Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
CAPÍTULO 205 Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1617 Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas INTRODUCCIÓN Este capítulo ofrece una introducción a las diferentes neoplasias hema- tológicas que se desarrollan con detalle en los siguientes capítulos de esta sección. Dado que la clasificación es compleja y que las neoplasias hematológicas constituyen una gran parte de las enfermedades de la especialidad, hemos considerado útil redactar el presente capítulo a modo de guion. Según la clasificación de la OMS, las neoplasias hematológicas pueden ser de origen mieloide o linfoide. NEOPLASIAS MIELOIDES Las neoplasias mieloides son procesos clonales de las células hemato- poyéticas. Existen cuatro grupos fundamentales, que se diferencian entre ellos en función de si: 1) las células proliferantes no maduran y, por tanto, se quedan estancadas en un estadio madurativo poco diferenciado, o 2) sí maduran. Cuando maduran, pueden hacerlo a su vez de forma eficaz, para dar lugar a un aumento de elementos sanguíneos, o de forma ineficaz, que provoca aborto intramedular y citopenias periféricas. Así, si las células no maduran, provocan leucemias mieloides agudas; cuando maduran de forma eficaz, originan neoplasias mieloproliferativas crónicas; si maduran de forma ineficaz, son causantes de síndromes mielodisplásicos. Final- mente, si la maduración es eficaz en una o dos líneas e ineficaz en las restantes, se originan las neoplasias mielodisplásicas/mielo- proliferativas. La clasificación de las neoplasias mieloides se recoge en el cuadro 205-1. Neoplasias mieloproliferativas crónicas Las neoplasias mieloproliferativas crónicas tienen su origen en una célula madre hematopoyética pluripotencial, por lo que suelen proliferar las tres series hematopoyéticas, aunque en distinto grado según el tipo. Las células malignas maduran adecuadamente, lo que conduce a un aumento en la médula ósea de granulocitos, eritroblastos o megacariocitos para producir en la sangre leucocitosis, poliglobulia o trombocitosis. La leucemia mieloide crónica se caracteriza por una proliferación de la serie granulocítica. Se asocia a la traslocación t(9; 22)(q34; q11.2), de la cual resulta un derivativo del cromosoma 22 conocido como cromosoma Philadelphia o simplemente Ph, y a una fusión de los genes BCR y ABL1. La proteína resultante de esta fusión, con actividad tirosín-cinasa incrementada, es suficiente por sí sola para causar la leucemia, que responde a fármacos con actividad antitirosín-cinasa. Por todo ello, la leucemia mieloide crónica constituye el paradigma de la identificación y clasificación de las neoplasias mieloides, y como consecuencia las restantes neoplasias mieloproliferativas crónicas clá- sicas se conocen como Philadelphia o Ph negativas. La policitemia vera se caracteriza por una proliferación princi- palmente de la serie roja, que se traduce en poliglobulia y síntomas relacionados. En la trombocitemia esencial prolifera la línea mega- cariocítica, que produce trombocitosis y clínicamente trombosis o, paradójicamente, hemorragia (las plaquetas aumentadas en número producen trombosis, pero además no funcionan adecuadamente, y causan también hemorragias). La mielofibrosis primaria se caracteriza por una proliferación de las tres líneas hematopoyéticas o panmielosis, junto con una producción anómala y exagerada de tejido conectivo que da lugar a la fibrosis medular intensa. Otras neoplasias mieloproliferativas crónicas son muy poco frecuen- tes e incluyen la leucemia neutrofílica crónica y la leucemia eosinofílica crónica. La clasificación de la OMS de las neoplasias mieloides comprende también las mastocitosis y, debido a sus características clínico-biológicas distintivas, la última revisión las considera una categoría independiente, por lo que han dejado de incluirse entre las neoplasias mieloprolife- rativas crónicas. Las neoplasias mieloides y linfoides que cursan con eosinofilia y algunos reordenamientos genéticos concretos son extremadamente raras y, debido a la asociación altamente específica entre los aspectos clínico-citológicos y genético-moleculares, estas enfermedades forman un capítulo separado. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Tratamiento Son útiles las transfusiones de componentes sanguíneos desleucocita- dos como soporte de la anemia intensa y de la trombocitopenia. Se recomienda el empleo de heparina o dicumarínicos a partir del primer episodio de trombosis. La inmunodepresión con CsA o suero antilinfo- citario se reserva para los casos de asociación a una aplasia medular. En los casos en que la presentación clínica es primordialmente hemolítica, se han obtenido resultados excelentes con el empleo de eculizumab, un AcMo humanizado que se une al C (C5) para impedir la formación de C5a y de C5b-9. Su administración se acompaña de una disminución de la hemólisis, de un incremento de hematíes deficientes tipo III, de una mejoría de la anemia, de una disminución del 90% de los requerimientos transfusionales y de una reducción de la incidencia de trombosis. Los pacientes tratados con eculizumab presentan un incremento del riesgo de infecciones por Neisseria, particularmente en su presentación meningocócica, por lo que deben de ser vacunados previamente, al menos 2 semanas antes de recibir la primera dosis del Ac, y considerar esta posibilidad durante la evolución. La suspensión de la administración de eculizumab puede provocar una hemólisis brusca y grave debido al incremento de la proporción de hematíes GPI de clase III durante el tratamiento. El único tratamiento curativo es el TPH, pero la morbimortalidad que conlleva esta maniobra aconsejan reservarlo para las formas clínicas de peor pronóstico, como son las asocia- das a fallo grave de la hematopoyesis. El uso de esquemas de acondiciona- miento de intensidad reducida para trasplantar a pacientes con HPN ha disminuido considerablemente la morbimortalidad del procedimiento. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Babushok DV. A brief, but comprehensive, guide to clonal evolution in aplastic anemia. Hematol Am Soc Hematol Educ Program 2018;2018(1):457-66. Hernández-Reyes J, González-Ramírez MP, Martagón-Herrera NÁ, Rosales- Durón AD, Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. Paroxysmal nocturnal hemoglobinuria in México: a 30-year, single institution experience. Rev Invest Clin 2014;66(1):12-6. Hill A, DeZern AE, Kinoshita T, Brodsky RA. Paroxysmal nocturnal haemo- globinuria. Nat Rev Dis Primers 2017;3:17028. Hill A, Richards J, Hillmen P. Recent developments in understanding and management of paroxysmal nocturnal haemoglobinuria. Br J Haematol 2007;137:181-92. Schcolnik-Cabrera A, Labastida-Mercado N, Galindo-Becerra LS, Gómez- Almaguer D, Herrera-Rojas MA, Ruiz-Delgado GJ, et al. Reduced-intensity stem cell allografting for PNH patients in the eculizumab era: The Mexican experience. Hematology 2015;20:263-6. https://booksmedicos.org 1618 SECCIÓN XIV Hematología Síndromes mielodisplásicos Los síndromes mielodisplásicos son también enfermedades clonales de las células madre hematopoyéticas en que la hematopoyesis es ineficaz y, además, está incrementada la apoptosis o muerte celular programada. Por ello, los síndromes mielodisplásicos tienen característicamente una médula ósea rica que contrasta con las citopenias periféricas, y los precursores hematopoyéticos muestran signos dismórficos. Además, puede existir una proporción pequeña de células blásticas, siempre inferior al 20% de la celularidad medular (si es superior, se establece el diagnóstico de leucemia aguda). Algunas alteraciones citogenéticasse encuentran con frecuencia en la médula ósea de los pacientes con mielodisplasia, sobre todo trisomía 8 y deleciones de 5q, 7q, y 20q; estas alteraciones forman parte del diagnóstico y la clasificación de los síndromes mielodisplásicos y tienen implicaciones pronósticas. La clasificación de estos síndromes se basa en las líneas hematopoyéticas afectas (eritroide, granulocítica y megacariocítica), el porcentaje de blastos en la médula ósea y las alteraciones citogenéticas. Neoplasias mielodisplásicas/ mieloproliferativas Son poco frecuentes y presentan una combinación de alteraciones mieloproliferativas (leucocitosis, trombocitosis, esplenomegalia) y mielodisplásicas (citopenias), por lo que hasta hace pocos años se incluían en una de las dos categorías anteriores. La médula ósea es hipercelular y los precursores de una o varias de las tres líneas de la hematopoyesis muestran signos displásicos. La más característica de estas neoplasias es la leucemia mielomonocítica crónica, en la cual prolifera la serie gránulo-monocítica. Leucemias mieloides agudas Se originan en alguno de los progenitores hematopoyéticos y conducen a una proliferación de células inmaduras o blásticas, que crecen de manera incontrolada e invaden la médula ósea. Esta infiltración blás- tica impide el crecimiento y maduración de los precursores hema- topoyéticos normales, es decir, series granulocítica, eritroblástica y megacariocítica, por lo que los síntomas que presentan los pacientes son infecciones, anemia, hemorragias o una combinación de varios de ellos. Además, las células blásticas frecuentemente pasan a la sangre y provocan leucocitosis. La médula ósea en las leucemias agudas suele ser hipercelular, con infiltración por células blásticas y, en consecuencia, disminución de la grasa y de los precursores normales. Por definición, la infiltración blástica debe ser igual o superior al 20% de la celularidad medular. El conocimiento actual sobre la leucemogénesis indica que se trata de un proceso en diversos pasos o escalones. Una primera alteración genética adquirida afectaría a factores de transcripción e impediría la maduración de la célula hematopoyética, y una segunda anomalía gené- tica promovería la supervivencia y proliferación de la clona neoplásica. Clásicamente, las leucemias agudas se clasificaban atendiendo al origen de la célula proliferante, que podía ser granulocítica, monocítica, eritroide, megacariocítica o diferentes combinaciones de las anteriores. Dicho origen se establecía sobre la base de criterios morfológicos y citoquímicos de los blastos. En los últimos años se han reconocido diversas anomalías genéticas recurrentes en las células leucémicas que, de manera constante y característica, se asocian a aspectos clínicos, morfológicos e inmunofenotípicos, análogamente a lo que ocurre con la leucemia mieloide crónica. Ello ha dado lugar al establecimiento de entidades clínico-patológico-genéticas que tienen gran importancia pronóstica. Por ello, la clasificación actual de las leucemias mieloides agudas tiene una primera parte en la que se adjudica cada categoría según las anomalías genéticas recurrentes, y una segunda en la que se mantiene la clasificación morfológica para los casos en que, con las técnicas actuales, no se detecta ninguna de estas alteraciones. Algunas neoplasias mieloides, particularmente leucemias mieloides agudas y síndromes mielodisplásicos, aparecen en pacientes con muta- ciones en la línea germinal, ya sean heredadas o de novo. La mayoría de ellas ocurren en la infancia, en el marco de síndromes hereditarios bien definidos como la anemia de Fanconi. La última clasificación de la OMS las recoge en una categoría separada. Algunos tipos de leucemia, como las transformaciones agudas de los síndromes mielodisplásicos, las leucemias agudas secundarias a tratamientos de radio- o quimioterapia y las neoplasias mieloides en pacientes con síndrome de Down, también tienen apartados separados • CUADRO 205-1 Clasificación de las neoplasias mieloides de la OMS (2016) Neoplasias mieloproliferativas crónicas (NMPC) Leucemia mieloide crónica, BCR-ABL1 positiva Leucemia neutrofílica crónica Policitemia vera Mielofibrosis primaria Trombocitemia esencial Leucemia eosinofílica crónica Neoplasia mieloproliferativa inclasificable Mastocitosis Neoplasias mieloides y linfoides con eosinofilia y reordenamientos genéticos Síndromes mielodisplásicos Síndrome mielodisplásico con displasia unilineal Síndrome mielodisplásico con sideroblastos en anillo Síndrome mielodisplásico con displasia multilineal Síndrome mielodisplásico con exceso de blastos Síndrome mielodisplásico con del(5q) aislada Síndrome mielodisplásico inclasificable Síndrome mielodisplásico infantil Neoplasias mielodisplásicas/mieloproliferativas Leucemia mielomonocítica crónica Leucemia mieloide crónica atípica, BCR-ABL1 negativa Leucemia mielomonocítica juvenil Neoplasia mielodisplásica/mieloproliferativa con sideroblastos en anillo y trombocitosis Neoplasia mielodisplásica/mieloproliferativa inclasificable Leucemias mieloides agudas (LMA) Leucemias mieloides agudas con alteraciones genéticas recurrentes LMA con traslocación t(8; 21)(q22; q22.1); RUNX1-RUNX1T1 LMA con inv(16)(p13.1; q22) o t(16; 16)(p13.1; q22); CBFB-MYH11 Leucemia aguda promielocítica con PML-RARA LMA con t(9; 11)(p21.3; q23.3); KMT2A-MLLT3 LMA con t(6; 9)(p23; q34.1); DEK-NUP214 LMA con inv(3)(q21.3; q26.2) o t(3; 3)(q21.3; q26.2); GATA2, MECOM LMA megacarioblástica con t(1; 22)(p13.3; q13.1); RBM15-MKL1 LMA con BCR-ABL1 LMA con mutaciones genéticas (NPM1, CEBPA bialélica, RUNX1) LMA con cambios relacionados con mielodisplasia LMA relacionada con terapias previas LMA sin características propias de las categorías anteriores LMA mínimamente diferenciada LMA sin maduración LMA con maduración Leucemia mielomonocítica aguda Leucemia monoblástica y monocítica agudas Leucemia eritroide aguda Leucemia aguda megacarioblástica Leucemia basofílica aguda Panmielosis aguda con mielofibrosis Sarcoma mieloide Proliferaciones mieloides relacionadas con el síndrome de Down Neoplasias mieloides con predisposición de la línea germinal Neoplasia de células blásticas dendríticas plasmacitoides Leucemias agudas de linaje ambiguo Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 205 Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1619 debido a sus características especiales. Asimismo, tanto la neoplasia de células blásticas dendríticas plasmacitoides como las leucemias agudas de linaje ambiguo, básicamente las muy indiferenciadas y las que presentan simultáneamente características mieloides y linfoides, forman un capítulo separado. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Arber DA, Orazi A, Hasserjian R, Thiele J, Borowitz MJ, Le Beau MM, et al. The 2016 revision to the World Health Organization classification of mye- loid neoplasms and acute leukemia. Blood 2016;127:2391-405. NEOPLASIAS LINFOIDES La clasificación de las neoplasias linfoides ha tenido una evolución histórica compleja y se ha modificado con el tiempo según el concepto que se ha tenido de estas enfermedades en cada momento histórico. La actual clasificación de la OMS (cuadro 205-2) de las neoplasias hematopoyéticas constituye un enorme esfuerzo colectivo de patólogos y clínicos de todo el mundo para llegar a una propuesta de consenso relevante que superara los históricos conflictos en la interpretación de estas neoplasias. Esta clasificación recoge una serie de entidades clínico- patológicas bien definidas en las que se integran aspectos morfológicos, fenotípicos, genéticos y molecularesasociados con características clíni- cas precisas (tablas 205-1 y 205-2). La clasificación de la OMS de las neoplasias linfoides se basa fun- damentalmente en la naturaleza de la célula linfoide proliferante y su estadio de diferenciación. De esta manera, las neoplasias linfoides se clasifican en tres grandes grupos: las derivadas de linfocitos B, las derivadas de linfocitos T y NK, y un grupo englobado bajo el concep- to de linfoma de Hodgkin. Las neoplasias de linfocitos B y T/NK se subdividen a su vez en dos grandes categorías: las leucemias/linfomas linfoblásticos originados en células linfoides inmaduras procedentes de los compartimentos centrales (médula ósea o timo) y las neoplasias • CUADRO 205-2 Clasificación de las neoplasias linfoides de la OMS (2016) Neoplasias linfoides de células precursoras Linfoma/leucemia linfoblástico de células B Linfoma/leucemia linfoblástico de células T Neoplasias de células B maduras* Leucemia linfática crónica/linfoma linfocítico Leucemia prolinfocítica de células B Linfoma de células B de la zona marginal esplénica Tricoleucemia Linfoma linfoplasmocítico/macroglobulinemia de Waldenström Mieloma de células plasmáticas/plasmocitoma extraóseo Linfoma de zona marginal extraganglionar del tejido linfoide asociado a mucosa (linfoma MALT) Linfoma de la zona marginal ganglionar Linfoma folicular Linfoma primario cutáneo centrofolicular Linfoma de células del manto Linfoma difuso de células B grandes, no especificado Linfoma de células grandes B rico en células T e histiocitos Linfoma primario de células B grandes del sistema nervioso central Linfoma primario cutáneo de células B grandes de tipo extremidades inferiores Granulomatosis linfomatoide Linfoma primario mediastínico de células B grandes Linfoma intravascular de células grandes B Linfoma plasmablástico Linfoma primario de cavidades Linfoma B de alto grado (sin/con doble hit) Linfoma de Burkitt Neoplasias de células T y células NK maduras* Leucemia prolinfocítica de células T Leucemia linfocítica de células T grandes granulares Proceso linfoproliferativo de células NK granulares Leucemia agresiva de células NK Leucemia/linfoma de células T del adulto Linfoma extraganglionar de células NK/T de tipo nasal Linfoma de células T asociado a enteropatía Micosis fungoide Síndrome de Sézary Síndromes linfoproliferativos CD30 positivos primarios cutáneos Papulosis linfomatoide Linfoma de células grandes anaplásico, primario cutáneo Linfoma primario cutáneo de células T γ-δ Linfoma de células T periférico, no especificado Linfoma de células T angioinmunoblástico Linfoma de células grandes anaplásico, ALK+ Linfoma de células grandes anaplásico, ALK− Linfoma de Hodgkin Linfoma de Hodgkin clásico Linfoma de Hodgkin clásico esclerosis nodular Linfoma de Hodgkin clásico rico en linfocitos Linfoma de Hodgkin clásico celularidad mixta Linfoma de Hodgkin clásico depleción linfocítica Linfoma de Hodgkin con predominio linfocítico nodular *Sólo se incluyen las categorías más importantes. TABLA 205-1 Inmunofenotipo de los linfomas B TdT CD79 CD20 CD5 CD43 CD10 CD23 CICLINA D1 IgS IgD IgC Linfoblástico + + − − −/+ + − − − − − LLC − + −/+ + + − + − + −/+ − Linfoplasmocítico − + + − − − − − −/+ − + De células del manto − + + + + − − + ++ + − Folicular − + + − − + − − ++ − − MALT − + + − −/+ − − − ++ − −/+ LZMB − + + − − − − − ++ + −/+ Células grandes − + + − − −/+ − − ++ − −/+ Burkitt − + + − − + − − −/+ − − IgC: inmunoglobulinas de citoplasma; IgS: inmunoglobulinas de superficie; LLC: linfoma linfocítico/leucemia linfática crónica; LZMB: linfoma de la zona marginal esplénica; MALT: linfoma del tejido asociado a mucosa/linfoma de la zona marginal. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1620 SECCIÓN XIV Hematología linfoides de células periféricas en las que proliferan linfocitos efectores localizados habitualmente en los compartimentos periféricos (ganglios linfáticos y tejidos linfoides extraganglionares). El diagnóstico de estas enfermedades es complejo y, en la mayoría de las ocasiones, requiere una aproximación integrada que combine el estudio morfológico de células y tejidos, el análisis del perfil fenotípico y las alteraciones genéticas y moleculares. Neoplasias de células B Leucemia/linfoma linfoblástico de células B Estas neoplasias surgen de células linfoides B inmaduras, proba- blemente localizadas en la médula ósea, y afectan fundamentalmen- te a niños o adultos jóvenes. Tienen un curso agresivo, pero son potencialmente curables con quimioterapia adecuada. El 80% se presenta en forma de leucemia aguda y el resto aparece con afección predominante en tejidos en forma de linfomas linfoblásticos. Las células son de tamaño intermedio con morfología blástica y expresan marcadores de línea B iniciales (CD19, CD79a, PAX5) y la enzima TdT (transferasa terminal de dinucleótidos) presente en todas las células linfoides inmaduras. Leucemia linfática crónica/linfoma linfocítico de células pequeñas Es una neoplasia de linfocitos B maduros derivada de linfocitos que han estado en contacto con un antígeno y tienen gran capacidad circulante. La leucemia linfática crónica y el linfoma linfocítico constituyen la misma entidad. El término leucemia linfática crónica se utiliza cuando la enfermedad se presenta con cifras de linfocitos monoclonales superiores a 5 × 109/L en la sangre con el fenotipo característico descrito más adelante. El término linfoma linfocítico se reserva para los raros casos que se presentan clínicamente con linfadenopatía o enfermedad en tejidos sin evidencia de enfermedad en la sangre o con un número de linfocitos monoclonales inferior a 5 × 109/L. Morfológicamente, los linfocitos neoplásicos son pequeños con escaso citoplasma, núcleos de cromatina cuarteada y nucléolos poco evidentes. Las células en la sangre periférica, los ganglios linfáticos y otros tejidos afectos son similares. La infiltración celular de los ganglios linfáticos es difusa, con la presencia de una peculiar agrupación de las células proliferantes más grandes y con nucléolos evidentes en los llamados centros de proliferación. El fenotipo es B con coexpresión de CD23 y del antígeno de línea T CD5. Las inmunoglobulinas de superficie suelen ser muy débiles y de tipo IgM o IgM+D. Los antígenos de línea B CD20 y CD22 se expresan de forma débil. Desde el punto de vista molecular se distinguen dos grupos con una importante relevancia clínica basándose en la existencia o ausencia de hipermutaciones en el gen de las Ig. Los dos tipos tienen un perfil de expresión global detectado mediante microarrays relativamente similar a la de una célula de memoria. Estos hallazgos sugieren que las dos formas de esta enfermedad con gen de las inmunoglobulinas no mutado o hipermutado podrían derivar de un linfocito que ha estado en contacto con un antígeno dentro o fuera del centro germinal del folículo linfoide, respectivamente, ya que es dentro del centro germinal donde la célula linfoide sufre hipermutaciones del gen de las inmunoglobulinas para generar anticuerpos de alta afinidad. Recien- temente, estudios epigenéticos han sugerido que existen tres subtipos de la enfermedad con perfiles relacionados con células linfoides naïve, células memoria o células con un perfil intermedio. Estos tres subti- pos también parecen tener un pronóstico desfavorable, favorable o intermedio, respectivamente. Algunas alteraciones genéticas como la trisomía 12 (15%-25%) y deleciones de 13q13-14 (30%-40%) son relativamente frecuentes en esta neoplasia, pero no influyen de una forma importante en la evolución de la enfermedad. Las defeccio- nes de 11q22-24 (10%-25%) donde se halla el gen ATM, y 17p13 (5%-10%) asociado a inactivación del genTP53 son menos fre- cuentes, pero se asocian a una peor evolución de la enfermedad. Los nuevos estudios genómicos han detectado mutaciones somáticas en múltiples genes de diversas vías metabólicas. Las más frecuentes son la vía de NOTCH1, procesamiento del RNA (SF3B1, XPO1), res- puesta al daño del DNA (ATM, TP53, POT1) y vías de regulación de la inflamación, entre otras (MYD88). La detección de mutaciones de TP53 y las deleciones de 17p son importantes en la práctica clínica en el momento en el que se requiere tratamiento para determinar los fármacos más adecuados. Algunos casos se transforman clínica- y morfológicamente en formas muy agresivas de linfomas de células grandes con un impor- tante acortamiento de la supervivencia (síndrome de Richter). Se han descrito mutaciones del gen TP53 y deleciones homocigotas del gen CDKN2A, así como mutaciones de NOTCH1 asociadas a peor respuesta al tratamiento y a la transformación a linfoma de células grandes. Linfoma linfoplasmocítico El linfoma linfoplasmocítico se caracteriza por una proliferación difusa de linfocitos pequeños con diferenciación plasmocitoide en médula ósea, ganglios, hígado y bazo. Las células carecen de inmunoglobulina de superficie, pero tienen gran cantidad de Ig citoplásmica. El curso es indolente. Un grupo de estos pacientes tienen componente M en el plasma (paraproteína de tipo IgM) y pueden presentar síndrome de hiperviscosidad (macroglobulinemia de Waldenström). Más del 90% de estos tumores tienen mutaciones activantes en MYD88 y un 40% en CXCR4, estas últimas asociadas a peor respuesta al tratamiento. Linfoma de células del manto Constituye el 5%-10% de todos los linfomas. La mayoría de los casos derivan de células B naïve localizadas en los folículos primarios o en el manto del folículo linfoide secundario, pero hay casos derivados de células que han pasado por el centro germinal. Se caracteriza por una proliferación difusa o vagamente nodular de linfocitos pequeños o intermedios de núcleo hendido sin nucléolo evidente y poco citoplas- ma, que crece en el manto del folículo y ahoga los centros germinales normales. Se ha descrito una variante blastoide con células más grandes y con mayor índice proliferativo. Fenotípicamente, expresan IgM/IgD de superficie y antígenos de línea B con coexpresión de CD5. CD23 y CD10 son negativos. Genéticamente, la mayoría de estos tumores tienen la traslocación t(11;14)(q13;q32), que conlleva la activación del oncogén ciclina D1; de esta forma, su detección es un elemento diagnóstico muy importante, ya que esta ciclina D1 no se expresa en ningún otro tipo de linfoma ni célula linfoide normal. Estos tumo- res también expresan el factor de trascripción SOX11, que tampoco se expresa en ningún otro linfoma B de células pequeñas y confiere TABLA 205-2 Alteraciones citogenéticas y moleculares en síndromes linfoproliferativos Linfoma Alteración genética Genes alterados LLC Deleción 11q21-23 Deleción 13q14.3 Deleción 17p13 Trisomía 12 ATM, BIRC3 miR-16-1, miR15a TP53 Células del manto t(11; 14)(q13; q32) IGH/CND1 Folicular t(14; 18)(q32; q21) IGH/BCL2 MALT t(11; 18) BIRC3-MALT1 t(14; 18) IGH/MALT1 t(1; 14) IGH/BCL10 t(3; 14) IGH/FOXP1 Burkitt t(8; 14)(q24; q32) IGH/MYC Células grandes-B t(14; 18) 30% casos IGH/BCL2 t(3q27) BCL6 (traslocado con varios partners) LACG t(2; 5)(p13; q35) NPM-ALK t(2p13) Variantes ALK LACG: linfoma anaplásico de células grandes; LLC: linfoma linfocítico/leucemia linfática crónica; MALT: linfoma del tejido asociado a mucosa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 205 Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1621 características de agresividad a las células tumorales. La respuesta al tratamiento y el pronóstico son poco favorables y la forma blastoide, con frecuentes mutaciones del gen TP53, NOTCH1/2 o deleciones de CDKN2A, tiene peor pronóstico. Recientemente se ha identificado una forma indolente de este linfoma denominada variante leucémica no nodal por su presentación leucémica sin adenopatías y ocasional- mente esplenomegalia. Estos casos también tienen la t(11;14) pero no expresan SOX11. Estos pacientes pueden no necesitar tratamiento durante muchos años. Linfoma folicular Constituyen el 25%-30% de los linfomas en las poblaciones occiden- tales. Se originan en células del centro germinal del folículo y se carac- terizan por una proliferación de sus dos componentes celulares más importantes, centrocitos (células pequeñas hendidas) y centroblastos (células grandes no hendidas), en proporciones variables. Los linfomas foliculares crecen con un patrón nodular que imita el centro germinal del folículo y, cuando progresan, el crecimiento se hace más difuso. También puede existir una transformación a linfoma de células grandes que se asocia a peor pronóstico. El linfoma folicular expresa antígenos de línea B con coexpresión de CD10. Un 70%-80% de los casos tienen la traslocación t(14; 18)(q32; q21), con reordenamiento y activación del gen que codifica la proteína antiapoptótica BCL2. Este linfoma afecta a adultos, suele estar diseminado al diagnóstico, con afección de ganglios, bazo y médula ósea, y tiene un curso indolente pero no curable. Estudios genómicos han mostrado mutaciones frecuentes en genes reguladores de la cromatina (EZH2, KMT2D, CREBB) en fases iniciales de la enfermedad. Linfomas de la zona marginal. Linfomas del tejido linfoide asociado a mucosa Estos linfomas parecen derivarse de células B de memoria que se localizan en la zona marginal del folículo linfoide con gran capacidad para diferenciarse a célula plasmática. Estos tumores se desarrollan habitualmente en territorios extraganglionares, asociados en general a mucosas (tejido linfoide asociado a mucosa o MALT, del inglés mucosa associated lymphoid tissue). La localización más frecuente es el tubo digestivo y, particularmente, el estómago. Otros territorios en los que aparecen estos linfomas son glándulas salivales, tiroides, pulmón, conjuntiva y piel, entre otros. En general se observa una proporción variable de tres tipos de células: linfocitos centrocitoides (células con núcleo hendido pero con más citoplasma), linfocitos con citoplasma claro (células B monocitoides), células plasmáticas. Todas estas células crecen alrededor de folículos linfoides reactivos y respetan el manto y el centro germinal; también infiltran y destruyen selectivamente el epitelio adyacente, para producir la llamada lesión linfoepitelial, muy característica de estos linfomas (v. fig. 211-5). Expresan Ig de superficie (IgM o G, pero IgD es negativa) y antígenos B con negatividad para CD5, CD10 y CD23. Recientemente se han identificado cuatro tras- locaciones asociadas a este tipo de linfomas, t(11;18), t(1;14), t(14;18) y t(3;14) que generan el gen quimérico API2-MLT1 y activan los genes BCL-10, MLT1 y FOXP1, respectivamente. Estos linfomas parecen surgir en territorios en los que previamente ha existido una inflamación crónica inducida por causas infecciosas o inmunológicas. Así, los gástricos surgen sobre gastritis crónicas secundarias a la infección por Helicobacter pylori, los de glándula salival suelen estar asociados a síndrome de Sjögren y los de tiroides, a tiroiditis autoinmune. El estímulo antigénico parece crucial para el desarrollo y el mantenimiento de estos linfomas, ya que el tratamiento antibiótico que erradica H. pylori se asocia a la regresión del linfoma. Tienen un curso indolente, responden a tratamientos locales y tienden a recaer en territorios extraganglionares incluso años después del primer diagnóstico.Sin embargo, los tumores con las traslocaciones descritas no responden al tratamiento de H. pylori. Algunos linfomas de la zona marginal con idénticas caracterís- ticas que los extraganglionares aparecen en ganglios linfáticos. Tienen morfología y fenotipo relativamente similares, pero carecen siempre de las traslocaciones cromosómicas mencionadas. En un 40%-50% de los pacientes, un linfoma de zona marginal diagnosticado en un gan- glio linfático se corresponde con un linfoma extraganglionar que ha pasado desapercibido. Linfoma de la zona marginal esplénica Este linfoma se caracteriza por presentar una gran esplenomegalia con afección casi constante de la médula ósea y linfocitos circulantes que tienen prolongaciones citoplásmicas de tipo velloso. Se observa una expansión nodular de la pulpa blanca esplénica con borramiento de las estructuras foliculares. Expresan antígenos de línea B con IgM e IgD. Se comportan de forma indolente, pero pueden transformarse en un linfoma de células grandes. Se han detectado mutaciones de NOTCH2, KLF2 y genes de la vía de NFkB en un gran número de estos tumores. Linfoma difuso de células grandes de línea B Constituye el 30%-40% de los linfomas de los adultos. Morfológica- mente se caracteriza por la proliferación de células linfoides grandes de tipo centroblasto o inmunoblasto. Tiene un alto índice proliferativo. Expresa antígenos de diferenciación B y puede presentar Ig citoplásmicas. Molecularmente se distinguen dos grandes subtipos: uno derivado de células del centro germinal del folículo con reordenamiento del gen BCL2 en un 30% de los casos y otro similar a células linfoides B activadas con activación de la vía de NFkB. Estos últimos tienen peor pronóstico. El curso es agresivo con masas de crecimiento rápido y frecuente sinto- matología clínica. Un 40% de los casos tiene afección extraganglionar. Un subtipo especial es el linfoma de células grandes de fenotipo B, primario del mediastino. Parece que se origina en células B de la médula tímica. Se caracteriza por una proliferación de linfocitos grandes, a veces con citoplasma claro, acompañados frecuentemente de fibro- sis. El fenotipo es B, pero carecen de expresión de Ig. Otros subtipos poco frecuentes de linfomas B de células grandes son linfoma intravas- cular y linfoma primario de cavidades. El primero se caracteriza por una proliferación de linfocitos B grandes en el interior de los vasos sanguíneos. No suele existir expresión leucémica. Afecta al SNC y la piel, pero también a riñón, pulmón e hígado, entre otros. El curso es muy agresivo con fallo multiorgánico y frecuentemente el diagnóstico sólo se puede establecer en la autopsia. El linfoma primario de cavidades aparece fundamentalmente en enfermos con infección por el HIV. Se presenta en forma de derrames serosos en ausencia de masa tumoral, adenopatías, organomegalias o invasión medular. Las células son gran- des con diferenciación plasmocelular. El fenotipo suele ser negativo para marcadores de línea B, pero con marcadores de célula plasmática (CD38, CD138) y reordenamiento del gen de la cadena pesada de las Ig. Es constante la presencia del herpes virus humano tipo 8 (HVH-8). Los enfermos inmunodeprimidos pueden desarrollar también un linfoma plasmablástico que se caracteriza por una morfología de célula lin- foide grande tipo inmunoblástico pero con un fenotipo de célula plas- mática, ausencia de anfígenos de línea B madura (CD20 y CD79a) y expresión de CD138. Estos linfomas aparecen en territorios extragan- glionares, frecuentemente mucosa oral y tracto digestivo, y las células están infectadas por el EBV. Tienen mal pronóstico. Los linfomas de células grandes primarios de la piel tienen una personalidad propia con características clínico-patológicas distintivas. Existen dos formas más comunes: linfoma de células centrofoliculares y linfoma de células grandes de tipo extremidad inferior. El primero aparece en la región de la cabeza, el cuello y el tronco. Morfológicamente tiene una población variable de células linfoides B grandes entremezcladas con una población de células B más pequeñas y linfocitos T reactivos. Fenotípicamente expresa antígenos de línea B y marcadores de centro germinal como CD10 y BCL6. La proteína antiapoptótica BCL2 es negativa. Estos tumores parecen originarse en linfocitos de centro germinal del folículo linfoide. El curso evolutivo de los pacientes es muy indolente y únicamente requieren tratamiento local. El linfoma de células grandes de tipo extremidad inferior recibe este nombre por su aparición preferentemente en esta localización. Está constituido por una proliferación monótona de células linfoides B grandes que expresan BCL-2 y antígenos de célula linfoide B activada como IRF4, pero son negativas para marcadores de centro germinal como CD10 o BCL6. El curso clínico es muy agresivo con diseminación extracutánea relativamente rápida. Linfoma de Burkitt El linfoma de Burkitt es una neoplasia de linfocitos maduros derivados del centro germinal del folículo linfoide que tienen un crecimiento Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1622 SECCIÓN XIV Hematología muy rápido y una evolución agresiva, pero que responde muy bien a los protocolos de tratamiento actuales con una alta tasa de curaciones. Existe una forma endémica en países africanos con afección frecuente en maxilar y órbita. La forma esporádica en los países occidentales tiene una presentación predominantemente abdominal. Este tipo de linfoma aparece también en pacientes inmunodeprimidos, asociado particularmente al HIV. El EBV se detecta en un 40% de las formas esporádicas en pacientes inmunocompetentes y en la práctica totalidad de los casos endémicos o asociados a inmunodeficiencia. Se caracteriza por una proliferación difusa de células de tamaño intermedio con núcleos redondeados o poligonales, cromatina fina y presencia de varios nucléolos. Es muy característica la presencia del denominado patrón de cielo estrellado determinado por numerosos histiocitos con fagocitosis de elementos apoptóticos. Es una de las neoplasias con mayor índice proliferativo. Puede presentarse en forma leucémica aguda. Genética- mente se caracteriza por presentar la traslocación t(8;14) que implica al oncogén MYC con diferentes puntos de ruptura del cromosoma 8 entre las formas endémica y esporádica. Son frecuentes mutaciones en genes que controlan la proliferación celular del centro germinal como ID3 y TCF3. Neoplasias de células T y de células NK Leucemia/linfoma linfoblástico de células T Estas neoplasias surgen sobre células linfoides T inmaduras, probable- mente localizadas en la médula ósea o el timo. Son neoplasias infantiles o de adultos jóvenes. Se presentan frecuentemente en forma de leuce- mia aguda. La presencia de una masa mediastínica anterior de rápido crecimiento y la afección del SNC son frecuentes. Morfológicamente son indistinguibles de los linfomas linfoblásticos de fenotipo B. Expre- san TdT y antígenos de línea T. Pueden mostrar positividad a CD1. También pueden expresar de forma aislada o conjunta CD4 y CD8. Linfomas T periféricos Constituyen el 10%-15% de los linfomas en los países occidentales y algunos tipos son más frecuentes en el Extremo Oriente y entre los nativos americanos. Están constituidos por un grupo diverso de neo- plasias con morfología y presentaciones clínicas diferentes. En líneas generales, los linfomas T periféricos ganglionares derivan de linfocitos CD4 positivos, mientras que los extraganglionares no cutáneos suelen originarse en células T con actividad citotóxica o células NK. El linfoma de células NK/T extraganglionar de tipo nasal se presenta característicamente en la mucosa nasaly otras estructuras de la línea mediofacial con diseminación frecuente a la piel y otros territorios extraganglionares. Está constituido por una proliferación de células NK y, menos frecuentemente, T, con actividad citotóxica en las que siempre se detecta el EBV. Las células infiltran estructuras vasculares de forma angiocéntrica y producen necrosis. Existe una leucemia de células NK/T, clínicamente muy agresiva, caracterizada por expresión en sangre periférica e infiltración hepatoesplénica, ganglionar y cutánea. También se encuentra el EBV en las células neoplásicas. Estas neoplasias, aunque aparecen en personas occidentales, son más frecuentes en la población asiática de Extremo Oriente y en la población nativa americana, lo que sugiere que pueda estar asociada a una cierta predisposición genética. Una forma peculiar de neoplasia linfoide T es la leucemia/linfoma T del adulto, que se asocia a la infección de las células neoplásicas por el virus HTLV-I (virus I de la leucemia T humana) y se manifiesta en forma de enfermedad leucémica y afección ganglionar. El curso evolutivo es variable, con formas indolentes y otras más agresivas. Estas neoplasias son endémicas en las islas del sur del Japón y en zonas andinas de Sudamérica. Existe un linfoma T asociado a enteropatía que aparece en enfermos con antecedentes de enfermedad celíaca y parece originarse en linfocitos T intraepiteliales del intestino. Morfológicamente es heterogéneo, con un espectro que va desde linfocitos pequeños irregulares hasta linfo- citos grandes pleomorfos. Puede existir una marcada infiltración por eosinófilos. Otros tipos infrecuentes de linfomas T periféricos extraganglionares son el linfoma T subcutáneo, seudopaniculítico y el linfoma T hepato- esplénico. El primero se presenta en adultos en forma de nódulos subcu- táneos seudopaniculíticos constituidos por una infiltración de linfocitos T, generalmente CD8 citotóxicos, que destruye el panículo adiposo. El curso clínico es variable y puede complicarse con la aparición de sín- drome hemofagocítico. El linfoma T hepatoesplénico se origina frecuen- temente en linfocitos T con receptor antigénico de tipo γ/δ. Aparece en personas jóvenes y sigue un curso agresivo con insuficiencia hepática, invasión medular pero ausencia de linfadenopatías. Las células neo- plásicas expresan CD3, pero no CD4 o CD8. Una alteración genética asociada a este linfoma es el isocromosoma 7q. Recientemente se han descrito mutaciones de STAT5B. La micosis fungoides es el proceso linfoproliferativo maligno T más frecuente de la piel. Se presenta en forma de múltiples placas o nódulos con eritrodermia generalizada o sin ella. La afección ganglionar, si apa- rece, es tardía en la evolución de la enfermedad. El síndrome de Sézary es la fase leucémica de la misma. Se observa una infiltración dérmica epidermotropa de células T con grandes irregularidades nucleares que expresan antígenos de línea T, si bien es frecuente la pérdida de CD7, y con positividad para CD4. El linfoma T periférico no especificado se suele presentar con lin- fadenopatía generalizada, estadios avanzados (75% en estadio IV) y manifestaciones variables de prurito y eosinofilia. El curso es agresivo. Presenta una gran variabilidad citológica con irregularidades nucleares y un frecuente acompañamiento de células reactivas como histiocitos y eosinófilos y proliferación vascular. El linfoma T angioinmunoblástico se presenta con linfadenopatía generalizada, erupción cutánea, fiebre e hipergammaglobulinemia. Se observa una proliferación polimorfa de linfocitos T, incluidos los inmunoblastos T, junto con gran proliferación de vénulas pos- capilares y células foliculares dendríticas. Curiosamente, este linfoma suele tener asociada una población proliferante de células B grandes positivas para el EBV. Son frecuentes las mutaciones en los genes RHOA e IDH2. Un linfoma T peculiar es el denominado linfoma anaplásico de células grandes ALK positivo. Se caracteriza por una proliferación de células grandes pleomórficas de fenotipo T o nulo, pero constante- mente expresan el antígeno de activación CD30. Las células tienden a crecer en los sinusoides ganglionares y a veces se confunden con metás- tasis de carcinomas. Estos tumores se caracterizan genéticamente por la t(2;5) que produce un gen quimérico con la fusión de parte de los genes ALK (cinasa del linfoma anaplásico) y NPM (nucleofosmina). El gen NPM-ALK únicamente existe y se expresa en estos linfomas, por lo que es de gran utilidad diagnóstica, ya que se puede detectar fácilmente mediante técnicas inmunohistoquímicas. Estos linfomas aparecen predominantemente en niños o adultos jóvenes y tienen una evolución más indolente que el resto de los linfomas T periféricos, con buena respuesta al tratamiento. El LACG ALK+ sistémico debe dis- tinguirse del LACG CD30 + primario cutáneo, que suele mantenerse limitado a la piel, aunque puede presentar recaídas, y no presenta la t(2; 5). Existen formas de LACG negativos para la proteína ALK que ocurren en personas de edad más avanzadas y tienen un pronóstico significativamente peor. Linfoma de Hodgkin Este tumor se caracteriza por la expansión de células linfoides activadas con morfología y fenotipo peculiares, acompañadas de una celularidad de tipo inflamatorio reactivo muy abundante. La clasificación de la OMS reconoce dos grandes formas de linfoma de Hodgkin (LH): la clásica, con cuatro subtipos (esclerosis nodular, rica en linfocitos, celu- laridad mixta y depleción linfocítica), y la de predominio linfocítico nodular o paragranuloma nodular. Aunque durante mucho tiempo la naturaleza de la célula neoplásica fue desconocida, el reconocimiento de esta célula como un linfocito B peculiar ha permitido caracterizar este proceso como un linfoma. Linfoma de Hodgkin clásico El diagnóstico de la forma clásica del LH se establece por el hallazgo de la célula de Reed-Sternberg (R-S) acompañada de células inflamatorias reactivas. La célula R-S es una célula gigante con un amplio citoplas- ma anfófilo y núcleos bilobulados con grandes nucléolos centrales. Estas células expresan los antígenos de activación CD30 y CD15, pero generalmente son negativas para el antígeno leucocitario común Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 206 Neoplasias mieloproliferativas crónicas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1623 © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Neoplasias mieloproliferativas crónicas F. CERVANTES REQUENA 206 GENERALIDADES El término neoplasias mieloproliferativas crónicas incluye un conjunto de hemopatías con origen en una célula madre (stem cell) pluripotencial de la hematopoyesis que comparten características hematológicas, clínicas y evolutivas, fundamentalmente la leucemia mieloide crónica (LMC), la policitemia vera (PV), la trombocitemia esencial (TE) y la mielofibrosis primaria (MFP). Fue Dameshek quien acuñó en 1951 el término síndromes mieloproliferativos crónicos para integrar dichas entidades en una misma posición nosológica, idea que han confirmado los hallazgos de biología molecular. Como se ha señalado, las citadas afecciones se originan en una célula madre pluripotencial de la hematopoyesis, común a las series granulocíti- ca, eritroide, megacariocítica y, al menos, a algunos linfocitos. Ello explica que en todas exista una panmielosis, es decir, una proliferación excesiva de las tres series hematopoyéticas. Por otra parte, en todas puede observarse fibrosis de la médula ósea como fenómeno reactivo a la proliferación neoplásica. Esta última, debido al incremento del recambio celularque produce, determina la aparición frecuente de hiperuricemia y el aumento en los valores séricos de lactato-deshidrogenasa (LDH). Son, asimismo, comunes el incremento en las concentraciones séricas de vitamina B12 y sus proteínas transportadoras. Desde el punto de vista clínico, los indi- viduos con neoplasias mieloproliferativas crónicas presentan a menudo esplenomegalia (debida a la metaplasia mieloide del bazo), trombosis o propensión a sufrir hemorragias (en relación con el funcionalismo anómalo de sus plaquetas). Además, no es raro observar la transformación de una entidad en otra. Así ocurre con la transición de la PV o la TE a mielofibrosis o de la TE a la PV. Por otra parte, estas entidades, en especial la LMC, tienden a evolucionar a leucemia aguda. Los estudios citogenéticos y de biología molecular permitieron diferenciar la LMC de las neoplasias mieloproliferativas crónicas cromosoma Philadelphia negativas, las cuales en una elevada proporción de los casos presentan la mutación V617F del gen JAK2 en las células hematopoyéticas. El origen clonal de las neoplasias mieloproliferativas crónicas se pudo demostrar gracias a los estudios del grupo de Fialkow sobre las variantes de la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G-6-PD). De esta enzima, ligada al cromosoma X, existen dos isoenzimas, A y B. De acuerdo con la hipótesis de Lyon, en las mujeres heterocigotas para la G-6-PD se produciría, en una fase temprana del desarrollo embriona- rio, la inactivación de uno de los cromosomas X de cada célula. De esta forma, una célula determinada y toda su descendencia serían capaces de sintetizar un único tipo de isoenzima. Dicha inactivación ocurre al azar, pero, como resultado de ella, cada tejido queda constituido por un 50% de células con la isoenzima A y otro 50% con la B. Cuando una mujer heterocigota presenta una NMPC las células neoplásicas tienen una única isoenzima (A o B), a diferencia del resto de los tejidos, en los que la mitad de las células tiene la isoenzima A y la otra mitad la B, lo que permite deducir que la neoplasia se ha originado en una sola célula o, lo que es lo mismo, que es una proliferación clonal. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. (CD45) y los antígenos de líneas B y T, aunque mantienen la expresión débil de factor de transcripción determinante de la línea B PAX5. En algunos casos, puede detectarse expresión de antígenos B como CD20 o CD79. Aunque las células tumorales tienen reordenamiento clonal del gen de la cadena pesada de las inmunoglobulinas, por razones no muy bien conocidas, tienen una disminución en la expresión de genes del programa de diferenciación B. En muchos casos, las células tumorales están infectadas por EBV. Se reconocen cuatro subtipos de LH clásico atendiendo a la pre- sencia de células de R-S o a alguna de sus variantes y la celularidad acompañante. La esclerosis nodular se presenta frecuentemente en el mediastino de mujeres jóvenes y se caracteriza por la presencia de una variante de la célula de R-S, denominada célula lacunar, que es mononucleada o multinucleada con un citoplasma claro que se retrae con facilidad para dejar un espacio claro alrededor del núcleo (laguna). El segundo aspecto morfológico característico de este subtipo es la presencia de fibrosis colágena que tiende a delimitar nódulos linfoides. La celularidad acompañante puede ser variable con predominio de células linfoides o una mezcla de células inflamatorias. El subtipo de LH clásico rico en linfocitos se caracteriza por un borrado difuso de la arquitectura con presencia de ocasionales células de R-S que pueden ser difíciles de observar en el seno de una gran cantidad de linfocitos de aspecto maduro que son predominantemente de tipo T. Se presenta clínicamente en forma de linfadenopatía localizada. En el LH de tipo celularidad mixta, las células de R-S se acompañan de una mezcla de linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos y polimorfonu- cleares. Se suelen ver formas mononucleares de las células R-S, que se denominan células de Hodgkin. Finalmente, el LH de tipo depleción linfocítica se suele presentar en estadios avanzados, frecuentemente retroperitoneales, y se caracteriza por una gran cantidad de células R-S y variantes mononucleares y muy escasas células inflamatorias acom- pañantes. A veces se acompaña de fibrosis. El diagnóstico diferencial con otros linfomas puede ser difícil. Linfoma de Hodgkin de predominio linfocítico nodular Esta forma de LH, en clasificaciones previas, se ha denominado paragra- nuloma nodular. En estos casos no existen células de R-S clásicas. En su lugar aparecen células grandes con núcleos lobulados, pero de cromatina fina y nucléolos pequeños (células L-H). El fenotipo es diferente, ya que expresan constantemente antígenos de línea B, el antígeno epitelial de membrana (EMA), y pueden expresar inmunoglobulinas citoplásmicas. Son negativas para CD15 y el CD30 puede ser débil o negativo. El EBV es negativo. Estas células L-H aparecen en el seno de nódulos linfoides, generalmente con histiocitos, que parecen corresponder a folículos linfoides expandidos con presencia de células foliculares dendríticas. Estos hallazgos sugieren que podría tratarse de una neoplasia peculiar del folículo linfoide y que no guardaría una relación patogenética con el LH de tipo clásico. Clínicamente, también se comportan de forma diferente, con una presentación más localizada y un curso más indolente. Algunos casos pueden evolucionar a linfomas de células grandes. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Küppers R, Engert A, Hansmann ML. Hodgkin lymphoma. J Clin Invest 2012;122:3439-47. Pileri SA, Piccaluga PP. New molecular insights into peripheral T cell lympho- mas. J Clin Invest 2012;122:3448-55. Puente X, Bea S, Valdés-Mas R, Villamor N, Gutierrez-Abril J, Martin- Subero JI, et al. Integrated Genomic Analysis of Chronic Lymphocytic Leukaemia Reveals Recurrent Mutations in Non-Coding Regions. Nature 2015;526:519-24. Shaffer AL, Young RM, Staudt LM. Pathogenesis of human B cell lymphomas. Annu Rev Immunol 2012;30:565-610. Swerdlow SH, Campo E, Pileri SA, Harris NL, Stein H, Siebert R, et al. The 2016 revision of the World Health Organization classification of lymphoid neoplasms. Blood 2016;127(20):2375-90. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir