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La Edad Contemporánea es el nombre con el que se designa al periodo histórico comprendido entre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos o la Revolución francesa, y la actualidad. Los acontecimientos de esta época se han visto marcados por transformaciones aceleradas en la economía, la sociedad y la tecnología que han merecido el nombre de Revolución industrial, al tiempo que se destruía la sociedad preindustrial y se construía una sociedad de clases presidida por una burguesía que contempló el declive de sus antagonistas tradicionales (los privilegiados) y el nacimiento y desarrollo de uno nuevo (el movimiento obrero), en nombre del cual se plantearon distintas alternativas al capitalismo. LA EDAD CONTEMPORÁNEA La ciencia y la cultura entran en un periodo de extraordinario desarrollo y fecundidad; mientras que el arte contemporáneo y la literatura contemporánea (liberados por el romanticismo de las sujeciones académicas y abiertos a un público y un mercado cada vez más amplios) se han visto sometidos al impacto de los nuevos medios de comunicación de masas (tanto los escritos como los audiovisuales), lo que les provocó una verdadera crisis de identidad que comenzó con el impresionismo y las vanguardias y aún no se ha superado. LÍNEA DE TIEMPO DE LA EDAD CONTEMPORÁNEA FINES s. XVIII PRIMERA MITAD DEL s. XIX EL ROMANTICISMO MARCO HISTÓRICO El Romanticismo es un movimiento cultural crucial para comprender la cultura occidental moderna. La filosofía, el arte, la literatura, la música y la política fueron influenciados por este movimiento, durante el turbulento periodo de tiempo que se extendió entre el periodo que se conoce como revoluciones burguesas, que en su definición política se conocen como revoluciones liberales. En este período el mundo occidental se había sacudido por la Revolución de las Trece Colonias de Inglaterra en 1776, la Revolución Francesa en 1789 y por la Primera Revolución industrial que empezaba a cambiar la vida tradicionalmente agraria. Por lo tanto los nuevos modos de vida se debían reflejar en nuevos modos de pensar. El romanticismo pasó a significar esta nueva experiencia de mundo. El Romanticismo es un movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Es considerado como el primer movimiento de cultura que cubrió el mapa completo de Europa. En la mayoría de las áreas estuvo en su apogeo en el período aproximado de 1800 a 1850. Este movimiento se difundió por toda Europa durante la primera mitad del siglo XIX. MARCO TEÓRICO DEL ROMANTICISMO Se gesta el llamado prerromanticismo dieciochesco, en Alemania, con la escuela literaria Sturm und Drang (“Tempestad e ímpetu” o “Tormenta y pasión”) cuyo líder era Goethe; el cual reacciona contra el racionalismo del Neoclasicismo. La razón, que tantos bienes prometía, no había eliminado los problemas de los hombres; estos, no solo son “razonables”, poseen también sentimientos, emociones, fantasías y tienen derecho a expresarlos. Y esto no puede hacerse con reglas y ataduras sino con libertad. No importa que las obras sean menos “perfectas” y “regulares”, si en cambio, conmueven y emocionan. La libertad en el arte, pero también en la política, serán la gran consigna romántica. CARACTERÍSTICAS La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento. La primacía del genio creador de un Universo propio, el poeta como demiurgo. Valoración de lo diferente frente a lo común, lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista. El liberalismo frente al despotismo ilustrado. La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único. La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas. La nostalgia de paraísos perdidos (de la infancia o de una nación). La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) Los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición. El Romanticismo también renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo, dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración. Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas. El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. En Alemania, la deriva reaccionaria, que incluía una invitación a regresar a la Edad Media, también se dejó sentir en la obra de algunos de sus máximos inspiradores teóricos, como los hermanos August Wilhelm y Friedrich Schlegel, aunque su paroxismo se encontraría en el opúsculo La cristiandad o Europa (1799) de Novalis, tal como prontamente advirtió el poeta post-romántico Heinrich Heine en La escuela romántica (1836). El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino. Johann Wolfgang von Goethe (1749 - 1832). Obras representativas: Las desventuras del joven Werther Friedrich Schiller (1759 - 1805). Obras representativas: Guillermo Tell, Oda a la alegría. Novalis (1772 - 1801). Obras representativas: Los Discípulos en Sais, Los Himnos a la noche, Los Cantos espirituales. Lord Byron (1788 - 1824). Obras representativas: Las peregrinaciones de Childe Harold, Caín. REPRESENTANTES John Keats (1795 - 1821). Obras representativas: Oda sobre una urna griega, Hyperion, Lamia y otros poemas. Mary Shelley (1797 - 1851). Obras representativas: Frankenstein, El último hombre. Víctor Hugo (1802 - 1885). Obras representativas: Los miserables, Nuestra Señora de París. Alejandro Dumas (1802 - 1870).Obras representativas: Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo. Edgar Allan Poe (1809 - 1849). Obras representativas: El cuervo, Los crímenes de la calle Morgue, La casa Usher, El gato negro. José de Espronceda (1808 - 1842). Obras representativas: Canción del pirata, El estudiante de Salamanca. Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870). Obras representativas: Rimas, Leyendas. Escritor alemán. Nacido en el seno de una familia patricia burguesa, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1765 inició los estudios de derecho en Leipzig, aunque una enfermedad le obligó a regresar a Frankfurt. Una vez recuperada la salud, se trasladó a Estrasburgo para proseguir sus estudios. Fue éste un período decisivo, ya que en él se produjo un cambio radical en su orientación poética. Frecuentó los círculos literarios y artísticos del Sturm und Drang, germen del primer Romanticismo y conoció al escritor y filósofo Johann Gottfried Herder, quien lo invitó a descubrir a Homero, Shakespeare, Ossian y la poesía popular. JOHANN WOLFGANG GOETHE (Frankfurt, 1749 - Weimar, id., 1832) En 1772 se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial, donde conoció a Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner, de la cual se prendó. Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Los sufrimientos del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo. De vuelta en Frankfurt, escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa. En Weimar, empezó entonces una brillante carrera política al tiempo que se interesaba también por la investigación científica. La actividad política y su amistad con una dama de la corte, Charlotte von Stein, influyeron en una nueva evolución literaria que le llevó a escribir obras más clásicas y serenas, abandonando los postulados individualistas y románticos del Sturm und Drang. En 1794, entabló una fecunda amistad con Schiller, con años de rica colaboración entre ambos. Sus obligaciones con el duque cesaron y se dedicó casi por entero a la literatura y a la redacción de obras científicas. La muerte de Schiller, en 1805, y una grave enfermedad, hicieron de Goethe un personaje cada vez más encerrado en sí mismo y atento únicamente a su obra. En 1808 se publicó Fausto y un año más tarde apareció Las afinidades electivas, novela psicológica sobre la vida conyugal y que se dice inspirada por su amor a Minna Herzlieb. Movido por sus recuerdos, inició su obra más autobiográfica, Poesía y verdad (1811-1831), a la que dedicó los últimos años de su vida, junto con la segunda parte de Fausto. OBRA LITERARIA El capricho del enamorado (1767), comedia en verso de un acto. Los cómplices (1768), tragedia en verso. Götz von Berlichingen (1773), drama. Las penas del joven Werther (Die Leiden des jungen Werther, 1774). Clavijo (1774), drama. Prometeo (1774), poema. Stella (1775), drama. Ifigenia en Táuride (1787), drama en prosa, del que hizo anteriormente una versión en verso yámbico. Egmont (1788), drama. La selva negra (1789), Drama teatral Torquato Tasso (1790), drama. El Gran Copto (1792), Teatro, Comedias y Farsas, obra en V actos. Elegías romanas (Römische Elegien, 1795), poemario. Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (Wilhelm Meisters Lehrjahre, 1796), novela. Epigramas venecianos (1796), poema. La novia de Corinto (1797), poema. Hermann y Dorothea (1798), idilio épico en verso. Fausto, Primera Parte, (1807). Las afinidades electivas (Die Wahlverwandtschaften, 1809), novela. Poesía y verdad, Parte I (Aus meinem Leben: Dichtung und Wahrheit), autobiografía (1811). Viaje a Italia (Italienische Reise, 1816). Diván de Oriente y Occidente (Westöstlicher Diwan, 1819), poemas. Elegía de Marienbad (Marienbader Elegie, 1823). Fausto, Segunda Parte, póstuma (1832). Poesía y verdad, Parte II (Aus meinem Leben: Dichtung und Wahrheit), autobiografía (1833). LAS CUITAS DEL JOVEN WERTHER (1774) • GÉNERO: • ESPECIE: • FORMA: • COMPOSICION: • ESTRUCTURA: • TEMA: • OTROS TEMAS: ÉPICO-NARRATIVO NOVELA EPISTOLAR NARRADO EN PRIMERA PERSONA DOS PARTES EL AMOR VEDADO LA EXALTACIÓN DE LA NATURALEZA, EL DESEO AMOROSO, LA DESCRIPCIÓN DE LA VIDA BURGUESA. Los personajes principales de la obra son Werther, Lotte y Albert, que forman un triángulo amoroso. Hay otros personajes secundarios como los hermanos pequeños de Lotte, el amigo Wilhelm o el embajador (muestra de la sociedad de la época). PERSONAJES: WERTHER: Narrador de buena parte de la novela, busca tranquilidad y naturaleza alejado de la ciudad y se enamora de Lotte que está comprometida con Albert, lo cual desencadenará el desenlace trágico. Es el protagonista que nos cuenta su historia a través de cartas: sus pasiones y sentimientos son revelados de manera detallada. Fuerte subjetividad. Werther es un burgués que busca acomodo (frente a él, Albert pertenece a una clase social ya acomodada). Joven apasionado que busca la felicidad. Proyecta sobre la naturaleza sus estados de ánimo que van desde el entusiasmo al abatimiento. Critica algunos aspectos sociales y políticos de la sociedad alemana. Dante pasa a través de la puerta del infierno, que tiene una inscripción cuyo texto dice "Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y el lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, y no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí" novena y última línea procede la frase "Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate", o "abandona la esperanza si entras aquí". CHARLOTTE (LOTTE) La descripción de Lotte es un retrato, pues se incluyen tanto rasgos físicos como psíquicos. Es una muchacha bella, de hermosa figura y estatura media. Su belleza, según el ideal clásico y romántico, implica su virtud. Fiel a sus promesas: tras la muerte de su madre se hace cargo de su padre y sus nueve hermanos tal como le prometió a su progenitora. También se promete a Albert por petición expresa de su madre en el lecho de muerte. Muy querida por sus hermanos. ALBERT: La descripción de Albert es honrado, amable, sensible, con poco carácter y comprensible. Pertenece a una clase social alta y viaja a menudo a causa de los negocios. Al principio de la novela, Werther y Albert comienzan una amistad particular, que se convierte en rivalidad, pues Albert sospechará del amor que siente Werther hacia su prometida. Novela dividida en dos partes o libros y un epílogo. 1er. Libro: Werther, joven apasionado y sentimental, abandona su ciudad natal para retirarse a la soledad de Wahlheim. Conoce a Lotte, que está prometida con Albert, y se enamora de ella. Wilhelm, el destinatario de las cartas, le advierte del peligro y le aconseja abandonar la inactividad del retiro. 2º Libro y epílogo: Para enderezar su vida, acepta el puesto de secretario de legación en una ciudad del sur de Alemania (cuyo nombre no se revela). Tiene que sufrir el malhumor y las cicaterías del Embajador. La noticia de la boda de Lotte y Albert agranda su descontento y acrecienta su desasosiego. Pide su cese y prosigue su peregrinación, dirigiéndose a su pueblo natal. Acepta la invitación de un príncipe, pero no aguanta el aburrimiento de la corte e inicia un vagabundeo que lo lleva al reencuentro con Lotte. El epílogo esuna especie de informe de un narrador desconocido, el “editor” sobre los momentos finales de Werther: el nuevo acercamiento a Lotte se consumará con un beso, preludio de lo irremediable: separación definitiva, desesperación y suicidio (con las pistolas de Albert que Lotte le ha entregado a su criado). ESTRUCTURA Quien conduce la embarcación es Caronte, quien, al saber que Dante procede del mundo de los vivos, se niega a dejarlo pasar. Virgilio, sin embargo, lo obliga a acceder pronunciando la frase Vuolsi così colà ove si puote ("así se dispuso allí donde se tiene la autoridad"), indicando que el viaje de Dante es deseado por Dios. Por un lado, tenemos la comunicación con la naturaleza, que será el gran tema romántico. La naturaleza es un espejo de Dios, su obra más sublime, y por eso precisamente se le valora, en oposición a la civilización que es obra del hombre, un ser imperfecto. La naturaleza que lo cobija -eso que fue a buscar Werther dejando la ciudad-será la guía de nuestro héroe, lo intocado, lo salvaje, lo perfecto: ¿Cuáles son los temas que Werther plantea? “Reina en mi espíritu una alegría admirable muy parecida a las dulces alboradas de primavera, de que gozo aquí con delicia... Cuando el valle se vela en torno mío como un encaje de vapores; cuando el sol del mediodía centellea sobre la impenetrable sombra de mi bosque sin conseguir otra cosa que filtrar entre las hojas algunos rayos hasta el fondo del santuario; cuando tendido sobre la crecida hierba, cerca de la cascada, mi vista, más próxima a la tierra, descubre multitud de menudas y diversas plantas; cuando siento más cerca de mi corazón los rumores vivientes de ese pequeño mundo que palpita en los tallos de las hojas...” Y al mismo tiempo, la naturaleza se convierte en su propio reflejo. En la primera parte, el enamorado ve todo maravilloso: sol, flores, luz. En la segunda, cuando el sufrimiento lo invade, el mundo exterior se transforma en un escenario agresivo: bosques oscuros, montañas elevadas, noche. La visión de lo que lo rodea es subjetiva, teñida siempre por los afectos, los grandes tiranos: “Anoche salí. Sobrevino súbitamente el deshielo y supe que el río había salido de madre, que todos los arroyos de Wahlheim corrían desbordados y que la inundación era completa en mi querido valle. Me dirigí a él cuando rayaba la media noche, y presencié un espectáculo aterrador. Desde la cumbre de una roca vi, a la claridad de la luna, revolverse los torrentes por los campos, por las praderas y entre los vallados, devorándolo y sumergiéndolo todo, ví desaparecer el valle; vi, en su lugar, un mar rugiente y espumoso azotado por el soplo de los huracanes. Después, profundas tinieblas; después, la luna, que aparecía de nuevo para arrojar una siniestra claridad sobre aquel soberbio e imponente cuadro. Las olas rodaban con estrépito... venían a estrellarse a mis pies violentamente... Un extraño temblor y una tentación inexplicable se apoderaron de mí. Me encontraba allí con los brazos extendidos hacia el abismo, acariciando la idea de arrojarme en él. En segundo lugar, la importancia del yo. Todo lo que interesa a Werther es Werther: Carlota sólo en función de cuánto le gusta y cuánto lo tortura, el marido porque tiene que odiarlo, aunque objetivamente hablando no lo encuentre odioso; el campesino que asesina a la viuda porque sufre como él, el loco que se trastornó de amor porque es una premonición de lo que le puede suceder; hasta su amigo Guillermo es convocado en función de la necesidad que experimenta Werther de hablar y desahogarse. Esta postura, que lo fuerza a vivir centrado en sí mismo, obedece a un egocentrismo notorio, y al mismo tiempo se percibe una visión elitista del mundo con elementos narcisistas, propia del espíritu romántico: “Algún atractivo, de que no me doy cuenta, debo tener para muchas personas que espontáneamente se me acercan y se aficionan a mí; y por mi parte siento separarme de ellas y que sólo un breve rato hayamos seguido el camino. Si me preguntas cómo es la gente de este país, te diré: “Como la de todas partes”. La raza humana es harto uniforme. La inmensa mayoría emplea casi todo su tiempo en trabajar para vivir, y la poca libertad que les queda les asusta tanto que hacen cuanto pueden por perderla. ¡Oh, destino del hombre !Por lo demás, esta gente es buena. Si algunas veces me entrego con ella a los placeres que aún quedan a los hombres, como la charla alegre, franca y cordial en torno a una mesa bien servida, o una expedición al campo, un baile u otra diversión cualquiera, esto produce en mí efectos muy buenos, con tal de que no se me ocurra entonces la idea de que hay en mí otra porción de facultades que debo ocultar cuidadosamente, por más que se enmohezcan no ejercitándolas. ¡Ah! Esto estrecha el corazón, pero el destino del hombre es morir incomprendido.” En las primeras cartas, la novela tiene como finalidad principal dar a conocer el carácter de Werther, su sensibilidad, su emoción ante la naturaleza. Es un personaje exaltado que pasa de la felicidad apacible hasta la desesperación. Posteriormente conoce a Carlota, a quien idealiza y adora con un amor imposible. La primera carta es del 4 de mayo y Werther se suicida el 23 de diciembre, en vísperas de Nochebuena. La publicación de esta novela tuvo gran resonancia en Europa debido a la descripción detallada de la vida burguesa en contraposición al idealismo de Werther, a su pasión exaltada, a su profunda relación con la naturaleza. Con Las cuitas delj oven Werther Goethe dio inicio al Romanticismo intimista y sentó las bases de la novela moderna. La obra tuvo influencia más allá de la literatura produciéndose casos de suicidios por amor, que la lectura del Werther favorecía. COMENTARIO En un diálogo premonitorio sostenido con Alberto, Werther había defendido el suicidio como una explosión de la pasión, el final inevitable para un espíritu atormentado. Como el corazón es siempre lo más importante para el protagonista, reclama, con estas palabras, que se le dé la importancia que tiene, y no se puede controlar todo, porque se pierde el gusto por la vida: “Veamos si podemos representarnos de otro modo lo que debe sentir el hombre que se resuelve a deshacerse del peso, tan ligero para otros de la vida. Pues sólo esforzándonos por sentir lo que él siente, podremos hablar honradamente del tema. La naturaleza humana -proseguí-tiene sus límites; puede soportar hasta cierto grado, la alegría, la pena, el dolor; si pasa más allá sucumbe. No se trata pues, de saber si un hombre es débil o fuerte, sino de si puede soportar la extensión de su desgracia, sea moral, sea física; y me parece tan ridículo decir que un hombre que se suicida es cobarde, como absurdo sería dar el mismo nombre al que muere de una fiebre maligna.” EL AMOR Y LA MUERTE Es cosa resuelta, Carlota: quiero morir y te lo participo sin ninguna exaltación romántica, con la cabeza tranquila, el mismo día en que te veré por última vez. Cuando leas estas líneas, mi adorada Carlota yacerán en la tumba los despojos del desgraciado que en los últimos instantes de su vida no encuentra placer más dulce que el placer de pensar en ti. He pasado una noche terrible: con todo, ha sido benéfica, porque ha fijado mi resolución. ¡Quiero morir! Al separarme ayer de tu lado, un frío inexplicable se apoderó de todo mi ser; refluía mi sangre al corazón, y respirando con angustiosa dificultad pensaba en mi vida, que se consume cerca de ti, sin alegría, sin esperanza. ¡Ah!, estaba helado de espanto. ÚLTIMA CARTA DE WERTHER Apenas pude llegar a mi alcoba, donde caí de rodillas, completamente loco. ¡Oh Dios mío!, tú me concediste por última vez el consuelo de llorar. Pero ¡qué lágrimastan amargas! Mil ideas, mil proyectos agitaron tumultuosamente mi espíritu, fundiéndose al fin todos en uno solo, pero firme, inquebrantable: ¡morir! Con esta resolución me acosté, con esta resolución, inquebrantable y firme como ayer, he despertado: ¡quiero morir! No es desesperación, es convencimiento: mi carrera está concluida, y me sacrifico por ti. Sí, Carlota, ¿por qué te lo he de ocultar? Es preciso que uno de los tres muera, y quiero ser yo. ¡Oh vida de mi vida! Más de una vez en mi alma desgarrada ha penetrado un horrible pensamiento: matar a tu marido..., a ti..., a mí. Sea yo, yo solo; así será. Cuando al anochecer de algún hermoso día de verano subas a la montaña, piensa en mí y acuérdate de que he recorrido muchas veces el valle; mira luego hacia el cementerio, y a los últimos rayos del sol poniente vean tus ojos cómo el viento azota la hierba de mi sepultura. Estaba tranquilo al comenzar esta carta, y ahora lloro como un niño. ¡Tanto martirizan estas ideas mi pobre corazón! Tú no me esperas; tú crees que voy a obedecerte y a no volver a tu casa hasta la víspera de la Navidad... ¡Oh Carlota!..., hoy o nunca. El día de la Nochebuena tendrás este papel en tus manos trémulas y lo humedecerás con tus preciosas lágrimas. Lo quiero..., es preciso. ¡Oh, qué contento estoy de mi resolución. ¡Oh! ¡Perdóname, perdóname! Ayer... aquél debió ser el último momento de mi vida. ¡Oh ángel! Fue la primera vez, si, la primera vez que una alegría pura y sin límites llenó todo mi ser. Me ama, me ama... Aún quema mis labios el fuego sagrado que brotaba de los suyos; todavía inundan mi corazón estas delicias abrasadoras. ¡Perdóname, perdóname! Sabía que me amabas; lo sabía desde tus primeras miradas aquellas miradas llenas de tu alma; lo sabía desde la primera vez que estrechaste mi mano. Y, sin embargo, cuando me separaba de ti o veía a Alberto a tu lado, me asaltaban por doquiera rencorosas dudas. ¿Te acuerdas de las flores que me enviaste el día de aquella enojosa reunión en que ni pudiste darme la mano ni decirme una sola palabra? Pasé la mitad de la noche arrodillado ante las flores, porque eran para mí el sello de tu amor; pero, ¡ay!, estas impresiones se borraron como se borra poco a poco en el corazón del creyente el sentimiento de la gracia que Dios le prodiga por medio de símbolos visibles. Todo perece, todo; pero ni la misma eternidad puede destruir la candente vida que ayer recogí en tus labios y que siento dentro de mí. ¡Me ama! Mis brazos la han estrechado, mi boca ha temblado, ha balbuceado palabras de amor sobre su boca. ¡Es mía! ¡Eres mía! Sí, Carlota, mía para siempre. ¿Qué importa que Alberto sea tu esposo? ¡Tu esposo! No lo es más que para el mundo, para ese mundo que dice que amarte y querer arrancarte de los brazos de tu marido para recibirte en los míos es un pecado. ¡Pecado!, sea. Si lo es, ya lo expío. Ya he saboreado ese pecado en sus delicias, en sus infinitos éxtasis. He aspirado el bálsamo de la vida y con él he fortalecido mi alma. Desde ese momento eres mía, ¡eres mía, oh Carlota! Voy delante de ti; voy a reunirme con mi padre, que también lo es tuyo, Carlota; me quejaré y me consolará hasta que tú llegues. Entonces volaré a tu encuentro, te cogeré en mis brazos y nos uniremos en presencia del Eterno; nos uniremos con un abrazo que nunca tendrá fin. No sueño ni deliro. Al borde del sepulcro brilla para mí la verdadera luz. ¡Volveremos a vernos! ¡Veremos a tu madre y le contaré todas las cuitas de mi corazón! ¡Tu madre! ¡Tu perfecta imagen!
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