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386 48 Síndrome de inmunodeficiencia adquirida INTRODUCCIÓN El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se man- tiene como uno de los grandes asesinos de humanos desde la década de 1980. Mycobacterium tuberculosis, Plasmodium falciparum y VIH, en conjunto, matan más de 5 millones de personas cada año en todo el mundo. HISTORIA El VIH se deriva del virus simiano de la inmunodeficien- cia (SIV); en particular, de la variedad del chimpancé (SIVcpz). A través de filogenética del ARN viral se ha estimado que el paso entre especies ocurrió alrededor de 1908 en África, probablemente a partir de la cace- ría y destazamiento de un chimpancé en una aldea de Camerún, y que se extendió por el África central mediante el comercio fluvial y sexual. La densidad po- blacional y el transporte favorecieron que la epidemia “prendiera” y se sostuviera. De África, el VIH viajó a Haití, entre 1963 y 1971; y de ahí, por medio del co- mercio de sangre para transfusión, a New York entre 1969 y 1974, de donde se extendió a San Francisco (1978) y la costa Este (1979). Los primeros casos que llamaron la atención de la co- munidad médica se publicaron en el verano de 1981 e involucraban a varones jóvenes homosexuales de San Francisco y Nueva York con neumonía por Pneumocystis carinii, infecciones por citomegalovirus y cándida, sarco- ma de Kaposi o ambos, con una rápida evolución fatal. Para 1983, Luc Montagnier en el Instituto Pasteur aísla y observa por primera vez el virus, que denomina LAV (virus asociado a linfomadenopatía), y en 1984 Robert Gallo en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) lo rebautiza HTLV-III (virus T-linfotrópico tipo 3). Una inves- tigación llevada a cabo en 1990 demostró que el virus de Gallo provenía del laboratorio de Montagnier, y el premio Nobel en Fisiología o Medicina fue otorgado a Montagnier y su asistente en 2008. La comunidad homosexual debió luchar por sus vidas y contra los prejuicios en la década de 1980. La presión social aceleró la investigación, difusión y aprobación de medicamentos antirretrovirales. Para 1985 se contaba con el método de tamizaje diagnóstico de anticuerpos antivirales por ELISA, y para 1987 con el primer tratamien- to efectivo, la zidovudina o AZT. En ese año se lograron también las transfusiones seguras y poco después se de- sarrollaron los inhibidores de proteasas del VIH. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida 387 El otro gran adelanto en el tratamiento del VIH se dio en 1996-97, con la disponibilidad del coctel de tratamiento antirretroviral altamente activo (HAART). Recientemente hubo otros avances, con el descubrimiento de pacien- tes con progresión lenta con una variante genética heterocigota protectora en CCR5; la disponibilidad del fármaco combinado de emtricitabina-tenofovir (Tru- vada) como profilaxis preexposición; y la curación de algunos pacientes a quienes se les practicó trasplante de médula ósea (empezando por el paciente de Berlín Timothy Ray Brown). EL VIRUS El VIH es un retrovirus (familia) lentivirus (género) de ARN de una sola cadena, con dos tipos: VIH-1 y VIH- 2. El VIH-1 es más patogénico y está más extendido en todo el mundo, mientras que el VIH-2 se mantiene predominantemente en África, y su progresión es más lenta. Su estructura incluye una cápside con proteínas de envoltura glucosilada (los icónicos “picos” en su su- perficie, env gp120 y gp41) que le sirven para anclarse e introducirse a las células anfitrionas, proteínas estructu- rales (p24, p17, p55, etc.), una proteasa (p66, p51, p31), integrasa, ribonucleasa y una transcriptasa reversa que le permite transcribirse en cDNA antes de ingresar al núcleo e incorporarse al genoma humano. El genoma viral abarca 9kb e incluye tres genes estructurales (env, gag y pol), y seis genes regulatorios. El contagio se da por las vías sexual, parenteral y verti- cal (gestación, nacimiento y lactancia). El VIH muestra tropismo por las células T CD4+ y macrófagos. La primoinfección puede ocasionar una respuesta inmuni- taria de inflamación; con el tiempo, la proliferación viral con destrucción celular resulta en linfopenia progresiva CD4+, con el desarrollo de infecciones oportunistas y cáncer. EPIDEMIOLOGÍA, RIESGO Y PREVENCIÓN A la fecha hay más de 70 millones de infectados en el mundo; aproximadamente 1% de los adultos o 0.5% de la población mundial; y cada año hay 2 millones de nuevos casos. Cada hora que pasa se infecta un pa- ciente más en el mundo. Al menos uno de cada cinco infectados ignora su condición. La pandemia que ini- ció en los años 80 ha causado más de 40 millones de muertos. Las regiones con más casos son Estados Uni- dos, la India y el centro-sudeste de África, seguidos por Rusia, China, Tailandia y Brasil. En edades pediátricas, la transmisión es principalmente perinatal. El uso del condón reduce el riesgo de transmisión en 95%; la circuncisión ha demostrado disminuir el con- tagio heterosexual incluso en 60% en poblaciones de alta prevalencia de África. El espermicida nonoxynol-9, utilizado en lubricantes y condones, no ayuda a evitar el contagio por VIH ni otras enfermedades de transmisión sexual (STD). Mientras que la transmisión del VIH por vía vaginal es ineficiente, la abrasión epitelial durante la exposición anal facilita el ingreso del virus a través de la lámina propia. Otros factores de riesgo incluyen: más de una pareja sexual en el último mes y antecedente de otras infecciones de transmisión sexual. FISIOPATOLOGÍA En la infección primaria se generan altas cifras de re- plicación viral durante los primeros meses, que en 40 a 90% de los pacientes se vinculan con síntomas transitorios. Las primeras células infectadas son los macrófagos y células dendríticas, y después el linfocito T CD4+. Suele observarse panhipergammaglobuline- mia por activación anormal persistente de células B. Durante la infección crónica, la respuesta del sistema inmunitario anfitrión determinará la progresión hacia linfopenia profunda y SIDA. La mutación constante del VIH le permite evadir la respuesta inmunitaria. La glucoproteína de envoltura gp120 se une a CCR5 (CD195) en la membrana celular del linfocito T (ma- crófagos, monocitos, células dendríticas, astrocitos y microglia) CD4+, lo que desencadena cambios confor- macionales, la unión con el correceptor CD4 y la fusión de la cápside con la membrana para ingresar a la cé- lula. La progresión lenta se ha vinculado además con HLA- B*5701, B*5801 y B*2705. En pacientes controladores élite se ha medido un incremento de IL-1 e IL-21, una mayor actividad de linfocitos CD8+ y de anticuer- pos neutrolizantes. Una deleción homocigota de 32 nucleótidos en CCR5 (D32), presente como alelo (he- terocigoto) en 5 a 10% de individuos con ascendencia europea, resulta en la falta de expresión del correceptor en la superficie celular, e impide el ingreso del virus. En respuesta, el VIH puede desarrollar tropismo por otro receptor, CXCR4 (se convierte de una variante R5 en una X4), e ingresar a través de esta proteína de super- ficie a la célula, con lo cual inicia la progresión rápida hacia linfopenia y SIDA. Las principales células diana, las más destruidas, son la subpoblación de linfocitos T cooperadores foliculares (TFh) residentes de los centros germinales, que funcio- nan como reservorio del virus. Las células infectadas 388 liberan viriones principalmente en ganglios linfáticos y tejido linfoide asociado con mucosas (MALT). Los anti- rretrovirales no alcanzan bien estos reservorios donde el virus permanece latente. CLÍNICA Entre 40 y 90% de los pacientes recientemente infecta- dos experimentan un síndrome retroviral agudo durante las primeras 4 semanas de exposición, que se resuelve en 14 días y consiste en: fiebre, escalofríos, exantema, cefalea y malestar; a veces también mialgias y artralgias, úlceras orales, pérdida de peso, sudoración nocturna, fatiga, odinofagia y linfadenopatía. Un pequeño porcen- taje desarrolla enfermedad rápidamenteprogresiva; la mayoría es asintomática, hasta que la disminución pro- gresiva de CD4+ se vuelve aparente, en un lapso de 7 a 12 años. La aparición de infecciones y los marcadores de pro- gresión condicionan el tránsito de un paciente de la categoría A (asintomático) a la B (síntomas relacionados con defecto celular) y la C (infecciones oportunistas y procesos crónicos definitorios de SIDA). Cuadro 1 Se denomina tiempo de progresión al periodo entre la adquisición del virus y el SIDA. El descenso del con- teo celular por debajo de 500/mm3 (linfopenia grave) se corresponde con un incremento logarítmico del nú- mero de copias virales en suero, y la aparición, sobre todo por debajo de 200 céls/mm3 (linfopenia profun- da), de infecciones oportunistas. En niños, el tiempo es menor, con 10% de rápidos progresores entre los 2 y 3 años. Los no progresores (menos de 5%) son pacientes que no han recibido antirretrovirales y mantienen cuentas estables de células T CD4+, asintomáticos durante al menos 7 a 10 años. Las copias de ARN de VIH se mantienen en menos de 1000/mL. Los controladores de élite (menos de 1%) mantienen menos de 50 copias virales/mL. DIAGNÓSTICO El periodo de ventana para la detección de anticuer- pos contra el virus, con los métodos de detección actuales, va de 10 días a 3 meses. La prueba de ELI- SA (enzyme-linked immunosorbent assay) detecta anticuerpos del anfitrión contra el virus. Como toda prueba de tamizaje está pensada para ser altamente sensible (pocos falsos negativos, algunos falsos posi- tivos). Toda prueba de tamizaje requiere confirmación mediante Western-blot (inmunoelectrotransferencia), que detecta las proteínas virales. Otras pruebas per- miten detectar complicaciones, evaluar el estado de la función inmunitaria, y seguir la progresión con marca- dores de enfermedad en seropositivos, principalmente conteo de CD4+ y carga viral. En lactantes, la prueba de ELISA que detecta anticuer- pos no es confiable, y se indica realizar conteo viral (Figuras 1 y 2). TRATAMIENTO El inicio temprano del tratamiento antirretroviral está indicado en todos los individuos con VIH, sin importar su conteo de CD4+, para retrasar el inicio del SIDA, prolongar la vida y reducir el riesgo de transmisión. Especialmente en mujeres embarazadas, en menores de 18 meses y en cualquier paciente con infección re- ciente (últimos 6 meses), conteos de CD4+ menores de 200 cels/mm3 o infecciones oportunistas o enfer- medades neoplásicas definitorias de SIDA, urge iniciar el tratamiento inmediatamente al confirmar el diagnós- tico. El arsenal de tratamiento que constituye el coctel alta- mente activo (HAART) incluye: análogos de nucleósidos (zidovudina, abacavir, emtricitabina, tenofovir), no aná- logos de nucleósidos (efavirenz, evirapina), inhibidores de proteasa (tipranavir, elfinavir, indinavir, amprenavir), inhibidores de integrasa (raltegravir, elvitegravir) e inhi- bidores de fusión (enfuvirtide). En la mayoría de los adolescentes y adultos se puede iniciar con bictegravir-tenofovir-emcitrabina en una sola tableta una vez al día. En niños, se recomienda iniciar también con tres fármacos juntos: dos inhibidores nu- cleósidos-nucleótidos de transcriptasa reversa (NRTI) como base, y ya sea un inhibidor de integrasa (ISTI) o un inhibidor no nucleótido de transcriptasa (NNRTI), o un inhibidor de proteasa, individualizando el régimen de acuerdo con la edad, maduración sexual y otras ca- racterísticas del paciente, y ajustando la dosis ponderal pediátrica (ver lineamientos actualizados en aidsinfo. nih.gov). El síndrome inflamatorio de reconstitución aqueja de 15 a 25% de los pacientes a 2 a 12 semanas de iniciado el HAART, con una respuesta inflamatoria sistémica des- controlada contra infecciones contraídas previamente y una mortalidad cercana a 50%. La profilaxis preexposición (PreP) con emtricitabina y tenofovir permite a individuos seronegativos de alto ries- go (por ejemplo, con una pareja seropositiva) evitar o retrasar el contagio. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida 389 Cuadro 1. Sistema de clasificación de la infección por VIH en adolescentes y adultos (CDC 1993) Categorías clínicas A B C Categoría de linfocitos CD4 Infección aguda, asintomática o LPG Infección sintomática no A o C Condiciones indicadoras de SIDA >500 cél/mL A1 B1 C1 200 a 499 cél/mL A2 B2 C2 <200 cél/mL A3 B3 C3 CDC: Centers for Disease Control and Prevention; LPG: linfadenopatía progresiva Categoría A: comprende a adolescentes o adultos con VIH más una o más de las siguientes infecciones, siempre y cuando no se hayan manifestado las categorías B o C: • Infección por VIH asintomática • Infección aguda (primaria) con enfermedad acompañante • Linfadenopatía persistente generalizada Categoría B: comprende a individuos con alguno de los siguientes padecimientos que no estén comprendidos en la categoría C, que cumpla con al menos uno de los siguientes criterios: • Las condiciones son atribuibles a la infección por VIH o indican defecto en la inmunidad mediada por células. • Las condiciones que se manifiestan se consideran una complicación de la infección por VIH en cuanto a su curso clínico o su necesidad de tratamiento. Algunos ejemplos incluyen: Agiomatosis bacilar Candidiasis vulvovaginal u oral resistente al tratamiento Displasia de cuello uterino o cáncer cervicouterino no invasivo Enfermedad pélvica inflamatoria Fiebre < 38.5°C o diarrea > 1 dermatoma afectado Leucoplasia oral vellosa Neuropatía periférica Púrpura trombocitopénica idiopática Categoría C: incluye afecciones que cumplen criterios para definición de SIDA, infecciones por oportunistas Sepsis por salmonela recurrente (diferente S. Typhy) Tuberculosis Infección por complejo Mycobacterium avium Infección por micobacterias atípicas CMV (retinitis o diseminada) VHS, crónica, neumonitis, esofagitis Aspergilosis Candidiasis, diseminada, esófago, tráquea, pulmones Coccidiomicosis, extrapulmonar o diseminada Criptococosis extrapulmonar Histoplasmosis, diseminada o extrapulmonar Neumonía P. jiroveci Toxoplasmosis neurológica Criptosporidiosis intestinal crónica Isosporiasis intestinal crónica Procesos cronificados Bronquitis, neumonía Procesos asociados directos VIH Demencia relacionada con VIH Leucoencefalopatía multifocal progresiva Síndrome de desgaste Sarcoma de Kaposi Linfoma de Burkitt Linfoma no Hodgkin, linfoma inmunoblástico, linfoma cerebral primario o linfoma de células B Carcinoma invasivo de cuello uterino 390 traindicada en pacientes sintomáticos (con progresión). Todas las demás, incluida la triple viral, se consideran seguras. Lactantes y preescolares con VIH tienen alto riesgo de contraer sarampión, que puede causar neu- monitis con mortalidad de 30%. Se recomienda vacunar contra sarampión a todos los pacientes con conteo de CD4+ mayor a 15%. Desde el inicio de la pandemia hemos soñado con el desarrollo de una vacuna eficaz para prevenir la infec- ción por VIH. La tremenda variabilidad genética del virus, que muta constantemente, le permite evadir an- ticuerpos específicos. Se ha intentado superar con el diseño de vacunas a partir de anticuerpos ampliamente neutralizantes. Recientemente RV144, un régimen de dos vacunas en seis dosis mostró en Tailandia una re- ducción de la tasa de contagio de 31.2% (lo cual es inaceptable pero ha permitido lanzar nuevos ensayos clínicos). MOVIMIENTO NEGACIONISTA De manera increíble, y a pesar de todo lo que se ha avanzado en el conocimiento del virus, hay quienes Figura 2. Abordaje diagnóstico en menores de 18 meses. Figura 1. Abordaje diagnóstico en mayores de 18 meses. Abordaje diagnóstico >18 meses Repetir ELISA 6 semanas, 3 meses y 6 meses de la exposición negativo Infección VIHRepetir Repite con nueva muestra Repite en más de 1 mes ó PCR viral No infección VIH Western blot VIH Ac inmunofluorescencia Indeterminado Falso positivo ELISA> VIH (inmunoensayo enzimático) Alto riesgo o posible exposiciónSINO Positiva Positivo Reactivo Negativa Negativo Negativo Fuente: referencias 1 y 2. Fuente: referencia 2. Abordaje diagnóstico <18 meses 12-18 meses ELISA, Western Blot - Seguimiento Repite 2 meses - Repite 2-4 meses - No infección + Infección VIH Repetir 15-30 días Cultivo VIH PCR DNA* PCR RNA Hijo madre HIV ELISA + + VACUNAS, Y LA VACUNA QUE NO LLEGA Las vacunas BCG y Sabin están contraindicadas en pacientes con VIH. La vacuna contra varicela está con- Síndrome de inmunodeficiencia adquirida 391 hoy niegan su existencia y creen en teorías de la cons- piración, afirmando que el SIDA es un problema de intoxicación. A través de blogs y entrevistas en medios dudosos, con lenguaje pseudocientífico, datos falsos o fuera de contexto, confunden al público y entorpecen los esfuerzos de prevención, diagnóstico y tratamien- to, complicando la pandemia. Este movimiento y sus dichos no merecen mayor consideración que advertir a los clínicos para que orienten a sus pacientes. PERSPECTIVA La cura del VIH/SIDA se anticipa para la década de 2020. Pero, claro, la vacuna originalmente se esperaba para 1986, y cada década desde entonces ha sido de optimismo y desilusión contenidos. En un giro audaz y descarado, el Homo sapiens hoy ha sido capaz de “amaestrar” el VIH y de utilizarlo como vector en terapia génica, modificado y desprovisto de su capacidad de replicación. La carrera hacia la cura y la vacuna definitivas se prolonga, pero con cada déca- da que pasa se avizora la meta con mayor optimismo. Alternativamente, sabemos que a lo largo de la historia los huéspedes más exitosos son aquellos que apren- den a convivir con el anfitrión. Por selección natural o cuellos de botella genéticos, puede esperarse que la tasa de mortalidad del VIH alcance una meseta y pase de ser nuestro peor azote, a establecerse como otro huésped molesto. BIBLIOGRAFÍA 1. Iwasaki, A. Innate Immune Recognition of HIV-1. Immunity 2012;37. 2. Adkinson NF. Middleton’s Allergy. Principles and Practice. 7th ed. Phila- delphia: Mosby, 2008. 3. Perreau M. Immune response to HIV. Curr Opin HIV AIDS 2013:8:333- 340. 4. Thornhill JP, Fidler S, Klenerman P, et al. The Role of CD4+ T Follicular Helper Cells in HIV Infection: From the Germinal Center to the Periphery. Front Immunol 2017;8:46. doi: [10.3389/fimmu.2017.00046] 5. Quammen D. Spillover: animal infections and the next human pandemic. New York: WW Norton & Company, 2013. ISBN: 978-0393346619. 6. 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