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CONCEPTO Diversas enfermedades sistémicas pueden causar lesión glomerular y la glomerulopatía puede ser el hallazgo predominante o una manifes- tación subclínica, solapada por el compromiso de otros órganos. Esta afección glomerular se denomina secundaria, para diferenciarla de la enfermedad glomerular primaria en la que la afección se limita a los riñones. El abordaje ideal de las nefropatías glomerulares se basa primero en identificar el síndrome de inicio clínico (p. ej., nefrítico o nefrótico), después definir el patrón histopatológico mediante la biopsia renal (p. ej., proliferativo extracapilar, membranoso, etc.) y, finalmente, establecer la etiología de la lesión glomerular en el contexto clínico de cada paciente. La autoinmunidad, las infecciones por virus y las complicaciones derivadas del uso de medicamentos suelen ser causas frecuentes y pueden coexistir varias etiologías en un mismo paciente. ENFERMEDADES AUTOINMUNES Lupus eritematoso sistémico El compromiso renal es frecuente en el LES; se trata de una com- plicación seria que incrementa la morbimortalidad de esta enfermedad. Entre un 30%-75% de los pacientes con LES presentan evidencia clínica de enfermedad renal y existe una amplia variabilidad mundial en su prevalencia debido a que el riesgo de desarrollar nefropatía lúpica (NL) depende de las diferencias étnicas, la predisposición genética y su interacción con el ambiente. Existen diversos patrones histológicos de lesión renal asociados al LES, y estos pueden afectar a todos los compartimentos del tejido renal; si bien la lesión glomerular cons- tituye el hallazgo patológico más frecuente, la inflamación y/o fibrosis tubulointersticial tiene un valor pronóstico indudable. La NL se considera el prototipo de las enfermedades mediadas por inmunocomplejos circulantes, constituidos principalmente por antígenos del nucleosoma (DNA nativo + histonas), IgG y complemento. Estos pueden demostrarse mediante inmunofluorescencia (IF) durante la eva- luación de la biopsia renal. Con el fin de unificar criterios histológicos de una forma reproducible y práctica, la Sociedad Internacional de Nefrolo- gía (2004) clasifica las lesiones glomerulares en el LES en seis categorías. El tipo I o enfermedad mínima mesangial se caracteriza por la presencia de depósitos inmunes identificados por IF y/o microscopio electrónico (ME) y por la ausencia de lesiones en el examen con microscopia óptica (MO). La NL proliferativa mesangial o de tipo II se caracteriza por proli- feración de las células del mesangio y la expansión de la matriz mesangial en la MO. La IF evidencia escasos depósitos granulares de inmuno- globulinas y complemento de localización subepitelial y endotelial, y el ME pone de manifiesto depósitos densos con idéntica localización. La NL proliferativa focal o de tipo III se define en la MO por la presencia de proliferación endo- o extracapilar, que afecta a menos del 50% de los glomérulos. Las lesiones se asocian con depósitos subendoteliales en la ME y siempre se debe evaluar el índice de cronicidad de las lesiones. La NL proliferativa difusa o de tipo IV se caracteriza por una pro- liferación endocapilar y/o extracapilar que compromete más del 50% de los glomérulos evaluados y engrosamiento acusado de las paredes capilares en asa de alambre, que se produce por la presencia masiva de depósitos predominantemente subendoteliales, infiltración por polimorfonucleares, áreas de necrosis, cariorrexis, trombos capilares y cuerpos de hematoxilina. En algunos casos se observa además una proliferación extracapilar extensa, tipo glomerulonefritis rápidamente progresiva (GNRP), lesiones propias de vasculitis. La IF y la ME demuestran la difusión de las lesiones y su localización tanto mesangial como capilar. La clase IV debe subclasificarse en segmentaria (IV-S), cuando la lesión compromete menos del 50% del penacho glomerular, o global (IV-G), si más del 50% del penacho glomerular está afecto, y siempre se debe añadir la valoración de los índices de actividad y cro- nicidad de las lesiones. Ejemplos de lesiones «activas» son la presencia de proliferación extracapilar (semilunas), la proliferación glomerular difusa y la infiltración inflamatoria del intersticio (fig. 102-1). Por el contrario, las lesiones de cronicidad indican fibrosis y comprenden fundamentalmente la esclerosis glomerular y la fibrosis intersticial. La NL membranosa o de tipo V se caracteriza por engrosamiento difuso de la pared capilar glomerular en la MO y por la presencia de depósitos inmunes subepiteliales en IF y ME acompañadas en general de mayor proliferación mesangial y de depósitos situados también en el mesangio glomerular. Finalmente, la NL de tipo VI se caracteriza por la esclerosis global de más del 90% de los glomérulos evaluados. Las alteraciones tubulointersticiales suelen presentarse asociadas a la enfermedad glomerular y, de forma muy ocasional, son la única manifestación renal del LES. Igualmente, las alteraciones vasculares son frecuentes en el riñón de estos pacientes. Ambos tipos de alteración influyen directamente en el pronóstico de la enfermedad renal. Es importante destacar que hasta un 10% de estos pacientes pueden presentar trombos en capilares glomerulares y otros vasos sanguíneos en relación con la coexistencia de anticuerpos antifosfolipídicos. La trom- bosis glomerular puede acompañarse de mesangiólisis, interposición mesangial con duplicación de la membrana basal glomerular (MBG) y aparición de material subendotelial en el ME. Estos hallazgos son semejantes a los descritos en otros tipos de microangiopatía trombótica. Los depósitos glomerulares de la NL contienen IgG y C3, así como IgM, IgA, fibrina, C1q, C4, C3 proactivador (C3PA) y properdina. La presencia de C1q es muy frecuente y contribuye al diagnóstico diferencial de otras nefropatías glomerulares (v. fig. 102-1). Las manifestaciones clínicas de la NL son muy variadas y, aunque las lesiones histológicamente más marcadas tienen una tendencia a dar lugar a manifestaciones clínicas más graves, la histología renal no se puede predecir con certeza a partir del cuadro clínico. La prevalencia de síndrome nefrótico en la NL focal es inferior al 20% y, en general, no existe HTA o insuficiencia renal. La NL proliferativa difusa puede cursar con proteinuria moderada, síndrome nefrótico, microhematuria, HTA e insuficiencia renal. La NL clase V se caracteriza por proteinuria, acompañada en general de síndrome nefrótico y microhematuria. Si bien los hallazgos en la biopsia renal se suelen encuadrar en alguna de estas clases de nefropatía, también puede encontrarse la coexistencia de formas mixtas o la transformación de un tipo hacia otro distinto, ya sea de forma espontánea o inducida por el tratamiento. Las anomalías serológicas son habituales en los pacientes con NL, espe- cialmente durante las exacerbaciones. Estas anomalías, más frecuentes en los pacientes no tratados, consisten en niveles elevados de anticuerpos anti-DNA nativo y, de modo característico, disminución muy acusada de los componentes iniciales (C1q, C4 y C2) y tardíos (C3 y C5) del complemento sérico, así como de la actividad hemolítica total. También es frecuente observar una activación adicional de la vía alternativa, con descenso de los niveles de properdina y C3 proactivador (C3PA). A diferencia de otros tipos histológicos, la NL de tipo V puede presentar- se sin estos hallazgos serológicos característicos del LES. Las alteraciones analíticas pueden aparecer varios meses antes de las primeras manifes- taciones de la nefropatía, y por ello debe controlarse de forma periódica en estos pacientes la proteinuria y el sedimento urinario y practicarse una biopsia renal siempre que la proteinuria sea superior a 500 mg/día o se detecten alteraciones en el sedimento urinario o la función renal. El pronóstico de los pacientes con NL difiere según el tipo de ne- fropatía que presentan, incluso con independenciadel tratamiento Nefropatías glomerulares secundarias Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. empleado. La supervivencia ha mejorado considerablemente durante las últimas décadas, pero la presencia de NL clase III/IV es aún un factor de mal pronóstico en el paciente con LES y aproximadamente un 20% de estos pacientes progresan hasta la insuficiencia renal crónica avanzada. El riesgo de requerir tratamiento sustitutivo renal es inferior al 10% en la clase V y extremadamente bajo en las clases I y II. El tratamiento de la NL se basa en el tipo histopatológico. Se com- pone de una primera fase de inducción a la respuesta y una segunda de mantenimiento de la respuesta. En los pacientes con NL clase I no está indicado un tratamiento específico, y aquellos con diagnóstico de la clase II tienen una supervivencia renal superior al 90% y suelen tratarse con dosis moderadas de glucocorticoides, pero suficientes para con- trolar las manifestaciones extrarrenales de la enfermedad, con adición de hidroxicloroquina 200 mg al día. En los pacientes con NL de clase III, el tratamiento de inducción se basa en el uso de prednisona a dosis de 1 mg/kg al día durante 3-4 semanas asociado a un derivado del ácido micofenólico. Si la respuesta es completa se reduce progresivamente la dosis de prednisona y a partir de los 6 meses reducción progresiva de la dosis de micofenolato; la terapia se mantendrá durante un mínimo de 3 años. Los pacientes con NL clase IV deben tratarse de forma precoz, para evitar el desarrollo y la progresión a enfermedad renal crónica. La supervivencia en la actualidad es superior al 80% a los 5 años y al 60% a los 10 años, con regímenes terapéuticos de inducción que incluyen glucocorticoides a dosis altas (prednisona p.o. 1 mg/kg de peso y día) y ciclofosfamida i.v. (500 mg/15 días durante 3 meses) o derivados del ácido micofenólico como el micofenolato de mofetilo (2-3 g/día) o el micofenolato sódico (720-1.440 mg/día). En las formas graves con proliferación extracapilar se ha sugerido el empleo previo de bolo de metilprednisolona (500 mg/día i.v. durante 3 días). Los resultados son mejores cuando existen lesiones glomerulares activas (necrosis, proliferación celular, etc.) que en presencia de lesiones esclerosantes. La elección de ciclofosfamida o derivados del ácido micofenólico depende de consideraciones clínicas (hay mejor respuesta con ciclofos- famida en pacientes con GNRP) y del riesgo individual de desarrollar toxicidad farmacológica (las mujeres en edad fértil prefieren evitar la toxicidad ovárica relacionada con la ciclofosfamida). A pesar de con- seguir habitualmente respuestas clínicas tempranas con el tratamiento de inducción, el riesgo de recaída de la NL proliferativa es superior al 50%. Además, el tratamiento no está libre de efectos colaterales mayores y requiere un control clínico y analítico muy cuidadoso. Por ello, actualmente se insiste en pautas secuenciales que incluyen inicial- mente la administración de ciclofosfamida con dosis menores (fase de inducción), seguida de otros inmunodepresores como el micofenolato o la azatioprina (fase de mantenimiento). Los pacientes con NL de tipo V tienen un pronóstico relativamente bueno y, aun cuando la remisión del síndrome nefrótico con glucocorticoides rara vez es completa, la supervivencia renal a los 5 años es superior al 80%. Para prevenir la progresión de la enfermedad renal crónica en estos pacientes es fundamental seguir las pautas de nefroprotección recomendadas en esta situación clínica (v. cap. 98, Enfermedad renal crónica). En presencia de IRC avanzada (FG inferior a 15 mL/min) se recurre a la diálisis o al trasplante renal. Vasculitis sistémicas Las vasculitis de gran vaso no se acompañan habitualmente de lesiones glomerulares y, en las de vaso mediano, como la poliarteritis nudosa clásica, los glomérulos se colapsan de forma indirecta por isquemia, lo que puede manifestarse como proteinuria de rango no nefrótico e insuficiencia renal progresiva, pero con un sedimento urinario normal (v. sección VII, Reumatología y enfermedades sistémicas). La afección en forma de glomerulonefritis (GN) es frecuente en las entidades que se detallan a continuación. Vasculitis asociadas a anticuerpos anticitoplasma de los neutrófilos Las vasculitis necrosantes sistémicas asociadas a anticuerpos anticito- plasma de los neutrófilos (ANCA) incluyen la poliangitis microscópica, Figura - Lesiones activas de glomerulonefritis lúpica de tipo IV-S. A. Glomérulo con presencia de una semiluna celular, rodeado de un moderado infiltrado inflamatorio de tipo linfocitario (tinción de PAS ×200). En el estudio de IF directa se observan depósitos (en color verde) de predominio mesangial de C1q (B), C3 (C) e IgG (D) (×200). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org la granulomatosis con poliangitis y la granulomatosis eosinofílica con poliangitis (v. sección VII, Reumatología y enfermedades sistémicas). En ellas, es frecuente el desarrollo de GN y, aunque estas enfermeda- des tienen aspectos clínico-patológicos distintivos, la afección renal es común a todas ellas y habitualmente consiste en una GN necrosante con proliferación extracapilar y sin depósitos significativos de inmuno- globulinas, C3, C4 (pauciinmune), hallazgos que definen la GNRP de tipo III. Sin embargo, estudios recientes han confirmado que existe activación de la vía alternativa del complemento y depósitos glomeru- lares de C5a en pacientes con GN asociada a ANCA de mal pronóstico. Además, existe un 10% de pacientes en los que, a pesar de cursar con una vasculitis necrosante sistémica de pequeño vaso y afección renal, la determinación de ANCA es negativa. En 2010 se estableció un sistema de clasificación de la GN asociada a ANCA que comprende cuatro tipos: focal (si más del 50% de los glomérulos son normales), proliferativo extracapilar (si en más del 50% hay proliferación extracapilar), esclerótico (si más del 50% de los glomérulos están esclerosados) y mixto (cuando no se puede clasificar en ninguno de estos tres grupos). Este sistema ha sido validado en varias cohortes, demostrando tener valor pronóstico, pues el riesgo de enfermedad renal avanzada después de 5 años es máximo en el tipo esclerótico y el tipo focal tiene el mejor pronóstico. Poliangitis microscópica Consiste en una vasculitis necrosante que afecta a vasos pequeños, principalmente a arteriolas de pequeño calibre, capilares y vénulas, con especial predilección por los capilares glomerulares y en ocasiones los capilares pulmonares, por lo que puede presentarse como un síndrome renopulmonar. En algunos casos puede coexistir arteri- tis necrosante de arterias de pequeño tamaño e incluso de tamaño mediano (fig. 102-2). En ocasiones, la poliangitis microscópica afecta únicamente al riñón. Estos casos, clasificados inicialmente como GNRP de tipo III idiopática, se consideran actualmente una forma de poliangitis y se denomina también vasculitis limitada al riñón, aunque un porcentaje no despreciable de los mismos puede desarrollar manifestaciones extra- rrenales posteriormente. La poliangitis microscópica, tanto sistémica como exclusivamente renal, suele aparecer en el anciano, aunque puede presentarse en la edad media de la vida y la mayoría de los pacientes inician su sintomatología de forma inespecífica con artromialgiasy síntomas constitucionales (fiebre, malestar general, pérdida de peso). Es común la elevación de reactantes de fase aguda. Es habitual la presencia de lesiones cutáneas en forma de púrpura que histológicamente corresponden a una vasculitis leucocitoclás- tica. La afección pulmonar se presenta en un 40% de los casos en forma de disnea y hemoptisis, y en la radiografía de tórax se observan infiltrados pulmonares sin cavitación que reflejan la existencia de hemorragia alveolar. En raras ocasiones, la hemorragia pulmonar por capilaritis pulmonar de origen vasculítico puede presentarse en ausencia de afección renal como única expresión de vasculitis. La hemorragia pulmonar constituye siempre un signo de gravedad. La afección renal ocurre en un porcentaje muy elevado de pacien- tes con vasculitis sistémica. Las manifestaciones renales consisten en hematuria micro- o macroscópica con proteinuria generalmente de rango no nefrótico. El grado de deterioro de la función renal en estos pacientes está determinado en parte por el tiempo transcurrido entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico de la enfermedad. La determinación de los ANCA es positiva con patrón perinuclear y especificidad antigénica para la mieloperoxidasa (MPO) y tiene una especificidad del 80% para el diagnóstico de esta enfermedad. En alguna ocasión, los ANCA pueden exhibir un patrón citoplasmático con especificidad para proteinasa 3 (PR3). La biopsia renal, que se debe practicar lo antes posible, demuestra una GN necrosante pauciinmune con diferentes grados de proliferación epitelial que van desde pequeñas lesiones focales hasta la formación de grandes semilunas que pueden llegar a ocupar la mayor parte del glomérulo. Granulomatosis con poliangitis Se trata de una vasculitis necrosante con formación de granulomas que afecta a varios órganos, en particular al aparato respiratorio y los riñones (v. sección VII, Reumatología y enfermedades sistémicas). Es frecuente que la enfermedad se inicie con síntomas derivados de la lesión de otros órganos, pero la afección renal es frecuente y, aunque no esté presente inicialmente, aparece en un 80% de los casos en algún momento durante el curso evolutivo de la enfermedad. Inicialmente se manifiesta por proteinuria de rango no nefrótico, hematuria y alteraciones del sedimento. Una vez que aparecen estas anomalías, la progresión hacia la insuficiencia renal es rápida, a menos que se instituya el tratamiento adecuado. Los ANCA suelen ser positivos con patrón citoplasmático y especificidad antigénica para PR3. La biopsia renal pone de manifiesto una GN necrosante focal con proliferación extracapilar, idéntica a la existente en la poliangitis micros- cópica. Aunque cursa con vasculitis de pequeños vasos y formación de granulomas, estas lesiones pueden faltar en los fragmentos de biopsia renal, pero pueden demostrarse en otras localizaciones. Granulomatosis eosinofílica con poliangitis Se trata de una vasculitis necrosante sistémica que afecta a arterias, arteriolas, capilares y vénulas, caracterizada por la formación de gra- nulomas extravasculares e infiltración por eosinófilos que aparece en pacientes con asma y eosinofilia (v. sección VII, Reumatología y enfermedades sistémicas, y sección V, Neumología). La afección renal en la granulomatosis eosinofílica con poliangitis no es muy frecuente, y aparece únicamente en el 30% de los pacientes. En la mayor parte de los casos corresponde a una GN necrosante con proliferación extraca- pilar. En estos casos, los ANCA, con patrón perinuclear y especificidad anti-MPO, pueden ser positivos o negativos. Otras formas de afección renal en esta enfermedad incluyen la nefritis intersticial eosinofílica y la GN mesangial. Tratamiento de vasculitis asociadas a anticuerpos anticitoplasma de los neutrófilos El compromiso y el pronóstico clínico de este tipo de vasculitis se correlacionan con la especificidad de los ANCA. La mayoría de los pacientes con enfermedad limitada al riñón suelen ser ANCA-MPO positivos (81%), y aquellos con lesiones destructivas de las vías res- piratorias superiores son positivos para ANCA-PR3 (94%). La exis- tencia de afección renal condiciona el tratamiento de las vasculitis asociadas a ANCA porque los hallazgos histopatológicos renales tienen un gran valor pronóstico en la supervivencia del paciente y en el ries- Figura - Vasculitis asociada a ANCA. Imagen de una arteria de pequeño calibre con presencia de linfocitos en su pared, así como depósitos de fibrina (tinción de PAS ×400). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I 865 CAPÍTULO 102 Nefropatías glomerulares secundarias © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. go de desarrollar ERC avanzada. Cuando existe afección renal, el tratamiento es común para todas las vasculitis asociadas a ANCA y consta de una fase de inducción de remisión y otra de mantenimiento para prevenir recaídas, que suelen ser más frecuentes en los pacientes con ANCA-PR3. La fase de inducción consiste en la administración de glucocor- ticoides y ciclofosfamida que consigue la remisión en el 90% de los pacientes. El rituximab es una alternativa tan efectiva como la ciclofos- famida y en los pacientes que no responden o tengan contraindicado este tratamiento. Habitualmente se utiliza prednisona en dosis de 1 mg/ kg al día (máximo 70 mg/día) durante 1 mes con reducción posterior. En los casos asociados a GN proliferativa extracapilar o afección pul- monar grave se recomienda empezar con 3 pulsos de metilprednisolona i.v. de 500-1.000 mg/día. La ciclofosfamida puede administrarse en forma oral en dosis de 2 mg/kg de peso al día o en forma de pulsos i.v. trisemanales o mensuales en dosis de 0,5-0,6 g/m2 s.c. La adminis- tración en pulsos es eficaz para inducir la remisión y conlleva una dosis acumulada de ciclofosfamida menor. Las dosis de ciclofosfamida deben ajustarse según la función renal y la edad para evitar efectos tóxicos indeseables. Todos los pacientes en tratamiento con ciclofosfamida deben recibir profilaxis para la neumonía por Pneumocystis jirovecii. El período de inducción de remisión habitualmente dura entre 3 y 6 meses. El tratamiento adyuvante durante la inducción con recambios plasmáticos mejora la recuperación de la función renal en los pacientes que presentan una GN proliferativa extracapilar y una creatinina en el momento del diagnóstico superior a 5,6 mg/dL o requieren tratamiento sustitutivo renal. Esta terapia extracorpórea también es útil para el control de la enfermedad en casos de hemorragia alveolar. En la granulomatosis con poliangitis localizada en las vías aéreas o con afección renal leve, el metotrexato en dosis de 20-25 mg semanales se ha mostrado eficaz en inducir la remisión. Durante el seguimiento las recidivas son más frecuentes que en los pacientes tratados con ciclofos- famida, pero los efectos secundarios son mucho menores. Para el mantenimiento de la remisión, el fármaco de elección es la azatioprina en dosis de 1,5-2 mg/kg al día junto con dosis mínimas de prednisona durante aproximadamente 2 años, pues la duración ideal de esta fase está aún por esclarecer. En caso de intolerancia a la azatio- prina, se puede utilizar el ácido micofenólico. El rituximab constituye otra alternativa válida sobre todos en casos en los que la adherencia al tratamiento de mantenimiento vía oral no es óptima. Es importante remarcar que las recidivas son frecuentes, por lo que estos pacientes deben ser controlados cuidadosamente. Enfermedad de Goodpasture Este síndrome renopulmonar es más frecuente en varones entre la tercera y séptima décadas de la vida, con una incidenciadescrita de 0,5-1 casos por millón de habitantes de raza blanca (v. cap. 101, Nefropatías glomerulares primarias). Los pacientes suelen consultar por insuficiencia renal aguda, hematuria y proteinuria de rango no nefrótico. La afección pulmonar en forma de hemorragia alveolar está presente en el 60%-70% de los pacientes, pero no hay típicamente signos de afección en otros órganos y su presencia obliga a descartar la concurrencia de una vasculitis sistémica. El diagnóstico requiere la demostración de anticuerpos anti-MBG, por lo que, además de realizar la determinación serológica de estos anticuerpos, es muy recomendable la realización de una biopsia renal para demostrar el depósito lineal de IgG en el tejido renal y los signos histológicos renales de actividad y/o cronicidad, que pueden guiar el tratamiento que ha de seguirse en cada caso. Siempre que se realice una determinación de anti-MBG debe solicitarse también una prueba para ANCA, ya que hasta un 15% de los pacientes con enfermedad por anti-MBG tiene ANCA anti-MPO positivos y puede cursar con una vasculitis asociada, que modifica el tratamiento y el pronóstico de estos pacientes. La aproximación terapéutica más racional consiste en la eliminación de los anticuerpos anti-MBG y en el bloqueo de su síntesis (v. cap. 101, Nefropatías glomerulares primarias). La mayoría de los pacientes que precisan hemodiálisis o que ya presentan cifras de creatinina superiores a 6,7 mg/dL (600 µmol/L) no recuperan la función renal aun cuando reciban el tratamiento más completo posible. Por ello, no parece jus- tificable exponer a los pacientes con insuficiencia renal grave a los ries- gos de una inmunodepresión intensa salvo que presenten hemorragia pulmonar o que, en la biopsia renal, muestren lesiones de prolifera- ción celular extracapilar, potencialmente reversibles y susceptibles de beneficiarse del tratamiento. En cualquier caso, si la situación clínica ofrece alguna duda, el tratamiento inmunodepresor debería iniciarse lo antes posible. En pacientes con cifras de creatinina < 6,7 mg/dL (600 µmol/L), el tratamiento puede llevar a la recuperación parcial de la función renal. El tratamiento debería prolongarse al menos 3 meses y las recurrencias en la producción de anticuerpos son poco comunes. El trasplante renal no es recomendable antes de que el título de anticuerpos anti-MBG sea negativo o hasta que hayan pasado al menos 6 meses sin actividad clínica. Síndrome de Schönlein-Henoch Este síndrome se caracteriza por manifestaciones cutáneas, articu- lares y digestivas, acompañadas con frecuencia de GN. Las lesiones cutáneas son casi constantes y consisten en una púrpura petequial no trombocitopénica y la biopsia cutánea muestra una vasculitis leucocito- clástica. La afección articular se manifiesta por poliartralgias y los síntomas digestivos incluyen dolor abdominal, vómitos y melenas. La enfermedad predomina en niños y adolescentes, y sólo en el 5% de los casos aparece después de los 15 años. El cuadro clínico puede estar precedido por un episodio infeccioso de las vías respiratorias altas. La afección renal es muy frecuente, superior al 50% en la mayoría de las series publicadas. Sin embargo, si se efectúan análisis de orina en la fase aguda, la prevalencia de nefritis podría alcanzar el 80%. Los pacientes con lesión renal presentan proteinuria (70%), hematuria macroscópica o microscópica (60%) y, con menor frecuencia, síndrome nefrótico (40%) e insuficiencia renal progresiva (25%). Las fracciones del com- plemento sérico C3-C4 suelen ser normales y, en la mitad de los casos, se han observado niveles séricos elevados de IgA. En casos leves y estudiados tempranamente, la biopsia renal suele mostrar lesiones mesangiales discretas o una GN proliferativa segmen- taria y focal. En casos más graves se comprueba una GN proliferativa difusa, a menudo con áreas de necrosis, infiltración leucocitaria, semilu- nas epiteliales, esclerosis focal y adherencias capsulares. En una minoría de casos se observa una proliferación extracapilar en más del 50% de los glomérulos, asociada en general a proteinuria franca e insuficiencia renal. La IF muestra de modo característico depósitos granulares de IgA y fibrina, de carácter difuso y localización preferentemente mesangial, pero también de IgG y C3, mientras suelen faltar los depósitos de C1q y C4. La ME revela depósitos electrodensos de localización mesangial o subendotelial. La etiología es desconocida. En general, se considera que la en- fermedad es una vasculitis difusa de vasos muy pequeños debida a inmunocomplejos circulantes que contienen IgA. Su desarrollo podría favorecerse por las anomalías en la glicosilación de la IgA1. La enfer- medad tiene un curso recurrente en alrededor del 40% de los casos. El pronóstico está determinado por la presencia y la gravedad de la GN y de forma análoga a lo que sucede en la nefropatía por IgA. La mayoría de los pacientes curan completamente o presentan sólo anomalías menores, como leve proteinuria persistente, al cabo de varios años del comienzo clínico. Sin embargo, el 5%-25% de los pacientes con compromiso renal desarrollan insuficiencia renal progresiva y HTA. El uso de tratamiento inmunodepresor es controvertido, pues no se ha confirmado que modifique sustancialmente el curso de la enfermedad. Sin embargo, un tratamiento agresivo con glucocorticoides, recambios plasmáticos e inmunomoduladores puede estar justificado cuando se manifiesta como GNRP. Se han descrito recidivas de la nefropatía en pacientes trasplantados. Vasculitis crioglobulinémica La crioglobulinemia mixta es una enfermedad mediada por complejos inmunes con una repercusión sistémica y gravedad muy variable de un individuo a otro. En los casos más leves puede cursar únicamente con vasculitis leucocitoclástica cutánea. Es frecuente el desarrollo de GN de intensidad variable y, en los casos más graves, puede aparecer una vasculitis necrosante sistémica con afección de pequeñas arterias Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 866 SECCIÓN VI Nefrología (v. sección VII, Reumatología y enfermedades sistémicas). La afección renal de la crioglobulinemia se describe en el apartado sobre enferme- dad glomerular por depósito de paraproteínas (fig. 102-3). BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bajema IM, Wilhelmus S, Alpers CE, Bruijn JA, Colvin RB, Cook HT, et al. Revision of the International Society of Nephrology/Renal Pathology Society classification for lupus nephritis: clarification of definitions, and modified National Institutes of Health activity and chronicity indices. Kidney Int 2018;93(4):789-96. Chen M, Jayne DRW, Zhao MH. Complement in ANCA-associated vas- culitis: mechanisms and implications for management. Nat Rev Nephrol 2017;13:359-67. Kronbichler A, Brezina B, Gauckler P, Quintana LF, Jayne DRW. Refractory lupus nephritis: When, why and how to treat. Autoimmun Rev 2019;18:510-8. Quintana LF, Jayne D. Sustained remission in lupus nephritis: still a hard road ahead. Nephrol Dial Transplant 2016;31:2011-8. Quintana LF, Peréz NS, de Sousa E, Rodas LM, Griffiths MH, Solé M, et al. ANCA serotype and histopathological classification for the prediction of renal outcome in ANCA-associated glomerulonephritis. Nephrol Dial Transplant 2014;29:1764-9. ENFERMEDADES ASOCIADAS A DEPÓSITO GLOMERULAR DE INMUNOGLOBULINAS MONOCLONALES La enfermedad glomerular secundaria a depósito de proteínas anómalas se caracteriza por la acumulación de inmunoglobulinas o sus fragmentos en el glomérulo en el contexto de discrasias de células plasmáticas. Este grupo de entidades incluye la amiloidosis primaria, la enfermedad por depósito de cadenas ligeras, la macroglobulinemia de Waldenström,la crioglobulinemia y las glomerulonefritis fibrilar e inmunotactoide (cuadro 102-1). Sin embargo, la alteración renal más frecuente y carac- terística en este tipo de pacientes es el riñón del mieloma o nefropatía por cilindros de cadenas ligeras intratubulares, que no presenta afección glomerular y se describe en el capítulo 107, Nefropatías intersticiales. Amiloidosis renal La afección renal en el contexto de las amiloidosis sistémicas AL (pri- maria) y AA (secundaria) es prácticamente constante ya que se presenta en más del 90% de los casos. La amiloidosis AL se comporta como una discrasia de células plasmáticas y, en efecto, cerca de un 10% de los pacientes afectos desarrollan un mieloma múltiple clínicamente evidente. En cuanto a la amiloidosis AA es una afección secundaria a enfermedades inflamatorias crónicas activas; destaca la asociación con artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, artritis psoriásica y fiebre mediterránea familiar en el contexto geográfico específico (v. Amiloidosis AH, en cap. 141). También existen causas genéticas de amiloidosis renal en las que se detectan mutaciones en el gen de la proteína amiloidogénica. Las mutaciones que de forma más frecuente se asocian con afección renal por amiloidosis son las de las siguientes proteínas: ALECT2, fibrinó- geno (AFib), AApoA1 y AApoAIV, que se caracterizan por grandes depósitos de amiloide restringidos a la médula y gelsolina (AGel). Si bien la microscopia óptica es muy útil, la tipificación precisa de estas amiloidosis requiere una inmunohistoquímica específica o microdisec- ción con láser y estudios de espectrometría de masas de los depósitos rojo Congo positivos. La afección glomerular es la más frecuente y suele cursar con pro- teinuria intensa, no selectiva, y desarrollo de síndrome nefrótico. La afección vascular es menos frecuente y, en general, se acompaña de lesión glomerular, aunque a veces los depósitos vasculares pueden ser exclusivos o predominantes y suelen corresponder a formas de amiloidosis AA con insuficiencia renal grave. En casos excepcionales, los depósitos de sustancia amiloide son predominantemente tubulares y cursan con manifestaciones clínicas propias de las alteraciones tubu- lares, síndrome de Fanconi, acidosis tubular renal de tipo I, defectos de concentración o diabetes insípida nefrogénica. La lesión histológica característica de la amiloidosis renal consiste en depósitos de sustancia amiloide predominantemente en glomérulos, con la presencia de un material amorfo, hialino, inicialmente mesangial y, posteriormente, en la pared de los capilares glomerulares con las características tintoriales específicas de la sustancia amiloide, rojo Congo positivo y birrefringencia verde-manzana en el estudio con luz • CUADRO 102-1 Nefropatías asociadas a depósito monoclonal de inmunoglobulinas Glomerular Enfermedad por depósito de cadenas pesadas y ligeras Amiloidosis AL Crioglobulinemia mixta esencial Glomerulonefritis fibrilar/inmunotactoide Tubulointersticial Nefropatía por cilindros (riñón de mieloma) Tubulopatía proximal (síndrome de Fanconi) Nefritis tubulointersticial aguda Vascular Nefropatía isquémica Otras Síndrome de hiperviscosidad Infiltración renal por linfoma Figura - Glomerulonefritis asociada a crioglobulinemia mixta esencial. A. Glomérulo con hipercelularidad endocapilar y con imágenes de trombos intracapilares en su porción inferior (flechas) (tricrómico ×400). B. El estudio de IF demuestra depósitos capilares de IgM y resalta la presencia de trombos (flechas) (×200). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I 867 CAPÍTULO 102 Nefropatías glomerulares secundarias © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. polarizada. En el caso de la amiloidosis AL, el acúmulo amiloideo está relacionado con el depósito de cadenas ligeras predominantemente λ y, en la secundaria, el depósito corresponde a la proteína amiloide A, un reactante de fase aguda cuya fisiología no es aún bien conocida, pero su concentración se correlaciona con la supervivencia y el pronóstico renal de estos pacientes. El diagnóstico de la amiloidosis renal se basa en la sospecha clínica y se confirma mediante biopsia renal. La punción aspirativa de grasa abdominal subcutánea se puede utilizar como técnica de cribado de la amiloidosis sistémica. En los últimos años se han introducido técnicas isotópicas en el diagnóstico de la amiloidosis sistémica, especialmente el marcaje del componente P del amiloide con yodo-123 (123I), que ha demostrado una aceptable sensibilidad y especificidad, para mostrar la hipercaptación del trazador en los órganos con depósitos amiloideos. El estudio ecográfico renal revela la existencia de unos riñones de ta- maño normal o aumentado, incluso en presencia de insuficiencia re- nal avanzada, con aumento en la ecogenicidad cortical. La afección renal en el curso de la amiloidosis sistémica suele pro- gresar a ERC avanzada y requiere tratamiento sustitutivo con diálisis o trasplante renal, aunque en la amiloidosis AA el curso clínico y la res- puesta al tratamiento de la enfermedad inflamatoria asociada influyen en el pronóstico renal. La experiencia con trasplante renal es limitada, aunque la supervivencia de estos pacientes suele ser inferior a la media. Se han descrito casos exitosos de trasplante renal combinado con trasplante autólogo de médula ósea en pacientes con amiloidosis AL. Nefropatía por depósito de cadenas ligeras o pesadas La afección renal está presente en el 90% de los casos de enfermedad por cadenas ligeras y frecuentemente es el hallazgo predominante. Esta nefropatía representa otro patrón de lesión renal en el contexto de las discrasias de células plasmáticas (mieloma múltiple, síndromes linfoproliferativos y otras). Consiste en una enfermedad sistémica, con afección predominantemente renal, hepática y cardíaca. La lesión renal se caracteriza por depósitos de cadenas ligeras y/o pesadas de carácter monoclonal en la membrana basal de glomérulos o túbulos y en el mesangio con formación de nódulos eosinófilos, amorfos, acelulares, morfológicamente con aspecto de glomerulosclerosis segmentaria y focal hasta en un 33% de los casos. El estudio con IF nos permitirá diferenciar entre nefropatía por cadenas pesadas o ligeras (80% son κ en esta entidad) y, a su vez, realizar el diagnóstico diferencial de la amiloidosis AL, pues a diferencia de esta última típicamente se deposita la región constante de la cadena ligera. La enfermedad por cadenas pesadas puede ir acompañada de hipocomplementemia y un falso positivo (ELISA) para el virus de la hepatitis C. Las manifes- taciones clínicas son la presencia de proteinuria intensa y desarrollo de síndrome nefrótico, acompañado de diversos grados de insuficiencia renal. La quimioterapia puede mejorar la función renal y disminuir la proteinuria. El pronóstico de esta entidad es pobre cuando se presenta en el contexto del mieloma múltiple. Macroglobulinemia de Waldenström Se trata de una gammapatía monoclonal asociada a un síndrome pro- liferativo linfoplasmocítico, secretor de IgM de expresión en médula ósea, clásicamente sin lesiones en ganglios periféricos. La presencia en sangre de grandes cantidades de IgM puede condicionar un cuadro de hiperviscosidad plasmática, aunque en general la afección renal se debe a la precipitación en el capilar glomerular de agregados de IgM, que condiciona una proteinuria y una insuficiencia renal progresiva. En algunas ocasiones, la macroglobulinemia de Waldenström se asocia a una amiloidosis AL (10%-15%). El tratamiento de la macroglobu- linemia consiste en recambio plasmático (para disminuir la hipervis-cosidad y el componente monoclonal IgM), rituximab y/o trasplante de progenitores hematopoyéticos. Crioglobulinemia mixta esencial Las crioglobulinas son inmunoglobulinas que se caracterizan por pre- cipitar en frío. Su presencia en suero define la existencia de una crio- globulinemia. Según el tipo de inmunoglobulinas se definen tres tipos de crioglobulinemias: tipo I, inmunoglobulina con carácter mono- clonal asociada a paraproteinemias (Waldenström, mieloma múltiple o linfoma); tipos II y III, crioglobulinemias mixtas constituidas por dos inmunoglobulinas, habitualmente con actividad de factor reumatoide; tipo II, componente monoclonal IgM y policlonal IgG, y tipo III, componente policlonal IgM e IgG. Las crioglobulinemias mixtas de tipos II y III se asocian habitualmente a enfermedades autoinmunes, infecciones crónicas y enfermedades hepáticas. Habitualmente la mayoría de los casos de crioglobulinemia mixta estaban relacionados con la infección crónica por el virus de la hepatitis C, pero actualmente la frecuencia de este tipo de afección está disminuyendo debido a la eficacia de las nuevas terapias contra el VHC. Las manifestaciones clínicas de la crioglobulinemia mixta esencial corresponden a un cuadro de vasculitis sistémica, con afección cutá- nea (vasculitis leucocitoclástica), artralgias, fenómeno de Raynaud, neuropatía periférica y glomerulonefritis. La GN característica de la crioglobulinemia mixta esencial es una membranoproliferativa de tipo I, excepcionalmente de tipo III, con depósitos subendoteliales de IgG, IgM y complemento y moderada proliferación mesangial y en ocasiones trombos intracapilares (v. fig. 102-3). La afección renal cursa con proteinuria, síndrome nefrótico, microhematuria y grados diversos de insuficiencia renal. Típicamente se observa una hipocomplementemia por la vía clásica, con disminución de los niveles circulantes de CH50, C3, C4 y C1q. La eliminación de crioglobulinas mediante recambio plasmático se acompaña en general de mejoría de la función renal y disminución de la proteinuria. En los casos asociados a infección por el virus de la hepatitis C está indicado el tratamiento antiviral. Glomerulonefritis fibrilar y glomerulopatía inmunotactoide Aunque este tipo de GN (v. cap. 101, Nefropatías glomerulares prima- rias) suele ser de carácter primario, ocasionalmente se asocia a linfomas y discrasias de células plasmáticas. Otra forma aún más rara de este tipo de GN es la glomerulopatía por depósito de fibronectina. Es importante resaltar que, de forma poco habitual, es posible diagnosticar en la biopsia renal realizada por indicación clínica algu- no de los patrones de lesión asociados al depósito de una proteína monoclonal sin tener evidencia macroscópica de una clona tumoral de células linfoplasmocitarias. En estos casos el cuadro se identifica como una gammapatía monoclonal de significado renal, y suele estar acompañada de una gammapatía monoclonal de significado incierto en sangre periférica. El tratamiento de este tipo de entidades es aún materia de controversia. Enfermedad glomerular asociada a neoplasias Diversos patrones de lesión glomerular se han asociado a neoplasias de órgano sólido, pero la asociación más destacable es la coexistencia de una nefropatía membranosa con tumores de pulmón, tracto gastroin- testinal, mama, ovario y riñón. El desarrollo de un síndrome nefrótico en este contexto puede preceder incluso al diagnóstico oncológico y la incidencia estimada de neoplasia oculta varía entre 1%-10%. Exis- te controversia sobre el valor predictivo negativo de los anticuerpos antifosfolipasa A2 en este contexto, pero la mayoría de las nefropatías membranosas secundarias a neoplasia suelen tener título negativo de estos anticuerpos. La afección renal asociada a linfoma es un fenómeno conocido, pero frecuentemente no caracterizado debido a la baja frecuencia con que se realizan biopsias en estos pacientes. La infiltración parenquimatosa renal por linfoma no es un fenómeno infrecuente, y en estudios post mortem se ha encontrado hasta en el 34% de los casos estudiados, pero sólo el 14% de estos casos fueron diagnosticados pre mortem debido a la baja incidencia de manifestaciones clínicas en estos pacientes. En diferentes series se ha demostrado que la infiltración linfomatosa renal se asocia con un pobre pronóstico desde el punto de vista hematológico. Además, existen otros patrones de lesión glomerular asociados a linfo- ma; cabe destacar la asociación de la enfermedad de cambios mínimos Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 868 SECCIÓN VI Nefrología con el linfoma de Hodgkin, donde esta glomerulopatía representa el 40% de los casos con enfermedad renal. La afección renal asociada a paraproteínas sintetizadas por el linfoma linfoplasmocitario es una asociación excepcional, a pesar de que aproximadamente un 20% de estos cursan con crioglobulinemia y a la presencia casi siempre de gammapatía monoclonal IgM-κ. Existen casos de enfermedad de cadenas ligeras, amiloidosis y glomerulonefritis inmunotactoide como causas de proteinuria e insuficiencia renal en pacientes con linfoma. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Dember LM. Amyloidosis-associated kidney disease. J Am Soc Nephrol 2006;17:3458-71. Fermand JP, Bridoux F, Kyle RA, Kastritis E, Weiss BM, Cook MA, et al.; International Kidney and Monoclonal Gammopathy Research Group. How I treat monoclonal gammopathy of renal significance (MGRS). Blood 2013;122:3583-90. Pérez NS, García-Herrera A, Rosiñol L, Palos L, Santiago E, Espinosa G, et al. Lymphoplasmacytic lymphoma causing light chain cast nephropathy. Nephrol Dial Transplant 2012;27:450-3. Sethi S, Theis JD. Pathology and diagnosis of renal non-AL amyloidosis. J Nephrol 2018;31:343-50. GLOMERULONEFRITIS ASOCIADAS A INFECCIONES Se exponen resumidas en la tabla 102-1. Infecciones bacterianas Existe un grupo considerable de infecciones bacterianas que pueden asociarse a enfermedad glomerular. Desde la afección renal que puede ocurrir en el contexto de la sífilis congénita (excepcional en la sífilis secundaria) y que suele ser una GN membranosa o, en algunos casos, una GN proliferativa difusa con síndrome nefrótico asociado, hasta las asociaciones más frecuentes que se describen a continuación. Endocarditis infecciosa y abscesos viscerales Las GN asociadas a endocarditis infecciosa o abscesos viscerales suelen deberse a infecciones subagudas o crónicas por Staphylococcus aureus, Streptococcus viridans o gérmenes gramnegativos, aunque se han des- crito asociadas a cualquier microorganismo, como la endocarditis por fiebre Q (Coxiella burnetii). La incidencia de GN asociada a endo- carditis infecciosa ha aumentado en los últimos años, especialmente en enfermos inmunodeprimidos, alcohólicos, ancianos y adictos a drogas por vía parenteral. La afección renal está en el contexto de una enfermedad por inmunocomplejos circulantes, con depósitos glomerulares, aunque otros mecanismos implicados en la aparición de insuficiencia renal pueden ser infartos renales de origen embólico y necrosis tubular en el contexto de sepsis. La lesión renal característica es una GN proliferativa focal, con áreas de necrosis fibrinoide o trombos intracapilares. En ocasiones, la GN es proliferativa difusa, con prolife- ración extracapilar en forma de semilunas epiteliales. La IF demuestra los depósitos granulares de IgG y C3 mesangiales y capilares; por ME se observa la localización subendotelial y subepitelial de los mismos. Las manifestaciones renales suelen desarrollarse semanas después de iniciado el cuadro infeccioso y consisten principalmente en proteinuria y hematuria. En ocasiones se desarrolla un síndrome nefrítico agudo; elsíndrome nefrótico es infrecuente. Las formas con proliferación extracapilar se acompañan de grados diversos de insuficiencia renal. De forma característica y frecuente se detectan inmunocomplejos circu- lantes, crioglobulinemia mixta de tipo III e hipocomplementemia (C3 y CH50). El tratamiento antibiótico y la curación de la enfermedad infecciosa de base se acompañan en general de la resolución completa del cuadro renal, aunque en ocasiones las alteraciones renales pueden persistir durante períodos prolongados. Glomerulonefritis por shunt La infección crónica de la derivación ventriculoperitoneal o ventri- culoauricular en niños afectos de hidrocefalia puede desarrollar una GN mesangial o mesangiocapilar de tipo I con depósitos de IgG, IgM y C3 en el 1%-4% de los casos. El germen más frecuente es Staphylococcus epidermidis, aunque también se pueden observar casos debidos a Staphylococcus aureus o gérmenes gramnegativos. En sangre se detectan valores bajos de CH50 y C3 y presencia de inmunocom- plejos circulantes y factor reumatoide. El recambio del drenaje, junto con un tratamiento antibiótico prolongado, resulta imprescindible para la curación del proceso. Infecciones víricas Virus de las hepatitis B y C La infección crónica por el VHC se asociaba frecuentemente a afección renal, tanto en riñones nativos como trasplantados, y más de un 30% de los pacientes infectados por este virus desarrollaba alguna manifes- tación renal. La lesión renal más frecuente es una GN membranoproli- ferativa de tipo I asociada a crioglobulinemia mixta de tipo III, aunque se han descrito también casos de GN membranosa y proliferativa focal. Es una GN mediada por la formación de inmunocomplejos circulantes y crioglobulinas que se depositan en el glomérulo. El cuadro clínico suele consistir en proteinuria de diversa cuantía, microhematuria, grados variables de insuficiencia renal y lesiones extrarrenales por crioglobulinemia (vasculitis cutánea y artritis). El tratamiento de las glomerulopatías asociadas al VHC era complejo debido su origen multifactorial y su presentación clínica variable. Sin embargo, la mejora ostensible en la erradicación de los antígenos víricos mediante nuevos fármacos está mejorando el panorama de estos pacien- tes, y en los pocos casos en que no es posible controlar la carga vírica se puede intentar suprimir la expansión clonal de células B reactiva a la infección vírica, con asociación de recambios plasmáticos y rituximab. La infección crónica por el virus de la hepatitis B se asocia a diversas enfermedades glomerulares, especialmente GN membranosa, mem- branoproliferativa y proliferativa mesangial. El cuadro clínico más frecuente es el desarrollo de un síndrome nefrótico, aunque en oca- TABLA 102-1 Glomerulonefritis asociadas a infecciones Patrón histológico de lesión Enfermedad infecciosa Glomerulonefritis proliferativa difusa (postinfecciosa) Faringitis por estreptococos Endocarditis bacteriana aguda Fiebre tifoidea Sífilis Leptospirosis Lepra lepromatosa Toxoplasmosis Malaria por P. falciparum Varicela Mononucleosis infecciosa Parotiditis, sarampión, rubéola Hepatitis B y C Glomerulonefritis membranoproliferativa Endocarditis bacteriana subaguda Nefritis por shunt Hepatitis B y C Malaria por P. falciparum Esquistosomiasis Nefropatía membranosa Sífilis Filariasis Esquistosomiasis Hepatitis B y C Malaria por P. malariae Lepra Hidatidosis Glomerulosclerosis focal y segmentaria Infección por el HIV Esquistosomiasis Amiloidosis AA renal Infecciones supurativas crónicas Osteomielitis crónica Tuberculosis Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I 869 CAPÍTULO 102 Nefropatías glomerulares secundarias © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. siones puede cursar como una GN aguda. En los pacientes se suele detectar positividad para HBsAg y HBeAg, valores bajos de com- plemento (C3 y C4), inmunocomplejos y crioglobulinas circulantes. Se han detectado partículas víricas (HBeAg y HBsAg) en la MBG. El tratamiento antiviral parece lo más adecuado en los casos con afección renal y proliferación vírica activa. Virus de la inmunodeficiencia humana Diferentes tipos de GN se han asociado a la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV). La variedad más frecuente es la nefropatía asociada al HIV, un tipo de glomerulosclerosis focal con una incidencia variable (5%-10%), por diferencias raciales y geográficas; es más frecuente en varones afroamericanos con antecedentes de adicción a drogas por vía parenteral (heroína) y recuento bajo de CD4. Existe proteinuria intensa, síndrome nefrótico, riñones aumentados de tama- ño y rápida progresión a la insuficiencia renal avanzada. En general, se observa mejoría de la función renal y retraso en su progresión con el tratamiento antirretroviral administrado y con la recuperación del recuento de CD4. La lesión renal característica corresponde a una glomerulosclerosis segmentaria y focal con depósitos de IgM y C3 y colapso glomerular. El estudio con ME evidencia la presencia de inclusiones tubulorreticulares confluentes en el citoplasma de las células mesangiales, endoteliales e intersticiales. En el intersticio renal se obser- va atrofia y dilatación tubular, con intensos infiltrados linfocitarios. La patogenia de la nefropatía por HIV está directamente relacionada con la propia infección vírica, basada en el efecto citopático del HIV sobre las células mesangiales, endoteliales y tubulares. También se han descrito otras GN mediadas por inmunocomplejos en los pacientes con infección por el HIV, como GN membranoprolife- rativa, nefropatía membranosa y nefropatía IgA. En general, están relacio- nadas con la infección por el HIV y con otras infecciones concomitantes, en especial el VHC. Se ha descrito una nueva variedad de glomerulopatía lupus-like, similar a la nefropatía C1q, en pacientes HIV positivos, que cursa con un síndrome nefrótico, hematuria e insuficiencia renal; todos los marcadores serológicos de lupus son negativos. La histología renal muestra una GN proliferativa difusa o focal, y el curso de la enfermedad acostumbra a ser progresivo hacia la enfermedad renal crónica avanzada. Otros virus También se han observado cuadros de GN proliferativa en el curso de diversas infecciones víricas, como virus de la influenza A y B, Hantavirus, Parvovirus de tipo B19, CMV (especialmente en el trasplantado renal), virus de Coxsackie, virus ECHO, adenovirus, EBV y herpes zóster. Infecciones por parásitos La infección crónica por Plasmodium malariae es causa de síndrome nefrótico y se asocia a hipocomplementemia e inmunocomplejos circulantes. La biopsia renal puede poner de manifiesto una GN membranosa, lesiones mínimas o diversas formas de GN membrano- proliferativa; el hallazgo más característico es el engrosamiento de la MBG con dobles contornos, denominado nefropatía de la malaria cuartana. Por el contrario, en la infección aguda por Plasmodium falciparum puede observarse un cuadro similar a la GN aguda con proteinuria, hematuria, edemas e HTA, que es transitorio en más del 50% de los casos. En algunas infecciones, como la filariasis, la esquistosomiasis y la toxoplasmosis, se han descrito casos de síndrome nefrótico, asociados en general a GN membranosa o membranoproliferativa. Enfermedad glomerular inducida por fármacos y tóxicos Una gran variedad de compuestos químicos que atraviesan la barrera endotelio-epitelio glomerular puede producir lesión de los podocitos y manifestarse como proteinuria aislada o incluso síndrome nefrótico (tabla 102-2). Por el contrario, es menos frecuente que los fármacos induzcan lesiones de tipo GN proliferativaaguda. Las asociaciones más frecuentes de glomerulopatía y fármacos son las relacionadas con: Antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Pueden producir múltiples patrones de lesión histológica renal; destacan las nefritis intersticia- les aguda y crónica. Sin embargo, no es infrecuente la presentación clínica en forma de síndrome nefrótico y un patrón histológico ópticamente normal (especialmente con ibuprofeno o naproxeno), que se resuelve tras la retirada del medicamento. Heroína. Los pacientes adictos a heroína presentan con frecuencia lesiones glomerulares que se manifiestan con proteinuria, síndrome nefrótico y desarrollo de insuficiencia renal progresiva; en la biopsia renal se observa un patrón de glomerulosclerosis segmentaria y focal con depósitos mesangiales de IgM y C3 en la IF. La incidencia de esta entidad ha disminuido notablemente en los últimos años y no está claro si la toxicidad está relacionada con la heroína o con algún con- taminante o aditivo asociado al uso de esta droga por vía parenteral. Terapias oncológicas dirigidas. Los fármacos que bloquean al receptor del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) se pueden asociar a la presencia de microangiopatía trombótica a nivel glome- rular. También está descrita la aparición de podocitopatía con patrón de lesión que va desde la enfermedad de cambios mínimos hasta nefropatía membranosa, en pacientes bajo tratamiento con antagonis- tas de CTLA4 e inhibidores de tirosín-cinasa del receptor de VEGF. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Camprubí D, Balerdi L, Quintana LF, Almuedo-Riera A, Valls ME, Gar- cía-Herrera A, et al. Post-splenectomy acute glomerulonephritis due to a chronic infection with Plasmodium falciparum and malariae. J Travel Med 2019; 26(4). pii: taz029. doi: 10.1093/jtm/taz029. Jhaveri KD, Wanchoo R, Sakhiya V, Ross DW, Fishbane S. Adverse Renal Effects of Novel Molecular Oncologic Targeted Therapies: A Narrative Review. Kidney Int Rep 2016;2:108-23. Szczech LA, Gupta SK, Habash R, Guasch A, Kalayjian R, Appel R, et al. The clinical epidemiology and course of the spectrum of renal diseases associated with HIV infection. Kidney Int 2004;66:1145-52. ENFERMEDADES HEREDITARIAS Síndrome de Alport Es una enfermedad glomerular hereditaria asociada habitualmente a sordera neurosensorial y anomalías oculares y caracterizadas por una afección primaria de la membrana basal secundaria a mutaciones en TABLA 102-2 Enfermedad glomerular inducida por fármacos Patrón histológico Causa Cambios glomerulares mínimos AINE, interferón-α y -γ, rifampicina Ampicilina Cefalosporinas Pamidronato Litio Nefropatía membranosa Antifactor necrosis tumoral (etanercept, infliximab, adalimumab) Penicilamina Sales de oro Mercurio Clometiazol Captopril AINE Glomerulosclerosis focal y segmentaria Heroína Litio Adriamicina Glomerulonefritis rápidamente progresiva Sulfonamidas Anfetaminas Rifampicina Penicilamina Amoxicilina AINE: antiinflamatorios no esteroideos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 870 SECCIÓN VI Nefrología varios genes que codifican para proteínas de la familia del colágeno de tipo IV. Desde el punto de vista genético es una enfermedad hetero- génea porque se transmite mediante patrones de herencia diferentes: la herencia ligada al cromosoma X (85%), la herencia autosómica recesiva (15%) y la autosómica dominante en casos muy raros. Todos comparten unas características clínicas comunes. El síndrome de Alport ligado al cromosoma X (SALX) se caracteriza por hematuria, proteinuria significativa, HTA, sordera neurosensorial y progresión hacia ERC terminal. Estos síntomas son generales a todas las formas de este síndrome, pero en el caso del SALX se limitan únicamente a pacientes varones. Sin embargo, las mujeres portadoras de síndrome de Alport ligado al cromosoma X tienen una clínica muy variable que se cree debida a diferentes patrones de inactivación del cromosoma X. Si el cromosoma X portador de la mutación está preferentemente inactivado, la clínica será muy leve, mientras que si se inactiva el cromosoma sin mutación la clínica puede ser grave. El síndrome de Alport autosómico recesivo se caracteriza por los síntomas clásicos de la enfermedad, pero con la misma gravedad en varones que en mujeres. La prevalencia y el patrón clínico en los individuos portadores están aún por determinar, aunque la hematuria parece ser uno de los síntomas más frecuentes y debe sospecharse cuando un individuo exhibe el cuadro clínico y patológico de la enfermedad pero carece de antecedentes familiares, especialmente si se trata de una mujer que posee síntomas indicativos de enfermedad grave, como sordera, insuficiencia renal o proteinuria grave en la juventud. El síndrome de Alport se debe a mutaciones en los genes COL4A3, COL4A4 y COL4A5. Las mutaciones en el gen COL4A5 (Xq22) son causa de la forma ligada al sexo. Las mutaciones en los genes COL4A3 y COL4A4 (2q35-37) son responsables del síndrome de Alport autosómico recesivo. La mayoría de los casos de síndrome de Alport se descubren en niños y adultos jóvenes, y el síntoma más frecuente es la hematuria, que puede ser microscópica o macroscópica. La proteinuria suele ser discreta o incluso puede faltar en las primeras fases de la enfermedad. En los varones aparece una insuficiencia renal progresiva a partir de la adolescencia, que alcanza la fase terminal hacia la segunda década de la vida. La gravedad de la afección renal es también variable dentro de una misma familia. En el 40%-60% de los pacientes existe algún grado de sordera neurosensorial, en particular de las frecuencias altas (4.000-8.000 Hz). Se han descrito también alteraciones oculares en el 15%-30% de los pacientes (cataratas, esferofaquia, lenticono, miopía, retinitis pigmentaria y otras); la única patognomónica es el lenticono anterior. Las lesiones renales son inespecíficas al MO. En estados iniciales, el aspecto de los glomérulos puede ser normal, pero cuando la enfer- medad progresa hay proliferación de células y matriz mesangiales, engrosamiento de las paredes capilares y adherencias de la cápsula de Bowman. La IF es negativa. La fibrosis intersticial y la atrofia tubular son frecuentes, así como la infiltración intersticial por células espumosas, pero constituyen hallazgos inespecíficos. La anomalía más temprana y característica del síndrome de Alport se localiza en la MBG, se evalúa con el ME y se caracteriza por engrosamientos y estrechamientos alternativos, aspecto laminar y agrietado de lámina densa, áreas de rarefacción y, en ocasiones, partículas muy densas. En fases iniciales de la enfermedad puede apreciarse tan sólo una mem- brana basal delgada. La enfermedad carece de tratamiento específico y progresa a enfermedad renal terminal prácticamente en todos los hom- bres afectos. No se han comprobado recidivas de la enfermedad original en el riñón trasplantado; sin embargo, el 2%-4% de los receptores de trasplante pueden generar anticuerpos anti-MBG y presentar una GNRP, dado que el injerto renal contiene determinantes antigénicos (antígeno de Goodpasture) ausentes en el riñón nativo. Enfermedad de membranas finas Esta entidad puede afectar hasta a un 5%-10% de la población con hematuria monosintomática, usualmente presentan escasa proteinuria asociada y no es infrecuente que pase inadvertido clínicamente, ya que en raras ocasiones progresa hacia la insuficiencia renal por lo que también se conoce con el nombre de hematuria familiar benigna (HFB). Algunas variantes de síndrome de Alport autosómico dominante y portadores del síndrome de Alport autosómico recesivo son recono- cidas actualmente como una enfermedad de membranas finas. Estos hallazgos tienen importantesconsecuencias de cara al consejo genético, ya que los hijos de una pareja con hematuria familiar pueden padecer un síndrome de Alport. No obstante, ni todas las familias con HFB muestran ligamiento al locus COL4A3/COL4A4 ni todos los portadores de síndrome de Alport autosómico recesivo presentan hematuria, lo que confirma la penetrancia variable de esta rara asociación entre paciente con síndrome de Alport autosómico dominante y la HFB. Síndrome nefrótico congénito Este término se refiere al síndrome nefrótico de aparición antes del tercer mes de vida. Se han identificado mutaciones en cinco genes que explican la mayoría de las anomalías proteicas del podocito relacio- nadas con este grupo de pacientes; en el 95% de los casos se trata de mutaciones de los genes NPHS1 y NPHS2. Los cinco genes descritos son los siguientes: 1. NPHS1. Codifica para la proteína nefrina, un componente funda- mental del diafragma podocitario, que causa el SN congénito de tipo finlandés (SNF), una afección poco frecuente, excepto en Finlan- dia, donde es responsable del 15%-20% de los casos de síndrome nefrótico congénito. Los niños afectos suelen ser prematuros y con placentas muy grandes. Los glomérulos pueden ser ópticamente normales, pero evolucionan hacia el colapso y la esclerosis. La IF es negativa. El pronóstico de la enfermedad es malo, ya que la mayoría de los niños afectos fallecen en la infancia. La actitud terapéutica suele ser la nefrectomía bilateral, para acabar con la pérdida incon- trolable de proteínas, seguido de trasplante renal. 2. NPHS2. Codifica para podocina y ocasiona la glomerulosclerosis focal y segmentaria familiar, caracterizada por SN resistente a los glucocorticoides que se hereda de forma autosómica recesiva y cursa con insuficiencia renal progresiva. 3. WT1. Codifica para un factor de supresión de transcripción tumoral involucrado en el desarrollo renal y gonadal y es el responsable de la aparición del síndrome de Denys-Drash (seudohermafroditismo masculino, tumor de Wilms y ERC progresiva). 4. LAMB2. Codifica para la β2 laminina, un componente de la MBG, responsable del síndrome de Pierson. Se caracteriza por la aparición de SN congénito secundario a esclerosis mesangial y alteraciones oculares (microcoria, cataratas o retinopatía). 5. PLCE1. Codifica para la fosfolipasa Cε1, una enzima citoplasmática necesaria para la maduración del podocito, y causa la esclerosis mesangial difusa de inicio precoz. Enfermedad de Fabry Es una enfermedad ligada al cromosoma X (Xq21,22) caracterizada por un error del metabolismo glucoesfingolipídico secundario a un déficit específico en la actividad de la α-galactosidasa A y que resulta de la acumulación en los tejidos de globotriaosil-ceramida. La afección es habitualmente multiorgánica y de aparición en la infancia; destacan la disfunción endotelial y las lesiones en corazón, sistema nervioso central y riñón. Existen casos raros diagnosticados en adultos, heterocigotos, con afección monoorgánica descritos en varones con mutaciones incompletas o en mujeres con inactivación anómala del cromosoma X. La nefropatía se manifiesta por proteinuria e insuficiencia renal pro- gresiva. La biopsia renal muestra células espumosas que son el resultado de la aparición de depósitos de lípidos tanto en células epiteliales como endoteliales, así como en los túbulos y el intersticio renal. El ME revela abundantes cuerpos intracelulares densos, redondeados y de estructura laminar (cuerpos cebra) que son característicos de la enfermedad. En otros órganos se observan lesiones análogas. Los varones desarrollan insuficiencia renal terminal hacia la quinta década de la vida y desde la infancia presentan acroparestesias, angioqueratoma, hipohidrosis, trastornos gastrointestinales y córnea verticilata. Existe una varian- te cardíaca que cursa con hipertrofia ventricular izquierda y escasa sintomatología acompañante. Actualmente se dispone de terapia de reemplazo enzimático, pero su efecto sobre la historia natural de la enfermedad aún no se ha demostrado plenamente. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 871 CAPÍTULO 103 Nefropatía diabética Síndrome de Bardet-Biedl La afección renal es el sexto signo cardinal del síndrome de Bardet-Biedl. Los otros signos son: obesidad, discapacidad intelectual, polidactilia, retinopatía pigmentaria e hipogenitalismo. Existen al menos siete genes causantes de la enfermedad, localizados en los cromosomas 2q31, 3p13, 4q27, 11q13, 15q22.3, 16q21 y 20p12. Parece ser que la herencia de la enfermedad es trialélica; es decir, dos mutaciones de tipo recesivo en uno de los genes y otra mutación en otro de estos genes. El síndrome de Bardet-Biedl puede asociarse a reflujo vesicoureteral, quistes renales y alteraciones de tipo displásico. La biopsia renal muestra la presencia de glomerulosclerosis y proliferación mesangial asociada de forma variable a degeneración quística tubular. Síndrome uña-rótula Esta afección rara del tejido conectivo, denominada también osteonico- displasia, se hereda de modo autosómico dominante. El gen causante de la enfermedad, LMX1B, se localiza en el cromosoma 9 (9q34.1), muy próximo al del grupo ABO. Se caracteriza por hipoplasia de las uñas, ausencia o hipoplasia de las rótulas, subluxación del codo, cuernos ilíacos bilaterales y afección renal. La nefropatía cursa con proteinuria, asociada a hematuria en el 50% de los casos, pero menos de un 10% de los pacientes desarrolla insuficiencia renal. En la biopsia renal destaca una GN proliferativa y esclerosante, y mediante el ME se aprecian áreas de rarefacción de la MBG rellenas de fibrillas colágenas. Drepanocitosis La drepanocitosis se debe a la presencia de una mutación en el codón que codifica para el sexto aminoácido del gen de la β-globina (v. Nefro- patía de la drepanocitosis, en cap. 104). BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Hinkes BG, Mucha B, Vlangos CN, Gbadegesin R, Liu J, Hasselbacher K, et al. Nephrotic syndrome in the first year of life: two thirds of cases are caused by mutations in 4 genes (NPHS1, NPHS2, WT1, and LAMB2). Pediatrics 2007;119:e907-19. Jain G, Warnock DG. Blood pressure, proteinuria and nephropathy in Fabry disease. Nephron Clin Pract 2011;118:43-8. Kashtan CE, Segal Y. Genetic disorders of glomerular basement membranes. Nephron Clin Pract 2011;118:9-18. https://booksmedicos.org Push Button0:
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