una vál- vula cardíaca alterada (p. ej.,malformación congénita, daño posterior a la afectación cardíaca en la fiebre reumática). S. lugdunensis es la especie de estafilococo que con más frecuencia se asocia a la endocarditis sobre válvula nativa, aunque este cuadro se suele relacionar con estreptococos. En contraste, los estafilococos son una causa principal de endocarditis en las prótesis valvulares. Los microorganismos entran en el momento del recambio valvular, y la infección se caracteriza por su evolución indolente, ya que los signos y síntomas clínicos no se desarrollan hasta 1 año después del procedimiento. Aunque la válvula cardíaca puede estar infec- tada, la zona en la que ocurre la infección es donde la válvula CASO CLÍNICO 18-4 Endocarditis causada por Staphylococcus lugdunensis Seenivasan y Yu (Eur J Clin Microbiol Infec Dis 22:489-491, 2003) publicaron un caso típico de endocarditis sobre válvula nativa por S. lugdunensis, un estafilococo coagulasa-negativo con gran tendencia a provocar endocarditis. Esta mujer de 36 años era consumidora activa de cocaína y se presentó con debilidad de aparición aguda en las extremidades derechas. Refería fiebre con escalofríos, malestar y disnea durante las 10 semanas previas. En el momento del ingreso presentaba taquicardia, hipotensión, una temperatura de 39 °C, un soplo pansistólico y hemiparesia derecha. La TC craneal demostró un infarto extenso en los ganglios basales izquierdos. Cuatro hemocultivos fueron positivos para S. lugdunensis. El germen aislado era resistente a la penicilina, pero sensible a todos los demás antibióticos analizados. Dado que la paciente era alérgica a la penicilina, se empezó el tratamiento con vancomicina y gentamicina. La paciente dejó de tener fiebre en 3 días y los hemocultivos posteriores fueron negativos. Se interrumpió la gentamicina en 1 semana y la paciente recibió un ciclo total de 6 semanas de vancomicina. Durante los 7 meses posteriores la paciente desarrolló una insuficiencia mitral progresiva que obligó al recambio valvular. S. lugdunensis es más virulento que otros estafilococos coagulasa-negativos y causa lesiones principalmente sobre válvulas cardíacas nativas; son frecuentes las complicaciones secundarias (p. ej., un infarto cerebral causado por émbolos sépticos). StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 185 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. se encuentra cosida al tejido cardíaco. Por ello, la infección con formación de abscesos puede provocar la separación de la válvula en la línea de sutura e insuficiencia cardíaca mecánica. El pronóstico de los pacientes afectados por esta infección es reservado, y la instauración de un tratamiento médico y quirúrgico precoz reviste importancia fundamental. Infecciones de catéteres y anastomosis Una proporción por encima del 50% de todas las infecciones de los catéteres y de las derivaciones se debe a la infección por estafilococos coagulasa-negativos. Estas infecciones se han convertido en un problema médico de gran relevancia, ya que los catéteres de larga duración y las anastomosis o derivaciones se utilizan generalmente para controlar a pa- cientes graves. Los estafilococos coagulasa-negativos están especialmente adaptados para producir estas infecciones debido a que producen una capa de polisacáridos (capa de polisacárido extracelular) que se une a los catéteres y las derivaciones, al tiempo que los protege de la acción de los antibióticos y las células inflamatorias. En los pacientes con infecciones de las anastomosis y los catéteres se observa generalmente una bacteriemia persistente, puesto que los microorganismos pueden acceder de forma continua a la sangre. La glomerulonefritis mediada por inmunocomplejos aparece en los pacientes con enfermedad de larga evolución. Infecciones de las prótesis articulares Las infecciones de las prótesis articulares, en especial de la ca- dera, pueden deberse a infección por estafilococos coagulasa- negativos. Por lo general, los pacientes presentan únicamente dolor localizado y un fallo mecánico de la articulación. Los signos sistémicos, como la fiebre y la leucocitosis, no son llamativos y los hemocultivos suelen arrojar resultados negati- vos. El tratamiento consiste en la sustitución de la articulación y la instauración de un tratamiento antimicrobiano. El riesgo de reinfección de la nueva articulación es considerablemente mayor en estos pacientes. Infecciones del aparato genitourinario S. saprophyticus tiene predilección por la producción de infecciones del aparato genitourinario en las mujeres jóvenes sexualmente activas, y rara vez produce infecciones en otros sujetos. También es infrecuente la colonización asintomática del aparato genitourinario. Las mujeres infectadas suelen presentar disuria (dolor al orinar), piuria (pus en la orina) y numerosos microorganismos en la orina. En general, las pacientes responden rápidamente a la antibioterapia y la reinfección es rara. diAgnóstico de lABorAtorio Microscopia Los estafilococos son cocos grampositivos que forman ra- cimos cuando crecen en un medio de agar, pero que gene- ralmente se observan en las muestras clínicas en forma de células únicas o en pequeños grupos de microorganismos. El éxito de la detección de estos microorganismos en las mues- tras clínicas depende del tipo de infección (p. ej., absceso, bacteriemia, impétigo) y de la calidad del material remitido para el análisis. Las muestras obtenidas a partir de la base del absceso con un hisopo o un raspado presentan un gran número de microorganismos en la tinción de Gram. El as- pirado con pus o material de muestras superficiales recogido con torundas contiene fundamentalmente material necróti- co con un número relativamente bajo de microorganismos, por lo que estas muestras carecen de utilidad. Por lo general, hay relativamente pocos microorganismos presentes en la sangre de los pacientes bacteriémicos (una media de menos de 1 microorganismo por mililitro de sangre), por lo que las muestras de sangre se deben cultivar pero la sangre exa- minada por una tinción de Gram no es útil. Se observa la presencia de estafilococos en la nasofaringe de los pacientes con SPEE y la vagina de las pacientes con SST, pero estas células no se pueden distinguir de los microorganismos que normalmente colonizan estas localizaciones. El diagnóstico de estas enfermedades se basa en las manifestaciones clínicas del paciente y se confirma con el aislamiento de S. aureus en el cultivo. Se sospecha la implicación de los estafilococos en una intoxicación alimentaria por las manifestaciones clínicas del paciente (p. ej., inicio rápido de los vómitos y los es- pasmos abdominales) y por los antecedentes de ingestión de un tipo de alimento determinado (p. ej., el jamón salado). Generalmente no está indicada la tinción con Gram de la comida ni de las muestras de los pacientes. Pruebas basadas en los ácidos nucleicos Se comercializan pruebas de amplificación de ácidos nucleicos para la detección e identificación directa de S. aureus en las muestras clínicas. Mientras que las primeras versiones de estas pruebas requerían la extracción manual de ADN bacteriano y la investigación de múltiples muestras en grandes lotes, en la actualidad la extracción de ADN, la amplificación génica y la detección de dianas se llevan a cabo en cartuchos desechables, y se puede disponer de los resultados en 1 a 2 horas. Estas pruebas son de utilidad para la detección de SARM en muestras de heridas y en el cribado de muestras na- sales en relación con el estado de portador de estas bacterias. Cultivo Las muestras clínicas se deben inocular en medios de agar en- riquecidas complementados con sangre de carnero. Los estafi- lococos crecen rápidamente en los medios no selectivos, tanto aerobia como anaerobiamente, y se pueden apreciar colonias lisas de gran tamaño en el plazo de 24 horas (fig. 18-8). Como se ha mencionadoanteriormente, las colonias de S. aureus adquieren gradualmente una coloración dorada, en especial cuando los cultivos se incuban a temperatura ambiente. Casi todas las cepas de S. aureus y algunas cepas de estafilococos coagulasa-negativos producen hemólisis en el agar sangre de carnero. La hemólisis se debe sobre todo a citotoxinas, fundamentalmente la toxina alfa. Cuando la muestra contiene Figura 18-8 Colonias de Staphylococcus aureus en una placa de agar de sangre de carnero. Obsérvese que las colonias presentan un tamaño grande y son b-hemolíticas. 186 MICROBIOLOGÍA MÉDICA una mezcla de varios microorganismos (p. ej., una muestra respiratoria o de una herida), se puede aislar de forma selec- tiva S. aureus en una variedad de medios especiales, como el medio de agar manitol-sal complementado con cloruro sódico al 7,5% (el cual inhibe el crecimiento de la mayor parte de los microorganismos), y de manitol (fermentado por S. aureus, pero no por la mayoría de las restantes especies de estafilococos). Identificación Se pueden utilizar pruebas bioquímicas relativamente senci- llas (p. ej., reacciones positivas para la coagulasa, proteína A, nucleasa termoestable y fermentación de manitol) para diferenciar S. aureus. La identificación de los estafilococos coagulasa-negativos resulta más compleja y obliga a utilizar sistemas de identificación comerciales o la detección de genes específicos de una especie mediante la secuenciación de los ácidos nucleicos. Las colonias parecidas a S. aureus se reconocen en la mayor parte de los laboratorios mezclando una suspensión de gérmenes con una gota de plasma y obser- vando cómo se agregan los gérmenes (prueba de la coagulasa positiva). Otra opción es inocular el plasma introducido en el tubo de prueba con el germen y controlar a las 4 y 24 horas si se ha formado un coágulo (prueba de la coagulasa en tubo positiva). Estas pruebas de la coagulasa no se pueden rea- lizar cuando se detectan los estafilococos inicialmente en cultivo (es decir, en un medio de cultivo con sangre) o en una muestra clínica. El problema de diferenciar S. aureus más virulentos de los estafilococos coagulasa-negativos se resolvió con el desarrollo comercial de un nuevo método de hibridación in situ fluorescente (FISH). Las sondas artificiales marcadas con marcadores fluorescentes se ligan de forma específica con S. aureus y se pueden detectar con el microscopio de fluorescencia. El análisis del ADN genómico mediante electroforesis en gel de campo pulsado o técnicas similares es el método utilizado con mayor frecuencia para aislados hasta el nivel de la subespecie. Detección de anticuerpos Muchos pacientes con infecciones de larga evolución por S. aureus tienen anticuerpos frente a los ácidos teicoicos de la pared celular. Sin embargo, esta prueba no se realiza ya en muchos hospitales porque es menos sensible que las pruebas basadas en cultivo o en la determinación de ácidos nucleicos. trAtAmiento, PreVención y control Los estafilococos desarrollaron una rápida resistencia a los antibióticos después de la introducción de la penicilina, y en la actualidad una proporción inferior al 10% de las cepas es sensible a este antibiótico. Esta resistencia está mediada por la enzima penicilinasa (b-lactamasa específica para las penicilinas), la cual hidroliza el anillo b-lactámico de la pe- nicilina. Los problemas asociados a los estafilococos resis- tentes a la penicilina impulsaron el desarrollo de penicilinas semisintéticas resistentes a la hidrólisis por b-lactamasas (p. ej., meticilina, nafcilina, oxacilina, dicloxacilina). La- mentablemente, los estafilococos desarrollaron también resistencia a estos antibióticos. En este momento, la mayor parte de S. aureus responsables de las infecciones hospita- larias y comunitarias son resistentes a estos antibióticos y estas cepas de SARM son resistentes frente a todos los antibióticos b-lactámicos (es decir, penicilinas, cefalos- porinas, carbapenems). No todas las bacterias dentro de una población resistente pueden mostrar dicha resistencia en las pruebas de susceptibilidad tradicionales (resistencia hetero- génea); por tanto, el método definitivo para identificar que un aislado es resistente es la detección del gen MecA que co- difica la proteína ligadora de penicilina (PBP2a) responsable de la resistencia. Los pacientes con infecciones localizadas de la piel y de los tejidos blandos pueden ser tratados por lo general por medio de incisión y drenaje de los abscesos. Si la infección afecta a una mayor área o si hay signos sistémicos, entonces está indicado el tratamiento antibiótico. Dado que las cepas de SARM son responsables de una proporción significativa de infecciones adquiridas en el hospital y en la comunidad, el tratamiento empírico debe incluir antibióticos activos frente a las cepas de SARM. El tratamiento oral puede incluir trimetoprima-sulfametoxazol, una tetraciclina de acción prolongada como doxiciclina o minociclina, clin- damicina o linezolid. La resistencia a la clindamicina es común en algunas comunidades, y el empleo de linezolid se ve limitado por su coste y su toxicidad. La vancomicina es el fármaco de elección para el tratamiento intravenoso, y la daptomicina, la tigeciclina o el linezolid son alternativas aceptables. Los estafilococos han demostrado una gran capacidad para desarrollar resistencia a la mayoría de los antibióticos. Hasta hace poco tiempo, el único antibiótico que había mantenido su actividad de manera uniforme frente a los estafilococos era la vancomicina, el antibiótico de elección en la actualidad como tratamiento de los estafilococos resistentes a meticilina. Por desgracia, recientemente se han aislado cepas de S. aureus con dos mecanismos de resistencia a vancomicina. Se ha des- crito resistencia de bajo nivel en cepas de S. aureus con una pared celular más gruesa y desorganizada. Se ha propuesto que las moléculas de vancomicina quedarían atrapadas en la matriz de la pared celular y no podrían alcanzar la mem- brana citoplásmica, en la cual alterarían la síntesis de la pared celular. La resistencia de alto nivel está codificada por el operón del gen vanA procedente de enterococos resistentes a vancomicina. Estas bacterias presentan una capa modificada de peptidoglucano que no fija las moléculas de vancomicina. Este tipo de resistencia es muy infrecuente en la actualidad. No obstante, si estos estafilococos resistentes se diseminasen, el tratamiento antibiótico de las infecciones por ellos produ- cidas resultaría entonces complicado. Los estafilococos son microorganismos ubicuos de la piel y las mucosas, y es frecuente su introducción a través de interrupciones de la continuidad de la piel. Sin embar- go, el número de microorganismos necesarios para que se produzca una infección (dosis infecciosa) es generalmente elevado, a no ser que exista un cuerpo extraño en la herida (p. ej., suciedad, astillas, grapas). Una limpieza correcta de la herida y la aplicación de un desinfectante adecuado (como jabón germicida, solución de yodo, hexaclorofeno) permite evitar la mayoría de las infecciones en individuos sanos. La transmisión horizontal de los estafilococos de una persona a otra es más difícil de prevenir. Un ejemplo de esto son las infecciones de la herida quirúrgica, las cuales pueden ser producidas por un número relativamente bajo de microorganismos debido a la posible presencia de cuerpos extraños o tejido desvitalizado. Aunque no resulta realista esterilizar al personal de quirófano y el ambiente, el riesgo de contaminación durante una intervención quirúrgica se puede disminuir mediante un lavado correcto de manos y la cobertura de las superficies de piel expuestas. La disemina- ción de los microorganismos resistentes a meticilina resulta, StAPHyLOCOCCUS y COCOS GRAMPOSItIVOS RELACIONADOS 187 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o.
Compartir