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CAPÍTULO 10 Dilatación quística , . congenlta de las vías biliares J. DE VILLE DE GOYET, J. F. GIGOT 135 https://booksmedicos.org 134 Dilatación quística congénita de las vías biliares La dilatación quística congénita de las víasbiliares (DQVB), denominada antiguamente «quiste de colédoco», es una afección congénita excepcional cuya prevalencia es mayor en la población asiática. Existe un predominio femenino y la enfermedad se diagnostica con mayor frecuencia en la infancia, lo que hace que sea una patología habitualmente detectada por los cirujanos pediátricos. No obstante, en un 20-23% de los pacientes esta patología se diagnostica en la edad adulta. El cuadro malformativo congénito asocia una dilatación quística congénita de las vías biliares y una anomalía casi constante de la unión biliopancreática (en forma de un canal biliopancreático común largo), a veces con estenosis biliares o pancreáticas y en el niño lesiones de fibrosis hepática congénita. Cuando existe una anomalía de la unión biliopancreática (AUBP) es habitual la detección de una tasa elevada de enzimas pancreáticas en la bilis. ANATDMiA Y CLAS1F1CAC1ÓN a. Sacular 11 a b. Fusiforme 111 b La dilatación quística puede afectar únicamente a la vía biliar extrahepática o a la vía biliar intrahepática, o al conjunto de las vías biliares. La clasificación de Todani [1] (fig. /0.1) en cinco tipos se basa en la anatomía de la lesión (localización, forma y extensión anatómica). El tipo I es la forma más común en la práctica clínica (70-90%); afecta únicamente a la VBEH (fig. /0.2) Ypuede ser sacular o fusiforme (fig. /0.3). El tipo II es excepcional (2-5%) y aparece como un divertículo biliar de la VBEH. El tipo 111 (2-4%), denominado también «cole- dococele», consiste en una dilatación aislada de la porción ampular de la vía biliar (fig. 10.4). El tipo IV (5-20%) se aso- cia a una dilatación quística de las VBEH y de las VBI H (fig. /0.5). Por último, el tipo V (12%), también conocido con el nombre de «enfermedad de Caroli» (fig. /0.6) conlleva dila- taciones múltiples en las VBIH, la mayoría de veces difusas y bilobulares, aunque existen formas unilobulares. Esta clasifi- cación no permite clasificar todas las formas de DQVB y otros autores han propuesto modificaciones más detalladas [2]. Desde el punto de vista anatómico, la AUBP (fig. /0.7) puede variar: Komi distingue tres tipos en función de si la vía biliar se implanta en el conducto pancreático o, al contrario, para formar el conducto común, y de si el conducto común se halla más o menos dilatado o de si existe o no un conducto IV V ll!II Clasificación de las dilataciones quísticas congénitas de las vías biliares según Todani [1] después de la afectación de las vías biliares extrahepáticas y/o intrahepáticas. Tipo l. Afectación de la VBEH. Tipo 11. Divertículo de la VBEH. Tipo 111. Coledococele. Tipo IV. Afectación que asocia VBEH y VBIH. Tipo V. Afectación de las VBIH. 136 https://booksmedicos.org ANATOMíA y CLASIFICACiÓN pancreático accesorio [3]. En estas dos últimas variantes ana- tómicas de la AUBP puede haber tapones proteicos o verda- deros cálculos en el conducto común o en el conducto pancreático (aproximadamente en el 40% de los pacientes), lo cual constituye una complicación que debe tenerse en cuenta para la intervención. Dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo I según Todani que afectan a la VBEH de forma sacular (colangiografia peroperatoria). Dilatación quística congénita fusiforme de las vías biliares de tipo l según Todani que afecta a la VBEH (colangiografia peroperatoria). Dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo 111 según Todani, denominada también coledococele. a. Colangio-CT espiral. b. Visión endoscópica de la protrusión del coledococele en la luz duodenal. lID Dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo IV según Todani que asocian una dilatación quística segmentaria de la VBEH y de la VBIH (colangiografia retrógrada). 135 137 https://booksmedicos.org 136 lID Dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo V según Todani, denominada también enfermedad de Caroli, con presencia de dilataciones quísticas intrahepáticas bilobulares (colangio-RM) . Dilatación quística congénita de las vías biliares lMÁGENES PRE Y PEROPERATOR1AS El objetivo de las imágenes preoperatorias consiste en defi- nir y clasificar la anatomía de la DQVB, en excluir otra pato- logía hepato-bilio-pancreática (HBP) asociada y, por consi- guiente, en deducir la estrategia terapéutica completa. La eco- grafía percutánea o el escáner abdominal (fig. 10.8) revelan un quiste subhepático, de tamaño variable y con un contenido líquido. Su posición epiportal debe hacer sospechar un origen biliar. En un buen número de casos, en particular en los niños, el examen ecográfico puede ser suficiente por sí solo para plantear el diagnóstico en la medida en que puede ponerse de manifiesto la continuidad entre la masa quística y, por una parte, la vesícula biliar y, por la otra, las vías bilia- res. No obstante, la colangiowirsungografía por resonancia mag- nética se impone como examen no invasivo de referencia en lIiII Representación esquemática de la anomalía en la unión biliopancreática hallada en las dilataciones quísticas congénitas de las vías biliares. a. En relación con una unión biliopancreática normal. b. Tipos de anomalía en la unión biliopancreática descritos por Komi [3]. 138 https://booksmedicos.org PRESENTACiÓN CLíNICA 1; Examen tomodensitométrico que pone de manifiesto una dilatación quística congénita de las vías biliares (**) y de la vesícula biliar (*). el diagnóstico y en la clasificación de las DQVB. englobándose lo referente a la AUBP [4] (fig. 10.9). La colangiopancreato- grafía retrógrada endoscópica continúa siendo la mejor prueba -aunque invasiva- para determinar la anatomía de la AUBP y permite llevar a cabo acciones terapéuticas como la extrac- ción endoscópica de cálculos biliares o wirsungianos y el tra- tamiento definitivo de la DQVB de tipo 111 mediante esfinterotomía endoscópica (fig. 10.10). Actualmente. es habi- tual limitar la exploración preoperatoria a la ecografía y a la colangiowirsungo-RM y a practicar pruebas endoscópicas y colangiográficas complementarias únicamente durante la intervención por vía anterógrada (v. más adelante). CUADRO CLiN1CO En el niño la presentación acostumbra a ser benigna en forma de masa abdominal. de dolor o de ictericia. En el adulto y en caso de antecedentes quirúrgicos de derivaciones quísticodigestivas. las formas complicadas son más frecuentes con una mayor incidencia de infección biliar, de litiasis sobre- añadida y de cáncer [5-10] (tabla 10.1). La pancreatitis es el modo de presentación clínica en el 25-30% de los pacientes, sobre todo en caso de AUBP y de DQVB > 5 cm de diáme- tro. Finalmente. en esta afección existe un riesgo significativo de degeneración neoplásica [7-9], motivo por el cual incluso en el paciente asintomático en cualquier DQVB se propone la resección quirúrgica una vez que se ha planteado el diagnós- tico. La incidencia de cáncer en un DQVB es progresivamente creciente con la edad del paciente [6, 10]; del 0-1 % en el niño. del 12 al 16% en el adulto, y alcanza el 30-40% después de Dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo IV según Todani que se asocian a una afectación sacular de la VBEH y dilataciones quísticas de las VBIH (colangiowirsungo-RM). a. DQCB sacular de tipo I según Todani, con unión del colédoco intrapancreático y del conducto de Wirsung a distancia de la luz duodenal (flecha), que indica la existencia de un conducto común. b. DQCB fusiforme de tipo I según Todani. Se visualizan bien el conducto común, el conducto de Wirsung y un conducto pancreático accesorio. Se visualiza mal la inserción de colédoco en el conducto común. a b 137 139 https://booksmedicos.org 138 Colangiowirsungografia retrógrada en dos pacientes portadores de DQVB. a. Visualización excelente del conductocomún y de la inserción de la vía biliar en el conducto de Wirsung. b. Presencia de litiasis múltiples en el conducto biliopancreático común. Dilatación quística congénita de las vías biliares los 40 años. El riesgo de degeneración neoplásica implica la integridad del tracto biliopancreático, especialmentea la vesí- cula biliar o la dilatación quística propiamente dicha (80- 90% de lo casos de cáncer en una DQVB). Incluso en caso de exéresis quirúrgica completa de la DQVB pueden observarse neoplasias sincrónicas y metacrónicas en el tracto biliopan- creático residual [6. 8. 11]. PREPARAC1ÓN PARA LA lNTERVENC1ÓN QU1RÚRG1CA En la mayoría de casos la intervención puede realizarse de forma electiva en un paciente en buen estado y sin un riesgo particular. En las formas complicadas la sobreinfección del quiste debe controlarse antes de la intervención (tratamiento antibiótico. eventualmente un drenaje biliar endoscópico o percutáneo). En caso de una afección crónica de larga evolu- ción conviene buscar una hipertensión portal. la cual justifica la descompresión previa o plantear un posible trasplante hepático. lNTERVENC1ÓN QU1RÚRG1CA Principio directriz La intervención de elección es la exéresis de la totalidad de la DQVB presente en la VBEH y su reconstrucción posterior mediante una derivación biliodigestiva en una mucosa biliar sana, con una aposición mucomucosa. Esta acción de exére- sis eliminará el reflujo wirsungobiliar y, por consiguiente. dis- minuirá el riesgo de pancreatitis, de sobreinfección ascendente. de litiasis intraquística y de degeneración neoplásica en la dila- tación quística. Las intervenciones de drenaje por medio de quistoenterostomías. sin exéresis de la DQVB, deben prohibirse Tabla 10.1. Patologías hepatobiliopancreáticas asociadas frecuentemente en los pacientes con una dila- tación quística congénita de las vías biliares Hígado - Fibrosis hepática congénita - Cirrosis biliar secundaria - Hipertensión portal - Absceso intrahepático Vías biliares - Litiasis: intracística, coledocal, intrahepática, vesicular. etc. - Estenosis canalicular - Cáncer - Angiocolitis - Rotura del quiste: coleperitoneo Páncreas - Pancreatitis aguda (a veces crónica) - Estenosis canalicular pancreática (conducto de Wirsung, conducto accesorio. etc.) - Litiasis canalicular pancreática o en el conducto común 140 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA ya que exponen el paciente a complicaciones y a un riesgo de degeneración neoplásica a largo plazo. Los factores que influ- yen en el tratamiento quirúrgico son el estado general del paciente, la anatomía y la extensión de la DQVB, la presencia de patologías HBP asociadas y los antecedentes de interven- ción de drenaje de la DQVB. En la tabla 10./1 se expone deta- lladamente la estrategia quirúrgica en función del tipo de DQVB según Todani. Consejos prácticos • Definir de modo preciso el tipo anatómico de DQVB antes de la intervención. • Evitar las intervenciones en los quistes complicados en la fase aguda (infección, pancreatitis). • Iniciar la intervención mediante una colangiografta. • Empezar la resección en la parte media del pedículo hepático movilizando el conducto cístico. • Abrir el quiste para orientar la resección periquística de la parte baja del quiste. • Realizar una exploración endoscópica del cuello y del conducto biliopancreático común, que completa la exploración radioló- gica pre o peroperatoria. • Los límites de resección quística deben realizarse en mucosa biliar macroscópicamente sana. Abordaje y preparación Una incisión subcostal o transversal derecha (eventual· mente bisubcostal si el quiste es voluminoso o si se plantea una procedimiento hepático asociado) permite un abordaje fácil del pedículo hepático y de la cabeza del páncreas, mediando una retracción adecuada de la parrilla costal hacia arriba. Si el quiste es grande, distiende el pedículo hepático donde aparece como el elemento más anterior, vuelve a empujar hacia abajo y hacia la izquierda el duodeno y la cabeza del páncreas, y hacia abajo el ángulo cólico derecho. La obtención de una muestra de bilis para cuantificar las enzi- mas pancreáticas contribuirá al diagnóstico de reflujo pan- creatobiliar secundario a una AUBP (tasas de amilasas habitualmente > 10.000 Ufl). Colangiografia peroperatoria La intervención se inicia con una colangiografía por punción vesicular o por vía transcística (fig. 10. JI). El objetivo de este examen peroperatorio indispensable consiste en: - Detallar la anatomía de la unión de los conductos bilio- pancreáticos y de su conducto común. - Detallar la anatomía de las vías biliares intrahepáticas (¿hay dilataciones?) y de relaciones entre la DQVB y la convergencia biliar superior. - Excluir una litiasis en las vías biliares intra o extrahepáti- cas, en el condudo biliopancreático común o en el con· dudO de Wirsung. Exéresis de la dilatación quística extrahepática El vaciamiento parcial del quiste, sobre todo cuando éste es relativamente voluminoso y a tensión, puede facilitar su resec- ción posterior. Inicialmente se realiza una colecistedomía, aunque se deja la vesícula biliar en continuidad con el quiste, ya que puede emplearse como elemento de tracción útil para la resección posterior (fig. 10.12). La dilatación quística de la VBEH (tipo 1) se reseca entonces en el pedículo hepático en relación con: - Los elementos vasculares del pedículo hepático. - El bloque duodeno-pancreático en su parte inferior. - La convergencia biliar superior por arriba. 139 Tabla 10.2. Estrategia quirúrgica en función del tipo de dilatación quística congénita de las vías biliares según Todani Tipo 1: Exéresis de la VBEH + colecistectomía + reconstrucción biliodigestiva por hepatoyeyunostomía o hepatoduodenostomía Tipo 11: Exéresis del divertículo biliar Tipo 11I: Exéresis transduodenal + esfinteroplastia quirúrgica o esfinterotomía endoscópica Tipo IV: Exéresis de la VBEH + colecistectomía ± hemihepatectomía asociada Tipo V: Si tiene forma unilobular: hemihepatectomía Si tiene forma bilobular difusa: trasplante hepático 141 https://booksmedicos.org 140 II!III Colangiografía preoperatoria que revela una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo IV, asociada a una afectación fusiforme de la VBEH y a una dilatación quística en las vías biliares intrahepáticas izquierdas (flecha blanca). La anatomía de la unión biliopancreática está claramente documentada, con presencia de una litiasis en el conducto común (flecha negra). lJ!IfJ Visión quirúrgica de una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo 1. Se visualiza la unión con el conducto hepático común y la extensión de la DQCB en el colédoco intrahepático. La vesícula se ha mantenido en continuidad con la DQCB para actuar como tracción. Dilatación quística congénita de las vías biliares Resección en relación con los elementos vasculares del pediculo hepático Se efectúa una incisión en la hoja peritoneal de la cara anterior del hilio hepático. Cuando se trata de un quiste muy voluminoso la primera etapa consiste en abordar la parte inferior de dicho quiste liberando el duodeno. En esta fase la resección no se extiende demasiado lejos por detrás del bloque duodenopancreático, sino que se prosigue hacia la izquierda y después hacia arriba de modo que ascien- da entre el quiste, por una parte y. por la otra, el tronco de la arteria hepática y sus ramas (se hallarán sucesivamente la arteria gastroduodenal. la arteria cística y la rama dere- cha de la arteria hepática) (figs. 10.13 y 10.14). En general. la vena porta se encuentra detrás del quiste. aunque puede hallarse comprimida en función del desarrollo del quiste; la exploración para descubrirlo se efectúa más fácilmente abor- dando el quiste por la derecha; se lleva a cabo una incisión en la hoja peritoneal en el borde posterior derecho del hilio. y a continuación el hilio se moviliza prudentemente hacia delante para descubrirlo. En un 10-20% de los casos una arteria hepática derecha.que se origina de la arteria mesen- térica superior, puede discurrir en el ángulo posterior dere- cho del pedículo. entre la vena porta y el quiste, y será preciso reconocerla y conservarla en el transcurso de la resección. Cuando el quiste se ha movilizado totalmente en su parte media. puede rodearse de un cordoncillo. La resec- ción se lleva a cabo siguiendo exactamente el plano de la adventicia de la VBEH. siendo. en general. fácil de encon- trar el plano de despegamiento; el error más frecuente consiste en resecar a través de la pared del quiste propia- mente dicha. donde la fibrosis y la inflamación complican la resección y la hacen hemorrágica. Se emplea instrumental convencional. Es frecuente hallar múltiples ramificaciones vasculares que irrigan la pared de la DQCB. Se ligarán los vasos sanguíneos de mayor calibre. si bien el uso de clips de titanio o simplemente la coagulación bipo- lar garantizan una resección rápida y fácil. En determinados casos difíciles recurrir a un disector ultrasónico puede ser útil para facilitar la resección. En los pacientes con múltiples episodios de infección la inflamación de la pared quística puede provocar una intensa fibrosis periquística y un ensamblaje de las estructuras vas- culares del pedículo hepático. difícil de resecar de manera segura. Puede emplearse entonces una variante técnica [12]. que consiste en dejar una parte de la pared interna (muco- sectomía). El quiste se abre en su parte media y se halla un plano de despegamiento en la pared misma del quiste. La intervención se continúa de la forma habitual. pero siguiendo este plano de despegamiento interno. La resección trans- mural combinada con los efectos de la infección o de la infla- mación anteriores hacen que esta resección sea hemorrágica y conviene limitar el uso de esta técnica, que no puede uti- lizarse si no se ha descartado previamente mediante inspec- ción y biopsia endoscópica la existencia de una neoplasia 142 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA 141 VP Esquema anatómico de la resección de una dilatación quística congénita de las vías biliares (K) de tipo I de los elementos del pedículo hepático (A, arteria hepática; VP, vena porta). asociada en la VBEH. Una preparación adecuada del paciente (antibióticos, drenaje percutáneo en caso necesario) debe per- mitir una intervención electiva y emplear la técnica conven- cional en la mayoría de los casos. Resección y sección de la parte inferior del quiste La parte inferior de la DQVB finaliza a un nivel variable de la porción intrapancreática del colédoco, a menudo en el conducto común, siendo el principal problema localizar con precisión la transición entre la pared biliar sana y quística. Cuando la DQVB es de tipo fusiforme puede ser difícil indivi- dualizar el cuello, ya que la disminución del calibre se produce de manera progresiva. Al dilatarse, el colédoco abre y «des- pliega» la cabeza del páncreas al empujarla hacia delante y hacia abajo. Así, en las dilataciones quísticas de gran tamaño es bastante fácil resecar progresivamente la DQVB en la cabeza pancreática hasta su cuello, controlando numerosos vasos mediante clips de hemostasia (fig. JO. 15). Cuando la dilatación quística es segmentaria o fusiforme, este efecto de abertura del conducto colédoco intrapancreático es menor y la resec- lI!I9 Visión quirúrgica al final de la exéresis de una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo I según Todani. Se visualizan las estructuras vasculares del pedículo hepático (rama derecha del árbol hepático. con clip en la arteria cística, vena porta). Se han colocado hilos de localización en el conducto hepático seccionado a la altura de la convergencia biliar principal. 143 https://booksmedicos.org 142 ID Representación esquemática de la resección intrapancreática de una dilatación quística congénita de las vías biliares en el páncreas hasta llpediculizarn el borde inferior de la DQVB en el colédoco intrapancreático o el conducto biliopancreático común procurando no dañar este último. lI!m Visión quirúrgica de la resección del colédoco intrapancreático en una forma fusiforme de dilatación quística congénita de las vías biliares tras la sección de ésta en su parte media: la unión entre la DQVB y el colédoco intrapancreático se lleva a cabo progresivamente. Dilatación quística congénita de las vías biliares ción es más difícil (fig. JO. 16). En ambos casos se prestará una especial atención a la resección del cuello de la dilatación quís- tica para evitar cualquier traumatismo del conducto de Wir- sung. La resección de la parte baja de la DQVB se facilita por la abertura y la sección de ésta en su parte medial, y la visión endocavitaria en la DQVB permite entonces orientar una resec- ción periquística precisa. Cuando el muñón inferior de la DQVB se ha «pediculizado» totalmente en su cuello, es aconsejable llevar a cabo una explo- ración endoscópica del cuello y del conducto biliopancreático común, que completa la exploración radiológica pre o pero- peratoria y permite comprobar que no hay litiasis del conducto biliopancreático común. En este caso se eliminarán el (los) cál- culo(s) mediante lavado hacia el duodeno o por medio de maniobras instrumentales o endoscópicas. La colangiografía y la endoscopia peroperatorias ayudan a situar con precisión la unión con el conducto común biliopancreático y, por con- siguiente, evitan que se dañe accidentalmente y una resección incompleta con persistencia de un muñón residual de dilata- ción quística (fig. 10.17), que es origen de una posible dege- neración. Una vez que se ha garantizado la vacuidad del conducto biliopancreático común, el cuello puede seccionarse y suturarse preferentemente por medio de una doble ligadura reforzada con hilo no reabsorbible (o por c1ips) para evitar una fístula pancreática (fig. JO. 18). Resección de la parte superior del quiste Aprovechando la vesícula biliar utilizada como medio de tracción, se reseca la parte superior de la DQVB elevándola hasta la convergencia biliar superior, donde se detiene con fre- cuencia la dilatación quística (figs. JO. 14 y JO. 19). De nuevo, la sección biliar mostrará una mucosa biliar macroscópica- mente sana. Excepcionalmente, en el adulto la DQVB puede 11m Visión quirúrgica del final de la resección intrapancreática de una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo l según Todani. a. DQVB sacular y vesicular llpediculizadasn en el colédoco intrapancreático (flechas). b. Ligadura apuntalada y clip del colédoco intrapancreático en una DQVB de tipo fusiforme. 144 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA a b 11m Persistencia de un muñón residual intrapancreático de dilatación quística congénita de las vías biliares tras una exéresis quirúrgica incompleta. G. Corte axial de resonancia magnética que muestra una imagen hipointensa en la cabeza del páncreas (flecha). b. Imagen de colangio-RM que revela la anastomosis hepatoyeyual en la convergencia biliar superior (flecha), el duodeno (O) y la OQVB residual (*) con visualización de la unión biliopancreática y del conducto común. 143 a b I!m Colangiografía peroperatoria que muestra una dilatación quística congénita de vías biliares de tipo I según Todani. Se visualiza la unión con la parte superior del conducto hepático común, que se halla conservado. 145 https://booksmedicos.org 144 a _ c comprender la convergencia propiamente dicha y extenderse hasta los conductos hepáticos derecho e izquierdo (fig. 10.20). lo que obliga a su resección. que siempre es más difícil en el lado derecho. La resección se llevará a cabo con un disector ultrasónico a ras de la pared biliar quística. aislando la implan- tación de los conductos hepáticos en la dilatación quística. Se localizan los diferentes conductos biliares mediante hilos de localización monofilamento reabsorbibles de calibre 5/0 o 6/0 para su reconstrucción posterior. Reconstrucción de la continuidad biliodigestiva Sea cual sea el mecanismo para recobrar lacontinuidad bilio- digestiva lo importante es llevar la anastomosis a una mucosa Dilatación quística congénita de las vías biliares b Forma compleja de dilatación quística congénita de las vías biliares que engloba la convergencia biliar superior. a. Colangiografia peroperatoria que revela una implantación independiente de las vías biliares intrahepáticas (conducto hepático izquierdo, conducto anteromedial derecho y conducto posterolateral derecho) (flechas). Se observan claramente la parte inferior de la DQVB y la anatomía de la unión biliopancreática. b. Visión quirúrgica tras la exéresis completa de la DQVB que comprende la convergencia biliar superior. Se visualiza el orificio de tres conductos hepáticos (flechas): conducto hepático izquierdo, conducto anteromedial derecho y conducto posterolateral derecho (en el que se coloca un dilatador de Bakes). c. Colangiografia peroperatoria selectiva al final de la exéresis de la dilatación quística con opacificación de las vías biliares intrahepáticas: conducto hepático izquierdo, conducto anteromedial derecho y conducto posterolateral derecho. biliar sana para evitar una estenosis ulterior de la anastomo- sis biliodigestiva (1-7%). La reconstrucción por medio de una anastomosis hepatoyeyunal en asa en Yde Roux larga con apo- sición mucomucosa es la utilizada con mayor frecuencia (v. cap. 6). En caso de una DQVB que engloba la convergencia biliar superior o las convergencias biliares secundarias. la anasto- mosis se efectuará en los dos conductos hepáticos o en varios conductos sectoriales (fig. 10.21). En caso de vías biliares fina- les (p. ej .• sectoriales) puede dejarse colocado un drenaje transanastomótico de Silastic de manera provisional para des- comprimir la anastomosis y permitir un control colangiográ- fico postoperatorio de la permeabilidad y la continencia (fig. 10.22). Todani et al. [13] han sugerido la realización de una anastomosis hepatoduodenal. más fácil y que en las DQVB de tipo IV permite un control endoscópico a largo plazo de las dilataciones quísticas intrahepáticas.146 https://booksmedicos.org a PROBLEMAS ESPECíFICOS lID Control colangiográfico postoperatorio tras la exéresis de la porción pedicular de una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo IV: se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I ~L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c- ~_~~__, ~_I L_L~ !:_I_~_~~__ - se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones c---------~-~~.-,-----~-I---~L-L~----!:-I-~-~~--- se visualizan lesiones residuales en las vías biliares intrahepáticas en forma de dilatación segmentaria del condücto hepático izqüierdo y de dilataciones I I I l.'" 145 147 https://booksmedicos.org 146 hemihepatectomía en un principio -a menudo izquierda- con el propósito de proteger al paciente de complicaciones biliares tardías que se observan a menudo en estos casos (23- 25%) en forma de litiasis intrahepática (15-23%) (fig. /0-23), con o sin estenosis anastomótica [14,15] (fig. /0.24). La mayor parte de los autores están, no obstante, a favor de una acti- tud conservadora ante estas dilataciones quísticas intrahepá- ticas, al menos hasta que se producen complicaciones. Por consiguiente, en los pacientes con estas anomalías persiste un riesgo de complicación biliar a largo plazo y es útil plantearse preparar un acceso percutáneo retrógrado del árbol biliar (a través del asa en Y y de la anastomosis) (fig. /0.25). Para hacerlo, debe colocarse en Y en su trayectoria supramesocó- lica hacia el lado derecho donde se fijará mediante puntos de sutura con hilo no reabsorbile, en una superficie correspon- diente a algunos centímetros cuadrados, que se localiza mediante cerclaje con hilo metálico. Esta localización podrá emplearse posteriormente para orientar un acceso percutáneo en el asa en Y. La trayectoria, una vez dilatada, permite intro- ducir un endoscopio y llevar a cabo maniobras endoscópicas intrahepáticas por vía retrógrada. II!I!J Colangiografia percutánea transhepática que revela un empedrado litiásico en una dilatación quística congénita sacular del conducto hepático izquierdo tras una exéresis de la porción pedicular de una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo IV con una anastomosis hepatoyeyunal. La paciente se trata mediante litotricia endoluminal aunque posteriormente precisará una hepatectomía izquierda. Dilatación quística congénita de las vías biliares lIlEI Colangiografia percutánea transhepática que pone de manifiesto una litiasis intrahepática difusa en una estenosis anastomótica tras una anastomosis hepatoyeyunal para una dilatación quística congénita de las vías biliares de tipo I según Todani. lID Representación esquemática de la creación de un absceso percutáneo del árbol biliar tras una anastomosis hepatoyeyunal y exéresis de una dilatación quística congénita de las vías biliares, fijando la porción supramesocólica del asa en Y al peritoneo. 148 https://booksmedicos.org COMPLICACIONES PEROPERATORJAS Errores que deben evitarse - Una resección demasiado generalizada de la porción inferior con lesión del Wirsung (fistula). - Una resección incompleta de la porción inferior del quiste (riesgo de degeneración secundaria). - Una resección insuficiente de la porción superior del quiste con anastomosis en el territorio mucoso afectado (riesgo de estenosis anastomótica). - Una lesión vascular en caso de compresión de la vena porta o de una arteria hepática derecha que se origina en la arteria mesentérica superior. - Dejar un cálculo en el conducto común o en el conducto pan- creático. - Pasar por alto un foco de degeneración sincrónico en las vías biliares residuales. - Un drenaje por cistoenterostomía sin exéresis de la DQVB. DQVB complicada por degeneración neoplásica Cuando se sospecha una neoplasia biliar -en las imágenes preoperatorias. en la colangiografíao en la endoscopia intra- quística peroperatoria- se remite al paciente a un cirujano Resonancia magnética hepática que muestra la presencia de un colangiocarcinoma periférico metacrónico en una paciente operada hace varios años por una dilatación quística congénita de vías biliares. oncológico. combinando la exéresis radical de la DQVB y una «limpieza» pedicular y celíaca generalizada. una duodeno- pancreactectomía cefálica según Whipple si está afectada la VBEH intrapancreática y una hemihepatectomía en caso de que se localice en las dilataciones quísticas intrahepáticas. COMPL1CAC10NES PEROPERATOR1AS Las principales complicaciones que pueden producirse en el transcurso de la resección de un quiste de colédoco son las siguientes: - Lesión vascular. La arteria hepática y sus ramificaciones. así como la vena porta. se comprimen como consecuencia de la DQVB y. en caso de inflamación o de fibrosis periquís- tica notable. la resección puede ser difícil y peligrosa. En caso de daño vascular se llevará a cabo la reparación apro- piada con control de los flujos intrahepáticos derecho e izquierdo mediante ecografía Doppler. Lesión pancreática/pancreatitis reactiva. Es habitual una reac- ción pancreática postoperatoria transitoria (biológica). En caso de lesión accidental profunda del parénquima hepá- tico. deben considerarse un drenaje de proximidad y un reposo digestivo postoperatorio prolongado. Asimismo. durante los primeros días se determinan periódicamente las enzimas pancreáticas séricas y en el fluido de drenaje abdo- minal a fin de comprobar el carácter transitorio y moderado Colangio-RM postoperatoria tardía después de una anastomosis hepatoyeyunal y exéresis de una dilatación quística congénita de las vías biliares, que pone de manifiesto la persistencia de una dilatación quística sacular en las vías biliares intrahepáticas derechas e izquierdas (mismo paciente que en la fig. 10.22). 147 149 https://booksmedicos.org 148 de la reacción pancreática y la ausencia de una fístula pan- creática. De existir una fístula permeable se mantienen el drenaje abdominal y el reposo digestivo (nutrición paren- teral y somatostatina). - Lesión del conducto de Wirsung o del conducto biliopancreático. Es una de las complicaciones peroperatorias más graves. Se mantendrá drenaje peritoneal óptimo en contacto con el pán- creas. Debe considerarse la colocación de una endoprótesis canalicular por vía retrógrada transpapilar en caso de que se haya dañado el conducto de Wirsung. - Secreción séptica, que se produce durante una intervención en las DQVB sobreinfectadas y no tratadas suficientemente en el período preoperatorio. Deben obtenerse muestras de bilis durante la intervención quirúrgica, que orientarán la elección de los antibióticos ante una sobreinfección en el período postoperatorio. - Hemorragia, que se produce especialmente en el transcurso de resecciones transmurales de la DQVB. En los pacientes inter- Bibliografia [1] TODANI T, WATANABE Y, NARUSUE M. et al. Congenital bile duct cysts: classification, operative procedure and review of thirty-seven cases including cancer arising from chole- dochal cyst. Am JSurg 1977 : 263-269. [2] lENRIOT JP, GIGOT JF, SEGOL P et al. and the French Association for Surgical Research. Bile duct cysts in adults: a multi-institutional retrospective study. 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Estos pacientes deben intervenirse quirúrgicamente, con preferencia en centros cuya infrastruc- tura y experiencia sean las apropiadas. COMPL1CAC10NES TARDiAS y SEGU1M1ENTO A LARGO PLAZO El riesgo de complicaciones biliares intrahepáticas secun- darias, como muñón de colédoco residual complicado (fig. 10.17), estenosis, litiasis (fig. 10.24) Ycáncer (fig. 10.26) o complicaciones pancreáticas (pancreatitis, litiasis, cáncer) justifica un seguimiento regular a largo plazo mediante pruebas hepáticas, ecografía y colangiowirsungo-RM (fig. 10.27). [7] FLANIGAN DP. Biliary carcinoma associated with biliary cysts. (ancer 1977 : 880-883. [8] NAGORNEY DM, MClLRATH DC. ADSON MA. Choledochal cysts in adults: c1inical management. Surgery 1984 : 656-663. [9] GIGOT JF, NAGORNEY DM, FARNELL MB et al. Bile duct cysts: a changing spectrum of presentation. JHep Bil Pancr Surg 1996 : 405-411. [10] VOYLES CR, SMADJA Cl, SHANDS Wc. BLUMGART lH. Carcinoma in choledochal cysts. Arch Surg 1983 : 986-988. 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