Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Técnicas de conservación del esfínter 116 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER INDICACIONES La conservación del esfínter anal tras la exéresis rectal lleva implícito el restablecimiento de la continuidad digestiva y cons- tituye, tras el control local y la conservación de las funciones ge- nitourinarias, el tercer objetivo del tratamiento quirúrgico de los cánceres del recto. Aunque la conservación del esfínter es acon- sejable en la mayoría de los pacientes, existen ciertas contrain- dicaciones, que pueden estar relacionadas con el estado del en- fermo: ancianos, pacientes encamados, con alto riesgo quirúrgico o que presenten una incontinencia anal de larga evolución. En estos casos concretos, aunque el esfínter sea conservable, es pre- ferible realizar una intervención de Hartmann en lugar de una amputación para facilitar el postoperatorio y la comodidad del paciente. Las contraindicaciones para la conservación del esfínter rela- cionadas con el cáncer dependen, sobre todo, de la altura tu- moral respecto al margen anal y al aparato esfinteriano. En la actualidad, se considera que se requiere un mínimo de 2 cm en- tre el tumor y el borde superior del esfínter para poder garanti- zar una exéresis oncológica y conservar el ano (fig. 16.1). De este modo, los cánceres de la porción inferior del recto, definidos por aquellos tumores cuyo polo inferior se encuentre a menos de 5 cm del margen anal o a menos de 2 cm del esfínter anal, suponen una contraindicación para la conservación esfinteriana y deben tratarse mediante una amputación abdominoperineal. No obstante, en algunos casos se verá que puede restablecerse la continuidad si se sacrifica una parte del aparato esfinteriano. DESCENSO Y PREPARACIÓN DEL COLON Las técnicas de conservación esfinteriana y de restablecimien- to de la continuidad recurren a procedimientos de sutura ma- nual y mecánica que anastomosan el colon al recto o al ano. Se realizan por una vía abdominal exclusiva o combinada con un acceso transanal. La primera fase, que es esencial y común a cualquier procedimiento de reconstrucción, es la preparación del colon. Éste debe tener una vascularización adecuada y des- cender sin tensión hasta la pelvis para realizar una anastomosis con total seguridad. La ligadura de la arteria mesentérica inferior en su origen, con sección de la arteria cólica superior y conservación de la ar- cada marginal, permite descender el colon izquierdo sin tensión vascular hasta la pelvis (v. fig. 16.1). Si la longitud del colon no es suficiente, a pesar de la movilización completa del colon iz- quierdo y las secciones vasculares precedentes, se debe ligar la arteria cólica media para liberar en su totalidad el colon trans- verso. Esta maniobra se precede de una prueba de clampaje me- diante una pinza vascular durante 1 minuto, para asegurarse de la existencia de una arcada de Riolano adecuada. La viabilidad del colon que se va a anastomosar se evalúa por el color rosado de la pared cólica, por la presencia de una ar- cada de Riolano pulsátil y, llegado el caso, por la presencia de una hemorragia de color rojo intenso al seccionar una franja epiploica. Puede ser necesario realizar una sección cólica para obtener un colon bien vascularizado. Con el fin de efectuar una anastomosis en buenas condiciones, a la vez que se conserva la vascularización de la pared digestiva, el colon debe denudarse a lo largo de 5-10 mm en su parte terminal. El descenso del colon a la pelvis puede efectuarse de varios modos (fig. 16.2). El descenso lateromesentérico izquierdo es el más sencillo. El colon transverso y el descendente se orientan en vertical hacia abajo, recubriendo la aorta y el uréter izquier- do. En caso de mesenterio grueso y de colon corto, puede rea- lizarse un descenso transmesentérico según el procedimiento de Toupet. Se abre una ventana peritoneal a la derecha de la ar- teria mesentérica superior y bajo la arteria cólica superior de- recha para pasar el colon bajo la última asa ileal. Por último, si se han resecado la totalidad del colon izquierdo y una parte del transverso por motivos vasculares o por una enfermedad intes- tinal, suele ser obligatorio ligar la arteria cólica superior dere- cha para permitir el descenso del colon transverso derecho a la pelvis. Margen distal. Una distancia mínima de 2 cm entre el polo inferior del tumor y el borde superior del esfínter anal permite plantear una cirugía conservadora esfinteriana. 16.1 La mejor forma de descender el colon derecho es efectuar una transposición de 180° alrededor del eje vascular ileocólico se- gún la técnica de Deloyers (fig. 16.2). La parte superior del colon ascendente bascula hacia abajo y hacia delante, mien- tras que el ciego se encuentra frente al hígado. 2 cm 117 Técnicas de conservación del esfínter ANASTOMOSIS COLORRECTAL MANUAL Está indicada en caso de exéresis parcial del mesorrecto, que se ha seccionado con anterioridad. El ayudante sujeta el recto- sigma tumoral hacia atrás y hacia arriba con la mano izquierda (fig. 16.3), mientras se coloca una pinza bajo el tumor. El moco contenido en el muñón rectal se elimina por una sonda trans- anal para evitar la contaminación intraoperatoria durante la aper- tura del recto. El cirujano permanece situado a la izquierda del paciente. La hemicircunferencia anterior del recto se secciona con tijeras o con bisturí eléctrico. Para exponer el recto se co- locan tres puntos, dos laterales y uno anterior, tras lo que tam- bién se secciona la hemicircunferencia posterior. Puede aplicarse un cuarto punto de exposición posterior. La pieza quirúrgica se ex- tirpa, el tumor se estudia y, si el borde distal es suficiente, se planifica la anastomosis. Como el recto suele ser más ancho que el colon, no es frecuente que pueda realizarse una anastomosis colorrectal de tipo término-terminal. Además, este tipo de anas- tomosis no es sencillo, porque la adiposidad cólica suele repre- sentar un obstáculo para suturar el lado mesocólico. Por tanto,© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Modos de descenso cólico. a. Descenso lateromesentérico izquierdo. b. Descenso transmesentérico. c. Descenso por transposición ileocecal. 16.2 a b c 118 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER se realiza una anastomosis de tipo lateroterminal. Tras cerrar el colon mediante una grapadora de sutura lineal, se expone me- diante dos hilos y después se abre en longitudinal a lo largo de su borde antimesentérico a 2 cm de la zona de grapado ter- minal (fig. 16.4a). Hay que tener cuidado de no realizar una incisión demasiado larga, porque el colon es fácilmente exten- sible. La anastomosis colorrectal se realiza con puntos sueltos de hi- los de reabsorción lenta de tipo monofilamento de 4/0, coloca- dos cada 5 mm. El plano posterior se realiza en primer lugar y los puntos se anudan en el interior. Los hilos se pasan primero por el colon y después por el recto, y se dejan referenciados con una pinza, sin anudarlos (fig. 16.4a). El punto es por completo extramucoso en el recto y extramucoso en el colon. Un punto completamente extramucoso atraviesa la totalidad de la pared digestiva antes de reintroducirse en la submucosa para dejarla libre. De este modo, permite reforzar la sutura tradicional ex- tramucosa de la pared posterior del recto, que está desprovista de serosa. Los hilos se dejan referenciados por una pinza y dis- puestos en el orden que se han pasado, unos sobre los otros, separados por una compresa. La anastomosis se inicia a la de- recha, lo que permite colocar los hilos de referencia con las com- presas en el lado del ayudante. Una vez terminado el plano pos- terior, el colon se desciende contra el recto y los hilos se anudan, comenzando por la izquierda. El ajuste de los hilos es una fase complicada,porque debe realizarse sin tensión excesiva y sin tracción, para evitar un desgarro de la pared posterior del rec- to, que suele pasar desapercibido, y que puede provocar una fístula anastomótica. El plano anterior suele ser más sencillo de realizar, por lo que puede confeccionarse de la misma manera, pasando los hilos antes de ajustarlos, o bien apretándolos de entrada uno tras otro. Para el plano anterior, los hilos se anudan en el exterior (fig. 16.4b). ANASTOMOSIS COLORRECTAL MECÁNICA La anastomosis colorrectal mecánica es útil cuando no puede realizarse de forma manual debido a las dificultades de exposi- ción. Su principal indicación es el restablecimiento de la conti- nuidad por vía abdominal tras la exéresis total del mesorrecto. El objetivo de la técnica es cerrar en principio el recto mediante un grapado lineal y después realizar una anastomosis colorrectal que atraviesa la sutura rectal. Grapado del muñón rectal Tras la movilización del recto, se coloca una pinza bajo el tumor y se realiza un lavado transanal del recto (fig. 16.5), con Lavado transanal del recto tras la colocación de una pinza bajo el tumor para evitar una recidiva anastomótica. 16.3 Anastomosis colorrectal. a. El plano posterior de la anastomosis se realiza en primer lugar. Los puntos se pasan del lado del ayudante hacia el del cirujano antes de ajustarse. b. El plano anterior se anuda de entrada y en el exterior. 16.4 a b 119 Técnicas de conservación del esfínter suero fisiológico mezclado con povidona yodada mediante una jeringa de 50 ml. Su objetivo es eliminar posibles fragmentos tumorales libres y viables que puedan quedar atrapados en la sutura rectal y ocasionar una recidiva anastomótica. El cierre del muñón rectal situado por debajo de la pinza se realiza con una grapadora mecánica de sutura lineal (TA 45-60 mm o RL/TX 60 mm) bajo control visual y manual (fig. 16.6). Una vez grapado el recto, se secciona con un bisturí de hoja fría por de- bajo de la pinza, en la proximidad de la línea de grapas. El grapado del recto es difícil en ocasiones. Hay que precisar algunos detalles técnicos. En primer lugar, es obligatorio lograr una exposición óptima de la pelvis. Para ello, en ocasiones hay que utilizar un juego de tres valvas (una medial y dos laterales) para separar y ver de forma adecuada. Las valvas deben ser pro- fundas, anchas o estrechas, en función de cada paciente. A par- tir del momento en el que se coloca una pinza por debajo del tumor, no hay que dudar en traccionar de dicha pinza para ten- sar el recto, lo que facilita la colocación de la grapadora lineal. Por último, puede pedirse al ayudante colocado entre las pier- nas que empuje con el puño cerrado sobre el periné, para ha- cer ascender al recto y horizontalizar los elevadores, lo que fa- cilita el descenso de la pinza. En segundo lugar, hay que escoger de forma adecuada la grapadora. El mango debe ser lo bastante largo para descender en la pelvis sin verse obstaculizado por los separadores abdominales, lo que suele suceder con la mayoría de las grapadoras de última generación. La longitud de las pun- tas de la grapadora debe adecuarse al tamaño del recto que vaya a suturarse y, por tanto, más o menos al tamaño de la pin- za. Deben evitarse unas puntas demasiado estrechas que su- pongan un riesgo de fruncir o plegar el recto y hacer una sutura© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Anastomosis colorrectal manual. La pared rectal se secciona bajo la pinza, primero en su cara anterior y después en su cara posterior para preparar la anastomosis colorrectal manual. 16.5 a. Cierre del recto bajo el tumor mediante una grapadora lineal. b. Grapado cruzado del recto con dos suturas de 30 mm en caso de que la pelvis no admita una grapadora ancha. 16.6 a b 120 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER de mala calidad. Del mismo modo, hay que evitar unas puntas de- masiado anchas respecto a la pelvis, lo que conllevaría un peligro de traumatizar los elementos que se han intentado conservar du- rante la disección. La grapadora Roticulator, gracias a los movimientos de angu- lación (60º) y de rotación (320º) de sus extremos de grapado, es un instrumento adaptado a la pelvis. Cuando el muñón rec- tal es más ancho que la grapadora que pueda caber en la pel- vis, y si persiste la indicación de una sutura mecánica, hay dos soluciones. La primera consiste en continuar la disección más hacia abajo para grapar el ano, que es más estrecho, con una grapadora de 30 mm. La segunda solución es realizar un gra- pado cruzado del recto, efectuando dos grapados de sutura li- neal de 30 mm que se solapan para asegurar un grapado com- pleto (fig. 16.6b). Finalmente, como último recurso, puede emplearse una grapadora lineal laparoscópica (endo-GIA o Flex) que es muy poco voluminosa y ofrece todas las posibilidades de rotación. Esta grapadora, cuyos extremos de grapado se en- cuentran en el mismo eje que el mango, permite también un grapado convencional transversal, así como uno de tipo sagital o anteroposterior del recto, que a veces es más fácil de realizar. Doble grapado del recto La dificultad para grapar el recto también puede provenir de la imposibilidad de pasar una grapadora bajo la pinza. Si el pa- ciente ha sido sometido a radioterapia con anterioridad, la par- te vegetante del tumor se ha sustituido por una úlcera cicatri- cial y el riesgo de incarceración de un fragmento tumoral en la sutura es muy bajo. En este caso, puede retirarse la pinza justo antes del grapado. En las demás circunstancias, se debe realizar por seguridad un doble grapado del recto. El primero, que se efectúa a distancia del tumor, sustituye a la pinza y permite la- var el muñón rectal. El segundo grapado, realizado 1 cm más abajo, constituye la localización de la futura anastomosis. La sec- ción rectal se realiza a ras del grapado más distal. Dificultades intraoperatorias: dehiscencia del muñón rectal La dehiscencia del muñón rectal tras el grapado es un fraca- so técnico. Debe sospecharse ante cualquier hemorragia prove- niente de la línea de grapas. Una hemorragia mínima que pro- venga de los extremos laterales del grapado es benigna y debe tratarse mediante un punto en U en cada extremo de la sutura. Una hemorragia moderada proveniente de la parte media de la sutura se debe a un grapado incompleto. La dehiscencia del mu- ñón o grapado incompleto se confirma mediante la introduc- ción de un dedo a través del ano, con su aparición inmediata en la pelvis. El grapado incompleto suele deberse a unos teji- dos demasiado gruesos, sobre todo tras radioterapia. En primer lugar, debe intentarse recuperar el muñón rectal mediante hi- los de tracción, reanudar la disección hacia abajo, asegurarse de que la pared rectal está totalmente desprovista de su meso, e intentar un nuevo grapado utilizando un cargador adaptado a los tejidos gruesos (cargador verde o cierre de grapas de 2 mm). En caso de imposibilidad técnica se debe convertir en una anas- tomosis coloanal. Bolsa de tabaco cólica Existen dos tipos de grapadora de sutura circular, la PCEEA y la CDH (fig. 16.7). El principio es idéntico para ambas. Cada instrumento tiene un mango ligeramente curvo para adaptarse a la concavidad sacra y permitir ascender a lo largo del recto. El extremo distal de la pinza, o cargador, contiene una cuchilla circular y una doble fila de grapas en filas paralelas e imbrica- das. El cargador también contiene un eje provisto de un vásta- go que permite perforar la sutura rectal y después fijarse al ca- bezal, que es la parte móvil de la grapadora. La parte distal del colon se secciona para realizar una bolsa de tabaco e introducir el cabezal de la grapadora (fig. 16.8). La bolsa se confecciona con una sutura continua de hilo de poli- propileno de 2/0, que sutura todo el grosor de la pared cólica. También puede realizarse con una jareteadora. La anastomosis debe tener el calibre másancho posible. Suele utilizarse un ca- bezal de 31 mm para la PCEEA y de 29 mm para la CDH. El co- lon se calibra y, si es necesario, se dilata con suavidad con una torunda montada o con una bujía de Hégar para admitir el ca- bezal. La bolsa de tabaco se ajusta lo más cerca posible del cabe- Por tanto, debe evitarse a toda costa pasar una pinza de modo forzado por las paredes laterales, para no correr el riesgo de lesionar los vasos hipogástricos y, sobre todo, de arrancar los nervios presacros. Grapadoras circulares.16.7 121 Técnicas de conservación del esfínter zal y el hilo se corta para que no quede atrapado por una gra- pa. Durante el ajuste, hay que asegurarse de la ausencia de in- vaginación mucosa, lo que provocaría la realización de una bol- sa incompleta. Anastomosis a través de la sutura La anastomosis a través de la sutura se realiza según la técni- ca de Knight y Griffen, en la que la pinza circular debe recortar la sutura rectal. El cargador se lubrica previamente y después el cirujano perineal lo introduce con suavidad a través del con- ducto anal en la porción inferior del recto. En caso de dificul- tad es mejor realizar una dilatación moderada que forzarlo. La dilatación se efectúa mediante bujías de Hégar de diámetro pro- gresivo, deteniéndose justo antes del diámetro de la grapado- ra. En caso de dificultades extremas, la colocación de cuatro hi- los de tracción en el borde anal permite tensar y abrir el conducto anal, lo que evita que se desplace al empujar la gra- padora. El trocar atraviesa la sutura rectal controlado por el ci- rujano abdominal, quien a veces debe utilizar su mano izquier- da para guiar la grapadora perineal en el eje correcto. El trocar debe pasar ligeramente (5 mm) por delante de la línea de gra- pas (fig. 16.9a). La salida a través de la línea de grapas puede desgarrar la sutura rectal, mientras que si sale a demasiada dis- tancia de la línea de grapas expone a una zona isquémica en- tre las dos suturas lineal y circular. Una salida posterior es a ve- ces hemorrágica al estar próxima al meso. Si el cirujano abdo- minal realiza una contrapresión con la mano, o mediante una torunda montada, sobre el recto frente a la línea de grapas se facilita la salida atraumática del vástago a través del recto. El eje del cabezal se encaja en el del vástago y la grapadora se cierra girando las aletas de su empuñadura. El cierre se de- tiene cuando las paredes cólica y rectal se comprimen, es decir, una vez que aparece la referencia verde en la ventana de la ale- ta. Durante el cierre, se verifica que no se haya atrapado la pa- red vaginal posterior mediante una valva abdominal que re- chaza la vagina y con una mano se comprueba la ausencia de interposición de franjas epiploicas. La activación de la empu- ñadura secciona el recto y permite el grapado circular entre el colon y el recto (fig. 16.9b). El cirujano perineal extrae la gra- padora después de haber aflojado la aleta mediante tres se- mivueltas y después tirando progresivamente, pero con sua- vidad, hacia el exterior, a la vez que se realiza un movimiento de la muñeca en forma de 8. La liberación de la pinza a tra- vés de la anastomosis se ve facilitada por la basculación del ca- bezal tras aflojarlo (fig. 16.10a).© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Introducción del cabezal. El cabezal se separa de la grapadora y después se introduce en el colon tras haber realizado una bolsa de tabaco en su parte distal. 16.8 a. Transfixión rectal del vástago. b. Cierre y grapado circular. 16.9 a b 122 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER Estanqueidad de la anastomosis La integridad y la hermeticidad de la anastomosis se verifican mediante un tacto rectal, una exploración de los rodetes diges- tivos y una prueba con aire. La anastomosis está íntegra si se percibe de forma circular en el tacto endoanal y si los rodetes cólico y rectal están completos (fig. 16.10b). De forma ideal, el rodete rectal debe contener algunas grapas de la sutura lineal del recto para estar seguros de que se ha realizado una transfi- xión del recto en el punto adecuado. Debe realizarse una prue- ba de estanqueidad con aire de forma sistemática, y con más razón si los rodetes están incompletos. El cirujano perineal in- troduce una sonda de Foley a través del ano e inyecta 50 ml de aire. El que está situado en el lado abdominal ha clampado pre- viamente el colon supraanastomótico, ha rellenado la pelvis de agua y observa el posible ascenso de burbujas de aire (fig. 16.11). Si se diagnostica una fuga, su localización exacta puede facili- tarse mediante la inyección transanal de suero con azul de me- tileno. La anastomosis se refuerza con uno o dos puntos y se rea- liza una nueva prueba de estanqueidad. ANASTOMOSIS COLOANAL Indicaciones La anastomosis coloanal consiste en la sutura manual del co- lon al ano por vía transanal. Está indicada ante la imposibilidad de realizar una sutura mecánica por vía abdominal debido a mo- tivos técnicos (pelvis demasiado estrecha o profunda), u onco- lógicos (tumor demasiado próximo al esfínter anal). Una vez que se ha disecado el recto, hay que asegurarse de la imposibilidad de realizar un grapado rectal después de haber intentado todas las maniobras técnicas descritas en el párrafo precedente, y se plantea la anastomosis coloanal. La palpación combinada con una mano en la pelvis y un dedo intrarrectal permite decidir cómo seccionar la porción inferior del recto: por vía abdominal si puede colocarse una pinza bajo el tumor, o por vía transanal en el caso contrario. Exposición La técnica de anastomosis coloanal descrita por Parks en 1972 requiere una doble vía de acceso, abdominal y perineal. Para facilitar la fase perineal, el paciente se coloca de forma que pue- da realizarse una flexión y una abducción máximas de los miem- bros inferiores, a la vez que se conserva la asepsia y el acceso al abdomen. Los miembros inferiores se envuelven con paños de forma aislada y se coloca una mesa de instrumental entre las piernas del paciente durante la fase perineal. Puede ser útil em- plear un fotóforo frontal. El conducto anal se expone mediante un separador de tipo Lone Starr, que permite una exposición ex- celente y atraumática de todo el conjunto del conducto anal (fig. 16.12). La colocación de 6-8 bandas elásticas de tracción a. Tras aflojar la grapadora, la basculación del cabezal facilita la liberación del instrumento a través de la anastomosis. b. Los rodetes cólico y rectal se exploran tras aflojar la grapadora. Deben estar completos para asegurar una anastomosis de buena calidad. 16.10 Prueba de estanqueidad de la anastomosis mediante la inyección de 50 ml de aire por el ano con una sonda. 16.11 Si las condiciones no permiten lograr una anastomosis estan- ca, la elección entre un drenaje simple con estoma de protec- ción y la realización de una nueva anastomosis mecánica o la conversión en una anastomosis coloanal depende del tamaño del defecto y de las condiciones anatómicas. a b 123 Técnicas de conservación del esfínter sobre el margen anocutáneo evierte el ano y desciende la mu- cosa rectal. Este separador también permite exponer los hilos que se habían dejado a la espera. Los otros separadores de tipo Gelpi o Parks nos parecen traumáticos o poco cómodos, con el inconveniente de que ofrecen una exposición que en ocasiones es reducida y la necesidad de cambiarlos de posición durante la anastomosis. Mediante cuatro puntos cutáneos simples, ajusta- dos entre el periné y el margen anal, es posible también expo- ner el ano, pero en este caso también de forma subóptima. Mucosectomía rectal La mucosa del recto restante se escinde por vía transanal para realizar una anastomosis sobre la línea pectínea. La incisión de la mucosa rectal comienza justo por encima de dicha línea. Se realiza una incisión circular con tijeras o con bisturí eléctrico. La mucosa se levanta con una pinzay la submucosa se diseca has- ta la sección rectal (fig. 16.12). La disección entre la submuco- sa y la capa muscular interna se realiza en un plano avascular que se identifica con facilidad gracias a las fibras de color blan- co del esfínter interno, que debe conservarse. Esto puede faci- litarse gracias a la inyección previa de lidocaína con adrenalina. La ablación de la mucosa rectal suprapectínea tiene dos venta- jas: facilitar la anastomosis transanal gracias al descenso del co- lon a la línea pectínea y conservar el esfínter anal interno. La longitud del manguito rectal que debe conservarse no es de- masiado extensa, 1 cm por encima de la línea pectínea basta para conservar la práctica totalidad del esfínter interno en la ma- yoría de los pacientes. Anastomosis coloanal La descripción que sigue a continuación corresponde a la de una anastomosis coloanal término-terminal. El colon, que se ha cerrado previamente durante la fase de exéresis rectal, se des- ciende hasta el ano con dos hilos de tracción (fig. 16.13a). Si el colon desciende con dificultad debido a un meso grueso, una incisión en la parte posterosuperior del muñón rectal permite ampliar el paso. En caso de ligera tensión del colon, se fija me- diante dos puntos seromusculares a los músculos elevadores, a 4 cm por encima de su extremo distal. La anastomosis se reali- za con hilo reabsorbible de 2/0, de forma que los puntos cojan la totalidad de la pared, con la capa mucosa y muscular (esfín- ter interno) en el conducto anal y la pared seromuscular en el colon. La realización de la anastomosis se facilita gracias a la co- locación de cuatro puntos cardinales de exposición que se dispo- nen sobre el separador de tipo Lone Starr (fig. 16.13b). La cara an- terior del colon se incide y se coloca un primer hilo a las 12 y después otros dos a las 3 y a las 9. Después se incide la cara pos- terior del colon y se coloca un cuarto hilo de exposición a las 6. La anastomosis se continúa mediante la adición de 3-4 puntos en cada cuadrante. Los hilos se anudan en el interior del conduc- to anal. Para facilitar el paso de los puntos al interior del con- ducto anal, el ayudante rechaza con un instrumento la cara opuesta del cuadrante que se va a suturar. RESECCIÓN INTERESFINTERIANA Fundamentos La técnica de resección interesfinteriana es una alternativa a la amputación abdominoperineal. Se aplica a los cánceres de la por- ción inferior del recto, donde el margen distal sea inferior a 2, o© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Anastomosis coloanal. a. El ano se expone mediante el retractor Lone Starr. b. La mucosectomía rectal se inicia por encima de la línea pectínea. 16.12 a b 124 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER incluso a 1 cm respecto al esfínter anal. En este caso, está per- mitido conservar el esfínter si se acepta el sacrificio de una parte del aparato esfinteriano: el esfínter anal interno. Por tanto, el con- cepto de la cirugía conservadora es distinto al concepto tradicio- nal. El límite ya no es la distancia entre el polo inferior del tumor y el borde superior del esfínter anal, sino la existencia de una in- filtración del esfínter externo estriado. Por tanto, la única con- traindicación a la técnica es la infiltración del esfínter externo, sos- pechada en el tacto rectal y confirmada por la ecografía endoanal. El fundamento de la técnica se basa en el hecho de que el cán- cer rectal se desarrolla en las estructuras viscerales, es decir, el rec- to y después el esfínter interno que está en continuidad, así como en la existencia de un plano embriológico de fusión entre las es- tructuras viscerales y los músculos estriados del suelo pélvico, el esfínter anal externo y los músculos elevadores del ano. El obje- tivo es extirpar en monobloque el recto y el esfínter interno, con- servando las estructuras estriadas circundantes (fig. 16.14). a. Descenso cólico. El colon se desciende a través del recto desprovisto de mucosa para suturarse por vía transanal a la línea pectínea. b. Anastomosis coloanal que se inicia mediante cuatro puntos cardinales, y después se añaden 2-3 puntos en cada cuadrante. 16.13 a PR EE EI b Técnica de resección interesfinteriana (RIE). El plano de disección discurre entre el esfínter interno (EI) y el aparato esfinteriano estriado, formado por el esfínter externo (EE) por abajo y el músculo puborrectal (PR) por arriba. La RIE es parcial si se reseca la mitad superior del esfínter interno y total si se reseca todo el esfínter interno. 16.14 Método para evaluar la distancia entre el tumor y el aparato esfinteriano (fig. 16.15) El paciente se explora en decúbito supino y después en decú- bito lateral izquierdo, con los miembros inferiores flexionados. El dedo índice se introduce en el ano y con la yema se deter- mina el polo inferior del tumor, es decir, la zona de anclaje del tumor en la pared rectal sin rechazar la lesión. El índice de la otra mano se coloca contra el borde inferior del conducto anal y en perpendicular al anterior. La distancia entre la yema del primer dedo y el eje del segundo determina la distancia entre el tumor y el margen anal o anocutáneo (T1). Esto es lo que se denomina tacto rectal estático. 125 Técnicas de conservación del esfínter Fase abdominal La exposición es idéntica a la de una anastomosis coloanal, con un acceso combinado abdominal y perineal. El recto se di- seca lo más abajo posible hasta el suelo de la pelvis. Se debe seccionar el ligamento rectosacro para acceder al espacio su- praelevador y alcanzar la unión anorrectal por detrás. Si la ex- posición es favorable, el espacio interesfinteriano posterior pue- de abrirse en sentido superior al incidir la aponeurosis pélvica. En sentido anterior, la disección se dirige hasta el vértice de la próstata y a la parte baja de la vagina, hasta el momento en el que las adherencias con el aparato esfinteriano anterior impi- dan descender más. Con excepción de algunos casos favorables, donde puede realizarse una resección interesfinteriana alta o parcial (exéresis de la parte superior del esfínter interno) por vía abdominal, la mayoría de los tumores de la unión anorrectal se trata mejor por una disección perineal, porque al realizarse de forma visual y anatómica se controla mejor. Fase perineal Incisión circular del conducto anal El ano se expone con un separador de Lone Starr. Una compre- sa pequeña se introduce en el ano para evitar la contaminación séptica o tumoral intraoperatoria. La primera fase de la operación consiste en la realización de una incisión circular en la totalidad de la pared interna del conducto anal, incluyendo la mucosa, la submucosa y la capa muscular (fig. 16.16). La incisión se realiza con el bisturí eléctrico, permaneciendo en perpendicular a la pa- red digestiva. En teoría, la pared interna queda incidida por com- pleto cuando se ha franqueado el esfínter interno, de color blan- co, y se descubren las fibras de color marrón del esfínter externo. No obstante, esta diferencia de color se encuentra ausente tras la radioterapia debido a la fibrosis cicatricial. En la práctica, se tie- ne la seguridad de haber incidido por completo el esfínter inter- no cuando el recto se retrae hacia arriba. El nivel de la incisión en el conducto anal depende de la si- tuación del tumor. El objetivo es obtener un margen infratu- moral de 2 cm. El nivel de incisión se define respecto al margen anal o a la línea pectínea y antes de la radioterapia para no in- fraevaluar la lesión tras el tratamiento y arriesgarse a cortar a tra- vés del tumor. Para las neoplasias situadas en la unión anorrec- tal y que no infiltren el esfínter interno (entre 3,5 y 4,5 cm del margen anal), se realiza una resección interesfinteriana parcial. La incisión se inicia en la línea pectínea y se reseca la mitad su- perior del esfínter interno. En los tumores que infiltren el esfín- ter interno (<3 cm del margen anal) serealiza una resección in- teresfinteriana total. La incisión se inicia a 1-2 cm por debajo de la línea pectínea, a 5-10 mm del margen anocutáneo y se reseca la totalidad del esfínter interno. Disecciones posterior y laterales La disección en el espacio interesfinteriano, entre los esfínte- res interno y externo, se realiza en un plano anatómico y avas-© E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. RIE parcial RIE completa Palpación tumoral. El tacto rectal con la yema del dedo índice permite evaluar la distancia respecto al aparato esfinteriano y la movilidad tumoral. La distancia exacta del tumor respecto al margen anal o al borde superior del anillo esfinteriano se mide ayudándose del otro dedo índice. 16.15 Al pedir al paciente que contraiga el ano, la yema del índice contacta con el borde superior del conducto anal quirúrgico, definido por la zona de alta presión presente sobre toda la cir- cunferencia. Esta maniobra es el tacto rectal dinámico. La co- locación del segundo índice determina la longitud del conduc- to anal (T2). La distancia teórica entre el tumor y el borde superior del conducto anal (T1 menos T2) se compara con la distancia real apreciada mediante un movimiento de flexión- extensión del índice. Si el grosor del índice puede interponer- se entre el tumor y el esfínter, esta distancia es de al menos 1 cm. La distancia respecto a la línea pectínea es secundaria, porque la altura de dicha línea en el conducto anal varía en fun- ción de las personas. 126 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER cular. Se efectúa con tijeras y cuadrante a cuadrante. Se inicia en la región posterior, porque a ese nivel el esfínter externo y los músculos elevadores son más gruesos, lo que facilita la di- sección. Con una pinza de Babcock se coge la pared posterior del conducto anal, que se acaba de seccionar y que se retrae hacia arriba. La pinza tracciona del tubo digestivo hacia el ex- terior y hacia delante (parte superior del campo quirúrgico pe- rineal) y el espacio interesfinteriano posterior se abre con las ti- jeras (fig. 16.17). La colocación de un separador de Farabeuf, que rechaza hacia atrás el margen anocutáneo con el conducto anal residual, y la orientación horizontal de las tijeras facilitan el descubrimiento del espacio interesfinteriano. La disección se continúa unos centímetros y después la pinza de Babcock se des- plaza sobre una de las caras laterales del conducto anal. El se- parador de Farabeuf reclina el esfínter externo ya disecado y se continúa la disección sobre las caras laterales del espacio inter- esfinteriano (fig. 16.18). La disección se realiza del exterior hacia el interior y en senti- do posteroanterior, rodeando las fibras musculares del esfínter ex- terno y después del músculo puborrectal. Mientras la disección se mantenga cerca de las fibras musculares estriadas no existe un riesgo de perforar la pared digestiva ni el tumor. Al proseguir la disección a lo largo de una distancia de 3-5 cm en la mujer y de 5-8 cm en el varón, se alcanza la fase de disección abdominal. La conexión entre las disecciones abdominal y perineal requiere en ocasiones que se deprima con el dedo o con las tijeras la apo- neurosis pélvica que reviste los elevadores e incluso, en algunos casos, incidir la fascia rectosacra si su inserción baja no había per- mitido abrirla durante la fase abdominal (fig. 16.19). Incisión circular del conducto anal. El conducto anal interno se incide de forma circular a lo largo de todo su grosor 1-2 cm bajo el tumor. Su retracción indica la incisión completa del esfínter interno y el final de la disección en profundidad. 16.16 Disección posterior. La apertura del espacio interesfinteriano se realiza en la región posterior, traccionando hacia delante del recto que se ha incidido. 16.17 Disección lateral. El esfínter externo se rechaza mediante un separador y la disección se prosigue en la región lateral a lo largo de los músculos elevadores del ano. 16.18 La tracción del recto hacia arriba, asociada a la colocación de una mano en la pelvis por parte del cirujano abdominal, es útil para guiar el final de la disección realizada por el cirujano pe- rineal. 127 Técnicas de conservación del esfínter Disección anterior Una vez disecado el conducto anal en las tres cuartas partes de su circunferencia, se libera su cara anterior a lo largo de 1 cm, lo que permite cerrar el recto mediante una sutura continua. Esta precaución es útil, porque la disección anterior es más difícil debido a la presencia de adherencias naturales, lo que a ve- ces requiere maniobras de exposición digital, que pueden di- seminar el contenido rectal. Al contrario que las fases de di- sección posterior y lateral, no se aplica una tracción hacia el exterior en el recto, sino que se rechaza hacia el interior. La disección es prudente, se realiza con tijeras y siempre bajo con- trol visual. Se identifica el borde superior del esfínter externo y después se discurre a lo largo de la cara posterior de la prós- tata o de la vagina. Es necesario utilizar una valva anterior o dos valvas estrechas anterolaterales para que la exposición sea adecuada. La inclinación del paciente en posición de Trende- lenburg acentuada y una iluminación rasante son también in- dispensables. La disección a este nivel puede ser muy difícil si el conducto anal es largo o estrecho. La presencia de los pe- dículos vasculonerviosos cavernosos sobre los bordes postero- laterales de la próstata conlleva un riesgo de hemorragias y de lesión nerviosa. Su descubrimiento suele realizarse de for- ma involuntaria durante la disección. Si el tumor es posterior, debe darse prioridad a una disección anterior lo más cerca po- sible de la pared digestiva. Al contrario, si la neoplasia es an- terior, la exéresis debe pasar por la pared vaginal posterior o por la próstata para obtener un margen circunferencial peri- tumoral sano. En caso de necesidad, puede realizarse una exé- resis parcial del esfínter externo o de los elevadores si se pue- de reparar. ESTOMA DE PROTECCIÓN En la exéresis total del mesorrecto está indicado realizar un estoma de protección, seguido de una anastomosis colorrectal baja o coloanal, es decir, para las anastomosis situadas a me- nos de 5 cm del margen anal, debido al riesgo de fístula anas- tomótica, que es superior al 10% en esta situación. La protección puede ser una colostomía o una ileostomía de derivación. Un estomaterapeuta marca el sitio del estoma la vís- pera de la intervención mediante la inyección de azul de meti- leno en la dermis. En teoría, está situado a medio camino en- tre el ombligo y la cresta ilíaca, frente al borde externo de los músculos rectos del abdomen (fig. 16.20). Se ajusta después de haber explorado al paciente en bipedestación, sentado, en de- cúbito y en función de la ropa que suela utilizar. Debe evitar los pliegues y permitir que el paciente vea su estoma. En la prác- tica, el sitio del estoma suele estar situado en la región supraum- bilical más medial, sobre todo en los pacientes obesos. © E ls ev ie r. E s un a pu bl ic ac ió n M A S S O N . F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Incisión por vía abdominal de la fascia rectosacra y por vía perineal de la aponeurosis pélvica. Permite situarse en el mismo plano de disección anatómica cuando se combina una exéresis total del mesorrecto con una resección interesfinteriana. 16.19 Localización del estoma. La localización del estoma temporal se marca la víspera de la intervención. Por lo general, la situación es infraumbilical; en la práctica, suele situarse más arriba, sobre todo en caso de pared adiposa. 16.20 Durante la exposición transanal, se debe ser prudente y evitar la dilatación excesiva del conducto anal, que puede provocar una insuficiencia postoperatoria del esfínter externo. En caso de duda puede realizarse una miorrafia. La anastomosis co- loanaldebe asociarse a un reservorio cólico para compensar la pérdida del esfínter interno. 128 PROCTECTOMÍAS EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER La colostomía se realiza exteriorizando el colon transverso a través de los músculos rectos del abdomen. Se escinde un par- che cutáneo de 4 cm de diámetro, y la aponeurosis anterior de los rectos se incide en forma de cruz a lo largo de 6 cm de al- tura y 3 cm de ancho. Los músculos se dilaceran con separado- res de Farabeuf y se incide la aponeurosis posterior. En una co- lostomía lateral, el orificio parietal debe dejar pasar tres dedos para evitar una compresión isquémica del colon. Se pasa un lazo vascular alrededor del colon, entre la pared intestinal y la arca- da vascular de Riolano. El colon se exterioriza a través del ori- ficio parietal, traccionando del lazo y empujando el asa cólica con una mano situada en el abdomen. El colon se mantiene en la piel mediante una varilla que se retira el 8.º día postopera- torio (fig. 16.21). Tras el cierre de la laparotomía, se abre la co- lostomía mediante una incisión longitudinal y después se sutu- ra a la piel con puntos mucocutáneos para obtener una cicatrización por primera intención. La ileostomía lateral es una alternativa a la colostomía late- ral. En el contexto de una anastomosis baja tras una exéresis to- tal del mesorrecto, el colon sigmoide irradiado se extirpa, y el colon izquierdo se utiliza para realizar un reservorio cólico y des- cender el colon al ano, aunque el colon transverso izquierdo no suele estar disponible para realizar un estoma. Una colostomía transversa derecha es ancha, por lo que es más difícil de ajus- tar y causa prolapsos, con una calidad de las heces casi idénti- ca a las de una ileostomía. Por último, la colostomía es más di- fícil de realizar y de cerrar desde el punto de vista técnico que una ileostomía. Por todos estos motivos, la ileostomía lateral nos parece más adecuada que la colostomía para proteger una anas- tomosis baja en una cirugía programada. Sus únicos inconve- nientes son la estenosis en caso de orificio parietal insuficiente y las pérdidas de líquidos excesivas en caso de trasgresión die- tética. El orificio cutáneo es de 2 cm y la apertura parietal debe de- jar pasar con facilidad dos dedos. El íleon se exterioriza 20 cm por encima de la válvula de Bauhin. El intestino se exterioriza, al menos, a lo largo de 5 cm de longitud para realizar una eva- ginación del asa productiva según el procedimiento de Turnbull (fig. 16.22). Esta «trompa» tiene por objetivo evitar el contacto entre la piel y el efluente ileal. Se realiza una incisión transver- sal en el lado del asa no productiva y después se coge la pared opuesta con una pinza de Babcock para evaginar el asa intesti- nal a lo largo de 2-3 cm. La mucosa se sutura a continuación a la piel, y la varilla cutánea sólo es necesaria en caso de pared adiposa. Si existe una estenosis ileal parietal, sospechada por un síndrome oclusivo asociado a un edema de la mucosa del esto- ma, la introducción de una sonda de Foley en el asa productiva a través de la pared abdominal permite superar el obstáculo. Colostomía lateral sobre varilla. El colon se exterioriza y se mantiene en la piel mediante una varilla. Se incide en sentido longitudinal y después se sutura de entrada a la piel. 16.21 Ileostomía lateral. Se realiza mediante la evaginación del asa productiva a lo largo de 3 cm para crear una trompa fácilmente adaptable. 16.22 4-6 cm
Compartir