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S E C C IÓ N V Tumores broncopulmonares CÁNCER DE PULMÓN C. Agustí García-Navarro, R. M.ª Marrades Sicart Epidemiología y factores de riesgo El cáncer de pulmón constituye la causa principal de muerte por cáncer en el mundo. En 2018, representaba el 14% de todos los cánceres en los varones y el 13% en las mujeres. La supervivencia a los 5 años en las últimas décadas era del 12%, y en la actualidad es del 18%. Debido a la alta prevalencia de tabaquismo en los países en desarrollo, el número de casos está en crecimiento, y el cáncer de pulmón figura entre las 10 causas de muerte más frecuentes. La entrada del nuevo siglo ha coincidido con avances en el conocimiento de los mecanis- mos biológicos de desarrollo del cáncer de pulmón y en los métodos diagnósticos y de estadificación. Además, han aparecido tratamientos biológicos que suponen el inicio de la llamada terapia diana, que contempla un tratamiento personalizado basado en las alteraciones moleculares y que probablemente justifica el discreto incremento en la supervivencia observado en los últimos años. Hábito tabáquico El humo de tabaco es el principal factor de riesgo para el cáncer de pulmón, y se estima que es responsable del 90% de los casos. Entre los fumadores crónicos, un 15% desarrollarán cáncer de pulmón. Tan sólo el 15% de los casos de cáncer de pulmón se dan en no fumadores. El humo de tabaco contiene 4.000 sustancias químicas, entre las que se incluye un mínimo de 40 componentes con potencial cancerígeno demostrado, como las nitrosoureas y el benzopireno. El riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón aumenta con el número de cigarrillos fumados al día, el número de años que se fuma, la edad de inicio del tabaquismo, el grado e intensidad de las inhalaciones, el contenido en alquitrán y nicotina, y el consumo de cigarrillos sin filtro. El hábito tabáquico se asocia a todos los tipos histológicos de cáncer de pulmón. Otras formas de tabaquismo (puro, pipa) también se han relacionado con cáncer de pulmón, si bien dicha relación no es tan evidente. Tabaquismo pasivo El 15% de los casos de cáncer de pulmón se dan en no fumadores, y el 5% de las muertes por esta enfermedad se atribuyen a tabaquismo pasivo. El paciente no fumador incrementa un 20% el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón si se expone al humo de tabaco en el ambiente familiar o laboral. Sexo En EE. UU., la incidencia de cáncer de pulmón ha pasado de una relación varón:mujer de 7:1 hace unos años a una relación 2:1 en la actualidad, y constituye la causa más frecuente de muerte por cáncer en la mujer, por delante del de mama. En los países donde el hábito tabáquico en la mujer apareció más tarde, se detecta un incremento progresivo en la incidencia, y es de esperar un comportamiento epi- demiológico similar al norteamericano. Etnia Los varones de etnia negra tienen un riesgo mayor de desarrollar un cáncer de pulmón que los varones caucásicos para un mismo grado de tabaquismo. Por el contrario, los varones de origen asiático parecen tener mejor pronóstico que los caucásicos, hecho que podría estar determinado por las características específicas del tumor. Distribución geográfica La prevalencia del cáncer de pulmón varía notablemente según la geografía y está en relación directa con el hábito tabáquico de la zona evaluada. Dieta Existe evidencia epidemiológica de que la ingesta de frutas y vegetales en abundancia disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. No se conocen los constituyentes específicos de estos alimentos que confieren protección. Polución atmosférica Existe una diferencia pequeña, pero consistente, en la incidencia y la mortalidad por cáncer de pulmón entre las áreas urbanas y las rurales, lo que sugiere que la polución atmosférica podría desempeñar un papel carcinogénico en las zonas urbanas densamente pobladas. Edad La edad es uno de los factores predisponentes, debido a factores bioló- gicos como la alteración del DNA y el acortamiento de telómeros. La edad media de presentación del cáncer de pulmón es de 70 años tanto en los varones como en las mujeres. Enfermedades respiratorias e infecciones crónicas La fibrosis pulmonar idiopática, la EPOC y la infección por el HIV se asocian a un riesgo incrementado de desarrollar cáncer de pulmón. Predisposición hereditaria El hecho de que sólo el 15% de los fumadores serán diagnosticados de cáncer de pulmón al llegar a los 75 años de edad sugiere que existe una predisposición genética que influye en la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Estudios epidemiológicos demuestran una clara agregación familiar, de tal manera que el riesgo de padecer cáncer Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 736 SECCIÓN V Neumología de pulmón es mayor en fumadores con antecedentes familiares, en especial cuando se dan varios casos en la familia. Enzimas del cito- cromo P450 y transferasas del glutatión actúan como metabolizadores de carcinógenos. Se han identificado polimorfismos de los genes de estos sistemas de metabolización que influyen en el riesgo de sufrir cáncer de pulmón. Factores ocupacionales El radón es un gas inerte natural derivado de la degradación del uranio. En EE. UU., la exposición al radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, y es responsable del 10% de los casos, especialmente en fumadores. La exposición al radón se ha convertido en un tema de gran interés epidemiológico, dado que podría constituir una amenaza para grupos amplios de población al demostrarse su filtración desde el suelo y las rocas a través de los cimientos de los edificios. El grado de exposición dependerá de la zona geográfica concreta y de sus caracterís- ticas geológicas, así como del tipo de construcción. La exposición al asbesto es la responsable de alrededor del 3%-4% de los casos. Los casos de cáncer de pulmón secundarios a exposición al asbesto aparecen 20 años después del primer contacto. Existe una relación íntima entre intensidad de la exposición y riesgo de desarrollar cáncer de pulmón; no obstante, y a diferencia de otros carcinógenos, una exposición corta puede causar este cáncer si ha sido suficientemente intensa. En este grupo de trabajadores, el tabaco supone un riesgo multiplicativo y no aditivo, y se especula que el asbesto actuaría como cocarcinógeno del tabaco. Otros factores ocupacionales que incrementan el riesgo de desarro- llar cáncer de pulmón son los compuestos de arsénico (p. ej., mineros, fundidores, agricultores que utilizan pesticidas), níquel, berilio, cadmio e hidrocarbonos policíclicos aromáticos. Cáncer de pulmón en no fumadores Es la séptima causa de muerte por cáncer y se ha incrementado en los últimos años. Se estima que el 25% de los casos en el mundo se dan en personas que nunca han fumado, mayoritariamente mujeres y en eda- des tempranas. El tipo histológico más común es el adenocarcinoma, a menudo con mutaciones en oncogenes dominantes. Se considera que factores ambientales, como tabaquismo pasivo, polución y exposición al radón, juegan un papel relevante en estos casos. Etiología y patogenia El humo del tabaco causa un «campo de cancerización» a lo largo del epitelio respiratorio, correspondiente a las áreas de aspecto histológico normal que presentan alteraciones moleculares premalignas. En una fase inicial, estos cambios moleculares conducen a una alteración en los mecanismos de reparación de las células progenitoras. Diversos cambios genéticos y epigenéticos darán lugar a la proliferación de clones celula- res aberrantes que sustituirán de forma progresiva al epitelio normal. La extensión y la progresión de este «estado premaligno» constituyen el principio fundamental para el desarrollo del cáncer. Los fenómenos celularesy moleculares que gobiernan la trans- formación de lesiones premalignas a cáncer de pulmón son funda- mentalmente la activación de oncogenes, la deleción o inactivación de genes supresores tumorales, la alteración de la apoptosis y el trastorno en los mecanismos de reparación del DNA. Oncogenes Los protooncogenes son genes que sintetizan proteínas con una función esencial en el crecimiento y la diferenciación celular. Si el protooncogén muta (se transforma en oncogén), la proteína que sintetiza tiene una actividad funcional distinta y puede alterar el metabolismo de la célula, de forma que adquiera las características propias de una célula neoplá- sica. La plena transformación en célula cancerosa requiere un complejo proceso molecular que puede necesitar cambios genéticos secundarios, como la activación de otros oncogenes o la pérdida de genes específicos que tienen la función de inhibir el crecimiento celular. La mutación del gen supresor tumoral P53, situado en el brazo corto del cromosoma 17, es la alteración genética más frecuente en el cáncer de pulmón. La mutación de este gen impide el correcto control del crecimiento y la división celulares, y favorece el desarrollo de carcinomas. El K-RAS es uno de los tres oncogenes RAS que codifican la proteína p21, la cual es esencial para la transducción de señales de crecimiento a través de la membrana celular. Un 30% de los casos de adenocarcinoma mues- tran una mutación de este oncogén dominante, y su presencia parece relacionarse con el tabaquismo y tener significación pronóstica. La expresión aberrante de otra familia de oncogenes, como la ERB-B en el carcinoma que no es de células pequeñas o la del oncogén myc en el carcinoma de células pequeñas, representa otra de las alteraciones genéticas que se observan con frecuencia en el cáncer de pulmón. Factores de crecimiento Diversos factores de crecimiento desempeñan un papel esencial en la activación de los genes que controlan el desarrollo y la diferenciación celulares. La mayoría de los factores de crecimiento se liberan de forma paracrina, a partir de células vecinas, o autocrina, por la misma célula. Se ha demostrado que en el carcinoma de células pequeñas existe una liberación autocrina de diversos neuropéptidos que actúan como factores de crecimiento y control del desarrollo tumoral. Por otra parte, cuando el factor de crecimiento epidérmico (EGF) se une a su receptor específico, se produce un aumento de expresión de diversos oncogenes, como el C-MYC y el C-FOS. El receptor del EGF se identifica en dos tercios de los casos de carcinoma que no es de células pequeñas (hasta un 85% de los carcinomas escamosos), pero es excepcional en el carcinoma de células pequeñas. Se han clonado y seleccionado diferentes receptores específicos para factores de cre- cimiento, como el del péptido liberador de gastrina (GRP) y el EGF, lo que ha impulsado el desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas basadas en intentar inhibir el crecimiento autocrino de los tumores mediante fármacos que actúan como antagonistas o compiten con los receptores específicos. La identificación de los determinantes biológicos que influyen en la sensibilidad a dichos fármacos es una de las líneas de investigación más activas en el tratamiento del cáncer de pulmón. La pérdida de función de genes supresores tumorales o la activación de oncogenes a través de mutaciones genéticas no son los únicos mecanismos por los que la carcinogénesis está aumentada en pacientes con cáncer de pulmón. Otros mecanismos epigenéti- cos (cambios heredados en la expresión genética que no conllevan alteraciones en la secuencia del DNA), como metilación del DNA, cambios en la cromatina o alteraciones en los micro-RNA (miRNA), tienen también un papel determinante. Anatomía patológica El cuadro 86-1 muestra la clasificación histopatológica de los tipos de cáncer de pulmón. En los últimos años, y en los países desarrollados, se ha apreciado un descenso significativo en la incidencia de los dos tipos histológicos que más se asocian con el hábito tabáquico, y que son el carcinoma escamoso y el de células pequeñas. Dicho descenso es un reflejo de la caída global del consumo de tabaco. Los porcentajes relativos de los cuatro grandes grupos histológicos, que constituyen el 95% del total de tumores malignos pulmonares, son: adenocarcinoma, 38%; carcinoma escamoso, 20%; carcinoma neuroendocrino de células pequeñas, 13%, y carcinoma de células grandes, 5%. Adenocarcinoma La característica histológica fundamental es la formación de estructuras glandulares atípicas con diferenciación tubular, acinar o papilar y formación de moco. El adenocarcinoma invasivo representa más del 75% de los casos. El patrón más frecuente es el mixto, moderadamente diferenciado y de tipo acinar. En el estudio inmunohistoquímico muestra posi- tividad para mucina y TTF-1. La última clasificación de la Orga- nización Mundial de la Salud (OMS) (v. cuadro 86-1) diferencia los adenocarcinomas de crecimiento lepídico (diseminación en una única capa sobre el septo alveolar, sin invasión del estroma, los vasos sanguíneos o la pleura), como el adenocarcinoma in situ, lesión preinvasiva de hasta 3 cm de diámetro máximo y sin infiltración, que a su vez es un proceso evolutivo de la hiperplasia adenomatosa atípica (crecimiento lepídico, pero hasta 5 mm de diámetro); el adenocarcinoma mínimamente invasivo, de hasta 3 cm de diámetro máximo y áreas de invasión de menos de 0,5 cm, y el adenocarcinoma Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 737 CAPÍTULO 86 Tumores broncopulmonares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. lepídico, antiguamente denominado carcinoma bronquioloalveolar (término que se ha desechado en la clasificación actual) y que sería cualquier adenocarcinoma con áreas de invasión de más de 0,5 cm y que contiene áreas de componente lepídico no invasivo. Carcinoma escamoso El carcinoma escamoso suele originarse en el epitelio que cubre los bronquios principales y su crecimiento es lento, por lo que los síntomas suelen estar relacionados con la obstrucción bronquial. La característica microscópica más sobresaliente es la presencia de que- ratinización celular y de desmosomas. El carcinoma escamoso puede producir una marcada respuesta en el tejido pulmonar del huésped con presencia de infiltrados linfoplasmocitarios y células histiocitarias gigantes multinucleadas. Con cierta frecuencia existen necrosis central y cavitación. El análisis inmunohistoquímico del carcinoma esca- moso es muy útil, especialmente en casos mal diferenciados, y revela positividad para la queratina de alto peso molecular, CK5/6 y p63, y negatividad para TTF-1, CK7 y marcadores neuroendocrinos (CD56, cromogranina). Suele ser un tumor de crecimiento local, y las metástasis a distancia son menos frecuentes que en los demás subtipos histológicos, por lo que, en general, tienen un pronóstico algo mejor. Carcinoma de células grandes Aunque está reconocido como un tipo histológico concreto, es posible que se trate de una neoplasia que incluye variantes poco diferenciadas de adenocarcinoma y carcinoma escamoso. Representa el 5% de los tumores pulmonares malignos. Se trata de un tumor de células grandes con abundante citoplasma y sin diferenciación escamosa o glandular ni evidencia de secreción de moco. Tumores neuroendocrinos. Carcinoma de células pequeñas Los tumores neuroendocrinos contienen en sus células gránulos que secretan hormonas peptídicas (marcadores de diferenciación neuro- endocrina) como la l-DOPA descarboxilasa, el GRP y la enolasa neuroespecífica. Este grupo incluye tumores pobrementedife- renciados y muy invasivos, como el carcinoma de células peque- ñas (el tumor neuroendocrino más frecuente) y el carcinoma neuroendocrino de células grandes (antes dentro del grupo de carcinoma de células grandes), y también tumores de bajo gra- do, como los carcinoides típicos y atípicos. La identificación de marcadores de diferenciación neuroendocrina es típica, pero no patognomónica, del carcinoma de células pequeñas. El carcinoma de células pequeñas suele ser de localización central y se asocia con frecuencia a adenopatías mediastínicas. El análisis histológico demuestra que se trata de células redondas u ovales de pequeño tamaño, escaso citoplasma y núcleo hipercromático que se aseme- jan a linfocitos, con abundantes mitosis y presencia de necrosis. Tanto el curso clínico como los datos morfológicos revelan que el carcinoma de células pequeñas es un tumor de extrema maligni- dad, con gran facilidad para desarrollar metástasis tanto por vía linfática como hematógena. El carcinoma de células pequeñas combinado con otro tipo de los descritos representa el 20% de los carcinomas de células pequeñas, y suele ser más localizado y tener mejor pronóstico. Los avances conseguidos en el campo de la microscopia electrónica y la biología celular y molecular han confirmado que los tumores pulmonares son heterogéneos desde el punto de vista histológico. La utilización de dos únicos términos diagnósticos, carcinoma de células pequeñas y carcinoma que no es de células pequeñas, permite una consistencia en el diagnóstico superior al 90%. Sin embargo, el empleo de marcadores inmunohistoquímicos para determinar el tipo histológico específico es cada vez más necesario para el correcto tratamiento con fármacos que actúan como antagonistas o compiten con receptores biológicos específicos. Cuadro clínico La mayoría de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican en fases avanzadas de la enfermedad. La presencia de síntomas es un reflejo de enfermedad avanzada y conlleva un pronóstico desfavorable. Los síntomas que provoca el cáncer de pulmón pueden deberse a: 1) el propio tumor; 2) su extensión intratorácica; 3) su diseminación metas- tásica, y 4) manifestaciones sistémicas no metastásicas (síndromes paraneoplásicos). Manifestaciones clínicas debidas al propio tumor La tos es el síntoma más frecuente. Sin embargo, a menudo pasa desapercibida, dada su inespecificidad en pacientes fumadores. Un cambio en las características habituales de la tos en fumadores de edad superior a 40 años obliga a realizar una radiografía de tórax. La disnea, a menudo asociada a tos y expectoración, puede deberse a obs- trucción de la vía aérea principal, derrame pleural o infiltración linfática (linfangitis carcinomatosa). La hemoptisis es una manifestación que se presenta en los tumores de localización central. La cantidad de sangre expectorada suele ser escasa, pero en casos avanzados la erosión de una arteria bronquial puede dar lugar a una hemorragia masiva. La fiebre está asociada a neumonitis obstructiva. La ausencia de resolución de los signos y síntomas de neumonía en fumadores obliga a descartar la presencia de una tumoración subyacente. En ocasiones, la fiebre es una • CUADRO 86-1 Clasificación histológica del cáncer de pulmón. Tumores epiteliales (Organización Mundial de la Salud, 2015) Adenocarcinoma Lesiones preinvasivas Hiperplasia atípica adenomatosa Adenocarcinoma in situ Adenocarcinoma mínimamente invasivo Mucinoso No mucinoso Lepídico Acinar Papilar Micropapilar Mucinoso Coloide Fetal Entérico Carcinoma escamoso Lesiones preinvasivas Carcinoma escamoso in situ Queratinizante No queratinizante Basaloide Tumores neuroendocrinos Lesiones preinvasivas Hiperplasia de células neuroendocrinas difusas del pulmón Carcinoma de células pequeñas Carcinoma de células pequeñas combinado Carcinoma neuroendocrino de células grandes Carcinoma neuroendocrino de células grandes combinado Tumor carcinoide Típico Atípico Carcinoma de células grandes Carcinoma adenoescamoso Carcinoma pleomórfico Carcinosarcoma Blastoma pulmonar Carcinoma de células gigantes Otros carcinomas no clasificables Carcinoma de tipo glándula salival Mucoepidermoide Adenoide quístico Epitelial-mioepitelial Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 738 SECCIÓN V Neumología manifestación paraneoplásica o se debe a la formación de un absceso necrótico tumoral o a la presencia de metástasis. Manifestaciones clínicas debidas a la extensión intratorácica Pueden deberse a afección: 1) de los ganglios linfáticos; 2) nerviosa; 3) de la pleura y la pared torácica; 4) vascular y cardíaca, y 5) visceral. La invasión linfática por el tumor es frecuente y tiene un significado pronóstico desfavorable. Deben evaluarse siempre los ganglios lin- fáticos escalenos y supraclaviculares, ya que se afectan en el 20% de los pacientes en algún momento de la enfermedad. La utilización de ultrasonidos puede identificar ganglios no accesibles en la palpación. A diferencia de lo que ocurre con los ganglios linfáticos, la invasión de raíces nerviosas provoca diversos síntomas y signos. El tumor de Pancoast (o del sulcus superior) es el término que se aplica a las neo- plasias originadas en el ápex pulmonar, en general de estirpe esca- mosa, crecimiento lento y metástasis tardías. Causan afección del plexo braquial con dolor en el hombro que se irradia al brazo según la zona inervada por la raíz afectada. En ocasiones, la afección del ganglio estrellado provoca el síndrome de Horner, caracterizado por enoftalmos, ptosis palpebral y miosis unilateral, con anhidrosis de la hemicara y la extremidad superior. El diagnóstico de tumor de Pancoast se suele establecer en fases tardías y es común objetivar infiltración neoplásica de las primeras costillas o incluso de algún cuerpo vertebral. La incidencia de metástasis cerebrales en los pacientes con tumor de Pancoast es elevada. La disfonía se debe a parálisis de la cuerda vocal izquierda por afección tumoral del nervio recurrente izquierdo cuando rodea al cayado aórtico. Suele aparecer en los tumores que se localizan en el lóbulo superior izquierdo. La elevación de un hemidiafragma con movimiento paradójico durante los movimientos respiratorios es secundaria a afección del nervio frénico. La presencia de dolor torácico es frecuente en algún momento de la evolución. Cuando el dolor es intenso y localizado, puede ser la manifestación de la invasión directa de la pleura o la pared torácica por el tumor o debido a la presencia de metástasis óseas. El derrame pleural es una manifestación de mal pronóstico que se debe a infiltración neoplásica de la pleura visceral en la mayoría de las ocasiones, si bien puede ser también secundario a compresión linfática mediastínica, neumonitis obstructiva o algu- na enfermedad concomitante (insuficiencia cardíaca congestiva). El derrame pleural maligno suele ser un exudado ipsilateral al tumor, de características hemáticas, escasa celularidad y predominio linfocitario. El síndrome de la vena cava superior se debe a compresión tumoral o a formación de trombosis. Hasta el 75% de los casos de síndrome de la vena cava superior se deben a cáncer de pulmón. El tipo histológico más frecuente es el carcinoma de células pequeñas. La afección vascular provoca plétora facial y distensión de las venas de cuello y torso. El derrame pericárdico por afección metastásica es raro y se presenta en fases evolucionadas de la enfermedad en forma de arritmias o aumento de la silueta cardíaca en la radiografía de tórax. Ocasionalmente da lugar a taponamiento pericárdico. Manifestaciones clínicas debidas a extensión extratorácica El 30% de los pacientes con cáncer de pulmón presentansíntomas de diseminación metastásica en el momento del diagnóstico. La pre- sencia de síntomas constitucionales, en especial pérdida de peso, debe alertar sobre su presencia. La gran vascularización pulmonar explica el frecuente y temprano desarrollo de metástasis. Aunque el cáncer de pulmón puede metastatizar en cualquier órgano, las localizaciones más frecuentes son el SNC, los huesos, las glándulas suprarrenales, el hígado, la pleura y el pulmón. El carcinoma de células pequeñas y los carcinomas poco diferenciados son los que con más frecuencia dan lugar a metástasis a distancia. El 10% de los pacientes con cáncer de pulmón tienen metástasis cerebrales en el momento del diagnóstico, y otro 20% las desarrollarán a lo largo de la evolución. Estas metástasis suelen tener una localización supratentorial con predilección por los lóbulos frontales. Pueden ser asintomáticas, aunque a menudo aparecen síntomas debidos a aumento de la presión intracraneal (cefalea, náuseas, vómitos, cambios de conducta) o síntomas focales (hemiparesia). Los tipos histológicos que con más frecuencia provocan metástasis cerebrales son el carcinoma de células pequeñas y el adenocarcinoma. La afección medular es rara y suele verse en pacientes con afección vertebral tumoral y compresión extradural secundaria. La presencia de dolor mecánico en la columna obliga a descartar dicha compresión; es imperativo iniciar un tratamiento específico (radioterapia) en el caso de que se demuestre destrucción vertebral incluso en ausencia de síntomas neurológicos. Las metástasis óseas afectan a los huesos del esqueleto axial (colum- na, costillas, pelvis, fémur). Debe sospecharse cuando existe dolor loca- lizado, aumento de la fosfatasa alcalina o hipercalcemia. Las metástasis óseas son osteoclásticas, aunque ocasionalmente pueden ser osteoblás- ticas en algunos carcinomas de células pequeñas y adenocarcinomas. En el 20%-25% de los casos, las metástasis óseas son asintomáticas. Las glándulas suprarrenales constituyen una localización frecuente de metástasis, pero suelen ser clínicamente silentes. Las metástasis hepáticas son frecuentes en fases evolucionadas de la enfermedad. A menudo son asintomáticas o dan lugar a síntomas inespecíficos, como anorexia o epigastralgia. Los datos analíticos pueden ser normales hasta que las metástasis son numerosas, y se evidencia un discreto aumento de transaminasas y de la fosfatasa alcalina. El carcinoma de células pequeñas afecta en ocasiones al páncreas y otros órganos endocrinos, como la glándula tiroides. Las metástasis cutáneas suelen localizarse en la calota, el cuello y el tronco en forma de nódulos indoloros de crecimiento rápido. Los escotomas y la visión borrosa pueden ser síntomas de metástasis de la coroides. Síndromes paraneoplásicos Aparecen en el 10% de los pacientes con cáncer de pulmón y pueden ser la primera manifestación de la enfermedad, o aparecer en una fase tardía o incluso en el momento de la recidiva. El carcinoma de células pequeñas es el tipo histológico que con mayor frecuencia da lugar a un síndrome paraneoplásico. En el cuadro 86-2 se recogen los síndromes paraneoplásicos más frecuentes en el cáncer de pulmón. Más del 80% de los casos de acropaquia se deben a cáncer de pul- món. Pueden afectar a los dedos de las manos y de los pies. La osteoar- tropatía hipertrófica (osteopatía de Bamberger-Marie) se caracteriza por acropaquia, formación ósea perióstica y artritis. El síndrome de Cushing, por secreción ectópica de la ACTH, es característico del carcinoma de células pequeñas. La sintomatología es la propia de la hipercortisolemia, con alcalosis hipopotasémica, intolerancia a los hidratos de carbono, edemas, y debilidad y atrofia musculares. La hipercalcemia, asociada al carcinoma escamoso, se debe a la secreción humoral de un polipéptido relacionado con la hormona paratiroidea y origina una absorción ósea osteoclástica. Provoca síntomas de deshidratación, náuseas, estreñimiento, vómitos, confusión, letargo y coma. El síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética por una producción aumentada de ADH se observa en el carcinoma de células pequeñas, y en la mayoría de las ocasiones se debe a la secreción ectópica de ADH. Se caracteriza por la presencia de hiponatremia, osmolaridad plasmática inferior a 280 mOsm/kg, osmolaridad urinaria por encima de 500 mOsm/kg y secreción urinaria de sodio superior a 20 mEq/L. Los síndromes neurológicos son los síndromes paraneoplásicos más frecuentes en el cáncer de pulmón. En su mayoría son consistentes con reacciones autoinmunes y es frecuente que los síntomas precedan a la identificación del cáncer en varios meses. La presencia de una neuropatía periférica sensitiva de origen no explicado en un fumador obliga a descartar la ganglionitis de raíces dorsales, síndrome paraneo- plásico asociado al carcinoma de células pequeñas y que se identifica por la presencia en suero de los llamados anticuerpos anti-Hu. El sín- drome miasténico de Eaton-Lambert, asociado al carcinoma de células pequeñas, es más frecuente en las mujeres y parece ser que se debe a la presencia de anticuerpos anti-IgG que provocarían una inhibición de la secreción de acetilcolina. Se diferencia de la miastenia grave porque los músculos oculares y bulbares están preservados, la fuerza muscular mejora con el ejercicio y presentan una pobre respuesta al edrofonio. El 20% de los pacientes con cáncer de pulmón en fases avanzadas presentan anemia normocrómica o microcítica hipocrómica, que es de causa multifactorial. Cuando existe infiltración neoplásica de la médula ósea, pueden objetivarse reacciones leucoeritroblásticas o inclu- so leucemoides. La trombocitosis es un dato analítico frecuente en los pacientes con cáncer de pulmón avanzado. Pueden aparecer trastornos Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 739 CAPÍTULO 86 Tumores broncopulmonares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de la coagulación; son característicos los episodios de tromboflebitis múltiples que afectan a territorios venosos poco comunes (síndrome de Trousseau). La endocarditis trombótica no bacteriana (o marásmica) se caracteriza por la formación de verrugas fibrinoplaquetarias en las válvulas cardíacas, en especial las izquierdas, que pueden provocar embolias cerebrales y en otros órganos. Suele asociarse al adenocarci- noma. Hasta el 20% de los pacientes con dermatomiositis está afecto de cáncer; se asocia en especial con el adenocarcinoma de pulmón. Otras dermopatías paraneoplásicas incluyen hipertricosis lanuginosa, erythema gyratum repens y acroqueratosis (enfermedad de Bazex). Exploraciones complementarias Radiografía de tórax Suele ser la técnica que hace sospechar el diagnóstico. Los signos radio- gráficos más comunes son el ensanchamiento hiliar (por el tumor o por la presencia de adenopatías mediastínicas) y la atelectasia. A menudo se observa una condensación distal por retención de secreciones bron- quiales y neumonitis infecciosa secundaria. En estos casos, el cuadro clínico y radiográfico es difícil de diferenciar del de una neumonía, y debe sospecharse la existencia de un tumor endobronquial cuando la condensación radiográfica no se altera después de 3 semanas de tra- tamiento antibiótico o cuando se producen episodios repetidos de neumonitis infecciosa en la misma localización anatómica. Diversos patrones radiográficos pueden hacer sospechar el tipo histológico concreto: el carcinoma de células pequeñas tiene una localización perihiliar en el 80% de los casos y se asocia a adenopatías mediastínicas. El carcinoma escamoso puede manifestarse como unamasa central de gran tamaño que a menudo se cavita. El adenocarcinoma se presenta frecuentemente como un nódulo o masa de distribución periférica y ocasional presencia de broncograma aéreo. Tomografía computarizada de tórax Está indicada en todos los pacientes con sospecha de cáncer de pulmón. Permite definir el tamaño, la localización y las características de la lesión primaria, identificar lesiones adicionales no evidenciadas en la radio- grafía simple de tórax y definir las relaciones con estructuras anatómicas vecinas (fig. 86-1). La inyección i.v. de contraste ayuda a la detección de adenopatías mediastínicas, y la extensión de las secciones al abdomen superior permite detectar metástasis hepáticas y suprarrenales. Análisis citológico del esputo Los avances conseguidos con las técnicas endoscópicas han desplazado al análisis citológico del esputo, que puede ser útil en casos excepcio- nales. Fibrobroncoscopia Es fundamental en la evaluación de los tumores broncopulmonares centrales. Además, permite definir la relación existente entre el tumor y las estructuras anatómicas vecinas. La rentabilidad diagnóstica es óptima cuando se visualiza la tumoración, se realizan de tres a seis biopsias y se combina con el estudio citológico del broncoaspirado y del cepillado bronquial, pero disminuye en los tumores periféricos y de tamaño inferior a 3 cm. En los tumores periféricos y en la linfangitis carcinomatosa es útil la realización de biopsias transbronquiales y de lavado broncoalveolar. Punción pulmonar transparietal Guiada a través de la TC, es la técnica diagnóstica de elección en los casos en que la fibrobroncoscopia no aporta el diagnóstico, como sucede a menudo en los nódulos periféricos. Tiene sensibilidad y valor predictivo positivo superior al 90%. Un resultado negativo no excluye el diagnóstico de malignidad, ya que el 30% de estos casos se diagnosticarán finalmente como cáncer. Alrededor del 15% de las punciones transparietales presentan como complicación neumotórax, que en la mitad de los casos requieren drenaje pleural. Cuando la lesión pulmonar tiene contacto pleural, la punción pulmonar transparietal puede realizarse mediante control ecográfico, con excelentes resultados. Otras técnicas En casos concretos, el diagnóstico se puede alcanzar a través de la biop- sia de diversos órganos en los que se sospecha la presencia de metástasis, como el hígado, el hueso o la glándula suprarrenal. La confirmación de la existencia de invasión tumoral en estos órganos no sólo aportará el diagnóstico, sino también el grado de extensión de la enfermedad. • CUADRO 86-2 Síndromes paraneoplásicos más frecuentes en el cáncer de pulmón Manifestaciones generales Anorexia, pérdida de peso, caquexia Fiebre Síndromes endocrinos Síndrome de Cushing Síndrome de secreción inadecuada de ADH Hipercalcemia Ginecomastia Síndromes neurológicos Neuropatías periféricas Síndrome miasteniforme de Lambert-Eaton Mononeuritis múltiple Síndromes hematológicos Anemia Policitemia Reacción leucoeritroblástica Trombocitosis Eosinofilia Coagulopatías Coagulación intravascular diseminada Síndromes de hipercoagulabilidad Endocarditis trombótica no bacteriana Síndromes esqueléticos Acropaquia Osteoartropatía hipertrofiante Síndromes cutáneos Hipertricosis lanuginosa Eritema gyratum repens Acroqueratosis (enfermedad de Bazex) Prurito y urticaria Enfermedades autoinmunes sistémicas Dermatomiositis/polimiositis Lupus eritematoso sistémico Vasculitis Figura - TC de tórax. Masa pulmonar en el lóbulo superior derecho (asterisco). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 740 SECCIÓN V Neumología Diagnóstico El diagnóstico se lleva a cabo en función del cuadro clínico, las explo- raciones complementarias y la evaluación de la extensión tumoral. El diagnóstico precoz representa una de las opciones más sólidas para intentar mejorar la supervivencia. El empleo de la TC helicoidal en pacientes de riesgo detecta un mayor número de casos de cáncer en estadio precoz que la radiografía de tórax, y la gran mayoría son reseca- bles. Los programas de detección precoz con TC multidetector de baja radiación parecen mejorar la supervivencia global, y es probable que en un futuro próximo se recomiende su utilización en grupos de riesgo. Evaluación de la extensión tumoral en el carcinoma que no es de células pequeñas Una vez confirmada la naturaleza neoplásica de la lesión, la conducta que ha de seguirse dependerá del tipo histológico. La mejor opción terapéutica en el carcinoma que no es de células pequeñas es la exéresis quirúrgica. Se valorará tanto la posible resecabilidad del tumor (depen- diente de su extensión) como la operabilidad potencial del paciente (que depende de su capacidad funcional respiratoria y de la presencia de enfermedades asociadas). Para determinar la extensión tumoral se han de realizar exploraciones encaminadas a descartar la invasión tumoral mediastínica o la presencia de metástasis a distancia que contraindiquen la cirugía de resección con intención curativa. Evaluación de la extensión tumoral intratorácica La TC de tórax permite evaluar la extensión mediastínica o a la pared torácica y la presencia de adenopatías mediastínicas. Se considera que una adenopatía mediastínica es patológica cuando el diámetro menor es superior a 1 cm. Según este criterio, la sensibilidad es del 60%, y la especificidad, del 80%. La baja sensibilidad de la TC viene dada por su incapacidad para reconocer la presencia de micrometástasis. Aunque la especificidad es superior, el 20% de los pacientes con cáncer de pulmón tendrán adenopatías aumentadas de tamaño sin estar invadidas por el tumor. La RM es superior a la TC en el estudio de la afección de la vena cava superior, las arterias pulmonares y el corazón, y en la valoración de los tumores apicales (tumor de Pancoast), al delimitar mejor la invasión del plexo braquial, la arteria subclavia y el canal medular. Los ultrasonidos pueden ser de utilidad en la obtención de muestras de biopsia de los ganglios linfáticos, la invasión de la pared torácica, el derrame o la tumoración pleural y la sospecha de metástasis hepáticas. La combinación de la PET y la TC (PET-TC) permite la obtención en un único examen de imágenes superpuestas, lo que aporta infor- mación anatómica y de actividad metabólica de manera simultánea y mejora la resolución espacial de la PET. La sensibilidad y la especi- ficidad de la PET en el estudio de las adenopatías mediastínicas, de alrededor de un 80%, son superiores a las de la TC. La baja especificidad de la TC de tórax y la frecuencia de falsos positivos de la PET, en torno al 15%, obligan a la confirmación his- tológica de la naturaleza neoplásica de las adenopatías mediastínicas sospechosas, siempre que no exista posibilidad de enfermedad neo- plásica diseminada más allá del mediastino y cuando el enfermo pueda tolerar una futura cirugía de resección pulmonar. La punción aspirativa transbronquial permite obtener muestras de los ganglios paratraqueales y subcarinales. La sensibilidad diagnóstica no supera el 70%, al no tener una visión directa del territorio que se somete a biopsia. La especificidad es del 95%. Su ventaja principal es que se puede realizar durante la exploración endoscópica con fines diagnósticos y puede evitar la exploración quirúrgica del mediastino. La punción aspirativa guiada por ecografía endoscópica o EBUS (del acrónimo inglés EndoBronchial UltraSound) es la técnica de elec- ción para la evaluación de las adenopatías mediastínicas. La rentabi- lidad diagnóstica es muy elevada, con sensibilidades y especificidades superiores al 85%. La utilización simultánea de la vía digestiva y la aérea optimiza su rentabilidad.En los casos con adenopatías medias- tínicas aumentadas de tamaño o con captación patológica en la PET en los que la EBUS no ha evidenciado células neoplásicas está indicada la realización de una mediastinoscopia. La mediastinoscopia tiene fácil acceso a las adenopatías paratraqueales y traqueobronquiales proximales. Las adenopatías situadas en la ventana aortopulmonar y en el arco aórtico son inaccesibles a la mediastinoscopia y requieren una mediastinotomía anterior o una videotoracoscopia. La realización de pruebas para descartar la presencia de metástasis debe ser racional y condicionada a las opciones terapéuticas individuales. La realización sis- temática de cortes abdominales con la TC de tórax permite determinar la presencia de metástasis suprarrenales y diferenciarlas de los adenomas que suelen tener grasa en su interior. En los casos dudosos se requiere confirmación histológica. Las metástasis hepáticas deben sospecharse ante la presencia de hepatomegalia y cuando las enzimas hepáticas están elevadas. Los cortes abdominales superiores de la TC de tórax pueden descubrir lesiones focales que, en ocasiones, son indiferencia- bles de lesiones quísticas o hemangiomas. En estos casos está indicada la realización de una ecografía (con o sin punción). La PET-TC se ha confirmado como una técnica indispensable en la valoración de la extensión tanto intra- como extratorácica, al permitir detectar la presencia de metástasis en diferentes órganos con una alta sensibilidad. Debe realizarse en todo paciente con sospecha de cáncer de pulmón y detectará metástasis silentes hasta en un 15% de los casos. La TC o la RM cerebral están indicadas cuando existe sintoma- tología neurológica. El 30% de los pacientes con cáncer de pulmón tienen derrame pleural asociado que, en la gran mayoría de los casos, será secundario a la presencia de metástasis pleurales, si bien siempre debe demostrarse la presencia de células atípicas en la pleura. La téc- nica diagnóstica de elección es la toracocentesis, que es positiva en el 60% de los casos con metástasis pleurales, un porcentaje que puede aumentar si se repite por segunda vez la punción pleural. Un pequeño porcentaje de casos de derrame pleural no es metastásico y puede deberse a neumonitis infecciosa, insuficiencia cardíaca o compresión linfática mediastínica. Se han empleado diversas moléculas como marcadores tumorales con el objetivo de detectar de manera precoz y específica la presencia del cáncer de pulmón. Destaca el antígeno carcinoembrionario, que está elevado en el 70% de los casos, y la enolasa neuroespecífica, elevada en los tumores con diferenciación neuroendocrina. Clasificación TNM Agrupa los casos de cáncer de pulmón según la extensión de la enfer- medad neoplásica. La categoría T se refiere al tumor primario y el número acompañante describe el tamaño del mismo, la invasión de estructuras vecinas o ambos. La categoría N se centra en los ganglios linfáticos regionales y el correspondiente número describe el grado de extensión. La categoría M con su respectivo número describe la presencia o ausencia de metástasis a distancia. El cuadro 86-3 muestra la última clasificación TNM. Los diversos grupos TNM se fusionan en diversos estadios, lo que permite agrupar a pacientes con pronóstico y opciones terapéuticas similares (tabla 86-1). La clasificación TNM está aceptada universalmente, y para su correcta utilización es necesario incluir la información proporcionada por las diferentes exploraciones utilizadas en la evaluación de la extensión de la enfermedad. En los casos en los que el tratamiento seleccionado es la exéresis quirúrgica, la clasificación basada en la evaluación clínica (cTNM) se debe com- parar con la obtenida tras evaluar los hallazgos anatomopatológicos durante la intervención quirúrgica (pTNM), y que es más precisa en la valoración de la extensión del tumor. Evaluación preoperatoria de la capacidad funcional respiratoria Debido al hábito tabáquico, los pacientes con cáncer de pulmón presentan a menudo EPOC asociada. Por ello, en los pacientes que son candidatos a resección pulmonar es obligado realizar un estudio funcional respiratorio completo. Se considera que los pacientes con un FEV1 y una DLCO superiores al 60% de los valores de referencia pueden someterse a una neumectomía (o cualquier otra resección menor) sin realizar otras exploraciones funcionales. Cuando el FEV1 es inferior al 60%, la realización de una gammagrafía de perfusión pulmonar cuantificada con 99mTc permitirá predecir el FEV1 residual posquirúrgico (el FEV1 preoperatorio multiplicado por el porcentaje de perfusión del pulmón que no se extirpará es igual al FEV1 residual posquirúrgico). Esta fórmula es válida para calcular la DLCO pos- quirúrgica. En los pacientes con un FEV1 (y probablemente DLCO) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 741 CAPÍTULO 86 Tumores broncopulmonares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. postoperatorio previsto igual o superior al 40% está indicada la neumectomía (el 0%-15% de complicaciones graves). En los casos restantes, el riesgo quirúrgico es muy elevado y deben plantearse otras opciones terapéuticas. El mal pronóstico de los pacientes que no son operados obliga a evaluar los casos que se encuentran en los límites de la operabilidad. La prueba de esfuerzo parece aportar información adicional en pacientes con un FEV1 previsto posquirúrgico del 35%- 40% de los valores de referencia, de forma que en los casos en los que se alcanza un consumo máximo de oxígeno superior a 14 mL/kg de peso por minuto está indicada la intervención. Existen fórmulas similares para calcular la capacidad funcional respiratoria cuando se trata de realizar resecciones menores, como lobectomías o segmentectomías. La hipoxemia y la hipercapnia son contraindicaciones relativas que deben valorarse de manera individual. Evaluación de la extensión tumoral en el carcinoma de células pequeñas La división del carcinoma de células pequeñas en dos grupos (intratorá- cico y extratorácico) ha quedado relegada, y en la actualidad se utiliza la clasificación TNM en este tipo de tumor, al demostrarse que tiene mejor estratificación pronóstica. Dada la capacidad de diseminación del carci- noma de células pequeñas, el estudio de extensión debe incluir, además de la TC de tórax, una TC o una resonancia magnética cerebral y una PET. Tratamiento Tratamiento médico La situación del tratamiento médico del cáncer de pulmón es un campo que avanza de forma continua. Combina en el momento actual tra- tamientos quimioterápicos convencionales, nuevos tratamientos bio- lógicos y radioterapia, entre otras posibilidades. Este creciente arsenal terapéutico se describe ampliamente en la sección VIII, concretamente en el apartado Cáncer de pulmón perteneciente al capítulo 145, Diag- nóstico y tratamiento de los principales tumores. • CUADRO 86-3 Clasificación TNM Tumor primario (T) Tx: tumor detectado por citología (esputo, broncoaspirado), pero sin localización precisa en el territorio broncopulmonar T0: sin evidencia de tumor primario Tis: carcinoma in situ T1: tumor ≤ 3 cm de diámetro mayor, rodeado por pulmón o pleura visceral y sin evidencia broncoscópica de invasión de bronquios lobulares o principales T1(mi): adenocarcinoma mínimamente invasivo T1a: tumor ≤ 1 cm de diámetro mayor T1b: tumor > 1 cm, pero ≤ 2 cm de diámetro mayor T1c: tumor > 2 cm, pero ≤ 3 cm de diámetro mayor T2: tumor > 3 cm, pero ≤ 5 cm o tumor con alguna de las siguientes características: Invasión del bronquio principal sin afectación de carina Invasión de la pleura visceral Asociado a atelectasiao neumonitis obstructiva que se extiende al hilio, y afecta a parte o a la totalidad del pulmón T2a: tumor > 3 cm, pero ≤ 4 cm de diámetro mayor T2b: tumor > 4 cm, pero ≤ 5 cm de diámetro mayor T3: tumor > 5 cm, pero ≤ 7 cm de diámetro mayor, o tumor de cualquier tamaño que invade alguna de las siguientes estructuras: pared torácica (incluido tumor de Pancoast), nervio frenético, pericardio parietal o nódulo(s) en el mismo lóbulo del tumor primario T4: tumor de > 7 cm o de cualquier tamaño que invada: diafragma, mediastino, corazón, grandes vasos, tráquea, nervio recurrente, esófago, cuerpo vertebral, carina, nódulos pulmonares asociados en diferentes lóbulos del mismo pulmón que el primario Ganglios linfáticos (N) Nx: no se puede valorar la posible invasión ganglionar N0: ausencia de metástasis ganglionares intratorácicas o supraclaviculares N1: metástasis en ganglios peribronquiales y/o hiliares del mismo lado del tumor primario (homolaterales), incluida la extensión directa N2: metástasis en ganglios mediastínicos homolaterales y/o en los subcarinales N3: metástasis en ganglios hiliares o mediastínicos contralaterales o escalenos y supraclaviculares de cualquier lado Metástasis (M) M0: ausencia de metástasis a distancia M1: metástasis a distancia M1a: nódulo(s) pulmonar(es) en el lóbulo contralateral, nódulos pleurales o derrame pleural y/o pericárdico maligno M1b: metástasis única en un órgano extratorácico M1c: metástasis múltiples extratorácicas en uno o varios órganos Tomado de Rami-Porta R, Bolejack V, Giroux DJ, Chansky K, Crowley J. The IASLC Lung Cancer Staging Project: the new database to inform the 8th edition of the TNM classification of lung cáncer. J Thorac Oncol 2014;9:1618-24. © 2007 IASLC. Published by Elsevier Inc. TABLA 86-1 Clasificación por estadios del cáncer de pulmón Estadio Categoría T Categoría N Categoría M Carcinoma oculto Tx N0 M0 Estadio 0 Tis N0 M0 Estadio IA1 T1a (mi) N0 M0 Estadio IA2 T1b N0 M0 Estadio IA3 T1c N0 M0 Estadio IB T2a N0 M0 Estadio IIA T2b N0 M0 Estadio IIB T1a N1 M0 T1b N1 M0 T1c N1 M0 T2a N1 M0 T2b N1 N1 T3 N0 N0 Estadio IIIA T1a N2 M0 T1b N2 M0 T1c N2 M0 T2a N2 M0 T2b N2 M0 T3 N1 M0 T4 N0 N0 T4 N1 N1 Estadio IIIB T1a N3 M0 T1b N3 M0 T1c N3 M0 T2a N3 M0 T2b N3 M0 T3 N2 M0 T4 N2 M0 Estadio IIIC T3 N3 M0 T4 N3 M0 Estadio IVA Cualquier T Cualquier N M1a Cualquier T Cualquier N M1b Estadio IVB Cualquier T Cualquier N M1c Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 742 SECCIÓN V Neumología Tratamiento quirúrgico L. Molins López-Rodó La resección quirúrgica es el tratamiento más eficaz para la curación del cáncer de pulmón que no es de células pequeñas (CPNCP). La intervención tiene como objetivo la resección completa de la lesión. Resección pulmonar y disección ganglionar sistemática El principio oncológico de resección completa implica la realización de una resección anatómica del lóbulo o los lóbulos afectos por la tumoración. La lobectomía es la resección más utilizada y, junto a la bilobectomía, permite la conservación de la función pulmonar del parénquima restante. La neumonectomía representa aproximada- mente el 20% de las resecciones pulmonares y está indicada cuando el tumor infiltra el bronquio principal e invade estructuras del hilio pulmonar ipsilateral o la cisura mayor. Cuando son técnicamente posibles, se utilizan técnicas broncoplásticas y angioplásticas (lobec- tomía en manguito) para preservar el tejido pulmonar y evitar una resección mayor, con resultados comparables a los de las resecciones regladas. La invasión de estructuras adyacentes puede obligar a la resección en bloque de las estructuras intratorácicas, con extensión de la resección pulmonar a la pared torácica, el pericardio, el diafragma y, excepcional- mente, la vena cava superior, el cuerpo vertebral y el esófago. El concepto de resección completa incluye, además, una disección ganglionar sis- temática con linfadenectomía de todas las regiones mediastínicas, hiliares e intrapulmonares de acuerdo con el mapa ganglionar propuesto por la International Association for the Study of Lung Cancer (IASLC) (fig. 86-2). Resecciones pulmonares menores Las resecciones pulmonares segmentarias típicas (según los planos anatómicos de los segmentos pulmonares) o atípicas (resecciones en cuña) se acompañan de un mayor índice de recaídas locorregionales que la lobectomía. Sin embargo, en pacientes con limitación funcional pulmonar se puede plantear una resección limitada. También se acepta en lesiones metacrónicas (aparición de nuevas lesiones) o sincrónicas (lesiones simultáneas), cuando no pueden practicarse dos lobectomías. En los tumores no invasivos menores de 2 cm de diámetro (adeno- carcinoma in situ), la segmentectomía típica ofrece una supervivencia similar a la de la lobectomía, y están en curso estudios aleatorizados para validar su eficacia en tumores invasivos de pequeño tamaño. Figura - Mapa ganglionar de la Interna- tional Association for the Study of Lung Cancer (IASLC), con estaciones y zonas. AP: anteropos- terior; NI: ganglios catalogados como NI en la clasificación TNM. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 743 CAPÍTULO 86 Tumores broncopulmonares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Vías de abordaje y complicaciones La resección pulmonar se realiza a través de una incisión de toraco- tomía posterolateral o anterolateral, más limitada y amiotómica. La videotoracoscopia con minitoracotomía de asistencia se utiliza cada vez con mayor asiduidad para las lobectomías en pacientes con tumores en estadio I, con similar supervivencia que la lobectomía realizada por toracotomía y menor agresión quirúrgica. Con la mejoría de las técnicas quirúrgicas y anestésicas y del cuidado perioperatorio, la mortalidad postoperatoria ha disminuido en los últimos años. Tras una neumonectomía debe ser inferior al 6%, y después de una lobectomía, inferior al 3%. Las complicaciones postoperatorias se presentan en el 20%-30% de los pacientes. Las más frecuentes son fugas aéreas que persisten más de 7 días (8%-25%), arritmias supraventriculares e insuficiencia respiratoria. El dolor postoperatorio es frecuente. Otras complicaciones son hemotórax, fallo de sutura bronquial y empiema. Tratamiento quirúrgico del carcinoma pulmonar que no es de células pequeñas según el estadio clínico (tabla 86-2) Estadios IA (T1a T1b N0 M0) y IB (T2a N0 M0) Constituye el grupo más numeroso de pacientes con indicación qui- rúrgica. El tratamiento de elección es resección pulmonar completa y disección ganglionar sistemática. La supervivencia a los 5 años es del 58%-77%. Estadios IIA (T2b N0 M0 y T1a T1b T2a N1 M0) y IIB (T2b N1 M0, T3 N0 M0) El tratamiento consiste en la resección pulmonar completa con disec- ción ganglionar sistemática. La supervivencia a los 5 años es del 25%- 55%. Empeoran el pronóstico el tamaño de la lesión y la afección de más de un ganglio linfático Estadio IIIA (T1 T2 N2 M0; T3 N1 N2 M0 y T4 N0 N1 M0) El estadio IIIA está constituido por pacientes con CPNCP local o regionalmente avanzado, potencialmente resecable. Los pacientes con enfermedad ganglionar mediastínica (cN2) diagnosticada preoperato- riamente pueden beneficiarse de un tratamiento neoadyuvante seguido de resección completa con intención curativa. Los pacientes diagnos- ticados de afección ganglionar mediastínica durante laintervención quirúrgica (pN2) son los que más se benefician de la quimioterapia adyuvante. La supervivencia es del 30% a los 5 años. En los pacientes con un carcinoma localizado en el sulcus superior (tumor de Pancoast) se consideran resecables los tumores T3-4 y N0-1, y el tratamiento recomendado es la radioterapia y quimioterapia preoperatoria, con posterior resección quirúrgica y quimioterapia adyuvante. Estadio IIIB (T4 N2 M0, T1-4 N3 M0) Los pacientes en estadio IIIB son potenciales candidatos a una inter- vención extendida, siempre que sea presumible una resección completa. Estadio IV (cualquier T, cualquier N, M1a, M1b) Los pacientes en estadio IV están fuera de cualquier opción quirúrgica, excepto en casos muy concretos. Si presentan una segunda lesión que puede ser considerada como un segundo tumor primario, se realizará la resección de ambas lesiones. En el caso de metástasis única cere- bral, la resección de la misma antes de la intervención quirúrgica del pulmón puede aumentar la supervivencia al 20% a los 5 años. También es indicación quirúrgica la metástasis única en las glándulas suprarrenales y la metástasis única en otros órganos si ha habido res- puesta a la quimioterapia de inducción y las lesiones son resecables. OTROS TUMORES BRONCOPULMONARES MALIGNOS R. M.ª Marrades Sicart Tumores traqueales Los tumores traqueales se consideran un grupo diferenciado dentro de los tumores broncopulmonares. Se trata de tumores raros (cons- tituyen el 0,3% de los tumores broncopulmonares malignos) y de difícil diagnóstico por su escasa expresión radiográfica. Las manifes- taciones clínicas consisten en tos o cambio en sus características. En casos avanzados pueden presentarse en forma de estridor. La técnica diagnóstica de elección es la fibrobroncoscopia. La TC cervicotorácica debe realizarse para delimitar la extensión de la lesión. El tratamiento consiste en la exéresis quirúrgica cuando es técnicamente posible, si bien no existen datos comparativos concluyentes con respecto a la radioterapia radical. Como tratamiento endoscópico coadyuvante o paliativo está indicado el láser Nd-YAG, y también se ha utilizado la braquiterapia, la crioterapia y la diatermia con resultados variables. El carcinoma escamoso supone el 50% de los tumores traqueales. Afecta a pacientes varones fumadores entre 50 y 60 años. Tiene capaci- dad para invadir ganglios linfáticos e infiltrar estructuras mediastínicas vecinas. En fases avanzadas puede ocasionar metástasis a distancia. La supervivencia a los 5 años es del 20%. El carcinoma adenoide quístico o cilindroma constituye el 20% de los tumores malignos de tráquea y es más frecuente en esta localización que en el árbol bronquial. Es más frecuente en el sexo femenino en edades más tempranas que el carcinoma escamoso, y tiene un crecimiento submucoso, de manera que con frecuencia la extensión de la enfermedad sobrepasa los límites objetivados durante la fibrobroncoscopia o incluso durante la exéresis quirúrgica. La evolución suele ser muy lenta, con frecuentes recidivas, pero con escasa capacidad para infiltrar estructuras vecinas. La super- vivencia media a los 10 años es del 50%. Tumor carcinoide Se trata de una neoplasia neuroendocrina que deriva de las células enterocromafines. Actualmente se considera que forma parte del espectro de los tumores neuroendocrinos pulmonares. El carcinoide pulmonar representa el 25% de los tumores carcinoides y el 1%-2% de los broncopulmonares. No tiene relación con el hábito tabáquico. Con frecuencia es asintomático y constituye un hallazgo radiográfico. Sus síntomas consisten en hemoptisis, neumonitis obstructiva, disnea y sín- dromes paraneoplásicos. El tumor carcinoide puede secretar péptidos vasoactivos, principalmente serotonina. La presencia de síndrome carcinoide es excepcional y sólo el 1% de los casos muestran el cuadro típico de sofocos, broncoespasmo y diarreas. También se ha descrito síndrome de Cushing y acromegalia. El 80% de los casos son visibles por fibrobroncoscopia, y su aspecto endoscópico es muy característico, como una tumoración lisa, bien delimitada e hipervascularizada que obstruye un bronquio principal o lobular. Se diferencian dos tipos de tumor carcinoide: el carcinoide típico, que es un tumor bien diferenciado, con apenas atipias y compor- tamiento benigno, con una supervivencia del 90% a los 5 años, y TABLA 86-2 Resumen del tratamiento quirúrgico del cáncer de pulmón que no es de células pequeñas Estadio Clasificación TNM Tratamiento Estadio 0 Tis N0M0 Resección quirúrgica Estadio IA T1a, T1bN0M0 Resección pulmonar Estadio IB T2aN0M0 Resección pulmonar Estadio IIA T1a, T1bN1M0, T2bN0M0, T2aN1M0 Resección pulmonar Estadio IIB T2bN1M0, T3N0M0 Resección pulmonar Estadio IIIA T3N1M0, T1-3N2-M0, T4N0 N1M0 Potencialmente resecable Estadio IIIB T4N2M0 Potencialmente resecable Cualquier T N3M0 Irresecable (resecable en casos particulares) Estadio IV Cualquier T, cualquier N M1a, M1b Irresecable (resecable en casos particulares) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 744 SECCIÓN V Neumología el carcinoide atípico, que tiene una malignidad intermedia entre el carcinoide típico y el carcinoma de células pequeñas. La caracterís- tica histológica más utilizada para distinguir entre carcinoide típico y atípico es la proporción de mitosis por campo y la presencia o ausencia de necrosis. Los carcinoides típicos tienen menos de dos mitosis por campo y no se observa necrosis, mientras que los atípicos presentan entre 2 y 10 mitosis por campo con áreas de necrosis. Puede extenderse a los ganglios mediastínicos y ocasionar metástasis a distancia en el hígado y los huesos. La supervivencia a los 5 años es del 27%-47%. En ambos casos, el tratamiento de elección es la exéresis quirúrgica. Se han conseguido resultados prometedores en el tratamiento del tumor carcinoide metastásico con análogos de la somatostatina (octreótido). Linfoma primario de pulmón La afección pulmonar primaria por linfoma es rara, lo que contrasta con la elevada frecuencia con la que el linfoma de origen ganglionar afecta al mediastino, el pulmón y la pleura. Se considera que el lin- foma es de origen primario cuando no existe evidencia de extensión extratorácica al menos 3 meses después del diagnóstico. El cuadro clínico consiste en tos, disnea, dolor torácico o fiebre persistente. En ocasiones se asocia a crioglobulinemia. La expresión radiológica más común es la de una masa no cavitada, pero también puede adoptar una forma nodular o un patrón intersticial. La fibrobroncoscopia con biopsia bronquial y/o punción transbronquial rara vez proporciona tejido suficiente para su diagnóstico. En un 70% de los casos se trata de un linfoma B indolente de tipo MALT (del inglés mucosal-associated lymphatic tissue, «tejido linfoide asociado a mucosa»), en cuyo caso el tratamiento de elección es la exéresis quirúrgica. En el 30% restante, el tratamiento indicado es la quimioterapia. Carcinoma mucoepidermoide Es un tumor poco frecuente que deriva de las glándulas salivales de la tráquea o los bronquios. Consiste en tumores polipoideos recubiertos por mucosa de aspecto normal. Los síntomas suelen ser los debidos a la obstrucción bronquial. De forma característica presenta áreas de proliferación escamosa y glandular bien diferenciadas. Se considera un tumor cuyo grado de malignidad varía según su tipo histológico, y el tratamiento de elección es la exéresis quirúrgica. Sarcoma primario de pulmón Constituye el 1% de los tumores malignos pulmonares. Puede originar- se en la pared bronquial o en el parénquima pulmonar. Con frecuencia invade la pared torácica. En ocasiones se acompaña de hiperglucemia y osteoartropatíahipertrofiante. El tratamiento es la exéresis quirúrgica. Blastoma pulmonar Es un tumor raro, invasivo y de mal pronóstico que aparece tanto en la infancia como en la edad adulta. Se caracteriza por la asociación de un componente glandular que parece un adenocarcinoma fetal bien diferenciado y un componente semejante a un sarcoma primitivo o tejido mesenquimal. La parte epitelial expresa de forma característica el factor de transcripción tiroidea 1 (TTF-1; habitual en el adenocar- cinoma pulmonar), que no se observa en el componente mesenquimal. Este tumor también puede expresar marcadores neuroendocrinos en su parte epitelial. TUMORES BRONCOPULMONARES BENIGNOS Existen diversos tipos de tumores pulmonares benignos, aunque su incidencia es muy baja, y se calcula que por cada caso se diagnostican un mínimo de 100 tumores malignos. Las características clínicas y radiográficas de los tumores benignos son indistinguibles de las obser- vadas en los tumores malignos, aunque el dolor torácico por infiltración ósea es menos frecuente. El adenoma es un tumor epitelial benigno muy raro derivado de las glándulas mucosas del bronquio. El papiloma puede presentarse como una formación solitaria del árbol bronquial constituida por estroma conectivo y epitelio columnar (o cilíndrico) o, más comúnmente, como parte de la papilomatosis laringotraqueal en la que se forman papilomas múltiples en la laringe y la tráquea y que se ha asociado a infección por papilomavirus humano. El hamartoma es el tumor pulmonar benigno más frecuente. Se trata de una malformación en la que se mezclan diferentes constituyentes mesenquimatosos, como cartílago, grasa, músculo y hueso. Se cree que se origina en el período embrionario debido al desarrollo anómalo de una parte del árbol bronquial que se separa del resto en una fase temprana. El tumor se detecta en la edad adulta, es más frecuente en los varones y crece lentamente. Se localiza en el parénquima pulmonar y sólo el 10% tienen expresión endobronquial. La radiografía de tórax puede aportar el diagnóstico cuando evidencia una lesión nodular bien delimitada con calcificaciones irregulares en palomitas de maíz. La presencia de grasa en el interior del tumor evidenciada en la TC es diagnóstica de hamartoma. Cuando el tamaño del tumor es pequeño y no provoca síntomas, no requiere tratamiento, y sólo es necesario un seguimiento radiográfico. En caso contrario, el tratamiento de elección es la exéresis quirúrgica. Otros tumores benignos de aparición excepcional y que, a diferencia del hamartoma, están constituidos por un solo tipo de tejido mesenquimal son el leiomioma, el lipoma, el fibroma y el condroma pulmonar. METÁSTASIS PULMONARES Son neoplasias de muy diversa localización que metastatizan en el pulmón (v. sección VIII, Oncología médica). Existen cuatro vías potenciales por las que las células neoplásicas pueden anidar en el parénquima pulmonar: 1) circulación venosa, a través de la cual muchas células neoplásicas alcanzan la circulación venosa pulmonar a partir de las venas de drenaje de la tumoración primitiva, si bien muy pocas van a ser capaces de formar colonias viables que generen metástasis; 2) circulación linfática, con invasión de los ganglios linfáticos en una primera escala y posterior entrada en la circulación venosa pulmonar que drena los vasos linfáticos mayores en una segunda etapa; desde los ganglios linfáticos, las células atípicas pueden circular también de forma retrógrada a los linfáticos pulmonares (linfangitis carcinoma- tosa); 3) extensión directa, a partir de tumores de la pared torácica, vísceras abdominales, pared torácica o mediastino, y 4) diseminación broncógena, que se ha postulado en algunos tumores como el carci- noma bronquioloalveolar. En general, las metástasis pulmonares no ocasionan síntomas y, cuando lo hacen, es en fases avanzadas, en cuyo caso dependerán de la localización y el tamaño. El dolor pleurítico es común, dada su frecuente distribución periférica en el parénquima pulmonar. En metástasis de gran tamaño y distribución central, los síntomas son indistinguibles de los de un tumor primario pulmonar. La radiografía de tórax puede poner de manifiesto una o varias metástasis de tamaño variable que, en ocasiones, se cavitan. La presencia de derrame pleural es frecuente; los engrosamientos lineales debidos a ingurgitación de los vasos linfáticos (líneas B de Kerley) sugieren linfangitis carcinomatosa. La TC es más sensible que la radiografía en la detección de las metástasis pulmonares. El diagnóstico debe individualizarse en cada caso, si bien se aceptan varios preceptos: 1) en los pacientes con ante- cedentes de neoplasia, la aparición de lesiones nodulares múltiples en ambos campos pulmonares es prácticamente diagnóstica de metástasis pulmonares y, en general, no se requiere confirmación histológica; 2) en los pacientes en los que las posibles metástasis múltiples constitu- yen la primera manifestación neoplásica debe realizarse una estrategia diagnóstica completa con el fin de localizar la enfermedad primaria, y 3) en los pacientes con antecedentes de neoplasia y que presentan una lesión pulmonar única hay que establecer el diagnóstico diferencial entre metástasis única y carcinoma primario de pulmón, en especial en los pacientes fumadores mayores de 40 años. En este último caso, si la lesión es potencialmente resecable, se pueden obviar las técnicas para establecer un diagnóstico histológico, ya que, independientemente del resultado (carcinoma primario de pulmón o metástasis pulmonar), el tratamiento será quirúrgico. En los casos de probable metástasis única no resecable se deberá intentar establecer el diagnóstico histológico, dado que el tratamiento puede variar en virtud del tipo de tumor. Las Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 745 técnicas diagnósticas que se utilizarán varían según la localización y el tamaño de la lesión, e incluyen fibrobroncoscopia, punción pulmonar transparietal y toracoscopia. El tratamiento de elección es la exéresis quirúrgica, que se considerará siempre que se den los siguientes pre- ceptos: 1) neoplasia primaria controlada y sin evidencia de enfermedad residual o de recidiva; 2) ausencia de metástasis en territorios extra- pulmonares, y 3) presencia en el paciente de una capacidad funcio- nal pulmonar suficiente para soportar la exéresis quirúrgica. La técnica quirúrgica depende de la localización y el número de metástasis. Las metástasis de distribución periférica son muy accesi- bles a la toracoscopia. Cuando son múltiples y bilaterales, puede ser necesario realizar una esternotomía media para tener acceso a ambos pulmones. Los factores pronósticos dependen de la naturaleza de la enfermedad neoplásica primaria, el número de metástasis (mejor pronóstico cuanto menor es el número de metástasis detectadas y rese- cadas), el tiempo transcurrido desde el diagnóstico de la enfermedad primaria y la aparición de las metástasis, y el tiempo de duplicación de las mismas. Los mejores resultados se obtienen con el sarcoma osteogénico y de partes blandas y los tumores de origen genitourinario, con supervivencias a los 5 años hasta de un 50%. LINFANGITIS CARCINOMATOSA Se debe a la diseminación de células neoplásicas a través de los linfáticos pulmonares. Se observa en especial en el adenocarcinoma de origen primario pulmonar o sistémico (cáncer de mama). La radiografía de tórax muestra un patrón reticulonodulillar bilateral con engrosamiento septal (ingurgitación de los vasos linfáticos) de predominio en los ángulos costofrénicos que puede acompañarse de adenopatías medias- tínicas y derrame pleural unilateral o bilateral. Puede afectar a un solohemitórax cuando el tumor primario es pulmonar. La TC es más sen- sible que la radiografía en la detección de la linfangitis carcinomatosa. La broncoscopia con realización de biopsias y lavado broncoalveolar suele aportar el diagnóstico. NÓDULO PULMONAR SOLITARIO Se define como una lesión pulmonar redondeada de hasta 3 cm de diámetro, bien delimitada, rodeada de parénquima pulmonar sano y sin evidencia de obstrucción bronquial. En pacientes de más de 35 años y fumadores, un nódulo pulmonar solitario debe considerarse potencialmente maligno y, por tanto, susceptible de exéresis quirúrgica excepto en las siguientes situaciones: 1) si muestra calcificación concén- trica o en palomitas de maíz (otros patrones de calcificación pueden asociarse a carcinomas); 2) si no ha crecido de tamaño después de 2 años; 3) si ha disminuido de tamaño con respecto a exploraciones previas; 4) cuando la TC muestra la presencia de grasa en su interior, indicativo de lipoma o hamartoma, y 5) si los hallazgos de la TC son característicos de otras lesiones benignas, como atelectasia redonda o micetoma. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Besse B, Adjei A. BAASP. 2nd ESMO Consensus Conference on Lung Cancer: non-small-cell lung cancer first-line/second and further lines of treatment in advanced disease. Ann Oncol 2014;8:1475-84. Pisters KM, Evans WK, Azzoli CG. 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CAPÍTULO 86 Tumores broncopulmonares https://booksmedicos.org Push Button0:
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