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Glomerulonefritis

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Glomerulonefritis
Orientación MIR
Es uno de los temas más preguntados y rentables para el examen. En 
cada glomerulonefritis deberemos conocer el cuadro clínico y analítico 
típico prestando especial atención al complemento, la histología 
característica, las indicaciones de biopsia y el tratamiento específico.
7.1. Definición
Las glomerulonefritis (GN) o glomerulopatías engloban todas las entidades 
que afectan de forma directa a la estructura y función del glomérulo renal. 
Suelen estar mediadas inmunológicamente, aunque también pueden relacio-
narse con toxicidad directa sobre las células glomerulares. Las GN que pre-
sentan daño glomerular exclusivo sin afectación de otros órganos o sistemas 
se denominarán GN primarias, y cuando el daño glomerular se encuentra 
en el contexto de una enfermedad sistémica se hablará de GN secundarias.
7.2. Clasificación
Actualmente se tiende a clasificar las GN en función del depósito encon-
trado en el glomérulo:
 • Depósito inmunológico escaso o nulo:
 - Cambios mínimos.
 - GN esclerosante focal y segmentaria (GEFS).
 - GN extracapilar tipo III.
 • Depósito de inmunocomplejos (IC):
 - GN postestreptocócica (GNPE).
 - Nefropatía IgA.
 - Nefropatía membranosa (NM).
 - GN mesangiocapilar I (GNMC I).
 - GN extracapilares I y II.
 - Otras (GN relacionada con la infección, GN mesangial IgM…).
 • Depósito de C3 (glomerulopatías C3):
 - GNC3.
 - Enfermedad de depósitos densos (antigua GNMC tipo II).
7.3. Nefropatía IgA
También denominada como GN mesangial IgA o enfermedad de Berger.
Epidemiología
Es la glomerulonefritis más prevalente en todo el mundo, siendo más fre-
cuente en la raza asiática y caucásica. Es más frecuente en varones (2:1) y 
habitualmente debuta en la segunda o tercera década de la vida.
Etiopatogenia
El evento inicial en la patogénesis de la nefropatía IgA es el depósito mes-
angial de IgA. Además, pueden observarse depósitos de IgG y complemento 
(C3) que podrían tener implicación en la gravedad de la enfermedad.
Aunque la etiopatogenia no se conoce por completo, se sabe que la com-
binación de dos factores favorece el depósito de IgA a nivel glomerular:
 • La mayoría de los pacientes con esta entidad presentan alteración 
en el patrón de glucosilación de la subclase IgA1 a nivel de los 
puentes de galactosa, de tal forma que la IgA1 puede ser reconocida 
por el sistema inmunitario como un autoantígeno. Además, la médula 
ósea sintetiza cantidades mayores de lo habitual de esta inmunoglo-
bulina defectuosa.
 • La exposición a determinados antígenos relacionados con las muco-
sas, donde hay depositada gran cantidad de IgA (antígenos alimen-
tarios, bacterianos y otros alérgenos presentes en la vía aérea en 
situación de ejercicio físico o esfuerzo intenso) pueden favorecer la 
formación de inmunocomplejos circulantes (ICC) que terminan depo-
sitándose en el mesangio glomerular.
Estos ICC pueden ser por unión de estos antígenos a la IgA1 (Ag-IgA1) o 
formándose ICC de tipo autoinmunitario, con IgA- anti-IgA1 o IgG-anti-IgA1.
Recientemente se han implicado más factores, entre los que cabe destacar 
la vía alterna del complemento.
Por otra parte, en pacientes con alteraciones graves a nivel del sistema 
retículo endotelial (p. ej., cirrosis) la disminución del aclaramiento hepático 
de los ICC de IgA puede provocar nefropatía IgA, incluso cuando la IgA no 
tiene defecto en la glucosilación (Tabla 7.1). Por último, también existe una 
cierta asociación familiar en esta entidad relacionada con varios HLA.
Una vez que los depósitos de IgA alcanzan el mesangio producen activación 
de las células mesangiales que proliferan y activación del complemento a 
nivel local favoreciendo el daño renal progresivo y hematuria como clínica 
principal de esta entidad.
Anatomía patológica
 • Microscopio óptico. Proliferación mesangial difusa y expansión de la 
matriz (Figura 1A), es una GN proliferativa. Pueden observarse semi-
lunas en los casos de nefropatía IgA grave.
 • Inmunofluorescencia. Depósitos mesangiales de IgA+++, y C3+ 
(Figura 1B). En casos graves se puede ver depósito de IgG+ y en otras 
localizaciones como el subendotelio.
 • Microscopio electrónico. Depósitos mesangiales electrodensos.
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Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición
Causas
Glomerulonefritis 1ª: Autoinmune -Mutaciones-Idiopática
2ª: Relacionada con enfermedades sistémicas
GN Mesangial IgA 1ª (>60%): Defecto en la glicosilación 
2ª: Cirrosis, celiaca, linfoma de cs T…
Nefropatía 
Membranosa
1ª (>75%): Anticuerpos antiPLA2R o THSD7A
2ª (<25%): Tumores de órgano sólido (pulmón, próstata, 
cólon…), Infecciones (VHB, VHC, Sífilis, Malaria, 
Esquistosoma…), Fármacos (AINE, Captopril, Interferón, 
Infliximab, Metales pesados, Penicilamina, Fluconazol), 
Otras (LES, Sjögren, IgG4…)
GN Postestreptocócica 2ª: Infección por Estreptococo Pyogenes
Nefropatía de 
Cambios Mínimos
1ª: Idiopática (Relación con disfunción de Linfocitos 
T.50%)
Mutaciones NPHS1, NPHS2 (10%). 
2ª: Atopia (30%), AINEs, neoplasias hematológicas
Glomeruloesclerosis 
Focal y Segmentaria
1ª: Idiopática (Posible relación con CLCF1, suPAR) 
Mutaciones NPHS1, NPHS2. 
2ª: Hiperfiltración por Obesidad (>50%) 
(MIR 12-13, 229) ó pérdida de masa renal 
funcionante (Reflujo, Pielonefritis crónica, ERC, 
Nefrectomía…), Anemia de células falciformes. 
Toxicidad directa sobre el podocito: 
VIH, Heroína, Interferón, Anabolizantes, Bifosfonatos, 
Parásitos (Plasmodium Falciparum, Schistosoma 
haematobium...) 
GN Mesangiocapilar 1ª: Disregulación de la vía alterna (Glomerulopatías C3)
2ª: VHC, Crioglobulinemia, GMSR, Endocarditis... (GNMC I)
Tabla 7.1. Glomerulonefritis, etiopatogenia y principales asociaciones
A
B
Figura 7.1. (A) Microscopía óptica (depósito y proliferación mesangial). 
(B) Inmunofluorescencia IgA de la nefropatía IgA (cortesía de Dr. Díaz 
Crespo)
Clínica
Los pacientes con nefropatía IgA presentan típicamente uno de los siguien-
tes patrones clínicos:
 • Remisión espontánea (5-15%).
 • El 40-50% presenta brotes de hematuria macroscópica tras una infección 
respiratoria, una infección del tracto GI o un esfuerzo físico intenso (la 
hematuria ocurre en las primeras 24 horas sin existir periodo de latencia).
Lo más característico es verlo en relación con amigdalitis bacterianas 
o infecciones virales del sistema respiratorio superior (MIR 16-17, 
232; MIR 13-14, 123; MIR 12-13, 117).
 • Curso lentamente progresivo: el 30-40% presenta hematuria micros-
cópica persistente, que se acompaña frecuentemente de proteinuria 
leve-moderada. Suele detectarse en exámenes de rutina.
 • Curso rápidamente progresivo: menos de un 10% presenta síndrome 
nefrótico (SN) o glomerulonefritis rápidamente progresiva. De forma 
excepcional pueden debutar como hipertensión maligna.
En cuanto a las asociaciones clínicas, la mayoría de los pacientes con nefro-
patía IgA sólo presentan afectación renal, aunque existen ciertas asociacio-
nes que se deben conocer:
 • Cirrosis (principalmente de etiología alcohólica) y otras formas de 
enfermedad hepática grave. Son la causa más frecuente de nefropa-
tía IgA secundaria. Se deben a un defecto en la eliminación de IC de 
IgA a nivel hepático.
 • Enfermedad celíaca. Por formación de anticuerpos anti-gliadina de 
tipo IgA.
 • Otras. Dermatitis herpetiforme, artritis seronegativas, carcinoma de 
células pequeñas, linfomas de células T (micosis fungoide), tubercu-
losis diseminada, bronquiolitis obliterante, enfermedad inflamatoria 
intestinal y VIH.
Recuerda
 ➔ Ante un paciente que presenta hematuria macroscópica recidivan-
te en brotes, coincidente con episodios de faringitis o similares, sin 
periodo de latencia, y con complemento normal, se debe pensar en 
una nefropatía IgA.
Diagnóstico
El diagnóstico está basado en la clínica y en los datos de laboratorio. En el 
30-50% de los casos se ha demostrado aumento de IgA sérica, pero este 
hallazgo no es suficientemente específicopara establecer el diagnóstico. 
No suele existir hipocomplementemia, probablemente porque la activación 
es leve y el consumo no excede a la síntesis hepática.
El diagnóstico de certeza sólo se consigue con la biopsia renal. Los pacien-
tes que debutan con brotes de hematuria macroscópica y función renal 
conservada tienen buen pronóstico, y la biopsia renal se reserva para los 
pacientes con datos de mal pronóstico (presencia de proteinuria persis-
tente, insuficiencia renal o hipertensión arterial).
Tratamiento
No existe tratamiento específico de la nefropatía IgA. El manejo debe centrarse 
en controlar la presión arterial y la proteinuria en los pacientes que desarrollen 
esos síntomas (fundamentalmente con fármacos bloqueantes del SRAA).
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07. Glomerulonefritis. NF
Los corticoides en monoterapia (prednisona o budesonida) están indica-
dos en pacientes con proteinuria > 1 g/día, asociados al uso de BSRAA. La 
inmunosupresión intensiva (corticoides ± ciclofosfamida o azatioprina) se 
reserva para pacientes con deterioro rápido de la función renal.
El tratamiento con aceite de pescado ha demostrado reducir el riesgo car-
diovascular en pacientes con Nefropatía IgA. 
La amigdalectomía puede ser beneficiosa en pacientes con faringitis de 
repetición.
Pronóstico
Son factores de mal pronóstico el desarrollo de insuficiencia renal, la apari-
ción de hipertensión arterial, la edad avanzada, la presencia de proteinuria 
persistente (> 1 g/ día) y la obesidad. En estos casos el riesgo de progresión 
a enfermedad renal crónica terminal (ERCT) es de aproximadamente el 20% 
a los 10 años del diagnóstico.
En los hallazgos de la biopsia renal, la denominada clasificación de Oxford 
identifica las principales variables que se correlacionan con el pronóstico 
renal independientemente de la clínica, de los niveles de proteinuria y del 
control de la presión arterial. En función de la presencia o ausencia de los 
siguientes hallazgos histológicos en la biopsia renal cada paciente tendrá 
un determinado score pronóstico (0, 1 o 2).
 • Hipercelularidad mesangial.
 • Glomeruloesclerosis segmentaria.
 • Hipercelularidad endocapilar.
 • Atrofia tubular/fibrosis intersticial.
La nefropatía IgA puede recidivar en el trasplante. La frecuencia varía 
mucho entre diferentes series. La recidiva histológica (no clínica) se calcula 
en un 60%, lo que podría estar sobreestimado por la mayor indicación de 
biopsias renales en los pacientes trasplantados.
7.4. Nefropatía membranosa
Epidemiología
La nefropatía membranosa (NM) es la causa más común de SN fuera de la 
edad infantil (20-35% de las biopsias renales de pacientes mayores de edad 
con SN). El pico de incidencia es en la 4ª-5ª década de la vida, y predomina 
en varones (2:1).
Etiopatogenia
La clave de esta entidad es la formación de IC en la vertiente subepite-
lial del podocito. Aunque no es del todo conocido los depósitos inmunes 
podrían desarrollarse in situ por la presencia de anticuerpos IgG circulantes 
dirigidos contra antígenos endógenos expresados en los procesos podo-
citarios, o contra antígenos circulantes que han atravesado la membrana 
basal glomerular y se han depositado en el subepitelio.
Existen dos tipos de nefropatía membranosa:
 • NM primaria (70-80%). Antes denominada idiopática, en los últi-
mos años se ha descubierto el receptor de la fosfolipasa A2 (PLA2R), 
situado en la vertiente subepitelial del podocito, que ha supuesto un 
avance enorme en la comprensión de esta entidad. Aproximadamente 
el 70% de los pacientes con NM idiopática presentan anticuerpos diri-
gidos contra PLA2R. Otro pequeño porcentaje de NM (5-10%) presen-
tan anticuerpos contra otros antígenos podocitarios como THSD7A. 
Se trata por tanto de una enfermedad autoinmune (MIR 16-17, 135).
 • NM secundaria (20-25%). Menos frecuente que la anterior. Se ha 
asociado a una gran variedad de condiciones (Tabla 7.1). La elimi-
nación del agente inicial o el tratamiento de la condición basal suele 
conllevar la resolución del síndrome nefrótico.
El depósito de IC subepiteliales activa de forma local el complemento, con 
leve depósito de C3 en el subepitelio sin hipocomplementemia. El daño 
podocitario mediado por complemento produce proteinuria y expansión de 
la membrana basal glomerular.
Anatomía patológica
 • Microscopio óptico. En etapas iniciales el glomérulo puede parecer 
completamente normal. Posteriormente, la lesión principal observada 
es engrosamiento difuso de la membrana basal glomerular que afecta 
a todos los glomérulos de forma global, en ausencia de hipercelulari-
dad significativa. En etapas intermedias son característicos los spikes: 
pequeñas prolongaciones de membrana basal extendiéndose entre 
los depósitos inmunes. La tinción que mejor observa estas alteracio-
nes es la tinción de plata, ya que tiñe especialmente la membrana 
basal (Figura 7.2A).
A B C
Figura 7.2. (A) Microscopía óptica: tinción de plata. Se observa engrosamiento de membrana basal y sus prolongaciones o spikes (flechas azules). 
En algunas zonas pueden verse los depósitos entre los spikes de membrana basal (cortesía de Dr. Barat y Dr. Cannata). (B) IFD realizada con IgG. 
Se observan depósitos subepiteliales de IgG (cortesía de Dr. Cannata y Dr. Barat). (C) Microscopía electrónica, detalle de depósito subepitelial y spikes
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Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición
 • Inmunofluorescencia. Depósitos granular de IgG+++ y C3+ en la ver-
tiente subepitelial de la membrana basal (Figura 7.2B) (MIR 15-16, 
18).
 • Microscopio electrónico. Depósitos electrodensos en la vertiente 
subepitelial de la membrana basal y expansión de la membrana basal 
glomerular por depósito de nueva matriz extracelular entre los depó-
sitos (spikes) (Figura 7.2C).
Existen cuatro estadios de nefropatía membranosa. Aunque los estadios 
son progresivos, sin embargo, no hay correlación entre el estadio y el pro-
nóstico. Se han observado remisiones en cualquiera de los estadios y tam-
bién evolución a ERCT:
 • Estadio I. Los glomérulos pueden ser de apariencia normal, aunque 
con ME pueden observase los depósitos subepiteliales. 
 • Estadio II. Engrosamiento de la membrana basal y aparición de los 
típicos spikes. 
 • Estadio III. El nuevo material de membrana basal prácticamente eng-
loba los depósitos.
 • Estadio IV. Notable engrosamiento de la membrana basal que cubre 
prácticamente por completo los depósitos. 
En aquellos casos en que se observe la presencia de depósitos a otros 
niveles (mesangiales y/o subendoteliales) añadidos a los subepiteliales 
característicos, se debe sospechar una forma secundaria de nefropatía 
membranosa. 
Clínica
La forma de debut más clásica (aproximadamente el 70%) es un SN con 
función renal conservada y sin HTA. Hasta el 50% pueden asociar microhe-
maturia (MIR 14-15, 99). La insuficiencia renal en el momento del diagnós-
tico es poco común, debe hacer sospechar complicaciones (hipovolemia, 
trombosis de vena renal…) y obliga a realizar el diagnóstico diferencial con 
otras entidades causantes de SN.
Recuerda
 ➔ La nefropatía membranosa es la causa más frecuente de síndrome 
nefrótico fuera de la edad infantil.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por biopsia renal, que está indicada en todos los 
pacientes adultos con síndrome nefrótico de etiología no clara en los que 
no exista contraindicación para la misma. Se debe solicitar los anticuerpos 
anti-PLA2R, que en caso de ser positivos orientarían a una NM primaria. Los 
niveles de complemento estarán en rango normal.
Ante un diagnóstico histológico de NM se debe descartar las neoplasias 
o las infecciones asociadas, por lo que habitualmente se solicitará una TC 
toracoabdominal y una serología viral. 
Pronóstico
La remisión espontánea ocurre aproximadamente en el 30% de los pacien-
tes con NM, y hasta el 30-40% pueden progresan a ERCT en 5-15 años. Son 
factores de mal pronóstico proteinuria masivasostenida, datos de irreversi-
bilidad en la biopsia (Esclerosis glomerular/fibrosis intersticial), insuficiencia 
renal, edad > 50 años y género masculino. 
La NM puede recurrir en el trasplante renal (alrededor del 40% de los casos).
Tratamiento
Todos los pacientes con NM deben recibir tratamiento del síndrome nefró-
tico, con antiproteinúricos (IECA/ARA-II), hipolipidemiantes y un adecuado 
control de la presión arterial. El objetivo es conseguir una proteinuria 
< 1 g/día.
No se recomienda el uso de anticoagulación profiláctica de rutina (si el 
paciente no tiene otra razón para la anticoagulación).
Si se trata de una NM secundaria es prioritario tratar la enfermedad de 
base. 
El tratamiento con agentes inmunosupresores está indicado en pacientes 
con:
 • Proteinuria nefrótica persistente tras 6 meses de tratamiento anti-
proteinúrico.
 • Complicaciones relacionadas con el síndrome nefrótico que supon-
gan riesgo vital para el paciente.
 • Presencia de insuficiencia renal a los 6-12 meses desde el diag-
nóstico.
No se recomienda tratamiento inmunosupresor en pacientes con FG < 30 
ml/min, tamaño renal < 8 cm o infecciones concomitantes graves o poten-
cialmente mortales.
En cuanto a los agentes inmunosupresores, se recomienda el uso de 
doble terapia inmunosupresora basada en citotóxicos (ciclofosfamida) o 
inhibidores de la calcineurina (tacrolimus o ciclosporina), combinados con 
corticoides. La elección de uno u otro inmunosupresor se basará en la 
decisión del clínico, teniendo en cuenta los efectos secundarios de los 
mismos. No se recomienda el uso de corticoides en monoterapia (MIR 
19-20,113). El rituximab está cobrando importancia en los últimos años, 
e incluso se está utilizando como tratamiento de primera línea en casos 
seleccionados.
Se recomienda la monitorización de los títulos de anti-PLA2R durante el 
seguimiento, ya que indican el grado de respuesta al tratamiento y pueden 
alertar de recidivas.
7.5. Glomerulonefritis 
postestreptocócica
Epidemiología
Es la causa más frecuente de GN aguda en niños (5-12 años) y ocurre prin-
cipalmente en los países no desarrollados. Es más frecuente en varones 
que en mujeres (2:1) y su incidencia ha descendido en las últimas décadas.
Puede ocurrir de forma esporádica o epidemiológica. La incidencia de GN 
postestreptocócica (GNPE) en niños infectados durante una epidemia de 
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07. Glomerulonefritis. NF
estreptococo del grupo A es de aproximadamente el 5-10% en las faringi-
tis y hasta el 25% en las infecciones cutáneas (impétigo o erisipela). Oca-
sionalmente puede aparecer en adultos mayores de 60 años (sobre todo 
diabéticos).
Etiopatogenia
La GNPE está causada por un daño glomerular mediado por IC inducidos 
por varias cepas potencialmente nefritógenas del estreptococo β-hemolí-
tico del grupo A de Lancefield.
Su etiopatogenia no es bien conocida, se produce tras un periodo de 
latencia pasada la infección y parece estar relacionada con el mal proce-
sado de antígenos de la pared bacteriana del estreptococo, combinando 
dos factores:
 • Determinados antígenos de la pared bacteriana del estreptococo pue-
den inducir la formación de ICC de todos los tamaños de tipo IgG que 
activan complemento y que al depositarse en diferentes zonas del 
glomérulo producen lesión aguda e inflamatoria del mismo.
 • Determinados antígenos estreptocócicos nefritógenos pueden atra-
vesar la MBG y alcanzar por sí mismos el subepitelio, para luego unirse 
con el anticuerpo (formando IC in situ) y activar el complemento.
Los dos antígenos nefritógenos más estudiados son el receptor de la plas-
mina asociado a nefritis (NAPlr) y la exotoxina B pirogénica del estrep-
tococo (SpeB). Independientemente de la respuesta inmunitaria, tanto 
el SpeB como el NAPlr pueden activar la vía alterna del complemento 
(hallazgo característico de la GNPE) y mejorar la expresión y adhesión de 
moléculas.
Anatomía patológica
 • Microscopio óptico. Glomerulonefritis proliferativa difusa con proli-
feración endocapilar prominente y numerosos neutrófilos (GN exuda-
tiva) (Figura 7.3A). La formación de semilunas es poco común (< 10%) 
y se asocia a peor pronóstico.
 • Inmunofluorescencia. Depósitos de IgG y C3 distribuidos en un 
patrón difuso granular. Es característico el patrón en “cielo estrellado” 
cuando los depósitos se distribuyen en el mesangio, subendotelio y 
subepitelio (sobre todo en las fases tempranas) (Figura 7.3B). 
 • Microscopio electrónico. Pueden observarse los depósitos y célu-
las proliferando mencionadas previamente. Son además característi-
cos los depósitos electrodensos subepiteliales denominados humps 
o jorobas, constituidos por C3, y que pueden identificarse con este 
microscopio (Figura 7.3C).
Recuerda
 ➔ Los humps son característicos de la GNPE, pero no son patognomó-
nicos y pueden observarse en otras glomerulonefritis como en el LES, 
la crioglobulinemia o las glomerulopatías C3.
Clínica
La forma de presentación más característica es el síndrome nefrítico de 
inicio súbito con el antecedente de una infección por Streptococcus pyo-
genes, con un periodo de latencia entre ambas de 1-3 semanas en infec-
ciones faríngeas y de 3-6 semanas en infecciones cutáneas (MIR 20-21, 
74). Este periodo de latencia es clave para diferenciarla de la nefropatía 
IgA en la que la hematuria coincide con la infección. Suele cursar con sín-
drome nefrítico asociado a hipocomplementemia por la vía alterna. Debido 
a la latencia sólo el 25% de los pacientes presentan cultivos positivos en 
garganta o piel. Respecto a la serología, títulos elevados de anticuerpos de 
anti-estreptolisina O (ASLO), entre otros, evidencian la infección reciente, 
pero su ausencia no excluye el diagnóstico. 
Recuerda
 ➔ Ante un síndrome nefrítico con descenso de C3 que aparece tras 
una faringitis aguda y con un periodo de latencia de 1-3 semanas, se 
debe pensar en una GN postestreptocócica (MIR 20-21, 74).
Diagnóstico
La GNPE normalmente se diagnostica basándose en la clínica descrita, y en 
la demostración de una infección reciente por estreptococo β-hemolítico 
del grupo A. No se realiza biopsia renal para confirmar el diagnóstico en la 
mayoría de los pacientes, ya que habitualmente la resolución del cuadro 
comienza en 1-2 semanas desde la presentación.
Las indicaciones de biopsia renal son:
 • Sospecha inicial de otra GN hipocomplementémica
 • Complemento persistentemente bajo (> 6 semanas).
 • Episodios recurrentes de hematuria que sugieran nefropatía IgA.
A B C
Figura 7.3. (A) Microscopio óptico: Tinción de hematoxilina eosina. Patrón proliferativo endocapilar (cortesía de Dr. Barat y Dr. Cannata). (B) IFD realizada 
con C3: depósitos a todos los niveles del glomérulo. (cortesía de Dr. Díaz Crespo). (C) Microscopía electrónica, detalle de humps
50
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición
 • Elevación persistente o incremento progresivo de la creatinina 
sérica.
Tratamiento
No existe un tratamiento específico de la GNPE. El manejo consiste en tra-
tamiento de soporte enfocado al manejo de la sobrecarga de volumen que 
causa las complicaciones clínicas (habitualmente con restricción de líqui-
dos y sal, y uso de diuréticos). La diálisis estará indicada en los pacientes 
con fracaso renal oligúrico y sobrecarga de volumen sin respuesta a diuré-
ticos. Sólo aquellos pacientes con cultivo positivo para S. pyogenes deben 
recibir antibiótico.
Pronóstico
La mayoría de los pacientes, particularmente los niños, presentan recupe-
ración completa y resolución del proceso en las primeras 2 semanas desde 
el inicio del cuadro (> 90%). Sin embargo, hay un pequeño porcentaje de 
pacientes que persisten con complicaciones renales (como HTA, proteinu-
ria o cierto grado de insuficiencia renal).
7.6. Glomerulonefritis extracapilares 
o rápidamente progresivas
Aunque tradicionalmente se han clasificado dentro de GN primarias, actual-
mente la proliferación extracapilarse entiende como la expresión de daño 
glomerular grave con rotura de la MBG y formación de semilunas (MIR 
10-11, 217). Aun así, se sigue utilizando la clasificación en tipo I, II o III en 
función del tipo de daño glomerular:
 • Tipo I. Mediada por IC in situ (enfermedad de Goodpasture).
 • Tipo II. Mediada por ICC (LES, crioglobulinemia, GN primarias con pro-
liferación extracapilar…).
 • Tipo III. No mediada por IC (ANCA vasculitis, MAT…).
7.7. Enfermedad 
por cambios mínimos
La enfermedad por cambios mínimos (ECM) y la glomeruloesclerosis focal y 
segmentaria (GEFS) son podocitopatías, es decir, enfermedades glomerula-
res definidas por lesiones del podocito. Hay pacientes en los que coexisten 
ambos tipos de lesión en la histología y pacientes con lesiones de ECM que 
evolucionan con el tiempo a GEFS.
Epidemiología
Es la causa más frecuente de síndrome nefrótico en el niño, siendo el pico 
de edad entre los 2-8 años. En algunas series presenta ligero predominio 
masculino. También puede ser causa de síndrome nefrótico en el adulto, 
pero con mucha menos frecuencia (10-15%).
Etiopatogenia
La causa subyacente de la ECM no está clara. La evidencia acumulada 
sugiere que existe una disfunción sistémica de los linfocitos T que resulta 
en la producción de un factor de permeabilidad glomerular. Este factor cir-
culante provocaría una inflamación local del slit podocitario, produciendo 
una marcada proteinuria y fusión de los procesos podocitarios. Esta teoría 
se sustenta en observaciones como la remisión inducida durante la infec-
ción por sarampión (que modifica la inmunidad mediada por células T), la 
mayor frecuencia de esta entidad en los pacientes con linfoma de Hodgkin 
o atopia, y la excelente respuesta a esteroides.
La mayoría de casos de ECM son formas idiopáticas en relación con este 
aumento de permeabilidad del slit podocitario (> 50%) aunque hay casos 
familiares descritos por mutación de genes que codifican para proteí-
nas del slit podocitario (NPHS1 codifica para nefrina y NPHS2 codifica 
para podocina (10%) y hay casos secundarios en relación con fármacos 
(p. ej., AINE), neoplasias (particularmente las neoplasias hematológicas), 
infecciones, historia de alergia (hasta en el 30% de los pacientes) y otros. 
(Tabla 7.1)
Anatomía patológica
 • Microscopio óptico. Glomérulo normal o con mínimo refuerzo mes-
angial. Los túbulos pueden presentar vacuolas de lípidos y proteínas 
en el interior de las células epiteliales tubulares (antiguamente se 
denominaba a esta entidad “nefrosis lipoidea” en relación a estos 
hallazgos). Los vasos y el intersticio no están afectados.
 • Inmunofluorescencia. Lo característico es la ausencia de depósitos 
(MIR 10-11, 103).
 • Microscopio electrónico. Borramiento de los pedicelos por fusión de 
los mismos en los podocitos (Figura 7.4). Si bien esta lesión es carac-
terística y obligada para el diagnóstico histológico, no es exclusiva y 
puede encontrarse en proteinurias graves de cualquier etiología.
Figura 7.1. Nefropatía de cambios mínimos. Fusión pedicelar 
(cortesía de Dr. Díaz Crespo)
Clínica
En la mayoría de los casos la forma de presentación es el SN puro y selec-
tivo (MIR 20-21, 166), con albuminuria severa (Hasta 15-20 g/día) y dis-
lipemia marcada, a menudo después de una infección respiratoria o de 
una infección sistémica. El complemento es normal. Ocasionalmente se 
acompaña de microhematuria (10-20%) y suele cursar con función renal 
conservada. 
51
07. Glomerulonefritis. NF
Recuerda
 ➔ La enfermedad por cambios mínimos es la causa más frecuente de 
síndrome nefrótico en el niño.
Diagnóstico
Ante un síndrome nefrótico en el niño, dado que la causa más frecuente es 
la ECM, se asume el diagnóstico de ECM y se inicia tratamiento. Si el curso 
no es el esperado y/o no existe una buena respuesta al tratamiento, se 
sospechará una etiología distinta (GEFS) y estaría indicada la realización de 
biopsia renal (MIR 15-16, 155-PD). En los adultos con síndrome nefrótico 
de etiología incierta está indicada la realización de biopsia renal desde el 
primer momento.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento es empírico con corticoides, consiguiéndose una remi-
sión completa de la proteinuria en alrededor del 90% de los pacientes 
(MIR 20-21, 166). En las recidivas (muy frecuentes) también pueden 
ser beneficiosos y deben darse como primera opción sin necesidad de 
biopsia renal, aunque ante una respuesta parcial o recidivas múltiples 
se debe valorar la biopsia renal y el tratamiento con otros inmunosupre-
sores (ciclofosfamida, ciclosporina o tacrólimus y, como última opción, 
rituximab).
Los casos familiares relacionados con mutaciones de NPHS1, NPHS2 no 
responden a inmunosupresión, tienen peor pronóstico y suelen evolucionar 
a GEFS
Entre los factores pronósticos de mala evolución se han sugerido recaídas 
frecuentes, presencia de proteinuria no selectiva, alteración de la función 
renal e hipercelularidad mesangial.
7.8. Glomeruloesclerosis focal 
y segmentaria
Llamada GEFS ó GN focal y segmentaria. Su lesión característica es la escle-
rosis de parte del ovillo glomerular (segmentaria), con afectación de menos 
del 50% de los glomérulos (focal) y habitualmente, inicio en la zona yuxta-
medular. 
Epidemiología
La GEFS es la lesión histológica más común en adultos con síndrome nefró-
tico en Estados Unidos (aprox. 35%) en relación con obesidad, pero es 
mucho menos habitual en otros países. La frecuencia relativa varía con la 
raza, siendo más alta su prevalencia en la raza afroamericana.
Etiopatogenia
Se distinguen formas primarias y secundarias (Tabla 7.1): 
 • En la GEFS primaria se basa en una lesión grave del epitelio visceral 
o podocito produciendo muerte de las células epiteliales y esclerosis 
de la zona dañada. En la mayoría de los pacientes este daño podría 
estar producido por uno o más factores circulantes. Entre los fac-
tores etiopatogénicos estudiados destacan el suPAR (soluble uroki-
nase plasminogen activating receptor) y el CLCF1 (cardiotrophin-like 
cytokine factor 1), pero se desconoce si realmente están implica-
dos en la etiopatogenia. También se han descrito formas genéticas 
relacionadas con mutaciones de NPHS1, que codifica la nefrina, y el 
gen NPHS2, que codifica la podocina, ambos fundamentales para el 
correcto funcionamiento de la barrera de permeabilidad podocitaria. 
En estos casos habrá lesiones iniciales de ECM que evolucionan a 
GEFS.
 • En la GEFS secundaria (más frecuente). Puede ocurrir por lesión 
tóxica directa del podocito (heroína, VIH…), pero en la mayoría de 
los casos es el resultado de una respuesta adaptativa a la hiperfil-
tración. La hiperfiltración conduce a la hipertrofia glomerular con 
aparición de proteinuria. La albuminuria mantenida se comporta 
como un tóxico contra el podocito y acaba provocando lesiones de 
esclerosis. 
La lesión típica de la diabetes y la HTA tiene características comunes con 
esta GN porque en ellas también hay lesiones de esclerosis provocadas por 
la pérdida de albúmina en orina, pero en estos casos las lesiones suelen 
ser globales y difusas (glomeruloesclerosis difusa diabética y nefroangioes-
clerosis).
Recuerda
 ➔ La GEFS se asocia a la obesidad, al VIH y a la adicción a la heroína.
Anatomía patológica
Las lesiones histológicas de la GEFS no permiten diferenciar las formas pri-
marias de las secundarias.
 • Microscopio óptico. Esclerosis segmentaria en < 50% de los glomé-
rulos con fusión cicatricial entre el epitelio parietal y visceral (sinequia) 
(Figura 7.5). Los glomérulos yuxtamedulares son los más comprome-
tidos por la lesión segmentaria. Es frecuente encontrar focos de atro-
fia tubular, fibrosis intersticial e infiltrado inflamatorio.
Figura 7.5. Microscopía óptica: tinción tricrómico de Masson. Esclerosis 
segmentaria glomerular (cortesía de Dr. Cannata y Dr. Barat)
52
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición• Inmunofluorescencia. Los glomérulos no muestran depósitos de 
inmunoglobulinas o fracciones del complemento. En los segmentos 
de lesión se pueden ver depósitos leves e inespecíficos de IgM+, IgG+ 
o C3+. 
 • Microscopio electrónico. Muestra borramiento difuso o parcheado 
de los procesos podocitarios, similar a la lesión observada en la nefro-
patía por cambios mínimos.
Clínica y diagnóstico
Los pacientes con GEFS suelen presentar proteinuria nefrótica no selectiva 
(60-75%), HTA (45-65%), hematuria microscópica (30-50%) y deterioro de FG 
(25-50%) A pesar de la proteinuria en rango nefrótico, en muchas ocasio-
nes no presentan síndrome nefrótico completo (albúmina sérica normal, 
ausencia de edemas). 
Para realizar un diagnóstico de certeza es necesaria la realización de una 
biopsia renal.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es la remisión de la proteinuria, por lo que se ini-
ciará tratamiento con BSRAA, especialmente eficaz en la GEFS secundaria 
a hiperfiltración (MIR 14-15, 101).
En los casos de GEFS secundaria de causa tratable se debe realizar trata-
miento específico del agente causal (p. ej., tratamiento antirretroviral en el 
VIH).
En los casos de GEFS primaria el consenso es menor. En pacientes con 
función renal normal y proteinuria de < 3,5 g/día, no se recomienda tra-
tamiento inmunosupresor, ya que generalmente presentan buena evolu-
ción. En los casos más graves, la remisión espontánea es menor del 10%, 
estando recomendado el tratamiento con corticoides u otros inmunosupre-
sores como ciclosporina, tacrólimus o micofenolato de mofetilo.
Pronóstico
La mayoría tiene un curso lento y progresivo, pero si no se logra el con-
trol de la proteinuria, puede evolucionar a enfermedad renal crónica 
terminal.
La variante de GEFS colapsante, relacionada principalmente con la infec-
ción por VIH, tiene un curso más agresivo, con proteinuria más grave y más 
rápida evolución a ERCT.
La GEFS primaria relacionada con factores circulantes (idiopática) es la GN 
que más rápido puede recidivar en el trasplante renal, ya que estos factores 
son capaces de lesionar los podocitos del injerto en menos de 24-48 horas, 
con recidiva del síndrome nefrótico. 
Recuerda
 ➔ La mayoría de las glomerulonefritis pueden recidivar en el trasplan-
te renal, pero la que recidiva con mayor frecuencia es la enfermedad 
de depósitos densos (glomerulopatía C3) y la que lo hace a mayor ve-
locidad es la GEFS idiopática.
7.9. Glomerulonefritis 
membranoproliferativa o 
mesangiocapilar
La glomerulonefritis membranoproliferativa o mesangiocapilar (GNMP 
o GNMC) se diagnostica en base a un patrón de daño glomerular en la 
microscopía óptica que es común a un grupo heterogéneo de enferme-
dades. Supone el 7-10% de las GN confirmadas por biopsia. Los cambios 
histológicos son consecuencia del depósito de inmunoglobulinas, factores 
del complemento o ambos en el mesangio y a lo largo de la pared de los 
capilares glomerulares (subendotelio o membrana basal).
Clasificación y etiopatogenia
 • Clasificación etiológica. GNMC primarias o idiopáticas (diagnóstico 
de exclusión) y GNMC secundarias (en la mayoría de los casos, ej.: 
infección por VHC)..
 • Clasificación morfológica. Tradicionalmente las GNMC se han clasi-
ficado en 3 tipos según la localización de los depósitos en la micros-
copía electrónica:
 - Tipo I: depósitos mesangiales y subendoteliales (la más frecuente).
 - Tipo II o enfermedad de los depósitos densos: depósitos intra-
membranosos.
 - Tipo III: depósitos mesangiales, subendoteliales y subepiteliales.
 • Clasificación etiopatogénica. Actualmente se prefiere evitar la cla-
sificación por la localización de los depósitos siendo preferible la clasi-
ficación por la naturaleza de los depósitos en función de los hallazgos 
de la inmunofluorescencia: GNMC mediadas por inmunocomplejos y 
GNMC mediadas por complemento (menos frecuentes).
 - GNMC mediadas por IC. Se deben a la formación continua de 
IC en diferentes situaciones como infecciones crónicas, enfer-
medades autoinmunitarias o gammapatías monoclonales. Los 
IC activan la vía clásica del complemento y tanto los IC como el 
complemento se depositan en el mesangio y paredes capilares 
(subendotelio), siendo por ello positivos en la IFD.
 › Infecciones. Las infecciones crónicas como la hepatitis C 
(causa más frecuente) y hepatitis B son importantes cau-
sas de GNMC, con o sin crioglobulinemia acompañante. 
Además de virus, se han descrito GNMC relacionadas con 
infecciones bacterianas, infecciones fúngicas o parasita-
rias. Las infecciones crónicas bacterianas (endocartidis, 
nefritis del shunt, abscesos, etc.) se relacionan con GNMC 
particularmente en países desarrollados.
 › Enfermedades autoinmunitarias. Crioglobulinemia, LES, 
Síndrome de Sjögren o la artritis reumatoide.
 › Gammapatías monoclonales o disproteinemias, incluyendo 
la gammapatía monoclonal de significado renal (GMSR), 
que es una gammapatía monoclonal de significado incierto 
(GMSI) con afectación renal. 
 - GNMC mediadas por complemento. En condiciones norma-
les, la vía alterna del complemento está continuamente activa 
a bajos niveles en la circulación, por lo que existen numerosos 
mecanismos de regulación de esta activación (factor H, factor 
H-related proteins [CFHR 1-5], factor I, MCP, etc.) para prevenir el 
daño celular por la misma.
En los trastornos que conducen a una disregulación de la vía 
alterna del complemento, existe una hiperactivación de C3 
53
07. Glomerulonefritis. NF
con liberación de C3b y factores de la vía final que se depo-
sitan en el glomérulo. En este caso no existe depósito de Ig 
y, por tanto, la inmunofluorescencia típicamente es positiva 
para C3, pero negativa para C4, C1q o inmunoglobulinas. 
Todas las GN con depósito predominante de C3 se deno-
minan glomerulopatías C3 y se clasifican en enfermedad 
de los depósitos densos (EDD) o glomerulonefritis C3 (GNC3) 
según la localización de los depósitos. Podría existir depósito 
de Ig en mucha menor intensidad, pero siempre con predomi-
nancia del complemento; por ello también se denominan GN 
“C3-dominantes”.
La disregulación de la vía alterna del complemento puede 
deberse a mutaciones, polimorfismos genéticos o a autoanti-
cuerpos contra proteínas reguladoras (p. ej., IgG anti-c-3-conver-
tasa o C3 nefritic factor [C3Nef], que estabilizan la C3convertasa 
y prolongan su vida media al impedir su inactivación y degrada-
ción). Lo más habitual es la presencia de C3NeF o una pérdida 
de actividad del factor H. Algunas de las mutaciones asociadas 
con las glomerulopatías C3 también se asocian con el síndrome 
hemolítico urémico atípico.
Anatomía patológica
 • Microscopio óptico. El depósito de Ig, complemento o ambos en el 
mesangio y subendotelio supone un daño agudo con una fase inicial 
inflamatoria con proliferación mesangial y endocapilar dando lugar 
al patrón lobulado (Figura 7.6A). Después ocurre una fase de repa-
ración, en la que hay expansión mesangial y generación de nueva 
membrana basal alrededor de los depósitos dando la apariencia de 
duplicación de la membrana basal (“raíl de tren” o doble contorno de 
la MBG) (Figura 7.6B). Los depósitos subendoteliales masivos pro-
vocan rigidez del asa capilar y se denominan depósitos en “asa de 
alambre”. Es muy frecuente que las GNMC mediadas por ICC puedan 
desarrollar proliferación extracapilar (semilunas) con insuficiencia 
renal rápidamente progresiva.
La microscopía óptica únicamente distingue el patrón mesangiocapi-
lar o membranoproliferativo y no permite distinguir subtipos o clasi-
ficarlas
 • Inmunofluorescencia. Permite distinguir entre GNMC mediadas por 
IC (con depósito de Ig y complemento) o por complemento (con depó-
sito de complemento sin Ig) (Figura 7.6C). 
Ocasionalmente, la inmunofluorescencia puede orientar la etiolo-
gía: IgM e IgG policlonales en VHC, Ig monotípicas con restricción de 
cadenakappa o lambda (una sola cadena ligera) en GMSR, patrón 
full house (IgG, IgM, IgA, c3, c1q…) en LES, o C3 intenso sin Ig en 
las GNMC asociadas a la disregulación de la vía alterna del com-
plemento 
La microscopía electrónica permite localizar los depósitos y se ha 
utilizado para clasificar las GNMC: mesangiales y subendoteliales 
en la tipo I, intramembranosos en la tipo II o EDD, y subepitelia-
les (además de mesangiales y subendoteliales) en la tipo III. Den-
tro de la glomerulopatía C3, además de la EDD mencionada (con 
depósitos intramembranosos densos, en forma de salchicha o “en 
cinta”), encontramos la GNC3 que se caracteriza por depósitos de 
C3 mesangiales y subendoteliales y a veces también subepiteliales 
e intramembranosos 
Recuerda
 ➔ Las glomerulopatías C3 se caracterizan por depósito intenso de C3 
sin depósito acompañante de Ig. Este depósito de C3 será intramem-
branoso en la EDD y mesangial y subendotelial en la GNC3.
Clínica
Los pacientes con GNMC clásica (Tipo I) frecuentemente se presentan con 
un síndrome nefrótico “impuro” con insuficiencia renal, hematuria e hipo-
complementemia por la vía clásica. 
La EDD es una enfermedad rara, más frecuente en niños y adultos jóve-
nes. Se presenta como síndrome nefrótico, en presencia de anticuerpos-C3 
nephritic factors (C3NeF) que estabilizan la C3 convertasa (80%) y suele 
existir hipocomplementemia de C3. Evoluciona a ERCT. Se asocia a la pre-
sencia de drusas en la membrana de Bruch de la retina (degeneración 
macular) y a lipodistrofia parcial.
Diagnóstico
 • Complemento sérico. Es más frecuente hipocomplementemia de C3 
y C4 en la GNMP mediada por IC, mientras que en los trastornos de la 
vía alterna suele existir hipocomplementemia de C3 con C4 normal.
A B C
Figura 7.6. (A) Microscopía óptica, tinción HE. Patrón mesangiocapilar (lobulado); (B) Microscopía óptica, tinción de plata. Patrón mesangiocapilar (dobles 
contornos); (C) IFD con IgG. Depósitos mesangiales y en contorno de membrana basal. (cortesía de Dr. Cannata y Dr. Barat)
54
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición
 • Biopsia renal. El diagnóstico de GNMC es por su patrón histológico 
en la biopsia. En función de los hallazgos de la inmunofluorescencia 
se debe orientar el diagnóstico del trastorno responsable.
Tratamiento
No hay suficiente evidencia para hacer recomendaciones en estos pacien-
tes. El tratamiento prolongado con corticoides no muestra claros benefi-
cios. Lo más adecuado es considerar el tratamiento etiológico de la GNMC.
Algunas GNMC mediadas por complemento, en las que hay niveles eleva-
dos de factores del complejo de ataque a la membrana, podrían tratarse 
con eculizumab pero no hay evidencia clara de beneficio. Existen diferentes 
fármacos en estudio dirigidos contra la C3-Convertasa y C3b . Los pacientes 
con anticuerpos anticomplemento pueden beneficiarse de la inmunosupre-
sión con corticoides y rituximab, o incluso de la plasmaféresis. Los pacien-
tes con déficit de factor H se pueden beneficiar de la infusión de plasma 
fresco o factor H recombinante.
Como en la mayoría de GN crónicas:
 • En pacientes con función renal normal, sedimento urinario no activo 
y proteinuria no nefrótica tienen un buen pronóstico a largo plazo y 
pueden tratarse de forma conservadora con BSRAA.
 • En pacientes con curso rápidamente progresivo y semilunas en la 
biopsia se recomienda utilizar corticoides a altas dosis y ciclofos-
famida.
 • Aquéllos que se presentan con insuficiencia renal avanzada y fibrosis 
tubulointersticial grave en la biopsia no suelen beneficiarse de trata-
miento inmunosupresor.
En cuanto a la recurrencia en el trasplante renal, todos los tipos de GNMC 
pueden recurrir. La recurrencia varía en función de la enfermedad de base 
(más frecuente en gammapatías o glomerulopatías C3). La EDD es la GN 
que más recidiva en el trasplante (80-100%) y existe una pérdida del injerto 
del 50% a 5 años.
A modo de resumen de todo lo estudiado en este capítulo, se exponen la 
Tabla 7.2, la Figura 7.7 y la Figura 7.8.
Preguntas MIR
 ➔ MIR 20-21, 74, 166
 ➔ MIR 19-20,113
 ➔ MIR 17-18,131
 ➔ MIR 16-17, 135, 232
 ➔ MIR 15-16, 18, 155-PD
 ➔ MIR 14-15, 99, 101
 ➔ MIR 13-14, 123
 ➔ MIR 12-13, 117, 229
 ➔ MIR 10-11, 103, 217
Disminución de complemento Síndrome nefrítico Síndrome nefrótico Hematuria macroscópica
GN primarias GNPE (C3)
GNMC tipo I (C3, C4)
EDD (C3)
GNPE 
Cualquier GN con proliferación 
extracapilar
ECM
GEFS
NMB
GNMC tipo I
EDD
NIgA
GNPE
GNMC tipo I
GN secundarias Crioglobulinemia
LES
Crioglobulinemia
LES
ANCA vasculitis
Enf. Goodpasture
Nefropatía diabética
Amiloidosis
Púrpura S-H
EPQA
Hemoglobinuria paroxística 
nocturna
Tabla 7.2. Principales entidades causantes de hipocomplementemia, síndrome nefrítico, síndrome nefrótico y hematuria macroscópica (MIR 17-18, 131)
55
07. Glomerulonefritis. NF
Glomerulonefritis mesangial IgA Glomerulonefritis cambios mínimos
PODOCITOPATÍAS
GE focal y segmentaria
Sinequias
Fusión pedicelar
Icc
Mesangio
y proliferación
mesangial
Glomerulonefritis membranosa
IC in situ subepiteliales
Ag “plantados” Anti-Rcp PLA-2
Spikes
Glomérulo normal Glomerulonefritis extracapilar
Semiluna epitelial
Glomerulonefritis postinfecciosa
Humps
Glomerulonefritis mesangiocapilar EDD (glomerolopatía C3)
Depósito intramembranoso C3
Polimorfonucleares
Depósitos ICC+ IS
Mesangiales
Subendoteliales
Subepiteliales Depósitos ICC
Mesangiales
Subendoteliales
(”asa de alambre”)
Extensión circunferencial 
del mesangio
Imagen de “doble contorno”
Figura 7.7. Histología de las glomerulonefritis
56
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición
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07. Glomerulonefritis. NF
 ✔ La NIgA se caracteriza por brotes de hematuria macroscópica en el 
contexto de infecciones faríngeas, digestivas o situaciones de esfuerzo 
físico intenso. La biopsia presenta depósito de IgA y C3 de predominio 
mesangial. Complemento normal.
 ✔ La NM es la causa más frecuente de SN biopsiado en el adulto. Se aso-
cia con VHB y adenocarcinomas, la forma autoinmunitaria está mediada 
por la presencia de anticuerpos anti PLA2R. Presenta depósito subepi-
telial de IgG y C3. Complemento normal.
 ✔ La GNPE tiene presentación aguda, habitualmente en forma de SNi con 
latencia tras infección faríngea o cutánea por S. pyogenes. Presenta 
depósito a todos los niveles de IgG y C3 (destacan los humps). Hipo-
complementemia por la vía alterna.
 ✔ La ECM es la causa más frecuente de SN en el niño. Presenta en la mi-
croscopía electrónica fusión pedicelar. Complemento normal.
 ✔ La GEFS se asocia a situaciones de hiperfiltración como el descenso de 
masa renal o la obesidad mórbida, pero también aparece en relación 
a tóxicos como VIH o heroína. Debuta como SN. La forma idiopática 
recidiva muy rápido en el trasplante renal. Presenta sinequias con es-
clerosis parcheada en menos del 50% de los glomérulos. Complemento 
normal.
 ✔ La GNMC tipo I se asocia a VHC, crioglobulinemia y discrasias sanguí-
neas. Presenta depósito de IgG, IgM, C3 y C4 de predominio en mesan-
gio y subendotelio. Hipocomplementemia por la vía clásica.
 ✔ La EDD se asocia a alteraciones de la regulación en la vía alterna del 
complemento. Presenta depósitos intramembranosos de C3 sin Ig. Hi-
pocomplementemia por la vía alterna.
Conceptos Clave
Varón de 58 años remitido a la consulta de nefrología por proteinuria. 
En la analítica de sangre solicitada por su médico de atención prima-
ria presenta Cr 1,3 mg/dl, urea 46 mg/dl, Alb 2,9 g/dl, Na 143 mEq/l, 
K 3,8 mEq/l. En la analítica de orina: Osm 305 mOsm/l, Na 75 mEq/l e 
índice proteínas/creatinina en orina de 4.600 mg/g. En la exploración 
física presenta leves edemas en ambos miembros inferiores. ¿Cuál de 
las siguientes entidades es más probable?
1) Glomerulonefritis mesangial IgA.
2) Glomerunonefritis membranosa.
3) Glomerulonefritis postestreptocócica.
4) Glomerulonefritis por cambios mínimos.
RC: 2
Varón de 4 años que acude a Urgencias por edemas en miembros infe-
riores y en párpados. Se realiza analítica de sangre presenta Cr de 0,5 
mg/dl, urea 35 mg/dl, pH 7,34, HCO3 22 mEq/l, Na 133 mEq/l, K 4,2 mE-
q/l, Alb 2,0 g/dl, Mg 2,5 mg/dl, P 4,0 mg/dl. En la orina de 24 horas pre-
senta albuminuria de 4 g/24 h. Ante la sospecha de síndrome nefrótico 
secundario a enfermedad por cambios mínimos se decide ingreso en 
nefrología y se inicia tratamiento con corticoides. A los 15 días el niño 
continúa con edemas generalizados y con índice proteínas/creatinina 
en orina de 5,8 mg/mg. ¿Cuál es la actitud más correcta?
1) Inicio de terapia de depuración extrarrenal.
2) Biopsia renal.
3) Continuar corticoterapia hasta completar 4 semanas.
4) Iniciar doble tratamiento inmunosupresor.
RC: 3
Casos Clínicos
Recursos de la asignatura

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