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773 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. SÍNDROME DE MARFAN El síndrome de Marfan, es una enfermedad autosómica dominante, que tiene una incidencia de 1 en 3 000 a 5 000;1 el riesgo de su transmisión de la madre al pro- ducto es de alrededor de 50%.2 El sistema cardiovascu- lar es uno de los más afectados por esta patología, la cual inclusive llega a poner en riesgo la vida, de manera prin- cipal cuando incluye a la arteria aorta, en donde ocasio- na en orden de frecuencia: dilatación, disección, y ruptu- ra;1 la edad promedio de muerte de estos pacientes es a los 32 años; los cambios hemodinámicos asociados con el embarazo, el parto y puerperio pueden acelerar una disección o ruptura aórtica.3 Otras manifestaciones car- diacas que ponen en riesgo la vida son: la insuficiencia aórtica, la insuficiencia mitral y el prolapso valvular mitral, siendo esta última la afección valvular más fre- cuente, presentándose en 35 a 100% de los pacientes.4 El síndrome de Marfan es causado por una alteración del gen FBN1, localizado en el cromosoma 15; este gen codifica una glucoproteína de 350 kDa llamada fibrilina- 1, la cual es un componente estructural de la matriz extracelular y se encuentra en íntima relación con la elas- tina de las fibras elásticas.1,5 MANEJO ANESTÉSICO Dentro del manejo perioperatorio de estos pacientes debe tenerse en mente que gran parte de su morbimor- talidad se debe a complicaciones cardiovasculares, sobre todo a disección o ruptura aórtica, mismas que pueden ocurrir en cualquier momento del transcurso del emba- razo, por lo que es importante considerar los siguientes aspectos: a) Se debe monitorear a estos pacientes por medio de ecocardiografía, prestando especial atención a la aorta ascendente, la cual debe ser medida a nivel de los senos de Valsalva.1 El estudio ecocardiográfico debe realizarse cada seis meses, si el diámetro aór- tico es estable podrá hacerse cada año; no obstante, debido a los cambios hemodinámicos propios del embarazo, en particular aumento del gasto cardia- co, frecuencia cardiaca y volumen sistólico, duran- te la gestación debe realizarse un ecocardiograma mensual;5,6 este estudio además proporciona importante información acerca de la integridad y función valvular, lo cual puede servir para planear el manejo anestésico adecuado. La tomografía axial computarizada y la angiorre- sonancia, están indicadas cuando los datos del eco- cardiograma son dudosos y/o se requiere evaluar la aorta distal; esto último debe hacerse en los pacien- tes con dilatación o disección de aorta descenden- te, o después de cualquier tipo de reparación qui- rúrgica de la aorta ascendente.7 b) El tratamiento con β bloqueadores es una parte importante de la terapéutica, ya que disminuyen la velocidad de dilatación aórtica, la mortalidad, la necesidad de cirugía y el desarrollo de insuficiencia aórtica o cardiaca.8 Cabe señalar que los β bloque- adores pueden usarse en forma segura durante el embarazo, pero se debe continuar su administra- ción en el perioperatorio. El efecto benéfico de los β bloqueadores deriva de su acción cronotrópica e inotrópica negativa, la cual evita cambios de presión y volumen en la raíz aórtica.9 La dilatación aórtica previa, el sobrepeso y un diámetro aórtico diastólico final mayor a 40 mm son factores que condicionan una respuesta inadecuada a la administración de β bloqueadores, por lo que es recomendable iniciarlos en forma temprana y a dosis adecuadas. La dosis de β blo- queadores debe ajustarse, para mantener una fre- cuencia cardiaca menor a 70 latidos por min en reposo y a 100 latidos por min después de ejercicio submáximo, aunque cabe señalar que debe evitarse en estos pacientes la actividad física deportiva, Capítulo Anestesia en la paciente embarazada con enfermedad vascular sobre todo aquella que implique contacto físico, alto impacto o ejercicios isométricos.8 c) El tratamiento quirúrgico de preferencia debe hacerse antes de planear un embarazo; incluso, algunos autores lo consideran contraindicado en el síndrome de Marfan con dilatación aórtica mayor de 4 cm,10-12 ya que la mortalidad de la embaraza- da portadora de este síndrome puede llegar hasta 50%, en particular en pacientes con insuficiencia aórtica, falla ventricular izquierda, hipertensión y/o diámetro aórtico mayor de 4.5 cm;13 sin embargo, otros reportes refieren menor mortalidad. El mayor aumento del diámetro aórtico ocurre por lo gene- ral en el tercer trimestre del embarazo. La cirugía correctiva está indicada cuando el diámetro aórtico alcanza 5 cm, o antes de llegar a esta cifra, en pacientes que han tenido un crecimiento del diá- metro mayor a 1 cm por año, historia familiar de disección prematura o insuficiencia aórtica mode- rada o severa.14 d) En pacientes con síndrome de Marfan y anteceden- te de cirugía aórtica con colocación de tubo valva- do (Bentall y DeBono), se debe hacer un segui- miento con estudios de imagen en forma indefini- da, ya que la mortalidad tardía en este caso, se debe a disección o ruptura de la aorta distal,14 la cual puede ocurrir en el transcurso del embarazo.12 e) En las pacientes con antecedente quirúrgico de colocación de tubo valvado, que requieren anticoa- gulación, es necesario hacer una valoración preope- ratoria oportuna para suspender el anticoagulante oral; el manejo de estos fármacos anticoagulantes se tratará a detalle en este mismo capítulo en el apartado de trombosis venosa. Al final es recomen- dable ofrecer profilaxis antibiótica a las pacientes con antecedente de cirugía de aorta con colocación de injerto, 30 a 60 min antes del evento obstétrico, repitiéndola 8 h después.11 f) La técnica anestésica que se administre, dependerá de las condiciones generales de la paciente, de lo avanzado que se encuentre la dilatación de la aorta, así como de la integridad funcional valvular. Si la paciente mantuvo estable el diámetro aórtico durante el transcurso del embarazo, y si éste es menor a 4.5 cm, puede permitirse el parto vaginal si no hay contraindicación obstétrica; para esto es recomendable la administración de la analgesia peridural, para evitar cualquier episodio de hiper- tensión que pudiera precipitar una disección de la aorta;5 existen escasos reportes de disección en pacientes con diámetros aórticos menores a 4.5 centímetros.5 Se debe disminuir la duración de la segunda fase del tra- bajo de parto y minimizar el esfuerzo del pujo al momento de la expulsión del producto con la aplicación de fórceps, esto además disminuye el riesgo de hiperten- sión arterial. En pacientes con diámetro aórtico mayor a 4.5 cm o con disección, es preferible realizar cesárea bajo bloqueo peridural. Recordar que muchas de estas pacientes pueden tener insuficiencia aórtica o mitral aso- ciada, por fortuna estas patologías mejoran en forma transitoria durante el efecto del bloqueo peridural, al dis- minuir las resistencias vasculares sistémicas mejorando el flujo anterógrado y por ende el gasto cardiaco. COARTACIÓN AÓRTICA La coartación aórtica representa 8% de todas las cardio- patías congénitas, es más frecuente en hombres; afecta sólo 1 de cada 1 000 a 3 000 mujeres, por lo que es poco difícil observar esta patología en mujeres en edad fértil; 80% de los pacientes con esta enfermedad son diagnosti- cados al nacimiento.15 La mortalidad de pacientes con coartación aórtica y embarazo oscila entre 3 a 5%, aun- que existen reportes que señalan hasta 20% de morta- lidad.16 En la fisiopatología de esta enfermedad se describe: obstrucción crónica en el tracto de salida del ventrículo izquierdo, que genera una presión elevada en el territo- rio vascular previo a la obstrucción y una presión baja en el territorio vascular distal, hipertrofia ventricular izquierda, falla ventricular, ruptura de la aorta o de aneu- risma de arteria cerebral media, esto último se presenta con mayor frecuencia en este tipo de pacientes en com- paración a la población general; enla paciente obstétrica además se produce disminución del flujo uteroplacenta- rio, y retraso en el crecimiento intrauterino del feto o muerte del mismo.17 MANEJO ANESTÉSICO El objetivo de la anestesia en este tipo de pacientes está enfocado a disminuir las resistencias vasculares sistémi- cas, mantener las presiones de llenado, y evitar el incre- mento abrupto de la presión arterial, que puede condi- cionar una ruptura aórtica; 15,18 ésta se presenta por lo habitual durante las contracciones uterinas y el esfuerzo del pujo en el periodo expulsivo del trabajo de parto; para prevenirlo se recomienda la analgesia espinal o epi- dural o su combinación administrada en forma adecua- da, para obtener un efectivo control del dolor obstétrico con un nivel metamérico selectivo y sin efectos colatera- les indeseables. El monitoreo invasivo de la paciente debe considerarse, incluso se recomienda la colocación de un catéter radial y femoral en forma simultánea, para orientar la administración de tratamientos que aseguren un flujo uterino óptimo. Los β bloqueadores de acción corta como el esmolol son una opción razonable para el control de la presión arterial, ya que permiten una titulación y cese de su efec- to farmacológico en corto tiempo.15 La decisión de indi- car cesárea o parto vaginal para el nacimiento del pro- ducto es controversial; existen autores que recomiendan cesárea en toda paciente con presión sistólica mayor a 160 mm Hg;19 otros señalan recurrir al parto vaginal siempre que sea posible;20,21 por lo que lo más pruden- 774 • Anestesia obstétrica (Capítulo 67) te es tomar una decisión en forma individual basada en el estado de la paciente, evolución y pronóstico de termi- nación del trabajo, condiciones obstétricas y experiencia del equipo anestésico-quirúrgico. Si la decisión es parto vaginal, se puede abreviar el periodo expulsivo por medio de la aplicación de fórceps. ARTERITIS AUTOINMUNITARIAS Las arteritis autoinmunitarias en la mujer embarazada, por fortuna son poco frecuentes, por lo que el conoci- miento de su fisiopatología y la información disponible acerca de las mismas es limitado; por estas razones muchas de las recomendaciones sobre su manejo perio- peratorio son derivadas de reportes aislados y series de casos.22 El embarazo se debe planear después de un largo periodo de remisión y control de la enfermedad, de no hacerlo así se tiene el riesgo de que la paciente presente complicaciones derivadas de esta enfermedad y del embarazo.23 ARTERITIS DE TAKAYASU La arteritis de Takayasu (TA) es una enfermedad de ori- gen autoinmune, caracterizada por estenosis focal de la aorta y sus ramas principales, las cuales presentan engro- samiento, acortamiento, rigidez, esclerosis perivascular y adhesión a tejidos vecinos.24 La arteritis de Takayasu pre- domina en mujeres y en general se inicia antes de los 40 años, con una fase preoclusiva asociada a síntomas reu- máticos inespecíficos, que rara vez hacen sospechar este diagnóstico, hasta que los síntomas francos de arteritis de Takayasu se desarrollan.25 Las complicaciones más gra- ves son: hipertensión arterial sistémica, retinopatía, for- mación de aneurismas insuficiencia aórtica y rara vez hipertensión pulmonar con cianosis.26 Manejo anestésico La complicación que con mayor frecuencia afecta el manejo anestésico de pacientes con arteritis de Takayasu es la hipertensión arterial, la cual es en lo principal de origen renovascular; otros factores adicionales son: la dis- minución de la elasticidad, y del diámetro aórtico, y la disfunción de los barorreceptores aórtico y carotídeo.27 La técnica anestésica más utilizada en estos casos es el bloqueo peridural, ya que de manera fácil permite alcan- zar en forma gradual el nivel máximo requerido, y admi- nistrar las medidas necesarias para prevenir o contrarres- tar el bloqueo simpático; al respecto se recomienda como primera opción la infusión de cristaloides (20 mL/kg) previo a la aplicación del bloqueo epidural , si esto no es suficiente, se puede utilizar la posición de Trendelenburg con o sin elevación de miembros inferio- res; los vasopresores deben utilizarse como última opción.28 El bloqueo espinal está asociado a bloqueo simpático súbito, lo cual no es recomendable en este tipo de pacientes, ya que un descenso en la presión arterial, podría resultar en mayor compromiso de la circulación regional, la cual se encuentra ya de manera previa afec- tada por la estenosis arterial propia de la enfermedad.29 No obstante, existe un reporte de bloqueo espinal en una paciente sometida a cesárea de urgencia con buenos resultados tanto maternos como fetales;25 por lo tanto, la técnica espinal podría quedar reservada para pacientes con indicación obstétrica urgente de cesárea, pues selec- cionar anestesia general en esta situación conlleva mayo- res riesgos, sobre todo las posibles crisis hipertensivas asociadas a la intubación o extubación traqueal o inade- cuado plano anestésico; estos factores pueden causar hemorragia cerebral, infarto miocárdico o falla cardia- ca.25 Otra alternativa que se ha utilizado con éxito para la cesárea es la anestesia regional combinada (espinal y peridural), con buenos resultados.30 Muchos de los pacientes con arteritis de Takayasu, están bajo tratamiento crónico con esteroides, ante esa situación, se deben administrar dosis suplementarias de los mismos durante el transoperatorio, para evitar una crisis suprarrenal. A pesar del riesgo de eventos neuroló- gicos, el monitoreo neurológico no es necesario si se administra una técnica regional, en el caso de la aneste- sia general, se pueden utilizar para estos fines de moni- toreo, el Doppler transcraneal o el electoencefalogra- ma;31-32 existen algunos reportes de buenos resultados de casos con anestesia general en los que no se utilizó monitoreo neurológico.33-34 Para monitorizar la presión arterial, se recomienda su medición no invasiva en miembros superiores, y com- parar sus resultados con la presión arterial de los miem- bros inferiores, ya que pueden existir diferencias signifi- cativas entre ambas; esto se debe a que la estenosis rara vez se encuentra por debajo de la bifurcación de la aorta, por lo que los resultados de la medición de la presión arterial en los miembros inferiores son más fidedignos.35 No se recomienda la medición invasiva de la presión arterial, por el riesgo de que se produzcan complicacio- nes vasculares; sin embargo, las indicaciones de monito- reo invasivo en estos pacientes, son las mismas que en enfermos con otro tipo de patología.25 TROMBOSIS VENOSA La enfermedad tromboembólica venosa, representa la principal causa de morbimortalidad materna durante el embarazo y el puerperio, siendo responsable de 50% de las muertes maternas.36 Se debe hacer un diagnóstico temprano de la trombosis venosa profunda en miembros inferiores, ya que si ésta no se trata en forma oportuna y adecuada, puede causar tromboembolia pulmonar en cerca de 24% de los casos; la mortalidad de ésta es de 15%.37 Los factores de riesgo para trombosis venosa son: edad mayor a 35 años, trombofilias congénitas, antece- dente de trombosis, cesárea, sobrepeso, multiparidad, trauma, infección, deshidratación, estado de choque, his- toria familiar de trombosis y válvulas mecánicas.38 Cabe© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente embarazada con. . . • 775 señalar que durante el embarazo hay aumentos de los factores procoagulantes y decremento de la actividad de los factores anticoagulantes, así como de la fibrinólisis, por lo que se completa la llamada triada de Virchow que consiste en: 1) hipercoagulabilidad, 2) estasis (obstrucción de vena cava) y 3) lesión endotelial (compresión vascu- lar por el útero o lesión durante parto abdominal).39 MANEJO ANESTÉSICO El mayor reto para el manejo perioperatorio y la correc- ta selección de la técnica anestésica de estas pacientes, radica en la clasificación de la enfermedady el manejo de la anticoagulación. Lo primero es clasificar el riesgo tromboembólico de la siguiente manera: - Riesgo alto: deficiencia de antitrombina III, factor V Leiden (homocigotos), protrombina 20210A (homocigotos), deficiencia de proteína C (hetero- cigotos), deficiencia de proteína S, Antecedente de trombosis venosa idiopática durante el embarazo, historia familiar de trombosis. - Riesgo moderado: factor V Leiden (heterocigotos), protrombina 20210A (heterocigotos) - Riesgo Bajo: disfibrinogenemia, e hiperhomocistei- nemia.40 Las pacientes con riesgo alto, deben recibir anticoagula- ción a dosis terapéuticas, desde el primer trimestre del embarazo y al menos seis semanas posparto; dependien- do del defecto de la coagulación, se puede considerar en ocasiones la anticoagulación por tiempo indefinido. Las pacientes con riesgo moderado deben recibir anticoagulación a dosis profilácticas, durante el embara- zo y al menos seis semanas posparto. Por último, si la paciente es de bajo riesgo, se recomienda administrar dosis profilácticas durante seis semanas en el pospar- to.37,40 La anticoagulación profiláctica con heparina puede hacerse con dosis subcutáneas de 5 000 UI cada 12 h o con enoxaparina 30 a 40 mg por la misma vía sub- cutánea cada 12 horas. La anticoagulación terapéutica puede llevarse a cabo por medio de heparina no fraccionada, la dosis recomen- dada es de 5 000 UI intravenosas en bolo, seguido de una infusión de 1 000 UI/h, hasta llegar (alrededor de seis horas) a un tiempo de tromboplastina parcial (TTP) de 1.5 a 2 veces el valor basal, luego de 7 a 10 días de este tratamiento , se puede cambiar a heparina subcutánea administrando dos tercios de la dosis de heparina intra- venosa dividida en dos dosis;37 las desventajas de la heparina fraccionada son: sangrado con una incidencia de 5 a 10%, trombocitopenia de 5 a 30% y osteoporosis del 1 a 5 por ciento. 41 Otra alternativa es la heparina de bajo peso molecu- lar (HBPM); en el medio se utiliza más la enoxaparina a dosis de 1mg/kg cada 12 h, con incrementos de 10 mg hasta alcanzar un nivel mayor de 0.4 unidades por mL; las ventajas del uso de la heparina de bajo peso molecu- lar sobre la heparina no fraccionada son: mejor biodispo- nibilidad, vida media más larga, menor incidencia de san- grado, trombocitopenia y osteoporosis;42 sus desventajas son: el elevado precio, e incremento de las aminotransfe- rasas hepáticas. La warfarina, se reserva para los casos en los que la anticoagulación con heparina de bajo peso molecular o heparina no fraccionada es insuficiente, además, existe el riesgo de que este último fármaco cause malformaciones congénitas, sobre todo si se administra entre la semana 6 y 12 de gestación;43 una publicación44 reporta que cuan- do la paciente recibe menos de 5 mg al día de warfarina el riesgo de teratogenecidad es muy bajo. La heparina de bajo peso molecular o la warfarina se deben suspender en la semana 38 de gestación y cambiar por heparina intravenosa, la cual debe interrumpirse su administración cuatro horas antes del evento quirúrgico (cesárea), o sea una vez que se ha iniciado el trabajo de parto efectivo, es importante tomar un tiempo de trom- boplastina parcial (TTP) de control y reiniciar su aplica- ción 18 a 24 h después del parto abdominal, u 8 a 12 h después de un parto vaginal 37 En las pacientes con prótesis valvulares mecánicas que requieren anticoagulación, antes del embarazo no se recomienda el uso de heparina de bajo peso molecular ni de heparina no fraccionada subcutánea, ya que se han reportado casos de trombosis masiva de prótesis valvular y muerte.45 en estos casos se debe continuar la anticoa- gulación con warfarina; ésta debe suspenderse durante las semanas de gestación 6 a 12 (riesgo de malformacio- nes congénitas); en esta etapa hay que utilizar heparina no fraccionada intravenosa y reiniciar la warfarina (alcan- zando un INR de 2.5 a 3); una vez concluidas estas semanas de gestación, cuando el embarazo llegue a la se- mana 38 utilizar el manejo descrito de manera previa.43 La técnica anestésica de elección es el bloqueo peri- dural o espinal, siempre y cuando los valores del tiempo de protrombina, parcial de tromboplastina y el INR (TP, TTP e INR), estén dentro de límites normales y que no se haya administrado ninguna HBPM en las últimas 24 horas. 776 • Anestesia obstétrica (Capítulo 67) REFERENCIAS 1. 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