Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
© E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1611 como una quimiotaxis disminuida frente a este factor. Se caracteriza por infección gingival grave y prolongada que da lugar a pérdida de piezas dentales. Síndrome de Shwachman-Diamond-Oski Se trata en el apartado Neutropenias adquiridas idiopáticas, anterior- mente. Síndrome de Chédiak-Higashi Se trata en el apartado Alteraciones morfológicas hereditarias, ante- riormente. Síndrome de Griscelli Esta inmunodeficiencia muestra algunas similitudes con el síndrome de Chédiak-Higashi como albinismo parcial y defectos en la actividad de las células NK. El síndrome de Griscelli tipo 2, causado por mutación en RAB27A, muestra una actividad bactericida anormal de los PMN. Otros dos tipos de síndrome de Griscelli, caracterizados por hipome- lanosis, no presentan manifestaciones inmunológicas y están causados por mutaciones en los genes MYO5A (myosin-Va) (tipo 1, OMIM: 214450) y MLPH (melanofilin, Slac-2) (tipo 3, OMIM: 609227). Defecto de la actividad micobactericida Los individuos con defectos en los genes que codifican para la IL-12, su receptor, los receptores de IFN-γ o el factor STAT1, clave en la transducción de señales y procesos de transcripción mediados por IFN, presentan predisposición a infecciones por micobacterias atípicas. También está aumentada la predisposición a infecciones con BCG y en un 50% de los casos tienen salmonelosis no tifoideas de localización extraintestinal. El tratamiento con IFN suele ser eficaz. En casos de deficiencia grave y completa del receptor de IFN se ha conseguido corregir el defecto mediante TPH. Una forma adicional de predis- posición a infección por micobacterias, entre ellas Mycobacterium tuberculosis, ligada al cromosoma X (OMIM: 300636), se ha descrito recientemente a causa de mutaciones en el gen IKBKG (inhibitor of nuclear factor kappa-B kinase subunit gamma) (Xq28; OMIM: 300248) que codifica un modulador esencial del factor transcripcional NF-κB. En 2007 se describió una segunda forma de la enfermedad ligada al cromosoma X que no presenta mutaciones en el gen IKBKG (OMIM: 300645). INMUNODEFICIENCIAS SECUNDARIAS Mientras que las inmunodeficiencias primarias o innatas son raras, las inmunodeficiencias secundarias o adquiridas son frecuentes. Agentes o situaciones ajenas a las células fagocíticas pueden afectar a su fun- cionalidad. Defectos en la generación de opsoninas, como C3b o Ac, alteran la quimiotaxis y la fagocitosis. Se han descrito alteraciones en la función de las células fagocíticas en numerosas enfermedades, entre ellas leucemias, linfomas, mieloma múltiple, sida, lepra, sarampión, varicela, gripe, artritis reumatoide, quemaduras extensas, diabetes mellitus, uremia, malnutrición, raquitismo y síndrome de Sweet. También pueden tener una causa yatrogénica, como el uso de quimio- terapia citotóxica, glucocorticoides, anestésicos, radiaciones ionizantes, hemodiálisis y ciertos antibióticos. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Dinauer MC. Disorders of neutrophil function: an overview. Methods Mol Biol 2014;1124:501-15. Malech HL, Hickstein DD. Genetics, biology and clinical management of myeloid cell primary immune deficiencies: chronic granulomatous disease and leukocyte adhesion deficiency. Curr Opin Hematol 2007;14:29-36. Notarangelo L, Casanova JL, Conley ME, Chapel H, Fisher A, Puck J, et al. International Union of Immunological Societies Primary Immunodeficiency Diseases Classification Committee. Primary immunodeficiency diseases: an update from the International Union of Immunological Societies Primary Immunodeficiency Diseases Classification Committee Meeting in Budapest, 2005. J Allergy Clin Immunol 2006;117:883-96. CAPÍTULO 203 Enfermedades del sistema leucocitario Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Insuficiencias medulares APLASIA MEDULAR La aplasia medular (AM) engloba un grupo heterogéneo de enferme- dades que se caracterizan por pancitopenia, con médula ósea hipoce- lular, sin evidencia de infiltración neoplásica ni de síndrome linfo- ni mieloproliferativo. Las AM pueden ser parciales o selectivas y globales; estas últimas afectan a las tres líneas hematopoyéticas y se originan a partir de una alteración adquirida o constitucional. Aplasia medular adquirida Etiología Las AM pueden estar causadas por agentes físicos y químicos, fármacos y virus, directamente o a través de mecanismos inmunitarios (cua- dro 204-1). En más del 70% de casos no se identifica ninguna causa (forma idiopática). La incidencia es bastante variable; es mayor en oriente que en occidente y parece estar ligada a factores ambientales y no genéticos. La incidencia es de 2-6 casos/1.000.000 de habitantes y año en la mayoría de los estudios. Ambos sexos se afectan por igual y se observa una distribución bimodal, con un pico al inicio de la tercera década y un segundo a partir de los 60 años. Radiaciones ionizantes Según la dosis y la extensión, la irradiación produce hipoplasia. La exposición aguda a dosis supraletales de irradiación corporal total, de 10 Sieverts (Sv) o más, conduce a una AM fulminante acompañada de úlceras intestinales. Si el paciente sobrevive unas semanas, en ocasiones las células pluripotenciales escapan al efecto lesivo y regeneran la médula ósea. La exposición prolongada a pequeñas dosis determinará reducción progresiva de las células progenitoras hematopoyéticas, hipoplasia y finalmente aplasia, como se observó en radiólogos, en pacientes con espondilitis anquilosante tratados con radioterapia o que recibieron torio y en individuos expuestos a materiales fluorescentes como el de los relojes. Medicamentos Hay dos clases de fármacos que provocan AM: los que dependen de la dosis y el tiempo de exposición, como los citostáticos, y aquellos cuyo efecto es idiosincrásico. Los citostáticos reducen el número de células progenitoras de la médula ósea. Frecuentemente, la recuperación medular es completa después de su retirada. Los tratamientos repetidos con agentes alquilantes (p. ej., busulfán a altas dosis) pueden reducir irreversiblemente las células progenitoras. Diversos fármacos producen aplasia independientemente de la dosis, aunque en pocos casos este efecto está bien comprobado. En el cloranfenicol su toxicidad puede ser temprana, dependiente de la dosis y reversible, o bien tardía, en general a partir de 2 meses de su uso, y entonces es grave e irreversible. Con todo, en países donde este fármaco aún se vende libremente, su https://booksmedicos.org 1612 SECCIÓN XIV Hematología asociación con aplasia no se ha confirmado. La dipirona (metamizol) es una causa de AM en los países en que aún se usa. Los AINE, como la fenilbutazona, la indometacina, el ibuprofeno, el sulindaco y otros, están relacionados probablemente con el desarrollo de AM, que parece depender de la dosis. Otros antirreumáticos, como las sales de oro, inducen AM en función de su dosis. Los neurolépticos, anticonvulsio- nantes (hidantoínas y carbamazepina), antidepresivos y tranquilizantes provocan con frecuencia neutropenia, y sólo ocasionalmente AM. Agentes químicos Los derivados del benceno u otros hidrocarburos pueden inhibir la hematopoyesis de forma global o selectiva. La exposición puede ser industrial o no y la concentración ambiental no debe superar 10 ppm. Otros hidrocarburos, como el toluol, el xilol y algunos insecticidas, también se han relacionado con el desarrollo de AM, aunque no existen datos inequívocos. Virus Especies de virus de diferentes familias pueden infectar células de la médula ósea humana y afectar su a proliferación poracción directa o mediada por mecanismo inmune. Parvovirus, herpesvirus, flavivirus y retrovirus pueden determinar citopenias transitorias. La AM puede precederse o acompañarse de una hepatitis aguda. Estos pacientes presentan aplasia grave y pueden responder al tratamiento con inmu- nodepresores o al TPH alogénico. En algunos casos no se ha podido identificar ninguno de los virus conocidos de la hepatitis (A, B, C, D, E y G). Hemoglobinuria paroxística nocturna Esta enfermedad clonal hematológica se trata con detalle más adelante en este mismo capítulo. Patogenia No están perfectamente aclarados los mecanismos por los que se pro- duce la AM, aunque se consideran tres: 1) lesión intrínseca de la célula progenitora hematopoyética; 2) participación inmune en el desarrollo y mantenimiento de las citopenias, y 3) alteración del microambiente de la médula ósea. Estos mecanismos intervienen probablemente en las diferentes causas de la aplasia, ya que la lesión de las células progenitoras parece ser el principal mecanismo en los casos de lesión directa del DNA por la exposición a radiaciones ionizantes, agentes alquilantes, metabolitos del benceno, quizá el cloranfenicol y con seguridad en la ane- mia de Fanconi, donde el defecto genético reside en la falta de reparación del DNA. A favor de este mecanismo está la eficacia de los trasplantes singénicos, ya que en el 50% de los casos basta con la simple infusión de médula ósea de un gemelo idéntico para curar la AM. El mecanismo inmune mediado a través de expansión de los linfocitos T, que induce probablemente un aumento de la concentración de IFN-γ y el TNF-α, puede considerarse el fundamental en las aplasias que responden a los inmunodepresores (70% de los casos), donde probablemente los factores ambientales, los agentes químicos y los virus determinarían mediante lisis celular o apoptosis la muerte de células ya comprometidas, mientras que las pluripotenciales estarían prácticamente intactas. Recientemente se han descrito mutaciones genéticas en algunas familias con AM, por lo que debe considerarse también la predisposición genética como un eventual factor en el desarrollo de la AM. Estos mecanismos pueden ser simultáneos, ya que se detecta el desarrollo de enfermedad clonal hematológica tardía en el 40% de los pacientes que responden a los inmunodepresores, hecho no observado con el TPH. Cuadro clínico Las manifestaciones clínicas se relacionan directamente con las cito- penias y dependen de su grado. El inicio es habitualmente insidioso. Característicamente, no se palpan esplenomegalia ni adenopatías. La intensidad de cada citopenia es variable, pero en general la clínica se debe a la combinación de las manifestaciones debidas a anemia, leucopenia y trombocitopenia. La anemia suele tolerarse bien, ya que su inicio es insidioso y el cuerpo desarrolla mecanismos de adaptación. Con frecuencia existen manifestaciones debidas a la trombocitopenia, como petequias, equimosis, gingivorragia, epistaxis y, a veces, hemo- rragias retinianas. Las manifestaciones debidas a la neutropenia suelen ser las úlceras bucales y bacteriemias. Cuando la neutropenia es más prolongada pueden ocurrir infecciones fúngicas orales (candidiasis) o de los senos paranasales (Aspergillus, Mucor, Fusarium). Exploraciones complementarias El diagnóstico se sospecha por la detección de pancitopenia, la cual permite establecer la gravedad de la enfermedad. Habitualmente, la cifra de linfocitos es normal. La anemia es normocrómica y normocí- tica y la cifra de Hb suele ser inferior a 80 g/L. La leucopenia se debe a la neutropenia, de intensidad variable. El recuento de plaquetas suele ser inferior a 50 × 109/L, y a veces es extremadamente bajo. Existe reticulocitopenia de grado variable. La morfología de los leucocitos es normal y las plaquetas tienen un tamaño normal. La sideremia está frecuentemente elevada, la transferrinemia puede estar normal, aumentada o disminuida y su saturación tiende a hallarse elevada debido a las transfusiones recibidas. Los depósitos de hierro están aumentados. La médula ósea debe examinarse mediante aspirado y biopsia, pues los detalles citológicos se observan mejor con el aspirado y la celularidad global con la biopsia. En el aspirado, los grumos medulares están sus- tituidos por grasa y se observan pocas células hematopoyéticas. La hipocelularidad puede ser completa, o bien pueden observarse focos ocasionales con celularidad conservada, donde suelen predominar los eritroblastos. Raramente se observan granulocitos y los megacariocitos suelen estar intensamente disminuidos. La celularidad está constituida por células del estroma macrófagos con pigmento férrico, linfocitos, plasmocitos y escasísimos elementos de las tres series hematopoyéticas. El estudio histológico de la médula ósea es esencial tanto para definir el grado de hipocelularidad como para excluir otros procesos que pueden cursar con pancitopenia (mielofibrosis, tricoleucemia, leucemias agudas y metástasis), especialmente cuando el aspirado es hipocelular o seco. El estudio con RM vertebral puede contribuir a la evaluación de la celularidad global de la médula ósea. Otros exámenes incluyen el estudio inmunofenotípico para identificar la hemoglobinuria paroxís- tica nocturna y el estudio citogenético (estimulado con diepoxibutano, mitomicina C o cisplatino) para el diagnóstico de anemia de Fanconi, particularmente en pacientes jóvenes. Pronóstico Está directamente relacionado con la intensidad de las citopenias, sobre todo de la neutropenia y la trombocitopenia. Así, las aplasias • CUADRO 204-1 Clasificación etiológica de la aplasia medular Adquirida Idiopática Secundaria Irradiación Fármacos y agentes químicos Dependientes de la dosis Citostáticos Benzol No dependientes de la dosis Cloranfenicol, AINE, anticonvulsionantes, sales de oro y otros Virus Epstein-Barr, HIV y virus de hepatitis Inmunodeficiencias Fascitis eosinofílica, hipogammaglobulinemias, timoma, carcinoma de timo y EICR Hemoglobinuria paroxística nocturna Constitucional Anemia de Fanconi Disqueratosis congénita Síndrome de Shwachman-Diamond-Oski Disgenesia reticular AINE: antiinflamatorios no esteroideos; EICR: enfermedad del injerto contra el receptor; HIV: virus de la inmunodeficiencia humana. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 204 Insuficiencias medulares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1613 se subdividen en muy graves, graves y moderadas. Los criterios para considerar como grave una aplasia son al menos dos de los siguientes: cifra de granulocitos inferior a 0,5 × 109/L, recuento de plaquetas menor de 20 × 109/L y reticulocitos inferiores al 1%, en presencia de anemia. La celularidad de la médula ósea debe ser inferior al 25% o menor del 50%, con menos del 30% de células hematopoyéticas. La forma muy grave incluye los mismos criterios anteriores, excepto una cifra de granulocitos inferior a 0,2 × 109/L. Los pacientes con una cifra de granulocitos inferior a 0,2 × 109/L y trombocitopenia intensa refractaria a las transfusiones cons- tituyen un subgrupo con especial mal pronóstico por el riesgo de presentar complicaciones infecciosas o hemorrágicas fatales. Las formas moderadas incluyen las que presentan menos de dos criterios de aplasia grave. Tratamiento Cuidados generales El diagnóstico rápido de la AM asociado al tratamiento de soporte inmediato reducirá las complicaciones que puedan ocurrir antes de que haya respuesta al tratamiento específico. Los pacientes con trom- bocitopenia intensa (inferior a 20 × 109/L), asociada a manifestaciones hemorrágicas, deben recibirtransfusiones de plaquetas, con preferencia de donante único, para disminuir la sensibilización, particularmente en los candidatos a TPH. Las infecciones bacterianas son las más frecuentes y deben tratarse rápidamente con antibióticos de amplio espectro. Las infecciones fúngicas ocurren cuando la granulocitopenia es persistente y, sobre todo, cuando se emplean glucocorticoides. Se deben administrar concentrados de hematíes cuando la cifra de Hb sea inferior a 70 g/L. Obviamente, deberá suspenderse cualquier posible agente causal de la aplasia. Trasplante de progenitores hematopoyéticos El TPH alogénico y el tratamiento inmunodepresor son las únicas modalidades terapéuticas capaces de regenerar la médula ósea aplásica. El TPH es el tratamiento de elección para los casos de aplasia grave y muy grave que tengan edad inferior a 40 años y dispongan de donante HLA idéntico emparentado, habitualmente un hermano. Los resul- tados dependen esencialmente del número de transfusiones previas al TPH, ya que los pacientes con menos de 15 unidades presentan una probabilidad de supervivencia y de curación del 90%, frente al 70% para los que han recibido más transfusiones (fig. 204-1). En estos últimos, las complicaciones infecciosas y el rechazo son las causas del menor índice de supervivencia. Si ocurre un rechazo, puede efectuarse un segundo TPH o bien tratamiento inmunodepresor. El régimen de acondicionamiento para el TPH incluye generalmente ciclofosfamida (200 mg/kg) y globulina antilinfocítica, mientras que en el 50% de casos de TPH singénico no hace falta acondicionamiento. Es posi- ble también emplear esquemas de acondicionamiento de intensidad reducida con globulina anti-timocítica, fludarabina y busulfán. Los progenitores hematopoyéticos también pueden proceder de un donante no emparentado o de sangre de cordón umbilical. Estos TPH todavía están en fase experimental y los resultados son inferiores a los del TPH alogénico convencional, aunque con la mejor selección de donantes a través de tipificación HLA molecular y la realización de TPH más precozmente, los resultados pueden ser cada vez mejores. Los TPH de donadores haploidénticos han tenido un papel preponderante en los últimos años. Tratamiento inmunodepresor La globulina antilinfocítica/antitimocítica (ALG/ATG), la ciclosporina A (CsA) y los glucocorticoides son los fármacos más empleados. No se conoce el mecanismo por el que estos fármacos resuelven la aplasia. La combinación de dos de ellos proporciona índices de respuesta superiores a los obtenidos con uno solo, con unas tasas de respues- ta parcial o completa del 70%, que se observan entre 4 y 20 semanas del inicio del tratamiento. Las respuestas pueden ser definitivas, pero algunos enfermos recaen y debe administrarse un segundo ciclo de tratamiento. Con estas terapias se obtienen curvas de supervivencia notables (fig. 204-2). El papel de la adición de factores estimulantes de colonias, como el G-CSF, es cuestionable por la controversia sobre sus beneficios y por su posible participación en el desarrollo de la enfermedad hematológica clonal. La respuesta al tratamiento inmunodepresor raramente es completa, ya que con frecuencia persiste alguna citopenia residual y alteracio- nes displásicas en la serie roja. Este tratamiento se recomienda para pacientes con más de 40 años y también para los menores de 40 años con granulocitos superiores a 0,5 × 109/L sin donante emparentado histocompatible. El TPH y el tratamiento inmunodepresor presentan ventajas e inconvenientes. El TPH, a pesar del alto índice de curación, comporta el riesgo de muerte y la morbilidad derivada de la EICR. Con el trata- miento inmunodepresor, la respuesta es habitualmente incompleta y el 20%-40% de los pacientes puede desarrollar una enfermedad hema- tológica clonal como la HPN, un síndrome mielodisplásico (SMD) y una leucemia aguda (LA). Recientemente se ha demostrado la utilidad del eltrombopag, un agonista del receptor de la trombopoyetina, en el tratamiento de algunas formas de aplasia medular. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bacigalupo A, Brand R, Onelo R, Bruno B, Socié G, Passweg J, et al. European Group for Blood and Marrow Transplantation experience. Treatment of acquired severe aplastic anemia: bone marrow transplantation compared with immunosuppressive therapy. Semin Hematol 2000;37:69-80. Gómez-Almaguer D, Vela-Ojeda J, Jaime-Pérez JC, Gutiérrez-Aguirre CH, Cantú- Rodríguez OG, Sobrevilla-Calvo P, et al. Allografting in patients with severe aplastic anemia using peripheral blood stem cells and a fludarabine-based con- ditoning regimen: The Mexican Experience. Am J Hematol 2006;81:157-61. Locasciulli A, Oneto R, Bacigalupo A, Socié G, Korhof E, Bekassy A, et al. Outcome of patients with acquired aplastic anemia given first line bone marrow transplantation or immunosupressive treatment in the last decade: Figura - Supervivencia global de pacientes con aplasia medular grave tratados con ciclosporina y prednisona. (Experiencia de Curitiba, Brasil, 1988-2002.) Figura - Supervivencia post-TPH en anemia aplásica grave relacionada con el número de transfusiones previas al trasplante. BUS: busulfán; CFA: ciclofosfamida; CsA: ciclosporina A; mtx: meto- trexato. (Experiencia de Curitiba, Brasil, 1986-2002.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1614 SECCIÓN XIV Hematología a report from European group for blood and marrow transplantation. Hematologica 2007;92:11-8. Passweg JR, Peres WS, Eapen M, Camitta BM, Gluckman E, Hinterberger W, et al. Bone Marrow Transplant From Mismatched Related And Unrelated Donors For Severe Aplastic Anemia. Bone Marrow Transplant 2006;37: 641-9. Peslak SA, Olson T, Babushok DV. Diagnosis and treatment of aplastic anemia. Curr Treat Options Oncol 2017;18:70-92. APLASIAS CONGÉNITAS O CONSTITUCIONALES Anemia de Fanconi Inicialmente se describió como una AM asociada a malformaciones congénitas. Con el desarrollo de una prueba específica para su diag- nóstico, se constató que algunos pacientes no presentan anomalías congénitas. El defecto en la reparación del DNA y la mayor sensibilidad a los radicales tóxicos del oxígeno (superóxido) determinan entrecruza- mientos y roturas del DNA. Se han identificado 12 genes localizados en distintos cromosomas que determinan una alteración celular similar. En cada grupo se han identificado varias mutaciones puntuales, algunas de las cuales son bastante específicas para determinados grupos étnicos. La herencia es autosómica recesiva y la frecuencia de heterocigotos es de 1:100-500 individuos. Las alteraciones hematológicas se detectan en el nacimiento en menos del 3% de los casos y en el 10% estas alteracio- nes ocurren más allá de los 16 años. Normalmente, el diagnóstico se realiza entre los 7 y los 9 años. La trombocitopenia suele ser la primera alteración hematológica. Las anomalías congénitas asociadas son baja estatura, pulgares anormales, microcefalia, manchas cutáneas, hipo- o hiperpigmentadas (de «café con leche») y una facies característica con base nasal ancha, epicanto y micrognatia. Otras anomalías incluyen las esqueléticas, renales, cardiovasculares y gonadales. Aproximada- mente en el 10% de los casos no hay anomalías. La anemia suele ser macrocítica y la HbF está aumentada, al igual que la α-fetoproteína. La médula ósea es hipocelular y puede haber signos displásicos. Durante la evolución pueden ocurrir un SMD y una LA, los cuales raramente son la primera manifestación hematológica. El diagnóstico se efectúa mediante el estudio citogenético, con estimulación con diepoxibutano, mitomicina C o cisplatino, en el que se encuentran múltiples roturas cromosómicas e imágenes tri- y tetrarradiadas.En la fase de aplasia, la supervivencia es de 2 a 6 años si únicamente se efectúa tratamiento de soporte. El TPH cambia la historia natural de la enfermedad, ya que corrige totalmente las alteraciones hematológicas. Tiene características peculiares, dado que la toxicidad puede ser muy intensa ante la alta sensibilidad a los regímenes de acondicionamiento (agentes alquilantes y radioterapia). Las dosis son más bajas y se tiende a eliminar la irradiación debido a que se sospecha su implicación en la aparición tardía de carcinomas. El TPH proporciona supervivencia prolongada con normalización hematológica en más del 80% de casos cuando se efectúa a partir de un donante HLA-idéntico emparentado y la aplasia es de corta duración. Los resultados son inferiores cuando se emplean donantes no emparentados o familiares sin identidad HLA completa. Otras aplasias congénitas o constitucionales La disqueratosis congénita es una forma rara de displasia ectodérmica. La tríada diagnóstica comprende hiperpigmentación reticulada dis- tribuida en cara, nuca y hombros, uñas distróficas y leucoplasia en mucosas. Aparece en la primera y segunda décadas. La aplasia ocurre en el 50% de los casos, particularmente en la segunda década, y el 10% de los pacientes desarrolla LA y tumores sólidos en la tercera y cuarta década de vida. Hay tres formas de herencia; la más común es la recesiva ligada al cromosoma X y, menos frecuentemente, puede haber herencia autosómica recesiva o dominante. El tratamiento de soporte es el mismo que el de las otras aplasias y el papel del TPH no está bien definido, a pesar de corregir íntegramente las alteraciones hematológicas. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Friedland M, Lutton JD, Spitzer R, Levere RD. Dyskeratosis congenita with hypoplastic anemia: A stem cell defect. Am J Hematol 1985;20:85-9. Gluckman E, Rocha V, Ionescu I, Bierings M, Harris RE, Wagner J, et al. Results of unrelated marrow transplant in Fanconi anemia patients. Biol Blood Marrow Transplant 2007;13:1073-82. Taniguchi T, D’Andrea AD. Molecular pathogenesis of Fanconi anemia: recent progress. Blood 2006;107:4223-33. Wagner JE, Eapen M, MacMillan ML, Harris RE, Pasquini R, Boulad F, et al. Unrelated bone marrow transplantation for treatment for Fanconi anemia. Blood 2007;109:2256-62. Zanis-Neto J, Flowers ME, Medeiros CR, Bitencourt MA, Bonfim CM, Setúbal DC, et al. Low-dose cyclophosphamide conditioning for haematopoietic cell transplantation from HLA-matched related donors in patients with Fanconi anemia. Br J Haematol 2005;130:99-106. INSUFICIENCIAS MEDULARES SELECTIVAS Hipoplasias de la serie roja Se caracterizan por anemia normocítica normocrómica y reticuloci- topenia, asociadas a eritroblastopenia en la médula ósea que, por lo demás, es normal en celularidad y producción de glóbulos blancos y plaquetas; sin embargo, hasta el 30% de los pacientes con hipo- plasia de la serie roja (HSR) pueden desarrollar otras citopenias. Las HSR pueden ser congénitas o adquiridas, y estas últimas son las más frecuentes (tabla 204-1 y cuadro 204-2). Eritroblastopenia congénita de Blackfan-Diamond Comprende un grupo heterogéneo de pacientes, algunos con herencia autosómica dominante o recesiva y también ligada al cromosoma X, y la mayoría sin historia familiar. El 20% de los casos presenta otras anomalías asociadas (faciales, esqueléticas, viscerales y enanismo). El diagnóstico suele efectuarse al primer año de vida y excepcionalmente más allá de los 6 años. Los glucocorticoides (2 mg/kg de peso y día) inducen una buena respuesta en el 80% de los casos, con una respuesta reticulocitaria en 10-14 días. Las dosis se reducen progresivamente y con frecuencia 5 mg al día bastan para mantener la remisión. Es importante resolver la sobrecarga de hierro con fármacos apropiados quelantes de hierro. Para los casos resistentes, el TPH es la mejor opción terapéutica; los esquemas de acondicionamiento no mieloablativo permiten simplificar el TPH y hacerlo más accesible. TABLA 204-1 Aplasias selectivas Adquiridas Hereditarias Aplasia pura de serie roja Idiopática Anemia de Blackfan-Diamond Inmunológica Fármacos y tóxicos Timoma Parvovirus B19 Eritroblastopenia transitoria de la infancia Neutropenia Medicamentos Síndrome de Kostmann Idiopática Síndrome de Shwachman-Diamond Enfermedad linfoproliferativa T-γ Disgenesia reticular Trombocitopenia amegacariocítica Idiopática Fármacos y tóxicos Trombocitopenia amegacariocítica con ausencia de radio Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 204 Insuficiencias medulares © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1615 Hipoplasias adquiridas de la serie roja Las causas más frecuentes (v. cuadro 204-2) de las formas agudas son la exposición a fármacos (anticonvulsionantes, isoniazida, clorpropamida, fenilbutazona, antipalúdicos, azidotimidina, imatinib y azatioprina, entre otros) y las infecciones. También pueden presentarse en sujetos con hemólisis crónica, en quienes la infección por varios agentes, entre ellos el parvovirus B19 (PV-B19), es capaz de causar una hipoplasia eritroide, también llamada crisis aplásica. Otros agentes infecciosos implicados son VHC, HIV, HTLV-1, los virus de la parotiditis, la rubéola y EBV y bacterias (meningococo, Salmonella y estreptococo). Las formas agudas de HSR se recuperan de manera espontánea; es imperativo eliminar los fármacos posiblemente involucrados en casos específicos. En algunos pacientes con infección por PV-B19 puede ser útil el uso de IgG humana. Los TPH a partir de donantes his- tocompatibles pero incompatibles para antígenos ABO pueden causar también HSR. Las formas crónicas de HSR ocurren habitualmente en mayores de 50 años, con timoma (previo, sincrónico o posterior) en más de la mitad de los casos y miastenia grave en una quinta parte. Las formas crónicas de HSR son de etiología multifactorial, con múltiples tras- tornos inmunológicos asociados (Ac contra Ag nucleares o de mem- brana de los eritroblastos, Ac contra la Epo, inhibición del crecimiento de progenitores eritroides mediada por células T, aumento de células T supresoras, aumento de células NK, producción por parte de célu- las T de factores solubles inhibidores de los precursores eritroides, producción de IFN-γ). En la HSR asociada a linfocitosis crónica T la eritroblastopenia es causada por las células T CD8 monoclonales. Algunos pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) desarrollan HSR mediada aparentemente por mecanismos autoinmunes. La Epo humana recombinante es útil en la HSR crónica causada por el HIV; curiosamente, el empleo de Epo o de darbepoyetina puede causar también HSR. Si existe un timoma es razonable practicar timec- tomía; si no hay timoma o si persiste la HSR después de la timectomía, puede ser útil emplear inmunodepresores (IgG i.v., ciclofosfamida, azatioprina alemtuzumab, CsA, ATG, entre otros). El TPH alogénico puede considerarse en casos refractarios a los tratamientos menos agre- sivos y los esquemas de acondicionamiento no mieloablativo también son de utilidad. En casos en que la HSR se asocia a otros padecimien- tos linfoproliferativos como la LLC, el empleo de combinaciones de fármacos como el R-CHOP (rituximab, ciclofosfamida, adriamicina, vincristina y prednisona) puede ser de utilidad. Trombocitopenias hipomegacariocíticas Trombocitopenia amegacariocítica congénita Se asocia a alteraciones esqueléticas, típicamente a ausencia bilateral de radio, de ahí la denominación de TAR (trombocitopenia con ausencia de radio). Es muy infrecuente y tiene herencia autosómica recesiva. El 25% de los pacientes presenta complicaciones hemorrágicasfatales en el primer año de vida y, curiosamente, después de este período la cifra de plaquetas aumenta y desaparece la mortalidad de causa hemorrágica. En muchos casos se han identificado alteraciones en el receptor de la trombopoyetina en los megacariocitos. El tratamiento consiste en transfusiones de plaquetas; se han descrito respuestas con agonistas del receptor de la trombopoyetina como romiplostim o eltrombopag. El TPH también puede ser de utilidad en algunos casos. Trombocitopenias hipomegacariocíticas adquiridas La causa más frecuente de trombocitopenia hipomegacariocítica (TH) adquirida es la exposición a fármacos o tóxicos (v. cuadro 204-2). En la hipoplasia medular, la megacariocitopenia-trombocitopenia puede preceder hasta en 9 meses a las otras citopenias. Todos los medicamentos capaces de causar hipoplasia medular pueden producir TH a través de mecanismos similares; los antineoplásicos son causa frecuente de esta púrpura, así como las tiazidas (clorotiazida), alcohol, estrógenos, prednisona y el IFN. Otras causas de TH son las infecciones víricas (influenza, varicela, rubéola, VHB y VHC, PV-B19 y HIV). La trombocitopenia cíclica es una forma infrecuente de TH en la que la megacariocitopoyesis tiene oscilaciones cada 15 a 35 días. Algunas formas de TH pueden mejorar con tratamiento inmunodepresor, como CsA, ATG y rituximab. En otros casos pueden ser útiles los agentes con actividad trombopoyética como el romiplostim o el eltrombopag. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Gómez-Almaguer D, Vázquez-Mellado A, Navarro-Cabrera JR, Abello-Polo V, Milovic V, García J, et al. The Latin American experience of allografting patients with severe aplastic anaemia: real-world data on the impact of stem cell source and ATG administration in HLA-identical sibling transplants. Bone Marrow Transplant 2017;52:41-6. Hoffman R. Acquired pure amegakaryocytic thrombocytopenic purpura. Semin Hematol 1991;28:303-12. Jaime-Pérez JC, Ruiz-Argüelles GJ, Gómez-Almaguer ED. Haematopoietic stem cell transplantation to treat aplastic anemia. Expert Opin Biol Ther 2005;5:617-26. Means RT. Pure red cell aplasia. Hematology Am Soc Hemato Educ Program 2016;2016(1):51-6. Ruiz-Argüelles GJ. Hipoplasias y displasias medulares. En: Ruiz-Arguelles GJ, ed. Fundamentos de Hematología, 4.ª ed. México: Editorial Médica Panamericana; 2009. p. 117-28. HEMOGLOBINURIA PAROXÍSTICA NOCTURNA Concepto La hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN) es una enfermedad adquirida y clonal de células progenitoras de la hematopoyesis. Se debe a la mutación somática del gen PIG-A (phosphatidylinositol glycan • CUADRO 204-2 Clasificación de las hipoplasias de la serie roja y de las trombocitopenias hipomegacariocíticas Hipoplasias de la serie roja (eritroblastopenias) Congénitas (Blackfan-Diamond) Adquiridas Primarias Autoanticuerpos Contra precursores de la serie roja Inhibidores de la eritropoyetina Mecanismo desconocido Secundarias Timoma Infecciones (EBV, parvovirus B19) Trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos incompatible en ABO Fármacos o sustancias químicas Anemias hemolíticas (crisis hipoplásicas) Embarazo Insuficiencia renal grave Desnutrición grave Lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide Miastenia grave Hipogammaglobulinemia Neoplasias hematológicas y no hematológicas Trombocitopenias hipomegacariocíticas Congénitas Con malformaciones (síndrome de TAR y otros) Sin malformaciones Adquiridas Secundaria a medicamentos Secundaria a infecciones Asociada a lupus eritematoso sistémico Idiopática ABO: sistema de grupos sanguíneos ABO; EBV: virus de Epstein-Barr; TAR: trombocitopenia con ausencia de radio. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1616 SECCIÓN XIV Hematología complementation class A) que codifica, junto con otros genes, una enzima responsable de la síntesis de una estructura química, el grupo glucosilfosfatidilinositol (GPI), por el cual diversas proteínas se unen a la membrana celular. Esta mutación se acompaña de una expansión, no neoplásica, del clon o de los clones anormales. Patogenia El defecto siempre ocurre en la unión de la glucosamina al fosfoino- sitol durante la biosíntesis de GPI. La biosíntesis está regulada por un grupo de más de 20 genes entre los que se encuentra el PIG-A. Este gen se localiza en el brazo corto del cromosoma X (Xp22.1) y el resto de genes en autosomas. Por esto, una única mutación del gen PIG-A puede provocar un fenotipo GPI deficiente (también en las mujeres debido a la inactivación-X), mientras que en el resto de genes se necesita la mutación en los dos alelos. Así se explica que se detecte la mutación del gen PIG-A en la práctica totalidad de los pacientes con esta enfermedad. Las funciones de las proteínas que se unen a la membrana celular a través del GPI son muy variadas. En la actualidad se ha detectado disminución o desaparición de la expresión de más de veinte proteínas de membrana, que emplean el mismo sistema de anclaje, con una estructura fisicoquímica, distribución y función diferentes y en las que se incluyen moléculas de adhesión, enzimas y receptores. Algunas de las que tienen trascendencia clínica son: el control de la activación del complemento en la superficie celular. Su defecto favorece la acción citolítica de la fracción C3b activada. Existe una rara alteración hereditaria, conocida como fenotipo eritrocitario Inab, que expresa el déficit aislado de esta proteína y que no tiene relación con la HPN ni sus hematíes tienen una sensibilidad alterada a la acción del complemento. unión de C9 al complejo C5b-C8 del sistema del complemento. - citos y es un ligando para la molécula de adhesión CD2. de estas células a la endotoxina. y de monocitos. Así, se entiende que la expresión clínica de la enfermedad dependa del tipo de proteína de membrana que falta, del grado de la alteración e importancia de su función y del tipo de célula sanguínea en donde se exprese. El desarrollo de la enfermedad precisa, además de la mutación en PIG-A, de la expansión de los clones mutados. El mecanismo de la expansión es desconocido. De hecho, las personas sanas producen pequeñas cantidades de progenitores GPI deficientes pero incapacita- dos para expandirse. Cuadro clínico Es una enfermedad muy poco frecuente y se desconoce la tasa anual de incidencia. Afecta por igual a los dos sexos y aparece a cualquier edad, si bien es algo más frecuente en adultos del sexo femenino. El inicio y el curso evolutivo son variables y se caracterizan por la presencia de: 1) anemia hemolítica crónica intravascular con ocasionales episodios de agudización nocturna, en coincidencia con infecciones o con la administración de medicamentos o transfusiones; 2) trombosis de territorios venosos; 3) un defecto hematopoyético que puede cursar con pancitopenia, y 4) una posible asociación de un defecto inmune con infecciones de repetición. La anemia hemolítica se debe a la acción del complemento activado sobre los eritrocitos defectuosos de, al menos, dos proteínas (CD55 y CD59) de la membrana. Puede aparecer de forma brusca, con dolor lumbar, ictericia y hemoglobinuria. Su intensidad depende de la proporción de eritrocitos alterados, de su grado de anormalidad (tradicionalmente se han descrito los hematíes tipo II y tipo III según la deficiencia parcial o completa de proteína GPI) y del grado de activación del C. Las trombosis son frecuentes y pueden ser causa de muerte. Repre- sentan el 30% y el 50% de las complicaciones a los 8 y 15 años del diagnóstico, respectivamente. El mecanismo es multifactorial y diversas observaciones coinciden en que la presencia de una proporción superior a un 10% de granulocitos con deficiencia completa GPI se asociaa un mayor riesgo trombótico. Si la proporción es superior al 50% requiere profilaxis antitrombótica. La localización más típica y grave es el sín- drome de Budd-Chiari, pero también pueden afectar al cerebro, a los vasos intestinales y a cualquier otra zona venosa. La hemólisis crónica y prolongada determina un depósito de hierro en el parénquima renal y provoca una disfunción del túbulo proximal con una disminución del aclaramiento de creatinina, hipertensión arterial, hematuria, proteinu- ria e incapacidad para concentrar la orina y que puede finalizar en una insuficiencia renal crónica. En ocasiones se produce insuficiencia renal aguda por necrosis tubular. Las infecciones suceden por neutropenia y por defecto funcional granulocitario. La inmunodepresión por defecto funcional linfocitario es rara. El Grupo Internacional de Estudio de HPN reconoce tres formas de presentación: 1) clásica, con hemólisis; 2) asociada a otra enfermedad hematopoyética (aplasia medular, SMD o mielofibrosis), y 3) subclínica, con deficiencia de GPI-AP medido en leucocitos y hematíes pero sin evidencia clínica o biológica de hemólisis (generalmente asociada a aplasia medular o SMD). Existe una relación entre HPN e hipoplasia medular. Así, una HPN puede evolucionar hacia una insuficiencia medular de tipo aplásico y, por otro lado, pacientes afectos de aplasia medular pueden presentar durante la regeneración hematopoyética, sobre todo tras terapias con ALG/ATG, alguna forma de HPN. En algunos países la forma hipo- plásica de la HPN es la más frecuente. Diagnóstico Existe anemia, leucopenia y trombocitopenia de intensidad variable. Se constatan signos de hemólisis (incremento de la cifra de reticulocitos, elevación de LDH y de bilirrubina y descenso de la cifra de hapto- globina). Existe ferropenia por hemosiderinuria crónica. En la médula ósea se observa hiperplasia de la serie roja o aplasia global según el grado de insuficiencia hematopoyética acompañante. La prueba de Ham-Dacie (hemólisis eritrocitaria provocada en un medio acidificado) ha sido durante años la prueba diagnóstica cuando resultaba positiva, si bien su eficacia es limitada (porcentaje de hematíes afectos, falsos negativos por el efecto de transfusiones previas, positividad en la ane- mia diseritropoyética congénita tipo II o HEMPAS). La prueba de la sacarosa (fijación del C y disminución de la fuerza iónica del medio mediante la adición de sacarosa) también utilizada tradicionalmente es sensible pero poco específica. Hoy en día, la identificación de los defectos proteicos de la membrana celular, mediante técnicas de citome- tría de flujo, es un método sensible y específico y en el que se basa el diagnóstico en el momento actual. Hay que mencionar en este sentido, la variabilidad de la expresión del clon HPN y la persistencia de hematopoyesis normal en pacientes con esta enfermedad. Por ello se aconseja el uso de, por lo menos, dos anticuerpos diferentes, y el análisis de dos ventanas citométricas en al menos dos líneas celulares maduras. Los AcMo habitualmente utilizados son CD55 y CD59 (serie roja, granulocitos y monocitos), CD66b, CD157 (granulocitos) y CD14, CD157 (monocitos). Es aún más específica de la enfermedad la demostración de anormalidades en la proteína «ancla» (GP1) que conecta a la superficie celular con los antígenos CD55 y CD59, lo que idealmente debe hacerse por medio de citometría de flujo. La anormalidad linfocitaria y el defecto plaquetario son menos detectables o complicados de diagnosticar. Pronóstico La esperanza de vida a los 5, 10 y 15 años del diagnóstico es del 78%, 66% y 58% de los pacientes, respectivamente. Las principales causas de muerte son las trombosis, las infecciones y la aparición de neoplasias. Hasta un 10% de las causas de fallecimiento se deben a aplasia medular. El riesgo de aparición de una leucemia aguda varía entre el 1% y el 7% según las series y en ocasiones aparece sobre el clon anormal. Un último grupo de complicaciones (hemosiderosis, hepatitis vírica y otras) se relaciona con los tratamientos administrados. Se han descrito casos de remisión espontánea de la enfermedad. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 205 Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1617 © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Biología y clasificación de las neoplasias hematológicas M. ROZMAN JURADO, E. CAMPO GÜERRI 205 INTRODUCCIÓN Este capítulo ofrece una introducción a las diferentes neoplasias hema- tológicas que se desarrollan con detalle en los siguientes capítulos de esta sección. Dado que la clasificación es compleja y que las neoplasias hematológicas constituyen una gran parte de las enfermedades de la especialidad, hemos considerado útil redactar el presente capítulo a modo de guion. Según la clasificación de la OMS, las neoplasias hematológicas pueden ser de origen mieloide o linfoide. NEOPLASIAS MIELOIDES Las neoplasias mieloides son procesos clonales de las células hemato- poyéticas. Existen cuatro grupos fundamentales, que se diferencian entre ellos en función de si: 1) las células proliferantes no maduran y, por tanto, se quedan estancadas en un estadio madurativo poco diferenciado, o 2) sí maduran. Cuando maduran, pueden hacerlo a su vez de forma eficaz, para dar lugar a un aumento de elementos sanguíneos, o de forma ineficaz, que provoca aborto intramedular y citopenias periféricas. Así, si las células no maduran, provocan leucemias mieloides agudas; cuando maduran de forma eficaz, originan neoplasias mieloproliferativas crónicas; si maduran de forma ineficaz, son causantes de síndromes mielodisplásicos. Final- mente, si la maduración es eficaz en una o dos líneas e ineficaz en las restantes, se originan las neoplasias mielodisplásicas/mielo- proliferativas. La clasificación de las neoplasias mieloides se recoge en el cuadro 205-1. Neoplasias mieloproliferativas crónicas Las neoplasias mieloproliferativas crónicas tienen su origen en una célula madre hematopoyética pluripotencial, por lo que suelen proliferar las tres series hematopoyéticas, aunque en distinto grado según el tipo. Las células malignas maduran adecuadamente, lo que conduce a un aumento en la médula ósea de granulocitos, eritroblastos o megacariocitos para producir en la sangre leucocitosis, poliglobulia o trombocitosis. La leucemia mieloide crónica se caracteriza por una proliferación de la serie granulocítica. Se asocia a la traslocación t(9; 22)(q34; q11.2), de la cual resulta un derivativo del cromosoma 22 conocido como cromosoma Philadelphia o simplemente Ph, y a una fusión de los genes BCR y ABL1. La proteína resultante de esta fusión, con actividad tirosín-cinasa incrementada, es suficiente por sí sola para causar la leucemia, que responde a fármacos con actividad antitirosín-cinasa. Por todo ello, la leucemia mieloide crónica constituye el paradigma de la identificación y clasificación de las neoplasias mieloides, y como consecuencia las restantes neoplasias mieloproliferativas crónicas clá- sicas se conocen como Philadelphia o Ph negativas. La policitemia vera se caracteriza por una proliferación princi- palmente de la serie roja, que se traduce en poliglobulia y síntomas relacionados. En la trombocitemia esencial prolifera la línea mega- cariocítica, que produce trombocitosis y clínicamente trombosis o, paradójicamente, hemorragia (las plaquetas aumentadas en número producen trombosis, pero además no funcionan adecuadamente, y causan también hemorragias). La mielofibrosis primaria se caracteriza por una proliferaciónde las tres líneas hematopoyéticas o panmielosis, junto con una producción anómala y exagerada de tejido conectivo que da lugar a la fibrosis medular intensa. Otras neoplasias mieloproliferativas crónicas son muy poco frecuen- tes e incluyen la leucemia neutrofílica crónica y la leucemia eosinofílica crónica. La clasificación de la OMS de las neoplasias mieloides comprende también las mastocitosis y, debido a sus características clínico-biológicas distintivas, la última revisión las considera una categoría independiente, por lo que han dejado de incluirse entre las neoplasias mieloprolife- rativas crónicas. Las neoplasias mieloides y linfoides que cursan con eosinofilia y algunos reordenamientos genéticos concretos son extremadamente raras y, debido a la asociación altamente específica entre los aspectos clínico-citológicos y genético-moleculares, estas enfermedades forman un capítulo separado. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Tratamiento Son útiles las transfusiones de componentes sanguíneos desleucocita- dos como soporte de la anemia intensa y de la trombocitopenia. Se recomienda el empleo de heparina o dicumarínicos a partir del primer episodio de trombosis. La inmunodepresión con CsA o suero antilinfo- citario se reserva para los casos de asociación a una aplasia medular. En los casos en que la presentación clínica es primordialmente hemolítica, se han obtenido resultados excelentes con el empleo de eculizumab, un AcMo humanizado que se une al C (C5) para impedir la formación de C5a y de C5b-9. Su administración se acompaña de una disminución de la hemólisis, de un incremento de hematíes deficientes tipo III, de una mejoría de la anemia, de una disminución del 90% de los requerimientos transfusionales y de una reducción de la incidencia de trombosis. Los pacientes tratados con eculizumab presentan un incremento del riesgo de infecciones por Neisseria, particularmente en su presentación meningocócica, por lo que deben de ser vacunados previamente, al menos 2 semanas antes de recibir la primera dosis del Ac, y considerar esta posibilidad durante la evolución. La suspensión de la administración de eculizumab puede provocar una hemólisis brusca y grave debido al incremento de la proporción de hematíes GPI de clase III durante el tratamiento. El único tratamiento curativo es el TPH, pero la morbimortalidad que conlleva esta maniobra aconsejan reservarlo para las formas clínicas de peor pronóstico, como son las asocia- das a fallo grave de la hematopoyesis. El uso de esquemas de acondiciona- miento de intensidad reducida para trasplantar a pacientes con HPN ha disminuido considerablemente la morbimortalidad del procedimiento. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Babushok DV. A brief, but comprehensive, guide to clonal evolution in aplastic anemia. Hematol Am Soc Hematol Educ Program 2018;2018(1):457-66. Hernández-Reyes J, González-Ramírez MP, Martagón-Herrera NÁ, Rosales- Durón AD, Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. Paroxysmal nocturnal hemoglobinuria in México: a 30-year, single institution experience. Rev Invest Clin 2014;66(1):12-6. Hill A, DeZern AE, Kinoshita T, Brodsky RA. Paroxysmal nocturnal haemo- globinuria. Nat Rev Dis Primers 2017;3:17028. Hill A, Richards J, Hillmen P. Recent developments in understanding and management of paroxysmal nocturnal haemoglobinuria. Br J Haematol 2007;137:181-92. Schcolnik-Cabrera A, Labastida-Mercado N, Galindo-Becerra LS, Gómez- Almaguer D, Herrera-Rojas MA, Ruiz-Delgado GJ, et al. Reduced-intensity stem cell allografting for PNH patients in the eculizumab era: The Mexican experience. Hematology 2015;20:263-6. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir