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261 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN El progreso que mostró la medicina en los últimos dece- nios del siglo pasado, ha llevado a considerar al feto con problemas de salud un paciente más, no sólo en la admi- nistración de fármacos a través de la madre, como el de ciertas drogas cardiovasculares, lo que conllevaría a mejorar una disminuida condición hemodinámica, sino también fármacos que puedan mejorar la restricción de crecimiento intrauterino de manera indirecta, o cual- quier otra patología que afecte el bienestar fetal. Pero la terapéutica fetal no sólo se ha orientado al campo farma- cológico; los procedimientos quirúrgicos también han mostrado en algunos casos, bien sea con exposición del producto como las llamadas cirugías abiertas, o los de menor invasión como punción o fetoscopia, que son una alternativa no sólo paliativa sino también para cirugía correctiva, elevando la supervivencia ante ciertas patolo- gías que condenaban la viabilidad fetal. Para poder alcan- zar el mayor porcentaje de este objetivo planteado, es necesario tanto contar con equipos, instrumental e insu- mos para realizar un correcto procedimiento, como tener un equipo interdisciplinario bien coordinado, incluyendo perinatólogos, obstetras, genetistas, anestesiólogos, neo- natólogos y personal de enfermería entrenado en esta área. HISTORIA DE LA CIRUGÍA FETAL Para el año 1920 se registraron ensayos de cirugía fetal sobre modelo animal para corrección de coartación aór- tica, oclusión intestinal y hernia diafragmática. Liley, en 1963, realizó el primer reporte de intervención en feto humano sin exteriorización del útero, empleando un fluoroscopio para la localización de partes fetales; en este caso se procedió a la colocación de una aguja percutánea dentro la cavidad fetal abdominal y efectuar una transfu- sión de glóbulos rojos como una medida paliativa ante enfermedad hemolítica fetal. En 1966, Asensio reportó la exteriorización del miembro inferior de un feto huma- no a través de una laparotomía con histerotomía, permi- tiendo la canulación de vasos femorales y la aspiración con transfusión en un feto con enfermedad hemolítica severa. Para este procedimiento fue empleado una anes- tesia general, con intubación orotraqueal, halotano, oxí- geno y óxido nitroso. Este método fue abandonado con prontitud debido al desarrollo de parto prematuro y menor resultado satisfactorio que el procedimiento des- crito por Liley.1 En 1974, Hobbins y Mahoney, em- pleando un pequeño endoscopio de fibra óptica el cual era pasado por una aguja # 10, visualizaban de manera directa partes fetales permitiendo la toma de muestras de sangre. La evolución de los nuevos equipos de ultrasonido durante el decenio de 1970-79, marcó el inicio de la era moderna del diagnóstico de patologías fetales. Esto per- mite a varios investigadores introducir agujas en diferen- tes sitios del cuerpo fetal y obtener muestras de líquido cefalorraquídeo (LCR), y de orina en pelvis renal. En 1982, Bang perfeccionó la técnica de visualización direc- ta fetal (fetoscopia), la canulación de vasos del cordón umbilical y la realización de una transfusión sanguínea. Harrison en 1983 realizó la primera cirugía abierta en feto humano; en ese mismo año se fundó la Sociedad de Medicina Fetal en la ciudad de San Francisco (EUA), y para 1992 Macmahon realizó la primera vesicostomía fetal endoscópica de manera satisfactoria.2 Tulipan reportó tres casos de cirugía de mielomenin- gocele intraútero, los cuales evolucionaron de manera exitosa.3 Capítulo Anestesia para cirugía fetal PROCEDIMIENTOS FETALES En la actualidad la cirugía fetal puede dividirse en tres categorías: cirugía fetal abierta, cirugía fetal por endosco- pia, otros procedimientos de mínima invasión y trata- miento intraparto ex utero4 (cuadro 26–1). PROCEDIMIENTOS DE MÍNIMA INVASIÓN Mediante el empleo de ultrasonido pueden dirigirse agu- jas o trocares muy delgados desde la piel a diversos par- tes anatómicas del feto, cordón o placenta, con fines diagnósticos y terapéuticos. Entre estos procedimientos son señalados: punciones en vena intrahepática o en vasos umbilicales, transfusiones fetales, esclerosis de tumores pulmonares. 5 Cirugía fetal endoscópica Si bien la observación directa del feto como procedi- miento diagnóstico tiene sus inicios a mediados del siglo pasado, el desarrollo tecnológico en cámaras y videos ha permitido un incremento en la aplicación de este proce- dimiento con fines quirúrgicos. La reducción del diáme- tro de los dispositivos (llamados trocar) a insertar, bien sea de modo percutáneo o haciendo una laparotomía para una mejor exposición del útero, permiten una míni- ma lesión tanto en la membrana amniótica como en el útero y en consecuencia menor salida de líquido poste- rior a la cirugía. Por otra parte la alta calidad de las imá- genes proporcionada por los nuevos sistemas de cámaras y monitores, facilitan la visualización de estructuras tridimensionales, permitiendo mayor exactitud y faci- lidad en la ejecución de procedimientos, lo que sin lugar a dudas contribuye en un incremento en el uso de fe- toscopia. Entre las cirugías que se hacen por esta técnica se encuentra:6 coagulación láser de vasos en síndrome de transfusión intergemelar; para este mismo síndrome puede emplearse tanto de vasos del cordón como la foto- coagulación selectiva de vasos comunicantes en placen- ta. Otros procedimientos comprenden: oclusión traque- al, perforación de valvas uretrales posteriores, visualiza- ción de cuerdas vocales en síndrome de obstrucción de vía aérea superior, resección de bandas amnióticas, espi- na bífida o resección de teratomas sacrococcígeo. Tratamiento intraparto ex utero Uno de lo mayores problemas que se presentan en fetos con compromiso de las vías respiratorias superiores por obstrucción mecánica, es permeabilizar la vía aérea durante los primeros minutos de vida extrauterina, con- llevando en muchos casos a la aparición de hipoxemia severa, daño neurológico o muerte. El desarrollo de un tratamiento intraparto extraute- rino, cuyas siglas en inglés son conocidas como EXIT (exutero intrapartum treatment) o también OPPS (opera- tions on placental support), o AMPS (airway management on placental support) 7evita por completo el problema antes mencionado. Una vez extraído el feto del útero, de inmediato se realiza tanto el abordaje de la vía aérea como accesos intravenosos antes de pinzar el cordón umbilical; esto permite un intercambio respiratorio a tra- vés de la circulación placentaria, minimizando o abolien- do la incidencia de hipoxemia severa que se observaba en el pasado. El EXIT, fue al inicio empleado para el retiro de dis- positivos colocados en la tráquea con la finalidad de inducir crecimiento pulmonar en aquellos fetos portado- res de hernia diafragmática congénita (HDC). Esta téc- nica permitió abrir una ventana de tiempo no sólo para retirar el dispositivo sino también para una variedad de procedimientos como: revisar la traquea por posibles lesiones con el dispositivo, proveer de intubación orotra- queal, traqueostomía, broncoscopia y administración de surfactante, mientras una oxigenación fetal era manteni- da a través del cordón umbilical, por lo que se conoció como cirugía con apoyo placentario.8 Otras indicaciones para esta técnica9 son: tumores gigantes en cuello, síndrome de obstrucción de la vía aérea superior, cardiopatía congénita severa o hipoplasia pulmonar con expectativa de tratamiento con oxigena- ción de membrana extracorpórea (ECMO). Estos procedimientos con mínima invasión, en con- junto con fetoscopia, son los realizados de manera más común en las instituciones que ofrecen esta asistencia materno-fetal. Cirugía fetal abierta A este grupo pertenecen aquellos procedimientos que se llevan a cabo con la realización de una histerotomía y la extracción del feto del útero para así efectuar la cirugía correctiva o paliativa. Bajoesta técnica son realizadas cirugías de mielomeningocele, resección de teratoma sacrococcígeo, resección de masas intratorácicas y hernia diafragmática congénita. Su alto número de resultados desfavorables hace que hoy día esta técnica se emplee para muy limitadas patologías. 262 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) Cuadro 26–1. Patología fetal y abordajes quirúrgicos Tipo de cirugía Patologías Mínima invasión Punciones de vasos, esclerosis de tu- mores pulmonares, transfusiones, biop- sias y otros estudios Endoscópica Síndrome transfusión intergemelar, oclusión traqueal en HDC, ligadura de cordón umbilical, valvas uretrales, trans- fusiones, bandas amnióticas, espina bí- fida, teratoma sacrococcígeo EXIT Oclusión traqueal, obstrucción de vía aérea superior, cardiopatía congénita severa hipoplasia pulmonar Abierta Mielomeningocele, HDC CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS Dentro de las consideraciones anestésicas, deben tomar- se con atención cinco aspectos fundamentales los cuales son: cambios fisiológicos del embarazo y sus implicacio- nes anestésicas, teratogenicidad, evitar la asfixia fetal, prevenir el desarrollo de trabajo de parto y suministrar anestesia, analgesia fetal o ambas (cuadro 26–2). CAMBIOS FISIOLÓGICOS DEL EMBARAZO Y SUS IMPLICACIONES ANESTÉSICAS Las modificaciones en aparatos y sistemas, oscilaciones hormonales y enzimáticas que alcanzan a todos los teji- dos y líquidos corporales durante el embarazo, son los factores responsables de observar diferentes efectos clíni- cos ante la administración de anestésicos, analgésicos o ambos. Por otra parte hay que señalar que estos cambios, si bien se inician desde las primeras semanas de la gesta- ción, se incrementan hacia el segundo trimestre para alcanzar su mayor nivel en las semanas finales del emba- razo. A nivel del sistema respiratorio a partir de la octa- va semana de la gestación aparecen cambios en casi todas las capacidades, volúmenes y ventilaciones pulmonares, los cuales obedecen de manera principal a cambios ana- tómicos, mecánicos y hormonales10 (cuadro 26–3). Dentro de los anatómicos, resaltan una disminución de hasta 4 cm en el diámetro vertical interno hacia el último trimestre de la gestación. La inspiración en la embarazada es atribuida casi en su totalidad al movi- miento del diafragma, ya que la caja torácica tiene dismi- nuida su movilidad. Por otro lado una dilatación de la vía aérea con disminución en 50% la resistencia pulmonar, es inducida por la progesterona, aumento de la actividad β- adrenérgica, como también de la cortisona y relaxina. Otros efectos no menos importantes en la vía aérea son: ingurgitación capilar en las mucosas nasal, orofaríngea y laríngea, proporcionando un incremento en la vasculari- dad, lo cual puede traducirse con mayor absorción de fármacos. Los volúmenes y capacidades pulmonares muestran modificaciones interesantes, si bien la frecuencia respira- toria se altera muy poco durante el embarazo normal, sin embargo el volumen corriente (VC), la ventilación minuto (VM), ventilación alveolar (VA) y el consumo de oxígeno, son algunos de los parámetros que aumentan de manera considerable a medida que avanza la gestación.11 Otros parámetros como volumen espiratorio forzado al primer minuto (FEV1), la relación del FEV1 con la capa- cidad vital forzada (FVC), y capacidad de cierre (CC) no muestran cambios. La capacidad residual funcional (CRF) y el volumen residual (VR) están disminuidos como consecuencia de la elevación del diafragma. La gasometría también pre- senta cambios tempranos; un descenso en los valores de la PaCO2 hasta alcanzar 30 mm Hg, son evidenciados a partir de las 12 semanas de gestación, permaneciendo en esas cifras hasta el final del embarazo, producido en gran parte por efecto de la progesterona y en menor propor- ción por los estrógenos. La PaO2 se incrementa de mane- ra brusca durante el primer trimestre a 107 mm Hg, para luego descender en forma progresiva hasta 103 mm Hg en el último trimestre. Un descenso en el bicarbonato sérico que alcanza a 20 mEq/L por incremento en la excreción renal, modifica de forma ligera los valores de pH en 0.02 a 0.06, lo cual es interpretado como una compensación metabólica a una alcalosis respiratoria. Dentro de las alteraciones que revisten importancia farmacológica son señaladas: un descenso de 20% CRF y elevación en la VM en 45%, las cuales son responsables del corto período de latencia ante la exposición de cual- quier agente anestésico o droga por vía respiratoria. La recaptación de los agentes inhalatorios más insolubles estaría favorecida por la disminución de la CRF, mientras que la de los más solubles se ve potenciada por el aumento de la VM. De modo adicional el incremento del gasto cardiaco que acompaña a la embarazada, induciría una mayor distribución corporal del fármaco, siendo más acentuado el fenómeno de “arrastre” pulmonar durante la etapa de inducción anestésica.12 Los cambios descritos se cumplen para cualquier tipo de droga, siendo impor- tante tener en cuenta estas variaciones cuando se esta- blece una medicación por vía inhalatoria (cuadro 26–4). En resumen, las sumas de los cambios del aparato respiratorio durante el embarazo provocan una elevación en la concentración anestésica alveolar, cuando se expone a un agente durante ventilación espontánea o controla- da. No es raro que muchos de los procedimientos fetales sean realizados en madres con embarazos gemelares.© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 263 Cuadro 26–2. Consideraciones anestésicas para cirugía fetal Áreas Cuidados Seguridad materna - Considerar los cambios fisiológicos del embarazo y sus implicaciones anesté- sicas - Evitar dolor intra y posoperatorio - Control de la temperatura y CO2 Obstétricas - Evitar trabajo de parto pretérmino Seguridad - Evitar fármacos teratogénicos fetal - Impedir asfixia fetal - Proporcionar anestesia/anagesia fetal Cuadro 26–3. Embarazo y cambios en el sistema respiratorio Cambio Parámetros (%) Aumentados Volumen de reserva inspiratorio 5 Volumen corriente 45 Capacidad inspiratoria 15 Espacio muerto 45 Ventilación minuto 45 Ventilación alveolar 45 Disminuidos Volumen de reserva espiratorio 25 Volumen residual 15 Capacidad funcional residual 20 Capacidad pulmonar total 5 McAuliffe,13 estudió parámetros de función pulmonar en 140 embarazos simples normales, 68 embarazos gemelares y 22 no embarazadas. No hubo diferencias sig- nificativas al comparar embarazos simples con embara- zos gemelares. No obstante demostraron diferencias sig- nificativas al comparar embarazadas con las que no lo estaban, reportando en la paciente embarazada una dis- minución de 20% en la CRF y disminución de 30% en el volumen de reserva espiratorio en el tercer trimestre. La ventilación por minuto aumentó 30% incluso en el pri- mer trimestre. SISTEMA CARDIOVASCULAR Al igual que en el sistema respiratorio los cambios en este sistema ocurren a partir de las primeras ocho sema- nas de la gestación. El gasto cardiaco (GC) se incremen- ta en cifras de hasta 50% del valor de una no gestante; una elevación de la frecuencia cardiaca es responsable durante la primera semana, conllevando elevaciones entre 15% a 25% del GC por arriba de una no embara- zada. Otra variable hemodinámica que influye en el GC, es el volumen latido (VL), el cual se eleva entre 25% a 30% al final de la gestación, y por último un descenso en la resistencia vascular sistémica de 20% (disminuyendo la poscarga), así como la disminución en la presión coloi- dosmótica completan las modificaciones hemodinámicas más resaltantes. Otros parámetros como volumen sistóli- co final del ventrículo izquierdo (LVEDV), presión venosa central (PVC), presión diastólica de la arteria pulmonar (PADP) y presión capilar de la “cuña” pulmo- nar (PCWP) no muestran cambios, pero sí hay incre- mentos tanto en la fracción de eyección (EF), como en el volumen diastólicofinal del ventrículo izquierdo (LVEDV).14 El GC también se modifica por la postura materna; en etapas avanzadas del embarazo es mucho mayor en la embarazada en decúbito lateral, en esta posición el útero grávido no limita el retorno venoso. La elevación progresiva del diafragma gira y despla- za el corazón hacia arriba y a la izquierda; asimismo son observados cambios electrocardiográficos como desvia- ción del eje cardiaco hacia la izquierda, acortamiento del PR, depresión del segmento ST, así como alteraciones en la onda T. Hay mayor disposición a las arritmias supra- ventriculares, por incremento de las cuatro cámaras car- díacas, y efecto de la progesterona.15 En la ecocardiogra- fía puede encontrarse una hipertrofia del ventrículo izquierdo hasta de 50%, debido a crecimiento excéntri- co por sobrecarga de volumen. En los embarazos múltiples, el GC materno es mayor casi en un 20% debido a mayor volumen sistólico (15%) y aumento de la FC (3.5%) (cuadro 26–5). Otro aspecto de alto interés es el incremento tanto de la volemia como del volumen plasmático, los cuales puedes alcanzar hasta 45% y 55% de manera respectiva al final de la gestación. Algunos de los valores al final de la gestación con implicaciones farmacológicas son mos- trados en el cuadro 26–5.16 El primero de los puntos en importancia sobre estas variaciones fisiológicas, debe considerar al aumento del volumen plasmático (aumento de la precarga) y gasto cardiaco, los cuales incrementan el volumen de distribu- ción de las drogas, sobre todo las de tipo hidrosoluble. Otra situación interesante es la referente a los nive- les de proteínas séricas; aunque se produce un ligero incremento de ellas durante la gestación, el estado de hemodilución que presenta la embarazada cambia las proporciones tanto de albúmina como de α–1- glicopro- teína ácida (AAG), siendo éstas menores en compara- ción a la no embarazada. La albúmina presenta mayor afinidad para el trans- porte de drogas ácidos débiles (p. ej.: benzodiazepinas, tiopental sódico) mientras que la AAG es de bases débi- les (p. ej.: anestésicos locales, opioides, etc.) Esta última tiene la característica de presentar alta afinidad y poca capacidad de transporte, a la inversa de la albúmina que presenta baja afinidad y alta capacidad para transportar; estas modificaciones reflejarían cambios en la duración, pasos por barreras biológicas y comportamiento de las fracciones libres. Es importante resaltar que el feto también presenta un descenso en la AAG,17 lo cual tiene implicaciones en la farmacología, que atraviesan la barrera placentaria. Por otra parte los altos niveles de progesterona presentes durante la gestación, ocasionan una disminución de los receptores disponibles para el transporte de anestésicos locales (AL) como lidocaína y bupivacaína,18 pudiéndo- se generar mayor fracción libre, cambios en la farmaco- dinamia y potencial elevación de efectos colaterales como riesgo de toxicidad.19 264 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) Cuadro 26–4. Valores de los gases arteriales durante el embarazo Parámetros No. de Trimestre gestantes 1 2 3 PaCO2 (mm Hg) 40 30 30 30 PaO2 (mm Hg) 100 107 105 103 pH 7.40 7.44 7.44 7.44 HCO3 (mEq/L) 24 21 20 20 Cuadro 26–5. Cambios en el sistema cardiovascular de la gestante Sistema Parámetros Cambio Circulación Gasto cardiaco +50% Volumen latido +25% Frecuencia cardiaca +25% Presión coloidoosmótica ↓ Compresión aortocava Presente Hematología Volemia +45% Volumen plasmático +55% Volumen corpuscular rojo +30% Proteínas Proteínas totales ↓ plasmáticas Albúmina ↓ AAG ↓ Colinesterasa plasmática ↓ Un incremento en los niveles de AAG pueden obser- varse cuando se genera lesión tisular, como en cirugía, traumatismos, infección, inflamación y procesos neoplá- sicos. La anestesia epidural no bloquea el aumento de la AAG en respuesta a la cirugía.20 La succinilcolina (SC), un relajante muscular des- polarizante (RMD), ha servido como ejemplo del efecto que puede hacer el volumen de distribución sobre la acción de una droga. Hacia el final de la gestación la acti- vidad de la colinesterasa plasmática esta disminuida 24%, incrementándose hasta 33% a los tres días del puer- perio, retornando a las 2 a 4 semanas del puerperio a valores normales. Este cambio no prolonga el tiempo de duración de acción de la SC, por lo que las dosis clínicas no varían. Otro factor es la óptima calidad de la enzima circulante, capaz de realizar los procesos de hidrólisis.21 SISTEMA RENAL Durante la gravidez, el flujo sanguíneo renal (FSR) y la tasa de filtración glomerular (TFG) se incrementan en 50% a 60%; la reabsorción de agua y electrolitos también están elevados, en consecuencia el balance hídrico y elec- trolitos se mantienen normales, observándose una dismi- nución en los valores de creatinina y un incremento de 30% en la depuración de la misma. Los cambios descritos con anterioridad pudiesen tener efectos significativos en la farmacocinética,22 como seria un aumento en el clearence de ciertas drogas, con- llevando a concentraciones subterapéuticas en compara- ción con la no embarazada. Estas observaciones no son compartidas por todos los autores, ya que para algunos la excreción no requiere ajustes en las dosis. SISTEMA GASTROINTESTINAL El estómago presenta modificaciones debido a factores mecánicos y hormonales. El elemento mecánico está representado por el útero grávido, siendo más intenso este estímulo a medida que cursa la gestación; un efecto de compresión, rotación y desplazamiento hacia arriba de este órgano generan un retraso en el vaciamiento gás- trico.23 Este suceso está potenciado por un segundo fac- tor, evidenciado por los elevados niveles de progesterona, que mediante una acción directa disminuye el peristaltis- mo gástrico e intestinal y de manera indirecta influye en la disminución de la motilina,24 la cual facilita la con- tracción del músculo liso gastrointestinal. No menos importantes, son los grandes volúmenes así como la mayor acidez gástrica al final de la gestación, es posible que por un factor diferente a la elevación sérica de gas- trina,25 sobre este último punto se ha establecido una controversia, en cuanto al cambio real o si sólo obedece a la acentuación del factor mecánico.26 La embarazada presenta presiones intraesofágicas menores y gástricas mayores, como un menor tono tanto del esfínter esofági- co inferior cuanto del superior. No obstante, publicaciones en la última década han señalado controversia sobre el retardo del vaciamiento gástrico para agua, líquidos claros y hasta bebidas isotó- nicas o deportivas, pero no para dieta ligera.27 Wong28 estudió el tiempo de vaciamiento gástrico con 300 mL de agua mediante ultrasonido gástrico seriado y niveles plasmáticos de acetaminofén (administrado por vía oral). Los autores concluyen que el vaciamiento gástrico en la embarazada a término, sana, no obesa y que no esté en trabajo de parto no presenta retardo después de la inges- tión de 300 mL de agua en comparación al grupo con- trol. En cuanto a las bebidas deportivas,29 han demostra- do que la toma de 750 a 1 000 mL durante un trabajo de parto, disminuyen la cetosis materna sin incrementar el volumen gástrico. La evidencia actual sugiere que los sólidos y semisó- lidos deben evitarse una vez que la embarazada entre en fase activa de trabajo de parto o requiera analgesia. Se considera que una estrategia apropiada para disminuir un largo tiempo de ayuno en embarazadas sometidas a cirugía electiva como lo es la cirugía fetal, es administrar de manera reservada la ingestión de bebidas isotónicas o deportivas, lo cual proveería calorías sin incrementar el riesgo de broncoaspiración.30 Por otro lado, debe considerarse que este aspecto no es extrapolable para otros tipos de líquidos o sólidos y semisólidos, asimismo como el componente del alimen- to (grasas, carbohidratos o proteína). En cuanto a la tera- péutica oral, pudiesen presentarse retardos en la absor- ción,31 dependiendo de la presentación farmacéutica así comola ingesta del tipo de alimentos. La presencia de un pH menor, favorecerá la absorción de ácidos débiles, por el contrario retardará las de bases débiles.32 El retraso del vaciamiento gástrico, se acentúa en situaciones como dolor (trabajo de parto) y medicación con opioides. Los posibles efectos colaterales gastrointestinales deben vigi- larse y ajustar el tipo de presentación farmacéutica. HÍGADO Y METABOLISMO DE ALGUNOS FÁRMACOS Este órgano no experimenta mayores cambios durante la gestación en cuanto a morfología, histología y flujo san- guíneo. Los modelos animales han señalado que el emba- razo disminuye el metabolismo de drogas por esta vía, efecto que ha sido relacionado con disminución de los niveles de citocromo P450 (CYP) microsomal hepático, siendo evidente una reducción en la actividad de CYP1A2,33 lo que es posible que ocurra por un factor hormonal, de manera muy probable la progesterona, la que juega un papel importante en la regulación del metabolismo hepático en humanos. En un estudio reali- zado en embarazadas, cuyo objetivo fue investigar los cambios en la actividad de CYP1A2, xantina oxidasa (XO) y N-acetiltransferasa2 (NAT2), los autores conclu- yen que la actividad de la CYP1A2 está disminuida en las tres etapas del embarazo, siendo esta disminución de relevancia clínica para fármacos de ajustado margen tera- péutico.34© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 265 Algunas pruebas utilizadas para valorar la función hepática son de manera notoria diferentes durante el embarazo, así la fosfatasa alcalina sérica casi se duplica durante el embarazo normal, mientras que las amino- transferasas, γ glutamiltranspeptidasa y bilirrubina total tienen concentraciones de manera ligera menores. La albúmina sérica está disminuida por mayor volumen de distribución y puede disminuir la relación albúmina/glo- bulina respecto a la no embarazada. Para el grupo de relajantes musculares no despolari- zantes (RMND), la situación es variada; por una parte hay una mayor sensibilidad al bromuro de vecuronio, reduciéndose hasta 50% de la dosis ED50 en conejos.3 En las pacientes sometidas a cesáreas se manifiesta un corto período de latencia con una prolongada recuperación neuromuscular en comparación con un grupo control no gestante;35 esta elevada sensibilidad no se corresponde a cambios en la farmacocinética; por el contrario esta droga presenta tanto una disminución en la vida media como un clearence aumentado. Otros agentes con iguales observaciones en la farmacodinamia durante el embara- zo y puerperio son el bromuro de pancuronio36 y bro- muro de rocuronio,37 que prolonga la recuperación hasta en 25%. Por el contrario el besilato de atracurio no pre- senta modificaciones en su vida media, clearence y volu- men de distribución como en la farmacodinamia duran- te el embarazo.38 SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (SNC) Y SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO (SNP) Estudios realizados en animales gestantes han mostrado una disminución de los requerimientos anestésicos y analgésicos frente a estímulos dolorosos. 39 Distintas sus- tancias endógenas y posibles mecanismos han sido exa- minados para explicar la formación de una condición analgésica durante la gestación. La progesterona desde hace varias décadas ha sido señalada como responsable de este fenómeno; tiene efec- to sedativo y en grandes dosis induce perdida de la con- ciencia en humanos. Uno de sus metabolitos la 5-α-pro- gesterona (5AP) administrada por vía intratecal en ratas, 40 potenció el efecto analgésico del sufentanil, la posible vía analgésica sea mediante estímulos de receptores opioides. Glintz, observó que el efecto analgésico de la progesterona desparecía cuando era administrado un antagonista de opioides.41 Los niveles plasmáticos que alcanza la progesterona durante el embarazo son 53 veces mayores comparado con la no gestante, mientras que el incremento en el líquido cefalorraquídeo (LCR) es 10 a 20 veces supe- rior;42 esta elevación es menos acentuada durante el puerperio inmediato. Entre otras sustancias asociadas con la modulación del dolor durante la gestación, se tienen: β-endorfinas, encefalinas y serotonina. Hasta ahora no está claro el mecanismo de las β-endorfinas, su elevación durante el embarazo no guarda relación con los niveles de proges- terona; es potenciada por la placenta, el dolor durante el trabajo de parto. La administración subaracnoidea de β- endorfinas mayor a las concentraciones fisiológicas pro- duce analgesia efectiva durante el trabajo de parto.43 Los datos evidencian la presencia de una cantidad significati- va de sustancias para descender el umbral al dolor y ajus- tar las dosis tanto de analgésicos como anestésicos; este último punto establece la otra gran causa de los cambios en la farmacodinamia durante el embarazo. AGENTES DE INDUCCIÓN La dosis de tiopental sódico (TPS) está disminuida en 18% desde las primeras semanas de la gravidez. Este des- censo es relacionado con endorfinas (β-endorfinas) y dinorfinas.44 Por el contrario la prolongación de dos veces la vida media del TPS es atribuida al alto volumen de distribución de la droga aunque su clearence está aumentado. La unión a proteínas plasmáticas no presen- ta cambios en comparación a la no gestante. La sensibi- lidad del propofol durante embarazo no ha sido deter- minada. A diferencia del TPS el embarazo no afecta la vida media. INHALATORIOS Con relación a los inhalatorios, diferentes reportes coin- ciden en la disminución de alrededor de 30% de las con- centraciones a administrar, siendo los porcentajes para cada agente los siguientes: isoflurano (28%),45 halotano (27%) y enflurano (30%), de manera respectiva;46 igual descenso es recomendado para el sevoflurano47 y des- flurano.48 ANESTÉSICOS LOCALES La actividad anestésica local de la progesterona ha sido evaluada, su aplicación directa a los nervios aislados no afectan la conducción nerviosa.49 Por el contrario, los animales con periodos de exposición a la progesterona han presentado un incremento de la sensibilidad;50 al igual este efecto se ha conseguido con preparaciones ais- ladas sumergidas en baños de esta hormona.51 Esto apuntaría a un efecto indirecto que requiere de algún tiempo de exposición, como ocurriría hacia el final de la gestación. Al respecto varias investigaciones clínicas han mostrado una disminución en la latencia del bloqueo de conducción nerviosa en gestantes en comparación con las no embarazadas.52 Los mecanismos hipotéticos por los que la progesterona intervendría sobre el potencial de acción de los nervios son: alteración en la actividad del receptor, modulación de los canales del sodio, y altera- ción en la permeabilidad de la membrana nerviosa. 266 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) ESPACIO SUBARACNOIDEO El espacio subaracnoideo experimenta cambios debido a factores hormonales y mecánicos, la compresión aortoca- va e hiperventilación son causantes de estos últimos. El empleo de IRM en voluntarios53 mostró una amplia variabilidad del volumen del LCR, pero reportando una disminución de la cantidad lumbar al realizar una com- presión abdominal externa. Otra investigación similar a la descrita con anterioridad en 12 voluntarios,54 pero con un equipo de IRM de mayor capacidad (tridimensional), evaluaron los posibles cambios en el volumen de LCR asociado con las siguientes maniobras: reposo, hiperven- tilación, compresión abdominal e hiperventilación más compresión intraabdominal. Los hallazgos de este estu- dio revelaron reducciones del volumen de LCR en el siguiente orden: hiperventilación 10%, compresión abdominal externa 28% e hiperventilación más compre- sión abdominal externa 41%, visualizando como causa directa la ingurgitación del plexo venoso epidural; estos importantes cambios tendrían implicaciones en la anes- tesia espinal o subaracnoidea. Por último, Takiguchi,55 empleó IRM en embarazadas, reportando cambios de manera significativacomo son: incremento de los plexos epidurales de manera extensiva, no sólo limitado a nivel de región lumbar, sino que los cambios son descritos desde región torácica inferior hasta sacra; los plexos venosos epidurales anteriores están más ingurgitados que los posteriores y que la compresión del espacio subarac- noideo es mayor a nivel lumbar que en otros niveles. Una menor cantidad de LCR a nivel lumbar, pudiera comple- mentar, en conjunto con los cambios hormonales, la res- puesta de las menores dosis efectivas (menor cantidad de miligramos empleados) que son señaladas para la pobla- ción gestante (cuadro 26–6). El estado ácido-base del LCR durante el embarazo y su efecto en la anestesia subaracnoidea también ha sido estudiado. Hirabayashi, 56 evidenció cambios significati- vos a nivel estadístico en el pH, siendo éste más alcalino en el segundo y tercer trimestre del embarazo, como también un significativo incremento de la presión de CO2 fue apreciado para los mismos trimestres. Los investigadores concluyen que estos cambios tienen míni- mo efecto en la dispersión de la anestesia intratecal; sin embargo esta dispersión es diferente a nivel clínico a la encontrada en la no embarazada. Un cambio en la densi- dad del LCR que repercute en la dispersión57 y compor- tamiento de los fármacos es observado durante la gesta- ción. 58 Los valores de densidad señalados para el LCR expresados en promedio de desviación estándar son de 1.00030 ± 0.00004 g/mL (1.00049 ±0.00004 g/mL en la no embarazada), 59 efecto que es atribuido en particu- lar a elevados niveles de estrógenos y progesterona, los cuales pueden observarse desde el primer trimestre de la gestación. 60 El mecanismo no es bien conocido, pero se piensa que la progesterona a nivel fisiológico alteraría la actividad de la potasio-ATPasa y del sodio en los plexos coroideos, modificando la producción de LCR. Esta variación de densidad en el LCR determina otros límites para términos como hipobaricidad e hiperbaricidad, necesitándose menor cantidad de dextrosa unida a la solución contentiva de anestésicos locales para elevarla de isobara a hiperbara,61 o fármacos isobaros que pueden comportarse de modo discreto como hiperbaros.62,63 Si bien no se ha conseguido una correlación entre los niveles de progesterona del LCR y dispersión de la anes- tesia espinal, la elevación de esta hormona genera cam- bios eléctricos y excitatorios tanto en el sistema nervioso central como periférico, siendo causante del incremento de la sensibilidad a los anestésicos locales. Otro evento interesante observado en las últimas décadas es el rela- cionado a las dosis efectivas de los AL, tanto para aneste- sia como analgesia obstétrica. Varios estudios han señala- do una disminución de las mismas,64 y esto es posible que involucraría otro factor como lo son las variaciones intercontinentales. ESPACIO EPIDURAL Hay importantes modificaciones en cuanto a la absor- ción como dispersión de drogas administradas en el espa- cio epidural. La compresión aortocava, evidenciada a partir de la semana 16 de la gestación, genera una espe- cie de seudopinzamiento en la vena cava que incremen- ta la circulación colateral; como una respuesta a esta cir- cunstancia, ocurre un aumento del flujo vascular de los plexos venosos epidurales, estableciéndose como una importantísima vía para la circulación de retorno, y por consiguiente generando elevación de la trama vascular y efecto mecánico dentro del espacio peridural. Este incre- mento en la trama vascular ha sido observado mediante© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 267 Cuadro 26–6. Modificaciones del embarazo e implicaciones farmacocinéticas Farmaco- Cambio Efecto del embarazo cinética Absorción - Piel y mucosas: vascularidad - Respiratorio: CRF, VM - Epidural: trama vascular - Gastrointestinal: o vaciamiento gástrico retrasada vaciamiento intestinal o pH gástrico Distribución - Plasmático: volumen plasmático, GC, AAG y sitios de unión a proteínas - Epidural: presión intraabdominal, trama vascular - Subaracnoideo: densidad del LCR volumen del LCR Metabolismo - Hepático: Inducción enzimática (CYP2C9), Inhibición enzimática (CYP1A2), actividad de la colinesterasa, unión a proteínas - Placenta: ciertas drogas Eliminación - Renal: FSR, TFG. - Unidad placenta-feto epiduroscopia65 desde el primer trimestre de la gesta- ción, alcanzando su mayor consecuencia al final de la misma. Estas mismas modificaciones han sido reportadas mediante imágenes por resonancia magnética (IRM), mostrando no sólo una ingurgitación de vasos epidurales, sino también un desplazamiento de la duramadre con la consecuente disminución de LCR a nivel lumbar.66 Otros componentes que contribuyen a modificar el espacio epidural, son el aumento de presión intraabdo- minal, cuyos niveles más altos son registrados al final de la gestación, embarazo gemelar, polihidramnios o duran- te las contracciones uterinas de la fase activa del trabajo de parto. TERATOGENICIDAD Una de las preocupaciones más frecuentes de las pacien- tes y resto del equipo perinatal es el potencial efecto de teratogénesis de los fármacos anestésicos sobre el desa- rrollo del feto. El concepto de teratogenicidad abarca no sólo cambios histológicos, anatómicos, fisiológicos, sino también de alteraciones conductuales.67 Para que un agente pueda generar neurotoxicidad deben tenerse en consideración varios factores como son: edad gestacio- nal de exposición a la droga, tipo, dosis y tiempo de exposición, y susceptibilidad genética de la especie (cua- dro 26–7). La edad gestacional influye en el tipo de malforma- ción que aparece; cada órgano y sistema muestra un periodo donde es más susceptible a agentes teratógenos, algunos de los cuales pueden observarse en el cuadro 26–7.68 Muchos autores coinciden que cuando un fár- maco de potencial teratogénico es administrado durante los 13 a 60 días (período embrionario), genera un efecto embriotóxico, manifestándose a nivel clínico como abor- to o malformaciones fetales mayores en caso de alcanzar vida fetal. Si la exposición al agente ocurre durante el período fetal se manifiestan la malformaciones menores o la otra forma que serían la alteraciones funcionales. Otro aspecto comprende el tipo de fármacos, ya que es bien conocido que ciertos de fármacos inducen efec- tos teratogénos específicos en humanos, entre ellos se tienen drogas antiepilépticas como el ácido valproico, la difenilhidantoína; agentes antihipertensivos entre los que se incluyen a todos los inhibidores de la enzima conver- tidora de la angiotensina (IECA). Son algunos de los más importantes fármacos con poder teratogénico.69 Si bien hay fármacos con claros indicios para generar alteraciones morfológicas o conductuales en el feto; tam- bién hay que tomar en consideración que muchos fárma- cos administrados por encima de la dosis clínica o bien a dosis clínica, pero por largos periodos de exposición, pueden desarrollar anomalías fetales. En el primero de los casos, se puede citar como ejemplo un estudio en embriones de pollo, los cuales fueron expuestos al óxido nitroso 80% con baja concentración de oxígeno (10%), produciendo teratogenicidad. Para el segundo de los casos, sirve como modelo, un estudio en ratas preñadas las cuales mostraron alta incidencia de óbitos fetales y alteraciones esqueléticas con la administración de óxido nitroso 50% durante 1 o 2 días continuos de exposición. Como último componente está la susceptibilidad genéti- ca de la especie; en este punto es interesante resaltar cómo determinadas drogas generan anomalías fetales dependiendo de la especie; un ejemplo de ello sería el fenobarbital y la metadona que provocan teratogenici- dad en ratones pero ninguna alteración en ratas ni cone- jos. Otro ejemplo clásico de la teratogenicidad asociada a las especies es el tema de la talidomida, la cual provoca focomelia, amelia o hemimelia en humanosy conejos pero no en ratas (cuadro 26–8). MODELOS ANIMALES La mayoría de los agentes anestésicos (inhalatorios, intra- venosos y anestésicos locales) estudiados en los diferen- tes modelos animales y celulares han mostrado variacio- nes teratogénicas para casi todas las especies, pero muchos de esos trabajos no son extrapolables o aplica- bles a la práctica clínica diaria. En el caso del óxido nitro- so, los estudios apuntan a una inactivación de la metioni- na sintetasa, interfiriendo con el metabolismo del folato, alterando la conversión de uridina a timidina y por con- siguiente afectando la síntesis del ácido desoxirribonu- cleico (DNA), responsable de alteraciones morfológicas. Sin embargo, lo que ha llamado más la atención no son 268 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) Cuadro 26–7. Periodo de mayor susceptibilidad de teratogénesis de ciertos órganos Órgano Días Cerebro 18 a 38 Ojo 24 a 40 Corazón 18 a 40 Miembros 24 a 26 Genitales masculinos 45 a 70 Genitales femeninos 50 a 70 Cuadro 26–8. Algunas drogas con evidencia de efecto teratogénico en humanos Tipo Droga Antibióticos Estreptomicina, Kanamicina, Tetraciclinas Anticoagulantes Warfarina Anticonvulsivantes Acido valproico, Fenitoína, Carbamazepina Anti-hipertensivos IECA Hormonas Andrógenos, Dietilestilbestrol Químicos Plomo, mercurio Quimioterapia Todos Drogas de abuso Cocaína, alcohol Vitaminas Derivados de la vitamina A las alteraciones morfológicas, sino los efectos neurodege- nerativos en diferentes zonas del cerebro, que han lleva- do a largos períodos de déficit tanto en el aprendizaje como memoria70 de los animales expuestos que no han presentado alteraciones anatómicas. El posible mecanismo por el que los agentes anesté- sicos inducen estas alteraciones es por apoptosis media- da por bloqueo de receptores acido γ -aminobutírico tipo A (GABAA) y N-metil-D-aspartato (NMDA). En un estudio realizado71 en ratones de siete días de edad indu- ciéndoles anestesia con midazolam , y mantenimiento con isoflurano y oxido nitroso (N2O) durante seis horas, los autores reportaron apoptosis en varias regiones del cerebro y déficit del aprendizaje y memoria asociado con disfunción del hipocampo. Otra investigación emplean- do ketamina, midazolam o combinación de ambas en un modelo similar al del estudio anterior, reportó incremen- to de la neurodegeneración por apoptosis en el cerebro de ratones.72 Anand,73 realizó un análisis de las diferen- tes publicaciones al respecto, concluyendo que no hay duda de que la exposición prolongada de agentes anesté- sicos y fármacos anticonvulsivos en ratones conlleva a neurodegeneración y déficit neuroconductual a largo plazo. Tood,74 también considera que los documentos que evidencian el efecto apoptótico y de neurotoxicidad en ratones lactantes es bastante bueno, y que hasta ahora es desconocido si se pueden o no extrapolar estos resul- tados a humanos, sobre todo feto y recién nacidos. Tomando en consideración que la ventana de vulne- rabilidad de estos agentes coincide con el desarrollo de sinaptogénesis, también conocido como período de ini- cio de soporte de crecimiento cerebral, que en ratones y ratas se inicia en forma primaria posterior al nacimiento, mientras que en humanos comienza desde la mitad de la gestación hasta varios años de vida posnatal. Para Olney,75 los datos en roedores proporcionan una base imprecisa ni apropiada en el peor de los casos para eva- luar riesgos en humanos. En este sentido hay un alto número de trabajos en modelos animales que evidencian neurotoxicidad por anestésicos; sin embargo, estos estu- dios presentan severas limitaciones al tratar de comparar los periodos de desarrollo neurológico en los cuales fue- ron expuestos a drogas anestésicas con el desarrollo del cerebro en humanos.76 Por otra parte también ha sido reportado el efecto neuroprotector y antiinflamatorio de estos mismos agentes en diferentes escenarios clínicos. REPORTES EN HUMANOS Desde hace muchos años se han hecho seguimientos en aquellas gestantes con exposición a drogas anestésicas. Uno de los primeros reportes data del año 1965, realiza- do por Zinder,77 encontrando una incidencia 5.02% de malformaciones al nacer en un universo de 61 000 ges- tantes que no recibieron ningún tipo de anestesia, com- parado con 6% de 50 embarazadas sometidas a apendi- cetomía durante el primer trimestre de gestación, cifra que no mostró diferencia estadística significativa. Igual resultado estadístico encontraron los mismos autores cuando comparaban 147 mujeres gestantes que recibie- ron anestesia por distinto procedimientos quirúrgicos, contra 8 926 que no habían recibido. Otra mucha más reciente a las anteriores mencionadas es la presentada por Czeizel et al.,78 quienes evaluaron la incidencia de anomalías neonatales entre los períodos de 1980 a 1994, encontrando que de 35 727 embarazadas con recién nacidos normales, 0.20% (73 casos) fueron expuestos a agentes anestésicos, y de 20 830 gestantes con productos que mostraron alteraciones, sólo 0.15% (31 casos) reci- bieron anestesia durante la gestación, números que no presentaron diferencias desde el punto estadístico. Los reportes en humanos hasta ahora han indicado que la cirugía y anestesia durante el embarazo, con toda probabilidad no se asocian con incremento en la inciden- cia de anomalías genéticas, pero pudiesen producir una ligera elevación en el riesgo de abortos. ASFIXIA FETAL Las técnicas anestésicas pueden generar de manera indi- recta o directa cambios en el bienestar fetal, conllevando a desencadenar asfixia. Entre los parámetros maternos a vigilar para evitar una asfixia, están la adecuada presión arterial de oxígeno (PaO2), arterial de dióxido de carbo- no (PaCO2) y flujo sanguíneo uterino. OXIGENACIÓN MATERNA Varias causas pueden originar hipoxia durante la aneste- sia general, las cuales incluyen el laringoespasmo, obs- trucción de la vía aérea, intubación selectiva o mala posi- ción del mismo, inadecuada ventilación y baja fracción de oxígeno inspirado. En tanto que para las anestesias neuroaxiales, la hipoventilación obedece en su mayor parte a niveles altos de bloqueo sensitivo así como into- xicaciones por anestésicos locales, y con escasa o muy rara incidencia la presencia de coadyuvantes como los opioides de alta liposolubilidad, sobre todo para las pri- meras dos horas. La placenta presenta un alto consumo de oxígeno, una PaO2 materna de 600 mm Hg reporta una máxima PaO2 fetal de 45 mm Hg. Estos valores durante un tiem- po quirúrgico no condicionan a la formación de fibropla- sia retrolental o cierre prematuro del ductus arterioso. Por otra parte, la fracción administrada de oxígeno (FiO2) a la madre pudiese no elevar suficiente o de manera significativa las PaO2 en vasos umbilicales. Esto ha sido evaluado en los últimos años, sobre todo ponde- rando la efectividad de colocar de manera rutinaria una máscara o bigote nasal con oxígeno en todas aquellas ges- tantes sometidas a anestesia epidural o subaracnoidea. Si bien existen cambios en parámetros como capaci- dad vital forzada (CVF), FVE1, flujo pico espiratorio (PFE), flujo espiratorio forzado (FEF), cuando una embarazada está bajo anestesia subaracnoidea, la admi-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 269 nistración de una FIO2 de 35% por máscara facial, no mostró ser a nivel estadístico significativo en cuanto a valores PaO2 en vena umbilical (PaO2VU), diferencial entre las presiones parciales de oxígeno de vena umbili- cal con arteria umbilical (PaO2VU- PaO2UA) y pH de la vena umbilical, cuando fueron comparadas con neonatos obtenidos de madres que no recibieron oxígeno con el mismo tipo de anestesia. 79 Una revisión realizada sobre este punto por Khaw y Ngan Kee,80 concluyó que para una cesárea electiva bajo anestesia regional, el oxígeno administrado por máscara o bigote nasal es innecesario. Si bien el objetivo es mejo- rar laoxigenación en el feto, esto se logra en corto tiem- po cuando se emplean muy altas FiO2. Existe la posibi- lidad que el incremento de oxígeno en el tejido fetal, libere mayor número de radicales libres, sobre todo en fetos pretérmino o que no estén en trabajo de parto. En consideración se tiene hasta ahora que la admi- nistración de oxígeno para anestesia general no desarro- llará fibroplasia retrolental o cierre del ductus arterioso independiente del tiempo de exposición, pero adminis- trar oxígeno en altas FiO2 por tiempo no precisado con- llevaría a la formación de radicales libres, lo que pudiese impactar en el medio interno del feto. Por otra parte, la colocación de un bigote o punta nasal con oxígeno durante un procedimiento neuroaxial parece que no es medida significativa para el bienestar fetal. DIÓXIDO DE CARBONO Este es otro parámetro fundamental a controlar en el feto durante una cirugía. Su relación es de manera direc- ta proporcional a la presión arterial de CO2 (PaCO2) materna, siendo que su incremento o disminución pue- den conllevar a efectos deletéreos de manera directa o indirecta por varias razones. La ventilación mecánica puede ejercer un incremento en la presión intratorácica, disminuyendo el retorno venoso y derivando a un des- censo en el flujo sanguíneo uterino. Por otra parte, la hipocapnia ha sido señalada como causa de vasoconstric- ción de vasos umbilicales. Otro aspecto perjudicial del CO2, es la incidencia sobre el pH materno, un ejemplo es el estado de alcalosis, que influye sobre la curva de la disociación de la hemoglobina, la cual es desviada a la izquierda, aumentando la afinidad de la hemoglobina materna por el oxígeno, siendo menor la transferencia al feto. La hipercapnia, es asociada con acidosis fetal, las cuales pueden producir depresión cardiaca y falla múlti- ple de órganos. HEMODINAMIA Las alteraciones hemodinámicas pueden ocurrir por varias causas, que van desde la compresión aortocava, simpatectomía por anestesia neuroaxial, hipotensión arterial por anestesia general, administración de ciertas drogas para la tocolisis como β-simpático agonistas o hemorragias maternas. La hipotensión materna, cual- quiera que sea su causa, es definida como una caída de 20% en la presión arterial sistólica materna. El efecto perjudicial de la hemodinamia sobre el feto, no sólo involucra la hipotensión arterial, también incluye el incremento de la presión arterial. Bien sea mediante administración de drogas vasoactivas o libera- ción endógena de aminas simpáticas (p. ej. ansiedad, dolor, etc.) disminuyen el flujo sanguíneo uterino (FSU), o incrementa la resistencia vascular uterina (RVU); esta última también puede modificarse por hipertonía uteri- na. Drogas como la dopamina o metoxamina pueden restringir el FSU, mientras que la ketamina así como la hipertonía uterina provocan aumentos en la RVU. TRABAJO DE PARTO PRETÉRMINO El desencadenamiento de un trabajo de parto así como la pérdida de líquido amniótico posterior a un procedi- miento fetal es considerado como el talón de Aquiles de la cirugía fetal. La manipulación y abordaje del útero pueden desencadenar contracciones de fuerte intensi- dad. La intensidad de la estimulación e incisión son de manera directa proporcionales a la posibilidad de desen- cadenar estos eventos, siendo menos frecuente cuando se emplea fetoscopia, realizando pequeños orificios para la introducción de puertos de pequeños calibres en compa- ración a la histerotomía para cirugía fetal abierta. Sin embargo minimizar tanto el tipo de incisión como el tiempo de maniobras sobre el útero grávido no son los únicos factores que frenan el desarrollo de un trabajo de parto. En este sentido, está también el empleo de drogas con efecto tocolítico, así como vigilar otras situaciones trans y posoperatorias que de manera indirecta pueden desencadenar contracciones y por ende parto, así como también aumentar la salida de líquido amniótico por los orificios en las membranas. La decisión de iniciar un determinado esquema de tocólisis profiláctica queda a juicio del equipo perinatal; el tipo de droga y dosis deben tenerse presentes por las posibles interacciones con las drogas anestésicas. El grupo de drogas indicadas en la actualidad, comprenden los agonistas beta-adrenérgicos, sulfato de magnesio, bloqueadores de los canales de cal- cio, inhibidores de las prostaglandinas, antagonistas de los receptores de oxcitocina y donadores del oxido nítri- co, las cuales pueden observarse en el cuadro 26–9.81 Los efectos colaterales de los tocolíticos pueden incrementar algunos efectos propios de las técnicas anes- tésicas, o bien hacer interacción con ciertos fármacos, por lo que el anestesiólogo debe estar atento a estas variacio- nes para su pronta corrección. En el caso de los agonistas β-2-adrenérgicos, una taquicardia e hipotensión arterial pudiese confundirse con un bloqueo simpático inducido por la anestesia neu- roaxial, conllevando a la administración de drogas vaso- activas como efedrina y fenilefrina, e incremento en la volumen de infusión de cristaloides. Una taquicardia ante una anestesia general, pudiese interpretarse como superficialidad anestésica. El sulfato de magnesio, pro- 270 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) longa el tiempo de duración de relajantes musculares, tanto despolarizantes como no despolarizantes. La nife- dipina al igual que nitroglicerina inducen hipotensión arterial, pudiendo potenciarse ante una anestesia neuro- axial. Los halogenados como el halotano pueden interac- cionar con la nifedipina. RUPTURA DE MEMBRANAS AMNIÓTICAS Aunque sean introducidos trocares de pequeño diáme- tro, éstos alteran la integridad de la bolsa amniótica, por lo que el cierre de este orificio es el gran reto en la actua- lidad para optimizar los avances y resultados hasta ahora obtenidos en cirugía fetal. El empleo de una sustancia que funcione como un “sellador” de este orificio, ha sido el motivo de muchas investigaciones desde hace varias décadas tanto en modelos animales como reportes en humanos.82 En 1979, Getz, fue el primero en reportar dos casos emple- ando una “pega” de fibrina para reparar una ruptura pre- matura de membrana (RPM). En modelo in vitro, prepa- raciones contentivas de trombina, fibrinógeno, aprotini- na, calcio y crioprecipitados produjeron mejor y más prolongado sellado de membranas amnióticas que aque- llas que contenían sólo plaquetas. Otros autores han pro- puesto el empleo de un tipo de láser para soldar el daño; sin embargo, la efectividad de este método ha sido difícil de estandarizar, ya que depende de la temperatura alcan- zada por el tejido, y es muy difícil de predecir cuánto puede generar este rayo luminoso; otro potencial riesgo, es que al no controlar la temperatura pueda generar lesión térmica de la membranas. Devlieger,83 diseñó un protocolo para confirmar la hipótesis que ciertos factores de crecimiento pueden cerrar la membrana fetal, para lo que combinan dos tipos de factores como son el factor de crecimiento tumoral β (TFG-β) y factor básico de crecimiento de fibroblastos (bFGF), demostrando menor incidencia de oligoamnios así como hipoplasia pulmonar. La colocación de un tapón de colágeno mediante fetoscopia en orificio del amnios ha resultado en 82% de efectividad de restauración de la membrana en modelo animal (conejos) cuando se comparó con controles.84 Los sustitutos biológicos, en modelos animales han mos- trado un potencial recurso para cerrar los defectos hechos por fetoscopia, pero son necesarias más investiga- ciones del área histológica así como seguridad y viabili- dad en primates. El empleo de sustancias con propiedades de “pega o sello” en fetos humanos también han sido reportados. La efectividad de una combinación de plaquetas con crio- precipitados formando un componente llamado “amnio- patch” (simulando una forma de “parche” hemático em- pleado para perforación de duramadre), fue reportado por Quintero85 en seis de siete pacientes, a quienes les habían realizado orificios conagujas de calibre 22 Gauge para amniocentesis. Si bien este método ha sido descrito como inefectivo en modelo in vitro, otros autores han confirmado la efectividad del mismo en feto humano, pero mayor número de casos y otras investigaciones son necesarias antes de llegar a conclusiones definitivas. ANESTESIA Y ANALGESIA MATERNOFETAL CONSULTA PREANESTÉSICA Una metódica evaluación preanestésica debe realizarse a la embarazada, para indagar sobre enfermedades y trata-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 271 Cuadro 26–9. Agentes tocolíticos y efectos colaterales maternos y fetales Grupo Drogas Maternos Fetales/neonatales Agonistas beta-2 adrenérgicos. Ritodrina, Salbutamol, Taquicardia, taquicardia Taquicardia fetal, rara vez Terbutalina, Fenoterol, supraventricular, hipotensión hipoglicemia neonatal Isoprenalina diastólica, dolor torácico, náuseas, vómitos, ansiedad, disnea, hiperglicemia e hipocalemia Sulfato de magnesio Rubor, sensación de calor, Disminución de los movimientos náuseas, vómitos, mareos, respiratorios fetales, alteraciones visión borrosa, nistagmus, de la frecuencia cardiaca fetal letargo Bloqueantes de los canales Nifedipina Rubor, náuseas, cefalea, Potencial disminución del flujo de calcio mareos, palpitaciones sanguíneo umbilical y uterino, descenso de la saturación de oxígeno fetal Inhibidores de las Indometacina Náuseas, vómitos y dispepsia Estrechamiento del ductus prostaglandinas en menos del 4% de las arteriovenoso, hipertensión pacientes pulmonar, oligoamnios Antagonista de la ocitocina Atosiban No descritos No reportados hasta ahora Donadores del óxido nítrico Nitroglicerina Hipotensión arterial, cefalea, No reportados hasta ahora náuseas, vómitos mientos recibidos bien sea médicos o quirúrgicos, tipo de anestesia recibida y su experiencia, medicaciones prescri- tas en la actualidad, si recibirá alguna profilaxis para el trabajo de parto, preguntar sobre antecedentes de aler- gias medicamentosas o alimenticias, cefaleas, náuseas, vómitos, mareos de traslación y migrañas, así como exa- minar vía aérea, cardiovascular, columna vertebral y neu- rológico. Esto derivará a exámenes paraclínicos o inter- consultas a otros especialistas. Por último no debe pasar- se por alto un objetivo importantísimo de la consulta, como es aclarar dudas, riesgos o potenciales efectos cola- terales relacionados con la anestesia, así como definir posibles complicaciones y resoluciones para las mismas. MEDICACIÓN PREANESTÉSICA Muchos autores recomiendan una medicación de profi- laxis para la broncoaspiración, sobre todo cuando la madre tiene más de 20 semanas de gestación, ya que el efecto mecánico del útero grávido comienza a acentuar- se en varios órganos y sistemas como el gastrointestinal. También prevenir en el trans y posoperatorio episodios de náuseas, vómitos, hipotermia, y establecer una buena estrategia de analgesia posoperatoria son aspectos ele- mentales para una resolución satisfactoria de la cirugía, las que deben ser tomadas en consideración en la etapa preanestésica. La monitorización y técnica anestésica dependerá de cada procedimiento quirúrgico, su com- plejidad así como el tiempo para la ejecución del mismo. ANALGESIA Y ANESTESIA FETAL El dolor fetal es un tema que cada día incrementa el inte- rés en la investigación médica. En decenios pasados se afirmaba que los recién nacidos prematuros no podían sentir dolor por inmadurez de su sistema nervioso cen- tral y periférico; sin embargo a finales del decenio de 1980-8986 y principios del decenio de 1990-99, esta teo- ría cambia en forma radical al comprobarse que existen suficientes elementos anatómicos como la presencia de fibras amielínicas y poco mielinizadas, que transmiten impulsos dolorosos como lo son las C y A-δ así como fibras aferentes tálamocorticales, las cuales hacen sinap- sis con neuronas de corteza para percepción del dolor. La presencia de una primitiva actividad electroence- falográfica a partir de la semana 20 de gestación, sosteni- do por arriba de la 22 y a partir de la 24, pudiese com- probarse la funcionalidad de un estímulo nociceptivo desde la periferia a la corteza mediante un potencial evo- cado somatosensorial.87Por último, la existencia de neu- rotransmisores (aminoácidos excitatorios e inhibitorios, adrenérgicos, péptidos, etc.), confirmados por estudios de inmunohistoquímica, no sólo para la transmisión sino para dar una respuesta ante un estímulo doloroso88 a partir de la semana 20 de gestación, son pruebas contun- dentes de que los fetos a partir de esa edad gestacional muestran respuestas hemodinámicas y hormonales (β- endorfinas, cortisol, noradrenalina) a estímulos invasivos, y que éstas puedan bloquearse mediante el empleo de opioides.89 También queda bien establecido que la res- puesta cardiovascular y endocrina pueden causar altera- ciones hemodinámicas90 como presión de la arteria pul- monar (PAP), resistencia vascular periférica (RVS) entre otras, que agravan la circulación pulmonar. ¿Debe proveerse de analgesia durante una cirugía fetal? Esta pregunta es respondida por una amplia revi- sión de Van de Velde91 donde concluye que en el segun- do trimestre de la gestación el feto reacciona a estímulos dolorosos, y que éstos pueden conllevar a efectos en el largo plazo, como respuestas conductuales de mayor sen- sibilidad a estímulos dolorosos en vida extrauterina. Por lo tanto, se recomienda proveer una adecuada analgesia durante los procedimientos intrauterinos, que en futuras investigaciones proporcionarán el modo de administra- ción así como las dosis óptimas para bloquear el mismo. PROCEDIMIENTOS CON MÍNIMA INVASIÓN Aquellos métodos con menor invasión como son la transfusión fetal, punciones de quistes, biopsias o coloca- ción de catéteres para derivaciones vesicoamnióticas o toracoamnióticas, requieren una monitorización estándar a la de cualquier otro procedimiento anestésico, como es la presión arterial no invasiva (PANI), oximetría de pulso (SatO2), electrocardioscopio (ECG). Una combinación de sedación materna más aneste- sia local ha sido empleada por varios grupos quirúrgicos con óptimos resultados y mínimos efectos colaterales. La asociación de bajas dosis de midazolam, fentanil o remi- fentanil y propofol, por vía intravenosa, con una infiltra- ción percutánea de lidocaína más adrenalina 5 µg/mL en la madre, proporcionan un excelente efecto ansiolítico, provee de analgesia y anestesia ante el dolor tanto mater- no como fetal, y aportan inmovilización en este último, permitiendo al cirujano realizar procedimientos in utero. FETOSCOPIA La fetoscopia es un procedimiento que cada año gana más aceptación y por ende el número de casos va en aumento. La monitorización materna es la empleada en procedimientos rutinarios. La técnica anestésica depen- derá de la complejidad del procedimiento así como su duración. En aquellos casos de corta duración como son procedimientos menores a 15 min de duración e inser- ción de un solo trócar, pueden resolverse con la adminis- tración de una sedación materna, tal en los casos de pro- cedimientos con mínima invasión e infiltración de tejidos con lidocaína más adrenalina en los planos. Cuando el procedimiento es mayor en tiempo o es necesario la inserción de más de un trocar, la combinación de un blo- queo neuroaxial, como espinal única con dosis efectiva 95, epidural fraccionada, o combinada espinal-epidural fraccionada, apoyándose con midazolam más fentanil o remifentanil por vía IV para analgesia fetal, son una excelente elección. El remifentanil ha sido evaluado por 272 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) doble ciego y al azar contra diacepam en fetoscopias bajo anestesia combinada espinal-epidural,92 reportando una adecuada inmovilización fetal, con buena sedación materna y mínima depresión respiratoria, en infusión continua a dosis de 100 µg/kg/min. Sólo en aquellos casos donde esté contraindicadala anestesia neuroaxial de manera absoluta, se procederá con anestesia general. EXIT U OPPS Los cuidados anestésicos en general para estos procedi- mientos no difieren mucho de los aplicados para una cesárea segmentaria, manteniendo a la madre y al feto en el mejor estado posible. La monitorización materna ideal debe constar de ECG, PANI, SatO2, temperatura y cap- nografía (EtCO2); en el feto debe mantenerse el segui- miento de la frecuencia cardiaca fetal (FCF). En algunos centros recomiendan para estos procedi- mientos la anestesia general. La inducción debe realizar- se bajo una secuencia rápida modificada;93 si bien existe el riesgo de broncoaspiración, el efecto de los hipnóticos y opioides a dosis clínicas son inocuos y reversibles en el neonato. Aunque los potentes agentes inhalatorios como isoflurano, sevoflurano y desflurano administrado a dosis de 1 CAM, muestran mínimos cambios en la hemodina- mia materna o fetal, las concentraciones recomendadas para estos procedimientos son aquellas que alcancen 2 CAM, las cuales pueden proveer excelente relajación uterina;94 sin embargo, tales niveles asociados con even- tos como prolongado tiempo en la manipulación de la vía aérea del feto, conllevan muchas veces a hipotensión arterial materna y disminución del flujo sanguíneo uteri- no, pudiendo ocasionar asfixia fetal intrauterina.95 Otra opción descrita es proveer una técnica neuroa- xial espinal-epidural y la administración de nitroglicerina endovenosa,96 a dosis de 1 µg/kg/min previo a la incisión uterina, con el objetivo de proporcionar relajación del útero antes de la extracción fetal. George, 97 reportó tres casos satisfactorios, evitando las desventajas de una anes- tesia general. El efecto de la relajación uterina con nitro- glicerina es observado en 30 a 60 seg con bolos de 60 a 100 µg, y la vida media es de 60 a 120 seg, lo cual limi- taría el incremento de pérdida hemática por atonía, ya que 90 segundos posterior a su interrupción se recupera el tono uterino. El paso transplacentario de nitroglicerina no muestra un efecto significativo en la hemodinamia fetal. La infusión de remifentanil IV, previo a la incisión uterina, durante una técnica neuroaxial espinal-epidural, proporciona analgesia y depresión respiratoria en el recién nacido, facilitando el abordaje de la vía aérea, uno de los objetivos del EXIT. CIRUGÍA FETAL ABIERTA Este procedimiento que al final del decenio de 1980-89 y principios del decenio siguiente era concebido como la única forma de corregir o paliar defectos en el feto, hoy día tiene muy pocas indicaciones, entre ellas la repara- ción de mielomeningocele.98 Este tipo de procedimien- tos es de la mayor complejidad para el anestesiólogo, debiendo de recurrir a una monitorización que incluya: ECG, presión arterial invasiva (PAI) o PANI, EtCO2, SatO2, temperatura, diuresis, gasometría arterial y elec- trolitos. Para estos casos se emplea anestesia general, bien sea balanceada (inhalatorios más intravenosos); otra alternativa es la combinación de una técnica neuroaxial más anestesia general. Uno de los beneficios del empleo de agentes inhala- torios es su efecto tocolítico; sin embargo, otros autores lo consideran una desventaja, ya que la disminución de la tonicidad de este órgano, ocasionará un mayor sangrado por la histerotomía tanto en el transoperatorio como por la histerorrafia en el posoperatorio inmediato. La inducción debe realizarse con una inducción de secuencia rápida modificada,93 fármacos como propofol a dosis de 2 mg/kg acompañada de opioides como fenta- nil a dosis de 1 a 2 µg/kg o remifentanil a dosis de 0.5 µg/kg. El empleo de midazolam de 1 a 2 mg IV previo a la inducción, proporciona ansiólisis y amnesia. El relajan- te muscular para intubación orotraqueal sigue siendo la succinilcolina a dosis de 1 a 2 mg/kg; en caso de con- traindicación de este fármaco, se sugiere el bromuro de rocuronio de 0.9 a 1.2 mg/kg. Debe mantenerse un ade- cuado plano anestésico con la finalidad de evitar efectos hemodinámicos adversos, así como recuerdos intraopera- torios, lo que se puede conseguir bien sea con la combi- nación de un agente inhalatorio (sevoflurano, isoflurano, desflurano) más la infusión de opioides, o bien la infu- sión de propofol y opioides. La reversión de los relajan- tes musculares no despolarizantes debe realizarse bajo monitorización de la relajación muscular; si bien la neos- tigmina no atraviesa la barrera placentaria, sí puede desencadenar contracciones uterinas, situación en alto grado desfavorable para el procedimiento. CUIDADOS POSANESTÉSICOS La mayor complicación de la cirugía fetal es el desarro- llo de trabajo de parto, por lo tanto la meta del manejo posoperatorio es evitarlo o prevenirlo. Varias factores después de los procedimientos in utero pueden desenca- denarlo, entre los que se encuentra: liberación de citoci- nas y prostaglandinas, como una respuesta inflamatoria a la cirugía, así como otras situaciones que pueden generar estrés materno; los escalofríos, como respuesta ante la disminución de la temperatura en el intraoperatorio y dolor posoperatorio, conllevando a un incremento en los niveles de plasmáticos de oxitocina y por lo tanto a la contracción uterina. Si bien sea cual sea la terapia toco- lítica que se mantenga en el posoperatorio, este esquema por sí solo no es lo suficiente efectivo, por lo que las medidas de evitar hipotermia y manejo de dolor son ampliamente efectivas. El uso de bajas dosis de sulfato de morfina como analgesia posoperatoria en el modelo animal ha reporta- do una disminución de los niveles de oxitocina y activi-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia para cirugía fetal • 273 dad uterina.99 Su mecanismo no sólo pareciera limitarse a su efecto analgésico, sino que actuaría como modula- dor neuroquímico de la oxitocina. A futuro se investiga- rá con mayor profundidad en otros modelos animales para ratificar si la morfina puede modificar la degrada- ción, clearence o cambio del flujo a nivel placentario de la oxitocina, o si la morfina tiene acción directa sobre las fibras miometriales, disminuyendo su sensibilidad o la concentración de calcio citoplasmático. En el período posoperatorio la vigilancia y segui- miento de la paciente no sólo debe enfocarse en la parte obstétrica, sino también al control de la temperatura y una adecuada hidratación, ya que la hipovolemia y sobrehidratación pueden generar una elevación de los niveles de oxitocina o edema agudo de pulmón respecti- vamente, sobre todo en esta última situación si la pacien- te recibe terapia tocolítica con fármacos β-adrenérgicos (cuadro 26–10). CONCLUSIONES Los procedimientos fetales en el próximo decenio se incrementarán, no sólo la creación de dispositivos y nue- vos abordajes darán soluciones a patologías que antes condenaban el feto a la muerte. El feto es un paciente más, que deberá proveerse de adecuada analgesia y anes- tesia, un reto para quienes ejercen este segmento de la anestesiología. También se halla otro reto, que es la inte- gración en un equipo interdisciplinario a la investigación perinatal. 274 • Anestesia obstétrica (Capítulo 26) Cuadro 26–10. Procedimientos intraútero y recomendaciones anestésicas Procedimiento Monitorización Opciones de anestesia Mínima Invasión ECG, PANI, SatO2 Sedación + Anestésico Local percutáneo Fetoscopía ECG, PANI, SatO2 Dependiendo de la complejidad y duración del procedimiento, tenemos: - Sedación + anestésico local percutáneo - Anestesia neuroaxial (espinal dosis única o epidural fraccionada) + midazolam y fentanilo IV para analgesia e inmovilización fetal - Anestesia combinada espinal-epidural secuencial + midazolam y fentanilo IV para analgesia e inmovilización fetal EXIT (OPPS) ECG, PANI, SatO2, - Anestesia neuroaxial (espinal dosis única, epidural fraccionada o temperatura, EtCO2 combinada espinal-epidural secuencial) + remifentanilo IV para sedación fetal, o nitroglicerinapara relajación uterina - Anestesia general balanceada Cirugía abierta ECG, PAI, PANI, SatO2, - Anestesia general balanceada temperatura, EtCO2, diuresis, - Anestesia neuroaxial (catéter epidural para analgesia posoperatoria) + gasometría, electrolitos anestesia general REFERENCIA 1. 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