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© E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . 17 481 C a p í t u l o Medicina genética personalizada Hace más de un siglo, el médico y científi co británico Archi- bald Garrod aplicó las leyes de la herencia de Mendel a la transmisión hereditaria de la enfermedad humana y acuñó el término de error congénito del metabolismo, abriendo así el campo de la genética bioquímica. Sin embargo, al introducir este término Garrod tenía en mente algo más que las altera- ciones bioquímicas que presentan los pacientes con trastor- nos autosómico recesivos del metabolismo intermedio. Como demostración de su perspicacia científi ca y clínica, propuso el concepto mucho más genérico de individualidad química, que indica que cada persona es diferente de las demás en cuanto a su nivel de salud y a su susceptibilidad frente a las diversas enfermedades debido a que todos poseemos una constitución genética específi ca e individual. Así, en 1902 escribió: ... los factores que determinan nuestra predisposición y nuestra inmunidad frente a las enfermedades son inherentes a nuestra propia constitución química, incluso en los agrupamientos moleculares que constituyen fi nalmente los cromosomas de los que procedemos. Ahora, más de un siglo después y en plena época de la genómica humana, tenemos los medios para evaluar el geno- tipo individual en todos los loci relevantes y para caracterizar las peculiaridades genéticas de la «individualidad química» de cada persona. Cuando se conozcan las variantes génicas re- levantes al mantenimiento de la salud y a la prevención y el tratamiento de las enfermedades en cada individuo, y cuando esta información se utilice de manera sistemática para la toma de decisiones clínicas importantes en la asistencia médica, habremos entrado de lleno en la era de la medicina genética personalizada, uno de los objetivos principales del Proyecto Genoma Humano. Sin embargo, la medicina genética persona- lizada sólo es uno de los componentes de la asistencia médica centrada en el paciente en su sentido más amplio, un enfoque asistencial en el que los profesionales sanitarios también tienen en cuenta todos los detalles del desarrollo del individuo, de su exposición ambiental y de sus experiencias sociales a la hora de establecer el diagnóstico y de ofrecer consejo, intervenciones preventivas, y medidas de control y tratamiento. En el capítulo anterior relativo a la genética del cáncer, se han descrito nuevas y potentes técnicas genómicas, tal como la determinación de las mutaciones y polimorfi smos existentes en un tumor y el perfi lado de su patrón de expresión de RNA, técnicas que la actualidad se están utilizando para la caracteri- zación molecular del cáncer (v. cap. 16). Esta información está teniendo una utilidad cada vez mayor para guiar el seguimiento y el tratamiento de los pacientes con cáncer, en una aplicación que podríamos denominar medicina genómica. En el capítulo presente vamos a exponer otras aplicaciones de la genética y la genómica con el objetivo de la asistencia sanitaria individuali- zada: la detección o cribado de personas asintomáticas con sus- ceptibilidad a la enfermedad y la aplicación de esta información para mejorar su asistencia. En primer lugar, se va a describir la manera con la que los antecedentes familiares pueden ser utili- zados para evaluar el riesgo y para guiar las medidas preventivas y terapéuticas en las personas asintomáticas. A continuación, se exponen las pruebas de cribado a nivel de población general y se detalla una de las formas más antiguas de cribado genético, la detección de alteraciones en los recién nacidos con riesgo eleva- do de padecer enfermedades prevenibles. Finalmente, se expone la detección de los pacientes con susceptibilidad genética en fun- ción de su genotipo y se revisan algunos de los conceptos y mé- todos de la epidemiología genética que se aplican con frecuencia para la detección de los genotipos de susceptibilidad. LA HISTORIA FAMILIAR COMO MEDICINA GENÉTICA PERSONALIZADA Los médicos llevan mucho tiempo practicando una forma de medicina genética personalizada que se corresponde con la defi nición de los antecedentes familiares y con el uso de esta información para la toma de decisiones clínicas. Claramente, los antecedentes familiares tienen una gran importancia en la consideración de las enfermedades monogénicas. La aplicación de las conocidas reglas de la herencia mendeliana permite al especialista en genética efectuar una evaluación precisa del ries- go de enfermedad en los familiares de los pacientes afectados (v. cap. 19). Los antecedentes familiares también son importan- tes cuando el especialista en genética evalúa el riesgo de padeci- Thompson & Thompson GENÉTICA EN MEDICINA482 miento de trastornos complejos, tal como se expone en el capí- tulo 8 y en otros capítulos de este libro. Dado que los genes de una persona son compartidos por sus familiares, los anteceden- tes familiares ofrecen al clínico información acerca del impacto que podría tener sobre la salud una parte sustancial de la cons- titución genética del individuo, utilizando para ello la historia médica de los familiares como indicador de la susceptibilidad genética del paciente. Por otra parte, los familiares también comparten a menudo factores ambientales, como la dieta y el comportamiento, de manera que ofrecen información tanto res- pecto a los genes compartidos como a los factores ambientales comunes que pueden presentar interacción para causar la ma- yor parte de las enfermedades comunes con herencia compleja. El hecho de tener un familiar en primer grado con una enferme- dad común del adulto, tal como la enfermedad cardiovascular, el cáncer de mama, el cáncer de colon o la próstata, la diabetes tipo 2, la osteoporosis o el asma, incrementa en dos o tres veces el riesgo de que un individuo sufra la enfermedad, en compa- ración con la población general; no obstante, este aumento del riesgo es moderado en comparación con el riesgo promedio que se observa la población general (v. Recuadro). Tal como se ex- pone en el capítulo 8, cuantos más familiares en primer grado con un rasgo complejo y cuanto antes aparece la enfermedad en un familiar, mayor es la carga de genes de susceptibilidad y la exposición ambiental que pueden presentar las personas de esa familia, lo que puede hacer que muestren un riesgo eleva- do para el padecimiento de la enfermedad correspondiente en función de los antecedentes familiares. Por ejemplo, un hombre con tres familiares en primer grado que han sufrido cáncer de próstata presenta un riesgo relativo 11 veces mayor respecto al desarrollo de la enfermedad, en comparación con un hombre que carece de antecedentes familiares. La determinación de que un individuo muestra un aumento en el riesgo en función de sus antecedentes familiares puede infl uir en la asistencia médica individual. Por ejemplo, dos personas con trombosis venosa profunda, una de ellas con antecedentes fami- liares de trombosis venosa profunda de origen desconocido en un familiar menor de 50 años y otra sin antecedentes familiares de trastornos de la coagulación, van a recibir un tratamiento dis- tinto a lo que se refi ere a la evaluación del factor V Leiden o de la 20210G>A de la protrombina, así como también un tratamiento anticoagulante diferente (v. cap. 8). De la misma manera, el ante- cedente familiar de cáncer de colon es sufi ciente para iniciar las pruebas de detección de esta enfermedad con aplicación de mé- todos más sofi sticados y a partir de los 40 años de edad, es decir, 10 años antes que en la población general. La razón es el hecho de que la incidencia acumulada respecto al desarrollo de esta enfermedad en las personas de 40 años de edad y con anteceden- tes familiares positivos es igual al riesgo de una persona de 50 años de edad sin antecedentes familiares(fi g. 17-1). El aumento del riesgo es incluso mayor cuando una persona tiene dos o más familiares con la enfermedad. Por desgracia, los antecedentes familiares son una herra- mienta relativamente poco utilizada en medicina clínica. En una encuesta se observó que los médicos de atención primaria ● ■ ● Antecedentes familiares en la evaluación del riesgo Riesgo elevado • Enfermedad prematura en un familiar en primer grado • Enfermedad prematura en un familiar en segundo grado (únicamente referido a la coronariopatía) • Dos familiares en primer grado afectados • Un familiar en primer grado con enfermedad tardía o desconocida, y un familiar en segundo grado con enfer- medad prematura y perteneciente a la misma línea (paterna o materna) • Dos familiares en segundo grado de las líneas materna o paterna de los que al menos uno de ellos ha presen- tado el inicio prematuro de la enfermedad • Tres o más familiares afectados de las líneas materna o paterna • Presencia de un antecedente familiar de «riesgo mo- derado» en las dos líneas del árbol genealógico Riesgo moderado • Un familiar en primer grado con inicio tardío de la enfermedad o en el que se desconoce si desarrolló o no la enfermedad • Dos familiares en segundo grado pertenecientes a la misma línea (materna o paterna) con inicio tardío de la enfermedad o en los que se desconoce si desarrollaron o no la enfermedad Riesgo promedio • Sin familiares afectados • Solamente un familiar en segundo grado afectado perteneciente a una o ambas líneas (materna o paterna) del árbol genealógico • Sin antecedentes familiares conocidos • Personas adoptadas sin antecedentes familiares conocidos Tomado de Scheuner MT et al: Am J Med Genet 71:315-324, 1997; citado en Yoon PW et al: Genet Med 4:304-310, 2002. 600 500 400 300 200 100 0 30 35 45 6540 55 6050 70 Edad (años) Sin antecedentes familiares Con antecedentes familiares In ci de nc ia a cu m ul ad a (c as os /1 0. 00 0 pe rs on as ) Umbral para la aplicación de la prueba de cribado Figura 17-1 ■ Incidencia acumulada (por cada 10.000 per- sonas) del cáncer de colon en relación con la edad, en personas con y sin antecedentes familiares de la enfermedad. (Datos tomados de Fuchs CS, Giovannucci EL, Colditz GA et al.: A prospective study of family history and the risk of colorectal cancer. N Engl J Med 331:1669-1674, 1994.) CAPÍTULO 17 ● Medicina genética personalizada 483 © E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . sólo preguntaban a los pacientes nuevos por sus anteceden- tes familiares en la mitad de los casos y a los pacientes ya conocidos en la cuarta parte de los casos. Sólo uno de cada nueve pacientes evaluados por los médicos que ejercían en el contexto de la medicina gestionada presentaba un árbol genealógico en su historia clínica. En otra encuesta efectuada en el contexto de la asistencia clínica gestionada, el hecho de que un paciente tuviera uno o más familiares en primer grado con la enfermedad (y que, por tanto, mostrara un aumento en el riesgo de cualquiera de las enfermedades comunes del adulto transmitidas en forma de rasgos complejos) fue pasado por alto en casi las dos terceras partes de los pacientes. Vale la pena repetir la advertencia efectuada por el distinguido pediatra y especialista en genética, Barton Childs, citada en el capítulo 1 de este libro: «La falta de consideración de los antecedentes familiares es indicativo de una mala praxis». Por supuesto, con excepción de los gemelos monocigóti- cos, nadie comparte todos sus genes con sus familiares. Por esta razón, los antecedentes familiares constituyen un método indirecto de evaluación de la contribución que podría hacer a la aparición de la enfermedad la combinación propia de va- riantes genéticas de un individuo. Los antecedentes familiares también son un indicador poco sensible de la susceptibilidad debido a que la susceptibilidad depende de la enfermedad que aparece realmente en los familiares de un paciente individual. Uno de los retos de futuro en esta área es la realización de pruebas de cribado o detección a los grupos de población, con independencia de los antecedentes familiares, para detectar las variantes relevantes a la salud y la enfermedad, con aplica- ción de esta información para la realización de valoraciones del riesgo que se puedan utilizar con el objetivo de mejorar la asistencia que reciben cada individuo y su familia. La aplica- ción de esta información requiere la demostración de que los factores de riesgo genético son indicadores válidos del riesgo real en un paciente individual; además, una vez demostrada esta validez, sería necesaria la comprobación de la utilidad de dicha información como guía para la atención sanitaria. PRUEBAS DE CRIBADO GENÉTICO EN GRUPOS DE POBLACIÓN El cribado genético es un método aplicado a grupos de po- blación que persigue la identifi cación de las personas con un aumento en la susceptibilidad o el riesgo de una enfermedad genética. El cribado a nivel de población no se debe confundir con la evaluación de las personas o los portadores afectados en familias que ya han sido identifi cados a través de los ante- cedentes familiares. En contraste, el objetivo del cribado so- bre grupos de población es el estudio de todos los miembros de un grupo de población concreto, con independencia de sus antecedentes familiares. El cribado genético es una herra- mienta de salud pública importante que adquirirá una signi- fi cación cada vez mayor a medida que se introduzcan más y mejores herramientas de detección para la determinación de la susceptibilidad genética frente a las enfermedades. Validez y utilidad clínicas La demostración de las contribuciones genéticas a la salud y la enfermedad tiene una importancia obvia en la investigación de la etiología y la patogenia de la enfermedad subyacente, así como también para la identifi cación de objetivos potenciales de la intervención terapéutica y el tratamiento. Sin embargo, en la práctica clínica, la decisión relativa a la aplicación de una prueba de cribado a pacientes individuales para descartar o confi rmar el aumento de su susceptibilidad frente a una enfer- medad depende de la validez clínica y de la utilidad clínica de dicha prueba. La validez clínica es la medida con la que una prueba de cribado permite predecir la aparición de una enfer- medad. La utilidad clínica de una prueba es el grado con el que dicha prueba puede modifi car la asistencia médica que recibe un individuo y, en consecuencia, puede mejorar su evolución tanto desde el punto de vista médico como desde la perspectiva económica. La utilidad clínica se puede evaluar tanto en la per- sona que es sometida a la prueba de cribado como en todo un grupo de población que participa en un programa de cribado. La asociación con una enfermedad genética es la rela- ción existente entre un genotipo de susceptibilidad o de pro- tección por un lado y un fenotipo de la enfermedad por otro. El genotipo de susceptibilidad o de protección se puede defi - nir como la presencia de un alelo (en un heterocigoto o en un homocigoto), de un genotipo homocigoto exclusivo, de un ha- plotipo que contiene alelos en los loci adyacentes o incluso de combinaciones de genotipos en múltiples loci no relacionados genéticamente. Asumiendo que una prueba utilizada para de- Determinación del valor predictivo de una prueba ENFERMEDAD Genotipo Afectados No afectados Total Genotipo de a* b a + b susceptibilidad presente Genotipo de c d c + d susceptibilidad ausente Total a + c b + d a + b + c + d = N Frecuencia del genotipo de susceptibilidad = (a + b)/N Prevalencia de la enfermedad = (a + c)/N (en un muestreo aleatorio o en una encuesta a la población general) Cociente de riesgo relativo: CRR Prevalencia de la enfermedad en los portadores del genotipode susceptibilidad= Prevalencia de la enfermedad en los no portadores del genotipo de susceptibilidad = + + a a b c c d ( ) ( ) Sensibilidad: Proporción de individuos que padecen enferme- dad y que presentan el genotipo de susceptibilidad = a/(a + c) Especifi cidad: Proporción de individuos que no padecen enferme- dad y que no presentan el genotipo de susceptibilidad = d/(b + d) Valor predictivo positivo: Proporción de individuos que presentan el genotipo de susceptibilidad y que han desarrollado o van a desarrollar una enfermedad concreta = a/(a + b) Valor predictivo negativo: Proporción de individuos que no presentan el genotipo de susceptibilidad y que no han desarro- llado ni van a desarrollar una enfermedad concreta = d/(c + d) *Los valores de a, b, c y d proceden de una muestra aleatoria de la población, clasifi cada en las personas que presentan y que no presentan genotipo de susceptibilidad, y evaluadas después respecto a la propia enfermedad (con o sin seguimiento longitudi- nal, según si el estudio tiene un diseño transversal o un diseño de cohortes) (v. más adelante). Thompson & Thompson GENÉTICA EN MEDICINA484 tectar el genotipo ofrece la asignación correcta del genotipo en cada persona evaluada (la validez analítica de la prueba), la validez clínica representa el grado con el que el genotipo predice el genotipo y viceversa. La validez clínica depende de la sensibilidad y la especifi cidad de la prueba para el genoti- po, es decir, de las tasas de resultados falsamente negativos y de resultados falsamente positivos. No obstante, cuando debe atender a un paciente concreto, el médico especializado en medicina genética personalizada tiene que conocer algo más que los niveles de sensibilidad y especifi cidad de una prueba. Hay un tercer aspecto de la validez clínica que también es importante: ¿hasta qué punto un genotipo concreto ofrece información sobre si el paciente presenta riesgo frente a una enfermedad específi ca, no tanto en relación con su genotipo sino en términos absolutos? Este aspecto de la validez clínica queda refl ejado en el valor predictivo positivo y en el valor predictivo negativo de la prueba respecto a dicha enferme- dad. La relación existente entre algunos de estos factores se demuestra mejor mediante una tabla 2 × 2 (v. pág. anterior). Pruebas de cribado en los recién nacidos Las iniciativas mejor conocidas de aplicación de pruebas de cribado o de detección a grupos de población son los progra- mas gubernamentales para la identifi cación de los lactantes presintomáticos con enfermedades frente a las cuales el tra- tamiento precoz puede prevenir o al menos aliviar sus con- secuencias (tabla 17-1). En lo que se refi ere a las pruebas de cribado aplicadas a recién nacidos, el riesgo de la enfermedad no se evalúa mediante la determinación directa del genotipo. Más que ello, el riesgo se determina a través de la detección de concentraciones excesivamente elevadas de ciertos meta- bolitos en la sangre de los lactantes que son asintomáticos en el momento de nacer pero que muestran un riesgo elevado de desarrollo de la enfermedad en etapas posteriores de su vida. Los metabolitos seleccionados presentan una elevada validez analítica para los genotipos que presentan un valor predictivo positivo elevado respecto a la aparición de trastornos metabó- licos graves en etapas posteriores de la vida. Son excepciones a este paradigma el uso de las determinaciones bioquímicas para detectar un genotipo causante de enfermedad como los programas de detección del hipotiroidismo y de la sordera congénitos, en los que el objetivo de los programas de cribado e intervención es el fenotipo en sí mismo (v. más adelante). Muchos de los aspectos relativos a las pruebas de cribado genético en términos generales quedan refl ejados en los pro- gramas de cribado aplicados a los recién nacidos. La determi- nación de la idoneidad del cribado a recién nacidos respecto a una enfermedad concreta está fundamentada en un conjunto estándar de criterios referidos a la validez analítica, la validez clínica y la utilidad clínica (v. Recuadro). La validez clínica de los resultados de la prueba tiene una importancia obvia. Los resultados falsamente positivos inducen una ansiedad inne- cesaria en los progenitores y también incrementan los costes debido a que aumentan el número de lactantes en los que se lleva a cabo la repetición de la prueba. Los resultados falsa- mente negativos socavan el objetivo de un programa de criba- do. El criterio de que la infraestructura del sistema sanitario público deba tener capacidad para atender a los recién naci- dos identifi cados mediante pruebas de cribado es a menudo dejado de lado en las discusiones sobre la utilidad clínica de las pruebas de cribado, pero también debe ser considerado a la hora de decidir si se van a aplicar o no pruebas de cribado frente a una enfermedad concreta. La enfermedad prototipo que satisface todos estos crite- rios es la fenilcetonuria (v. cap. 12). Durante muchos años, la demostración de niveles elevados de fenilalanina en una gota Tabla 17-1 Algunas enfermedades frente a las cuales se han implementado pruebas de cribado en recién nacidos Frecuencia (por cada Enfermedad 100.000 recién nacidos)* Sordera congénita 200 Enfermedad falciforme 47 Hipotiroidismo 28 Fenilcetonuria 3 Hiperplasia suprarrenal congénita 2 Galactosemia 2 Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce �1 Homocistinuria �1 Defi ciencia de biotinidasa �1 *Valores aproximados en Estados Unidos. ● ■ ● Criterios generales para la aplicación de un programa efectivo de cribado a recién nacidos Validez analítica • Hay una prueba analítica rápida y económica que detecta el metabolito apropiado. Validez clínica • La prueba analítica muestra una sensibilidad elevada (ausencia de resultados falsamente negativos) y una especifi cidad razonable (pocos resultados falsamente positivos). El valor predictivo positivo es elevado. Utilidad clínica • Hay un tratamiento. • El inicio temprano del tratamiento, antes de que se manifi esten los síntomas, reduce o previene la forma grave de la enfermedad. • La observación y la exploración física sistemáticas no revelan el trastorno en el recién nacido; es necesario algún tipo de prueba. • El trastorno es lo sufi cientemente frecuente y grave como para justifi car el coste económico de la prueba de cribado; es decir, la prueba de cribado es económica- mente rentable. • Existe en el sistema de salud pública la infraestructura necesaria para informar a los padres del recién nacido y a sus médicos de los resultados de la prueba de cribado, para confi rmar los resultados de esta prueba y para iniciar el tratamiento y el consejo genético apropiados. CAPÍTULO 17 ● Medicina genética personalizada 485 © E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . de sangre obtenida al poco tiempo del nacimiento y coloca- da sobre un papel de fi ltro ha sido el elemento clave para la detección neonatal de la fenilcetonuria y de otras formas de hiperfenilalaninemia en todo Estados Unidos, todo Canadá y casi todos los países desarrollados. La detección de un resul- tado positivo en la prueba de cribado, seguida de la confi r- mación defi nitiva del diagnóstico, dio lugar a la aplicación de dietas con restricción de fenilalanina desde la primera infan- cia, evitando así los cuadros de retraso mental irreversibles. Otras dos enfermedades que son evaluadas con mucha fre- cuencia mediante pruebas de cribado en los recién nacidos son la sordera congénita y el hipotiroidismo congénito. La aplica- ción de la prueba de cribado para la sordera congénita es obli- gatoria en 37 estados de Estados Unidos y en tres provincias de Canadá. Aproximadamente, la mitad de todos los casos de sordera congénita se debe a defectos en genes únicos (Caso 11). Los lactantes en los que se muestran alteraciones auditivas en la prueba de cribado neonatal son sometidos a intervenciones terapéuticas con el lenguaje de los signos y con otros métodos de ayuda a la comunicación desde las primeras etapas de su vida, lo que mejora su habilidad con el lenguaje a largo plazo y su capacidad intelectual en comparación con la que presentan los niños en los que la alteración se descubre en fases poste- riores de la niñez. La detección mediante pruebas de cribado del hipotiroidismo congénito, un trastorno que solamente tiene un origen genético en el 10-15% de los casos y que se puede tratar de manera sencilla, tiene un carácter universal en Esta- dos Unidos y en Canadá, y también se lleva a cabo de manera sistemática en otros muchos países. El inicio del tratamiento sustitutivo con hormona tiroidea desde la primera niñez evita por completo el retraso mental grave e irreversible causado por el hipotiroidismo congénito. Así, tanto el hipotiroidismo como la sordera cumplen fácilmente los criterios para la aplicación de pruebas de cribado al recién nacido. Hay otros trastornos, como la galactosemia, la enferme- dad falciforme (Caso 37) , la defi ciencia de biotinidasa y la hi- poplasia suprarrenal congénita, que forman parte de los pro- gramas de cribado neonatal en muchos o la mayor parte de los estados o provincias, aunque no en todos. En lo que se refi ere a la enfermedad falciforme, este trastorno es en Estados Unidos más frecuente que la fenilcetonuria, y la identifi cación de los recién nacidos asintomáticos con el genotipo de la enfermedad falciforme signifi ca la posible aplicación de medidas protec- toras frente a los cuadros potencialmente mortales de sepsis bacteriana que pueden aparecer antes de que tengan lugar las manifestaciones fl oridas de la enfermedad. Por esta razón, en todos los estados estadounidenses excepto en ocho (en los que el porcentaje de población afroamericana es más bajo), los re- cién nacidos son evaluados de manera sistemática para la de- tección de la enfermedad falciforme. El conjunto de trastornos respecto a los cuales se deben aplicar pruebas de cribado varía en cada estado y sigue siendo objeto de debate entre las distin- tas agencias gubernamentales de salud pública. Espectrometría de masas en tándem Durante muchos años, la mayor parte de las pruebas de cri- bado aplicadas a los recién nacidos se llevó a cabo mediante la realización de una prueba específi ca para cada enfermedad individual. Por ejemplo, la detección de la fenilcetonuria es- taba fundamentada en una prueba microbiana o química que permitia determinar la presencia de concentraciones elevadas de fenilalanina. Sin embargo, esta situación ha cambiado de manera espectacular a lo largo del último decenio, con la aplicación de la tecnología de la espectrometría de masas en tándem (TMS, tandem mass spectrometry). La TMS no solamente permite examinar una gota de sangre del recién nacido con precisión y rapidez para detectar una concentra- ción elevada de fenilalanina con una tasa de resultados fal- sos positivos inferior a la que acompañaba a los métodos de evaluación más antiguos, sino que el análisis TMS también permite detectar simultáneamente alrededor de una doce- na de trastornos bioquímicos adicionales. Algunos de estos problemas ya eran evaluados mediante pruebas de cribado individuales (tabla 17-2). Por ejemplo, en muchos estados se utilizaban pruebas de cribado específi cas para detectar las concentraciones elevadas de metionina y descartar así la ho- mocistinuria secundaria a defi ciencia de cistationina �-sinte- tasa (v. cap. 12) o la elevación de los aminoácidos de cadena ramifi cada en la enfermedad de la orina del olor a jarabe de arce. Un único estudio mediante TMS para la cuantifi cación de la fenilalanina también permite detectar simultáneamen- te el incremento en las concentraciones de metionina o de aminoácidos de cadena ramifi cada. Sin embargo, la TMS no puede sustituir a los métodos de cribado específi cos de otros trastornos que se incluyen en la actualidad en las pruebas de cribado aplicadas a recién nacidos, tal como la galactosemia, la defi ciencia de biotinidasa, la hipoplasia suprarrenal congé- nita y la enfermedad falciforme. La TMS también es un método fi able para la detección de algunos trastornos del recién nacido que cumplen los cri- terios para ser evaluados mediante pruebas de cribado pero respecto a los cuales no se aplica ningún programa de prue- bas de este tipo. Por ejemplo, la defi ciencia de acil-CoA des- hidrogenasa de cadena media (MCAD, medium-chain acyl- CoA dehydrogenase) es un trastorno de la oxidación de los ácidos grasos que por lo general es asintomático pero que se manifi esta clínicamente cuando el paciente presenta una situación de catabolismo. La detección de la defi ciencia de MCAD en el momento del parto puede salvar la vida de los pacientes debido a que los lactantes y niños afectos muestran un riesgo muy elevado de hipoglucemia potencialmente mor- tal durante la primera niñez en las situaciones de sobrecarga catabólica debidas al padecimiento de enfermedades intercu- rrentes, como las infecciones víricas, y casi la cuarta parte de los niños con defi ciencia de MCAD no diagnosticada fallece en su primer episodio de hipoglucemia. Las alteraciones me- tabólicas pueden responder al tratamiento en los casos en los que éste se aplica rápidamente. En la defi ciencia de MCAD, el objetivo primario de las pruebas de cribado es el de alertar a los padres y a los médicos respecto al riesgo de descompen- sación metabólica, debido a que los niños son completamen- te asintomáticos entre los episodios y no requieren ningún tratamiento diario con excepción de la evitación del ayuno prolongado. En cualquier caso, la aplicación de la TMS para las pruebas de cribado en los recién nacidos ha suscitado una cierta controversia. Además de ser una prueba rápida para la detección de muchas enfermedades frente a las que ya se están realizando o son fácilmente justifi cables las pruebas de cribado neonatales, la TMS también identifi ca a los re- cién nacidos con errores congénitos del metabolismo como la Thompson & Thompson GENÉTICA EN MEDICINA486 acidemia metilmalónica, que generalmente no son evaluados mediante pruebas de cribado neonatales debido a su rareza y a las difi cultades para instaurar un tratamiento defi nitivo que evite el deterioro neurológico progresivo. La TMS identifi ca además los metabolitos anómalos cuya signifi cación respec- to a la salud es incierta. Por ejemplo, la defi ciencia de acil- CoA deshidrogenasa de cadena corta (SCAD, short-chain acyl-CoA dehydrogenase), otro trastorno de la oxidación de los ácidos grasos, es generalmente asintomática aunque al- gunos pocos pacientes pueden presentar problemas durante los episodios de hipoglucemia. Por tanto, el valor predictivo positivo de una positividad detectada en la TMS respecto a la SCAD sintomática posiblemente sea muy bajo. ¿Supera el efecto benefi cioso de la detección de la defi ciencia SCAD el impacto negativo de incrementar innecesariamente la preocu- pación de los padres en la mayor parte de los recién nacidos en los que el resultado de la prueba es positivo pero que nunca van a presentar sintomatología? De esta manera, no todos los trastornos detectados mediante la TMS cumplen el criterio necesario para la realización de pruebas de cribado en los recién nacidos. Así, algunos expertos en salud pública argu- mentan que sólo se deben comunicar a los padres y a sus mé- dicos los metabolitos de utilidad clínica demostrada. Otros defi enden el uso de toda la información proporcionada por la TMS y la notifi cación tanto a los padres como a sus médicos de todos los metabolitos anómalos detectados en la TMS, con independencia del grado de cumplimiento que pueda existir de los criterios convencionales para la aplicación de pruebas de cribado neonatales. Los pacientesque presentan alteracio- nes de signifi cación desconocida pueden ser sometidos a una vigilancia más estrecha. Por estas razones, el uso adecuado de la TMS respecto a la detección de trastornos en los recién nacidos sigue siendo objeto de debate. Pruebas de cribado prenatales Hay dos pruebas que se utilizan con frecuencia para la detec- ción de problemas durante la etapa fetal: el análisis cromo- sómico en el caso de las mujeres gestantes de edad avanzada y la determinación de la concentración de alfa-fetoproteína en el suero materno o la realización de la prueba triple para la detección de defectos del tubo neural y de aneuploidías cromosómicas. Esta cuestión se expone en el contexto del diagnóstico prenatal, en el capítulo 15. No obstante, se ha argumentado que una vez que el embarazo queda expuesto al riesgo del diagnóstico prenatal invasor de la aneuploidía cromosómica a consecuencia de la edad materna avanzada, se deben ofrecer pruebas de detección adicionales como la determinación de las concentraciones de alfa-fetoproteína en el líquido amniótico (cap. 15), la hibridación genómica com- parativa en todo el genoma para detectar deleciones submi- croscópicas perjudiciales (caps. 4 y 5) y la detección de la mutación de la fi brosis quística (v. cap. 12 y Caso 10 ) y de otras enfermedades comunes. Tabla 17-2 Enfermedades detectables mediante espectrometría de masas en tándem Sustancias presentes con concentraciones Enfermedad aumentadas Aminoacidemias Fenilcetonuria Fenilalanina y tirosina Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce Leucina e isoleucina Homocistinuria Metionina Citrulinemia Citrulina Aciduria argininosuccínica Ácido arginosuccínico Tirosinemia hepatorrenal Metionina y tirosina Acidemias orgánicas Metabolitos relevantes de la acilcarnitina Acidemia propiónica Acidemia metilmalónica Acidemia isovalérica 3-metilcrotonilglicinemia aislada Acidemia glutárica (tipo I) Defi ciencia de acetoacetil-CoA tiolasa mitocondrial Acidemia hidroximetilglutárica Defi ciencia de múltiples CoA carboxilasas Trastornos de la oxidación de los ácidos grasos Metabolitos relevantes de la acilcarnitina Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena corta Defi ciencia de hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena corta Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena media Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena muy larga Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena corta y de proteínas trifuncionales Acidemia glutárica tipo II Defi ciencia de carnitina palmitoil transferasa II American College of Medical Genetics/American Society of Human Genetics Test and Technology Transfer Committee Working Group: Tandem mass spectrometry in newborn screening. Genet Med 2:267-269, 2000. CAPÍTULO 17 ● Medicina genética personalizada 487 © E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . PRUEBAS DE CRIBADO PARA LA DETECCIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD GENÉTICA FRENTE A LA ENFERMEDAD Epidemiología genética Los estudios epidemiológicos de los factores de riesgo para las enfermedades están fundamentados básicamente en la reali- zación de estudios sobre población general que cuantifi can la prevalencia o la incidencia de las enfermedades y permiten determinar si ciertos factores de riesgo (genéticos, ambien- tales, sociales y otros) están presentes o no en los individuos que sufren y que no sufren la enfermedad. La epidemiología genética persigue el conocimiento de la forma con la que los genotipos y los factores ambientales presentan interacción entre sí con potenciación o reducción de la susceptibilidad frente a una enfermedad. En general, los estudios epidemio- lógicos de alguno de los tres tipos siguientes: estudios con diseño de casos y controles; estudios con diseño transversal, y estudios con diseño de cohortes (v. recuadro). Los estudios con diseño de casos y controles, y con dise- ño transversal, no solamente permiten obtener información sobre el riesgo relativo asociado a diferentes genotipos sino que también ofrecen información acerca de la prevalencia de la enfermedad y de la frecuencia de los distintos genotipos estudiados cuando se aplican sobre grupos de población se- leccionados de manera aleatoria. En concreto, los estudios de cohortes con selección aleatoria son los más precisos y com- pletos en el sentido de que los genotipos que tardan tiempo en aparecer muestran una probabilidad mayor de ser detectados y evaluados; sin embargo, esos estudios son más caros y re- quieren más tiempo. Por otra parte, los estudios con diseño transversal tienen el problema de la estimación insufi ciente de la frecuencia de la enfermedad. En primer lugar, si la enfer- medad es rápidamente mortal, muchos de los pacientes que la sufren y que son portadores de factores de riesgo quedan sin ser evaluados. En segundo lugar, si la enfermedad pre- senta una penetrancia dependiente de la edad, los pacientes portadores de un factor de riesgo no van a ser considerados realmente como pacientes que sufren dicha enfermedad. Fi- nalmente, los estudios con diseño de casos y controles per- miten que los investigadores estudien a los individuos más adecuados, sobre todo a los que presentan fenotipos relativa- mente infrecuentes y respecto a los cuales serían necesarias muestras de tamaño muy grande en los estudios con diseño transversal o con diseño de cohortes. No obstante, a menos que un estudio esté fundamentado en una valoración com- pleta de todos los individuos que presentan una enfermedad, tal como los que forman parte de un registro de población o de un programa de vigilancia, o bien aplique un esquema de muestreo aleatorio, el diseño de casos y controles no permite obtener información acerca de la prevalencia de la enferme- dad en la población general. Determinación de la susceptibilidad en función del genotipo El valor predictivo positivo de un genotipo relacionado con la susceptibilidad frente a una enfermedad concreta depende de la frecuencia de dicho genotipo en la población, del riesgo re- lativo de la enfermedad asociado a un genotipo en compara- ción con los demás, y de la prevalencia de la enfermedad. La fi gura 17-2 muestra el valor predictivo positivo para frecuen- cias de genotipo que van desde el 0,5% (infrecuentes) hasta el 50% (frecuentes), lo que confi ere un riesgo relativo que oscila entre un valor bajo (dos veces superior) hasta un valor alto (100 veces superior) cuando la prevalencia de la enfermedad oscila entre un nivel relativamente infrecuente (0,1%) y un nivel más frecuente (5%). Tal como se muestra en la fi gu- ra 17-2, el valor de una prueba como elemento predictivo de una enfermedad aumenta sustancialmente cuando se evalúa un trastorno común debido a un genotipo de susceptibilidad relativamente infrecuente que confi ere un riesgo relativo alto, en comparación con el riesgo de los individuos que no son portadores de dicho genotipo. También es cierto lo contrario: la evaluación de un genotipo común que confi ere un riesgo re- lativo modesto tiene un valor limitado como factor predictivo de una enfermedad. Vamos a ilustrar el uso de la tabla 2 × 2 (v. lo ya seña- lado en este capítulo) para evaluar la función de los genes de susceptibilidad en un trastorno frecuente, el cáncer colo- rrectal. En el recuadro siguiente se recogen los datos obte- nidos en un estudio efectuado sobre población general res- pecto al riesgo de cáncer colorrectal asociado a una variante polimorfa en el gen APC (v. cap. 16 y Caso 13 ) que cambia la isoleucina 1307 por lisina (Ile1307Lys). Esta variante muestra una frecuencia alélica de aproximadamente el 3,1% en los judíos asquenazíes, lo que signifi ca que aproximada- mente uno de cada 15 individuos es heterocigoto u homo- cigoto para el alelo. La prevalencia del cáncer de colon en este grupo de pacientes es del 1%. Esta variante, que tiene la frecuenciasufi ciente como para afectar a alrededor del 6% de los judíos asquenazíes y que confi ere un incremento de 2,4 veces en el riesgo de cáncer de colon (en comparación con las personas que no presentan el alelo) puede ser un factor de riesgo importante en el sentido de que casi el 9% de todos los casos de cáncer de colon en este grupo de pobla- ción puede ser atribuido al efecto de dicho alelo. No obstan- ● ■ ● Estrategias utilizadas en epidemiología genética • Estudios realizados con diseño de casos y controles: Se seleccionan personas que padecen y que no padecen la enfermedad y se determinan y comparan los genotipos y las exposiciones ambientales de los individuos de ambos grupos. • Estudios realizados con diseño transversal: Se seleccio - na una muestra aleatoria de la población y se clasifi ca en las personas que padecen y que no padecen la enfer- medad, con determinación y comparación de sus geno- tipos y de las exposiciones ambientales. • Estudios realizados con diseño de cohortes: Se selecciona una muestra de la población y se observa durante un cierto tiempo para determinar qué individuos desarrollan y no desarrollan la enfermedad, con determinación y comparación de sus genotipos y de sus exposiciones am- bientales. La cohorte se puede seleccionar de manera alea- toria o bien con selección de los individuos que comparten un genotipo o una exposición ambiental concretos. Thompson & Thompson GENÉTICA EN MEDICINA488 te, el escaso valor predictivo positivo (2%) signifi ca que una persona que presenta positividad para el alelo sólo muestra una probabilidad del 2% de desarrollar cáncer colorrectal. Si se realizara un estudio de cohortes en el que fuera posible la determinación completa de todas las personas en las que se va a desarrollar un cáncer colorrectal, la penetrancia se- ría, en efecto, de tan sólo el 2%. Utilidad clínica En un paciente con positividad para el alelo APC Ile1307Lys, ¿cómo se puede traducir a la práctica médica un valor pre- dictivo positivo del 2%? La evaluación completa del valor que posee la determinación de los genotipos asociados a la enfermedad no fi naliza con el establecimiento de la validez clínica de la prueba. No hay ningún valor absoluto del valor predictivo positivo que determine si la prueba merece o no la pena. La prueba debe ser evaluada con respecto a su utili- dad clínica, es decir, ¿infl uyen los resultados de la prueba en la asistencia proporcionada?, y, en términos más generales, ¿cuáles serían las implicaciones para la salud del individuo y para la salud pública si este tipo de prueba se aplicara de manera sistemática a nivel asistencial? La utilidad clínica de una prueba de cribado o detección depende de muchos factores. Uno de los principales es el eco- nómico desde el punto de vista de la salud pública: ¿se puede demostrar que la aplicación de dicha prueba es económica- mente rentable?, ¿queda compensado el gasto que conlleva la prueba por la mejora de las condiciones sanitarias al tiempo que reduce los costes asistenciales, los niveles de discapacidad y la pérdida de poder adquisitivo? En el ejemplo correspon- diente a la detección del alelo APC Ile1307Lys en los judíos asquenazíes, la utilidad de ciertos tipos de prueba podría indicar la necesidad de un régimen concreto de vigilancia del cáncer de colon, tal como la realización más frecuente de pruebas de cribado o el uso de estrategias distintas para la detección. Los métodos de detección (la demostración de sangre oculta en heces frente a la sigmoidoscopia y frente a la colonoscopia completa) muestran diferencias en cuanto a su coste económico, su sensibilidad, su especifi cidad y su riesgo 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 100 20 2 Riesgo relativo 0,5% 100 20 2 Riesgo relativo 5%Frecuencia del genotipo V al or p re di ct iv o po si tiv o 5% 0,1% 1% P re va le nc ia de la en fe rm ed ad 100 20 2 Riesgo relativo 50% Figura 17-2 ■ Cálculos teóri- cos del valor predictivo positivo res- pecto al genotipo de susceptibilidad para una enfermedad, en relación con un cierto rango de frecuencias del genotipo, de prevalencias de la enfermedad y de riesgos relativos para la enfermedad asociada al ge- notipo. ● ■ ● El alelo Ile1307Lys del gen APC y el cáncer de colon Cáncer colónico Genotipo Afectados No afectados Total Lys1307 7 310 317 Ile1307 38 4.142 4.180 Total 45 4.452 4.497 • Cociente de riesgo relativo CRR Prevalencia de la enfermedad en los portadores del alelo = = = = Prevalencia de la enfermedad en las personas que no son portadoras del alelo 7 317 38 4.180 2,4 • Sensibilidad: Proporción de individuos con cáncer de colon que presentan el alelo = 7/45 = 16% • Especifi cidad: Proporción de individuos sin cáncer de colon y que no presentan el alelo = 4.142/4.452 = 93% • Valor predictivo positivo: Proporción de individuos con el alelo que desarrollan cáncer colónico = 7/317 = 2% • Valor predictivo negativo: Proporción de individuos que no presentan el alelo y que no desarrollan cáncer colónico = 99% Datos tomados de Woodage T, King SM, Wacholder S et al. Nat Genet 20:62-65, 1998. CAPÍTULO 17 ● Medicina genética personalizada 489 © E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . potencial, de manera que la decisión respecto al régimen a aplicar conlleva implicaciones importantes tanto para la sa- lud del paciente como para los costes asistenciales. La demostración de que una prueba de detección mejo- ra la asistencia sanitaria no siempre es obvia. Por ejemplo, una de cada 200-250 personas de raza blanca es homocigo- ta para una mutación Cys282Tyr en el gen HFE, asociado a la hemocromatosis hereditaria (un trastorno caracteriza- do por la sobrecarga de hierro que puede dar lugar de ma- nera subrepticia a una lesión hepática intensa con cirrosis (Caso 17) . Una intervención sencilla, la fl ebotomía regular a través de donaciones periódicas de sangre para reducir las reservas corporales totales de hierro puede prevenir la ci- rrosis hepática. El genotipo de susceptibilidad es frecuente y el 60-80% de los homocigotos Cys282Tyr muestra evi- dencia bioquímica de aumento en las reservas corporales de hierro, lo que sugiere que la aplicación de pruebas de cribado para identifi car a los individuos asintomáticos en los que se deberían efectuar pruebas más detalladas y, si estuviera indicado, en los que se debería comenzar un régi- men de fl ebotomía regular, parece un parámetro razonable y económicamente rentable. Sin embargo, la mayor parte de los homocigotos Cys282Tyr permanece en una situación clínicamente asintomática, lo que plantea el argumento de que el valor predictivo positivo de la evaluación del gen HFE respecto a la hepatopatía en la hemocromatosis hereditaria es demasiado bajo como para justifi car su aplicación a la po- blación general. En cualquier caso, muchos de estos pacien- tes básicamente asintomáticos presentan signos de fi brosis y cirrosis silentes en la biopsia hepática, lo que indica que los homocigotos Cys282Tyr pueden presentar realmente un ries- go de hepatopatía superior al considerado previamente. Así, algunos especialistas pueden argumentar la necesidad de la aplicación de pruebas de cribado a la población general para identifi car a los individuos en los que se debería iniciar un programa profi láctico de fl ebotomía. La utilidad clínica de la aplicación de este tipo de prueba de cribado a la población general es controvertida y va a requerir estudios de investiga- ción adicionales que determinen la evolución de la enferme- dad y demuestren que la fi brosis y la cirrosis silentes que se observan en la biopsia hepática representan las fases iniciales Tabla 17-3 Validez y utilidad clínicas de la prueba de cribado del gen APOE en la población general y pruebas diagnósticas para la enfermedadde Alzheimer Cribado en la población general Prueba diagnóstica Validez clínica Individuos asintomáticos de 65-74 años de edad Personas de 65 a 74 años de edad con síntomas de demencia Prevalencia de la EA en la población = 3% Proporción de pacientes con demencia y EA = �60% VPP si �2/�4 o �3/�4 = 6% VPP si �2/�4 o �3/�4 = �75% VPP si �4/�4 = 23% VPP si �4/�4 = �98% Utilidad clínica No hay ninguna intervención posible para Incremento de la sospecha de que pueda existir prevenir la enfermedad otra forma de demencia potencialmente tratable Problemas psicológicos en la mayor parte de las Eliminación de pruebas innecesarias personas con alelos �4 que posiblemente no van a desarrollar EA Tranquilidad falsa en las personas sin alelos �4 Los cálculos del valor predictivo positivo (VPP) está fundamentados en una prevalencia de la enfermedad de Alzheimer (EA) en la población general de aproximadamente el 3% en las personas de 65 a 74 años de edad, en una frecuencia alélica del alelo �4 en las personas de raza blanca del 10-15%, en un riesgo relativo de aproximadamente 3 para un alelo �4, y en un riesgo relativo de aproximadamente 20 para los dos alelos �4. de lo que constituye realmente una enfermedad progresiva. Hay otros resultados positivos y negativos de las pruebas de cribado que tienen una naturaleza psicológica y que son más difíciles de evaluar en comparación con los factores pura- mente económicos. Por ejemplo, la determinación de la posi- tividad para un genotipo de susceptibilidad podría, por una parte, capacitar a los individuos que conocen sus riesgos para adoptar decisiones importantes en cuanto a su estilo de vida, o bien podría, por otra parte, generar una tensión psicológica intensa o un fatalismo inapropiado en pacientes y familiares de pacientes que nunca van a desarrollar la enfermedad pero que presentan positividad para el factor de riesgo. De la mis- ma manera, los pacientes en los que el resultado de la prueba es negativo se pueden sentir tranquilizados de manera falsa. La determinación del gen APOE en la enfermedad de Alzheimer (EA) (v. cap. 12 y Caso 3 ) es un ejemplo claro del papel que desempeña una valoración detallada de la validez clínica y de la utilidad clínica en lo relativo a la aplicación de pruebas genéticas en el contexto de la medicina personaliza- da. Tal como se expone en el capítulo 8, los heterocigotos para el alelo �4 del gen APOE muestran un incremento triple en el riesgo de desarrollar EA, debido principalmente a que la edad de inicio de la EA se reduce en 10-15 años, en comparación con las personas que no presentan el alelo �4 del gen APOE. Los homocigotos �4/�4 del gen APOE muestran un riesgo 20 veces mayor debido a que la edad de inicio de la enferme- dad de los mismos se reduce en aproximadamente 20-30 años. Sin embargo, la determinación del alelo �4 del gen APOE no se recomienda en los individuos asintomáticos, aunque algu- nos clínicos la llevan a cabo en la evaluación de los individuos con síntomas y signos de demencia. La razón de ello está en el análisis de la validez clínica y de la utilidad clínica de dicha prueba, incluyendo el cálculo del valor predictivo positivo en los individuos asintomáticos y sintomáticos (tabla 17-3). Tal como se puede observar en relación con los valores predictivos positivos de las personas asintomáticas en el rango de edad de 65 a 74 años, la presencia de un alelo �4 único es un factor predictivo muy pobre del desarrollo de la EA, a pesar del riesgo de la enfermedad tres veces mayor asociado al alelo �4, en comparación con las personas que carecen de este alelo. In- cluso en los individuos con dos alelos �4 (aproximadamente el Thompson & Thompson GENÉTICA EN MEDICINA490 1,5% de la población), que muestran un riesgo relativo 20 ve- ces mayor que el asociado a los genotipo carentes de alelo �4, la posibilidad de que desarrollen EA todavía es inferior a uno de cada cuatro casos. En los individuos jóvenes y asintomá- ticos, el valor predictivo positivo es aún más pequeño. Así, la mayor parte de los individuos en los que el estudio del gen APOE indica un incremento del riesgo no va a presentar EA. Por otra parte, el conocimiento de que una persona muestra un aumento en el riesgo no permite aplicar ninguna opción preventiva o terapéutica y, sin embargo, podría generar pro- blemas emocionales y psicológicos signifi cativos. En función de su escaso valor predictivo positivo y de su falta de utilidad clínica, podemos ver claramente las razones por las que no se recomienda la evaluación del gen APOE en los individuos asin- tomáticos, tal como se expone en el capítulo 8. Por otra parte, las personas que ya presentan signos de de- mencia muestran una probabilidad previa elevada de sufrir EA. La evaluación del gen APOE en estas personas podría ser útil para determinar si la enfermedad es realmente una EA o bien alguna otra forma de demencia que podría requerir un estudio diagnóstico adicional. Por supuesto, con una enfermedad de ca- rácter tan devastador y con tan pocas posibilidades terapéuticas como la EA, se podría argumentar que incluso en los casos en los que la evaluación del gen APOE sugiere una probabilidad elevada de EA, la pequeña posibilidad de que la demencia pueda ser debido a una causa susceptible de tratamiento justifi ca el cos- te económico de una evaluación diagnóstica adicional. Tal como ocurre en todos los aspectos de la medicina, son necesarias la demostración clara y la reevaluación soste- nida del equilibrio entre los efectos benefi ciosos y los costes de cada componente de la medicina genética personalizada. La necesidad de una reevaluación constante es obvia; imagi- nemos cómo podrían cambiar las recomendaciones relativas a la evaluación del gen APOE (a pesar de su bajo valor pre- dictivo positivo) si se descubriera una intervención médica de riesgo bajo y barata que previniera el inicio de la demencia. Pruebas de cribado a heterocigotos A diferencia de las pruebas de cribado para la detección de en- fermedades genéticas en los recién nacidos o de las pruebas de susceptibilidad genética en los pacientes, la aplicación de prue- bas de cribado a los portadores de trastornos mendelianos tiene como objetivo principal la identifi cación de los individuos que son sanos pero que muestran un riesgo sustancial (25%) de tener hijos con un trastornos autosómico recesivo ligado al cromoso- ma X grave. Los fundamentos de la aplicación de pruebas de cribado a heterocigotos se muestran en el recuadro siguiente. Para conseguir su aplicación a un número sufi ciente de portadores, los programas actuales de cribado en los heteroci- gotos se han centrado en grupos raciales concretos en los que la frecuencia de los alelos mutantes es elevada. Las pruebas de cri- bado aplicadas a los heterocigotos son voluntarias y se centran en los individuos que se consideran a sí mismos pertenecientes a un grupo racial concreto de riesgo alto. Estas pruebas se han utilizado de manera generalizada frente a un conjunto de tras- tornos respecto a los cuales la frecuencia del estado de portador es relativamente elevada: la enfermedad de Tay-Sachs (Caso 38) (el prototipo de las pruebas de cribado a portadores) (v. cap. 12), la enfermedad de Gaucher y la enfermedad de Canavan en los judíos asquenazíes; la enfermedad falciforme (Caso 37) en la población afroamericana de Norteamérica, y la �-talase- mia (Caso 39) en áreas de incidencia elevada, especialmente en Chipre y Cerdeña, o bien en grupos familiares amplios y consanguíneos de Pakistán (v. cap. 11). La tecnología para la detección simultánea de muchos alelos mutantes diferentes en un gen es un procedimiento úni- co (determinación multiplex) que hace posible la aplicación de pruebas de cribado a heterocigotos en la población general para la fi brosis quística mediante el estudio directo del gen CFTR para descartar mutaciones en el mismo (v. cap.12) (Caso 10) . El aspecto de mayor importancia en la detección del estado de portador CFTR mediante la detección directa de los alelos mutantes es la extremada heterogeneidad alélica existente en muchas poblaciones y las diferencias en los alelos mutantes presentes en los distintos grupos raciales. Por ejem- plo, la evaluación mediante un panel básico de 23 mutaciones (�F508 y las 22 mutaciones restantes más comunes que se ob- servan en personas de raza blanca y origen no hispano) pro- puesto por el American College of Medical Genetics permite identifi car casi el 88% de todas las mutaciones y, por tanto, alrededor del 80% de las parejas en riesgo (las parejas en las que ambos progenitores son heterocigotos para una mutación CFTR) pertenecientes a este contexto étnico. La adición de más alelos al panel sólo incrementaría de manera marginal la sensibilidad de la prueba en las personas de raza blanca y origen no hispano. En otros grupos de población, tal como los blancos de origen hispano, los asiáticos y los afroameri- canos, la frecuencia y la distribución de los alelos mutantes son muy variables. El panel básico de 23 alelos permitiría detectar únicamente el 72% de los portadores de origen his- pano, el 64% de los portadores de origen afroamericano y el 49% de los portadores de origen asiático americano. Para estas poblaciones son necesarios paneles ampliados con una mayor especifi cidad étnica. Así, por ejemplo, en muchos labo- ratorios de diagnóstico se utiliza un panel de mutaciones en el que evalúan la mutación �F508 más otras cuatro docenas de alelos mutantes. Por el contrario, en la población judía asquenazí, la evaluación de tan sólo cinco mutaciones detecta el 94% de los portadores, con una sensibilidad mayor debido a que se evalúa un número menor de mutaciones. El impacto de la detección de los portadores respecto a la disminución de la incidencia de una enfermedad genética puede ser espectacular. La evaluación de los portadores para la enfermedad de Tay-Sachs en la población judía asquenazí se ● ■ ● Criterios para los programas de cribado en heterocigotos • Frecuencia elevada de portadores, al menos en un grupo de población específi co • Disponibilidad de una prueba barata y segura con niveles muy bajos de resultados falsamente negativos y de resultados falsamente positivos • Acceso a la información genética por parte de las parejas identifi cadas como heterocigotas • Disponibilidad del diagnóstico prenatal • Aceptación y participación voluntaria por parte de la población para la que se recomienda la prueba de cribado CAPÍTULO 17 ● Medicina genética personalizada 491 © E ls ev ie r. E s un a pu b lic ac ió n M A S S O N . F ot o co p ia r si n au to ri za ci ó n es u n d el ito . viene realizando desde 1969. La aplicación de la prueba de cri- bado seguida del diagnóstico prenatal, en los casos en los que está indicado, ya ha reducido la incidencia de la enfermedad de Tay-Sachs en un 65-85% en este grupo étnico. La preven- ción de la �-talasemia mediante la detección de portadores y el diagnóstico prenatal ha dado lugar a una disminución similar en la incidencia de esta enfermedad en Chipre y Cerdeña. Por el contrario, los intentos de aplicación de pruebas de cribado para los portadores de la enfermedad falciforme en la comunidad afroamericana estadounidense han tenido menos efectividad y hasta el momento han dado lugar a un impacto escaso sobre la incidencia de la enfermedad. El buen resultado de los progra- mas de pruebas de cribado para la detección de los portadores en relación con la enfermedad de Tay-Sachs y con la �-talase- mia, así como el fracaso relativo de estos programas respecto a la anemia falciforme, subrayan la importancia de la consulta y la educación comunitarias, así como de la disponibilidad de es- pecialistas en consejo genético y en diagnóstico prenatal, como requisitos clave para la aplicación de programas efectivos. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Guttmacher AE, Collins FS, Carmona RH: The family history— more important than ever. N Engl J Med 351:2333-2336, 2004. Snyderman R, Langheier J: Prospective health care: the second transformation of medicine. Genome Biol 7:104, 2006. BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA Acheson LS, Wiesner GL, Zyzanski SJ, et al: Family history-taking in community family practice: implications for genetic screening. Genet Med 2:180-185, 2000. 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En una muestra de población de 1 millón de europeos se observó un cuadro de trombosis venosa cerebral idiopática (TVCI) en 18 personas, lo que representa una tasa esperada de 1-2 por cada 100.000 personas. Todas las mujeres fueron evaluadas para el factor V Leiden (FVL). Asumiendo una frecuencia alélica del 2,5% para el FVL, ¿cuántos homocigotos y cuantos heterocigotos para el FVL se esperaría que hubiera en esta muestra de 1 millón de personas, asumiendo el equilibrio de Hardy-Weinberg? Entre los individuos afectados, dos eran heterocigo- tos para el FVL y uno homocigoto para el FVL. Genere una tabla 3 x 2 relativa a la asociación de los homocigo- tos para el genotipo FVL, de los heterocigotos para el genotipo FVL y del genotipo natural para la TVCI. ¿Cuál es riesgo relativo de TVCI en un heterocigoto para el FVL, en comparación con el genotipo normal?, ¿cuál es riesgo en un homocigoto FVL, en comparación con el genotipo normal?, ¿cuál es la sensibilidad de la positividad para uno o los dos alelos FVL respecto a la TVCI? Finalmente, ¿cuál es el valor predictivo positivo del estado homocigoto respecto al FVL?, ¿y del estado heterocigoto? 2. En una muestra de población de 100.000 mujeres europeas que toman anticonceptivos orales se produjo una trombo- sis venosa profunda (TVP) en las extremidades inferiores en 100 mujeres, lo que es congruente con una tasa esperada de un caso por cada 1.000 mujeres. Asumiendo una fre- cuencia alélica del 2,5% para el factor V Leiden (FVL), ¿cuántas homocigotas y cuantas heterocigotas para el FVL seesperaría en esta muestra de 100.000 mujeres, asu- miendo el equilibrio de Hardy-Weinberg? Entre las mujeres afectadas, 58 eran heterocigotas para el FVL y tres eran homocigotas para el FVL. Genere una tabla 3 x 2 relativa a la asociación de las homocigotas para el genotipo FVL, las heterocigotas para el genotipo FVL y el genotipo natural para la TVP de la extremidades inferiores. ¿Cuál es el riesgo relativo de TVP en las mujeres heterocigotas FVL que toman anticonceptivos orales, en comparación con las mujeres que también toman anticonceptivos orales y que presentan genotipo nor- mal?, ¿cuál es el riesgo de las mujeres homocigotas FVL en comparación con las que presentan un geno- tipo normal?, ¿cuál es la sensibilidad de la positivi- dad para uno o los dos alelos FVL respecto a la TVP en las mujeres que toman anticonceptivos orales? Finalmente, ¿cuál es el valor predictivo positivo para la TVP en las mujeres homocigotas para el FVL que toman anticonceptivos orales?, ¿y en las mujeres he- terocigotas? 3. Qué pasos se deben dar cuando se demuestra positivi- dad en una prueba de cribado para la fenilcetonuria (PKU, phenylketonuria)? La prueba es una técnica de inhibición bacteriana en una gota de sangre colocada sobre un papel de fi ltro (prueba de Guthrie). 4. El cribado de los recién nacidos respecto a la enferme- dad falciforme se puede llevar a cabo mediante electro- foresis de la hemoglobina, que separa las hemoglobina A y S identifi cando así a las personas heterocigotas y también a las homocigotas para la mutación falciforme. ¿Qué posibles ventajas puede conllevar este tipo de pruebas?, ¿qué desventajas?