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461© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 51 Virus herpes humanos Los virus herpes son un importante grupo de grandes virusde ácido desoxirribonucleico (ADN) que comparten las siguientes características: morfología del virión, forma básica de replicación y capacidad para establecer infecciones latentes y recurrentes. En estos virus también es muy importante la inmunidad celular, tanto para controlar la infección como para producir síntomas. Los virus herpes codifican proteínas y enzimas que facilitan la replicación y la interacción del virus con el hos- pedador. El virus de Epstein-Barr (VEB) y el virus herpes hu- mano 8 (VHH-8) se asocian a cánceres humanos (cuadro 51-1). Los virus herpes humanos están agrupados en tres subfa- milias basadas en diferencias en las características de los virus (estructura del genoma, tropismo tisular, efectos citopato- lógicos y localización de la infección latente), así como en la patogenia de la enfermedad y su manifestación (tabla 51-1). Los virus herpes humanos son los virus del herpes simple de los tipos 1 y 2 (VHS-1 y VHS-2), el virus de la varicela-zóster (VVZ), el virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus (CMV), el virus herpes humano 6 y 7 (VHH-6 y VHH-7) y el recién descubierto VHH-8 relacionado con el sarcoma de Kaposi. Las infecciones por virus herpes son frecuentes y los virus, excepto el VHH-8, son ubicuos. A pesar de que estos vi- rus acostumbran a producir una enfermedad benigna, en especial en los niños, también pueden provocar una morbimortalidad significativa, especialmente en personas inmunodeprimidas. Afortunadamente los virus herpes codifican dianas para los agentes antivirales. Existe una vacuna elaborada con virus vivos frente al VVZ. estructurA de los Virus HerPes Los virus herpes son virus con envoltura de gran tamaño que contienen una molécula bicatenaria de ADN. El virión tiene un diámetro aproximado de 150 nm y las características morfológicas que se observan en la figura 51-1. El núcleo de ADN está rodeado de una cápside deltaicosaédrica que con- tiene 162 capsómeros y está recubierta de una envoltura que contiene glucoproteínas. Los virus herpes codifican diversas glucoproteínas implicadas en la adhesión y la fusión víricas, y la elusión del control inmunitario. El espacio existente entre la envoltura y la cápside, denominado tegumento, contiene proteínas y enzimas víricas que ayudan a iniciar la replicación. Como otros virus con envoltura, los virus herpes son sensibles a los ácidos, los disolventes, los detergentes y la desecación. Los genomas de los virus herpes son estructuras lineales de ADN bicatenario, aunque difieren en tamaño y orientación de los genes (fig. 51-2). Unas secuencias repetidas directas o invertidas acotan regiones únicas del genoma (única lar- ga [UL], única corta [UC]), lo que permite la formación de segmentos circulares y la recombinación intragenómica. La recombinación entre repeticiones invertidas del VHS, el CMV y el VVZ permite que grandes segmentos del genoma modifiquen la orientación de sus segmentos genéticos UL y UC para originar genomas isoméricos. rePlicAción de los Virus HerPes La replicación de los virus herpes comienza como consecuencia de la interacción de las glucoproteínas víricas con los recepto- res de superficie celular (v. cap. 44, fig. 44-12). El tropismo de algunos virus herpes (p. ej., VEB) está muy restringido debido a la expresión de receptores específicos de tejido y de especie. El virus puede fusionar su envoltura con la membrana plasmática, liberando la nucleocápside en el citoplasma. Las enzimas y los factores de transcripción son transportados al interior de la célula en el tegumento del virión. La nucleocápsi- de se une a la membrana nuclear y envía su genoma al interior del núcleo, donde se transcribe y se replica. (a) Una lesión vesicular aparece en la comisura bucal de un varón de 27 años 3 días después de volver de un viaje en el que fue a esquiar. (b) Un médico residente en pediatría de 26 años sufre un cuadro de neumonía grave seguido de la aparición de lesiones vesiculares en brotes en la cabeza, el tronco y otras localizaciones. (c) Varias animadoras universitarias sufren un cuadro de dolor de garganta, fiebre, inflamación glandular y cansancio importante. Compartieron una botella de agua durante el transcurso de un partido de fútbol. (d) Un receptor de un trasplante cardíaco de 57 años sufrió un brote de lesiones por el virus del herpes simple, neumonitis por citomegalovirus y posteriormente un linfoma relacionado con el virus de Epstein-Barr. El linfoma se curó al reducir el tratamiento inmunodepresor. 1. ¿Qué virus producen estas enfermedades? 2. ¿Qué características de estos virus son similares y cuáles son diferentes? 3. ¿Cómo se contraen cada una de estas enfermedades? 4. ¿Cuáles son los factores de riesgo de sufrir una enfermedad herpética grave? 5. ¿Qué infecciones pueden prevenirse mediante vacunación y cuáles pueden tratarse con fármacos antivirales? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es 462 MICROBIOLOGÍA MÉDICA La transcripción del genoma vírico se realiza de forma coordinada y regulada en tres fases: 1. Proteínas precoces inmediatas (a), que engloban pro- teínas importantes para la regulación de la transcrip- ción genética y el control de la célula. 2. Proteínas precoces (b), que incluyen diversos facto- res de transcripción y enzimas, incluida la ADN polime- rasa. 3. Proteínas tardías (g), formadas principalmente por pro- teínas estructurales que aparecen tras el comienzo de la replicación del genoma vírico. El genoma vírico se transcribe mediante la polimerasa celular de ácido ribonucleico (ARN) dependiente de ADN, y el proceso es regulado por factores codificados por el virus y factores nucleares celulares. La interacción entre estos facto- res determina si la infección es lítica, persistente o latente. Las células que dan lugar a una infección latente transcriben un grupo especial de genes víricos en ausencia de replicación genómica. La ulterior expresión de los genes precoces y tardíos da lugar a la destrucción celular y a una infección lítica. CUADRO 51-1 Características propias de los virus herpes Los virus herpes tienen grandes cápsides deltaicosaédricas envueltas que contienen genomas de ADN bicatenario. Los virus herpes codifican muchas proteínas que manipulan la célula hospedadora y la respuesta inmunitaria. Los virus herpes codifican enzimas (ADN polimerasa) que estimulan la replicación del ADN vírico y que son buenos objetivos para los fármacos antivirales. La replicación del ADN y el ensamblaje de la cápside tienen lugar en el núcleo. El virus se libera por exocitosis, lisis celular y a través de puentes intercelulares. Los virus herpes pueden provocar infecciones líticas, persistentes, latentes y, en el caso del virus de Epstein-Barr, inmortalizantes. Los virus herpes son ubicuos. Para su control se necesita inmunidad mediada por células. Tabla 51-1 Propiedades que distinguen a los virus herpes Subfamilia Virus Principal célula diana Zona de latencia Formas de contagio Alfaherpesvirinae Virus herpes humano 1 Herpes simple tipo 1 Células mucoepiteliales Neurona Contacto directo (enfermedad de transmisión sexual) Virus herpes humano 2 Herpes simple tipo 2 Células mucoepiteliales Neurona Virus herpes humano 3 Virus de la varicela-zóster Células mucoepiteliales y linfocitos t Neurona Respiratoria y contacto directo Gammaherpesvirinae Virus herpes humano 4 Virus de Epstein-Barr Linfocitos B y células epiteliales Linfocitos B Saliva (enfermedad del beso) Virus herpes humano 8 Virus relacionado con sarcoma de Kaposi Linfocitos y otras células Linfocitos B Contacto directo (sexual), ¿saliva? Betaherpesvirinae Virus herpes humano 5 Citomegalovirus Monocitos, granulocitos, linfocitos y células epiteliales Monocitos, células pluripotenciales mieloides y (¿?) Contacto directo,transfusiones, trasplantes de tejidos y congénita Virus herpes humano 6 Virus herpes linfótropo Linfocitos y (¿?) Linfocitos t y (¿?) Saliva Virus herpes humano 7 Virus herpes humano 7 Igual que el virus herpes humano 6 Linfocitos t y (¿?) Saliva (¿?) indica que existen otras células que también pueden ser dianas principales o zonas de latencia. Figura 51-1 Microfotografía electrónica (A) y estructura general (B) de los virus herpes. El genoma de ADN del virus herpes en el centro vírico está rodeado de una cápside deltaicosaédrica y una envoltura. Las gluco- proteínas se insertan en la envoltura. (A, de Armstrong D, Cohen J: Infectious diseases, St. Louis, 1999, Mosby.) VIRUS HERPES HUMANOS 463 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La ADN polimerasa codificada por el virus, la cual cons- tituye una de las dianas de los fármacos antivirales, repli- ca el genoma vírico. Las enzimas depuradoras codificadas por el virus proporcionan desoxirribonucleótidos que actúan como sustrato para dicha polimerasa. Éstas y otras enzimas víricas facilitan la replicación del virus en células en estado estacionario y que carecen de los desoxirribonucleótidos y las enzimas suficientes para la síntesis vírica del ADN (p. ej., neuronas). Otras proteínas manipulan la maquinaria celular para optimizar la replicación, inhibir las respuestas inmuni- tarias, inhibir la apoptosis o establecer estados de latencia. Las procápsides vacías se ensamblan en el núcleo, se re- llenan de ADN, adquieren una envoltura a partir de la mem- brana nuclear o el aparato de Golgi y abandonan la célula por exocitosis o lisis celular. La maquinaria celular se ocupa de la transcripción, la síntesis proteica, el procesamiento de las glucoproteínas y la liberación por exocitosis de las partículas víricas. La replicación del VHS se explica con mayor detalle, como prototipo de los virus herpes. Virus del HerPes simPle El VHS fue el primer virus herpes humano identificado. El nombre de herpes deriva de una palabra griega que significa «reptar». La denominación «calenturas» ya se citaba en la antigüedad, estableciéndose su etiología vírica en 1919. Los dos tipos de virus del herpes simple, VHS-1 y VHS-2, comparten un gran número de características, como la homo- logía de ADN, ciertos determinantes antigénicos, el tropis- mo tisular y los signos de enfermedad. De todos modos, aún se pueden distinguir algunas diferencias leves, aunque significativas, en estos rasgos. Proteínas del virus del herpes simple El genoma del VHS es lo bastante grande para codificar aproximadamente 80 proteínas. Para su replicación, el VHS tan sólo requiere la mitad de ellas; las restantes facilitan la interacción del virus con distintas células hospedadoras y la respuesta inmunitaria. El genoma del VHS codifica en- zimas, como una ADN polimerasa dependiente de ADN y algunas enzimas depuradoras, como la desoxirribonucleasa, la timidina cinasa, la ribonucleótido reductasa y la proteasa. La ribonucleótido reductasa transforma los ribonucleótidos en desoxirribonucleótidos y la timidina cinasa fosforila los desoxirribonucleósidos para obtener el sustrato para la re- plicación del genoma vírico. Las especificidades de sustrato de estas enzimas y la ADN polimerasa difieren significativamente de las de sus análogos celulares y, por tanto, constituyen unos objetivos potenciales adecuados para la quimioterapia antivírica. El VHS codifica al menos 10 glucoproteínas que actúan como proteínas de adhesión vírica (gB, gC, gD, gE/gI), proteí- nas de fusión (gB, gH/gL), proteínas estructurales, proteínas de evasión inmunitaria (gC, gE, gI) y otras funciones. Por ejemplo, el componente C3 del sistema del complemento se une a la gC y su concentración sérica disminuye como consecuencia de ella. La fracción Fc de la inmunoglobuli- na G (IgG) se une al complejo gE/gI, de modo que camufla al virus y a las células infectadas por él. Estas acciones reducen la eficacia antivírica de la respuesta humoral. Replicación El VHS puede afectar a la mayoría de tipos de células huma- nas e incluso de otras especies. El virus provoca infecciones líticas en los fibroblastos y las células epiteliales, así como infecciones latentes en las neuronas (v. cap. 44, diagrama en la fig. 44-12). El VHS-1 se une de manera rápida y eficaz a las célu- las a través de la interacción inicial con heparán sulfato, un proteoglucano presente en el exterior de diversos tipos celulares, y posteriormente a través de una interacción más intensa con proteínas receptoras localizadas en la superficie celular. La penetración al interior de la célula precisa de la interacción con nectina 1 (mediador C de entrada de virus herpes), una molécula de adhesión intercelular que pertenece a la familia de proteínas inmunoglobulinas y es semejante al receptor de los poliovirus. La nectina 1 se encuentra en la mayor parte de las células y las neuronas. Otro receptor es HveA, un miembro de la familia de receptores del factor de necrosis tumoral, el cual se expresa en linfocitos T activados, neuronas y otras células. El VHS puede penetrar en la célula hospedadora mediante la fusión de su envoltura con la mem- brana celular. Tras la fusión, el virión libera su cápside al citoplasma junto a una proteína que favorece el comienzo de la transcripción génica vírica, una proteína cinasa codificada por el virus y proteínas citotóxicas. La cápside se acopla a un poro nuclear y libera el genoma en el núcleo. Entre los productos genéticos precoces inmediatos figuran las proteínas de unión al ADN que estimulan la síntesis de esta molécula y la transcripción de los genes víricos precoces. Figura 51-2 Genomas de los virus herpes. Los genomas de los virus her- pes están formados por ADN bicatenario. La longitud y la complejidad del genoma son distintas para cada virus. Las repeticiones invertidas del virus del herpes simple (VHS), el virus de la varicela-zóster (VVZ) y el citomegalovi- rus (CMV) permiten que el genoma se recombine consigo mismo para formar isómeros. Las secuencias genéticas repetidas de gran longitud están mar- cadas con recuadros. Los genomas del VHS y CMV tienen dos secciones, la sección única larga (UL) y la sección única corta (UC), cada una de ellas se encuentra flanqueada por dos conjuntos de repeticiones invertidas de ADN. Las repeticiones invertidas facilitan la replicación del genoma, pero también permiten que las secciones UL y UC se inviertan indepen- dientemente una de la otra para dar lugar a cuatro configuraciones de genoma independientes o isómeros. El VVz solamente tiene un conjunto de repeticiones invertidas y puede formar dos isómeros. El virus de Epstein-Barr (VEB) presenta una sola configuración, con varias regiones únicas rodeadas de repeticiones directas. Las barras moradas indican secuencias de repeticiones directas de ADN; las barras verdes señalan se- cuencias de repeticiones invertidas de ADN. VHH-6, virus herpes humano 6; VHH-8, virus herpes humano 8. 464 MICROBIOLOGÍA MÉDICA Durante una infección latente de neuronas, la única región del genoma que se debe transcribir genera los transcritos asociados a la latencia (TAL). Estos ARN no se traducen en proteínas, sino que codifican micro-ARN que inhiben la expresión de genes precoces inmediatos importantes y otros genes. Entre las proteínas precoces se encuentra una ADN po- limerasa dependiente de ADN y una timidina cinasa. Como proteínas catalíticas, se necesita un número relativamente bajo de copias de estas enzimas para estimular la replicación. Otras proteínas precoces inhiben la producción e inician la degradación del ARN mensajero (ARNm) y del ADN celu- lares. La expresión de los genes precoces y tardíos comporta la destrucción celular. El genoma comienza a replicarse en cuanto se ha sintetizado la polimerasa. Inicialmente se elaboran concatámeros genómi- cos circulares unidos por sus extremos. En unafase posterior de la infección, el ADN se replica mediante un mecanismo de círculo rodante para producir una cadena lineal de genomas, los cuales se podrían comparar con un rollo de papel higiénico. Los concatámeros se separan para formar genomas individuales a medida que se introduce el ADN en las procápsides. La replicación del genoma desencadena la transcripción de los genes tardíos que codifican las proteínas estructurales y de otro tipo. Se necesitan muchas copias de las proteínas estructurales. Las proteínas de la cápside se transportan hacia el núcleo, donde se introducen en procápsides vacías y se re- llenan de ADN. Las cápsides que contienen ADN se asocian a fragmentos de la membrana nuclear alterados por las proteínas víricas y posteriormente abandonan el retículo endoplásmico para pasar al citoplasma. Las glucoproteínas víricas se sintetizan y procesan de manera semejante a las glucoproteínas celulares. Las proteínas del tegumento se asocian a la cápside vírica en el citoplasma y en una fase posterior la cápside atraviesa por gemación el aparato de Golgi con el fin de adquirir su envoltura dotada de glucoproteínas. El virus se libera por exocitosis o lisis celular. De igual modo, los virus se pueden diseminar de una célula a otra a través de los puentes intracelulares, los cuales permiten que eluda su detección por la respuesta humoral. La formación de sincitios inducida por el virus también participa en la diseminación de la infección. La infección por el VHS puede dar lugar a la replicación del patógeno o bien al establecimiento de una infección latente dependiendo de la identidad de los genes víricos transcritos por la neurona. La transcripción de los TAL, pero no de ningún otro gen vírico, da lugar a un estado de latencia. Al igual que en el caso de otros alfaherpesvirus, el VHS codifica una timidina cinasa (enzima de scavenging) que facilita la replicación en las células que no se dividen, como las neuronas. Igualmente, el VHS codifica ICP34.5, una proteína única que posee múltiples funciones y facilita la proliferación del virus en las neuronas. La ICP34.5 desactiva un mecanismo de inhibición celular de la síntesis proteica activada como respuesta a la infección por el virus, o como parte de la respuesta al interferón a. Patogenia e inmunidad Los mecanismos involucrados en la patogenia del VHS-1 y el VHS-2 son muy parecidos (cuadro 51-2). Inicialmente ambos virus infectan las células mucoepiteliales y se replican en ellas, producen enfermedad en el lugar de la infección y pos- teriormente establecen una infección latente en las neuronas que las inervan. El VHS-1 acostumbra a provocar infecciones por encima de la cintura, mientras que el VHS-2 suele ha- cerlo por debajo de ésta (fig. 51-3), lo que concuerda con los mecanismos de diseminación de estos virus. Otras diferencias entre el VHS-1 y el VHS-2 radican en las características de crecimiento y antigenicidad; asimismo, el VHS-2 tiene una mayor capacidad para causar una viremia, que va acompañada de una sintomatología sistémica semejante a la de la gripe. El VHS puede provocar infecciones líticas en la mayoría de las células e infecciones latentes en las neuronas. Gene- ralmente, la inhibición de la síntesis macromolecular celular que induce el virus provoca citólisis, la degradación del ADN de la célula hospedadora, permeabilidad de la membrana, destrucción del citoesqueleto y senescencia de la célula. Ade- más, se producen cambios visibles en la estructura nuclear y marginación de la cromatina, y se forman cuerpos de in- clusión intranucleares acidófilos de Cowdry de tipo A. Mu- chas cepas de VHS también inician la formación de sincitios. CUADRO 51-2 Mecanismos patogénicos de los virus del herpes simple La enfermedad se inicia por contacto directo y depende del tejido infectado (p. ej., oral, genital, cerebral). El virus causa efectos citopatológicos directos. El virus evita los anticuerpos por la diseminación de célula a célula y la formación de sincitios. El virus establece su latencia en las neuronas (se oculta a la respuesta inmunitaria). El virus se reactiva desde la latencia por el estrés o la supresión inmunitaria. La inmunidad mediada por células es necesaria para la curación, y el papel de los anticuerpos es limitado. Los efectos inmunopatológicos mediados por células contribuyen a la aparición de los síntomas. Figura 51-3 Síndromes clínicos asociados a la infección por el virus del herpes simple (VHS). El VHS-1 y el VHS-2 pueden infectar los mismos tejidos y provocar enfermedades similares, pero tienen predilección por los sitios y las enfermedades indicadas. VIRUS HERPES HUMANOS 465 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. En los cultivos tisulares, el VHS destruye rápidamente las células, haciendo que adopten una morfología redondeada. La infección por el virus VHS se inicia a través de las membranas mucosas o de roturas de la piel. El virus se multi- plica en las células de la base de la lesión, e infecta la neurona que las inerva, desplazándose por transporte retrógrado hasta el ganglio (los ganglios trigéminos en el caso del VHS bucal, y el ganglio sacro en el caso del VHS genital) (v. fig. 51-5 más adelante). Los linfocitos T CD8 y el interferón g son importantes para mantener el VHS latente. Después el virus volverá al punto inicial de infección y puede ser inaparente o bien provocar lesiones vesiculares. El líquido vesicular contie- ne viriones infectantes. La lesión de los tejidos está provocada por una combinación de patología vírica e inmunopatología. Generalmente la lesión se cura sin producir ninguna cicatriz. Los mecanismos innatos de protección, como el interferón y los linfocitos citolíticos naturales, pueden bastar para limitar la progresión de la infección. La respuesta asociada a linfoci tos T cooperadores de tipo 1 (TH1) y la respuesta provocada por los linfocitos T citotóxicos CD8 son necesarias para des truir las células infectadas y curar una enfermedad en curso. Los efectos inmunopatológicos de las respuestas celulares e inflamatorias también son una de las causas principales de los signos de la enfermedad. Los anticuerpos dirigidos frente a las glucoproteínas del virus neutralizan las partículas víricas ex- tracelulares, lo que limita su diseminación pero es insuficiente para eliminar la infección. En ausencia de una inmunidad funcional mediada por células, la infección por VHS es más grave y puede extenderse hasta órganos vitales y el cerebro. El VHS posee diversos mecanismos para eludir las res- puestas protectoras del hospedador. Bloquea la inhibición inducida por el interferón de la síntesis proteica vírica y codifica una proteína que rellena el transportador asociado al canal de procesamiento (TAP), de modo que impide el paso de péptidos al retículo endoplásmico (RE) para inhibir su asociación a las moléculas del complejo principal de his- tocompatibilidad de tipo I (MHC I) y evita el reconocimiento de las células infectadas por los linfocitos T CD8. El virus puede eludir la neutralización y la eliminación humoral por medio de su diseminación directa de una célula a otra, así co- mo al esconderse durante la infección latente en una neurona. Por otra parte, el virión y las células infectadas por el virus expresan receptores de anticuerpos (Fc) y del complemento que debilitan las defensas humorales. En las neuronas se produce una infección latente que no provoca lesiones detectables. Existen diversos estímulos capaces de activar una recurrencia (p. ej., estrés, traumatis- mo, fiebre, luz solar [ultravioleta B]) (cuadro 51-3). Estos estímulos desencadenan la replicación vírica en una célula nerviosa individual del interior del haz y permiten el despla- zamiento retrógrado del virus a lo largo del nervio para causar lesiones que aparecen en el mismo dermatoma y localización en cada ocasión. El estrés desencadenala reactivación al es- timular la replicación del virus en el nervio, deprimir tempo- ralmente la inmunidad celular, o mediante ambos procesos a la vez. El virus se puede reactivar a pesar de la presencia de anticuerpos. Sin embargo, las infecciones recurrentes suelen ser menos graves, más localizadas y de menor duración que los episodios primarios debido a la naturaleza de la diseminación y la existencia de las respuestas inmunitarias de memoria. Epidemiología Puesto que el VHS puede alcanzar un estado de latencia, con posibilidad de recurrencia asintomática, el individuo infectado es una fuente de contagio durante toda la vida (cuadro 51-4). Como cualquier otro virus con envoltura, el VHS se transmite a través de secreciones y por contacto íntimo. El virus es muy lábil y se inactiva con facilidad con la CUADRO 51-3 Factores desencadenantes de la recurrencia de la infección por virus del herpes simple Radiación UVB (esquí, bronceado) Fiebre (de ahí la denominación de «calenturas») Estrés emocional (p. ej., exámenes finales, una cita importante) Estrés físico (irritación) Menstruación Alimentos: picantes, ácidos, alergias Inmunodepresión: Temporal (relacionada con estrés) Quimioterapia, radioterapia Virus de la inmunodeficiencia humana CUADRO 51-4 Epidemiología del virus del herpes simple (VHS) Factores de la enfermedad/víricos El virus provoca una infección que dura toda la vida. La enfermedad recurrente es fuente de contagio. El virus puede eliminarse de forma asintomática. Transmisión El virus se transmite con la saliva, las secreciones vaginales y por contacto con el líquido de la lesión (mezcla y coincidencia de las membranas mucosas). El virus se transmite por vía oral y sexual, y por contacto con los ojos y roturas en la piel. El VHS-1 generalmente, se transmite por vía oral; el VHS-2 generalmente se transmite por vía sexual, pero no exclusivamente. ¿Quién corre riesgos? Niños y adultos sexualmente activos: riesgo de enfermedad primaria por el VHS-1 y el VHS-2, respectivamente. Médicos, enfermeros, dentistas y otros individuos en contacto con secreciones orales y genitales: riesgo de infección en los dedos (panadizo herpético). Personas inmunocomprometidas y recién nacidos: riesgo de enfermedad diseminada potencialmente mortal. Geografía/estación El virus se encuentra por todo el mundo. No tiene incidencia por estación. Métodos de control Existen fármacos antivirales con fines terapéuticos y preventivos. No existen vacunas. Todos los profesionales sanitarios deben llevar guantes para evitar el panadizo herpético. Los pacientes con lesiones genitales activas deben evitar las relaciones sexuales hasta que las lesiones estén completamente reepitelizadas. 466 MICROBIOLOGÍA MÉDICA desecación, los detergentes y las condiciones imperantes en el tubo digestivo. A pesar de que el VHS puede infectar las células animales, la infección por VHS es una enfermedad exclusivamente humana. El VHS se transmite a través del líquido de las vesículas, la saliva y las secreciones vaginales (la «mezcla y coincidencia de las membranas mucosas»). El lugar de la infección y, por tan- to, de la enfermedad se ve determinado fundamentalmente por el tipo de combinación de membranas mucosas. Ambos tipos de VHS pueden provocar lesiones bucales y genitales. El VHS-1 acostumbra a contagiarse por contacto bucal (besos) o al compartir vasos, cepillos de dientes u otros ob- jetos contaminados con saliva. El VHS-1 puede infectar los dedos o el organismo a través de un corte o una grieta en la piel. La autoinoculación también puede originar una infección ocular o de los dedos. La infección por el VHS-1 es frecuente. Más del 90% de los individuos que viven en regiones subdesarrolladas tienen anticuerpos frente al VHS-1 a la edad de 2 años. El VHS-2 se disemina principalmente por contacto sexual o autoinoculación, o una madre infectada puede contagiarlo a su hijo en el momento de nacer. Dependiendo de las prácticas sexuales del sujeto y de su higiene, el VHS-2 puede infectar los genitales, los tejidos anorrectales o la bucofaringe. La in- cidencia de la infección genital por el VHS-1 se acerca ya a la del VHS-2. El VHS puede provocar una infección genital primaria sintomática o asintomática, o bien dar lugar a recu- rrencias. La infección neonatal acostumbra a ser resultado de la excreción de VHS-2 desde el cuello uterino durante el parto vaginal (caso clínico 51-1), pero también puede deberse a una infección ascendente in utero durante una infección primaria de la madre. La infección neonatal da lugar a una enfermedad diseminada y neurológica cuyas consecuencias son graves. La infección inicial por el VHS-2 se produce en una fase más avanzada de la vida que la infección por el VHS-1 y está relacionada con un aumento de la actividad sexual. Los datos estadísticos actuales indican que el 25% de los adultos están infectados por el VHS-2 en EE.UU., lo que supone alrededor de 45 millones de individuos y cada año se infecta 1 millón de individuos más. Enfermedades clínicas El VHS-1 y el VHS-2 son patógenos del ser humano ha- bituales que provocan manifestaciones dolorosas, aunque benignas, y enfermedades recurrentes. En el cuadro clásico, la lesión es una vesícula transparente situada sobre una base eritematosa («una gota de rocío sobre un pétalo de rosa») que posteriormente progresa para dar lugar a lesiones pus- tulosas, úlceras y lesiones costrosas (fig. 51-4). Ambos virus pueden provocar una morbimortalidad significativa cuando infectan el ojo o el cerebro y en otras infecciones diseminadas en individuos inmunodeprimidos o recién nacidos. El herpes bucal puede deberse al VHS-1 o el VHS-2. Las lesiones del herpes labial o gingivoestomatitis se manifiestan en forma de vesículas transparentes que se ulceran rápida- mente. Las vesículas pueden estar ampliamente distribuidas por la boca, y afectan al paladar, la faringe, las encías, la mu- cosa bucal y la lengua (fig. 51-5). Muchos trastornos (p. ej., lesiones por virus Coxsackie, úlceras bucales, acné) pueden remedar las lesiones bucales características del VHS. Las personas infectadas pueden padecer infecciones mucocutáneas recurrentes por VHS (herpes labial, herpes febril) (fig. 51-6), aunque nunca hayan tenido una infección primaria clínicamente aparente. Las lesiones suelen aparecer en las comisuras bucales o junto a los labios. Por lo general, CASO CLÍNICO 51-1 Virus del herpes simple (VHS) neonatal Parvey y Ch’ien (Pediatrics 65:1150-1153, 1980) publicaron un caso de infección neonatal por VHS adquirida durante el parto. En un parto de nalgas se colocó el monitor fetal en las nalgas del bebé y al final se produjo una cesárea por gran prolongación del mismo. El varón de 2,5 kg mostró dificultades menores, que se trataron con éxito, pero al sexto día le aparecieron vesículas con una base eritematosa en el lugar donde se había colocado el monitor fetal. Se cultivó VHS del líquido de estas vesículas y también del líquido cefalorraquídeo, la córnea, la saliva y la sangre. El bebé entró en un estado moribundo con frecuentes episodios de apnea y convulsiones. Se inició tratamiento intravenoso con arabinósido de adenosina (ara-A; vidarabina). El niño presentó también bradicardia con vómitos ocasionales. Las vesículas se extendieron y afectaron a las extremidades inferiores y también se encontraban en la espalda, las palmas, las narinas y el párpado derecho. Tras 72 horas de tratamiento con ara-A, el estado del niño empezó a mejorar. Se mantuvo el tratamiento durante 11 días, pero se tuvo que interrumpir por plaquetopenia. El niño recibió el alta a los 45 días de nacer y su desarrollo era normal a los 1 y 2 años. A las 6 semanas del parto se identificó una lesión herpética en la vulva de la madre. Se trata de un caso afortunado de infección neonatal por VHS, dado que el niño respondió al tratamiento con ara-A y consiguió superar las lesiones ocasionadaspor la infección. El virus, que posiblemente fuera VHS-2, fue adquirido a través de una abrasión generada por el monitor fetal mientras el niño se encontraba dentro del canal del parto. Desde que se publicó este caso, ara-A se ha sustituido por fármacos antivirales menos tóxicos, mejores y de administración más sencilla, como aciclovir, valaciclovir y famciclovir. Figura 51-4 Evolución clínica de la infección genital por virus herpes. Se compara la evolución cronológica y los síntomas de la infección geni- tal primaria y recurrente con el virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2). Arriba, infección primaria. Abajo, enfermedad recurrente. (Datos de Corey L y cols.: Genital herpes simplex virus infection: clinical manifestations, course and complications, Ann Intern Med 98:958-973, 1983.) VIRUS HERPES HUMANOS 467 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. las infecciones faciales recurrentes por herpes se activan desde los ganglios trigéminos. Los síntomas de los episodios recurrentes son menos graves, más localizados y de duración menor que los del episodio primario. La faringitis herpética es un diagnóstico cada vez más frecuente en adultos jóvenes aquejados de dolor de garganta. La queratitis herpética casi siempre está limitada a un solo ojo. Puede provocar una enfermedad recurrente que causa una cicatriz permanente, lesiones corneales y ceguera. El panadizo herpético es una infección de los dedos, y el herpes de los gladiadores es una infección que afecta a todo el organismo. El virus inicia la infección a través de cortes o abrasiones en la piel. El panadizo herpético aparece a me- nudo en las enfermeras o médicos que atienden a pacientes con infecciones por VHS, en niños que se chupan el dedo (fig. 51-7) y en individuos que presentan infecciones genitales por VHS. El herpes de los gladiadores aparece con frecuencia entre los practicantes de lucha o rugby. Los niños con eczema activo pueden adquirir un eczema herpético. La enfermedad subyacente facilita la diseminación de la infección por toda la piel, pudiendo alcanzar a las glán- dulas suprarrenales, el hígado y otros órganos. El herpes genital puede estar provocado por el VHS-1 o el VHS-2. En los hombres, las lesiones suelen localizarse en el glande o el tallo del pene, y ocasionalmente en la uretra. En las mujeres, las lesiones pueden aparecer en la vulva, la vagina, el cuello uterino, la zona perianal o el interior de los muslos, y a menudo van acompañadas de prurito y secreción vaginal mucoide. El sexo anal puede producir proctitis por el VHS, una enfermedad en la que las lesiones se localizan en la zona inferior del recto y el ano. Las lesiones suelen ser dolorosas. En los pacientes de ambos sexos la infección primaria puede ir acompañada de fiebre, malestar, mialgias y adenitis inguinal, que son síntomas relacionados con una viremia transitoria. En la figura 51-4 se comparan los síntomas y la evolución cronológica del herpes genital primario y recurrente. La afección genital recurrente por VHS dura menos tiempo y es menos grave que el episodio primario. En el 50% de los pacientes las recurrencias van precedidas de un pródromo característico de dolor u hormigueo en la zona en la que acabarán apareciendo las lesiones. Los episodios de recurrencia pueden darse incluso con una frecuencia de 2 a 3 semanas, o bien ser infrecuentes. No obstante, cualquier persona infectada puede diseminar el virus en ausencia de síntomas. Estos individuos pueden ser vectores importantes para la diseminación del virus. La encefalitis herpética acostumbra a estar provocada por el VHS-1. Generalmente las lesiones se limitan a uno de los Figura 51-5 A, Gingivoestomatitis herpética primaria. B, El virus del herpes simple establece una infección latente y puede recurrir a partir de los ganglios trigéminos. (A, de Hart CA, Broadhead RL: A color atlas of pediatric infectious diseases. Londres, 1992, Wolfe; B, modificado de Straus SE: Herpes simplex virus and its relatives. En Schaechter M, Eisenstein BI, Medoff G, editores: Mechanisms of microbial disease, 2.ª ed., Baltimore, 1993, Williams & Wilkins.) Figura 51-6 Lesiones de un herpes labial recurrente. Es menos grave que la enfermedad primaria. (De Hart CA, Broadhead RL: A color atlas of pediatric infectious diseases. Londres, 1992, Wolfe.) Figura 51-7 Panadizo herpético. (De Emond RTD, Rowland HAK: A color atlas of infectious diseases, 3.ª ed., Londres, 1995, Mosby.) 468 MICROBIOLOGÍA MÉDICA lóbulos temporales. La patología vírica y la inmunopatología provocan la destrucción del lóbulo temporal y provocan la aparición de eritrocitos en el líquido cefalorraquídeo, con- vulsiones, anomalías neurológicas focales y otras caracterís- ticas de encefalitis vírica. El VHS es la causa vírica más habi- tual de encefalitis esporádica, y genera una morbimortalidad significativa incluso en pacientes que reciben el tratamiento adecuado. La enfermedad afecta a sujetos de todas las edades y en cualquier momento del año. La meningitis por VHS puede ser una complicación de una infección genital por el VHS-2 y los síntomas desaparecen por sí solos. La infección por VHS del recién nacido es una enferme- dad devastadora y, a menudo, mortal, provocada casi siempre por el VHS-2. Puede ser adquirida en el útero, aunque con mayor frecuencia se contrae durante el paso del feto a través del canal del parto (posiblemente en el punto de inserción de la sonda del registro en el cuero cabelludo del feto), ya que el virus herpes de la madre también se disemina en el momento del parto; tras el nacimiento también se puede adquirir a partir de otros miembros de la familia o del personal del hos- pital. Inicialmente el lactante presenta septicemia y puede mostrar, o no, lesiones vesiculares. Puesto que en el recién nacido todavía no se ha desarrollado la respuesta inmunitaria celular, el VHS se extiende hasta el hígado, el pulmón y otros órganos, así como hasta el sistema nervioso central (SNC). La evolución de la infección hasta la afectación del SNC provoca la muerte, retraso mental o incapacidad neurológica, incluso con tratamiento. Diagnóstico de laboratorio Análisis directo de las muestras clínicas Los efectos citopatológicos (ECP) característicos se pueden identificar mediante un frotis de Tzanck (un raspado de la base de una lesión), de Papanicolaou (Pap) o una muestra de biopsia (tabla 51-2). Entre los ECP se incluyen los sincitios, el citoplasma «balonizante» e inclusiones intranucleares de Cowdry de tipo A (v. cap. 47, fig. 47-2). Se puede elaborar un diagnóstico definitivo tras demostrar la presencia del antígeno vírico (mediante métodos de inmunofluorescencia o inmunoperoxidasa) o su ADN (mediante la hibridación in situ o la reacción en cadena de la polimerasa [PCR]), en el tejido o el líquido de la vesícula. Aislamiento del virus El aislamiento del virus es la prueba más definitiva para el diagnóstico de infección por VHS. El virus se puede obtener a partir de las vesículas, pero no de las lesiones con costra. Las muestras se recogen por aspiración del líquido de la lesión, o bien al aplicar un hisopo de algodón sobre las vesículas para inocular directamente los cultivos celulares. El VHS produce ECP tras un período de incubación de 1 a 3 días en células HeLa, fibroblastos embrionarios humanos y otras células. Las células infectadas aumentan de tamaño y tienen un aspecto hinchado (v. cap. 47, fig. 47-4). Algunas cepas inducen la fusión de las células vecinas dando lugar a células gigantes multinucleadas (sincitios). Un abordaje nuevo y muy sensible de aislamiento e identificación utiliza una estirpe celular que expresa b-galactosidasa en las células infectadas por VHS (sistema ligado a enzimas inducible por el virus [ELVIS]). La adición del sustrato adecuado comporta la aparición de color y hace posible la detección de la enzima en las células infectadas.Detección genómica Se utilizan sondas de ADN específicas del tipo de VHS, ce- badores específicos de ADN para PCR y la PCR cuantitativa se emplean para detectar y diferenciar el VHS-1 del VHS-2. El análisis por PCR del líquido cefalorraquídeo ha sustitui- do el análisis por inmunofluorescencia de una biopsia cerebral en el diagnóstico de la encefalitis herpética. La distinción de ambos virus y las distintas cepas de cada uno de ellos también se puede realizar por medio de los patrones de restricción por digestión del ADN vírico con una endonucleasa. Serología Las pruebas serológicas son útiles solamente para diagnosticar una infección primaria por VHS y para los estudios epide- miológicos. No son útiles para diagnosticar una enfermedad recurrente porque ésta no se suele acompañar de un aumento significativo de los títulos de anticuerpo. Tratamiento, prevención y control El VHS codifica diversas enzimas que actúan como diana para los fármacos antivirales (cuadro 51-5) (v. cap. 48). La mayoría de los fármacos antiherpéticos son análogos de nucleósidos que inhiben la ADN polimerasa vírica, una enzima esencial para la replicación vírica y el mejor objetivo de los fármacos antivirales. El tratamiento impide o acorta la evolución de la enfermedad primaria o recurrente. No se dispone de ningún tratamiento farmacológico que pueda eliminar una infección latente. El prototipo del fármaco anti-VHS es el aciclovir (ACV). El valaciclovir (éster valilo del ACV), el penciclovir y el famci- clovir (un derivado del penciclovir) tienen mecanismos de acción similares al ACV, aunque sus propiedades farmaco- lógicas son distintas. La vidarabina (arabinósido de adenosi- na [Ara A]), la idoxuridina (yododesoxiuridina) y la trifluridina, también aprobadas por la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense para el tratamiento de la infección por VHS, son menos eficaces. Aunque el cidofovir y el ade- fovir disponen de actividad frente al VHS, únicamente se ha autorizado la administración del primero como tratamiento de la infección por CMV. El ACV es el fármaco anti-VHS que se prescribe con más frecuencia. La fosforilación del ACV y el penciclovir por parte de la timidina cinasa y otras enzimas celulares activa el fármaco como sustrato para la ADN polimerasa vírica. Estos fármacos se incorporan al ADN vírico e impiden su elongación (v. cap. 48, fig. 48-2). El ACV, el valaciclovir, el Tabla 51-2 Diagnóstico de laboratorio de las infecciones por virus del herpes simple (VHS) Planteamiento Prueba/comentario Examen directo al microscopio de las células de la base de la lesión El frotis de tzanck muestra células gigantes multinucleadas y cuerpos de inclusión de Cowdry de tipo A Cultivo celular El VHS se replica y provoca efectos citopatológicos identificables en la mayoría de los cultivos celulares Análisis de presencia del antígeno o del genoma del VHS en biopsia tisular, frotis, líquido cefalorraquídeo o líquido vesicular Inmunoanálisis enzimático, tinción inmunofluorescente, hibridación con sonda de ADN in situ y PCR Distinción del tipo de VHS (VHS-1 o VHS-2) Anticuerpo específico de tipo, mapas de ADN de los fragmentos de restricciones enzimáticas, patrones proteicos sobre gel de dodecil sulfato sódico, análisis de sonda de ADN y PCR Serología La serología sólo es útil para estudios epidemiológicos ADN, ácido desoxirribonucleico; PCR, reacción en cadena de la polimerasa. VIRUS HERPES HUMANOS 469 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. penciclovir y el famciclovir: 1) son relativamente poco tóxi- cos; 2) son eficaces para tratar los cuadros graves de infección por VHS y los primeros episodios de herpes genital, y 3) también se usan como tratamientos profilácticos. La forma más frecuente de resistencia a estos fármacos es la que resulta de mutaciones que inactivan la timidina cinasa, impidiendo de esta forma la transformación del fármaco en su forma activa. La mutación de la ADN polimerasa vírica también genera resistencia. Afortunadamente, las cepas resis- tentes parecen ser menos virulentas. El Ara A es menos soluble, menos potente y más tóxico que el ACV. La trifluridina, el penciclovir y el ACV han sus- tituido a la iododesoxiuridina como agentes tópicos para el tratamiento de la queratitis herpética. La tromantadina, un derivado de la amantadina, está aprobada para el tratamiento tópico en otros países distintos de EE.UU. Actúa impidiendo la penetración y la formación de sincitios. Existen diversos tratamientos que no requieren prescripción médica, pero pueden ser eficaces para algunos individuos. Evitar el contacto directo con las lesiones reduce el riesgo de contraer la infección. No obstante, la infección puede ser asintomática y, por tanto, el virus se puede transmitir de ma- nera inadvertida. Los médicos, las enfermeras, los dentistas y los técnicos deben ser especialmente cuidadosos al manipular tejidos o líquidos potencialmente infectados. El hecho de llevar guantes puede impedir el contagio de infecciones de los dedos (panadizo herpético). Los individuos con un panadizo herpético recurrente son muy contagiosos y pueden trans- mitir la infección a los pacientes. El VHS se inactiva con rapidez con el uso de jabón, des- infectantes, lejía y etanol al 70%. El virus se desinfecta con rapidez mediante lavado con jabón. A los pacientes con antecedentes de infección por VHS genital se les debe indicar que eviten tener relaciones sexuales mientras presentan los síntomas prodrómicos o las lesiones, y que reanuden las relaciones sexuales solamente después de que las lesiones se hayan reepitelizado completamente, ya que el virus se puede transmitir a partir de lesiones cubiertas con costra. Los preservativos pueden ser útiles, y sin duda son mejor que nada, pero es posible que no confieran una protección integral. Una mujer embarazada aquejada de una infección genital por VHS activa o que esté diseminando el virus de forma asintomática a través de la vagina puede transmitir el VHS al recién nacido al término de la gestación cuando el parto tenga lugar por vía vaginal. Esta transmisión se puede evitar por medio de una cesárea. Actualmente no existe ninguna vacuna frente al VHS. Sin embargo, se están desarrollando vacunas inactivadas, de subunidades, híbridos del virus de la vacuna y vacunas de ADN para evitar el contagio del virus o para tratar individuos infectados. Se está utilizando la glucoproteína D en varias de estas vacunas experimentales. Virus de lA VAricelA-zóster El VVZ origina la entidad conocida como varicela, y cuando recurre provoca herpes zóster o zona. El VVZ comparte muchos rasgos con el VHS, como 1) su capacidad para es- tablecer infecciones latentes en las neuronas e infecciones recurrentes; 2) la importancia de la inmunidad celular para controlar y evitar una infección grave, y 3) la presencia de lesiones vesiculares características. Al igual que el VHS, el VVZ codifica una timidina cinasa y es sensible a los fármacos antivirales. A diferencia del VHS, el VVZ se disemina pre- dominantemente por vía respiratoria. La viremia se produce tras la replicación local del virus en las vías respiratorias, lo que da lugar a la formación de lesiones cutáneas por todo el cuerpo. Estructura y replicación El VVZ posee el genoma más pequeño de los virus herpes humanos. El VVZ se replica de manera semejante, aunque más lenta y en un número menor de tipos celulares que el VHS. Los fibroblastos diploides humanos in vitro y los linfo- citos T activados, las células epiteliales y epidérmicas in vivo toleran la replicación productiva del VVZ. El VVZ establece infecciones latentes en las neuronas, al igual que el VHS; sin embargo, a diferencia de este último, sintetiza varios ARN víricos y proteínas víricas específicas que se pueden detectar en las células. Patogenia e inmunidad El VVZ se adquiere fundamentalmente por inhalacióny la infección primaria se inicia en las amígdalas y en la mucosa de las vías respiratorias. El virus progresa a través del torrente circulatorio y el sistema linfático hasta alcanzar las células del sistema reticuloendotelial (cuadro 51-6; figs. 51-8 y 51-9). Se produce una viremia secundaria al cabo de 11 a 13 días y el virus se extiende por todo el cuerpo y hasta la piel. El virus infecta a los linfocitos T y estas células pueden alojarse en la piel y transportar el virus a las células epiteliales cutáneas. El virus supera la inhibición por el interferón a y se produ- cen vesículas en la piel. El virus mantiene su asociación a las células y se transmite por interacción intercelular, salvo en el caso de las células epiteliales diferenciadas del pulmón y los queratinocitos de las lesiones cutáneas, las cuales pueden liberar partículas víricas infecciosas. La replicación del virus CUADRO 51-5 Tratamientos antivirales aprobados por la FDA para las infecciones por herpes virus Herpes simple 1 y 2 Aciclovir Penciclovir Valaciclovir Famciclovir Arabinósido de adenosina (ara-A) Trifluridina Virus de la varicela-zóster Aciclovir Famciclovir Valaciclovir Inmunoglobulina varicela-zóster Plasma inmunizado contra zóster Vacuna viva Virus de Epstein-Barr Ninguno Citomegalovirus Ganciclovir* Valganciclovir* Yododesoxiuridina Foscarnet* Trifluridina Cidofovir* *También inhibe los virus del herpes simple y de la varicela-zóster. FDA, Food and Drug Administration estadounidense. 470 MICROBIOLOGÍA MÉDICA en el pulmón constituye una fuente destacada de contagio. El virus provoca un exantema dérmico vesiculopustuloso que se desarrolla a lo largo del tiempo en sucesivas erupciones. Con el exantema aparecen fiebre y síntomas sistémicos. Tras la infección primaria, el virus pasa a un estado de latencia en los ganglios de la raíz dorsal o los nervios cra- neales. Después se puede reactivar en los adultos de mayor edad en situaciones de inmunodepresión o en pacientes con alteraciones de la inmunidad celular. Al reactivarse, el virus se replica y se disemina a lo largo de las vías nerviosas para infectar la piel y da lugar a un exantema vesicular a lo largo de todo el dermatoma, conocido como herpes zóster o zona. Esta situación lesiona la neurona y puede dar lugar a una neuralgia postherpética. El interferón a, las protecciones estimuladas por inter- ferón y los linfocitos T y los citolíticos naturales limitan la diseminación del virus a los tejidos, pero los anticuerpos son importantes para limitar la siembra virémica del VVZ. La inmunización pasiva con inmunoglobulina para varicela-zóster (VZIG) a los 4 días de la exposición aporta protección. La inmunidad celular es fundamental para resolver la enferme- dad. El virus provoca enfermedades más diseminadas y más graves en ausencia de inmunidad celular (p. ej., en niños aquejados de leucemia) y puede recurrir cuando el sujeto se encuentra en estado de inmunodepresión. Aunque son importantes para la protección, las respuestas inmunitarias celulares contribuyen a la sintomatología. En los adultos, la respuesta excesiva provoca lesiones celulares adicionales y un cuadro de mayor gravedad (especialmente en el pulmón) de la infección primaria que la que se observa en los niños. La concentración de anticuerpos y de linfocitos T disminuye en una fase más avanzada de la vida, lo que permite la recu- rrencia del VVZ y la aparición de un herpes zóster. Epidemiología El VVZ es extremadamente contagioso y las tasas de infección superan el 90% entre los contactos domésticos vulnerables (cua- dro 51-7). La enfermedad se extiende principalmente por la vía respiratoria, aunque también se puede diseminar por contacto directo con las vesículas cutáneas. Los pacientes son contagiosos antes de la sintomatología y durante la misma. Más del 90% de los adultos de países desarrollados presenta anticuerpos frente al VVZ. El herpes zóster es el resultado de la reactivación de una infección latente en el paciente. La enfermedad se desarrolla aproximadamente en el 10% al 20% de la población infectada por VVZ, y su incidencia aumenta al hacerlo la edad. Las lesio- nes de herpes zóster contienen virus viables y, por tanto, pueden ser una fuente de contagio de varicela a las personas carentes de inmunidad frente a esta infección (niños). Enfermedades clínicas La varicela representa uno de los cinco exantemas infan- tiles clásicos (junto con la rubéola, la roséola, el eritema infeccioso y el sarampión). La enfermedad es consecuencia de una infección primaria por VVZ; habitualmente se trata de una enfermedad moderada de la infancia, normalmente es sintomática, a pesar de que pueden existir infecciones asin- tomáticas (v. fig. 51-9). La varicela se caracteriza por fiebre y un exantema maculopapuloso que aparece tras un período de CUADRO 51-6 Mecanismos patogénicos del virus de la varicela-zóster (VVZ) La replicación inicial se produce en las vías respiratorias. El VVZ infecta las células epiteliales, los fibroblastos, los linfocitos T y las neuronas. El VVZ puede formar sincitios y extenderse directamente de célula a célula. El virus se extiende mediante viremia, alcanzando la piel y provocando lesiones en oleadas sucesivas. El VVZ puede evadir la eliminación por los anticuerpos; para controlar la infección es esencial la respuesta inmunitaria mediada por células. En los individuos inmunodeficientes puede aparecer un cuadro diseminado potencialmente mortal. El virus establece una infección latente en las neuronas, normalmente de los ganglios de la raíz dorsal y los nervios craneales. El herpes zóster es una enfermedad recurrente; es el resultado de la replicación del virus a lo largo de todo el dermatoma. El herpes zóster puede ser el resultado de la depresión de la inmunidad mediada por células y otros mecanismos de activación vírica. Figura 51-8 Mecanismo de diseminación del virus de la varicela-zóster (VVz) en el interior del organismo. Inicialmente el VVz infecta las vías res- piratorias y se extiende al sistema reticuloendotelial y a los linfocitos t y posteriormente por la viremia asociada a células hacia la piel. Figura 51-9 Evolución cronológica de la varicela. La evolución en los niños pequeños, que es la que se presenta en esta figura, generalmente es más corta y menos grave que en los adultos. VIRUS HERPES HUMANOS 471 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. incubación de unos 14 días (fig. 51-10). En el plazo de unas horas, cada lesión maculopapular forma una vesícula de pared delgada sobre una base eritematosa («gota de rocío sobre pétalos de rosa») que tiene un diámetro aproximado de 2 a 4 mm. Esta vesícula es característica de la varicela. Cuando han transcurrido 12 horas, la vesícula se transforma en una pústula y empieza a formar una costra, después de lo cual aparecen lesiones costrosas. Durante 3-5 días van apareciendo erupciones sucesivas de lesiones, y en cualquier momento se pueden observar todas las fases de las lesiones cutáneas. El exantema se disemina a lo largo de todo el organismo, y es más prevalente en la cabeza y el tronco que en las ex- tremidades. Su presencia en el cuero cabelludo la diferencia de otras enfermedades exantémicas. Las lesiones son prurigi- nosas y provocan un rascado por parte del paciente que puede facilitar la infección bacteriana secundaria y la formación de cicatrices. Las lesiones de las membranas mucosas acostum- bran a aparecer en la boca, la conjuntiva y la vagina. La infección primaria suele ser más grave en los adultos que en los niños. La neumonía intersticial puede afectar a una proporción comprendida entre el 20% y el 30% de los pacientes adultos y puede llegar a ser mortal. La neumonía se debe a las reacciones inflamatorias en el punto inicial de la infección. Como se ha dicho antes, el herpes zóster (zóster significa «cinturón» o «faja») es una recurrenciade una infección la- tente por varicela adquirida por el paciente en un momento anterior de su vida. Normalmente, la aparición de las lesiones similares a la viruela va precedida de dolor intenso en el área inervada por el nervio. El exantema se limita a un dermatoma y se parece al de la varicela (fig. 51-11). Hasta en el 30% de los pacientes que padecen un herpes zóster se desarrolla un síndrome de dolor crónico denominado neuralgia post- herpética que puede persistir durante meses o años. La infección por VVZ en pacientes inmunodeprimidos o recién nacidos puede dar lugar a una entidad grave, progresiva y potencialmente mortal. Los trastornos de la inmunidad ce- lular en estos pacientes incrementan el riesgo de diseminación del virus hasta los pulmones, el cerebro y el hígado, lo que puede ser mortal. La enfermedad puede aparecer como res- puesta a un contacto primario con la varicela, o bien debido a una enfermedad recurrente. Diagnóstico de laboratorio Los ECP de las células infectadas por VVZ son similares a los que se observan en las células infectadas por VHS, y se pueden detectar inclusiones intranucleares de Cowdry de tipo A y sincitios. Estas células pueden aparecer en las lesiones cutáneas, las muestras respiratorias o las muestras de biopsia. Los sincitios también se pueden apreciar en los frotis de Tzank de raspados de la base de una vesícula. También se puede utilizar una prueba de anticuerpos fluorescentes directos frente al antígeno de membrana (FAMA) con el fin de detectar antígenos de membrana en raspados de lesiones cutáneas o muestras de biopsia. La detección del antígeno CUADRO 51-7 Epidemiología del virus de la varicela-zóster Factores de la enfermedad/víricos El virus provoca una infección para toda la vida. La enfermedad recurrente es fuente de contagio. Transmisión El virus se transmite principalmente por gotas respiratorias, así como por contacto directo. ¿Quién corre riesgos? Niños (edad 5-9 años): enfermedad clásica moderada. Adolescentes y adultos: riesgo de enfermedad más grave con posible neumonía. Individuos inmunodeficientes y recién nacidos: riesgo de neumonía potencialmente mortal, encefalitis y varicela progresiva diseminada. Ancianos y adultos inmunodeficientes: riesgo de enfermedad recurrente (herpes zóster [zona]). Geografía/estación El virus se encuentra por todo el mundo. No hay incidencia por estación. Métodos de control Existen fármacos antivirales. La inmunidad puede reducirse en los ancianos. Existe inmunoglobulina contra virus zóster para individuos inmunodeficientes y los profesionales expuestos al virus, así como para recién nacidos de madres que presenten la sintomatología a los 5 días de nacer. Existe una vacuna viva (cepa Oka) para niños (varicela) y adultos (zóster). Figura 51-10 Exantema característico de la varicela en todas las fases de su evolución. (De Hart CA, Broadhead RL: A color atlas of pediatric infectious diseases, Londres, 1992, Wolfe.) Figura 51-11 Herpes zóster («zona») en un dermatoma torácico. 472 MICROBIOLOGÍA MÉDICA y el genoma son métodos sensibles para el diagnóstico de la infección por VVZ. Las técnicas de PCR son especialmente útiles en los casos de enfermedad neuronal y sistémica. El aislamiento del VVZ no se realiza de modo rutinario debido a su labilidad durante el transporte al laboratorio y su deficiente replicación en condiciones in vitro. Los análisis serológicos de detección de anticuerpos frente al VVZ se utilizan para investigar la inmunidad de una población frente al virus. Sin embargo, normalmente las concentraciones de anticuerpos son bajas, por lo que es preciso recurrir a análisis más sensibles, como el análisis de inmunofluorescencia y el análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas (ELISA) para lograr detectarlos. En los individuos que presentan un herpes zóster se puede detectar un in- cremento significativo de la concentración de anticuerpos. Tratamiento, prevención y control El tratamiento puede ser adecuado en los pacientes adultos e inmunodeprimidos con infecciones por VVZ, así como en los su- jetos con un herpes zóster, pero no suele ser necesario para los niños con varicela. Se ha aprobado la administración de ACV, famciclovir y valaciclovir en el tratamiento de las infecciones por VVZ. La ADN polimerasa del VVZ es mucho menos sensible al tratamiento con ACV que la enzima del VHS, por lo que se necesitan unas dosis más elevadas de ACV o bien la adminis- tración de famciclovir o valaciclovir como consecuencia de sus mejores características farmacodinámicas (v. cuadro 51-5). No existe ningún tratamiento satisfactorio, aunque los analgésicos y otros calmantes, los anestésicos tópicos o la crema de capsacina pueden aliviar en cierta medida la neuralgia postherpética que aparece con posterioridad a un episodio de herpes zóster. Al igual que en el caso de otros virus respiratorios, resulta difícil limitar la transmisión del VVZ. Puesto que la infección por VVZ en los niños suele ser moderada e induce una inmu- nidad para toda la vida, a menudo se recomienda el contacto de los niños con el VVZ cuando son pequeños. Sin embargo, las personas de alto riesgo (p. ej., niños inmunodeprimidos) se deben proteger frente al contacto con este patógeno. Los pacientes inmunodeprimidos susceptibles de pre- sentar una enfermedad grave se pueden proteger de ésta mediante la administración de la inmunoglobulina frente a la varicela-zóster (VZIG). La VZIG se prepara al mezclar plasma procedente de individuos seropositivos. La profilaxis con VZIG puede evitar la diseminación virémica capaz de producir enfermedad, aunque carece de eficacia como tra- tamiento para pacientes que presentan una varicela activa o un herpes zóster activo. En EE.UU. y algunos otros países se ha autorizado la admi- nistración de una vacuna viva atenuada frente al VVZ (cepa Oka), la cual se administra a los 2 años de edad dentro del mismo programa que la vacuna del sarampión, la parotiditis y la rubéola. La vacuna induce la producción de una inmunidad humoral protectora y celular. Se dispone de una versión más potente de esta vacuna para los adultos de más de 60 años que refuerza las respuestas antivíricas para limitar el inicio del zóster. Virus de ePstein-BArr El virus de Epstein-Barr (VEB) es un parásito de los linfoci- tos B, y la enfermedad que provoca es un reflejo de esta asocia- ción. El VEB se descubrió al hacer un estudio con microscopia electrónica de viriones herpes característicos en muestras de biopsia de una neoplasia de linfocitos B, el linfoma africa- no de Burkitt (LAfB). Su asociación a la mononucleosis infec- ciosa se reconoció de manera accidental cuando se tomó una muestra de suero de un técnico de laboratorio convaleciente de una mononucleosis infecciosa y se encontró que contenía el anticuerpo que identifica las células LAfB. Este hallazgo se confirmó posteriormente con un amplio estudio serológico realizado en estudiantes de universidad. El VEB provoca una mononucleosis infecciosa positiva para anticuerpos heterófilos y en los cultivos tisulares estimula la proliferación e inmortaliza los linfocitos B. El VEB presenta una relación etiológica con el LAfB (linfoma endémico de Burkitt), la enfermedad de Hodgkin y el carcinoma nasofarín- geo. El VEB también se ha asociado a linfomas de linfocitos B en pacientes con inmunodeficiencias adquiridas o congénitas. Estructura y replicación El VEB es un miembro de la subfamilia de los Gammaherpes- virinae con un espectro de hospedadores muy restringido y un tropismo tisular definido por la limitada expresión celular de su receptor. Este receptor también constituye el receptor del componente C3d del sistema de complemento (también llamado CR2 o CD21). Se expresa en linfocitos B del ser humano y de monos del Nuevo Mundo, así como en algunas células epiteliales de la bucofaringe y la nasofaringe. La infección por el VEB puede tener alguno de estos tres resultados:1. El VEB se replica en los linfocitos B o las células epi- teliales permisivas a la replicación del VEB. 2. El VEB origina una infección latente en los linfocitos B de memoria en presencia de linfocitos T competentes. 3. El VEB estimula e inmortaliza los linfocitos B. El VEB codifica más de 70 proteínas, de las cuales hay distintos grupos que se expresan en los distintos tipos de infecciones. El VEB presente en la saliva infecta las células epiteliales y posteriormente a los linfocitos B vírgenes en reposo presentes en las amígdalas. La proliferación de los linfocitos B es es- timulada inicialmente por la unión del virus al receptor C3d, un receptor que estimula la proliferación de los linfoci- tos B, y posteriormente por la expresión de las proteínas de latencia y transformación. Entre las mismas se encuentran los antígenos nucleares de Epstein-Barr (EBNA) 1, 2, 3A, 3B y 3C; las proteínas latentes (PL); las proteínas latentes de membrana (PLM) 1 y 2, y dos pequeñas moléculas de ARN codificadas por el virus de Epstein-Barr (EBER), EBER-1 y EBER-2. Las moléculas EBNA y PL son proteínas de unión al ADN esenciales para establecer y mantener la infección (EBNA-1), la inmortalización (EBNA-2) y otras funciones. Las PLM son proteínas de membrana con actividad similar a oncogenes. El genoma se vuelve circular, la célula accede a folículos que se transforman en centros germinales en el ganglio linfático, donde las células infectadas se diferencian en células de memoria. La síntesis de proteínas del VEB se detiene y el virus establece su latencia en los linfocitos B de memoria. EBNA-1 será expresada únicamente en la división celular para conservar y mantener el genoma en las células. La estimulación antigénica de los linfocitos B y la infección de ciertas células epiteliales permiten la transcripción y la traducción de la proteína activadora transcripcional ZEBRA (péptido codificado por la región génica Z), la cual activa los genes precoces inmediatos del virus y el ciclo lítico. Tras la síntesis de la ADN polimerasa y la replicación del ADN, se sintetizan las proteínas estructurales y otras proteínas tardías. Entre ellas figuran gp350/220 (glucoproteínas relacionadas de 350.000 y 220.000 Da), que es la proteína de adhesión vírica, y otras glucoproteínas. Estas glucoproteínas se unen a las moléculas CD21 y MHC II, receptores en los linfocitos B y células epiteliales, y también inducen la fusión de la envoltura con las membranas celulares. VIRUS HERPES HUMANOS 473 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Las proteínas víricas producidas durante una infección productiva se definen y agrupan serológicamente como antí- geno precoz (AP), antígeno de cápside vírica (VCA) y gluco- proteínas del antígeno de membrana (AM) (tabla 51-3). Una proteína precoz remeda a un inhibidor celular de la apoptosis y una proteína tardía remeda la actividad de la interleuci- na 10 humana, lo que favorece la proliferación de los linfo- citos B e inhibe las respuestas inmunitarias TH1. Patogenia e inmunidad El VEB se ha adaptado a los linfocitos B del ser humano, de modo que manipula y aprovecha las distintas fases del desa- rrollo de los mismos para establecer una infección que dura toda la vida del individuo, al tiempo que promueve su trans- misión. Las enfermedades causadas por el VEB son resultado de una respuesta inmunitaria hiperactiva (mononucleosis infecciosa) o bien de la ausencia de una respuesta inmunitaria eficaz (enfermedad linfoproliferativa y leucoplasia de células vellosas). La infección productiva de los linfocitos B y algunas cé- lulas epiteliales de la bucofaringe, como las de las amígdalas (cuadro 51-8 y fig. 51-12), estimula la eliminación del virus a través de la saliva para transmitirlo a otros hospedadores y establece una viremia para diseminar el virus a otros linfoci- tos B del tejido linfático y la sangre. Las proteínas del VEB sustituyen los factores del hospeda- dor que normalmente activan la proliferación y el desarrollo de los linfocitos B. En ausencia de linfocitos T (como sucede en los cultivos tisulares), el VEB puede inmortalizar a los linfocitos B y promover la creación de estirpes de linfocitos B inmaduros. En condiciones in vivo, se producen la activación y la proliferación de los linfocitos B, como indica la produc- ción de anticuerpos espurios de tipo IgM frente al antígeno de Paul-Bunnell, denominados anticuerpos heterófilos (v. más adelante una explicación relativa a la serología). La proliferación de los linfocitos B normalmente es con- trolada por los linfocitos T que responden a indicadores de la proliferación de los linfocitos B y a péptidos antigénicos del VEB. Los linfocitos B son células presentadoras de an- tígenos excelentes y presentan los antígenos del VEB en las moléculas de los MHC I y II. Los linfocitos T activados tienen el aspecto de linfocitos atípicos (también llamados células de Downey) (fig. 51-13). Durante la segunda semana de la infección aumenta su número en la sangre periférica, representando en ese momento del 10% al 80% del recuento leucocitario (por eso el nombre de «mononucleosis»). La mononucleosis infecciosa aparece como consecuencia de una «guerra civil» entre los linfocitos B infectados por el VEB y los linfocitos T protectores. La linfocitosis clásica (aumento de linfocitos mononucleares), la hipertrofia de los órganos linfoides (ganglios linfáticos, bazo e hígado) y el malestar aso- ciados a la mononucleosis infecciosa provienen principalmente de la activación y la proliferación de los linfocitos T. Para que la respuesta de los linfocitos T tenga lugar se requiere una gran cantidad de energía, lo que causa un cuadro de gran cansancio. El dolor de garganta de la mononucleosis infecciosa es una respuesta a la infección del epitelio y los linfocitos B de las amígdalas y la garganta por el VEB. Los niños desarrollan una Tabla 51-3 Marcadores de la infección por virus de Epstein-Barr (VEB) Nombre Abreviatura Características Asociación biológica Asociación clínica Antígenos nucleares VEB EBNA Nuclear Los EBNA son antígenos no estructurales y son los primeros en aparecer; los EBNA se observan en todas las células infectadas y transformadas Los anti-EBNA se desarrollan tras la resolución de la infección Antígeno precoz AP-R Sólo citoplásmico El AP-R aparece antes que el AP-D; su aparición es el primer signo de que la célula infectada ha iniciado el ciclo lítico AP-D Difuso en citoplasma y núcleo — En la mononucleosis infecciosa se observan anti-AP-D Antígeno de cápside vírica VCA Citoplásmico El VCA es una proteína tardía; se encuentra en células productoras de virus La IgM anti-VCA es transitoria; la IgG anti-VCA es persistente Antígeno de membrana AM Superficie celular Los AM son glucoproteínas de envoltura Igual que VCA Anticuerpos heterófilos Identificación del antígeno Paul-Bunnell en eritrocitos de oveja, caballo o ganado vacuno La proliferación de los linfocitos B inducida por el VEB estimula la producción de anticuerpos heterófilos En más del 50% de los pacientes aparecen síntomas precoces AM, antígeno de membrana; AP, antígeno precoz; EBNA, antígeno nuclear del virus de Epstein-Barr; IgG¸ inmunoglobulina G; IgM¸ inmunoglobulina M; VCA, antígeno de cápside vírica. CUADRO 51-8 Mecanismos patogénicos del virus de Epstein-Barr (VEB) El virus de la saliva inicia la infección de los epitelios orales y los linfocitos B del tejido linfático. Hay una infección productiva de las células epiteliales y los linfocitos B. El virus estimula el crecimiento de los linfocitos B (inmortalización). Los linfocitos T eliminan y limitan el crecimiento de los linfocitos B. Los linfocitos T son necesarios para controlar la infección. El papel de los anticuerpos es limitado. El VEB establece un estado de latencia en los linfocitos B de memoria y se reactiva como consecuencia de laactivación de estas células. La respuesta de los linfocitos T (linfocitosis) contribuye a los síntomas de la mononucleosis infecciosa. Existe una asociación causal con el linfoma en los individuos inmunodeprimidos y niños de África que viven en las regiones donde hay malaria (linfoma africano de Burkitt) y con el carcinoma nasofaríngeo en China. 474 MICROBIOLOGÍA MÉDICA respuesta inmunitaria menos activa frente a la infección por VEB y, por tanto, su enfermedad es muy leve. Durante la infección productiva, en primer lugar se ela- boran anticuerpos frente a los componentes del virión VCA y AM, y posteriormente frente al AP. Tras la resolución de la infección (lisis de las células infectadas productivas), se fabrican anticuerpos frente a los antígenos nucleares (EBNA). Los linfocitos T son esenciales para limitar la proliferación de los linfocitos B infectados por el VEB y controlar la en- fermedad (fig. 51-14). El VEB contrarresta algunas de las acciones protectoras de la respuesta de los linfocitos T TH1 CD4 mediante la elaboración de un análogo de la interleuci- na 10 (BCRF-1) durante la infección productiva que inhibe las respuestas de dichos linfocitos y también estimula el crecimiento de los linfocitos B. El virus persiste al menos en un linfocito B de memoria por mililitro de sangre durante toda la vida del individuo infectado. El VEB se puede reactivar cuando se activan los linfocitos B de memoria (especialmente en las amígdalas o la bucofaringe) y puede diseminarse en la saliva. Epidemiología El VEB se transmite a través de la saliva (cuadro 51-9). Más del 90% de las personas infectadas por el VEB eliminan el virus durante toda la vida a intervalos intermitentes incluso en fases totalmente asintomáticas. Los niños pueden adquirir el virus a una edad muy precoz al compartir vasos contaminados. Generalmente, los niños suelen presentar una enfermedad subclínica. El contacto con saliva entre adolescentes y adultos jóvenes es un fenómeno que se produce a menudo durante el beso; de ahí el sobrenombre de «enfermedad del beso» que recibe la mononucleosis por VEB. En estos individuos, la enfermedad puede pasar inadvertida o manifestarse con distintos grados de gravedad. Al menos el 70% de la población de EE.UU. está infectada a la edad de 30 años. Figura 51-13 Linfocito t atípico (célula de Downey) característico de la mononucleosis infecciosa. Las células tienen un citoplasma más basófilo y más vacuolado que los linfocitos normales, y su núcleo puede ser ovalado, reniforme o lobulado. El perímetro de la célula puede aparecer mellado por los eritrocitos vecinos. Figura 51-14 Patogenia del virus de Epstein-Barr (VEB). El VEB se ad- quiere por contacto íntimo entre personas a través de la saliva e infecta los linfocitos B. La resolución de la infección por VEB y muchos de los síntomas de la mononucleosis infecciosa son consecuencia de la activación de los linfocitos t como respuesta a la infección. Figura 51-12 Evolución de la infección por virus de Epstein-Barr (VEB). La infección puede dar lugar a una infección lítica, latente o inmortalizante que se puede distinguir en función de la producción del virus y la expresión de distintas proteínas y antígenos víricos. Los linfocitos t limitan la proliferación excesiva de las células infectadas por VEB y mantienen la infección latente. AM, antígeno de membrana; AP, antígeno precoz; CD, grupo de diferenciación; EBER, ARN codificado por el virus de Epstein-Barr; EBNA, antígeno nuclear del virus de Epstein-Barr; PL, proteína latente; PLM, proteína latente de mem- brana; VCA, antígeno de cápside vírica; ZEBRA, péptido codificado en la región genética z. VIRUS HERPES HUMANOS 475 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La distribución geográfica de las neoplasias asociadas al VEB indica una posible asociación a otros cofactores. La malaria se ha sugerido como cofactor de la progresión de la infección crónica o latente por VEB hasta LAfB. La restric- ción del carcinoma nasofaríngeo a los individuos que residen en determinadas regiones de China apunta una posible predis- posición genética al cáncer o la presencia de cofactores en los alimentos o el entorno. Algunos mecanismos más sutiles podrían facilitar la acción del VEB en un 30-50% de los pa- cientes aquejados de enfermedad de Hodgkin. Los receptores de trasplantes, los pacientes con el sín- drome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y los indivi- duos con inmunodeficiencias genéticas tienen un alto riesgo de padecer trastornos linfoproliferativos provocados por el VEB. Estos trastornos pueden manifestarse con linfomas policlonales y monoclonales de linfocitos B. Estos sujetos también presentan un alto riesgo de contraer una infección productiva por VEB en forma de leucoplasia vellosa oral. Enfermedades clínicas (caso clínico 51-2) Mononucleosis infecciosa con producción de anticuerpos heterófilos La tríada de síntomas clásicos de la mononucleosis infecciosa se compone de linfadenopatía (aumento de tamaño de los ganglios), esplenomegalia (aumento de tamaño del bazo) y faringitis exudativa acompañada de fiebre elevada, malestar y, a menudo, hepatoesplenomegalia (aumento de tamaño del hígado y el bazo). Puede producirse un exantema, especial- mente tras el tratamiento con ampicilina (para las molestias faríngeas). La principal sintomatología en individuos aque- jados de mononucleosis infecciosa es la fatiga (fig. 51-15). La enfermedad rara vez es mortal en los sujetos sanos, pero puede provocar complicaciones graves como consecuencia CUADRO 51-9 Epidemiología del virus de Epstein-Barr Factores de la enfermedad/víricos El virus provoca una infección que dura toda la vida. La enfermedad recurrente es causa de contagio. El virus puede provocar diseminación asintomática. Transmisión La transmisión se produce a través de la saliva, el contacto oral íntimo («enfermedad del beso») o compartiendo objetos como cepillos de dientes y vasos. ¿Quién corre riesgos? Los niños, que pueden ser asintomáticos o presentar una sintomatología leve. Adolescentes y adultos: riesgo de mononucleosis infecciosa. Individuos inmunodeficientes: riesgo máximo de padecer una enfermedad neoplásica con riesgo de muerte. Geografía/estación La mononucleosis infecciosa tiene una distribución mundial. Existe una relación etiológica con el linfoma africano de Burkitt en el cinturón de la malaria de África. No hay incidencia por estación. Métodos de control No existen métodos de control. CASO CLÍNICO 51-2 Virus de Epstein-Barr (VEB) en individuos inmunodeprimidos Purtilo y cols. (Ann Intern Med 101:180-186, 1984) publicaron el caso de un chico con enfermedad de Duncan que consultó por concentraciones bajas de IgA, antecedentes de muguet y episodios repetidos de otitis media. Este miembro de la familia Duncan tenía una inmunodeficiencia variable combinada progresiva recesiva ligada a X secundaria a una mutación de la proteína SH2D1A, que impide una comunicación adecuada entre los linfocitos B y T. Tras la exposición al VEB a los 11 años de edad, el niño no desarrolló anticuerpos frente al virus, pero aumentaron las concentraciones séricas de IgM genéricas y en la sangre periférica fue fácil obtener líneas de linfocitos B inmortalizados positivos con EBNA. Este establecimiento de líneas de linfocitos B indica un control aberrante por los linfocitos T de la proliferación de los linfocitos B inducida por el virus. A los 18 años recibió tratamiento con concentrados de eritrocitos por una aplasia de serie roja y a las 9 semanas desarrolló una mononucleosis infecciosa con fiebre, adenomegalias generalizadas, dolor hepático y aumento de tamaño del bazo, linfocitosis con predominio de linfocitos atípicos y una prueba monospot positiva. Seis meses después, el paciente tenía agammaglobulinemia sin linfocitos B detectables y presentó neumonías por Haemophilus influenzae y Mycobacterium
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