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CAPÍTULO 9 Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares J. F. GIGOT, C. SMADJA, B. LENGELE 115 https://booksmedicos.org E l colangiocarcinoma hiliar (CCH) correspondea un adenocarcinoma primitivo del confluyente biliar superior (CBS). El CBS deriva de la confluencia de los conductos hepáticos derecho e izquierdo para formar el conducto hepático común. La localización anatómica de este tumor hace dificil su exéresis debido a la extensión tumoral proximal rápida a nivel de las vías biliares intrahepáticas, de la propia arteria hepática, de la vena porta y de sus ramas correspondientes. Finalmente, la ictericia mecánica, a menudo intensa, casi siempre asociada, aumenta el riesgo quirúrgico cuando se considera necesaria una hepatectomía mayor. Esta patología cuyo tratamiento quirúrgico conllevaba una morbimortalidad elevada ha experimentado una mejora del pronóstico gracias a los avances recientes en las pruebas morfológicas. En efecto, estas pruebas autorizan una valoración de la resecabilidad cada vez más precisa tanto en el plano local como a distancia, lo que permite evitar así una intervención quirúrgica paliativa. Además, en la actualidad cuando está indicada una cirugía mayor de exéresis parece entrañar menos riesgos. Esto se debe en gran medida a una mejor preparación de la exéresis hepática en el período preoperatorio, si ésta se estima necesaria. Hace alusión, en particular, al drenaje del hígado que queda después de una hepatectomía y a una eventual embolización portal del territorio hepático que debe resecarse, lo que permite una hipertrofia compensadora del hígado restante. Por último, una invasión vascular arterial o portal no constituye actualmente una contraindicación absoluta de la exéresis, pero precisa una reconstrucción vascular cuyo resultado condiciona en gran parte el pronóstico vital tras la exéresis del CCH. ANATOMiA QU1RÚRG1CA La figura 9.1 muestra la anatomía del pedículo hepático y de la región hiliar. En un principio, es preciso observar la direc- ción muy vertical y el trayecto extrahepático corto del conducto hepático derecho. Así. cuando se desarrolla un eeH prefe- rentemente en la derecha. afecta rápidamente al conducto hepático derecho. y las ramas arterial y venosa correspon- Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares .. Anatomía de las vías biliares intra y extrahepáticas. dientes en su porción intrahepática. lo que hace indispensa- ble una exéresis hepática cuando afecta a la convergencia biliar secundaria derecha. En cambio. el conducto hepático izquierdo de dirección oblicua tiene una trayectoria extrahepática más larga. Esta particularidad anatómica permite un abordaje qui- rúrgico más fácil de la convergencia biliar secundaria izquierda en el receso de Rex, y ésta a distancia del eeH. Del mismo modo. pueden abordarse directamente los extremos distales de los elementos vesicales izquierdos a nivel del receso de Rex. Este concepto de abordaje quirúrgico de elementos vasculo- biliares izquierdos, sin disección previa de la región hiliar, fue desarrollado por Neuhaus et al. [1]. Esta estrategia permite una exéresis oncológica monobloque a distancia del eeH. Igual- mente es preciso tener en cuenta la existencia de una even- tual anomalía arterial. Puede tratarse de una arteria hepática derecha que se origina de la arteria mesentérica superior y se dirige a la parte posterolateral derecha del pedículo hepático o de una arteria hepática izquierda que nace de la arteria coro- naria estomática y se dirige al epiplón menor. La presencia de una de estas dos arterias debe tomarse en consideración a la hora de elegir una exéresis, en particular, cuando parece estar indicada una reconstrucción vascular de la arteria hepá- tica propia o de una de sus ramas.116 https://booksmedicos.org 115 de una confirmación histológica preoperatoria. En efecto, cual- quier intento de biopsia conlleva un riesgo de infección y una tasa significativa de falsos negativos. Además, hay que recordar que puede hallarse una lesión benigna en un 5-15% de los casos [2, 3]. El objetivo de las imágenes preoperatorias es principal- mente determinar de manera precisa la extensión tumoral macroscópica en las VBIH, la VBP, el parénquima hepático, los elementos arteriales y portales y en los ganglios locorregiona- les. Estas exploraciones permitirán detectar metástasis hepáti- cas y peritoneales. Es igualmente relevante buscar la presencia de una atrofia hepática, derecha o izquierda, la cual atestigua la mayoría de veces una afectación portal homolateral (fig. 9.2). Esta atrofia hepática, cuando está presente, va a facilitar o con- traindicar una resección hepática en función de si la extensión del tumor en las vías biliares se sitúa en el mismo lado o en el lado opuesto a la atrofia hepática documentada. En general. la diseminación canalicular del eeH se evalúa mediante la clasificación de Bismuth et al. [4, 5] (fig. 9.3). Esta clasificación tiene en cuenta esencialmente una posible inte- rrupción del eBS y la afectación de una o de dos convergen- a Atrofia hepática izquierda en un paciente con CCH. a. Escáner preoperatorio. b. Trombosis de la rama portal izquierda en la arteriografia preoperatoria (flecha). EVALUAC1ÓN DE LA D15EM1NAC1ÓN TUMORAL Y DE LA RE5ECAB1L1DAD En el paciente ictérico se plantea el diagnóstico de eeH por una imagen no invasiva que comprende una ecografía o una tomodensitometría. Estas pruebas confirmarán el origen mecá- nico de la ictericia por la presencia de una dilatación de las VBIH sin dilatación de la vía biliar principal y la constatación de una masa tumoral localizada en el hilio. Normalmente no se dispone Clasificación de Bismuth de los CCH en función de la diseminación tumoral a la convergencia biliar superior y a las convergencias biliares secundarias [4, 5]. a. Tipo 1: CCH bajo el CBS b. Tipo 11: CCH que afecta al CBS. C. Tipo 111: CCH diseminado al CBS y a las convergencias biliares secundarias derecha (tipo lila) o izquierda (tipo IIIb). d. Tipo IV: CCH diseminado al CBS y a las convergencias biliares secundarias bilaterales. 117 https://booksmedicos.org 116 Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares Tipo I Tipo 11 Tipo lila Tipo lIIa+ Tipo IIIb Tipo IIIb+ Tipo VTipolVbTipolVaTipo IV Clasificación de Madariaga et al. [6] de la extensión biliar de un CCH. cias biliares secundarias. Esquemáticamente, un CCH que no afecta a la CBS se tratará mediante una simple exéresis de la VBP. Cuando está afectada la CBS será preciso ampliar la exé- resis a una resección de segmento l. En caso de invasión de una convergencia biliar secundaria es preciso llevar a cabo una resección hepática mayor. Finalmente, cuando se han invadido las dos convergencias biliares secundarias está indicada una hepatectomía total con trasplante hepático siempre y cuando no exista una contraindicación de orden carcinológico de este procedimiento. No obstante, la clasificación de Madariaga et al. [6] (fig. 9.4) considera de manera más detallada la diseminación biliar tumoral en relación con las convergencias biliares secundarias. La resonancia magnética es el examen de referencia para determinar la extensión tumoral macroscópica, a la vez que en el plano biliar (colangio-RM) (fig. 9.5), hepático (secuen-118 https://booksmedicos.org ~ EVALUACiÓN DE LA DISEMINACiÓN TUMORAL liD Colangio-RM que pone de manifiesto un CCH de tipo lila con interrupción de la CBS y afectación de las convergencias biliares secundarias derechas. .. Angio-RM en la evaluación de un CCH. Invasión de la convergencia portal. 117 cias parenquimatosas antes y después de la inyección de un agente de contraste) y vascular (angio-RM) (fig. 9.6). Gracias a sus rendimientos y a su carácter no invasivo, la colangio-RM ha sustituido a la colangiografía percutánea transhepática, más invasiva y a menudo incompleta en caso de interrupción biliar proximal múltiple. Ésta evita el riesgo infeccioso de la colan- giografía retrógrada. Si existe una prótesis endobiliar, la RMtiene un menor rendimiento para determinar el engrosa- miento tumoral de la pared biliar. Lafigura 9.7 detalla la estra- tegia diagnóstica de estos tumores en dos etapas, no invasiva e invasiva, incluyendo una arteriografía celiomesentérica clá- sica (fig. 9.8) Yuna laparoscopia exploradora en búsqueda de pequeñas metástasis hepáticas superficiales y de una carcino- sis peritoneal [7]. La arteriografía celiomesentérica continúa siendo superior a la angio-RM para el diagnóstico de una inva- sión arterial [8]. En las imágenes preoperatorias se busca si hay alguna anomalía arterial. En este contexto se retoman los cri- terios de no resecabilidad teniendo en cuenta la extensión biliar, la invasión vascular y una posible atrofia hepática. Por último, una volumetría hepática permite confirmar que en caso de una hepatectomía mayor, el volumen del hígado restante es suficiente, sobre todo si parece estar indicada una hepa- tectomía derecha ampliada para un tumor de tipo Ila según Bismuth. Al final de la evaluación de la extensión tumoral podrá establecerse la estrategia quirúrgica de exéresis (tabla 9.1). ~l CCHno resecable ~ ~. \\\ Eéografia con Do~ler hepático • VBIH dilatada's yVBP normal • Invasión vascular • Masa hiliar Resonancia magnética (colangio-RM, secuencias parenquimatosas antes ydespués de inyección de contraste yangio-RM) ..... Arteriografia celiomesentérica Laparoscopia CCH resecable Etapas no mvasivas Etapas mvasivas .. Manejo de las decisiones diagnósticas de los CCH.119 https://booksmedicos.org 118 Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares Criterios de no resecabilidad de un CCH • Extensión /ocorregiona/*: - Extensión biliar bilateral hasta las convergencias biliares secun- darias derecha e izquierda (CCH de tipo IV según Bismuth). - Trombosis, cavernoma del tronco porta pedicular. - Atrofia hepática con extensión biliar hasta la convergencia biliar secundaria contralateral. • Difusión metastásica: - Metástasis ganglionares regionales. - Metástasis hepáticas peritoneales. *La diseminación auna convergencia biliar secundaria o la-a1:ro~ tia hepática unilateral asociada con una afectación vascular contralateral no constituye una contraindicación formal de la exéresis pero obliga auna reconstrucción vascular. Arteriografia celíaca en la evaluación de un CCH: invasión de la rama derecha de la arteria hepática. Tabla 9.1. Estrategias quirúrgicas en función de la diseminación biliar de un eeH Clasificación de Bismuth Tipo I Tipo II Tipo lila o derecho Tipo IIlb o izquierdo Tipo IV Estrategia quirúrgica Exéresis de la VBP Exéresis de la VBP, del eBS asociado a una exéresis del segmento I y, eventualmente, del segmento IV Exéresis de la VBP, del eBS con hepatedomía derecha ampliada a los segmentos I y IV Exéresis de la VBP, del eBS con hepatedomía izquierda ampliada a los segmentos I y IV Y al sedar anterior medial derecho si es necesario Irresecable por definición, salvo mediante hepatectomía total con trasplante hepático en ausencia de invasión ganglionar PREPARAC1ÓN DEL PAC1ENTE La evaluación de la posibilidad de operar y resecar el eeH tiene un cierto grado de urgencia para no dejar que em- peore una colestasis clínica importante (bilirrubina total > 340 mmol), con consecuencias fisiológicas nefastas en vis- tas de una hepatectomía mayor (alteraciones de la coagula- ción, insuficiencia renal, etc). Pese a la ausencia de evidencia científica documentada y a la influencia de los cirujanos asiá- ticos, la ejecución de un drenaje biliar preoperatorio se consi- dera una acción útil [9]. El método óptimo de drenaje biliar (endoscópico o percutáneo transhepático) continúa siendo objeto de debate. El drenaje biliar del hemihígado que va a permanecer es suficiente, a no ser que una endoscopia haya infectado el conjunto de la VBI H. En caso de 50brein- fección biliar, casi siempre secundaria a una acción de opa- cificación ylo de drenaje biliar incompleto, la mayoría de veces endoscopia, en el período preoperatorio deberá con- trolarse siempre la infección, en general. mediante gram- negativos. El tratamiento asociado será una antibioterapia adaptada y un drenaje percutáneo transhepático. Final- mente, en caso de un volumen hepático insuficiente del futuro hígado residual (p. ej., después de una hepatectomía derecha aumentada), puede emplearse una embolización portal derecha por vía percutánea transhepática (fig. 9.9). Ésta va a inducir una hipertrofia del lóbulo hepático izquierdo, lo que indica una hepatectomía generalizada des- pués de 5 a 6 semanas [9, la). Para obtener una hipertro- fia hepática óptima se aplica un drenaje biliar previo eficaz (bilirrubina total < 85 mmol/l). En el período preoperato- rio inmediato se velará igualmente por corregir posibles alteraciones de la coagulación por déficit de vitamina K.120 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA .. Embolización portal derecha (EPD) por vía percutánea transhepática izquierda en un paciente portador de un CCH de tipo lila, que precisa una hepatectomía derecha aumentada con un volumen insuficiente de hígado residual. Portografía después de una EPD. lNTERVENC1ÓN QU1RÚRG1CA Colocación del paciente y vía de abordaje El paciente se sitúa en posición de decúbito lateral izquierdo con preparación de un posible acceso vascular: por consi- guiente, se incluyen sistemáticamente en el campo quirúrgico la región cervical izquierda para coger el injerto yugular y las dos cavidades inguinales para obtener el injerto de safena. Como en cualquier hepatectomía mayor que implique un riesgo hemorrágico preoperatorio significativo se requieren un catéter arterial de vigilancia tensional y un acceso venoso cen- tral. La incisión quirúrgica ideal que empleamos es una lapa- rotomía subcostal derecha generalizada hacia la izquierda con un posible pliegue epigástrico en caso de entrada costal estrecha. Dos válvulas metálicas anchas sobre un piquete de Toupet exponen la región quirúrgica supramesocólica. El liga- mento redondo se secciona entre dos ligaduras y se efectúa una incisión en el ligamento falciforme hasta el cruce cavo- suprahepático. El hígado se desplaza hacia arriba y el ángulo cólico derecho hacia abajo mediante dos válvulas metálicas de retracción. El bloque duodeno-pancreático se libera por medio de una amplia maniobra de Kocher. Exploración peroperatoria de la resecabilidad La exploración quirúrgica se inicia con la búsqueda atenta de metástasis peritoneales y/o hepáticas mediante palpación manual y una ecografía peroperatoria. La presencia de ade- nopatías regionales, celíacas, retroperitoneales, paraaórticas invadidas en un examen histológico extemporáneo constituye una contraindicación clásica de la exéresis, si bien Kitagawa et al. [11] han descrito una supervivencia significativa incluso en caso de invasión microscópica de los ganglios paraaórticos. La palpación peroperatoria permite evaluar macroscópica- mente la diseminación a la región lateral izquierda o derecha del hilio hepático. Si no se ha colocado una endoprótesis biliar, la ecografía peroperatoria va a determinar igualmente la dise- minación biliar en los conductos hepáticos, la extensión hepá- tica y la invasión vascular. Principios generales de las exéresis de los CCH Objetivos El objetivo del tratamiento quirúrgico de los CCH consiste en llevar a cabo una exéresis con miras radicales (RO) tanto en el plano macroscópico como en el microscópico. Este objetivo debe alcanzarse en la primera intervención quirúrgica, en condicio- nes ideales en centros hepatobiliares especializados. En efecto, de producirse una recidiva por una exéresis incompleta no hay una segunda oportunidad, en particular, en el examen histoló- gico definitivo. En la actualidad, sólo están indicadas las exé- resis carcinológicas. Las exéresis voluntariamente paliativas [R2] de los CCH no han demostrado su eficacia. No obstante, un número significativo de exéresis quirúrgicas RO en el plano macroscópico se revelan microscópicamente R1 enel examen histológico concluyente. La clasificación de Bismuth sirve para evaluar la diseminación biliar macroscópica y para orientar la estrategia quirúrgica (tabla 9./). Sin embargo, en el plano microscópico este tumor agresivo se caracteriza por frecuentes invasiones biliares mucosas, en caso de lesión papilar, y sub- mucosas en caso de lesión nodular o infiltrante [12], así como por una invasión linfática y perinerviosa [13]. Asimismo, el hecho de recurrir a múltiples muestras histológicas extemporá- neas tiene como objetivo garantizar la radicalidad del acto qui- rúrgico. En caso de una lesión neoplásica y/o de displasia grave en el fragmento de la sección biliar proximal se emplea una resección hepática homolateral, al igual que cuando la región de la sección biliar distal está invadida tras extirpaciones suce- sivas, es lógico en el plano oncológico asociar una duodeno- pancreatectomía cefálica. Finalmente, los autores japoneses demostraron que la existencia casi constante de una invasión de los conductos biliares del segmento I en los CCH de tipo I y 111 según Bismuth obligaba a una exéresis sistemática de este seg- 119 121 https://booksmedicos.org 120 Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares 11 111 lIliI Representación esquemática de la invasión del lóbulo caudado en caso de un CCH que afecta a la convergencia biliar superior. mento [14, 15] (fig. 9./0). Con el fin de efeduar una exéresis radical se aconsejan las estrategias peroperatorias siguientes: - No resecar el tumor sino permanecer lejos de éste, respe- tando así el principio oncológico de una exéresis mono- bloque. Resecar el segmento I en los tipos 11 y 111 de la clasificación de Bismuth. En caso de hepatedomía derecha o izquierda ampliadas, sec- cionar en un principio la vía biliar proximal restante en la con- vergencia biliar secundaria probando de obtener así un margen de seguridad biliar lo más relevante posible. Asociar una resección vascular y/o una duodenopancrea- tectomía cefálica siempre que se estime necesario. Llevar a cabo una acción de «limpieza» ganglionar loco- rregional generalizada. Descenso de la placa hiliar El descenso de la placa hiliar (v. cap. 8) no se emplea de forma rutinaria en la cirugía de exéresis de los CCH salvo en los CCH de tipo l según Bismuth-Corlette. En efecto, desde el momento que el tumor afecta al CBS (es decir, en los tipos 11 a IV), este acto se considera contrario al principio oncológico de una exéresis radial «monobloque» del CCH. La información que esta maniobra podría aportar sobre la extensión tumoral proximal puede obtenerse mediante imágenes preoperatorias y a través de la ecografía peroperatoria. En cambio, cuando el examen histológico extemporáneo pone de manifiesto una displasia grave en el muñón biliar proximal en un CCH de tipo 1, el descenso de la placa hiliar va a permitir preparar la exten- sión de la exéresis al CBS y la resección de los conductos hepá- ticos izquierdo y derecho hasta las convergencias secundarias derechas e izquierdas que siempre son extrahepáticas. En este caso, esta maniobra estará precedida de la liberación de la vesícula biliar de sus uniones hepáticas tras una ligadura-sec- ción de la arteria cística. El conducto cístico se respeta, lo que permite efectuar una exéresis monobloque del CCH. Esta maniobra, realizada con bisturí monobloque a ras de la refle- xión del borde inferior del segmento IV sobre el pedículo hepá- tico, va a permitir exponer el CBS. Posteriormente, se prosigue la resección con bisturí ultrasónico hacia las convergencias secundarias derechas e izquierdas. «Limpieza)) ganglionar generalizada Una vez concluida la fase de exploración peroperatoria, se lleva a cabo una «limpieza» celuloganglionar generalizada (fig. 9.11). Ésta se realiza de manera retrógrada desde la región celíaca hasta la arteria hepática común y después pro-122 https://booksmedicos.org IIII Visión quirúrgica de la acción de «limpieza.. ganglionar pedicular generalizada. Se observa la sección del colédoco distal sobre un clip y la presencia de una arteria hepática derecha que se dirige a la parte posterolateral del pedículo hepático. pia a nivel del pedículo hepático, el cual se diseca así pro- gresivamente y las estruduras vasculobiliares se unen, respe- tando el contacto de los elementos vasculares y a distancia del eeH. Durante la «limpieza» ganglionar se presta una atención máxima a respetar anatómicamente una arteria hepática acce- soria derecha que discurre por la parte posterolateral del pedículo hepático. También se extirpan los ganglios retro- duodenopancreáticos. Asimisimo, se aplica una «limpieza» ganglionar interaórtico-cava. Sólo los ganglios celíacos, inte- raórticos-cavas y retroduodenopancreáticos son objeto de un examen histológico extemporáneo. Exéresis de la VBP El conducto colédoco se secciona en el borde superior del páncreas (fig. 9.12). Esta sección de la VBP permite facilitar la disección posterior y también obtener un examen histoló- gico de la región de la sección biliar distal. Un clip ancho de titanio completará la sutura biliar en vistas a la localización para una posible radioterapia postoperatoria. En caso de invasión de la zona de la sección biliar, se efedúan una o varias resec- ciones biliares sucesivas disecando progresivamente el con- ducto colédoco en su porción intrapancreática. Sólo si existe una invasión microscópica que persiste en los diferentes exá- menes histológicos extemporáneos se efectuará una duode- nopancreatectomía cefálica al final de la exéresis biliar. Este procedimiento incrementa notablemente la morbilidad post- operatoria, pero mantiene la radicalidad del acto quirúrgico [16]. lIfI Visión quirúrgica de la sección del colédoco en el borde superior del páncreas (endoprótesis colocada). Visión quirúrgica de la acción de «limpieza.. ganglionar generalizada llevada a cabo de manera retrógrada y centrada en los elementos vasculares izquierdos en un paciente portador de un CCH de tipo IlIb, que requiere una hepatectomía izquierda ampliada. La extracción de la vía biliar extrahepática (con un mandril metálico verde en su interior) permite acceder y unir los elementos vasculares del pedículo hepático. 121 123 https://booksmedicos.org 122 La exéresis se prosigue hacia la región hiliar levantando la parte inferior de la pieza de exéresis (fig. 9.13), lo que per- mite acceder a la cara anterior de los elementos vasculares pediculares. Las diferentes estructuras vasculares, la vena porta, la arteria hepática propia y sus ramas de división se unen progresivamente y se efectúa la «limpieza» ganglionar, en par- ticular, de los ganglios retrocoledocales y pancreaticoduode- nales posteriores y superiores. Los elementos vasculares izquierdos, la rama porta izquierda y la rama izquiera de la arteria hepática propia se abordan en el borde izquierdo del pedículo hepático, donde se disecan o se unen hasta la base del receso de Rex. Teniendo presente la dirección más verti- cal y su trayectoria extrahepática breve, los elementos vascu- lares derechos, la rama porta derecha y la rama derecha de la arteria hepática propia son más difíciles de disecar a distancia del tumor (fig. 9.14). La liberación completa de la vesícula biliar de sus uniones hepáticas, sin seccionar el conducto cís- tico, constituye un momento previo indispensable a su abor- daje. Tanto a la izquierda como a la derecha, los diferentes elementos vasculares disecados se sitúan en «lazadas» de loca- lización. Al elevar hacia arriba la parte inferior de la pieza de exéresis, se escinden progresivamente los elementos vascula- res del tumor biliar, permaneciendo en contacto directo con las estructuras vasculares. Es igualmente en esta fase de la disección que se detecta una invasión arterial o portal focal que había pasado desapercibida. Al haber disecado y dispuesto en «lazadas» los extremos proximales y distales de estos vasos, será fácil llevar a cabo una exéresis monobloque de la localización vascular invadida y proceder auna reconstrucción vascular (v. más adelante). En esta fase de la disección la pieza de exére- sis se sostiene únicamente por sus uniones biliares en el CBS y por los conductos hepáticos derecho e izquierdo (fig. 9. 14). Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares Exéresis quirúrgica de un CCH tipo I según Bismuth Se trata de un CCH situado bajo el CBS que precisa una exé- resis completa de la VBP y de la vesícula biliar (fig. 9.15). Las primeras etapas de la intervención se describen en los párrafos anteriores. La sección biliar lleva a nivel de CBS, dejando una boca anastomótica única (fig. 9.16). Se obtiene r.wra ..... Visión quirúrgica del final de la disección y de la ..Iimpiezéi>' ganglionar del pedículo hepático, lo que permite unir las estructuras arteriales y portales, localizadas en lazadas. El tumor permanece unido por la convergencia biliar superior, y se ha extirpado la vía biliar extrahepática en la parte superior izquierda de la imagen. Estrategia quirúrgica en caso de un CCH de tipo I según Bismuth.124 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA una muestra de bilis con fines bacteriológicos. Tras un exa- men histológico extemporáneo negativo de la región de sec- ción biliar proximal puede iniciarse la fase de reconstrucción biliar. En caso de invasión microscópica, la exéresis debe extenderse al ess. El descenso de la placa hiliar permite abor- dar el ess y los conductos hepáticos (v. el apartado «Des- censo de la placa hiliar»). La sección biliar se realiza entonces con tijeras lo más proximalmente posible a izquierda y a dere- cha. Los conductos biliares del segmento I se seccionan igualmente en su entrada en el ess. En función de su tamaño, se ligarán o se incluirán en la anastomosis biliodi- gestiva. Todos los conductos se localizan con hilo reabsor- bible de localización de calibre 4/0 o 5/0. La pieza quirúrgica a se abre en el quirófano y se prepara para la colocación de hilos de localización en los diferentes orificios biliares para un último examen histológico extemporáneo. Exéresis quirúrgica de un CCH tipo 11 según Bismuth Se trata, por definición, de un eeH que afecta al ess sin pro- pagarse hacia las convergencias biliares secundarias derecha e izquierda. Su resección exige una exéresis monobloque de ---------....... b 123 Visión quirúrgica tras la exéresis de un CCH de tipo I según Bismuth y "limpieza.. ganglionar del pedículo hepático. Q. Reconstrucción biliodigestiva en el conducto hepático común. b. Reconstrucción biliodigestiva en los dos conductos hepáticos y el espolón del CBS. lIfJ Estrategia quirúrgica ante un CCH de tipo 11 según Bismuth-Corlette.125 https://booksmedicos.org 124 BII Visión quirúrgica de la movilización del lóbulo caudado de la cara anterior de la vena cava inferior después de elevar el lóbulo hepático izquierdo (tampón) en una hepatectomía izquierda ampliada para un CCH de tipo IIlb. _ Visión quirúrgica en el mismo paciente: la cara anterior de la vena cava inferior se halla totalmente liberada. la VBP, del eBS y del segmento hepático I y, eventualmente, del segmento IV por motivos carcinológicos de invasión local y de exposición anatómica (fig. 9.17). Las primeras etapas de la exéresis son idénticas a las que se han descrito en los párra- fos anteriores. Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares III!I Visión quirúrgica de un CCH de tipo 11 según Bismuth tras una exéresis de la convergencia biliar superior asociada con resección de los segmentos IVb y 1. Las convergencias biliares secundarias derecha e izquierda se localizan en el hilio. Se observa la "Iimpiezan generalizada del pedículo hepático. Exéresis del segmento 1 Esta exéresis hepática se inicia con la movilización del lóbulo caudado de la cara lateral izquierda y, posteriormente, anterior de la vena cava inferior (VCI), levantando el lóbulo hepático izquierdo (fig. 9.18). Las venas que unen el lóbulo caudado y la vel se controlan progresivamente mediante ligaduras o c1ips. El lóbulo caudado se moviliza lo más lejos posible hacia arriba y hacia la derecha desprendiendo por completo la cara anterior de la VCI. Aveces se asocia una movilización completa de la parte derecha del hígado seccionando el ligamento coronario derecho, lo que permite a la derecha la misma liberación del segmento I de la cara anterior de la Vel, ligando o pinzando las venas de Spiegel presentes. Una vez realizado, la cara posterior del seg- mento I se libera completamente de sus uniones cavas (fig. 9.19). Exéresis monobloque del segmento lVb y del CBS La segmentectomía IVb se inicia con la incisión del parén- quima hepático en el borde derecho del ligamento suspensor. La transección parenquimatosa se prosigue hacia abajo y hacia atrás hasta la base del receso de Rex y desemboca en la126 https://booksmedicos.org 125 INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA Hepatectomía izquierda Hepatectomía izquierda ampliada Estrategia quirúrgica en caso de un CCH de tipo IIlb. Esquema simplificado de la extensión de la exéresis biliar: se visualiza el lugar de sección en las vías biliares intrahepáticas según se lleva a cabo una hepatectomía izquierda o izquierda ampliada. movilización del lóbulo caudado. De este modo, se desprende la convergencia biliar secundaria izquierda, abordada a este nivel, se secciona con tijeras y se localiza mediante hilos de exposición (fig. 9.20). A la derecha, la transección parenqui- matosa se inicia en el lecho vesicular en el plano de orienta- ción de la cisura principal, permaneciendo a la izquierda de la vena suprahepática media. La transección parenquimatosa se sigue hacia abajo en dirección a la convergencia biliar secundaria derecha, que se secciona y se localiza por medio de hilos de exposición. La repercusión de la segmentectomía I y IV es clásica y se limita, por lo general, a la exéresis del segmento IVb (parte anterior del segmento IV). El CCH se reseca así en monobloque con una sección biliar por encima de las convergencias biliares secundarias derecha e izquierda. Tras un examen histológico extemporáneo negativo de las par- tes de sección biliar en la pieza de exéresis, puede contem- plarse la fase de reconstrucción bajo una cobertura de drenajes transanastomóticos de Silastic. Exéresis quirúrgica de un CCH tipo IIlb o izquierdo según Bismuth Se trata de un CCH diseminado por definición hacia la izquierda, con afectación de la convergencia biliar izquierda y que exige, por tanto, una hepatectomía izquierda ampliada en un principio al segmento I y, con mayor frecuencia, par- cialmente al sector anteromedial derecho para abordar de manera independiente los conductos biliares sectoriales derechos más allá de la convergencia biliar secundaria (fig. 9.21). Las primeras etapas de la exéresis se describen en los párra- fos generales anteriores. El momento crucial de la disección pedi- cular es el del abordaje y el control en el borde derecho del hilio hepático, por su cara posterolateral, de los elementos vascula- res derechos (rama portal derecha, rama derecha de la arteria hepática propia, una arterial hepática accesoria derecha), que deben estar libres de invasión tumoral (fig. 9.22). Su disección debe realizarse lo más lejos posible en posición intrahepática. En caso de invasión vascular, siempre y cuando se hayan dise- cado los extremos proximales y distales del vaso implicado y se hayan colocado en lazadas en un territorio sano, se procederá a la reconstrucción vascular (v. más adelante). La técnica de la hepatectomía izquierda ampliada al seg- mento I engloba, aparte de la movilización y la exéresis del seg- mento I descrita anteriormente, un control inicial de los elementos pediculares vasculares izquierdos, una liberación y un control del cruce cavosuprahepático izquierdo y una transección parenqui- matosa en el plano de la cisura principal. En una hepatectomía izquierda clásica, la transección hepática lleva la sección biliar al nivel del conducto hepático derecho, a menudo bastante próximo al CCH y, por consiguiente, conun riesgo significativo de inva- sión macroscópica o microscópica (figs. 9.23 y 9.24). Con objeto de llevar la sección biliar proximal hasta o más allá de la con- vergencia biliar secundaria derecha, y de situarse más lejos del CCH, la línea de transección parenquimatosa hepática debe des- plazar hacia la derecha la vena suprahepática mediana, en el sec- tor anteromedial derecho, en una orientación oblicua hasta la parte derecha del hilio hepático. El conducto anteromedial dere- cho se empuja hacia atrás y el conducto posterolateral derecho se127 https://booksmedicos.org 126 a b mi Visión quirúrgica del abordaje hiliar derecho de elementos vasculares en un paciente portador de un CCH de tipo IIlb y que precisa una hepatectomía izquierda ampliada. Q. Abordaje de la rama derecha de la arteria hepática. b. Abordaje y control mediante "lazadasn de la rama portal derecha. La convergencia portal se libera de la cara posterior del tumor, y la rama portal izquierda se localiza por medio de una "Iazadan azul. diseca con un disector ultrasónico durante la transección paren- quimatosa hepática (fig. 9.25). Al final de la hepatectomía, una vez que se han seccionado los orificios biliares de conducto anteromedial y posterolateral dere- cho y se localizan en los hilos, puede iniciarse entonces la fase de reconstrucción biliar tras un examen histológico extemporáneo negativo de dos áreas de sección biliar (fig. 9.26). En caso de inva- Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares mi Visión quirúrgica durante la exéresis de una hepatectomía izquierda en un paciente con un CCH de tipo IIIb. Sección del conducto hepático derecho (endoprótesis intracanalicular colocada). El plano de transección se efectúa en el eje de la vena suprahepática media, percibida en el fragmento de sección. mi Visión quirúrgica en la misma paciente. Fin de la exéresis hepática. sión persistente en este punto, que señala, de hecho, un tumor hiliar clasificado de tipo IV según Bismuth, es difícil llevar acabo una exéresis biliar adicional: la anastomosis biliodigestiva se rea- lizará en un drenaje percutáneo transhepático derecho introdu- cido por vía endobiliar y que sale al exterior de manera retrógrada en la cápsula hepática derecha para permitir un tratamiento por radioterapia local tras una resección paliativa. 128 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA lID Visión quirúrgica de una hepatectomía izquierda ampliada parcialmente en el sector anteromedial derecho en un paciente portador de un CCH de tipo IIlb con el fin de obtener una sección biliar en la convergencia biliar secundaria derecha (en la punta del aspirador). Exéresis quirúrgica de un CCH tipo lila o derecho según Bismuth Se trata de un eeH generalizado por definición hacia la de- recha. que comprende la convergencia biliar secundaria derecha y que requiere realizar una hepatectomía derecha ampliada a los segmentos l y IV (fig. 9.27). lID Fase de reconstrucción biliodigestiva después de una hepatectomía izquierda ampliada para un CCH de tipo IIIb. Tras construir una anastomosis biliodigestiva en el conducto posterolateral derecho se procede a realizar el mismo procedimiento en el conducto anteromedial derecho (en el cual hay un mandril metálico). Las primeras etapas de la exéresis de la VBP se describen al principio del apartado «Principios generales de las exéresis de los eeH». El momento primordial de la disección pedicular es el abordaje y el control de los elementos vasculares izquier- dos (rama portal izquierda, rama izquierda de la arteria hepá- tica propia). Asimismo. es preciso buscar y conservar una arteria hepática izquierda en el epiplón menor. El equipo de Neuhaus [1] ha desarrollado el concepto de aproximación directa a los elementos vasculobiliares en el receso de Rex, lo 127 Hepatectomía derecha ampliada Estrategia quirúrgica en caso de un colangiocarcinoma de tipo lila que precisa una hepatectomía derecha ampliada. Esquema simplificado. 129 https://booksmedicos.org 128 Visión quirúrgica del abordaje directo de los elementos vasculares izquierdos (arterial y porta) a distancia del tumor en un CCH de tipo lila que precisa una hepatectomía derecha ampliada. Los elementos vasculares izquierdos se localizan en la lazada vascular. Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares cual permite un abordaje directo de la convergencia biliar secundaria izquierda. Para ello, en primer lugar, se secciona el puente parenquimatoso hepático que une los segmentos IV y 111 con un bisturí ultrasónico. A continuación, se retrae el borde inferior del segmento IV hacia arriba con la ayuda de una válvula maleable metálica. Se abordan la arteria hepática propia y su rama izquierda en la parte lateral izquierda del pedículo hepático, y se disecan progresivamente hacia arriba hasta su entrada en el hígado, de la rama izquierda de la arte- ria hepática (fig. 9.28). Del mismo modo, tras haber abordado inicialmente la vena porta en su trayectoria pedicular, durante la fase de disección y de «limpieza» del pedículo hepático se diseca la rama portal izquierda hasta su entrada en el hígado, en la cara posterior, y su disposición en lazada. En esta fase, Neuhaus et al. [1] proponen realizar en un pri- mer momento una sustitución vascular portal. No adoptamos esta estrategia salvo cuando las imágenes preoperatorias han docu- mentado una invasión vascular (fig. 9.29). Se prosigue con la disección hasta que se identifica el origen de la rama derecha de la arteria hepática y de la rama portal derecha, que se unen doblemente mediante una ligadura transfixiante y posteriormente se seccionan, liberando así los elementos vasculares izquierdos, que se conservan (fig. 9.30). El conducto hepático izquierdo no se aborda por vía hiliar pero sí durante la sección parenquima- tosa hepática, que se inicia en el borde derecho del ligamento suspensor. Siguiendo la transección parenquimatosa hacia abajo Visión quirúrgica del abordaje directo de los elementos vasculares izquierdos en el receso de Rex en un paciente con CCH de tipo lila con invasión del origen de la rama portal izquierda (RPI). a. La parte proximal de la RPI en la entrada al hígado y el tronco porta pedicular (en la parte inferior de la imagen) se localizan en lazadas de exclusión azules. La arteria hepática propia y sus ramas de división se localizan en lazadas vasculares rojas. b. La misma imagen: una resección portal en el territorio sano va a efectuarse con reconstrucción vascular mediante un injerto yugular interno izquierdo interpuesto. 130 https://booksmedicos.org INTERVENCiÓN QUIRÚRGICA 129 lIIiI Visión quirúrgica del final de la disección del pedículo hepático y de elementos vasculares izquierdos en un paciente intervenido quirúrgicamente por un CCH de tipo lila, que requiere una hepatectomía derecha ampliada. y hacia atrás, hasta la base del receso de Rex, se desprende la convergencia biliar secundaria izquierda, que se aborda a este nivel y se secciona lo más lejos posible del eeH (fig. 9.31). En esta fase el carácter radical de la exéresis se confirma mediante un examen histológico extemporáneo de dos conductos biliares segmentarios del lóbulo izquierdo y de su entorno periférico cana- licular. El resto de la intervención quirúrgica se prosigue con una exéresis del segmento I (v. anteriormente). Se trata de una exé- resis hepática mayor perfectamente estandarizada que extirpa en monobloque el eeH y el parénquima hepático (fig. 9.32). Sustitución y reconstrucción vascular La sustitución vascular puede realizarse en la rama arterial y/o portal homolateral o en las dos estructuras vasculares. La indi- cación de este acto estriba en la voluntad de obtener una exé- resis radical con miras RO [17], aunque debe ponderarse detenidamente el riesgo. En efecto, en el marco de una hepa- tectomía mayor con un hígado residual a menudo de volumen limitado, la sustitución vascular, sobre todo arterial, es un pro- cedimiento delicado que es objeto de complicaciones específi- cas potencialmentegraves (isquemia, trombosis, etc.) y que requiere una técnica rigurosa en manos especializadas. La co- existencia de una ictericia intensa secundaria a una obstrucción canalicular mayor hace, además, que el hígado residual sea muy sensible a la isquemia caliente, que debe ser lo más corta posi- ble. En estas condiciones, si existe invasión vascular documen- tada en las imágenes preoperatorias preconizamos un drenaje biliar preoperatorio eficaz sistemático del hígado restante antes de la resección del eeH. Ante una sospecha de invasión macros- cópica durante la disección quirúrgica conviene no proseguir con la disección en contacto con el vaso sanguíneo, sino preparar una resección monobloque con fines radicales. Para poder plantearse esta resección vascular es indispensable disecar, colocar laza- das y controlar, en una distancia suficiente, la porción distal a b IIII Visión quirúrgica en el mismo paciente con CCH de tipo lila durante una hepatectomía derecha ampliada. a. Conducto hepático izquierdo abordado por vía transparenquimatosa hepática en el receso de Rex. Se visualiza el injerto portal interpuesto. b. Abordaje intraparenquimatoso de las convergencias biliares secundarias izquierdas (en la punta del aspirador). 131 https://booksmedicos.org 130 DD Visión quirúrgica al final de la exéresis de una hepatectomía derecha ampliada para un CCH de tipo lila según Bismuth. Se visualiza en la región de la sección hepática la convergencia biliar secundaria izquierda con una endoprótesis en el conducto del segmento 11. II!I Paciente con CCH de tipo IIlb que requiere una hepatectomía izquierda ampliada, aunque con invasión de la rama derecha de la arteria hepática (rasgo negro). Después de aislar los segmentos proximal y distal del vaso sanguíneo, se lleva a cabo una reconstrucción con injerto arterial gastroepiploico. del vaso sanguíneo implicado, en un territorio macro y micros- cópicamente sano. Este acto de reconstrucción vascular se lleva a cabo con pinzamiento transitorio sin heparinización pre- via por vía sistémica. En la mayoría de casos, en particular, en caso de que exista invasión focal, es posible una resección con sutura directa ter- Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares minoterminal (fig. 9.33). En caso de pérdida de sustancia vas- cular tras la exéresis, se hace necesaria una interposición por un segmento arterial o portal autólogo. Para una sustitución arte- rial se emplea un injerto arterial autólogo (arteria hepática izquierda o derecha homolateral a la exéresis cuando éstas exis- ten, arterial gastroduodenal) o un injerto venoso pedio o de safena. Para sustituir el tronco de la vena porta o una de sus ramas, empleamos una vena yugular interna izquierda. La sutura vascular se efectúa con surjet continuo de hilo no reabsorbibles monohebra calibre 6/0 para la vena y 8/0 para la arteria. Al final de la reconstrucción vascular la permeabilidad y el flujo sanguí- neo se controlan sistemáticamente mediante Doppler perope- ratorio. En caso de hepatectomía mayor en hígado con colestasis grave en un paciente que precisa una doble sustitución arterial y portal. a veces se utiliza una derivación veno-venosa mesen- térico-portal para evitar una isquemia hepática [18]. Puntos clave en el tratamiento de un colangiocarci- nomahiliar • Sólo las exéresis con miras radicales ocupan un lugar en el tra- tamiento de los colangiocarcinomas hiliares. • La evaluación de la resecabilidad debe ser también lo menos invasiva posible. Cualquier episodio séptico que complique en particular una opacificación radiológica de las vías biliares puede comprometer la exéresis del tumor. • La invasión de los ganglios celíacos e interaórticos-cava consti- tuye una contraindicación de la exéresis del tumor. • Cuando el tumor se localiza en el confluyente biliar superior los conductos biliares del segmento Ise encuentran muy a menudo invadidos. La resección de este segmento es indispensable para llevar a cabo una exéresis carcinológica. • Cuando el confluyente biliar superior está afectado por el tumor la disección tumoral mediante descenso de la placa hiliar puede llevar a una exéresis paliativa. En esta situación se recomienda la exéresis monobloque de los segmentos Iy IV. • Cuando una convergencia biliar secundaria se halla afectada por el tumor debe realizarse una sección biliar contralateral sin disección previa del confluyente biliar superior para evitar una exéresis paliativa. • La invasión de la sección distal de la vía biliar principal exige ampliar la exéresis asociando una duodenopancreatectomía cefálica, lo cual incrementa el riesgo quirúrgico. • El drenaje biliar y la embolización portal preoperatorios dismi- nuyen el riesgo de una hepatectomía mayor cuando está indi- cada. • La invasión vascular contralateral no representa una contrain- dicación formal de exéresis carcinológica si parece técnica- mente viable una reconstrucción vascular. 132 https://booksmedicos.org COMPLICACIONES PEROPERATORIAS SIl Visión quirúrgica de la reconstrucción biliodigestiva después de una hepatectomía derecha ampliada para un CCH de tipo lila según Bismuth. Visualización de dos conductos sectoriales del segmento 111 por delante y del segmento 11 por detrás en el cual se halla un drenaje percutáneo transhepático. Reconstrucción biliodigestiva La fase de reconstrucción biliar consiste en crear una o varias anastomosis biliodigestivas con aposición mucomucosa en un asa en Yde Roux larga (v. cap. 6) (fig. 9.34). Estas anas- tomosis se realizan sistemáticamente en un drenaje transa- nastomótico. introducido por vía retrógrada a través de la cápsula hepática o por vía transhepática percutánea. ya sea a través de la porción supramesocólica del asa en Y de Roux, fijada a la pared abdominal anterior con la ayuda de un bucle de hilo metálico de localización. Este mecanismo permite un acceso radiológico intervencionista posterior a la anastomosis biliodigestiva. La intervención concluye colocando drenajes de Silastic en posición retropedicular y a nivel del fragmento de hepatectomía. COMPL1CAC10NES PEROPERATOR1AS Las complicaciones peroperatorias se refieren esencialmente a la hepatedomía mayor más que a la exéresis y a la recons- trucción biliar propiamente dicha. Éstas engloban esencial- mente los riesgos siguientes [19]: Hemorragia peroperatoria, que se produce en el transcurso de la resección del eeH o la realización de una hepatecto- mía mayor. Puede precisar una transfusión peroperatoria masiva. - Desvascu/arización yatrogénica de una parte del hígado resi- dual. que es origen de necrosis y de sobreinfección local en el postoperatorio. Por consiguiente. se presta una atención máxima a la integridad vascular y biliar del hígado residual. - Secreción séptica peroperatoria debido a la presencia fre- cuente de bilis sobreinfectada, comprendida en el hemihígado no drenado. Es primordial prevenir en el preope- ratorio esta sobreinfección biliar, evitando cada vez que sea posible cualquier acto de opacificación y/o el drenaje endos- cópico, así como repetir las colangiografías por los drenajes biliares transhepáticos. Se evita cualquier opacificación biliar con hiperpresión. En el período peroperatorio se administrará un tratamiento antibiótico adaptado. - Trombosis vascular que representa la complicación mayor pero- peratoria del acto de reconstrucción vascular, la mayoría de veces relacionada con una mala praxis. Por consiguiente, esta reconstrución debe ser perfecta de entrada con el fin de evitar que se alargue el período de isquemia. Se controlará sistemá- ticamente antes del cierre mediante un control Doppler pero- peratorio y. ante la menor duda, se rehará. CU1DADOS POSTOPERATOR10S Se trata de una cirugía mayor con una tasa de mortalidad de un 5-10% y de complicaciones del 30-50%, cifras signifi- cativamente más elevadas que en la hepatectomía mayor en un hígado sano. Las repercusiones quirúrgicas combinan las de una hepatectomía mayor en un hígado de colestasis con. en ocasiones.infección de la bilis y de una anastomosis bilio- digestiva. Será preciso hidratar correctamente al paciente, prevenir los episodios sépticos mediante un tratamiento anti- biótico adaptado (con frecuencia la bilis está infectada por gér- menes gramnegativos, sobre todo en caso de opacificación biliar preoperatoria por vía retrógrada) y prevenir una posi- ble insuficiencia renal. El riesgo notable de la cirugía de exé- resis de los eeH reside en que se produzca una insuficiencia hepática postoperatoria por un volumen hepático residual insu- ficiente. sobre todo si el tiempo de isquemia necesario para una reconstrucción vascular asociada es prolongado. Este riesgo aumenta por la necesidad de transfusiones pero- peratorias masivas, la desvascularización parcial yatrogénica del hígado residual y por la aparición de un estado séptico perioperatorio. Sobre todo influye la existencia de una coles- tasis mayor asociada y de un hígado residual ya insuficiente en la volumetría hepática preoperatoria. Asimismo, si se prevé una hepatectomía mayor se prevendrán eficazmente estos 131 133 https://booksmedicos.org 132 dos factores de riesgo en el período preoperatorio realizando un drenaje biliar eficaz del hígado que permanece tras la resec- ción hepática y de una embolización portal del hígado que se resecará. En el período postoperatorio se buscarán sistemática- mente los signos clínicos (encefalopatía, flapping, etc.) y bioló- gicos (pruebas hepáticas, de coagulación, incluido el factor V y el ácido láctico) de insuficiencia hepática. Además, será pre- ciso evitar prescribir cualquier medicación potencialmente hepatotóxica. Un tratamiento antibiótico perioperatorio ser- virá para reducir el riego de angiocolitis. Bibliografia [1] NEUHAUS P, JONAS S, BECHSTEIN WO et al. Extended resections for hilar cholangiocarcinoma. Ann Surg 1999, 230: 808- 819. [2] JARNAGIN WR, FONG Y, DEMATIEO RP et al. Staging, resec- tability, and outcome in 225 patients with hilar cholangio- carcinoma. Ann Surg 2001, 234: 507-519. [3] GERHARDS MF, Vos P, VAN GULlK TM et al. Incidence of benign lesions in patients resected for suspicious hilar obs- truction. Br JSurg 2001, 88: 48-51. [4] BISMUTH H, CORLETIE MB. Intrahepatic cholangioenteric anastomosis in carcinoma of the hilus of the liver. Surg Gyn Obstet 1975,140: 170-178. [5] BISMUTH H, NAKACHE R, DIAMOND T. Management strate- gies in resection of hilar cholangiocarcinoma. Ann Surg 1992,215: 31-38. [6] MADARIAGA JR, IWATSUKI S, TODO S et al. Liver resction for hilar and peritoneal cholangiocarcinoma: a study of 62 cases. Ann Surg 1998,227: 70-79. 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Resección quirúrgica de los colangiocarcinomas hiliares Asimismo, se evaluarán con precisión el aspecto y el volu- men del líquido de drenaje tanto en el plano cualitativo (san- gre, bilis, ácido) como cuantitativo. Por último, es frecuente que se produzcan colecciones después de este tipo de cirugía asociada muy a menudo con una «limpieza» ganglionar gene- ralizada. Si no hay una sobreinfección asociada es habitual su remisión. En cambio, la aparición en el postoperatorio de sig- nos clínicos y biológicos de sepsis debe hacer descartar un abs- ceso intraperitoneal profundo, requiriendo así un drenaje percutáneo radioguiado o quirúrgico. [11] KITAGAWA Y, NAGINO M, KAMIYA Jet al. Lymph node metas- tasis from hilar cholangiocarcinoma : audit of 110 patients who underwent regional an paraaortic node dissection. Ann Surg 2001,233: 385-392. [12] SAKAMOTO E, NIMURA Y, HAYAKAWA N et al. The pattern of infiltration at the proximal border of hilar bile duct carci- noma. 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