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Enfermedades de los troncos supraaórticos CONCEPTO En este capítulo se revisarán las enfermedades de la arteria carótida y vertebral. En otro capítulo de este libro se revisa de manera exhaustiva la enfermedad cerebrovascular (v. sección XII, Neurología). ETIOPATOGENIA La principal causa de las enfermedades de los troncos supraaórticos es la arteriosclerosis y el mecanismo más frecuente responsable de la clínica neurológica es la embolia arterioarterial por el desprendimiento de una placa que es arrastrada por el flujo sanguíneo hasta ocluir la luz de una arteria más distal, que provoca una isquemia y, finalmente, un infarto del tejido cerebral. Una estenosis arterial es hemodinámi- camente significativa cuando produce una reducción de la luz arterial mayor del 50% al ocasionar un gradiente de presiones que favorece el crecimiento y rotura de la placa. Por este motivo, la clasificación etiológica del ictus más ampliamente utilizada, denominada TOAST, exige que para el diagnóstico de ictus aterosclerótico haya una estenosis mayor del 50%. Otro mecanismo más infrecuente es la hipoperfusión cerebral causada por una estenosis generalmente mayor del 90%. Habitual- mente, la aparición de la sintomatología neurológica coincide con https://booksmedicos.org 605 CAPÍTULO 71 Enfermedades de los troncos supraaórticos S E C C IÓ N I V la presencia de un factor desencadenante de hipotensión o hipoxe- mia como el paso de decúbito a bipedestación, el uso de fármacos hipotensores, la disminución del gasto cardíaco o la presencia de anemia importante. Además de la arteriosclerosis, la disección arterial es otra de las causas de isquemia cerebral por embolia arterioarterial o por hipoper- fusión. A pesar de ser una causa poco frecuente debe considerarse en el paciente menor de 50 años, especialmente en ausencia de factores de riesgo vascular. CUADRO CLÍNICO La sintomatología del ictus carotídeo dependerá del territorio arte- rial cerebral afectado. La clínica puede ser transitoria, responder a un accidente isquémico transitorio (AIT) o persistir más de 24 h. Puede presentarse como una amaurosis monoocular ipsilateral a la estenosis carotídea y ser fugaz o persistente. Otros síntomas relacio- nados con la isquemia de grandes vasos cerebrales son hemianopsia homónima, déficit motor o sensitivo desproporcionado con afección predominantemente de una sola extremidad, presencia de afasia o de déficit hemisféricos derechos como la anosognosia (falta de reconocimiento del déficit), asomatognosia (falta de reconocimiento de la propia extremidad), extinción sensitiva o visual y negligencia visoespacial izquierda. La presencia de inestabilidad, vértigo, diplo- pía, síntomas o signos bilaterales o cruzados o una hemianopsia homónima aislada sugiere una isquemia vertebrobasilar y no del territorio carotídeo. Es importante además detectar la presencia de factores desenca- denantes que sugieran un mecanismo hemodinámico. La presencia de sintomatología vertebrobasilar en coincidencia con posturas de elevación de una extremidad o del giro de la cabeza sugiere un robo de la arteria subclavia por estenosis de esta arteria en su porción proximal al origen de la arteria vertebral. DIAGNÓSTICO El diagnóstico se basa en la detección y graduación de la afección arterial estenótica y en su repercusión en el parénquima cerebral. La ecografía dúplex de troncos supraaórticos es la principal técnica de cribado de la estenosis carotídea o vertebral. Se recomienda su reali- zación para todo paciente con ictus isquémico con independencia de la forma de presentación clínica. Además, se dispone de otras técnicas incruentas, como la RM angiografía extracraneal e intracraneal y la angio-TC, para confirmar y dar una mejor definición anatómica de la estenosis y de la circulación intracraneal. La arteriografía cerebral está siendo desplazada cada vez más por estas nuevas técnicas y ya no es indispensable disponer de ella para realizar una revascularización carotídea. También es importante evaluar la repercusión de las enfermedades carotídea o vertebral sobre el parénquima cerebral mediante TC o RM. La presencia de un infarto cerebral de gran vaso en el territorio de la arteria extracraneal afectada apoya el mecanismo embólico arte- rioarterial. La detección de infartos en territorios frontera o limítrofes cerebrales sugiere una estenosis crítica con mecanismo hemodinámico asociado. La visualización de un infarto cerebral extenso junto con una repercusión clínica importante ayuda a optar por un tratamiento médico conservador no revascularizador. La detección de infartos cerebrales en diferentes territorios obliga a descartar una enfermedad cardioembolígena. Por último, la presencia de infartos silentes puede ayudar a una mejor categorización de la repercusión y el riesgo de recurrencia de una estenosis asintomática. TRATAMIENTO Las opciones terapéuticas en la estenosis carotídea extracraneal incluyen el tratamiento médico y la revascularización carotídea mediante cirugía convencional (endarterectomía carotídea; fig. 71-1) o endovascular (stenting carotídeo; fig. 71-2). La modificación de los factores de riesgo cardiovasculares mediante tratamiento médico limita la progresión de la arteriosclerosis y disminuye los episodios cardiovasculares; es de especial interés el control de la hipertensión arterial. Además, está indicado el tratamiento antiagregante con AAS, AAS más dipiridamol o clopidogrel y uso de estatinas por sus efectos pleiotrópicos estabi- lizadores de la placa carotídea. El tratamiento médico y el control de los factores de riesgo es crucial en todos los pacientes y es el único tratamiento recomendado en pacientes en los que el riesgo de revas- cularización sobrepasa los beneficios, es decir, pacientes con bajo riesgo de ictus (estenosis carotídeas inferiores al 50% sintomáticas, lesiones asintomáticas inferiores al 70%) o casos en los que el riesgo de ictus o muerte relacionados con la revascularización es elevado debido a factores técnicos o clínicos. En los ensayos NASCET y ECST llevados a cabo en los años noventa se comparó la endarterectomía más AAS frente a AAS solo en pacientes con estenosis carotídea sintomática y se analizó la tasa de ictus/muerte a los 30 días y a los 5 años. Después de 5 años, la endarterectomía se asoció con una reducción en el riesgo relativo del 48% en la aparición de ictus ipsilateral en pacientes con estenosis del 70%-99%, una reducción del 28% en estenosis del 50%-70% y ningún beneficio en pacientes con estenosis inferior al 50%. Los Espécimen quirúrgico de placa de ateroma carotídea extraída mediante endarterectomía. Estenosis carotídea grave tratada mediante stenting carotídeo (flechas). https://booksmedicos.org 606 SECCIÓN IV Angiología beneficios citados previamente no son tan claros en mujeres, en seudooclusiones carotídeas o en pacientes con episodios retinianos. En los pacientes con estenosis carotídea asintomática, en los estudios ACAS y ACST, se ha mostrado un beneficio de la endarterectomía en casos con estenosis de más del 60%, que es superior en varones y en pacientes mayores de 75 años, a pesar de que es necesario tratar a 85 pacientes para evitar un ictus. Las recomendaciones actuales para la realización de una endarterectomía incluyen, por tanto, pacientes sintomáticos con estenosis del 70%-99% o del 50%-69% siempre que el riesgo peroperatorio de ictus/muerte del equipo quirúrgico sea inferior al 6% y el 2%, respectivamente, y pacientes asintomáticos con estenosis superiores al 60% en grupos quirúrgicos con morbi- mortalidad en los primeros 30 días inferior al 3%. No obstante, cabe destacar que el tratamiento médico intensivo actual y el control más estricto de los factores de riesgo vascular han reducido de manera muy importante el riesgo de eventos vasculares, y esto podría modificar las indicaciones de intervenciones quirúrgicas o endovasculares para las lesiones estenosantesy asintomáticas de carótida. El estudio CREST-2, iniciado recientemente, contempla esta hipótesis. Otra técnica de revascularización carotídea es el stenting carotídeo, menos invasivo que la endarterectomía y que, por tanto, permite ampliar las indicaciones de revascularización en pacientes de elevado riesgo quirúrgico. Los resultados de los estudios llevados a cabo con- firman que el stenting carotídeo es equiparable a la endarterectomía, aunque se asocia a un incremento del riesgo de ictus en pacientes de más de 75 años. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Brott TG, Hobson RW 2nd, Howard G, Roubin GS, Clark WM, Brooks W, CREST Investigators, et al. Stenting versus endarterectomy for treatment of carotid-artery stenosis. N Engl J Med 2010;363:11-23. Coward LJ, McCabe DJ, Ederle J, Featherstone RL, Clifton A, Brown MM. CAVATAS Investigators. Long-term outcome after angioplasty and stenting for symptomatic vertebral artery stenosis compared with medical treatment in the Carotid and Vertebral Artery Transluminal Angioplasty Study (CAVATAS): a randomized trial. Stroke 2007;38:1526-30. Raman G, Moorthy D, Hadar N, Dahabreh IJ, O’Donnell TF, Thaler DE, et al. Management strategies for asymptomatic carotid stenosis. A systematic review and meta-analysis. Ann Int Med 2013;158:676-85. https://booksmedicos.org Push Button0:
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